La Función Notarial.
La Función Notarial es jurídica, pública y legal. Consiste en dar certeza, veracidad y seguridad a
aquellos actos y acuerdos voluntarios, lícitos nacidos de las relaciones jurídicas privadas,
manifestados exteriormente y documentados en instrumentos tendientes a lograr su permanencia.
Es indispensable el acuerdo, aspecto pacifico de las relaciones sociales ya sean personales o
patrimoniales para que los actos caigan en la esfera de la función notarial. De hecho, si las
relaciones se originan en el conflicto de intereses, la función seria jurisdiccional.
Es jurídica, desde el momento en que la función notarial es requerida por las partes hace nacer
obligaciones contractuales entre notario y los otorgantes.
Es pública, aunque los contenidos sobre los que recae sean privados.
Es legal, porque es atribuida por la ley solo al Notario para autorizar un tipo especial de
instrumento.
La función notarial da nacimiento al instrumento notarial. Que es aquel soporte instrumental donde
se plasman los hechos y declaraciones de voluntad; donde estos adquieren forma jurídica, para que
se perpetúen, se conserven a lo largo del tiempo y puedan ser probados. Y, como medio de prueba
privilegiado, tiene presunción de certeza, porque en la materialización del mismo ha intervenido el
notario.
Cuando se habla que la función del notario es una función publica delegada por ley, se hace
referencia precisamente al hecho de que solo aquellos actos documentados en instrumentos y
autorizados por oficiales públicos o instituciones oficiales, tienen la cualidad de ser públicos, y
pueden acreditar fehacientemente la veracidad de su contenido.
Los actos que celebran los particulares sin intervención de un oficial publico no tienen esta misma
cualidad. Ellos deben ser probados por otros medios o con testigos, las firmas de las partes si se
hubiese suscrito un instrumento deben ser reconocidas, en fin, no están elevados a un grado de
perfeccionamiento mayor como aquellos que se realizan en las condiciones anteriormente
mencionadas y que por este solo hecho hace presumir su autenticidad.
Y esto es la fe pública notarial, dar fe significa, tener la autoridad legítima para asegurar que los
documentos autorizados en debida forma son auténticos, en cuanto a los hechos cumplidos por el
notario o pasados en su presencia, y en relación a las declaraciones que las partes hacen, en cuanto
al hecho de haberse estas realizado en la fecha y lugar que el notario consigna en el instrumento,
mas no así respecto a la sinceridad de las mismas. **
Bibliografia.
“Di Martino, Ana Maria, Derecho Notarial 2014 Pag 27, 28 y 29
Siguiendo a Couture, la función notarial es indudablemente tan antigua como la necesidad social a
que responde, cual es: la de constatación de los hechos y su perpetuidad, necesidad sentida ya sin
duda por los más remotos grupos sociales. Tan importante es la función de depositario de la fe
pública, de consejero, de guardador de documentos, que requirió reglamentación, y así surge la
institución del notariado.
En el ejercicio de la función notarial, el notario da seguridad, valor y permanencia a los a hechos y
actos jurídicos. Por seguridad podemos entender que la actuación profesional otorga al documento
la perfección jurídica junto con la función fedante, que contribuye a la estabilidad jurídica. El valor
es el grado de aptitud que tiene el documento notarial para producir sus efectos, que los produce no
solamente entre las partes, sino también frente a terceros. La permanencia es el atributo que se
obtiene por el uso de los medios idóneos para que el documento sea indubitable, juntamente con los
procedimientos de conservación previstos por la ley y la prudencia notarial.
Y así aparece la fe pública notarial. Aquella necesidad de certeza que tiene la inteligencia y aquella
necesidad de seguridad plena que requiere la voluntad, sobre todo en las relaciones privadas, hizo
nacer el documento notarial; esto a su vez dio nacimiento a su órgano: El NOTARIO para que
desempeñara la función notarial.
El hecho histórico que se produce en la audiencia notarial es transeúnte, efímero. Pero el notario lo
fija en su documento pacífico y al quedar registrado se especializa, se cosifica. De ese modo y a
pesar de que el documento como tal es vox mortua, sigue enviando a las generaciones futuras su
mensaje de verdad y seguridad, sobre cuya base se construye el derecho real y vivido de todos los
días en una sociedad ordenada.
Refiere López Pellegrín "existe un estado de creencia según el cual, semióticamente, protocolo es
sinónimo de registro. Aunque legalmente pareciera que así debe ser, se ha sostenido que "no hay en
ello exactitud", puesto que registro "es la entidad, la institución, la jurisdicción anexa a la
investidura que el estado realiza al encomendar al escribano de dar fe en su nombre". A
continuación destacamos sobre el Registrador y el Notario. Esperamos que sea de utilidad para los
que consulten el material.
https://www.monografias.com/docs113/introduccion-al-derecho-registral-paraguay/
introduccion-al-derecho-registral-paraguay.shtml