44 Sandoval
44 Sandoval
Resumen
    Los padres socializan a los niños mediante estilos y prácticas de crianza, estos comunican la actitud hacia el
niño o lo que piensan acerca de la formación de sus hijos y muestran la efectividad de comportamientos especí-
ficos que moderan la disposición del niño a su influencia. Las prácticas inadecuadas se relacionan con problemas
de comportamiento en los niños, este factor de riesgo predice conducta antisocial, violencia y delincuencia en
años posteriores. La formación en crianza favorece relaciones sanas entre los niños y sus padres y previenen el
maltrato infantil. El objetivo fue comparar una intervención en crianza sobre las conductas negativas en la inte-
racción de las madres con sus hijos y el bienestar subjetivo. La hipótesis era que la exposición de madres a un
programa de intervención mejora su interacción, representada por efectos significativos pre-pos entrenamiento
(p < .05) y por diferencias significativas en comparación con un grupo no expuesto. Se realizó un estudio con gru-
po experimental y grupo control (con medidas repetidas), participaron 50 madres de preescolares, contestaron
un cuestionario de información de la familia, la Escala de Comportamientos para Madres y Padres de Niños
jective Well-Being Scale. The comparative analyzes of the pre, pos-training groups showed that the variables
anger and aggression and subjective well-being do correlate with the upbringing, expectations and discipline and
that the scores of the disciplinary practices for courage and aggression showed significant decreases. The disci-
pline dimension stood out among the other two.
    Keywords: Parenting, Prevention, Violence, Family Context.
3   Profesora investigadora del Departamento de Psicología Aplicada, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Gua-
    dalajara, Cuerpo Académico UDG-CA-705. angomez8888@hotmail.com
4   Profesora investigadora del Departamento de Salud Pública, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadala-
    jara. Cuerpo Académico UDG-CA-705. gr_limon@yahoo.com.mx
lación del niño y esta abarca diversas esferas del                       incidencia de maltrato infantil en la familia lo colocan
desarrollo psicosocial, tanto a nivel emocional como                     como un importante problema de salud pública debi-
en el de la ejecución de comportamientos. En el caso                     do al panorama desolador para los niños, por el abu-
de niños preescolares, los comportamientos retado-                       so y negligencias considerados por algunos autores
res, como berrinches ocasionales, desobediencia y                        (Kliksberg, 2004; Maddaleno, Morillo y Infante- Espi-
llanto, no deberían considerarse como problemas, a                       nola, 2003; Pérez, 2004).
excepción del reto que representan para los padres en                        A pesar de la innegable importancia de estos
su manejo; ya que inclusive en la literatura se confun-                  resultados, los estudios en esta área presentan pro-
den los problemas de comportamiento con el com-                          blemas metodológicos. En particular la falta de
portamiento inadecuado y ocasional que es normati-                       homogeneidad en cuanto al constructo de agresión.
vo en la infancia y sobre todo en los años preescola-                    Por citar un ejemplo, en su estudio Gershoff (2002)
res (Wakschlag, Tolan y Leventhal, 2010).                                menciona que las conducta de interés era la de casti-
    Resultados de la evaluación de los esfuerzos de                      go físico, pero sólo se refirió a los padres que daban
los padres para socializar a sus hijos, indican que en                   un golpeteo en las nalgas o en la mano al niño.
las últimas dos décadas, la falta de apoyo social, par-                      En suma, las intervenciones tempranas en la for-
ticularmente de la pareja, se ha considerado como                        mación en crianza favorecen el desarrollo de relacio-
una variable de riesgo fundamental en el estudio de                      nes sanas, estables y estimulantes entre los niños y
la paternidad (Matud et al., 2002; Stallman y Ohan,                      sus padres o cuidadores durante los primeros años de
2016). Se reconoce que el apoyo social afecta de                         vida, previenen el maltrato infantil y en caso de que
manera diferencial los comportamientos de las                            las hubiera, las secuelas físicas y socioemocionales y
mamás con sus niños (Ostberg y Hagekull, 2000). Por                      disminuyen la agresividad en la infancia con un
ejemplo, (Peña, Aguilar y Vera, 2005; Ionutiu, 2016 y                    impacto positivo a largo plazo. (OMS, 2013). De
Hosokawa, Katsura, y Shizawa, 2017) sugieren que la                      acuerdo con Weymouth (2010) los programas que
satisfacción en la relación entre los padres ayuda a un                  estudiaron experimentalmente Scott et al. (2010) y
crecimiento personal y se ve reflejada en una relación                   Solís-Cámara, Covarrubias, Díaz y Rivera (2004) están
cercana, tolerante, creativa y firme para con los hijos.                 entre los más reconocidos en los países de habla
    Por otra parte, la investigación empírica ha permi-                  inglesa para la reducción de comportamiento agresi-
tido identificar que la paternidad caracterizada por                     vo y el aumento de las competencias sociales; en el
ira, agresividad y rechazo de los padres hacia los                       primer caso se trata del programa The Incredible
niños, el uso de métodos coercitivos en la disciplina,                   Years (i.e., Los Años Increíbles; OMS, 2013) y en el
la falta de apoyo y afecto, el uso del castigo en sus for-               segundo el programa STAR Parenting (Crianza/Pater-
mas benignas o moderadas para controlar la conduc-                       nidad Estrella Solís-Cámara, Fox y Nicholson, 2000);
ta del niño, la falta de supervisión y comunicación,                     ambos programas, se basan en la teoría del aprendi-
una disciplina inconsistente y negligencia física o                      zaje social, están estandarizados (i.e., siguen un
emocional (prácticas de crianza inadecuadas) se han                      Manual para una enseñanza estructurada) y son exito-
relacionado con problemas de comportamiento en                           sos para formar a los padres acerca de los factores de
los niños y es en gran parte el factor de riesgo que                     riesgo en la crianza aun con el paso del tiempo. Ade-
predice problemas de conducta antisocial, violencia y                    más, agrega que estos programas forman parte de la
delincuencia en años posteriores a los preescolares                      literatura especializada que ha reportado éxitos como
(Tremblay et al., 2004; Richaud de Minzi, 2005; Lynch et                 métodos de prevención e intervención con padres en
al., 2006; Estévez, Murgui, Moreno y Musitu, 2007;                       riesgo de violencia o abuso infantil.
Goodman y Aber, 2010; Yaghoubidoust y Enayat,                                El objetivo de estudio fue comparar el impacto de
2015; Bao et al., 2016). Otros autores también han                       una intervención en crianza sobre las conductas nega-
señalado que el uso de estas prácticas impide que los                    tivas en la interacción de las madres con sus hijos y el
niños tengan comportamientos prosociales y eviten                        bienestar subjetivo. Para este efecto se propuso como
cometer transgresiones sociales (Janssens y Gerris,                      hipótesis que la exposición de madres a un programa
1992; Hoffman, 2000). Además, Carrasco y González                        de intervención mejora su interacción recíproca,
(2006) mencionan que desde los años setenta ha que-                      representada por efectos significativos pre-pos entre-
dado establecido que la conducta agresiva en la                          namiento (p < .05) y por diferencias significativas en
infancia es resultado de la paternidad con caracterís-                   comparación con un grupo no expuesto.
ticas como las arriba mencionadas. Los niveles de
ingresos familiares. Se encontraron correlaciones                           niveles de escolaridad, obteniendo tres grupos: nivel
Pearson significativas entre las prácticas disciplina-                      básico con estudios hasta secundaria (n = 9), nivel
rias y la edad de las madres (r = -32, p < .05). Además,                    medio con estudios de preparatoria (n = 15), y nivel
análisis no paramétricos entre la escolaridad y los                         alto con estudios universitarios (n = 26). Como se
ingresos indicaron que ambas variables estaban                              puede notar se enfrentó el problema de la falta de
correlacionadas (rho = 35, p < .05).                                        homogeneidad del tamaño de los grupos; por ello el
    Debido a estos resultados, se decidió formar gru-                       análisis de varianza carecía de sentido. De cualquier
pos por edad y por escolaridad de las madres. El razo-                      manera, en la Tabla 2 se presentan las estadísticas
namiento para realizar esta acción fue que si hubiese                       descriptivas de los tres grupos obtenidos y se observa
diferencias por grupos en las variables dependientes                        que las expectativas y las prácticas de crianza del gru-
(i.e., expectativas, disciplina y crianza), éstas podrían                   po de secundaria son las más pobres, mientras que
afectar las correlaciones a encontrar entre ellas y las                     sus prácticas disciplinarias son las más severas.
variables independientes de interés (Vgr. coraje y                              En contraste, las calificaciones de los grupos de
agresión y bienestar subjetivo). Se obtuvo la frecuen-                      preparatoria y universidad son muy semejantes, con
cia de las edades cronológicas en años y acorde a la                        la excepción de que el grupo de preparatoria muestra
misma, se dividió la muestra en joven, con 23 a 29                          una tendencia a mostrar disciplina más severa. A
años de edad (n = 16), madura con 30 a 35 años (n =                         pesar de estas diferencias, ninguna fue significativa
17) y mayor con 36 o más años (n = 17). Anova de 3                          debido probablemente al pequeño tamaño de la
(expectativas, disciplina, crianza) x 3 (joven madura y                     muestra del nivel de secundaria, aún con pruebas no
mayor), y los análisis univariados (F(2,47) = 4.09, p <                     paramétricas. Se hace notar este sesgo de las califica-
.05) y post-hoc (Scheffe, p = .03) confirmaron que                          ciones.
había diferencias estadísticamente significativas en                            Se encontraron correlaciones significativas entre
disciplina exclusivamente y que éstas se debían a                           las expectativas y el bienestar subjetivo de las madres
que, aunque los grupos joven (M = 56.8) y madura (M                         (r = -.33, p < .05). También se encontraron correlacio-
= 59.0) tenían medias semejantes, éste último fue el                        nes entre las prácticas disciplinarias y el coraje y agre-
único que se diferenció del grupo mayor (M = 47.3);                         sión (r = .59, p < .001) y el bienestar subjetivo (r = .33,
así, estos resultados indican que las madres más                            p < .05). Para las prácticas de crianza se encontró una
jóvenes tenían prácticas disciplinarias más severas.                        correlación significativa entre ellas y el bienestar sub-
    Un procedimiento semejante se siguió con los                            jetivo de las madres (r = -.27, p = .05). Como se nota
las variables coraje y agresión y bienestar subjetivo sí          tró incremento (M = 59.8, DE = 16.5), pero no fue sig-
correlacionan con las variables dependientes, como                nificativo.
sería de esperar. Como se puede observar en la Tabla                  Anova de medidas repetidas para coraje y agre-
3, la edad de las madres del grupo control era mayor              sión y bienestar subjetivo indicó efectos principales
que la del grupo experimental y esta diferencia fue               (F(3,22) = 7.70, p < .001); los análisis univariados indi-
significativa (t (48) = 2.09, p < .05), pero las de sus           caron que para bienestar subjetivo no hubo cambios
niños eran prácticamente iguales entre grupos. En                 significativos ya que la calificación se mantuvo casi
cuanto a las calificaciones en las dimensiones, un                idéntica (M = 13.6, DE = 11.8; ver Tabla 3 para la cali-
análisis de varianza indicó que no había diferencias              ficación de pretest); y para coraje y agresión se encon-
en expectativas, disciplina y crianza (F(3,46)=0.34,              tró decremento (M = 8.68, DE = 4.35), que fue alta-
NS), pero en los factores sí se encontraron efectos               mente significativo (F(1,24) = 16.8, p < .001).
principales (F(3,46) = 3.31, p < .05), que se debieron a              Para analizar si hubo cambios o no los hubo en las
diferencias en coraje y agresión (F(1,49) = 243.3, p <            variables para el grupo control, se realizó un procedi-
.001), exclusivamente; ya que como se observa en la               miento semejante al del grupo experimental, pero de
Tabla 3 el grupo experimental tenía puntajes de cora-             la fase de pretest al pretest-II. Anova de medidas
je más altos que el grupo control.                                repetidas para expectativas, disciplina y crianza indi-
    Para analizar si hubo cambios o no los hubo en                caron efectos principales (F(3,22) = 5.33, p < .01); los
las variables después del entrenamiento (grupo                    análisis univariados indicaron que para expectativas
experimental) o con el paso del tiempo (grupo con-                hubo cambios significativos (F(1,24) = 6.19, p < .05);
trol), se realizaron análisis de medidas repetidas                ya que la calificación se incrementó (M = 147.6, DE =
para todas las variables del estudio, incluyendo las              19.1; ver Tabla 3 para la calificación de pretest); en
dimensiones de expectativas, disciplina y crianza que             contraste para disciplina se encontró decremento (M
ahora fueron consideradas como variables depen-                   = 48.7, DE = 12.0) significativo (F(1,24) = 15.7, p <
dientes, siendo la intervención la variable indepen-              .001); y para crianza no se encontró cambio (M = 56.2,
diente según fuese el caso.                                       DE = 11.9).
    Primero se realizaron los análisis para el grupo                  Anova de medidas repetidas para bienestar subje-
experimental de las fases de pre al post entrena-                 tivo y coraje y agresión indicaron que no había efec-
miento. Anova de medidas repetidas para expectati-                tos principales (F(3,22) = 0.77, NS); los análisis univa-
vas, disciplina y crianza indicaron efectos principales           riados indicaron que no hubo cambios significativos
(F (3,22) = 2.87, p = .05); los análisis univariados indi-        para ningún factor, ya que la calificación se mantuvo
caron que para expectativas no hubo cambios signi-                casi idéntica para bienestar subjetivo (M = 14.3, DE =
ficativos ya que la calificación se mantuvo casi idén-            7.34; ver Tabla 3 para la calificación de pretest) así
tica (M = 147.5, DE = 25.4; ver Tabla 3 para la califica-         como coraje y agresión (M = 9.00, DE = 5.70).
ción de pretest); en contraste, para disciplina se                    Con estos resultados la hipótesis del estudio pue-
encontró decremento (M = 49.9, DE = 15.9) significa-              de ser aceptada.
tivo (F(1,24) = 4.81, p < .05); y para crianza se encon-
prácticamente a los mismos puntajes del grupo expe-                     gía. Universidad Católica de Colombia. Bogotá, Colombia.
rimental. Esto pudo deberse a un efecto de regresión                    35-45.
a la media, como el que ha sido reportado en estu-                   BRONFENBRENNER U. y MORRIS, P. A. (1998). The Eco-
                                                                        logy of Developmental Processes. In LERNER, R. M.
dios de intervención (ver: Solís-Cámara, 1985). El gru-
                                                                        (Ed.), Handbook of Child Psychology, New York: Wiley. 5th
po control mostró muy bajo puntaje en expectativas y                    ed., 1, 993–1028.
muy alto en disciplina en el pre-entrenamiento. En                   CARRASCO, M. A. y GONZÁLEZ, M. J. (2006). Aspectos
contraste, en los factores que han sido estudiados en                   conceptuales de la agresión: definición y modelos
muestras semejantes a la presente y que fueron más                      explicativos. Acción Psicológica, 2, 4, 7-38.
consistentes en el estudio, bienestar subjetivo y cora-              CEBALLOS, E. y RODRIGO, M. J. (1998). Las metas y
je y agresión, no hubo cambios y las calificaciones se                  estrategias de socialización entre padres e hijos, en
                                                                        RODRIGO y PALACIOS, (Eds.), Familia y desarrollo
mantuvieron prácticamente idénticas en el grupo
                                                                        humano, Madrid: Alizanza. 225-243.
control, como sería de esperar (v. gr. Solís-Cámara et               CRITTENDEN, P. M. (2008). Plenary Address at Parent
al., 2000 y 2004). En conclusión, la dimensión de dis-                  Child. Family Relations Institute Raising Parents.
ciplina severa tal como se midió en este estudio se                  DARLING, N. y STEINBERG, L. (1993). Parenting style as
refiere al castigo corporal y al uso de gritos con la                   context: An integrative model. Psychological Bulletin,
intención de ejercer control sobre los niños, sobresa-                  113, 487-496.
lió entre las otras dos (i.e., expectativas y prácticas              DOS-SANTOS, L., QUEIRÓS, F., BARRETO, M. y DOS-
                                                                        SANTOS, D. (2016). Prevalence of Behavior Problems
positivas de crianza) como la variable relacionada con
                                                                        and Associated Factors in Preschool Children form
las interacciones entre las madres y sus hijos, esta                    the City of Salvador, State of Bahia, Brazil. Revista Bra-
evidencia es apoyada el estudio clásico de Sears,                       sileira de Psiquiatria, 38, 46-52.
Maccoby y Levin (1957) debido a los efectos negativos                ERASO, J, BRAVO, y DELGADO, M. (2006). Creencias,
para el desarrollo de los niños a largo plazo (v. gr.                   actitudes y prácticas sobre crianza en madres cabeza
Oshio y Umeda 2016). Al iniciar los análisis se aclaró                  de familia en Popayán: un estudio cualitativo. Revista
que las relaciones encontradas con la edad cronológi-                   de Pediatría, 41, 3, 23-40.
                                                                     ESTÉVEZ, E., MURGUI, S., MORENO, D. y MUSITU, G.
ca, los niveles de escolaridad y los ingresos familiares
                                                                        (2007). Estilos de comunicación familiar, actitud
podrían tener efectos sobre otros resultados, y son                     hacia la autoridad institucional y conducta violenta
variables que no se controlaron debido a las distribu-                  del adolescente en la escuela. Psicothema, 19, 108-113.
ciones de los datos y lo pequeño de la muestra y sub-                FARKAS-KLEIN, CH. (2008). Escala de evaluación paren-
muestras (grupos). A pesar de esta desventaja, los                      tal (EEP): desarrollo, propiedades psicométricas y
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