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44 Sandoval

1) El documento analiza cómo la formación en crianza puede ser una estrategia para prevenir la violencia en el contexto familiar mediante la promoción de relaciones saludables entre padres e hijos. 2) El estudio comparó los efectos de un programa de intervención en crianza en las interacciones negativas entre madres e hijos, mostrando una mejora significativa. 3) Los análisis mostraron que las variables de coraje, agresión y bienestar subjetivo de las madres estaban relacionadas con la crianza, y que el programa redujo signific
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44 Sandoval

1) El documento analiza cómo la formación en crianza puede ser una estrategia para prevenir la violencia en el contexto familiar mediante la promoción de relaciones saludables entre padres e hijos. 2) El estudio comparó los efectos de un programa de intervención en crianza en las interacciones negativas entre madres e hijos, mostrando una mejora significativa. 3) Los análisis mostraron que las variables de coraje, agresión y bienestar subjetivo de las madres estaban relacionadas con la crianza, y que el programa redujo signific
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La formación en crianza como estrategia para

la prevención de violencia en el contexto familiar

JOSEFINA SANDOVAL-MARTÍNEZ,1 ALEJANDRA DE GANTE-CASAS,2


MARÍA ÁNGELA GÓMEZ-PÉREZ,3 GRACIELA LIMÓN-JARAMILLO4

Resumen
Los padres socializan a los niños mediante estilos y prácticas de crianza, estos comunican la actitud hacia el
niño o lo que piensan acerca de la formación de sus hijos y muestran la efectividad de comportamientos especí-
ficos que moderan la disposición del niño a su influencia. Las prácticas inadecuadas se relacionan con problemas
de comportamiento en los niños, este factor de riesgo predice conducta antisocial, violencia y delincuencia en
años posteriores. La formación en crianza favorece relaciones sanas entre los niños y sus padres y previenen el
maltrato infantil. El objetivo fue comparar una intervención en crianza sobre las conductas negativas en la inte-
racción de las madres con sus hijos y el bienestar subjetivo. La hipótesis era que la exposición de madres a un
programa de intervención mejora su interacción, representada por efectos significativos pre-pos entrenamiento
(p < .05) y por diferencias significativas en comparación con un grupo no expuesto. Se realizó un estudio con gru-
po experimental y grupo control (con medidas repetidas), participaron 50 madres de preescolares, contestaron
un cuestionario de información de la familia, la Escala de Comportamientos para Madres y Padres de Niños

Parenting Training as a Strategy for the


Prevention of Violence in the Family Context
Abstract
Parents socialize children through parenting styles and practices, they communicate the attitude towards the
child or what they think about the education of their children and show the effectiveness of specific behaviors that
moderate the child’s disposition to their influence. Inadequate practices are related to behavior problems in chil-
dren, this risk factor predicts antisocial behavior, violence and delinquency in later years. Parenting training pro-
motes healthy relationships between children and their parents and prevents child maltreatment. The objective
was to compare an intervention in parenting on negative behaviors in the interaction of mothers with their chil-
dren and subjective well-being. The hypothesis was that exposure of mothers to an intervention program impro-
ves their interaction, represented by significant pre-post training effects (p < .05) and by significant differences
compared to an unexposed group. A study was made with experimental group and control group (with repeated
measures), 50 preschool mothers participated, they answered a family information questionnaire, the Behavior
Scale for Mothers and Parents of Young Children, the Brief Questionnaire of Courage and Aggression and the Sub-

[ Recibido: 15 de octubre de 2017


Aceptado: 18 de noviembre de 2017
Declarado sin conflicto de interés ]
1 Profesora investigadora del Departamento de Psicología Aplicada, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Gua-
dalajara, Cuerpo Académico UDG-CA-705. paternidadestrella@gmail.com
2 Profesora investigadora del Departamento de Psicología Aplicada, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Gua-
dalajara, Cuerpo Académico UDG-CA-705. alejandradegante@hotmail.com

5 Revista de Educación y Desarrollo, 44. Enero-marzo de 2018.


Pequeños, el Cuestionario Breve de Coraje y Agresión y la Escala de Bienestar Subjetivo. Los análisis comparati-
vos de los grupos pre, pos-entrenamiento mostraron que las variables coraje y agresión y bienestar subjetivo sí
correlacionan con la crianza, expectativas y disciplina y que los puntajes de las prácticas disciplinarias, para cora-
je y agresión mostraron decrementos significativos. La dimensión de disciplina sobresalió entre las otras dos.
Palabras clave: Crianza, Prevención, Violencia, Contexto familiar.

jective Well-Being Scale. The comparative analyzes of the pre, pos-training groups showed that the variables
anger and aggression and subjective well-being do correlate with the upbringing, expectations and discipline and
that the scores of the disciplinary practices for courage and aggression showed significant decreases. The disci-
pline dimension stood out among the other two.
Keywords: Parenting, Prevention, Violence, Family Context.

3 Profesora investigadora del Departamento de Psicología Aplicada, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Gua-
dalajara, Cuerpo Académico UDG-CA-705. angomez8888@hotmail.com
4 Profesora investigadora del Departamento de Salud Pública, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadala-
jara. Cuerpo Académico UDG-CA-705. gr_limon@yahoo.com.mx

Revista de Educación y Desarrollo, 44. Enero-marzo de 2018. 6


La formación en crianza como estrategia para la prevención de violencia…
ARTÍCULOS

Introducción Ato, Galián y Huéscar (2007) señalan que los


estudios (se refieren más al área de estilos que a la

L a palabra crianza deriva de “creare” que significa


nutrir, orientar, instruir y dirigir (Real Academia Espa-
de comportamientos de los padres), asumen que los
patrones educativos de los padres producirán deter-
minadas consecuencias evolutivas para el ajuste
ñola, 2001), y acción y efecto de criar, cuidar de su socio emocional de sus hijos. Sin embargo, práctica-
crianza (Real Academia Española, 2014). De acuerdo mente todos los modelos sobre la socialización del
con varios autores (Georgas, 2006; Eraso, Bravo, y niño contemplan que las relaciones padre/hijo son
Delgado, 2006), crianza se refiere a la socialización de bidireccionales, otorgándose al hijo un papel activo
los niños por los padres o por los adultos en general. en su propio proceso de desarrollo; esto, al menos
Este concepto sobre lo que significa ser padres pare- desde la perspectiva teórico conceptual. Así, se con-
ce muy simple y no permite identificar el origen de tal sidera que la elección de una determinada estrategia
aseveración ni su marco conceptual, por lo que es educativa por parte del progenitor está en función de
necesario identificar problemas serios de terminolo- los factores de crianza que son de parte de los
gía particularmente en el idioma español al tratar con padres las variables de personalidad y de la propia
este constructo, así como el marco contextual en rela- paternidad, y también de los niños, variables de
ción al “quehacer de los padres”. Así, se han encontra- edad, temperamento o comportamiento, así como
do los siguientes términos: estilos educativos, estilos de otras variables medioambientales, tales como el
de crianza, estilos parentales, paternidad, crianza, escenario (público o privado), las personas presen-
prácticas paternas y/o parentales que, al utilizarse tes en la escena, así como la emoción suscitada en
como términos sinónimos, son fuente de confusión, los padres (Ceballos y Rodrigo, 1998; Asawa, Hansen
por ejemplo, al hablar de paternidad, pues paternidad y Flood, 2008).
hace referencia a padres, es decir a varones así como Crittenden (2008) propuso el Modelo Maduracio-
el uso de términos como prácticas parentales y prác- nal Dinámico que toma en cuenta el trabajo de John
ticas paternas. Sin embargo, en los artículos especia- Bowlby, Mary Ainsworth, y Urie Bronfenbrenner, para
lizados los autores utilizan parental como correcto sugerir que el desarrollo en curso de un niño en la
para señalar ambos géneros (por ejemplo: Bersabé, familia es parte de una interacción dinámica en la
Fuentes, y Motrico, 2001; Farkas-Klein, 2008) y no uti- cual las experiencias tempranas pueden influir en su
lizan paterno por considerar que se refiere a los varo- desarrollo posterior. El modelo hace énfasis en el
nes, lo cual parece un sinsentido (Solís Cámara, enfoque de sistemas de información al señalar que
2008). algunos niños pueden procesar la información emo-
Esta problemática llamó la atención de Darling y cional y cognitiva de una manera “balanceada” si sus
Steinberg (1993) quienes hicieron una distinción padres se involucran en las funciones básicas de la
entre estilos y prácticas de los padres. Definieron paternidad, tales como la protección y reproducción
estilos de crianza como una “constelación de actitu- de patrones de socialización, que después los niños
des hacia el niño que son comunicadas al infante y reproducirán por sí mismos.
crean un clima emocional en el cual son expresados La Organización Mundial de la Salud OMS (2013),
los comportamientos de los padres” (Darling y Stein- señala que en la formación de los niños, los padres
berg, 1993:493), y prácticas de crianza como “los com- deben garantizar un cuidado que promueva el mejor
portamientos específicos, dirigidos a una meta, a tra- desarrollo posible, considerando los factores de
vés de los cuales los padres desempeñan sus deberes salud física y psicosocial en sus niños. La posición de
maternos o paternos” (Darling y Steinberg, 1993:488). Maccoby (2000), plantea que a pesar de que es indu-
En otras palabras, el estilo es visto como el escenario dable que la predisposición del niño influye en las
contextual para la relación padres-niños; es decir, el formas de responder de los padres, no se puede
estilo determina la comunicación de la actitud de los subestimar la fuerza que ellos ejercen en la socializa-
padres hacia el niño o lo que piensan los padres acer- ción de sus hijos.
ca de la formación de sus niños (v. gr., Pons-Salvador, Evidencias señalan que el proceso de socializa-
Cerezo y Bernabé, 2005), y se considera que contribu- ción de los niños refleja en mucho las actitudes y las
ye a la efectividad de las prácticas de los padres por prácticas de los padres (Ladd y Pettit, 2002; Grusec,
ende moderan el grado de disposición del niño a las Goodnow y Kuczynksi, 2000), este proceso pretende
influencias de ellos. lograr primordialmente el desarrollo de la autorregu-

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Sandoval-Martínez, De Gante-Casas, Gómez-Pérez, Limón-Jaramillo
ARTÍCULOS

lación del niño y esta abarca diversas esferas del incidencia de maltrato infantil en la familia lo colocan
desarrollo psicosocial, tanto a nivel emocional como como un importante problema de salud pública debi-
en el de la ejecución de comportamientos. En el caso do al panorama desolador para los niños, por el abu-
de niños preescolares, los comportamientos retado- so y negligencias considerados por algunos autores
res, como berrinches ocasionales, desobediencia y (Kliksberg, 2004; Maddaleno, Morillo y Infante- Espi-
llanto, no deberían considerarse como problemas, a nola, 2003; Pérez, 2004).
excepción del reto que representan para los padres en A pesar de la innegable importancia de estos
su manejo; ya que inclusive en la literatura se confun- resultados, los estudios en esta área presentan pro-
den los problemas de comportamiento con el com- blemas metodológicos. En particular la falta de
portamiento inadecuado y ocasional que es normati- homogeneidad en cuanto al constructo de agresión.
vo en la infancia y sobre todo en los años preescola- Por citar un ejemplo, en su estudio Gershoff (2002)
res (Wakschlag, Tolan y Leventhal, 2010). menciona que las conducta de interés era la de casti-
Resultados de la evaluación de los esfuerzos de go físico, pero sólo se refirió a los padres que daban
los padres para socializar a sus hijos, indican que en un golpeteo en las nalgas o en la mano al niño.
las últimas dos décadas, la falta de apoyo social, par- En suma, las intervenciones tempranas en la for-
ticularmente de la pareja, se ha considerado como mación en crianza favorecen el desarrollo de relacio-
una variable de riesgo fundamental en el estudio de nes sanas, estables y estimulantes entre los niños y
la paternidad (Matud et al., 2002; Stallman y Ohan, sus padres o cuidadores durante los primeros años de
2016). Se reconoce que el apoyo social afecta de vida, previenen el maltrato infantil y en caso de que
manera diferencial los comportamientos de las las hubiera, las secuelas físicas y socioemocionales y
mamás con sus niños (Ostberg y Hagekull, 2000). Por disminuyen la agresividad en la infancia con un
ejemplo, (Peña, Aguilar y Vera, 2005; Ionutiu, 2016 y impacto positivo a largo plazo. (OMS, 2013). De
Hosokawa, Katsura, y Shizawa, 2017) sugieren que la acuerdo con Weymouth (2010) los programas que
satisfacción en la relación entre los padres ayuda a un estudiaron experimentalmente Scott et al. (2010) y
crecimiento personal y se ve reflejada en una relación Solís-Cámara, Covarrubias, Díaz y Rivera (2004) están
cercana, tolerante, creativa y firme para con los hijos. entre los más reconocidos en los países de habla
Por otra parte, la investigación empírica ha permi- inglesa para la reducción de comportamiento agresi-
tido identificar que la paternidad caracterizada por vo y el aumento de las competencias sociales; en el
ira, agresividad y rechazo de los padres hacia los primer caso se trata del programa The Incredible
niños, el uso de métodos coercitivos en la disciplina, Years (i.e., Los Años Increíbles; OMS, 2013) y en el
la falta de apoyo y afecto, el uso del castigo en sus for- segundo el programa STAR Parenting (Crianza/Pater-
mas benignas o moderadas para controlar la conduc- nidad Estrella Solís-Cámara, Fox y Nicholson, 2000);
ta del niño, la falta de supervisión y comunicación, ambos programas, se basan en la teoría del aprendi-
una disciplina inconsistente y negligencia física o zaje social, están estandarizados (i.e., siguen un
emocional (prácticas de crianza inadecuadas) se han Manual para una enseñanza estructurada) y son exito-
relacionado con problemas de comportamiento en sos para formar a los padres acerca de los factores de
los niños y es en gran parte el factor de riesgo que riesgo en la crianza aun con el paso del tiempo. Ade-
predice problemas de conducta antisocial, violencia y más, agrega que estos programas forman parte de la
delincuencia en años posteriores a los preescolares literatura especializada que ha reportado éxitos como
(Tremblay et al., 2004; Richaud de Minzi, 2005; Lynch et métodos de prevención e intervención con padres en
al., 2006; Estévez, Murgui, Moreno y Musitu, 2007; riesgo de violencia o abuso infantil.
Goodman y Aber, 2010; Yaghoubidoust y Enayat, El objetivo de estudio fue comparar el impacto de
2015; Bao et al., 2016). Otros autores también han una intervención en crianza sobre las conductas nega-
señalado que el uso de estas prácticas impide que los tivas en la interacción de las madres con sus hijos y el
niños tengan comportamientos prosociales y eviten bienestar subjetivo. Para este efecto se propuso como
cometer transgresiones sociales (Janssens y Gerris, hipótesis que la exposición de madres a un programa
1992; Hoffman, 2000). Además, Carrasco y González de intervención mejora su interacción recíproca,
(2006) mencionan que desde los años setenta ha que- representada por efectos significativos pre-pos entre-
dado establecido que la conducta agresiva en la namiento (p < .05) y por diferencias significativas en
infancia es resultado de la paternidad con caracterís- comparación con un grupo no expuesto.
ticas como las arriba mencionadas. Los niveles de

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La formación en crianza como estrategia para la prevención de violencia…
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Método números aleatorios y finalmente se determinó el


calendario para la evaluación e intervención.
El estudio fue cuantitativo con grupo experimen- El análisis de los datos se realizó con el programa
tal y grupo control (con medidas repetidas). Statistical Package for the Social Sciences SPSS (Ver-
sión 21). Se obtuvieron estadísticas descriptivas de
Participantes las variables pertinentes. Las variables dependientes
Participaron 50 madres de familia con al menos un e independientes fueron sometidas a diferentes trata-
hijo de 3 a 5 años de edad, inscritos en un Preescolar mientos estadísticos, incluyendo correlaciones Pear-
de la Secretaría de Educación Jalisco SEJ de Guadala- son y Spearman, Análisis de Regresión Múltiple,
jara, Jalisco, México. La muestra fue de conveniencia. ANOVAs y MANOVAs de medidas repetidas pre-post
intervención, con un nivel alfa p < .05, para la mayoría
Instrumentos de los análisis.
Las variables sociodemográficas fueron evaluadas
usando un cuestionario de información básica de la Resultados
familia: nombre, cómo contactarlos, nombre y edad
del niño; nivel educativo, estado civil, ingresos fami- En primer lugar se analizaron las características
liares y ocupación de los padres de familia. A los sociodemográficas de la muestra (n = 50). La edad de
padres se les evaluó con la Escala de Comportamien- las madres y la de sus hijos (23 niños y 27 niñas) fue-
tos para Madres y Padres de Niños Pequeños (ECMP, ron como sería de esperar (Tabla 1), aunque el rango
Solís-Cámara, 2007a). También se les aplicó el Cues- de edades de ellas (23 a 45 años) iba más allá de lo
tionario Breve de Coraje y Agresión CBCA (BAAQ, usual para madres de niños preescolares. En cuanto
Brief Anger Agression Questionnaire por sus siglas al último grado escolar alcanzado, el 18% de las
en inglés; Maiuro et al., 1987) para valorar los niveles madres tenía un máximo de 9 años de estudios
de coraje y agresión. El CBCA en español fue tomado (secundaria), el 30% tenía hasta 12 años (preparato-
de estudios que lo han utilizado en muestras seme- ria) y el resto (52%) tenía estudios universitarios par-
jantes a la de este estudio (Solís-Cámara et al., ciales o completos. El estado civil se distribuyó
2007). También se les evalúo con la Escala de Bienes- mayoritariamente en casadas o en unión libre (82%) y
tar Subjetivo EBS, (GHQ, General Health Questionai- el resto eran divorciadas, separadas o madres solte-
re, por sus siglas en inglés) en su versión de 12 reac- ras (18%). El 64% de ellas trabajaba como empleadas
tivos (GHQ-12; Goldberg & Williams, 1988), cuyo pro- y el resto se dedicaban al hogar, o eran obreras o
pósito es el de identificar la inhabilidad para llevar a comerciantes en menor escala (36%); sus parejas tra-
cabo las funciones normales y el estrés con base psi- bajaban también en su mayoría como empleados
cológica. Por otra parte, se intervino a las madres con (52%) y el resto se distribuía en pequeños porcentajes
un programa de crianza estandarizado, el Programa en todas las categorías, incluyendo profesionistas y
de Paternidad Estrella, con el objetivo de enseñar a padres ausentes. Con respecto a los ingresos econó-
las madres de familia los conocimientos, estrategias micos de la familia, estos se distribuyeron en el 42%
y técnicas para favorecer una socialización óptima en con ingresos entre los $5 mil y los $8 mil pesos men-
sus niños. suales; en el 22% con ingresos mayores a $8 mil y
menores a $11 mil pesos y en el 36% con ingresos
Procedimiento mayores a estas cantidades, o sea más de $20 mil
Una vez que se obtuvo el permiso para ingresar a pesos. Otras variables de interés que fueron captura-
la institución educativa, se solicitó la firma del con- das incluyen el promedio de horas que trabajaba la
sentimiento (Código Ético del Psicólogo, 2017) a las madre (M = 33.2, DE = 17.4, de 0 a 60 horas por sema-
madres que aceptaron participar después de haber na) y que la mayoría de las familias vivía en casa habi-
recibido una explicación y antes de administrarles tación (92%) y estaban (72%) conformadas por los
cualquier evaluación o intervención. Las participan- padres y uno o dos niños. En la Tabla 1 se presentan
tes se comprometieron a completar los cuestionarios las estadísticas descriptivas de las madres participan-
previo y posterior y el programa de intervención. Exis- tes en las medidas de interés.
tió el factor cronológico en el desarrollo del estudio Se analizaron las variables contextuales que, con
entre el grupo experimental y control. La asignación base en la literatura, podrían tener efecto en los
de los grupos fue al azar, siguiendo una tabla de resultados, la edad de las madres, la escolaridad y los

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Sandoval-Martínez, De Gante-Casas, Gómez-Pérez, Limón-Jaramillo
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Tabla 1. Estadísticas descriptivas de las


principales variables de la muestra participante (n = 50)
Variable M Min Max DE
Edad del contestatario en años. 32.5 23 45 6.15
Edad del niño en años. 3.74 2 5 0.75
Expectativas. 145.1 117 171 15.1
Disciplina. 54.3 31 99 13.4
Crianza. 54.7 35 74 8.81
Escala de bienestar subjetivo. 13.5 2 28 7.45
Coraje y agresión. 10.0 0 18 4.74
Fuente: Elaboración propia.
Nota: El mínimo de la edad de los niños indica 2 años debido a que un niño tenía 2 años 6 meses de edad.

ingresos familiares. Se encontraron correlaciones niveles de escolaridad, obteniendo tres grupos: nivel
Pearson significativas entre las prácticas disciplina- básico con estudios hasta secundaria (n = 9), nivel
rias y la edad de las madres (r = -32, p < .05). Además, medio con estudios de preparatoria (n = 15), y nivel
análisis no paramétricos entre la escolaridad y los alto con estudios universitarios (n = 26). Como se
ingresos indicaron que ambas variables estaban puede notar se enfrentó el problema de la falta de
correlacionadas (rho = 35, p < .05). homogeneidad del tamaño de los grupos; por ello el
Debido a estos resultados, se decidió formar gru- análisis de varianza carecía de sentido. De cualquier
pos por edad y por escolaridad de las madres. El razo- manera, en la Tabla 2 se presentan las estadísticas
namiento para realizar esta acción fue que si hubiese descriptivas de los tres grupos obtenidos y se observa
diferencias por grupos en las variables dependientes que las expectativas y las prácticas de crianza del gru-
(i.e., expectativas, disciplina y crianza), éstas podrían po de secundaria son las más pobres, mientras que
afectar las correlaciones a encontrar entre ellas y las sus prácticas disciplinarias son las más severas.
variables independientes de interés (Vgr. coraje y En contraste, las calificaciones de los grupos de
agresión y bienestar subjetivo). Se obtuvo la frecuen- preparatoria y universidad son muy semejantes, con
cia de las edades cronológicas en años y acorde a la la excepción de que el grupo de preparatoria muestra
misma, se dividió la muestra en joven, con 23 a 29 una tendencia a mostrar disciplina más severa. A
años de edad (n = 16), madura con 30 a 35 años (n = pesar de estas diferencias, ninguna fue significativa
17) y mayor con 36 o más años (n = 17). Anova de 3 debido probablemente al pequeño tamaño de la
(expectativas, disciplina, crianza) x 3 (joven madura y muestra del nivel de secundaria, aún con pruebas no
mayor), y los análisis univariados (F(2,47) = 4.09, p < paramétricas. Se hace notar este sesgo de las califica-
.05) y post-hoc (Scheffe, p = .03) confirmaron que ciones.
había diferencias estadísticamente significativas en Se encontraron correlaciones significativas entre
disciplina exclusivamente y que éstas se debían a las expectativas y el bienestar subjetivo de las madres
que, aunque los grupos joven (M = 56.8) y madura (M (r = -.33, p < .05). También se encontraron correlacio-
= 59.0) tenían medias semejantes, éste último fue el nes entre las prácticas disciplinarias y el coraje y agre-
único que se diferenció del grupo mayor (M = 47.3); sión (r = .59, p < .001) y el bienestar subjetivo (r = .33,
así, estos resultados indican que las madres más p < .05). Para las prácticas de crianza se encontró una
jóvenes tenían prácticas disciplinarias más severas. correlación significativa entre ellas y el bienestar sub-
Un procedimiento semejante se siguió con los jetivo de las madres (r = -.27, p = .05). Como se nota

Tabla 2. Medias y desviaciones de las mamás por grupos de escolaridad


Universidad Preparatoria Secundaria
(n = 26) (n = 15) (n = 9)
Variable M DE M DE M DE
Expectativas 146.5 15.3 146.1 16.9 139.4 11.1
Disciplina 51.5 10.6 55.1 12.9 61.1 19.2
Crianza 54.7 9.64 56.7 7.49 51.1 8.13
Fuente: Elaboración propia.

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Tabla 3. Comparación de la variable edad y de las


calificaciones de las variables durante la fase de pretest, por grupos
Grupos
Experimental Control
(n = 25) (n = 25)
Variable M DE M DE
Edad de las madres en años 30.8 5.47 34.3 6.39
Edad del niño 3.72 0.79 3.72 0.74
Expectativas 147.9 12.6 142.2 17.1
Disciplina 54.0 15.1 54.6 11.7
Crianza 54.2 8.21 55.2 9.53
Escala de bienestar subjetivo 13.7 7.19 13.2 7.83
Coraje y agresión 11.5 4.00 8.48 5.01
Fuente: Elaboración propia.

las variables coraje y agresión y bienestar subjetivo sí tró incremento (M = 59.8, DE = 16.5), pero no fue sig-
correlacionan con las variables dependientes, como nificativo.
sería de esperar. Como se puede observar en la Tabla Anova de medidas repetidas para coraje y agre-
3, la edad de las madres del grupo control era mayor sión y bienestar subjetivo indicó efectos principales
que la del grupo experimental y esta diferencia fue (F(3,22) = 7.70, p < .001); los análisis univariados indi-
significativa (t (48) = 2.09, p < .05), pero las de sus caron que para bienestar subjetivo no hubo cambios
niños eran prácticamente iguales entre grupos. En significativos ya que la calificación se mantuvo casi
cuanto a las calificaciones en las dimensiones, un idéntica (M = 13.6, DE = 11.8; ver Tabla 3 para la cali-
análisis de varianza indicó que no había diferencias ficación de pretest); y para coraje y agresión se encon-
en expectativas, disciplina y crianza (F(3,46)=0.34, tró decremento (M = 8.68, DE = 4.35), que fue alta-
NS), pero en los factores sí se encontraron efectos mente significativo (F(1,24) = 16.8, p < .001).
principales (F(3,46) = 3.31, p < .05), que se debieron a Para analizar si hubo cambios o no los hubo en las
diferencias en coraje y agresión (F(1,49) = 243.3, p < variables para el grupo control, se realizó un procedi-
.001), exclusivamente; ya que como se observa en la miento semejante al del grupo experimental, pero de
Tabla 3 el grupo experimental tenía puntajes de cora- la fase de pretest al pretest-II. Anova de medidas
je más altos que el grupo control. repetidas para expectativas, disciplina y crianza indi-
Para analizar si hubo cambios o no los hubo en caron efectos principales (F(3,22) = 5.33, p < .01); los
las variables después del entrenamiento (grupo análisis univariados indicaron que para expectativas
experimental) o con el paso del tiempo (grupo con- hubo cambios significativos (F(1,24) = 6.19, p < .05);
trol), se realizaron análisis de medidas repetidas ya que la calificación se incrementó (M = 147.6, DE =
para todas las variables del estudio, incluyendo las 19.1; ver Tabla 3 para la calificación de pretest); en
dimensiones de expectativas, disciplina y crianza que contraste para disciplina se encontró decremento (M
ahora fueron consideradas como variables depen- = 48.7, DE = 12.0) significativo (F(1,24) = 15.7, p <
dientes, siendo la intervención la variable indepen- .001); y para crianza no se encontró cambio (M = 56.2,
diente según fuese el caso. DE = 11.9).
Primero se realizaron los análisis para el grupo Anova de medidas repetidas para bienestar subje-
experimental de las fases de pre al post entrena- tivo y coraje y agresión indicaron que no había efec-
miento. Anova de medidas repetidas para expectati- tos principales (F(3,22) = 0.77, NS); los análisis univa-
vas, disciplina y crianza indicaron efectos principales riados indicaron que no hubo cambios significativos
(F (3,22) = 2.87, p = .05); los análisis univariados indi- para ningún factor, ya que la calificación se mantuvo
caron que para expectativas no hubo cambios signi- casi idéntica para bienestar subjetivo (M = 14.3, DE =
ficativos ya que la calificación se mantuvo casi idén- 7.34; ver Tabla 3 para la calificación de pretest) así
tica (M = 147.5, DE = 25.4; ver Tabla 3 para la califica- como coraje y agresión (M = 9.00, DE = 5.70).
ción de pretest); en contraste, para disciplina se Con estos resultados la hipótesis del estudio pue-
encontró decremento (M = 49.9, DE = 15.9) significa- de ser aceptada.
tivo (F(1,24) = 4.81, p < .05); y para crianza se encon-

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Discusión Las relaciones encontradas señalan también que a


más prácticas disciplinarias severas, más coraje y
El propósito general de este estudio fue comparar agresión y mayor estrés psicológico o menor bienes-
el impacto de una intervención en crianza sobre las tar de las madres; en cuanto a las prácticas de crianza
conductas negativas en la interacción de las madres indican que a más prácticas de crianza positivas,
con sus hijos y el bienestar subjetivo. El análisis de la mejor desarrollo de los niños y mayor bienestar en las
relevancia de las variables contextuales incluidas, y madres; por lo tanto, estos resultados apoyan la
que se observan en estudios semejantes (Ver: Bron- importancia de los factores incluidos, tal como en
fenbrenner y Morris, 1998; Maccoby, 1992; Dos-San- otros estudios (Barcelata y Álvarez, 2005; Lahikainen,
tos, Queirós, Barreto, y Dos-Santos, 2016; Rehman, Tolonen y Kraav, 2008; stberg y Hagekull, 2000;
Kazmi, y Perveen 2016), indicó relaciones entre prác- Pichardo et al., 2009; Sánchez y Dresch, 2008; Solís-
ticas disciplinarias más severas y menor edad de las Cámara, 2007c; Solís-Cámara et al., 2007) con diversos
madres; así como también con pobres ingresos eco- propósitos.
nómicos; este resultado coincide con las evidencias Debido al patrón de relaciones encontradas entre
reportadas en otros estudios (Solís-Cámara y Fox, las variables independientes de este estudio, se tuvo
1996; Fox y Solís-Cámara, 1997; Ramírez, 2005). cuidado de agrupar las que no tenían relaciones, o
Las puntuaciones de expectativas, prácticas disci- eran mínimas, para realizar los análisis de regresión
plinarias y crianza, encontradas en este estudio son múltiple (ARM) e indicaron que las variables expecta-
semejantes a las reportadas en otros estudios para tivas, disciplina y crianza tuvieron relación con el bie-
madres de niños de la misma edad, por ejemplo, nestar subjetivo y coraje y agresión. En contraste, los
expectativas, 142.9 a 143.8; disciplina, 48.2 a 49.9; y factores fueron “responsables” de la varianza sobre
crianza 53.5 a 54.5 (Solís-Cámara et al., 2004 y 2008), tales dimensiones y esto nuevamente, es congruente
aunque la calificación de expectativas y en particular con otros hallazgos (Solís-Cámara et al., 2004; Solís-
la de disciplina son más altas en este estudio (Tabla Cámara, 2007; Carrasco y González, 2006; Matud et al.,
1). Esto indica que la muestra tenía prácticas discipli- 2002; Pichardo et al., 2009). Es de notar, en primer
narias severas, caracterizadas por mayor dependencia lugar, que las calificaciones pre-entrenamiento entre
al uso de golpes y gritos para establecer límites a los los grupos control y experimental fueron semejantes,
niños, este resultado coincide con Bao et al. (2016). con excepción de que el grupo experimental mostra-
Los puntajes en otros estudios, en cuanto al coraje y ba más coraje y agresión que el control y también
agresión de los padres (M = 9.6; Solís-Cámara, 2007), tenía más altas expectativas, aunque no de manera
son semejantes a los de este estudio (Tabla 1). Con significativa. Además, la diferencia de cuatro años en
respecto al bienestar subjetivo de los padres, las cali- la edad de las madres del grupo experimental versus
ficaciones no fueron semejantes a las de otros estu- el control, podría considerarse relevante, pero no se
dios (M = 27, Solís-Cámara et al., 2007), pero esto encontraron diferencias en la variable de disciplina,
parece deberse a que la muestra en esta investigación que antes se había relacionado de manera importante
mostró un pobre bienestar. con la edad, por lo que esta noción se abandonó. Los
En este estudio, se observó que las expectativas y análisis comparativos del grupo experimental, del pre
las prácticas de disciplina y crianza de las madres al post entrenamiento, indicaron que los puntajes de
jóvenes y con menor escolaridad son inadecuadas. Es las prácticas disciplinarias severas, para coraje y agre-
posible que estos datos hayan alterado un poco los sión, mostraron decrementos significativos.
resultados reportados aquí, particularmente en el Los efectos positivos del entrenamiento sobre
caso de la disciplina; desgraciadamente el grupo con variables semejantes no sorprenden debido a eviden-
baja escolaridad y las peores calificaciones en las cias internacionales de la efectividad del programa en
dimensiones estaba formado sólo por 9 madres, por otros estudios (Fox y Solís-Cámara, 1997; Solís-Cáma-
lo que su control no fue posible. ra et al., 2000 y 2004), incluso con los mismos instru-
Las relaciones negativas encontradas indican que mentos utilizados en esta investigación.
altas expectativas maternas exigen más de lo que los Por otra parte, para el grupo control se realizó un
niños pueden hacer a una edad; en consecuencia, los procedimiento semejante al del grupo experimental,
niños no muestran los logros esperados y éstas se pero de la fase de pretest al pretest-II, y se encontró
decepcionan considerando que sus niños no tienen que las expectativas maternas se incrementaron y las
un desarrollo adecuado (Solís-Cámara et al., 2003). prácticas disciplinarias disminuyeron hasta llegar

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La formación en crianza como estrategia para la prevención de violencia…
ARTÍCULOS

prácticamente a los mismos puntajes del grupo expe- gía. Universidad Católica de Colombia. Bogotá, Colombia.
rimental. Esto pudo deberse a un efecto de regresión 35-45.
a la media, como el que ha sido reportado en estu- BRONFENBRENNER U. y MORRIS, P. A. (1998). The Eco-
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mantuvieron prácticamente idénticas en el grupo
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control, como sería de esperar (v. gr. Solís-Cámara et CRITTENDEN, P. M. (2008). Plenary Address at Parent
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ciplina severa tal como se midió en este estudio se DARLING, N. y STEINBERG, L. (1993). Parenting style as
refiere al castigo corporal y al uso de gritos con la context: An integrative model. Psychological Bulletin,
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lió entre las otras dos (i.e., expectativas y prácticas DOS-SANTOS, L., QUEIRÓS, F., BARRETO, M. y DOS-
SANTOS, D. (2016). Prevalence of Behavior Problems
positivas de crianza) como la variable relacionada con
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las interacciones entre las madres y sus hijos, esta the City of Salvador, State of Bahia, Brazil. Revista Bra-
evidencia es apoyada el estudio clásico de Sears, sileira de Psiquiatria, 38, 46-52.
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