CONCEPTO DE COAUTORIA
La coautoría es una de las tres formas en la que puede manifestarse la autoría porque está sujeto a
no realizar en hecho por completo, sino que lo realiza junto con otros., por tanto, es un hecho
consumado. Los elementos exigidos por la coautoría son dos: uno objetivo y el otro subjetivo estos
elementos están conectados entre si ya que cada uno va referido al otro y no pueden ser separados,
y para el análisis de cada uno ha de tenerse en cuenta el otro. Como punto de partida y como
premisa básica sobre el estudio de la coautoría, además también se puede apreciar el concepto
restrictivo de autor que se basa en la regulación del Derecho positivo de nuestro Código Penal.
También se ha rechazado la versión moderna de la teoría objetivo-formal, donde el coautor realiza
cualquier acción típica. Sin embargo, no se acepta el modo en que se caracteriza ese dominio,
especialmente los elementos o requisitos del dominio funcional del hecho que se exigen para la
coautoría, puesto que se considera demasiado amplia esa necesidad que se produce en el Derecho
penal en abarcar dentro del campo de la coautoría comportamientos necesitados y merecedores de
la pena del autor y que, de lo contrario, deberían ser reconducidos a la complicidad, como lo es en
Alemania que lleva aparejada una atenuación obligatoria.
La coautoría presenta cuando varías personas de común acuerdo, siguen un plan, toman parte en la
fase ejecutiva de la realización del tipo, dominando el hecho entre todos, supone una división del
trabajo, aunque no basta con cualquier aporte dentro de esa distribución de funciones, es necesario que
sea, además, esencial de lo contrario, estaríamos frente a la complicidad como forma de
participación.
PALABRAS CLAVES
Participación. Autor. Concepto unitario. Instrumentalización. Fuerza. Coacción. Violencia física.
Autoría inmediata. Punibilidad. Inducción. Autoría mediata. Intermediario.
INTRODUCCIÓN
Son diversas las formas en las que el comportamiento humano se puede estructurar a fin de
configurar una autoría criminal. Ésta no termina con la realización directa y de propia mano de los
hechos descritos en los tipos penales de la Parte Especial del Código Penal (autoría inmediata por
dominio de la acción), ni tampoco con la ejecución de éstos por intermedio de una persona que lleva
adelante la voluntad del “hombre de atrás” al haber sido reducida por éste a la categoría de
instrumento (autoría mediata por dominio de la voluntad). La fenomenología de la codelincuencia
nos muestra que el quebrantamiento de las normas penales, puede realizarse también a través de la
actuación conjunta de varias personas (coautoría como dominio del hecho funcional). Esta última
forma de vulneración de la norma penal se suele denominar en el Derecho penal como coautoría.
Tanto de su regulación en los Códigos Penales como de su propia naturaleza, la coautoría se explica
como una figura de intervención en el delito mediante la cual la determinación del sujeto del hecho
contenido en los tipos penales se extiende a aquellos que toman parte del dominio colectivo del
hecho y su ejecución, con el fin que todos ellos puedan ser considerados como autores del hecho
conjunto. En este sentido, la coautoría es una forma de extensión de la responsabilidad, siendo este
el motivo para que se haga referencia a ella como modalidad impropia o imperfecta de participación,
en contraste con sus manifestaciones propias: instigación y complicidad. Ahora bien, una de las
consecuencias que trae consigo esta interpretación de la coautoría como extensión de la
responsabilidad o forma imperfecta de participación sería la demanda por implementar los
parámetros que coadyuven a delimitar entre lo que es coautoría y lo que es complicidad. En efecto,
usualmente el principal inconveniente en el campo de la intervención delictiva se ha asociado a la
diferenciación entre coautores y cómplices. Sin embargo, los problemas de delimitación han
aumentado con la regulación en algunas legislaciones penales de una forma de intervención criminal
denominada complicidad primaria y ubicada en una zona intermedia entre la coautoría y la
complicidad. La complicidad primaria está presente en el Derecho penal peruano desde que el
legislador del Código Penal de 1863 decidiera su inclusión tomando como base al cooperador
necesario del Código Penal español. Conforme a nuestra regulación vigente, 11 el cómplice primario
–quien se debe diferenciar del cómplice secundario- se caracteriza por la eficacia o esencialidad de su
aporte para la realización del hecho punible, teniendo lugar su intervención -a decir de la doctrina y
jurisprudencia nacional- antes que se inicie la ejecución de éste, creando las condiciones necesarias
que lo hagan posible, pero sin posibilidad de acceso al dominio del hecho funcional, a pesar de la
importancia de su intervención. Desde su recepción en nuestro Derecho penal, la complicidad
primaria ha presentado innumerables inconvenientes al momento de su concreción y cuando se ha
pretendido determinar sus límites frente a la coautoría y la complicidad secundaria, ello debido
esencialmente a que su fórmula legal posee un carácter negativo, hipotético y ex post. Así, muchas
decisiones de la justicia nacional en las que se ha debido determinar el título de imputación a otorgar
a quienes han vulnerado las normas penales –coautor, cómplice primario o cómplice secundario- se
han tomado en función de las circunstancias concretas de cada caso, ocultando en la mayoría de
oportunidades las razones que llevaron a una u otra calificación y demostrando la imposibilidad de
derivar criterios generales que se apliquen de forma unánime a los diversos casos, lo que ha
conducido a la existencia de una jurisprudencia poco homogénea, a menudo confusa y no libre de
contradicciones, poniendo en tela de juicio la observancia de la seguridad jurídica. En ese sentido,
tomando en consideración el carácter esencial del aporte del cómplice primario para la realización
del hecho punible y a su simetría con el comportamiento del coautor, en el presente trabajo
planteamos el interrogante de si el cómplice primario es o no un coautor. A partir de la investigación
realizada y las conclusiones que ésta arroja, para nosotros la respuesta es afirmativa, pues la
complicidad primaria es una figura que ha sido mantenida en el Derecho positivo peruano para
agrupar todos aquellos comportamientos que si bien son propios de coautoría no pueden ser
calificados como tal debido a la ausencia de un poder o dominio fáctico del suceso en los sujetos que
los llevan a cabo, toda vez que su intervención –más allá del importante valor de su aporte para la
consumación del ilícito- tiene lugar momentos previos a la ejecución del hecho. Además, su vigencia
se ha justificado afirmando que con ella se consigue castigar con la misma pena del autor a todo
sujeto que por las razones expuestas no puede ser declarado coautor, evitando su castigo como
cómplice secundario, pues ello tendría como 12 consecuencia la rebaja de la pena, solución que es
insatisfactoria por la importancia de la colaboración prestada para la materialización del ilícito penal.
En tal sentido, nosotros rechazamos la existencia y regulación de la complicidad primaria por estar
sustentada en consideraciones meramente causales y no normativovalorativas conforme a la actual
orientación del Derecho penal. De esta manera, propugnamos su exclusión del Derecho penal
positivo, sobre todo cuando se persiste con su mantenimiento conforme consta en el actual proyecto
de reforma del Código Penal peruano. Dicho todo lo anterior, en las siguientes líneas vamos a
presentar el desarrollo de nuestra investigación apoyándonos en la siguiente estructura: en primer
lugar (Capítulo I), se presenta un resumen de las concepciones dogmáticas en torno al denominado
concepto de autor. Al respecto, llevamos a cabo una exposición de los planteamientos doctrinales
más importantes sobre el estado de la discusión. En el examen de cada uno de ellos, predomina un
enfoque crítico y se pone atención a las incorrecciones derivadas de una interpretación
fenomenológica de la autoría y participación. En segundo lugar (Capítulo II), se muestra el estado de
la cuestión en torno a la coautoría como objeto principal de nuestro estudio. En particular, me centro
en la concepción que de ésta tiene la doctrina del dominio del hecho a través del denominado
dominio del hecho funcional. Como colofón, pongo mi atención sobre la complicidad primaria, la cual
a pesar de su pacífico reconocimiento a nivel de nuestra doctrina y jurisprudencia, sólo encuentra
justificación desde una perspectiva dogmática de bases ontológicas. Es en este punto donde
comienzo a cuestionar su autonomía respecto de la coautoría. Finalmente (Capítulo III), me aboco a
presentar mi concepción personal sobre la coautoría y complicidad primaria. En ese sentido,
expondré las razones por las que se debe entender como complicidad propiamente a la denominada
complicidad secundaria; mientras que la primaria debe ser tenida como manifestación de la
coautoría, atendiendo no sólo a que tiene establecida la misma pena designada para el autor, sino
también a la relevancia del aporte para la comisión del hecho punible. Para ello, tomo como pilares a
la filosofía hegeliana y el pensamiento funcionalista (en particular el de GÜNTHER JAKOBS y HEIKO
LESCH), así como al valor al empleo de criterios normativo-valorativos para explicar el injusto penal.
13 Todo ello desemboca en una toma de postura en favor de una interpretación normativa de la
comisión conjunta del hecho punible (codelincuencia) y una supresión de la complicidad primaria de
nuestro Derecho penal positivo, en tanto la determinación de los límites de la coautoría no viene
expresa y definitivamente resuelta por la ley, sino que depende de consideraciones e
interpretaciones valorativas. Con ello pretendo no sólo contribuir a motivar la discusión sobre el
tema objeto de la presente investigación, sino también la plasmación de una fórmula teórica
manejable que ofrezca criterios útiles para resolver adecuada y satisfactoriamente los problemas que
se presentan en la práctica en el ámbito de la autoría y participación, y en particular, de la coautoría
y complicidad. En este marco, resulta trascendente mostrar el trato que se le ha otorgado a la
complicidad primaria por los jueces nacionales, pues como correctamente ha expresado PÉREZ
ALONSO aludiendo a la relevancia de considerar el tratamiento que en la jurisprudencia del Tribunal
Supremo español se le ha brindado a la cooperación necesaria, “cualquier investigación jurídico-
penal realista y con vocación práctica no puede obviar, en modo alguno, el conocimiento y estudio –
crítico o no- de la doctrina sentada por el Tribunal Supremo en la materia de que se trate”. En lo que
concierne a la metodología empleada en la presente tesis, ésta consiste en la elaboración de un
sistema con perspectiva global a partir del cual solucionar los problemas que se presenten y no
actuando en sentido contrario, esto es, intentado encontrar la respuesta adecuada a partir de un
grupo de casos. Acertadamente FEIJÓO SÁNCHEZ ha criticado esta última forma de proceder, porque
“no se trata de resolver casos particulares con criterios ad hoc, sino resolver problemas generales de
imputación mediante fundamentos materiales que ofrezcan soluciones generales y, por
consiguiente, cierta seguridad a la hora de aplicar el Derecho a todos los casos concretos que
obedecen a un problema general común”, pues –continúa- “«el sistema es un elemento
irrenunciable de un Derecho penal propio de un Estado de Derecho» y la renuncia al pensamiento
sistemático supone un retorno al pensamiento tópico, al casuismo y a la solución ocasional; en
definitiva, un retorno a la arbitrariedad, irracionalidad, improvisación e inseguridad jurídica,
posibilitando con ello que hechos y situaciones valorativamente iguales sufran un trato desigual o
viceversa”. Esto significa que no se podrá alcanzar seguridad jurídica con pura tópica y sin
sistemática. 14 Por otro lado, entiendo que una fundamentación, elaboración e interpretación de los
institutos penales como la participación criminal no puede ser realizada desde categorías no-
normativas, esto es, a partir de estructuras lógico-objetivas como las denominaba HANS WELZEL,
sino desde una perspectiva normativo-valorativa del Derecho. Para ello, el punto de vista a partir del
cual se desarrolla la presente investigación se enmarca en una metodología teleológico-funcional,
pues soy de la opinión que toda construcción dogmática en Derecho penal debe estar orientada
sobre los fines que éste y la Constitución Política persiguen. Por todo lo expuesto, con la presente
investigación busco entregar las pautas y criterios necesarios para que se adopte a nivel teórico y de
la praxis forense un tratamiento normativo-valorativo de las formas de intervención en el delito, con
la finalidad de reconducir la calificación como autor o partícipe (coautor o cómplice) a límites
políticocriminalmente aceptables y dogmáticamente válidos.
CONCLUSIONES DEL TRABAJO:
la coautoría establecida en el art. 23° del Código Penal peruano, mantiene plena validez en los delitos
de infracción de deber, es decir, aquí la coautoría también consiste en la “ejecución conjunta”. En los
delitos de infracción de deber, la estructura de la coautoría, definida normativamente como una
realización conjunta, consiste en la infracción conjunta del deber común. Asimismo, Las maneras de
realización del comportamiento humano para definir el concepto de autor, como es la conducta
típica de forma individual y de propia mano (autoría inmediata como dominio de la acción), ni con la
realización del tipo penal que actúa como instrumento a través de otra persona, para que lleve a
cabo la voluntad delictiva del hombre de atrás (autoría mediata como dominio de la voluntad). En el
campo empírico de las formas de intervención criminal se sitúa un amplio ámbito de actuación
delictiva.
Esta última forma de conducta humana, cuando intervienen varias personas en el proceso de
actuación delictiva, se plantea el problema de dilucidar los participantes en dicho proceso responden
independiente por la realización de un hecho injusto propio (coautoría) o bien de forma dependiente
por la contribución a un hecho injusto ajeno (participación). La diferencia entre ambas formas de
intervención criminal no es cuantitativa, sino cualitativa, en cuanto que la autoría supone la realiza
ción de un tipo principal (hecho injusto propio), mientras que la participación supone la realización
de un tipo de referencia, mediante la cooperación accesoria para que otro (autor) realice el tipo
penal (hecho injusto ajeno).
La imputación penal en la coautoría no se soluciona necesariamente mediante la aplicación de la
teoría del dominio del hecho, sino a través de la aplicación de los fundamentos de la imputación
objetiva asociados a la prohibición de regreso; fundamentándose en que el criterio del dominio
resulta siendo insuficiente, puesto que el hecho no puede proclamarse solamente para los autores,
sino que todos los intervinientes punibles han sido competentes por el dominio del riesgo. Por ello la
imputación penal en la coautoría no se soluciona necesariamente mediante la aplicación de la teoría
del dominio del hecho, para ello es necesario aplicar los fundamentos de la imputación objetiva
asociados a la prohibición de regreso.
PROPUESTA DE MEJORA DEL ARTICULO O ARTÍCULOS PENALES QUE SE USARON EN EL ANÁLISIS DE
SU CASO.
Sentencia de Casación: Sala Penal Transitoria Casación Nª1039-2016 Arequipa
ARTICULOS PENALES QUE SE USARON EN EL ANALISIS DEL CASO:
Artículo 23.-Autoría, autoría mediata y coautoría
El que realiza por sí o por medio de otro el hecho punible y los que lo cometan conjuntamente serán
reprimidos con la pena establecida para esta infracción.
Artículo 429.- El que omite en un documento público o privado declaraciones que deberían constar o
expide duplicados con igual omisión, al tiempo de ejercer una función y con el fin de dar origen a un
hecho u obligación, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de seis
años.
Artículo 432.- Cuando algunos de los delitos previstos en este Capítulo sea cometido por un
funcionario o servidor público o notario, con abuso de sus funciones, se le impondrá, además, la
pena de inhabilitación de uno a tres años conforme al artículo 36, incisos 1 y 2.
BIBLIOGRAFÍA.
Profesor en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Pontificia Universidad Católica del Perú,
Universidad de San Martín de Porres y Universidad ESAN. Doctor y Magíster en Derecho por la
Universidad de Múnich (Alemania). Socio fundador del Estudio Pariona Abogados.
En 1963, en el marco de su trabajo sobre la autoría y dominio del hecho, Roxin desarrolló
la infracción de deber como criterio para determinar y delimitar la autoría, cfr. Täterschaft und
Tatherrschaft, 10. ed. 2019.
BRAMONT ARIAS, Luis y Luis Alberto Bramont Arias - Torres. Código penal anotado. Edición 2da. Lima
- Editorial San Marcos. 1995.
La distinción entre autoría y participación en la jurisprudencia de los Tribunales y en el nuevo Código
Penal alemán. En, Estudios Penales. Libro Homenaje al Profesor José Antón Oneca, Universidad de
Salamanca, 1982.
LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Derecho penal - parte general - Tomo II. Edición – Lima - Editorial
Gaceta Jurídica. 2004.
ROJAS VARGAS, Fidel. - Jurisprudencia penal. Edición. Lima - Gaceta Jurídica Editores. 1999.