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Sesic3b3n 9 Textos

El documento presenta varios extractos literarios breves de la autora Luisa Valenzuela. Los extractos tratan temas como encuentros casuales, observaciones cotidianas y microrrelatos de misterio.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
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LA COSA VISIÓN DE REOJO

Él, que pasaremos a llamar sujeto, y quien estas líneas escribe La verdá, la verdá, me plantó la mano en el culo y yo estaba a punto de
(perteneciente al sexo femenino) que como es natural llamaremos el pegarle cuatro gritos cuando el colectivo pasó delante de una iglesia y lo vi
objeto, se encontraron una noche cualquiera y así empezó la cosa. Por un persignarse. Buen muchacho después de todo, me dije. Quizá no lo esté
lado porque la noche es ideal para comienzos y por otro porque la cosa haciendo a propósito o quizá su mano derecha ignore lo que su izquierda
siempre flota en el aire y basta que dos miradas se crucen para que el hace o. Traté de correrme al interior del coche –porque una cosa es
puente sea tendido y los abismos franqueados. Había un mundo de gente justificar y otra muy distinta dejarse manosear- pero cada vez subían más
pero ella descubrió esos ojos azules que quizá –con un poco de suerte- se pasajeros y no había forma. Mis esguinces sólo sirvieron para que él meta
detenían en ella. Ojos radiantes, ojos como alfileres que la clavaron contra mejor la mano y hasta me acaricie. Yo me movía nerviosa. Él también.
la pared y la hicieron objeto –objeto de palabras abusivas, objeto del Pasamos frente a otra iglesia pero ni se dio cuenta y se llevó la mano a la
comentario crítico de los otros que notaron la velocidad con la que aceptó cara sólo para secarse el sudor. Yo lo empecé a mirar de reojo haciéndome
al desconocido. Fue ella un objeto que no objetó para nada, hay que la disimulada, no fuera a creer que me estaba gustando. Imposible
reconocerlo, hasta el punto que pocas horas más tarde estaba en la correrme y eso que me sacudía. Decidí entonces tomarme la revancha y a
horizontal permitiendo que la metáfora se hiciera carne en ella. Carne mi vez le planté la mano en el culo a él. Pocas cuadras después una oleada
dentro de su carne, lo de siempre. de gente me sacó de su lado a empujones. Los que bajaban me arrancaron
La cosa empezó a funcionar con el movimiento de vaivén del sujeto que del colectivo y ahora lamento haberlo perdido así de golpe porque en su
era de lo más proclive. El objeto asumió de inmediato –casi billetera sólo había 7400 pesos de los viejos y más hubiera podido sacarle
instantáneamente- la inobjetable actitud mal llamada pasiva que resulta en un encuentro a solas. Parecía cariñoso. Y muy desprendido.
ser de lo más activa, recibiente. Deslizamiento de sujeto y objeto en el
mismo sentido, confundidos si se nos permite la paradoja. Luisa Valenzuela, Aquí pasan cosas raras,1975

Luisa Valenzuela, Libro que no muerde, 1980


EL SABOR DE UNA MEDIALUNA A LAS NUEVE DE LA los escasos renglones. No encuentra pista alguna. Es desconcertante. El
MAÑANA EN UN VIEJO CAFÉ DE BARRIO DONDE A LOS 97 sospechoso es más astuto de lo que suponía. Toma una lupa y revisa bien
AÑOS RODOLFO MONDOLFO TODAVÍA SE REÚNE CON SUS los veinte puntos, las veinte comas, sabe que debe esconderse en alguna
AMIGOS LOS MIÉRCOLES A LA TARDE parte. Piensa en el misterio del cuarto amarillo, cerrado por dentro. El
sospechoso no puede haber salido del texto. Imposible. Busca el
Qué bueno
microscopio de sus tiempos de estudiante y escruta cada carácter, sobre
Luisa Valenzuela, Aquí pasan cosas raras, 1975
todo el punto final que es el más ominoso. No encuentra absolutamente
nada fuera de lo normal. Acude a una tienda especializada, compra polvillo

ESTE TIPO ES UNA MINA blanco para detectar impresiones digitales y polvillo fluorescente para
detectar manchas de sangre. Sigue las instrucciones al pie de la letra con
No sabemos si fue a causa de su corazón de oro, de su salud de hierro,
total concentración y espera el tiempo estipulado sin percatarse del correr
de su temple de acero o de sus cabellos de plata. El hecho es que finalmente
de las horas. Pasada la medianoche oye un ruido atemorizador, indigno.
lo expropió el gobierno y lo está explotando. Como a todos nosotros.
Está solo en la casa, en su escritorio, ante el relato que cubre apenas un
Luisa Valenzuela, Libro que no muerde, 1980 tercio de la página. Insiste en su busca, no se asusta, no se impacienta, no
se amilana, no se da por vencido. Y descubre, consternado, que para mí el
sospechoso es usted.
Penélope nictálope, de noche tejo redes para atrapar un cíclope.
Luisa Valenzuela, Juego de villanos, 2008
Luisa Valenzuela, Libro que no muerde, 1980

UNO DE MISTERIO

Acá hay un sospechoso, qué duda cabe. Usted vuelve a releer el


microrrelato, lo analiza palabra por palabra, letra por letra, sin resultado
alguno. Nada. No se da por vencido. Gracias a la frecuentación de textos
superbreves como el que tiene ante sus ojos usted sabe leer entre líneas,
entonces se cala bien las gafas y ausculta el espacio entre las letras, entre
(Ana María Shua) favor, es mejor que lo dejes sobre la mesa, así, muy bien, se reproducen con
dificultad, te lo aseguro, por pura obligación mi amor, vamos a casa.

Mientras Aladino duerme, su mujer frota dulcemente su lámpara


EL NIÑO TERCO
maravillosa. En esas condiciones, ¿qué genio podría resistirse?

En un apartado de su obra dedicado a las leyendas infantiles, los


SE QUISO QUEDAR hermanos Grimm refieren un cuento popular alemán que la sensibilidad de
la época consideraba particularmente adecuado para los niños. Un niño
Todos los patitos se fueron a bañar y el más chiquitito se quiso quedar.
El sabía por qué: el compuesto químico que había arrojado horas antes en terco fue castigado por el Señor con la enfermedad y la muerte. Pero ni aun
así logró enmendarse. Su bracito pálido, con la mano como una flor
el agua del estanque dio el resultado previsto. Mamá Pata no volvió a
pegarle: a un hijo repentinamente único se lo trata – como es natural-, con abierta, insistía en asomar fuera de la tumba. Sólo cuando su madre le dio
una buena tunda con una vara de avellano, el bracito se retiró otra vez bajo
ciertos miramientos
tierra y fue la prueba de que el niño había alcanzado la paz.
Los que hemos pasado por ese cementerio, sabemos, sin embargo, que

EN EL MAR DE AL-KERLER se sigue asomando cuando cree que nadie lo ve. Ahora es el brazo recio y
peludo de un hombre adulto, con los dedos agrietados y las uñas sucias de
No lejos de aquí, en las orillas del mar de Al-Kerker, vive un pueblo del
tierra por el trabajo de abrirse paso hacia abajo y hacia arriba. A veces hace
linaje de Noh (sobre él sea la paz), pues el diluvio no llegó hasta allí y desde
gestos obscenos, curiosamente modernos, que los filólogos consideran
entonces esa gente vive aislada de todos los hijos de Adán. Ellos se hicieron
dirigidos a los hermanos Grimm.
cargo de los niños pequeños que la mano del Señor protegió cuando la
destrucción de Sodoma. Viven tan sin pecado que apenas pueden
considerarse humanos, pero ellos lo ignoran, porque si lo supieran caerían
en el pecado de soberbia. No te llevé conmigo porque no te gustarían, los
FORMICARIO
encontrarías un poco tontos, alelados, se mueven lentamente, por eso tardé
tanto, no te enojes así, sus mujeres no son capaces de lujuria, tranquila por Qué bonitos son, ¿verdad?, sobre todo las hembras y los de piel oscura.
Lástima que vivan tan poco, pero enseguida vienen otros a reemplazarlos.
Han construido muchísimo, así, más cerca, con esta lupa se los puede ver deducción y analogía, lo que puede parecer en la oscuridad el pequeño
mejor. No todos se llevan bien entre sí, hemos tenido problemas para evitar dinosaurio en celo que duerme en mi habitación.
que se exterminen unos a otros. Yo creo que el encierro los vuelve
agresivos, si tuviéramos más espacio donde ponerlos estarían mejor, Ana María Shua, La sueñera, 1996
después de todo ya son más de seis mil millones en este pequeño mundo.

EL RESPETO POR LOS GÉNEROS PROFETAS Y CATACLISMOS

Un hombre despierta junto a una mujer a la que no reconoce. En una El éxito de sus palabras hizo fracasar su misión. La profecía fue
historia policial esta situación podría ser efecto del alcohol, de la droga, o
escuchada y reconocida. Los hombres cambiaron su conducta impía y se
de un golpe en la cabeza. En un cuento de ciencia ficción el hombre evitó el fuego y el azufre, se evitó el horror, no sucedió la lluvia de muerte.
comprendería eventualmente que se encuentra en un universo paralelo. En
Así, por falta de plaga o cataclismo, jamás logró acceder al rango de
una novela existencial el no reconocimiento podría deberse, simplemente, profeta ni pudo el Más Alto mostrarse en todo su poder. Sólo se envían
a una sensación de extrañamiento, de absurdo. En un texto experimental el
desde entonces profetas monótonos o tartamudos, débiles en el arte de la
misterio quedaría sin desentrañar y la situación sería resulta por una oratoria; es importante, sobre todo, que carezcan de carisma personal.
pirueta del lenguaje. Los editores son cada vez más exigentes y el hombre
sabe, con cierta desesperación, que si no logra ubicarse rápidamente en un
Ana María Shua, Botánica del caos, 2000
género corre el riesgo de permanecer dolorosa, perpetuamente inédito.

Ana María Shua, Casa de geishas, 1992

IMAGÍNESE

En la oscuridad, un montón de ropa sobre una silla puede parecer, por


ejemplo, un pequeño dinosaurio en celo. Imagínese, entonces, por

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