VALE LA PENA HACER
LA VOLUNTAD DE DIOS?
Vale la pena hacer la voluntad de Dios porque produce un
profundo gozo y vida eterna a otros.
35 ¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses, y después
viene la siega”? Pero Yo les digo: alcen sus ojos y vean los
campos que ya están blancos para la siega.
36 Ya el segador recibe salario y recoge fruto para vida eterna,
para que el que siembra se regocije junto con el que siega.
37 Porque en este caso el dicho es verdadero: “Uno es el que
siembra y otro el que siega”. 38 Yo los envié a ustedes a segar lo
que no han trabajado; otros han trabajado y ustedes han entrado
en su labor».
39 Y de aquella ciudad, muchos de los samaritanos creyeron en
Él por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: «Él
me dijo todo lo que yo he hecho».
40 De modo que cuando los samaritanos vinieron, rogaban a
Jesús que se quedara con ellos; y Él se quedó allí dos días.
41 Muchos más creyeron por Su palabra, 42 y decían a la mujer:
«Ya no creemos por lo que tú has dicho, porque nosotros mismos
le hemos oído, y sabemos que Este es en verdad el Salvador del
mundo». — Juan 4:35-42 (NBLA)
Jong Hyuk Park, M. D. | 23 de enero 2023
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Ilustración
Cuando Sir Nicholas Winton estaba ayudando a salvar la vida de niños
judios, probablemente se preguntaba: «¿valdrá la pena arriesgar mi vida
para ayudar a cuidar la vida de estos niños?». Gracias a su valentía, sin
embargo, Sir Winton ayudó a salvar la vida de 669 niños durante la Segunda
Guerra Mundial. Muchos años después y en una conferencia, cuando
preguntaron quiénes en la audiencia habían sido ayudados por Sir Winton,
de repente, una multitud de adultos se levantó detrás de él. Tras voltearse para
verlos, se veía cómo Sir Winton no podía contener sus lágrimas,
especialmente cuando una de las judías, ya adulta y a quien había ayudado a
escapar de los Nazis, lo abrazaba en agradecimiento.
Vale la pena hacer la voluntad de Dios porque produce un profundo gozo a
otros
Así como Winton y aquellos en la conferencia derramaron lágrimas llenas de
gozo, dolor e inspiración al ver a quienes sobrevivieron, Jesucristo le promete
a Sus discípulos que los que hacen la voluntad de Dios experimentarán algo
similar. Jesús dice: «¿No dicen ustedes: “Todavía faltan cuatro meses, y
después viene la siega”? Pero Yo les digo: alcen sus ojos y vean los campos que
ya están blancos para la siega. Ya el segador recibe salario y recoge fruto para
vida eterna, para que el que siembra se regocije junto con el que siega». Es
decir, aquellos, quienes como cegadores o sembradores ayudan a que otros
conozcan a Jesús, estos se alegrarán con gozo e inspiración junto con muchos
otros.
Por ejemplo, tanto Jesús como la muj