[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
2K vistas10 páginas

Resentimientos Por El Padre Ralph Pfau

Este documento habla sobre los resentimientos y cómo afectan la sobriedad de un alcohólico. Explica que el resentimiento surge de herir el orgullo y volver a sentir esa herida, y que al tolerar el resentimiento se vuelve a caer en el círculo del pensamiento alcohólico y la bebida. También dice que el 98% de los problemas de la vida surgen del resentimiento. Para controlarlo, sugiere practicar la humildad, olvidar las ofensas en lugar de pensar en ellas, y realizar actos posit

Cargado por

aferreras
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
2K vistas10 páginas

Resentimientos Por El Padre Ralph Pfau

Este documento habla sobre los resentimientos y cómo afectan la sobriedad de un alcohólico. Explica que el resentimiento surge de herir el orgullo y volver a sentir esa herida, y que al tolerar el resentimiento se vuelve a caer en el círculo del pensamiento alcohólico y la bebida. También dice que el 98% de los problemas de la vida surgen del resentimiento. Para controlarlo, sugiere practicar la humildad, olvidar las ofensas en lugar de pensar en ellas, y realizar actos posit

Cargado por

aferreras
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 10

RESENTIMIENTOS

POR EL PADRE PFAU

202
203
RESENTIMIENTOS
"A quienes los dioses
destruirán, primero los harán
enojar".

Al analizar los diferentes principios de A.A. hemos llegado a uno que


se ha prestado siempre a mayor discusión, y que esta en el fondo de
todas las dificultades. Este principio es: El peligro del resentimiento o
autocompasión.

En el alcohólico, la frustración engendra la autocompasión, la


autocompasión engendra el beber, el beber engendra la frustración,
la frustración engendra el resentimiento, el resentimiento engendro
la compasión, etc., etc., en un círculo sin fin hasta enfrentarse en
tres caminos: el de la sobriedad, el de la locura o el de la muerte.
Fue entonces cuando escogimos el de la sobriedad en A.A., y fue aquí
donde aprendimos el principio de que: "Si el alcohólico repetía
cualquier parte del circulo, este volverla a repetirse por si mismo".

Nosotros aprendimos a través del círculo citado que, para el


alcohólico, el resentimiento y la autocompasión siempre habrían de
ser hermanos gemelos. Que no importaba cuanto tiempo se hubiera
estado sobrio, pues si se le permitía el lujo de entrar al resentimiento
o a la autocompasión, con frecuencia o por largos periodos de
tiempo. Automáticamente despertarla la compulsión por beber, o sea
que el alcohólico no puede tolerar el resentimiento.

(Es la opinión del autor que la autocompasión no es otra cosa que el


resentimiento volteado al revés. La Autocompasión ese tipo
cobarde de resentimiento; y cuando la persona se encuentra
frustrada, al resentirse, se enconcha y se llena de autocompasión.
De tal manera que de aquí en adelante usaremos solamente el
término de resentimiento, incluyendo en el la autocompasión).
Si se tolera el resentimiento, volverá nuevamente el viejo patrón: el
pensamiento alcohólico y de ahí, a beber. Esto lleva al círculo
mencionado. Una copa lleva al resentimiento, etc., etc. Ignoramos
por que sucede esto, pero sabemos por nuestra larga experiencia que
204
así es.
Es un hecho en la experiencia de la raza humana, aunque poco se ha
escrito sobre esto, que en el fondo de la mayoría de los problemas de
la vida ‐incluyendo la espiritual‐, esta el resentimiento. Es tan
importante esta verdad que, quien controle el "resentimiento" (y en
este término incluimos cualquiera de sus miles de grados, desde el
caer mal hasta el positivo y maléfico odio) controlara la vida actual y
futura.

El 98 % de los problemas de la vida germinan, en alguna forma directa


o indirecta, del resentimiento. Y es sin excepción el preludio a la
botella.

Ahora bien, si esto es cierto, tratemos de contestar tres preguntas


pertinentes:

¿Que es el resentimiento?

¿De dónde proviene?

¿Qué vamos a hacer acerca de el?

La contestación a estas tres preguntas esta en el análisis del término


mismo: resentimiento se deriva del latín re y sentiré. "Sentiré" quiere
decir sentir, y el "re" nuevamente, o sea que el resentimiento nace de
volver a sentir una lesión al orgullo o una lesión al propio ego. Por lo
tanto, cuando hay algo que lesiona nuestro orgullo, nos enojamos,
irritamos o molestamos, pero aun no estamos resentidos. Esta lesión
seria leve de no ser porque con el resentimiento volvemos a sentirla;
la nutrimos, la removemos, o sea que la cultivamos. Estamos
lastimados e infectamos la herida porque volvemos a rascarla,
volvemos a sentirla, y una vez infectada, un antibiótico positivo
podrá curarla y eliminarla. El único en el área del odio, hacia el
que todo resentimiento se dirige, es el amor. De este pequeño
análisis resultan tres verdades importantes y aparentes:

205
‐ 1. Nosotros obtendremos resentimientos del orgullo. Tendremos
siempre esta tendencia, ya que el orgullo lo llevaremos hasta la
muerte; pero podemos aminorarlo y eliminar mucho del el, por
medio de su antónimo: la humildad.

Muchas personas en este mundo piensan equivocadamente que


pueden eliminar muchas pasiones, por ejemplo: la vanidad. Esto nos
hace recordar la historia de un profesor que enseñaba sobre la
vida espiritual, y que decía a sus alumnos que trataran de
eliminar una pasión por año; pero esto no puede lograrse. Nosotros
tenemos siete pasiones básicas, siete impulsos a la acción, siete
tendencias fundamentalmente humanas.

Es la ley de la carne peleando contra la ley del espíritu, mencionada


por San Pablo. Pero estas tendencias no pueden ser eliminadas.
Son necesarias para la vida, para la acción. Son buenas por sí
mismas, pero tienden a salirse de su cauce normal y es nuestra
obligación controlarlas. Cerrar los ojos a ellas es lo que en psiquiatría
se llama represión y es responsable de muchas neurosis. Veamos uno
o dos ejemplos.

Todos tenemos la pasión de la lujuria, el sexo. El negar que tengamos


este impulso o deseo es "represión" y no es sano, y nos lleva a un
comportamiento neurótico. Esto no quiere decir que debemos dar
rienda suelta al sexo. El dar rienda suelta a ello no cura la
neurosis. Lo que quiere decir es que debemos, en forma
consciente, admitir que tenemos este impulso sexual, y luego, ya sea:

a) Utilizarlo de acuerdo con la razón de la ley de nuestro Creador; o b)


Abstenernos voluntariamente en un estado simple.
Estos son en ambos casos controlados por medio de:

1.‐ El uso razonable, o

2.‐ La abstinencia total.

Las dos son prácticas sanas, ya que la abstinencia no es represión.

206
También todos tendemos a enojarnos. Sin embargo, se dice que
existen quienes jamás se irritan o se enojan, y también se dice que
existen personas tan tontas en este mundo, que no cometen pecado.
Pero, amigos, nosotros no pertenecemos a esta clase, y esta es una
buena tendencia; nos da el impulso, el empuje, la iniciativa y todas
las cosas necesarias para una buena vida.

Pero cuando damos rienda suelta al enojo como puerta a la


frustración, resentimiento y autocompasión, entonces esta fuera de
la razón y también lleva a la neurosis, y en el alcohólico... a la botella.

De tal manera que nosotros jamás tratamos de eliminar estas


tendencias. Estarán con nosotros hasta la muerte. Pero podemos
gradualmente controlarlas y dirigirlas practicando la virtud opuesta.

Nosotros podemos adquirir, practicando la virtud opuesta, un poco


de control: disminuir o bajar el número de ocasiones en cuanto a
nuestro orgullo herido, que es el origen del resentimiento, y podemos
bajar el número de veces y la severidad de estas heridas si día con
día practicamos la virtud opuesta: la humildad; no hay que olvidar
que, entre mas grandes se crea que son, mas fácil sera para nosotros
disputar la idea. Por lo tanto, el corolario practico a la verdad anterior
sera aprender a disminuir el número de veces de dar cabida al
resentimiento con relación a la verdadera humildad que adquirimos.

‐ 2. Los resentimientos se ahondaran y crecerán dentro de


nosotros, si volvemos a sentir las heridas. Por tanto, no se
quedaran ni crecerán si los dejamos ir y nos rehusamos a pensar y a
volver a sentir la irritación.

Pero, ¿cuantas veces es lo contrario? En lugar de olvidarlo,


nos lo guardamos, pensamos en el, volvemos a sentirlo una y otra
vez, y en solo 24 horas, lo que era herida leve, se vuelve un hondo,
profundo y peligroso resentimiento. ¿Que es lo que dijo?" "Ah, si,
quiso decir..." “! El tal por cual!" “! Me la va a pagar!" "Me voy a
desquitar" y... el resentimiento engendra...? Recuerda La mayoría
de irritaciones se evaporarían rápidamente si en todas las ocasiones
que nos lastimaran o molestaran las personas, inmediatamente

207
elimináramos de nuestro pensamiento el incidente?

¿Qué hacer? Olvídelo... El dijo tal y tal cosa, y ?qui? Rehusé volver
a sentir. Y,¿sabe algo? Si alguien nos dice que somas tal o cual, ?lo
somos o no lo somos? Y si lo somos, ?qui vamos a hacerle? Y si no lo
somos, ?por qui vamos a enojarnos por ello?

‐ 3. Eliminaremos los resentimientos que ya hemos adquirido no


deseando solamente quitárnoslos, sino practicando actos positivos
de amor.

Nosotros debemos hacer el bien a aquellos que nos causan


resentimientos. Debemos practicar actos positivos de amor por
ellos, y amor es la buena voluntad de hacerlo. De otra forma,
continuaremos odiando, sin importar por cuanto tiempo o qui tanto
queramos no resentir u odiar.

Y aquí también, entre mas consistente sea el habito de amar en


nuestro diario vivir, menores oportunidades de resentimiento habrá y
mas fácil y rápidamente desaparecerá cuando surja un problema.

En A. A. encontramos, especialmente en el principio de la sobriedad,


que no estamos acondicionados a la práctica del amor y de la
humildad. Hemos vivido tanto tiempo con nuestro patrón de la
bebida, que hemos recogido hábitos patológicos de orgullo, odio y
resentimiento. Estamos llenos de eso, y ahora encontramos que
podemos usar algo de ayuda natural extra para proteger
nuestra sensibilidad alcohólica, hasta que podamos seguir por
el camino estable de la virtud, y especialmente hasta que
logremos controlar nuestras heridas con mayor consistencia. Y es así
que hacemos uso de algunas herramientas que llamamos "trucos" y
que no son otra cosa que dichos populares que, si penetran en
nuestro consciente, servirán como armadura contra las flechas del
infortunio.

208
El primero de éstos es:

Espere la crítica. No importa quiénes seamos, no importa lo


competentes e importantes, ni lo buenos que sean nuestros motivos
o nosotros mismos. Si hacemos algo en la vida, seremos criticados.
Pero cualquier crítica no es de ninguna manera una medida del valor,
sinceridad o moralidad de nuestros actos. Si nos enfrentamos
diariamente a la vida esperando la crítica, entonces, cuando
llegue, no nos tomara desprevenidos, no nos lastimara, no nos
sorprenderá, porque ya lo sabíamos y, además, podremos hasta
buscarla, ya que en vez de molestamos, nos divertirá.

El autor aprendió este truco en sus primeros días de escritor y


orador, y aun cuando algunas críticas lo irritaban, después las
buscaba con el fin de divertirse como con las tiras cómicas de los
domingos, que, al no tenerlas, se extravían.

El segundo truco:

Existe en toda clase de grupos de seres humanos, cuando menos uno


que esta en contra de todo y de todos. Dios lo puso allá con el fin de
dar a los demás la oportunidad de practicar la tolerancia, paciencia,
comprensión, amor, etc.

Con este conocimiento, sera un reto el tolerar y pasar inadvertidas


todas las diatribas (criticas) del individuo en el grupo que siempre
esta en contra de todo y no deja que el trabajo de nadie se haga sin
molestias, y quien en lo general, no quiere a nadie, ni a el mismo.
Ellos deben de ser compadecidos; no culpados. Ellos son psicopáticos
pero llenan un hueco en la vida, la cual necesita de todas las partes
para completar su maquinaria.

Un individuo murió y en su tumba decía el epitafio: "Pobre Juan, ni


Dios le va a caer bien”.

209
El tercer truco que puede ayudar a proteger a ese ego "tierno"

nuestro es: "Hay que dejar que el otro se enoje".

Estamos en Alcohólicos Anónimos (por lo menos suponemos que


la mayoría de nosotros lo estamos) esencialmente para permanecer
sobrios, y en segundo término para lograr y conservar la felicidad.
Tanto la sobriedad como la felicidad dependen la una de la otra. No
podemos ser felices a menos que permanezcamos sobrios, no nos
conservaremos sobrios a menos que seamos felices.

Por lo tanto, cuando alguien nos irrite, o nos critique o hable de


nosotros, dejemos que ellos se inquieten, hablen o hagan
cualquier otra cosa. Sencillamente ignorémoslos. Permanezcamos
felices. Evitemos los resentimientos.

Hace algunos años, cuando el autor llego a hablar a una gran


conferencia de A.A., alguien llego corriendo con la noticia de que
"alguien estaba hablando sumamente mal de mí" y el "informador"
crema que debía hacer algo sobre ello. Le contesto:

"¿Hacer algo sobre ello? ?Para qué? Soy feliz, y voy a conservarme
así. El es infeliz. Que se enoje". (! Y se enoja!)

El truco número 4, es:

Las palabras nunca nos herirán ni nos cambiaran, a menos que lo


deseemos. No nos afectaran si estamos ocupados en ver lo que
estamos haciendo y como vamos, en vez de escuchar lo que la gente
habla de nosotros.
Solamente Dios podrá aprobar o reprobar, absolver o condenar. Los
golpes y las pedradas podrán rompemos los huesos, pero las
palabras no pueden hacerlo.
?Alguien nos crítica? Bueno, que lo haga. Simplemente nosotros
seguiremos nuestra ruta hacia una vida mejor, feliz y sobria
totalmente, convencidos de que las municiones verbales no nos
pueden dañar. Las palabras dirigidas a nosotros no serán sino
210
un simple espejismo, siempre y cuando no huyamos de, o vayamos
hacia el que las pronuncie.
El quinto truco: "Conocerte a ti mismo.

Un inventario honesto de nuestros defectos sera útil para eliminar la


tendencia a tomar al pie de la letra todo lo que digan de nosotros o
de contestar a nuestros críticos, ya que si somos honestos con
nosotros mismos, podremos aceptar todas las cosas de la vida con
mayor positivismo y conformidad.

A un individuo un poco pasado de copas; sentado a la orilla de la


acera, se le oye decir con gran aceptación de sí mismo al pasar una
persona en un automóvil último modelo: "allá, si no fuera por mm,
irma yo". Creo que había mucho de razón en ello.

Y por último:

El truco número 6: Si nos dan patadas por atrás, quiere decir tan solo
una cosa, seguimos estando adelante.

Alguien dijo: "La crítica es el tributo inconsciente que el mediocre y el


fracasado le paga al hombre de éxito".

Esto explica lo anterior.

Y ahora tomemos una bolsa donde guardar los puntos anteriores y


que fue robada de "poco a poco se va lejos". Recuerde: "?Qui tan
importante es esto?" Y si quiere saber lo que quiere decir,
simplemente siéntese tranquilamente y piense en todos los
resentimientos e irritaciones que ha tenido durante el último mes.

La mayoría de ellos fueron por algo que desapareció al compararse


con la importancia general de vivir feliz, sobrio, justamente día y día.

211

También podría gustarte