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Tema 57. El Arte Románico.

Este documento describe el arte románico en Europa. Resume el contexto histórico del románico, incluyendo el papel de la abadía de Cluny y las rutas de peregrinación. Explica las características arquitectónicas más comunes de las iglesias y monasterios románicos, como las plantas de cruz latina, los muros gruesos, las bóvedas de cañón y las decoraciones escultóricas y pictóricas. Finalmente, señala que a pesar de las variaciones regionales, el est

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Tema 57. El Arte Románico.

Este documento describe el arte románico en Europa. Resume el contexto histórico del románico, incluyendo el papel de la abadía de Cluny y las rutas de peregrinación. Explica las características arquitectónicas más comunes de las iglesias y monasterios románicos, como las plantas de cruz latina, los muros gruesos, las bóvedas de cañón y las decoraciones escultóricas y pictóricas. Finalmente, señala que a pesar de las variaciones regionales, el est

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TEMA 57. EL ARTE ROMÁNICO.

INTRODUCCIÓN

1. MARCO HISTÓRICO: CLUNY Y LAS RUTAS DE PEREGRINACIÓN .


1.1.La orden de Cluny.
1.2.Las rutas de peregrinación.
1.3.Evolución del Románico.
2. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA. FORMAS Y FUNCIONES.
2.1.La Iglesia románica.
2.2.El Monasterio.
2.3.Arquitectura Románica en Europa.
3. LAS ARTES FIGURATIVAS. ICONOGRAFÍA Y FORMA. ESCULTURA
MONUMENTAL Y PINTURA MURAL.
3.1.El mensaje iconográfico.
3.2.La Escultura románica.
3.3.La Pintura románica.
4. EL ROMÁNICO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA: ARQUITECTURA, ESCULTURA Y
PINTURA.
4.1.Arquitectura.
4.2.Escultura.
4.3.Pintura.

CONCLUSIÓN.

BIBLIOGRAFÍA.

WEBGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN

A principios del XIX el escritor Adrien Gerville utilizó el término románico para definir un
estilo artístico desligado de las connotaciones lingüísticas. Gerville lo utilizó para designar la
arquitectura erigida entre la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476 y el origen del
gótico en el siglo XIII, como un estilo artístico fruto de la degeneración y la barbarie de la Alta
Edad Media, dotando al término de connotaciones negativas. Habría que esperar a 1851 para que
J. Quicherat le exonerase del tono peyorativo, aludiendo al estilo románico no como un arte
decadente, sino como la expresión plástica de una variada relación de distintas influencias
artísticas concretadas, que hoy designamos como prerrománicas, en torno al año 1000.

1. MARCO HISTÓRICO: CLUNY Y LAS RUTAS DE PEREGRINACIÓN

Podemos definir el arte románico como un lenguaje artístico que respondía a una serie de cambios
en la esfera política y económica tras los convulsos años en torno al 1000 d.C. y la desintegración
del Imperio carolingio. Se trata de un lenguaje que representó a una sociedad muy jerarquizada,
con una compartimentación del poder, regido por una nobleza guerrera y legitimada por una
ideología teocéntrica dominada por la Iglesia.

El románico fue un arte que se difundió por toda la Europa occidental entre los siglos XI y XII.
Por este motivo, el románico es considerado el primer movimiento artístico internacional, con un
lenguaje artístico unitario, que traspasó las fronteras europeas. No obstante, debemos admitir
que existieron matices y diferencias regionales.

1.1.La Orden de Cluny.

La orden que seguía la regla de San Benito, llevó a cabo la fundación de un gran monasterio en
Cluny, que alcanzó una gran independencia con respecto a cualquier poder laico o eclesiástico,
debiendo tributo únicamente al Papado. Esta inmunidad frente a los poderes temporales, le
permitió traspasar las fronteras de los diferentes reinos feudales y extenderse por Europa.
El primer monasterio de Cluny fue consagrado en el 927, construido probablemente bajo un
estilo prerrománico otoniano. Más tarde, se acometió una reforma en la abadía conocida como
Cluny II, abovedada en el 1010, ya se aprecian características esenciales del Románico, como una
planta longitudinal dividida en tres naves, separadas por pilares con un crucero cubierto por
cimborrio y siete capillas adosadas al muro de la cabecera. En 1080 se acometió la construcción de
Cluny III. En este tercer proyecto, la planta tenía la disposición de cruz arzobispal (con dos
transeptos), contaba con cinco naves (la principal más alta que las laterales) separadas con pilares
cruciformes. La cabecera tenía una girola o deambulatorio y cinco capillas radiales. Sobre los
cruceros se levantaron cúpulas sobre trompas. Esta Iglesia sirvió de modelo a las nuevas
fundaciones cluniacenses que fueron extendiéndose por Europa.

1.2.Las Rutas de Peregrinación.

Otro de los fenómenos que permitió la unificación e internacionalización del románico fue el éxito
de las peregrinaciones, que tuvieron su origen en la gran devoción de los fieles cristianos por las
tumbas y las reliquias de santos y mártires, que proliferan por toda Europa y sirven de reclamo
para los peregrinos. Por otro lado, una mayor estabilidad política y económica favoreció a muchos
creyentes a emprender viajes de peregrinación, contribuyendo las propias rutas de peregrinación a
la difusión artística y cultural del románico por los diferentes territorios.

1.3.Evolución del Románico.

La historiografía actual tiende a distinguir una secuencia evolutiva en la definición y desarrollo del
románico: el primer románico, denominado tradicionalmente lombardo, que aludiría a las
experiencias arquitectónicas que anticipan la teoría espacial del estilo, el románico pleno, referido
a un conjunto de características uniformes que se concretan en todas las artes y se generalizan por
casi toda Europa y el tardorrománico, que discurre paralelo al origen del gótico en algunas zonas
y que podemos definir como el preludio o transición al nuevo estilo artístico.

2. LA ARQUITECTURA ROMÁNICA. FORMAS Y FUNCIONES

La arquitectura románica es principalmente religiosa y rural, debido a que los monasterios solían
localizarse en lugares aislados que facilitaran la oración y el acercamiento a Dios de los miembros
de la comunidad. El carácter rural estuvo asociado a su ubicación a lo largo de las rutas de
peregrinación y al escaso desarrollo urbano de los siglos XI y XII. Otra de sus características fue
su escasa altura y los gruesos muros que le conferían un aspecto macizo y compacto. Las dos
tipologías más utilizadas fueron la iglesia y el monasterio.

2.1. La Iglesia Románica.

Las iglesias románicas fueron edificios bajos, robustos y oscuros que responden a un momento en
el que la Iglesia cristiana infundía cierto temor a Dios, utilizando la imagen simbólica del Juicio
Final. Su desarrollo espacial responde a la idea de la iglesia como un camino hacia la salvación,
desde el mundo terrenal representado por el muro exterior al edificio hacia el reino de los cielos
representado por el altar. A continuación, describiremos los elementos más frecuentes de la iglesia
románica.
Materiales.
En cuanto a los materiales, el primer románico predominó el aparejo de sillarejo aunque
conforme avancemos al románico pleno se impondrá el sillar de cantería.
Portada.
La iglesia románica se caracteriza por su portada monumental de la fachada occidental, con una
puerta principal que coincide con la nave central y vanos laterales dependiendo del número de
naves. Además, disponían de un arco abocinado sobre la puerta, con un tímpano, dintel,
arquivoltas y jambas. También es frecuente encontrar fachadas laterales en los extremos del
transepto.
Planta.
La planta de la iglesia románica más común es la de cruz latina. Se trata de una planta basilical
con un transepto y una cabecera normalmente orientada al Este. Las partes más frecuentes y
características de la planta de una iglesia románica son: nave central (más alta y ancha que las
laterales), naves laterales (separadas por pilares), ábsides semicirculares cubiertos con media
cúpula o cuarto de esfera en la cabecera o en los brazos del crucero, torres en la fachada, crucero
en la zona donde cruzan las naves longitudinales con el transepto (espacio cuadrado entre cuatro
pilares, cubierto por cimborrio sobre trompas coronado con cúpula), deambulatorio (pasillo
semicircular entre el altar y las capillas del ábside, que permitía la contemplación de las reliquias
sin interrumpir la misa) y cripta bajo la zona del altar donde se albergaban reliquias de santos o
tumbas ilustres.
Alzado.
Dentro del alzado podemos distinguir dos niveles. El primer nivel se corresponde con las arcadas
que separan las distintas naves a través de arcos formeros (paralelos al eje longitudinal). El
segundo nivel se sitúa sobre las arquerías formando una tribuna con vanos abiertos, normalmente
arcos geminados, hacia la nave central, que servía para alojar a peregrinos. Dentro del alzado
podemos distinguir entre elementos sustentantes (arcos de medio punto, pilar cruciforme o
compuesto, muros, contrafuerte y una tribuna), y elementos sustentados (bóveda de cañón,
generalmente en la nave central, bóveda de arista normalmente en las naves laterales, cimborrio o
torre octogonal sobre el crucero, soportado por trompas, cúpulas para cubrir el cimborrio y medias
cúpulas en los ábsides).
Decoración.
Una parte esencial de las iglesias románicas fue su decoración, tanto escultórica como pictórica.
Su importancia se debe a que cumplía con una función didáctica fundamental tratando de
transmitir la palabra de Dios a través de la imagen, en un momento en el que la mayoría de la
población era analfabeta.
Luz y Color.
El interior solía ser oscuro y en cierto sentido sobrecogedor, en cuanto al color, predominó el tono
de la piedra empleada, aunque con excepciones como en Santa María de Vezelay donde se
alternan dovelas de colores o en algunas iglesias toscanas que utilizan revestimientos de mármoles
de colores.
Proporción y Armonía.
La mayoría de los edificios religiosos del románico pleno tienen cierto orden en el uso de las
proporciones, sobre todo en la relación de la anchura y la altura, entre la nave central y las
laterales.

2.2. El Monasterio.

A partir del siglo X, asistimos a una renovación de muchas órdenes religiosas que dentro del
marco feudal adquirieron un gran poder político y económico. Las principales órdenes de este
periodo fueron la orden de Cluny y la orden del Císter, y otras como los cartujos, los franciscanos
o dominicos, que pronto se extendieron por toda la Europa cristiana fomentando una intensa
actividad arquitectónica. El monasterio fue concebido como un microcosmos dotado de todo lo
necesario para la vida terrenal. El monasterio contaba con una iglesia monástica a la que se solía
adosar un claustro. Alrededor del claustro se disponían todos los edificios, como la sala capitular
(donde celebran asambleas los monjes), el refectorio (comedor), la cocina, la bodega, la
enfermería, las bibliotecas o las cuadras.

2.3. Arquitectura Románica en Europa.

El Románico francés, a pesar de las peculiaridades regionales guarda aspectos comunes como el
desarrollo de la iglesia de peregrinación, destinada a acoger a un gran número de peregrinos. Para
ello desarrolla el crucero, permitiendo que los peregrinos observen las reliquias cerca del altar, se
abren capillas en los brazos del transepto y se construyen sobre las naves laterales un segundo piso
abierto mediante arcos a la nave central, la tribuna. Con el mismo fin se desarrollaron la girola, así
como la continuidad de las naves laterales. Destacan iglesias como Santa María Magdalena de
Vezelay en Borgoña, San Pedro de Angulema en el Perigord o Notre Dame de Poitiers en el
Poitou.

La arquitectura italiana también desarrolla ciertas peculiaridades regionales. No obstante, en


general se caracterizan por la construcción de conjuntos formados por tres edificios exentos e
independientes que corresponden a la iglesia, la torre campanario y el baptisterio, la preferencia
por tejados a dos aguas de madera o techos planos frente a las bóvedas, la utilización de columnas
frente a los pilares y la utilización de revestimientos. Destacan iglesias como San Ambrosio de
Milán en la Lombardía, San Miniato al Monte en la Toscana o la Catedral de Monreale en
Sicilia.

El románico alemán se caracteriza por la pervivencia de rasgos de la arquitectura otoniana que se


manifiesta en catedrales de gran tamaño y en la austeridad decorativa. Suelen presentar un aspecto
recio y robusto, de fortaleza. Los rasgos que mejor la definen son la existencia de grandes torres, y
sobre todo el desarrollo del westwerk (obra occidental), también herencia del periodo otoniano,
que responde a la construcción de una gran fachada monumental orientada al oeste y rematada por
dos torres laterales, pudiendo mostrar un cimborrio en la parte central. Los ejemplos más
característicos son la Catedral de Spira, la Catedral de Worms y la abadía de Santa María de
Laach.

Por otro lado, tras la conquista de Inglaterra por parte de Guillermo de Normandía en el 1066,
comienza a desarrollarse un románico con una fuerte influencia normanda. Entre sus rasgos
principales encontramos la construcción de templos muy grandes, con un gran desarrollo de la
cabecera. También es característica la ausencia de decoración escultórica que se reduce a formas
geométricas y arcos, así como la utilización del arco apuntado y la bóveda de crucería por
influencia cisterciense y normanda. Destacan la Catedral de Durham y la Catedral de Ely.

3. LAS ARTES FIGURATIVAS. ICONOGRAFÍA Y FORMA. ESCULTURA


MONUMENTAL Y PINTURA MURAL.

3.1. El Mensaje Iconográfico.

El románico se puede definir como un arte fundamentalmente simbólico. Su iconografía está


relacionada con la influencia de los movimientos milenaristas, que alentados por la cercanía del
año 1000, infundieron cierto temor en la población sobre la llegada del fin del mundo. A este
estado de ánimo contribuyeron las frecuentes hambrunas provocadas por las malas cosechas, las
epidemias y las guerras. Es posible que este clima fuera la causa de que uno de los temas
fundamentales de las artes plásticas fuese el Apocalipsis, libro sagrado de San Juan donde se relata
el final de los tiempos y la vuelta de Cristo como Juez del Último Día.

Es precisamente en el Apocalipsis en el que se inspira la representación de la Maiestas Domini,


más conocido como Pantocrátor o Cristo en majestad que solía representarse en el interior de una
mandorla o almendra mística, con una mano alzada dando la bendición y las Santas Escrituras en
la otra. Normalmente, el Pantocrátor aparecía acompañado por el Tetramorfos (visión simbólica
de los cuatro evangelistas) conformado por un león (San Marcos), un toro (San Lucas) un águila
(San Juan) y un ángel (San Mateo), así como por la representación de los veinticuatro ancianos del
Apocalipsis.

Dentro de los programas iconográficos se solía recurrir a otros temas, como la psicostasis (pesaje
de las almas) donde aparecen los elegidos a la derecha de Cristo y los condenados a la izquierda,
el Dextera Domini (mano derecha de dios), el Agnus Dei (cordero místico) o el Crismón (con las
letras alfa y omega) representando a Dios como el principio y fin de todas las cosas.

En los templos dedicados a la Virgen, serán los temas marianos los que predominen. En general, la
representación más frecuente fue la de la Maiestas Mariae o Virgen en majestad, derivada de los
iconos bizantinos, donde se presenta hierática, solemne y con el Niño Jesús en sus rodillas, como
madre y trono de Dios.

También se utilizaron temas del Antiguo Testamento, siendo los más frecuentes: Adán y Eva, el
sacrificio de Isaac o temas del Evangelio como las parábolas, los milagros de Jesús, la Pasión, la
Resurrección, la Ascensión o Pentecostés. También otros temas inspirados en los evangelios
apócrifos como la Visitación. La influencia de la Leyenda Dorada de Jacopo della Vorágine,
inspiró las narraciones de vidas de santos o patronos de las iglesias.

Tampoco faltaron representaciones de animales y seres monstruosos como dragones, arpías,


centauros, sirenas, grifos o basiliscos, que simbolizaban el pecado, en contraposición con la virtud,
identificada con la belleza.

A pesar de tratarse de un arte religioso también hubo espacio para la representación de temas
profanos con cierto significado simbólico trascendente, como es el caso de los signos del zodiaco
que aluden al tiempo cósmico, así como escenas de caza, gestas caballerescas o motivos
geométricos.

3.2. La Escultura Románica.

La escultura románica suele ser una escultura monumental, ya que está ligada a la arquitectura,
por este motivo la mayor parte está constituida por relieves, siendo excepcional la escultura
exenta. Suele ubicarse en las fachadas de los templos, especialmente en sus portadas debido a que
era un lugar de paso, por lo que garantizaba que las imágenes fueran contempladas por todos los
fieles. Debemos tener en cuenta que la escultura románica tenía una importante función didáctica,
permitiendo a la población, en su mayoría analfabeta, acceder a algunos episodios de la Biblia a
través de la imagen. En concreto, la disposición abocinada de las portadas con sus tímpanos,
arquivoltas, jambas y dinteles se antojaba como el espacio más propicio para la representación
escultórica. Además de la portada, podemos encontrar decoración escultórica en el interior del
templo, principalmente en capiteles, basas y fustes de columnas, pero también en las líneas de
imposta de los muros o los machones de los pilares. En concreto, los aspectos formales del arte
románico se caracterizaron por su antinaturalismo, debido a que se trataba de un arte simbólico
que no pretendía imitar a la naturaleza sino expresar una idea o concepto religioso.
Aspectos Formales.
El material utilizado fue la piedra, generalmente de la misma cantera que se utilizó para la
construcción de la iglesia. En cuanto a su volumen, podemos decir que durante los primeros años
del Románico (S.X), la mayoría de las esculturas son bajorrelieves, avanzando el siglo XI y sobre
todo el XII la escultura adquirió un mayor volumen encontrando medios y altorrelieves. Debido a
su carácter simbólico y didáctico, la escultura románica hizo un uso subjetivo de la proporción,
alterando las dimensiones de las figuras o escenas, que además estuvieron condicionadas por la
conocida ley de adaptación al marco, que forzaba a las representaciones escultóricas a adecuarse
al marco arquitectónico, produciéndose una geometrización del espacio y de la composición,
generalmente simétrica y con una jerarquización del espacio de modo que la escena principal
ocupa el lugar central. También se produce una alteración de las dimensiones y proporciones,
siendo frecuentes las posturas forzadas u otra serie de deformaciones en aras de una mayor fuerza
expresiva de la idea representada. Las figuras eran rígidas e hieráticas, es decir, carentes de
expresión y movimiento. Por su parte, las escenas representadas en los elementos arquitectónicos
estaban llenas de personajes, manifestando un horror vacui (miedo al vacío). Tampoco existía en
las escenas una representación del espacio, los fondos solían ser planos, carentes de
profundidad. No obstante, solía emplearse la perspectiva jerárquica, por la que los personajes
se ordenan de acuerdo a su importancia y por la que, generalmente, la figura de Jesús o de Dios
suele representarse más grande que el resto de personajes. La mayoría de las esculturas estaban
policromadas, lo que añadiría una mayor riqueza expresiva.
También hubo, aunque minoritaria, una escultura exenta muy influida por el arte bizantino. Se
trata de una escultura de pequeño tamaño en madera policromada donde los temas predominantes
fueron la Virgen con el Niño y el Cristo Crucificado, pero un Cristo vivo sin señales de
sufrimiento ni el dolor de la Pasión, simbolizando el triunfo sobre la muerte. Asimismo, la
escultura exenta presenta los mismos rasgos formales que la escultura monumental, destacando la
rigidez, el hieratismo y la frontalidad.

Escuelas Escultóricas.

Al igual que sucedía en la arquitectura, dentro de la escultura podemos distinguir diferentes


particularidades regionales, aunque manteniendo la unidad del estilo.

En Francia, la escultura se caracteriza por un gran movimiento y figuras estilizadas como


podemos ver en San Lázaro de Autun, en la portada del Juicio Final realizada por Gilesbertus o
el dintel de la Tentación de Eva, al igual que en la portada de San Pedro de Moissac. Asimismo,
la ausencia de tímpano en algunas las portadas da lugar a que la decoración se extienda por toda la
fachada, como en Notre Dame de Poitiers. Mientras que también encontramos otras con una gran
influencia clásica, debido a la presencia de restos romanos en la provenza, como observamos en la
portada de San Trófimo de Arlés.
En el caso de Italia, la influencia clásica será notoria, así como del arte bizantino presente en
Rávena o Venecia. Destacaron artistas interesados en la representación del cuerpo humano como
Wiligelmo que trabajó en la Catedral de Módena, mientras que en Pisa destacó Bonanno Pisano,
que realizó las puertas de bronce de la Catedral de Pisa.

3.3. La Pintura Románica.

Al igual que la escultura, la pintura románica es un arte simbólico destinado a la comunicación del
dogma cristiano. También estuvo supeditada a la arquitectura del templo, considerado un lugar de
encuentro con Dios. Las pinturas románicas tenían un valor didáctico, que permitía acceder, a
través de la imagen, al mensaje de Dios y las Sagradas Escrituras. La pintura románica fue, sobre
todo, una pintura mural, pues aprovechó los gruesos muros de las iglesias como soporte pictórico.
Aspectos Formales.
La pintura románica se realizó generalmente con la técnica al fresco. Entre sus aspectos formales
destacan el uso de trazos gruesos que definen los contornos de las figuras, así como las líneas de
expresión del rostro y los pliegues de los ropajes. La pintura románica carece de profundidad,
por lo que las figuras se disponen sobre fondos planos que dan un aspecto de sobrenaturalidad. En
ocasiones, se emplea una perspectiva jerárquica, en la que las figuras más importantes suelen
representarse con un tamaño mayor al resto. Las figuras tampoco suelen representarse bajo
criterios de proporcionalidad, estando en la mayoría de las ocasiones condicionadas por el marco
arquitectónico, por lo que es frecuente encontrar deformaciones o posturas forzadas. Hay una
tendencia a la abstracción y al esquematismo con una anatomía que se plasma en rostros
simplificados donde destacan los ojos y unas líneas que perfilan la nariz, los ojos y las cejas. Lo
mismo ocurre con las vestimentas, en las que se utilizan ciertos convencionalismos geométricos
para representar los pliegues. Suelen emplearse colores vivos donde predominan los azules y los
rojos, que no siempre responde con un sentido naturalista, pues predomina su valor simbólico. El
color siempre es plano, sin gradaciones, lo que da lugar a una ausencia de volumen de las figuras,
acentuando su carácter esquemático. Las figuras tampoco muestran movimiento, con posiciones
estáticas y con poca expresión. La composición suele responder a criterios geométricos impuestos
por el marco arquitectónico que puede ser un ábside como en San Clemente de Taüll o bien una
cúpula como en el Panteón de los Reyes. Además, las composiciones suelen ser simétricas y con
una jerarquización del espacio de modo que la escena principal ocupa el lugar central.
La pintura románica en Europa.
Algunos de los ciclos pictóricos o programas iconográficos más importantes del Románico los
encontramos en Francia en las pinturas murales de Saint-Savin sur Gartempe, en Italia en los
frescos de Sant’Angelo in Formis y en Alemania en los frescos de San Jorge de Oberzell. Otra
de las manifestaciones pictóricas más interesantes es la que tiene que ver con la iluminación de
libros, uno de los ejemplos más importantes es el Libro de los Testamentos de la catedral de
Oviedo.
4. EL ROMÁNICO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA: ARQUITECTURA,
ESCULTURA Y PINTURA

4.1. Arquitectura.
En la península Ibérica la llegada del arte románico está estrechamente ligada al culto y la
peregrinación a Santiago de Compostela y la influencia de la orden de Cluny que funda diversos
monasterios que difundirán rápidamente las formas románicas en el norte peninsular. Otro aspecto
fundamental y que explica algunos de los rasgos propios del románico peninsular fue el contacto
directo con el mundo musulmán, que se puede apreciar en la adopción de algunas técnicas como
el ladrillo o la construcción de cúpulas nervadas o gallonadas como se aprecia en la Iglesia del
Santo Sepulcro de Torres del Río, o en la inclusión de ciertos elementos decorativos como el
taqueado o ajedrezado como se observa en la Catedral de Jaca, dando lugar a un románico
mudéjar.

4.2. Escultura.

La escultura románica peninsular tiene una clara influencia francesa, como observamos en
Cataluña, en particular en la portada del monasterio de Ripoll. Aragón tiene sus máximos
exponentes en la catedral de Jaca, cuya influencia se extenderá a otros templos de la zona como
San Pedro el Viejo o el Claustro de San Juan de la Peña. En Castilla destacan los capiteles y
machones del claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos, donde sobresalen las escenas
de la Duda de Santo Tomás o la Cena de los discípulos de Emaús. Por último, a partir del siglo
XII encontramos una tendencia al naturalismo, como se manifiesta en el Pórtico de la Gloria de
la Catedral de Santiago de Compostela, un pórtico que a partir de la segunda mitad del siglo XII
evoluciona hacia un naturalismo que anuncia el estilo gótico. La individualización de los rostros y
los gestos de complicidad entre los personajes, constituyen sus principales aportaciones de su
autor, el maestro Mateo a la Historia del Arte.

4.3. Pintura.

La pintura románica está representada principalmente por los ábsides de San Clemente, Santa
María de Taüll y los frescos de la cripta de San Isidoro de León. En pintura sobre tabla
destacan los frontales de altar, destacando el frontal de la Seu de Urgell en Lleida.

CONCLUSIÓN.

El Románico fue la manifestación estética propia de un mundo feudal, ruralizado e influido por la
ideología religiosa teocéntrica dominada por la Iglesia. La difusión de las órdenes religiosas,
especialmente la de Cluny, la existencia de talleres de artesanos itinerantes y la aparición del
fenómeno de la peregrinación a grandes centros como Roma o Santiago de Compostela, permitió
la difusión de unas formas y rasgos esenciales en la construcción y en la representación, que
dieron lugar al primer arte internacional del mundo Occidental. Con el tiempo, el románico ha
terminado siendo considerado como el nexo de unión entre el clasicismo de Roma y la
modernidad representada por el Renacimiento.

BIBLIOGRAFÍA.

GOMBRICH, E.H. (2013): Historia del Arte. España. Phaidon Press Limited.
HAUSER, A. (2016): Historia social de la literatura y el arte. España. DeBolsillo.
OCAMPO, E. (1992): Diccionario de términos artísticos y arqueológicos. Barcelona. Icaria.
TOMAN, R. (2011): El Románico: Arquitectura, Escultura, Pintura. España. H.F. Ullmann,
TORVISIO, I.G. (1999): El arte románico. Madrid. Historia 16.

WEBGRAFÍA.

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