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14 de Agosto

El 14 de agosto se conmemora en Ecuador el primer Día de lucha contra la violencia sexual en las aulas, declarado oficialmente en 2021 como parte de las reparaciones ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Paola Guzmán Albarracín, una adolescente que se quitó la vida luego de sufrir abuso sexual por parte de un vicerrector de su colegio. La violencia sexual afecta a miles de niños y adolescentes en el país y es un problema extendido en las escuelas, por lo que es necesario que el Estado e

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14 de Agosto

El 14 de agosto se conmemora en Ecuador el primer Día de lucha contra la violencia sexual en las aulas, declarado oficialmente en 2021 como parte de las reparaciones ordenadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de Paola Guzmán Albarracín, una adolescente que se quitó la vida luego de sufrir abuso sexual por parte de un vicerrector de su colegio. La violencia sexual afecta a miles de niños y adolescentes en el país y es un problema extendido en las escuelas, por lo que es necesario que el Estado e

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14 de agosto: Día de lucha contra

la violencia sexual en las aulas


La violencia sexual afecta a miles de niños, niñas y adolescentes en el
Ecuador. Diversos estudios y documentos han demostrado la urgencia de
combatir esta violencia de manera sistemática en el ámbito educativo:  el
informe de la organización Human Rights Watch (HRW) plantea que la
violencia sexual es “endémica” y de larga data dentro del sistema educativo
ecuatoriano, el informe la Comisión AAMPETRA de la Asamblea Nacional del
Ecuador exhorta a contar con políticas públicas para la prevención y la atención
integral de los casos, y la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) sobre el caso de Paola Guzmán Albarracín establece
importantes estándares para prevenir, erradicar y sancionar la violencia sexual
contra niños, niñas y adolescentes en el contexto educativo.    
Se entiende a la educación como un derecho humano que permite alcanzar el
desarrollo integral de las personas a lo largo y ancho de la vida, así como
construir su proyecto de vida y el ejercicio de sus derechos en contextos libres
de violencia. Para ello, en el Ecuador se han definido leyes, normativas e
instituciones que permitan garantizar y proteger los derechos. Pero ¿qué pasa
cuando las instituciones no cumplen con su rol protector, cuando las
declaraciones, convenciones y tratados internacionales han sido superados por
las actitudes patriarcales basadas en el poder que destruye, que violenta, que
vulnera? Frente a la historia de Paola Guzmán Albarracín (adolescente
ecuatoriana que se quitó la vida luego de sufrir sistemáticamente violencia
sexual por parte de directivos de la institución educativa donde estudiaba),
asistimos al temor, la inseguridad, la desprotección, justamente en el lugar que
debía garantizar sus derechos y protegerla, su escuela.
La educación no es sólo la formación de conocimientos, es también la
construcción de formas de pensar, sentir y actuar. El sistema le falla a niñas,
niños y adolescentes cuando mantiene y reproduce patrones estereotipados de
comportamiento, cuando las prácticas sociales y culturales se basan en
conceptos de inferioridad o subordinación, cuando cosifica los cuerpos como
fuente de dominación y explotación.
La educación es también transformadora y es ahí en donde se debe incidir,
para eliminar las relaciones de poder que ubican a la niñez como vulnerable
frente al autoritarismo, que minimiza sus necesidades, que no escucha su voz. 
Es urgente promover el empoderamiento, erradicar normas y estereotipos de
género y otras formas de discriminación.
Cada 14 de agosto se conmemora en el Ecuador el “Día contra la violencia
sexual en las aulas”. Desde la UNESCO reiteramos nuestro llamado a las
autoridades nacionales para combatir de forma estructural la violencia sexual
dentro del ámbito educativo y otros ámbitos en los que se desarrollan los niños,
niñas y adolescentes.  Nos unimos a las voces que proclaman “No más
violencia a niños, niñas y adolescentes en las aulas, ni en ningún otro espacio”
y ratificamos el compromiso con el Estado ecuatoriano, y especialmente con el
Ministerio de Educación (MinEduc), para aportar a la educación equitativa,
inclusiva, libre de discriminación y a la construcción de seres humanos iguales
y respetuosos de las diversidades, en contextos libres de todo tipo de violencia.

El Día de lucha contra la violencia sexual


en las aulas es el 14 de agosto
Este día se conmemora después de la sentencia del caso Paola Guzmán Albarracín.

El 14 de agosto de cada año se conmemorará  el Día oficial de lucha contra la violencia sexual
en las aulas. Esta fecha se creó en 2021 como parte de las reparaciones de la sentencia del
caso Paola Guzmán Albarracín, que emitió la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Corte IDH).

Paola Guzmán Albarracín fue una adolescente guayaquileña de 16 años que fue abusada por
Bolívar Espín, entonces de 65 años y vicerrector de su colegio. Paola estaba en riesgo de
perder el año escolar y Espín, a cambio de “ayudarla” con sus calificaciones, le exigió
relaciones sexuales. Después de dos años de violación sexual, Paola Guzmán quedó
embarazada. Luego fue presionada por el vicerrector para abortar con la ayuda del médico del
colegio, quien le exigió tener relaciones sexuales a cambio de hacerle el procedimiento.

El 12 de diciembre de 2002, Paola ingirió una alta cantidad de fósforo blanco — un químico
que se suele usar para fabricar municiones. Puede causar quemaduras e irritación, daño al
hígado, los riñones, el corazón, los pulmones, huesos y causar la muerte. La adolescente
agonizó durante horas y murió la madrugada del día siguiente como consecuencia de la
intoxicación.

El 14 de agosto de 2020, la Corte IDH sentenció al Estado ecuatoriano por este caso que había
sido elevado ante el Sistema Interamericano años atrás. En el fallo, la Corte declaró al Estado
responsable por la violación de los derechos a la vida, integridad personal, a la protección de la
honra y de la dignidad y a la educación de Paola Guzmán. Además la Corte condenó al Estado
por el “incumplimiento de las obligaciones de prevenir actos de violencia contra la mujer y
abstenerse de realizarlos”.

El caso de Paola llegó a la Corte en 2006 y es el primero de abuso sexual en el ámbito


educativo en llegar al máximo tribunal regional. 

Abuso sexual en las aulas del Ecuador

La violencia sexual afecta a miles de niños, niñas y adolescentes en el Ecuador y es un delito


que permanece aún invisible a los ojos de las autoridades. Diversos estudios e informes han
demostrado la urgencia de combatir esta violencia de manera sistemática en el ámbito
educativo: un informe de la organización Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés)
plantea que la violencia sexual es “endémica” y de larga data dentro del sistema educativo
ecuatoriano.

Según datos gubernamentales analizados por Human Rights Watch, 4.221 estudiantes


sufrieron violencia sexual en instituciones educativas entre 2014 y mayo de 2020. Entre los
casos documentados habían delitos de violación y abuso sexual como obligar a los niños a
realizar actos sexuales en las instalaciones de la escuela. Incluso, algunos estudiantes también
abusaron y acosaron sexualmente a sus compañeros y compañeras.

Ecuador declara el primer día contra la


violencia sexual en las escuelas
El gobierno debe priorizar la prevención, la erradicación y los servicios para las
personas sobrevivientes

El 14 de agosto, Ecuador conmemoró el primer día nacional contra la violencia sexual en las


escuelas. Hace un año, la Corte Interamericana de Derechos Humanos determinó que
Ecuador era responsable por violaciones contra los derechos de Paola Guzmán Albarracín.
Paola, que tenía 14 años cuando el vicerrector de su escuela la violó y abusó de ella, se quitó la
vida en 2002. Entre otras medidas, la corte estableció que Ecuador debía declarar y
conmemorar esta fecha nacional.

La violencia sexual es un problema extendido en las escuelas de Ecuador. Docentes, personal


administrativo y conductores de autobuses han violado, abusado sexualmente y hostigado a
miles de estudiantes, a menudo sin consecuencias. Muchos estudiantes también han
perpetrado actos de abuso sexual contra pares, incluso a través de internet. Las personas
jóvenes sobrevivientes enfrentan hostigamiento, acoso escolar e intimidación por parte de
enseñantes y compañeros. Muchas experimentan consecuencias profundas para su salud física
y mental a lo largo de su vida, con frecuencia sin ningún apoyo.

Cabe señalar que, desde fines de 2017, el Ministerio de Educación de Ecuador adoptó políticas
vinculantes orientadas a prevenir y erradicar la violencia sexual relacionada con el ámbito
escolar, y tomó medidas para la denuncia obligatoria de estos hechos. A su vez, en 2018
presentó una base de datos integral destinada al registro de instancias de abuso en las
escuelas.

Pero si bien se trata de medidas muy importantes, Ecuador enfrenta serias dificultades en el
modo en que las escuelas y los funcionarios educativos responden a la violencia sexual,
incluidas las escuelas privadas, y en cómo los fiscales y los tribunales manejan los casos
relacionados con niños y niñas sobrevivientes. El enfoque que ha adoptado sigue
siendo deficiente en lo que respecta a la prevención y los servicios de apoyo para las personas
sobrevivientes.

Durante la primera conmemoración de este año —decretada por el expresidente Lenín


Moreno— diversos funcionarios públicos de alto nivel expresaron el compromiso de adoptar
una estrategia nacional para erradicar la violencia sexual relacionada con el ámbito de las
escuelas en menos de 180 días. Este es otro paso importante. En los próximos meses, Ecuador
debería cumplir plenamente con todas las medidas dispuestas por la corte orientadas a que se
aborde este problema persistente en su sistema educativo. Como parte de esto, Ecuador
debería publicar datos sobre la violencia relacionada con las escuelas, capacitar al personal
educativo sobre cómo manejar y prevenir situaciones de violencia sexual, y asistir a las
víctimas de violencia sexual relacionadas con el ámbito escolar y a sus familias.

El gobierno debería establecer una estrategia a largo plazo, basada en la prevención y la


garantía de los derechos de los y las estudiantes a no sufrir violencia, a recibir educación
integral en sexualidad y acceder a servicios de apoyo y medidas de justicia cuando se
produzcan abusos. A fin de dar cumplimiento a esta estrategia, el gobierno debería asignarle
un presupuesto que sea acorde con la obligación que tiene de proteger a cada estudiante en
Ecuador de la posibilidad de abusos.

LA LUCHA CONTRA LA
VIOLENCIA SEXUAL EN LAS
AULAS CONTINÚA
Tras 18 años de lucha, el caso de Paola Guzmán Albarracín llegó a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, siendo éste el primero sobre violencia
sexual en el contexto educativo. La Corte condenó al Estado Ecuatoriano por
no haber protegido a Paola, y ordenó varias medidas de reparación, bajo lo
cual se declaró el 14 de agosto como el Día de la Lucha Contra la Violencia
Sexual en las Aulas.

Paola fue víctima de abuso y acoso sexual, desde los 14 años, por parte de
Bolívar Espín, quien aprovechó su posición de autoridad para, a través del
engaño, ganar su confianza y ejercer acoso sexual en su contra. Producto de
los abusos, Paola quedó embarazada y fue obligada a practicarse un aborto
con el médico del colegio, quien también le agredió sexualmente al
condicionarle la atención integral en salud reproductiva, siempre que ella
accediera a tener relaciones sexuales con él. Estos hechos condujeron a que
Paola ingiriera fósforo blanco, para intentar suicidarse, antes de subir al bus
escolar que la llevaría al colegio el 12 de diciembre de 2002.

Si bien, el caso de Paola sentó un precedente para combatir la violencia sexual


en escuelas y colegios de toda América Latina, la lucha por la protección de
niños, niñas y adolescentes aún continúa frente a un Estado indolente e
indulgente, en dónde hasta el 2014 el Ministerio de Educación no documentaba
ni registraba oficialmente ningún caso de violencia sexual en el entorno
educativo (Porras, 2019). A partir de ese año según Human Rights Watch, se
registraron 4.221 casos de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia
sexual en el contexto educativo, en dónde según la organización, son las niñas
las que más sufren delitos sexuales.

A pesar de que el fallo de la Corte en el caso Albarracín estableció que los


Estados deben tomar acciones para prevenir la violencia sexual, una de ellas,
el derecho a la educación sexual y reproductiva. En el país la educación sexual
no se encuentra contemplada en la malla curricular del Ministerio de Educación
y existen grupos sociales que se han opuesto a que los niños y adolescentes
pueden acceder a una educación sexual y reproductiva íntegra y de
calidad, con la finalidad de tener los conocimientos necesarios sobre las
implicaciones de las relaciones sexuales y afectivas, particularmente, en
relación con el consentimiento y el ejercicio de las libertades respecto a sus
derechos sexuales y reproductivos.

De igual forma, los derechos de las niñas y adolescentes se han violentado con
el veto del Código Orgánico de la Salud al desaparecer normas relacionadas
con la salud de las niñas y adolescentes embarazadas, el acceso a la
educación sexual, o el derecho de las víctimas de violencia sexual de recibir
una atención de salud adecuada.

Así mismo, las víctimas de violencia sexual se encuentran con trabas a la hora
de reportar el caso ante la justicia y obtener reparaciones y sanciones para los
responsables. Según el diario digital GK, sólo el tres por ciento de estos abusos
llega a judicializarse y menos aún tiene sentencia.

En el caso ecuatoriano, el Estado ha tomado acciones importantes para aborda


la violencia sexual en las escuelas y colegios del país, el trayecto hacia un país
libre de violencia sexual y justicia efectiva aún es largo. El Estado tiene que
hacerse responsable de prevenir la violencia a través de acciones y
mecanismos como la educación sexual y también proveer de una normativa
que permita a las víctimas de violencia a acceder a ayuda médica y
psicológica; además, debe ofrecer acceso a la justicia y reparación a las
víctimas, y concederles el derecho a decidir si continuar o no con un embarazo
producto de una violación.

Es importante que se inviertan los fondos necesarios para mejorar la atención y


trato a las víctimas, y que se hagan las modificaciones a la legislación
necesarias o se adopten nuevas normas que protejan a los niños, niñas y
adolescentes, que faciliten el acceso a la justicia a las víctimas.

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