REVISTA DE DERECHO UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN 251 (enero - junio) 2022: 15-46 ISSN 0303-9986 | e-ISSN: 0718-591X
DOI: 10.29393/RD251-1NIFJ20001
LA NECESIDAD DE INCORPORAR A TODOS LOS ÓRGANOS
AUTÓNOMOS CONSTITUCIONALES AL RÉGIMEN
GENERAL DE TRANSPARENCIA
THE NEED TO INCORPORATE ALL AUTONOMOUS
CONSTITUTIONAL ORGANS TO THE GENERAL
TRANSPARENCY REGIME
FRANCISCO JAVIER LETURIA INFANTE*
JUAN FELIPE VILLANUEVA FIGUEROA**
RESUMEN
La mayoría de los órganos autónomos constitucionales no se encuentran sometidos al
régimen general de transparencia. Algunos sostienen que no podrían ser fiscalizados
por órganos cuya autonomía sólo ha sido consagrada por ley, como es el caso del
Consejo para la Transparencia. Sostenemos que la naturaleza de la norma que
consagra la autonomía no justifica privilegios que dificulten el escrutinio público
y el ejercicio del derecho de acceso a la información que deben aplicar respecto de
todos los órganos del Estado. Lo anterior, es ratificado por la tendencia dominante
en el derecho comparado. Por tal motivo, postulamos, desde una aproximación
finalista del Derecho, la incorporación de estos órganos (incluyendo al Congreso
y al Poder Judicial) al régimen general de transparencia, pudiendo ser fiscalizados
por dicho consejo sin afectar sus funciones esenciales. Para ello, proponemos
introducir una indicación al actual proyecto de ley que modifica la Ley de Acceso
a la Información Pública. Adicionalmente, sostenemos nuestra conformidad con el
*Abogado, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. Doctor en Derecho de la
Universidad de Salamanca. Profesor de la Facultad de Derecho y de la Facultad de Comunicaciones,
Pontificia Universidad Católica de Chile. Presidente del Consejo para la Transparencia, Santiago, Chile.
Correo electrónico: franciscoleturia@gmail.com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1454-7408.
** Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Correo electrónico: jfvillan@uc.cl.
Código ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8780-4594.
Artículo recibido el 15 de octubre de 2021 y aprobado para su publicación el 6 de junio de 2022.
16 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
reconocimiento constitucional al referido consejo en el proceso constitucional en
curso, si para algunos su actual rango legal es el único obstáculo para avanzar en el
sentido propuesto.
Palabras clave: órganos autónomos constitucionales, transparencia, derecho a la
información, principio de publicidad, Ley sobre Acceso a la Información Pública,
órganos autónomos legales.
ABSTRACT
The majority of the constitutional autonomous organs are not subject to the general
transparency regime. Some argue that they could not be audited by bodies whose
autonomy has only been enshrined by law, as is the case of the Transparency Council.
We argue that the nature of the rule that enshrines autonomy does not justify privileges
that hinder public scrutiny and the exercise of the right of access to information that
should apply to all State bodies. This is ratified by the dominant trend in comparative
law. From a finalist approach of the Law, we postulate the incorporation of such
organs (including the Congress and the Judiciary) to the general transparency
regime, being able to be audited by the Transparency Council without affecting their
essential functions. For that purpose, we propose to introduce an indication to the
current bill that amends the Access to Public Information Law. Additionally, we
support the constitutional recognition of the aforementioned council in the ongoing
constitutional process, if its current legal status is the only obstacle some people
consider necessary to progress in the proposed direction.
Keywords: autonomous constitutional organs, transparency, right of access to
information, publicity principle, Public Information Access Law, legal autonomous
organs.
I. INTRODUCCIÓN
Unos de los principales problemas para desarrollar una propuesta normativa
de modernización y profundización de la institucionalidad de la transparencia
en Chile, está asociado a las llamadas “autonomías constitucionales” u “órganos
autónomos constitucionales” (OAC) y las limitaciones regulatorias que impondría su
reconocimiento constitucional.
Sin perjuicio de existir un debate histórico y no resuelto sobre las diferencias
entre los OAC y los “órganos autónomos legales” (OAL), el voto mayoritario de la
sentencia del Tribunal Constitucional (TC), pronunciada al revisar preventivamente
las normas de rango orgánico constitucional de la Ley N° 20.285 Sobre Acceso a
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 17
la Información Pública1 (STC 1051-08 y LT, respectivamente), marcó un punto
de inflexión en apoyo a una tesis formalista o restrictiva, dejando a buena parte
del Estado con reglas especiales de transparencia, que dificultan su escrutinio y
fiscalización y el ejercicio de los derechos vinculados a ello.
Sin embargo, hoy existen buenas razones para avanzar a un sistema que
tenga por principal objetivo integrar a todos los OAC al régimen general de
transparencia. Determinar la forma más adecuada para hacerlo, exige analizar
la naturaleza de los OAC y OAL, así como las posibilidades de control de los
segundos sobre los primeros.
Para adentrarnos en esta problemática, y en sus posibles vías de solución,
analizaremos brevemente el concepto de “autonomías constitucionales” y las
tensiones que pueden plantear frente a las “autonomías legales”. Asimismo, veremos
cuáles son los OAC regulados en nuestro derecho y delimitaremos el estudio de
su régimen de transparencia en detalle a los que creemos más relevantes: el TC,
el Banco Central (BC), y la Contraloría General de la República (CGR), a fin de
ejemplificar el problema que existe con los regímenes especiales de transparencia
de la mayoría de los OAC.
Luego, revisaremos la relación que existe entre la autonomía de los OAC
y la jerarquía de la norma que la consagra, así como también la necesidad de
fiscalización y escrutinio público de todos los órganos del Estado, incluidos los
OAC.
También observaremos algunas ventajas y dificultades con que dicha
función, respecto de sus obligaciones de transparencia, la lleve a cabo un OAL
ya existente como el Consejo para la Transparencia (CPLT) y si ello es posible
sin afectar las funciones esenciales de los OAC, que son precisamente las que
justifican su autonomía y su propia existencia.
Varios de los puntos desarrollados cobrarán especial relevancia en los años
venideros, ya que no solo se está discutiendo en el Congreso una reforma a la LT,
sino que también vivimos un proceso constituyente en pleno desarrollo,2 donde
la adecuada comprensión del tema enriquecerá muchos otros debates de carácter
iusfundamental.
En este contexto, planteamos incorporar una indicación al proyecto de
reforma a la LT, hoy en tramitación, que venga a solucionar la problemática de
dispersión de los regímenes de transparencia de los OAC. Esta propuesta se basa
en que la transparencia y facilitación del acceso a la información respecto de todos
1
Tribunal Constitucional, 10 de julio de 2008, Rol Nº 1051-08.
2
La Ley N° 21.200, de 2019, modificó el Capítulo XV de la Constitución Política de la República
creando un nuevo procedimiento para reformarla por medio de una Convención Constitucional, cuyos
miembros fueron elegidos por elección popular el 15 y 16 de mayo de 2021.
18 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
los órganos del Estado es una piedra angular de nuestro sistema político y que los
escollos que lo impiden deben removerse. De esta forma y a partir del análisis de
la aplicación de la LT por más de doce años, se propone una solución de reforma
legislativa, a fin de lograr una regulación jurídica deseable en esta materia.
II. AUTONOMÍAS CONSTITUCIONALES: CONCEPTO, FUNDAMENTO Y
RELACIÓN CON LAS AUTONOMÍAS LEGALES
El concepto de OAC es una entelequia jurídica difusa, polisémica y cuya
comprensión varía dependiendo del país, época y tradición o doctrina que se
observe. Zúñiga cita amplia bibliografía y da buenos ejemplos de lo anterior,
destacando que, en la actualidad, su rol esencial está vinculado a la defensa de los
valores y principios constitucionales, y por lo mismo, en general, tienen un carácter
garantista y contra mayoritario.3
De esta manera, se ha querido que la mayoría de los OAC asuman la
protección de algunos derechos y principios constitucionales en forma permanente
y autónoma de las mayorías políticas de turno y el gobierno central. Ello supone
un claro límite a la lógica de la soberanía popular absoluta, y un distanciamiento de
la doctrina tripartita de la separación de poderes, avanzando hacia una visión del
Estado más funcional y pragmática. Es decir, más centrada en asegurar el efectivo
respeto de los derechos y asegurar un buen gobierno que en imponer modelos
jurídicos formales.4
Los OAC han nacido de la necesidad de dotar de suficiente autonomía e
independencia a diversos órganos del Estado, a los cuales se ha encomendado
funciones específicas que por su propia naturaleza conviene que sean realizadas
con independencia.5
Los OAL, por otro lado, son órganos cuya autonomía ha sido consagrada
3
Zúñiga, Francisco, “Autonomías constitucionales e instituciones contramayoritarias (a propósito de
las aporías de la “democracia constitucional”)”, Revista Ius et Praxis, 2007, Vol. 13, Nº 2, p. 227.
4
Zúñiga, cit. (n. 3), p. 227; Marván, María, “Transparencia en los Órganos Constitucionales Autónomos”,
en Peschard, J. (coord.), Hacia el Sistema Nacional de Transparencia, Universidad Nacional Autónoma
de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Seminario Universitario de Transparencia, México,
2016, p. 203; Ackerman, John, “Organismos autónomos y la nueva división de poderes en México y
América Latina”, en Carpizo, J.; Arriagada, C., Homenaje a Emilio Rabasa, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, UNAM, México, 2010, pp. 4 y 16; y Fabián, José, “Los órganos constitucionales autónomos
en México: una visión integradora”, Revista Cuestiones Constitucionales, 2017, N°37, p. 96.
Ugalde, Filiberto, “Órganos Constitucionales Autónomos”, Revista del Instituto de la Judicatura
5
Federal, 2010, Nº 29, p. 253; Cordero, Luis, “La autonomía constitucional”, La Semana Jurídica, 2001,
N° 34, pp. 7-8.
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 19
por una norma de rango legal, que forman parte de la Administración del Estado,
generalmente reconocidos como servicios descentralizados, y que gozan, según
se regule caso a caso, de una mayor o menor autonomía de control, contable y de
gestión.6
En nuestra tradición jurídica la naturaleza de los OAC y OAL ha sido poco
desarrollada por la doctrina.7 Un desarrollo mayor sería deseable, pues permitiría
incorporar categorías adicionales, como las de “órganos constitucionalmente
relevantes”,8 “órganos garantes especializados”,9 “autonomías institucionales”,10
“administraciones independientes”,11 así como el oponer el concepto de “entes
autónomos” al de “servicios dependientes de la administración central”,12 entre
muchos más. Una mayor riqueza y flexibilidad conceptual facilitaría la solución de
muchos de los problemas planteados en este trabajo.
La doctrina comparada latinoamericana tampoco agota su conceptualización.
Al respecto, Ackerman distingue dos enfoques dominantes para definir los OAC y
aporta un tercer enfoque propio que denomina “integrador”.
Llama a la primera postura maximalista, donde los OAC cumplen a cabalidad
con cuatro requisitos: rango constitucional, participación en la dirección política
del Estado, presencia constitutiva y relación de coordinación con otros poderes.
Este enfoque es tan estricto y formalista, que muchos de los OAC chilenos no
calificarían como tales por no cumplir uno o más de estos requisitos.
En la otra orilla se encuentra el enfoque minimalista, en virtud del cual casi
cualquier organismo explícitamente nombrado en la Constitución, que no forme
parte de uno de los tres clásicos poderes del Estado, sería automáticamente un
OAC.
Entre medio de ambos enfoques, encontramos el integrador, en virtud del cual
6
Zúñiga, cit. (n. 3), pp. 235-236.
7
Cea, José Luis, “Autonomía constitucional del Banco Central”, Revista de Derecho Público, 2000, Nº
62, p. 67.
8
García, Manuel, “El “status” del TC”, Revista Española de Derecho Constitucional, 1981, N° 1, p.
17; Fabián cit. (n. 4), p.89.
9
Viera-Gallo, José Antonio, “El principio de transparencia, el derecho de acceso a la información
pública y el Consejo para la Transparencia ante el desafío de la nueva Constitución”, informe en derecho
encargado por el Consejo para la Transparencia, Santiago, 2021, p. 34.
10
Cea, cit. (n. 7), p. 79.
11
Rajevic, Enrique, “El Consejo para la Transparencia como Administración Independiente”, en Letelier,
R.; Rajevic, E. (Eds.), Transparencia en la Administración Pública, Legal Publishing, Santiago, 2010, p.
230. En un sentido similar, ver también Vergara, Alejandro, “Autoridades administrativas independientes
(agencias): mito y realidad de un modelo conveniente para Chile”, Revista de Derecho Administrativo
Económico, 2017, Nº 25.
12
Viera-Gallo, cit. (n. 9), p. 36.
20 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
Ackerman recoge – no sin hacer críticas – la jurisprudencia de la Suprema Corte
de la Nación de México de 2007, que establece que los OAC nacen de una idea de
equilibrio constitucional basada en los controles de poder, evolucionando la teoría
clásica de separación de los tres poderes del Estado, concibiendo la organización
del Estado como una distribución de funciones y competencias, haciendo más
eficaz el desarrollo de las actividades encomendadas al Estado. En este contexto,
se trata de órganos del Estado que tienen las siguientes características esenciales:
están consagrados en la Constitución, mantienen una relación de coordinación con
los otros órganos del Estado, cuentan con autonomía e independencia funcional y
financiera, y se abocan a funciones primarias u originarias del Estado que requieren
ser atendidas eficazmente en beneficio de la sociedad.13
Tras estas posiciones doctrinarias pueden reconocerse diferencias más
profundas, conectadas con distintas miradas del Derecho. Por un lado, los más
formalistas privilegian el orden de las estructuras y la coherencia de los sistemas
ideales, como es el caso de quienes adscriben al enfoque maximalista. Por el
otro, tendremos a quienes privilegian el buen funcionamiento institucional y la
protección efectiva de los derechos, más allá de los modelos abstractos, con una
mirada más pragmática o finalista, donde podemos encasillar a quienes adscriben
al enfoque minimalista o al integrador.
Sin duda, a nuestro juicio el enfoque más adecuado – y que hacemos nuestro
– es el integrador. Lo anterior, ya que escapa del formalismo, siguiendo una lógica
más finalista de interpretación del Derecho, teniendo además la valentía, de la cual
carece el minimalismo, de dar un marco conceptual a los OAC y no definirlos en
términos negativos en torno a lo que “no son”. Sin embargo, y tal como se desprende
implícitamente de lo que señala este autor, tampoco alcanza para conceptualizar
plenamente a los OAC.
Formar parte de una vertiente u otra tiene muchas consecuencias. Pero,
la más importante para efectos de este trabajo, es determinar si la consagración
constitucional dota a los OAC de una jerarquía sobre los OAL que excluye la
posibilidad de ser fiscalizados por estos últimos (en este caso, en el cumplimiento
de sus deberes de transparencia).
Para los formalistas esto no es posible, mientras que para los finalistas la
característica más importante de los OAC y los OAL es su autonomía funcional
y efectiva, y el objeto de bien común que deben alcanzar, y en ningún caso la
pregunta por la jerarquía de la norma que los consagra. Como consecuencia, para
ellos no habría inconveniente en que un OAL fiscalice a un OAC, como de hecho
ya sucede (el CPLT fiscaliza al Consejo Nacional de Televisión, los gobiernos
regionales y las municipalidades).
Ackerman, cit. (n. 4), pp. 5 y 16-20.
13
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 21
Entre los autores formalistas encontramos a Pantoja, quien afirma que habría
“un claro designio institucional” en algunos organismos, que genera una distancia
insalvable entre OAC y OAL.14 Fernández, al menos en un trabajo, también
sostiene que las OAL no están al mismo nivel jerárquico que los OAC, por el sólo
hecho de su fuente normativa.15 Asimismo, los ministros Cea, Bertelsen, Fernández
y Peña, entre otros, suscribieron la misma tesis al concurrir al voto mayoritario de
la STC 1051-08.16
Zúñiga, por el contrario, sostiene que todos los órganos que cumplen
funciones constitucionales relevantes e independientes del poder político
mayoritario, deberían ser OAC, y desde esa perspectiva, lo más relevante es
garantizar un estatuto que les asegure funcionalmente la autonomía que requieren,
alejándose del interés por la discusión de encasillamiento de cada órgano en una
categoría o subcategoría que excluya su fiscalización, o el debate sobre si alguno
forma o no de parte de la Administración del Estado.17 Los ministros Vodanovic
Schnake y Correa Sutil se acercan a esta tesis en el voto disidente de la STC 1051-
08.
III. LOS OAC EN NUESTRO DERECHO Y DELIMITACIÓN DEL ESTUDIO DE
SU RÉGIMEN DE TRANSPARENCIA
La Constitución de 1980, siguiendo en esto a una tendencia internacional,18
avanzó sustancialmente en la posibilidad de generar nuevos órganos autónomos,
facilitando un sistema administrativo más flexible y funcional, pero al mismo
tiempo, más complejo, especializado y despolitizado.19
Dependiendo de los autores, se engrosa o reduce el listado de los órganos
que consideran OAC, lo cual prueba lo dicho en las secciones anteriores: su
conceptualización no es inequívoca. Sin embargo, en general, los factores comunes
mencionados son el TC, el BC, la CGR, el Ministerio Público (MP), el Tribunal
Pantoja, Rolando, La Organización Administrativa del Estado, Editorial Jurídica de Chile, Santiago,
14
1998, p. 312.
Fernández, Miguel Ángel, La Nueva Justicia Penal frente a la Constitución, Lexis Nexis, Santiago,
15
2006, pp. 179-200.
En un sentido similar, Cea, José Luis, Derecho Constitucional Chileno, Editorial Universidad Católica,
16
Santiago, 2004, pp. 40-42.
17
Zúñiga, cit. (n. 3), pp. 239 y 241-244.
18
Cea, cit. (n. 7), p. 68.
Cea, José Luis, Teoría del Gobierno, Derecho chileno y comparado, Ediciones Universidad Católica
19
de Chile, Santiago, 2000, p. 55; Ugalde, cit. (n. 5), p. 253.
22 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
Calificador de Elecciones (TCE), los gobiernos regionales, las municipalidades, el
Consejo Nacional de Televisión (CNT), y – considerados por unos y excluidos por
otros – el Congreso Nacional y el Poder Judicial.20
Quizá siguiendo esta lógica más funcional que dogmática, la Constitución
regula a los OAC de un modo muy distinto entre sí. A algunos les dedica un
capítulo completo, como por ejemplo al MP (capítulo VII), al TC (capítulo VIII), a
la CGR (capítulo X) o al BC (capítulo XIII). A otros solo dedica breves menciones,
como al TCE. Por otro lado, la autonomía de cada OAC está reconocida, a veces
expresamente, como el caso del MP, y otras tácitamente, como ocurre con el TC.21
En nuestra tradición jurídica, desde antaño se ha aceptado la autonomía de
diversos órganos.22 Recurrir para ello a la norma jurídica de más alta jerarquía,
sólo ha sido una materia de técnica electiva y prudencia política y no un requisito
imperativo.
El artículo 24 de nuestra carta fundamental confiere al Presidente de la
República el gobierno y la administración del Estado,23 por lo que - por regla
general - los órganos que los componen quedan bajo su dependencia o tutela. Sin
embargo, los organismos autónomos que contempla la propia Constitución quedan
excluidos, haciendo evidente que, para alterar dicha autonomía, es necesaria una
reforma constitucional. 24
Pero la autonomía es antes que nada una realidad, una necesidad y una
decisión política, un propósito y una cualidad factual, observable, fundada en su
organización interna, sus facultades de autogobierno y su funcionamiento efectivo,
lo que puede o no tener relación con lo establecido en uno u otro texto legal.
Consciente de que una breve declaración normativa asegura muy poco,25
20
Montecinos, Alejandro, “Cuestiones orgánicas de la Constitución. Autonomías constitucionales”,
informe en derecho encargado por el diputado Jaime Bellolio Aravia, Chile, 2020, p. 1; Rajevic,
Enrique, “Factibilidad de otorgar a un organismo administrativo autónomo por ley potestades para
fiscalizar deberes de transparencia por parte de órganos constitucionales autónomos”, informe en
derecho encargado por el Consejo para la Transparencia, Santiago, 2018, p. 3; Zúñiga, cit. (n. 3), p.
226; Fernández, Miguel Ángel, “Improcedencia de la fiscalización parlamentaria y otras consecuencias
respecto de los órganos constitucionalmente autónomos”, Revista de Derecho Público, 2003, N° 65, p.
218; Camacho, Gladys, “La Contraloría General de la República y Transparencia”, Revista de Derecho
Público, 2013, Nº 78, p. 35.
Constitución Política de la República de Chile, 2005.
21
Pantoja, Rolando, Derecho Administrativo: concepto, características, sistematización, prospección,
22
Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1996, pp. 103-104.
Constitución Política de la República de Chile, 2005.
23
24
Cordero, Eduardo, “La administración del Estado en Chile y el concepto de autonomía”, en
Contraloría General de la República, La Contraloría General de la República, 85 años de vida
institucional (1927-2012), Contraloría General de la República, Santiago, 2012, pp. 17-18.
Vergara, cit. (n. 11), p. 54.
25
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 23
la misma Constitución, en la mayoría de los casos en forma expresa, señala que
una ley (orgánica constitucional, de quórum calificado o simple) adoptará los
resguardos estructurales adecuados para garantizar dicha autonomía. Es decir, en
la misma, se precisarán las facultades específicas de cada órgano.
Constatamos así que los OAC no logran su propósito, de modo efectivo,
sino hasta cuando interviene el legislador.26 Y, a su vez, que el constituyente
entregó expresamente al legislador la facultad de establecer otros órganos estatales
autónomos, de rango legal, lo que nos permite decir, a su vez, que todas las
autonomías que existen en nuestro sistema jurídico tienen un origen y un respaldo
constitucional.
Si bien en esta primera parte del trabajo nos hemos referido a los distintos
OAC en términos generales, ya que en la sección II revisamos su concepto,
fundamentos y relación con los OAL, y en esta sección la forma en cómo están
regulados en la Constitución, en adelante delimitaremos su estudio a aquellos
cuyos regímenes de transparencia creemos más relevantes para efectos de
demostrar el problema existente en la institucionalidad de la transparencia en
Chile. La elección de ciertos OAC para estudiar sus regímenes de transparencia
en detalle no solo responde a motivos de limitación de extensión y a la variedad
orgánica, de integración y facultades que hay entre todos los OAC, sino también
a enfocar el estudio en aquellos cuya autonomía ha servido para justificar una
parcial o total falta de fiscalización de sus obligaciones de transparencia y que
cumplen funciones muy relevantes para la ciudadanía. Así, nuestro estudio se
enfocará en el TC, el BC y la CGR.
IV. AUTONOMÍA DE LOS OAC Y SU RELACIÓN CON LA JERARQUÍA DE LA
NORMA QUE LOS CONSAGRA
Dotamos a un órgano del Estado de autonomía con un propósito de bien
común. Que éste alcance o no tal objetivo es una realidad antes funcional que
nominal.27
La jerarquía de la norma utilizada para construirla, ya sea la Constitución o
una ley, es una elección facultativa del soberano, realizada en buena medida por
razones de pragmatismo político. El sólo hecho de estar o no la autonomía del
órgano brevemente enunciado en una ley fundamental no asegura autonomía real.
Sabemos que cuando la autonomía del órgano está consagrada a nivel
constitucional, sus competencias esenciales no pueden ser modificadas por una ley.
26
Cordero, cit. (n. 5), p. 2.
27
Vergara, cit. (n. 25), p. 54.
24 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
Esta primera diferencia de cuna entre OAC y OAL no toca la naturaleza misma de
la autonomía, ni tampoco las facultades u obligaciones del órgano y se reduciría al
quórum necesario para modificar su estatuto normativo.28
Analizando los diferentes estatutos de cada OAC, veremos que no existe
una técnica o criterio común para regularlos, y ni uno asegura por sí mismo una
autonomía efectiva. Es decir, cada OAC puede soportar diferentes modalidades y
niveles de autonomía, según se quiera o requiera, y todas son constitucionalmente
legítimas.
Es así como podrían existir algunas autonomías constitucionales muy
restringidas29 y al mismo tiempo, OAL con una autonomía muy sólida y efectiva
en cuanto a su estructura y operación, como el Instituto Nacional de Derechos
Humanos (INDH) o el CPLT.30 De hecho, el TC tiene su autonomía reconocida
expresamente a nivel legal, no constitucional.31
En realidad, cada órgano será más o menos autónomo, según las facultades
que le sean asignadas, los criterios de nombramiento y remoción de sus integrantes,
su capacidad de auto regulación, su seguridad presupuestaria y los márgenes para
ejecutarla, entre otras.32
Avancemos en ese sentido respecto de los OAC que hemos seleccionado para
estudiar en detalle. Un punto esencial para cualificar la autonomía de un órgano
es atender a quién responde su jefe de servicio. En general, los jefes de servicio
de los OAL son de exclusiva confianza del Presidente de la República, mientras
que los OAC suelen tener una autonomía reforzada, generalmente caracterizada
porque en el nombramiento de sus máximas autoridades participan autoridades
de mayor peso institucional y legitimidad democrática.33 Así, en el TC tres de sus
ministros son designados por el Presidente de la República, otros cuatro elegidos
por el Congreso Nacional y los últimos tres por la Corte Suprema (CS).34 En el
BC, sus cinco consejeros son designados por el Presidente de la República, previo
28
En sentido similar, Cordero, cit. (n. 26), pp. 31-32, al sostener que “La autonomía constitucional
no se distingue mayormente respecto de la autonomía legal. La diferencia más importante está en que
los órganos que gozan de autonomía legal se encuentran sujetos a la voluntad del legislador en su
configuración, la cual bien puede cambiar o desaparecer. Esto no ocurre con la autonomía constitucional,
ya que estas entidades gozan de una garantía institucional cuyo núcleo o contenido esencial debe ser
respetado por el legislador”.
Ugalde, cit. (n. 5), p. 255.
29
Vergara, cit. (n. 25), pp. 54-56.
30
Tórtora, Hugo, “La autonomía del TC”, Revista de Derecho y Ciencias Penales Universidad San
31
Sebastián, 2009, Nº13, p. 90.
En sentido similar, Cordero, cit. (n. 26), pp. 24-26.
32
Zúñiga, cit. (n. 3), p. 241.
33
Constitución Política de la República de Chile, 2005, artículo 92.
34
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 25
acuerdo del Senado.35 En lo que respecta a la CGR, el Contralor es designado por
el Presidente de la República, previo acuerdo del Senado.36
Sin embargo, puede haber también OAL que tengan esta forma de
nombramiento. Por ejemplo, en el nombramiento de los consejeros del CPLT
interviene el Presidente de la República y el Senado, y la CS interviene en su
remoción, generando una suerte de “autonomía reforzada”.37
Otra característica para cualificar la autonomía de un órgano es atender a
la duración de sus autoridades en el cargo. Si dicho mandato tiene una duración
mayor a la del Presidente de la República y los miembros de la legislatura, y sus
autoridades se renuevan en forma parcial, se deduce que son más independientes
de la autoridad política de turno. Nuevamente, es ilustrador analizar que ocurre
con los OAC que estudiamos en detalle. En el TC, sus ministros duran 9 años y
se renuevan por parcialidades cada tres.38 Los consejeros del BC duran diez años
en sus cargos, con posibilidad de reelección, y se renuevan por parcialidades.39 El
Contralor de la República, en tanto, dura ocho años en su cargo, sin posibilidad de
reelección.
No deja de llamar la atención que esta característica también se cumple
respecto de los consejeros del CPLT, quienes duran en su cargo seis años, con
posibilidad de una sola reelección, y se renuevan por parcialidades.40
Finalmente, se señala como un atributo de la autonomía de los OAC cierta
capacidad reglamentaria autónoma, es decir, la capacidad del órgano para poder
dictarse sus propias normas. Al observar la regulación de las OAC en estudio,
nos damos cuenta que el TC tiene la facultad de, mediante auto acordado,
establecer “(…) sus sesiones ordinarias y horarios de audiencia”, así como regular
“materias que no sean propias del dominio legal y que tengan como objetivo la
buena administración y funcionamiento del Tribunal.41 Asimismo, el Consejo del
BC tiene la facultad de dictar “(…) los reglamentos internos necesarios para su
adecuado funcionamiento y el del Banco”.42 Por su parte, el Contralor General de
la República tiene la facultad de establecer “las normas que regularán la forma, el
35
Ley N° 18.840, 1989, artículo 7.
36
Constitución Política de la República de Chile, 2005, artículo 98.
37
Viera-Gallo, cit. (n. 9), p. 35.
38
Constitución Política de la República de Chile, 2005, artículo 92.
39
Ley N° 18.840, 1989, artículo 8.
40
Ley N° 20.285, 2008, artículo 36.
41
DFL N° 5, 2010, artículos 19 inciso 2 y 29.
42
Ley N° 18.840, 1989, artículo 11.
26 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
plazo y las modalidades de las auditorías que le corresponda efectuar”.43
Pero en todos estos casos, su autonomía normativa siempre será infra
legal, por lo que el hecho de que su facultad reglamentaria tenga origen legal o
constitucional, para efectos prácticos resulta irrelevante.44
En suma, para alguien que adscribe a la vertiente finalista, un órgano será
más o menos autónomo no en razón de la jerarquía de la norma que consagra su
autonomía, sino en razón de los factores ya mencionados.
V. TODOS LOS ÓRGANOS DEL ESTADO EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA
(INCLUYENDO LOS OAC) DEBEN SER FISCALIZADOS
El TC, el BC y la CGR son instituciones creadas para ser contra mayoritarias
y no politizadas. Sus mandos superiores son designados por otros poderes,
sustrayéndolos así – en la medida de lo posible – de las fluctuaciones de las mayorías
políticas.45
Ello tiene ventajas, pero debe reconocerse que ejercen importantes poderes,
con autonomía, y con un escrutinio y legitimidad democrática en cierto modo
menor.46 Como contrapartida, ello exige que se los fiscalice y escrute por otras vías,
a fin de evitar abusos y corrupción y generar confianza sobre su actuar.
Los tres OAC en estudio tienen un déficit de control, responsabilidad y
escrutinio público en cuanto a sus obligaciones de transparencia, contrariando una
de las bases fundamentales de cualquier orden político democrático.47 La autonomía
de los OAC se refiere a la gestión, y no a la ausencia de fiscalización y escrutinio
público, lo que no puede entenderse como subordinación o pérdida de autonomía.48
La necesidad de control y supervisión es un asunto de máxima relevancia, y
muy anterior a la pregunta sobre el tipo de órgano que debiera llevar a cabo esta tarea.
Y en esto la doctrina es clara. Marván, por ejemplo, quien incluso cree que los OAC
tienen la misma jerarquía que los tres clásicos poderes del Estado, señala que ello
en ningún caso excluye el control.49 Fabián Ruiz, quien sostiene que la autonomía es
Decreto N° 2.421, 1964, artículo 21 A.
43
Zúñiga, cit. (n. 3), pp. 229-230.
44
Los cuestionamientos a la autonomía del TC en el último tiempo son una buena prueba de que la
45
autonomía es una cuestión factual más que de consagración constitucional o legal.
Fabián cit. (n. 4), p. 117.
46
Zúñiga, cit. (n. 3), p. 244; Silva, Enrique, Derecho Administrativo Chileno y Comparado. El Servicio
47
Público, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1995, pp.170-171.
Zúñiga, cit. (n. 3), p. 235.
48
marván cit. (n. 4), p. 3.
49
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 27
una forma de división de poderes, dado que supone una distribución de funciones,
agrega que esta autonomía es relativa, porque, aunque no estén subordinados a ellos,
deben rendirles cuentas y están sujetos a su control.50
Escapando también de posiciones formalistas, Cordero, por ejemplo, señala
que “llama profundamente la atención que en muchas ocasiones se identifique la
autonomía con autarquía, esto es, con la capacidad que tiene una entidad de darse
su propio derecho, o para sostener la ausencia de mecanismos de control sobre
las actuaciones que realizan determinados órganos, creando una suerte de espacio
libre de normas y de controles externos, lo que de partida no deja de plantear serios
cuestionamientos (…)”.51 Una postura contraria, parece difícilmente compatible con
las exigencias propias de una sociedad democrática.
Ahora bien, los conceptos de “fiscalización” o “escrutinio” que deben aplicarse
a todos los órganos del Estado son amplios, por lo que deben delimitarse al ámbito
de nuestro estudio. Para este trabajo nos estaremos refiriendo a aquel control que
debe hacerse a los OAC en análisis respecto del cumplimiento de sus obligaciones de
transparencia. Esta facultad comprende, al menos, las siguientes potestades referidas
en la LT: dictar instrucciones generales en relación a dicha ley (artículo 33, letra d);
conocer del reclamo sobre incumplimiento de obligaciones de transparencia activa
(artículo 8); conocer del amparo de acceso a la información pública, es decir, el
recurso relativo al incumplimiento de obligaciones de transparencia pasiva (artículo
24 y siguientes y 33 letra b); y, en general, la de fiscalizar el cumplimiento de las
disposiciones de la LT y aplicar las sanciones en caso de infracción a ellas (artículo
33, letra a).52
VI. EL PROBLEMA DE LOS DISTINTOS REGÍMENES DE TRANSPARENCIA
DE LOS OAC. PROPUESTAS DE SOLUCIÓN
6.1. Aproximación al problema desde una postura finalista
Actualmente el régimen general de transparencia de la LT no rige para
todos los OAC,53 pese a los continuos llamados de la Comisión Engel54 y diversos
50
Fabián cit. (n. 4), p. 88.
51
Cordero, cit. (n. 26), pp. 15 y 32.
52
Ley N° 20.285, 2008.
Rojas, Christian, “Empresas Públicas y Ley de Transparencia. Un intento por contener “la huida”
53
del Derecho Administrativo”, en Letelier, R.; Rajevic, E. (Eds.), Transparencia en la Administración
Pública, Legal Publishing, Santiago, 2010, p. 395; Camacho, cit. (n. 20), p. 35.
54
Consejo Asesor Presidencial Contra los Conflictos de Interés, el Tráfico de Influencias y la Corrupción,
28 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
grupos académicos, centros de estudio y ONG´s a incorporar en este a todos los
OAC (incluyendo al Congreso Nacional y el Poder Judicial).55 El texto legal
vigente establece para la mayoría de ellos un sistema especial, engorroso, con
menos exigencias y momentos de control, y, por tanto, más proclive a la opacidad y
ocultamiento de información, o bien los excluye.
El tratamiento dado a casi todos los OAC (incluyendo al Congreso Nacional
y el Poder Judicial) obedeció, en buena medida a razones políticas y de gradualidad
en el sistema. Tratándose del debut de una institucionalidad nueva, que debía
construirse, mostrar sus beneficios y probar su eficacia, la amplitud general y el
análisis jurídico detenido de cada OAC prácticamente no existió.56
Si bien la LT fue un gran avance institucional,57 para lograr consensos y evitar
fricciones, en un país todavía instalado en la lógica del secreto y la opacidad,58 se
optó por dejar a muchos órganos sensibles fuera del sistema general y con un régimen
especial (como es el caso del TC, el BC, la CGR, entre otros).59 Esta situación,
transformada hoy en una cuestión jurídica,60 es el principal tope para avanzar en la
“Informe Final”, 2015, http://www.minsegpres.gob.cl/wp content/uploads/2017/04/Informe-del-Consejo-
AsesorPresidencial-Contra-los-Conflictos-de Intereses-el-trafico-de-Influencias-la-Corrupcion.pdf,
consultada: 23 de marzo de 2021, p. 47.
García, José Francisco; Gómez, Gastón, “Aspectos de derecho público y diseño institucional del
55
proyecto de ley que modifica la Ley N° 20.285 sobre Acceso a la Información Pública (Boletín N°12.100-
07)”, informe en derecho encargado por el Consejo para la Transparencia, Santiago, 2018, pp. 8-14.
Viera-Gallo, cit. (n. 9), pp. 49-50.
56
Camacho, Gladys, “Constitución y Transparencia”, Revista de Derecho Público, 2014, Edición Especial,
57
p. 149.
58
Harasic, Davor, “Historia de la consagración del Derecho Fundamental de Acceso a la Información
Pública en Chile”, en Letelier, R.; Rajevic, E. (Eds.), Transparencia en la Administración Pública,
Legal Publishing, Santiago, 2010, pp. 8-9. El autor, citando a José Antonio Viera Gallo, señala que el
primer proyecto de ley de transparencia de 1998 “no prosperó porque se consideraba que extremaba
el principio de transparencia y publicidad” y recuerda que los principios de buena administración que
se ven reflejados en el Decreto Supremo N° 26 del Ministerio Secretaría General de la Presidencia del
2001 establecía el secreto como regla general en la administración pública.
59
Historia de la Ley N° 20.285, 2008, pp.121 y 191. En la discusión en Sala el diputado Jorge Burgos
señaló que “a mi juicio, la propuesta que hizo el Ejecutivo en la Comisión de Hacienda (Sobre la exclusión
del Banco Central en la ley), no siendo la ideal, es mejor de lo que tenemos. Probablemente, vale la
pena aprobarla como viene redactada de esa Comisión y no como viene en el informe de la Comisión
de Constitución para poder acelerar el trámite, en el entendido de que es un avance importante”. En
el mismo sentido, el Informe de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento y la
indicación de la diputada Turres y otros, quienes sostuvieron que “lo que se buscaba era concebir en una
forma más amplia la indicación sustitutiva, extendiéndola a otros órganos autónomos del Estado tales
como el Congreso, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Ministerio Público (…)”. Cerrado el
debate, se rechazó la indicación.
Ferrada, Juan Carlos, “El ámbito de aplicación de la Ley de Transparencia: la exclusión parcial de los
60
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 29
modernización y ampliación de la institucionalidad de la transparencia en Chile.
Corresponde entonces, analizar en detalle a qué nos estamos refiriendo cuando
hablamos del “régimen general” y del “régimen especial” o “regímenes especiales”
de transparencia. Al respecto, muy ilustrativo resulta atender a lo planteado por
Román, quien – excluyendo a las empresas públicas – distingue los tres planos en
que se aplica la LT, de conformidad con su artículo 2. El primero, es el que llamamos
régimen general, pues los sujetos obligados que se encuentran incorporados en él,
son aquellos a los cuales la LT aplica íntegra y plenamente. Aquí encontramos a
los ministerios, las intendencias, las gobernaciones, los gobiernos regionales, las
municipalidades, las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública, y los órganos
y servicios públicos creados para el cumplimiento de la función administrativa.
Nótese que dentro de este listado encontramos a las municipalidades y gobiernos
regionales, que son OAC.
En un segundo plano, encontramos el régimen especial de la CGR y el BC, que
son sujetos obligados parcialmente por la LT, pues deben ajustarse a sus disposiciones
en lo que expresamente esta señale a su respecto, así como a las disposiciones de sus
respectivas leyes orgánicas que se refieran a materias reguladas por dicha ley.
Y, en un tercer plano, se encuentra el régimen especial de los demás órganos del
Estado, los cuales deben ajustarse a lo que sus respectivas leyes orgánicas disponen
en relación a sus obligaciones de transparencia. En este grupo encontramos, entre
otros OAC, al TC.61
Ahora bien, a fin de comprender cada uno de estos regímenes, y, en definitiva,
el por qué significan una merma en la institucionalidad de la transparencia, no solo
es necesario estarse a la LT, sino que además esta debe interpretarse a la luz de la
STC 1051-08, dado que esta declara constitucionales muchas de sus disposiciones
“en el entendido de”.
Adicionalmente, y para entender respecto de las tres OAC en estudio qué
significa su permanencia en los regímenes especiales de transparencia, debemos
analizar cómo quedan parados frente a cada una de las facultades que dijimos
constituían la potestad de fiscalización o escrutinio en materia de transparencia
(entregadas al CPLT en el régimen general). La siguiente tabla62 resulta ilustrativa
al efecto:
órganos estatales y administrativos de la aplicación del régimen general”, en Letelier, R.; Rajevic, E.
(Eds.), Transparencia en la Administración Pública, Legal Publishing, Santiago, 2010, p. 353. El autor
señala que las circunstancias que llevaron a generar estas exclusiones parciales del régimen general de
transparencia fueron extrajurídicas.
Román, Cristián, “Ley de Transparencia y órganos autónomos”, en Letelier, R.; Rajevic, E.,
61
Transparencia en la Administración Pública, Legal Publishing, Santiago, 2010, p. 364.
62
La tabla es de autoría propia, pero construida en buena medida a partir de lo señalado por Román, cit.
(n. 61), pp. 365-367; y Camacho, cit. (n. 20), p. 36.
30 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 31
32 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
Como puede observarse en la tabla, para la corriente formalista respaldada
por la STC 1051-08, no sería posible que un órgano autónomo creado por ley,
como el CPLT, pueda fiscalizar el cumplimiento de obligaciones de transparencia
de órganos que fueron creados por la Constitución, como el TC, el BC o la CGR,
por lo que estos últimos no pueden quedar como sujetos plenamente obligado por
la LT, quedando sujetos a la fiscalización del órgano creado para ello, ya que gozan
de una especie de “estatus o dignidad especial” respecto de los demás órganos del
Estado.63
La STC 1051-08 contiene una serie de afirmaciones de las que se sigue
esta lógica.64 Así, por ejemplo, se destaca lo señalado por el ministro Fernández
Baeza, quien sostiene que “la jerarquía y naturaleza de los órganos del Estado,
tanto de aquellos denominados clásicamente “poderes públicos” como los otros
de carácter autónomo que la Constitución contempla, exigen, para su control,
un nivel institucional correspondiente a su rango, que no altere ni desnaturalice
las relaciones verticales y horizontales entre sus normas que todo ordenamiento
jurídico supone”.65 Lo anterior, es confirmado también por la opinión de Román,
quien señala que “esta desconfianza en relación al Consejo para la Transparencia,
que subyace a mi juicio en el fallo (…)” tiene por causa, entre otras, que el CPLT
“(…) carece de rango constitucional, lo que sería óbice para que sea conforme a la
Constitución la atribución legal de la facultad de control en materia de transparencia
en relación a órganos dotados de autonomía, en especial si estos tienen ese rango”.66
Esta posición ha debilitado el derecho de acceso a la información, afectando
uno de los principales principios ordenadores de la vida pública señalados por la
propia Constitución y no es coherente con una lectura finalista de nuestro Derecho.
Tanto la ley como la Constitución son claras expresiones de la voluntad
soberana y ambas obligan del mismo modo. Postular que nuestra propia Constitución
establezca diferencias de cuna, en perjuicio de otros valores constitucionales
fundamentales, y sin ningún beneficio para el orden social, no parece razonable.
Cuando se dictó la STC 1051-08, el voto de mayoría se inclinó por un
concepto de autonomía amplio.67 Sin detenernos en que de alguna manera era parte
directamente interesada en el resultado (el proyecto de ley incluía inicialmente al
Cea, cit. (n. 7), p. 69; Fernández, cit. (n.15), pp. 179-200.
63
Tribunal Constitucional, 10 de julio de 2008, Rol Nº 1051-08, Considerandos 38º, 37º, 44º, 46º, 48º
64
y 54º.
Tribunal Constitucional, 10 de julio de 2008, Rol Nº 1051-08, Considerando 9° del voto disidente del
65
ministro Mario Fernández Baeza.
Román, cit. (n. 61), p. 371.
66
Román, cit. (n. 61), p.373.
67
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 33
TC como sujeto plenamente obligado68), dicha sentencia trazó una línea divisoria
entre OAC y OAL.
Concretamente, pese a que no consideró todos los OAC en sus exclusiones,69
sostuvo que “la referida autonomía implica, precisamente, que cada uno de
estos ámbitos de acción no puede estar supeditado, en su ejercicio, a órganos
que se relacionen, aunque sea en forma indirecta, con las labores de gobierno y
administración propias de la función ejecutiva”.70
Sin precisar qué significa “relacionarse en forma indirecta” o señalar si acaso
existe algún órgano que no se relacione con otro “en forma indirecta”, concluyó
que esta autonomía constitucional, era un elemento absoluto, que pesaba más que
el control de sus obligaciones de transparencia.
Rajevic nos recuerda que “la Contraloría participó activamente en la
discusión de este proyecto de ley y sostuvo, al igual que el Banco Central, que
no podían quedar sujetos a la tuición del Consejo, posición que terminó por
prevalecer, llevando a excluirlos”.71 Puede observarse del tenor de los registros y
de lo indagado con actores relevantes de la época, que su exclusión fue más bien
fruto de una negociación política que de una necesidad jurídicamente insalvable.
La tesis contraria se encuentra sólidamente expresada en el voto de minoría
de los ministros Correa y Vodanovic. En lo que nos interesa, este voto distingue
entre facultades esenciales y exclusivas de los OAC, de aquellas periféricas,
administrativas o meramente funcionales.
Las facultades esenciales y exclusivas, bajo ningún respecto podrían ser
afectadas mediante disposiciones que limiten o entorpezcan, en cualquier aspecto,
su autonomía. Pero no habría problema en que las facultades administrativas fuesen
objeto de cierto control externo, armonizando así su necesaria autonomía, con otros
valores constitucionales también muy relevantes, como la publicidad de la función
68
Historia de la Ley N° 20.285, 2008, p 404. Ministros del TC participaron en la discusión del referido
proyecto de ley, señalando que “no resulta constitucionalmente aconsejable que potestades ciertamente
jurisdiccionales sean entregadas a órganos que no tengan el carácter de tribunales de justicia y que, por
el contrario, forman parte de la Administración del Estado a la que precisamente deben juzgar, como
sucede en la especie con el Consejo para la Transparencia”. En el mismo sentido, Ferrada, cit. (n. 60), p.
351, que critica que el TC haya decidido su propia exclusión del ámbito de aplicación de la LT, dejando
prácticamente sin efecto el artículo 8 de dicha ley.
69
Los gobiernos regionales y municipalidades se rigen por el régimen general de transparencia.
70
Tribunal Constitucional, 10 de julio de 2008, Rol Nº 1051-08, Considerando 37º.
Rajevic, cit. (n. 20), p. 2. Ver también Historia de la Ley No 20.285, 2008, Informe Comisión Mixta, p.
71
283. En el “Memorando con comentarios y sugerencias al proyecto de ley” hecho por CGR, se expresó
que debía suprimirse la mención que hacía el artículo 2 del texto aprobado por la Cámara de Diputados
a la CGR, “puesto que mantenerlo vulneraría la independencia del órgano contralor”, al quedar éste
supervigilado por el CPLT.
34 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
pública, consagrado expresamente como una de las bases de la institucionalidad.72
Dichos ministros señalan respecto de los OAC excluidos del régimen
general que estos controles “no les afecta en el cumplimiento de aquellas funciones
que les son propias y que la Carta Fundamental les encarga. La autonomía
constitucional exige que estos órganos estén en condiciones de ejercer sus funciones
constitucionales con plena independencia y libres de injerencias de terceros. En
esas materias, cualquier sometimiento a la superintendencia de otro poder sería
inconstitucional. Sin embargo, tal autonomía no equivale a una autarquía absoluta
en todas sus decisiones y ciertamente no se contrapone a que la Constitución y la
ley puedan establecer, dentro de límites, un control inter-órganos, en materias que
no sean las propias de su competencia constitucional o esencial. A juicio de estos
disidentes, ninguno de estos órganos constitucionalmente autónomos verá afectada
su autonomía para resolver en las materias de su exclusiva competencia, por la
instauración de un control heterónomo en materia de publicidad de sus actos”.73
La línea argumental del voto de minoría nos parece acorde con las exigencias
propias de una sociedad democrática. La pregunta por el tipo de autonomía, legal o
constitucional, debiera ser secundaria, y dependerá del momento y circunstancias de
cada país.74 Ello es confirmado por Ferrada, quien señala que pensar que cualquier
relación orgánica entre OAC y OAL puede poner en entredicho la autonomía de los
primeros o afecta el funcionamiento del sistema político es a todas luces exagerado
y es una visión jurídica limitada, pues todos los órganos del Estado deben ser
controlados. Además, agrega que los problemas de competencia que se podrían
generar deben resolverse con una adecuada regulación y no con exenciones.75
6.2. Solución propuesta
6.2.1. Los OAC están regidos por el principio de publicidad y tienen obligaciones
de transparencia
Antes de proponer una solución al problema, es relevante remarcar que existe
amplio consenso en que ningún órgano público puede estar exento de control social
ni eximirse de asumir obligaciones de publicidad y transparencia.76 Ni siquiera los
Román, cit. (n. 61), pp. 374, recalca lo señalado, sosteniendo que no existen autonomías absolutas y
72
que “nada obsta para que el legislador pueda limitar la autonomía de un órgano en pos de la realización
de un valor constitucionalmente relevante”, siempre que con ello no se lesione su núcleo esencial.
Tribunal Constitucional, 10 de julio de 2008, Rol Nº 1051-08, Considerando 5º del voto disidente.
73
Viera-Gallo, cit. (n. 9), p. 47.
74
Ferrada, cit. (n. 60), pp. 352-353.
75
Tribunal Constitucional, 21 de junio de 2011, Rol N° 1732-10, Considerandos 12° y 14°; 18 de agosto
76
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 35
OAC.77
Relevar este punto es muy importante, pues invierte la lógica con que se
ha abordado el problema, que pone como prioridad respetar la coherencia de un
supuesto sistema de fuentes y la investidura de los OAC, poniendo en segundo
lugar valores constitucionales fundamentales.78
Si bien en Chile el principio de publicidad de las actuaciones de todos los
órganos del Estado recién fue incorporado expresamente al texto constitucional el
2005, ello no permite justificar la asimetría de regímenes existente.79 Hay consenso
en que con anterioridad a esa reforma este principio y el derecho de acceso a la
información pública formaban parte de nuestro ordenamiento implícitamente en la
libertad de expresión, el establecimiento de Chile como un república democrática
y otros derechos,80 junto con el principio de máxima divulgación y facilitación
al acceso, porque ello es una de las exigencias primordiales de una sociedad
democrática.81
Con la referida reforma del 2005 esta exigencia se hace aún más explícita,
ya que el artículo 8 de la Constitución se refiere a los “órganos del Estado”, sin
distinción alguna,82 lo cual – según Díaz de Valdés – “es la posición dominante en la
doctrina chilena revisada”.83 Fernández lo reafirma al señalar que este artículo “fue
una de las innovaciones relevantes de la reforma constitucional, ya que mientras
de 2011, Rol N° 1812-10, Considerando 48°; 31 de enero de 2013, Rol N° 2246-12, Considerando 22°;
15 de enero de 2015, Rol N° 2558-13, Considerando 13°. En el mismo sentido, Ferrada, cit. (n. 60), p.
350; Helfmann, Carolina, “Probidad y Transparencia”, en Soto, S.; Hube, C., Conceptos Fundamentales
para el Debate Constitucional, Ediciones UC, Santiago, 2021, p. 121.
77
García y Gómez, cit. (n. 55), p. 40.
78
Ferrada, cit. (n. 60), p. 350, señala que el principio constitucional de transparencia es un mandato
general de la Constitución que no se puede restringir ni limitar, si no que a lo más reglamentar, pero
en ningún caso para hacerlo ineficaz, que es lo que actualmente sucede con muchos de los órganos de
relevancia constitucional.
Viera-Gallo, José Antonio, “El TC y el Derecho de Acceso a la Información Pública”, Revista de
79
Derecho Universidad Finis Terrae, 2013, Vol. 1, Nº 1, p.176.
Contreras, Pablo, “Transparencia y leyes secretas en Chile”, Estudios Constitucionales, 2010, Vol.
80
8, N° 2, p. 92; Viera-Gallo, cit. (n. 79), p. 177. En el mismo sentido, Tribunal Constitucional, 12
de septiembre de 2012, Rol N° 2153-11, Considerando 15°; 31 de enero de 2013, Rol N° 2246-12,
Considerando 22°; 9 de agosto de 2007, Rol N° 634-06, Considerando 9°; 21 de junio de 2011, Rol N°
1732-10, Considerando 12°; 15 de enero de 2015, Rol N° 2558-13, Considerando 13°.
Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), Sentencia de 19 de septiembre de 2006,
81
Caso Claude Reyes y otros vs Chile (Fondo, Reparaciones y Costas), Párrafos 92 y 163.
Tribunal Constitucional, 5 de junio de 2012, Rol N° 1990-11, Considerandos 18° y 19°; 15 de enero
82
de 2015, Rol N° 2558-13, Considerando 13º.
83
Díaz de Valdés, José Manuel, “El derecho de acceso a la información pública: Su reconocimiento por
el Tribunal Constitucional”, Sentencias Destacadas 2007, Ediciones LyD, 2008, p. 97.
36 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
en la Ley N° 18.575, los sujetos obligados por el principio de publicidad eran sólo
los órganos integrantes de la Administración Pública, ahora se extiende a todos
los entes estatales, alcanzando también al Congreso Nacional, al Poder Judicial,
al TC, a los tribunales de la Justicia Electoral y a los entes constitucionalmente
autónomos”.84
Además, tanto la CS como el TC han hecho extensiva la transparencia
a ciertos OAC como la CGR, específicamente respecto de la publicidad de los
fundamentos del trámite de toma de razón, lo que viene a confirmar lo planteado.85
En el ámbito internacional, la Organización de Estados Americanos (OEA)
aprobó la Ley Modelo sobre Acceso a la Información Pública 2.0. que en su
artículo 2 establece que aplica a “toda autoridad pública perteneciente a todas
las ramas del gobierno (Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y a todos los
niveles de la estructura gubernamental (…); a los órganos, organismos o entidades
independientes o autónomos de propiedad del gobierno o controlados por el mismo,
bien actuando por facultades otorgadas por la Constitución o por otras leyes”.86
Agrega que se basa en el principio de máxima publicidad y que la información
pública está “sujeta a un claro y preciso régimen de excepciones que deberán estar
definidas por ley y ser además legítimas y estrictamente necesarias en una sociedad
democrática”.
En la misma línea, el Comité Jurídico Interamericano ha dicho que “el
derecho de acceso a la información se extiende a todos los órganos públicos en
todos los niveles de gobierno, incluyendo a los pertenecientes al poder ejecutivo,
al legislativo y al poder judicial, a los órganos creados por las constituciones o por
otras leyes (…)”.87
Ello se justifica en la necesidad de potenciar una ciudadanía activa y
consolidar los sistemas democráticos. El conocimiento y participación ciudadana
Fernández, Miguel Ángel, “El principio constitucional de publicidad”, Revista de Derecho Universidad
84
Finis Terrae, 2013, Segunda Época Año I, N° 1, pp. 257-258.
Corte Suprema, 22 de enero 2018, Rol N° 36.587-2017, Considerando 2. En el mismo sentido, Tribunal
85
Constitucional, 21 de junio de 2011, Rol N° 1732-10, Considerando 8º; 17 de noviembre de 2011, Rol
N° 1892-11, Considerando 9; y 18 de agosto de 2011, Rol N° 1812-10, Considerando 47º.
86
OEA, Asamblea General, AG/RES. 2905 (XLVII-O/17) sobre “Fortalecimiento de la Democracia”,
2017, en relación a la sesión ordinaria de 21 de octubre de 2020, http://www.oas.org/es/sla/ddi/boletines_
informativos_DDI_Asamblea_general_OEA_aprueba_Ley_Modelo_Interamericana_sobre_Acceso_
Informacion_Publica_Octubre-2020.html, consultada: 11 de junio de 2021. En el mismo sentido, Corte
IDH, Sentencia de 24 de noviembre de 2010, Caso Gomes Lund y otros (“Guerrilha do Araguaia”) vs.
Brasil (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas), Párrafo 230.
OEA, Comité Jurídico Interamericano, RES.147 (LXXIII-O/08): “Principios Sobre el Derecho de
87
Acceso a la Información”, 2008, http://www.oas.org/es/sla/ddi/docs/CJI-RES_147_LXXIII-O-08.pdf,
consultada: 06 de octubre de 2020.
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 37
en los asuntos de interés público previene abusos, dificulta la corrupción, protege
y facilita el ejercicio de otros derechos, entre muchos otros beneficios, los que
compensan con creces las molestias y exigencias que hacen que sean resistidos por
ciertos OAC.88
No deben establecerse mayores distingos en las obligaciones de transparencia
de los órganos del Estado, menos cuando hacerlo implicaría, como ocurre en Chile,
un régimen de excepciones y privilegios que se traducen en un entorpecimiento del
derecho de acceso y del principio de publicidad.89
6.2.2. Inclusión de los OAC al régimen general de transparencia, CPLT como
órgano de control y reforzamiento de la transparencia activa
Como ya se señaló, los OAC están sujetos al principio de publicidad y ello
los obliga a dar acceso a la información pública que permita su evaluación por la
comunidad, aún sin una ley que expresamente lo establezca.90 Sin embargo, es
evidente que este mandato podrá ser cumplido de mucho mejor modo si la obligación
está correctamente regulada en una norma legal que precise su contenido y facilite
su ejercicio en términos de procedimientos, plazos y costos.
También es evidente que allí donde existe una regulación que establezca
deberes conviene que exista un órgano que fiscalice su cumplimiento,91
especialmente cuando ellos se relacionan con la garantía de buen gobierno, la
calidad de la democracia y el ejercicio de muchos otros derechos constitucionales.92
Y huelga decir que un órgano de control interno, dependiente del mismo ente que
es controlado, no generará la confianza buscada respecto de una fiscalización
OEA, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Relatoría Especial para la Libertad de
88
Expresión, “Informe Anual”, Capítulo III: Marco Jurídico Interamericano del Derecho a la Libertad de
Expresión, 2008, http://www.oas.org/es/cidh/expresion/docs/informes/anuales/Informe%20Anual%20
2008%201%20ESP.pdf, consultada: 22 de octubre de 2020.
OEA, CIDH, Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, “El Derecho de Acceso a la Información
89
en el Marco Jurídico Interamericano”, 2009, http://www.cidh.org/pdf%20files/RELEacceso.pdf,
consultada: 06 de octubre de 2020.
García, Gonzalo; Contreras, Pablo, Diccionario Constitucional Chileno, Cuadernos del TC,
90
Santiago, 2014, p. 774; Bermúdez, Jorge, Derecho Administrativo General, LegalPublishing, Santiago,
2014, p. 657.
El mensaje de la reforma constitucional que otorga autonomía constitucional al Servicio Electoral,
91
Boletín N° 10.055-07, hoy Ley N° 20.860, 2015, pp. 3-4, señala que “las autonomías constitucionales
son aquellas consideradas por la misma Constitución e imponen una garantía institucional que sustrae
de la competencia del legislador la facultad de eliminar la institución, aunque sin privarlo de la facultad
de regularla”.
92
Tribunal Constitucional, 18 de diciembre de 2017, Rol N° 995-07, Considerando 10°.
38 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
efectiva.93
Los sistemas de controles cruzados son habituales en cualquier sistema
político, y bien implementados pueden aportar sin interferir con las funciones
esenciales de cada órgano.94. Así, por ejemplo, no hay problemas con que se garantice
y controle la publicación de las actas del BC en la forma en que la ley señale, como
tampoco habría problema en que se fiscalice la correcta administración de los bienes
y recursos fiscales. Pero sería impropio que un órgano de control administrativo
pretendiera intervenir en la toma de decisiones sobre política monetaria.
En relación a la fiscalización del cumplimiento de las obligaciones de
transparencia de los OAC, creemos que no habría impedimento para que fuera el
CPLT quien lo realizara. Como hemos visto, su autonomía es robusta y cuenta,
además, con un sustento normativo constitucional expreso (artículo 8 de la
Constitución).95
Tiene poco sentido multiplicar la existencia de micro órganos fiscalizadores.
Aparte de generar burocracia y gastos públicos innecesarios, podrían causar
jurisprudencias contradictorias y, sobretodo, dificultar el derecho de acceso, cuando
ya se cuenta con un organismo especializado, autónomo y valorado por su labor.
Vergara sostiene que el CPLT es uno de los órganos “verdaderamente
autónomos” de nuestro sistema jurídico, comparables a las autoridades
administrativas independientes del derecho comparado.96 Viera-Gallo, por su
parte, sostiene que goza de una “autonomía constitucional reforzada”, aunque
forme parte de la administración central del Estado, constituyendo una repartición
pública sui generis.97
A la hora de analizar los tipos de OAC que podrían ser fiscalizados por
el CPLT, García y Gómez señalan que no resulta necesario hacer prevenciones.98
Rajevic es ligeramente más cauto y distingue entre OAC que cumplen funciones
administrativas, donde no ve problemas; aquellos que cumplen funciones
no administrativas, como el Congreso o el TC, donde admite la posibilidad de
controlar las actividades administrativas. Finalmente, se refiere los que cumplen
Ugalde, cit. (n. 5), p. 258.
93
Cárdenas, Jaime, Una Constitución para la democracia. Propuestas para un nuevo orden
94
constitucional, UNAM, México, 1996, p. 244.
Zúñiga, cit. (n. 3), pp. 229. Creemos que el CPLT tiene un haz de “propios poderes” de naturaleza
95
constitucional, cuya fuente directa es la Constitución (al modo de lo señalado por Zúñiga).
Vergara, cit. (n. 11), p. 46. En el mismo sentido, Historia de la Ley N° 20.285, 2008, p. 347, en que
96
se señala que “el Consejo es un órgano con una autonomía reforzada, tanto del Ejecutivo como de otros
órganos, como la Contraloría General de la República”.
Viera-Gallo, cit. (n. 9), p.35.
97
98
García y Gómez, cit. (n. 55), p. 40. Aunque los autores admiten que pueden presentarse dudas
respecto del Congreso y los órganos jurisdiccionales.
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 39
funciones jurisdiccionales, donde es más reticente, dado que con el diseño actual,
la CS puede remover a los consejeros del CPLT, y además corresponde a las
Cortes de Apelaciones resolver los reclamos de ilegalidad interpuestos contra sus
decisiones.99
En el caso del Poder Judicial, Rajevic tiene un punto. Sin embargo,
esta distinción entre materias administrativas y asuntos jurisdiccionales, es
mayoritariamente pacífica en el derecho comparado,100 entre otras cosas, porque
la actividad propiamente jurisdiccional tiene, en materias de publicidad, un
desarrollo mucho más antiguo, exigente y completo que la administrativa. Por
lo demás, se han planteado soluciones como la creación de un Consejo General
de la Magistratura (CGM) que debiera evaluarse seriamente. Con este órgano la
administración de recursos humanos y materiales, y, en general, la realización de
tareas administrativas pasarían a ser de su competencia, sustrayéndose de la CS,
de manera que esta se aboque a su función jurisdiccional y no tenga injerencia en
tareas administrativas como la ejecución de presupuesto, la capacitación y selección
de personal, el fortalecimiento de la carrera judicial, etc.101 De esta forma, sería
el CGM el encargado del cumplimiento de las obligaciones de transparencia del
Poder Judicial, por lo que el hecho de que la CS pudiera remover integrantes del
CPLT no significará un conflicto de interés para este último.102
Finalmente, convendría recordar que una herramienta que ayudaría mucho a
conciliar todos estos intereses es la transparencia activa aplicada a todos los OAC.
Convertida en la regla general y no en la excepción, como es actualmente. Ella
permitiría establecer un listado sólido de materias a publicar en forma obligatoria
y periódica, reduciendo significativamente la necesidad de solicitudes de acceso de
información (transparencia pasiva).
Esta idea no es nueva, pero ahora su implementación es mucho más factible.
Ya en el año 2004 los relatores para la libertad de expresión de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), la OEA y la Organización para la Seguridad y
Cooperación en Europa (OSCE) señalaban, en forma conjunta que “las autoridades
públicas deberán tener la obligación de publicar de forma dinámica, incluso en la
99
Rajevic, cit. (n. 20), p. 12
100
García y Gómez, cit. (n. 55), p 45.
Rebollar, Yuridia; Rosales, Carlos Manuel, “La experiencia europea del Consejo de la Magistratura
101
como órgano de gobierno del Poder Judicial”, Revista de la Facultad de Derecho, 2016, N° 40, p 242.
102
Bravo, Rosario, “Un Consejo Judicial para Chile: ¿Soluciona la Problemática que Enfrenta Nuestro
Poder Judicial?”,2012,https://repositorio.uahurtado.cl/bitstream/handle/11242/7035/DERBravo.
pdf?sequence=1&isAllowed=y, consultada: 31 de mayo de 2021, p. 40, aboga por esta solución, señalando
que “(…) se demuestra que un Consejo Judicial es una opción plausible y esencial para mejorar la
probidad y transparencia como garantía del ejercicio al derecho de acceso a la información pública en
el Poder Judicial (…)”.
40 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
ausencia de una solicitud, toda una gama de información de interés público”.103
En suma, el problema ya enunciado relativo a los regímenes especiales de
transparencia de la mayoría de los OAC y su fiscalización, tiene soluciones factibles
y coherentes con una interpretación finalista de nuestro sistema constitucional.
Específicamente, creemos que todos los OAC deben incorporarse al régimen
general de transparencia aplicable a los órganos de la Administración del Estado,
modificando el actual proyecto de reforma a la LT, boletín N° 12.100-07, que se
encuentra en segundo trámite constitucional en el Senado,104 por medio de una
indicación que explicite esta incorporación sin matices. Así se facilitaría el ejercicio
del derecho de acceso a la información pública en manos de los OAC en términos
de procedimientos, plazos y costos, debiendo incluirse, además, el reforzamiento
de la transparencia activa en los términos señalados.
Bajo la vigencia de la actual Constitución, y de aprobarse este proyecto de
ley con la indicación señalada, previo a su promulgación, y de conformidad con los
establecido en el numeral 2 del artículo 93 de la Constitución,105 deberá sujetarse
a un nuevo control preventivo del TC, puesto que modificaría normas orgánicas
constitucionales de los OAC (paso de regímenes especiales de transparencia al
régimen general). Este nuevo fallo que deberá dictar el TC es una oportunidad para
romper el precedente sentado el 2008 y decantar por una interpretación finalista del
Derecho que fortalezca la transparencia y el derecho de acceso a la información
pública.
Sin perjuicio de lo anterior, existe una solución complementaria, que se trata
a continuación.
6.2.3. ¿Conviene el reconocimiento constitucional al CPLT?
Hemos sido claros al señalar que utilizar una norma u otra para crear un
órgano estatal, es algo secundario, pues no genera diferencias en su capacidad
operativa ni en sus facultades. Desde esa mirada, puede afirmarse que ningún
órgano debe tener necesariamente reconocimiento constitucional.
Hay autores como Viera Gallo que señalan que el constituyente debe evitar
la proliferación inorgánica de entes autónomos que limiten los poderes emanados
de la soberanía popular.106 Cárdenas respalda esta opinión, reconociendo los
Relatores Especiales de Libertad de Expresión de la ONU y la OEA y representante de la OSCE,
103
“Declaración Conjunta”, 2004, http://www.oas.org/es/cidh/expresion/showarticle.asp?artID=319&lID=2,
consultada: 15 de febrero de 2021.
104
Proyecto de Ley que modifica la Ley N° 20.28, 2008, Boletín N° 12.100-07.
105
Constitución Política de la República de Chile, 2005, artículo 93, número 2.
106
Viera-Gallo, cit. (n. 9), p. 42.
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 41
riesgos de la “inflación constitucional”. Sostiene que solo deben ser incorporados
a la Constitución aquellos órganos esenciales y frente a quienes resguardar su
autonomía e independencia es especialmente relevante.107 Desde esa lógica, ello
favorecería la existencia de un texto constitucional sobrio y realmente fundamental.
Pero, por otro lado, también sabemos que siempre habrá quienes resistan
integrar a todos los OAC al sistema general de transparencia. Y sabemos que dicha
postura todavía cuenta con algún apoyo político y doctrinario, y con un fallo del
TC que la respalda.
Ante ese escenario, si el único escollo para el ingreso al sistema general
de transparencia de buena parte del Estado es incorporar a la Constitución una
frase que hiciera referencia al CPLT como órgano autónomo y de control, creemos
positivo que se avance en ese sentido.108 Así, cuando el objetivo de aumentar los
estándares de transparencia en Chile es claro y compartido, el asunto de la técnica
a utilizar es secundario.
Por lo anterior, miramos con buenos ojos lo recientemente ocurrido en el
proceso constituyente en curso. Específicamente lo aprobado por el pleno de la
Convención Constitucional, pasando previamente por la Comisión sobre Sistema
Político, Gobierno, Poder Legislativo y Sistema Electoral, en orden a regular el
CPLT como un órgano autónomo que tendrá por función fiscalizar el cumplimiento
de las normas sobre transparencia y publicidad de la información de los órganos
del Estado y garantizar el derecho de acceso a la información pública. Todo ello,
lógicamente, formará parte del borrador de texto constitucional cuya aprobación
será sometida a plebiscito en septiembre de este año.
VII. CONCLUSIONES
Los OAC nacen de una necesidad práctica: algunos órganos estatales
cumplen mejor la función para la que han sido creados si se les dota de autonomía.
Garantizarlo en una norma de rango legal o constitucional, es sólo un asunto
circunstancial y más vinculado a momentos políticos que a necesidades intrínsecas
del sistema de fuentes, por lo que no debiera tener mayores efectos en otros planos.
La autonomía reconocida a nivel constitucional permite garantizar la
excepción a la regla general de dependencia presidencial de los órganos de la
Cárdenas, Jaime, “Soberanía popular vs. Órganos constitucionales autónomos”, en López Olvera,
107
M. (coord.), Poderes tradicionales y órganos constitucionales autónomos, UNAM, México, 2020, pp.
7, 15 y 24.
Camacho, cit. (n. 57), p. 153, aconseja reconocer la autonomía del CPLT a nivel constitucional, ya
108
que lo dotaría de una garantía institucional.
42 REVISTA DE DERECHO 251 (enero - junio) 2022
administración, y se funda en criterios de eficiencia y buen servicio. En ningún
caso puede significar ausencia de fiscalización.
Pese a ello, siguiendo la doctrina de una posición que hemos llamado
formalista, el TC ha sostenido, en votación dividida, que la mayoría de los OAC
tienen una situación de privilegio respecto de los OAL, que impide, en la práctica,
que los primeros sean fiscalizados por los segundos. Los regímenes especiales de
transparencia, interpretados a la luz de esta postura, constituyen una flexibilización
relevante del principio de probidad y del acceso a la información pública, llegando
a hacerlos prácticamente inoperante en ciertos ámbitos.109
En el derecho comparado la tendencia dominante es que todos los órganos
del Estado deben estar sujetos a principios de publicidad y transparencia. Y no se ve
motivo para dar un tratamiento diferenciado a la mayoría de los OAC, en perjuicio
del escrutinio público y de los derechos de información de la ciudadanía. El voto
disidente de la STC 1051-08 ya referido acierta al pronunciarse en este sentido,
sosteniendo que en las actividades no esenciales (por ejemplo, las administrativas,
como lo es el cumplimiento de las obligaciones de transparencia), no existiría
problema para permitir el control inter-órganos.
Por tal motivo, postulamos – con una inspiración más pragmática y finalista
–reformar la LT, introduciendo una indicación al actual proyecto de ley que la
modifica, a fin de incorporar a todos los OAC (incluyendo al Congreso y al Poder
Judicial) al régimen general de transparencia (los cuales pasarían a ser fiscalizados
por el CPLT) y establecer un listado amplio y claro de materias de transparencia
activa.
Finalmente, señalamos que si para algunos el único obstáculo para que todos
los OAC se incorporen al régimen general de transparencia es el reconocimiento
constitucional al CPLT, creemos positivo que en el proceso constitucional en curso
se haya avanzado en esa dirección.
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y América Latina”, en Carpizo, J.; Arriagada, C., Homenaje a Emilio Rabasa, Instituto de
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109
Ferrada, cit. (n. 60), p. 361; Román, cit. (n. 61), p.368.
La necesidad de incorporar a todos los órganos autónomos constitucionales al régimen general de transparencia 43
Bermúdez, Jorge, Derecho Administrativo General, LegalPublishing, Santiago,
2014.
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b) Jursprudencia citada
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Corte Suprema, 22 de enero 2018, Rol 36.587-2017.
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Corte IDH, Sentencia de 24 de noviembre de 2010, Caso Gomes Lund y otros
(“Guerrilha do Araguaia”) vs. Brasil (Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas).
c) Normativa citada
Decreto N° 2.421, Fija el Texto Refundido de la Ley N° 10.336 de Organización y
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