CONCILIOS ECUMÉNICOS
La Iglesia ha tenido 21 Concilios Ecuménicos, sin contar el de los Apóstoles en Jerusalén.1
1- Concilio de Nicea (año 325).. Convocado por la autoridad del Papa San Silvestre y bajo la
ejecutoria del mismo emperador Constantino. Este Concilio condenó la herejía de Arrio que negaba la
divinidad de Jesucristo y su consustancialidad con el Padre.
««Creemos en un solo Dios Padre omnipotente... y en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido
unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de
Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial al Padre...»» (Denzinger - Dz 54).
2- Concilio Primero de Constantinopla (año 381). En tiempo del Papa San Dámaso, se ocupó de las
herejías de los mecedonianos, eunomianos o anomeos. Se perfeccionó el símbolo niceno, que por esto
lo llamamos el credo "niceno-constantinopolitano".
3- Concilio de Éfeso (año 431). Convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca
Cirilo de Alejandría, ese Concilio condenó la herejía cristológica y mariológica de Nestorio y
proclamó la maternidad divina de María, La Theotokos. El símbolo de Efeso precisa que las dos
naturalezas, humana y divina de Cristo, están unidas sin confusión y por lo tanto María es
verdaderamente “Madre de Dios”.
4- Concilio de Calcedonia (año 451). Bajo la autoridad del Papa San León I el Magno, este Concilio
trató de las herejías de quienes negaban a Jesucristo la naturaleza divina o la humana o las confundían.
5- Concilio Segundo de Constantinopla (año 553). Convocado por la autoridad del Papa Virgilio,
condenó la herejía de los "tres capítulos", confirmando la doctrina de los concilios anteriores sobre la
Trinidad, la divinidad de Jesucristo y maternidad divina de María. Condenó el Monofisismo
6- Concilio Tercero de Constantinopla (del año 680-681). Con el Papa San Agatón, condenó
solemnemente la herejía de quienes admitían en Cristo una sola voluntad (monotelitas).
7- Concilio Segundo de Nicea (año 787) Este Concilio, convocado por la autoridad del Papa Adriano
I, afrontó la doctrina de los iconoclastas y definió la legitimidad del culto a las imágenes sagradas.
8- Concilio Cuarto de Constantinopla. Convocado por el Papa Adriano II en el año 869 duró hasta el
siguiente y tuvo como principal tema la condenación del patriarca Focio, autor del cisma oriental.
9-Concilio Primero de Letrán (del año 1123-1124). Convocado por el Papa Calixto II, fue muy
accidentado por lo que duró hasta el siguiente año. Celebrado en el tiempo de la lucha de las
investiduras, se ocupó de ellas, lo mismo que de la simonía, el celibato y el incesto.
10- Concilio Segundo de Letrán (año 1139). Este Concilio convocado por le Papa Inocencio II,
afrontó el delicado asunto de los falsos pontífices, de la simonía, la usura, las falsas penitencias y los
falsos sacramentos.
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Fuente: http://www.corazones.org/diccionario/historia/concilios_ecumenicos.htm
11- Concilio Tercero de Letrán (año 1179). . Bajo el Sumo Pontífice Alejandro III, se ocupó
nuevamente de condenar la simonía.
12- Concilio Cuarto de Letrán (año 1215). Bajo la autoridad del Papa Inocencio III, este Concilio
condenó las herejías de los Albingenses, del Abad Joaquín de Fiori, los Valdenses, etc.
13- Concilio Primero de Lyon (año 1245). Este Concilio en realidad no abordó asuntos dogmáticos,
sino problemas morales y disciplinares de la Iglesia.
14- Concilio Segundo de Lyon (año 1274) Convocado por el Papa Gregorio X, trató de unificar la
Iglesia griega, separada de Roma desde el cisma oriental.
15- Concilio de Viena (1311-1312). Este Concilio, convocado por Clemente V, se ocupó de los
errores de los beguardos y beguins, de Pedro Juan Olivi. Abolió la orden de los Templarios.
16- Concilio de Costanza (año 1417). Fue convocado por el Papa Martín V, sólo se clausuró cuatro
años después. Condenó los errores de Wicleff, Juan Hus, etc. Se ocupó también de los asuntos
provocados por el cisma de Occidente.
17- Concilio de Florencia (1431). Convocado por Eugenio IV, duró hasta 1445. Logró la unión de los
armenos y jacobitas con la Iglesia de Roma.
18- Concilio Quinto de Letrán (año 1512). Convocado por León X, tuvo como tema central la
reforma de la Iglesia.
19- Concilio de Trento (año 1545-1563). Este Concilio fue inicialmente convocado por Pablo III para
tratar el problema de la escisión de la Iglesia por la reforma protestante. Se ocupó de innumerables
temas doctrinales, morales, disciplinares, de acuerdo con la problemática presentada por el
protestantismo. El Decreto sobre la justificación, el de los Sacramentos, el de la Eucaristía, el Canon
de la Sagradas Escrituras, etc., son entre otros, los más sobresalientes, amén de infinidad de
disposiciones disciplinares.
20- Concilio Vaticano Primero.. Convocado por el Papa Pío IX en 1869, sesionó hasta Septiembre
de 1870, cuando hubo de interrumpirse por la toma de Roma por las tropas de Garibaldi, el 20 de
Septiembre. Este Concilio afrontó los temas fundamentales de la fe y constitución de la Iglesia. Como
definiciones más famosas, se encuentran la potestad del Romano Pontífice y su infalibilidad cuando
habla "ex cathedra".
21- Concilio Vaticano II (1962-1965). Convocado por Juan XXIII, quien lo anunció desde Enero de
1959, tuvo cuatro sesiones, la primera de las cuales presidió, en el otoño de 1962, el mismo Juan
XXIII, quien falleció el 3 de Junio de 1963. Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su
sucesor, el Pontífice Pablo VI.
CONSTITUCIONES
Las constituciones son los documentos principales y fundamentales porque en ellas se contienen las
grandes preposiciones doctrinales, los principios de reforma y renovación y las opciones pastorales. De
las cuatro constituciones, dos de ellas son dogmáticas, una pastoral y la otra no recibe ninguna
calificación, y estas son:
Dei Verbum
La Constitución dogmática sobre la Divina Revelación o Dei Verbum (Palabra de Dios), es otro de los
más importantes documentos conciliares. Trata acerca de la Revelación y de cómo debe entenderse,
estudiarse y practicarse la Palabra de Dios. A diferencia de las demás constituciones, ésta es netamente
teológica. Se trata del documento de gestación más dramática y, sin dudas, el que dio lugar a un giro
cardinal en la orientación del Concilio Vaticano II, apenas un mes después de su iniciación.
Lumen gentium
La Constitución Dogmática acerca de la Iglesia o Lumen gentium (Luz de las gentes) trata acerca de la
Iglesia en sí misma, y establece por primera vez organismos colegiados, como el Sínodo de
obispos como formas de comunicación entre los creyentes y el papa. Fue el documento clave para la
interpretación de la copiosa legislación postconciliar promovida por los papas para la aplicación de los
principios, directivos y normas del Concilio.
Está dividida en 8 partes:
1) La primera es sobre el Misterio de la Iglesia.
2) La segunda parte sobre el sentido de "Pueblo de Dios".
3) La tercera trata sobre la constitución jerárquica de la Iglesia y en especial del episcopado, esta parte
contiene un proemio o introducción al tema.
4) La cuarta parte trata de los laicos.
5) La quinta parte trata sobre la universal vocación a la santidad de los cristianos en la Iglesia.
6) La sexta está dedicada a los religiosos, es decir aquellos hombres y mujeres que desean vivir el
llamado del evangelio sin ser sacerdotes, el Documento lo cita así " Los consejos evangélicos, castidad
ofrecida a Dios, pobreza y obediencia, como consejos fundados en las palabras y ejemplos del Señor y
recomendados por los Apóstoles, por los padres, doctores y pastores de la Iglesia, son un don divino
que la Iglesia recibió del Señor, y que con su gracia se conserva perpetuamente"(LG, 43)[1] y agrega :
"Por los votos, o por otros sagrados vínculos análogos a ellos a su manera, se obliga al fiel cristiano a
la práctica de los tres consejos evangélicos antes citados, entregándose totalmente al servicio de Dios
sumamente amado, en una entrega que crea en él una especial relación con el servicio y la gloria de
Dios(LG, 44)[2]
7) La séptima parte trata sobre la índole escatológica de la Iglesia peregrinante y su unión con la
Iglesia actual.
8) La octava parte toca el tema de la Virgen María, sobre cómo se entiende en la Iglesia católica, y el
culto que se le rinde dentro de los conceptos católicos.
Fue aprobada con el voto favorable de 2.151 contra 5 obispos, y promulgada el 21 de
noviembre de 1965 por Pablo VI.
Sacrosanctum Concilium
La Constitución sobre la Sagrada Liturgia o Sacrosanctum Concilium (Sagrado Concilio, en latín),
fue la primera de las constituciones aprobadas por el Concilio, y la de consecuencias más inmediatas.
Reafirmó la importancia y la naturaleza esencial de la liturgia dentro de la vida de la Iglesia,
estableciendo las bases para su reestructuración.
Fue promulgada el 4 de diciembre de 1963 en la segunda etapa conciliar, luego de obtener 2147 votos
favorables contra cuatro adversos y uno nulo.
Gaudium et spes
La Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual o Gaudium et spes es tal vez el máximo
logro del Concilio Ecuménico. Su nombre proviene de las primeras palabras de ésta en latín, que en
castellano significa Los gozos y las esperanzas. Trata acerca de la Iglesia en el mundo actual, y es la
manifestación más clara del aggiornamento pretendido por Juan XXIII.
Se encuentra dividida en cuatro partes. La primera es un prefacio y la segunda una introducción acerca
de la situación del hombre en el mundo moderno. La tercera se llama «De la Iglesia y la vocación del
hombre», hablando de la visión de la Iglesia acerca de la dignidad del ser humano, la vida en sociedad,
la actividad del hombre en el mundo y acerca del rol de la iglesia en el mundo actual. La cuarta parte
tiene como finalidad explicar la misión en la actualidad de la Iglesia y se explaya en ciertos temas
particulares como el desarrollo económico y social, la naturaleza del matrimonio en la vida moderna,
la política, la expansión de la cultura y sobre la paz y la promoción de la comunidad de naciones.
Fue aprobada por 2.307 contra 75 obispos reunidos en concilio, y fue solemnemente promulgada por el
Papa Pablo VI el 7 de diciembre de 1965.
DECRETOS
Los decretos suponen, desarrollan y concretan las constituciones. No son simples aplicaciones
disciplinares de la doctrina de las constituciones, sino que ellos mismos contienen elementos
doctrinales que prolongan y determinan perspectivas más amplias. Entre ellas tenemos:
Ad gentes divinitus (Sobre la actividad misionera de la Iglesia)
Apostolicam actuositatem (Sobre el apostolado de los laicos)
Christus Dominus (Sobre el ministerio pastoral de los obispos)
Inter mirifica (Sobre los medios de comunicación social)
Optatam totius (Sobre la formación sacerdotal)
Orientalium Ecclesiarum (Sobre las Iglesias Católicas Orientales)
Perfectae caritatis (Sobre la renovación de la vida religiosa)
Presbyterorum Ordinis (Sobre el ministerio y vida de los presbíteros)
Unitatis redintegratio (Sobre el ecumenismo)
DECLARACIONES
Las declaraciones son manifestaciones solemnes del Concilio ante la Iglesia y el mundo sobre
cuestiones de importancia sobre su misión en el mundo y su relación con las religiones no cristianas,
sociedades y estados. Las declaraciones permiten dar a conocer cuál es la postura de la Iglesia para que
sus interlocutores sepan autorizadamente a qué atenerse, y se apoyan en la conciencia renovada de la
Iglesia sobre su naturaleza y misión, teniendo muy en cuenta la situación histórica actua
Dignitatis humanae (Acerca de la libertad religiosa)
Gravissimum educationis (Acerca de la educación cristiana de la juventud)
Nostra aetate (Acerca de la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas)