PT Comprensión Lectora
Prueba de Invierno
      forma: 3783605
Instrucciones
     ES DE SUMA IMPORTANCIA QUE PRESTE ATENCIÓN A TODAS LAS
INSTRUCCIONES QUE SE LE ENTREGAN, TANTO EN EL FOLLETO COMO EN LA
                       HOJA DE RESPUESTAS.
1.-   Este modelo consta de 25 preguntas. Cada pregunta tiene 4 o 5 opciones, señaladas con
      las letras A,B,C,D y E, una sola de las cuales es la respuesta correcta.
2.-   COMPRUEBE QUE LA FORMA QUE APARECE EN SU HOJA DE RESPUESTAS
      SEA LA MISMA DE SU FOLLETO. Complete todos los datos pedidos, de acuerdo
      con las instrucciones contenidas en esa hoja, porque ESTOS SON DE SU EXCLUSIVA
      RESPONSABILIDAD. Cualquier omisión o error en ellos impedirá que se entregue sus
      resultados. Se le dará tiempo suficiente para ello antes de comenzar la prueba.
3.-   DISPONE DE 0 HORAS y 50 MINUTOS PARA RESPONDERLO.
4.-   Las respuestas a las preguntas se marcan solo en la hoja de respuestas que se le ha
      entregado. Marque su respuesta en la fila de celdillas que corresponda al número de la
      pregunta que está contestando. Ennegrezca completamente la celdilla, tratando de no
      salirse de ella. Hágalo exclusivamente con lápiz grafito No 2 o portaminas HB.
5.-   NO SE DESCUENTA PUNTAJE POR RESPUESTAS ERRADAS.
6.-   Si lo desea, puede usar este folleto como borrador, pero no se olvide traspasar oportu-
      namente sus respuestas a la hoja. Tenga presente que se considerarán para la evaluación
      exclusivamente las respuestas marcadas en dicha hoja.
7.-   Cuide su hoja de respuestas. No la doble ni la manipule innecesariamente. Escriba en
      ella solamente los datos solicitados y las respuestas.
8.-   El número de serie del folleto no tiene relación con el número del código de barra que
      aparece en la hoja de respuestas; por lo tanto, pueden ser iguales o distintos.
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Texto 1
El cerebro: el gran desconocido del cuerpo
El cerebro es esa masa gris que está en el origen de lo que somos, de nuestra
esencia. Aunque podemos afirmar que el cerebro es el órgano más importante de
nuestro cuerpo, insustituible, nuestro conocimiento sobre él es muy limitado. Es
curioso pensar que conocemos más cosas del sistema solar que de un órgano que
está detrás de nuestros propios ojos.
El primer tratado sobre el cerebro del que tenemos constancia se remonta al antiguo
Egipto, en torno al año 1600 a. C. A este documento se le conoce como el papiro
de Edwin Smith. En él, se describe que introduciendo los dedos en una herida en
la cabeza se podía palpar una masa latente, rugosa y blanda.
Los griegos continuaron explorando el cerebro haciendo disecciones. Erasístrato
de Cos (304-250 a. C.) y Herófilo (325-280 a. C.) exploraron el cerebro de cadáveres
e hicieron las primeras descripciones anatómicas. Luego llegó Galeno de Pérgamo
(129-199 d. C.), que tuvo que pasarse a los sesos de animales, ya que la ley romana
impedía las disecciones de humanos. Durante más de 1500 años, se siguió enseñan-
do en las escuelas de medicina las mismas enseñanzas que impartían los antiguos
griegos.
Luego llegó el Renacimiento, con Vesalio y Leonardo da Vinci. Más tarde, apa-
recieron Ramón y Cajal, Jules Bernard y muchos otros que lograron recuperar
tantos siglos de falta de investigación sobre el cerebro. Hoy podemos observar el
cerebro de maneras que ni se soñaban hace décadas. La tecnología ha desnudado a
nuestro cerebro y lo ha puesto al alcance de los científicos. Sin embargo, que puedas
ver algo no te garantiza entenderlo, y nuestro cerebro, aún hoy en día, es el gran
desconocido de nuestro cuerpo.
Tan importante es ese “rugoso y palpitante” órgano que tiene su propio día. Cada
22 de julio, se celebra el Día Mundial del Cerebro. El evento, impulsado por la
Federación Mundial de Neurología, tiene como fin “difundir la importancia de la
salud cerebral, e informar a la sociedad sobre estrategias de prevención y trata-
miento de enfermedades cerebrales frecuentes en la actualidad”. Para conmemorar
esta fecha, hemos querido conocer la visión de un veterano investigador que antes
de ser médico ya quería investigar el cerebro: el profesor Manuel Rodríguez Díaz.
Al recordar sus primeros años de residencia, reconoce que hoy en día no es que
estemos más avanzados; directamente, dice, nos encontramos “en otra dimensión”.
No solo en cuanto al conocimiento que tenemos, sino también sobre los procedi-
mientos y la capacidad de acceder a la información.
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Gracias a la electrónica, la física o los nuevos materiales, podemos acceder al inte-
rior del cerebro desde muchos puntos diferentes, incluso verlo en funcionamiento,
algo que ha cambiado la visión que tenemos de este órgano. “Antes, cuando llegaba
un paciente con sospecha de tumor cerebral teníamos que inyectar contrastes en
las carótidas para ver solo cómo las arterias contiguas se desplazaban; ni siquiera
veíamos el tumor directamente. Ahora todo ha cambiado de manera radical. En la
actualidad, llega un paciente y a la media hora, si tiene un tumor, lo has visto”. Es
otro mundo, pero seguimos sin saber cómo funciona el cerebro.
Existen varios motivos para que esto sea así a pesar de los cientos de miles de
científicos y científicas que estudian cada día esta masa gris. En primer lugar, nos
enfrentamos al objeto más complejo que existe. “Solo él es mucho más complejo que
el resto del organismo junto”. Otro de los motivos de su complejidad es que está
integrado por muchos elementos. Cada cerebro tiene en torno a 100.000 millones
de neuronas, y cada una de ellas se conecta con miles de otras en sinapsis.
Pero la relación que existe entre nuestro cerebro y el resto del cuerpo es evidente,
no solo como director de operaciones, sino también en sus implicaciones paralelas.
Hasta no hace mucho la medicina compartimentaba las patologías y los tratamien-
tos. ¿Qué tiene que ver una infección vírica con nuestro cerebro? ¿Qué importa que
estemos contentos o tristes a la hora de luchar contra una enfermedad? Hasta hace
poco, se pensaba que no existía una relación entre lo fisiológico y lo emocional.
Ahora la respuesta no es tan clara. “La probabilidad de que yo sufra una infección
depende también de mi actividad mental. Mi estado emocional influye en la acti-
vidad del sistema inmunitario. Incluso la evolución de un cáncer va a depender de
mi actitud o estado mental”.
El cerebro padece unas enfermedades conocidas como neurodegenerativas, que se
caracterizan por la muerte neuronal, casi siempre relacionadas con el envejecimien-
to. “La solución a las enfermedades neurodegenerativas pasa por el control del
envejecimiento. Tenemos un organismo que ha sido modulado por la evolución para
vivir en unas condiciones y durante un tiempo más breve. La medicina y las condi-
ciones sociales han conseguido que vivamos mucho más, pero luego aparecen estas
enfermedades. Si queremos vivir más y con calidad de vida, debemos trabajar en
conocer los mecanismos que están detrás del envejecimiento”. El ser humano tiene
un sistema de envejecimiento pasivo, relacionado con la edad, y otro activo, donde
nuestra propia biología juega en nuestra contra.
El cerebro continúa siendo el gran desconocido de nuestro cuerpo. Su funciona-
miento se esconde entre una maraña de millones de neuronas e interacciones que
nos impiden, por el momento, entenderlo. Afortunadamente cada día vamos desen-
redando la madeja de sinapsis y, tirando del hilo, descubrimos relaciones sorpren-
dentes.
En ese sentido, no somos máquinas que de vez en cuando se averían. Como di-
                               Página 2 de 16
      ce el profesor Rodríguez, un enfermo no está compuesto por piezas que los médicos
      han de arreglar o reemplazar. No es tan sencillo, pues esa enfermedad que lo lleva
      a la consulta, además de tener esa afectación biológica, arrastra problemas emocio-
      nales que también habrá que tratar. Como dijo el filósofo español Ortega y Gasset,
      “soy yo y mis circunstancias”.
        Unidad de cultura científica y de la innovación (UCC+i) Cienci@ULL, “Aún no
         sabemos cómo funciona el cerebro”. Universidad de La Laguna (22 de julio de
                                                           2021) (fragmento adaptado).
1.-   Según el texto, un propósito de celebrar el Día Mundial del Cerebro es
      A)   difundir la importancia de la salud cerebral.
      B)   informar sobre el funcionamiento del cerebro.
      C)   destacar la labor de la Federación Mundial de Neurología.
      D)   concienciar sobre el papel del cerebro para preservar la salud.
2.-   Según el texto, ¿quién trató de entender el cerebro humano estudiando los sesos de
      animales?
      A)   Vesalio
      B)   Herófilo
      C)   Erasístrato de Cos
      D)   Galeno de Pérgamo
3.-   Según se plantea en el primer párrafo, es curioso que sepamos menos sobre el cerebro
      que sobre el sistema solar porque el cerebro
      A)   es mucho más cercano a nosotros.
      B)   tiene un funcionamiento más sencillo.
      C)   se estudia desde hace mucho más tiempo.
      D)   es fundamental para la existencia humana.
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4.-   En los párrafos segundo a cuarto del texto, la información presentada se organiza
      a partir de
      A)   una cronología de acontecimientos.
      B)   las diversas características del cerebro.
      C)   la comparación de algunas teorías científicas.
      D)   un conjunto de ideas aceptadas en la Antigüedad.
5.-   ¿Cuál es la función del último párrafo?
      A)   Destacar la labor de Manuel Rodríguez Díaz acerca del cerebro.
      B)   Sintetizar los principales descubrimientos respecto al cerebro.
      C)   Explicar los motivos que describen por qué el cerebro continúa siendo un
           órgano desconocido.
      D)   Reafirmar la complejidad del cerebro al destacar la relación entre lo fisiológico
           y lo emocional.
6.-   ¿Qué relación se establece entre los párrafos sexto y séptimo del texto?
           En el sexto, (que empieza con la expre- En el séptimo, (que empieza con la ex-
           sión “Al recordar sus primeros años”), presión “Gracias a la electrónica”),
                 se destaca el impacto de distintas tec- se muestran los límites de estas tecno-
      A)         nologías en el estudio del cerebro.     logías en el tratamiento de ciertas en-
                                                         fermedades.
                 se describen algunos logros en la inves-    se cuestiona la trascendencia de esos lo-
      B)
                 tigación científica.                        gros.
                 se explican técnicas para estudiar el ce-   se ilustra cómo se ponen en práctica
      C)
                 rebro.                                      esas técnicas hoy día.
                 se mencionan avances en la manera de se ejemplifica el alcance de esos avan-
      D)
                 estudiar el cerebro.                 ces.
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7.-   ¿Cuál es el propósito comunicativo del texto anterior?
      A)   Describir las maneras en las cuales el cuerpo interactúa con el cerebro.
      B)   Informar acerca del conocimiento limitado que tenemos sobre el cerebro.
      C)   Narrar los hitos más relevantes en torno a la historia del estudio del cerebro.
      D)   Opinar sobre la importancia de los avances científicos al investigar el cerebro.
8.-   En el texto, se utiliza la primera persona para
      A)   manifestar una opinión.
      B)   explicar el tema detalladamente.
      C)   dar credibilidad al tema que presenta.
      D)   establecer cercanía con el público lector.
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Texto 2
Rendición
Si uno mira con cuidado el jardín de esta casa, sabrá enseguida que vivió tiem-
pos mejores, que la alberca vacía no desentona con el zumbido de los aviones que
cada noche castigan no ya esta propiedad, sino todas las de nuestro valle. Cuando
ella se acuesta intento tranquilizarla, pero lo cierto es que sé que algo se derrumba y
que no podremos levantar nada nuevo en su lugar. Cada bomba en esta guerra abre
un agujero que no vamos a ser capaces de rellenar, lo sé yo y lo sabe ella, aunque
jugamos y nos hacemos los tontos a la hora de dormir, buscando una tranquilidad
que ya no encontramos, un tiempo como el de antes. Algunas noches, con tal de
soñar mejor hasta recordamos.
En ese otro tiempo disfrutamos de lo que entonces pensábamos que iba a ser nuestro
para siempre. El agua fresca del lago —lo llamábamos «lago», pero era más bien
una charca grande— no sólo aliviaba los días de calor, sino que nos ofrecía toda
clase de juegos y aventuras seguras. Esto último, «aventuras seguras», es sin duda
una contradicción de la que entonces no éramos conscientes.
Teníamos una pequeña barca de remos, con la que los niños pasaban las horas
jugando a piratas y con la que a veces, en las tardes de verano, la llevaba a ella a
navegar, también es un decir, enredados los dos en nuestros propios pensamientos,
sin hablar demasiado, pero tranquilos.
Ayer llegó una carta de Augusto, nuestro hijo, nuestro soldado, que nos cuenta
que hace un mes aún estaba vivo. La alegría que sentimos al leerla hace un poco
más grande nuestro miedo. Desde que se interrumpieron las señales de pulso, por
decisión del Gobierno provisional, hemos vuelto a esperar al cartero, como hacían
nuestros abuelos. No hay otra vía de comunicación con los muchachos. Del mayor al
menos tenemos noticias del mes pasado, de Pablo hace casi un año que no sabemos
nada.
Cuando se marcharon al frente, las señales de pulso nos daban cuenta constan-
te del latido de sus corazones; ella decía que era casi como tenerlos dentro, como
cuando los sentía vivos durante la gestación. Ahora estamos obligados a soñarlos
vivos en silencio. La guerra para los padres no es la guerra de los hombres que
pelean, sino que es una guerra distinta. Aguardar es nuestra única tarea, aguardar
por noticias de los dos que se despidieron en esa tarde de agosto, como semillas
arrojadas al viento. Mientras tanto el jardín se desespera y se va muriendo, agotado.
Ella y yo, por otro lado, nos levantamos cada día bien dispuestos.
                                Página 6 de 16
Nuestro amor, enfrentado a esta guerra, se va haciendo fuerte.
No es fácil precisar ahora cuánto nos quisimos antes; claro está que en nuestra
boda los besos fueron sinceros, pero esa sinceridad estaba pegada al cuerpo de lo
que éramos entonces, y es evidente que el tiempo nos ha convertido en otra cosa.
Esta misma mañana he caminado por la propiedad para certificar una vez más que
este lugar apenas se parece ya a lo que fue nuestra casa. El lago está casi seco;
alguien, es de suponer que el enemigo, ha puesto diques en los arroyos del monte.
Las orillas del lago, antes verdes como una jungla, ahora agonizan.
La guerra no cambia nada por sí misma, sólo nos recuerda, con su ruido, que
todo cambia.
Y a pesar de la guerra, o gracias a la guerra, seguimos adelante, buenos días,
buenas noches, una jornada tras otra, como si nada, un beso tras otro, contra lo
sensato. El agua hierve, la tetera heredada con su funda de punto, las últimas bol-
sitas de té. . . Lo poco que nos queda hierve y se protege y continúa. Algo se muere
y vive entre nosotros, algo que no tiene nombre y que decidimos, con muy buen
criterio, ignorar. La pasión ignora la mala suerte, o muere. Hemos tomado decisio-
nes; no estar solos es una de ellas. Querer es renunciar a cualquier demonio que nos
diga que no querer es posible. Contra el demonio, afortunadamente, se multiplica
lo cercano.
Puedo hablar de sus manos porque las conozco, porque están cerca. De lo que
se aleja demasiado ya no se puede decir nada. En el sótano el niño llora. No es
nuestro hijo, pero tratamos de cuidarlo lo mejor que podemos. Nos gusta cuidar de
algo, en eso al menos coincidimos, a pesar de la muerte prematura del jardín. El
crío llegó en verano, hace más de seis meses, no sabemos su edad, aunque le calcu-
lamos nueve años, hemos tenido hijos y sus diferentes estaturas están marcadas con
lápiz en la pared del dormitorio de los niños. Utilizando la estatura de los nuestros,
calculamos la edad de este extraño, aunque sabemos que no es un cálculo preciso.
Tampoco es nuestro hijo, este a quien ahora medimos, pero llegó solo y cuidamos
de él.
Estaba herido al venir, lo que nos ayudó a empezar a cuidarlo. No somos bue-
nos, lo sé, pero eso nos hace menos inmisericordes. Por otro lado, desde que se
fueron nuestros hijos en la casa sobra sitio. Si lo escondemos en el sótano es por-
que aún no hemos decidido qué hacer con él. La guerra quita muchas cosas y a
cambio ofrece posibilidades; no estábamos acostumbrados a tenerlas y por eso nos
demoramos a la hora de decir sí o no a las ofertas que se nos presentan. La gente
bien dispuesta no tiene miedo, nosotros sí lo tenemos, o al menos yo lo tengo, no
me atrevo a hablar por ella. El miedo es cosa de cada cual. En cualquier caso, no
creemos haber robado a un niño, preferimos pensar que lo hemos recogido.
El crío, por su parte, aún no ha dicho nada. Su silencio nos inquieta y nos consuela
                               Página 7 de 16
      a la vez, esperamos su primera palabra y la tememos.
      ¿Y si su primera palabra no es «gracias»?
      ¿Qué haremos entonces con él?
                Ray Loriga, Rendición. Barcelona: Premio Alfaguara (2017) (fragmento
                                                                          adaptado).
       No es fácil precisar ahora cuánto nos quisimos antes; claro está que en nuestra
       boda los besos fueron sinceros, pero esa sinceridad estaba pegada al cuerpo de lo
       que éramos entonces, y es evidente que el tiempo nos ha convertido en otra cosa.
9.-    Esta misma mañana he caminado por la propiedad para certificar una vez más
       que este lugar apenas se parece ya a lo que fue nuestra casa. El lago está casi
       seco; alguien, es de suponer que el enemigo, ha puesto diques en los arroyos del
       monte. Las orillas del lago, antes verdes como una jungla, ahora agonizan.
      Según el párrafo citado, ¿cuál es el propósito del narrador al caminar por la
      propiedad en las mañanas?
      A)   Comprobar que todo sigue igual.
      B)   Constatar cómo ha cambiado.
      C)   Disfrutar de la felicidad pasada.
      D)   Distraerse mientras espera.
10.- ¿Quién es Pablo?
      A)   El padre de Augusto.
      B)   El amigo de Augusto.
      C)   El hijo del narrador.
      D)   El hermano del narrador.
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11.- De la lectura del texto, ¿qué se desprende de la relación entre el narrador y su
     pareja?
     A)   Que estaban ansiosos, pero, con la llegada del niño, se tranquilizaron.
     B)   Que tenían problemas, pero, a causa de la guerra, decidieron seguir juntos.
     C)   Que vivían felices, pero, después de muchos años, ya no se sienten cómodos.
     D)   Que llevaban vidas diferentes, pero, al recordar el pasado, se hicieron más
          cercanos.
12.- La historia del pasado de la familia, ¿qué función cumple en relación con el texto?
     A)   Ejemplifica las distintas actividades que realizaban juntos.
     B)   Explica la distancia que hay entre el protagonista y su esposa.
     C)   Presenta anécdotas para comprender las relaciones familiares.
     D)   Compara la tranquilidad del pasado con la agitación del presente.
13.- En el contexto de los últimos párrafos del texto, el protagonista declara que son
     poco inmisericordes porque
     A)   esperan recibir un reconocimiento por su actuar.
     B)   decidieron cuidar de un niño que llegó herido.
     C)   desean llenar el vacío que dejaron sus hijos.
     D)   mantienen al niño encerrado en el sótano.
14.- A partir del relato del narrador, ¿qué simboliza el jardín en la historia?
     A)   Desolación
     B)   Abandono
     C)   Opresión
     D)   Soledad
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15.- ¿Cuál es la principal característica que transmite “ella”?
     A)    Nobleza
     B)    Fortaleza
     C)    Pasividad
     D)    Sinceridad
16.- En relación con la forma en que está escrito el texto, ¿cuál de las siguientes carac-
     terísticas dificulta su comprensión?
     A)    La extensión desigual de los párrafos.
     B)    Los cambios en los tiempos verbales.
     C)    El uso del narrador protagonista.
     D)    Las reflexiones del narrador.
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Texto 3
¿Por qué se extinguieron los dinosaurios?
Numerosos huesos fósiles, dientes, huellas y otras pruebas sólidas han revelado que
la Tierra fue del dominio de los dinosaurios durante al menos 230 millones de años.
Pero, hasta ahora, no se ha encontrado ni un solo rastro de restos de dinosaurios en
rocas de menos de 66 millones de años. En ese punto, cuando el período Cretáceo
cedió al Paleógeno, parece que todos los dinosaurios no aviares de repente dejaron
de existir.
Junto con ellos, desaparecieron los temibles reptiles marinos, como los mosasau-
rios, ictiosaurios y plesiosaurios, así como todos los reptiles voladores conocidos
como pterosaurios. Los bosques antiguos parecen haberse incendiado en gran parte
del planeta. Y aunque sobrevivieron algunos mamíferos, aves, pequeños reptiles,
peces y anfibios, la diversidad entre las formas de vida restantes disminuyó preci-
pitadamente. En total, este evento de extinción masivo acabó con tres cuartos de
la vida en la Tierra.
Descubrir lo que sucedió ha representado un gran esfuerzo para los paleontólo-
gos, y las teorías sobre lo que mató a los dinosaurios y al resto de los habitantes del
Cretácico del planeta han variado desde lo plausible hasta lo francamente estrafa-
lario. Por ahora, dos ideas principales se debaten dentro de la comunidad científica:
¿fueron los dinosaurios víctimas de la violencia interplanetaria o de otros problemas
terrenales?
Una de las teorías más conocidas sobre la muerte de los dinosaurios es la hipótesis
de Luis y Walter Álvarez (padre e hijo), postulada en 1980. En esta, se propone
que un meteorito del tamaño de una montaña se estrelló contra la Tierra hace 66
millones de años, llenando la atmósfera de gas, polvo y escombros que alteraron
drásticamente el clima. Su evidencia clave es una cantidad extrañamente alta de
iridio metálico en la capa Cretáceo-Paleógeno, o K-Pg, la zona límite geológica que
parece cubrir cualquier capa de roca conocida que contenga fósiles de dinosaurios.
El iridio es relativamente raro en la corteza terrestre, pero es más abundante en
meteoritos pedregosos, lo que llevó a concluir que la extinción masiva fue causada
por un objeto extraterrestre.
La teoría tomó aún más fuerza cuando se vinculó la extinción con un enorme cráter
de impacto —es decir, producido por un impacto— en la costa de la península
de Yucatán, en México. Con aproximadamente 150 kilómetros de ancho, el cráter
Chicxulub parece tener el tamaño y la edad adecuados para explicar la muerte de
los dinosaurios.
                               Página 11 de 16
En el año 2016, los científicos perforaron un núcleo de roca dentro de la parte
submarina de Chicxulub y extrajeron una muestra que se extendía profundamente
bajo el lecho marino. Este raro estudio dentro de las entrañas del cráter mostró que
el impacto habría sido lo suficientemente poderoso como para enviar cantidades
mortales de rocas y gases vaporizados a la atmósfera, y que los efectos habrían
persistido durante años.
En el año 2019, los paleontólogos que excavaron en Dakota del Norte encontra-
ron un tesoro de fósiles extremadamente cerca del límite de K-Pg, esencialmente
capturando los restos de un ecosistema completo que existía poco antes de la ex-
tinción masiva. Lo más revelador es que las capas que albergan fósiles contienen
diminutos fragmentos de vidrio denominados tectitas, probablemente gotas de roca
fundida que fueron expulsadas por el impacto, que resultaron solidificadas en la
atmósfera y que llovieron sobre la Tierra.
Sin embargo, otros científicos sostienen que la evidencia de un evento de impacto
de meteorito masivo no es concluyente, y que el culpable más probable puede ser
la Tierra misma. Los antiguos flujos de lava en la India conocidos como las esca-
leras del Decán también parecen coincidir muy bien en el tiempo con el final del
Cretáceo, con enormes derrames de lava arrojados entre 60 y 65 millones de años
atrás. Hoy, la roca volcánica resultante cubre unos 500.000 kilómetros cuadrados
en capas que en algunos lugares tienen un grosor de más de 1800 metros. Un evento
eruptivo tan vasto habría ahogado los cielos con dióxido de carbono y otros gases
que habrían cambiado drásticamente el clima de la Tierra.
Los defensores de esta teoría apuntan a múltiples pistas que sugieren que el vulcanis-
mo es la mejor opción. Por ejemplo, algunos estudios muestran que la temperatura
de la Tierra estaba cambiando incluso antes del evento del impacto propuesto. Otra
investigación ha encontrado evidencia sobre muertes masivas mucho antes que hace
66 millones de años, con algunos signos de que los dinosaurios en particular ya es-
taban en un lento declive en el Cretácico tardío. Además, la actividad volcánica es
frecuente en este planeta y es un culpable plausible de otras extinciones antiguas,
mientras que los meteoritos gigantes son eventos mucho más raros.
Los científicos que intentan desentrañar este misterio prehistórico están conside-
rando la combinación de estas teorías. Es posible que los dinosaurios fueran los
receptores desafortunados de un doble golpe geológico, en el que el vulcanismo ha-
bría debilitado los ecosistemas lo suficiente como para volverlos vulnerables a un
meteorito.
Pero esa noción depende mucho de la datación más precisa de las escaleras del
Decán y del cráter Chicxulub. En el año 2019, dos estudios independientes analiza-
ron pistas geoquímicas de la lava de las escaleras del Decán y llegaron a conclusiones
ligeramente diferentes. Uno de los estudios sugiere que los volcanes desempeñaron
                               Página 12 de 16
     un papel importante en la desaparición de los dinosaurios al causar disminuciones
     previas al impacto. El otro estudio afirma que las erupciones llegaron después del
     evento de impacto y pueden haber jugado solo un pequeño papel en el comienzo de
     su final.
     Este debate podría seguir adelante durante años conforme los científicos excaven
     pruebas nuevas y desarrollen técnicas novedosas para comprender el pasado. In-
     dependientemente de si la culpable es una roca espacial o la lava en abundancia,
     está claro que los expertos que estudian el último aliento de los dinosaurios están
     revelando lecciones vitales sobre cómo el cambio climático afecta a los habitantes
     de la Tierra.
                Victoria Jaggard, “¿Por qué se extinguieron los dinosaurios?”. National
                              Geographic (5 de agosto de 2019) (fragmento adaptado).
17.- Según la teoría de Luis y Walter Álvarez, el meteorito que se estrelló contra la
     Tierra alteró drásticamente
     A)   el clima.
     B)   la vegetación.
     C)   el lecho marino.
     D)   la corteza terrestre.
18.- ¿Cuál fue la evidencia más convincente que encontraron Luis y Walter Álvarez para
     formular su teoría?
     A)   El hallazgo de tectita en fósiles de Dakota del Norte.
     B)   La cantidad de iridio metálico en una capa rocosa.
     C)   Los restos de meteoritos pedregosos en la tierra.
     D)   Las rocas en la parte submarina de un cráter.
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19.- ¿Cuál se presenta en el texto como una “pista” en contra de la teoría del impacto
     del meteorito?
     A)   La capa de roca volcánica abarca más de 500.000 kilómetros cuadrados.
     B)   La investigación acerca del origen del cráter en Yucatán no es concluyente.
     C)   Los meteoritos gigantes son eventos mucho más raros que la actividad volcá-
          nica.
     D)   Los indicios de enormes derrames de lava datan de hace 60 y 65 millones de
          años.
20.- ¿Qué enunciado sintetiza mejor el contenido del primer párrafo?
     A)   Los fósiles y dientes hallados demuestran la existencia de los dinosaurios.
     B)   Los científicos no han encontrado fósiles de menos de 66 millones de años.
     C)   Los períodos geológicos se reconocen gracias a los tipos de fósiles hallados.
     D)   Los dinosaurios dominaron la Tierra hasta que de repente dejaron de existir.
21.- ¿Qué función cumple el penúltimo párrafo del texto?
     A)   Ilustrar los retos para esclarecer las tesis sobre la extinción de los dinosaurios.
     B)   Resaltar el carácter teórico de las ideas sobre la extinción de los dinosaurios.
     C)   Contradecir las teorías aceptadas sobre la extinción de los dinosaurios.
     D)   Proponer una tercera hipótesis sobre la extinción de los dinosaurios.
22.- En el párrafo que empieza con la expresión “Sin embargo, otros científicos sostienen
     que. . . ”, el propósito de mencionar las escaleras del Decán es
     A)   revelar un efecto masivo de los cambios climáticos planetarios.
     B)   explicar la manera en la que se identifican los períodos geológicos.
     C)   presentar una evidencia que le da apoyo a la teoría del evento volcánico.
     D)   especificar el volumen y la composición de la capa de roca volcánica en la
          India.
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23.- ¿A partir de qué se organiza la información entregada por el texto?
       A)   De la exposición de teorías existentes sobre la extinción de los dinosaurios.
       B)   De la historia de las investigaciones sobre el surgimiento y la extinción de los
            dinosaurios.
       C)   De la comparación de estudios paleontológicos realizados en dos accidentes
            geográficos.
       D)   De la cronología de los debates científicos acerca del origen de dos accidentes
            geográficos.
24.- ¿Cuál es el propósito comunicativo del texto leído?
       A)   Explicar los efectos que tiene el cambio climático en los seres vivos que habitan
            la Tierra.
       B)   Motivar el desarrollo de técnicas que ayuden a esclarecer hipótesis de paleon-
            tología.
       C)   Exponer las teorías más aceptadas sobre la causa de la extinción de los dino-
            saurios.
       D)   Desestimar la teoría del vulcanismo como causa de la extinción de los dino-
            saurios.
25.- ¿Cómo se puede calificar la postura de la autora sobre las teorías que analiza en el
     texto?
       A)   Como dubitativa, porque considera que las conclusiones propuestas son igual-
            mente probables.
       B)   Como neutral, porque presenta las hipótesis sin pronunciarse a favor o en
            contra de ninguna.
       C)   Como crítica, porque destaca la falta de investigaciones concluyentes sobre el
            tema.
       D)   Como parcial, porque se reserva la combinación de las tesis para el final.
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