TRABAJO: ACOMPAÑAMIENTO EN TIEMPO DE CRISIS
RESUMEN PAG. 125-133
NOMBRE      : JULIA JAMILETH LOPEZ GRANADOS
INSTITUTO    : INSTITUTO DE TEOLOGIA BETHEL MATAGALPA
MATERIA     : CONSEJERIA PASTORAL
AÑO         : III AÑO
DOCENTE      : PAST. ALLAN CHAVARRIA
               ACOMPAÑAMIENTO EN TIEMPO DE CRISIS
                           RESUMEN PAG. 125-133
El libro de los Salmos incluye canticos, oraciones, poemas, enseñanzas, que
expresan la multiforme experiencia espiritual de Israel.
Atreves de los siglos los salmos han servido de inspiración, guía, desafío y apoyo
tanto para el pueblo judío como para la comunidad Cristiana alrededor del mundo.
El salmo 13 presenta lo que se llama estructura completa del proceso del lamento:
   1.   Invocar, dirigirse a Dios vs 1.
   2.   Lamentar, quejarse; vs 1-2.
   3.   Pedir ayuda vs 3-4
   4.   Declarar confianza en Dios vs5
   5.   Reconocer la respuesta Divina
   6.   Expresar adoración y gratitud vs6
Es importante identificar la estructura no solo para apreciar el valor del texto, sino
también para reconocer que la misma corresponde también al proceso de
sanación, que se debe tener en cuenta en el acompañamiento pastoral.
Ese acompañamiento debe comenzar con ayudar a las personas a que den voz a
su queja, dolor, su lamento y su protesta. Este es el primer paso a la salud
emocional y espiritual de quienes enfrentan situaciones de crisis y de traumas en
particular.
Desde nuestra perspectiva interesada el acompañamiento y el consejo pastoral
notemos que los salmos ilustran con claridad y belleza literaria los procesos por el
que normalmente transitamos como seres humanos desde las situaciones críticas
hasta la restauración. En palabras sencillas en palabras sencillas tal proceso
incluye tres fases bien distinguibles:
   1. Desde una (relativa) orientación previa a la situación crítica.
   2. Pasamos a la desorientación que caracteriza a la crisis
   3. Eventualmente nos movemos hacia la reorientación. Con la posibilidad de
      crecimiento psico-espiritual.
Ahora se debe definir más precisamente a las crisis en el sentido estricto del
término, y en particular a las llamadas crisis accidentales (situaciones
emergenciales). Se trata de aquellas que pueden ocurrir en cualquier momento de
la vida como consecuencia de situaciones imprevisibles y en circunstancias
especiales. Ejem. de situaciones críticas que pueden generar crisis como
respuestas a las mismas son: un serio accidente,, perdida inesperada de un ser
querido, divorcio, enfermedad grave, embarazo no deseado, pérdida de empleo o
de bienes, desastre natural, un incendio, ser víctima de un asalto,, violación,
terrorismo, guerra, etc. En otras palabras las experiencias de crisis se definen
como tales por el estrés extraordinario y la desestabilización que generan, y no por
las situaciones críticas en si.
Una misma situación crítica puede generar una crisis para ciertas personas pero
no para otras.
Sabemos que las crisis son parte de las experiencias humanas en cualquier
cultura y, como tales, no representan enfermedad. Al contrario, son la manera
normal en que, como personas y familia, reaccionamos ante las amenazas
internas y externas que caracterizan a las situaciones críticas y traumáticas que
nos toca vivir. Son estado temporales de trastornos, desorientación y
desorganización con dos características principales:
   1. La incapacidad de la persona y la familia para resolver el problema o
      desafío presentado, utilizando los recursos, métodos y estrategias con que
      contamos habitualmente.
   2. El potencial para generar desenlaces positivos- o sea, oportunidades de
      crecimiento, incluso en medio del crecimiento, incluso en medio del
      sufrimiento- o negativos, ósea peligros de desestabilización seria y aun
      desequilibrio emocional y espiritual en la persona y la familia.
Las crisis y los traumas se manifiestan en la totalidad de nuestro ser y al mismo
tiempo lo afectan. Cuanto más seria s la crisis, mayor es el número de las señales
que las expresan y el grado de sufrimiento que tiene.
Señales físicas:
      Dificultades para dormir(insomnio)
      Dificultad para comer
      Disminución de energías(cansancio)
      Dolores crónicos sin explicación
      Dolor de cabeza
      “nerviosidad”(ansiedad, agitación)
      Llanto frecuente
      Correlación posible con ulceras, hipertensión arterial, problemas cardiacos
      (en caso de trauma severo) pánico entre otros.
Señales emocionales-mentales
      Sentido de vulnerabilidad y/o de pérdida de control
      Ansiedad y/o depresión, miedos
      Pensamientos que generan temor(incluyendo ideas sobre el suicidio)
      Irritabilidad y/o irascibilidad
      Cambios drástico de humor
      Dificultad para tomar decisiones
      Dificultad en la comunicación y las relaciones interpersonales
      Distracciones, desorientación
      (en caso de trauma severo) sentido de desvalorización, pérdida de
       autoestima, desesperanza. Entre otras.
Señales de comportamiento
      Recurrir a diversiones para neutralizar ansiedad
      Abusar de la comida
      Abusar de la bebida
      Aislarse socialmente
      Agotamiento físico
      Hipersensibilidad
      Incapacidad para realizar tareas normales, parálisis
      (en caso de trauma severo) conductas autodestructivas, adicciones, abuso
       de alcohol y drogas, intentos de suicidios etc.
Señales espirituales
      Cuestionamiento sobre la presencia, el poder, la justicia y la misericordia de
       Dios.
      Lucha existencial sobre el significado y el valor del sufrimiento
      Sentimiento de indefensión, abandono, alineación
      Disminución o pérdida de sentido de propósito, destino proyecto de vida.
      Desafíos a la fe y los recursos espirituales, búsqueda de nuevos caminos
      Conciencia de la realizad del mal y la amenaza de la muerte
      Necesidad de recuperar sentido de gratitud, esperanza, perdón
      (en caso de traumas severos) vergüenza y culpa, odio dirigido contra uno
       mismo, sentimiento de vacío, condenación. Etc.
En el proceso de recuperación la persona y la familia van logrando reorientarse
hacia una condición nueva de normalidad a menudo habiendo sido fortalecidos
atreves del camino que siempre incluye una dosis de ansiedad y sufrimiento.
PROCESOS DE LA CRISIS
Crisis o traumas:
No todas las situaciones críticas son traumáticas en el sentido estricto del término,
es decir, física, emocional y espiritualmente violentas, y causa de serio daño que
tiende a perdurar. No todas las situaciones críticas generan crisis, sin embargo
generalmente las situaciones traumáticas si provocan traumas en las personas,
sus familias y sus comunidades, incluyendo a las comunidades de fe, en palabras
sencillas: todo trauma es una crisis grave, pero no toda crisis es un trauma.
También hay que tener en cuenta otra distinción muy importante: además de los
traumas resultantes de situaciones traumáticas(o críticamente graves, extremas)
que pueden ocurrir en el presente, están los que pueden llamarse traumas
históricos.
Son traumas que se han sufrido años atrás en la niñez, o adolescencia en
situaciones de mucha violencia (abuso físico, emocional, sexual etc.)
Quienes han sobrevivido semejantes situaciones traumáticas, por lo general
necesitan recibir un tratamiento terapéutico integral que incluya que incluya
adecuada atención al cuerpo, la mente y el espíritu. Se llama “Trastorno de Estrés
Postraumatico”. El diagnostico de TEPT generalmente enfoca tres elementos.
    1. Repetición de memorias vividas de las experiencias traumáticas
    2. Evitar cualquier asociación posible con el trauma junto con un
        distanciamiento emocional generalizado, e incapacidad para sentir placer
    3. Patrón de hiper-irritabilidad, problemas de concentración y memoria,
        trastorno de sueño etc.
Estos síntomas tienden a perdurar y a convertirse en parte del carácter, o manera
de ser y relacionarse de las personas que presentan el cuadro TEPT.
Conocer y comprender las dinámicas de las crisis y los traumas es sin duda
indispensable. Es el primer paso en nuestra preparación para un acompañamiento
psico-espiritual efectivo.