Hola,
mi nombre es Gonzalo Vilchis, estaré acompañándote en la aventura de tender
los puentes necesarios para entablar una relación de respeto, compasión y
sensibilidad entre la iglesia católica y la comunidad LGBTI, de manera personal es un
tema que me interesa mucho, el cual vivo desde mi experiencia de fe y vida cotidiana.
Para ello les enviaré de manera semana un resumen del libro “Tender un puente”,
escrito por James Martin (sacerdote jesuita, redactor y jefe de la revista America), el
libro tiene como objetivo motivar a una reflexión donde prevalezca el diálogo,
conocimiento y comprensión recíproca. El jesuita afirma que en “la Iglesia ha tratado a
la comunidad LGBTI como leprosos”, algo que no ha ocurrido con ningún otro grupo
de personas a lo largo de la historia.
Introducción:
La pastoral de la diversidad sexual en la iglesia católica es una pastoral o ministerio
que no solo debe dirigirse a la comunidad LGBTI, sino a toda la iglesia.
¿De dónde proviene la ira hacia las personas LGBTI?:
a) Miedo a la persona LGBTI como el otro, el que es visto como diferente y cuya
diferencia se considera como una amenaza, esto es una auténtica “homofobia”,
es decir, miedo real a la persona LGBTI.
b) Odio a la persona LGBTI como el otro, el cual a veces se convierte en búsqueda
de un chivo expiatorio, donde la persona LGBTI es vista ante todo y
exclusivamente, a través del lente del pecado.
c) Asco o aversión a la mera idea de las relaciones o incluso a la atracción entre
personas del mismo sexo.
Estas tres razones precedentes (miedo, odio y asco) frecuentemente conducen no
solo a la ira, sino a un tipo de bullying.
d) Temor a que cualquier intento de “tender un puente”, de escuchar las
experiencias de personas anteriormente consideras como “otros” o de animar a
las personas a reflexionar un nuevo camino dentro de la iglesia.
e) Temor a que acoger a esas personas marginadas es lo que Jesús habría querido.
La frustración proviene del reconocimiento de que la inclusión de las personas
LGBTI es totalmente coherente con la práctica de Jesús de incluir a los
marginados.
f) Incomodidad con la propia sexualidad: la sexualidad humana es compleja
nos encontramos dentro de una especie de abanico en lo referente al sexo hacia
el que nos sentimos atraídos. Algunos de entre nosotros se sienten incómodos
a este respecto, y por eso temas como el de la homosexualidad les aterra. Lo
más fácil es dirigir dicho terror hacia fuera, pudiendo adoptar la forma de
indignación.
Los ataques son un signo claro de que se debe seguir abogando a favor de los católicos
LGBTI que anhelan encontrar un lugar en su iglesia.
Por eso, cuando se trata de temas LGBTI y clero, la mayoría de los católicos
únicamente escuchan las voces negativas, que se hacen oír mucho más o que son
destacadas por los medios de comunicación, así mismo es importante considerar
debatir abiertamente acerca de este asunto, sobre el que durante mucho tiempo
únicamente se había cuchicheado.
Existe un profundo y evidente deseo de que se tiendan puentes en nuestra iglesia, este
libro no pretende dar lugar a una discusión, a una polémica o a un debate, sino que es
una invitación al diálogo y a la oración, y luego a un ministerio que hunde sus raíces
en Jesucristo. Todo ministro o responsable cristiano está enraizado en Jesús; pero
llegar a quienes se sienten marginados significa seguir a Jesús más de cerca.
Porque esta fue una de sus principales tareas, y por esos mismo debe serlo también
para la iglesia. Ojalá lleve a que se prolongue el diálogo, se tiendan puentes y crezca el
espíritu de respeto, compasión y sensibilidad.
¿Por qué James Martin escribió el libro?: A raíz de la masacre en la discoteca “Pulse”
en Orlando, Florida, en donde 49 personas fueron asesinadas millones de personas
lloraron y se conmovieron ante este lamentable hecho, entre ellos James y algunos
obispos de Estados Unidos, pero se dio cuenta que en pleno 2016 aún la comunidad
LGBTI seguía siendo invisible en numerosos círculos de la iglesia, esto lo llevó a
reflexionar lo siguiente: “La obra del evangelio no puede realizarse si una parte de
la iglesia está esencialmente separada de cualquier otra parte”. Entre los dos
grupos – la comunidad LGBTI y la iglesia institucional- se ha abierto un enorme
abismo, una separación para la que es preciso construir un puente.
Durante el ejercicio del sacerdocio James miles de gays, lesbianas, bisexuales,
transexuales e intersexuales así como familiares y amigos han encontrado en él un
consejo, asesoría, confesión y dirección espiritual, así como James otros obispos (Raúl
Vera), sacerdotes (James Alison), diáconos, religiosas, religiosos y laicos de pastoral
han acompañado a la comunidad LGBTI, aún con esta apertura por parte de la iglesia
James lamenta profundamente que no exista una mayor comprensión entre los
católicos LGBTI y la iglesia institucional, de hecho no tendríamos que hablar de dos
lados, pues unos y otros pertenecemos a la iglesia.
Muchos católicos LGBTI nos hemos sentido heridos – en forma de no aceptación, de
exclusión e incluso de insultos por la iglesia o algún miembro de la misma.
El libro dará pauta para que la iglesia católica y la comunidad LGBTI puedan entablar
una relación de respeto, compasión y sensibilidad. Para ello recordemos que mucho
católicos LGBTI aman a Dios, procuran tener y/o mantener una relación con Dios,
algunas de estas personas simplemente asumen, como deberían hacer todas, que
tienen su lugar en la iglesia y no se sienten molestas por los ocasionales comentarios
negativos que tienen que escuchar. Sin embargo, para la mayoría de las personas
LGBTI, sigue resultando difícil este proceso, por una parte, de comprender que son
amadas por Dios tal como son y, por otra, de encontrar su lugar en la iglesia.
El libro invita a los miembros de ambos grupos – el de la iglesia institucional y el de
los católicos LGBTI- a acercarse entre sí con respeto, compasión y sensibilidad, la
mayor responsabilidad de este proceso compete a la iglesia institucional, es decir son
los obispos, sacerdotes y otros eclesiásticos en tender este puente. ¿por qué debería
ser así?, por la razón de que la iglesia institucional ha hecho que los católicos LGBTI se
sientan marginados, y no al revés.
James espera que esto que estas leyendo pueda ser de ayuda, tanto a nivel personal
como comunitario, y animen a tender el puente del diálogo, así como a un
discernimiento, acción en común y a la conversión personal, pues todos nosotros
somos llamados por Dios a la conversión de mente y de corazón.
Comentario personal: Así como la humanidad ha ido aprendiendo y creciendo en
aspectos culturales, económicos, sociales y tecnológicos, la espiritualidad, la fe,
religión y en concreto el Evangelio también deben encarnarse ante realidades e
historias concretas, como parte de la comunidad LGBTI y creyente en Jesús y sus
enseñanzas leo este libro como un signo de esperanza y dialogo entre las dos
posturas: la iglesia institucional y la comunidad católica LGBTI, nos toca ser
portadores de que es posible entablar una relación de respeto, compasión y
sensibilidad, escuchando las posturas de ambas, reflexionado lo que Jesús hace en
cada uno de nosotros y en nuestra vida diaria, estoy seguro que Dios ama a todos,
todas, todes., y que esta sumamente orgulloso y feliz de que vivamos en plenitud,
felices y sin máscaras, quizás para algunos cause cuestionamientos, contrariedades o
asombro, pero de esto se trata la vida: de abrazar nuestra historia, de experimentar a
Dios en todos y en toda su creación, mirarla con ese amor y admirándose por la
manera en que podemos amarnos y servirnos los unos a los otros. Por favor lee estos
resúmenes, quédate con lo útil que te sea para tu vida, crecimiento espiritual y mejore
tu relación con Dios, olvida lo que no te sume, por último sugiero que comiences a
construir el puente de reconciliación contigo, con el de tus ideas antiguas y las nuevas,
sé compasivo con tus heridas, experiencias de vida y verás que tu corazón estará
dispuesto a entablar o tender puentes con los demás, con la iglesia y con Dios.