Las profecías de Oseas nos ayudan a
andar con Dios
“Tras de Jehová andarán.” (OSEAS 11:10.)
1. ¿Qué drama simbólico contiene el libro de Oseas?
¿LE GUSTAN los dramas con personajes fascinantes y argumentos intrigantes? Pues bien, el
libro bíblico de Oseas contiene un drama simbólico.* Trata de la situación familiar del
profeta Oseas, y tiene que ver con el matrimonio que en sentido figurado contrajo Jehová
con la antigua nación de Israel mediante el pacto de la Ley mosaica.
2. ¿Qué se sabe de Oseas?
El capítulo 1 del libro nos presenta el escenario en el que se desarrolla este drama.
2
Al parecer, Oseas vivía en el reino de diez tribus de Israel (llamado también Efraín por ser
esta la tribu dominante). Su vida profética se desarrolló durante los reinados de los últimos
siete reyes de Israel y de Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, de Judá (Oseas 1:1). Esto quiere
decir que su predicación duró por lo menos cincuenta y nueve años. Aunque el libro que
lleva su nombre se terminó de escribir poco después del año 745 antes de nuestra era, su
mensaje aún reviste gran importancia para nosotros en esta época, cuando millones de
personas siguen un proceder similar al que se predijo con las palabras: “Tras de Jehová
andarán” (Oseas 11:10).
Resumen
3, 4. Explique brevemente de qué tratan los capítulos 1 a 5 de Oseas.
Un breve resumen de los capítulos 1 a 5 fortalecerá nuestra resolución de andar con Dios
3
demostrando fe y viviendo en armonía con su voluntad. Aun cuando los habitantes del
reino de Israel eran culpables de adulterio espiritual, Dios se apiadaría de ellos si se
arrepentían, como lo ejemplificó la forma en que Oseas trató con su esposa, Gómer.
Después de darle un hijo, ella aparentemente tuvo dos hijos ilegítimos. Sin embargo, pese
a su infidelidad, él la recibió de nuevo, del mismo modo que Jehová estuvo dispuesto a
mostrar misericordia a los israelitas arrepentidos (Oseas 1:1–3:5).
Jehová tenía una causa judicial contra los israelitas porque no había verdad, ni bondad
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amorosa ni conocimiento de Dios en el país. Él les pediría cuentas tanto al idólatra reino de
Israel como al rebelde reino de Judá; sin embargo, el pueblo lo buscaría cuando se viera
“en grave aprieto” (Oseas 4:1–5:15).
Desarrollo del drama
5, 6. a) ¿Hasta qué punto era común la fornicación en el reino de diez tribus de Israel? b) ¿Por qué es
importante para nosotros la advertencia que se dio al antiguo reino de Israel?
Dios le mandó a Oseas: “Ve, tómate una esposa de fornicación e hijos de fornicación,
5
porque por fornicación la tierra positivamente se vuelve de seguir a Jehová” (Oseas 1:2).
¿Hasta qué punto era común la fornicación en Israel? El relato dice: “El espíritu mismo de
fornicación ha hecho que [los habitantes del reino de diez tribus] se vayan vagando, y por
fornicación salen de debajo de su Dios [...;] las hijas de ustedes cometen fornicación, y las
propias nueras de ustedes cometen adulterio [...;] en cuanto a los hombres, es con las
rameras con quienes se apartan, y con las prostitutas de templo con quienes hacen
sacrificio” (Oseas 4:12-14).
La fornicación, tanto física como espiritual, reinaba en Israel, y por eso Jehová les ‘pidió
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cuentas’ (Oseas 1:4; 4:9). Esta advertencia es muy importante para nosotros hoy día, pues
Jehová les pedirá cuentas a los que practican la inmoralidad y la adoración inmunda; pero
los que andan con Dios cumplen las normas divinas para la adoración pura y saben que
“ningún fornicador [...] tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios” (Efesios
5:5; Santiago 1:27).
7. ¿Qué representó el matrimonio de Oseas con Gómer?
Se supone que Gómer era virgen cuando Oseas se casó con ella y que era una esposa fiel
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cuando “le dio a luz un hijo” (Oseas 1:3). En el cumplimiento del drama simbólico, poco
después de liberar a los israelitas del cautiverio egipcio en 1513 antes de nuestra era, Dios
hizo un pacto con ellos que era como un contrato para iniciar un matrimonio limpio.
Al aceptar sus condiciones, la nación de Israel prometió ser fiel a su “dueño marital”,
Jehová (Isaías 54:5). En efecto, el matrimonio puro de Oseas con Gómer representó el
matrimonio simbólico de Dios con Israel. Pero ¡cómo cambiaron las cosas!
8. ¿Cómo llegó a existir el reino de diez tribus de Israel, y qué se adoraba allí?
La esposa de Oseas “procedió a quedar encinta otra vez y a dar a luz una hija”. Esta niña y
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el otro hijo que ella tuvo después fueron aparentemente fruto de su adulterio (Oseas
1:6, 8). Dado que Gómer representó a Israel, cabe preguntarse cómo se prostituyó esta
nación. Pues bien, en el año 997 antes de nuestra era, diez de las tribus de Israel se
separaron de las tribus meridionales de Judá y Benjamín para fundar el reino del norte.
Con el fin de evitar que la gente fuera a Judá para adorar a Jehová en su templo de
Jerusalén, se instituyó el culto de los becerros en el reino de diez tribus. También se arraigó
allí el culto al falso dios Baal con sus orgías sexuales.
9. En cumplimiento de la profecía de Oseas 1:6, ¿qué le ocurrió a Israel?
Cuando Gómer dio a luz por segunda vez, en esta ocasión una niña al parecer ilegítima,
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Dios dijo a Oseas: “Llámala por nombre Lo-ruhamá [que significa “A Ella No Se Le Mostró
Misericordia”], porque ya no mostraré misericordia de nuevo a la casa de Israel, porque
positivamente los quitaré” (Oseas 1:6). Jehová ‘los quitó’ cuando Asiria se llevó cautivos a
los israelitas en 740 antes de nuestra era. Pero, en cambio, se compadeció del reino de dos
tribus de Judá y lo salvó, aunque no con arco ni con espada ni con guerra ni tampoco con
caballos y jinetes (Oseas 1:7). En una sola noche del año 732, un ángel mató a 185.000
soldados asirios que amenazaban con atacar la ciudad capital, Jerusalén (2 Reyes 19:35).
La causa judicial de Jehová contra Israel
10. ¿Qué representó el adulterio de Gómer?
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Gómer abandonó a Oseas y se convirtió en “una esposa de fornicación” al vivir en
adulterio. Su infidelidad representó las alianzas políticas que el reino de Israel hizo con las
naciones idólatras y su dependencia de ellas. En vez de reconocer a Jehová como la fuente
de su prosperidad, Israel se la atribuyó a los dioses de las naciones y rompió su pacto
matrimonial con Dios practicando la adoración falsa. Era lógico, por lo tanto, que Jehová
tuviera una causa judicial contra aquel reino adúltero en sentido espiritual (Oseas
1:2; 2:2, 12, 13).
11. ¿Qué sucedió con el pacto de la Ley cuando Jehová dejó que Israel y Judá partieran al destierro?
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¿Qué precio pagó Israel por abandonar a su Dueño Marital? Los israelitas fueron
desterrados a Asiria en 740 antes de nuestra era, y luego Dios hizo que entraran “en el
desierto” de Babilonia cuando esta nación conquistó Asiria (Oseas 2:14). Al poner fin
Jehová al reino de diez tribus, no anuló el pacto matrimonial en el que había entrado con
las doce tribus originales de la nación de Israel; tampoco abolió el pacto de la Ley mosaica
—en virtud del cual las doce tribus se habían casado con él en sentido figurado— cuando
dejó que los babilonios destruyeran Jerusalén y se llevaran cautivos a los habitantes de
Judá en 607 antes de nuestra era. Este vínculo solo se disolvió después de que los
dirigentes judíos rechazaron a Jesucristo y causaron su muerte en el año 33 de nuestra era
(Colosenses 2:14).
Jehová advierte a Israel
12, 13. ¿Cuál es la esencia de Oseas 2:6-8, y cómo fueron aplicables esas palabras a Israel?
Dios advirtió a la nación de Israel que debía “poner a un lado su fornicación”, pero ella
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prefirió ir tras sus apasionados amantes (Oseas 2:2, 5). “Por lo tanto —dice Jehová—, mira,
voy a cercar tu camino con espinos; y ciertamente amontonaré un muro de piedra contra
ella, de modo que sus propias veredas no hallará. Y ella realmente correrá tras sus
apasionados amantes, pero no los alcanzará; y ciertamente los buscará, pero no los hallará.
Y tendrá que decir: ‘Quiero ir y volver a mi esposo, el primero, porque mejor me iba en
aquel tiempo que ahora’. Pero ella misma no reconoció que era yo quien le había dado el
grano y el vino dulce y el aceite, y que yo había hecho que la plata misma abundara para
ella, y oro, al cual dieron uso para Baal [o para hacer “una imagen de Baal”, según la nota].”
(Oseas 2:6-8.)
A pesar de que Israel buscó la ayuda de las naciones que fueron sus “apasionados
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amantes”, ninguna pudo ir en su auxilio. La nación fue cercada como con un impenetrable
seto de espinos para que no pudieran dispensarle ayuda alguna. Después de tres años de
asedio, Samaria, capital del reino, cayó en poder de los asirios en 740 antes de nuestra era,
y el reino de diez tribus nunca fue restaurado. Solo algunos de los israelitas cautivos se
darían cuenta de lo bien que les iba a sus antepasados cuando servían a Jehová. Estos
rechazarían el culto de Baal y procurarían entrar de nuevo en un pacto con Jehová.
Otra mirada al drama
14. ¿Cómo fue que Oseas reanudó su vida conyugal con Gómer?
Para entender mejor la correspondencia que existe entre la vida matrimonial de Oseas y
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las relaciones de Israel con Jehová, piense en las siguientes palabras: “Jehová pasó a
decirme: ‘Ve de nuevo, ama a una mujer amada por un compañero y que comete
adulterio’” (Oseas 3:1). Oseas cumplió la orden: fue al hombre con quien vivía Gómer y la
compró de nuevo; luego, la amonestó con firmeza: “Por muchos días morarás como mía.
No debes cometer fornicación, y no debes llegar a pertenecer a otro hombre” (Oseas
3:2, 3). Gómer aceptó la disciplina, y Oseas reanudó la vida conyugal con ella. ¿Qué
similitud hubo entre este acto y el modo como Dios trató a la gente de Israel y Judá?
15, 16. a) ¿Qué tenía que hacer la nación, una vez disciplinada, para que Dios le mostrara misericordia? b)
¿Cómo se han cumplido las palabras de Oseas 2:18?
Mientras los habitantes de Israel y Judá se hallaban cautivos en Babilonia, Dios les habló
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“a su corazón” mediante sus profetas. Para recibir la misericordia divina, el pueblo tenía
que demostrar arrepentimiento y volver a su Dueño Marital, tal como Gómer había vuelto
con su esposo. Una vez disciplinada, Jehová sacaría a su nación —semejante a esposa—
del “desierto” de Babilonia y la llevaría de vuelta a Judá y Jerusalén (Oseas 2:14, 15). Dicha
promesa se cumplió en el año 537 antes de nuestra era.
Dios también cumplió esta otra promesa: “Ciertamente celebraré un pacto en aquel día
16
con relación a la bestia salvaje del campo y con la criatura voladora de los cielos y la cosa
del suelo que se arrastra, y el arco y la espada y la guerra quebraré de la tierra, y sí haré
que se acuesten en seguridad” (Oseas 2:18). El resto judío que retornó a su patria vivía
seguro, sin siquiera temer a los animales. La profecía tuvo otro cumplimiento en 1919,
cuando el resto del Israel espiritual fue liberado de “Babilonia la Grande”, el imperio
mundial de la religión falsa. Ahora moran en seguridad en un paraíso espiritual con sus
compañeros, que esperan vivir para siempre en la Tierra. No existen características
animales entre estos cristianos verdaderos (Revelación [Apocalipsis] 14:8; Isaías 11:6-
9; Gálatas 6:16).
Aprovechemos las lecciones extraídas
17-19. a) ¿Qué cualidades de Dios se nos insta a imitar? b) ¿Qué efecto debería tener en nosotros la
misericordia y compasión de Jehová?
Dios es misericordioso y compasivo, y nosotros también debemos serlo. Esa es una de las
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lecciones que extraemos de los primeros capítulos de Oseas (Oseas 1:6, 7; 2:23).
Su disposición a manifestar misericordia a los israelitas arrepentidos armoniza con este
proverbio divinamente inspirado: “El que encubre sus transgresiones no tendrá éxito, pero
al que las confiesa y las deja se le mostrará misericordia” (Proverbios 28:13). Igualmente
alentadoras para los pecadores arrepentidos son las siguientes palabras del salmista: “Los
sacrificios para Dios son un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y aplastado, oh
Dios, no lo despreciarás” (Salmo 51:17).
Las profecías de Oseas hacen hincapié en la compasión y misericordia del Dios que
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adoramos. Hasta los que se desvían de las sendas rectas pueden arrepentirse y volver a
Jehová. Si lo hacen, él los recibirá con los brazos abiertos. Él se apiadó de los miembros
arrepentidos de la nación de Israel, con la que había contraído matrimonio
simbólicamente. Aunque desobedecieron y le ‘causaron dolor al Santo de Israel, él fue
misericordioso y siguió acordándose de que ellos eran carne’ (Salmo 78:38-41). Tal
misericordia debe movernos a seguir andando con nuestro compasivo Dios, Jehová.
Pese a lo comunes que eran en Israel pecados como el asesinato, el robo y el adulterio,
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Jehová ‘habló a su corazón’ (Oseas 2:14; 4:2). Reflexionar sobre su misericordia y
compasión debería conmovernos el corazón y afianzar nuestro apego a Jehová. Por lo
tanto, preguntémonos: “¿Cómo puedo imitar mejor la misericordia y compasión de Jehová
cuando trato con los demás?”. Si un cristiano que me ha ofendido pide perdón, ¿estoy
dispuesto a perdonar con la misma prontitud que Dios? (Salmo 86:5.)
20. Dé un ejemplo de por qué debemos confiar en la esperanza que Dios nos ha dado.
Dios infunde verdadera esperanza. Por ejemplo, él prometió: “Le daré [...] la llanura baja
20
de Acor como entrada a la esperanza” (Oseas 2:15). La antigua organización de Dios,
comparable a una esposa, tenía la firme esperanza de que sería restaurada a su tierra,
donde estaba “la llanura baja de Acor”. El cumplimiento de esta promesa, en el año 537
antes de nuestra era, nos da razón sólida para regocijarnos en la esperanza segura que
Jehová ha puesto delante de nosotros.
21. ¿Qué relación existe entre el conocimiento y el andar con Dios?
Para seguir andando con Dios, debemos seguir adquiriendo conocimiento de él y aplicarlo
21
a nuestra vida. El conocimiento de Jehová era muy escaso en Israel (Oseas 4:1, 6).
No obstante, hubo quienes estimaron mucho la enseñanza divina y actuaron en
consecuencia, por lo que se les colmó de bendiciones. Entre estos figuraban Oseas y los
siete mil contemporáneos de Elías que no se postraron ante Baal (1 Reyes 19:18;Romanos
11:1-4). La gratitud por la instrucción divina también nos ayudará a nosotros a seguir
andando con Dios (Salmo 119:66; Isaías 30:20, 21).
22. ¿Cómo debemos ver la apostasía?
Jehová espera que los que están al frente de su pueblo rechacen la apostasía. Sin
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embargo, Oseas 5:1 dice: “Oigan esto, oh sacerdotes, y presten atención, oh casa de Israel,
y ustedes, oh casa del rey, presten oído, porque con ustedes tiene que ver el juicio; porque
una trampa es lo que han llegado a ser a Mizpá y como una red extendida sobre Tabor”.
Los dirigentes apóstatas se convirtieron para los israelitas en una trampa y en una red que
los hicieron caer en la idolatría. El monte Tabor y la localidad de Mizpá fueron
posiblemente lugares donde se practicaba la adoración falsa.
23. ¿Qué ha aprendido en este análisis de los capítulos 1 a 5 de Oseas?
Hasta ahora, las profecías de Oseas nos han mostrado que Jehová es un Dios
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misericordioso que infunde esperanza y que bendice a quienes ponen en práctica sus
instrucciones y rechazan la apostasía. A imitación de aquellos israelitas arrepentidos del
pasado, busquemos nosotros también a Jehová y procuremos agradarle siempre (Oseas
5:15). De esa manera, pues, cosecharemos lo que es bueno y tendremos el gozo y la paz
incomparables del que anda fielmente con Dios (Salmo 100:2; Filipenses 4:6, 7).
Libro bíblico número 28: Oseas
Escritor: Oseas
Dónde se escribió: Samaria (Distrito)
Cuándo se completó: Después de 745 a.E.C.
Tiempo que abarca: Antes de 804–después de 745 a.E.C.
1, 2. a) ¿Cómo se suele llamar a los últimos 12 libros de las Escrituras Hebreas? b) ¿Qué se sabe acerca de
Oseas, y con quiénes tiene que ver su profecía?
A LOS últimos 12 libros de las Escrituras Hebreas se les llama comúnmente “los profetas
menores”. La expresión “los profetas pequeños”, que es común en Alemania, parecería más
apropiada, pues estos libros de ninguna manera son menores en importancia, aunque el
volumen de todos juntos no es tan extenso como el de Isaías o el de Jeremías por sí solo.
En la Biblia hebrea se les consideraba un solo volumen llamado “Los Doce”. Es probable
que se les haya coleccionado juntos para conservarlos, puesto que un solo rollito podría
haberse perdido fácilmente. Como sucede en el caso de cada uno de estos 12 libros, el
primero lleva el nombre de su escritor, Oseas, cuyo nombre es una forma abreviada de
Hosaya, que significa “Salvado por Jah; Jah Ha Salvado”.
En el libro que lleva su nombre no se dice mucho acerca de Oseas, excepto que era hijo
2
de Beerí. Sus profecías se relacionan casi exclusivamente con Israel, y solo de paso se
menciona a Judá; aunque Oseas no menciona a Jerusalén, hace 37 referencias por nombre
a la tribu dominante de Israel, Efraín, y 6 referencias a la capital de Israel, Samaria.
3. ¿Por cuánto tiempo profetizó Oseas, y quiénes más fueron profetas durante aquel período?
El primer versículo 1:1 del libro nos dice que Oseas fue profeta de Jehová por un tiempo
3
excepcionalmente largo, desde cerca del fin del reinado del rey Jeroboán II de Israel hasta
dentro del reinado de Ezequías de Judá. Es decir, desde, a más tardar, 804 a.E.C. hasta
después de 745 a.E.C., no menos de 59 años. Sin duda, el tiempo en que sirvió de profeta
se extiende por algunos años dentro de los reinados de Jeroboán II y Ezequías. Durante
ese período Amós, Isaías, Miqueas y Oded también fueron fieles profetas de Jehová. (Amós
1:1; Isa. 1:1; Miq. 1:1; 2 Cró. 28:9.)
4. ¿Qué citas y cumplimientos proféticos confirman la autenticidad de Oseas?
Se confirma la autenticidad de la profecía porque se cita de ella en varias ocasiones en las
4
Escrituras Griegas Cristianas. Jesús mismo citó Oseas 10:8 al pronunciar juicio sobre
Jerusalén: “Entonces comenzarán a decir a las montañas: ‘¡Caigan sobre nosotros!’, y a las
colinas: ‘¡Cúbrannos!’”. (Luc. 23:30.) Hay una cita parcial de este mismo pasaje
en Revelación 6:16. Mateo cita Oseas 11:1 al mostrar el cumplimiento de la profecía: “De
Egipto llamé a mi hijo”. (Mat. 2:15.) La profecía de Oseas sobre la restauración
de todo Israel se cumplió por el hecho de que muchos del reino de diez tribus se unieron a
Judá antes de que Judá fuera al cautiverio, y sus descendientes estuvieron entre los que
volvieron después del destierro. (Ose. 1:11; 2 Cró. 11:13-17; 30:6-12, 18, 25; Esd. 2:70.)
Desde los tiempos de Esdras el libro ha ocupado su debido lugar en el canon hebreo como
“la palabra de Jehová por Oseas”. (Ose. 1:2.)
5. ¿Debido a qué infidelidad castigó Jehová a Israel?
¿Por qué envió Jehová a Oseas como profeta suyo a Israel? Debido a la infidelidad de
5
Israel y su contaminación con la adoración de Baal, lo cual violaba el pacto de Jehová.
Israel había llegado a ser un pueblo agrícola en la Tierra Prometida, pero al mismo tiempo
no solo había adoptado el modo de vivir de los cananeos, sino también su religión, que
incluía la adoración de Baal, un dios que era símbolo de las fuerzas reproductivas de la
naturaleza. En los días de Oseas, Israel se había apartado por completo de la adoración de
Jehová y participaba en un ceremonial desenfrenado de borrachera que incluía relaciones
inmorales con prostitutas de templo o religiosas. Israel atribuyó la prosperidad a Baal. Fue
desleal a Jehová, se hizo indigna de él, y por eso tenía que ser disciplinada. Jehová le iba a
mostrar que sus posesiones materiales no provenían de Baal, y por eso envió a Oseas a
advertir a Israel lo que significaría el que no se arrepintiera. Israel afrontó su período más
terrible después que murió Jeroboán II. Hubo un reinado de terror en el cual varios
gobernantes fueron asesinados, y que continuó hasta que los habitantes de Israel fueron
llevados cautivos a Asiria en 740 a.E.C. Durante aquel tiempo dos facciones lucharon entre
sí: una que procuraba aliarse con Egipto y otra que buscaba una alianza con Asiria.
Ninguna de ellas confiaba en Jehová.
6. ¿Qué revela el estilo de escritura de Oseas?
El estilo de escritura de Oseas es revelador. Con frecuencia es tierno y afectuoso en su
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fraseología y recalca la bondad amorosa y la misericordia de Jehová. Oseas habla
extensamente sobre cada señal pequeña de arrepentimiento que ve. En otras ocasiones su
lenguaje es abrupto e impulsivo. Lo que le falta en ritmo, lo compensa en fuerza y vigor.
Expresa sentimientos muy profundos, y cambia rápidamente de pensamientos.
7. ¿Qué ilustra la infidelidad de Gómer y su recobro posterior?
Al comienzo de su carrera como profeta, a Oseas se le mandó que tomara “una esposa de
7
fornicación” (1:2). Ciertamente Jehová hizo esto con un propósito. Israel había sido para
Jehová como una esposa que se había hecho infiel al cometer fornicación. No obstante, él
sería amoroso con ella y trataría de recobrarla. Gómer, la esposa de Oseas, podía ser una
ilustración exacta de esto. Lo que se da a entender es que después del nacimiento de su
primer hijo ella le fue infiel a Oseas, y parece que los demás hijos que tuvo fueron
producto de su adulterio (2:5-7). El relato indica esto cuando declara que ella “le dio a luz
[a Oseas] un hijo” pero no hace referencia alguna al profeta con relación al nacimiento de
los otros dos hijos (1:3, 6, 8). El capítulo 3, versículos 1-3, parece indicar que Oseas volvió a
tomar como esposa a Gómer al comprarla como si fuera una esclava, y esto cuadra con el
hecho de que Jehová volviera a aceptar a su pueblo después que este se arrepintió de su
adulterio.
8. ¿Qué nombres se intercambian en el libro?
Al reino norteño de diez tribus de Israel, a quien se dirigen principalmente las palabras de
8
la profecía de Oseas, también se le conocía como Efraín, según el nombre de la tribu
dominante del reino. A través del libro el nombre Efraín se intercambia con el de Israel.
CONTENIDO DE OSEAS
9. ¿Qué indican los nombres de los hijos de Gómer en cuanto a cómo trataría Jehová con Israel?
Se ilustra el adulterio de Israel (1:1–3:5). La “esposa de fornicación” de Oseas le da un
9
hijo, Jezreel. Después ella tiene otros dos hijos: una hija, Lo-ruhamá, que significa “[A Ella]
No Se Le Mostró Misericordia”, y un hijo, Lo-ammí, que significa “No Mi Pueblo”. Jehová
dio estos dos nombres para indicar que ‘ya no mostraría misericordia de nuevo a la casa
de Israel’ y para recalcar que los rechazaba a todos como pueblo Suyo (1:2, 6, 9). Sin
embargo, los hijos de Judá e Israel, como “hijos del Dios vivo”, han de ser juntados a
unidad bajo un solo cabeza “porque grande será el día de Jezreel” (1:10, 11). El pueblo de
Dios volverá a Jehová y lo aceptará como esposo después que se haya limpiado de la
adoración adúltera de Baal (2:16). Jehová protegerá a Israel y se comprometerá con ella
para tiempo indefinido en justicia, en derecho, en bondad amorosa, en misericordias y en
fidelidad. De acuerdo con el nombre Jezreel (que significa “Dios Sembrará Semilla
[Simiente]”), Jehová promete: “Ciertamente la sembraré como semilla para mí en la tierra,
[...] y ciertamente diré a los que no son mi pueblo: ‘Tú eres mi pueblo’; y ellos, por su parte,
dirán: ‘Tú eres mi Dios’” (2:23). Como una esposa que se arrepiente de su adulterio, ‘Israel
volverá y ciertamente buscará a Jehová su Dios, y a David su rey’ (3:5).
10. ¿Qué resultado tendrá el que la nación haya rechazado el conocimiento?
Juicios proféticos contra Efraín (y Judá) (4:1–14:9). El primer versículo del
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capítulo 4presenta el marco de circunstancias en que se dan las siguientes advertencias
proféticas: “Jehová tiene una causa judicial con los habitantes de la tierra, porque no hay
verdad ni bondad amorosa ni conocimiento de Dios en la tierra”. ¿Qué resultado tendrá
esta condición? “Porque el conocimiento es lo que tú mismo has rechazado, yo también te
rechazaré de servirme como sacerdote; y porque sigues olvidando la ley de tu Dios, yo me
olvidaré de tus hijos, aun yo”, dice Jehová (4:1, 6). El espíritu mismo de fornicación ha
hecho que Israel se vaya vagando. Israel y Judá —asemejadas a rameras— tendrán que
rendir cuentas, pero buscarán a Jehová cuando se encuentren en “grave aprieto” (5:15).
11. ¿Qué suplica Oseas al pueblo, pero por qué significa ¡ay! para ellos?
Oseas suplica al pueblo: “Regresemos de veras a Jehová, porque [...] él nos sanará”.
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Jehová se deleita en bondad amorosa y conocimiento divino más bien que en sacrificios y
holocaustos, pero la bondad amorosa de Efraín y Judá es “como el rocío que se va
temprano” (6:1, 4). Efraín es “como una paloma simple sin corazón”. El pueblo acude a
Egipto y Asiria por ayuda en vez de acudir a Jehová (7:11). Eso significa ¡ay! para ellos. ¿Por
qué? Están holgazaneando, tramando lo que es malo, traspasando el pacto de Jehová y
transgrediendo Su ley. “Porque es viento lo que siguen sembrando, y un viento de
tempestad es lo que segarán” (8:7). Jehová recordará el error de ellos y les pedirá cuentas
por sus pecados. “Llegarán a ser fugitivos entre las naciones” (9:17). Israel es una vid que
degenera y cuyo corazón se ha hecho hipócrita. En vez de sembrar semilla con justicia y
segar según la bondad amorosa, Israel ha arado iniquidad y ha segado injusticia. “De
Egipto llamé a mi hijo”, recuerda Jehová (11:1). Sí, Él amó a Israel desde su niñez, pero
Israel lo ha rodeado con mentira y engaño. Jehová aconseja: “A tu Dios debes volver,
guardando bondad amorosa y justicia; y que haya un esperar en tu Dios constantemente”
(12:6).
12. a) ¿Qué resume Oseas en el capítulo 13? b) ¿Qué restauración se promete?
En el capítulo 13 Oseas resume todo lo que ha pasado antes respecto a la promesa
12
temprana de Israel y el cuidado tierno de Jehová, así como lo olvidadiza que es Israel y
cómo se vuelve finalmente contra Jehová la nación. Jehová declara: “Procedí a darte un rey
en mi cólera, y lo quitaré en mi furor” (13:11). Pero después habrá restauración: “De la
mano del Seol los redimiré; de la muerte los recobraré. ¿Dónde están tus aguijones, oh
Muerte? ¿dónde está tu poder destructor, oh Seol?” (13:14). Con todo, el destino de la
Samaria rebelde ciertamente será horrible.
13. ¿Con qué súplica concluye el libro de Oseas, y quiénes andarán en los caminos de Jehová?
El libro concluye con la súplica conmovedora: ‘Vuelve, sí, oh Israel, a Jehová tu Dios,
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porque has tropezado en tu error. Busca perdón, y ofrece en cambio los toros jóvenes de
tus labios. Jehová te mostrará misericordia y amor. Llegará a ser como rocío refrescante
para ti, y florecerás como el lirio y el olivo’. El sabio y discreto entenderá estas cosas:
“Porque los caminos de Jehová son rectos, y los justos son los que andarán en ellos; pero
los transgresores son los que tropezarán en ellos” (14:1-6, 9).
POR QUÉ ES PROVECHOSO
14. ¿Qué cumplimientos exactos de la profecía de Oseas debemos notar?
El libro de Oseas fortalece la fe en las profecías inspiradas de Jehová. Todo lo que Oseas
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profetizó respecto a Israel y Judá se realizó. Israel fue abandonada por las naciones vecinas
idólatras que habían sido sus amantes y segó el viento de tempestad de la destrucción a
manos de Asiria en 740 a.E.C. (Ose. 8:7-10; 2 Rey. 15:20; 17:3-6, 18.) No obstante, Oseas
había predicho que Jehová mostraría misericordia a Judá y la salvaría, pero no por poder
militar. Esto se cumplió cuando el ángel de Jehová mató a 185.000 de los asirios que
amenazaban a Jerusalén. (Ose. 1:7; 2 Rey. 19:34, 35.) Sin embargo, Judá estuvo incluida en
el juicio de Oseas 8:14: “Y ciertamente enviaré fuego en sus ciudades, y este tendrá que
devorar las torres de habitación de cada una”, una predicción que tuvo un terrible
cumplimiento cuando Nabucodonosor desoló a Judá y Jerusalén en 609-607 a.E.C. (Jer.
34:6, 7; 2 Cró. 36:19.) Las muchas profecías de restauración de Oseas se cumplieron cuando
Jehová unió a Judá e Israel y estas ‘subieron del país’ de su destierro en 537 a.E.C. (Ose.
1:10, 11; 2:14-23; 3:5; 11:8-11;13:14; 14:1-9; Esd. 2:1; 3:1-3.)
15. ¿Cómo aplican citas del libro de Oseas los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas?
Las referencias que hacen a la profecía de Oseas los escritores de las Escrituras Griegas
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Cristianas también son muy provechosas para nosotros hoy. Por ejemplo, al considerar la
resurrección Pablo da una aplicación impresionante a Oseas 13:14: “Muerte, ¿dónde está tu
victoria? Muerte, ¿dónde está tu aguijón?”. (1 Cor. 15:55.) Al destacar la bondad inmerecida
que Jehová expresa hacia los vasos de misericordia, Pablo cita de Oseas 1:10 y 2:23: “Es
como él dice también en Oseas: ‘A los que no son pueblo mío llamaré “pueblo mío”, y a la
que no era amada, “amada”; y en el lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”,
allí serán llamados “hijos del Dios vivo”’”. (Rom. 9:25, 26.) Pedro parafrasea estos mismos
pasajes de Oseas al decir: “Porque en un tiempo ustedes no eran pueblo, pero ahora son
pueblo de Dios; eran aquellos a quienes no se había mostrado misericordia, pero ahora
son aquellos a quienes se ha mostrado misericordia”. (1 Ped. 2:10.)
16. ¿Qué palabras de Oseas mencionó Jesús para mostrar los requisitos de Jehová para la adoración?
Así se ve que la profecía de Oseas no solo se cumplió en el regreso de un resto en los
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días de Zorobabel, sino también en el recogimiento misericordioso que ha efectuado
Jehová de un resto espiritual de personas que han llegado a ser ‘hijos amados del Dios
vivo’. Oseas vio por inspiración los requisitos que estos deberían satisfacer. No es
presentar una apariencia de adoración con ceremonia formal, sino, como se expresa
en Oseas 6:6 (lo cual Jesús mencionó en Mateo 9:13 y Mt 12:7): “En bondad amorosa me
he deleitado, y no en sacrificio; y en el conocimiento de Dios más bien que en
holocaustos”.
17. a) ¿Qué tiene que hacer cualquiera que caiga en adulterio espiritual? b) ¿Qué promesa gozosa
relacionada con el Reino contiene Oseas?
La ilustración de la esposa adúltera que de manera tan vívida se representó en la propia
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vida de Oseas muestra que Jehová abomina a los que se apartan de él para volverse a la
idolatría y la adoración falsa, y cometen así adulterio espiritual. Cualquiera que haya
tropezado y cometido un error debe volver a Jehová, mostrar arrepentimiento genuino y
‘ofrecer en cambio los toros jóvenes de sus labios’. (Ose. 14:2; Heb. 13:15.) Estas personas
pueden regocijarse con el resto de los hijos espirituales de Israel en el cumplimiento de la
promesa de Oseas 3:5, que se relaciona con el Reino: “Después los hijos de Israel volverán
y ciertamente buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y ciertamente vendrán
retemblando a Jehová y a su bondad en la parte final de los días”.