EL CANON
Hemos visto que Dios inspiró los diversos libros de la Biblia mientras su Espíritu dirigía a
los hombres que los escribieron.
Pero, fue necesario que sus contemporáneos y las generaciones posteriores
coleccionaran y conservaran los libros inspirados. Cuáles eran éstos y cómo fueron
reconocidos es asunto de que trata el Canon.
1. Definiciones
a) La palabra "canon" se deriva del vocablo griego “kanón”, que originalmente
significaba: una regla o vara de medir.
2)En hebreo “Kane” o “ganeh”.
Adquirió después el significado de norma, regla o precepto, como lo indica el uso que de
ella hace el apóstol Pablo en Gálatas 6:16 y Filipenses 3:16.
Con el tiempo los escritores cristianos le dieron al vocablo una acepción teológica,
aplicándolo primero a la enseñanza cristiana y después a la Biblia.
Orígenes usó la palabra para referirse a la regla de fe,
Atanasio de Alejandría fue el primero que la empleó para referirse al catálogo o lista de
libros reconocidos como Escrituras.
Después, se llamó canon también a la Biblia misma, ya que es el conjunto de los libros
que constituyen la norma de fe y conducta.
2. Necesidad de un canon
Entre las causas que hicieron necesaria la formación de un canon de las Escrituras
consideraremos aquí tres.
a. El mandamiento divino de conservar los escritos sagrados.
La primera causa fue que Dios mandó conservarlos, mandato que obedecieron los
sacerdotes, Josué y Samuel, así como los profetas y los escribas (Deuteronomio 10:4, 5;
17:18; 31:26; Isaías 30:8; Josué 24:26;1 Samuel 10:25; Romanos 3:2).
Un imperativo similar deben de haber sentido los primeros cristianos al conservar los
escritos apostólicos. Pedro, por ejemplo, conocía las epístolas de Pablo (2 Pedro 3:16).
b. La destrucción de las obras literarias judías y cristianas
La segunda causa fueron las guerras y persecuciones las cuales destruyeron gran parte
del patrimonio literario de los judíos y cristianos.
Por ello necesitaban saber que libros constituían la palabra inspirada de Dios y velar para
que no se perdieran ninguna de ellas.
En el siglo II AC, el rey seléucida Antíoco Epífanes procuró helenizar a los judíos y
aplastar su espíritu nacionalista. Eliminó sus ritos religiosos, cambió sus formas de vida y
trató de destruir su literatura sagrada. Después de una descripción de los esfuerzos
hechos en ese tiempo para introducir ritos paganos, 1 Mac. 1: 56, 57 dice lo siguiente
acerca de este punto:
"Rompían y echaban al fuego los libros de la Ley que podían hallar. Al que encontraban
con un ejemplar de la Alianza en su poder, o bien descubrían que observaba los
preceptos de la Ley, le condenaban a muerte en virtud del decreto real" (traducción de la
BJ).
En el año 303 d.C Diocleciano mando a confiscar los libros sagrados de los cristianos,
hubo muchos mártires por la persecución, y otra vez había necesidad de saber que
escritos eran canónicos.
c. La proliferación de los libros apócrifos
La última causa fue la proliferación de los libros apócrifos en el periodo intertestamentario
y hasta la época de los apóstoles.
En el periodo intertestamentario o “periodo de silencio” porque en esos 400 años Dios no
hablo a su pueblo por medio de los profetas, así surgieron los libros apócrifos. Y después
de Cristo porque el cristianismo comenzó a florecer y comenzaron a circular escritos de
los cristianos y literatura religiosa.
Los cristianos se veían en la necesidad de distinguir cuidadosamente entre los libros
canónicos de los que no lo eran con el fin de conservar los primeros y desechar los
últimos
Gracias al canon tenemos hoy una revelación de Dios completa y suficiente, completa:
porque no le falta ningún libro, y suficiente: porque no necesita de ningún otro.
3. La extensión del canon
No hay un criterio uniforme con respecto al número de libros que constituyen el canon:
El canon para los judíos éste está compuesto por 24 Libros: La ley o Torá, los profetas y
los escritos (no reconocen en Nuevo Testamento)
El canon para los protestantes o pentecostales está compuesto por 66 libros divididos en
AT 39 libros y NT 27 libros, no se reconocen los libros apócrifos.
El canon para los ortodoxos o católicos por 73 libros (los mismos 66 libros más los
apócrifos)
El canon completo no tiene que ser aquel que tenga más libros, sino aquél que tenga
todos los libros que Dios inspiro.
4. Determinación de la canonicidad
La cononicidad es la cualidad que posee un libro por el hecho de estar en el canon. Ahora
bien, ¿quiénes la determinan? ¿Por qué algunos libros fueron incluidos en el canon y
otros no?
Para responder a estos interrogantes consideraremos a continuación varios conceptos.
a. Los concilios determinan la canonicidad. la historia de Israel y de la iglesia nos
informa que lo sucedido fue más bien que los concilios simplemente confirmaron la
canonicidad de los libros que ya habían sido aceptados por judíos y cristianos,
respectivamente.
b. La antigüedad del libro no determina su canonicidad. Ya que libros más antiguos
que los canónicos, como el de "las batallas de Jehová" y el de Jaser, no fueron incluidos
en el canon (Números 21:14; Josué 10:13). Pero otros que en aquel entonces eran
nuevos, como los de Moisés, fueron aceptados mientras él vivía aún (Deuteronomio
17:18). Los escritos de Jeremías y Pablo fueron reconocidos como canónicos por Daniel y
Pedro, respectivos contemporáneos suyos (Daniel 9:2; 2 Pedro 3:15, 16).
c. El valor religioso del libro no determina su canonicidad. No podemos negar que
algunos libros apócrifos como Eclesiástico y el Pastor de Hermas tienen valor religioso
también; pero aun así no fueron incluidos en el canon.
d. Sólo Dios determina la canonicidad. Según muchos eruditos evangélicos, fue Dios y
no los hombres quien determinó cuáles libros serían canónicos. Estos se limitaron a
reconocer la canonicidad de cada libro. El argumento consiste en que un libro es canónico
porque Dios lo inspiró, puesto que por definición el canon de las Escrituras sólo contiene
libros inspirados (2 Timoteo 3:16).
No obstante, en la Biblia misma encontramos pruebas de que los formadores del canon
no se limitaron a reconocer la canonicidad de los libros, sino que también la determinaron.
Podríamos resumir que la inspiración de los libros no es la única razón determinante de
su canonicidad.
e. Una colaboración entre DIOS y los hombres. Podemos concluir que esta es la obra
de Dios y a la vez la de los hombres de Dios.
Dios inspiro los libros canónicos los autores fueron inspirados por Dios como instrumentos
y los copistas compiladores que hicieron adiciones supresiones y repeticiones en los
escritos inspirados, también. de tal modo que lo que ellos determinaron fue en realidad lo
que Dios determinó
5. Requisitos de un libro canónico
El canon solo contiene libros Inspirados.
¿cómo supieron los judíos y cristianos cuáles eran? los dirigentes eclesiásticos que
sucedieron a los apóstoles descubrieron cinco principios por los cuales se guiaron para
reconocer los libros canónicos.
a )Tienen autoridad.
La característica más importante de los libros canónicos es que afirman ser la palabra de
Dios. Esta autoridad es notoria en los libros de Moisés, de los profetas y de Pablo (Éxodo
20:1, Isaías 1:2, 1 Corintios 14:37) Por eso muy pronto fueron reconocidos por el pueblo
de Dios. En los libros históricos y poéticos la autoridad no es tan notoria, pero está
implícita. Por carecer de autoridad fueron rechazados los libros apócrifos.
b). Son proféticos.
Este requisito lo cumplen casi todos los libros del AT excepto algunos cuyo autor se
desconoce. En el NT, los evangelios de Marcos y Lucas, no fueron escritos por apóstoles,
pero contaron con su aprobación, o fueron su fuente. Pablo reconoce la canonicidad del
evangelio de Lucas al llamarlo Escritura (1 Timoteo 5:18.4) o que tuviera la autoridad
apostólica (2 Tesalonicenses, 2:2)
c). Son bíblicos.
Se conforman a la verdad previamente establecida por Dios, en otros libros de la Biblia.
Un libro que pretendía ser de Dios, debía concordar con otros libros ya reconocidos como
canónicos, si había discordancia era rechazado por apócrifo.
Esta concordancia de los libros canónicos (Los escritos proféticos debían concordar con
los libros de la Ley y los del NT con los libros del AT. Isaías 8:20) está plenamente
confirmada por la maravillosa unidad de la Biblia; (Hebreos 17:11) pero muchos apócrifos
fueron rechazados por contradecir las verdades enseñadas en aquéllos.
d). Tienen poder espiritual transformador
Un libro inspirado por Dios tiene el poder de producir una transformación espiritual en los
hombres (Isaías 55:10, 11; Hebreos 4:12).
Pablo aplicó este principio al AT y a los escritos del NT existentes hasta ese momento,
reconociéndoles así su canonicidad (2 Timoteo 3:16, 17).
Por carecer de este poder espiritual fueron rechazados muchos libros cuyas enseñanzas
eran buenas y hasta espirituales pero que a lo más constituían una repetición de las
palabras de los escritos canónicos. Entre éstos se hallan algunos libros apócrifos y los de
los llamados "padres" de la iglesia.
e). Fueron aceptados, leídos y recibidos por el pueblo de Dios.
Los libros canónicos, fueron leídos y recibidos como libros inspirados por todo el pueblo
de Dios. (reconocimiento universal de las iglesias) No siempre fue fácil esto, ya que la
mayoría de los libros del AT fueron escritos para los judíos de Palestina, los del NT fueron
escritos para comunidades palestinas, griegas y romanas, a veces muy distantes unas de
otras.
Es preciso recalcar que un libro era reconocido como canónico cuando lo aceptaba el
pueblo de Dios. No era necesario el reconocimiento de los incrédulos ni de los herejes,
pues éstos son incapaces de discernir las palabras de Dios, ya que solo se discierne
espiritualmente. (1 Corintios 2:14).
Papel relevante tuvo el Espíritu Santo, quien guió al pueblo de Dios a reconocer las
palabras de Dios en las palabras de los profetas y apóstoles. Así sucedió con el pueblo
hebreo cuando Moisés le leyó el libro del pacto y con los tesalonicenses cuando Pablo les
predicó (Éxodo 24:7; 1 Tesalonicenses 2:13)
LA FORMACIÓN DEL CANON
1. El canon del Antiguo Testamento
No es fácil trazar la historia del canon hebreo, sobre todo en la época que precedió al
cautiverio babilónico. Pero, hay ciertos indicios que nos proporcionan el mismo AT y la
subsiguiente historia de Israel.
a. Los libros canónicos y la literatura hebrea.
Los judíos nunca equipararon los libros canónicos con las demás obras de su literatura,
solo los canónicos los consideraron como la Palabra de Dios.
Además de los libros canónicos hubo otros, como el de "las batallas de Jehová", "los
hechos del rey Salomón" y "las crónicas de los reyes de Israel, (Números 21:14; 1 Reyes
11:41; 2 Reyes 15:31). Estos libros, jamás fueron tenidos por libros santos que
merecieran ser coleccionados y conservados. Otros se escribieron después de
completarse el canon; pero tampoco los judíos las confundieron con los libros que
estimaban como palabra de Dios.
b. Antigüedad de los libros canónicos.
Según distintas teorías, sostienen que los libros del AT se compilaron en tres etapas, que
se formaron las secciones de la Biblia hebrea: la ley, 400 a.C. los profetas, 200 a.C. y los
escritos, alrededor del 100 a.C.
Hay evidencias de que los libros sagrados fueron incorporados en el canon a medida que
se escribían.
1) La ley. Desde luego, el canon comenzó con los libros escritos por Moisés, aprox. 1500
a.C. fue una compilación conocida como "el libro de la ley”, los sacerdotes conservaron
junto al arca del pacto cuando Moisés vivía aún (Deuteronomio 17:18; 31:26).
Posteriormente fue guardado en el templo de Jerusalén. mil años antes del siglo IV a.C. y
atestiguado por los demás escritores del AT.
Josué, sucesor de Moisés, lo conocía y escribió en él (Josué 1:7, 8; 8:32; 24:26). David
ordenó a su hijo Salomón que lo obedeciera (1 Reyes 2:3). Josafat decretó que lo
enseñaran al pueblo (2 Crónicas 17:9). En el tiempo de Josías se halló el ejemplar que se
guardaba en el templo y tanto el rey como el pueblo le reconocieron su autoridad,
comprometiéndose solemnemente a obedecerlo (2 Reyes 22:8; 23:2,3). Durante el
cautiverio los judíos tenían copias de la ley (Daniel 9:11, 13).
2) Los profetas. La sección de los profetas está constituida por dos grupos: libros
históricos y libros proféticos.
La característica sobresaliente de los libros históricos es que los últimos se refieren a
hechos relatados en los que los preceden, dando testimonio así de la antigüedad y
canonicidad de éstos. Ejemplo: Jueces se refiere a sucesos relatados en el libro de Josué
(jueces 1:20, 21; 2:8). Rut alude a "los días en que gobernaban los jueces" (Rut 1:1). y los
dos libros de Reyes (un solo libro en la Biblia hebrea) consignan el cumplimiento de una
profecía registrada en el libro de Josué y se refieren a David, cuya vida se narra en 1 y 2
Samuel (1 Reyes 16:34; 3:14; 9:5; 2 Reyes 18:3).
También los libros proféticos se refieren a los que los anteceden. Así Miqueas cita a
Isaías, y Jeremías a Miqueas (Miqueas 4:1-3; Isaías 2:1-4; Jeremías 16:18).
3) Los escritos.
Los libros de los profetas dan testimonio de la existencia y canonicidad de la existencia y
canonicidad de los libros de los escritos, desde antes del siglo IV a.C. Ezequiel menciona
a Job (Ezequiel 14:14, 20). Samuel incluye el Salmo 18 (2 Samuel 22:1-51).
Crónicas tiene fragmentos de varios otros (1 Crónicas 16:7-36. En el tiempo del rey
Ezequías se había compilado la mayor parte de los Salmos y Proverbios (Isaías 38:20;
Proverbios 25:1).
c. Determinación del canon.
Según una tradición judía, fue Esdras quien, con la ayuda de los hombres de la Gran
Sinagoga, coleccionó y revisó por el 400 a.C. los libros canónicos que hasta entonces se
habían escrito. Algunos años después de Esdras, se incorporó al canon Malaquías, el
último libro del AT. Años más tarde se interpolaron algunas palabras en Crónicas y
Nehemías, completándose el canon hebreo.
Desde aprox. 380 a.C. los judíos, a quienes les fue confiada la palabra de Dios, no le han
añadido ningún otro escrito al canon. Después de los profetas Hageo, Zacarias y
Malaquías, el Espíritu Santo se apartó de Israel, los judíos no esperaban nuevos escritos
inspirados (periodo de silencio)
d. Confirmación del canon.
Es importante el testimonio de Jesús con respecto a la integridad del canon hebreo. En
sus disputas con los judíos atacó duramente sus tradiciones, pero nunca el canon de las
Escrituras. No hay el menor indicio que los acusara de haber añadido o quitado alguna
parte de la palabra de Dios. Jesús se refiere a todo el AT con la frase: “desde la sangre
de Abel hasta la sangre de Zacarías" (Mateo 23:35) También se refirió a todo el canon
mencionando las tres secciones que lo constituyen (Lucas 24:44) “era necesario que se
cumpliera todo lo que está escrito de mi en la ley de Moisés, en los profetas, y en los
Salmos” (Isaías 53:1-12: Oseas 6:2)
2. El canon del Nuevo Testamento
A diferencia de lo que sucede con el canon del AT, para trazar el desarrollo del canon del
NT contamos con datos valiosos.
a) Razones para tener un canon.
Hay otras razones específicas en relación con la necesidad de un canon del NT.
-Era preciso saber cuáles libros constituían la norma de fe y conducta porque algunas
iglesias usaban libros apócrifos en la lectura bíblica y en la enseñanza.
- Contar con el verdadero canon del NT para contrarrestar el efecto pernicioso de las
enseñanzas de Marción, heresiarca que por el año 140 había formado su propio canon
consistente sólo en un evangelio incompleto de Lucas y 10 epístolas de Pablo.
- Por la expansión de la iglesia en países extranjeros, hubo la necesidad de traducir las
Escrituras a los idiomas de los pueblos evangelizados. Esto creó a su vez la necesidad de
saber cuáles eran las Escrituras de los cristianos.
En las Iglesias debían ser leídas las cartas de los Apóstoles, pero se infiltraba falsa
doctrina, por ello era necesario determinar cuáles eran los libros canónicos del NT.
b. Evidencias de la formación de un canon.
Al igual que con el canon del AT, los libros canónicos fueron reconocidos a medida que se
escribían, de modo que por el año 100 d.C. el canon del NT ya estaba completo, si bien
siglos después fueron oficialmente aceptados por la iglesia.
Entre las evidencias de un canon en formación se destacan las siguientes:
1) Desde una época relativamente temprana hubo una selección de los hechos y dichos
de Jesús que serían consignados, se seleccionaron solo algunos de ellos, sino sería
imposible registrarlos a todos en tres años de Ministerio de Jesús. Juan, declara que
Jesús hizo muchas cosas que no están escritas en su Evangelio; pero tampoco están en
los otros (Juan 20:30; 21:25). y que los evangelios no registran todos los dichos de Jesús.
Hechos 20:35.
2) Los apóstoles ordenaron que las iglesias leyeran sus cartas, como en las sinagogas se
leían la ley y los profetas, ya en este tiempo los escritos apostólicos eran considerados al
mismo nivel de las escrituras del AT. (Col 4:16, 1°Tes 5:27. Apc 1:3 Hech 13:15)
3) Las iglesias debían creer y obedecer las palabras escritas por los apóstoles Prueba
que estaban revestidos de autoridad y constituían la norma de fe y conducta de los
creyentes (1° Corintios 14:37, Tesalonicenses 2:15)
4) Una vez leídos los escritos apostólicos, debían circular entre las iglesias mediante un
sistema de canje. Prueba que la autoridad de estos escritos se extendía más de sus
destinatarios locales. (Colosenses 4:16).
5) Las iglesias debían conservarlos para "tener memoria" de las cosas que se les había
enseñado (2 Pedro 1:15; 3:1-2; Judas 1:7)
6) Debian ser coleccionados, (2 Pedro 3:16)
7) Los apóstoles citaron los escritos de los otros apóstoles (1 Timoteo 5:18, Lucas 10:7, 2
Pedro 3;3 Judas 17.
c. Confirmación del canon.
Durante el siglo II Escritores cristianos, como Policarpo, Justino Mártir, Ireneo, y Clemente
de Alejandría, citaron a casi todos los libros del NT dando testimonio de su canonicidad.
-Las primeras traducciones del NT. Versión siríaca y la Antigua Versión Latina de
mediados del siglo II y contienen la mayoría de los libros canónicos.
-El canon más antiguo del NT descubierto hasta se halla en el Fragmento Muratoriano del
año 170 y menciona todos los libros del NT a excepción de Hebreos, Santiago y 1 Y 2
Pedro.
-Hubo ciertos libros del Nuevo Testamento de los cuales no se hizo mención,
- A principios del siglo III un importante documento llamado Códice Baracoccio. Este
contiene el primer canon de toda la Biblia, con una lista del AT, excepto Ester, y de todos
los del NT, excepto Apocalipsis.
-El historiador cristiano Eusebio de Cesárea (264-340) reconoció los 27 libros del NT, pero
los clasificó en dos grupos: 1) los aceptados por todos y 2) los "disputados", entre los
cuales incluyó Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan y Judas. A esta lista de libros disputados hay
que agregar Hebreos y Apocalipsis, cuya canonicidad también fue puesta en duda
durante un tiempo.
-hasta que en a 367 d.C Atanasio de Alejandría formó el primer canon definitivo de los 27
libros del NT.
-Después de varios Concilios, ratificaron la canonicidad de los 27 libros, los concilios no
confirieron ninguna autoridad a los libros canónicos, sino que se limitaron a reconocer la
que ya tenían desde que Dios los inspiró.
La dificultad que enfrentaron algunos libros para ser aceptados por toda la iglesia da
testimonio del cuidadoso escrutinio a que eran sometidos los libros canónicos.
- El canon no se debe sujetar a la Iglesia, nadie tiene autoridad sobre Dios, la iglesia debe
someterse a Él.