Un Pensamiento Diario
Un Pensamiento Diario
DIARIO
Para Legionarios
Un tema de oración
para cada día
P. FRANCIS J. RIPLEY
UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
Tradujo: María Mercedes Latorre. Título original: A Daily Thought for Legionaries. Con licencia
eclesiástica.
Revisado los textos conforme al Manual nueva edición 1997 por Luis Miguel.
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
PROLOGO
Desde un principio los Legionarios han seguido el reglamento que se encuentra en su Manual
Oficial. A medida que ha ido creciendo esta organización se ha ido aumentando dicho Manual.
Nada se ha incluido en él que no haya sido probado antes en la dura escuela de la experiencia
práctica. Pocos, tal vez ninguno, de los libros escritos en estos tiempos modernos han recibido
tantos elogios como el Manual Oficial de la Legión de María.
La presente obra tiene como fin mostrar algunas de las riquezas que contiene el Manual. Se han
seleccionado trozos en forma de pensamientos para cada día del año-concernientes a muchos
puntos de doctrina: el Cuerpo Místico de Cristo, la Sagrada Eucaristía como Sacrificio y como
Sacramento, Nuestra Señora, la Iglesia, el lugar que ocupa el sufrimiento en la vida espiritual y
otros. También trata de casi todas las virtudes, además de dar sabios consejos sobre técnicas
de apostolado.
El autor espera que esta selección ayudara a revelar, tanto a los socios como a cuantas
personas la lean, los tesoros que encierra el Manual. Hallarán aquí, en forma concreta, el
espíritu de un movimiento que ha llegado a ser, sin duda alguna, uno de los mayores fenómenos
que ha conocido la Iglesia, habiendo pasado ya por la dura prueba de la persecución.
Estos pensamientos pueden servir como base para la meditación. Santa Teresa de Ávila dijo
que es posible definir la oración como una conversación con Cristo. ¿Por qué no servirnos,
entonces, de lo que nos sugieren las valiosas joyas seleccionadas aquí para iniciar nuestra
conversación con Cristo y con su Madre? Por medio de la oración aceleramos el progreso de
nuestra santificación personal, que debe ser el primer objetivo de todo Legionario y fuente de
todo su celo apostólico.
La primera selección de pensamientos sacados del Manual fue hecha hace más de veinte años.
Desde entonces ha sido utilizada por los Legionarios y numerosas personas en todo el mundo.
Ahora, al ampliar nuevamente el Manual, ha surgido la oportunidad de ofrecer esta nueva
selección de pensamientos para cada día.
FRANCIS J. RIPLEY
Nota: Los números entre paréntesis que vienen a continuación de cada pensamiento se refieren
a la página correspondiente del Manual, según la edición española de 1997.
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UN PENSAMIENTO DIARIO
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ENERO
1. ¿Quién es Ésta, que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el
sol, terrible como un ejército formado en batalla? (Pág. 1).
2. La Legión de María es una asociación de católicos que, con la aprobación eclesiástica, han
formado una Legión para servir a la Iglesia en su perpetua lucha contra el mundo y sus fuerzas
nefastas, acaudillados por Aquella que es bella como la luna, brillante como el sol, y -para el
Maligno y sus secuaces- terrible como un ejército en orden de batalla: María Inmaculada,
medianera de todas las gracias. (Pág. 1).
3. Los legionarios ansían hacerse dignos de su excelsa y celestial Reina, y lo intentan mediante
su lealtad, sus virtudes y su valentía. (Pág. 1).
5. Este ejército mariano, ahora tan numeroso, tuvo los más humildes comienzos. No se formó
conforme a un plan preconcebido; brotó espontáneamente. Tampoco se formuló un proyecto de
reglas y prácticas. (Pág. 2)
6. Se fijó una tarde, y se reunieron unas cuantas personas, sin sospechar que habían de ser
instrumentos escogidos por la divina Providencia. (Pág. 2).
7. La mesa, alrededor de la cual se reunieron, tenía puesto un altarcito cuyo centro era una
estatua de la Inmaculada (de la Medalla Milagrosa). (Pág. 2).
8. Y allí quedó cristalizado todo lo que representa la Legión de María. La Legión es un ejército:
pues bien, allí estaba la Reina antes de reunirse ellos; estaba esperando el alistamiento de
aquellos que Ella ya sabía iban a venir. (Pág. 2).
9. Ella fue quien los escogió, y no al revés, y, desde entonces, ellos se han puesto en marcha y
luchan a su lado, sabiendo que el salir triunfantes y el perseverar guarda un ritmo exacto a su
unión con Ella. (Pág. 2).
10. ¡Qué portento! ¿Quién, al contemplar aquellas humildes personas, tan llanamente ocupadas,
hubiera podido suponer -ni al calor de la más loca fantasía- el destino que de allí a poco les
aguardaba? (Pág. 2-3).
11. ¿Quién sospechó jamás que entonces precisamente estaban fundando una organización
destinada a ser una nueva fuerza mundial, la cual, fielmente encauzada y aprovechada, en
manos de María, sería capaz de dar vida, esperanza y dulzura a las naciones? Con todo, así
había de ser. (Pág. 3).
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12. Sólo después de algunos años, en los que María dio pruebas señaladas de su amor
verdaderamente maternal, se echó de ver que no fue un rasgo menos delicado el que mostró
hacia la Legión, haciendo coincidir su fundación con la hora de su nacimiento. (Pág. 3).
13. Dice la Sagrada Escritura (Gén. 1, 5) que el primer día de la creación estuvo compuesto de
tarde y mañana; así, era muy propio que fuesen los primeros aromas de la Natividad de nuestra
Señora, y no los últimos, los que impregnaran la cuna de aquella organización, cuyo primero y
más constante empeño ha sido siempre reflejar en sí misma la semejanza de María como el
medio más eficaz para glorificar al Señor y hacerle llegar a los hombres. (Pág. 3).
14. La Legión de María tiene como fin la gloria de Dios por medio de la santificación personal de
sus propios miembros mediante la oración y la colaboración activa -bajo la dirección de la
Jerarquía- a la obra de la Iglesia y de María: aplastar la cabeza de la serpiente infernal y
ensanchar las fronteras del reinado de Cristo. (Pág. 4).
15. Después de contar con la aprobación del Concilium, y dentro de los límites prescritos por el
Manual Oficial de la Legión, ésta se pone al servicio del obispo diocesano y del cura párroco,
para cualquier obra social o de acción católica que, a juicio de dichas autoridades, pueda
contribuir al bien de la Iglesia, y esté al alcance de los legionarios. (Pág. 4).
16. Sin el consentimiento del párroco o del Ordinario, jamás emprenderán los legionarios
ninguna de esas obras en una parroquia. (Pág. 4).
18. De manera particular anhela la Legión imitar su profunda humildad, su perfecta sumisión, su
dulzura angelical, su continua oración, su absoluta mortificación, su inmaculada pureza, su
heroica paciencia, su celestial sabiduría, su amor a Dios intrépido y sacrificado; pero, sobre todo,
su fe: esa virtud que en Ella, y solamente en Ella, llegó hasta su más alto grado, a una
sublimidad sin par. (Pág. 6).
19. Animada la Legión con esta fe y este amor de María, no hay empresa, por ardua que sea,
que le arredre; ni se queja ella de imposibles, porque cree que todo lo puede (Imitación de
Cristo, lib. III cap. 3,5). (Pág. 6).
20. El servicio legionario debe ser "un sacrificio vivo, consagrado, agradable a Dios, y no
conforme a este mundo" (Rom. 12, 1-2) (Pág. 8).
21. La Legión de María toma su nombre de la legión romana, la cual es considerada todavía hoy,
después de tantos siglos, como dechado de lealtad, valor, disciplina, resistencia y poder
conquistador a pesar de haber empleado dichas cualidades para fines muchas veces ruines y
siempre mundanos (véase apéndice 4). Es evidente que la Legión de María no podrá de manera
alguna presentarse ante su Capitana sin estar adornada de tan preciosas virtudes. Sería el
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engaste sin la joya. De modo que las cualidades mencionadas expresan el mínimum del servicio
legionario. (Pág. 6).
22. Sobre esta base se levantarán en el alma de todo fiel legionario de María virtudes tanto más
excelsas cuanto más sublime es su causa comparada con la del antiguo ejército romano. Y,
sobre todo, vibrará su alma con esa noble generosidad que arrancó a santa Teresa esta queja:
"¡Recibir tanto, tanto, y devolver tan poco! ¡Ay, éste es mi martirio!" (Pág. 8).
23. Y contemplando a su Señor crucificado, a Aquel que le entregó hasta su último suspiro y la
última gota de su sangre, el legionario debe hacer el firme propósito de reflejar en su servicio
siquiera algo de tanta generosidad. (Pág. 8).
24. El servicio legionario no debe rehuir "trabajos y fatigas" (2 Cor. 11, 27) (Pág. 8).
25. El apostolado legionario impondrá el acercarse a muchas personas que preferirían alejarse
de toda sana influencia, y que no tendrán reparo en manifestar su desagrado, al ser visitadas por
aquellos que procuran el bien y combaten el mal. Y a estos seres hay que ganárselos; y eso no
será posible si no es poniendo en juego un espíritu paciente y recio. (Pág. 8-9).
26. Miradas aviesas; la punzada de la afrenta y del desprecio; ser el blanco del ridículo y de las
malas lenguas; cansancio del cuerpo y del espíritu; el tormento del fracaso y de la innoble
ingratitud; frío intenso, lluvias torrenciales; suciedad, insectos, malos olores, pasillos oscuros,
ambiente sórdido; el privarse de pasatiempos y cargarse de preocupaciones, que siempre se
acumulan en las obras de caridad; la angustia que se apodera de toda alma sensible a la vista
del ateísmo y de la depravación; la participación generosa en los dolores ajenos... Todas esas
cosas tienen poco de aparatosas; pero sobrellevadas con paciencia, más aún, consideradas
como goces, con perseverancia hasta el fin, vendrán a pesar en la balanza de la divina Justicia
casi tanto como el amor que excede a todo otro amor: el de aquel que da la vida por sus amigos
(Jn. 15, 13). (Pág. 9).
27. El legionario en su actuación debe proceder con amor, "igual que Cristo nos amó y se
entregó por nosotros" (Ef. 5, 2) (Pág. 9)
28. El secreto del éxito feliz en el trato con los demás está en establecer contacto personal con
ellos, un contacto de amor y simpatía mutua. (Pág. 9).
29. Toda obra, para ser realmente fructífera, debe radicar en cierta disposición del alma a darse
espontánea y totalmente a los demás. Sin ella, el servicio legionario carece de vida.
(Pág. 10).
30. El legionario que pone límites: "hasta ese punto me sacrificaré, más no", nunca saldrá de lo
trivial, por más esfuerzos que haga. (Pág. 10).
31. Teniendo esta pronta disposición -aunque ésta no se desarrolle en toda su eficacia, o sólo en
una mínima parte, fructificará, sin embargo, en obras portentosas. (Pág. 10).
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<Para Legionarios>
FEBRERO
1. El servicio legionario debe "correr hasta la meta" (2 Tim. 4, 7) (Pág. 10)
4. La perseverancia tiene que ser el sello que ha de llevar estampado cada acto que integra el
programa de acción de la Legión. (Pág. 10)
5. Salir airoso en cualquier empresa difícil depende del esfuerzo constante, y éste, a su vez, es
fruto de una voluntad indómita de vencer. (Pág. 11)
6. La Legión impone a cada cuerpo de ejército -y a cada soldado de ese cuerpo- la resolución de
negarse en absoluto a aceptar cualquier derrota, o a exponerse a ella por cierta tendencia a
considerar las varias empresas con lemas como éstos: "promete", "no promete", "irremediable".
(Pág. 11)
7. Calificar a primera vista como irremediable cualquier caso da a entender que, en lo que
respecta a la Legión, hay un alma de inestimable valor que se deja en libertad para que se
precipite a gran velocidad por el camino de la perdición. (Pág. 11)
8. La Legión, pues, se preocupa, ante todo y sobre todo, de proceder con resolución y vigor, y,
sólo secundariamente, de trazar un determinado programa de actividades. (Pág. 11)
9. A sus socios no les exige ni riquezas ni influencia social, sino fe sin vacilar; no pide hazañas,
sino esfuerzos constantes; no genio ni talento, sino amor insaciable; no fuerzas de gigante, sino
disciplina férrea. (Pág. 11-12)
10. El Servicio legionario tiene que ser un perpetuo ¡Adelante!, cerrándose total y
obstinadamente a todo desaliento; inconmovible como una roca en momentos de crisis, y
constante en todo tiempo; deseoso del éxito, pero humilde en su logro y desasido de él. (Pág.
12)
11. Luchando contra el fracaso, pero, si viene, sin arredrarse por él; al contrario, prosiguiendo la
lucha hasta resarcirse de las pérdidas, aprovechándose hasta de las dificultades de la
monotonía como de un campo donde desplegar su confianza y su resistencia ante un
prolongado asedio. (Pág. 12)
12. Pronto a la voz de mando; alerta aun sin ser llamado; y siempre, aun cuando no haya
combate ni se divise al enemigo, centinela incansable de los intereses de Dios. (Pág. 12)
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13. Con ánimo para lo imposible, pero contento de hacer de mero substituto. Nada demasiado
costoso, ningún deber demasiado humilde; para lo uno y para lo otro, la misma inagotable
paciencia, atención igualmente minuciosa, el mismo inflexible valor: cada obra, templada por la
misma áurea tenacidad. (Pág. 12)
14. Siempre de servicio por las almas; siempre dispuesto a socorrer a los débiles en sus
momentos de flaqueza, y vigilante para sorprender a los corazones endurecidos en sus escasos
momentos de debilidad, buscando sin descanso a los extraviados. (Pág. 12)
15. Olvidado de sí, al pie de la cruz ajena, y allí clavado, hasta que todo esté cumplido. (Pág. 12)
16. La Legión está cimentada sobre una gran confianza en Dios y en el amor que Él nos tiene a
nosotros, sus hijos. (Pág. 13)
17. Dios desea servirse de nuestros esfuerzos para gloria suya, y, a fin de que fructifiquen
constantemente, los quiere purificar. (Pág. 13)
18. Compenetrémonos, pues, con esta verdad; que, si algún buen propósito tenemos, Él lo ha
imbuido en nosotros, y si este propósito, con el tiempo, da frutos, es tan sólo porque Él no deja
por un momento de vigorizar nuestros brazos. (Pág. 13)
19. Más, muchísimo más que nosotros se interesa Dios por la feliz ejecución de la obra que
tenemos entre manos; más, infinitamente más que nosotros desea Él esa conversión que
buscamos. ¿Queremos ser santos? Él lo anhela incomparablemente más que nosotros. (Pág.
13)
20. Esta compenetración de nuestra voluntad con la de Dios, nuestro buen Padre, ha de ser el
firmísimo apoyo de todo legionario, en la doble empresa de su santificación personal y de su
servicio en favor de los demás. (Pág. 13)
21. Sólo la falta de confianza puede malograr el feliz resultado de la obra. Si tenemos fe
bastante, Dios se servirá de nosotros en la conquista del mundo para gloria suya. (Pág. 13)
22. Después de Dios, la Legión tiene su más firme apoyo en la devoción a María, aquel portento
inefable del Altísimo, como dice Pío IX. (Pág. 14)
23. Ella, más que nadie, es criatura suya, porque en Ella, más que en otra alguna, ha obrado su
Mano todopoderosa. Cuanto más hace por Ella, tanto más es hechura suya. (Pág. 14)
24. Desde toda la eternidad la asoció en su mente divina con el Redentor; la hizo entrar en los
misteriosos designios de su gracia, escogiéndola para Madre de su Hijo y de todos los que
estuviesen unidos a Él. (Pág. 14)
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25. Es imposible que ninguna oración o servicio de amor con que obsequiemos a María como a
Madre nuestra y Auxiliadora de nuestra salvación pueda redundar en menoscabo de Aquél que
quiso crearla así. Cuanto le ofrezcamos a Ella, llega a Dios íntegro y seguro. (Pág. 14)
26. María no es una simple mensajera, ha sido constituida por Dios como elemento vital en la
economía de su gracia; de suerte que su intervención le procura a Él una gloria mayor, y, a
nosotros, más copiosas gracias. (Pág. 15)
27. Y así como se complació el Eterno Padre en damos a María como abogada nuestra y en
recibir de sus manos nuestros homenajes, de igual manera se dignó hacerla Medianera de sus
gracias; es decir, el Camino por donde encauza el caudal de favores que tan a manos llenas
derrama su bondad todopoderosa, particularísimamente Aquel que es la causa y fuente de todos
ellos: la Segunda Persona Divina hecha hombre, nuestra verdadera Vida y única Salvación.
(Pág. 15)
29. Dios dio a María cuanto pudo darle, cuanto Ella era capaz de recibir, y se lo dio sin medida.
(Pág. 15)
MARZO
01. Dios nos ha dado a María como medio especialísimo de conseguir su gracia; porque ha
dispuesto que, cuando obramos unidos a Ella, tengamos más acceso a Él, y, en consecuencia,
mayores garantías de alcanzar sus dones. Realmente, así, nos sumergimos en la misma
pleamar de la divina gracia, ya que María es la Esposa del Espíritu Santo y el canal por el que
fluyen hasta nosotros cuantas gracias manan de la Pasión de Jesucristo. (Pág. 15)
02. No hay nada de cuanto recibimos que no lo debamos a una intervención positiva de María; la
cual, no contenta con transmitir nuestras súplicas, las hace eficaces para alcanzar cuanto piden.
(Pág. 15)
03. La primera voz profética de la Escritura, al prometernos a María, hizo ya mención de esta
Concepción Inmaculada, que forma parte de María, que es María. (Pág. 16)
04. La Legión aspira de todo corazón a ser el linaje de María, su Descendencia en el pleno
sentido de la palabra, porque en eso radica la promesa de la victoria. (Pág. 16)
05. Cuanto más se acentúa esa maternidad de María, más se intensifica la oposición a las
fuerzas del mal y la victoria es más completa. (Pág. 16)
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06. Somos verdaderos hijos de María, luego hemos de portarnos como tales: como hijos
pequeños, dependientes de Ella en todo. (Pág. 17)
07. A Ella debemos acudir para que nos alimente, nos guíe, nos instruya, cure nuestras
dolencias, nos consuele en nuestros pesares, nos aconseje en nuestras dudas, y nos conduzca
al buen camino cuando nos extraviemos, a fin de que, entregados totalmente a su cuidado,
crezcamos en la semejanza de nuestro Hermano Mayor, Jesús, y compartamos con Él su misión
de combatir el pecado y vencerlo. (Pág. 17)
08. María, como madre nuestra, es una realidad que ha de meditar la Legión día y noche para
que se dilate en nosotros la fe en su oficio maternal, y nos apremie a poner por obra nuestra
firme convicción y ardiente amor, haciéndonos dignos hijos de tan buena Madre. (Manual decima
edición de 1965. Pág. 14)
09. Uno de los deberes más sagrados de la Legión será manifestar exteriormente esta tan
acendrada devoción a la Madre de Dios, que tiene en su corazón. Pero, como la Legión no
puede actuar sino a través de sus miembros, ruega encarecidamente a cada uno de éstos que
asuma plenamente este espíritu, haciéndolo objeto de seria meditación y alma de su apostolado.
(Pág. 18)
10. Si esta devoción a María ha de ser verdaderamente un tributo legionario, es preciso que
constituya una parte integral de la Legión, un deber tan esencial a todos los socios como la junta
semanal o el trabajo activo; y, por lo tanto, todos han de participar en esta devoción con perfecta
unanimidad. (Pág. 18)
11. Si los legionarios no son como piedras vivas, que van entrando en la construcción del edificio
espiritual (1 Pe. 2, 5), entonces falla una parte esencial de la estructura de la Legión. Cada socio
que se enfríe en su amor a María será una piedra caída del edificio; y, si el espíritu general
decayera del primitivo fervor, la Legión vendría a ser no un refugio, sino una casa en ruinas: no
podría ya cobijar a sus hijos, y mucho menos sería hogar de nobleza y santidad, ni punto de
partida para empresas heroicas. (Pág. 18 - 19)
12. Es tan preciosa a los ojos de Dios esta unidad nacida del amor a la Virgen, que Dios le ha
conferido un poder irresistible. Pues, si sólo a un alma le vienen tan grandes gracias por este
camino real de la devoción a la Madre de Dios, ¿qué no ha de recibir toda una organización que
persevera en oración con María (Hch. 1, 14), con Aquella que todo lo ha recibido de Dios?
Participando -como participa- con Ella de un mismo espíritu, y entrando tan de lleno por Ella en
el plan divino sobre la distribución de las gracias. (Pág. 19)
13. La devoción que le tenemos a María -dice el P. Fáber- es limitada, mezquina y pobre; no
tiene confianza en sí misma. Por eso no se ama a Jesús, ni se convierten los herejes, ni se
ensalza a la Iglesia. Almas, que podrían ser santas, se marchitan y mueren; no se frecuentan los
sacramentos como es debido, ni se evangeliza con entusiasmo y fervor. (Pág. 20)
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14. Jesús está oscurecido porque María ha quedado en la penumbra. Miles de almas perecen
porque impedimos que se acerque a ellas María. Y la causa de todas estas funestísimas
desgracias, omisiones y desfallecimientos es esta miserable e indigna caricatura que tenemos la
osadía de llamar "nuestra devoción a la santísima Virgen". (Pág. 20)
15. Si hemos de dar fe a las revelaciones de los santos, Dios nos está urgiendo a que tengamos
a su bendita Madre una devoción más profunda, más amplia, más robusta; una devoción muy
otra de la que hemos tenido hasta el presente... Pruébelo cada uno por sí mismo, y quedará
atónito al ver las gracias que trae consigo esta devoción nueva: se obrará en su alma tal
transformación, que no le dejará mucho tiempo en la duda de su gran eficacia -insospechada
antes- como medio de poner a los hombres en el camino de su salvación y preparar el
advenimiento del Reinado de Cristo". (Pág. 20)
16. Si de tantos prodigios es instrumento la devoción a María, el principal empeño tendrá que
consistir en aplicar este instrumento, para manifestar a María al mundo. ¿Quién duda, entonces,
de que la Legión es la organización llamada a realizar tan grande empresa? (Pág. 21)
17. La Legión de María no considera presunción, sino justa medida de confianza, el creer que su
organización constituye -por decirlo así- un mecanismo apostólico que sólo requiere la dirección
de la Autoridad para conquistar al mundo entero, y ser, en manos de María, un órgano destinado
por Ella a ejercer su función de Madre de las almas, y perpetuar su eterna misión de aplastar la
cabeza de la Serpiente. (Pág. 21)
18. Ojalá se persuadieran de que sólo debido a una gracia especialísima de Dios han sido
llamados y escogidos para un oficio como éste, que se parece, y mucho, al mismo oficio
sacerdotal, ya que la Acción Católica no es otra cosa que el apostolado de los fieles seglares,
quienes, acaudillados por sus obispos, colaboran con la Iglesia y, en algún modo, completan su
ministerio pastoral (Manual décima edición de 1965. Pág. 17-18)
19. Mas, siendo la oración, el trabajo y el sacrificio las únicas armas de que se sirven cuantos
integran y promueven la Acción Católica, es evidente que están animados de un solo deseo —el
más noble que hallarse pueda—, el deseo de disponer los corazones para que venga a ellos el
Señor a establecer su Reinado; en una palabra: el de «restaurar todas las cosas en Cristo»
(Manual décima edición de 1965. Pág. 18)
20. Acuérdese, empero, de que su obra será, no sólo débil y vacilante, sino del todo infructuosa,
si no están inflamados y encendidos en el amor de sus hermanos y de su prójimo sin
distinciones, cual conviene a ciudadanos que son a la vez apóstoles (Manual décima edición de
1965 Pág. 18)
21. El bienestar moral de una población católica depende de que ésta cuente con un buen
núcleo de apóstoles, pertenecientes al estado laical pero imbuidos de un espíritu sacerdotal;
ellos procurarán al sacerdote unos eficaces puntos de contacto con el pueblo. Sin esta perfecta
compenetración del sacerdote y el pueblo no hay garantía de éxito, pues ambos se necesitan
mutuamente. (Pág. 64)
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22. Donde no se cultiva asiduamente el celo apostólico, se prepara el terreno para que surja otra
generación desprovista de todo interés por la Iglesia, de toda conciencia de responsabilidad para
con ella. (Pág. 64)
23. El cardenal Newman declara como un axioma: "En todo tiempo los cristianos seglares han
sido la medida del espíritu católico". (Pág. 64)
24. La Legión de María es el deber apostólico revestido de una forma tan atractiva y seductora,
tan palpitante de vida, que a todos cautiva; obra en todo conforme a la mente de Pío XI, es decir,
en absoluta dependencia de la Virgen Madre de Dios; toma siempre como base de reclutamiento
-y aun como clave de potencia numérica- las cualidades individuales del socio; está fortalecida y
protegida por abundante oración y sacrificio, y por la adhesión rigurosa a un reglamento; y, en
fin, colabora estrechamente con el sacerdote. (Pág. 66)
25. El apostolado legionario se apoya enteramente sobre el hecho de ser la misa y los
sacramentos los principales cauces por donde fluye la gracia -cuyo ministro esencial es el
sacerdote-, y como todos los esfuerzos y recursos de los legionarios deben encaminarse a
repartir este divino manjar entre las multitudes enfermas y hambrientas. (Pág. 66)
27. La idea del sacerdote rodeado de personas deseosas de compartir con él sus trabajos está
sancionada por el ejemplo supremo de Jesucristo: Jesús se dispuso a convertir al mundo
rodeándose de un grupo de escogidos, a quienes instruyó por sí mismo y comunicó su propio
espíritu. (Pág. 66-67)
28. ¿Qué hubiesen logrado los doce, perdidos como estaban en las inmensidades del mundo, de
no haber convocado a hombres y mujeres, a ancianos y jóvenes, diciéndoles: "Llevamos aquí un
tesoro celestial ayudadnos a repartirlo?" (Pág. 67)
29. Lo más urgente ahora es tener en cada parroquia un núcleo de seglares virtuosos, y, al
mismo tiempo, ilustrados, esforzados y verdaderos apóstoles. (Pág. 67)
30. El concepto legionario de la formación es el método ideal, empleado -según parece, sin
excepción- por todas las artes y profesiones. En vez de largas conferencias, el maestro coloca el
trabajo ante los ojos del aprendiz, y con demostraciones prácticas le indica cómo debe hacerse,
comentando los varios aspectos del trabajo conforme avanza. Luego el aprendiz se pone a
trabajar, y el maestro le va corrigiendo. De este método sale pronto e infaliblemente el artífice
adiestrado. (Pág. 72)
31. El hecho de ser los no católicos quienes en muchas partes se muestran más generosos que
los católicos en contribuir a obras de celo o de carácter social, crea para estos últimos una
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situación humillante y muy seria, porque, al ver que la Iglesia ocupa un puesto inferior,
aparentemente, tratándose de intereses espirituales, reciben una impresión deprimente, y en
muchos casos crea lamentables reacciones (Manual decima edición de 1965. Pág. 25).
ABRIL
01. Si la Iglesia, para defender los fueros de la verdad que se le ha confiado, se estancara en un
rutinarismo de precauciones y reparos, proyectaría sobre esa verdad sombras siniestras; sobre
todo a los ojos de la juventud, la cual se habituaría a buscar en empresas puramente mundanas
-y aun irreligiosas- el entusiasmo por ideales prácticos que anhela su corazón generoso. Se
haría un daño incalculable, y los efectos caerían como un castigo sobre las generaciones
futuras. (Pág. 70)
02. Aquí puede contribuir la Legión, trazando un programa de iniciativas, esfuerzo y sacrificio; un
programa tal, que logre cautivar para la Iglesia estos dos términos: idealismo y dinamismo,
haciéndolos servidores de la verdad católica. (Pág. 70)
03. Los muchos que se ofrezcan para un servicio fácil, no tardarán en desertar de la Legión, sin
dejar huella de su presencia; pero esos pocos que acuden a la voz de grandes y altas empresas
perseverarán, y poquito a poco su espíritu se comunicará a los muchos; y, con el tiempo, se
verificará el prodigio de conducir hasta la santidad a multitudes enteras, que antes se habían
negado aun a llevar una vida meramente buena. (Pág. 71)
04. Se debe ofrecer a todos los cristianos que sean capaces de ello ocasión para desarrollar su
vida apostólica; hoy, para impedir que la práctica de la religión se convierta en rutina o degenere
en materialismo, es imprescindible que el conjunto de la población experimente ese santo
estremecimiento, que sólo una obra de intensísimo apostolado puede producir en ella. (Pág.
214)
05. Mons. D. Alfredo O'Rahilly, después de estudiar las actividades de la Legión, no pudo menos
que escribir lo siguiente: "He hecho un gran descubrimiento, o, mejor dicho, lo he visto hecho ya:
en personas al parecer corrientes hay un heroísmo en estado latente; se descubre en ellas
verdaderas fuentes ocultas de energía". (Pág. 215)
06. El hecho de que el hogar es -humana y cristianamente- el punto estratégico; merece nuestra
máxima consideración. Ocupar el hogar es conquistar la sociedad. Más, para conquistar el
hogar, hay que ir a él. (Pág. 216)
07. ¿No afirma San Juan Crisóstomo que jamás pudo convencerse de que se salvarían los que
nunca habían hecho nada por salvar al prójimo? (Pág. 217)
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08. Un idealismo indefinido, que se reduce a exhortar a uno a que haga todo el bien que pueda
en torno suyo, sólo logra resultados igualmente indefinidos. (Pág. 218)
09. La Legión encarna sus ideales de conquista en una vida espiritual determinada, en una
forma concreta de oración, en un trabajo semanal bien precisado, en informes semanales
detallados, y -como se verá- en un éxito feliz comprobado. Y por último -pero es lo más
importante-, la Legión adopta como principio vital de este método su unión con María. (Pág. 218)
10. Desaparecido el ideal religioso, la aldea es un yermo espiritual, ¡y la ciudad también! Para
que vuelva a germinar la vegetación, bastará formar un pequeño grupo de apóstoles capaz de
irradiar el espíritu que les anima, capaz de establecer nuevas normas de conducta. (Pág. 220)
11. Por otra parte, ¿qué grado de intimidad -o contacto personal por lo menos- no se requerirá
para satisfacer la obligación que contrae el pastor con cada fiel encomendado a su cuidado?
San Carlos Borromeo solía decir que una sola alma es suficiente diócesis para un obispo. (Pág.
221)
12. "La Legión de María le depara al sacerdote dos bienes, ambos de igual valor. Primero: un
instrumento de conquista, que lleva la señal auténtica del Divino Espíritu; y yo me preguntaré:
¿acaso tengo el derecho de menospreciar un arma tan providencial? Segundo: un manantial de
agua viva capaz de renovar toda nuestra vida interior, y, naturalmente, esto me enfrenta con otra
pregunta: si se me ofrece un manantial tan puro y hondo, ¿acaso no tengo obligación de beber
de él?" (Guynot, canónigo). (Pág. 221-222)
14. Por lo tanto hay que llevar a cabo una invitación hacia el apostolado. Pero invitar sin
proporcionar los medios de respuesta es una tarea mínima, porque pocos de los que oigan esta
invitación tendrán posibilidad de trabajar por sí solos; de este modo hay que montar la
maquinaria en forma de una organización apostólica. (Pág. 215)
15. ¿Acaso dejamos la cosecha sin recoger sólo porque alguna mano torpe pueda estropear
unas cuantas espigas? Aquí se trata de cosechar almas: almas pobres, débiles, ciegas y tullidas;
almas con tanta necesidad, y en tan gran número, que se siente uno impulsado a creer que la
situación es irremediable. Con todo, el Señor nos manda que vayamos por calles y plazas,
caminos y senderos, en busca de estas pobres almas. (Pág. 222)
16. Tal vez se cometa alguna indiscreción. Hasta cierto punto, las imprudencias son
inseparables de todo lo que sea celo y vida. Ahora bien, hay dos modos de preverlas: la inercia
vergonzosa o la disciplina férrea. Un corazón noble, en el que vibre la voz compasiva de nuestro
Señor, al contemplar esas dolientes multitudes, rechazará con horror la primera, y, abrazándose
a la segunda, se entregará totalmente a salvar esas pobres almas desgraciadas. (Pág. 222)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
17. Un poco de energía, sin embargo, hará que esas dificultades -que parecen tan formidables al
principio- sean como un bosque: cerrado e impenetrable cuando se le mira de lejos, pero fácil de
penetrar al acercarse a él. (Pág. 222)
18. "El que no hace más que apuntar, nunca da en el blanco; quien no se echa al agua, nunca
sabrá nadar; ponerse siempre a salvo es señal de cobardía; un bien esencial disculpa muchos
defectos" (Newman). (Pág. 223)
19. Al hablar de una obra de la gracia, nadie se deje guiar tan ciegamente por tanta prudencia
que venga a cerrar los ojos a la misma existencia de la gracia. No hay que pensar en objeciones
y peligros sin reparar al mismo tiempo en el auxilio prometido. La Legión está cimentada sobre la
oración, trabaja por las almas, y pertenece en cuerpo y alma a María. Al tratar de la Legión, no
se hable ya de reglas humanas, sino de reglas divinas. (Pág. 223)
20. Ante todo y sobre todo, la Legión de María se vale -como medio esencial para sus fines- del
servicio personal activado por el influjo del Espíritu Santo; es decir, teniendo por primer móvil y
apoyo la divina gracia, y por último fin la gloria de Dios y la salvación de los hombres. (Pág. 74)
21. La santificación personal no es sólo el fin que pretende alcanzar la Legión, sino también su
principal medio de acción. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo
en él, ése da fruto abundante, porque sin mino podéis hacer nada (Jn. 15, 5). (Pág. 74)
22. Los grandes manantiales de agua -y cualquier fuente de energía- se malogran si no están
canalizados: de igual manera, el celo sin método y el entusiasmo sin orientaciones jamás traen
grandes resultados, ni interiores ni exteriores, y frecuentemente son poco duraderos. Reparando
en esto, la Legión ofrece a sus miembros, no tanto un programa de actividades, sino una norma
de vida. (Pág. 75)
23. La Legión provee de un reglamento exigente, en el cual tienen fuerza de ley muchas cosas
que, en otras organizaciones, serían tal vez de mero consejo o se sobreentenderían; y exige a
los socios un espíritu de puntual observancia de todos los detalles. (Pág. 75)
25. Según el criterio de la Legión, es legionario perfecto el que cumple en todo fielmente con el
reglamento, y no precisamente aquél cuyos esfuerzos se vean coronados por algún triunfo
visible o endulzados por el consuelo. (Pág. 76)
26. El punto más saliente del reglamento legionario es la obligación rigurosísima que la Legión
impone al socio de asistir a las juntas. Es el deber primordial, porque la junta es lo que da el ser
a la Legión. Lo que la lente es para los rayos solares, eso es la junta para los socios: los recoge,
los inflama, e ilumina todo cuanto se acerque a ella. (Pág. 77)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
27. La junta es el vínculo de unión: roto, o aflojado por falta de estima, los miembros se
dispersan y la obra cae por tierra. Y a la inversa: la organización ganará en fuerza en la medida
en que se respete la junta. (Pág. 77)
28. Esta junta semanal es el corazón de la Legión, de donde fluye su sangre para animar todas
sus venas y arterias. Es la central donde se engendra su luz y energía, el depósito que abastece
todas sus necesidades. Es, en fin, el gran acto de comunidad donde Alguien, fiel a su promesa,
se coloca invisiblemente en medio de ellos; donde se derrama sobre cada uno la gracia
particular necesaria para su trabajo. (Pág. 79)
29. La Legión pone su principal empeño no en realizar una obra particular exterior, sino en la
santificación interior de sus miembros. (Pág. 80)
30. Para conseguir esta santificación, cuenta en primer lugar con la asistencia regular a las
juntas: de tal modo se intercala en cada junta la piedad y devoción, que toda ella queda
impregnada de este espíritu. Pero, en segundo término, la Legión busca el desarrollo de este
espíritu en cada persona, por medio de las obras de apostolado. Lo quiere poner incandescente
para que luego irradie su calor. (Pág. 80).
MAYO
01. Una organización que logre comunicar tan gran ardor a sus miembros, tiene movilizada una
fuerza inmensa. En ella, el espíritu apostólico es dueño absoluto de todo su pensar, hablar y
actuar; y en sus manifestaciones externas traspasa los límites de tiempo y lugar. Por ella, las
personas más tímidas y, al parecer, menos aptas para luchar, adquieren una capacidad
extraordinaria de influir en los demás. (Pág. 81)
02. ¿Qué extraño, pues, que la Legión se llene de orgullo -como el general contemplando sus
posiciones bien defendidas-, al echar su mirada sobre los hogares, comercios, talleres, escuelas,
oficinas, y todo centro de trabajo o esparcimiento donde la Providencia le ha permitido colocar
un buen legionario? (Pág. 81)
03. Entre los socios que trabajan activamente por la Legión, los que pertenecen al servicio
auxiliar, y los que se benefician de la influencia de ambos, podría quedar abarcada una
población entera, y pasar ésta, de la rutina y el abandono, a que todos sus habitantes sean
miembros vivos y entusiastas de la Iglesia. (Pág. 82)
04. Toda una población, organizada para Dios: ¡qué ideal más sublime! Pero no se crea que
aquí soñamos con utopías: se trata de la cosa más práctica y realizable en el mundo hoy. ¡Si tan
sólo se alzaran los ojos y se extendieran los brazos...! (Pág. 82)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
05. Supóngase que en la sociedad penetra una fuerza que, difundiéndose como por contagio
saludable, enarbole en todas partes y haga atractivo al individuo el ideal del hombre sacrificado,
entregado a los demás y de elevadas miras; ¡qué cambio no se efectuaría! (Pág. 84)
06. La Legión tiene poder para interesar vivamente a los seglares en su religión, y para
comunicar a cuantos viven bajo su influencia un ardiente entusiasmo, con los siguientes frutos:
les hace olvidar las divisiones, desigualdades y antagonismos de la sociedad, les anima con el
deseo de amar y trabajar por todos los demás. (Pág. 84)
07. La Legión, ¿no os presenta ya en marcha un cuerpo de Caballería idealista, con el mágico
poder de hermanar a todos los hombres y llevarlos a grandes empresas en servicio de Dios?
(Pág. 86)
11. Ningún amor vulgar es capaz de tan grandes conquistas. Ni tampoco lo conseguirá un
catolicismo mediocre, que apenas logre mantenerse a flote. Sólo lo alcanzará un catolicismo que
ame de todo corazón a Jesucristo, su Señor, y, después, trate de verle y amarle en todos los
hombres, de cualquier clase y condición. (Pág. 88)
12. Esta soberana caridad de Cristo ha de llevarse a la práctica tan universalmente, que,
quienes la contemplen, se vean forzados a admitir que ella constituye un rasgo esencial de la
Iglesia católica, y no algo excepcional de unos cuantos miembros escogidos. Para esto es
preciso que dicha caridad resplandezca en la vida del común de los fieles. (Pág. 89)
13. María es el corazón de la Legión, y este corazón es fe y amor inefable. Con este
convencimiento, la Legión fija sus ojos en el mundo, y de inmediato nace una ardiente
esperanza: el mundo es de aquel que más le ame; y, volviéndose a su excelsa Reina, le implora
como en un principio: ¡Guíanos! (Pág. 89)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
17. San José fue cabeza de la Sagrada Familia, y desempeñó para con Jesús y María un
cometido especialísimo, y de primera categoría. El más grande de los santos, ejerce ahora el
mismo oficio, ni más ni menos, con relación al Cuerpo místico de Jesús y con relación a la
Madre de este Cuerpo místico. Ampara la vida y el desarrollo de la Iglesia, y, por consiguiente,
de la Legión. (Pág. 158)
18. La solicitud de san José solicitud no falla, es vital, animada como está por su preocupación
paternal; en influencia sólo le aventaja la maternidad espiritual de María, y así lo ha de reconocer
la Legión. Para que su amor despliegue toda su fuerza en nosotros, tenemos que abrimos del
todo a él, y amarle con un amor semejante al que él nos tiene. Jesús y María le fueron siempre
atentos y agradecidos por cuanto hizo por Ellos; de igual modo han de serle atentos
constantemente los legionarios. (Pág. 158)
19. San Juan, el discípulo preferido de Jesús, se nos presenta como dechado de devoción al
Sagrado Corazón, del cual estuvo pendiente hasta oír sus últimos latidos, hasta verle, después
de muerto, traspasado por una lanza. Pero también se nos mostró modelo de devoción al
Corazón Inmaculado de María: con entrega virginal hizo las veces del mismo Jesús, y siguió
dando a María pruebas de amor filial, hasta que Ella murió. (Pág. 159)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
20. La tercera Palabra que pronunció nuestro Redentor desde la cruz fue algo más que el mero
cumplimiento de un deber de piedad filial para con su desconsolada Madre. En la persona de
San Juan confió a María todo el género humano, en particular aquellos que se habían de unir a
Jesús mediante la fe. María fue, así, proclamada Madre de todos los hombres: entre ellos -
hermanos entre sí-, Jesús es el primogénito. (Pág. 159)
21. San Juan fue el representante de los demás, el primero en ser declarado hijo adoptivo de
María, y modelo para cuantos lo son como él. Es un santo a quien la Legión debería profesar la
devoción más cordial. (Pág. 160)
22. San Juan amaba a la Iglesia y a todos los fieles, y se entregó completamente a su servicio.
Fue apóstol y evangelista, y tuvo el mérito del martirio. Fue el sacerdote de María, y por eso es
el patrón por excelencia del sacerdote legionario, entregado a una organización que no tiene
más aspiraciones que ser copia viviente de María. (Pág. 160)
23. "Aunque Príncipe de toda la Corte Celestial, San Miguel es el más celoso en honrar y hacer
honrar a María, y está siempre a la expectativa, esperando recibir el honroso encargo de ir a
ofrecer sus servicios, por mandato de su Reina, a alguno de los siervos de Ella" (San Agustín).
(Pág. 161)
24. "María es la Generalísima de los ejércitos de Dios. Los ángeles constituyen la tropa más
gloriosa de Aquella que es terrible como un ejército formado en batalla" (Boudon, Los ángeles).
(Pág. 164)
25. San Juan Bautista fue el primer legionario y el prototipo de todos ellos: como precursor, fue
delante del Señor para prepararle el camino y enderezar las sendas; y fue también modelo de
firmeza inquebrantable por la causa de Jesucristo, por la que estuvo siempre pronto a morir, y
por la cual, de hecho, murió mártir. (Pág. 166)
27. La Visitación presenta por primera vez a nuestra Señora en su calidad de Medianera de la
divina Gracia, y a San Juan como el primero en beneficiarse de dicha mediación. No es extraño,
pues, que a San Juan se le mirara desde un principio como patrón especial de la Legión y de
cuanto la Legión emprende, en sus contactos personales, visitas, etc., porque todo ello no es
más que un esfuerzo para colaborar al oficio mediador de la santísima Virgen. (Pág. 166)
28. San Juan -elemento integrante de la misión de nuestro Señor- tiene que entrar
necesariamente en cualquier organización que busque perpetuar dicha misión. El Precursor
sigue siendo indispensable. Si no interviene para presentar a Jesús y a María, ¿quién sabe si
Ellos no querrían mostrarse? Este puesto especial que ocupa San Juan lo tienen que reconocer
los legionarios, y, por su fe en él, le deben facilitar que siga ejerciendo mediante ellos su labor
precursora. "Si Jesús es siempre El que ha de venir, San Juan es igualmente el que va delante;
pues la economía de la Encarnación histórica continúa a través del Cuerpo místico" (Daniélou).
(Pág. 167)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
29. "Como Príncipe de los Apóstoles, San Pedro es el patrón por excelencia de una organización
apostólica. Fue el primer Papa, pero representa toda la serie ilustre de Pontífices y al Padre
Santo actual. Cuando invocamos, pues, a San Pedro, volvemos a expresar la lealtad que
profesa la Legión a Roma, centro de nuestra fe, fuente de autoridad, disciplina y unidad" (Pág.
167)
30. Un alma que aspire a ganar a otras almas tiene que ser inmensa como los mares; para
convertir el mundo, es menester un corazón más grande que el mundo. Tal fue San Pablo desde
el día en que, repentinamente envuelto y alumbrado por una luz del cielo, se abrasó en
encendidas ansias de colmar el mundo del nombre y de la fe de Jesucristo. (Pág. 168)
31. Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la santísima
Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera ante de Ti, haz que cuantos a Ti acudieren para
pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido todo por Ella. Amén. (Pág. 154)
JUNIO
01. Señor, concédenos a cuantos servimos bajo el estandarte de María, la plenitud de fe en ti y
confianza en Ella, a las que se ha concebido la conquista del mundo. (Pág. 155)
02. Concédenos una fe viva, que, animada por la caridad, nos habilite para hacer todas nuestras
acciones por puro amor a Ti, y a verte y servirte en nuestro prójimo. (Pág. 155)
03. Una fe firme e inconmovible como una roca, por la cual estemos tranquilos y seguros en las
cruces, afanes y desengaños de la vida. (Pág. 155)
04. Una fe valerosa, que nos inspire comenzar y llevar a cabo sin vacilación, grandes empresas
por tu gloria y por la salvación de las almas. (Pág. 155)
05. Una fe que sea la Columna de Fuego de nuestra Legión, que hasta el fin nos lleve unidos,
que encienda en todas partes el fuego de tu amor, que ilumine a aquellos que están en
oscuridad y sombra de muerte, que inflame a los tibios, que resucite a los muertos por el
pecado; y que guíe nuestros pasos por el Camino de la Paz. (Pág. 155)
06. "Si tuviera un ejército que rezase el rosario, conquistaría el mundo". (Pío IX) (Pág. 169)
07. "Fue su poderosísima intercesión la que obtuvo para la Iglesia naciente aquella prodigiosa
difusión del Espíritu del divino Redentor" (MC, 110). Sin Ella ese fuego no se hubiera encendido
en los corazones de los hombres. (Pág. 170)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
08. El Magníficat es el canto triunfal de su humildad. Ahora, lo mismo que entonces, quiere Dios
depender para sus triunfos de la humilde Virgen de Nazaret, y quiere valerse de los que están
unidos a Ella para hacer grandes cosas en honra de su santo Nombre. (Pág. 170)
09. La Legión es esa hueste innumerable que avanza en orden de batalla, acaudillada por su
Reina, y que lleva sus insignias: "el crucifijo en la mano derecha; en la izquierda, el rosario; los
sagrados nombres de Jesús y María en el corazón, la modestia y mortificación en su porte". (San
Luis María de Montfort). (Pág. 171)
10. "Dios y la caridad son una sola cosa -dice san Bernardo- Allí donde no reina la caridad,
dominan las pasiones y apetitos del hombre de pecado. La antorcha de la fe, si no se enciende
con el fuego de la caridad, se apagará antes de que lleguemos a la felicidad eterna... No hay
virtud auténtica sin caridad". (Pág. 187)
13. "Aquellos que, por un generoso esfuerzo, se resuelven a obedecer, ganan grandes méritos,
pues la obediencia entraña un sacrificio parecido al martirio". (Pág. 198-199)
14. Esta es la heroica y dulce sumisión que la Legión exige a sus socios ante toda autoridad
legítima, sea cual fuere. (Pág. 199)
15. La Legión es un ejército -el ejército de la Virgen humildísima-, y como tal, es preciso que
muestre en su actuación, día a día, lo que tanto nos enseñan los ejércitos de la tierra: heroísmo
y sacrificio hasta la inmolación suprema. También a los legionarios de María se les pedirán
grandes sacrificios, y continuamente. No estarán llamados, tal vez, como los soldados de este
mundo, a ver destrozados sus cuerpos por las heridas y la muerte: han de subir gloriosamente
más alto todavía, a las regiones del espíritu. (Pág. 199)
16. Deben estar prontos a ofrecer sus sentimientos, su propio parecer, su independencia, su
orgullo y su voluntad, a los golpes de la contradicción, y a la misma muerte -lo cual supone una
sumisión total-, cuando lo exija la autoridad. (Pág. 199)
17. ¿Quién ha oído jamás que un cuartel cerrara sus puertas por temor de que sentara plaza
algún inepto? Precisamente, la formación militar tiene por fin manejar grandes masas de
hombres del tipo medio. (Pág. 212)
18. El reglamento legionario, henchido de piedad y resguardado por una disciplina rigurosa, está
hecho para estas personas ordinarias, no para superhombres. No se trata de recibir en la Legión
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
únicamente a ciertos individuos tan santos y tan prudentes en todo, que no representen, ni
remotamente, al tipo común del seglar. (Pág. 212)
19. Aunque la Legión no es sólo para gente joven; ésta es la que se debe buscar ante todo,
procurando satisfacer sus aspiraciones. La Legión habrá fracasado notablemente en su esfuerzo
el día en que deje de atraer a la juventud; un movimiento alejado de ella, no influirá en el futuro.
La juventud es la llave del porvenir. (Pág. 212)
21. La única manera de aprender realmente lo que es la Legión es entrar y trabajar en ella. Se
dan muchas conferencias para animar a los jóvenes al apostolado, pero tales conferencias, por
excelentes que sean, no son más que el esqueleto, en comparación con el cuerpo vivo de la
realidad. Es más: de poco valor es la intención o el deseo de comenzar a trabajar como
apóstoles, si no va acompañado de una formación práctica. (Pág. 261)
22. Aquel que era soberano Señor de hombres y ángeles de tal modo se humilló delante de sus
padres que, al ver cómo muchas veces encendía el hogar, guisaba comida, fregaba los platos o
traía agua de la fuente, le hubiéramos creído su esclavo en lugar de su hijo (Manual decima
edición de 1965. Pág. 117)
23. Hay que hacer ver a los socios que su santificación personal no sólo es el fin principal de la
Legión, sino también el principal resorte del apostolado legionario. (Pág. 265)
24. La Legión, que en sus ideas y en su estructura tiene la sencillez de la polea, de la palanca o
de cualquier otro medio de multiplicar la fuerza, tiene también el poder de comunicar vida a la
formación sistemática religiosa, convirtiéndola en fuerza motriz de toda empresa cristiana. (Pág.
266)
25. De ninguna manera puede considerarse como dotada de salud espiritual la localidad que no
esté fermentada por una buena ración de levadura apostólica. (Manual septima edición de 1964.
Pág. 116)
26. Según la definición del P. Raúl Plus, "cristiano es aquél a quien Dios ha confiado sus
seguidores". (Pág. 214)
27. Todos, jóvenes y ancianos, han de quedar firmemente convencidos de que la posesión de
los tesoros de nuestra santa fe lleva consigo la obligación de compartirlos, por todos los medios
a su alcance, con esa ingente multitud que yace en las tinieblas y sombras de muerte. (Manual
séptima edición de 1964. Pág. 119)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
28. Meditar seriamente en esta devoción, y practicarla con celo, es un deber sagrado para con la
Legión, y constituye un elemento esencial a la calidad de socio de la misma, debiéndose
anteponer su cumplimiento a toda otra obligación legionaria. (Pág. 22)
29. Un ejército -y la Legión lo es- pone todo su empeño en unir a los soldados con su caudillo
tan estrechamente que ejecuten pronta y concertadamente sus planes, obrando todos como un
solo hombre. Para esto sirven tantos y tan complejos ejercicios militares. Además, en un ejército
tiene que haber -y de hecho así ha sido en los más célebres de la historia- una adhesión
apasionada al jefe, que intensifique la unión de los soldados con él y haga fáciles los mayores
sacrificios impuestos por el plan de campaña. Del caudillo se puede decir que es el alma y la
vida de sus subordinados; que éstos le llevan en el corazón; que son una misma cosa con él
etc.: frases todas que revelan la eficacia del mando. Pues bien: si estas frases son expresivas de
lo que sucede en los ejércitos terrenales, más propiamente deberían aplicarse a los legionarios
de María, porque, si eso otro es fruto del patriotismo o de la disciplina militar, la unión entre todo
cristiano y María, su Madre, es incomparablemente más estrecha y verdadera. (Pág. 22-23)
30. decir que María es el alma y la vida del buen legionario es trazar una imagen muy inferior a
la realidad; esta realidad está compendiada por la Iglesia cuando llama a nuestra Señora Madre
de la divina gracia, Mediadora de todas las gracias, etc. En estos títulos queda definido el
dominio absoluto de María sobre el alma humana: un dominio tal y tan íntimo, que no es capaz
de expresarlo adecuadamente ni la más estrecha unión en la tierra: la de la madre con su hijo en
su seno. (Pág. 23)
JULIO
01. Comparaciones, sacadas de la misma naturaleza visible, nos ayudarán algo a conocer el
puesto que ocupa María en el obrar de la divina gracia. Sin corazón no circula la sangre; sin ojos
no hay comunicación con el mundo de los colores; sin aire, de nada vale el aleteo del ave, no
hay vuelo posible. Pues más imposible aun es que el alma, sin María, se eleve hasta Dios y
cumpla sus designios. (Pág. 23)
02. Esta dependencia nuestra de María es constante, aunque no la advirtamos, porque es cosa
de Dios, no una creación de la razón o del sentimiento humano. Con todo, podemos -y
debemos- robustecer esta dependencia más y más, sometiéndonos a ella libre y
espontáneamente. (Pág. 23)
03. Si nos unimos íntimamente con Aquella que -como afirma San Buenaventura- es la
dispensadora de la Sangre de nuestro Señor, descubriremos maravillas de santificación para
nuestras almas; brotará en nosotros un manantial de insospechadas energías, con las que
podremos influir en la vida de los demás. (Pág. 23)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
04. Aquellos que no pudimos rescatar de la esclavitud del pecado con el oro de nuestro mejor
esfuerzo, recobrarán -todos ellos, absolutamente todos- su libertad, cuando en ese oro engaste
María las joyas de la preciosa Sangre de su Hijo, que Ella posee como tesoro. (Pág. 23-24)
05. El legionario debe estar totalmente imbuido de esta influencia incesante de María; comience
con un fervoroso acto de consagración, y renuévelo frecuentemente con alguna jaculatoria que
lo compendie -por ejemplo: Soy todo tuyo, Reina mía, Madre mía, y cuanto tengo tuyo es-; hasta
llegar, a fuerza de repetidos y fervientes actos, a poder decir que "respira a María como el
cuerpo respira el aire" (San Luis María de Montfort). (Pág. 24)
06. En la santa misa, la sagrada comunión, visitas al Santísimo, el santo rosario, vía crucis y
otros actos de piedad, el legionario debe procurar identificarse -por decirlo así- con María, y
mirar los misterios de nuestra redención con los ojos de Aquella que los vivió juntamente con el
Salvador y tomó parte en todos ellos. (Pág. 24)
07. Si imita así a María; si le vive agradecido; si se alegra y se duele con Ella; si le dedica lo que
Dante llama "largo estudio y gran amor"; si la recuerda en cada oración, en cada obra, en cada
acto de su vida íntima; si se olvida de sí y de sus propias fuerzas y habilidades, para depender
de Ella; si es así y actúa así, tan henchido quedará el legionario de la imagen y del conocimiento
de María, que él y Ella no parecerán sino un solo ser. (Pág. 24)
08. Perdido en las inmensidades del alma de María, el legionario participará de su fe, de su
humildad, de su corazón inmaculado, con todo su poder de intercesión; y pronto, muy pronto, se
verá transformado en Cristo, meta suprema de la vida. (Pág. 24)
09. María, a su vez, corresponderá a la generosa entrega del legionario; entrará Ella misma a
participar en todas sus empresas apostólicas, derramará por medio de él su ternura de Madre
sobre las almas, y no sólo le dará la gracia de ver en aquellos para quienes trabaja y en sus
hermanos legionarios a la persona de Jesucristo, sino que, en su mismo trato con ellos, le
inspirará aquel finísimo amor y delicada solicitud que Ella prodigó al cuerpo físico de su divino
Hijo. (Pág. 24)
10. Al ver la Legión que sus miembros están hechos así copias vivientes de María, se proclama
Legión de María, destinada a compartir con Ella su misión salvadora en este mundo, y a ser
coronada con su triunfo. (Pág. 24)
11. La Legión es el instrumento activo visible de Aquella que es temible como un ejército en
orden de batalla, y que se esfuerza denodadamente por el alma de cada hombre. (Pág. 25)
12. Las acciones bélicas de los Legionarios son ajenas a este mundo, y que, por lo tanto, han de
conducirse, no según la táctica militar de este mundo, sino del cielo. (Pág. 25)
13. La humildad desempeña un papel único en la vida de la Legión. Primero, como instrumento
esencial del apostolado legionario: el principal medio de que se vale la Legión para su obra es el
contacto personal, y no le será posible ni realizar ni perfeccionar este contacto sino mediante
~ 24 ~
UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
socios dotados de modales henchidos de dulzura y sencillez, que sólo pueden brotar de un
corazón sinceramente humilde. (Pág. 25-26)
14. Sin humildad no puede haber acción legionaria eficaz. (Pág. 26)
15. Todas las demás virtudes derivan de la humildad su valor. (Pág. 26)
16. Sólo a la humildad le concede Dios sus dones, y los retira en cuanto ella desaparece. De la
humildad brota la fuente de todas las gracias: la Encamación. (Pág. 26)
17. En su Magníficat dice María que Dios hizo en Ella alarde del poder de su Brazo, es decir: usó
con Ella de toda su omnipotencia. Y da la razón: su humildad. Ésta fue la que atrajo la mirada de
Dios sobre María, y la que le hizo descender a la tierra para acabar con el mundo viejo e
inaugurar otro nuevo. (Pág. 26)
18. María era humildísima porque, al mismo tiempo, se veía también redimida, y más
enteramente que todos los demás hijos de Adán; y jamás perdía de vista que sólo debido a los
méritos de su Hijo estaba Ella adornada de tantas gradas y dones. (Pág. 26)
19. La esencia de la verdadera humildad consiste en ver y reconocer, con toda sencillez, lo que
realmente es uno delante de Dios; en entender que uno, por sí mismo, no tiene como propio
suyo más que el pecado, y que todo lo demás es don gratuito de Dios. (Pág. 26)
20. Sin humildad es de todo punto imposible conseguir los dos fines de la Legión: la santificación
personal de sus miembros y la irradiación de la santidad en el mundo. (Pág. 27)
21. Sin humildad no puede haber santidad; ni puede haber apostolado legionario, porque le
faltaría su alma: la unión con María. Es que la unión lleva consigo alguna semejanza; mas sin
humildad -la virtud característica de María- no puede haber semejanza con Ella y, por lo tanto,
tampoco unión. (Pág. 27)
22. La unión con María es la condición indispensable de toda acción legionaria: su fundamento,
su raíz, y como el terreno donde germina; si falta ese terreno de la humildad, es hasta
inconcebible pensar que pueda darse y fructificar esa unión. La vida del legionario se irá
secando como una pobre planta. (Pág. 27)
23. El corazón de cada legionario es el primer campo de batalla donde moviliza la Legión sus
tuerzas. Cada socio tiene que luchar consigo mismo primero, y derrocar el espíritu de orgullo y
amor propio que se alza en su corazón. Y, ¡cómo cansa la lucha contra la raíz de todos los
males dentro de nosotros mismos! (Pág. 27)
24. Legionario: esa mano fuerte te la tiende María; no te fallará, porque está firmísimamente
arraigada en la humildad. (Pág. 28)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
25. Si eres fiel en practicar el espíritu de absoluta dependencia de Maria, irás por un camino
ancho y recto, un camino real que lleva a la humildad, a esa humildad que San Luis María de
Montfort llama "el secreto de la gracia, tan poco conocido, pero capaz de vaciarnos de nosotros
mismos pronta y fácilmente, llenamos de Dios y hacernos perfectos". (Pág. 28)
26. El legionario, para volver los ojos a María, necesariamente tiene que apartarlos de sí mismo;
María toma por su cuenta ese cambio y le da un valor nuevo más alto: lo transforma en muerte
del yo pecador, condición dura, pero necesaria, de la vida cristiana (Jn. 12, 24-25). (Pág. 28)
27. Si a María, tan rica en perfecciones -hasta el punto de ser llamada por la Iglesia Espejo de
Justicia- y dotada de tan ilimitado poder en el reino de la gracia, la vemos postrada de rodillas
como simple esclava del Señor, ésta y no otra deberá ser la actitud de su legionario. (Pág. 28)
28. Habiéndose entregado a sí mismo y todos sus bienes -espirituales y temporales- en manos
de María, para que de todo disponga Ella, el legionario deberá continuar sirviéndola con el
mismo espíritu de generosidad. (Pág. 28)
30. La conciencia de colaborar con María lleva consigo la persuasión de la propia insuficiencia:
pues, ¿qué ha aportado el legionario, sino su miseria y debilidad? (Pág. 28)
31. ¿Dónde hallará el legionario en sí mismo cosa digna de aprecio? ¿Cómo distraer sus ojos
con la vista de su propio valer, si está totalmente absorto en el amor y contemplación de su
excelsa Reina? (Pág. 28 - 29)
AGOSTO
01. El legionario ha tomado a María como modelo, y aspira a imitar su perfectísima pureza de
intención. (Pág. 29)
02. Desde que uno se apropia de los criterios de María, uno busca sólo a Dios, ya no caben
proyectos de vanidad ni intereses de recompensa. (Pág. 29)
03. Sometido en todo a María, el legionario desconfía de sus impulsos naturales, y presta oído
atento a las secretas inspiraciones de la gracia. (Pág. 29)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
05. No podemos andar escogiendo de Él sólo lo que nos agrade: no podemos aceptar al Cristo
de la gloria sin aceptar también en nuestras vidas al Cristo del dolor y de la persecución; porque
hay un solo Cristo, que no puede ser dividido. (Pág. 30)
06. Si queremos llevar a María con nosotros, como San Juan, el discípulo amado (Jn. 19, 27), ha
de ser toda entera. Si queremos quedarnos sólo con un aspecto de su ser, es fácil que se nos
escape totalmente. Luego nuestra devoción a María tiene que mirar todas las caras de su
personalidad y misión, y tratar de reproducirlas. (Pág. 30)
07. Nuestra unión con María es lo único que hará a nuestra devoción lo que debe ser. Y esta
unión significa necesariamente comunión de vida con Ella. Y la vida de Ella no consiste
principalmente en ser objeto de nuestra admiración, sino en comunicamos la gracia. (Pág. 30)
08. Toda la vida y todo el destino de María es la Maternidad, primero de Cristo y luego de los
hombres. Ése es el fin para el que la Santísima Trinidad, después de una deliberación eterna, la
preparó y la creó; así lo afirma San Agustín. En el día de la Anunciación comenzó Ella su
maravillosa misión, y desde entonces ha sido la madre hacendosa, atenta a las tareas de su
casa. (Pág. 30-31)
09. La santísima Virgen podría declarar: Yo soy el Apostolado, casi del mismo modo que dijo: Yo
soy la Inmaculada Concepción. (Pág. 31)
10. Esta maternidad espiritual es su función esencial y su misma vida: si no participamos en ella,
no tenemos con María verdadera unión. Por lo tanto, asentemos el principio una vez más: la
verdadera devoción a María implica necesariamente el servicio de los hombres. María sin la
Maternidad y el cristiano sin el apostolado son ideas análogas: ambas son incompletas, irreales,
insustanciales y contrarias al Plan de Dios. (Pág. 31)
11. Legión no descansa -como algunos suponen- sobre dos principios: María y el apostolado;
sino sobre María como principio único, que abarca el apostolado y, bien entendida, toda la vida
cristiana. (Pág. 31)
12. La única manera eficaz de querer ser apóstoles es emprender el apostolado. Una vez dado
el paso, viene luego María a tomar nuestra actividad, y la incorpora a su Maternidad. (Pág. 31)
13. Tratando -como tratamos aquí- de trabajar con María y por María tan mancomunadamente,
es menester que le ofrezcamos a Ella lo más que podamos y lo mejor; es preciso que
trabajemos con tesón, con habilidad, con delicadeza. (Pág. 32)
14. Los legionarios no son, en manera alguna, simples instrumentos de la acción de María, son
sus verdaderos colaboradores, que trabajan con Ella para la redención y el enriquecimiento de
los hombres. Y en esta colaboración, cada uno suple lo que le falta al otro. (Pág. 33)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
15. El legionario aporta su actividad y sus facultades humanas es decir, todo su ser-; María
contribuye con cuanto Ella es, limpiamente, con todo su poder. Ambos han de colaborar sin
reserva: si el legionario es fiel al espíritu de este contrato, María nunca fallará. (Pág. 33)
16. Quien vive haciendo cálculos en el orden espiritual descenderá a planos cada vez más
mezquinos, y, al fin, se encontrará con las manos vacías. (Pág. 34)
17. No lo olviden nunca los legionarios: no trabajan directamente por conseguir buenos
resultados; trabajan por María, y no importa si la tarea cuesta o no cuesta. El legionario debe
darse de lleno a toda obra que se le encargue, consagrándole lo mejor que tiene, sea mucho o
poco. Sólo así se merece que venga María a cooperar plenamente, y que haga -si fuere preciso-
verdaderos milagros. (Pág. 34-35)
18. Si uno no puede dar de sí más que poco, pero ese poco lo da de todo corazón, seguro que
acudirá María con todo su poder de Reina, y cambiará ese débil esfuerzo en fuerzas de gigante.
Y si, después de hacer cuanto estaba a su alcance, todavía queda el legionario a mil leguas de
la meta deseada, María salvará esa distancia, y dará al trabajo de ambos felicísimo remate.
(Pág. 35)
19. Aunque se diera el legionario a una obra con intensidad diez veces mayor de la que es
menester para dejarla perfecta, no se desperdiciaría ni una tilde de su trabajo. Pues, ¿acaso no
trabaja sólo por María, y por llevar a cabo los planes y designios de su Reina? (Pág. 35)
20. El superávit lo recibirá María con júbilo, lo multiplicará increíblemente, y abastecerá con él
las apremiantes necesidades de la casa del Señor. Nada se pierde de cuanto se confía en
manos de la hacendosa Madre de familia de Nazaret. (Pág. 35)
21. Sería de desear que los legionarios perfeccionasen su devoción a la Madre de Dios, dándole
el carácter distintivo que nos ha enseñado San Luis María de Montfort -con los nombres de La
Verdadera Devoción o la Esclavitud Mariana- en sus dos obras: La Verdadera Devoción a la
santísima Virgen y El Secreto de María. (Pág. 36)
23. Si a María no se le da posesión real y absoluta de esa vida -no de algunos minutos u horas
simplemente-, el acto de consagración, aunque se repita muchas veces, no vendrá a valer más
de lo que puede valer una oración pasajera. Será como un árbol que se plantó, pero que no
arraigó. (Pág. 37)
24. A cambio del generoso sacrificio que se hace mediante esta Devoción, entregándose uno
voluntariamente como esclavo de amor a Jesús por medio de María, se gana el ciento por uno
prometido a cuantos se despojan de sí mismos para que Dios sea glorificado más y más. (Pág.
39)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
25. En manos de María todo está bien guardado. Ella, Guardiana de los tesoros del mismo Dios,
¿acaso no sabrá conservar y mejorar los intereses de quienes ponen en Ella su confianza?
Arroja, pues, en la gran arca de su maternal corazón, juntamente con el haber de tu vida, todas
sus obligaciones y deberes -todo el débito-. (Pág. 39-40)
26. Vayamos, pues, a María con nuestros pobres panes y pececillos; pongámoslos en sus
manos, para que Jesús y Ella los multipliquen, y alimenten con ellos a tantos millones de almas
como pasan hambre en el desierto de este mundo. (Pág. 41)
27. El legionario tiene que aprender a penetrar con la mirada más allá de la niebla de los
sentimientos naturales, y mirará las cosas en su verdadera perspectiva sobrenatural. Cuanto
más se parezca su trabajo a una cruz y al sufrimiento, tanto más lo debe apreciar. (Pág. 225)
28. El legionario es un soldado. El deber no ha de ser para él cosa de menos valor que para un
soldado de la tierra. Todo lo noble, sacrificado, caballeresco y enérgico del carácter militar ha de
tener en el legionario de María su más alta representación. Esas cualidades han de reflejarse en
su trabajo legionario. (Pág. 225)
29. La unión íntima con María es fundamental en todo trabajo legionario. Pero también es
esencial que esa obra tenga por fin el infundir -en aquellos por quienes se trabaja- un
conocimiento y amor a María tales, que les muevan a emprender algo en su servicio. (Pág. 226)
30. La Virgen santísima "está asociada a los divinos misterios, y bien puede llamarse la
Guardiana de los mismos, pues sobre Ella, como sobre el más excelso fundamento después de
Jesucristo, descansa la fe de todas las generaciones" (San Pío X, AD, 3). (Pág. 226)
31. "El que trabaja por las almas no las verá fructificar en obras de virtud y santidad, a medida de
sus sudores, hasta tanto que la devoción a la augusta Madre de Dios llegue a echar en ellas
hondas raíces". (Pío X) (Pág. 226)
SEPTIEMBRE
01. A esto se le llama comúnmente respeto humano, pero es más propio cobardía. Si no se
reacciona contra ella, todo trabajo quedará reducido a una insignificancia. Miremos en torno
nuestro y veamos los estragos que causa esta timidez. (Pág. 337)
02. ¡Un legionario sin valentía! Habría que decir aquello de San Bernardo: "¡Vergüenza ser
miembro delicado bajo una cabeza coronada de espinas!" (Pág. 338)
03. El olvido de sí mismo debe ser la base de toda obra solidaria; sin él, hasta los apóstoles más
comprometidos pueden ser un peligro para la organización. (Pág. 229)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
04. El legionario debe oponer a cada impulso de la envidia esta reflexión: "Esa persona que me
duele ver ensalzada es mi Señor; luego he de sentir como el Bautista: Mi gozo ha llegado a su
colmo porque Jesús está ensalzado, aunque sea a costa mía. A él le toca crecer; a mí,
menguar". (Pág. 230)
05. El verdadero apóstol verá siempre con agrado el adelantamiento de los que le rodean; jamás
se le ocurrirá interpretar el crecimiento ajeno como menoscabo propio. Por consiguiente, no
tiene nada de apóstol quien quiere que suban los demás sólo a condición de que no le hagan
sombra a él. (Pág. 231)
06. Dios ha hecho a María -dependiente de Cristo e inseparable de Él- raíz, desarrollo y
florecimiento de la vida sobrenatural. (Pág. 232)
07. Tanto dista el apostolado cristiano de una campaña indefinida "para hacer el bien" como el
cielo de la tierra. (Pág. 235)
08. "Un hombre te encontrará por la calle y te pedirá un fósforo. Ponte a hablar con él, y a los
diez minutos te estará preguntando sobre Dios" (Duhamel). Pero ¿por qué no asegurarse de ese
contacto vital adelantándose a pedirle el fósforo? (Pág. 236)
09. El Legionario debe ser devoto de la Sagrada Eucaristía que es, en frase de Pío XI, la fuente
misma y la inspiradora perenne de la Acción Católica. (Manual decima edición de 1965. Pág.
161)
10. Es siempre el Espíritu Santo quien regenera al mundo, y por Él son concedidas todas las
gracias, hasta la gracia individual más insignificante; pero Él las concede valiéndose de María
cada vez y siempre. El Hijo Eterno se hizo hombre por obra del Espíritu Santo en María. Por esa
obra la humanidad está unida a la Santísima Trinidad, y María misma ocupa un puesto distinto y
único con relación a cada divina Persona. (Pág. 43)
11. Entre Jesús y María importó más la unión de sus almas que su relación física, que fue
secundaria. Aun separados físicamente luego de nacer Jesús, su unión espiritual no quedó
interrumpida, sino que alcanzó nuevas e inconcebibles profundidades de intercomunión
estrechísima; tanto, que la Iglesia ha podido proclamar a María no sólo la Colaboradora de la
Segunda Divina Persona -es decir, la Corredentora de nuestra salvación, la Mediadora de la
gracia-, sino, también hoy, "semejante a Él". (Pág. 44)
12. Relación de María con el Espíritu Santo. Es comúnmente llamada su templo, su santuario, su
sagrario, pero estos términos no llegan a expresar la prodigiosa realidad. La realidad es que el
Espíritu Santo se ha unido tan íntimamente con María que la ha ensalzado a una dignidad
inferior únicamente a la de Él. (Pág. 44)
13. El Espíritu Santo se ha asociado tan íntimamente a María, la ha hecho tan una con Él, la
anima hasta tal punto con Él mismo, que se puede afirmar que el Espíritu Santo es como el alma
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
14. A la misa, pues, ha de recurrir el legionario que desee para sí y para otros copiosa
participación en los dones de la Redención. (Pág. 48)
15. Los legionarios realizan su labor en unión con María. Esto es especialmente aplicable
cuando toman parte en la celebración Eucaristía. (Pág. 48)
16. La Eucaristía es el centro y la fuente de la gracia, por lo tanto debe ser la clave del esquema
legionario. La actividad más ardiente no tendrá valor alguno si olvida por un momento que su
principal objetivo es establecer el reino de la Eucaristía en todos los corazones. (Pág. 51)
17. María es la Madre de ese Cuerpo místico. Y, así como en otro tiempo anduvo solícita por
remediar las necesidades materiales de su divino Hijo, arde también ahora en deseos de
alimentar su cuerpo espiritual; porque tan Madre es de éste como de aquél. (Pág. 52)
18. El legionario debe valerse de todos los recursos que estén a su alcance para despertar en
los hombres el conocimiento y amor al Santísimo Sacramento, y para destruir el pecado y la
indiferencia que los tienen retraídos de Él. Cada comunión que se consiga es un beneficio
inconmensurable. (Pág. 52)
19. El bautismo nos une con Cristo mediante los lazos más estrechos que se pueden imaginar.
Entendamos bien que, aquí, místico no quiere decir ilusorio. Nos asegura la Escritura: somos
miembros de su Cuerpo (Ef. 5, 30); y de ahí resultan unos deberes santos de amor y servicio de
los miembros para con la Cabeza, y de los miembros entre sí (1 Jn. 4, 15-21). (Pág. 55)
21. Los varios oficios que ejerció María alimentando, criando y prodigando amor al cuerpo físico
de su divino Hijo, los continua ejerciendo ahora en favor de todos y cada uno de los miembros
de su Cuerpo místico, tanto de los más altos como de los más ínfimos. (Pág. 57)
22. No son propiamente los legionarios quienes se valen de la ayuda de María, para mejor servir
a los demás miembros del Cuerpo místico: es Ella quien se digna servirse de ellos. (Pág. 57)
23. La medida de nuestra unión con María será la medida de la perfección con que pondremos
en práctica el precepto divino de amar a Dios y de servir al prójimo (1 Jn. 4, 19-21). (Pág. 58)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
24. Para apreciar qué forma de servicio debería caracterizar a los legionarios en la vida del
Cuerpo místico, nosotros hemos de mirar a nuestra Señora. Ha sido descrita como su propio
corazón. Su papel, como el del corazón del cuerpo humano, es enviar la sangre de Cristo para
que recorra las venas y arterias del Cuerpo místico llevándole la vida y crecimiento. Es ante todo
un trabajo de amor. Pues, a los legionarios, como realizan su apostolado en unión con María, se
les llama a ser uno con Ella en su papel vital, como el corazón del Cuerpo místico. (Pág. 58-59)
25. La vida para ser fructuosa exige el complemento del dolor, como exige cualquier tejido el
cruzar de la trama para completar la urdimbre. Aparentemente, el dolor contraría y frustra al
hombre; pero, en realidad, le favorece y perfecciona. (Pág. 60)
26. Tanto más útil a Dios será el hombre cuanto más íntima sea la unión de éste con el divino
Corazón: de esta fuente beberá copiosamente la sangre redentora, para luego distribuirla. (Pág.
61)
27. Seria inconsecuente e indigno dar la bienvenida al Rey de la Gloria y rechazar al Varón de
dolores, porque los dos no son más que un mismo Cristo. El que no quiera acompañarle en la
Cruz, no tendrá parte en su misión evangelizadora, ni participación en la gloria de su triunfo.
(Pág. 61)
28. Cuando se reúne un buen número de cristianos para trabajar por el Señor, y sus cualidades
se complementan mutuamente, Él mostrará más perfectamente, a través de ellos, su gloria y su
poder. (Pág. 147)
29. "Al pasar nuestras buenas obras por las manos de María, reciben un aumento de pureza y,
por consiguiente, de mérito y valor satisfactorio e impetrador; y, gracias a eso, resultan más
poderosas para aliviar a las almas del purgatorio y para convertir a los pecadores, que si no
hubiesen pasado por tan inmaculadas y generosas manos". (Pág. 111)
30. Las intenciones de María son los intereses del Sagrado Corazón. Estas intenciones abarcan
todas las necesidades de la Iglesia, cubren el apostolado en todo su ámbito, se extienden al
mundo entero, y, también, aprovechan a las almas detenidas en el purgatorio. Preocuparse por
las intenciones de María es tener solicitud por todas las necesidades del Cuerpo místico de
Jesús. (Pág. 113-114)
OCTUBRE
01. El deber legionario exige de cada socio la ejecución de un trabajo legionario activo y sólido,
hecho con espíritu de fe y en unión con María, en forma tal que, en las personas por quienes
trabaja y en sus propios compañeros, María vea y sirva de nuevo a la Persona de nuestro Señor.
(Pág. 124)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
02. La vida legionaria consiste esencialmente en un generoso esfuerzo por hacer las cosas con
la mayor perfección posible. (Pág. 133)
03. La Legión posee en este espíritu de disciplina -que la caracteriza- un tesoro que puede
compartir con los de fuera. Es un don de inestimable valor, porque el mundo oscila inútilmente
entre esos dos polos opuestos: la tiranía y el libertinaje. (Pág. 136)
04. La armonía es la exteriorización del espíritu de amor en la junta, y tiene que ser la virtud
soberana de la misma. La eficacia, tal como la entiende la Legión, nunca excluye la idea de
armonía. (Pág. 140)
05. Por principio, cada praesidium debería estar realizando algún trabajo que se pueda llamar
heroico. Aun en los comienzos deberá procurarse encontrar a dos miembros con ánimo para tal
aventura, prontos para ejecutarla. (Pág. 271)
06. El legionario les educará en el apostolado del sufrimiento, y les enseñará a interesarse por
las realidades del mundo espiritual, ofreciendo todo el valor de sus sufrimientos por el remedio
de las innumerables necesidades de este mundo, llevando a cabo de esta manera una campaña
irresistible: irresistible porque combina la oración con la penitencia. (Pág. 278)
07. No debería haber abismos donde la Legión no quiera penetrar en busca de la oveja
descarriada. (Pág. 281)
08. Mientras la Legión no pueda afirmar en cada uno de sus centros -y con toda certeza- que los
socios conocen personalmente, y con eficacia apostólica, a cada individuo de los niveles más
degradados, el trabajo de dicho centro debe considerarse como a medias, y hay que multiplicar
los esfuerzos hasta conseguirlo. (Pág. 281)
09. Ningún aventurero en busca de las cosas peregrinas y preciosas de la tierra ha de perseguir
el anhelo de su corazón con más afán que el legionario a estos desgraciados del mundo. Los
esfuerzos del legionario son, tal vez, para estos desamparados la única oportunidad de su vida
eterna. (Pág. 281)
11. La sinceridad y dulzura importan más que el mucho saber. La sabiduría tiende con
frecuencia a abismarse en profundidades difíciles de entender, o a seguir caminos intrincados
que no llevan a ninguna parte; mientras que un sencillo "No lo sé", confesando la propia
limitación, mantendrá el diálogo sobre terreno firme. (Pág. 292)
12. El único partido que debe tomar el legionario es insistir en reducir la controversia a términos
más concretos y sencillos. Dios ha dejado al mundo un mensaje: lo que llamamos religión. Pues
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
esta religión es la Voz del mismo Dios, que necesariamente ha de ser una voz clara, consistente,
infalible en sus enseñanzas, y que afirme tener el apoyo de la autoridad divina. (Pág. 293)
13. La mera diversión da como resultado una formación deficiente de los jóvenes, aun
admitiendo que, con ella, "se libran de cosas peores". Y si, como dice el refrán, "poca diversión y
mucho trabajo, chico sin desparpajo", también se puede añadir a este dicho: "mucho jugar y
nada estudiar, el chico en golfo ha de parar". (Pág. 289)
14. Anhelo con vivas ansias que la Comunión diaria, tan provechosa para el alma y tan grata a
Dios, se propague, por la divina gracia, entre todo el pueblo cristiano (san Pío X) (Manual
decima edición de 1965. Pág. 272)
15. Toda acción heroica, ejecutada en nuestra condición de católicos, tiene un efecto que
podríamos llamar electrizante con relación al medio ambiente de cada localidad. Nadie -ni
siquiera los impíos- puede sustraerse al impacto causado por semejante heroísmo, que impulsa
a tomar la religión con más seriedad. Esas normas nuevas de vida dejarán una huella firme en la
conducta de la población entera. (Pág. 305)
16. "Indudablemente, la compasión que mostramos hacia los pobres, aliviando sus necesidades,
es muy encomiada por Dios; pero ¿quién negará que ocupa un puesto mucho más eminente el
celo y esfuerzo que se encamina a instruir y a persuadir, y de este modo colmar a los hombres,
no de los bienes pasajeros de la tierra, sino de aquellos que duran para siempre?" (AN). (Pág.
347)
17. La Legión actúa siempre movida por el ansia de llegar a cada individuo en particular, de
incluir en la órbita de su apostolado no sólo a los negligentes o a los católicos, a pobres y
desgraciados, sino a TODOS. (Pág. 348)
18. Nadie, aunque parezca el más insensible y desesperado, quedará indiferente ante la fe, el
valor y la perseverancia del legionario. (Pág. 348)
20. Sólo se conseguirá mover a las personas a emprender obras de celo o piedad visitándolas
por largo tiempo y usando con ellas de gran paciencia. (Pág. 349)
21. Afirma el padre Fáber que un santo vale por un millón de católicos mediocres, y Santa
Teresa dice que una sola alma todavía no santa, pero que trabaja para serlo, es más preciosa a
los ojos de Dios que miles de almas que llevan una vida rutinaria. (Pág. 349)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
22. Ni uno solo de los visitados debería quedar al mismo nivel en que se le encontró. Nadie hay
tan bueno que no pueda estrechar muchísimo más su unión con Dios. (Pág. 349)
23. A menudo irán los legionarios a visitar a personas incomparablemente más santas que ellos;
pero ni aun entonces deben vacilar en su convicción de poder hacerles mucho bien. (Pág. 349)
24. Ya traten, pues, con santos, ya con pecadores, sigan los legionarios adelante, en la
persuasión de que no están allí sólo con su pobreza espiritual, sino como representantes de la
Legión de María, "unidos con sus pastores y sus obispos, con la Santa Sede y con Cristo"
(UAD). (Pág. 349)
25. En cada obra que se emprende, hay que proponerse la realización de un bien notable y
concreto. Si se puede, hágase mucho bien a muchos; si no, hágase mucho bien a un número
más reducido; pero nunca debemos contentarnos con hacer un poco de bien a muchos. (Pág.
349-350)
26. El secreto de la influencia es el amor. Repitámoslo con insistencia: sólo si se establecen las
bases para la intimidad entre los visitados y los visitantes, puede esperarse un bien verdadero y
extenso. (Pág. 350)
27. Se esforzará el legionario en ver a nuestro Señor en la persona del prójimo -es decir, en
todos los hombres sin distinción-, y cumplirá su servicio con altura de miras. Los malvados, los
ingratos, los estúpidos, los afligidos, los despreciados, los marginados por la sociedad, los que
más nos repugnan: todos ellos han de ser mirados con esta nueva luz sobrenatural. Estos sí que
son los más humildes entre los hermanos de Jesucristo, merecedores -según las palabras del
divino Maestro- de nuestro homenaje y servicio. (Pág. 350-351)
28. Siempre tendrá en cuenta el legionario que no va a visitar a un inferior, ni siquiera a un igual,
sino a un superior, como criado a su Señor. (Pág. 351)
29. Se ha dicho que lo que más enaltece a la caridad es el saber compenetrarse con el dolor
ajeno. En este desventurado mundo nuestro no hay don más necesario que éste, "pues la
mayoría de los hombres padecen cierto sentimiento de desamparo: no gozan de la felicidad,
porque nadie se preocupa de ellos, nadie quiere escuchar sus problemas" (Duhamel). (Pág. 353)
31. El oficio del legionario nunca debe ser el de juez o crítico. Considerará con qué ojos de amor
miraría la Virgen santísima todas esas circunstancias y personas; y se esforzará por obrar como
obraría Ella. (Pág. 355)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
NOVIEMBRE
01. Para despertar esta simpatía, hay que anticiparse en mostrarla; es necesario amar a quienes
se visita. Si se quiere influir en los espíritus de una manera eficaz, no vale andar por otro
camino, ni usar de otra diplomacia, ni abrir con otra llave. (Pág. 351)
02. María desea ver prodigado al Cuerpo místico de su divino Hijo aquel mismo amor que Ella
prodigó a su cuerpo físico. Vendrá en auxilio de sus legionarios, para que cumplan este deseo; y
dondequiera que vea en ellos una chispa de este amor, el ansia de amar de esta manera, allí
acudirá Ella para transformarla con su soplo en fuego abrasador. (Pág. 352)
03. "A los hombres sólo se les conquista con el amor y el cariño, con el ejemplo callado y
prudente, que ni humilla ni obliga a rendirse por la fuerza. A nadie le gusta ser atacado por aquél
que sólo sueña en vencer" (Josué Borsi). (Pág. 356)
04. Impedir un solo pecado grave justificaría los más arduos esfuerzos, aun durante toda la vida;
porque, con ello, no habría ningún alma que no recibiese un aumento de gracia. Y puede ser que
ese pecado impedido determine el destino eterno de un alma, o sea el primer impulso de un
proceso de elevación espiritual que, con el tiempo, cambie la vida de todo un pueblo, que pase
de ser ateo a verdaderamente creyente. (Pág. 357)
05. La obra del Señor llevará el signo distintivo del mismo Jesucristo: la cruz. Toda obra que no
lleve la huella de la cruz difícilmente podrá acreditarse de obra sobrenatural, y nunca será
verdaderamente fructífera. (Pág. 358)
06. Aquellas mismas circunstancias que, según nuestro limitado entender humano, parecen
impedir que las condiciones de obrar sean las mejores -y que consideramos fatales para el
porvenir de la obra-, no solamente dejan de ser obstáculo para que triunfe dicha obra, sino que
son elemento esencial para su triunfo; no son señal de flaqueza, sino marca de garantía; ni un
freno, sino un estímulo que alimenta el esfuerzo y le ayuda a conseguir su objetivo. (Pág. 358)
07. Siempre ha sido del divino agrado hacer alarde de su poder sacando resultados felices de
las condiciones más adversas, y sirviéndose de los más débiles instrumentos para ejecutar sus
mayores designios. (Pág. 358)
08. "El mayor obstáculo al apostolado es la pusilanimidad, o, mejor dicho, la cobardía de los
buenos". (San Pío X) (Pág. 361)
09. "¡Dios aleje de nosotros la serenidad de los ignorantes! ¡Dios aparte de nosotros la paz de
los cobardes!" (De Gasparin). (Pág. 362)
10. Cuando Cristo dijo "a todas las criaturas", quiso decir a TODAS. Tenía delante de Sí, a cada
hombre particular; por él, para redimirlo, vivió y murió.
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
11. Nuestro Señor no manda que convirtamos a todos los hombres, pero si que nos acerquemos
a cada uno. Lo primero no está a nuestro alcance; pero lo segundo -el acercarnos a todos- no es
imposible. (Pág. 368)
12. Hay que emprender la obra del apostolado como cualquier otra obra que exceda la
capacidad del individuo; es decir, hay que movilizar y organizar hasta que los comprometidos
sean suficientes. (Pág. 368)
13. Este esfuerzo por alistar a otras personas para que unan sus esfuerzos a los nuestros, es
elemento vital de nuestro deber común. Y este deber incumbe, no solamente a las altas
jerarquías de la Iglesia, no sólo a los sacerdotes, sino a todo legionario y a todo católico. El día
en que saltase de cada creyente una sola chispa de verdadero fuego apostólico será testigo de
una conflagración universal. (Pág. 368)
15. Para el legionario de fe sencilla y animosa habrá pocos fracasos, aunque el o ella trabaje en
los lugares más oscuros y llenos de maldad. (Pág. 370)
17. Hágase el bien en cualquier parte y todos saldrán beneficiados, basta con abrir brecha en un
punto cualquiera. (Pág. 370)
18. Hay que prodigar infinita paciencia y dulzura a cada alma, cuyo valor es inestimable. (Pág.
333)
19. hay que desterrar del apostolado legionario todo lo que suene a dureza. Las cualidades
esenciales del éxito -sobre todo con marginados y pecadores- son la compasión y una dulzura
inalterables. (Pág. 333)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
20. En los roces de la vida nos persuadimos constantemente de que tal o cual persona merece
un reproche o una palabra dura; llevamos esta persuasión a la práctica, y luego nos pesa. (Pág.
333)
21. ¿Por qué no recordar a tiempo que esas malas disposiciones provienen precisamente de un
trato duro, bien merecido sin duda? La florecilla que hubiera abierto su corola al suave calor de
la dulzura y la compasión, se cierra apretadamente al contacto de un clima frío. (Pág. 334)
23. Para el legionario no hay más que una manera de hacer la obra de Dios: proceder con
suavidad y dulzura. (Pág. 334)
24. "Si el pecador se limitase con su pecado a arrojar a Cristo de sí, podríamos tal vez
consentirle marchar. Pero es que -en frase aterradora de la Escritura- el pecador toma a Cristo
en sus manos y vuelve a crucificarle, haciendo burla de Él (Heb 6, 6); y esto en manera alguna
podemos consentirlo". (Pág. 335)
25. Si el acero más templado se funde al calor del soplete, ¿habrá corazón tan duro que no se
ablande, abrasado continuamente por la llama de tan sincero amor? (Pág. 335)
26. "La Iglesia no tiene otra razón de existir que la de extender por el mundo el Reinado de
Cristo, y la de hacer partícipes a todos los hombres en la obra salvadora de nuestra Redención"
(Pío XI). (Pág. 372)
27. Triste cosa es que los católicos vivan en medio de multitudes que no son de la Iglesia, y que
pongan tan poco de su parte para hacerlas entrar en ella. (Pág. 372)
28. Es preciso llevar la fe a cuantos viven fuera de la Iglesia. Las timideces, los respetos
humanos y las dificultades de todo género han de ser arrolladas por el ansia suprema de repartir
el tesoro santo de nuestra fe entre aquellos que no lo poseen. (Pág. 372)
29. El tiempo pasa, y arrastra a la humanidad en su impetuosa corriente. Vayamos sin dilación
en socorro suyo; porque, si no nos apresuramos, salvaremos tal vez a otros hombres, pero no a
esos que se habrán hundido ya en el abismo de la eternidad. (Pág. 373)
30. Para que el trato con los hombres dé resultado, tiene que ser personal e íntimo. (Pág. 374)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
DICIEMBRE
01. "Es ley del mundo espiritual dice Federico Ozanam- que un alma eleve a otra atrayéndola a
sí". En otros términos: tiene que entrar en vigor el precepto de la caridad; pero el don, sin la
entrega del donante, es un don incompleto. (Pág. 374)
02. Nuestra manera de acercarnos a los hombres que queremos ganar tiene que parecerse a la
del Buen Pastor. Nada de polémica, ninguna imposición. Toda palabra respire humildad, cariño,
sinceridad. Y las acciones, lo mismo que las palabras, deben hacer resaltar esta realidad
esencial: un fondo de fe sincera. (Pág. 374)
03. El doctor Williams, que fue arzobispo de Birmingham, solía decir: "Tengamos siempre en
cuenta que la religión es cuestión de captarla más que de aprenderla: es una llama que prende
fuego de una persona a otra, se difunde por el amor y no de otro modo. La aceptamos
solamente de manos de aquellos que se portan con nosotros como amigos. Los que se nos
presentan como indiferentes u hostiles no nos pueden recomendar la religión". (Pág. 375)
04. En las empresas espirituales nadie puede decir qué esfuerzo es necesario. Tratándose de un
alma, ¿en qué momento es lícito decir "basta"? (Pág. 338)
05. Los "imposibles", en su mayor parte, no lo son, ni mucho menos. Porque, como dice un
filósofo, hay pocas cosas imposibles para la diligencia y el ingenio. Pero nos las imaginamos
imposibles, y luego, a causa de nuestra actitud, nos las convertimos en tales. (Pág. 338-339)
06. Desde el punto de vista natural y sobrenatural, el repudiar la idea de la imposibilidad nos
dará la clave para lo posible. Es la única actitud capaz de solucionar problemas. Aun más, es un
acto de confianza en la verdad evangélica de que para Dios no hay nada imposible (Lc 1, 37). Es
la respuesta de la fe a la llamada de nuestro Señor, cuando pide una fe capaz de arrojar las
montañas al mar (Mc 11, 23). (Pág. 339)
07. Hay una consigna legionaria que afirma, a manera de paradoja, que "cada imposibilidad es
divisible en treinta y nueve pasos, cada uno de los cuales es posible". Parece una contradicción,
pero no lo es; es una idea sumamente razonable. Constituye la base de todo éxito feliz y
consumado. Es un resumen de la "filosofía del éxito". (Pág. 339)
08. No importa cuál sea el grado de la dificultad: lo que hay que hacer a todo trance es dar un
paso. Este paso debe ser -por supuesto- un paso acertado, en cuanto sea posible. Si no vemos
bastante claro para dar un paso totalmente acertado, entonces demos otro, algo menos seguro y
acertado. Y si tampoco podemos dar este paso, no nos crucemos de brazos, ni nos contentemos
con rezar: hagamos algo positivo que, aunque, al parecer, no tenga un valor práctico, por lo
menos tienda hacia nuestro objetivo y tenga alguna relación con él. (Pág. 340)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
10. Deberíamos proponernos siempre como fin el descubrir a los que están fuera de la Iglesia
los tesoros encerrados en ella. (Pág. 377)
11. Es Dios quien ha dispuesto que sin María no hubiera anuncio, ni llegada, ni entrega, ni
manifestación de Jesús.
(Pág. 323)
12. Desde toda la eternidad, María quedó ensalzada a un puesto singular entre todas las
criaturas, absolutamente sin comparación ni con los seres más sublimes; distinta de todos los
demás en la mente divina, distinta por su predestinación única. (Pág. 324)
13. En la economía cristiana hay que hallar a Maria al lado de Jesús, inseparable de Él en su
obra salvadora; la nueva Eva, dependiente de Él, pero necesaria para Él; es decir, la Medianera
de todas las gracias, como la llama la Iglesia católica para expresar el oficio de misericordia que
Ella ejerce. (Pág. 325)
14. Trasladémonos en espíritu a aquella Conferencia de la Paz, la más importante que han visto
los siglos. Esta negociación entre Dios y los hombres se llama "La Anunciación". En aquella
Conferencia, Dios estaba representado por uno de sus arcángeles, y la humanidad, por Aquella
cuyo nombre ostenta la Legión como un privilegio. (Pág. 325)
15. "Pensamiento aterrador: depender Dios del Fiat de una doncella de Nazaret para enviar a su
Unigénito a rescatar al mundo (Lc 1, 38). En esta sola palabra culminó todo el mundo antiguo; de
ella arrancó el mundo nuevo; es el cumplimiento de todas las profecías, el eje de todos los
tiempos, el primer destello del lucero de la mañana, anuncio del Sol de Justicia; es la palabra
que forjó, en cuanto era capaz una voluntad humana, el vínculo que unió el cielo con la tierra, y
elevó a la humanidad hasta Dios" (Hettinge). (Pág. 326)
16. Ha sido del divino agrado que no se inaugurase el reinado de la gracia sin María. Y fue su
voluntad también que continuasen las cosas por el mismo camino. (Pág. 328)
17. Cuando los pastores -que representaban al pueblo escogido- hallaron al Deseado de las
naciones, le hallaron con Ella; si le hubiesen vuelto la espalda a Ella, no le hubieran encontrado
a Él. (Pág. 328)
18. En la Epifanía, el Salvador acogió a las naciones gentiles en la persona de los tres Magos;
pero, si éstos llegaron a encontrar al Hijo, fue porque encontraron a la Madre; si hubiesen tenido
a menos el acercarse a Ella, no habrían llegado hasta Él. (Pág. 328)
19. Cuando se realizó sobre el Calvario la última escena del terrible drama de la Redención,
Jesús quedó colgado en el árbol de la Cruz, y al pie de la Cruz estaba María; y no como simple
madre amante, ni por una casualidad, sino cabalmente para desempeñar el mismo oficio que
desempeñó en la Encarnación. Estaba allí como representante de todo el género humano,
ratificando el ofrecimiento que había hecho de su Hijo en bien de los hombres. (Pág. 329)
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
20. María vuelve a ejercer para con el Cuerpo místico de Cristo los mismos menesteres que
ejerció con su cuerpo físico. (Pág. 329)
21. Si Dios ostenta su soberanía en el reino de la naturaleza estableciendo leyes para ella,
¿cómo no ha de poder manifestar su bondad y omnipotencia estableciendo una ley peculiar para
María? (Pág. 330)
22. "Sí, es verdad que todo lo tienes que entregar a Dios, pero entrégaselo todo con María".
(Pág. 331)
23. La vida diaria del cristiano no es más que la formación de Jesucristo en un miembro
particular de su Cuerpo místico, y esta formación se lleva a cabo gracias a la cooperación de
María en la Encarnación. Entonces debemos deducir que María es tan Madre de cada cristiano
como de Jesucristo. (Pág. 331)
24. Con María glorificad al Señor. Tenedla presente -siquiera de un modo vago y general- en
todo momento. Unid vuestra intención y vuestra voluntad a las suyas, de manera que cada acto
y cada súplica del día se hagan con Ella. (Pág. 332)
25. La Legión cifra todo su anhelo en llegar a ser un reflejo de María. Si se mantiene fiel a este
ideal, recibirá una participación del don supremo de su Reina: la gracia de iluminar los corazones
que yacen en las tinieblas de la incredulidad. (Pág. 333)
26. ¿Quiénes lograron las conversiones en los primeros siglos de la era cristiana? La gente
sencilla: el obrero, el esclavo, los humildes, débiles y oprimidos miembros de aquella poderosa,
opulenta y culta sociedad en que vivían. (Pág. 386)
27. Cada católico de convicción, por imperfecto que sea su conocimiento de la fe, posee por lo
menos una especie de cuadro mental de la misma; y también posee el poder de comunicar a la
mente ajena la impresión que dicho cuadro produce en la mente propia. Pero esa capacidad no
la ejercerá uno, si no hay una fuerza organizada u otro fuerte impulso que le obligue a hacerlo.
(Pág. 386)
28. En siglos pasados, se convertían naciones enteras; y San Cirilo no vacilaba en afirmar en el
Concilio de Éfeso que todas las conversiones a Cristo fueron obra de María. (Pág. 387)
29. San Francisco Javier, atestiguó por propia experiencia que en aquellos lugares donde no
había colocado al pie de la cruz del Salvador la efigie de su divina Madre, los habitantes se
volvieron contra el Evangelio que él les había llevado. (Pág. 387)
30. Tan repleta de amor estaba María, que fue hallada digna de concebir y dar al mundo a Aquel
que es el Amor mismo. Y así la Legión, que no tiene otra vida que la devoción a María y su
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UN PENSAMIENTO DIARIO
<Para Legionarios>
imitación, por fuerza tiene que destacarse por un amor idéntico al de Ella; tiene que estar repleta
de caridad, y sólo así la difundirá en el mundo. (Pág. 391)
31. La Legión, sin dejar de formar parte de la grey, aspira a ser también el lazo de unión entre
ésta y los pastores, facilitando la obra pastoral y permitiéndole al pastor tener contacto personal
y constante con todos los fieles; y, por otra parte, manteniendo a las ovejas siempre bien
resguardadas al calor benéfico de la influencia de sus pastores (Manual decima edición de 1965.
Pág. 337).
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