ORIENTACION BASICA PARA RECIEN CONVERTIDOS
Estudios preparatorios para el bautismo, seguimiento y discipulado.
INDICE:
PROLOGO EDITORIAL
Capítulo 1.- Usted es una nueva persona en Cristo
Capítulo 2.- Usted necesita crecer en el Señ or
Capítulo 3.- Prepá rese para el Bautismo
Capítulo 4.- Su lugar como miembro de la Iglesia
Capítulo 5.- Prepá rese para las pruebas y las tentaciones
Capítulo 6.- Usted puede tener éxito en el estudio de la Biblia
Capítulo 7.- Prepá rese para el discipulado y la evangelizació n
Capítulo 8.- Otras actividades cristianas de importancia.
PROLOGO:
Poco antes de la ascensió n, nuestro Señ or Jesucristo dio una orden “Id y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo
28:19,20). Es obligación de la Iglesia obedecer este mandato. Por diversas razones
parece que la Iglesia se ha quedado sólo en la primera etapa de “predicar el Evangelio
a toda criatura” (Marcos 16:15).
En este mundo complejo y convulsionado son cada día más evidentes las razones por
las cuales el mensaje de salvación de Cristo es la respuesta a tanta desesperación y
frustración de la humanidad. El Señor Jesucristo está realizando su labor y los
aspectos trascendentes de la vida eterna están tomando el lugar que les corresponde.
La Iglesia, inspirada por el Espíritu Santo, es un oasis de paz y esperanza donde los
nuevos creyentes vienen a adorar, alabar, trabajar y glorificar al “único y sabio dios”.
Ediciones Kerygma tiene ahora el privilegio de ofrecer este material de
“ORIENTACION BASICA PARA RECIEN CONVERTIDOS” para desarrollar y fortalecer
los pasos del “nacido de nuevo”, para que así se convierta en un verdadero discípulo
del Señor Jesucristo. Este trabajo está fundamentado en las Sagradas Escrituras y a la
vez, algo muy importante, consolidado en la labor practica realizada a través de los
años en la Iglesia del Señor.
Nuestro anhelo es que todo hermano y hermana no sólo sepan que Jesucristo es el
Señor de la Iglesia, sino que constante y permanentemente sepamos y recordemos
que también es el Señor de nuestras vidas. R. Kenneth Vargas A.
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Capítulo 1
USTED ES UNA NUEVA PERSONA EN CRISTO
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es” (2 Corintios 5:17)
La salvación del pecador es un proceso realizado por Dios cuando el ser humano
responde a su llamamiento divino. Por la gracia de Dios, usted oyó y aceptó el
Evangelio, por lo que ha pasado de muerte a vida. En este primer capítulo usted podrá
ver lo que dice la Biblia acerca del origen del hombre y su caída en el pecado. Verá
también como el mensaje de Dios conduce al pecador al arrepentimiento y lo lleva por
fe a una total conversión. Al experimentar la regeneración o nuevo nacimiento, se
constituye en hijo de Dios. Esto produce un gozo inefable por la liberación, el perdón y
la presencia del Espíritu Santo. ¡Y ese gozo no va a acabar!
I. Origen del hombre y su estado pecaminoso.
A.- ¿Qué sabe usted sobre el origen del hombre?
Distintas teorías han tratado de explicar el origen del hombre y su estado actual en
el mundo. Entre las más comunes está la de la evolución materialista. Esta enseña que
el ser humano desciende de una línea interminable de animales, desde la primera
célula viviente hasta el hombre desarrollado hoy. El mayor problema de esta teoría es
que no atribuye a Dios el origen de la vida, sino que supone un desarrollo como obra
de la casualidad y el tiempo. Los que enseñan esto, tienen la intención de negar a Dios
o relegarlo a un lugar casi inoperante.
B.- ¿Qué enseña la Biblia?
La historia Bíblica es la única información fundamental aceptable porque presenta
la revelación que Dios dio al hombre sobre el acto creador. La Biblia claramente dice
que creó Dios al hombre a su imagen, “a imagen de Dios lo creó” (Génesis 1:27).
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Génesis 2:7). Que el ser humano fue
creado directamente por la mano de Dios es algo que se puede probar con las
siguientes evidencias:
1.- Todas las demás explicaciones se basan en meras teorías que jamás podrán ser
confirmadas.
2.- El hombre mismo está consciente de que no es sólo materia sino que hay en él un
espíritu que no pudo haberse originado por sí solo.
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3.- El ser humano en su totalidad cuerpo, alma y espíritu es una obra especial que
demuestra haber sido diseñada por una mente perfecta y desarrollada por una mano
poderosa.
4.- Hay en el corazón humano un vacío espiritual que sólo puede llenarse con la gracia
y el amor de Dios.
C. ¿Cómo fue la caída del hombre?
A pesar de que Dios hizo al hombre a su imagen en cuanto a carácter y personalidad,
y aunque le dio todas las instrucciones necesarias, el ser humano se reveló contra su
Creador. Desde el principio de la historia, el hombre fue rebelde y desobediente a la
voluntad de su Creador. Desde que Adán y Eva pecaron y fueron echados del huerto
del Edén, la vida humana ha sido una constante oposición a los propósitos de Dios. El
asesinato de Abel a manos de su hermano Caín fue el principio de una historia de
violencia, odio y dolor. La Palabra de Dios declara que no hay diferencia, “por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). En ese estado
pecaminoso, el ser humano complace sus apetitos, sus instintos y vicios carnales y se
olvida de sus necesidades espirituales. El apóstol Pablo hace una lista de todos esos
hechos carnales. “Y manifiestas son la obras de la carne, que son: adulterio,
fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, iras,
contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgias, y cosas
semejantes a estas” (Gálatas 5:19,20 21).
D. ¿Cómo se siente la persona en esta condición?
1.- El pecado hace que la persona se sienta prisionera y enredada en esas cosas que
sabe que no le convienen, pero que no puede dejar. Esto se ha comprobado en los
casos de alcoholismo, drogas o desordenes sexuales.
2.- Otra cosa que siente el individuo cuando está hundido en el cieno del pecado es
vergüenza. Jesús dijo que “todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la
luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3:20).
3.- Finalmente, la persona que se ha corrompido en el pecado sufre una pérdida de fe y
de esperanza. Piensa que ya es demasiado tarde para volverse de su mal camino.
Algunos acaban suicidándose, como Judas Iscariote. Otros se endurecen, como los de
Éfeso. “Endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el camino delante de la
multitud, se apartó Pablo de ellos” (Hechos 19:9).
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E. ¿Qué papel desempeña el Evangelio en estos casos?
El Evangelio es el mensaje que Cristo encomendó a los cristianos para alcanzar aun
a los más lejanos y extraviados. Esas buenas nuevas de salvación pueden llegar de
diversas maneras, folletos evangelísticos, la evangelización personal puede llegar
junto con un milagro de sanidad o de otro tipo. ¿Cómo llegó a usted el mensaje del
Evangelio?
Falso o Verdadero
F _ La Biblia enseña que el hombre desciende de una línea interminable de animales.
__F_ Las teorías humanas con respecto al origen del hombre han sido confirmadas.
V El ser humano se ha revelado contra su creador.
__F__ El pecado hace que la persona se sienta libre y segura.
__V__ Dios hizo al hombre a su imagen en cuanto a carácter y personalidad.
Reflexione y accione
¿En qué cree usted que el hombre se parece a Dios?
¿Qué puede hacer usted para parecerse más a Dios?
II. La conversión es una experiencia maravillosa
A. ¿Cómo ilustra la Biblia la conversión?
Usted acaba de pasar por una experiencia maravillosa y transformadora. Su vida de
pecado sólo le trajo ruina y dolor. Pero al recibir a Jesucristo como su salvador, su ser
entero fue transformado por el poder del Espíritu Santo. Este cambio se ilustra en la Biblia
con algunas figuras.
1. Es un encuentro. El caso del hijo prodigo ilustra la conversión por medio de la
experiencia de este hombre que anduvo perdido, pero volvió al hogar. El hombre vaga lejos
de Dios y destruye todo lo que ha recibido de El (Lucas 15:13-16). Pero “volviendo en sí”
regresa a su padre y recibe perdón y vida eterna.
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2. Es una resurrección. Otro cuadro que ilustra la conversión del pecador es la de uno que
resucita. Jesús dijo “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna, y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). El apóstol Pablo
también se refirió a esto: “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados” (Efesios 2:1).
B. ¿Quién realiza el acto de la conversión?
La conversión es un cambio total en la vida del hombre, por el cual deja de vivir en el
pecado y viene a ser salvo. Es un acto tanto divino como humano. Es divino porque lo
ejecuta Dios al transformar el estado del hombre. El salmista dijo que la palabra de Dios
“convierte el alma” (Salmo 19:7). Jeremías dijo: “Conviérteme, y seré convertido, porque
tú eres Jehová mi Dios” (Jeremías 31:18). Pero por otra parte la Biblia enseña que es el
pecador el que tiene que convertirse. “Convertíos a mí con todo vuestro corazón” (Joel
2:12). El apóstol Pedro dijo en su sermón en Jerusalén: “Arrepentíos y convertíos, para que
sean borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19).
C. ¿En qué consiste la conversión?
La conversión del pecador consta de dos elementos: el arrepentimiento y la fe. La
palabra “arrepentimiento” viene de la palabra griega “metanoia” (cambio de mentalidad).
Ese cambio en la mentalidad del pecador viene cuando éste se da cuenta de que vive en el
error y que la ira de Dios está sobre él. Arrepentirse es descubrir que se va caminando en
sentido equivocado, dar media vuelta, y dirigirse hacia el punto correcto. No puede
arrepentirse el que no aborrece, o por lo menos no reconoce el pecado en que se encuentra.
La Palabra de Dios es el espejo que nos hace ver lo malo y nos ayuda a corregirlo. Las
palabras de Jesús indican la urgencia del arrepentimiento: “Sino os arrepentís, todos
pereceréis igualmente” (Lucas 13:3).
El otro elemento indispensable de la conversión es la fe. Los tres ingredientes de la fe
son el conocimiento, la confianza y la esperanza. Nadie puede tener fe en lo que no conoce.
La fe que conduce a la conversión y a la salvación es la que recibimos a través del
conocimiento de la Palabra de Dios. Pablo dijo que “la fe es por el oír, y el oír, por la
Palabra de Dios” (Romanos 10:17). La fe viene de Dios, pero se desarrolla en el corazón
del hombre que oye la palabra, la acepta con confianza y espera el cumplimiento de cada
promesa. El arrepentimiento obliga a abandonar el camino malo, la fe nos ayuda a seguir el
camino de vida eterna, que es Cristo. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan” (Hebreos 11:6).
D. Analice lo que sucedió en usted.
No todos tenemos la misma experiencia a la hora de nuestra conversión, pero los
resultados siempre son los mismos: un arrepentimiento genuino de la vida pecaminosa y un
acercamiento sincero a Dios por la fe. Sin embargo, cada persona viene al Señor de manera
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distinta. Los primeros convertidos a Cristo fueron unos pescadores de Galilea que oyeron el
llamamiento y decidieron seguir al Señor. No se dice que estos hayan presentado resistencia
(Mateo 4:19,20). En cambio, recordemos los espectaculares incidentes en torno a la
conversión del intelectual Natanael (Juan 1:45-49), o la de Saulo de Tarso, el perseguidor
de la Iglesia (Hechos 9:3-6) ¿Cómo sucedió la conversión suya? ¿Cómo empezó a
reconocer su condición pecaminosa? ¿Cómo empezó a surgir en usted la fe que lo condujo
a Cristo? Hay muchas maneras de indicar que uno recibe a Jesús como su Salvador:
levantando la mano, poniéndose de pie, pasando al frente, o simplemente abriendo su
corazón para aceptar el regalo de la salvación. La forma externa no tiene ninguna
importancia. Lo esencial es sentir la necesidad de ser salvo y acudir al único que puede
salvar. “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).
E. ¿Se siente usted perdonado de sus pecados?
La única forma de escapar del castigo que merecen nuestros pecados es acogiéndonos al
perdón divino. ¿Se acuerda usted de alguna ocasión en su niñez en que esperaba con
angustia el castigo de parte de sus padres por alguna travesura, un descuido, o por no haber
cumplido con alguna tarea encomendada? ¿Alguna vez le perdonaron una falta? ¿Cómo se
sintió? Dios en su amor nos perdonó y envió a Jesucristo su Hijo a morir en nuestro lugar.
En la experiencia de la conversión, el pecador reconoce su condición, se aparta del
pecado y acude por fe a Dios para confesarle sus faltas e implorar su perdón. La Biblia
dice: “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13). Jesús dijo: “Fue necesario que el Cristo
padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones” (Lucas 24:46,47). Si usted
le confesó sus pecados al Señor, y sinceramente se arrepintió, Él lo perdonó; viva tranquilo
y no piense más en su estado antiguo. “Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas” (2 Corintios 5:17). El Señor le dice: “Yo soy el que borro tus rebeliones por amor
de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25).
Complete la frase:
1.- _Arrepentimiento y fe son figuras que ilustran la conversión.
2.- La conversión es un _cambio total en la vida del hombre.
3.- Arrepentimiento es un cambio de mentalidad.
4.- Arrepentirse es descubrir que se va caminando en sentido equivocado, dar media vuelta
y dirigirse hacia el punto correcto.
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5.- Los tres ingredientes de la fe son: el conocimiento, la confianza y la esperanza.
Reflexione y accione
Hay personas que saben que han pecado contra Dios, pero eso no es el arrepentimiento.
Hay personas que saben que han pecado contra Dios y se sienten mal por ello, pero no
hacen nada por remediar su situación. Eso es remordimiento y no arrepentimiento.
Hay personas que saben que han pecado contra Dios, se sienten mal por ello y dando
media vuelta, regresan a Dios, y le piden perdón, eso es arrepentimiento.
III. La regeneración ha hecho de usted un hijo de Dios.
A. ¿Cuándo tiene lugar la regeneración?
La Biblia usa el término “regeneración” para referirse al nuevo estado de la persona
convertida. Algunos se preguntan qué sucede primero, si la conversión o la regeneración.
Uno podrá preguntarse si puede ser regenerado un hombre no convertido, o si puede
convertirse uno que no haya experimentado la regeneración. Lo cierto es que estas cosas se
verifican en el creyente simultáneamente. En otras palabras, en el momento en que usted
recibió el mensaje y se arrepintió de sus pecados vino a Cristo por la fe y se operó en su
vida ese cambio llamado conversión. En ese mismo instante Dios le impartió nueva vida
haciéndolo renacer en Cristo.
B. ¿Qué diferencia hay entre la regeneración y el nuevo nacimiento?
La diferencia entre estos dos términos es de tipo teológico, pero en la práctica ambos se
refieren a la obra que realiza el Espíritu Santo al impartir vida nueva al pecador arrepentido.
1. La regeneración se compara con una limpieza interna. “Nos salvó, por el lavamiento de
la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5). El apóstol Juan habla
de este acto divino como de un engendro espiritual. “Más a todos los que le recibieron, a
los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”
(Juan 1:12,13). De modo que bien podemos decir que la regeneración es el acto por el cual
el Espíritu Santo engendra una nueva naturaleza en el ser humano. En otro pasaje del
Nuevo Testamento se presenta como el acto de sembrar la semilla de la Palabra en el
corazón humano. “El que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la
palabra, y da fruto” (Mateo 13:23).
2. El nuevo nacimiento es el acto por el cual aquello que ha sido engendrado sale a la luz y
lo que ha sido sembrado brota y empieza a dar señales de vida. Jesús habló de la necesidad
de nacer de nuevo. “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
“El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).
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Usted recibió una nueva naturaleza por medio de la regeneración y nació a una nueva vida
por medio del nuevo nacimiento ¡Ahora es una nueva criatura en Cristo!
C. ¿Sabía usted que ahora es hijo de Dios por adopción?
La Biblia usa el bello cuadro de la adopción de un hijo para ilustrar la nueva posición
que ocupa el creyente dentro de la familia de Dios. La adopción es el acto por el cual una
persona recibe como hijo propio a uno que no lo es, confiriéndole todos los derechos y
obligaciones de esa adopción. En el Nuevo Testamento se explica con esa figura la forma
en que el pecador convertido y regenerado pasa a ocupar el lugar de hijo de Dios. Pablo
escribió a los cristianos: “Habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos
¡Abba, Padre! El mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de
Dios” (Romanos 8:15,16). Esta es suficiente razón para estar gozosos, ya que después de
ser enemigos de Dios, hemos venido a ser hijos suyos por medio de Jesucristo (Efesios
1:5). ¿Está disfrutando usted esta relación con su Padre celestial? En esto consiste la
plenitud de la salvación: salir del abandono y la miseria de la vida mundana para entrar a la
casa de Dios y disfrutar de la abundancia de bienes espirituales y materiales que Él nos
quiere dar.
Relacione las columnas
1. Adopción limpieza interna
2. Regeneración nueva naturaleza en el ser humano
3. Nuevo Nacimiento lo que ha sido sembrado brota y da señales de vida
Según San Juan es un engendro espiritual
Reaccione y accione
Una cosa es ser criatura de Dios y otra ser hijo de Dios. Criaturas somos todos porque Él
nos creó (Salmo 100:3); hijos sólo son aquellos que le reciben (Juan 1 :12).
IV. ¿Cuánto durará el gozo que hay en su corazón?
A. ¿Qué razones hay para sentirse gozoso?
La alegría que una persona puede disfrutar en su nueva vida sólo se puede comparar con el
gozo que había en el corazón de Lázaro después de su resurrección, o la del hijo prodigo
cuando estaba de nuevo en casa de su padre (vea Juan 11:43,44 y Lucas 15:22-24).
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Podemos señalar las siguientes razones:
1.- Usted siente como si una pesada carga hubiese caído de sus hombros. Jesús invita
amablemente diciendo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:28).
2. Ahora le halla nuevo sentido a la vida porque ha recibido luz: “El pueblo asentado en
tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les
resplandeció” (Mateo 4:16).
3. La presencia del Espíritu Santo en su vida hace que usted sienta una felicidad que nunca
había experimentado. Jesús comparó esta bendición con un torrente de agua: “El que cree
en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38).
4.- Ahora hay un canto nuevo en su corazón. El salmista David disfrutaba de esa felicidad:
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del
pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, puso mis pies sobre peña, y enderezó mis
pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios” (Salmo 40:1-3). Los
cantos y coros cristianos alegran el corazón porque se refieren a la victoria espiritual, la
libertad del pecado, el amor divino y humano y la esperanza de gloria eterna.
5. La comunión con todos los cristianos abre una nueva puerta en las relaciones humanas.
El intercambio de ideas, las nuevas amistades y la oportunidad de participar en distintas
actividades, convenciones, campamentos, excursiones, etc., son cosas que producen un
gozo muy peculiar al cristiano.
B. ¿Teme usted que este gozo se termine?
Cierto hermano, al testificar del gozo que había en su corazón dijo “Tengo temor de que
este gozo que siento llegue a desaparecer con el transcurso del tiempo y vuelva a mí la
tristeza y la depresión en que me encontraba antes”. Si usted ha pensado en lo mismo,
considere cuidadosamente las siguientes reflexiones:
1. El plan de Dios es eterno. Usted ha recibido “vida eterna” (Juan 3:16); ha sido llamado
según “la multiforme sabiduría de Dios”, y “conforme al propósito eterno que hizo en
Cristo Jesús nuestro Señor” (Efesios 3:10,11).
2. El Señor continuará la obra que inició en usted. “Estando persuadido de esto, que el que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses
1:6).
3. La Palabra de Dios es eterna. “Secase la hierba, marchitase la flor, más la palabra del
Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8).
4. Cuando usted aceptó a Jesucristo no lo hizo provisionalmente. Si es fiel al voto que hizo,
el gozo y la alegría que Cristo trajo a su vida deben ser permanentes e ir aumentando, en
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lugar de desaparecer.
5. Las circunstancias no pueden acabar con su felicidad. Las pruebas, los problemas, las
malas actitudes de algunos cristianos, las enfermedades y todo lo que el enemigo ponga a
su paso es temporal. Mientras confíe en un Dios eterno, crea en la palabra eterna y esté
consagrado al propósito eterno, el gozo jamás se apartará de usted.
Preguntas para repaso y discusión del capítulo I:
1. ¿Cómo se originó el ser humano?
2. ¿Quién provocó la caída de los primeros humanos?
3. ¿Cómo describiría usted la condición espiritual del hombre?
4. ¿Cómo llegó a usted el mensaje del Evangelio?
5. ¿Cuáles son los dos elementos de la conversión?
6. ¿Qué diferencia hay entre regeneración y nuevo nacimiento?
7. ¿En qué consiste la adopción espiritual?
8. ¿Qué siente usted ahora que es un hijo de Dios?
9. ¿Teme usted perder el gozo de su salvación?
10. ¿Qué promete hacer para que eso no suceda?
Reflexione y accione
Depende de usted cuanto tiempo le durará el gozo que hoy experimenta. Escriba 2
promesas que usted haga para que su gozo no termine.