Laura Lissette Maridueña Yongo.                          Negocios Internacionales.
Caso 2-2
¿La moneda china es demasiado fuerte?
En julio de 2005, el Banco Popular de
China anunció el fin de un esfuerzo de 10
años por estabilizar el valor de la moneda
china, el yuan, al valor del dólar
estadounidense. En vez de eso, el yuan se
enlazaría a una canasta de varias divisas.
El anuncio señaló la decisión de Beijing de
abandonar una política de tipo de cambio
fijo, según la cual 8.28 yuanes equivalían
a 1 dólar, y adoptar una política de tipo de
cambio flexible. En pocas palabras, al dar
término al control, el banco central de
China permitía finalmente que el yuan
flotara.
Estados Unidos y otros socios comerciales clave habían insistido en esta medida durante
años. The New York Times llamó a la decisión del banco central chino “el tan esperado
acontecimiento anticipado para el mundo cambiario en años”. Muchos economistas
creían que el yuan había estado subvaluado con relación al dólar y otras monedas hasta
en 40 por ciento y esta debilidad era citada como uno de los factores que contribuían al
déficit comercial cada vez mayor con China. Por ejemplo, el déficit comercial
estadounidense con China era mayor a 200 mil millones de dólares en 2006. Se
argumentaba que esto había ocurrido porque el gobierno chino había manipulado de
manera deliberada su moneda para dar a las exportaciones chinas una ventaja de precio
en comparación con los bienes de Estados Unidos y otros países.
Algunos observadores estuvieron de acuerdo con un cambio rápido en el valor del yuan;
otros estaban a favor de un método lento y gradual. El resultado inmediato de la
reevaluación fue un aumento de 2.1 por ciento en el valor del yuan, a 8.11 yuanes por
dólar. Se esperaba que un yuan más fuerte tuviera un efecto en cadena en las economías
de los principales socios comerciales de China. Entre otras cosas, era probable que
ocasionara un incremento de precios de las exportaciones chinas a Estados Unidos y
otros países. Estas serían buenas noticias para algunos de los 12 mil miembros de la
National Association of Manufacturers (NAM, Asociación Nacional de Fabricantes).
Muchos propietarios de pequeñas fábricas en Estados Unidos estaban preocupados por
la competencia con los bienes chinos de bajo precio. Sin embargo, un yuan más fuerte
podría no ser una buena noticia para Wal-Mart y otras tiendas minoristas que compran
miles de millones de dólares en bienes chinos cada año. Del mismo modo, las empresas
globales con sede en Estados Unidos, como Whirlpool, que surten bienes fabricados en
China, podrían verse obligadas a aumentar sus precios.
Laura Lissette Maridueña Yongo.                            Negocios Internacionales.
Para mediados de 2007, el yuan había aumentado su valor alrededor de 8.5 por ciento
frente al dólar. Sin embargo, eso no era suficiente para satisfacer a algunos legisladores.
Impacientes con el ritmo lento de la reevaluación, algunos miembros del Congreso de
Estados Unidos presentaron una ley diseñada para castigar a China por su política
monetaria. Una iniciativa de ley, copatrocinada por el presidente del comité de finanzas
del Senado Max Baucus, un demócrata, y Charles Grassley, el senador republicano por
Iowa, dependía de que el Departamento de la Tesorería de Estados Unidos determinara
que había ocurrido una “desalineación monetaria”.
Después de ese hallazgo, Estados Unidos impondría multas en la forma de sanciones
antidumping y el gobierno chino tendría seis meses para realizar los ajustes monetarios
requeridos. Si China no tomaba esas medidas, el representante comercial de Estados
Unidos solicitaría una resolución de disputa ante la OMC. El fallo final se emitiría en
2010.
La introducción de la iniciativa de ley del Congreso planteó varias preguntas. Por
ejemplo, no estaba claro si una disputa sobre cuestiones monetarias era un asunto
comercial legítimo que la OMC estaría dispuesta a escuchar. Otra cuestión era si podía
determinarse con exactitud cuánto debería revaluarse el yuan para que estuviera lo
bastante alineado con el dólar.
Algunos observadores advirtieron que la iniciativa de ley Baucus-Grassley y otras
similares podrían deteriorar la relación comercial entre Estados Unidos y China y
perjudicar realmente a las empresas estadounidenses que hacen negocios con China.
Desde que se unió a la OMC en 2001, China se ha convertido en el cuarto mercado de
exportación más grande de Estados Unidos.
Según un estudio realizado por la Cámara Americana de Comercio de China, las
empresas estadounidenses vendieron 61 mil millones de dólares de bienes a China en
2005. El presidente de la Cámara, James Zimmerman, señaló: “un yuan reevaluado no
obligará a los chinos a comprar bienes y servicios estadounidenses”.
Otros advirtieron que las empresas chinas podrían diversificar su base de exportación
expandiendo su comercio con otros países. Una guerra comercial era otra posibilidad.
Scott Miller, director de política comercial de Procter & Gamble, comentó:
“usted no puede descartar una repercusión negativa. Ésta debe ser parte del cálculo que
los legisladores deben considerar”. Algunos observadores plantean que, en venganza
por las sanciones comerciales, China podría restringir el acceso de mercado a los bienes
estadounidenses.
Laura Lissette Maridueña Yongo.                           Negocios Internacionales.
                               Preguntas de repaso
   1. Los bienes de consumo, incluyendo los zapatos y el equipo electrónico,
      representan alrededor del 80 por ciento de las importaciones
      estadounidenses desde China. Los consumidores estadounidenses han
      ahorrado cerca de 600 mil millones de dólares durante los últimos 10 años
      al comprar bienes chinos baratos. Si el gobierno chino reevalúa el yuan en
      20 por ciento o más y los consumidores estadounidenses pagan precios
      más altos, ¿es un resultado conveniente?
      El alcance de la repercusión por la revaluación del yuan en Estados Unidos
      depende. Considero que esto se debe a desde qué punto analizamos. Conocemos
      que los bienes chinos son los más adquiridos por los demás países por su precio
      de exportación más económico con respecto al dólar estadounidense; sin
      embargo, si el yuan aumenta su valor, en un porcentaje considerablemente alto
      que es la perspectiva de China en realidad, sus precios de exportaciones
      disminuirán porque serán más costosos a nivel internacional, y eso que no
      estamos tomando en cuenta la reputación de bienes chinos en ciertos mercados
      internacionales, donde su reputación no es buena o es sinónimo de mala calidad
      (UE).
      Pero volviendo al aumento del yuan con respecto a las ventas por importaciones
      de Estados Unidos con respecto a estos productos, a quiénes lo adquirían antes
      les afectará el incremento del valor, por lo que buscarán alternativas similares que
      incluso pueden encontrar en su mismo mercado estadounidense apoyando lo
      nacional, aventurándose así con nuevo proveedores que a larga no afecta a
      Estados Unidos, pues este país generaría más ventas.
      Por otro lado, si vemos la cuestión del ahorro estadounidense al querer adquirir
      estos artículos desde China, sí les repercute negativamente, porque el ahorro del
      que gozaban antes ya no estará, se elimina e incluso incrementaría un poco más
      el gasto probablemente. Por lo que, si desean continuar con sus proveedores de
      China deberán costear precios más elevados, disminuyendo sus márgenes de
      ganancia. Puede que busquen renegociar por fidelidad con el proveedor, pero aun
      así por parte de China, no les dará una ventaja como tal, porque China como todo
      país también busca ganar, su crecimiento y estabilidad.
Laura Lissette Maridueña Yongo.                                        Negocios Internacionales.
    2. Los sentimientos de proteccionismo en Estados Unidos están alimentados
       por el argumento de que China es culpable del torrente de importaciones, el
       enorme déficit de cuenta corriente de Estados Unidos y la reducción de los
       salarios en algunas industrias. ¿Está de acuerdo?
        Sí, lo que ocurre es que China al querer incrementar el valor de sus productos por
        medio de la revaloración del yuan, esta no se da por manera dinámica del
        mercado, sino que me parece más correcta la explicación del artículo donde se
        menciona que interviene el gobierno Chino. Lo que ocurre es que muchos
        productos puede que sólo los encuentren en China por ¨x¨ motivo, entonces de
        igual manera los fabricantes estadounidenses deben mantener la relación
        comercial e importar sus productos necesarios para ellos también poder fabricar
        y vender. Acción que los lleva a tener más controles en sus gastos, afectando así
        a los salarios, beneficios a empleados, etc, etc… Estados Unidos pierde parte de
        sus dólares al consumir bienes chinos, y por eso impone medidas a China para
        proteger su economía y a su vez, intentar competir a la par con China en precios
        aminorando gastos.
    3. ¿Considera que una postura legislativa agresiva con respecto a la moneda
       china es el mejor método que debe tomar cualquier socio comercial?
        Considero que el tomar la postura legislativa agresiva puede afectar a Estados
        Unidos, si bien EEUU busca que China sea transparente con el valor de la moneda
        y aplica leyes que restringen el acceso de bienes chinos, China puede reaccionar
        de la misma manera y más aún con su ¨poder¨ y aplicar la misma medida a EEUU,
        bloqueándose así ambos países entre sí. Pero si se aplica una medida gradual y
        se busca incrementar a la industria interna, que produzca más y se le da facilidad,
        EEUU no será bloqueado para comercializar en China, mejora sus productos,
        sigue generando ventas y mantiene su economía sin dejarla llegar a un déficit.
        Porque si bien Estados Unidos planeaba la postura legislativa agresiva como
        medida de protección interna, debía considerar las consecuencias de las mismas
        y analizar a futuro lo que conllevaría e identificar sus posibles afectaciones y cómo
        prevenirlas, esto aplica a todo socio comercial desde mi perspectiva.
Fuentes: John McCary y Andrew Batson, “Punishing China: Will It Fly?”, The Wall Street Journal, 23-24
de junio de 2007, p. A4; Wu Yi, “It’s Win-Win on U.S. China Trade”, The Wall Street Journal, 17 de mayo
de 2007, p. A21; Martin Wolf, “How China Has Managed to Keep the Renminbi Pinned Down”, Financial
Times, 11 de octubre de 2006, p. 13; E. S. Browning, “Yuan Move Might Stir Big Ripples”, The Wall Street
Journal, 25 de julio de 2005, pp. C1, C4; Sue Kirchhoff, “First Step: China Will Stop Pegging Yuan to Dollar”,
USA Today, 22 de julio de 2005, pp. 1B, 2B; Keith Bradsher, “A Chinese Revaluation May Not Help U.S.”,
The New York Times, 4 de enero de 2005, pp. C1, C5.