El Largo y Tortuoso Camino
El Largo y Tortuoso Camino
KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
1
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
TRADUCCIÓN
Klaus Esther
Yadh Neucha
Iphi
CORRECCIÓN
Klaus
DISEÑO Y MAQUETA
Klaus
LECTURA FINAL
Leluli
EPUB
Mara
2
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Prólogo
Yo si lo hago.
Bear,
Tengo que irme, Bear. Tom ha encontrado travajo fuera del estado y me voi
con él. Hago esto porque creo que será más fácil para todos nosotros si se lee que si
se dize.
Es una oportunidad para hacer algo por mi misma. Tom dize que allí donde
vamos hai muchos empleos que serán mejores que aquí en Seafare. ¿Te acuerdas de
mi último travajo? ¿En el Pizza Shack? ¿Recuerdas lo bien que fue? Por si no lo pillas
al tratarse de una carta, estaba siendo sarcástica. No fue nada bien. (¡Por lo menos
sabemos que mi futuro no está en las pizzas!)
3
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Por lo menos Tom no me ha pegado ni nada. Hasta ha dicho que cuando aorre
suficiente dinero me dejará hazer uno de esos cursos on line de la Unibersidad de
Phoenix Arizona, o como se llame. ¡Imagíname con un título unibersitario!
Por cierto, espero que tengas la oportunidad de ser escritor como quieres.
Se que esto infiere en tus planes de ir a la facultad el año que viene, pero ¿por qué
necesitas la unibersidad para eso? Has estado imbentando istorias desde que eras
pequeño, así que no parece que puedan enseñarte nada más, ¿no? Pero esa beca ya
vendrá mas tarde, ¿vale? No es que no puedas volver a tenerla nunca. Solo que no es
posible aora porque nezesito que me hagas un favor.
Tom dize que Ty no puede ir. Dize que tener al Chico cerca le «romperá» la
concentración. (Está bien, no dijo romper, pero ya sabes a qué me refiero.) Se que
pareze que esté tomando una mala decisión, pero la última noche tube un sueño. Todo
estaba negro a mi halrededor y había una luz brillante muy lejos. Me ha parecido que
tendría que andar mucho rato para llegar hasta ella.
Pero Tom dize que Ty no puede ir. Así que le dejaré aquí con tigo. Siempre
has tenido más fazilidad para cuidar de él que yo.
Tengo algo que imprimí de internet para ti. Se llama poder legal. Significa
que puedes acer cosas por Ty sin mí. Como médicos, la escuela y cosas por el estilo.
Supongo que significa que estarás a su cargo. Por lo menos eso es lo que entendí.
Denise, la vezina de abajo, me habló de eso. Normalmente tendrías que estar con
migo para hautenticarlo mediante acta notarial, pero Denise me deve un favor por
4
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
aquella vez que le di cigarrillos cuando no podía permitirse comprar más. Su hijo es
notario o algo así (¿de verdad hai que ir a la facultad para aprender a firmar y sellar
papeles?, ¿qué dificultad hai en eso?), me hencubrirá y levantará acta notarial.
Tendrás que esperar a tu cumpleaños, pero llegará muy pronto. Es mi regalo para ti.
Espero que te guste.
MAMÁ
Eso es lo que encontré cuando llegué a casa del trabajo ese día. Era un
sábado por la noche. No sabía dónde estaba el Chico.
5
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Nos hicimos pruebas de eso? —le pregunto, sonando histérico—. ¿Era una
de las pruebas? ¿Para ver si nuestros espermatozoides hacen asesinos en serie con
colas?
—No, Bear —suspira mi marido—. No creo que haya una prueba para asesinos
en serie con colas.
Estoy bastante seguro de que estoy de camino a una fusión a gran escala.
El timbre suena.
Un teléfono suena.
Otter está de acuerdo. Deja caer sus grandes manos sobre mis hombros,
apretándome firmemente, trayéndome a la tierra.
—Concéntrate Bear.
6
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
7
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Estoy pensando en cómo iría a los confines de la tierra por el hombre que
está en la sala de estar.
Estoy pensando en su novio, que creo que conoce la sorpresa que Otter y yo
le tenemos preparada, aunque hemos estado tratando de mantenerlo en secreto.
Estoy pensando en mi mejor amigo y su esposa. Qué felices van a estar por
nosotros.
Estoy pensando en sus padres, que amarán a este niño tanto que él nunca
estará solo.
Estoy pensando en una guapa, loca y hermosa anciana que nos había recogido
en sus brazos e hizo todo lo posible para protegernos de los filos afilados del mundo.
Estoy pensando en todo lo que hemos pasado para llegar a este punto.
Tal vez hay días en los que ella está ahí, bordeando los límites de mis
pensamientos. Pero nunca me permito concentrarme en ella. Ahora no. No después
de todo lo que ha hecho. No desde que el Chico regresó de su viaje a Idaho para ver
por sí mismo en lo que ella se había convertido.
No espero eso.
Hay una niña de pie en el porche de la Monstruosidad Verde. Y tal vez estoy
un poco distraído, tratando de escuchar a Otter con el teléfono detrás de mí, pero
hay algo acerca de ella, en su pelo negro trenzado en la parte posterior de su cabeza,
pequeños mechones sueltos colgando alrededor de su cara. Hay una mancha de
suciedad en su nariz. Tiene una mochila colgada sobre su hombro, su mano apretando
la correa. Sus ojos se amplían cuando ella me mira. Se la ve agotada y hay algo
familiar en ella que no consigo descifrar.
8
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ella pone los ojos en blanco y doy un paso atrás como si me hubieran
empujado. Conozco esa mirada.
—Espera —dice Otter. Su voz suena áspera, como si tuviera problemas para
hablar—. ¿Cómo?
Se agita en el porche. Mira hacia otro lado. Mira de vuelta a mí, para luego
mirar hacia otro lado de nuevo. Abre la boca, luego la cierra. Resopla y agarra la
correa de su mochila aún más fuerte.
—Ty dijo que, si alguna vez necesitaba ayuda, podría encontrarle aquí.
—Eres más bajo de lo que pensaba —dice como si nada—. Qué decepcionante
saber qué es lo que me espera. —Toma aire profundamente. Sale tembloroso.
—Yo no... —dice Otter, y suena tan inseguro que quiero ir hacia él, pero no
puedo hacer que mis pies se muevan—. ¿Qué quieres decir con oculto detrás del
otro?
9
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
recogiéndonos a nosotros mismos de nuevo otra vez. Eso es lo que hacemos. Nos
derrumbamos, escupimos la sangre en el suelo y nos levantamos de nuevo. Eso es lo
que siempre hemos hecho. Eso es lo que somos.
Ella está perdida, Bear y no creo que vaya a ser encontrada. Nada ha
cambiado.
¿Qué?
Conocí a Izzie.
—¿Izzie? —susurro.
Bear, ella es... increíble. Ella es como yo. Más inteligente, incluso. No sé si
tengo palabras para describirla. La traeré de vuelta. Ella es como nosotros. Ella es
tú y yo.
No podemos....
Ella asiente.
—¿Estás segura? —dice Otter detrás de mí—. ¿Cómo han podido no ver
eso...? ¡No me… hay dos... ¡oh mierda!
¿Ella escuchará?
Pero lo hice, ¿no? Hasta este punto. Fuera de la vista, fuera de la mente, y
tengo una vida, estoy construyendo una vida con mi marido. Vamos a tener un niño y
las cosas finalmente van a ir a nuestra manera. Somos felices, estamos sanos, somos
10
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
un conjunto, y no he tenido tiempo para las cosas que he dejado lejos, en un intento
de mantener mi cordura.
Ella dijo lo mismo. Pero tiene que haber alguna forma, ¿verdad?
Había dejado un mensaje para Erica Sharp. Ella había llamado un día más
tarde. Había ido al buzón de voz.
Y no la llamé de nuevo.
¿Qué?
Una lágrima se derrama sobre su mejilla. Solo una. Ella me mira, e incluso
antes de que lo diga, lo sé. De alguna manera lo sé. Y en los rincones más oscuros de
mi corazón, sólo hay alivio y no me molesta no sentir ninguna culpa por eso. Tal vez
eso venga más tarde. Pero ahora mismo, es sólo un alivio.
11
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ya está sucediendo.
Lo hago.
12
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Ajá y esto no tiene absolutamente nada que ver con el hecho de que
Melanie Marshall, de al lado, obtuvo el primer lugar en diciembre en el concurso de
decoración navideña del barrio y te lo restregó.
—No lo sabes.
—Otter, tienes treinta y siete años y acabas de acusar a una ama de casa
protestante de haberse acostado con ellos en primer lugar.
—¿Qué diablos? —murmuré, mirando a una pequeña caja blanca situada justo
encima de la puerta. Pensándolo bien, tal vez no estaba bien con lo de volver a casa
en absoluto.
—Lo encontré en Lowe's —dijo una voz petulante detrás de mí—. Vamos a
ver a Melanie Marshall caer con eso. Tiene ajustes para casi todas las vacaciones.
Incluso el Día Nacional del Queso en julio y es el sonido de un granjero ordeñando
una vaca. Es... espantoso, si soy honesto. No tenemos que celebrarlo.
14
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—La decoración.
—Es estupenda.
—Un poco.
—Probablemente. Pero he tenido un día difícil, así que creo que tengo
permiso.
—¿Es eso así? —Otter se apartó de la entrada y caminó hacia mí, pasos
lentos y deliberados—. Estoy un poco ofendido.
—¿Sí? Me siento muy mal por eso. Una pregunta, ¿cómo conseguiste pasarlos
alrededor de tus muslos? Y una sugerencia, creo que necesito una demostración.
Rodó los ojos un poco, pero eso estaba bien. Quitó mi bolsa de mensajero de
mi hombro y la colgó en el estante al lado de la puerta. Había pequeñas arrugas
alrededor de sus ojos mientras me sonreía, tomando mi cara en sus manos. Su anillo
de boda se sentía fresco contra mi mejilla mientras se inclinaba hacia adelante y me
besaba dulcemente.
15
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Moldear las mentes del futuro es difícil cuando dichas mentes pertenecen
a mierdas que piensan que ya lo saben todo.
—Un poco.
Resoplé.
—Sí, porque Julie permitía que ocurriera algo así. No tuve tiempo de ser
egoísta, no tratando de encontrar maneras para que el Chico y yo permaneciéramos
vivos.
Y no importa lo que hagas, esa voz susurraba, esa maldita voz de la que no
pensé que alguna vez me libraría, siempre estará allí, ¿no? Puedes estar días sin
pensar en ella, y luego ¡sorpresa! Ahí está ella, de nuevo.
—Otter.
—Bear.
16
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Todo el mundo sabe que no puedes entrar en Lowe's sin salir con al menos
diez cosas que no sabías que necesitabas desesperadamente.
—Si, vale. Pero eso no fue culpa mía, fue del Chico.
—Ambos trajisteis a casa ese perro. Y no intentes decirme que no, Otter
Thompson. Vi la expresión de tu cara.
Y tal vez estaba tratando de jugar a estar molesto, pero mi marido estaba
sosteniendo mi mano y pasase lo que pasase le amo mucho, así que solté un suspiro y
dije:
17
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Le miré fijamente.
Y me reí. Por supuesto lo hice. Había tenido un maldito día de mierda, y todo
lo que quería hacer era llegar al final de la semana y oficialmente estaríamos de
descanso para las vacaciones. Estaba malhumorado y cansado, pero Oliver Thompson
estaba aquí, parecía que lo hacía, actuando como él, siendo él mismo, y por supuesto,
me reí.
Dios sabe que la vida no había sido exactamente la mejor. Habíamos recibido
muchas mierdas durante mucho tiempo. E incluso cuando las cosas habían comenzado
a mejorar, siempre había algo que parecía venir que amenazaba con romper todo lo
que tenía cerca de mi corazón. Algunos de ellos parecían de una vida anterior, de
unos días en la playa cuando era joven y estaba asustado pensando que seguro que
llamarían a la puerta con la noticia de que íbamos a ser desalojados de ese maldito
apartamento de mierda con el suelo de madera marrón que crujía peligrosamente
cuando caminábamos.
O sería alguien que se había enterado de que ella se había ido a algún lugar
desconocido, dejando a un niño de dieciocho años a cargo del más inteligente eco
terrorista en formación, un vegetariano con más cerebro que sentido común. Habían
entrado y él estaba gritándome, suplicándome que no dejara que se lo llevaran, y sí,
lucharía por él, gritaría y daría puñetazos y patadas, pero me detendrían y Tyson se
habría ido, ido, ido, colocado en una casa donde no pudiera llegar a él, donde no me
dejarían verlo.
Y aunque yo había estado tan enojado con él, aunque quería olvidar todo lo
que había sucedido entre nosotros, todavía me encontraba atrapado, incluso si no
hubiera entendido el porqué de todo lo que hizo en ese momento. Siempre había
habido esa chispa, este fuego que me quemaba por él y le aleje, aleje y aleje hasta
que no pude más.
Sé que estabas herido y tienes todas las razones para estar enfadado, pero
sólo sé que no ha habido ni un día que no haya pensado en ti y Ty. Tal vez ese sea mi
castigo, saber que lo estás haciendo bien y saber que no tuve nada que ver con eso.
Por lo que vale, estoy orgulloso de ti, por haberlo hecho tan bien a pesar de que las
personas hayan roto sus promesas.
Fue bueno verte, aunque sólo fuera por un momento. Me alegro de haber
conseguido por lo menos eso. Te he echado de menos, Papá Bear.
Y sí, cojeaba un poco, pero estaba aquí conmigo, ¿no? Aquí con esa sonrisa
traviesa en su rostro, esa mirada que yo conocía tan bien, y había una historia entre
nosotros, largos, largos años que nunca pensé que llegaría a tener.
Tenía casi treinta años, y había estado con el amor de mi vida durante casi
una década.
19
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Tal vez era por eso que el Chico no hablaba acerca de cómo iba la escuela,
cómo su mirada parecía estar muerta algunos días, cuando me pregunto si las dosis
que estaba tomando para su trastorno de pánico eran demasiado altas. O tal vez era
la forma en la que todavía había secretos que le escondíamos, acerca de un niño
llamado Ben que nació hace sólo un par de semanas. Otter no estaba de acuerdo, pero
él no me presionó y me dije que era lo correcto, que no estaba escondiendo esto del
Chico porque quisiera hacerlo. No, lo estaba haciendo porque tenía que hacerlo.
Todavía había terremotos a veces y esperábamos que todo parara de temblar
mientras nos acurrucábamos en la bañera con su aliento atascándose en su pecho
mientras luchaba por respirar.
Tal vez un día no me preocuparía por lo que pasó después. Tal vez algún día
podría... dejarlo ir.
Había un hombre guapo con su mano sobre la mía y él me amaba más que
cualquier otra cosa en el mundo.
Mierda.
No era nuestro aniversario (el principal, pero como Otter era un idiota a
veces y él decía, “Hace ocho años hoy, me dijiste que me amabas por primera vez”, o
“Hace seis años hoy, nosotros hicimos una cosa que es probablemente ilegal en siete
estados”, por lo que probablemente deberíamos probarlo de nuevo).
Mierda.
20
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Aja.
Dejó caer mi mano cuando llegamos a la mesa y sacó la silla para mí,
mirándome expectante.
—No.
—Eso…. Bueno. Eso fue divertido. No me rio, porque estoy convencido de que
estás tramando algo y tengo que ser desconfiado, pero aun así es gracioso.
21
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No sería tan difícil. Eres un peso ligero, y decírtelo en la calle es una
apuesta segura. —Acercó la silla a la mesa.
—¿Y por qué suenas tan escandalizado? En caso de que no puedas recordarlo,
hemos estado allí, haciendo eso muchas veces.
—Guau. Toda nuestra vida sexual acaba de ser reducida a estar allí haciendo
eso. Eso es…. No sé qué es eso. —Pero aun así no pude detener la imagen de Bear y
Otter en Greatest Hits en mi cabeza. Añadiendo el hecho de que Otter era un
infierno mucho más flexible de lo que parecía, y tuve que mantener mi mirada para
no deslizarla y babear por él.
22
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Bear?
—¿Qué?
—Sí —dije, frotando una mano sobre mi cara—. Sólo un poco cansado. Me he
perdido, creo.
—¿Dónde estabas?
—Cuando… después de.... Maldita sea, no sé por qué es tan difícil hablar de
esto.
Suspiré.
—Yo estoy…
—Otter, te juro por Dios si vas a disculparte, te voy a tirar mi plato encima.
Él me frunció el ceño.
23
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Qué mirada?
—Esa que uno pone cuando se siente culpable por cosas que ocurrieron hace
mucho tiempo sobre las que no tenías el control. Y ahora tienes esa mirada gruñona
en tu cara cuando sabes que tengo razón, pero no quieres admitirlo.
—Estás divagando.
—Sí, porque eso es algo que yo hago... espera. ¡Está bien, pero no lo estoy
haciendo ahora mismo! Pareces haber olvidado que te conozco mejor que nadie. Estás
siendo muy malo.
—Me conoces mejor que nadie —aceptó, me sirvió una copa y lo colocó junto
a mi plato. Yo no iba a caer. Estaba tratando de emborracharme para preguntarme
por alguna cosa de sexo retorcido que involucrara un cono de tráfico o para decirme
que había estado trabajando con la mafia todos estos años y que teníamos que entrar
en protección de testigos. Realmente explicaría bastantes cosas y ahora me estaba
poniendo esa mirada, esa mirada suave que a veces me ponía, como si supiera que
estaba siendo ridículo. Nunca pensé que alguna vez alguien me miraría de esa manera,
e incluso ahora, incluso después de todo este tiempo, todavía me hacía entrar en un
bucle cuando sucedía.
24
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él esperó.
Respiré profundamente.
25
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡No puedes pegar nada en mi polla! Busca en línea un cono de tráfico, pero
nada va en mi polla, Otter.
Lo miré por encima de la copa de vino, que había vuelto a llenar en algún
momento. Era tan bueno conmigo.
—Yo sé cosas —dije, lamiéndome los labios por cualquier gota de vino que
creyera poder escaparse.
—Bear, cuando recibiste un Smartphone por primera vez, pensabas que una
tienda de aplicaciones era un lugar físico al que tenías que ir para descargar
aplicaciones.
—El vendedor no tenía que ser tan grosero. Quiero decir, actuó como si
nadie hubiera pensado nunca lo mismo antes.
—Puf. Estás efusivo de nuevo. Por favor para. Sé que estoy bien. No
necesitas seguir recordándomelo. Y deja de llenar mi copa de vino.
Me quedé boquiabierto.
26
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No no no. No eres viejo. Quiero decir, eres mayor que yo, pero no eres
viejo. Escuché que treinta y siete es el nuevo algo... cualquier cosa. ¡Y oye! Cuando
llegue tu cumpleaños, treinta y ocho serán el nuevo... sea lo que sea lo nuevo.
Lo odiaba.
Su boca se crispó.
—Apuesto a que esa maldita gaviota ya está muerta —le dije salvajemente—
. Y estoy feliz por eso. Esa hija de puta me jodió. Espero que sea comida para algún
tiburón.
—¿Qué? Por supuesto que lo hacen. Están ahí en el agua. ¿Cómo no hacerlo?
Son aperitivos flotantes.
27
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Estoy seguro de que hay medicamentos para eso, pero ese no es el punto.
Le sonreí.
—Eh. Algo mareado. Pero será más fácil para ti aprovecharte de mí.
Él suspiró, pero vi la forma en que sus labios se movían, y supe que estaba
dejándolo para más tarde. Le gustaba, al menos un poco.
Asentí.
—Bien. Es sólo….
—Otter —dije en voz baja—. Sabes que puedes decirme lo que sea. Somos
un equipo, ¿de acuerdo? Eso es lo que hacemos.
Me sonrió y pensé que era posible que yo aún pudiera hacer algo por este
hombre.
—Sí. Sí, lo hemos hecho. Por eso creo que estamos listos.
28
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Hice lo peor que pude hacer entonces. Me reí. Y la mirada herida en su rostro
me destrozó.
—No —dije rápidamente—. No, no me estoy riendo de ti. Eso fue sólo... una
reacción brusca. No lo es... Dios, lo siento. No quise decir nada de eso. ¿Vale? Estás...
Sacudió la cabeza.
—Yo no… Está bien. Somos un equipo. Hemos estado bien durante mucho
tiempo y creo que estamos listos. He estado... ammm. He estado investigando. —Se
levantó rápidamente, sacudiendo un poco la mesa mientras su silla raspaba el suelo.
Me soltó la mano—. Espera un momento, ¿de acuerdo?
Me obligue a respirar.
A respirar realmente.
Lo hice sólo un minuto antes de que volviera, pero para entonces ya había
empezado a pensar de más de nuevo, esa pequeña voz en mi cabeza riéndose de mí,
diciéndome que era un error, diciéndome que nunca podría hacer esto, preguntando
¿qué podrías saber tú acerca de ser padre? Nunca tuviste uno, susurró. Nunca
tuviste un padre y tu madre te odiaba lo suficiente como para dejarte a ti y a su hijo
29
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
atrás para que te las arreglaras después de robar casi todo lo que tenías. Te
rebajaste, te arrastraste por el suelo y seguro, sí, que de alguna manera estás aquí
ahora, en una bonita casa con un buen trabajo y un buen hombre, pero ¿qué hiciste
exactamente para merecer esto? ¿Y qué podrías tener que ofrecerle a alguien más?
Él vino con una carpeta de tres anillas en las manos, y tal vez era sólo una
coincidencia, tal vez ya la tenía en algún lugar en las cajas de su oficina de arriba,
pero era azul, un azul pálido como un cielo primaveral.
O como un niño, ese color que utilizabas cuando le decías al mundo, mira,
mira, mira, voy a tener un niño, voy a tener un bebé, y así es como se lo muestro a
todo el mundo. Él es azul, azul bebé, y él es mío, él es nuestro, y míralo. Sólo míralo.
—Bien, sé que esto es mucho. Sé que lo es. Pero solo quiero que escuches.
Sólo por un momento.
Asentí.
—Está aquí. Sólo. Umm. Algunas de las cosas que he mirado. —Él abrió la
carpeta poco a poco, y traté de ignorar la forma en que mi corazón se arremolinaba
en mi pecho ante el hecho de que hubiera lengüetas codificadas por colores a lo largo
de los bordes. Era la cosa más estúpida en la que enfocarme, pero no podía apartar
la vista—. No tenemos que tomar ninguna decisión de inmediato, y sé que esto podría
ser mucho para ti, pero pensé que tal vez podríamos ver todo esto juntos.
—Sí. Sí. Solo un poco. —Sus dedos se apretaron de nuevo sobre la cubierta
de plástico, y todavía no podía superar que estuviera dividido en secciones—. Quiero
decir, son muchas las opciones que tenemos. Las cosas no son como eran cuando nos
reunimos por primera vez. Ahora las cosas son mejores para las parejas del mismo
30
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
sexo. Ni siquiera tenemos que mirar fuera de EE.UU. Quiero decir, podemos, y si esa
es la dirección en la que quieres ir, estoy totalmente de acuerdo con eso, pero... Sólo
quiero empezar. ¿Ya sabes? Empezar por algún lado. Una conversación. Sobre la
adopción o la subrogación y… está bien. Sé que es mucho y puedo decir por la mirada
en tu cara que...
—No es... Bear. Quiero esto y quiero que quieras esto también. No quiero
forzarte ni obligarte. Pero me gustaría que habláramos sobre esto, ¿sabes?
—Yo…
—¿Ty?
No hubo respuesta.
Su frente se arrugó un poco y todo lo que pude pensar era que por una cosa
o por otra, de alguna manera, sabía que algo no estaba bien.
Hubo un jadeo ahogado en el pasillo, algo que conocía muy bien. Era el sonido
de mi hermano que luchaba por respirar, para meter a la fuerza aire en sus pulmones,
aunque su garganta se estaba cerrando y las garras rojas del pánico le desgarraban
su piel.
31
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Tyson Thompson estaba desplomado contra la puerta ahora cerrada, con los
pies resbalando por debajo de él, la piel pálida y los ojos vidriosos abultados incluso
mientras intentaba quitarse el cuello de su camisa como si le estuviera ahogando.
—¿Chico? Tyson.
No lo estábamos ahora.
32
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Así es —dije, con voz ronca—. Está bien. Estamos aquí, ¿de acuerdo?
Estamos aquí y vas a respirar conmigo, ¿de acuerdo? Eso es lo que vas a hacer. Vas
a respirar. Lo sostienes. Y luego vas a respirar de nuevo. Esperas otra vez. Y lo
haremos todo el tiempo que sea necesario.
Y él lo hizo. Finalmente.
Su piel cogió un poco de color una vez que su garganta se aflojó lo suficiente
como para respirar erráticamente.
—Pensé... maldición. Pensé que estaba mejorando. Pensé que podría... —Su
voz se quebró mientras sacudía la cabeza.
33
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él bufó.
—Es verdad.
Lo miré de inmediato.
34
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Era parte del trato que hicimos —le recordé al Chico—. Antes de que
saliéramos de aquí y antes de que te dejáramos terminar con tu terapia. Cualquier
cosa como esta que suceda, lo hablamos para que podamos entender lo que te lo
provocó y así poder evitar que eso vuelva a suceder.
—Sí, bueno. No hay nada que puedas hacer al respecto. Fue estúpido. —
Gimió—. Jesús.
—¿Qué?
—No es nada…
—Tyson.
Golpeó de nuevo la cabeza contra la puerta, pero fue sólo un golpecito. Tenía
los ojos cerrados, pero no soltó mi mano.
—No lo es, no fue nada grave. Ni siquiera sé por qué sucedió. Yo estaba
caminando a casa y había… había una mujer que le estaba gritando a su hijo, se me
cruzaron los cables y pensé que era ella y… no lo era. Sé que no lo era. Por supuesto
que no lo era. Pero pensé que sí lo era y luego seguí en espiral hasta...
Traté de no mostrar el alivio que sentía por eso. No por lo que él había dicho
(porque que me jodan y la jodan a ella también), pero sí por el hecho de que había
sido capaz de sacarlo fuera. No siempre había sido así. Pensé que significaba que
confiaba en nosotros, que él estaba haciendo su parte y que estaba funcionando. No
importaba lo inteligente que fuera, no importaba lo que hubiera pasado para llegar a
este punto, todavía tenía sólo dieciséis años. Cuando tienes dieciséis años, las cosas
parecen mucho más grandes de lo que realmente son.
35
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter suspiró.
—Joder claro que puedo. Yo soy tu guardián. Eres menor de edad. No puedes
hablarme así.
—Dame tu teléfono.
—¿Mi teléfono?
—Los chicos de mis clases parecen morir cuando les quito sus teléfonos, así
que supongo que es un castigo lo suficientemente adecuado.
36
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Pero entonces…
—El cual sólo se puede utilizar con supervisión una hora por noche. Y no
tienes permitido usar tu Súper Nintendo.
—¡Y vendrás directamente a casa, y te irás a la cama a las ocho! No, a las
siete y media.
—Yo lo pago.
—Yo lo uso.
El Chico suspiró.
37
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Podríamos planearlo todos juntos —sugirió Otter—. Creo que, entre los
tres, podríamos planear el asesinato de alguien que nunca hemos conocido y
probablemente no nos pillasen. Realmente necesito dejar de hablar. Es culpa vuestra.
Y Ty se rio entonces y fue una risa un poco ronca y tal vez un poco forzada,
pero era mejor de lo que había sido antes.
Tal vez no era... apropiado seguir como estábamos, pero escuchar la risa de
Ty lo hacía bueno. Esa excusa probablemente no se mantendría en un tribunal cuando
estuviera en un juicio por asesinato, pero me preocuparía más tarde.
—Estoy bien. Estoy bien. Probablemente me tome una píldora y deje que
haga efecto.
Es por eso que fruncí el ceño ante lo vacío que estaba el bote.
Tal vez él... Sacudí la cabeza mientras sacaba una píldora. Volví a ponerle la
tapa y la puse de nuevo en el lavabo.
38
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
El Chico abrió la puerta, parecía agotado, con los ojos un poco hinchados.
Llevaba una sudadera y una fina camiseta blanca.
—Tu cabello está un poco largo —dije en voz baja—. ¿Necesitas que te pida
cita para un corte?
—No va a pasar.
—Imbécil.
—Pequeña mierda.
39
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Toma la píldora.
Me tendió la mano.
Dudé.
—¿Qué?
—Parece ser que hay unos pocos menos Xanax en el bote de lo que debería
haber.
—Sí. Nada malo. Estaba tomando mi dosis ayer mientras me cepillaba los
dientes. Cayeron en el fregadero. El grifo estaba corriendo y se derritieron
rápidamente. Olvidé decírtelo.
Y sí. Esas cosas pasan. Demonios, había hecho algo así antes.
—Buenas noches.
Y cerró la puerta.
40
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Fruncí el ceño.
—¿Qué?
—Entre su decisión de querer venir aquí y todo lo que estaba dejando atrás,
no sé qué hacer a veces.
—Sí.
Suspiré.
—Sí.
—Va a averiguarlo. Tarde o temprano. —El cual era un día que no estaba
deseando que llegara.
—Creo que hicimos lo que creíamos correcto. En ese momento. Tal vez era
una traición o tal vez era un acto heroico…
41
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Su mano estaba en mi cabello, y supe que lo había dejado ir, pero por alguna
razón, no podía.
—La carpeta.
—¿Sí?
—¿Puedes... aplazarlo? Por ahora. No la descartes. Pero, ¿tal vez sólo dejarlo
de lado? Solo por un tiempo.
A veces pensaba que Otter era nuestra recompensa por toda la mierda que
nos habían echado al Chico y a mi encima durante nuestras cortas y complicadas
vidas. Y si lo era, era lo mejor que podíamos desear. Apestaba que él se hubiera
llevado la mierda en este trato.
Me besó en la frente.
42
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y tal vez lo hice. Tal vez vi todas las señales, pero decidí no creerlas. Quizás
inconscientemente las ignoré, porque sabía que el Chico no podía ser tan estúpido. Él
no podría serlo. Él era el Chico. Era la persona más inteligente, valiente y feroz que
había conocido. Sus convicciones eran duras, su corazón fuerte, su cabeza estaba en
el lugar correcto. Lo sabía. Sabía todo eso.
Más tarde:
—¿Ya sabes qué quieres ser después? ¿Qué quieres hacer con tu vida?
—Ya sabes cómo es, papá Bear. La competencia es dura. No puedo hacerlo
todo bien todo el tiempo.
—No, está bien. Lo sé. Solo... sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? Si
lo necesitas estoy aquí.
—Sí. Si lo sé.
43
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y más tarde, después de que le hubiera dicho la verdad, pensaría que, si Dom
hubiera estado allí, si todavía hubiera sido parte de la vida del Chico, lo hubiera visto.
Él lo habría sabido. Y no hubiera sucedido nada de esto en absoluto.
Y eso... bueno.
Otter estaba fuera de la ciudad, había sido contratado por algún sitio web
político del que nunca había escuchado. (“Me hubiera sorprendido que lo conocieras”.
“¡Oye! ¡Yo sé cosas!”) Para seguir a un nuevo y prometedor tipo de Martha’s Vineyard1
rechazado en la campaña electoral cuando se enfrentó a un bochornoso escándalo.
Otter me había enseñado la foto del hombre al que iba a acechar (“Fotografiar, Bear,
fotografiar”), y era así con todo su pelo ondulado y dientes blancos y perfectos, y le
dije a Otter en términos inequívocos que, si este idiota intentaba algo con él, le
cortaría todos sus dedos.
1
Martha's Vineyard es una isla situada alejada de la costa este de los Estados Unidos.
44
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Era realmente una situación incómoda, pero luego él giró su muñeca y yo le chupé el
cuello mientras resoplaba en mi oído.
Se había ido para pasar un par de semanas y no regresaría hasta dentro unos
seis días, pero no estaba triste.
—Bien —le había dicho. —Porque estoy bastante seguro de que mis pulmones
están a punto de caerse de mi boca.
—Gracias. De verdad.
—Para. No lo hagas. Solo siento pena por mí mismo. Lo estás haciendo bien
con como se llame. ¿Te ha follado ya? Todo el mundo sabe que la mayoría de los
jóvenes republicanos contratan prostitutas homosexuales y tienen relaciones
sexuales con ellas.
—Por favor —resoplé—. Yo tuve una novia una vez. Sin embargo, te ha
besado.
—Oh tío.
45
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter gimió.
—Mentira —dije con un sorbido—. Me amas. Es por eso por lo que arruinaste
mi hogar, me sedujiste y me arruinaste para que no hubiera nadie más.
—También te amo.
El timbre sonó.
46
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
No lo sabía
—Bien, se ve asqueroso.
—No puedo permitir que eso suceda —murmuré—. No puedo ser apuñalado y
morir. —Traté de levantarme, pero resultó ser una mala idea, así que me senté de
nuevo con un gemido—. Bueno. Bien. Adelante. Puedes matarme. Solo hazlo rápido. Y
dile a Otter que cuando se vuelva a casar con Phinneus Van der Woods cuarto, no
puede permitir que su anuncio de compromiso en el New York Times diga nada cómo
que la feliz pareja le gusta navegar en su tiempo libre, porque eso es jodidamente
estúpido. En serio. ¿Yates? También podrían jugar al croquet usando mazos hechos
de madera reutilizadas de la antigua Casa de Verano que había sido construida por
Jebediah Van der Woods a finales del siglo XIX...
—Guau —dijo una voz que no reconocí—. Eso es... muy específico.
Abrí mis ojos. De pie, torpemente cerca de la puerta había un niño que nunca
había visto antes. Era delgado y llevaba jeans ajustados (Pitillos3, recordé que los
llamaban los jóvenes… jodidos tipos inseguros). Su piel era oscura y encantadora y
me estaba mirando con una expresión curiosa.
2
Martha Helen Kostyra, más conocida como Martha Stewart, es una empresaria, autora y
presentadora de televisión estadounidense que formó un imperio con su negocio de estilo de vida
y cocina.
3
NT: En el original skinny jeans, pantalones muy ajustados.
47
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sí, parece que... oh, Dios mío, hay un Kleenex usado pegado a mi zapato
que no es de Testoni. ¿Qué está mal contigo? ¿Cómo pudiste hacerme esto a mí?
—Aunque esto es muy divertido —le dije, ronco— si no estás aquí para
matarme o traerme galletas, ¿quién demonios eres y qué es lo que quieres?
48
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No. No, no, no, él está bien. Lo juro. No es... hombre, no vas a creer esto.
Sacudió la cabeza.
Lo miré de reojo.
Corey suspiró.
—Bueno. Te señalaba a ti, pero te juro que no es por eso por lo que estoy
aquí.
—Tal vez deberías explicar rápidamente por qué estás aquí antes de llamar
a mi marido para decirle que el acosador de mi hermanito me está acechando.
Él pareció sorprendido.
—¿Marido?
Lo miré fijamente.
49
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Créeme. No tengo ningún problema con eso en absoluto. ¿Es ese que está
contigo en la foto de la pared? Santo infierno. Qué manera de posar. Hablando de
un PAQMF4…
—Corey.
—Bien. Lo siento. Mira. Estoy haciendo esto porque creo que es lo correcto,
¿de acuerdo? Solo... no le digas a tu hermano que estuve aquí. No quiero involucrarme
más de lo que ya estoy.
Cruzó los brazos sobre su pecho, y parecía nervioso por pararse frente a mí.
No sabía lo que estaba mal, pero no podría haber sido nada bueno. Casi no quería
escuchar lo que tenía que decir.
—¿El Chico?
Él se encogió de hombros.
4
Dad I'd Like to Fuck: Padre al que me follaría.
50
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Yo no… mira… estoy aquí porque quiero hacer lo correcto, ¿vale? Y me dije
a mí mismo que tal vez no era nada. Tal vez solo estaba... viendo cosas. Pero entonces
no podía dejar de pensar ¿y si fuera algo? Y simplemente no pude sacarlo de mi
cabeza. Porque si es algo, entonces no es bueno. Y a pesar de que odio hacer las cosas
a la espalda de otra persona, a veces es lo correcto.
Me sentí pegajoso, y no pensé que tuviera nada que ver con mi resfriado.
Él vaciló.
—¿Qué?
Él me contó una historia entonces. Acerca de un tipo con el que solía salir,
un puto idiota que Corey había pensado que ese chico malo estaba cambiando. Resultó
que debajo de todo el cuero, la arrogancia y la colonia barata había un imbécil que
hizo que vendiera Klonopin, Adderall y Xanax para desestresar a chicos de la
fraternidad y chicas de la hermandad, personas que buscaban una forma de quitarse
el estrés de maneras que el alcohol no podía proporcionar. A Corey le había llevado
más tiempo del que le importaba admitir dejar al idiota, pero lo había hecho y estaba
mejor por eso.
51
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él era inteligente, seguro. Por supuesto que sí. Él era Tyson Thompson,
después de todo. Su coeficiente de inteligencia era alto, se había saltado varios
cursos, se había graduado joven, había ido a la universidad a los dieciséis años y sí,
sus notas habían descendido un poco, pero luego había cumplido diecisiete y nos pidió
que confiáramos en él. Puedo con esto, Papá Bear, me dijo. Puedo manejar esto por
mí mismo. Déjame hacer esto por mi cuenta. Y seguro como mierda, yo le había dicho
que estaba bien, porque había confiado en él. Él nunca me había dado indicaciones de
lo contrario, nunca me había mentido, nunca me había ocultado nada, o al menos eso
creía.
Y sí, tal vez no estábamos pegados el uno al otro como lo habíamos estado
antes. Hubo años en que él había sido mi único centro de atención, cuando todo lo
que podía pensar era en asegurarme de que estuviera alimentado, bañado, feliz y
completo, y aunque al principio me sentía mal, retrocedí lentamente, porque
necesitaba ser su propia persona. No necesitaba que estuviera siempre sobrevolando
su hombro, sin importar cuánto deseaba hacerlo. Y fue difícil al principio, era difícil
dejarlo salir al mundo exterior y atemorizante que fuera por su cuenta, sabiendo que
había personas que podrían lastimarlo, que lo lastimarían. Otter me había abrazado,
me había susurrado al oído que tenía que cometer errores, era inevitable, después
de todo, pero estaríamos aquí para ayudarlo, nunca lo dejaríamos atrás. Las cosas
están cambiando, había dicho Otter. Pero todo estará bien, Bear. Lo prometo.
Y tenía otras cosas en marcha, ¿no? Tenía un trabajo. Tenía otros niños en
mi vida que me importaban, otros niños que eran exasperantes y fascinantes, todo al
mismo tiempo. Tenía una casa en una ciudad que casi comenzaba a sentirse como
estar en casa, sin importar lo mucho que me llamara el océano agitando mi mente.
Tenía amigos, y tal vez eran del tipo con los que solo me reunía una vez cada dos
meses para tomar una cerveza, pero eran míos. No eran Creed y Anna, no eran de
toda la vida y para siempre, pero eran buenos.
52
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero por primera vez en mucho tiempo, me sentí bien en mi piel. Estábamos
haciendo planes para el futuro en lugar de ir día a día. No solo estábamos
sobreviviendo.
Estábamos viviendo.
O eso pensé.
Eran las pequeñas cosas, ¿no? Las pequeñas cosas que no había reunido para
poder ver la imagen como un todo. Los ojos vidriosos. Los movimientos robóticos. La
indiferencia. El Chico era impetuoso. El Chico era sarcástico. El Chico era fuego e
indignación, ruidoso y vital.
Pero él no había sido así desde hace mucho tiempo. Tal vez por un largo
tiempo.
Y aquí estaba ahora. Siendo arrastrado a la luz por un niño que no conocía.
El conocimiento es una jodida puta, porque ahora que podía verlo, pensé que
tal vez se remontaba a meses y meses atrás, y mientras Corey hablaba, mientras me
contaba lo que había visto, no pude evitar sentir una creciente sensación de horror
que no había sentido nunca por haberme perdido todo esto.
Principalmente.
Sí. Eso estaba mal. Estaba tomando mi dosis ayer mientras me cepillaba los
dientes. Cayeron en el fregadero. El grifo estaba abierto y se derritieron
rápidamente. Olvidé deciros algo.
Apreté los dientes, presioné mis palmas contra mis ojos y mis hombros
temblaban.
—Yo... lo vi —dijo Corey—. Hablando con mi ex. Me dije que no era nada. No
sé si era así, no lo sé. Solo necesitaba verlo, ¿sabes? Por mí. Pensé que tal vez estaba
exagerando. O que no era de mi incumbencia lo que este chico, que no conozco, hace.
Es su vida, ¿verdad? No la mía. Tengo mi propia mierda de la qué preocuparme. Pero...
simplemente no podía dejarlo ir. No sé por qué. Yo solo... recuerdo haber leído sobre
él. En el periódico de Dartmouth. Era tan... efusivo y hablaba sobre lo mal que lo
había pasado y todo lo que había superado para llegar a donde estaba y no era justo
que lo hiciera. Así que los seguí.
53
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Esto le era familiar. Había salido con su ex durante casi ocho meses. Él sabía
lo que parecía.
Y luego siguió al Chico a la biblioteca, chocando con él entre los estantes con
fuerza. La mochila de Ty se cayó, el bote se abrió y las pastillas de diferentes
formas, tamaños y colores se derramaron sobre la alfombra.
—Le hice una foto —dijo Corey, mirando sus manos—. Con mi teléfono. Así
pude ver que eran cuando las busqué más tarde. Los números y las letras.
—No es de mi incumbencia, lo sé... Es solo que nunca sabré por lo que pasó,
¿sabes? O lo que hiciste, Pero eso no significa que no haya lidiado con mi propia
mierda. Recuerdo, cómo era ¿sabes? Cosas como esta. Y es solo... parece un buen
tipo. Y si va a ser una especie de salvador como todos piensan que es, entonces no
necesita estar haciendo esta mierda.
54
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y yo quería hacerlo.
55
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
No respondí.
—Él está…
—Él está bien. Por ahora. Él no está herido. Pero si no estás aquí, no puedo
prometerte que no lo estará cuando termine con él.
Me quité el teléfono de la oreja y solo tuve que buscar por un momento hasta
que pude hacer una foto y enviársela por mensaje de texto.
—¿La tienes?
56
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Como lo descubriste?
—Ya voy. Lo juro. Solo, no hagas nada precipitado, ¿de acuerdo? Incluso si
por algún motivo llega a casa, no lo presiones. Lo solucionaremos. No es demasiado
tarde. Lo hemos pillado a tiempo. Se puede arreglar. Arreglaremos esto.
—Sí.
(—Solo tenemos unas pocas personas en nuestras vidas, personas que nos
amarán incondicionalmente ¿Por qué crees que es? Creo que es por momentos como
este, cuando piensas que se han ido y ves cuán grande es el agujero en tu corazón. Y
es grande, ¿no es así, Bear? Todos somos un enigma, y cuando uno de nosotros se va,
esa pieza falta y estamos incompletos. Tú, por encima de todos los demás, deberías
haberte dado cuenta de eso.
—El Bear que conozco no permitiría que eso sucediera. El Bear que conozco
patearía y gritaría y se abriría camino para proteger lo que es suyo. El Bear que
conozco pelearía. Y lucharía. Y lucharía hasta que no le quedara nada, porque el Bear
que conozco nunca se rendiría).
57
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sí —murmuré.
Él me miró.
—Bear.
—Es listo. Más inteligente que los dos juntos. Podría haber cometido un
error tarde o temprano, pero lo hacía bien escondiéndolo.
Yo resoplé.
—Un error. ¿Cuál crees que habría sido ese error, Otter? Dime. ¿Habría
sido cuando lo encontráramos a la mañana siguiente en su cama, jodidamente ahogado
en su maldito vómito?
—Tenemos que estar juntos en esto, Bear —dijo y las líneas duras en su
rostro se suavizaron un poco—. No podemos estar en desacuerdo. No sobre algo
como esto. Él lo verá. Ayer, hubiera dicho que no manipularía algo así, pero...
58
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿La llamaste?
Asentí.
—Debe haber esperado hasta que terminara con sus sesiones antes de
tomar más —dijo Otter, mirando los botes.
—Ella me dio una lista. —Mi visión comenzó a estrecharse un poco—. Una
lista de lu… lugares donde podemos enviarlo. Donde pueden ayudarlo a conseguirlo...
conseguirlo…
—No, oye, no, Bear. Escucha, ¿de acuerdo? —Sus brazos estaban a mi
alrededor, y presioné mi cara contra su cuello. —Un paso cada vez. ¿Vale? Un paso
cada vez. Tal vez no es tan malo como parece.
59
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Bien.
El Chico se detuvo por un momento, sin saber que estaba siendo observado.
Cerró los ojos, respiró hondo y lo dejó salir lentamente. Él movió su cuello de lado a
lado y rodó sus hombros, como si se estuviera preparándose para algo. Vi como él
forzó una sonrisa en su rostro, y gritó:
—Estoy en casa. No sabía qué tipo de Kleenex querías, así que compré uno
con loción.
E incluso frente a todo lo que me habían dicho, con todo lo que había
encontrado, fue esta pequeña muestra que finalmente me convenció de que me
estaba mintiendo y manipulando.
Sí, sí, susurró. Allí esta. Siempre va a ser eso. Pero ni siquiera lo conoces
ahora, ¿verdad? Él te ha ocultado esto durante meses. Es un poco jodido si lo piensas,
¿no? ¡Oye, pero solo piensa en lo que se parece a su madre! ¿No es divertido?
Él me vio mirándolo.
60
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Me tragué tanta ira como pude y fue más difícil de lo que esperaba. Me volví
hacia adelante.
—Oye —dijo, dando un paso hacia nosotros—. ¿Qué estás haciendo en casa?
Pensé que no estarías de vuelta hasta la próxima semana.
—Tyson. Ahora.
No pensé que alguna vez fuera a escuchar a Otter hablar así. A nadie. Y si
Ty no había pensado que algo estaba mal antes, estaba seguro de que ahora sí. Me
pregunté qué estaba pensando, qué narrativa estaba tratando de inventar. Otter
estaba enojado, eso era seguro. Estaba rígido y en silencio, lo que probablemente
empeoró las cosas. Por un momento, me sentí mal por eso, y odiaba lo que estábamos
a punto de hacer, lo que él nos estaba forzando a hacer. Mi cabeza estaba cargada
de nuevo, y no quería nada más que arrastrarme a la cama y fingir que todo estaba
bien, que nada de esto había sucedido.
61
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
El Chico me miró.
—¿Bear?
Me quedé callado.
—¿Sabes qué? No creo que lo haga, he tenido un día largo y estoy cansado.
—Se dio vuelta para alejarse.
—Da un paso —dijo Otter— y puedes buscarte otro lugar para dormir esta
noche.
Cerré los ojos. Habíamos hablado sobre esto de antemano. Sobre lo que
haríamos y lo qué diríamos. Y a pesar de que Otter tenía razón, a pesar de que tenía
que decirlo, era una conmoción para el sistema y tuve que morderme la lengua para
no gritarle. A los dos.
—Mentira —dijo.
—Bear.
Oh, esto es bueno, susurró. ¿No lo escuchas en su voz? Está enojado, sí,
claro, pero también tiene miedo. Bear, Bear, Beat, dice. Papá Bear. ¿Por qué le dejas
que me hable así, Papá Oso?
—Te hemos dado una opción —dije en voz baja—. Sugiero que le escuches.
62
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él bufó.
—¿Y vas a dejar que me hable de esa manera? —me preguntó El Chico.
Me encogí de hombros.
—¿Qué es esto?
—En serio, ¿así es como vas a jugar esto? Como si fuéramos estúpidos.
Pensé que se iría. Realmente lo hice. Pensé que saldría por esa puerta y
cerraría de golpe detrás de él. Su terapeuta nos lo había advertido. Que era una
posibilidad. Que podría correr, correr y correr, y que podríamos no tener noticias
suyas durante días.
Pero no lo hizo. Por razones que apenas podía comenzar a entender, se quedó.
Nos gruñó, un sonido molesto que debía sonar enojado, pero salió petulante.
Casi arrojó su mochila a Otter, que la cogió en el aire con una mano, sin importar
cuán pesada fuera.
63
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Siéntate, ahora.
Nos dio una amplia ventaja mientras se movía hacia el sofá opuesto, con el
ceño fruncido. Se sentó con las manos juntas en su regazo, la pierna saltando arriba
y abajo, golpeando el suelo de madera. Una pequeña gota de sudor corría por su
frente cerca de su ojo.
Klonopin también, aunque en una dosis más alta que la que le habían recetado
al Chico una vez.
Adderall, que ni siquiera fue algo que discutiéramos. No era una benzocaína.
Por algunos de los niños que tenía en mis clases, sabía que generalmente se recetaba
para trastornos asociados con las drogas.
—Algunos otros también —murmuró Otter en voz baja. Y era verdad, había
una o dos pastillas que no estaban etiquetadas en la foto—. Parece el Vicodin que
tengo para mí pierna. La misma dosis.
Lo ignoramos.
—¿Cuándo fue la última vez que tomaste alguna? —le pregunté a Otter.
65
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
que comenzaran las clases para el Chico y para mí. El agua había estado tibia y un
poco turbia, pero Otter se estaba riendo, el Chico chillando cuando lo había
salpicado. Ty se burló de nosotros cuando Otter se quitó la camisa y se flexionó,
mostrándome como siempre. Le había mirado con la boca abierta y el Chico se ahogó
y se tapó la boca, pero todo estaba bien. Todo estaba bien porque estábamos juntos;
estábamos vivos después de toda la mierda por la que habíamos pasado.
El Chico estaba con los brazos abiertos, roncando sobre las toallas grandes,
su piel un poco rosada y un brazo sobre los ojos.
Estaba tenso, inmóvil y deslumbrante. Sus labios eran una línea delgada, con
las cejas fruncidas y los ojos entrecerrados. Miré fríamente en respuesta, tratando
de mantener mi cara cuidadosamente en blanco. Fue más difícil de lo que pensé que
sería, dado que no quería nada más que estrangularlo.
—Eso no es mío.
—No puedo, Jesús. Bear, no sé lo que crees que hice o lo que estoy haciendo,
pero te lo prometo, no es...
—Solo quedan unos pocos —murmuró Otter—. Sé que había más que eso.
Las había. El bote estaba medio lleno cuando le extraje esa píldora después
del día en el lago. Lo recordaba claramente.
—Y me he centrado en la escuela…
67
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él parpadeó.
—¿Qué?
—Bien.
—¿Bien?
—Creo que te sorprendería saber la de que cosas que podemos hacer —dije.
—¿Quieres saber cuánto peor podría ser, Chico? Estás a punto de descubrirlo.
Porque a partir de ahora, voy a estar tan metido en tu culo, que ni siquiera podrás
respirar sin yo saberlo.
Se puso de pie, con los ojos llameantes, y allí estaba, mi Chico hurgando en
el zombi en el que se había convertido. Este era el Chico que yo conocía, el Chico que
se indignaba por las cosas más estúpidas. (—Se llama Double Down, Bear, y es un
sándwich que no usa pan. En su lugar, usan dos pedazos de pollo frito y luego ponen
queso y bacon en el medio. Aparentemente, no es tan malo que los pollos se críen en
cárceles estrechas y sean alimentados con hormonas de crecimiento. ¡Oh, no, no para
los estadounidenses! No, tampoco que lleguemos a tener la posibilidad de tener un
68
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
ataque al corazón y otras mierdas, ¡todo al mismo tiempo! ¡KFC es lo peor, Bear! Ellos
son los peores. Es por eso por lo que estoy haciendo estos folletos con el coronel
Sanders con un bigote de Hitler. ¡La gente necesita saber la verdad! —) Este era el
chico que había conocido durante años. Él no se había ido. Él solo estaba enterrado.
—No tengo que sentarme aquí y aceptar esto —nos gruñó—. No soy un niño.
No puedes tratarme como tal.
—Creo que verás que hay bastantes cosas que podemos hacer —dijo Otter
fácilmente—. Siéntate.
Otter golpeó su mano sobre la mesa. Los botes de píldoras vibraron y algunas
cayeron.
69
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Creo que sí —dije, la voz un poco ronca. No aparté la mirada del Chico
cuando Otter tomó mi mano y apretó—. Creo que sabes exactamente lo que
queremos. Creo que sabes exactamente de qué se trata. —Asentí con la cabeza hacia
los botes de píldoras—. Encontré esos en tu habitación, Chico. Esto no pinta bien
para ti.
—Aparte del hecho de que la mayor parte de tus mierdas, como tú las llamas,
te las compramos nosotros —dijo Otter—. ¿Qué tal que además aparentemente ya
entraste a nuestro baño y cogiste unos pocos Vicodin? No es tu mejor argumento.
—¿Por qué estáis haciendo esto? —preguntó el Chico, mirando entre los dos,
con ojos duros.
—Porque te amamos.
—Bien —dijo—. Bien. Amor. Manera de intervenir. Eso es lo que es esto, ¿no?
Crees que encontraste algo que no es mío y ahora estás organizando una intervención.
Jesús. ¿Sabes lo ridículo que es esto? ¿Qué tan estúpido es? No hay nada malo
conmigo, estoy bien. Realmente estáis exagerando. ¿De acuerdo? No es lo que
parece.
Él abrió la boca una vez. Luego lo cerró. La abrió. La cerró. Hizo un ruido en
el fondo de su garganta y miró hacia la puerta principal, como si estuviera midiendo
la distancia para ver si podía tomarse un descanso.
Al final, no lo hizo.
Él solo... se sentó allí, con los brazos cruzados sobre su pecho, negándose a
mirarnos a los dos. Y fue fácil verlo entonces. Las bolsas debajo de sus ojos. Su piel
cetrina. Estaba más delgado que antes. Llevaba capas, pero aún podía verlo. Y me
sorprendió cuánto más enojado estaba conmigo mismo en lugar de con él. Debería
haberlo visto. Debería haberlo visto todo esto. Nunca debería haber llegado tan
70
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
lejos. Hubo un momento en nuestras vidas en que no habría sido así, porque cada cosa
que él hacía, yo lo vigilaba, no quería dejarlo fuera de mi vista por temor a que
simplemente... se fuera, como todos los demás en nuestra vida habían hecho.
Tenía que recordarme eso a mí mismo. Que esta persona no era el Chico que
había conocido. Zombi Tyson no era real. Él no era el Chico que escribió malos poemas
sobre Santa, que en realidad era Satanás. Él no era el Chico que solía arrastrarse
por mis piernas hasta que lo sostenía en mis brazos, sus manos en mi pelo mientras
balbuceaba en mi oído. Este no era el Chico que me había sonreído con una bocanada
de helado de soja, que se reía con todo su cuerpo, con la cabeza echada hacia atrás
y las manos agarrándose el estómago. Quien una vez nos preguntó a Otter y a mí
para qué era la trastienda en un bar gay. Quien le anunció a su clase en la graduación
que era gay y estaba orgulloso de ello, lo que implicaba que nunca le permitiría una
mierda a nadie. Quién una vez me llamó por teléfono, con palabras ahogadas y
húmedas, diciendo… estábamos hablando y luego ella dijo que su cara se sentía rara
y luego sus ojos comenzaron a caerse, comenzó a hablar como si estuviera borracha
y luego se cayó, se cayó y su cabeza golpeó la alfombra e hizo un ruido extraño. Llamé
al 911 y llegó la ambulancia, pero no se despertó, le grité y le grité, pero ella no se
levantó…
Este no era él. No podría serlo, después de todas las cosas que habíamos
pasado, no podría haber llegado a esto.
—Yo no…
Nosotros esperamos.
Nosotros no hablamos.
—Estoy bastante seguro de que eso no es cierto —dijo en voz baja Otter—
. Especialmente mirando desde donde estamos sentados.
Él dejó caer sus manos. Vi mientras recogía las rodillas deshilachadas de sus
jeans, algo que se suponía que era elegante pero que nunca entendí. ¿Cuál es el punto
de comprar pantalones que ya tenían agujeros en ellos? El Chico se había reído de mí
cuando le conté todo, esa pequeña sonrisa en su rostro que ponía cuando pensaba que
yo era un viejo oso gruñón, como él lo llamaba.
—¿Sabes lo peligroso que es esto? —le pregunté—. ¿Lo qué podrías haberte
hecho a ti mismo? ¿Lo qué te has hecho a ti mismo mezclando estas drogas Tyson?
Eso no es… eso no es saludable. Para ti. Para tu cuerpo. Jesús. ¿Qué pasaría si...? —
Negué con la cabeza, negándome a seguir esa línea de pensamiento.
—Está bien —dijo Otter, por el chillido de indignación del Chico—. No nos
salgamos de la pista. Chico. ¿Cuándo comenzó esto?
—¿Las píldoras? Oh, no sé, Otter. Tal vez fue el momento en que me
obligasteis a ir a terapia. ¿Recuerdas? Te dije que estaba bien, que no necesitaba a
nadie después de Eddie y especialmente no aquí, pero me obligasteis a ir y luego
saltasteis con todo corazón al tren de las drogas con su primera sugerencia.
72
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
¿Recuerdas? Sí, estoy bastante seguro de que lo haces. Ella dijo que tomara píldoras
y los dos os quedasteis sentados allí con estas pequeñas expresiones de alivio en
vuestras caras. Oh, mira, hay una solución, hay una solución para que no tengamos
que lidiar con Tyson y todos sus problemas. Estará tranquilo, suave y con ojos
vidriosos, ¿no? ¿No es así cómo fue? Sí. Entonces, Otter, comenzó cuando
acordasteis medicarme.
El Chico no dijo nada, aunque le temblaban los hombros. Hice todo lo que
pude para no ir hacia él, acercarlo y susurrarle al oído que todo iba a estar bien.
73
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él no nos miró.
Bajó la cabeza.
Él murmuró algo.
Se aclaró la garganta.
—Pero...
Y eso llamó su atención. Levantó la cabeza y tenía los ojos muy abiertos, las
mejillas encendidas.
74
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero incluso yo podía ver que ya era demasiado tarde para eso. Me sentí
culpable por eso, por haberlo empujado hasta ese punto, pero pensé que era
inevitable. Teníamos que afrontar el problema o no íbamos a obtener ningún otro
resultado final.
—No, no, no —dijo el Chico, con tono agudo y maníaco—. No, escucha, ¿de
acuerdo? Tienes que escucharme. Bear, Papá Bear, por favor, escucha… Oh por favor.
No soy adicto. Lo juro, lo juro, yo... oh, por favor no me hagas irme, no puedes dejar
que me vaya, ¿de acuerdo? Solo soy un hombre pequeño, por favor, Otter, no pu…
puedes obligarme a irme, no s… sé a dónde ir, no tengo ningún otro lugar adonde ir,
y no puedo hacerlo. Estoy solo, no puedo porque eres todo lo que tengo. Eres todo lo
que me que… queda porque la señora Paquinn se fue, y Dom se fue, se fue… se fue,
así que por favor. Por favor no me dejes también. No puedo respirar, oh, Bear, no
puedo respirar. El terremoto. Oso, hay un terremoto.
—Entra —me dijo Otter bruscamente, hablando por encima de los gritos
agudos del Niño, de por favor, por favor, por favor.
Giró la cabeza y se volvió contra mi hombro, con la boca abierta y los dientes
al descubierto mientras trataba de aspirar aire. Apoyé la frente contra él y le
susurré al oído el arte de respirar, algo que nos habían enseñado hacía mucho tiempo,
diciéndole que estábamos bien, que estábamos a salvo, que estábamos juntos y que
75
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
no íbamos a hacer que él se fuera, nunca podría dejarnos, por supuesto que no podía.
Él estaba aquí, estábamos aquí, y necesitaba que respirara. Necesitaba que tomara
aliento y lo sostuviera, luego déjalo salir y espera de nuevo. Podía hacerlo, le dije,
porque creía en él. Creía en él más que en cualquier otra persona. Sabía de lo que era
capaz, lo que podría ser y acababa de tropezar, simplemente se había perdido un
poco. Pero lo habíamos encontrado nuevamente y él necesitaba respirar, respirar y
respirar.
Otter estaba de rodillas junto a la bañera, con una mano grande firmemente
sujeta al tobillo del Chico, manteniéndolo quieto, diciendo todo sin decir una sola
palabra. Su pulgar se rozaba arriba y abajo contra la perilla del tobillo de El Chico,
donde sus jeans se habían subido.
76
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Se negó a ir a rehabilitación. Dijo que no era para él, que podría hacerlo solo.
Más tarde, me susurró al oído que, si yo creía en él, él sabía que podría
hacerlo.
77
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
durante el día y yo estaba allí por las noches, dado que ya había aceptado darle
algunas clases de verano y no podía salir de allí. Íbamos de un lado a otro, era
agotador y mis colegas me preguntaban si estaba bien, mis alumnos me miraban con
recelo, pero lo hice porque tenía que hacerlo. Tuvimos que hacerlo. No hubo otra
opción. Y ya habíamos decidido que, si no funcionaba, si empeoraba, lo obligaríamos
a ir a donde quería ir.
Salió del otro lado débil y tembloroso, con los ojos hundidos y la piel teñida
de amarillo. Forzó un poco de sopa un sábado, con las manos temblorosas, pero cuando
levantó la mirada hacia mí, su mirada era clara, y gruñó que no iba a ahogarse en el
cuenco de sopa y que podía dejarlo solo un poco. “Dios, ¿por qué tienes que ser tan
molesto?”
Asentí, pasé mi mano por su cabello, y salí al pasillo y dejé que Otter me
rodeara con sus brazos cuando me rompí un poco.
Y mantuvimos nuestra promesa. Él no hacía una maldita cosa sin ser aprobada
por nosotros primero.
—No hemos llegado tan lejos para parar ahora —le recordé después de que
él me gruñera por preguntar a dónde iba cuando se dirigió a la puerta de entrada,
con la mochila colgada del hombro—. Hemos pasado por demasiadas cosas para que
hagas algo como esto otra vez.
Me miró por mucho tiempo antes de murmurar que iba a encontrarse con su
grupo de estudio en la biblioteca. Me envió un selfi más tarde mostrando una ceja
arqueada y gente sentada en una mesa con libros extendidos frente a ellos.
Ese imbécil.
78
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
NO FUE fácil. Nada bueno lo es. Si eres adicto una vez, siempre serás un
adicto, o eso dicen. Su recuperación fue lenta y ardua, y hubo días en que pensé que
volvería al lugar donde había estado antes, días en los que no podía creer que nos
hubiéramos perdido, que me hubiera perdido esto. Mirando hacia atrás, era tan
evidente lo que había estado sucediendo y el hecho de que no lo había descubierto
por mi cuenta continuaba carcomiéndome. Lo vigile como un halcón.
—Tienes que estar ahí para él, lo sabes —me dijo Creed una noche cuando
Otter y Ty estaban en una de las citas de Ty—. Igual que siempre has estado.
—Oye —dijo.
Parpadeé.
—¿Qué?
—Un poco. No puedes controlar todo, Papa Bear. No importa cuánto quieras.
Siempre va a haber algo fuera de tu… JJ, ¿qué...? Jesucristo, ¿te has bañado con
mantequilla de cacahuete?
79
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Tío! Santa mierda, te amo. Joder, eres el chico más genial del mundo. Y
no le digas a tu madre que dije joder o mierda. Y no le digas nada sobre la mantequilla
de maní.
—Un dólar.
—Dos dólares.
JJ gritó.
—Los niños son muy estúpidos —dijo Creed con cariño—. Parece que acaba
de salir del culo de alguien. Dios, lo amo tanto.
—Eh. Mientras él no crezca para ser malvado, soy genial. No le digas a Anna
que dije eso.
—Un dólar.
Yo resoplé.
—No soy tan barato como tu hijo... y guau, desearía no haberlo dicho así.
—Que grosero, amigo —dijo Creed—. Deja de decirle a mi hijo barato. Eso
es jodido.
80
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Cállate.
Suspiré.
—¿Tú crees?
—Sí. Si hay alguien que puede hacerlo, eres tú, Bear. Tú… hombre, sé que no
digo esto con la suficiente frecuencia, pero eres la persona más fuerte que conozco,
¿de acuerdo? Enserio, no sé si alguien podría haber hecho lo que tú hiciste. Eres As
en mi libro, amigo. te quiero. Y si le dices a alguien que me puse gay contigo por
teléfono... bueno. Está bien. Estoy seguro de mi masculinidad. De hecho, puedes
decírselo a quien quieras. Porque soy sensible.
—Sí, sí. Lo sé. Puedes con esto, ¿de acuerdo? Tú y Otter. Demonios,
considéralo una práctica para cuando finalmente dejes de ser una perra y encierres
a mi hermano.
Lloré un poco.
Otter puso los ojos en blanco y dijo que no sabía por qué nos aguantaba a
ninguno de los dos.
81
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Era un comienzo.
82
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—He tenido una idea —dijo mientras nos sentábamos alrededor de la mesa
de la cocina, las ventanas estaban abiertas y el aire de la primavera entraba limpio y
tibio.
Lo miramos boquiabiertos.
—Agg —dijo el Chico, haciendo una mueca—. Qué cosa tan terrible para
decir cuando estamos comiendo en la mesa.
83
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Si intentas irte, lo lamentarás —le dije—. Te encontré donde sea que
vayas.
Otter parecía bastante complacido con la idea, y no era la primera vez, pensé
en la carpeta escondida en su mesita de noche al lado de la cama. Había estado en
mi mente más y más últimamente.
—Así que los traje a los dos aquí hoy para hablar sobre mi futuro —dijo el
Chico.
—¿Recuerdas cuando tenía nueve años e hizo esto mismo? —me preguntó
Otter—. Me obligó a darle cinco dólares, pero se negó a decirme para qué era.
—Y nunca lo haré —dijo el Chico—. Irás a tu tumba sin saber nunca lo que
yo…
—Compró Sea Monkeys5 que salían en la parte posterior de una revista —le
dije—. Dijo que necesitaba estudiar cómo construían los castillos que anunciaban.
Era realmente adorable lo crédulo que solía ser. Extraño esos días.
5
Tipo de peces.
84
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Ya no me gusta.
Suspiré.
—Está bien, entonces ¿sabéis cuándo convoco una reunión y luego vosotros
dos hacen esa cosa en la que bromean de uno con el otro y se miran enamorados y
asquerosos y nadie quiere ver eso?
—Se suponía que no deberías pensar en cómo llegamos aquí —le susurré.
—Ese es el día en que aprendí sobre el lado oscuro de los grandes negocios
—dijo el Chico solemnemente—. Que pueden venderte mentiras y quedarse con tus
cinco dólares ganados con tanto esfuerzo.
85
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Umm, guau. Qué forma de hacerlo girar todo en torno a ti, Otter. Gracias.
Como si descubrir que no había pedido más que camarones en salmuera y que no
llevarían elegantes trajes y vestidos, ni harían cenas en un castillo de colores
brillantes, no fuera lo suficientemente devastador.
—De todos modos, tenía una razón para que estuviéramos aquí, pero Otter,
como de costumbre, está tratando de distraernos de los asuntos en cuestión.
Otter parecía estar gruñendo por eso y eso no ayudó a su caso, fuera lo que
fuese.
—Tendrás suerte si alguna vez te vuelvo a dar cinco dólares otra vez...
—Cinco dólares.
—Hijo de puta.
—Maldición.
86
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Le sonreí.
—Uf —dijo el Chico—. Nadie debería tener que ver la cara cachonda de su
hermano mayor. Me vas a dañar más de lo que ya estoy.
—Y sabes que no nos gusta escuchar eso viniendo de ti —dijo Otter—. Has
recorrido un largo camino en un corto período de tiempo. Es algo de lo que estar
orgulloso, Chico.
87
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Nunca te interrumpo.
Y eso no era algo que esperaba. Y no iba a haber ningún problema conmigo
interrumpiendo, porque no podía pensar en una sola maldita palabra que decir.
Oh, sí, susurró. Sabías todo sobre eso, ¿verdad, Bear? Ahogarse en el
océano. Es bueno saber que tu locura es aparentemente genética. O eso o es un
comportamiento aprendido. ¿Y Otter quiere tener hijos contigo? ¿Qué podría salir
mal?
88
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No sé qué más hacer —admitió Ty—. A veces pienso que estoy mejorando
y otras veces, me siento hundiéndome de nuevo en donde estaba antes. Tendré
suerte en este momento si Dartmouth me deja continuar. Y eso es... Sé que eso
depende de mí, pero todo lo que hago para intentar mejorarlo solo parece empeorar
las cosas. No puedo concentrarme en mis clases. No puedo hacer lo que me piden, y
si continúo como estoy ahora, empeorarán las cosas. Tiene que haber un cambio, y no
sé si puedo hacer eso aquí.
—¿Pero crees que puedes hacer eso en Seafare? —preguntó Otter—. Sin
ánimo de ofender, Chico, pero no hay muchos recuerdos felices allí.
—Tal vez. Pero hay algunos, ¿verdad? Quiero decir, Anna, Creed y JJ están
ahí. La Señora. P. Ella es un buen recuerdo.
—Sí, Bear. El mejor. —Miró a Otter—. Y no era del todo malo. Te tuvimos
allí e incluso con todo lo que sucedió después, todavía tenemos eso.
El Chico se rio. No era el sonido que recordaba antes de venir aquí, pero aún
había una nota de familiaridad en él, y pensé que tal vez sería suficiente por ahora.
Ah, sí. Corey. Había una luz en los ojos del Chico que no había visto en mucho
tiempo el día en que Corey irrumpió en su vida con una lengua filosa, o como Kori con
uñas perfectamente cuidadas. Le habían dado algo al Chico que yo no podía, y tal vez
no había estado demasiado entusiasmado con la perspectiva de una relación entre
ellos tan pronto después de todo lo que el Chico había pasado, pero no podía controlar
todo, al menos no tanto como yo hubiera querido. Bueno, Otter dijo que no podía. Los
habíamos seguido de cerca, especialmente después de que rompieran. Pero el Chico
89
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
estaba hecho de materiales fuertes, más fuertes de lo que yo le había pensado. Pero
esto parecía demasiado.
El hecho de que ya conocía a Corey nunca salió a la luz. Y tal vez eso no
estaba bien. Tal vez no se suponía que fuera así. El día que llamó a la puerta para
hablarme sobre Ty, nunca pensé que luego formaría parte de nuestras vidas tanto
como él. Hubo días en los que pensé que Ty debería saberlo, pero me di cuenta de
que no importaba. A veces los secretos debían mantenerse.
Él bufó burlonamente.
—Mírame.
—¿Otter?
—¡Otter! —grité.
Él parpadeó.
—Guau. Ni siquiera sé por qué dije eso. Me estoy haciendo muy bueno con
las bromas.
91
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sí, tal vez lo intentaras un poco más —dijo el Chico—. Y también, gracias
por centra una conversación sobre mí en ti.
—Nos amas —le dije, intentando (y fracasando) no hacer que pareciera una
acusación.
—Un poco —dijo, y tuve que reprimir el impulso de saltarle encima en ese
mismo momento. Al parecer, cualquier cosa surtía efecto en mí. Quién sabe.
—¿De verdad crees que esto sería bueno para ti? —preguntó Otter—.
Seafare es... complicado. Para ti y para Bear.
—Pero hay más bien que mal, ¿verdad? Quiero decir, nosotros...
sobrevivimos.
Ese no era el mejor argumento que había escuchado, pero supuse que podría
conformarme con eso.
El Chico sonrió, y aunque no era tan brillante como antes, era algo al menos.
Suspiré.
—Chico.
92
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Está bien, tal vez mucho. Pero... Bear. Creo que esto podría ser bueno para
mí. Estar en casa. Tal vez incluso seré capaz de encontrarme a mí mismo de nuevo
rodeado de gente que conozco.
FUE sorprendentemente fácil, esa decisión. Pensé que habría más drama
detrás de eso, más angustia. Pero en el momento en que acordamos irnos, todos nos
sentimos... más ligeros de alguna manera. Y aunque ninguno de nosotros lo dijo en voz
alta, pude verlo en la forma en que el Chico se puso un poco más erguido, de la misma
manera en que Otter saltó para planearlo todo. Era muy significativo, la mudanza de
una vida, pero a diferencia de cómo me sentí cuando nos mudamos de la
Monstruosidad Verde la primera vez que vinimos hacia el este (tensos y nerviosos,
excitados y sin saber nada), esto parecía ser lo correcto.
—Eso es porque eres una especie de gilipollas —me dijo Anna Thompson por
teléfono al día siguiente mientras todavía estaba soportando la resaca y gimiendo
enojado porque la estúpida cinta de embalaje que se negaba a cooperar.
—Gracias.
—Bueno, es verdad. Todos lo somos. Quiero decir, tengo amigos, gente tanto
dentro como fuera de la empresa, pero es... No sé cómo más explicarlo. Son personas
que me gustan, pero no personas de las que dependo.
Parpadeé.
—Guau. Somos idiotas, está bien, creo que ya lo sabía. ¿Pero decirlo en voz
alta? Eso es un poco alucinante. ¿Siempre hemos sido así?
93
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Que profundo.
—Imbécil.
—¿El que?
—Increíble, ¿verdad?
—¡No te engañé!
—Eso… eso no fue lo que sucedió. Otter me besó. Ni siquiera era gay
entonces.
—Sí, consejera.
—Si como si eso alguna vez nos hubiera detenido a alguno de nosotros.
—¿Qué?
94
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Raro, ¿verdad? Ni siquiera sabía lo que era hasta el año pasado. Los chicos
de estos días tienen todo tipo de términos novedosos. Corey me enseñó eso. Él es
bastante inteligente.
—Eso me quita el sueño por la noche —me aseguró—. Pero nuestras historias
están tan entrelazadas que nunca podremos dejar ir a ninguno de nosotros.
—¿El Chico?
—¿Y tú?
Me reí.
95
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No voy a hacer un trío contigo y con Creed, sin importar lo mucho dijera
que querías uno.
—Uh. ¿Nada? ¿Qué hay de eso... deportes... juegos con pelota en la televisión
anoche? Mi equipo ganó totalmente con un touchdown…
—¡Anna! —dije, bastante histéricamente—. Ella quiere que haga cosas sucias
con Creed y con ella, pero Creed dijo que no sería estrictamente un homo, pero que
si nuestras pollas se tocaban accidentalmente estaría bien.
Lo hice, porque estaba usando ese tono de voz que me hacía querer treparle
como un maldito árbol.
96
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Anna?
—Oliver. No estoy…
—No lo dije…
—Doscientos la noche.
—Es por eso por lo que no podemos tener otros amigos —dije con tristeza—
. Porque nadie entiende cuán incestuosa es esta familia.
—Cállate.
—Bien.
—Entonces, escuché que van a abrir una nueva escuela secundaria este
otoño...
97
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
esta casa. Mañana por la noche estaríamos en un hotel antes de comenzar el viaje de
regreso a Oregón.
—¿El qué? —pregunté, girando mi cabeza hacia él. Besé su hombro desnudo
y me gustó el sabor a sudor limpio.
—Lo suficiente como para darme cuenta de que la gente piensa que eres una
especie de tipo duro.
—Soy un tipo duro. ¿Ves lo grande que soy? —Se flexionó y era tan injusto—
. Te estoy intimidando.
—Tienes razón.
98
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tal vez me guste así. —Su mejilla se raspó contra la mía cuando se volvió
para besarme.
Él tarareó un poco.
—¿Lo correcto?
—Sí. Sí. Creo que sí. Será bueno para él. Por todos nosotros.
Él frunció el ceño.
—Sólo preguntaba.
—Un poco.
99
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No llego a ver dónde quieres ir con todo esto. Bear, estamos bien. Todo
está bien.
—Así que mira —le dije, haciendo una mueca de dolor cuando mi voz se
quebró—. Quería hablar… contigo… acerca de algo.
—Lo sé.
Gruñí.
—Umm. ¿Te callas un minuto y me dejas hablar? Y vaya, no quise que sonara
tan grosero. Qué demonios.
O podría ser demasiado tarde, susurró. Porque lo preguntó una y otra vez, y
siempre ha habido una razón, ¿no es así, Bear? Una razón para decir no, una razón
para desviarse, una razón para rechazarla y pensar en ello más tarde, más tarde,
más tarde. Y, además, ¿estás realmente seguro de que puedes hacer esto? No hay
vuelta atrás, después de esto. Él nunca te lo perdonará si se lo ofreces y luego
intentas quitárselo de nuevo.
100
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Tomé una respiración profunda y lo dejé salir lentamente, sin querer hablar
con la boca llena de locura.
—¿Quieres qué?
—Oh Dios mío, eso no es lo que quise decir. ¡Mierda! Es decir, aparte del
hecho obvio de que no puedo dejarte embarazado, debido a todas tus partes
masculinas, no es eso lo que estaba diciendo. Y eso no quiere decir que, si pudiéramos,
no serías el que quedara embarazado, porque se joderían los roles de género,
¿verdad? Quiero decir, sí, soy más pequeño que tú y tiendo a ser más débil y tú eres
todo grande y… grr… y eres como mírame, acabo de hacer seis mil sentadillas sin
ninguna razón en absoluto. Y sé que te dije que me dejaras embarazado cuando
viéramos a ese estúpido Chico en esas estúpidas camionetas a cuadros que hacían
ese estúpido jodido baile, pero ¿por qué iba a ser que yo quien quedara embarazado?
Quiero decir, lo que jode la sociedad con lo que dicen sobre nuestros papeles,
¿verdad? Joder con eso. Pero luego me volví raro de nuevo, y creo que nunca dejaré
de ser raro y lo siento. Lamento muchísimo que me haya llevado tanto tiempo llegar
a este punto. Porque tienes, tienes cuarenta años, tienes cuarenta años, y cuando lo
logremos, ¿qué sucederá cuando se gradúen en la escuela secundaria? Podrías tener
sesenta años y estaremos allí, todo orgullosos y felices, con lágrimas en los ojos que
dirán cosas como YO TE HE HECHO Y ESTOY ORGULLOSO DE TI y TÚ ERES TAN
COOL, y todos estarán felices y contentos y luego una estúpida mierda te mirará y
dirá oh, es tan lindo que tu abuelo haya podido venir a tu graduación. Y luego me
arrestarán por asesinar a un recién graduado de la escuela secundaria, porque nadie
te llama abuelo, a pesar de que serías el abuelo más sexy de la historia. Y luego
tendría que ir a la cárcel por asesinato, y tú serías padre soltero, a pesar de que ya
estarían graduados en la escuela secundaria, y ¡ni siquiera sé cómo funcionan las
visitas conyugales! ¿Te gustaría algo como eso? ¿Llegar a la prisión con una botella
de lubricante y follarme en una pequeña y extraña habitación que apesta a semen de
todos los que ya la usaron? No quiero tener sexo en una habitación que huele a
esperma de otras personas, porque no hay manera de que pueda ser higiénico. Quiero
decir, ¿qué pasa si alguien se corre en el suelo y accidentalmente pongo la mano
cuando tenga que arrodillarme, porque serás viejo y tendremos que hacerlo de pie
101
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Tragué aire.
Gruñí.
—No —murmuré para mí mismo—. Porque puedes hacerlo todo por tu cuenta,
¿verdad, Bear? Maldito idiota.
—Me dijiste que querías que te follara en la cárcel con mi cadera mala —
dijo Otter.
—Sí, sí, y estoy seguro de que nunca me dejarás olvidar eso. Probablemente
sea una de esas historias que le contaremos a nuestro hijo cuando crezca y será...
102
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Iba a llorar.
No tuve oportunidad.
Él asintió en silencio.
—Bueno. Así que. Mira. Sólo. Eres… joder, me olvidé totalmente de lo que
iba a hacer… espera. Recuerdo la mayor parte. Bueno. Así que. Eres súper genial.
Tosió toscamente.
—No, tú lo eres. De hecho, podrías ser la persona más genial que he conocido
en mi vida. Y ahora lo sé, y lo sé desde hace mucho tiempo, que nunca amaré a nadie
tanto como a ti. Me has aguantado tanta mierda. Al Chico. Esta vida... estamos...
podemos ser un desastre, Otter. Nosotros dos. Nos jodieron y repartieron y
recibimos la peor parte y los golpes siguieron llegando. No importaba cuánta felicidad
tratamos de conseguir, fuimos maltratados una y otra vez. A ella no le importaba una
mierda. Ella me dejó. Ella dejó al Chico. Se jodió y corrió porque no podía lidiar con
la realidad que se había hecho a sí misma. Y eso no fue justo. No lo fue. Y lo hice lo
mejor que pude. Realmente lo hice. Y cometí errores. Jesús, cometí tantos errores.
Y a veces ni siquiera aprendí de ellos. Hice lo que pensé que era correcto, incluso
cuando estaba mal. Y luego volviste y…
—Bear…
—No por favor. Por favor, solo déjame terminar. Porque tienes que saber lo
que hiciste por mí. Por nosotros. Otter, no estaríamos vivos ahora si no fuera por ti.
Realmente no creo que lo estuviéramos. No como somos ahora. Quizás hubiéramos
sobrevivido, pero no estaríamos vivos. Porque no teníamos un hogar. No sabíamos
cómo vivir. Y luego volviste y nos mostraste cómo, y nos protegiste y nos mantuviste
a salvo y te aseguraste de que, sin importar nada, siempre estuviéramos seguros y
felices, independientemente de lo que sucediera.
103
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
tipo, no sabes cuánto. Y luego, y luego la Señora Paquinn y tú, y yo tenía tu maldito
anillo alrededor de mi cuello, ¿vale? Me puse sobre ti cuando todas esas máquinas
estaban sonando y tú tenías un maldito tubo en la garganta, y pensé que ibas a morir.
Y no era justo. Después de todo lo que habíamos pasado, no era justo. Pero no lo
hiciste, ¿vale? No lo hiciste, y abriste los ojos, y luego nos casamos y luego el Chico
dijo que era gay y se volvió adicto a las drogas y ya sabes cómo fue.
—Lo sé. Y cuando digo esto en voz alta, suena ridículo. Quiero decir, ¿cómo
podía eso ser real? Pero lo fue. Esta es nuestra vida. Y llegamos hasta aquí, y yo
solo... Te amo, Otter. Te amo porque, sin importar lo que sucediera, sin importar lo
que nos arrojaran, te aseguraste de protegernos lo mejor que pudiste. Eres mi
esposo, ¿vale? Y mi mejor amigo y quiero dejarte embarazado. Mierda. No a ti.
Quiero que alguien se quede embarazada. ¡Y no que tengas sexo con ellos! Sino hacer
que el médico le ponga algo de esperma en la vagina, o como sea que eso funcione,
¿por qué, sinceramente? Todavía no tengo muy claro los detalles. Como con… ¿Es un
Turkey Baster6? ¿Eso es una cosa real? Porque eso suena desagradable. Así que.
Toma. Esto es tuyo. Hiciste la mayor parte, pero cuando volvamos a Oregón lo
actualizaremos. Sólo abre la página que marqué con esa nota adhesiva que tuve que
usar porque no pude encontrar el que usaste, soy estúpido un completo grano en el
culo.
Él me miró boquiabierto.
—¡Cógelo! —exigí.
—No es tan completo como todas las cosas que tu hiciste —le dije,
mordiendo mi labio—. Y probablemente hay muchas cosas que me he perdido. Y en
serio va a ser jodidamente caro. Quiero decir, que difícil es embarazar a una chica,
6
El Método Turkey Baster es la forma más común de inseminación artificial para quedar
embarazada y tener una inseminación artificial en el hogar. La mayoría de las veces se usa una
jeringa desechable.
104
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y luego, me rodeó con sus grandes brazos, apretándome con tanta fuerza
que pensé que mis huesos crujirían. Y estaba temblando, tanto que pensé que se
estaba riendo.
Fue entonces cuando me di cuenta de que yo, Derrick Thompson, había hecho
llorar a mi esposo, Oliver Thompson.
7
Rollo relleno de pasta de higo.
105
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él me dejó otra vez y tomó mi cara entre sus manos antes de inclinarse y
besarme ferozmente y fue como ese primer beso de nuevo, tan maravilloso,
aterrador e inesperado que me quitó el aliento. Pero esto era diferente. No sabía
quién era la primera vez.
Ahora si lo sabía.
Por un momento, me ofendió que incluso pudiera preguntar tal cosa después
de todo lo que había dicho, pero luego me di cuenta de cuán extraordinariamente
importante era para él. Que finalmente había aceptado lo único que había querido
durante mucho tiempo. Pero había sido egoísta, envuelto en mis propias
inseguridades y las pertenecientes a mi hermano, pero no podía ser solo sobre
nosotros. Otter tenía tanto de mi corazón como el Chico, y me prometí a mí mismo
que haría todo lo posible para asegurarme de que lo supiera.
106
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Bear, eso probablemente no sea una así. Y eso está bien, porque nuestro
hijo será tan amado. Solo espera. Te voy a mostrar, ¿está bien? Tú y yo, Bear. Vamos
a hacer esto, y va a ser muy muy bueno.
—Y realmente tenemos que hablar sobre esta subasta de esas mujeres que
te estás imaginando, porque realmente me asusta lo equivocado que estás.
Le fruncí el ceño.
—Eso ni siquiera es sexy. ¿Por qué demonios está funcionando? ¡Quítate los
pantalones!
107
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Estuvo bien —dijo Otter en voz baja, mirando hacia la oscura casa con el
letrero “SE ALQUILA” en el jardín delantero. Extendí la mano hacia el reposabrazos
central para coger su mano en la mía—. Para lo que era.
—Sí —dije—. Lo estuvo. Pero creo que estamos listos. Chico, ¿qué piensas?
—¿A casa?
—A casa.
108
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero cuando dejamos atrás nuestro antiguo vecindario, no pude evitar sentir
que habíamos olvidado alguna cosa. Era una sensación que rascaba el fondo de mi
mente. Por mi vida, no podía saber qué era.
—¿Todo bien? —me preguntó Otter, con una mano en el volante y la otra
cálidamente en la mía.
Y seguimos adelante.
109
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
ERA importante.
Lo había olvidado.
Ben Miller.
puso raro por los planes que habíamos hecho aparentemente sin él, yo sólo… lo olvidé.
Lo eliminé de mi cabeza. Ni siquiera pensé en ello.
Y tal vez eso me hacía ser una mala persona. Que podía olvidar la existencia
de una persona entera que formaba parte de nuestra familia. Me dije a mi mismo que
no existía una excusa para eso. Que mientras planeamos ocultarle esto, tanto como
pudimos, no estábamos tratando de hacerlo para dañarle. Durante mucho tiempo, la
salud del Chico había sido mi prioridad principal, hasta el punto de que a veces me
preguntaba si estaba haciendo demasiado por él. En vez de dejar que él descubriera
las cosas por su cuenta, lo protegía demasiado.
Él nunca me dijo nada, pero había tratado a Dom de la misma manera que yo
había tratado a Otter. Pero el Chico tenía un nivel de consciencia que yo nunca logré
tener, así que, si existía el tipo de sentimientos que pensé que existía, entonces
Dominic y Stacey debieron ser una bofetada en la cara, sin importar cuán inapropiado
habría sido para cualquiera que ellos tuvieran otra relación que no fuera amistad
entre el Chico y Dom. Él había cumplido dieciséis años. Dom nunca habría puesto un
dedo sobre él, no de esa manera. Lo sabía. Sabía eso. Pero si lo hubiera hecho, lo
habría despedazado y no me habría sentido mal después.
Hipócrita, sí.
Había habido veces en las cuales dejé caer al Chico. Lo sabía. Él había estado
decepcionado de mí con anterioridad.
111
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Esa no fue mi elección —dijo Dominic con esa voz extrañamente rota.
—No has estado aquí, Dom. Sé que eso no es tu culpa. No te estoy culpando
por nada. —Sobre todo—. Pero las cosas ahora son diferentes. Nosotros tomamos
decisiones para proteger a las personas que amamos. Tú, de todas las personas,
debería saber eso. el Chico puede ser un dolor de culo, y puede no pensar las cosas
a veces…
Y me sentía muy bien conmigo mismo. Era un tipo duro. Estaba de pie, cara
a cara con un policía del tamaño de un maldito yak y diciéndole lo que pensaba. Quise
decir cada palabra. Él era parte de nosotros, pero extendería las partes de su cuerpo
por todo el condado si le hacía daño al Chico de alguna manera.
—Pero te equivocas.
—¿Sobre qué? —pregunté, listo para patear sus jodidas bolas, sin
importarme si me arrestaban por agredir a un oficial de policía.
—Sobre que Tyson te pertenece —dijo, con sus ojos brillando—. Sabes tan
bien como yo que desde el primer momento en que puse mis ojos en él, también me
perteneció. Tal vez incluso más que a ti. Desde el momento en que persiguió a esa
hormiga, él era mío.
Dominic Miller era un chico grande, posiblemente más grande que Otter. Él
estaba en su mejor momento, saludable y extraordinariamente intimidante cuando
quería serlo.
Por supuesto que lo es, quise gruñir sobre su hombro. Es mejor que corras
antes de que intente hacerte daño físicamente sin tener éxito.
113
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Y quítale las esposas. Por mucho que los merezca, sólo empeorará las cosas.
—¿Está hablando del Policía Caliente o de Tyson? —le susurro Kori a Otter.
—Gracias por aclararlo —dijo Kori—. Porque nunca lo habría imaginado por
mi cuenta.
—Y tú.
—¡Lo dejaste lanzar una piedra a la ventana del restaurante! Sé que puede
ser estúpido algunas veces, ya que eso es genético, pero esperaba más de ti.
—¿Te… te has insultado mientras tratas de hacerme sentir mal? Porque eso
es impresionante. Y te reitero, Tyson no lanzó nada. Fueron los hippies de la playa.
114
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Otter!
—Oye, tú —respondí.
—Está bien.
—Correcto.
—Pero él…
—No es tan frágil como algunas veces piensas que es —dijo Otter
suavemente—. Ha pasado por muchas cosas, seguro. Pero siempre ha sido más fuerte
de lo que la gente cree. Tienes que confiar en él, en que sabe lo que está haciendo.
115
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter suspiró.
—No te culpo por eso. Y una parte de mí está de acuerdo. Pero esto no se
trata de ti ni de mí. Lo que sucede entre Dom y el Chico no es algo sobre lo que
podamos tener control alguno. Sé que es difícil, Bear, pero a veces tienes que dejar
ir las cosas.
—Pero es cierto.
—Sí. Debería…
Y Kori emitió un sonido que sinceramente me hizo temer por su vida. Como
si estuviera ahogándose y desmoronándose al mismo tiempo.
—¿Su qué?
116
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Hice lo que creí que era mejor. Lo que creí que era correcto. Lo haré las
veces que sea necesario para mantenerte a salvo. Para evitar que te hagan daño.
Y el Chico dijo:
Me sentí como si hubiera perdido algo ese día. Algo que ni siquiera sabía que
podía perder.
—Todo estará bien —me dijo Otter una noche—. Él regresará. Siempre lo
hace.
117
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Lo amas.
—¿Umm?
—¿Sí?
—Estoy muy seguro de que tener un hijo significa que te pueden amar, pero
no tiene que gustarles todo el tiempo. Y estoy seguro que al contrario también.
—Estoy muy seguro que dormir en el sofá es la opción correcta ahora mismo.
—Nunca te quejas.
—Y aún lo hago.
118
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tú…
—¿Qué? —pregunté.
Y parecía tan diferente de sí mismo, tan vacilante, que tuve que dar la vuelta
para así ver su rostro y que él pudiera ver el mío. Gruñó mientras mi codo se dirigía
a lugares que sin duda eran incomodos para él, pero aún lucía un poco aprensivo
cuando lo enfrenté, tan cerca que nuestras narices se rozaban. Sus ojos brillaban en
la oscuridad, y me acerqué para trazar con mis dedos su frente, alisándola.
—Gracias.
Las pequeñas cosas lo hacen feliz. Le gusta el sonido que las hojas hacen
bajo los pies cuando caminamos en otoño. Le gusta la forma en que el océano huele,
la sal que es transportada por el viento. Ama a su hermano con ferocidad, pero a
veces lamenta el no estar seguro de saber quién es. Le gusta beber cerveza y tiene
un número obsceno de latas, la mayoría de las cuales ni siquiera recuerda de dónde
las sacó. Le encanta cuando me siento sobre su espalda cuando hace flexiones, sin
importar lo mucho que se queja. Le gustan los abrazos y la forma en que la arena se
119
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
siente entre los dedos de los pies, además de comer mantequilla de maní crujiente
directamente del frasco.
Algunas veces él no sabe cuánto vale, así que hace mucho tiempo decidí que
iba a dar lo mejor de mí para asegurarme de que entendiera cuanto valía.
Tiene el corazón más grande que cualquier persona que haya conocido.
Él es bueno. Es amable.
Es por eso que sabía exactamente lo que estaba haciendo cuando le dije:
120
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Un poco.
—Él... ¿eh?
—¿Qué?
Él se rio.
—Mentiroso. Dime.
—Otter.
—Me gustaría eso. Lo prometo. Es sólo… es tonto, ¿no? Niño, niña, con nada
entre las piernas, no me importaría. Sólo… —Apartó la mirada.
Di un pequeño salto.
—¿Quieres un hijo?
121
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Puedo ver eso —dije lentamente—. Un poco de ti corriendo por ahí bajo
tus pies.
Besé su frente.
—De verdad.
—Bien. Bien. Eso estaría… bien. Pero una niña también estaría bien —añadió
rápidamente.
—Sí.
Resoplé.
Ni siquiera había pensado en eso. Claro, una parte de mí debió darse cuenta
de eso, pero en un nivel subconsciente. ¿Eso es lo que quería? ¿Quedarse en
Seafare? ¿Qué si el Chico quería regresar a New Hampshire? ¿Realmente podría
dejarlo irse?
Abrí la boca para decirle que no sabía. Realmente lo hacía. En lugar de eso,
dije:
122
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Sí?
—Sí. Podría… bien. Podríamos hacer eso. Si eso es lo que quieres. Quedarnos
en la Gran Monstruosidad Verde. Empezar aquí.
Tome una respiración profunda y dije la única cosa que nunca pensé que diría.
—No podemos dejar que él decida lo que sucederá en nuestro futuro. Él es…
lo suficientemente mayor. Puede tomar sus propias decisiones. Cometer sus propios
errores. Lo mejor que podemos hacer es estar aquí si necesita regresar de nuevo a
casa. Y yo probablemente voy a contradecir eso todos los días. Así que es una
advertencia justa.
—Así es —dije.
Sabía eso.
Lo sabía.
Pero seguí dando un paso atrás y le dejé hacer lo que él pudiera por su
cuenta.
123
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Dolía.
Y así sucesivamente.
Tuve que intervenir para detenerlos ya que me gustaba más que a cualquiera
de ellos.
—QUIERO que todo vuelva a ser como era antes —me dijo.
Eso lo asustó.
124
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Qué? ¿A quién?
—A Dominic.
—Bear…
¿Qué si ella cambió? susurró. O peor aún, ¿qué si es la misma? ¿Qué si libera
pequeños pedacitos de veneno en su oído y él regresa y te desprecia? Ella le dirá que
fue tu culpa que se haya ido. Que ella no podía tratar contigo. Él era un chico pequeño,
después de todo. ¿No? Un niño de cinco años con una boca con la cual el cerebro no
podía ponerse al día, pero seguía siendo tan pequeño. Y tú eras lo suficiente mayor
125
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
para saber que el mundo tenía dientes, y que cuando se enganchaba a ti, sacudía la
cabeza de un lado a otro, rasgándote y destrozándote. Ella lo sabía también y no
quería destruirse contigo. Así que se fue y le dirá lo mismo.
Excepto.
Excepto…
ÉL DIJO:
—Conocí a Izzie.
—¿Isabelle?
—Bear, ella es… increíble. Es como yo. Incluso más inteligente. No sé si tengo
las palabras para describirla. —Sacudió la cabeza—. No, retiro eso. Ella es como
nosotros. Ella es como tú y yo.
—No podemos…
—Lo sé. No sucede… nada malo. No creo. No tenía moretones. Pero Julie
nunca fue así.
126
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
ese jodido apartamento con las escaleras astilladas. Tráeme un poco de hielo¸ diría.
Tráeme un poco de hielo para mi Jack. No me gusta caliente.
Él iba a regresar.
Estoy orgulloso de ti. Más de lo que podría decir. Pase lo que pase, quiero
que sepas eso.
Lo sé.
Sólo recuerda tu promesa, ¿bien? Lo que sea que hayas decidido hacer. Por
favor. Eso… eso es todo lo que pido.
—ME LLAMAS —le dije la mañana que se fue—. Todos los días. No, dos veces
al día. ¿Sabes qué? Ni siquiera te preocupes. Yo te llamaré. Asegúrate de contestar.
Él se rio temblando, así que tuve que mirar a otro lado. Necesitaba aguantar
hasta que se fuera.
Sólo éramos nosotros tres, sólo Otter, el Chico y yo. El Chico ya se había
despedido de Dom más temprano, antes de que éste tuviera que irse a su turno.
127
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter dio un paso hacia adelante y tiró del Chico… Tyson… en un abrazo,
haciéndolo girar como lo hacía antes, cuando no era más que un pequeño individuo. Ty
rio, y lo que sea que se susurraron quedó entre ellos.
—Lo sé.
—Bear.
Lo miré.
El día que se fue, Tyson Thompson tenía veinte años. Estaba más sano de lo
que había estado en años. Sus ojos brillaban, y aunque estaba nervioso, podía decir
que estaba emocionado. Se iba sólo por primera vez. Él creía que necesitaba
demostrar algo, y aunque no entendía el porqué de eso, supe que era su decisión.
Tenía que confiar en Ty para saber lo que necesitaba.
—Cierto. Tengo un camino por delante. Yo… uh. Nos vemos luego, ¿de
acuerdo?
128
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y lo fue.
Y después…
Volvió a girarse, con una mirada decidida en su rostro. Se precipitó hacia mí,
y antes de que pudiera hacer algo al respecto, mi pequeño hermano se lanzó hacia mí.
Apenas lo atrapé cuando chocamos.
—Te quiero —susurró con ferocidad—. Más que nada en este mundo. Y nada
va a cambiar eso.
Respiré su esencia.
Se secó los ojos mientras daba un paso atrás. Y cuando me sonrió, a pesar
de que mi corazón se estaba rompiendo, supe que estaría bien.
—Lo sé.
129
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
130
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—OH, HOMBRE, estoy tan contento de que estéis aquí —dijo Creed cuando
abrió la puerta—. Anna está sedienta de sangre.
—Bueno, sí. Algo hay de eso —dijo Creed mientras cogía nuestros abrigos y
los colgaba en el armario del pasillo. Estaban a finales de septiembre, y ya había una
desagradable pizca de aire. Él bajó la voz—. Pero en serio, gracias por venir. Espero
que esté un poco mejor ya que tenemos compañía. JJ ya se ha escapado con mamá y
papá, así que es afortunado. Ni siquiera estoy bromeando. Es como si mi esposa
hubiera sido poseída por un demonio. Me preocupa que vaya a intentar comerse mi
cara. No fue así en la marca de seis meses de JJ. Todo era sexo y llanto, algunas
veces todo al mismo tiempo.
—Lo que sea. Tienen mucha suerte de ser gays. Simplemente fecundas a una
mujer y después vives en cualquier otra parte.
131
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Naa —chilló Creed y después se sonrojó—. Hola, amor. Te ves tan radiante
como de costumbre.
—Ajá. Estoy segura de que hay un montón de lugares en donde podrías vivir
si eso es lo que quieres. Quizás Bear y Otter te lleven. O podrías dormir en un banco
en el parque.
—Por favor. Como si fuera a hacerlo. Uno, Otter está casado. Dos, él está
casado con Bear. Y tres, no me siento con la necesidad de completar el equipo, aunque
ya haya dormido con la tercera parte de los hombres aquí presentes.
—Vaya. —Creed tomo una bocanada de aire—. Te adoro. Por lo cual estoy un
poco disgustado.
—Además, soy gay —dijo Otter—. Así que, creo que eso hace imposible tus
planes.
—De acuerdo —dijo Anna—. Porque no sé cómo usar un pene con arnés.
Pregúntale a Creed. —Entonces se giró, con la mano en su redondo estómago y volvió
a la cocina.
Él se movió nervioso.
132
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Vamos a ver las nuevas encimeras de la cocina! —dijo Creed en voz alta—
. Son de cuarzo.
—Tú fuiste el único que quería preguntarle a Anna sobre lo de qué esperar
durante un embarazo —susurró de vuelta—. Te dije que debíamos buscarlo en
internet.
—Las únicas cosas que podría aprender de internet son que algunas personas
tienen manías extrañas en el embarazo y que otros a veces se comen la placenta
después de que el niño nace.
—Eres profesor.
—Soy consciente de ello, gracias. Es por eso que esos malditos teléfonos
inteligentes van a mi escritorio antes de que la clase comience. ¡Pero está bien! Ya
he escrito todas las posibles preguntas que podríamos tener y con las cuales vamos
a hacer el interrogatorio… quiero decir, la entrevista a Anna y a Creed.
Otter gimió.
—Perdona, pero esto va a ser fantástico. Vamos a ser los mejores padres,
porque sabremos todo cuando suceda.
133
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida —dijo Creed
rápidamente.
Anna tarareó.
Nos congelamos.
—Sí —dijo Creed en voz alta mientras sacaba su teléfono—. Miren las
pequeñas manchas de cristal que hay en la encimera. Increíble, ¿no? —señaló su
teléfono y después me señaló.
Fruncí el ceño.
134
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Anna tosió.
—Anna pensó que el granito era algo que pasa de moda muy pronto, así que
nos decidimos por el cuarzo.
—Sólo son mis padres, mi flor. Me estoy asegurando de que JJ esté bien.
—¿Y lo está?
—S… sí.
—Sí. Estoy muy seguro. Él lo está haciendo increíble. Ellos estás comiendo
puré de patatas en este momento y ni siquiera está tratando de ponerlo en su nariz.
—Interesante. Porque podría haber jurado que Alice dijo que pedirían pizza.
Me pregunto por qué estarían comiendo puré de patatas.
135
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Podría ir y…
—Traidor —respiré.
—¿Qué? ¿De verdad? —preguntó Anna con el ceño fruncido—. Jesús, Bear.
¿Estás seguro de que es la profesión adecuada para ti? JJ podría estar en tu clase
algún día, y te garantizo que conseguirás ese trabajo. No sé cómo sentirme al
respecto. Creed. Ven aquí.
136
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
En su lugar, dijo:
—A veces no sabe por qué hace las cosas que hace —dice Otter,
compartiendo una extraña sonrisa secreta, como si tuvieran una broma secreta.
Estaban compadeciéndose.
NOS SENTAMOS antes de que Anna nos preguntara sobre cómo iba la
búsqueda de la subrogación. Sabía que eso vendría, porque le habíamos dicho a
nuestra familia que ya habíamos iniciado con el proceso. Las personas del Centro de
Subrogación del Noroeste no podrían haber sido mejores para nosotros. Cada
interacción que habíamos tenido hasta ahora había sido fácil y de una forma
agradable. Una parte oscura y retorcida de mí se había preparado para algunas
críticas sobre que dos hombres casados quisieran concebir, pero no había sido así.
En todo caso, nos trataron como a cualquier otra pareja, y eso era algo que debería
haber esperado. Había pasado gran parte de mi vida preparado para recibir un golpe
sin ninguna razón. Era difícil para mí confiar en algo que estuviera fuera de mi
control, pero Otter dijo que estaba mejorando. Lo que había comenzado como algo
137
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
tenue fue poco a poco tomando fuerza, hasta el punto de que no temía los correos
electrónicos o las llamadas que recibíamos del Centro de Subrogación.
—Es, umm. ¿Invasivo? Quiero decir, sabía que lo sería, pero aun así creo que
invasivo es una buena palabra.
—Y es mejor que digáis cosas buenas —le advertí a Creed—. Lo digo en serio.
Si les dices algo sobre las cosas que solíamos hacer…
—No he tenido sexo con Bear —dijo Creed—. Lo habría recordado. Porque
hubiera sido un amante increíble.
—En realidad, fueron cuatro veces —dijo Creed, moviendo sus cejas en mi
dirección—. Y creo que la última vez, mis pezones se endurecieron.
138
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tengo más pan de ajo —dijo Anna—. Así que no se hable más.
—Lo sé. Es sólo… raro. Supongo que no lo esperaba. Eso y como es de clínico.
—Hay una base de datos —dije—. De todas las sustitutas. Hay una foto,
estadísticas y antecedentes familiares. Es casi como un sitio de citas, excepto que,
en lugar de quedar y echar un polvo, decides a quien van a embarazar. Sin tener sexo.
—Él dijo eso al especialista con quien estamos trabajando —dijo Otter—.
Ella roció su té por todo su escritorio. Algo cayó en mi mano. Fue un día extraño.
—No —dije rápidamente. Demasiado rápido—. Nop. No. Por supuesto que no.
No. Ni siquiera lo hemos pensado.
139
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eso no es así —dije—. Esto no es algo malo. Sólo necesito que él haga lo
que fue a hacer a New Hampshire.
Ella tenía un punto. No pensé que fuera una buena idea, aunque sabía desde
hace tiempo que podría ser una posibilidad.
—Y a Dominic.
140
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Qué? Lo hace. Sé que a ninguno nos gusta pensar en ello, pero eso sucede.
Sabéis lo que hacen.
—Deberías de ver algunas de las cosas que le hago a Bear —dijo Otter
suavemente.
—Bear. Cierra la boca y limpia tu barbilla para que nos puedas contar sobre
esa pobre mujer a la que has decidido meter en nuestra familia.
Parpadeé.
141
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Le dije que aguantara una semana o dos más para que pudiéramos tener al
bebé en Navidad y llamarlo Jesús —dijo Creed—. Pero luego me recordó que era un
asco en las ideas y acordamos que la verdadera fecha de parto está bien.
Ellos compartieron una mirada que sólo las parejas que habían estado juntos
durante mucho tiempo podían hacerlo, sin intercambiar palabra alguna. El Chico dijo
que Otter y yo hacíamos lo mismo, pero pensé que aún era raro de ver.
—Es otro niño —dijo él con orgullo, como si el sexo de su hijo hubiera sido
decidido por la fuerza de su voluntad y su esperma. Lo que, para ser justos, era al
menos parcialmente cierto.
142
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Creed… Junior?
—Nena —dijo Creed—. Hemos hablado de esto. Sabes que necesito que
alguien lleve mi legado.
Otter tosió.
—Bien. Felicidades por tener otro niño. Estoy seguro de que traerá felicidad
y enriquecimiento a sus vidas. Y sí, su nombre es Megan y nos hemos encontrado con
ella una vez, y sí, accidentalmente le dije que ella no podía tener sexo con su novio si
es que queda embarazada de nuestro bebé, porque no quería que el esperma de su
novio se mezclara con el nuestro y creara un bebé híbrido extraño que tengamos que
compartir con su familia porque eso sería estúpido. Y sí, Otter hizo que ese sonido
cuando digo algo que probablemente no debería, pero Megan no lo entendió, así que
le preguntó al especialista si era posible que el esperma de su novio se mezclara con
el nuestro.
143
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Esperé.
—De verdad lo siento por esto —dijo Otter—. Ya sabéis cómo se pone.
—Bueno —dije—. Pregunta número uno. ¿Es verdad de que después del parto
tienes que usar un pañal porque tu zona baja no está de la misma manera en que solía
estar antes del embarazo?
UN PAR de horas después, grité un poco cuando la mano de Creed cayó sobre
mi hombro. Estaba tratando de lavar los platos, pero en su mayoría solo miraba
fijamente por la ventana por encima del fregadero, tratando de absorber todo lo
que había aprendido en la cena. Sobre todo, lo que se redujo a lo que era dar a luz y
que era lo más increíble y lo más repugnante que jamás ocurriría en cualquier lugar
y que las mujeres que pasaron por ello eran capaces probablemente de casi cualquier
cosa.
144
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Habíamos llegado a tal punto que realmente sólo había terminado de hacer
dos o tres preguntas antes de que Anna simplemente fuera a ello, yendo en
direcciones que nunca había pensado ni en mis peores pesadillas. No sabía lo que era
la placenta. Ahora lo hacía.
Así que sí, me sorprendí cuando Creed tocó mi hombro, seguro de que era
su esposa viniendo con más. Lo más probable es que serían recetas con placenta que
ella hubiera impreso de internet y que quisiera que probáramos.
—Les diré a todos que sabemos que gritas como una cabra preadolescente.
—¿Por qué?
—Por nada. Sólo… no quiero ser sorprendido por ella o por recetas de
placenta.
—Bueno, sí. Sin embargo, sólo una vez, para poder decírselo a la gente y
conseguir que me miren como tú lo estás haciendo ahora. Es divertidísimo. Pero Anna
dijo que no, porque ella nunca me deja hacer nada.
145
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él me sonrió.
Me encogí de hombros.
—Tal vez sólo quiero pasar algo de tiempo con mi mejor amigo.
—Dice el tipo que está a punto de ser padre por segunda vez, caray.
—Sí, sí. Hablando en serio. No nos vemos tanto como solíamos hacerlo. —Se
acercó a mi lado, tomando un plato de mi mano y empezó a secarlo con un paño que
había puesto en la encimera—. Tienes sexo con mi hermano y luego te mudas con él.
Nosotros tenemos a JJ y tú te alejas por años. Entonces regresas y he embarazado
de nuevo a mi mujer y tú estás a punto de embarazar a alguien también. Así que me
imagino que podríamos tener un rato entre amigos.
Me reí en voz baja antes de ponerme un poco serio. Creed esperó, porque
sabía que al final hablaría con él. Yo no sabía qué era eso sobre los hermanos
Thompson, pero sabían cómo marcarme.
—¿Sobre qué?
Él frunció el ceño.
146
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Cómo es eso?
—¿Estáis bien?
—Sí. Por supuesto. Estamos bien. Incluso genial. Pero eso es lo que me
preocupa. El tener un niño va a arruinar eso, ¿sabes? No vamos… No puedes
deshacerte de eso.
—Bueno, podrías…
—Creed.
—Es aterrador.
Él me ignoró.
—Te enojaras con todo aquel que trate mal a tu hijo. Verás más fluidos
corporales de los que creías posible. Si le sale un diente torcido, te preguntarás si
es tu culpa. Cuando ellos estén gritando en el supermercado porque no has cogido la
jodida manzana correcta, te preguntaras si la adopción es aún una alternativa viable.
147
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Cuando le esté diciendo a todos en el avión que el moco que se comió era más grande
que sus uñas, tú soñaras con ir a buscar un paquete de cigarros y no volver.
—Dios mío…
Exhalé bruscamente.
—Ellos son lo peor —gruñó Creed—. Jodidos hombres con moños y camisetas
desgastadas de los años ochenta, irónicamente con nombres estúpidos como Xander
o Josiah. Tú no eres genial, y cuando compras madera que se supone que es una silla
por seis mil dólares, no tienes permitido emitir un juicio sobre mi hijo.
—Lo siento. Sólo… sólo los odio demasiado. Como, ¿quién están tratando de
ser? Porque si están tratando de ser unas perras, entonces por Dios que lo están
haciendo bien.
148
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sinceramente, no lo sé.
—Lo de ser papá. Papá Bear, todas esas otras mierdas simplemente
desaparecen cuando te llaman papá. Hombre, no puedo ni siquiera comenzar a
describir cómo se siente. —Él sonrió mientras miraba sus manos—. Y también son
graciosos, ¿sabes? Yo no… no esperaba eso. JJ es… sé que él no es como Ty. Él no
es… el niño más inteligente del mundo. Pero él sólo… me entiende, ¿sabes? Y yo lo
entiendo. Anna dice que es mi niño hasta la médula. Y puede volverme loco, y sí, hay
veces en las que me he preguntado cómo sería mi vida si no hubiéramos follado y
Anna no se hubiera quedado embarazada. Pero entonces él me llama papá o me dice
algo divertido y sólo rio, ¿sabes? Rio y eso hace que todo lo que hemos pasado… toda
la popó, los mocos y los putos hípsters… valga la pena. Vale la pena, Bear. Y nunca
sucederá algo que me haga pensar lo contrario. — Él frunció el ceño—. A menos que
crezca y se convierta en el próximo Charles Manson8 o algo así. Si eso sucede,
probablemente tengamos que revisar mi apreciación.
—No se supone que debas estarlo. Puedes hacer toda la búsqueda que
quieras y puedes hacerle preguntas a mi esposa sobre el estado de su vagina después
del parto…
8
Famoso criminal estadounidense conocido por liderar un grupo de seguidores conocidos como
La Familia a finales de los años sesenta.
149
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
días en los que querrás cubrir tu cabeza y llorar un poco. Pero vale la pena. Al final.
Puedes confiar en mí respecto a eso.
—¿Sí?
—Ella me gusta —dije en voz baja, como si decirlo en voz alta lo no lo hiciera
creíble.
—¿Megan?
Asentí.
—Nos vamos a dar tiempo para pensar en ello. Tal vez nos encontremos con
otros sustitutos sólo para asegurarnos, pero… no lo sé. Pienso que congeniamos, un
poco. Cuando la conocimos. Ella es un poco perezosa, pero es… genial. Y eso es un
eufemismo para describir a una persona que podría llevar a nuestro hijo, pero… es
todo lo que puedo pensar. Ella es genial.
—Eso es bueno, hombre. Recibiste buenas vibras de ella y todo eso. Lo único
que creo que estás haciendo mal es no decírselo a Tyson. Entiendo por qué lo haces,
pero no quiero que venga y te muerda el culo.
Escuché a Anna reír en la sala de estar junto con la cálida voz de Otter
circulando como una corriente subterránea. Cogí la toalla de Creed para secarme las
manos.
—Lo sé, pero es en él en quien pensamos. Él dice que está bien con la idea,
pero viste su reacción cuando lo mencionamos por primera vez. No estaba…
encantado.
—Lo sé.
—Bien —dijo Creed—. Así que recuerda eso cuando te diga que él es una
jodida mierda.
—¡Oye!
—Lo es. O lo era. Esa fue una mala jugada, lo que dijo en esa primera cena.
Entiendo el por qué, de verdad lo hago. Durante mucho tiempo, sólo ha sido él.
150
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Siempre lo pusiste por encima de todo lo demás. Entonces Otter apareció e hizo lo
mismo. Pero Bear, él está haciendo lo que necesita hacer por sí mismo y tienes que
hacer lo mismo por ti mismo. Te has ganado eso, ¿vale? Tanto tú y Otter. Y sí él va
a ser un idiota al respecto, entonces que se joda. Después de todo lo que han hecho
por él, debe estar dispuesto a darles esto.
—Él se disculpó —dije—. Creo que ahora está bien con esto.
—No solo a él. A todo el mundo. Dom. Tus padres. Los padres de Anna. Todos
ellos saben que estamos tratando, pero sólo… de alguna manera, tienes razón. Esto
es nuestro. Y quiero que siga así. Por ahora.
Di un paso atrás.
Él sacudió la cabeza.
Y tal vez eso era cierto. O, mejor dicho, tal vez eso era casi cierto. Sabía lo
que estábamos tratando de hacer, pero todo lo que había conseguido en mi vida, todo
lo que había amado había costado un precio. Un intercambio. Siempre había algo malo
para compensar lo bueno. Y estaba haciéndolo mejor, centrándome en lo positivo…
pero había estado condicionado toda mi vida a esperar lo peor. Mamá se fue. Otter
se fue. La señora Paquinn murió. El accidente de Otter. El estado mental de Ty. Su
adicción.
—No es…
—Corta esa mierda, papá Bear —dijo Creed, con el ceño fruncido—. Te
conozco desde hace mucho tiempo para dejarte intentarlo y hablar en círculos a mí
alrededor. ¿Qué demonios?
151
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No es que no crea eso, es sólo… lo es, está bien. Es caro, ¿bien? Y no hay
garantías. Si no conseguimos esto, si no funciona, perdemos ese dinero. La mayoría
de lo cual, por cierto, proviene de Otter.
Creed resopló.
—Lo sé, pero soy profesor. Tú no puedes ignorar el hecho de que mi salario
no cubre exactamente los jodidos setenta mil dólares que nos va a costar. Y si no
funciona, eso simplemente… se habrá ido.
Creed suspiró.
—Mira, papá Bear. Sé que has recibido una mierda, ¿de acuerdo? La vida es
una mierda y luego te mueres. Pero Dios, tienes permitido tener esperanza en algo.
Amigo, detén esta triste rutina de mártir. Las posibilidades a que esto funcione son
mayores a las que no. Vais a hacerlo con fecundación in vitro, ¿verdad? ¿Subrogación
gestacional?
Él me miró.
152
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eso… está bien. Lo que sea. Sí, es caro como la mierda, y sí, siempre hay
una posibilidad de que no funcione. ¿Pero sabes qué sucede entonces? Te molesta un
poco, pero luego te levantas y empiezas de nuevo. Siempre hay opciones, ¿de
acuerdo? Siempre. Lo descubriremos, de una forma u otra. Y oye, Anna dijo que
podrías alquilar su vientre si es necesario.
Él se encogió de hombros.
—Bueno, tal vez no con muchas palabras, pero ambos sabemos que lo haría.
Y si ni siquiera eso, siempre existe la adopción. Como niños rusos o algo así.
—En algunos lugares hacen eso, pero la clínica que estamos usando no lo hace.
De igual forma es más caro de esa manera.
—Joder, no. Es la mejor idea que has tenido. Mierda, Bear, ¿un poco jodido?
Eso es… —parpadeó—. Bien, puedo ver por qué estás asustado.
—Imbécil.
153
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero Otter me estaba sonriendo, con esa sonrisa torcida que le quedaba tan
bien.
TRES DÍAS después, elegimos a Megan Ridley para que sea nuestra
sustituta.
154
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Súper. Vamos a cocinar huevos con tocino dentro de mí. ¡Felices fiestas a
todos!
—No, Bear. No puedes estar aquí y mirar —dijo ella a través de los dientes
apretados en el cuarto de hospital.
—¡Tomaré fotos! —nos dijo Creed antes de gritar de dolor. No vi lo que Anna
había hecho para causar eso, pero pensé que no era nada bueno.
—AJ para acortar —dijo Creed un poco histérico cuando entró a la sala de
espera—. Dado que Anna no pudo mantenerlo dentro hasta Navidad, tengo que elegir
el nombre, incluso después de que vetó Creed Junior. Es increíble, está sano e
increíble, ¡y parece un lunar sin pelo! Estoy bastante seguro de que Anna me rompió
la mano, pero Jesucristo, AJ está aquí y es real. Él es jodidamente real. Amigo, Bear,
soy papá. De nuevo.
Puede noquearte.
155
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero entonces están esos otros momentos. Esos momentos en los que el
aliento es expulsado de tu cuerpo de la mejor y más aterradora de las maneras.
156
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Espero que estén listos —dijo Megan Ridley—. Porque me hice una prueba
de embarazo esta mañana. Y luego me hice otra más. Y después, sólo porque pude,
me hice una tercera prueba y ¿adivinen qué? Estoy embarazada. Bear. Otter. Vais a
tener un bebé. Funcionó.
157
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
6
Cuando Bear Asiste Al Más Incómodo Regreso A
Casa Por Siempre
—ELLA ESTÁ MUERTA —dice Isabelle McKenna—. Mamá. Ella está muerta
y no tengo a dónde ir. ¡Ty dijo que si necesitaba ayuda que te buscara y necesito
ayuda! Necesito mucha ayuda. —Su pecho se elevó, y es esa, esa pequeña acción, de
una niña al borde de las lágrimas de pie frente a mí, mirándome como si yo pudiera
tener todas las respuestas hizo flaquear mis rodillas.
Ya lo hace.
BIEN.
De acuerdo, entonces.
Joder.
158
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Así que cuando suena el timbre de la puerta, los dos saltamos, riéndonos
débilmente de nosotros mismos, pero luego casi nos golpeamos el uno al otro mientras
corrimos hacia la puerta.
—Hola chicos —dice ella, y juro que su estómago es dos veces más grande
de como lo había sido cuando la vimos dos semanas antes.
—Sí, un poco rota. De acuerdo, puedo lidiar con eso. ¿Me van a dejar entrar?
El color de su casa está dañando mis sentimientos, y hace calor. Como, tengo mis
159
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
bobis sudando ahora mismo, ¿de acuerdo? Y sólo conduje una hora para llegar aquí y
asegurarme de que los dos no estuvierais flipando, dado los sonidos que estabais
haciendo por teléfono. Pero en serio, ¿habéis vivido aquí todo el tiempo y nunca
habéis pensado en cambiar el color? Podría tener que quedarme con los dos bebés.
—Oh, Dios mío, era sólo una broma. No voy a quedármelos. ¡Lo juro! Estos
gemelos son vuestros. Yo sólo soy una incubadora.
—¡Bueno, no sé qué más decir! Era eso u ofrecerle salmón, porque he leído
que es bueno para las mujeres embarazadas, pero no tenemos salmón. Y de quién es
culpa eso, ¿eh? Oh, no sé, ¿tal vez tuya? Estuviste en la tienda ayer. ¿No podrías
haber elegido algo para que estuviese preparado para situaciones como esta?
—¡No sabía que debía comprar salmón! ¡Tú eres quien ha hecho la maldita
lista de compras para esta fiesta, no yo! ¿Y quién demonios se prepara para
situaciones como ésta? Nombra a alguna persona que conozcas que haya recibido una
llamada telefónica de que su hijo no nacido se ha convertido mágicamente en dos
niños no nacidos.
—¿Los bebés mágicos son una figura literaria? Eso ni siquiera tiene sentido.
¿Quién crees que eres? ¿Yo? ¡Porque yo habría conseguido el salmón!
—Lo olvidé. No puedo creer que olvidara la cuchara. Vamos a tener gemelos,
y yo sólo he cogido nueces y yogur y ni siquiera he traído una cuchara. Voy a ser un
padre terrible.
161
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Vosotros dos sois tan lindos —dice con un gruñido mientras se hunde en el
sofá.
Seguimos tras ella impotentemente. Una vez que está sentada, nos
asomamos por encima de ella. Ella suspira y asiente hacia el otro sofá.
Ella suspira.
Nos dirigimos hacia el otro sofá y siento una satisfacción salvaje mientras
Otter tropieza con la alfombra. Se lo tiene merecido el bastardo por golpearme
contra la pared al ir hacia la puerta antes.
—Dios, esto está tan bueno. Muy, muy bueno. Es raro, ¿sabes? Yo odio el
yogur, excepto cuando estoy embarazada. Los bebés hacen que tu cuerpo haga las
cosas más extrañas.
—Realmente no creo eso —Otter dice, mirando hacia mí por alguna razón.
Lo ignoro.
—¿Cómo es posible?
162
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Sabes, cuando vas a la tienda y compras uno y te dan otro gratis? Mismo
trato. Excepto que son bebés. ¡Vas a recibir el doble de lo que pagaste!
—Oh, ¿y quieres saber el sexo del otro bebé? Ya sabíais que el primero era
un niño.
—¿Tu novio tiene un fetiche con los embarazos? —exijo, indignado—. Están
mis hijos ahí.
—Yo no iría tan lejos —dice Otter—. Es decir, hacemos esa cosa con el…
¿por qué diablos estamos hablando de esto? ¿Sabes de qué sexo es el segundo?
El segundo. Jesucristo.
9
Obstetra
163
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
El timbre suena.
—Y esos son mis padres —dice Otter, estirando el cuello para mirar por la
ventana delantera—. Temprano, como de costumbre. Oh, por cierto, ¿puedes
hacernos un favor? No le hemos dicho a nadie que existes todavía, así que... no
existes.
Jerry ríe.
—Hijo, si crees que necesita mi permiso para hacer algo, es que no has
prestando atención.
—Soy Megan. —Ella adelanta la mano hacia Alice, con un poco de yogur aún
en su dedo—. Megan Ridley.
El timbre suena.
165
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Esa es mi hermana pequeña, que he conocido por primera vez hoy —le digo
a Alice y Jerry apresuradamente—. Perdonarnos. Tenemos que abrir la puerta.
—Amigo, eres tan asqueroso —dice Creed, sonando orgulloso con un Baby
10
Bjorn atado a su pecho. Los ojos de AJ son amplios y brillantes. Parece un pequeño
Creed, y estoy seguro de que a Anna le encanta.
—JJ —le regaña Anna—. Dame la mano para que pueda limpiarla.
—Niños —grito—. Como en plural. Otter, creo que estoy a punto de morir.
Anna estrecha los ojos hacia nosotros mientras lucha con JJ para limpiar
los restos de su estornudo de su mano.
—¿Son mis nietos los que oigo? —pregunta Jerry desde algún lugar detrás
de nosotros.
10
Mochila Porta Bebé
166
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Mientras no sean de avena con pasas —dice JJ—. Porque esas son las
peores.
—Sus fiestas son asquerosas —dice JJ—. Siempre tenemos que comer
alimentos que se parecen a mis estornudos fantasmas.
Anna suspira.
—¿Qué? —pregunta Creed—. Por supuesto que sí. No es tan difícil. Oh sí,
este cojín de doscientos dólares se ve tan bien en la tumbona en la que estoy
actualmente agachado mientras que lamen mi agujero del culo. ¿Ves? Incluso yo
puedo hacerlo. —Frunce el ceño—. Creo, es decir, realmente no puedo decorar
cuando nosotros tratamos de follar, tú...
—Oye, me tomé el día libre hoy para que pudiéramos estar aquí. Y mañana
es sábado. Nunca ha habido un momento más apropiado para beber de día.
167
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
El timbre suena.
—Os quiero tanto a los dos —les digo con fervor— muchísimo. No sabéis
cuánto.
168
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Te ves muy pálido —dice Stephanie, alzando la mano para tocar la frente
de Otter—. ¿Estás seguro de que no te has enfermado con algo?
—Él bebe de día —dice Creed a Anna—. Si Bear puede hacerlo, entonces yo
debería poder hacerlo.
—Dios, estoy tranquila ahora. Muchas gracias por eso. ¿Quiénes son todas
esas personas?
11
Sangrado de remolachas frescas.
169
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Mi qué?
—Guau, bueno no pensé que haríamos esto ahora, pero aquí estamos. —Tomo
una respiración profunda—. Familia, esta es Isabelle McKenna. Mi hermana pequeña.
Izzie, estos son... todo el mundo.
—Espeluznante —respira.
—¿Te gustan las albóndigas que no son de carne? —le pregunta Alice—.
Porque hice más de lo que probablemente debería haber hecho.
Creed chocó los cinco con su hijo antes de hacer una mueca.
170
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Yo sé que... —Ella baja la voz antes de continuar— ...lloré antes, pero ya
tengo casi trece ahora. No soy una niña. Yo puedo cuidar de mí misma.
—Bueno.
—Trece, ¿eh? —dice Megan, acercándose para estar junto a Otter—. Eres
muy bonita.
—¿Qué? —pregunta Creed— ¿Por qué? ¿Qué hizo ahora? ¿Y quién es la chica
embarazada? Ay, ¿por qué me acabas de patear? Estoy llevando a tu hijo. Necesito
contactar con mi abogado para poder demandarte por abuso conyugal.
171
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Si eso es lo que Izzie quiere —le digo, mirando a mi hermana—. Y bueno,
tu ropa debe haber terminado de secarse en la secadora por si quieres cambiarte.
Pero no hay prisa.
Y Izzie no duda cuando sigue a Megan fuera de la habitación. Ella mira hacia
atrás sobre su hombro a Otter y a mí, pero luego se va por el pasillo.
—¡Vino! —exclamo.
Excepto JJ que había encontrado en algún lugar las uvas y las está lanzando
al aire, tratando de atraparlas con su boca, cacareando mientras lo hace.
—Enserio —dice Anna secamente—. Eso es lo que vas a decir justo en este
momento.
—Ni siquiera sé a qué te refieres. Todos estamos aquí... justo aquí. Todo
está bien. Todo el mundo está tranquilo. Estamos bien. Todo está… bien.
172
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Traduce a tu marido —le dice Creed a Otter—. Porque suena como una
persona PDC12 y no estoy seguro que ese no sea el caso.
—Oh —dice JJ—. Eso es una mierda. Papá, ¿cuántas uvas crees que podrían
caber en mi boca a la vez?
—Lo sé —le digo—. Pero no tengo tiempo para eso ahora mismo. El Chico va
a venir… oh mierda, El Chico. ¿Qué coño voy a decirle al Chico?
Otter pone sus manos sobre mis hombros con sus pulgares rozando mi cuello.
—¿Bien? ¿Bien? Otter, ¿qué demonios de todo esto está bien? Nos
despertamos esta mañana pensando cómo iba a ser y ahora todo es diferente.
¿Entiendes eso? ¡Nada es lo mismo! Nada. Cada vez que he abierto la puerta hoy, las
cosas han empeorado. ¿Sabes lo que eso le hace a la gente? Nadie debería tener que
abrir la puerta cinco veces en un día y sentir que todo está empeorando. Mi mayor
problema del día era si nuestro hijo no nacido iba a tener o no cola y si iba a ser un
asesino en serie, por cierto, ¿por qué no has desmentido eso? ¿Por qué no me has
ofrecido evidencia sólida de que no va a pasar? ¿Y ahora vamos a tener gemelos?
Otter, ¿y si ambos tienen colas? ¿Qué vamos a hacer? No podemos venderlos a un
circo ambulante, porque eso está mal. ¡Y ni siquiera sé si hay circos aun! Pero sólo
tenemos tres meses más para tratar de encontrar uno si eso es lo que queremos
hacer, porque hay al menos seiscientas personas en mi cocina ahora, y cada uno de
12
NT: Pasado de copas. En el original PAD. Past Over Dosed.
173
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Yo... ¿creo que sí? —dice lentamente Alice—. Megan... ella es... ella es tu
subrogada. —Ella sonaba como si estuviera simplemente impresionada por el
pensamiento.
—Correcto —dice Creed—. Pero qué pasa con la parte de los circos y los
asesinos en serie… oh, bebé, tú realmente deberías dejar de patear mis espinillas.
Sabes que me salen moretones fácilmente.
Un teléfono suena.
Otter suspira y lo saca de su bolsillo, sin dejar de mantener una mano en mí,
como si el solo toque fuera suficiente para evitar que me rompiera en pedazos. Y
174
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
realmente creo que así es. Siempre lo ha hecho por mí. Siempre ha soportado mi
mierda, no importa lo estúpido que yo pareciera.
—Los amo —le digo, necesitando que él lo sepa—. Ni siquiera los conocemos
todavía, pero los amo. Quiero mantenerlos. Contigo. No quiero venderlos en absoluto.
Aunque intenten asesinarme.
—¿Otter hizo una broma de papá? —murmuró Creed—. Porque juro por Dios
que era una broma de papá. Y eso tiene sentido ahora.
—Mierda —murmura.
—Mierda —respiro.
175
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Entonces la puerta del pasajero se abre y él corre hacia mí, con una sonrisa
en su rostro.
Pero aquí estaba él, y se ríe, con ese ruido agudo que hace cuando está
realmente excitado o encuentra algo muy gracioso. Lo agarro fuertemente, y sus
manos encuentran mi nuca y él está balbuceando en mi oído como lo hacía cuando era
sólo un pequeño individuo, hablando de las cosas que había visto, como la bola de hilo
más grande del mundo y algo llamado Carhenge13, y la forma en que estaban en el
medio de la nada en Nuevo México y vieron una lluvia de meteoritos, la más brillante
que había visto nunca, y había sido increíble.
13
Carhenge es una réplica de Stonehenge de Inglaterra situada cerca de la ciudad de Alliance,
Nebraska, en la región de High Plains de los Estados Unidos.
176
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Hey —dice.
Dom se tensa.
—¿Cómo?
177
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Ataque al corazón.
—¿Isabelle?
—Dentro.
Él gruñe y se aleja.
—Lo siento.
—¿Porqué?
Él sacude la cabeza.
Y sí, lo hago. Me llevó mucho tiempo aceptar eso, mucho tiempo confiar en
Dom y su lugar en la vida de Ty. Y tal vez eso ha sido injusto de mi parte, pero no
pude evitarlo. Durante mucho tiempo, Ty fue el centro de todo, y me dolió ver que
alguien más podía cuidarlo mejor de lo que yo podía. Las cosas cambiaron, y están
cambiando de nuevo.
Él me mira de reojo.
—Sí.
178
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Dom sube las escaleras, deteniéndose junto a Ty. Él se inclina y susurra algo
en su oído. Ty escucha, pero su expresión no cambia. Él sigue sonriendo, y él asiente
cuando Dom se endereza de nuevo. Besa la mandíbula de Dom, sólo una vez, y Dom
frota la mano sobre su nuca.
Sonrío débilmente.
—¿Cómo lo supiste?
—Machacarse —le digo con desagrado evidente—. Los niños de hoy en día.
Machacarse.
—Bueno, ¿qué estamos esperando? Mira, aquí está la cara de sorpresa que
voy a poner. —Su mandíbula cae, y se ve terriblemente sorprendido—. ¿Esto es por
mí? Enserio… realmente no debisteis hacerlo.
—¿Qué ha pasado ahora? ¿Están todos bien? —Él mira por encima del
hombro hacia la casa, como si pudiera ver a través de la puerta. Sus manos se cierran
179
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
en puños a los costados. Él no respirando con dificultad, pero podría llegar a eso muy
fácilmente.
Pero tal vez no lo hará. Tengo que recordarme a mí mismo que no es tan
frágil como era antes. Ninguno de los dos lo somos. Somos más fuertes de lo que la
mayoría de la gente pensó nunca que seriamos. Seguro que a veces nos hacíamos
añicos, pero siempre encontrábamos la manera de levantarnos de nuevo juntos.
Tengo que confiar en que él estará bien, porque ha demostrado que puede valerse
por sí mismo. Nos llamó algunas veces, aunque muy tarde por la noche… eran poco
frecuentes… cuando se fue. Cuando necesitaba oír mi voz. O la voz de Otter. O
simplemente para hablar sobre algo. Pero sus ataques de pánico, aunque no curados
porque probablemente nunca podrían estarlo, eran escasos ahora. Él cuida de sí
mismo. Él sabe cómo respirar.
—Está bien —digo, porque al final, espero que lo esté. Estos no son más que
baches en el camino—. Todo el mundo aquí en Seafare está muy bien. Nadie está
herido o enfermo, o algo por el estilo.
Él asiente firmemente.
—Algunas de esas cosas pueden ser buenas —le dice Otter—. A pesar de
que podría llevarte algún tiempo averiguar cómo verlas de esa manera.
—Es ella, ¿no es así? Ella ha hecho algo de nuevo. Es Izzie… oh Dios, por
favor dime que Izzie está bien. Ella es sólo una niña, Bear. Por favor, dime si ella
está…
—¿Cómo lo sabes?
180
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No —le digo desde abajo de la escalera—. Ella no está aquí. Y ella no lo
estará nunca. No estará nunca más. Ya no puede tocarte a ti o a Izzie nunca más.
—¿Está muerta?
Oh, susurra. Eso. Eso. Hemos pasado por esto antes, ¿verdad? ¿Recuerdas
eso, Bear? Era tan pequeño la última vez que hizo esa pregunta. Él estaba sentado
en su regazo y mirándolo con esos grandes ojos suyos. Y él te preguntó que, si estaba
muerta, y te ahogaste con eso, ¿verdad? Acabaste ahogado. Y te había preguntado
lo que iba a pasar con él, ¿verdad? Que no era más que un pequeño individuo, que no
era tan grande como tú, y que ¿qué iba a pasar con él? ¿Lo recuerdas? Yo sí.
Lo recuerdo todo.
Otter había estado ahí también, y había puesto sus grandes manos en la cara
del Chico, y le había dicho que sabía lo que era el miedo, pero que siempre tendría a
alguien allí para cuidar de él. A Anna, a Creed, a sus padres y a Otter también, aunque
acabaría rompiendo esa promesa un tiempo. Pero no he culpado a Otter de eso desde
hace mucho tiempo.
—Sí, Ty. —Porque es la única cosa que puedo decir. Y lo he dicho en voz alta
multitud de veces antes en las horas previas, pero esta es la primera vez que en
realidad sentía que era verdad. Ni cuando Izzie estaba en mis brazos, ni cuando
nuestra familia se reunió en la cocina. Sino aquí.
Este momento.
Es real.
Porque después de este momento, ella nunca nos hará daño de nuevo.
181
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Izzie está en la sala de estar. Ella está vestida con sus ropas, ya lavadas y
limpias. Está de rodillas frente a Megan… y mierda, me había olvidado de ella, y oh
mi jodido Dios yo tengo dos jodidos niños que vienen en camino… mientras le están
trenzando el pelo con dedos hábiles.
Pero en el momento que ella ve a Ty, se levanta, haciendo una mueca cuando
Megan tira accidentalmente de su cabello. Ella atraviesa el suelo y salta sobre Tyson,
con los ojos fuertemente cerrados, las manos envueltas firmemente alrededor de
sus hombros y las rodillas clavándose en sus costados. Ella está temblando, y la mano
de Ty está en su cabello. Él está susurrando en su oído que la tiene y que está bien,
chica, estás bien ahora, ¿ves? Lo hiciste bien al venir aquí, lo hiciste bien al venir a
buscarme.
182
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Stacey está en camino —murmura Dom a mi lado con Ben en sus brazos—.
¿Cómo fue?
Sacudo la cabeza.
—Mejor que eso. Él está… más tranquilo. De lo que lo estaba antes. Incluso
en Navidad, todavía estaba al borde. Pero él está... diferente.
Dominic resopla.
—Yo no diría tanto. Acabo de pasar una semana en el coche con él. Todavía
habla tanto como siempre lo ha hecho. Está nervioso y no puede centrarse en un
tema antes de saltar a otro.
Yo suspiro.
—Lo sé. No hay absolutamente ninguna duda de que es una McKenna. Todos
tenemos diferentes padres, pero... No sé. Es raro.
—No creo que sea una mala cosa. Decid lo que queráis de Julie McKenna,
pero ella hizo a unas personas bonitas.
Ty baja a Izzie, y ella se seca los ojos con furia. Está, obviamente,
avergonzada, echando un vistazo al resto de nosotros sorprendidos frente a ella,
183
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y aquí estaba ella, habiendo llorado por segunda vez en unas pocas horas.
No me sorprendería que actuara como una pequeña mierda por el resto del
día.
Yo no la culparía si lo hiciera.
—¿Quién eres?
Ty agarra a Izzie por el brazo y tira de ella detrás de él, como si la estuviera
protegiendo de Megan, y es ridículo, realmente lo es, porque Megan es la luz del sol
literalmente. Ella es brillante, divertida y radiante, y está sonriéndole, aunque está
empezando a vacilar un poco.
—¿La trajiste aquí? —pregunta Ty con la voz un poco dura—. ¿Qué relación
tienes con ella? No vas a hacerle daño, ¿me oyes? No vas a….
—¿Quién es ella?
Estoy tan impresionado que me quedo mudo, por lo que Otter dice:
—Ella no tiene nada que ver con Izzie. Y deberías pensar en cuidar tu tono
con ella. Nunca has sido grosero así que no empieces ahora.
184
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Oh Dios —gime Ty—. Él está haciendo esa cosa. Bear, es asqueroso. Para.
—¿Qué cosa? —pregunta Izzie—. ¿Por qué está su cara toda roja?
—Estoy bien —digo con el ceño fruncido, aunque puedo sentir el calor
irradiando desde Otter.
—Hay niños presentes —dice Ty—. Dios, hombre, ¿no tienes vergüenza
ninguna?
—¿Es esto una cosa sexual? —pregunta Izzie—. Porque si lo es, nunca quiero
que me pase a mí. Se ve terrible.
—¿Ella es tu qué?
—Sorpresa —digo, levantando las manos por razones que no entiendo muy
bien.
—¿Son siempre las cosas así aquí? —pregunta Izzie—. Porque si es así, sé
sobre lo que quiero hacer mi tesis cuando llegue a la universidad. —Por lo menos ella
ya no está llorando.
185
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Seis meses —repite el Chico—. Habéis sabido de esto hace casi seis
meses. ¿Y cuándo pensabais decírmelo?
—Hoy —dice Otter con calma—. Estábamos planeando decíroslo a todos hoy.
Nadie lo sabía, Chico, aparte de Megan, Bear y yo.
—¿Y pensasteis que sería una buena idea invitarla aquí ahora? —pregunta el
Chico con incredulidad—. ¿Con todo lo que está pasando?
186
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Dom parece que va a discutir, pero Otter mueve la cabeza hacia él, y él
suspira, levantando a Ben a poco más alto.
—Así es —dice Dom en voz baja, besa a su hijo en la frente—. Ellos son
Mustelidae y Ursidae.
Otter se pone delante del Chico y ayuda a Megan a levantarse. Ella sonríe
con gratitud hacia él.
—Sólo va a mejorar desde aquí —dice ella—. Los tobillos hinchados, estrías,
durante los nueve meses. Vais a amarlo.
—Tú puedes utilizarla todo lo que quieras —le asegura Otter—. Pídele a
Creed la contraseña. Ya está configurada para la red Wi-Fi también. Eso sí, no
busques cosas que no deberías.
14
Mustelidae y Ursidae: De la Familia de los Osos y las Nutrias.
187
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ella pone los ojos en blanco, se parece tanto al Chico que mi corazón se
rompe un poco.
—Por favor. Tengo mejores cosas que hacer que buscar pornografía.
Megan tiende su mano hacia Izzie, pero por un momento, el Chico parece
que no va a dejar que se vaya. Entonces Dom se aclara la garganta deliberadamente,
y Ty se queja un poco en voz baja pero suelta la mano de Izzie.
—Tú vas a escucharlos, ¿de acuerdo? —le dice Dom a Ty—. Estaré en la
cocina si me necesitas.
—Sí, te escucho.
Dom asiente.
—Yo espero que estés tranquilo y seas sensato con todo esto, ¿me sigues?
Esto no se trata de ti, así que no trates de hacerlo de esa manera.
188
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Hay una puerta corredera por la sala de estar que conduce a un patio lateral
que se envuelve alrededor de la parte posterior. Solía haber una valla metálica que
rodeaba la casa, una cosa barata que se sacudía y temblaba cuando había viento.
Otter había conseguido deshacerse de ella hace mucho tiempo, substituyéndola por
una valla de madera de un metro ochenta de altura. Nuestros vecinos habían tratado
de soltar mierda, pero Otter los había fulminado con la mirada, cruzando sus brazos
sobre el pecho. Ellos no habían dicho mucho después de eso.
Hay una terraza en la parte trasera que Otter, Ty, Dom, y yo construimos
un largo y caluroso verano cuando el Chico tenía trece años. No habíamos sabido
exactamente lo que estábamos haciendo, y determinamos más bien al principio que
yo nunca debería utilizar un martillo por ninguna razón, pero había resultado mejor
de lo que habíamos esperado. Había incluso escalones que conducían a una pasarela
en el césped. Una noche, no hace mucho tiempo, Otter y yo estábamos en la cama de
189
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
lado, uno frente al otro, con las cabezas sobre la misma almohada. Habíamos estado
susurrando de un lado a otro, y yo había estado tratando de conseguir que me dijera
lo que estaba en pensando porque había algo, cuando él finalmente admitió que no
podía esperar hasta que nuestro hijo fuera lo suficientemente grande para poder
construir un parque infantil en el patio trasero para él. Tal vez una casa de árbol y
un columpio de neumático que colgaría debajo.
—Sí —yo había susurrado con voz ronca, preguntándome de nuevo cómo
había conseguido ser tan jodidamente afortunado—. Sí, Otter. Eso suena bien. A
ellos les encantará.
Hay una gran mesa instalada en la cubierta y otra en la hierba debajo. Los
extremos de los manteles se balancean hacia atrás y adelante y otra pancarta para
Tyson está colgada en la parte posterior de la Monstruosidad Verde.
La mirada culpable en la cara del Chico debería hacerme sentir mejor, pero
no lo hace.
—¿Hicisteis todo esto para mí? —él pregunta, con las manos arrastrándose
a lo largo de la barandilla de la tarima y es como si él fuera un niño otra vez, un
vegetariano ecoterrorista en formación, El Chico de nuevo, mirando con asombro al
castillo inflable, tirando de mis dedos y preguntando si esto era todo para él, si todo
el mundo estaba allí por él.
—Yo… yo sólo...
Y tal vez estoy más enfadado de lo que creo que estoy, porque yo digo:
—Lo sé.
Él sacude su cabeza.
—Tal vez. Porque no siempre puede ser sólo tú y yo. Nosotros nunca
habríamos sobrevivido así. Y no habría sido justo para ti. O para mí.
—Entiendo eso —dice, y su voz tiene un borde a eso—. Sé que piensas que
soy sólo un niño, pero entiendo eso, Bear.
—¿Lo haces? Porque aquí estamos, y por una vez en mi vida, he tomado una
decisión importante para mí y para Otter, y, sin embargo, en segundos, empezaste a
lanzarme mierda por ello.
—Tal vez si no me lo hubierais ocultado —dice, y sí, tal vez él tiene razón,
pero esto no es de lo que se trata. Lo conozco demasiado bien para aceptar su mierda.
—Esto no te implica —dice Otter—. O más bien no es sobre ti. Tú sabías que
íbamos a hacer esto. Nosotros te lo contamos el año pasado. Y nos dijiste que estabas
feliz por nosotros. Que estabas bien con ello. Entonces, ¿qué cambió?
191
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Oh, no lo sé, Otter. Tal vez sea el hecho de que llego a casa y mi madre
está muerta, mi hermana pequeña está aquí y tú estás jodidamente embarazado de
gemelos.
—No estoy embarazado —lo tranquiliza Otter—. Megan lo está. Pensé que
era obvio.
Puedo ver los labios del Chico arqueándose un poco, pero él está tratando
de aferrarse a su ira.
—¿Esto va a ser nuevo para ti ahora? ¿Bromas de papá? Porque si lo es, voy
a regresar a New Hampshire. Lo juro por Dios.
—Son las hormonas —les digo a los dos—. Otter cuenta chistes de papá y yo
tengo que comprar cosas con elefantes. Megan nos está infectando.
El Chico suspira.
—Soy un idiota.
—Un poco.
—Yo sólo... es… agg. Es sólo que no me gusta cuando las cosas cambian.
—Lo entiendo —digo—. Pero lo que nosotros queríamos era que te centraras
en ti, que fueras la única razón para ir a New Hampshire, para empezar. Tú hiciste
aquella elección y respetamos eso…
192
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
El Chico resopla.
—Bien —dice Otter—. Tal vez un poco. Tal vez mucho. ¿Pero tú? ¿Nosotros?
Eso no va a cambiar. Tú eres exactamente el mismo. Nada va a alejarnos. Nadie
podría nunca.
El Chico pone los ojos en blanco, como si pensara que Otter está lleno de
mierda, pero puedo verlo, sobre su cara y en la forma en que él mismo está
sosteniéndose. Cuando pasas la mitad de tu vida supervisando cada pequeña
expresión, cada pequeño tic porque estás preocupado de que algo malo podría
suceder, reconoces las cosas por lo que son. Porque Otter lo ha clavado exactamente.
Las cosas están cambiando y eso es por lo que el Chico está preocupado.
—Eres jodidamente estúpido —le digo, en lugar de decir algo más agradable.
Otter dice:
—Bear…
193
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Parpadeo.
—Bien. Sí. Lo es... —Entorno los ojos en Otter—. ¿Vamos a tener tres niños
ahora?
—Lo estoy. Entonces sí. Izzie se quedará aquí, y vamos a averiguarlo. Hay
una mujer dentro a la que he golpeado con mi súper esperma.
—¿Tienes que seguir diciéndolo así? —pregunta Otter con una mueca de
dolor—. Porque realmente no deberías seguir diciéndolo así.
—Absolutamente no vas a llamarlos así —dice Otter—. Así que déjalo ahora.
194
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
El Chico asiente.
—Excepto.
Sacudo la cabeza.
—Excepto que esta es una casa de tres dormitorios —dice Otter, siguiendo
lo que el Chico estaba diciendo—. Y ya hemos hecho un cuarto para los niños.
—Que espero que no haya sido en mi habitación —dice el Chico con el ceño
fruncido—. Tengo muchísimas cosas importantes allí.
—¡Mentí!
—Estaba practicando.
—¿Para quién?
—Voy a matarlo.
15
Anderson Hays Cooper es un periodista, escritor y presentador estadounidense, ganador del
premio Emmy, otorgado por su destacado reportaje Haiti in Ruins.
195
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Paul? ¿No es ese al que no quieres que conozca por razones que no me
explicas?
—Eso no tiene sentido. ¿Por qué… de qué demonios estamos hablando? ¿Cuál
era el punto de esto?
—Te sigo —digo, sólo porque Otter a veces necesita ser tranquilizado. Y
entonces…— ¿Es raro que no esté triste ahora mismo? Porque no sé si lo estoy.
El Chico lo sabe.
—Sobre ella.
Él suspira.
196
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Por supuesto así tenía que ser. Todo de una vez. Creo que... se nos permite
no estar triste. O tal vez vamos a estarlo una vez que todo el shock desaparezca. Y
se nos permite eso también. Con ella, creo que se nos permite sentir lo que queramos.
Y no importa cómo nos sintamos, eso será lo correcto. Ella era nuestra madre, pero
no era nuestra mamá. Era… —Y su voz se rompe un poco. Se aclara la garganta—. Era
alguien más. Así que no, Bear. No es raro. Creo que está bien.
—Tendremos que tratar con ello —le digo en voz baja—. No sé dónde está
su cuerpo... O lo que pasó Izzie para llegar aquí. —La idea de que ella hubiera hecho
autostop todo el camino desde Idaho me asusta más de lo que quisiera admitir—.
Pero si no puedes… si tú no puedes hacer esto, puedes quedarte aquí con Izzie,
mientras yo trato con el resto.
—Mientras tratamos con el resto —dice Otter, y su mano está sobre la mía.
—Sí —le digo—. Pero tengo… tenemos algunas llamadas telefónicas que
hacer. Si nosotros…
—Hay que mantenerla aquí —dice el Chico de repente—. Bear, tienes que
hacerlo. No puedes dejar que se vaya. No puedes permitir que se la lleven. No es
justo. Para ella. Para cualquiera. Ella tiene que quedarse aquí. Sé que es mucho, que
ya tienes… Jesús, que ya tienes gemelos en camino, pero no puedes dejar que se vaya.
Prométemelo. Y si no puedes, entonces voy… voy hacer algo. Soy un adulto ahora.
Puedo llamar a Erica Sharp y encontrar algo mejor. Conseguir un trabajo. Y un
apartamento.
—Tyson.
—¿Qué?
Me encojo de hombros.
—Podemos conseguir literas para habitación del Chico. Ella puede estar en
la parte superior y él puede dormir en la parte inferior.
197
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No voy a dormir en una litera —dice el Chico con el ceño fruncido—. ¿Estás
jodidamente loco?
—¡Tú dijiste que era sólo para las personas que odiabas que se quedaran en
nuestra casa! —grita el Chico.
—¡Él podría mudarse con Dominic! —dice una voz apagada, sonando
sospechosamente como Creed.
Stacey está allí también y ella sonríe abiertamente hacia Dom, empujándolo
un poco. Dom mismo parece que está ruborizado, algo tan raro, sólo lo he visto un
puñado de veces así.
—Él casi se ha llevado la mayor parte de sus cosas a su casa —dice Otter
pensativamente.
—Y ahora que lo pienso, ¿no se suponía que las cosas de Ty llegaban ayer de
New Hampshire?
Creed hace a todo el mundo echar un paso atrás para poder abrir la puerta
corredera, dejando sólo la mosquitera separándonos.
198
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Oh, estoy tan contenta de haber llegado justo a tiempo para ver esto —
dice Stacey alegremente—. Embarazo, nuevos niños y mi ex marido furtivamente
mudando a su novio a su casa. Diablos, podría divorciarme de mi marido actual sólo
para poder casarme con esta familia.
—La mayoría de los hombres aquí son gay —dice Creed—. Es por eso que
siempre bebo agua embotellada, así no pillo eso también. ¿Quién sabe qué más ponen
en el agua del grifo? ¿Fluoruro? Comprobar. ¿Gayness? Comprobar de nuevo. ¡No vas
a atraparme con eso, gobierno!
—Pensé que eras un ladrón —chasqueo a él—. Es decir, quién hace eso.
—¿Vas a marcharte? —dice Izzie desde la encimera, con las manos en las
caderas. Ella se ve más enfadada que trastornada.
199
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Estará justo bajando la calle —le dice Dom, mirando por encima del
hombro—. Y puedes venir en cualquier momento que desees. Tengo una habitación de
repuesto, y puedes pasar la noche a veces.
—Estoy aburrido con esto —dice JJ—. ¿Puedo salir ahora y hacer estallar
los globos? Tyson no los está utilizando. Me dijo que ni siquiera le gustan los globos.
—Hombre —le dice Creed a Anna—. Su primera vez va a ser realmente torpe.
—Oops —dice, dando un paso atrás—. Es bueno que cabezas de bebés son
notoriamente fuertes y completamente desarrolladas y no suaves en absoluto.
Porque yo me sentiría realmente mal, de otra manera. Oh, mira, ¡ahora tiene pequeñas
líneas sobre su cara! Parece a un gofre.
200
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Porque en lugar de aterrizar en los brazos del hombre que él ama, choca
contra la puerta mosquitera, que no había estado abierta, en su desesperación por
llegar a Dom. Él grazna cuando atraviesa la mosquitera y la puerta se dobla por el
marco rompiéndose.
Silencio.
201
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Soy un buen actor —había dicho, mientras que Otter se reía a mi lado.
—¿El bebé? No, absolutamente no. Ella le dijo a Anna que los bebés son un
asco y que, si AJ vomita sobre ella, lo venderá en el mercado negro.
—Eso... suena como alguien que está relacionado con nosotros. Maldita sea…
Y Ana dijo...
—Ella sólo se rio y dijo que está obviamente relacionada contigo y conmigo.
—No sé cómo se siente todavía. Esto es... mucho, incluso para mí. Así que no
puedo imaginarme cómo va a ser para ella.
202
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Puedo imaginármelo.
—Sí. Pero creo que es mejor ahora. —Tomo un sorbo de mi copa de vino casi
vacía—. No somos como éramos antes.
—Asusta.
—No —le digo, sacudiendo la cabeza—. Todavía estoy asustado. Claro que lo
estoy. Me desperté esta mañana pensando que estaba a punto de tener un hijo. Ahora
probablemente tengo tres.
—Bien.
—No, no puedes y no lo es. Eso estuvo mal, y yo esperaba más de ti. Siempre
lo espero.
—Lo estaba.
—Bien.
203
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Yo solo…
Espero.
—Es tu vida.
—Lo hago.
Y eso es de lo que creo que trata todo. Porque el Chico es un idiota, pero no
es estúpido. Él puede contar. La Monstruosidad Verde tiene tres dormitorios. Uno
ha sido convertido en un cuarto de niños, del que todo el mundo dijo ohhh y ahhh
antes. La habitación del Chico será de Izzie, sin importar el tiempo que quiera usarla.
Lo que esperaba fueran durante años.
Él frunce el ceño.
—Sí. El que parece que te estuviera manoseando cada vez que te acuestas
en él.
204
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No creo que él sepa cómo serlo. Es como Otter en eso. Cuando quiere algo,
va a por ello.
Yo suspiro.
—Posiblemente no puede ser saludable que ambos estemos con tipos así.
¿Qué dice eso de nosotros?
—Mierda.
—Sí.
Él asiente lentamente.
Me río silenciosamente.
—Ya estoy harto de ti, y sólo has estado en casa unas pocas horas. Pero
Izzie te necesitará también.
—Mierdas. Tú me amas.
205
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Entonces dice:
Y mi corazón se rompe con eso. Porque que nadie debería tener que pasar la
vida averiguando lo que se siente al tener el desdén de una madre. Lo acerco más.
—Lo sé. A veces, no creo que ella supiera cómo. Y eso no es tu culpa o la mía.
Es la de ella.
—Pero…
—No, Chico. No hay nada que pudieras haber hecho de otra manera. No hay
nada que deberías haber hecho de otra manera. Esto… todo esto, todo lo que alguna
vez fue, es solo culpa de ella. Esto nunca fue tu culpa. No nos quería con ella. No sé
por qué. Tal vez estaba rota. Tal vez estaba hecha de manera diferente. Tal vez ella
no era capaz de hacerlo. No lo sé. Pero no se trata de ti.
Él se burla.
—¿Lo hicimos? Una vez adicto, siempre adicto, Papá Bear. Y mi cabeza está
todavía un poco jodida. La tuya también.
La sonrisa se desvanece.
206
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tal vez. O tal vez lo hicimos nosotros mismos. ¿Y sabes qué? Tal vez no
importa. Somos lo que supone que somos ahora. Todo lo que nos ha pasado, esto… no
ha sido fácil. Lo sé. Pero lo hemos superado y estamos enteros, Chico. Lo estamos.
Las cosas son buenas. O lo serán. Da miedo ahora. Estoy asustado. Pero también sé
que quiero esto más que cualquier otra cosa.
—Nos nos…
—¿No es cierto?
Él tiene razón.
—No había nada que podríamos haber hecho. Tú lo sabes. Erica nos dijo que
al menos que hubiera evidencia de abuso, ella…
Suspiro.
—Haremos todo lo posible, ¿de acuerdo? Eso es todo lo que alguien puede
pedir de nosotros.
—La odio.
—No lo haces —le digo—. Porque no eres capaz de odiar a nadie. Eso no es
lo que eres.
—Si lo hago. Puedo hacerlo. No sabes eso de mí, y eso está bien, pero lo
hago. La odio, Bear. La odio por todo lo que me ha hecho a mí. A Izzie. A ti. Nosotros
podríamos tener…
207
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Se siente como si estuviera zumbando, como si todo bajo su piel fuera todo
eléctrico.
—Nosotros…
—Aún más razón para que lo hagamos. Porque somos mejores que eso.
—¿Bear?
—¿Sí?
—Creo que voy a estar triste ahora —dice él, con la voz entrecortada sólo
un poco—. ¿Está bien?
208
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
dejar que se vaya, voy a tener que dar un paso hacia atrás. Él estará a mi alcance.
Siempre. Pero sigue siendo un paso más lejos.
Izzie dormía, pero sólo después de conseguir una promesa de que Tyson
volvería mañana.
—Sí, chica —le había dicho él—. Volveré. Tenemos cosas que hacer, ¿sabes?
—Y entonces tal vez puedes conseguir sacar el resto de tus cosas fuera de
mi habitación. Todavía hay un cartel de PETA en la pared. No sé cómo no te
avergüenzas de ello. Sé que si yo fuera tú, estaría avergonzada. Pero nunca he sido
una maravilla sin carne bajo dependencia de una organización terrorista que se
disfraza para defender los derechos de los animales.
—Hay tres de ellos ahora —gimió Creed al fondo—. ¿Por qué se parece a
ellos? Ya me acostumbré a Bear y Ty ¿y ahora tengo que hacerlo de nuevo?
—Yo no tengo muchas cosas. Nunca lo necesité. Pero me gustan los libros.
No tengo dinero, pero te prometo que voy a hacer tareas o lo que sea que me pidan
si podéis conseguirme algunos libros.
209
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Creo que la mayoría de las cosas para las adolescentes son terrible.
—Oh Dios mío —gimió ella, con la cara entre las manos.
Pero ella debía estar agotada, porque estaba dormida casi tan pronto como
su cabeza estuvo sobre la almohada. Yo no sé, bueno, yo no sabía nada acerca de ella,
no realmente, así que me preocupé por un momento acerca de si debería o no cerrar
la puerta o dejar la luz del pasillo encendida por si lo necesitaba.
—Hey —dice.
Me encojo de hombros.
—¿Lo de hoy?
—Sí.
—Lo sé. Te diré qué todo eso todavía estará aquí mañana, ¿verdad?
—Desafortunadamente.
210
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Así que solamente diré que, por esta noche, nos centraremos sólo en lo
bueno. Y entonces podemos preocuparnos por la mañana del resto.
—Bien.
—¿Bien?
—Sí. Bien.
—Gemelos.
—Gracias.
—¿Por?
—Gracias —él dice otra vez, y es fuertemente susurrado contra mí, como si
fuera un secreto. Como si fuera una oración—. Gracias. Gracias. Gracias.
Yo tengo esto.
211
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
212
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
JULIE MCKENNA había muerto cinco días antes de que Izzie apareciera en
nuestra puerta. Era un domingo, y había estado en el restaurante donde trabajaba
como camarera. Tal vez fueron los años de fumar y beber alcohol, o tal vez era sólo
su tiempo. Llevaba una bandeja de comida y ésta se estrelló al suelo cuando ella se
desplomó.
Izzie había estado afuera por el verano cuando recibió la llamada en casa.
Había estado sola. Fue el jefe de mamá quien se lo había contado. Él había dicho que
lo sentía, lo sentía mucho. Por supuesto que sí. Estaba llamando para decirle a una
niña que su madre estaba muerta. Él preguntó si había alguien a quien ella pudiera
llamar, alguien que pudiera venir a recogerla. Alguien que pudiera quedarse con ella.
213
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Voy a hacer unas llamadas cuando llegue a la comisaría —dice Dom—. Para
ver si alguien avisó de su desaparición.
Le sonrío agradecido.
Sacudo la cabeza.
—No que sepamos. Nadie que haya estado cerca, de todos modos. Y ella dice
que su padre se fue hace años.
—¿Qué es fácil?
—Izzie —dice—. Que ella se quede aquí. Especialmente con los gemelos que
vienen en camino.
—¿Y qué?
214
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él sacude la cabeza.
Él sonríe tristemente.
Él sacude la cabeza.
—Por supuesto que no. Pero nunca pensaste en otra cosa. Ella de todas
maneras iba a quedarse aquí.
—Si han terminado de hablar en código, tenemos algo que hacer. —Ambos
se ríen de mí.
—Me quedaré aquí —me dijo, apartando los ojos—. Alguien tiene que echarle
un ojo a ella.
215
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Nah. Tengo a Otter. Y es mejor para ella. Creo. Si quieres quédate aquí.
—¿Estás bien? —me pregunta Otter ahora, con una mano firme en mi muslo.
LA GENTE DICE que tienen recuerdos de cuando tenían dos o tres años. No
sé si me lo creo. Creo que quieren tanto recordar, que las historias que cuentan, de
alguna manera se arraigan en ellos como propias, que se convencen de que no es una
historia que recuerdan, sino un recuerdo real.
Está claro, sin embargo, cuando tenía cuatro años. Tal vez cinco.
Había períodos de días en los que ella no tenía un vaso en la mano, el líquido
ámbar moviéndose alrededor, el hielo tintineando junto. Días en que sus ojos eran un
poco más brillantes y se reía un poco más fuerte. Días en que ella ponía su mano en
la parte de atrás de mi cuello y la apretaba, y yo le sonreía a través de un bocado de
Pop–Tarts16, algo que raramente conseguía tener.
Fue entonces cuando pude recordarla con una claridad sorprendente. No era
confuso. No estaba silenciado. Y si me esfuerzo, es lo primero que puedo recordar.
Ella dijo:
16 Pop-tarts es el nombre con que se le conoce a unas tartas planas, rectangulares y prehorneadas
hechas por la compañía Kellogg's. Los Pop-Tarts contienen un relleno dulce sellado entre dos
capas de masa. Algunas vienen glaseadas.
216
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
y la pantalla estaba un poco borrosa porque las orejas de conejo17 estaban rotas.
Había caricaturas. Estoy seguro de eso.
Es más.
Tal vez porque sé de dónde vino ella. Ese maldito apartamento de mierda,
ese lugar de donde ella había huido, dejándonos atrás. Y aunque no creo que vino
directamente aquí, este fue su resultado final. Aquí es donde había plantado sus
raíces. Izzie dijo que habían estado aquí por algunos años.
Sonrío apretadamente.
Él mira a la casa.
—¿Por qué?
—Porque la casa es más bonita de lo que pensé que sería. —Gemí, apoyándome
contra el reposacabezas—. Y eso suena estúpido. Pero así es.
Él se encoge de hombros.
Me contraigo de dolor.
218
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Te dije que no tenemos que hacer esto —me recuerda—. Podemos
contratar a alguien más para que lo limpie. Ella estaba alquilando, así que no es como
si tuviéramos que preocuparnos por vender la casa. No necesitamos entrar.
—No quiero que esto te haga daño —dice, y puedo ver que está frustrado—
. Es como si ella estuviera llegando a ti todavía. De nuevo. No quiero eso. Ella se ha
ido. No debería ser capaz de hacerte sentir así.
—Ídem.
Tengo que salir del coche antes de hacer algo tonto como exigirle que saque
su polla para que pueda chuparla.
219
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Bueno.
Yo respiro.
HAY UNA mujer en el patio de al lado. Ella está de rodillas, sacando las
malas hierbas del lecho de flores. Escucha el crujido de la oxidada puerta de metal
mientras la abro y me mira.
—Ellas no están en casa —dice. Debe pensar que estoy aquí para vender algo,
como aspiradoras o a Jesús—. No han estado en casa por unos días.
220
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Sacudo la cabeza.
—Sí.
—Bien —dice—. Ella se lo merece. No tenía nada por el estilo por aquí. No es
que me incumba, supongo. ¿Cómo pasó, si no te importa que te lo pregunte?
—Cuando te llega la hora, te llega. Isabelle es una buena niña. Espero que la
cuides.
—Ahí lo tienes —dice, como si fuera así de fácil—. Hace calor hoy. Necesito
volver a mis flores antes de derretirme. Si quieres dejar las llaves conmigo cuando
termines, tenemos el mismo propietario. Puedo asegurarme de que las consiga. Y
cuida de esa niña, ¿me oyes? Ella es buena. No digo que su madre no lo era, pero
necesita más de lo que esa mujer nunca fue capaz de dar.
221
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
LA CASA está caliente y huele a humo rancio. Está oscuro en el interior, las
cortinas se han cerrado a través de las ventanas, los listones de plástico blanco
cuelgan todavía en el aire grueso.
Y entonces ella está con Julie, nuestra madre, y ella está vieja. Ella está
jodidamente vieja. Hacía años que no la veía… ese día ella había venido al hospital,
cansada y desgastada, la señora Paquinn muriéndose y Otter recuperándose, aunque
aún no lo sabíamos, una carpeta en su regazo, y ah dios, apenas envejecida. Y es aquí,
ahora, que recuerdo la última conversación que tuve con ella, cuando ella había
intentado explicarse, trató de decirme por qué había hecho las cosas que había
hecho, por qué estaba allí, en ese momento, renunciando la custodia de Tyson a mí
favor, diciendo que no pelearía, no empujaría, aceptando desaparecer por siempre y
nunca y nunca tendría que verla otra vez. Ninguno de nosotros lo haría.
Y todas las cosas que le había dicho, todas las terribles, terribles cosas.
Está tomando todo lo que tengo para no ir más allá y poner mis manos
alrededor de tu cuello y exprimir para siempre la jodida vida de ti.
Tengo mejores cosas que hacer que hablar con un coño como tú.
No vuelvas aquí. Tal vez Ty quiera encontrarte un día. Esa es su elección. Tal
vez nuestra hermana querrá conocernos, si le cuentas de nosotros. Esa es su
elección. Pero no vuelvas aquí. Ya has hecho lo suficiente.
222
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero si tuviera que hacerlo de nuevo, no puedo decir que no diría las mismas
cosas.
Fue catártico. Creo que puedo apreciarlo ahora, todos estos años después.
NO entraré en su habitación.
Me niego.
No me pertenecen.
—Aquí atrás —le grito, cavando a través del armario, amontonando ropa y
zapatos en la cama. La mayor parte parece como si fuera demasiado pequeño para
ella ahora, y mi corazón duele al pensarlo. Ya estoy haciendo planes para conseguir
lo que ella quiera. Ya he sacado sus carteles de la pared, los he enrollado
cuidadosamente y los he apilado junto a los libros en el suelo que llevamos con
nosotros.
223
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Bear.
—Bien. Necesito que vayas a su cuarto. Yo… yo no puedo hacer eso. No quiero
hacer eso.
Me congelo.
—Está bien —le digo lentamente, un poco de peso fuera de mis hombros—.
Eso es bueno.
—Bueno.
—Y un testamento, si es posible.
Yo bufo.
224
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Me pregunto por la vida de esta mujer, ahora nada más que recuerdos
selectos empacados en la parte trasera de un remolque.
—Sí —le digo—. Sí, quiero verla. Ahora por favor. Lléveme a ahora.
225
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
ES ELLA.
Ella se ha ido.
Su piel es pálida, y está cubierta con una sábana pesada, y el Sr. Sampson
está diciendo que si tenemos algo con lo que nos gustaría que ella fuera enterrada,
podríamos proporcionar eso. Es horrible, porque dice que pueden hacer su maquillaje,
que se verá bien si queremos tener un ataúd abierto para el funeral y…
Afortunadamente para mí, hay una papelera a la que acabo de llegar antes
de vomitar el escaso desayuno que tengo atragantado. La mano de Otter está a mi
espalda, frotando círculos lentos mientras mi estómago devuelve, mientras mi
garganta se aprieta hasta que no queda nada.
—¿Las cenizas pueden ser enviadas? —pregunto, con la boca todavía amarga.
—Por supuesto.
—No quiero estar aquí más tiempo del que sea necesario.
226
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—LAS LLAVES —le digo a la vecina cuando ella contesta la puerta—. Usted
dijo…
—¿Está vacía?
Ella asiente.
—Ella dijo algo sobre su hijo una vez —dice la mujer detrás de mí.
Maldita sea.
—De todos modos, ella estaba en el porche delantero, y pensé en ser una
buena vecina, dado que era nueva y todo. Pero podía olerlo incluso cuando me
presenté. Ella estaba fumando, y todo el mundo sabe que el humo de segunda mano
es tan malo como si pusieras esa boquilla en tu propia boca y chuparas, así que me
dije que no me quedaría mucho tiempo. Y ella era cortés, pero sólo lo justo, y yo sabía
que nunca seríamos amigas. Sólo es una de esas cosas, supongo. Ella me preguntó si
quería compartir una bebida en celebración. La rechacé, pero le pregunté qué estaba
celebrando. Dijo que era el cumpleaños de su hijo. Un nombre gracioso, lo llamó. Dijo
que era el cumpleaños de Bear, y ella estaba brindando por él, aunque él no estaba
allí para verlo. Le pregunté por qué su hijo no estaba allí. ¿Y sabes lo que hizo? Ella
me sonrió y me dijo que era porque no era lo suficientemente valiente. Ella lloró
después de eso. Esperé hasta que terminara antes de decirle que nunca era
demasiado tarde.
Mis uñas están cavando en las palmas de mis manos. Otter parece
preocupado, como si estuviera listo para saltar y precipitarse en cualquier segundo
ahora.
—¿Sabes lo que dijo a eso? —me pregunta la mujer—. Ella dijo que a veces,
el valor no es suficiente. No le creí, por supuesto, pero creí que ella lo creía. Y como
yo no la conocía en absoluto, ¿quién era yo para discutir? Le deseé una buena noche
y me vine a casa. Nunca hablé con ella después de eso. Era como si esa fuera la última
vez que supiera ser una persona. Cada vez que la vi después de eso, fue grosera e
indiferente. Llegó al punto en que ni siquiera me saludó más. La niña, sin embargo. La
niña era agradable. ¿Va a estar bien?
—Sí.
—Bueno. Porque creo que necesita a alguien para amarla. No sé si ella tenía
suficiente de eso aquí. Bien. Suficiente de charla. Supongo que tendrás un viaje por
delante. No te preocupes por las cosas aquí. Me aseguraré de que las llaves lleguen
a donde deben estar.
Dudo, sólo por un momento, mirando a la casa que no creo que realmente
alguna vez se convirtió en un hogar. Parece más desagradable ahora que sé lo que
había dentro. Aburrido y sin vida. Puedo ver a través de la ventana delantera, y está
ahuecada y vacía.
Mi madre no era una buena mujer. Sus decisiones nos lastimaron a todos.
No estoy tan enojado como solía estar, aunque todavía está allí, un poco de
fuego lento que no estoy seguro de que alguna vez desaparecerá. A pesar de todas
sus lágrimas, de todas las veces que había llorado por las decisiones que había
tomado, todavía las tomaba. El arrepentimiento es una terrible jodida cosa, pero ella
no estaba allí cuando el Chico necesitaba la bañera, cuando los terremotos llegaron
228
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
a ser demasiado. Cuando lo senté en mi regazo y le expliqué que ella no iba a volver.
Cuando era sólo un pequeño hombrecito y demasiado inteligente para su propio bien,
pero aun no entendía lo que eso significaba.
El camino puede haber sido largo y tortuoso, pero él está aquí. Todos lo
estamos.
Le sobrevivimos.
Sobreviviremos a esto.
Sus manos están sobre mí, frotando arriba y abajo de mis brazos, como si
estuviera tratando de ver si he sido herido a pesar de que él sabe que no lo estoy.
—Oye —dice.
—¿Estás bien?
Levanto la mirada, a esa cara tan familiar y tan querida. Está preocupado
por mí, con la frente fruncida, las líneas alrededor de sus ojos pronunciadas. Cuán
diferentes podrían haber sido las cosas. Ella no me lo dio a mí, pero no puedo evitar
pensar en lo lejos que el camino me habría alejado de él si ella no hubiera hecho las
elecciones que hizo.
—Por supuesto que sí —dice, con los labios ligeramente tensos—. Tenemos
mucho trabajo por delante.
—¿Quieres ir a casa?
—Sí.
229
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él me lleva lejos.
Estoy un poco confuso, así que toma un momento para que yo capte de lo
que él está hablando.
—Oh. Yo… tú sabes, pensé que lo haría, ahora que tenemos dos, pero yo…
yo no lo sé. Todavía siento que quiero que sea una sorpresa. Sabemos el de uno, pero
el otro puede ser una sorpresa.
Él asiente lentamente.
—¿Estás seguro?
Él sonríe tortuosamente.
230
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Uh, vamos a pasar por estos dos primero, y luego hablaremos de ello. —
No quiero hablar de después o la próxima vez. No sé si puedo pasar por todo esto
otra vez.
—Bear.
Él se ríe incrédulo.
—Estás conduciendo.
—Bear.
—Está bien. Por supuesto que lo está. Me habría ido bien con cómo eran
las cosas antes. No teníamos que hacer nada de esto…
—No lo hagas.
Parece confundido.
—Que estás…
231
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
pero te daré todo lo que pueda. Así que sí, esto es algo que querías, y esto es algo
que yo quería contigo, así que sí. Sí. Teníamos que hacerlo. Lo hicimos.
—No tienes que tener sólo suficiente. No mientras estoy cerca. Y como
aparentemente tengo súper esperma, te daré más que suficiente.
Él ríe.
—Eh. No exactamente.
19 Otter es nutria en inglés (a estas alturas ya lo saben…), por eso el juego de palabras. Y Otter
se refiere a una historia inventada por Bear, la cual es contada al inicio del segundo libro de la
serie…
232
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Entonces:
—No me importa.
—¿Acerca? —pregunta.
—Si ambos son niños. O si uno es una niña. O si están en algún punto
intermedio. Los vamos a amar, ¿sabes? Creo que los vamos a amar mucho.
—Sí.
—Sí.
—Está eso.
—No puedo esperar a hacer esto contigo. Vas a ser el mejor papá. Estos
chicos van a ser malditamente afortunados de tenerte.
233
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
ESTÁN ESPERANDO por nosotros cuando llegamos a casa, de pie uno al lado
del otro en el pórtico de la Monstruosidad Verde. Es extraño, realmente, verla allí.
No porque sea tan nueva, sino por cuanto parece pertenecer.
Izzie sostiene la mano de Ty, y sus oscuros ojos son anchos, y ella está
nerviosa por algo. Ty está hablando con ella en voz baja, palabras que no puedo
entender, pero sé que está tratando de calmarla. No sé si está funcionando.
—No podemos dar vuelta atrás después de esto —le digo a Otter,
observándolos en el porche—. Lo sabes, ¿cierto? Una vez que salgamos del coche, es
todo. No podemos dar vuelta jamás.
Y él abre la puerta.
—Sí —digo mientras nos detenemos en los escalones—. Todo lo que pediste.
Ella asiente.
234
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Me encogí de hombros.
—Todos ayudamos. Te asignarán las tareas como todos los demás. Y desde
que Ty se mudó con su amante, te harás cargo de lo que él solía hacer.
—Oh, Dios mío —gruñó Ty—. ¿Por qué has tenido que decirlo así?
SE TARDA un par de días. Para concebir las cosas bien. O al menos ir camino
hacia ello.
Ella llora cuando le contamos lo que Erica ha hecho por ella hasta ahora.
Entonces ella golpea a cada uno en el brazo y dice que no estaba llorando,
que era sólo sus alergias, pero ella está bien con quedarse aquí con nosotros si
realmente la queremos.
Sólo le sonreímos.
235
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
sobre lo que el Chico y yo nos burlamos sin piedad. Otter, por supuesto, le cuenta
que lloré mientras leía El cuaderno de Noah, porque él es así de idiota, y ella se ríe
tanto que se inclina, con las manos envueltas alrededor de su estómago.
Ella tiene sus carteles que cuelga en la pared, y es esa extraña disonancia
otra vez, porque no es Einstein, es Nikola Tesla. No es Anderson Cooper, es Tom
Brokaw en los años 70. (“Era todo un bombón”, dice soñadora mientras Otter y yo
nos miramos con los ojos abiertos como platos por encima de su cabeza.) Son todas
estas pequeñas cosas que son casi iguales, pero no.
Cuando llegamos a las fotos, las que Julie McKenna había guardado en una
estantería de mala calidad, la cara de Izzie se aprieta un poco, y espero a que ella
decida.
Sólo saca un marco de la caja. Son ella y Julie, y están sonriendo a la cámara,
Izzie tendría quizás cuatro o cinco años. Son felices, o al menos una imitación de
ello, y es ésta la que ella pone en la mesita de noche al lado de la cama.
Una vez que todo está hecho, el remolque descargado y devuelto, todo lo
que posee firmemente en su lugar en la Monstruosidad Verde, el peso que lleva en
los hombros desde que apareció en nuestro porche parece caer.
Ella se cepilla los dientes, se mete en su nuevo pijama que Anna le compró,
y está en la cama, el edredón levantado hasta su barbilla, cuando vengo a decir
buenas noches.
236
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Lo sé.
Le sonrío y le digo:
—¿Bear?
—¿Sí?
—¿Puedo... uf?
—Verdad.
—Aunque no me conozcáis.
—¿Por qué?
—Alergias estúpidas.
—Sí —digo.
237
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Probablemente.
—¿Bear?
—¿Sí?
Yo espero.
—Lo soy.
—Y Tyson, él es un Thompson.
—Él lo es.
—Lo son.
—¿Crees que…? —Ella aclara su garganta—. ¿Crees que tal vez yo podría… si
no es demasiado problema…? —Tose.
—Lo que sea. Estás ahí parado como raro mientras intento dormir.
238
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Gracias.
—Ella no va donde está la señora Paquinn —dice el Chico con una mirada
penetrante—. No puedes hacer eso, Bear. No puedes. No es justo. No te dejaré
hacerlo. No lo haré…
239
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y luego se acabó.
La cara del Chico está presionada contra mi hombro y los brazos de Izzie
están envueltos alrededor de mi cintura, pero ninguno de nosotros llora.
Otter dice:
240
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿A QUÉ te refieres con que no quieres una fiesta para el bebé? —dice
Creed un par de semanas más tarde. Es sábado, y Anna tuvo que ir a la oficina por la
mañana, dejando a Creed que viniera a molestarme—. Es la mejor parte. Obtienes
tanta mierda gratis, que ni siquiera lo creerías.
—Lo sé —digo secamente—. Yo estaba allí en las dos para Anna. Les estaba
dando mierda gratis.
Él se encoge de hombros.
20 Marca de cereal en forma de aritos, hecho de 4 cereales integrales: maíz, trigo, arroz y avena.
cobrando por esto, ¿verdad? Y ella y su novio tienen ese fetiche con los embarazos
también.
—Sé que es difícil pensar en Megan y su chico follando mientras lleva a tus
bebés súper esperma, pero es la fría y dura realidad. —Él se ríe, sacudiendo la
cabeza—. Dura. ¿Lo entiendes? Lo entiendes.
—Pero…
—JJ.
Él suspira.
—Vale.
—Es una cosa de papá. ¿Sabes cómo Otter ya está haciendo horribles
chistes de papá? Es más o menos así, sólo que mejor. Es como un superpoder. Sé que
todo el mundo dice que la mujer es toda empoderada y épica porque lleva al niño,
pero creo que los chicos no reciben suficiente crédito por toda la mierda que
hacemos. —Frunció el ceño—. Pero no le digas a Anna que dije eso. Porque nuestro
sofá es un asco para dormir.
242
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sí. Y voy a volver y trabajar hasta que Megan dé a luz. Tengo doce semanas
de permiso de paternidad, pero luego tendré que regresar.
Creed sonríe.
—No está muy contento con eso —dice Otter, dándome palmaditas en la
mano—. Él quiere tener más tiempo, pero no podemos permitirnos el lujo de que él
se coja un año escolar, especialmente si no hay garantía de que vaya a tener otro
contrato el próximo año. Quiero decir, podemos pagarlo, pero es mejor planear el
futuro.
243
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Papá dice que yo era muy expresivo con mis tripas —dice JJ, tumbado en
el suelo por razones que no entiendo.
—Mamá dice que el humor de papá es nocivo para la sociedad —dice JJ.
—Estará bien —le digo—. Tengo suerte de tener incluso esas doce semanas.
Y Otter lo hará bien.
—No estoy prácticamente casado —dice Ty, entrando desde la sala de estar.
Él frunce el ceño ante la computadora portátil que lleva en sus manos—. Simplemente
porque vivo con mi novio no significa…
—¡Vaya! Hola allí —dice, inclinándose hacia la cámara—. Creo que hay un par
de PAQMF en mi pantalla, y ni siquiera tuve que poner mi número de tarjeta de
crédito.
244
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Sois tres ahí? Vaya, vaya ¿Qué puede hace una chica con todo eso? Lo
sé. Primero lo primero. Otter, quítate la camisa y juega con tu…
—¡Hola, Kori! —dice JJ, empujándose entre Otter y yo, agitando la pantalla
del ordenador.
—Fantasía arruinada —dice Kori con una amplia sonrisa—. JJ, qué amable de
tu parte interrumpir.
—Por favor —se burla Kori—. No es culpa mía que tu familia esté compuesta
de papás calientes. En serio. Hacen temblar mis entrañas.
—No —ella chisporrotea—. Tyson sólo se proyecta en mí, como bien sabéis
que hace. No está sucediendo absolutamente nada.
—Es su antiguo profesor —dice Ty—. Kori tiene una erección de dama por él
y se niega a admitirlo.
245
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eso es más o menos lo que está pasando —dice otra voz. Y luego un hombre
se inclina hacia abajo en el marco de la pantalla desde la parte posterior del sofá
donde Kori está sentada. Él es corpulento, con el pelo oscuro y los ojos azules,
vistiendo lo que parecen ser pantalones cortos de ciclismo que no dejan nada a la
imaginación.
—Este va a ser el mejor momento de mi vida —susurra Kori con fervor, con
los ojos muy abiertos.
—Encantado de conocerte, y bien por ti. Perdón por interrumpir. Sólo quería
que todos supieran que Kori está llena de mierda, y está languideciendo por su
maestro.
246
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Vosotros arruináis las cosas —me sisea Kori—. ¡Tyson! Quita sus rostros
de mi vista. ¡Ya no quiero mirarlos! Oh, y estoy muy feliz por vosotros. Van a ser unos
papás impresionantes. ¡Ahora salgan de mi vista! Otter, te amo y a tus bíceps.
—No olvides que hoy te quedas con Izzie —le digo mientras él sale de la
cocina.
—Lo sé. ¡Es por eso que estoy aquí en vez de estar todavía en la cama con mi
novio como una persona normal!
Creed suspira.
—Bueno, ¿qué tengo que comprarte para asegurarme de que nunca le cuentes
a tu madre eso?
—Esto es lo que os espera —nos dice Creed—. Sólo para que sepas, esta va
a ser tu vida. Excepto que vuestros hijos van a tener un extraño lenguaje de gemelos
asesinos y os despertareis en medio de la noche, años después, con los dos de pie
encima de vosotros sosteniendo un par de tijeras en sus manos.
247
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
―…Y ENTONCES ¿qué pasa si crecen para ser gemelos asesinos? ¿Qué
pasaría si veinte años después, tenemos que testificar contra ellos en la corte
después de haber matado y comido dieciséis personas para alimentar su furia gemela
carnal? ¿Qué entonces, Otter? Sabes que los tribunales van a encontrar alguna
forma de culparme. Y luego harán una película basada en nuestras vidas y seré
interpretado por alguien como Anne Hathaway, porque tú sabes que me harán una
mujer porque el público americano es estúpido y no puede manejar una relación
homosexual estable y amorosa. Estúpida jodida América con tus armas y tus biblias
y tus hombres que se masturban con pornografía lesbiana, pero ¡Dios no permita que
haya dos hombres tomados de la mano!
—Guau —dice Otter—. Justo cuando pienso que no puedes ir a lugares que
no espero, terminas hablando de chicos masturbándose con lesbianas y Anne
Hathaway.
Parpadeo:
—También, ¿por qué nuestros hijos siempre son asesinos cuando te pones
así?
248
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Hace una hora —dijo Otter—. Has estado divagando por una hora.
—Está bien. —Me dice—. Ahora, ¿estás listo para ir y aprender a respirar
como una mujer embarazada?
Sí, sí lo estaba. No teníamos que ser parte de esto. De hecho, nos dijeron
que podríamos tener tan poca o tanta participación en el embarazo de nuestra
sustituta como quisiéramos. Yo no esperaba eso y en realidad había estado algo
horrorizado ante la idea de las parejas que no se involucraron en absoluto. No
habíamos ido a todas las citas que Megan había tenido con los médicos, pero habíamos
estado en la mayoría de ellas. Si ella necesitaba cualquier cosa, sabía que podía
llamarnos, aunque estábamos a una hora de distancia. No queríamos que ella nos diera
tal regalo y pasara por esto sola. Al principio me preocupé de que pensara que
estábamos demasiado involucrados, pero ella se rio cuando le dije eso, diciéndonos
que quería que estuviéramos a su lado tanto como pensáramos que estaba bien.
Pero hoy sería la primera vez que estaríamos involucrados en algo como una
clase de Lamaze. Ella ya había estado yendo sin nosotros, pero luego dijo que pensó
que sería bueno para nosotros asistir a una clase con otros padres también.
Puede que tuviera motivos ocultos, sin embargo, sabía que iba a traer a su
novio con ella y que nos encontraríamos con él cara a cara por primera vez. Hablamos
brevemente con Marty por teléfono, pero sólo había sido eso. Quería tener al alcance
al hombre que se la estaba clavando a la mujer que había quedado embarazada con
mi súper esperma.
249
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
¡Entonces sí! Íbamos a hacer esto. Íbamos a mostrar al mundo entero que
seríamos los padres más asombrosos. Nosotros íbamos a…
Otter suspira.
Él me frunce el ceño.
—Yo no lo hago.
—Para.
250
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Me quedo boquiabierto.
—…y hagamos lo que hemos venido a hacer. Bear, si vamos a estar en la sala
de partos con Megan, entonces vamos a necesitar saber esto, ¿recuerdas?
—Eso no está ayudando. —Pero ambos sabemos que él tiene razón. Otter y
yo habíamos… investigado el parto extensivamente, llegando incluso a ver algunos
videos en línea de nacimientos en vivo. Fue entonces cuando me di cuenta de que las
mujeres siempre serán más fuertes de lo que un hombre podría ser, teniendo en
cuenta por todo lo que pasan. Después, había abrazado a Anna cuando la había visto,
251
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
diciéndole que tenía respeto por el poder de sus genitales y las habilidades que
tenían.
Los vi con mis manos sobre mis ojos, mirando a través y vi cosas que nunca
podré olvidar.
Lo miro fijamente.
—Uno de nosotros tiene que serlo si el otro está mareado. Está escrito en
nuestros votos matrimoniales.
—No creo que nadie pueda estarlo. Quiero decir, mira a Creed y a Anna. JJ
resultó… bueno, tal vez no sea el mejor ejemplo.
252
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
quien confié más con esto que en ti. A pesar de que esto es grande, es realmente
grande, vamos a estar listos.
—Yo sólo… quiero conocerlos, ¿sabes? Quiero que estén aquí para poder
sostenerlos y mirarlos. Así les puedo decir que soy su papi y tú eres su papá, y que
no dejaremos que nada los lastime.
Sonrío, porque Otter Thompson es uno de los mejores hombres que conozco.
Él suspira, y al girar la cabeza, puedo ver que su cuello está un poco rojo.
—Ya eres Papá Bear —dice en voz baja—. Y yo… me gusta cómo suena Papi.
Y no lo hagas parecer raro. Lo digo en serio.
—¿Verdad?
—¿De verdad?
253
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—De verdad —le digo besando la punta de su nariz—. Demonios, puedes ser
mi papi en cualquier momento…
—Oh, Papi.
—Ja, eso es lo que ella dijo —la voz detrás de nosotros dice otra vez—.
Clásico.
Me doy la vuelta, y allí de pie en la acera está una muy embarazada Megan
Ridley, junto con un tipo que parece que salió de la cama y de una pila de marihuana.
Megan está sonriendo, y el hombre que está a su lado nos está mirando. Tiene una
barba escabrosa y un pelo salvaje que sale por todos lados y…
—Ah, sí, hombre. Genial, ¿verdad? Es para mantener el sudor fuera de mis
ojos. Gracias por el cumplido. Fenomenal.
Arrugo la frente.
—Están bien —dice—. Creo que ahora están durmiendo. Estaban levantando
una tormenta más temprano.
254
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Asiento con firmeza, sabiendo que si abro la boca corro el riesgo de vomitar
frente a mi esposo, la mujer infectada con mi súper esperma, y este… vagabundo…
que de alguna manera había seguido a Megan a Lamazing Grace.
Nombre que todavía odio con una pasión ardiente que amenaza con
consumirme.
—Umm, ¿darle a este hombre desamparado algo de dinero para que pueda
comer? No seas grosero, Otter. Parece que está muriéndose de hambre.
Otter gime.
255
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Parpadeo.
—Qué.
No.
—¿Crees que es un hippie? —pregunta Otter—. Sabes lo que siento por los
hippies.
256
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Dios, eres tan jodidamente extraño a veces. Sí, sé lo que sientes por los
hippies. No sé por qué sientes algo por los hippies que no sea el desdén, pero eso es
otra cosa que podemos discutir más tarde. Parece que compró sus pantalones cortos
en Gap Bebés.
—Tal vez eso es una moda, ahora —dice Otter—. Somos viejos. No sabemos
lo que llevan los niños en estos días.
—Bear.
—Si estás seguro —dice ella—. Y escucha, yo sé que Marty puede estar un
poco…
—No hoy —dice ella. Luego sus ojos se ensanchan—. Y nunca durante un
embarazo. Ambos estamos de acuerdo en que cuando damos vida a otros, nuestros
cuerpos son nuestros templos.
—Espera, retrocede.
257
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Jesucristo.
—No quise decir literalmente. ¿Qué quieres decir con dirigir las clases?
—Él está tan emocionado de estar aquí —le dice Otter—. Apenas se puede
contener—. Espera hasta que ella se da vuelta hacia el estudio antes de arrastrarme
lejos de todas las otras parejas embarazadas que han empezado a reunirse.
—Tenemos que llevarnos a Megan y correr —jadeo tan pronto como él deja
caer su mano—. Mantenerla a salvo hasta que nazcan los bebés y luego podemos
devolverla.
—Tienes que darle a él una oportunidad —dice Otter con severidad—. Ellos
no lo dejarían delante de una clase llena de mujeres embarazadas si él no supiera de
lo que estaba hablando.
25 Una "doula" es una persona que brinda apoyo emocional a las mujeres durante el embarazo,
el parto y el posparto, no son personal sanitario, ni realizan ningún tipo de tarea clínica.
258
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Bien. Pero en el momento en que comience a hacer raras las cosas, nos
vamos.
—Bear, siéntate.
NO ESTÁ… bien, no es tan malo como pensé que sería. Claro, Marty es
ridículo, y no me importan los malditos Puntos de Rayo de Sol. Y demonios, la parte
de la respiración está bien, el aprendizaje de todo la hee hoooo cosa que ves en la
televisión y el cine es más bien una mierda. Se trata de las respiraciones profundas,
la respiración parasimpática para ayudar a relajar, para reducir cada respiración,
para bajar su ritmo cardíaco y la presión arterial. Siempre pensé que era sólo una
tontería, lo que debía ser una distracción para las mujeres en el parto, pero en
realidad está empezando a tener sentido.
259
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Voy a destruir ese parfait de yogur —nos dice, con los ojos bailando.
Las otras parejas en la clase parecen estar tan metidos en esto como Megan,
siguiendo como si fuera la última cosa que harán.
Y Marty no es… tan malo. Quiero decir, si ignoras básicamente todo acerca
de él. Él es feliz haciendo lo que está haciendo, y parece estar bien en ello.
Es bueno en esto.
—¿Estás bien?
—Eso sucede —le dice Megan, inclinando su cabeza hacia atrás—. Los padres
se emocionan un poco. Ahora está teniendo sentimientos.
—Y eso significa que obtienes un Punto de Rayo Sol por el Poder del Amor
—canta Marty mientras salta a mi lado.
260
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No quiero perder mi mano —le digo antes de que Otter me patee por
debajo de la mesa.
—Asqueroso —digo.
—Hormonas —dice Marty—. Los químicos del cuerpo están fuera de control
y pueden conducir a algunos… sorprendentes descubrimientos. Es bastante radical
cómo el cuerpo reacciona durante un embarazo. Es una locura presenciarlo de cerca.
261
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Lo hacen —dice Otter, rascándose la nuca—. Pero… sí, lo estamos. ¿Es
diferente? Supongo. De lo que pensamos que sería.
—¿Cómo es eso?
—Bueno, estamos teniendo dos en lugar de uno —le digo irónicamente—. Esa
es una gran diferencia.
—Yo lo creo —dijo Marty—. Megan dice que tampoco quieres conocer el sexo
del súper–secreto bebé sorpresa.
—¿Tú lo sabes?
—Mi médico y yo somos los únicos —dice Megan, con los ojos cerrados—. Le
hice salir de la habitación para que no lo oyera.
262
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Por qué hacéis esto los dos? —les pregunto, de repente curioso.
—¿Hacer qué?
—Todo esto. Las clases. Convertirte en una doula. Ser una sustituta. Salir
con una sustituta. Y guau, no quise decirlo tal como sonó. Por supuesto, puedes salir
con una sustituta. No quise decir…
—Está bien, Bear —dice ella—. Capté lo que estás tratando de decir. Y lo
hago porque quiero dar a las parejas algo que ellos no pueden conseguir por sí mismos,
por cualquier razón. Tal vez la mujer no puede concebir. Tal vez la pareja es gay. El
hecho de que no puedan tener hijos por sí mismos no significa que no merezcan ser
padres.
263
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Eso es todo?
—Oh, Dios mío —suspira Marty desde el otro lado de la mesa—. Vosotros
dos sois gloriosos.
—Te dije que eran geniales —dijo Megan, sonando presumida—. Son las
mejores personas que he… oh.
—Ah, justo a tiempo —dijo Marty—. Bear, Otter, vengan a este lado de la
mesa para que no tengamos que hacer que Megan se mueva.
264
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter levanta la mano, pero luego vacila, como si no estuviera seguro de que
tuviera permiso para tocar. Megan rueda los ojos y agarra su mano, colocándola en
el lado izquierdo de su estómago.
—Bear.
Mi mano está encima de la de él entonces, mis dedos van entre los suyos, y
no hay nada, no hay nada, no hay…
Es más fuerte de lo que pensé que sería. Me asusta, y casi caigo hacia atrás,
pero Otter tiene su brazo alrededor de mi cintura, me sostiene, y está ahí de nuevo,
otro empujón, y no sé qué es, si es un pie o una mano o lo que sea, pero es lo más
increíble que he sentido en mi vida.
Hay sangre corriendo en mis oídos, pero todavía puedo oír a Otter
murmurando a mi lado, diciendo:
—Hola, bebés, somos vuestro papi y vuestro papá, y estáis aquí, ¿no? Estáis
aquí, y podemos sentiros. Podemos sentiros. Oh Dios mío, podemos sentirlos. No
podemos esperar para conocerlos. Estamos muy felices de que casi estéis aquí.
265
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
266
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
10
JULIO LLEGA tan caliente y pegajoso, con una extraña ola de calor que
sofoca la costa durante semanas. Se siente como si los días pasaran arrastrándose,
como si la fecha garabateada en el calendario (¡¡¡¡¡¡¡18 DE SEPTIEMBRE!!!!!!!) siguiera
pareciendo tan lejana. Nos seguimos diciendo que ese día estará aquí antes de que
nos demos cuenta, pero nos estamos poniendo ansiosos.
Todo está amontonado en el vivero de tal manera que las cosas comienzan a
amontonarse una encima de la otra. Movimos la cuna que ya teníamos a nuestra
habitación, dado que nos gustaría tenerla allí cuando llegaran. Debatimos una y otra
vez sobre comprar otra, pero Anna nos dijo que sería suficiente para los dos, y que
probablemente ellos no querrían separarse por el momento.
267
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ty tiene una pieza de algo peludo que chirría y Dom está en proceso de
tratar de limpiar todo el papel de regalo rosa y azul que cubre el suelo. Izzie está
leyendo un libro sobre técnicas de baño para recién nacidos, el cual vino incluido en
una estación de baño. Ella lució horrorizada cuando le pregunté por qué simplemente
no podíamos bañarlos en el fregadero como cuando éramos niños. (— Eso habla mucho
de ti). Anna está sentada con la espalda contra la pared, mirándome divertida, y cada
vez más desconcertada con cada parte que abro.
—¿Por qué hay ventosas? —pregunta Ty, entrecerrando sus ojos mientras
observa eso en mis manos.
— ¿Es un qué?
—Tal vez deberías haber mirado la caja antes de que la rasgaras —dice
Anna—. De verdad, eres peor que JJ en Navidad.
—Que se joda Helen —le gruño al extractor de leche—. Ella sabe que estoy
casado con Otter. Lamentará el día que me envió este artilugio. Se arrepentirá.
268
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Cree que puede meterse conmigo y con mi esposo gay? Chico, está muy
equivocada. Tendré mi venganza, Helen Woolley. Mira que no… oh, mira se ilumina.
Eso es algo bueno. Ooh, incluso suena. ¿Eso es para hacerte saber que tu pecho está
listo o algo así?
—Yo regalé el que me regalaron —me recuerda—. Además de que tengo uno.
—Pero este se ilumina y suena cuando tu pecho está listo. ¿Y qué pasa si
tienes otro niño? Este está súper bien.
Ella resopla.
—Salvaje —murmura Izzie, tendiéndole la mano para que choquen los cinco.
—Lo has intentado —dice Anna—. Supongo que la idea es lo que cuenta.
269
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Qué parte?
—Exactamente.
—Mocosa.
Sin embargo, ella sonríe, siendo esto algo agradable de ver. Lentamente ha
estado saliendo de su caparazón, acostumbrándose a su nuevo hogar con nosotros.
Probablemente ayudó el hecho que las visitas hasta ahora hechas de la trabajadora
social hayan ido tan bien, dado que Otter y yo somos mayores para estas cosas. Erica
Sharp fue capaz de localizar al padre de Izzie, el cual no parecía darle una mierda a
ella. Lo cual fue bueno al fin de cuentas, ya que estuvo veinte años en Georgia por
robo a mano armada. Pensamos que las noticias afectarían a Izzie, pero sólo suspiró
de alivio y preguntó si eso significaba que podría quedarse con nosotros para siempre.
Cuando le dije que ese parecía ser el caso, ella comenzó a integrarse, hablando más
nosotros y no solo con Ty. Era evidente que se sentía más cómoda a su alrededor,
pero nos estaba dando una oportunidad a Otter y a mí. Inclusive la semana pasada
ella se acercó a nosotros y nos pidió algo que había visto en línea, un kit de búsqueda
de insectos que había encontrado en Amazon. Me sorprendí tanto que ella realmente
me había pedido algo que no dudé en darle mi tarjeta de crédito.
(—Espera, ¿un buscador de qué? Izzie, será mejor que no dejes esas cosas
sueltas por la casa, ¿me escuchas?
Erica pensó que podríamos ir ante un juez para finalizar el proceso de tutela
en algún momento en inicios de año, por lo cual todos estábamos tratando de
mantenernos cautelosamente optimistas. Erica nos había apartado y nos dijo que
pensaba que había sido un trato cerrado, pero habíamos aprendido a tener cuidado
con esas cosas.
270
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No seas estúpido, Bear —había dicho, poniendo los ojos en blanco—. Haz
hecho más de lo que mamá alguna vez hizo. No estoy preocupada por eso.
Nunca me había sentido tan mal y tan bien al mismo tiempo. Fue un
sentimiento extraño.
Mi vida es extraña.
Dom y Anna tenían la misma mirada, como si no pudieran creer que las
personas sin hijos en la habitación pudieran ser tan ingenuas. Me olvidaba de vez en
cuando que Dom pasó exactamente por lo mismo mientras habíamos estado en New
Hampshire; y me sentía culpable por el hecho de que no habíamos estado allí para él,
271
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
como él lo está ahora. No había mucho que pudiera hacer al respecto, pero todavía
no me sentía bien.
—Eso es demasiado.
—Los recién nacidos lloran, hacen popo, comen y duermen —dice Izzie. Y
nada nada más.
—Van a haber dos —dice ella—. Y voy a ser su tía. Por supuesto que estoy
investigando sobre los recién nacidos. Planeo ser la favorita de todos, así que tengo
que comenzar bien.
—Tía Izzie —le digo—. Sabes, nunca pensé en eso. Raro, ¿verdad? Solo
tienes trece años y serás tía.
Le fruncí el ceño.
—No tienes que preocuparte por mí, Bear. Mi ego no es así de frágil. No soy
tú y Tyson, después de todo.
272
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Dame esos cinco —dice Anna e Izzie sonríe con aire de suficiencia.
Ella está contenta, puedo decirlo, pero lo trata de ocultar con una mueca.
No tiene mucho éxito, así que vuelve a coger el libro de la estación de baño y se lo
pone cerca de la cara.
—Creo que eso es todo —dice Ty—. Al menos por hoy. Quién sabe cuántas
otras cosas vas a tener entre ahora y cuando los bebés lleguen.
—Ellos son abuelos —dice Anna—. Viene como en la descripción del trabajo.
Te garantizo que JJ los ha convencido a ambos de que nunca consigue helado porque
su madre y su padre son malos, por lo que probablemente le compren toneladas y
toneladas de Chunky Monkey26. He aprendido la lección sobre eso por las malas. Los
abuelos pueden darles a los niños lo que quieran, y luego los envían a casa para que
los padres se encarguen de las consecuencias.
—Tal vez debería haberme saltarme este paso y ser abuelo —digo
finalmente, viendo el piso debajo de nosotros de nuevo—. Parece más fácil.
—JJ parece que era de armas tomar cuando era pequeño —dice Izzie,
pasando página.
26
Helado de Ben & Jerry’s sabor a plátano con trozos de chocolate oscuro y nueces.
273
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Y eso la provoca de nuevo, así que le lanzo el papel para envolver a la cara,
lo que lleva a que Izzie me tire algo, y luego Tyson y Dom comienzan a besarse y
todos les gritamos por ser tan asquerosos.
Es agradable.
274
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
tiempo recuperarnos. Pero ella se quedó a mi lado, incluso cuando no pensé que lo
mereciera, así que debí haber hecho algo bien para que ella todavía quisiese estar a
mi lado después de todos estos años.
—Estamos bien, Papá Bear —dice ella—. Hace que quiera arrancarme el pelo
nueve de cada diez días, pero siempre lo compensa el décimo.
—¿Por?
Parpadeo.
—Bien. ¿Por qué? ¿Él dijo algo? Porque si lo hizo, él es un jodido mentiroso.
¿Cómo se suponía que iba a saber que había un poste en el estacionamiento? No era
mi intención dar reversa hacia el poste.
—¿De verdad, Bear? ¿No sabías que ese poste estacionario estaba allí?
Le frunzo el ceño.
—Atraparlo con los niños —dice Anna, chocando su taza contra la mía—. Eso
es retorcido. Me gusta.
275
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eh. ¿Qué?
—Bueno. Tal vez debería ser el tipo que avergüenza. De esa forma, podría
evitar momentos como este.
—Dejamos atrás los límites personales hace años cuando pasé de tener sexo
contigo a tener sexo con el hermano del tipo con el que me engañaste.
—Sabes, uno podría pensar que, si sigues diciendo eso, todavía no me has
superado.
276
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ella me mira.
Pero por Dios, no puedo ni siquiera recordar. Todo en lo que puedo pensar
es en estar agotados, nerviosos o las dos cosas al mismo tiempo.
—Mierda.
—Bueno, Otter está envejeciendo —le digo—. Tal vez sea más difícil que se
le levante. Y por favor, no le digas que dije eso. No me gusta dormir en el sofá.
—No le gusta dormir sin mí —le digo, frotándome la nuca—. Incluso cuando
está enojado conmigo.
—Sé que no tengo que preocupare por vosotros dos. Estáis bien. Pero no
puedes olvidarte de alejarte de todo… esto. Muy pronto, ya no serán solo tú y Otter,
Bear. Ahora tienes a Izzie, pero luego van a llegar dos más que dependerán
completamente de vosotros. Debéis aseguraros de buscar un tiempo para vosotros
dos o será difícil. Se pondrá difícil.
277
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Estoy empezando a tener una idea con la que no estoy del todo cómodo.
—¿Tú y Creed?
Ella suspira.
—Lo pasamos bien la primera vez. Éramos tan jodidamente jóvenes cuando
tuvimos a JJ que pienso que fue el miedo lo que nos mantuvo en marcha. Pero con
AJ, tanto durante como después, creo que… nos alejamos. Un poco. Lejos de lo que
solíamos ser el uno para el otro. Hubo un momento en el que pensé que no íbamos a
lograrlo.
—Tenías tus propios problemas. El verano pasado fue un poco difícil, con el
regreso a casa del Chico y decidiendo empezar tu propia familia. Pensé que ya teníais
suficiente de qué preocuparos.
—Lo sé. Pero estamos bien, Bear. Lo prometo. Decidimos comenzar terapia
de parejas, y estamos volviendo a estar juntos como se supone que deberíamos de
estar. Sé que estaremos bien. Sólo tuvimos que trabajar un poco en nosotros mismos.
Por eso lo menciono. Es fácil distraerse con cualquier cosa. No puedes permitirte
olvidarte de él. Y sé que suena raro, porque estás casado con él, pero… sólo toma en
cuenta mis palabras, ¿bien? Puede parecer cursi tener citas o sexo programado, pero
confía en mí. Comenzarás a esperarlo con ansias, porque será algo para los dos.
—Me alegra que tú y Creed estén bien —le digo—. Pero ahora estoy a punto
de enloquecer con el hecho de que Otter y yo nos vamos a divorciar porque no me he
hundido dentro de él en tres meses.
278
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eres muy elegante —le digo solemnemente y me levanto para tomar una
toalla de papel.
—Si, bueno. Déjame saber cómo te va. Y grábalo, sólo para que pueda ver lo
que sucede.
—Le voy a decir a Creed que quieres ver un video sexual de Otter y mío.
Ella sonríe.
—Joder, sí, me gustaría. Eso sería caliente. ¿Él tiene una gran polla?
—¡Anna!
—¿Qué?
Ella aguarda.
279
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
NO ESTOY preocupado.
No lo estoy.
Están bien.
Él me gruñe.
Él gruñe de nuevo.
—¿Bear?
—Sí, Otter.
—¿De verdad?
—Sí, Bear.
280
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
¿Qué pasaría si hubiera una forma de reavivar la chispa que los unió antes
de que esto termine en un asesinato/homicidio?
¡Haced un trio! Mira, la mayoría de las personas creen que hacer el amor es
lo primero que se debe hacer cuando un matrimonio se está yendo a la deriva. El
tener a una tercera persona podría traer consigo una forma diferente de emoción
en una relación. Amigos, ¿no quieren ver a su mujer enamorada de otra mujer?
Señoras, ¿no quieren ver a su compañero siendo arremetido y con la cara en el
colchón? Ya sea solo una vez o si esto se convierte en una relación poliamorosa. Uno
de cada sesenta y cuatro consejeros matrimoniales está de acuerdo en que llevar a
alguien más al dormitorio es la manera perfecta de resolver esos problemas.
27
En inglés aparece como SO que significa Significant Other. La traducción sería Media Naranja
281
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
282
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
11
Esta es la jodida cosa más estúpida que hayamos hecho alguna vez.
Y, sin embargo, por alguna razón, estoy más excitado de lo que he estado en
mucho tiempo.
283
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Es por eso que estoy sentado en un bar poco iluminado, tomando una copa de
vino, esperando nerviosamente a que aparezca mi esposo después de que él me dijera
más temprano:
Llevo un pantalón gris y una camisa azul abotonada abierta del cuello; Otter
ha elegido mi atuendo. Me susurró al oído que los pantalones de vestir hacían que mi
culo se viera bien, así que no argumenté nada. Cuando Otter Thompson te gruñe al
oído que quiere frotar sus manos sobre tu trasero cuando te pones unos pantalones
de vestir grises, puedes estar seguro como la mierda de que te los pondrás lo más
rápido posible.
Son las ocho en punto, y me doy cuenta de que realmente necesitamos esto.
Veo lo tarde que es, y que, a estas alturas, normalmente estoy en casa en pijama.
Sólo tengo treinta y tres años. Otter tiene cuarenta y uno. Deberíamos estar
teniendo la mejor época de nuestras vidas y…
Izzie está con Dom, Ty y Ben y se supone que saldrán a comer pizza. Ty e
Izzie se habían burlado de los “ancianos” teniendo una cita nocturna. Los amenacé
con ponerlos en adopción, pero conseguí que el labio superior de Izzie comenzara a
temblar, que sus ojos se abrieran y sus manos comenzaran a temblar.
Inmediatamente me sentí como la mierda, así que comencé a disculparme antes de
que ella se echara a reír, diciendo:
—¿Le traigo otro Riesling? —me pregunta el cantinero mientras vuelve hacia
mí.
—No —le digo—. Me reuniré con mi esposo aquí y vamos a pretender que no
nos conocemos por razones sexuales, así que quiero estar sobrio para eso.
284
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Oh. Así que parece que hemos comenzado. No sé hacia donde él llevará todo
esto, pero como él está dispuesto a jugar, estoy dentro.
—¿Quién eres? —digo con voz sensual y seductora. O al menos eso es lo que
intento. En realidad, es probable que suene como un fumador de setenta años y que
se fuma cuatro cajetillas al día, pero me imagino que como es mi primera vez haciendo
un cambio de roles, tengo tiempo para mejorar.
—Adivina.
La voz se ríe.
—¿Isaiah?
Está muy bien vestido: una chaqueta sobre una costosa camisa de vestir, su
corbata delgada está un poco floja en el cuello. Es más grande de lo que recuerdo,
sus brazos se muestran bien definidos incluso a través de las mangas.
285
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
aquí esta noche y veo a este hombre sentado en el bar y es caliente, ¿verdad? Y tal
vez estoy pensando que debería tomar un trago, tal vez ligar con este hombre un
poco, tantear la situación. Ver qué sucede. Imagina mi sorpresa al ver a este hombre
en el cual había estado pensando unos días antes. Es curioso cómo funciona todo, ¿no
crees?
—Seguro —dice, dando un paso hasta que nuestras rodillas chocan. Todavía
estoy sentado en el taburete y él está de pie frente a mí. Estamos casi cara a cara—
. Es como, gracioso ja, ja.
¿Cómo le dices al tipo que solía molestarte con bastante ferocidad que estás
jugando a que eres un extraño peligroso con tu marido porque no querías tener un
trío como te lo había sugerido internet?
—Umm.
—Eso no es…
286
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Un Marker’s Mark28 —le dice él al cantinero, quien aparece de nuevo por
arte de magia—. Sin hielo. Y lo que mi amigo esté tomando.
Él me guiña un ojo.
—En realidad no lo hizo —le aseguro—. Pero es bueno saber que lo estás
intentando.
—¿Lo es? —dice mientras el cantinero coloca la bebida frente a él. Él levanta
el vaso y toma un sorbo largo y lento, sin apartar la vista de mí—. Es bueno saber qué
crees que soy impresionante.
Me estremezco.
Él ríe.
—Vamos, hombre. Olvidé como eras. Es bueno saber que algunas cosas no
cambian.
28
Nombre de un whisky originario de Kentucky, EE.UU.
287
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él me mira un poco.
Arrugo la frente.
—¿S… sí?
—¿Por qué?
288
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Qué?
Él sonríe.
Me río.
Él me mira deliberadamente.
—Sólo estaré en la ciudad por unos días —dice, dando un paso—. Y no puedo
prometer nada más que eso. Pero si dices que sí, te puedo prometer que estos pocos
días serán lo mejor de tu vida. Espero que no te guste usar ropa.
Su frente se arruga:
Él da un paso atrás.
—Voy a matarlo.
289
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Otter —dice Isaiah lentamente, con los ojos muy abiertos—. ¿Es ese tipo
con el que estabas saliendo y que me odiaba hace tantos años?
Él se ve un poco horrorizado.
Isaiah me mira.
—Probablemente —concuerdo.
—Estás casado.
—Con Otter.
Él se atraganta.
—Eso no es…
Yo resoplo.
—Bueno, Quizás sí lo hice. Pero para ser justos, lo hice con mucha gente.
Miro hacia mi dedo desnudo. Hay una línea que no cubre el bronceado, pero
está ligeramente iluminada, por lo que es difícil distinguirla.
Su sonrisa regresa.
Él palidece un poco.
—¿Sabes qué? Me voy. Bear, fue bueno verte de nuevo. Siéntete libre de
buscarme si tu matrimonio/paternidad no funciona para ti. —Con eso, él se bebe el
resto de su bebida, me guiña un ojo, se da la vuelta y…
291
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sip —dice Isaiah—. Ese soy yo. Ese tipo. También soy el tipo que se va, así
que, si pudieras mover tu cuerpo a la izquierda, me apartaré de tu vista.
—Me gusta como lucen tus hombros —le digo, porque siento que él necesita
saberlo.
—Gracias —dice Otter sin dejar de ver a Isaiah—. Estoy muy orgulloso de
ellos.
292
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Él no estaba llevado su anillo! —exclama Isaiah—. ¡Cómo iba a saber que
sois unos idiotas hijos de puta! No hubiera dicho nada si lo hubiera sabido. Tienes
que creerme. ¡Estoy siendo serio en esto!
Otter me mira.
—¿Qué? ¡No! Bien, ¿tal vez? Quiero decir, nunca dijiste realmente que no al
trio…
293
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Lo desafié a que te dijera eso cuando llegaras —le dije a Otter—. No me
esperaba que realmente lo hiciera. Tiene pelotas.
—No por mucho tiempo —dice Otter, flexionando los brazos contra su
pecho. Mi boca se seca al instante.
—Yyyyyyy esa es mi señal para irme —dice Isaiah, dando un paso lentamente
hacia atrás—. Bear, ha sido… tan normal como espero que sean las conversaciones
contigo. Es bueno saber que nada cambia. Les deseo el sexo extraño de padres
casados más feliz. Me voy.
—Eso no fue lo que pensé que sería —digo en voz alta para que todos puedan
escuchar—. No estoy teniendo una aventura y no somos raros. Estamos en medio de
un juego de roles.
—Oh, eso es correcto. Sólo mira la sala de espectáculos. Es decir, para eso
los gais son buenos, ¿verdad? Sólo estamos aquí para su entretenimiento. Bueno,
déjenme decirles algo. Pueden chupar mi ummm…
Él suspira.
Me encojo de hombros.
294
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No tenías que quitarte el anillo de bodas —dice él, dejando caer su mano.
—¡Otter!
Él se ahoga de la risa.
—O quizás no. Creo que me sentaré en otro lado. Parece que tienes algo en
el ojo.
—Siéntate.
—Así que… —dice él, sonando divertido—. ¿Qué te trae a un lugar como
este?
Él gime.
—Esto es una fantasía. Eso significa que puedo ser quien quiera ser.
—Bien, —porque en el internet decía que tenía que respetar también los
deseos de mi pareja. Lo cual es estúpido porque todo esto fue idea mía.
295
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Valentino Valentine.
—No me estás dejando una buena primera impresión —le digo frunciendo el
ceño y tomando una servilleta para limpiar su desastre.
Él suspira.
—Estupendo.
—John Smith.
—Eso es… común. ¿Y no era ese el nombre del colonizador que se casó con
Pocahontas, a pesar de que ella tenía solo trece años, para después llevarla a
Inglaterra donde más tarde murió en la miseria?
—Él era mi padre —dice Otter—. Además, estoy aquí en la ciudad por
negocios.
—Soy astronauta.
Solté una risilla, obscenamente fuerte, antes de poner mis manos sobre mi
boca.
296
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No creo haberte escuchado proferir un ruido así antes. No es que conozca
qué tipo de ruidos haces, por supuesto. Todavía.
—¿Qué?
—Lo será —dice—. Pasaré mucho tiempo sin sentir el toque de otro hombre.
Él se ve confundido.
—¿Tú… no puedes?
Él tose bruscamente.
—¿Qué carnal?
297
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tobias.
—Qué terrible —dice John, y parece que apenas está evitando estallar en
carcajadas—. ¿Eligió a Trixie?
Asiento.
298
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sí. Y mi corazón ha estado tan solitario. Justo como el nombre del rancho.
—Así que ya ves —digo en voz alta, pasando por alto eso—. No puedo confiar
en el toque de un hombre. Ni siquiera en un astronauta.
—Bueno, bebé —dice él, inclinándose un poco hacia adelante—. Soy mucho
mejor que un simple vaquero.
—¿Lo eres?
—¿Disculpe?
299
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—SÍ, HOLA —dice John con una voz un poco estrangulada ya que no puedo
mantener mis manos en mí mismo—. ¿Tenemos una reservación?
—¿La tienen?
Él chilla un poco.
—Estamos casados —le digo—. Y estamos teniendo una cita antes de tener
bebés. Pero estamos fingiendo.
No les presto atención cuando John entrega una tarjeta de crédito, porque
estoy convencido de que su cuello se vería mejor si le dejase una marca. No estoy
decepcionado. Me gusta.
29
Juego de palabras: Mi ano.
300
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
―No salimos mucho —le dice John a la mujer detrás de la recepción, quien
está empezando a parecer un poco horrorizada.
―Puedo ver eso —dice lentamente—. Ahora, le tenemos la suite, cuarto 407.
Los ascensores están a la izquierda. ¿Necesitan ayuda con su equipaje?
―No trajimos ninguno —le digo—. Porque no estamos planeando llevar ropa
encima todo el tiempo que estemos…
—Voy a usar su wi-fi —le digo, pero sale amortiguado contra su mano. Podría
haber bebido demasiado vino.
—Ya está listo —dice ella, dando un paso atrás—. Así que, pueden irse ahora.
—¿Huh?
—¿Qué?
—Para el hotel. ¿Cuál utilizaste? ¿La Visa? Porque sabes que esa la utilizamos
solo para emergencias.
301
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No, yo… espera. —No se aleja de mí, sino que mete la mano en el saco y
alcanza su cartera. La abre y dice—: La MasterCard. Lo cargué a la MasterCard.
Lo miro boquiabierto.
—Mamá —pregunta una de las chicas en voz alta—. ¿Qué están haciendo
esos hombres extraños? ¿El pequeño se está ahogando? ¿Es por eso que el grande lo
está sosteniendo así?
—¡Oh, por favor! —le grito a ella—. ¡Sí esas son tus hijas, entonces ya has
hecho lo que estamos a punto de hacer!
—Vas a hacer que nos arresten —me gruñe Otter—. El novio de tu hermano
pequeño vendrá y nos arrestará.
302
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eso podría ser lo peor que podría pasar —le digo—. Así que, probablemente
deberías follarme tan pronto como entremos en caso de que no tengamos mucho
tiempo.
—Fóllame —le susurro—. Eres un papi. ¿Por qué de repente eso es algo
excitante para mí?
—¿De verdad? ¿Algo excitante? ¿Un papi vaquero espacial? —hace una
mueca—. Eso sonó más espeluznante de lo que pensé.
—Ya lo haces.
—Sí, porque nuestros papeles del cantante de bar y el astronauta que viaja
a Marte no es lo suficientemente raro —dice completamente inexpresivo.
Él frunce el ceño.
303
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Espera un momento. ¿Qué significa que Anna dice? ¿Eso quiere…? Por
supuesto, de ahí viene todo.
—¿Qué?
—No somos ellos. ¿Bien? Y lo que sea que Anna te haya dicho no debería
darte ninguna razón para preocuparte.
—Pero ellos… —suspiro y miro mis manos—. Ella me preguntó que cuándo
había sido la última vez que habíamos tenido relaciones sexuales, y de verdad que no
pude recordarlo.
—Hemos pasado por mucho —dice en voz baja—. Las cosas han sucedido muy
rápido.
—No debería —dice Otter, dejando caer sus brazos—. Sólo porque Anna y
Creed llegaron a un punto difícil y fueron a terapia…
—¿Cómo lo supiste?
—Creed me lo dijo.
—Tobias y Trixie.
304
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Si te hace sentir mejor, no creo que se suponía que supiera. Lo escuché
haciendo una cita y le pregunté por ello. Él no estaba tratando de ocultar nada, al
igual que yo no lo estaba. Eso fue entre ellos y los ayudó. Ellos están regresando a
donde necesitan estar.
—No hemos perdido nada, Bear. —Otter da un paso hacia mí—. Quiero que
me escuches, ¿bien? ¿Puedes hacer eso?
—Te amo —dice—. Y aún mejor que eso, me gustas. Me gusta casi todo de
ti. No hay nadie más con quien quisiera pasar mi vida entera que contigo. Hemos
estado ocupados estos días, y algunas veces olvidamos tener un tiempo para
nosotros, pero está bien, porque podemos solucionarlo. Pero no hemos perdido
nuestra chispa. Te quiero tanto como cuando te besé por primera vez. Mucho más.
Y creo que te sientes exactamente de la misma forma.
—Te voy a amar por siempre —dice en voz baja—. Porque eso es lo que
quiero. Y si quieres hacer todo esto, todo este plan elaborado, entonces eso es lo
que haremos. Y si sólo quieres quedarte en casa y que nos besemos en el sofá,
también podemos hacer eso. Lo que tú quieras es importante para mí, Bear. Y
siempre puedes decírmelo. Sé que a veces puedo ser difícil, y que probablemente
me cabrees o que te haga enojar, pero somos un equipo, ¿bien? Nunca lo olvides.
Somos un equipo y no importa que suceda, siempre te apoyaré. En todo.
—Lo sé.
305
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No lo harás —dice mientras pone una gran mano en la parte posterior de
mi cuello, apretando suavemente.
—¿Lo prometes?
—Pobre Pocahontas.
Levanto la cabeza.
—Es posible que tengamos que convertirnos en una de esas parejas que
agendan el sexo.
306
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él se encoje de hombros.
Arrugo la frente.
—O fue divertido.
—Eres un padre.
—Porque sabes cómo se pone antes de que llueva, y leí que iba a llover…
—Oh, Dios mío —me atraganto—. Eres tan viejo. Estamos hablando de que
tu pierna duele cuando llueve…
307
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él me avienta en la cama.
Lo miro boquiabierto.
Él se ve igual de sorprendido.
—Eso fue tan jodidamente caliente —le digo—. Ni siquiera me importa que
esta fuera mi camisa favorita. Ven aquí y fóllame, Otter Thompson. Lo juro por
Dios.
Su camisa termina por un lado y su camiseta por otro. Tiene los pantalones
bajados hasta sus tobillos y los está pateando. Un zapato vuela contra la ventana,
rebota y aterriza en el suelo. Él está llevando esos calzoncillos negros
ridículamente ajustados, que terminan hasta el muslo y yo sólo lo miro.
308
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
alguna vez ha lucido. Sé que ha tenido algunos problemas con la idea de envejecer,
pero al verlo como está ahora, alto, fuerte, real y con la polla dura en su ridícula
ropa interior, no puedo evitar pensar que este Otter es la mejor versión que ha
habido alguna vez.
—¿Estás bien? —pregunta, arqueando una ceja hacia mí, pero puedo ver
que está un poco nervioso, y ha pasado mucho tiempo desde que hemos estado así,
solos los dos, sin preocuparnos sobre qué está pasando en la Monstruosidad Verde
o lo que vendrá dentro de un par de meses. No estamos construyendo otro
conjunto de gavetas ni comprando otro móvil. No estamos poniendo más
calcomanías de nubes en la pared. Solo somos él y yo. Bear y Otter.
—Más que bien —le digo—. Es solo que… estoy bastante seguro de que
podría estallar justo ahora solo con mirarte.
Él pone los ojos en blanco, peo puedo decir que luce contento por eso.
—¿Sí?
—Un poco.
Y él me sonríe, con esa sonrisa torcida que conozco mejor que casi todo lo
demás. Él se inclina y se quita los zapatos de vestir uno por uno, dejándolos caer al
suelo. Se quita los calcetines, tirándolos sobre su hombro mientras me río. Mis pies
tienen cosquillas, por lo que siempre trata de joder conmigo al respecto. Levanta
mis dos piernas y tira de la parte inferior de mis pantalones de vestir. Levanto mis
caderas y dejo que me los quite. Me quito la camisa y la tiro al costado de la cama.
309
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Eres un chico bueno —dice en voz baja, y joder, odio que esa sea una
aparente debilidad mía, y que el sonido que sale de mi boca sea bajo y dolorido.
310
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Finalmente dice:
—Hola —dice.
Y eso es todo, al menos por un rato. Estamos felices por estar así. Está
silencioso, aparte del aire acondicionado que se enciende y apaga y el sonido de las
olas a través de la puerta corrediza abierta. Estoy cansado, pero no listo para
dormir. Me duele, pero es agradable. Mi mente está tranquila en su mayor parte.
Entonces dice:
—Sólo estás celoso porque lo mejor que se te ocurrió fue John Smith.
—No creo que celoso sea la palabra correcta. Prueba con horrorizado.
311
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No teníamos que hacer esto —dice él—. Hubiera estado bien hacerlo en
casa.
—Lo sé.
—¿De verdad?
Él se encoge de hombros.
Él frunce el ceño.
—Oye, oye, detente. Eso no…no lo quise decir así. Es solo… una idea que tengo
en la cabeza, que no hemos estado solo nosotros durante mucho tiempo. Y yo… yo
quería hacer algo. Para ti y para mí. No para nadie más. No es algo que hayas hecho.
Está en mí, en todo caso.
—Lo sé.
—Lo sé también.
—Bien.
312
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Creo que sí. Ambos quieren que funcione, así que están trabajando para
lograrlo. Lo que significa que se aman tanto como siempre. Creo que estarán bien.
Pero si no, nos ocuparemos de eso también.
Gimo.
—Tendremos que ser esas personas que tendrán que decidir con quién
saldremos y no contarle nada al otro. Pero luego lo descubrirán de todos modos y me
harán sentir culpable por ser un mal amigo. No pueden divorciarse, porque me
molestaría. Ah, y también a su familia, pero como sea.
313
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
posterior de su cuello, y huele bien. Como a sexo, sudor y el jabón que tenemos en
casa.
Él suspira, moviéndose hacia atrás hasta que se aprieta contra mí, sin que
espacio alguno quede entre nosotros. Y luego simplemente se derrite, como si
estuviera exactamente donde quisiera estar y que no planea moverse en un futuro
próximo. Él es predecible, y lo amo por eso. Por esto.
—Septiembre.
—Imbécil.
—Qué cruel.
—Porque estoy aquí para validar tus sentimientos. Eso no estaba en los votos
matrimoniales, si lo recuerdas.
314
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él es tan inocente.
—Sí. Lo fue.
—¿Ser un papá?
Él asiente.
Él se ríe en silencio.
—Sí.
—Bueno.
—Bear…
—Lo digo en serio. Vas a ser tan bueno en esto, ¿de acuerdo? Has esperado
tanto tiempo por esto. Has sido muy paciente conmigo. Y te conozco, ¿bien? Te
conozco mejor que nadie. Vas a ser bueno. El mejor, de verdad.
—Tú también, ¿sabes? —dice con voz áspera—. El mejor Papá Bear.
315
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Oye! No le hice nada a esa maldita rata con alas. Siempre venía hacía mí.
¿Sabías que las gaviotas tienen una vida útil de hasta quince años? Aprendí eso en el
internet mientras trataba de obtener ideas para esta noche. Esa hija de puta aún
podría estar viva, conspirando y planeando hasta que esté completamente satisfecha
antes de exigir su venganza.
316
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
12
Se supone que tenemos que ir de compras para la escuela para los dos,
teniendo en cuenta que vuelvo la semana siguiente para iniciar todas las reuniones
administrativas de mierda y prepararme para el nuevo año, e Izzie comienza la
317
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
primera semana de septiembre en jueves (que podría ser la cosa más ridícula en el
mundo).
Sé que se arrepiente de las palabras. Puedo ver eso, la forma en que su boca
se está abriendo y cerrando, y quizás lo pueda entender. Tal vez pueda entender por
qué podría decir algo así, porque es duro. Tenemos un montón de cosas en el aire, y
las cosas parecen estar avanzando hacia esa conclusión inevitable que empezamos
hace meses.
Todos decimos cosas que no queremos decir cuando estamos enfadados. Eso
pasa. Es la vida.
El problema es que una niña de 13 años que vive con nosotros hace un ruido
lastimero desde la entrada de la cocina, ninguno de nosotros sabía que ella regresaría
escaleras abajo en algún momento.
Ambos nos volvemos hacia ella. Ella está allí de pie, tensa, la boca
cerrada. Es un poco pequeña, ardiente y feroz y ¡oh! tan malditamente
inteligente. Es un puñetero lío, pero es nuestra. Ella pertenece aquí con nosotros. No
legalmente, no todavía, no completamente, pero llegaremos allí. Las visitas de la
trabajadora social han ido bien. Ella está feliz y sana, y sí, a veces se despierta
gritando con pesadillas que no puede expresar del todo, hombros pequeños que
tiemblan, pequeñas manos que se agarran a mi espalda mientras la sostengo
impotente, pero están mejorando. Cada vez son menos, y ella es graciosa, ¿de
acuerdo?
Otter tiene razón: no ha sido fácil. Pero nada que valga la pena tener lo es.
Nuestras putas vidas nos lo han demostrado una y otra vez. No siempre ha sido
justo, pero hemos llegado hasta aquí, y estamos tan cerca de tener todo lo que
queríamos, todo por lo que hemos trabajado tan duro.
momento después, la música de jazz alta comienza a resonar por toda la casa, porque
mi hermana pequeña es rara y no escucha música de bandas de chicos de mierda como
todas las demás chicas de su edad. Ella no es como las demás. Ella es como nosotros,
y casi me siento mal por eso, sabiendo lo jodidos que Ty y yo podemos estar. No
es justo para ella que tenga que ser como nosotros.
Está mirando hacia abajo a sus pies, sus pies con calcetines porque no
le gusta estar descalzo en la casa. Y lleva sus ridículos calcetines altos, y
estoy enfadado con ellos por razones que no puedo explicar, bastante enfadado con
todo lo que tiene que ver con él.
Nos peleamos. Lo hacemos. Lo hace todo el mundo. Esto pasa. Pero siempre lo
arreglamos. Y no tengo ninguna duda de que vamos a arreglar esto, pero por mi vida,
no puedo ni siquiera pensar en cómo va a estar bien. Porque hay una niña pequeña en
el piso de arriba que escuchó algo que no debería haber escuchado. Y sí, ella es
fuerte y feroz y todas las otras cosas que no esperaba pero que debería haber
hecho, pero sigue siendo una niña pequeña, y a veces, aunque sé que no quiere que lo
sepamos, sigue estando insegura sobre su lugar aquí. Como si no creyera que la
queremos tanto como lo hacemos. Como si no pensara que tiene un hogar con
nosotros.
Es culpa de Julie. Sé que lo es. Llevo mucho tiempo jodido por culpa de esa
mujer, el regalo que sigue dándome.
Pero quizá también es culpa nuestra, al menos un poco. Porque por mucho que
hemos estado tratando de darle todo lo que necesita, mucho de nuestro tiempo y
atención se han centrado en los gemelos. Quizás no hemos sido lo mejor que podíamos
con ella. Quizás deberíamos hacer más.
—Lo sé
319
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Pero ella no lo sabe. Por lo que ella sabe, eres igual que…
—Joder —murmuro.
—Es bueno saber que todavía piensas eso —dice secamente—. Que aún
tienes eso sobre mi cabeza. Como si no hubiera renunciado a todo por ti y por Tyson.
Oh, se ríe. ¿Quieres escuchar eso? Cielos, ¿no es divertido escuchar estas
cosas después de tanto tiempo? Me pregunto qué más pensará de ti. ¿No
es divertido?
—Eso no es justo —me burlo—. Claro. Siento que mi historia sea una molestia
para ti. Siento estar un poco jodido de la cabeza, que el Chico todavía necesite la
bañera a veces debido a los terremotos de mierda. Siento que mi madre decidiera
destruirse tanto como para que su cuerpo se rindiera. Siento que mi hermana
pequeña no tuviera otro lugar adonde ir, así que tuvimos que encargarnos de ella.
Pero ¿sabes qué? Puedo hacerte las cosas fáciles. Sabes dónde está la puerta
principal. Quizás la vida que siempre quisiste todavía está ahí fuera esperándote.
Por favor, no dejes que te retengamos. Odiaría pensar que terminarías resentido con
320
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
nosotros por no permitirte tener todo lo que querías. —Y apesta, porque cuando me
enfado de verdad, cuando estoy furioso, mi voz tiembla y se rompe, es tan frágil.
Trato desesperadamente de aferrarme a mi ira, pero sólo me entristece que
estemos haciendo esto. Que estemos diciendo estas cosas. Que estoy diciendo estas
cosas.
—No puedo hablar contigo cuando estás así —dice, lo que posiblemente sea
lo peor que puede decir—. No puedo estar aquí ahora mismo. Voy a decir algo que no
pueda retirar y…
—¡Bien! —digo detrás de él—. ¡Vete! ¡Ah!, y, por cierto, ¡tus calcetines se ven
estúpidos porque nadie lleva calcetines altos con pantalones cortos!
Odio esa voz más que nada en el mundo. No sé si alguna vez me libraré de
ella.
321
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Tomo una larga y lenta respiración. Y luego otra. Y luego otra. Funciona. En
su mayoría.
Durante mucho tiempo pensé que el arte de la respiración era una farsa, que
era algo con lo que Eddie había llenado la cabeza del Chico, alguna tontería psicológica
que no lleva a nada. Sólo era respiración, después de todo.
Pero eso no significa que no esté preocupado. Sobre él. Y yo. E Izzie.
Estoy a punto de subir por las escaleras cuando alguien llama a la puerta
detrás de mí.
Estoy casi aliviado por la idea de que no llegó muy lejos antes de... No es
Otter.
Son Ty y Dom.
—Ella lo llamó —dijo Dom por detrás de mí—. Estábamos de camino a casa
después de almorzar con Stacey y Ben.
—No, no sucede mucho. Esto no sucede en absoluto. Pero creo que hemos
ido construyendo esto durante un tiempo. No es… ¡Dios! Mira. Otter ha sido un
idiota. Yo he sido un idiota. Estamos a punto de tener gemelos. Estamos cansados
y malhumorados, y esto se salió de control.
—¿Realmente crees que Otter alguna vez me pondría una mano encima?
—Te lo agradezco, Dom. De verdad que sí. Pero incluso si Otter fuera del
tipo que golpeara a alguien, puedes estar seguro de apostar que le sacaría sus
malditos ojos.
Dom resopla.
Lo miro fijamente.
—No es gracioso.
—Lo siento.
323
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él se encoje de hombros.
—Solo dale un minuto, ¿de acuerdo? Sabes que Tyson es bueno con ella. Lo
hará bien.
—Grosero. Vuelvo a la cocina, de repente necesito hacer algo con mis manos.
—Sabes, creo que me gustabas más cuando no hablabas tanto. —Me estremezco
en cuanto las palabras salen—. No quise decir eso como ha sonado.
324
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Está bien. Además, ¿no se supone que romper los platos es catártico?
Siempre lo es en las películas.
—Sí, pero entonces tendrías que recogerlos. No muestran esa parte en las
películas.
—Él dijo que a veces es demasiado. Tenerla aquí. Con los gemelos en camino.
—No. No lo hace.
—Normalmente es el calmado.
—Sí.
—Hace unos meses, me llamaron a una casa. Los vecinos habían llamado.
Dijeron que habían estado gritando en la casa de al lado. Lo escuchaban de vez en
cuando, pero sonaba como si hubiera estado aumentando y estaban preocupados.
Había una niña pequeña que vivía en la casa, y querían asegurarse de que ella estaba
a salvo.
—¿Qué?
325
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Todo el tiempo.
El por qué Dom siendo testigo de cómo su padre asesinó a su madre. No era
necesario decirlo en voz alta, y al final, no sé si es asunto mío de todos modos. La
infancia de Dom estaba llena de más horror del que yo podría entender jamás, y el
hecho de que esté de pie, y mucho menos que sea tan fuerte como es, es un
testimonio de quién es.
—Para entonces —dice Dom, con las manos cruzadas sobre la mesa— otra
llamada había llegado al 911. Una niña, diciendo que su mamá y su papá estaban
peleando, y que su papá había golpeado a su mamá. Su mamá estaba sangrando, tenía
miedo y necesitaba ayuda.
—Dios.
—Fue muy valiente —dice Dom—. Y ella hizo lo correcto. Para cuando llegué,
otro oficial ya estaba allí en la puerta principal. Estaba llamando, y podía oír a una
mujer llorando en el interior a través de una ventana abierta. Sólo pasó un momento
antes de que la puerta se abriera, y allí estaba la niña, quedándose al teléfono como
le dijeron hasta que llegó la policía. Sólo tenía siete años, y estaba asustada, pero
estaba haciendo todo lo que le dijeron que hiciera. Fue muy valiente. Su mamá ya
326
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Sacudo la cabeza.
—Pensé en ti y en Ty. Que, aunque no hubo maltrato físico, hubo abuso igual.
Que los dos habían pasado por lo mismo, y salieron bien al final. Y me dije que esta
chica, esta valiente niña podría eventualmente hacer lo mismo. Porque ella me
recordó a los dos. Hizo muchas preguntas. Lo que le iba a pasar a ella. A su mamá. A
su papá. Si alguna vez encendía las sirenas sólo por diversión en mi coche patrulla. Si
tenía que comer mucho para mantenerme tan grande como era.
—Porque, Bear, ella me recordó a ti. Y a Ty. Pero también a Izzie, ¿de acuerdo?
Porque tú y Ty tuvisteis que lidiar con vuestra madre durante tanto tiempo como lo hicisteis,
pero al final, ella se fue. Y, aunque no lo parecía en ese momento, fue lo mejor que os pudo
haber pasado a los dos. Estabais libres de ella.
Y se me ocurre entonces.
—Izzie no lo estaba.
Sacude la cabeza.
—Ella no lo estaba. Durante años, Julie McKenna fue todo lo que conoció. Te
garantizo que probablemente nunca sabrás el alcance de lo que esa mujer le hizo a
Izzie. Porque el abuso no tiene que ser físico. Tú más que nadie deberías saberlo.
Así que su presencia aquí puede ser aterradora para Otter y para ti, y puede ser
abrumadora, especialmente con todo lo que está pasando, pero tiene que ser peor
para ella. Ella sólo conoce a tu madre. No conocía a ninguno de nosotros antes de
venir.
—Sé que lo hace —dice Dom—. Y la gente dice cosas que no quieren decir
todo el tiempo. Todo lo que necesitas hacer es mirarme a mí y a Ty para demostrarlo.
327
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Nosotros deberíamos, podríamos haber sido diferentes, creo. Pero las cosas pasan por
una razón. El camino que tomamos cada uno, el camino de todos nosotros tampoco fue
fácil. Pero estamos aquí, ¿sabes? Y nos hemos quedado aquí. Por un tiempo. Izzie no
lo ha hecho. Ella es todavía nueva en todo esto. Sólo necesita estar segura de su
lugar algunas veces. Tenéis muchos proyectos en marcha. No os olvidéis de ella
también.
—Tal vez. Y no puedo decir que no haría lo mismo si tuviera que hacerlo todo
de nuevo.
—¿Eso es así?
—Debí haberlo visto de donde venías. No hice eso. Sólo pensaba en Tyson.
—Puede que no, pero tú eres parte de esta familia tanto como él. Y creo que
se me olvidó por un tiempo.
Asiente lentamente.
—Yo también.
328
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él está aquí. Y se siente como una mierda. ¿Quieres que le haga la vida miserable?
Me rio.
—¿Lo hacía?
329
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tú no eres mi portavoz. —Oigo decir a nuestra hermana desde algún lugar
de la habitación—. Como si yo alguna vez permitiera que alguien que no come carne
hable por mí. Eres una vergüenza para la humanidad.
—¿Puedo hablar con Izzie, por favor? —pregunto a Ty, que todavía no se ha
quitado del medio.
—¡Eh!
330
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Qué demonios.
Suspiro.
—Él no lo decía en serio. Y según Creed, está pateándose el culo ahora. Nadie
hace de mártir como Otter Thompson.
—Sí, lo sé.
—Me alegro de que te haya llamado. Gracias por venir por ella.
—Lo sé.
331
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Los bebés.
—Eres más fuerte de lo que crees, Papá Bear —me dice—. Desearía que
recordaras eso.
—Él la ama. Tanto como tú o yo. Y nos aseguraremos de que ella lo sepa.
—Lo haremos.
—Hola.
—¡Hey, tú! —dice, y cierro los ojos porque ella encaja—. Voy a salir, ¿de
acuerdo? Bear tiene algunas cosas que decirte. Todo va a estar bien. ¿Me oyes chica?
—¡Vete!
—Lo sé. Ahora vete para que Bear pueda entrar y tranquilizarme como sé
que él quiere, aunque esté bien.
332
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Eres tan molesto! —Ella grita—. Dios, ¿por qué incluso te soporto?
Él se ríe.
—Voy.
Y puedo ver lo mucho que le afecta por la forma en que él traga con fuerza.
—Sí, chica. Claro. —Parece que quiere decir algo más, pero en vez de eso
sacude la cabeza y se vuelve hacia las escaleras. No mira hacia atrás.
Ella está sentada en la cama con dosel que insistió en que no necesitaba, pero
seguía mirando fijamente cuando la llevamos a comprar muebles. Otter había sido el que
se había dado cuenta de eso, y aunque el precio me dejó un poco bizco, él fue un gran
manipulador, y eso fue todo.
—Hola.
—Lo sé.
333
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sé que lo sabes —digo—. Pero creo que mereces escucharlo en voz alta.
Entonces. No lo decía en serio. Y puedo prometerte que cuando deje de
compadecerse de sí mismo, volverá y te dirá exactamente eso.
—De acuerdo.
—Es tu habitación.
—En tu casa.
—En nuestra casa —la corrijo—. Y esta es tu habitación. Así que cualquier
cosa que digas vale.
334
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Se llama la monstruosidad verde. Es del color de las pesadillas. Tal vez no
quiero que sea mi casa.
Yo me encojo de hombros.
—¿Qué?
—Izzie.
—Nadie, y quiero decir nadie, nunca te hará irte. Te quiero aquí. Otter te
quiere aquí. Te lo prometo, ¿de acuerdo? Si quieres quedarte aquí en la
monstruosidad verde, entonces puedes hacerlo. Este es nuestro hogar, y eso te
concierne a ti. Y vamos a necesitar mucha ayuda. En el caso de que no lo hayas notado,
Otter y yo realmente no sabemos lo que estamos haciendo.
—Sois un poco patéticos —dice, lloriqueando mientras se limpia los ojos—. Creo
que estaríais perdidos sin mí.
335
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Lo haces?
Se encoje de hombros.
Me encojo hombros.
—Eh. Apuesto a que ahora mismo está apretando los dientes y diciendo que
es su culpa. ¿Te puedo decir algo sobre él?
—¿Va a ser asqueroso y tiene que ver con todos los sentimientos que tenéis
el uno por el otro?
Suspira.
—Si es necesario.
—¿Eras más estúpido de lo que eres ahora? Esa es una hazaña que aturde la
mente. ¿Cómo estás vivo?
—Si le dices a alguien que acabo de hacer eso, te patearé las espinillas.
336
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Anotado. Pero Otter, era Otter y yo era esencialmente menor ya que tenía
16 años, así que en lugar de aceptar sus sentimientos por mí, decidió correr lejos, muy
lejos, a la mítica tierra conocida como California.
—¿Verdad? Pero para ser justos, yo estaba saliendo con Anna en ese
momento, y…
—¿Tú qué?
—Correcto.
—Eso es verdad.
Le sonrío.
Asiento
—Yo no lo sabía. No en ese momento. Pero sí. Era por él. —Sonrío
débilmente—. Pero luego volvió, y las cosas se pusieron… raras. Pero funcionó, al final.
¿Y sabes lo que descubrí sobre él?
—¿Qué?
337
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Que cuando Otter Thompson te ama, es para toda la vida. No hace las
cosas a medias. Si te has ganado su amor, eso es todo. Hubo… otros. Antes que yo.
Para él. Pero no creo que los amara de verdad. No como a nosotros. Se dijo a sí mismo
que era feliz, pero creo que nunca se lo creyó de verdad. Él está hecho de forma
diferente. Que tú. O yo. O Ty. Somos más… reservados. Nos protegemos a nosotros
mismos y a nuestros corazones por todo lo que hemos pasado. Es más difícil para
nosotros. Pero se hizo más fácil. Por su culpa. No hay una sola cosa que no haría por
nosotros. Por ti. Y sé que lo sabes, pero necesitas escucharlo en voz alta, ¿de
acuerdo? Cuando Otter te ama, es para toda la vida. Y él te ama, Izzie. Tanto como
me ama a mí o a Ty. Porque eres suya ahora. Y tienes mucha suerte por eso. Siempre
tendrás a alguien que cuide tu espalda. Alguien que luchará por ti. Que te protegerá.
Se asegurará de que tengas todo lo que puedas desear. A veces creo que incluso yo
puedo olvidar eso. Las cosas… no siempre fueron fáciles. Y eso seguirá ocurriendo
de vez en cuando. Él no es perfecto. Yo definitivamente no lo soy. Obviamente.
Cometeremos errores. Pero tienes que saber que no habrá un momento en que no te
queramos aquí con nosotros. Puede que te lleve mucho tiempo creerlo, y eso está
bien. Estaremos aquí cuando lo hagas.
Y luego tengo una niña en el regazo, aunque quizás no sea tan pequeña después
de todo. No llora, pero creo que está cerca, porque está temblando en mis brazos, y su
cara está en mi cuello, su respiración fuerte. Envuelvo mis brazos a su alrededor y la
mantengo apretada. Se siente bien tenerla así.
No. Pero parece que JJ decidió que también quiere ser cantante, así que
estoy bastante seguro de que aceptará lo que sea para salir de aquí.
338
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Cogió a AJ y se fue a la tienda. No hizo la maleta, así que creo que volverá.
Gracias, Creed.
De nada, Papá Bear. No seas duro con él, ¿vale? Ya está bastante enfadado
consigo mismo.
Lo entiendo.
¡Y que no se te olvide!
339
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Hey a ti —digo yo, mirando hacia él antes de mirar hacia abajo a las notas
sobre la mesa—. He oído que te lo has pasado bien con JJ.
Mayormente.
—Lo es. —Otter está de acuerdo—. Pero a veces, creo que un poco de
realidad debería imponerse.
—Sí. Supongo.
Él asiente.
—De acuerdo. Voy a ir a hablar con ella, pero necesito que sepas que…
No parece muy contento con eso, como si lo estuviera mandando lejos, pero
se gira hacia las escaleras. Se detiene antes de salir de la cocina. Dice:
—Te amo.
340
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
No bajan las escaleras por cerca de una hora, y para cuando los escucho
bajar, Izzie se está riendo de algo que Otter está diciendo, y escucho el retumbar
profundo de su voz, cálida y dulce. Suenan bien juntos así. Como siempre debería
ser.
Y cuando entran en la cocina, los ojos de Izzie están un poco rojos, su cara
un poco hinchada, y Otter parece agotado, pero ambos están sonriendo. Parece que
están de vuelta en terreno estable, y eso es todo lo que importa.
—Sois tan raros —murmura, pero pone su botella de agua sobre la mesa y sale
de la cocina, sacando la mano y golpeando a Otter en el brazo mientras camina—. Si no
tengo noticias vuestras en diez minutos, voy a asumir que estáis teniendo sexo de
reconciliación y estaréis marcados de por vida.
341
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Es el año 2016, Bear —dice mientras sube por las escaleras—. Sé lo que
son muchas cosas.
—Eres un idiota.
—Pero yo también.
Asiente, y entonces sus ojos se abren de par en par y sacude la cabeza con
intensidad.
—Bueno. No vayamos tan lejos. Estoy bastante seguro de que soy tan
culpable en todo esto como tú.
—Otter
Suspira.
—Bear.
—Te amo.
—¿Sí?
342
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Yo también lo creo. Por lo tanto, esto es lo que va a pasar. Voy a seguir
amándote, incluso aunque digas estupideces. Porque lo más probable es que yo voy a
decir estupideces, y tú me vas a amar de todos modos, ¿verdad?
Sacude la cabeza.
—¿Lo hiciste?
Él se encoje de hombros.
—Soy bueno en lo que hago. Me quieren a mí. Van a esperar. Y esto es más
importante.
—Se han agachado para complacerme —dice, dando un paso hacia mí.
—¿Cómo es eso?
—Esa en la que me amas tanto que tienes todos esos sentimientos dentro y
no estás seguro de que coger primero.
—¿Es cierto?
343
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Divertido, eso.
Está de pie justo al lado de la mesa, elevándose sobre mí, pareciendo más
relajado que cuando llegó a casa.
—Soy muy buscado en mi campo porque realmente no hay nadie mejor que
yo.
Frota una gran mano en mi brazo y mi hombro, curva los dedos alrededor de
mi cuello mientras su pulgar roza mi mejilla.
—Lo sé.
—Se lo he dicho.
—También lo sé.
—Sí.
Me encojo de hombros.
—Un poco.
Yo le sonrío.
344
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tal vez —repite, y me está mirando como si no pudiera creerlo. Que soy
real. Que estoy aquí, con él. Tiene esa mirada de vez en cuando, y no importa cuántas
veces la haya visto, todavía me deja sin aliento—. ¿Realmente piensas todo eso de
mí?
—Han pasado diez minutos, y por los sonidos que escucho todo el camino
desde arriba, o estáis tomando jugosa sandía o besándoos, lo cual, Dios mío, ¡podríais
actuar como adultos por favor!
345
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
346
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
13
Así que creo que estoy perdonado cuando lo primero que digo es:
347
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
La señora de la oficina coge sus perlas, aunque ni siquiera las lleva puestas.
Eso no ocurre.
Eso no ocurre, porque puedo ver a Otter, el amor de mi muy extraña vida,
empezando a perder la cabeza.
—Tenemos que ir, tenemos que irnos, tenemos que conducir a Eugene, y me
olvidé de traer un cepillo de dientes. Bear, empacamos una bolsa de viaje para este
momento, y olvidé mi cepillo de dientes. No puedo lavarme los dientes y no sé lo
que estoy haciendo. ¿De acuerdo? Bear, no sé lo que estoy haciendo ahora mismo.
Y la maravilla de todas las maravillas, una dosis de calma cae sobre mí,
porque sí, la vida gira, pero hemos pasado años trabajando hacia este momento, y
está aquí. Finalmente está aquí.
Yo digo:
El director asiente.
348
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Los chicos están zumbando alrededor de nosotros, porque saben que algo
está pasando, pero no saben qué. Los ignoro y me centro en Otter. Sus manos están
húmedas cuando las cojo con las mías.
—Tienes que respirar —le digo de manera uniforme—. Tienes esto, ¿vale?
Tenemos esto. Te lo prometo.
Él asiente.
—Bien, bien.
—Gracias, Nancy. ¿Qué haría yo sin ti? —Ella aspira con altivez.
Otter dice:
Yo digo:
349
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter dice:
—¡Mamá! ¡No es necesario que hagas una tarta, por el amor de Dios! ¿Por
qué mierda harías una tarta? Soy un hombre adulto. ¡Puedo usar cualquier lenguaje
que quiera! Umm. Quiero decir. Lo siento. Lo siento. ¿Puedo... papá? ¡Oh, Dios mío,
¡no quise gritarle! Mis hijos están naciendo y yo me estoy volviendo loco.
Yo digo:
Otter dice:
Yo digo:
—¿Por qué estás conduciendo tan despacio? —dice Otter, sonando un poco
histérico—. ¡No eres una mujer de ochenta años!
350
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¡Mira la carretera!
—¡Bear!
—¡Qué!
—Sabes tan bien como yo que no es el caso —le digo en voz baja—. Los
gemelos llegan antes. El hecho de que ella ha llegado tan lejos es algo inusual. Nos
351
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
lo han dicho, ¿de acuerdo? Sabemos esto. Necesito que me escuches sobre esto,
¿de acuerdo? ¿Estás escuchando?
—Todo va a salir bien. Todo va a estar bien. Ella está sana. Los gemelos
están sanos. Todo está previsto. Ella ha hecho esto antes, y conoce su cuerpo. Va
a ser…
Bien, ¿verdad Bear? susurra eso. Todo va a estar bien. Porque nunca te ha
pasado nada malo, ¿no es así? Oh no. Por supuesto no.
—Contesta —digo, alejando esa maldita voz—. Tenemos que averiguar qué
está pasando. Asegúrate de que no necesitan nada de nosotros.
—Eres la cosa más bonita que he visto en mi vida. —Marty está diciendo—
. Tu piel brilla, y sé que es sobre todo sudor, pero maldición, cariño, te ves bien.
Toda esa vida creciendo dentro de ti. No puedo esperar hasta que salga y pueda
poner mi propio…
—No —digo—. No, no, no. ¡Marty, lo juro por Dios, si terminas esa frase,
tendré tus pelotas en una tabla de cortar, y nunca tendrás tus propios hijos!
—Estamos bien —dice Otter, a pesar de sonar como otra cosa, dado que
está chillando.
—Oh, sois adorables —suspira Marty—. Vais a ser los mejores papás de la
352
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
historia. Bueno, hasta que yo sea papá, y entonces podremos compartir ese título,
¿de acuerdo?
—Marty —otra voz dice al fondo—. Tal vez ahora no sea el momento de
hablar de otros bebés.
—Oh, mis pobres e ingenuos papás. Está en la fase inicial del parto. Ha
roto aguas, pero sólo ha dilatado un par de centímetros. Esta parte probablemente
durará un tiempo. Los bebés no sólo se caen, ya sabes. Después de eso, es la fase
activa del parto, cuando el cuello del útero se dilatará hasta siete centímetros.
¿Puedes imaginarlo? Y entonces es la fase de transición, cuando el cuello del útero
llegará hasta diez.
—Hola, Megan.
353
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Oh Dios, no. —Megan le dice—. Prefiero esperar a que lleguen aquí para
que pueda ver la expresión de sus caras.
—Pero —continúa Megan—. Los bebés están colocados cabeza abajo, que
es como se supone que deben estar, por lo que no veo que eso sea un problema. Si
hay algo de reposicionamiento, lo más probable es que harán una cesárea.
Realmente espero que no vaya en esa dirección, porque quiero hacerlo de forma
natural.
—Vamos a estar allí en una hora —me las arreglo para decirle—. ¿Necesitas
algo?
Pero Megan y Marty simplemente se ríen de algo que no entiendo muy bien.
En las películas, cada vez que alguien da a luz, hay una gran descarga de
agua, contracciones inmediatas, y la mujer es llevada al hospital en una silla de
ruedas, agarrándose el estómago y respirando como si acabara de correr un
354
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
maratón. Cortan a la siguiente escena, y sus pies están en los estribos, y todo el
mundo le está diciendo que empuje, y tal vez se ponga sarcástica con una voz muy
profunda, exigiendo una maldita epidural antes de que mate a alguien, y el padre
del niño estará de pie junto a ella, haciendo una mueca mientras la mujer le rompe
la mano. Unos minutos más tarde, el bebé sale, con un aspecto limpio y brillante con
la cabeza llena de pelo, y el médico anónimo en bata y con una mascarilla dice: —
¡Es un niño! o — ¡Es una niña!, y entonces el padre llora y la madre llora y abrazan
al bebé, que parece ser en realidad un burrito arrugado, y todos se ven increíbles
y viven felices para siempre.
No son episiotomías.
Es esperar.
Por horas.
Otter y yo estamos sentados en dos sillas, cuyo único propósito parece ser
tan incómodas como sea posible, posiblemente para simular lo que la mujer está
experimentando en el preparto. Si ese es el caso, entonces lo han logrado
muchísimo, y lo odio. Porque ya hemos estado aquí tres horas.
355
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Parece ofendido.
—Podría hacer feliz a todos. —Lo fulmino con la mirada—. Pero tal vez la
próxima vez —le dice Otter a Marty.
—¿Ya quieren más? —le pregunta Marty, los ojos muy abiertos—. ¿Has
oído eso, Megan? Ya quieren más. Muy bien.
—¿Cómo iba a saber eso? ¡Ni siquiera hemos tenido dos todavía!
356
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Terminamos cantando.
Pero Megan sonríe con los ojos cerrados, por lo que lo hago.
—Os llamaré si pasa algo —nos dice, lo más serio que lo he visto nunca. Lo
que significa que está sonriendo sólo un poco—. Salgan un rato, tomen un respiro.
Yo me encargo de las cosas aquí. Hay algunas cosas que puedo intentar para ayudar
a avanzar. Como los levantamientos abdominales. O sexo.
—Tienes que dejar de decirlo así —dice Otter, y me lleva por el pasillo
hacia la sala de espera—. Déjame invitarte a una taza de café repugnante de la
máquina expendedora.
357
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Están pasando las cinco, y estoy pensando que necesito encender mi móvil
de nuevo, sólo para asegurarme de que todo está bien, cuando nos golpea una oleada
de ruido tan pronto como entramos en la sala de espera.
—¡Toma eso Overlord Zork, las piedras preciosas de Runia son mías y nunca
más las tendrás! Ahora eres mi perra. ¡Bwahaha!
Aunque nunca se lo diré a Creed y Anna, espero que nuestros hijos no sean
como él. Es tan raro. Trato de no aplaudir mientras Anna le regaña por el lenguaje.
—Stephanie y yo hemos decidido que también vamos a ser abuelos para tus
hijos —le dice Ian a Otter—. Espero que esté bien. Y si no lo es, bueno. Ya está
decidido.
—Te lo dije, hombre. Cuando tus hijos salen de la chica que embarazaste,
obtienes superpoderes —dice Creed, moviendo las cejas.
358
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Tú eres la luz de mi vida —dice Creed—. Y también, ¿te diste cuenta de
lo duro que es mi bíceps? Ni siquiera sacudí al chiquitín.
—Hay que ser amable. —Dom les dice a los dos, abofeteándolos en la nuca—
. Es un momento muy estresante.
—Está bien —dice Otter, moviéndose un poco. Doy un paso más cerca de
él, dejando que se apoye en mí—. Simplemente no esperábamos que llegarais tan
pronto aquí.
359
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ty me mira.
—Eso es muy injusto —le digo—. Quiero decir, ¿de verdad, Sarah? ¿Sólo
tienes que tocar esa maldita canción de fondo mientras te concentras en un
cachorro con ojos tan grandes como melones? ¿De verdad?
—Está bien —dice Ty, tomando una respiración—. Eso se siente un poco
mejor. Las cosas se están arreglando lentamente.
—Oh, no. —Ty está mirándome—. Bear está empezando a tener esa mirada
en su cara.
Izzie, Creed, y Anna todos dan un paso hacia atrás al mismo tiempo.
—Ni siquiera sé por qué me está pasando esto —dice Otter, con la voz
360
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Es por las hormonas del embarazo —le digo—. Te han infectado. Quizás
deberías escucharme la próxima vez. —Me mira fijamente, por lo que agrego a toda
prisa—: o simplemente podemos achacar esto a ser un día muy emocionante. Eso
también funciona.
MARTY Y MEGAN están caminando arriba y abajo del pasillo una hora más
tarde, la mano de Megan en su estómago. Marty nos dijo a Otter y a mí que
teníamos que mantener al menos una distancia de tres metros, porque él está
361
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter está sentado con las piernas cruzadas junto a mí, agarrando mi mano
en su regazo. Su agarre es un poco húmedo, y es incómodo, pero no hay otro lugar
donde preferiría estar, por lo que no digo mucho al respecto. Creo que está
avergonzado, al menos un poco, por llorar delante de todo el mundo. No sé cómo
decirle que me eso me hizo amarlo más sin, probablemente, volver a ponernos fuera
a uno o a los dos.
—¿Raro bueno?
Sonríe un poco.
Digo:
—Después de que yo… me fui, en aquel entonces, yo… no era bueno. Para
mí. Estaba huyendo de algo que creo que no entendía. Me sentía… no es tu culpa,
¿de acuerdo?... Eso no es lo que estoy tratando de decir. Pero pensé que, si me
quedaba, me moriría. Viéndote. Como eras tú. Y estaba mal, porque eras tan joven,
y yo no era nada. Para ti. Yo era el hermano mayor de tu mejor amigo, ¿y quién era
yo para llegar a tener algo de ti?
—Pensé que podría ser feliz, ¿sabes? Fui a fiestas. Conocí a gente famosa.
Conocí a... Jonah. Y durante mucho tiempo, pensé que sería suficiente. Guardé esa
foto que tenía de ti y me dije que no necesitaba verla.
—Sí. Esa es. Porque así es como siempre has sido para mí. Esta gran
tormenta, todo relampagueando y estruendoso y con mucha energía. Y solo… no
podía seguir haciéndolo. Creo que usé el engaño de Jonah como una excusa. Incluso
si no hubiera pasado, yo siempre iba a volver a casa.
—Y lo hiciste.
363
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
cerca de ti otra vez. Que me vieras. Realmente me vieras. Me odiabas un poco, pero
iba a tomar todo lo que pudiera.
—No te odiaba, Otter. Incluso cuando estaba más enfadado, nunca te odié.
No creo que pueda.
—Estaba feliz —dice en voz baja—. Me dije a mí mismo que era suficiente,
y creo que lo habría sido. Estabas asustado y enfadado, pero era suficiente.
Hubiera sido suficiente.
—Tal vez un poco más que bien. Me besaste y me dejaste amarte, e incluso
con todo, todo lo bueno y todo lo malo, no cambiaría ni una sola cosa acerca de esto.
Todo lo que hemos hecho nos ha llevado a esto, Bear. ¿Sabes? Esto nos ha hecho
quienes somos.
364
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Ty me dijo algo una vez. Sobre él y Dom. Dijo que pensaba que eran
inevitables. Y eso me hizo pensar durante mucho tiempo. Para él, incluso cuando
estaba en su peor momento, una pequeña parte de él pensaba que él y Dom siempre
estarían. No sé si funciona de esa manera siempre. Lo hizo para él... pero eso… no
creo eso de nosotros.
—¿No lo haces?
—No. Debido a que hemos luchado con uñas y dientes para esto. Arañamos
nuestro camino a través de todo lo que nos pasó. No creo que todo esto fuera
inevitable. Creo que nos lo hemos ganado. Nos lo hemos ganado porque hemos hecho
esto. Esto es lo que somos, ¿de acuerdo? Hemos construido esta vida, construido
esta familia, y dentro de poco, vamos a tener dos más, y a veces ni siquiera puedo
respirar con lo agradecido que estoy por ello. Me has dado esto, Bear. Esta vida.
Esta oportunidad. Todo. Me lo has dado todo, y no sé cómo alguna vez podré
pagártelo.
Pero eso no está bien, ¿verdad? Porque todo lo que hice fue amarlo con
todo mi corazón. Haría cualquier cosa por Otter. Se lo digo, y se ríe a carcajadas.
—Lo sé, Papá Bear. Y sé que no lo ves como yo, pero eso es lo que siento.
365
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Te amo —dice de repente, con ferocidad—. Pase lo que pase. No importa
donde este camino nos lleve. Te amaré para siempre, Bear.
Entonces hay momentos como este. Momentos en los que tengo a mi lado a
Otter y a un hippie sosteniendo a su novia que he fecundado en frente de nosotros.
El período previo pareció durar días. No hicimos nada más que esperar,
esperar y esperar. Y luego pasó rápidamente. Tan jodidamente rápido. Hay gente
366
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Estoy pensando, por favor deja que todo vaya bien. Porque Otter tiene
razón. Nos hemos ganado esto. Después de todo lo que hemos pasado. Nos lo hemos
ganado.
Hemos vivido. Hemos perdido. Hemos amado con cada latido de nuestro
corazón, y nos lo hemos ganado.
—Lo estás haciendo muy bien. Lo estás haciendo muy bien. Empuja, Megan.
367
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Oh Dios mío. —Otter se agacha a mi lado, y puedo verlo, con sus pequeños
brazos, sus pequeñas piernas, y está pataleando, cubierto de sangre y baba y otras
cosas que, probablemente, no tengo ganas de saber lo que son. Su pequeño pie está
pateando, y él está llorando, y yo no creía que fuera posible amar a alguien a primera
vista, amar a una persona tan completamente que hace que tu corazón se parta por
la mitad.
Le dan nuestro hijo a una enfermera, que lo envuelve en una toalla, y quiero
exigir que nos lo den en este puto segundo, pero el médico dice:
—¡No! Supongo que no creía que era real hasta este momento. ¡Otter!
Vamos a tener unos putos gemelos.
—No puedes decir putos delante de nuestros hijos —sisea Otter—. ¿Qué
pasa si te escuchan?
Y comienza de nuevo.
368
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Llegar a casa de la escuela y leer una carta de una mujer que nunca debería
haber sido madre.
El Chico sentado en mi regazo, preguntándome qué iba a pasar con él, que
era tan pequeño.
—¿Quién eres tú? Soy Creed. Deberíamos ser amigos para siempre.
Anna Grant besándome por primera vez, sus labios suaves y pegajosos con
bálsamo labial de cereza.
La señora Paquinn diciéndome que todo iba a salir bien, que su marido,
Joseph, Dios lo ama, la dejó también, pero ella se las arregló bien.
Sentado en un coche frente a un hombre que amo, sin saber que lo amo,
lanzándole sus propias palabras a la cara.
369
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Anna preguntándome por qué no podía ser suficiente para mí, mientras
estábamos en el balcón de un puto apartamento de mierda.
La primera vez que Otter estuvo debajo de mí. La primera vez que estuve
debajo de él.
Esa sonrisa, esa sonrisa torcida que nunca deja de quitarme el aliento.
El Chico diciéndome que iba a estar bien, que todo el mundo nos estaba
esperando en casa.
Otros mil momentos. Todos los pedazos que componen una vida.
Hemos hecho esta vida nuestra, nuestra extraña familia. Porque la familia
no siempre se define por la sangre.
Se define por los que nos completan. Aquellos que nos hacen quienes somos.
Y aquí, ahora, es un momento que nunca pensé que vería. Que nunca pensé
llegar a tener.
Hay un bulto azul en sus brazos que le pasa a él, oh, tan suavemente. Hay
370
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
un pequeño llanto que viene de él, y los ojos de Otter están muy abiertos y húmedos,
y está mirando hacia abajo a la vida en sus brazos, y él dice:
—Hola. Hola. Hola a ti. Estoy tan feliz de conocerte. Soy tu papi. Eres la
mejor cosa en todo el mundo entero. Y te prometo que vamos a amarte con todo lo
que tenemos.
—¿Señor?
Otra enfermera está delante de mí, y tiene un bulto similar en sus brazos,
excepto que éste es de color rosa.
Me las arreglo para hacer un ruido que suena como un sí, mis brazos suben
mecánicamente.
Luego hay un peso colocado en mis brazos, un peso, y estoy devastado por
ello, incluso cuando la enfermera ajusta un poco mi antebrazo para sostener su
cabeza. No se siente como nada que alguna vez haya sostenido antes, y estoy
luchando por respirar, el corazón tropezando en mi pecho, mientras miro hacia
abajo y por primera vez, la veo.
Mi hija. Ella está... arrugada. Como un cachorro sin pelo. Y está realmente
roja. Y su cara está arrugada.
Pero tiene esta pequeña mano con pequeños dedos, y la levanta y me golpea
la barbilla, y no sé si alguna vez he sentido algo parecido. Ella tiene algunos pelos
oscuros en la cabeza, apelmazados por debajo de un pequeño gorro de color rosa,
pequeños mechones saliendo hacia fuera, y sus ojos están entrecerrados, y está
haciendo esos malditos ruidos raros como si estuviera rota, pero es... es…
371
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Maldita sea.
—Hago los niños más guapos —le digo a Otter, sonando un poco histérico.
—Hice estos —les digo a las enfermeras, que nos están observando,
parecen divertidas—. No quise hacer dos, pero lo hice, y lo hice.
Comparten una mirada de complicidad que dice: idiota. Miro hacia abajo a
la niña en mis brazos.
—Te hice —le digo—. Yo te hice. —Ella me golpea la barbilla otra vez.
Megan está agotada, pero nos sonríe, Marty le frota un paño frío por la
cara.
—Os lo dije al principio chicos. Me encanta esto. Por este momento, justo
aquí. Ahora mismo. Por eso lo hago. Vais a ser tan buenos en esto.
Se encoge de hombros.
372
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Él sonríe.
Él me guiña un ojo.
—No son míos. Son vuestros. Más tarde, seguro. Pero ahora, antes de
tener que llevarlos a tomar las huellas de la partida de nacimiento y cosas así,
deben estar con vosotros. Los veré cuando duerma un poco.
Quiero protestar, ya que Megan hizo todo el trabajo, pero Marty mueve
la cabeza hacia mí, así que lo dejo pasar.
373
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Oh, Dios mío —dice Izzie, sorprendiéndome con lo mucho que suena como
nosotros—. ¿Puedes por favor, sólo decirnos lo que son?
—Bebés. —Otter dice serio. Todo el mundo se queja, porque ¿por qué?
Todos los padres en la sala asienten a sabiendas. Todas las madres ruedan
los ojos.
—¿Quieres que les diga? —Me pregunta Otter, sus labios raspando mi
mejilla.
Sonríe con esa sonrisa torcida, el verde dorado de sus ojos brillando.
—Un niño —dice—. Y una niña. Ambos están bien. Y fuertes. Y diminutos.
374
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
muy seguro de si es un insulto o no, teniendo en cuenta que la última vez que lo
comprobé, no era un perro sin pelo.
Otter y yo, por supuesto, estamos de pie al lado de ellos, con los pechos
hinchados, acicalándonos porque somos unos malditos padres y este es nuestro
momento.
—Lo hicimos, ¿verdad? —dice Otter, esa sonrisa nunca deja su cara.
—¡Soy un niño! —dice JJ, haciendo un baile que le hace parecer como si
estuviera poseído o le hubieran quitado la columna vertebral.
—Te acercas a mí con esa cosa con la intención de embarazarme otra vez
—dice Anna dulcemente— y es probable que la pierdas.
—Le doy seis meses antes de que se retracte —susurra Creed en voz alta.
—Si lo piensas —dice Alice—. Es la primera vez para todos nosotros. Tener
una niña.
—Su movimiento probablemente atraerá a todos los niños del patio —dice
375
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Tyson solemnemente.
—¿Qué pasa con vosotros? —Les gruño—. Ella es un bebé. ¿Y por qué el
movimiento de mi hijo no puede atraer a los niños del patio? Dios, no seáis sexistas.
Arrugo la frente.
—Ni siquiera nos dijisteis sus nombres. —Dom nos dice a Otter y a mí—.
A ninguno de nosotros ni siquiera se le ocurrió preguntar.
Es curioso, esto. Aquí. Ahora. Entre todo lo que ha pasado, parece como si
este momento fuera a la vez un final y un principio.
—¿Estás listo para esto? —Me pregunta Otter, poniendo sus brazos
alrededor de mis hombros.
376
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
14
—¿Por qué te estás volviendo loco? —me pregunta Otter, con aspecto
divertido mientras se inclina contra la puerta de nuestro dormitorio—. En todo caso,
creo que sería Ty el que…
—Eso… no fue tan amenazante como crees que fue. Definitivamente no ayudo
ya que creo que eres adorable cuando te enojas.
Debe verlo en mis ojos, porque me da esa pequeña sonrisa torcida cuando
viene a pararse detrás de mí y con su frente presiona firmemente mi espalda. Sus
labios rozan mi oreja en un movimiento que no tiene más que ser intencional cuando
me toca, retirándome las manos mientras él comienza a tocar la corbata que
aparentemente no sé cómo hacer funcionar.
377
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sé eso.
—¿Lo haces?
—Sí.
—Huh.
—¿Qué?
Se encoge de hombros.
Lo miro de nuevo.
—¿De verdad?
—Sí.
—En ambos.
Me rio en silencio.
—¿Ambas veces?
378
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Me encojo de hombros.
Y lo hicimos. Estamos un poco viejos, y tal vez hay más líneas alrededor de
nuestros ojos y bocas (pero no estoy perdiendo mi cabello, sin importar lo que el
tonto de mi hermano pequeño diga), pero míranos ahora. Hemos derrotado todo lo
que se nos ha cruzado y hemos llegado hasta aquí. Todavía seguimos de pie.
Mucho de esto tiene que ver con este hombre que me está mirando como si
fuera su mundo entero. Sé que eso no es cierto (no cuando hemos conseguido todo
lo que tenemos) pero seguro que se siente como que lo hace en este momento.
Otter resopla.
—Me voy por “estamos tratando de ser arquitectos porque el tío Ty dijo que
podríamos ser cualquier cosa y tratamos de apilar todo lo que poseemos uno encima
del otro para ver que sucedía”.
379
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Yo me voy por “estamos jugando a hacer una cirugía ya que una vez el tío
Creed se olvidó de cambiar el canal y vimos el programa del hospital, el cual
probablemente no era apropiado para nuestra edad”.
—Sírvete tú mismo.
—Probablemente.
—Idiota manipulador.
—Mejor que no haya sido algo rompiéndose. Odiaría pensar que sucedería si
dos pequeños niños no fueran capaces de tener cosas bonitas.
—A menos que planees hacer algo al respecto sobre eso ahora mismo, es
mejor que ni siquiera lo termines. En serio, Otter. Qué demonios.
380
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Sip —murmuro antes de abrir la puerta—. Esos son nuestros hijos, muy
bien.
30
Johann Sebastian Bach fue un compositor, organista violinista, violista, etc. alemán del periodo
barroco.
381
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
rojo abierto sobre su cama llena con equipo médico de plástico para niños, algo que
había recibido en la Navidad anterior. Ella había gritado alto y claro cuando lo abrió,
con el papel volando por doquier a su alrededor, dando las gracias a Santa porque
finalmente le había dado lo que ella quería. Otter y yo parpadeamos adormilados ya
que eran sólo las cinco de la mañana.
Lily está usando el vestido que Anna e Izzie la habían llevado a comprar,
habiéndonos dicho que quería ir con las chicas si es que tenía que usar un vestido.
—No me gustan los vestidos —me dijo en ese tono que le sale tan bien. —
Pero si tengo que usar uno, quiero ir con Anna e Izzie.
Todo esto llevó a que Noah proclamara en voz alta que él también quería ir
con Anna e Izzie, pero no porque quisiera usar un vestido. Él siempre quería ir a
donde fuera su hermana. Lily había puesto sus ojos en blanco, pero agarró su mano
con fuerza, y Otter y yo sabíamos lo que iba a pasar, nos gustara o no. Dondequiera
que Lily fuera, Noah seguramente la seguiría.
382
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Como ahora.
—¡Hola! —dice, sacudiendo una pequeña mano hacia nosotros—. ¡Hola, papi!
¡Hola, papá!
—Shh —dice Lily—. Los pacientes no pueden hablar antes de la cirugía. Estás
dormido por las drogas.
—Shh. —Noah nos dice a Otter y a mí—. No puedo hablar antes de las
cirujas. ¡Estoy drogado!
—Lily —dice Otter—. No puedes operar a tu hermano ahora. Sabes que nos
tenemos que ir.
383
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ella suspira como si fuéramos las personas más complicadas del mundo.
—Dudo mucho que eso sea verdad —dice Otter, poniéndose de rodillas en
frente de ella. Coloca su mano detrás de su cabeza y desata la máscara quirúrgica.
Ella frunce un poco el ceño cuando ésta se desliza por su rostro—. Sabes que hoy es
un día especial.
Ella asiente lentamente, con su cabello rebotando sobre sus hombros. Tenía
listones verdes en su cabello, que Noah (por supuesto) había visto y había exigido en
voz alta que él también quería listones en su cabello. Lily había pensado que eso era
justo, así que ahora lucían más iguales que antes: ella con su vestido verde y él con
una pequeña corbata verde que me ha creado un nudo en la garganta por razones que
no entiendo del todo. He aprendido con el paso de los años que ser padres significa
estar cansados, eufóricos, frustrados, contentos, confundidos y al borde de las
lágrimas en casi todos los momentos de cada día.
no importa lo que digamos, si el tío Ty lo dice, es ley. Ya que no importa cuánto nos
amen nuestros hijos, no importa si somos sus padres, si lo piden, Lily y Noah te dirán
que el tío Ty es quizás la mejor persona que haya existido. Somos geniales, e Izzie
es increíble (según Noah), pero ¿Tío Ty? Él es absolutamente el mejor del mundo
(según Lily).
—¿De verdad? —dice Otter—. Bueno, en ese caso, es mejor que escuchemos,
¿no creen?
Noah y Lily nos sonríen, ambos siendo casi la viva imagen del Chico que había
conocido hacía mucho tiempo, quién se había sentado en mi regazo y me había dicho
que todo iba a estar bien.
Tengo que parpadear para mitigar el ardor de mis ojos, así que esa no es una
buena indicación de cómo va a ser el día de hoy.
Mierda.
—¿Quieren ir a ver si Izzie está lista para irnos? —Y ellos están fuera de
la puerta, gritando por el pasillo de su tía y diciéndole que el bazo de Noah está
infectado, pero que la cirugía se realizaría después porque teníamos que irnos.
385
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Lo es. —Está de acuerdo—. Una muy buena cosa. Pero sigue siendo un gran
problema. Se te permite estar triste, siempre y cuando te acuerdes de ser feliz.
—No estoy triste. Es sólo que… me afectó. En este momento. Es… demasiado.
—No puedo creer que esté sucediendo, ¿sabes? Pensé que él… no lo sé. No
sé lo que estoy pensando en este momento.
Lo sé.
Asiento lentamente.
Apropiado.
—Está bien.
— ¿Está bien?
Me encojo de hombros.
—Está bien.
386
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Izzie sonríe cuando Noah le balbucea, diciéndole que tiene un gran trabajo
que hacer hoy que será tan bueno en ello que todo el mundo le aplaudirá cuando
termine y que comerá mucho helado y pastel porque Papá dijo que él podría hacer lo
que quisiera hoy, a pesar de que eso era una completa mentira. He visto a Noah hasta
arriba de dulce y es una perspectiva aterradora.
Y sé que Izzie lo sabe, pero le sigue la corriente de todos modos. Ella nos
escucha bajar las escaleras y nos mira guiñando un ojo una vez antes de volver a ver
a Noah.
La anterior Izzie McKenna (siendo ahora Izzie Thompson por más de cuatro
años) se ha convertido en una hermosa joven. Su cabello tiene un corte de
duendecillo, y para disgusto de Ty y el mío, de alguna manera ha conseguido
adelantarnos por dos centímetros y medio a cinco. Hace un mes ella se graduó de la
escuela secundaria, siendo este nuestro último verano con ella antes de que se mude
a los dormitorios de OSU (Universidad Estatal de Oregón) en Corvallis, algo que ya
estoy temiendo. Ella es feroz, apasionada y capaz de ir cara a cara con Tyson, además
de que voy a extrañarla cuando llegue el momento de su partida. Pero está
entusiasmada al respecto, habiendo recibido una beca parcial para estudiar biología
y con ello convertirse entomóloga, para mi absoluta consternación.
Había sido un largo camino para que ella fuera nuestra legalmente y de
nombre. Ella se convirtió en parte de nosotros, física y mentalmente hablando, en el
momento en que apareció en nuestra puerta (Y para Tyson, en el momento en que él
la conoció en esa acera años atrás). Sus años de adolescencia no habían sido un lindo
paseo en el parque, pero le habíamos dado la habitación que ella necesitaba para
crecer por su cuenta y sin sentir que la estábamos sofocando. Había pasado más
tiempo sola que lo que había pasado con una familia numerosa, y en ocasiones sabía
que se sentía sofocada por todos nosotros. Hubo algunos momentos difíciles, pero
eso era lo que significaba tener una familia. Tomabas lo malo con todo lo bueno.
387
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Me frunce el ceño.
—Nunca un hombre adulto había llorado sobre mi hombro —dice Izzie—. Mis
amigos me preguntaron si es que tenía una enfermedad.
— ¡No es cierto!
—Lloraste cuando Noah uso el orinal por primera vez —me recuerda Otter.
—Quiero una familia nueva —digo, haciendo que Lily y Noah protesten
inmediatamente en voz alta, diciéndome que no tengo permitido hacer eso en
absoluto.
Izzie nos mira divertida, Otter me está sonriendo como si fuera lo mejor
que le ha sucedido y nuestros hijos están colgados de mis piernas, diciéndome que
ellos eran mi familia. Es verdad que no puedo conseguir una nueva, pero hay un
estallido de luz en mi pecho, tan cálido y brillante, y sí, nos han tirado mierda. Hemos
sido derribados. Nos han lastimado.
388
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
NOS DETENEMOS en esa pequeña parte de la playa que parece que sólo
nosotros sabemos de su existencia. Excepto hoy, ya que el estacionamiento está
lleno, hay más coches aquí que nunca. Solo quedan un par de espacios, y no sé por qué
estoy tan sorprendido. Ty había dicho que la lista de invitados era un poco más
grande de lo que esperaba, luciendo sorprendido por la idea de que había tanta gente
a la que quería invitar. Personas de su programa de maestría, colegas, amigos fuera
de la escuela, la mitad de la fuerza policiaca, donde Dom ahora trabaja como
detective. Nuestra familia, por supuesto, todos los que lo hemos hecho hasta el
momento. Hace un par de años, habíamos tenido un susto cuando Jerry, el papá de
Creed y Otter, había tenido un ataque al corazón, pero lo había superado y lamentaba
el hecho de que Alice nunca iba a permitir que él comiera cosas deliciosas nunca más.
Pero para sorpresa de todos, ahora era vegetariano, siendo que de alguna manera
Tyson lo infecto con su maldad, y lo estaba haciendo mejor que en años.
—Bien. No ir al agua.
389
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—No poner arena en nuestros bolsillos para llevarla a casa y tener nuestra
playa —agrega Noah alegremente.
—No tratar de atrapar a una gaviota para examinarla —dice Lily frunciendo
el ceño, como si sus papás fueran las personas más injustas del mundo.
—El hecho de que diga eso significa que somos buenos padres —le digo a
Otter.
Corey Ellis, con aspecto estresado y con los ojos abiertos, me dice que
desbloquee la maldita puerta en este momento.
—¿En dónde han estado? —exige después de que haga lo que pide. Él abre la
puerta y me mira fijamente.
Lo miro confundido.
—¿De qué estás hablando? Estuvimos aquí toda la mañana arreglando. Sabes
eso. También estuviste aquí.
Él parpadea.
—En casa —le digo lentamente—. Lo que también sabias, ya que todos nos
fuimos para prepararnos.
Gruño.
390
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Corey mira hacia el asiento trasero, viendo a los gemelos que lo observan
atentamente, esperando el momento en que se abracen al tío Corey, porque no habían
conseguido verlo bien. Corey se inclina hacia adelante y me susurra en la oreja:
—¿Por qué?
—Por todo.
—En la playa cerca de la señora Paquinn —dice Corey—. Le dije que iba a
estar esperándoos aquí y que los enviaría con él cuando llegaran. Ayudaré a Izzie con
los pequeñines si tú y Otter quieren encontrarse con él.
—Sí —dice Corey, sonando perplejo—. ¿Por qué no querría? Vosotros tres
sois un paquete. Ahora, salgan del coche y déjenme ver a mis bebés.
391
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
llena de sal. La hierba de la playa sopla suavemente mientras salimos del pavimento,
nos quitamos los zapatos y se siente la arena cálida bajo nuestros pies. Las olas se
estrellan debajo cuando llegamos a la colina, y él está allí. El Chico, sentado en la
playa en una toalla al lado de una cruz, mirando hacia el agua.
Después de todo.
—Oye —digo.
Se encoge de hombros.
—Entonces hazme espacio —le digo—. De todas las cosas, estoy usando un
maldito traje en la playa, así que esa toalla es mejor que tenga un espacio para mí
también.
392
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Finalmente, Ty dice:
—Me asusté.
Ty asiente.
—Lo sé. También a sentir nervios. Dom me dijo que todo iba a estar bien,
pero casi me meto a la tina esta mañana.
Eso hace que mi corazón se apriete en mi pecho, porque han pasado años
desde que eso sucedió.
—El terremoto.
—Sí.
—¿Qué lo detuvo?
—Dom —dice—. Él respiró conmigo. Y fue… no sé. Eso ayudó. Luego llegué a
pensar en ciertas cosas y me quedé un poco perdido en mi cabeza.
—¿Sobre qué?
—Sí, Chico.
—¿Crees que hay algo así como los buenos terremotos? ¿Como si tu corazón
estuviera tan lleno que hace que todo tiemble?
—Creo que sí —digo con cuidado—. He tenido momentos así con anterioridad.
393
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Otter resopla.
—Son los extraños —le susurro en voz alta a Ty—. No dejes que nadie te
diga lo contrario.
Él dice:
—Le dije a Otter que deseaba que ella estuviera aquí —digo.
Él me mira bruscamente.
—¿Lo hiciste?
Asiento.
Tengo que apartar la mirada, hacia el océano. Aquí nos quedamos una vez y
volcamos una urna con sus cenizas que fueron atrapadas por el viento.
—¿Sí?
—Sí, Chico.
394
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Lo sé.
OTTER NOS DEJA, diciendo que les dirá a todos que estamos justo detrás
de él. Nos besa a los dos en la parte superior de la cabeza y vagabundea por la playa,
donde podemos escuchar el sonido de la música y la risa alegre. Ellos están esperando
por nosotros… en realidad por él, pero creo que necesitamos esto.
—Realmente lo es.
—¿Estar casado?
395
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
tiempo, todo está bien. Algunas veces no lo está. Pero me aseguro de que él sepa que
lo amo y él hace lo mismo por mí. Somos un equipo.
—Tal vez. O tal vez lo hubiéramos hecho. Hay una diferencia entre estar
vivo y vivir realmente. Él nos ayudó a vivir. Creo. No estábamos haciendo eso. Antes.
—Estábamos sobreviviendo.
Asiento.
—Me dijiste una vez que sabías que él era para ti cuando rompiste con él.
Por ella.
—Sí.
—Sabía que Dom estaba por mí ese día en el pasillo. Cuando los vi a él y a
Stacey juntos. Pensé que iba a desmoronarme.
Suspiro.
—Lo sé, Chico. Y mira dónde estamos ahora. Es gracioso cómo funcionan las
cosas.
—Así es.
—Lo sé.
396
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Siempre, Chico.
—Está bien. —Asiente, cuadrando sus hombros un poco—. Creo que ahora
estoy listo.
Le sonrío.
—¿Sí?
—Sí. —Me sonríe de vuelta—. Tyson Miller suena bien, ¿no crees?
—Así es.
Él me detiene y nos paramos uno al lado del otro. Pongo mi brazo alrededor
de él y él pone su cabeza sobre mi hombro. Es bueno estar así con él antes de todo.
Se siente bien.
Antes de irnos, él presiona sus dedos contra sus labios y luego los coloca
contra la cruz en la arena.
Yo lo recuerdo.
Es completamente diferente.
La vida da vueltas. Siempre cambiará y sé que hay muchas cosas por delante.
Tantas cosas que esperar.
Una vez te dije que la familia no está definida por la sangre. No siempre es
con quién naces con lo que estás atrapado. Es lo que quieras que sea, lo que hagas con
ello. Son las personas a tu alrededor quienes te ven en tu peor momento y que no
tienen miedo de recoger los pedazos que surgen de ti cuando te desmoronas. Son las
personas que pueden tragarse tus mierdas. Son las personas que te miran cada vez
397
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
que te ven como si no te hubieran visto en años. Son las personas por las que peleas.
Son las personas por las que darías tu vida. Da miedo, pero es lo mejor del mundo.
Anna y Creed son los siguientes, siendo esta que camina un poco como pato.
Ella tiene siete meses junto con lo que han apodado su “Oops”. Creed no podría estar
más feliz. Anna trató de arrojarle una bandeja médica en la cabeza cuando se
enteraron, pero luego rompió a llorar por lo emocionada que estaba.
Después de ellos están Izzie y JJ: Izzie con una mirada de sufrimiento
mientras que JJ le sonríe, siendo que su enamoramiento sólo ha aumentado
exponencialmente en los últimos tres años desde que comenzó. JJ dice que se
casarán algún día. Creed dice que eso suena terriblemente a endogamia. Izzie dice
que masticaría a JJ y lo escupiría. Es un trabajo en progreso.
Les seguimos mi esposo y yo, caminando cogidos del brazo. Noah nos saluda
gritando: — ¡Hola, Papi! ¡Hola, Papá! —Mientras se detiene frente a Creed. Lily parece
avergonzada pero luego nos saluda con la mano, para que su hermano no la supere.
398
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
sientan detrás de ellos, su hija de dos años, Clover (no, no estoy bromeando, sí, es el
peor nombre del mundo) está sentada en el regazo de su padre.
Estas personas.
La forma en que mi hija levanta los brazos para que su papá la cargue.
Por todos nuestros errores y por todos nuestros derechos, esto nos define.
399
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pero creo que llega un momento en cada historia cuando ésta se termina, en
donde las páginas disminuyen y la gente está feliz.
Y lo estamos.
Te lo prometo.
Estamos felices.
Puede haber días que son más difíciles que otros, pero así es la vida. Lo
resolveremos. Siempre lo hacemos.
Decir adiós es difícil. Creo que una vez te dije que el adiós suena tan
estúpido y definitivo y bla bla bla. Pero en ese entonces era muy joven. No sabía lo
que ahora sé.
Hemos vivido.
Hemos amado.
Hemos perdido.
Pero estamos de pie. Por todo lo que somos, todavía seguimos de pie.
400
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Lo… lo siento. No pensé que me pondría sentimental tan rápido. Umm. Hay
algo que debes saber sobre mi hermano y yo. Nosotros… las cosas no fueron tan
buenas para nosotros. Cuando éramos jóvenes. Tuvimos… no tuvimos la mejor vida.
Sucedieron cosas que no necesitan profundizarse aquí, pero yo… recuerdo una vez,
no podía tener más de siete u ocho años, cuando volvía a casa del trabajo en un turno
de la tarde en la tienda de comestibles. Estaba cansado y triste, además de que
esperaba que las horas extras que había trabajado fueran suficientes para cubrir el
alquiler de ese mes. Era demasiado orgulloso para pedir ayuda, y me decía a mí mismo
que podía hacerlo por mi cuenta. Fui estúpido, pero así es… así fue para mí.
401
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
402
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Epílogo
O La Perspectiva De Otter,
Por Así Decirlo
403
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Creed, estaré allí en un momento. Les voy a decir adiós a Otter y a los
niños antes de irme. Dile a Anna que yo… no, Creed. JJ no tiene permitido salir con
Izzie. Ella está… ella vive del otro lado del país. JJ vive en tu sótano. Ella no va a…
Dios mío, vamos a hablar de eso más tarde. Adiós, Creed.
Estamos viejos ahora. Los dos. Las líneas alrededor de sus ojos se muestran
pronunciadas y tiene vetas grises en su cabello por lo que Ty le da tanto dolor. Él no
se mueve tan rápido como solía hacerlo, y todavía creo que está demasiado delgado,
pero todavía tiene ese fuego en sus ojos, su mente sigue moviéndose casi más rápido
de lo que yo puedo seguirle el ritmo.
Siempre lo ha sido.
—Tienes toda la jodida razón sobre eso —dice Bear con los ojos brillantes—
. Les diré algunas palabras. Puedes apostar tu trasero por eso.
—O —le digo—. Puedes ir con Creed y yo almorzaré con los niños y obtendré
tanta información como sea posible y luego prometeré no decir nada, pero te contaré
todo tan pronto como lleguemos a casa.
404
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Pongo los ojos en blanco mientras doy un paso adelante, coloco mis manos en
el mostrador a cada lado de él, atrapándolo. Él inclina su cabeza hacia atrás para
mirarme, una mirada traviesa en su rostro. Se inclina y me besa la mandíbula una vez.
Otra vez más.
—Tengo una mejor idea —dice, golpeando su pecho con el mío—. Les decimos
a los niños que se vayan de la casa, y luego me llevas arriba y nos desnudamos.
—He leído que se supone que tu libido es una de las cosas que se van cuando
te haces mayor —dice una voz disgustada detrás de nosotros—. Ojalá ese fuera el
caso en esta casa. Las personas mayores no deberían tener permitido devorarse
delante de jóvenes influenciables.
—¿Oyes eso? —dice Bear, murmurando contra mis labios—. Somos personas
mayores.
—¿Lily? —dice otra voz—. ¿Qué estás mirando… lo están haciendo de nuevo?
¡Mis ojos! Dios, ¡que alguien coja una botella de aerosol para que podamos empaparlos!
¡Es como si estuvieran en celo todo el tiempo!
Noah sigue siendo nuestro chico dulce y sensible con un corazón de oro. Él
tiende a ser una persona un poco nerviosa a veces y tímido. Su lengua más rápido que
su cabeza antes de tener la oportunidad de pensar en lo que realmente quiere decir,
405
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
También nos miran con tal juicio que no puedo evitar resoplar.
—Tan patético —dice Noah, ya que él está de acuerdo con todo lo que Lily
diga. Él no la tuvo fácil cuando era más joven. Dado que era pequeño y de voz suave,
se convirtió en un objetivo fácil para los bravucones que pensaban que sería presa
fácil, especialmente durante unos meses cuando ambos estaban en quinto grado. Lo
que no esperaban era tener que lidiar con nuestra hija con temperamento fuerte,
quien siempre encontraba una manera de protegerlo, incluso cuando sus amigos e
intereses los guiaban en diferentes direcciones. Se alejaron por un tiempo, pero de
alguna manera, siempre volvían a encontrarse. Eran un equipo, y nadie jodía con Noah
Thompson, no cuando Lily estaba involucrada.
Bear, por supuesto, había amenazado con destruir a cualquiera que alguna
vez soñara con tocar a sus hijos. Recuerdo el día en que los padres de los bravucones
se habían reunido en la oficina del director, quienes habían llegado ofendidos,
seguros de que sus preciosas pequeñas mierdas no podrían hacer nada malo, pero se
había quedado prácticamente temblando de miedo ante los ojos de mi marido. Me
había quedado detrás de él, con los brazos cruzados sobre mi pecho, frunciendo el
ceño a cada uno de ellos, ¿pero Bear? Bear arremetió contra ellos, enlistando cada
encuentro con precisión, proporcionándonos documentos firmados por los niños y los
maestros que habían sido testigos de los niños molestando a Noah por ser nada más
que él mismo.
Y eso fue bueno, porque estaba bastante seguro de que Bear ya había
planeado cómo salirse con la suya. No podría decir eso estando cien por ciento
seguro, pero no lo dudaría.
—¿Has oído que los padres de Mikey se divorciaron? —le pregunta Lily a
Noah—. Es muy afortunado.
—No nos divorciaremos —le digo a Noah—. Bear no sabría qué hacer sin mí.
Bear me empuja.
—Oh, Dios —gime Lily—. Papá tiene esa mirada cursi otra vez.
—¿Quién ama a Papá? —pregunta una pequeña voz antes de abrirse paso
entre Lily y Noah, mirando con interés a todos en la sala.
407
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Nos llevaron a una sala de interrogatorio donde los encontramos a los dos,
Caleb en sus brazos, con la cara oculta en el cabello del gran hombre, apretando al
peluche contra su pecho. Era pequeño, parecía que necesitaba ser alimentado de
inmediato. Tenía la piel pálida y el cabello rubio sucio. Sus ojos eran del verde más
brillante, pero se veían opacos bajo la fuerte luz de arriba.
Y nunca se fue.
Había tomado mucho tiempo, pero ahora, cinco años después, él era nuestro
como lo eran Lily y Noah. Lo habían acogido rápidamente, dando vueltas a su
alrededor y abrazándolo. Él había sido cauteloso con los dos al principio, pero dejó
de hacerlo antes de lo que hubiéramos pensado. Lily les había dado paseos a cuestas.
Noah le había hecho galletas. Él los amaba por completo.
Le había llevado más tiempo acercarse a Bear y a mí, pero cuando tenía ocho
años él se había convertido en un Thompson y nos había mirado y preguntado en voz
baja si podía llamarnos Papi y Papá como lo hacía Lily y Noah.
—Sí —le había dicho Bear con la voz quebrada—. Nos gustaría mucho.
Una vez que decidimos que queríamos mantenerlo con nosotros (Dom dijo
que desde un principio sabía que nunca dejaríamos a Caleb desde que lo vimos), nos
dimos cuenta de que no tendríamos suficiente espacio para tres niños en crecimiento,
especialmente si es que no querían compartir habitación.
Así que vendimos la Monstruosidad Verde y nos mudamos a una casa a unas
cuantas calles de distancia que tenía más espacio para todos nosotros.
Fue… más difícil de lo que pensamos que sería. Dejar esa casa. La familia que
nos había comprado la casa parecía amarla como nosotros lo hicimos. (—¡Mira ese
408
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
color! ¡Es como recibir un puñetazo en la cara con limones podridos!), pero entregarle
las llaves a otra persona se sintió como el final de una vida que nunca esperé tener.
Él me miró boquiabierto.
La nueva casa era una casa normal, ladrillo rojo en el exterior y paredes
blancas lisas en el interior. La hicimos nuestra, por supuesto, instalándonos y llenando
sus rincones con los retazos de nuestras vidas. Lily y Noah habían reclamado sus
habitaciones el día que obtuvimos las llaves. Caleb se había movido un poco más
despacio, caminando, arrastrando sus manos a lo largo de las paredes. Nosotros lo
habíamos seguido, esperando su veredicto. Finalmente, nos miró a los dos y sonrió,
diciendo:
Lily palidece.
409
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Interesante.
—Bueno —dice, porque él puede ver a través de ese gesto. Besa su mejilla—
. Diviértete en tu almuerzo con Papá. Os veré cuando llegue a casa.
410
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
lindo. Ser padre es increíble cuando puedes ver intensamente la forma en que la
culpa afecta a tus hijos, sabiendo que solo es cuestión de tiempo antes de que alguien
se quiebre y hable.
Estoy arrastrando una patata frita a través del kétchup en mi plato, a punto
de recordarle a Caleb que sí, las servilletas son algo que se inventó y que no necesita
probar eso metiendo toda su cara en el vaso del batido, cuando Noah dice:
—Umm. ¿Papá?
Lo miro.
Él y Lily están sentados de forma encorvada, uno al lado del otro sobre la
mesa. Ellos nunca habían llegado al punto de tener el lenguaje extraño de gemelos de
Bear, pero sí parecen compartir un cerebro la mayor parte del tiempo. Hemos hecho
de todo lo posible para darles la mejor vida posible, y aunque hemos cometido
errores, me gustaría pensar que tenemos unos niños bastante sensatos. Tienden a
alimentarse mutuamente de vez en cuando. Con Lily por lo general jugando el papel
del instigador, pero en su mayor parte, son buenos niños, los dos. Les va bien en la
escuela. Ellos tienen buenos amigos. Lily es deslumbrante, aunque en realidad no
podía decir una mierda sobre su aspecto. Noah es guapo en una especie de forma
desgarbada, dado que le siguen creciendo las extremidades.
Los ojos de Noah están un poco amplios cuando se vuelve hacia mí.
—Está bien —dice Noah—. Así que. Umm. Necesito… decirte. Algo.
411
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Asiento lentamente.
—¿Sobre la hierba?
—Bien. Entonces. Umm. Verás, Lily no era la única que la quería. ¿Era más o
menos para mí?
—De verdad.
—Sí, señor.
—Sí, señor.
—Umm. ¿Sí?
—Estoy seguro.
Lily dice:
—Le dije que podía… —Pero levanto mi mano para detenerla. No luce muy
feliz sobre eso, pero no dice nada más.
—¿Y por qué querías fumar hierba? —le pregunto a Noah, completamente
seguro de que no le va a gustar a Bear cuando se entere de esto. Que nuestro dulce
e inocente Noah, de todas las personas, parece haber inventado un plan para que su
hermana le pida marihuana a JJ. Fue realmente astuto. Estoy casi impresionado por
eso. Pero no debes mostrarles a tus hijos que casi te sientes orgulloso de ellos
cuando intentan comprar drogas. Bear lo aprendió de internet.
412
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—¿Sí?
—¿No… lo sé?
—Está bien —le digo encogiéndome de hombros—. Caleb, las servilletas son
nuestras amigas.
Caleb me sonríe.
No, eso no era todo, porque estaba bastante seguro de que hay más, pero
no voy a presionarlo.
—Eso es todo.
Lily y él mantienen otra conversación con las cejas, y justo cuando estoy por
reanudar la comida, Lily suspira y dice:
Bingo.
Noah se ve aún más nervioso que antes, mientras buscaba algo en mi rostro.
Pero luego se arma de valor y llega una terquedad en su mandíbula de la que no puedo
evitar sentirme orgulloso. La gente subestima a Noah Thompson. No deberían.
413
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Ni siquiera tengo que mirar debajo de la mesa para saber que Lily sostiene
firmemente su mano. Simplemente es así.
Otra negativa.
Oh, chico.
—Umm —digo, mientras pretendo que pienso—. ¡Oh! ¿Este chico podría ser
Ethan?
Sí. Te tengo.
414
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
siguió a Noah a casa con una mirada soñadora en su rostro, para gran desconcierto
de Noah, y que en realidad nunca había desaparecido.
Y, como señaló Bear, parecía ser algo mutuo, aunque estábamos bastante
seguros de que ninguno había hecho una maldita cosa al respecto.
Yo lo estuve. Un poco.
—Entonces, Ethan —le digo, sabiendo que a Bear le molestaría no estar aquí
para esto—. No te lo pidió, no te presionó para que lo hicieras… y vaya, parece que
estamos hablando de otra cosa.
—Estamos hablando de drogas —digo algo alegre—. Por supuesto que sólo
estamos hablando de drogas. Ahora bien, esto plantea la pregunta de por qué le
estarías pidiendo a tu hermana que le pidiera hierba a JJ para Ethan, quien no te
pidió que la consiguieras o te presionó para que lo hicieras. Entonces, supongo que es
donde estamos ahora.
Noah chilla.
Lily se atraganta.
415
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
Noah está empezando a temblar, y creo que estamos a punto del demasiado.
Así que llego sobre la mesa y coloco mi mano sobre la suya. Su piel está húmeda y sus
manos están temblando, pero cuando le pido que me mire, lo hace.
—Lo hemos sabido —le digo en voz baja—. Tu padre y yo hemos sabido eso
desde hace mucho tiempo, pequeño. Y seríamos hipócritas si estuviéramos molestos
por eso. El caso es que no lo somos. Nunca podríamos estar molestos contigo por algo
como eso. No nos importa si eres gay o hetero o si estás en algún punto intermedio.
No se trata de eso. Lo único que nos importa es si eres feliz. Y puedo decirte en este
momento que no necesitas hacer algo como eso para impresionar a Ethan. Confía en
mí en eso. Ya lo tienes comiendo de tu mano.
—En medio. —Noah se las arregla para decir, con los ojos húmedos.
—¿Disculpa?
—Creo que estoy en medio. —Él tose, aclarando su garganta—. Como, ambos.
—No. No estamos enojados. No sobre eso. Pero sí por la hierba. Esa es otra
historia.
—Auch —dice Noah, sin que nadie mencione el hecho de que se limpia los
ojos—. No tienes que golpearme.
—Lo hago porque estabas siempre angustiado por esto. Sabes que a Papi le
gustan los hippies.
416
T. J. KLUNE EL LARGO Y
TORTUOSO CAMINO
—Y están casados, en caso de que no puedas decirlo. —Ella pone los ojos en
blanco—. No van a negarte, idiota. Ahora quizás puedas finalmente pedirle a Ethan
salir y…
—Papá, ¿por qué estás haciendo esa cara? —me pregunta Caleb—. Está toda
arrugada y así.
—Ahora nunca le voy a poder pedir a Ethan que salgamos —dice Noah,
desplomándose contra el reservado.
—Oh, no dije eso —logro decir—. De hecho, ¿por qué no lo invitas esta
tarde? Sólo asegúrate de darme suficiente tiempo para sacar mi bate de béisbol.
—¡Papá!
—No le digas sobre los condones que JJ compró para ti… uy.
—¡Lily!
—¿Los qué?
417