ESCUELA DEL SOL
TEXTO 4
     Allá lejos y hace tiempo, breve historia de las
                        epidemias
      La humanidad debió recorrer un largo camino para poder llegar a
entender por qué se producían las epidemias, cómo prevenirlas y cómo
combatirlas.
Cómo comenzó todo
       A partir de la revolución agrícola del Neolítico (8000 a.C.), cuando las
comunidades se trasladaron a vivir en asentamientos, se generaron las
condiciones que posibilitaron que las enfermedades infecciosas se hicieran
presentes en gran escala. Hasta ese momento, el hombre del Paleolítico se
encontraba relativamente a salvo de las epidemias, gracias a que los grupos de
recolectores y cazadores, por lo general, no sobrepasaban los 500 individuos.
En esas condiciones, difícilmente los gérmenes pudieran prosperar, ya que para
ello necesitaban una cantidad de víctimas que solo se puede encontrar en una
población densa.
       Las enfermedades infecciosas llamaron la atención de los eruditos de
todas las épocas, quienes solían encontrar una explicación posible en la
hipótesis del “castigo divino”. Muchas otras veces se recurría a la astrología
para predecir cuándo acabaría el flagelo o más aún, cuándo comenzaría uno
nuevo. Un ejemplo de esto encontramos en el siglo XV cuando una epidemia
respiratoria -a la que hoy conocemos como gripe- recibió el nombre de
influenza, término italiano que hacía referencia a la influencia que ejercían las
estrellas y los astros en la aparición de una enfermedad.
      Fue Hipócrates (460 - 357 a.C.) uno de los
primeros en advertir que existía una relación
casi directa entre las enfermedades
infecciosas y el medio en que estas se
desarrollaban. El padre de la medicina
moderna, tratando de despegar a los dioses de
la responsabilidad de los padecimientos
corporales, pudo describir una epidemia de
paperas que se propagó en la isla de Tasos. Lo
extraordinario de Hipócrates fue que
desarrolló un sistema basado en la observación
y la experiencia, que aplicó luego al estudio de
las enfermedades, y prescribió que se
interrogara al enfermo para deducir
racionalmente las causas de su mal.
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       Este médico creía que los cambios estacionales y especialmente los
climas cálidos y húmedos propiciaban la aparición de enfermedades, pero sus
ideas no serían tenidas en cuenta hasta muchos años más tarde.
      Las epidemias también contribuyeron a modificar la historia de los
pueblos, tal es el caso de la gran plaga de Atenas que el historiador Tucídides
(460-399 a. C) explicó con precisión. Por esos años Esparta mantenía sitiada a
Atenas, esta situación hizo que muchos campesinos se refugiaran dentro de los
muros de esta metrópolis griega, llevando con ellos la enfermedad. La
superpoblación y la guerra que se estaba desarrollando promovieron
condiciones para que la enfermedad se propagara.
       El intenso intercambio comercial entre el viejo continente y Asia fue otro
de los factores que contribuyeron a la propagación de epidemias. En efecto, los
mercaderes no solo transportaban productos para vender sino también vectores
de contagio potencialmente peligrosos como ratas o garrapatas. Lo mismo
hacían los soldados que participaban de las continuas guerras, al punto de que
en el año 660, el califa Omar se abstuvo de invadir las regiones que estaban
sufriendo epidemias para preservar a su ejército.
       Otra de las epidemias importantes de las que se tiene registro es la peste
que azotó a Eurasia durante la Edad Media. Conocida vulgarmente como peste
negra, o directamente como peste, se propagó en Asia y Europa en distintas
oleadas con mayor o menor intensidad, durante más de 400 años. El cronista
italiano Agnolo di Tura describió detalladamente la peste de 1357 y afirmaba
que “morían tantos que todos creían que había llegado el fin del mundo”. Las
autoridades de la época recomendaban todo tipo de métodos para no
contagiarse de la peste. Las recetas eran de lo más variadas, desde “mezclar
lágrimas en ungüento con todo el odio que se haya tenido”, hasta organizar
procesiones religiosas o recomendar ayunos generales. Tampoco faltaron las
recetas xenófobas y racistas, como por ejemplo la flagelación de
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los judíos, por considerarlos “responsables de emponzoñar intencionalmente
los pozos”, o las expulsiones de los extranjeros y los mendigos.
      Es interesante destacar que, a pesar de prevalecer las recomendaciones
místicas y discriminatorias, también se aceptaba que causas naturales tuvieran
alguna relación directa con el comienzo de la oleada de la peste. Veranos muy
calurosos o inviernos muy crudos eran asociados al posible comienzo de una
epidemia; también las hambrunas, el desplazamiento de ejércitos, la falta de
higiene y el agua estancada eran factores a considerar. El remedio más
recomendado, y que seguramente solo sirvió para expandir mucho más los
brotes de peste, fue la sugerencia de huir del lugar de la enfermedad. Aunque
algunas medidas adoptadas funcionaron -como el saneamiento de los sectores
públicos o la desinfección de los enseres de los enfermos-, eran tantas las
recomendaciones a seguir que no podía saberse cuáles habían sido las medidas
más efectivas.
      Hoy sabemos que la enfermedad que azotó a Eurasia durante tanto
tiempo fue una epizootia (una enfermedad que infecta a un gran número de
animales) que afectaba a las ratas negras europeas y que fue transmitida a los
humanos por la picadura de la pulga huésped de los roedores. Al morir las ratas,
las pulgas buscaban otra fuente de alimento que, en este caso y dada su
proximidad, resultaban ser las personas que vivían en las ciudades,
transmitiéndoles así el bacilo que producía la enfermedad.
       Como hemos visto, los intentos para terminar con las epidemias fueron
desordenados, desatinados y muchas veces asociados al misticismo, la
discriminación y la xenofobia. Pero a partir del siglo XIX la ciencia comenzaría
a dar respuestas a muchos de los interrogantes que planteaban la aparición de
estas dolencias. Se avizoraba un panorama más alentador para hacer frente a
estas enfermedades que supusieron la desaparición de poblaciones casi
completas.
                        Ramírez, A. ,Torres, P., Fabro, G., Tosolini, L. y Ferreira, M. Escritura en ciencias.
                        Epidemias y salud pública
                                                                        ESCUELA DEL SOL
   1. Respondé las siguientes preguntas a partir de la información del texto.
   a. ¿Por qué el desarrollo de la agricultura posibilitó la aparición de las
      epidemias?
   b. ¿Qué diferencia hay entre enfermedad y peste?
   c. ¿Qué diferenciaba las prácticas médicas de Hipócrates de las utilizadas en su
      época?
   d. ¿Por qué, si los campesinos ya estaban enfermos, la peste se desató cuando
      entraron a Atenas?
   e. ¿Por qué la sugerencia de huir del lugar de la enfermedad expandió la peste en
      vez de combatirla?
   2. Colocá una X en la opción que consideres correcta en cada caso:
a. La expresión “la peste se propagó en distintas oleadas con mayor o menor
   intensidad...” significa que:
         ▪ la peste tomaba dimensiones gigantescas.
         ▪ la peste aparecía y desaparecía alternativamente.
         ▪ la peste se contagió de Asia a Europa por mar.
b. La expresión “...la flagelación de los judíos, por considerarlos “responsables de
   emponzoñar intencionalmente los pozos...” significa que:
         ▪ los consideran responsables de envenenar los pozos.
         ▪ los consideran responsables de ensuciar los pozos
         ▪ los consideran responsables de vaciar los pozos
   3. a. ¿Qué expresiones se usan en el texto para no repetir “enfermedades
      infecciosas”?
      b. ¿Y cuáles se utilizan para volver a referirse a Hipócrates?
   4. Seleccioná de las palabras entre paréntesis la que resulte más adecuada para
      reemplazar las palabras en negrita. Rodeá los términos elegidos.
a. “Las enfermedades infecciosas llamaron la atención de los eruditos (filósofos / magos /
                                                                            ESCUELA DEL SOL
   estudiosos) de todas las épocas…”
b. “Este médico creía que los cambios estacionales y especialmente los climas cálidos y
   húmedos propiciaban (facilitaban / determinaban / causaban) la aparición de
   enfermedades…”
c. “Conocida vulgarmente (groseramente / comúnmente / históricamente) como peste negra…”
   d. “Tampoco faltaron las recetas xenófobas y racistas, como por ejemplo la flagelación
   (el castigo - la expulsión - la matanza) de los judíos…”
e. “…algunas medidas adoptadas funcionaron -como el saneamiento de los sectores públicos o
   la desinfección de los enseres (pertenencias - vajilla - baños) de los enfermos-…”
f. “Se avizoraba (esperaba / preveía / rogaba) un panorama más alentador para hacer
   frente a estas enfermedades que supusieron la desaparición de poblaciones casi
   completas.”
   Reflexión sobre la lengua
            Una forma de evitar repeticiones en un texto es reemplazar la palabra
   repetida por su hiperónimo o por su hipónimo, según los casos.
         Los hiperónimos son palabras de sentido más general, y engloban a los
   hipónimos que son palabras de significado más específico.
         Por ejemplo, en el texto aparecen mencionadas las ratas que, como sabemos,
   son roedores; para no repetir la palabra “rata” podría reemplazarse por “roedor” y
   entenderíamos igual a qué se refiere.
   5.Completá con los hiperónimos o hipónimos correspondientes.
                       paperas
                                       Ciudades griegas
                                                                             ESCUELA DEL SOL
      CONECTORES
6. En el siguiente fragmento podemos descubrir una relación de causa
   consecuencia entre sus ideas. Subrayá con colores diferentes la causa y la
   consecuencia especificando cuál es cuál.
  “El intenso intercambio comercial entre el viejo continente y Asia fue otro de los factores que
  contribuyeron a la propagación de epidemias. En efecto, los mercaderes no solo transportaban
  productos para vender sino también vectores de contagio potencialmente peligrosos como ratas
  o garrapatas.”
  ¿Qué conector elegirías para unir las dos oraciones?
    PRONOMBRES
7. Escriban en la línea punteada los referentes de los pronombres subrayados en
   las siguientes frases:
     ➢ “…por qué se producían las epidemias, cómo prevenirlas…”
     …………………………………………………..
     ➢ “…las causas de su mal…”
     ……………………………………………………
     ➢”…pero sus ideas no serían tenidas en cuenta…”
     ……………………………………………………
     ➢”…transmitiéndoles así el bacilo…”
     ……………………………………………………