Empatía:
Capacidad de comprender los sentimientos y emociones de otros, intentando experimentar de
forma objetiva y racional lo que siente otro. La palabra empatía es de origen griego “empátheia”
que significa “emocionado”. Está estrechamente relacionada con el altruismo - el amor y
preocupación por los demás - y la capacidad de ayudar. El contacto con la otra persona genera
placer, alegría y satisfacción. Permite mayor colaboración y entendimiento entre los individuos
que constituyen una sociedad.
1. Saber escuchar
Saber escuchar es una característica fundamental de la empatía. A las personas empáticas les
gusta establecer relaciones enriquecedoras y constructivas. Siempre están dispuestas a escuchar al
otro y son muy buenas conversadoras. Por eso, cuando alguien está enojado o triste es importante
darle la oportunidad para expresar el porqué.
2. Comprender al otro
La empatía también supone la capacidad de comprender los sentimientos, emociones e ideas de la
otra persona; no solo aquello que el otro es capaz de expresar verbalmente, sino también todo
aquello que manifiesta con sus gestos, comportamientos y decisiones.
Una persona empática es capaz de comprender al otro al punto de poder sentir lo que la otra
persona siente y de entender sus estados mentales de manera sincera.
En la empatía hacemos que el otro se sienta comprendido. Así, cuando reconfortamos a alguien en
momentos difíciles, estamos teniendo una actitud empática.
3. Identificarse con el otro
Ser empáticos es también ser capaces de ponernos en el lugar del otro, entender de manera
honda y sincera lo que piensa o cree, lo que siente o le preocupa, lo que lo hace sufrir o alegrarse.
Así, una persona empática puede ponerse en la situación emocional del otro y entender de
manera profunda sus sentimientos, miedos o creencias.
Esto se pone de manifiesto, por ejemplo, cuando alguien nos intenta mostrar las soluciones a un
problema recordando que también ha pasado situaciones similares en el pasado.
4. Ser solidarios
Una persona empática tiene una elevada sensibilidad hacia lo que sienten o padecen las otras
personas. Por eso, la empatía tiene mucho que ver con la solidaridad, con las ganas de ayudar al
otro, especialmente cuando pasa por una situación de necesidad. Un ejemplo de esto es ayudar a
un amigo que está pasando por un momento difícil.
5. Ser respetuosos
En definitiva, ser empáticos también implica respetar al otro en sus sentimientos, ideas,
conductas, decisiones y, en suma, en su forma de ser y afrontar la vida, aunque no estemos de
acuerdo ni sea de nuestro agrado.
Por eso, la empatía es un valor fundamental para vivir en sociedad, porque nos permite
comprender a las otras personas y respetar la forma en que manifiestan sus ideas, sentimientos e
inquietudes frente al mundo.
Somos empáticos cuando, por ejemplo, apoyamos a nuestros familiares, amigos o colegas cuando
emprenden aventuras o proyectos que, a veces, no podemos entender del todo.