Freud, de origen judío, es considerado
el padre del psicoanálisis y es una de las
figuras más relevantes del siglo XX.
La vida de Sigmund Freud, el hombre que
revolucionó la ciencia con su método para
intentar dar significado a los sueños, se apagó
en Londres el 23 de septiembre de 1939. Freud ha
pasado a la historia por sentar las bases del
psicoanálisis como método terapéutico.
Sigismund Freud , que a los
veintidós años habría de cambiar ese nombre por el
de Sigmund, nació en Freiberg, en la antigua
Moravia (hoy Príbor, República Checa), el 6 de mayo
de 1856. Su padre fue un comerciante de lanas que,
en el momento de nacer él, tenía ya cuarenta y un
años y dos hijos habidos en un matrimonio anterior;
el mayor de ellos tenía aproximadamente la misma
edad que la madre de Freud -veinte años más joven
que su esposo- y era, a su vez, padre de un niño de
un año. En su edad madura, Freud hubo de
comentar que la impresión que le causó esta
situación familiar un tanto enredada tuvo como
consecuencia la de despertar su curiosidad y aguzar
su inteligencia.
En 1859, la crisis económica dio al traste con el
comercio paterno, y al año siguiente la familia se
trasladó a Viena, en donde vivió largos años de dificultades y estrecheces, siendo muy
frecuentes las temporadas en las que, durante el resto de su larga vida (falleció en octubre
de 1896), el padre se encontraría sin trabajo. Aunque siempre detestó Viena, Sigmund
Freud residiría en esta ciudad hasta un año antes de su muerte: pese a la intercesión
de Roosevelt y Mussolini, en junio de 1938 se vería obligado por su condición de judío (sus
obras habían sido quemadas en Berlín en 1933) a emprender el camino del exilio hacia
Londres
La familia se mantuvo fiel a la comunidad judía y
sus costumbres, aunque no fue especialmente
religiosa; al padre cabe considerarlo próximo al
librepensamiento, y el propio Freud había perdido
las creencias religiosas ya en la adolescencia. En
1873, el joven Freud finalizó sus estudios
secundarios con excelentes calificaciones. Había
sido siempre un buen estudiante, correspondiendo
a los sacrificios en pro de su educación hechos por
sus padres, que se prometían una carrera brillante
para su hijo, el cual compartía sus expectativas.
Después de considerar la posibilidad de cursar
estudios de derecho, se decidió por la medicina,
aunque no con el deseo de ejercerla, sino movido por una cierta intención de estudiar la
condición humana con rigor científico.
A mitad de la carrera tomó la determinación de
dedicarse a la investigación biológica, y de
1876 a 1882 trabajó en el laboratorio del
fisiólogo Ernst von Brücke, interesándose en
algunas estructuras nerviosas de los animales
y en la anatomía del cerebro humano. De esa
época data su amistad con el médico vienés
Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien
hubo de prestarle ayuda, tanto moral como
material.
En 1882 conoció a Martha Bernays, su futura
esposa, hija de una familia de intelectuales
judíos; el deseo de contraer matrimonio, sus
escasos recursos económicos y las pocas
perspectivas de mejorar su situación
trabajando con Von Brücke hicieron que
desistiese de su carrera de investigador y
decidiera ganarse la vida como médico, título
que había obtenido en 1881, con tres años de
retraso.
Sin ninguna vocación por el ejercicio de la
medicina general, resolvió sin embargo
adquirir la experiencia clínica necesaria para
alcanzar un cierto prestigio; desde julio de
1882 hasta agosto de 1885 trabajó como residente en diversos departamentos del Hospital
General de Viena, decidiendo especializarse en neuropatología. En 1884 se le encargó un
estudio sobre el uso terapéutico de la cocaína y, no sin cierta imprudencia, la experimentó
en su persona. No se convirtió en un toxicómano, pero causó algún que otro estropicio,
como el de empujar a la adicción a su amigo Von Fleischl al tratar de curarlo de su
morfinomanía, agravando, de hecho, su caso. En los círculos médicos se dejaron oír algunas
críticas, y su reputación quedó un tanto ensombrecida.
Freud tenía un temor inexplicable al número 62,
tanto que nunca se hospedaba en un hotel con más de
62 cuartos y además les tenía fobia a los helechos.
En 1885 se le nombró Privatdozent de la Facultad de Medicina de Viena, en donde enseñó
a lo largo de toda su carrera (primeramente neuropatología, y, tiempo después,
psicoanálisis), aunque sin acceder a ninguna cátedra. La obtención de una beca para un
viaje de estudios le llevó ese mismo año a París, en donde trabajó durante cuatro meses y
medio en el servicio de neurología de la Salpêtrière bajo la dirección de Jean-Martin
Charcot, por entonces el más importante neurólogo francés. Allí tuvo ocasión de observar
las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y la sugestión en el
tratamiento de la misma.
De regreso a Viena, contrajo matrimonio en septiembre de 1886, después de un largo
noviazgo jalonado de rupturas y reconciliaciones como consecuencia, en especial, de los
celos que sentía Freud hacia quienquiera que pudiese ser objeto del afecto de Martha
(incluida su madre). En los diez años siguientes a la boda, el matrimonio tuvo seis hijos,
tres niños y tres niñas, la menor de las cuales, Anna Freud, nacida en diciembre de 1895,
habría de convertirse en psicoanalista infantil. Poco antes de casarse, Freud abrió una
consulta privada como neuropatólogo, utilizando la electroterapia y la hipnosis para el
tratamiento de las enfermedades nerviosas.
-Sigmund Freud
Con su hija Sophie (1912)
Su amistad con Josef Breuer cristalizó, por entonces, en una colaboración más estrecha,
que fructificaría finalmente en la creación del psicoanálisis, aunque al precio de que la
relación entre ambos se rompiera. Entre 1880 y 1882, Breuer había tratado un caso de
histeria (el de la paciente que luego sería mencionada como «Anna O.»); al interrumpir el
tratamiento, habló a Freud de cómo los síntomas de la enferma (parálisis intermitente de
las extremidades, así como trastornos del habla y la vista) desaparecían cuando ésta
encontraba por sí misma, en estado hipnótico, el origen o la explicación. En 1886, luego
de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó a Breuer a
hablarle de nuevo del caso y, venciendo su resistencia inicial, a consentir en la elaboración
conjunta de un libro sobre la histeria.
Durante la gestación de esta obra (aparecida en 1895 con el título Estudios sobre la
histeria), Freud esbozó sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta
cierto punto en el desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones más tarde
características de la doctrina freudiana y rehusando, finalmente, subscribir la creciente
convicción de Freud acerca del papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los
trastornos psíquicos.
En 1896, después de romper con Breuer de forma un tanto violenta, Freud empezó a
transformar la metodología terapéutica que aquél había calificado de «catártica», basada
en la hipnosis, en lo que él mismo denominó el método de «libre asociación». Trabajando
solo, víctima del desprecio de los demás médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó
a forjar los elementos esenciales de los conceptos psicoanalíticos de «inconsciente»,
«represión» y «transferencia». En 1899 apareció su famoso tratado La interpretación de
los sueños, aunque con fecha de edición de 1900, y en 1905 se publicó Tres contribuciones
a la teoría sexual, la segunda en importancia de sus obras. Estos dos fueron los únicos
libros que Sigmund Freud revisó puntualmente en cada una de sus sucesivas ediciones.
Freud (izquierda) y sus discípulos en la Universidad Clark de Worcester (1909)
Hasta 1905, y aunque por esa fecha sus teorías habían franqueado ya definitivamente el
umbral de los comienzos y se hallaban sólidamente establecidas, contó con escasos
discípulos. Pero en 1906 empezó a atraer
más seguidores; el circulo de los que, ya
desde 1902, se reunían algunas noches
en su casa con el propósito de orientarse
en el campo de la investigación
psicoanalítica, fue ampliado y cambió
incluso varias veces de composición,
consolidándose así una sociedad
psicoanalítica que en la primavera de
1908, por invitación de Carl Gustav Jung,
celebró en Salzburgo el Primer Congreso
Psicoanalítico.
Al año siguiente, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos, invitados a pronunciar una serie
de conferencias en la Universidad Clark de Worcester, Massachusetts, y comprobaron con
sorpresa el entusiasmo que, mucho antes que, en Europa, el pensamiento freudiano había
suscitado en América. En 1910 se fundó en Nuremberg la Sociedad Internacional de
Psicoanálisis, dirigida por Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914. Ese año se vio
obligado a dimitir como corolario de la ruptura propiciada en 1913 por el mismo Freud, al
declarar improcedente la ampliación jungiana del concepto de «libido» más allá de su
significación estrictamente sexual. En 1916 publicó Introducción al psicoanálisis.
Fumador empedernido, acabó sus días entre los sufrimientos
provocados por el cáncer de paladar que le fue diagnosticado en
1923 y hubo de someterse a la primera de una serie de
intervenciones. Desde entonces y hasta su muerte en Londres
el 23 de septiembre de 1939, estuvo siempre enfermo, aunque
no decayó su enérgica actividad. Sus grandes contribuciones al
diagnóstico del estado de la civilización datan de ese período: El
porvenir de una ilusión (1927), El malestar en la
cultura (1930), Moisés y el monoteísmo (1939). Ya con
anterioridad, a través de obras entre las que destaca Tótem y
tabú (1913), inspirada en el evolucionismo biológico de Charles
Darwin y el evolucionismo antropológico y social de James
George Frazer, había dado testimonio de hasta qué punto
consideró que la importancia primordial del psicoanálisis, más
allá de una eficacia terapéutica que siempre juzgó restringida, residía en su condición de
instrumento para investigar los factores determinantes en el pensamiento y el
comportamiento de los hombres.
PRINCIPALES El psicoanálisis se siguió desarrollando como movimiento,
APORTACIONES DE como terapia y como teoría de la mente después de la
muerte de Freud y de la primera generación de
FREUD
psicoanalistas. Se continuó dividiéndose en multitud de
• Invento el método sectas enfrentadas, aunque se observan dos tendencias
generales: El desarrollo de la personalidad: Yo o Ego y en
psicoanalítico.
la que se aceptan las conclusiones de Popper, un
• Dio los mejores psicoanálisis interpretativo o hermenéutico y menos
métodos para la científico.
comprensión de la Actualmente, muchos terapeutas consideran la terapia
mente, tanto normal como la construcción de una narración de la vida de los
como patológica. pacientes, que ayuda a solucionar su pasado y les posibilita
su futuro.
• Llegó a elaborar un
Indudablemente no fue en vano el esfuerzo del “Padre del
sistema que explicaba la Psicoanálisis”.
psicología del hombre
en su totalidad.
• Estudio los trastornos
mentales y luego sus
"He sido un
causas.
hombre
• Demostró la existencia afortunado en
y poder de lo la vida: nada
inconsciente. me resultó
fácil".
• Fundó una nueva
disciplina médica y
formuló procedimientos
terapéuticos básicos
que, más o menos
modificados aún se
aplican, en el
tratamiento mediante
psicoterapia de las
neurosis (y, Freud rehuía a la vida social.
parcialmente, de las Era poco afecto a
psicosis). las fiestas y a las reuniones.
Sin embargo se encontraba frecuentemente con un
cercano círculo
de amigos en el Café Landtmann.
Allí se sentaba siempre en el mismo lugar.