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¿CÓMO SE VIVE EL AMOR EN: “EL AMOR
EN LOS TIEMPOS DE CÓLERA”?
PROYECTO LITERARIO
MARIANA BALLESTEROS JIMÉNEZ
11-B
ASIGNATURA:
HUMANIDADES Y LENGUA CASTELLANA
DOCENTE:
NORBERTO DE JESUS CARO TORRES
FECHA:
19/03/2021
INSTITUCIÓN EDUCATIVA ESCUELA NORMAL MARIA AUXILIADORA DE
COPACABANA.
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En el presente escrito pretendo abrirme paso a la descripción de un hermoso, aunque tóxico
romance entre los personajes de Fermina Daza, Florentino Ariza y el Doctor Juvenal Urbino
vivos en la novela de Gabriel García Márquez El amor en los tiempos del cólera. La novela está
contextualizada en el año de 1895 – 1940 en la costa caribe de nuestra tierra Colombia:
Cartagena. Ahora, a lo largo del texto podemos ver una serie de diversos romances de los
protagonistas, podríamos empezar con ¿cómo se vive el amor entre Fermina Daza, el doctor
Urbino y Florentino Daza a lo largo del escrito?.
Podríamos empezar hablando sobre el comienzo de todo: los sentimientos de Fermina Daza y
Florentino Ariza. Florentino y Fermina tuvieron un amor a primera vista, un amor que lo
transmitían por cartas durante más de dos años. Dos años donde le hacían saber al otro cuánto se
amaban y sus sentimientos por medio de letras y palabras con gracia y belleza. Como es bien
conocido, durante esa época, el estatus social, el dinero y trabajo que un hombre tenía, era un
aspecto esencial a la hora de tomar decisiones matrimoniales, de noviazgo e incluso de amistad.
Es por esta razón que cuando el padre de Fermina Daza se entera de que su hija - poseedora de
gran fortuna- estaba saliendo con un simple joven telegrafista que trabajaba en la oficina de
cartas.
En un intento de separarlos para proteger a su hija de su destino ya vivido por él, Lorenzo Daza –
el padre de Fermina Daza – se lleva a su hija lejos de sus sentimientos y los del pobre Florentino.
Después de varios años, en los cuales Florentino hacía un esfuerzo por olvidarla, Fermina Daza
regresa con su corazón y mente más claros; y es en ese tiempo, cuando Florentino escucha de la
boca de su amada que no lo quiere. Con esto, sentí que algo en el personaje de Florentino cambió,
ya no era un amor dulce y sincero, con letras y palabras llenas de sentimiento, se convirtió en un
círculo asfixiante y en una dependencia. Tiempo después, en una situación que se creía
preocupante – en su momento – ya que Fermina Daza conoce a él joven, apuesto y adinerado
Doctor Urbino recién llegado de Europa. Fermina Daza deja a un lado su amor de letras, para
empezar un nuevo camino con su esposo. Algo que me llamó mucho la atención fue los métodos
que Juvenal Urbino tenía para identificar olores en las personas, él decía que cada persona tenía
su propio olor; con esto recordé un libro llamado El perfume de Patrick Süskind publicado en
1985. El libro básicamente trata sobre un joven llamado Jean-Baptiste Grenouille que destaca
como un extraordinario experto en perfumes que decide asesinar mujeres jóvenes y vírgenes, para
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extraer de ellas esencias claves. Y lo olía con más exactitud de la que muchos lo veían, ya que lo
percibía en su interior y por ello de manera más intensa: como la esencia, el espíritu de algo
pasado que no sufre la perturbación de los atributos habituales del presente, como el ruido, la
algarabía, el repugnante hacinamiento de los hombres. (Baptiste, J. 1985).
Durante toda su vida, estos tres personajes estuvieron más cerca de lo que se puede imaginar,
pero cada uno tratando de lidiar con sus propios pesares. Florentino trataba de sacar la marca de
Fermina en su piel siguiendo su rutina: durante 50 años estuvo refugiando su dolor a costa de
relaciones sexuales diarias y pasajeras, aunque importantes y de una rutina deprimente que tenía
que seguir para no desatar una locura en su interior. El Doctor Urbino, derrotado por sus
intenciones y su rutina, consigue a un nuevo amor: Barbara Lynch. Aunque este termina, las
cosas nunca podrían ser iguales, porque, aunque se amaban, las cosas cambian.
Es una situación muy desgarradora el hecho de que la mayor parte de tu vida la pasaste esperando
a alguien que no te ama. Desde eso, la vida de Fermina se convierte en un tipo de triángulo
amoroso, donde era totalmente infeliz – o eso era lo que ella creía-. Después de relatar un poco
sobre la historia de Fermina Daza con sus dos amores, podríamos empezar a entablar una relación
entre los tres personajes, ya que, aunque se puede creer que no tienen nada que ver, la historia en
general se trata de confusiones, el amor, la impotencia y la cólera.
Con respecto al título El amor en los tiempos del cólera creería que tiene varios significados e
interpretaciones con relación a los sucesos de la historia. El primero podría ser los síntomas tan
similares al cólera que presentaba Florentino al estar cerca de Fermina; podemos contemplar la
metáfora del cólera-amor como enfermedad de la época. Con el fin de descubrir un nuevo
referente romántico en Florentino Ariza, comprender su “enfermedad” hacia Fermina Daza, la
lucha incansable que lo sobrellevó a resistir ante la epidemia y la muerte.
Este tóxico amor se da de forma tan extraordinaria que tiene los mismos efectos de una
enfermedad infecciosa de la época; se refleja cuando Florentino expresa en sus letras la
enfermedad que tenía, esparciéndose a muchos románticos. Las pequeñas dosis de liberación que
ejercía con ese acto se acumulan en dolores amorosos con los que soluciona su desamor y,
aunque por momentos sus sentimientos fueran tan fuertes, él inconscientemente hallaba un arte
en toda su desgracia, siempre mantuvo la firmeza de sus afectos, porque El amor se hace más
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grande y noble en los tiempos de peste (García, G. 1985 Pg. 185). La segunda podría ser el
significado literal que tiene la palabra cólera; se podría entender como cólera a la ira que -
aunque nunca se exprese- Fermina Daza guarda profundamente, y el otro significado es lo
enfermiza e irresistible que es la cólera, siendo el amor entre los personajes, un amor enfermizo
por parte de Florentino, una pasión colérica.
El doctor Urbino siempre tuvo presente el gran amor que Fermina Daza tuvo en sus años de
juventud, y en los pocos encuentros que experimentaron, se podía leer la tensión que había entre
los dos. No era para nadie era un secreto la belleza que tenía Fermina Daza, pero esto de una
manera u otra fue su tormento. Fermina Daza era una mujer que, aunque además de hermosa,
tenía un carácter vivo, las ideas muy claras, un marcado orgullo y se desenvolvió con garbo, pero
siempre siendo una dama. Una mujer que hizo que un hombre la amara durante 53 años, 7 meses
y 11 días, una mujer que nunca amo al que daría su vida por ella, una mujer que se dedicó a sentir
lástima de un amor que para ella era una ilusión juvenil. Suspiró: “Pobre hombre”. De pronto
cayó en la cuenta de que era la segunda vez que lo decía en poco más de un año, y por un
instante pensó en Florentino Ariza, y ella misma se sorprendió de cuán lejos estaba de su vida:
pobre hombre. (García, G. 1985 Pg. 70).
Como ya lo he mencionado, el pobre Florentino dedicó toda su vida a elaborar un carácter
obsesivo y enfermizo en el ámbito amoroso, aunque romántico y poético era su ser, era solo una
máscara para no mostrar su desdén; vivía siempre de ilusiones y de lo que podrá ser el resultado
de su espera por Fermina. Es por esto por lo que Florentino descubre que una cura temporal para
su desdicha era tener una basta cantidad de amantes, catalogadas como un amor “de cintura para
abajo”. Uno de los temas más recurridos para poder tratar la historia, se podría decir que es la
toxicidad, la obsesión que puede llegar a adquirir una persona por otra, camuflado esto en un
amor “inocente” se puede ver claramente en uno de los amores de “cintura para abajo” llamada
América Vicuña, la cual se envenena por la pérdida de su tío y único amante.
Ahora, creo que las elecciones que hizo Fermina Daza, la diosa coronada, aunque algunas
justificables, otras completamente irracionales. Sabemos que uno de los grandes errores de
Fermina Daza fue no haber contemplado el hecho de que ella se enamoró de una ilusión de su
amado Florentino por cartas, se enamoró de sus letras, sus palabras y de lo que era él en su
mente, pero para Florentino nada de eso fue una simple ilusión. Por otro lado, la decisión de
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casarse con el Doctor Urbina, aunque fue algo dolorosa, fue la mejor. Estamos acostumbrados a
leer novelas con fantasías muy ficticias, libros con los típicos clichés excesivos y complacientes;
al empezar a leer, como lector nos podríamos imaginar que Fermina Daza, aunque de joven su
padre la separó de Florentino Ariza, al reencontrarse luchan por su amor, se casan y viven felices
para siempre; pero no fue así, Fermina Daza en realidad nunca amo a Florentino, y aunque
Fermina nunca aclaró nada sobre lo que a su corazón respectaba, Florentino siempre la amo
pensando que tendría una oportunidad por amor. El día que el doctor Urbino murió, en la historia
él se despidió efímera y eternamente de su esposa, fue ahí cuando entendí que, aunque su boda
fue lo mejor para la familia de Fermina, ella realmente era feliz, ella amaba a Juvenal con todo su
corazón, Juvenal fue el amor de su vida; no Florentino, florentino fue una necesidad. Alcanzó a
reconocerla en el tumulto a través de las lágrimas del dolor irrepetible de morirse sin ella, y la
miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos, más tristes y agradecidos
que ella no le vio nunca en medio siglo de vida en común, y alcanzó a decirle con el último
aliento:
-Sólo Dios sabe cuánto te quise. (García, G. 1985 Pg. 185).
Después de leer eso, fue que lo entendí todo; desde mi percepción todo se resume a la palabra
ilusión. Florentino se obsesionó con Fermina, claro está; pero Fermina nunca lo amó, ni de
jóvenes, ni de viejos. Al morir su esposo, Fermina Daza necesitaba a alguien que la acompañara
en sus últimos años de vida, alguien que la hiciera sentir en casa, y Florentino estaba dispuesto a
hacer cualquier cosa por estar con ella y hacer valer los 53 años de espera. Ahí se puede ver que
el amor que decía tener Florentino era un amor de la cintura para abajo, y el amor que tenía
Fermina hacia él, era un amor de la cintura para abajo. Es difícil darse cuenta de que es el amor lo
que sienten, así que con la incertidumbre de Fermina no se puede decir que ella estaba enamorada
de él en el transcurso de su vida.
Su reina coronada siempre tuvo la corona en el reino de Florentino, era su reina, su diosa; pero
nada era verdad porque al final las princesas no existen y el amor entre estos dos nunca sucedió,
solo fue una simple ilusión. Florentina y Fermina habían vivido juntos lo suficiente para darse
cuenta de que el amor era el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más
denso cuanto más cerca de la muerte. Con esta oración literal del texto, confirmó una vez más
que todo lo que había entre ellos empezó con amor infantil, siguió como obsesión para
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Florentino, y terminó como necesidad para Fermina y amor para Florentino. Fermina no quiere a
Florentino, y lo hace saber varias veces, se sintió mal por no corresponderle, pero nunca lo vio
como alguien a quien amar después de su ruptura y lejanía (pobre hombre, dijo tantas veces) en
un momento fue un ideal y eso fue todo cuando eran jóvenes. Florentino es un personaje que
nunca supo superar a Florentina, y lo hace irremediable, y totalmente una obsesión.
Para culminar mi texto, Florentino sobrevive a su cólera de amor al momento de resignarse, fue
ahí cuando halló anhelo, contagió microorganismos en cartas y letras, y sobrevivió. Después de
tanto, logró alzar junto a su amada la banderita amarilla del cólera y pregonar por el Atlántico:
nunca más el desembarco del amor. Finalmente, la muerte se llevó eternamente la enfermedad de
ambos; se llevó la cólera.
BIBLOGRAFIA:
García Márquez, G. (1985). El amor en los tiempos del cólera.
Süskind, P. (1985). El perfume.