Revista Uruguaya de Psicoanálisis 2010 ; 111 : 203 - 227 - 1
PLURITEMÁTICA
El concepto de encuadre
en la Revista Uruguaya de Psicoanálisis
(1956-2010) y en la Biblioteca
de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay
Damián Schroeder (coord.)
Fernanda Bertúa, Patricia Francia
Martha Gómez, Ana Lía López
Ema Ponce de León*
Colaboraron en la realización de resúmenes:
Elena Errandonea, Cecilia Rodríguez,
Pedro Moreno, María Bordaberry*
De virtualidades y realidades: Inauguración
Este trabajo es el fruto de un verdadero proceso de creación
colectiva. Hemos tomado el concepto "Encuadre" para dar cuenta
de cómo aparece a través del tiempo en la literatura psicoanalítica
producida y leída en nuestra institución.
A partir de breves consideraciones acerca de cómo se eviden-
cia en el pensamiento de Freud en sus escritos técnicos, rastrea-
mos su aparición en distintos trabajos publicados en nuestra Re-
vista Uruguaya de Psicoanálisis.
Se han extraído las principales ideas directrices elaboradas en
relación al concepto de veinte de los veintiséis artículos publica-
* Integrantes de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay.
ISSN 1688-7247 (2010) Revista uruguaya de Psicoanálisis (En línea) (111)
2 - Damián Schroeder y colaboradores
dos entre 1956 y 2010 en la RUP, hoy disponibles a texto comple-
to en nuestro sitio WEB. Constituye una mirada hacia nuestra pro-
pia producción psicoanalítica en relación a la temática, así como a
las diversas conceptualizaciones psicoanalíticas desde Freud a la
actualidad que aparecen recogidas en nuestros textos. Se pretende
dar cuenta de las variaciones en el modo de concebir el encuadre,
cuestión que está en correlato con presencias teóricas y pensamien-
tos prevalentes en distintos momentos institucionales.
Esto ha sido posible en la medida en que 850 artículos de
todos los números de la 1 a la 110 de la RUP. están disponibles,
libre acceso mediante, en nuestro sitio WEB.
A su vez, la base de datos de 26000 referencias bibliográficas
están para consulta en línea, lo que amplía y potencia nuestras
posibilidades de búsquedas e investigaciones bibliográficas desde
nuestras computadoras personales las 24 horas del día.
Además de los 26 artículos de la RUP hay en nuestra bibliote-
ca 153 artículos en revistas y/o libros (en papel) que abordan el
concepto de encuadre de autores argentinos, franceses y
anglosajones, etc.
Los autores de este trabajo constituimos el Comité de Biblio-
teca Virtual de APU que se inició en el 2006 para llevar adelante el
compromiso asumido por la APU, junto a las demás asociaciones
latinoamericanas a crear la Biblioteca Virtual Psicoanalítica Lati-
noamericana BiViPsiL y al mismo tiempo co-impulsar junto con
la Facultad de Psicología de la UdelaR, la Facultad de Psicología
de la Universidad Católica, AUDEPP, APPIA, SUAMOC y la
Sociedad de Psicología un proyecto de biblioteca virtual en el área
Psi, con el nombre BVS Psi Uruguay, actualmente en desarrollo.
La primera parte de este trabajo aborda específicamente el
concepto de encuadre en la Revista Uruguaya de Psicoanálisis.
La segunda parte consiste en un breve análisis desde el punto
de vista bibliotecológico del tema encuadre en relación a los 153
artículos y/o capítulos de libros disponibles en nuestra remozada
Biblioteca, contribuyendo así a mostrar las posibilidades del nue-
vo instrumento.
Al ofrecer este trabajo como hito que marca el cierre de una
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 3
etapa de trabajo, pretendemos compartir con todos los integrantes
de la APU tanto las virtudes de un exhaustivo proceso de investi-
gación bibliográfica, como el acervo conceptual de generaciones
de psicoanalistas disponible en nuestra biblioteca a través de la
incorporación de innovaciones tecnológicas.
Agradecemos en primer lugar a todos los autores que nos han
legado y nos legan su pensamiento. Al enorme esfuerzo colectivo
institucional. A las últimas tres Comisiones Directivas de la APU
que han apoyado consecuentemente la tarea de nuestro Comité de
Biblioteca Virtual y especialmente a los integrantes de la última
directiva presidida por Beatriz de León, con quienes compartimos
y debimos resolver múltiples obstáculos (técnicos, económicos,
legales, etc.,) en lo que ha sido una construcción de una verdadera
"política de Estado" institucional, que apenas culmina una primer
gran etapa.
A la Directora de Publicaciones Nancy Delpréstitto por su
interlocución oportuna y su capacidad para confiar y dejar hacer.
Al Ing. Spinak, a Miguel Peirano (Webmaster de la APU), a
la bibliotecóloga Carina Patrón, a la pasante de biblioteca Elena
Menchaca y a la Dra. María José Viega, abogada especialista en
derechos de autor en Internet.
A los miembros del Comité Consultivo BVS-Psi Uruguay,
compañeros de ruta en esta (a) ventura de creación de Bibliotecas
Virtuales.
Primera Parte
El concepto de encuadre en la Revista Uruguaya de Psicoaná-
lisis (1956-2010)
Introducción
(Schroeder, D., 2010) "(…) La palabra encuadre no figura en
la obra de Freud, ni en el Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche
4 - Damián Schroeder y colaboradores
y Pontalis. Freud no teorizó específicamente con respecto al en-
cuadre. Sin embargo en los llamados escritos técnicos establece
una serie de reglas generales que, implícitamente, nos acercan a
la noción de encuadre.
En cierto sentido las referencias implícitas y/o explícitas a la
noción de encuadre van de la mano de su propia problematización.
En los comienzos del psicoanálisis los primeros preceptos técni-
cos establecidos por Freud y que contenían referencias implícitas
al encuadre, aunque Freud no usara este término, aparecen en rela-
ción al proceso de institucionalización del psicoanálisis: surgi-
miento de la IPA en 1910 y escritos técnicos en esos mismos años.
En sus célebres Consejos al médico formula una serie de
indicaciones: 1) metodológicas, destacándose la Regla Fundamen-
tal de la asociación libre, 2) referidas al contrato con el paciente en
relación a la frecuencia, los honorarios, etc. y 3) al lugar del analista
(como cirujano, espejo, etc.,) y la necesaria abstinencia y reserva
en su posicionamiento analítico a efectos de promover la emer-
gencia de la transferencia y posibilitar así el trabajo con lo
inconciente. (…)"1
(Schkolnik, F., 2007) "(…) Muchos autores señalan que el
encuadre sigue el modelo del sueño, en cuanto a la restricción
perceptiva y motriz, instaurando la prohibición del incesto y el
parricidio, el necesario límite, en presencia del otro invisible e in-
tocable, que a su vez posibilita el trabajo con imágenes visuales y
el despliegue de la actividad representativa a través dela palabra
en el análisis (…)"2
(Schroeder, D., Op.cit.) "(…) Las primeras referencias explí-
citas al concepto de encuadre en el pensamiento psicoanalítico se
deben a los aportes de Winnicott (1954, 1955-56, 1964) quien se
refirió al setting y a Bleger, quien en 1967 escribió Psicoanálisis
del encuadre psicoanalítico, texto que se volvió clásico con el paso
del tiempo (…)"3
1. Schroeder, D. (2010). Repensando el encuadre interno. RUP. Nº. 110: 144. -
2. Schkolnik, F. (2007). El trabajo de simbolización. Un puente entre la práctica
psicoanalítica y la metapsicología. RUP. Nº. 104: 33. -
3. Schroeder, D.Op.cit.: 144-45. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 5
El encuadre como medio ambiente facilitador
(Schroeder, D., Op.cit.) "(…) Tal vez no deba sorprendernos
que debamos a Winnicott la introducción del concepto de setting.
Es él quien se interroga con respecto al abordaje de pacientes en
quienes el yo no está suficientemente constituido y con los cuales
el dispositivo psicoanalítico, retroactivamente denominado "clási-
co", no resulta útil en la medida en que se complejiza el papel de la
regresión. (…) Winnicott comienza a introducir modificaciones
al encuadre a efectos de promover y ampliar las posibilidades del
trabajo psicoanalítico con pacientes que desbordan el campo de
las neurosis"4
(Paciuk, S., 2002) "(…) Winnicott considera que el setting,
-término del inglés equivalente a encuadre- es la suma de todos los
detalles de la técnica; concepto que difiere del sentido con que
entre nosotros generalmente se usa el nombre encuadre: lo que
regula la conducta en la sesión (…)"5
(de Urtubey, L., 1999) "(...) Winnicott tiene una concepción
diferente del encuadre: está destinado a facilitar la capacidad del
analista para sobrevivir. (…)"6
(Rycroft, C., 1961) "(...) La primera contribución del analista
para el establecimiento de una relación entre él y el paciente, es el
requisito de un ambiente dentro del cual pueda desarrollarse esta
relación. Este ambiente incluye, entre otras cosas, un cuarto tran-
quilo, a cubierto de interrupciones, con un diván, donde se reali-
cen regulares y frecuentes entrevistas, y al mismo analista. (...)"7
"(...) Al describir la disposición de un ambiente, como la
primera actividad terapéutica del analista, estoy siguiendo a
Winnicott y a Balint, quienes, en diferentes formas y desde dife-
5. Ibid.: 147. -
6. Paciuk, S. (2002). Elogio del encuadre. Revista Uruguaya de Psicoanálisis n. 96: 39. -
de Urtubey, L. (1999). El encuadre y sus elementos. Revista Uruguaya de Psicoanálisis
n. 89: 52. -
7. Rycroft, C. (1961). Investigación acerca de la función de las palabras en la situación
analítica. Revista Uruguaya de Psicoanálisis v. 4, n. 2: 337. -
6 - Damián Schroeder y colaboradores
rentes puntos de vista, han enfatizado la importancia del ambiente
y de la atmósfera dentro de la cual el proceso analítico tiene lugar.
Este ambiente provee el marco dentro del cual, la comunicación
simbólica se desarrolla. (...)"8
El encuadre como no-proceso (las variables hechas cons-
tantes) de la situación analítica y depositario de las ansie-
dades psicóticas de la personalidad
(Schkolnik, F., 1999) "(...) Respecto al encuadre, en tanto
conjunto de variables que quedaron fijadas (horarios, honorarios,
feriados, vacaciones) constituyendo un marco estable, un no-pro-
ceso, como lo expresaba Bleger, hay que destacar que las constan-
tes vinculadas a los parámetros témporo-espaciales implican pri-
vaciones que afectan al paciente y al analista, pero que constituyen
límites necesarios para que se establezca un ámbito apropiado para
el desarrollo del proceso analítico. (...)"9
(Paciuk, S., Op.cit.) "(…) El encuadre en sentido restringido
se convierte entonces en condición, es lo invariante (Bleger habla
del no-proceso) y constituye una presencia insoslayable, a veces
silenciosa, a veces ruidosa, significativa siempre (…)"10
(de Urtubey, L. Op.cit.) "(…) Para Bleger, el análisis es una
relación simbiótica. Cuando el encuadre es respetado, se vuelve el
depositario de la simbiosis y esta no se sitúa en el proceso mismo.
Así como la simbiosis con la madre permite el desarrollo del yo, el
encuadre representa la fusión más primitiva con el cuerpo mater-
no. Sirve para restablecer la simbiosis a fin de modificarla, ele-
mento en el que reparamos cuando el encuadre es roto. (…)"11
8. Ibid.: 338. -
9. Schkolnik, F. (1999). ¿Neutralidad o abstinencia?. Revista Uruguaya de Psicoanálisis
n. 89: 77. -
10. Paciuk, S. Op. cit.: 41. -
11. de Urtubey, L. Op.cit.: 52. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 7
La influencia del pensamiento kleiniano y postkleiniano en
la concepción del encuadre
(Grinberg, R., Grinberg, L. 1966) "(…) el mismo encuadre
analítico (setting) provee de un continente que sirve de contención
y límite para las proyecciones que vehiculizan "pedazos de identi-
dad".
(...) una imagen plástica, mencionada por E. Bick(1), que nos
parece ilustrativa para la comprensión del significado de la situa-
ción analítica y de su encuadre, como límite y continente: es la que
representa al analista como brazos y, más regresivamente, como
una piel que contiene todas las partes del bebé-paciente. (…)"12
(…) En las primeras etapas del proceso analítico el primer
vínculo se da difícilmente, por el predominio de los mecanismos
de disociación e identificación proyectiva, que producen la
externalización de fragmentos de objeto y de self con los vínculos
y fantasías correspondientes en el analista, el cual funciona como
pecho-inodoro, siendo en cambio precarios los mecanismos de
identificación introyectiva. Por lo tanto el paciente no se siente
integrado ni es capaz de discriminarse del analista (discriminación
sujeto-objeto); por el contrario, las características de este primer
período son de extrema dependencia, que se intenta neutralizar
mediante el aumento del acting out y la intensificación de defen-
sas paranoide-esquizoide y maníacas.
Ya nos habíamos referido anteriormente a que la vinculación
de las distintas partes del self entre sí, puede establecerse y conso-
lidarse gradualmente a través de la utilización del encuadre y el
analista como continente. (…)"13
(Fernández, A., 1968) "(...) Describo en este trabajo la eclo-
sión masiva de un estado regresivo, durante el análisis, en una
paciente de 31 años con un importante trastorno caracterológico,
12. L. Grinberg, R., Grinberg, L. (1966). La adquisición del sentimiento de identidad en
el proceso analítico. Revista Uruguaya de Psicoanálisis v. 8, n. 3: 247-48.
13. Ibid., :251
8 - Damián Schroeder y colaboradores
como respuesta al encuentro con el encuadre analítico.
(...) Tenía una total incapacidad para asumir el tiempo hora-
rio, sobre todo la medida de las sesiones. Fue precisamente este
aspecto del encuadre el que conmovió su mundo; el tiempo limita-
do, finito, 50 m. (un comienzo y un fin), provocó el descontrol de
su parte psicótica, no elaborada.
(...) Trató por todos los medios a su alcance de imponerme su
propio "encuadre", rechazando "el mío", que había conmovido las
bases de toda una estructura levantada sobre aspectos alejados de
la realidad. 14
(...) Es lo que nunca vivió realmente, no había elaborado, lo
que había quedado indiscriminado de sus vínculos primarios y
que comienza a sentir como amenaza" 15.
El encuadre en el psicoanálisis con niños.
(Freire de Garbarino, M. 1987) " (…) entendemos por encua-
dre el conjunto de condiciones o normas en que se va a desarro-
llar el proceso de la cura en psicoanálisis.
(...) si bien digo las mismas constantes, no quiero significar
de ninguna manera que entiendo el encuadre como algo rígido e
incambiable. 16
(...) Hacemos por ejemplo una división de acuerdo a las eda-
des. No usamos el mismo encuadre para niños que el que usamos
para adultos o adolescentes.
(...) No es el mismo encuadre el que se da en niños pequeños
que en los latentes y púberes. Quiero recalcar que digo a propósi-
to: "el encuadre que se da", porque tratándose de niños, en mi
14. Fernández, A. (1968). Regresión psicótica provocada por el encuentro por el encuadre
psicoanalítico. Revista Uruguaya de Psicoanálisis v. 10, n. ¾: 241-42. -
15. Ibid.: 243. -
16. Freire de Garbarino, M. (1987). Riesgo de la transgresión del encuadre en análisis de
niños. Revista Uruguaya de Psicoanálisis n. 65: 99-100. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 9
opinión el encuadre está marcado en cierta medida por los intere-
ses y las modalidades de los niños".17
(Braun, S., Altmann, M., Cutinella, O., 1991) "(…) En el
campo analítico, lenguaje y cuerpo se despliegan a través de las
variables del encuadre. El encuadre incluye el rol del analista, el
conjunto de factores espacio (ambiente) temporales y parte de la
técnica (establecimiento de horarios, honorarios, vacaciones, etc.).
Las variables del encuadre se modifican lentamente a lo largo del
tiempo por lo que este funciona como un fondo organizador, que
permite que se despliegue el trabajo analítico.
(...) En el análisis de niños, estas variables están sujetas a
mayores modificaciones que en el análisis de adultos, pero aún
así, las podemos considerar formando parte del encuadre, en tanto
sus variaciones no vayan más allá de ciertos límites.
(...) D. Meltzer, al ocuparse del encuadre, centra su atención
en el estado mental del analista. Este estado supone la capacidad
de tolerar, dentro de sus límites, el ataque directo de las proyeccio-
nes del dolor mental del paciente. 18
(...) Entendemos que no es posible pensar el proceso de cam-
bio sin referirlo a un modelo de la mente. Nosotros utilizamos los
modelos kleinianos y postkleinianos".19
(Ulriksen de Viñar, M., 2002) "(…) La extensión y el desa-
rrollo del psicoanálisis de niños han introducido polémicas en cuan-
to a lo que es constante y a las variaciones del encuadre (Decobert,
1986). Diferentes estrategias son puestas en práctica, tanto en las
formas de instauración de un encuadre psicoanalítico, como du-
rante diferentes momentos del trabajo psicoanalítico, que depen-
den de la edad del paciente, su psicopatología, el papel de la fami-
lia que trae al niño a la consulta, la experiencia clínica del analista
17. Ibid.: 100. -
18. Braun de Bagnulo, S., Altmann de Litvan, M., Cutinella de Aguiar, O. (1991).
Obstáculos clínicos cuestionadores de la función analítica. Revista Uruguaya de
Psicoanálisis n. 74: 134. -
19. Ibid.: 143. -
10 - Damián Schroeder y colaboradores
y sus teorías de referencia, y fundamentalmente de las cualidades
que emergen en el encuentro niño - analista.
(...) El juego del niño en la sesión puede tener la misma fun-
ción que las asociaciones libres y el sueño, a través de la hipótesis
del retorno alucinatorio de la experiencia de satisfacción.20
(...) En el trabajo psicoanalítico con niños, es necesario pen-
sar cuidadosamente acerca de las condiciones de su instauración.
Cuando el analista se compromete a un análisis con un niño, es
porque piensa que la familia y en particular el niño son capaces de
utilizar la situación analítica, y al analista.21
(...) Lo importante es darse las condiciones para trabajar
psicoanalíticamente, es decir, sostener tanto las exigencias
metapsicológicas, como las exigencias técnicas, en el sentido de
teoría de la técnica.
En el interior del encuadre, el trabajo psicoanalítico puede
comenzar desde el primer encuentro, y continuar un largo período
de trabajo en el cual las interpretaciones se mantienen en el regis-
tro simbólico, a nivel del preconsciente del niño, operando en la
ligadura de la representación de cosa y representación de palabra.
El analista, orientado por la transferencia introduce nuevos enla-
ces simbólicos, en tanto representaciones de representaciones".22
El encuadre: prohibición del incesto, el Otro y abstinencia
(Casas de Pereda, M., Gil, D., Schkolnik, F., 1980) "(…)
Freud inventa la situación analítica que funciona, de acuerdo a M.
Kahn, según tres ejes:
1) el encuadre del análisis
20. Ulriksen de Viñar, M. (2002). Construcción del encuadre en psicoanálisis de niños.
Revista Uruguaya de Psicoanálisis n. 96: 24. -
21. Ibid.: 25. -
22. Ibid.: 29. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 11
2) la transferencia
3) las interpretaciones. 23
(...) Es el mismo encuadre quien se constituye como equiva-
lente de la prohibición del incesto, "con su palabra prohibidora
caracteriza la relación analítica como incestuosa". El encuadre es
protección y amenaza. (…)
(...) Es entonces en el escenario (re)creado por el encuadre
donde el analizando representa ante el Otro. (…)"24
(Schkolnik, F., 1999 Op.cit.) "(…) tenemos que rescatar el
concepto de abstinencia, que Freud maneja en su trabajo acerca
del "Amor de transferencia" y que, a mi modo de ver, responde
mejor al sentido que tiene la postura del analista. Pero importa
tener en cuenta que con esta noción no solo nos referimos a los
límites respecto a las posibles actuaciones sexuales en el vínculo
analítico, sino también a la necesidad de que el analista mantenga
la mayor reserva acerca de su vida privada, sus ideas políticas, sus
gustos o sus particularidades sociales, y evite orientar o aconsejar
a sus pacientes para que hagan determinadas opciones en cual-
quier plano de su vida".25
(...) A partir de los desarrollos de diversos autores post
freudianos, fue variando sustancialmente la concepción del
psiquismo y en consecuencia, la del propio vínculo analítico. El
jerarquizar la relación con el otro, como dimensión fundamen-
tal para entender la dinámica psíquica, dio lugar a que se volviera
cada vez más importante ubicarse en una perspectiva que permi-
tiera tener en cuenta las complejas relaciones entre lo intra, lo inter
y lo trans-subjetivo".26
(Schkolnik, F., 2007) "(…) Podríamos decir que el encuadre,
la transferencia, la abstinencia y la interpretación constituyen los
23. Casas de Pereda, M., Gil, D., Schkolnik, F. (1980). Entre la repetición y la ausencia.
Revista Uruguaya de Psicoanálisis n. 60: 49. -
24. Ibid.: 50-51. -
25. Schkolnik, F. (1999). Op. cit.: 70-71. -
26. Ibid.: 72-73. -
12 - Damián Schroeder y colaboradores
pilares del método psicoanalítico que mantienen una permanente
interrelación entre sí y contribuyen a sostener el trabajo de
subjetivación que nos proponemos en el análisis. (…)
(...) Rousillon también destaca el papel simbolizante del en-
cuadre por los límites que establece y la posición del analista que
se ubica fuera de la vista del paciente. Además, señala que la disi-
metría diván-sillón, junto a la frecuencia de las sesiones, contribu-
ye a la construcción de la neurosis de transferencia manteniendo el
proceso vivo e intenso".27
Encuadre y terceridad
(Schkolnik, F., 2008) "(…) La posibilidad de que surja un
vínculo favorecedor de la emergencia del inconciente está estre-
chamente vinculada a la privación a que da lugar la abstinencia,
que permite a su vez investir el trabajo de análisis y favorecer la
tercerización del vínculo, siempre a riesgo de caer en lo dual. Si no
se mantiene la privación con estas características, el trabajo se des-
liza hacia el registro conciente - preconciente y no permite que se
produzcan los verdaderos cambios estructurales".28
(García Vázquez, S., 2002) "(…) Partiendo de los planteos
freudianos, con relación al tratamiento de las neurosis y sus pres-
cripciones metodológicas, se considera que la extensión del cam-
po del psicoanálisis, implicará recurrir a modificaciones del en-
cuadre y del estilo interpretativo, cambios que a mi entender no
implican su desnaturalización, sino que mantienen lo central de
sus postulados".29
27. Schkolnik, F. (2007). El trabajo de simbolización. Un puente entre la práctica
psicoanalítica y la metapsicología. Revista Uruguaya de Psicoanálisis n. 104: 33. -
28. Schkolnik, F. (2008). ¿Una práctica psicoanalítica o varias? Revista Uruguaya de
Psicoanálisis n. 106: 12-13. -
29. García Vázquez, S. (2002). Reinterrogando el método psicoanalítico. Revista Uruguaya
de Psicoanálisis n. 96: 71-72. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 13
(…) "Se valora particularmente el posicionamiento del analista,
en un campo de fuerte compromiso libidinal, pero en donde se
rescata siempre la necesidad de la terceridad, favoreciendo pro-
cesos de historización, de ligazón, ante la emergencia de actos y la
presencia de escisiones, así como la resimbolización de lo coagu-
lado en las formaciones de síntoma, que exige todo cambio estruc-
tural".30
(de Urtubey, L., 1999, Op.cit.) "(…) El encuadre interior
del analista consiste en la internalización del encuadre de su
propio analista, siempre presente en tanto que tercero (…) Es
un encuadre edípico, destinado a impedir la instalación de toda
situación dual verdadera -fuera del como si- y prohíbe el incesto.31
(...) El encuadre permite el desarrollo de la situación analítica
en sus límites protectores, donde evolucionan el proceso analítico
y sus ingredientes, la transferencia y la contratransferencia".32
(Gibeault, A., 2002) "(…) Se trata de un (...) rencuentro in-
édito entre dos protagonistas, el analista y el analizado quien, pro-
tegido por la dimensión de tercero del encuadre permite la cons-
titución de la categoría del pasado, y no los rencuentros con un
pasado que ya está allí. Desde este punto de vista no se trata de
elegir entre la reconstrucción o la construcción del pasado, sino de
mantener la articulación dialéctica de estas dos perspectivas. (…)33
(...) Desde este punto de vista, el encuadre analítico, cuales-
quiera sean sus modalidades más o menos fundadas en la percep-
ción visual y la motricidad, apunta a brindar las condiciones ópti-
mas para que esta "curación" sea posible. Y cuál no sería ésta sino
la posibilidad de contar su vida y crear una historia correlativa a la
apertura a la alteridad".34
(Schkolnik, F., 2008 Op.cit.) "(…) El encuadre cumple una
30. Ibid.: 85. -
31. de Urtubey, L. Op. cit.: 50. -
32. Ibid.: 51. -
33. Gibeault, A. (2002). Acerca del proceso analítico en psicoanálisis y en psicoterapia.
Revista Uruguaya de Psicoanálisis n. 96: 20. -
34. Ibid.: 22. -
14 - Damián Schroeder y colaboradores
doble función de liberar y a la vez poner límites al funcionamiento
en sesión del paciente y el analista. Es en ese sentido que se puede
pensar en una matriz activa y un conjunto de elementos que reali-
zan una necesaria puesta de límites (Green, 2003). Por eso impor-
ta establecer un contrato en el que se expliciten: el número y dura-
ción de las sesiones, la frecuencia, la modalidad de pago, las fe-
chas de vacaciones, etc. para la contención de lo que circula libre-
mente. Sin embargo, también me parece importante tener en cuen-
ta que en las diversas situaciones en que se da la tarea analítica, las
características de estos elementos del encuadre pueden variar. En
el trabajo con niños, adolescentes, psicóticos o a nivel grupal, se
establecen los límites apropiados para las características del traba-
jo en esas situaciones. Muchas veces será necesario prescindir del
diván, hacer cambios en la frecuencia o en los honorarios estipula-
dos, pero en definitiva los límites siempre están en tanto constitu-
yen un continente y a la vez instauran una necesaria tercerización.
(…)"35
El encuadre en el trabajo con grupos
(Busto, A., 2002) "(…) En términos generales diremos que el
grupo en psicoanálisis implica una praxis determinada y por ello,
una serie de pautas que no constituyen normas rígidas sin conteni-
do, sino que enmarcan un límite de espacio-tiempo donde es posi-
ble el despliegue del proceso psicoanalítico. Como en todo encua-
dre psicoanalítico, es fundamental la actitud y el posicionamiento
del analista siendo importante diferenciar la capacidad de aceptar
e interpretar las variaciones que surgen inevitablemente, de la ne-
cesidad de mantenerlo invariable en forma rígida. Incluye enton-
ces la posición y lugar del analista, así como el conjunto de facto-
res espaciales, las características del consultorio o de la institución
35. Schkolnik, F. (2008). Op.cit.: 11. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 15
en que se realice, y la duración de las sesiones y frecuencia (es
doblemente difícil el cambio de horas o suspensiones de las sesio-
nes en un grupo). Funciona como fondo organizador, permitiendo
el despliegue del trabajo analítico, la emergencia de lo inconscien-
te y la transferencia. (Busto, A., Op.cit. citando a Braun, S., Busto,
A., de Barbieri, A.M., Morató, R., 1998) "(…) "Es interno al
analista, y se apoyaría sobre la conciencia clara que él mismo tiene
de su posición como psicoanalista."
(…) El analista que coordina el grupo introduce la escucha
psicoanalítica, la neutralidad y abstinencia, como hitos importan-
tes, que lo diferencia de otros coordinadores de grupo.36
(…) Si bien la especificidad del psicoanálisis grupal la enten-
demos en relación otros encuadres grupales no psicoanalíticos,
compartiría la idea de ubicar la especificidad psicoanalítica del
lado de nuestro posicionamiento como psicoanalistas, más que en
las características del encuadre psicoanalítico (individual, pare-
ja, familiar o grupal)".37
El encuadre como creación
(Viñar, M., 2002) "(…) Hoy día y desde hace muchos años,
pienso que lograr el encuadre para un proceso analítico es algo
más arduo, más laborioso e incierto que lo que pensaba hace unas
décadas. La experiencia me ha llevado a creer que un encuadre
adecuado a cada pareja terapéutica se construye mejor como "arte-
sanía" a la medida y no de confección. Insisto que para producir
un encuadre psicoanalítico, las reglas se decretan, algo así como
un edicto (venga, hable y pague); pero la creación o construcción
de un espacio analítico, proclive a la circulación fluida de repre-
sentaciones verbales y gestuales, sueños, lapsus, actos sintomáticos,
36.. Busto, A. (2002). Encuadre grupal; una propuesta psicoanalítica. Revista Uruguaya
de Psicoanálisis n. 96: 63. -
37. Ibid.: 66. -
16 - Damián Schroeder y colaboradores
que fomentan la ambigüedad esencial de la escena transferencial
(todo pasa, sin que nada pase), es una creación que lleva semanas
o meses instalar (quizás años, o nunca se produce). Es esto lo que
me parece el ingrediente esencial del encuadre: un producto artifi-
cial pero imprescindible para jugar un juego controlado con la lo-
cura, en la intimidad de un entre-dos, dispuestos, con ese juego, a
acceder a nuevas conexiones y conocimientos vivenciales en la
exploración de ese laberinto o fuero interior, donde el analista asu-
me la función de un Tú primordial del origen, en su omnisciente
omnipotencia y el consiguiente desmontaje de la misma".38
(Giovannetti, M. de Freitas, 2005) "(…) Los pacientes que
hoy aparecen, debido a vivir en un mundo en que no hay más
fronteras y en que la idea o concepto de permanencia están susti-
tuidos por el de velocidad y aceleración del tiempo, no pueden ser
presentados al encuadre clásico de análisis, bajo peligro de que no
se constituya ningún análisis. En nuestros días el analista tiene la
función central de ir construyendo, con cada paciente, un encua-
dre posible para que el análisis se constituya".39
Hoy, para que el analista pueda llevar a cabo su función ori-
ginal, la escucha de la palabra del otro, en el más puro estilo freu-
diano, tiene que deconstruir su acervo conceptual, deconstruir su
setting clásico. Únicamente de esa manera, podrá ofrecer hospita-
lidad a la nueva subjetividad que emerge en estos nuevos tiempos
de no-lugares y no-fronteras".40
El encuadre interno
(Alizade, A.M., 2002) "(…) El término "encuadre interno"
38. Viñar, M.N. (2002). Sobre encuadre y proceso analítico en la actualidad. Revista
Uruguaya de Psicoanálisis n. 96: 33. -
39. Giovannetti, M. de Freitas (2005). La hospitalidad, hoy, en la clínica psicoanalítica:
interpretación, construcción y deconstrucción. Revista Uruguaya de Psicoanálisis n.
100: 261. -
40. Ibid.: 262. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 17
ha empezado a circular en nuestra comunidad psicoanalítica. Al
conceptualizarlo (Alizade, 1996,1999, 2002) me hice la siguiente
pregunta: ¿El hincapié en el encuadre interno es en parte un como-
dín práctico para salir del paso al desmantelamiento del rigor del
encuadre tradicional?
El encuadre interno constituye la parte íntima y esencial del
marco de todo tratamiento. Consiste en un dispositivo de trabajo
incorporado a la mente del analista y a la atmósfera de la sesión.
Enumero a continuación algunos elementos claves del encuadre
interno: la escucha con el tercer oído (Reik 1926), la transmisión
de inconscientes, la observancia de la regla de asociación libre, de
abstinencia, la atención flotante, el análisis del analista. (…) 41
(…) El encuadre externo ha constituido una suerte de propie-
dad universal, sostenedora del trabajo analítico.
(…) El encuadre tradicional se utiliza con menos frecuencia
en los consultorios de los psicoanalistas. La mirada simplificadora
podrá alegar que se debe a obstáculos económicos o por demandas
post-modernas de rapidez y superficialidad. El psicoanálisis, en su
ejercicio actual, muestra un deslizamiento hacia nuevos espacios
y el atravesamiento de fronteras con otras disciplinas afines. No
ha podido quedar fuera de la influencia de teorizaciones tales como
el pensamiento complejo (Morin 1974), la teoría del caos (Hayles
1993) y el indeterminismo.
(…) Los encuadres desencuadrados del análisis-tipo no son
encuadres aberrantes sino que instalan -incipientemente- nuevos
tipos de interacción analítica.
(…) Retomando la pregunta inicial, contesto hoy que el en-
cuadre interno no es ningún comodín práctico. Constituye una en-
crucijada de complejidades que nos obligarán a investigar en los
procesos de la cura, en la eficacia analítica y en la inclusión de "lo
nuevo" en nuestra praxis. El desmantelamiento del encuadre ex-
terno convencional es una realidad contemporánea que se presenta
41. Alizade, A.M. (2002). El rigor y el encuadre interno. Revista Uruguaya de Psicoanálisis
n. 96: 13. -
18 - Damián Schroeder y colaboradores
como hecho en sí y que plantea un desafío a la teoría de la técnica
psicoanalítica".42
Más allá del encuadre interno
(Schroeder, D., Op.cit.) "(…) Considerando los aportes de
Green, Alizade y de Urtubey encontramos que el denominador
común en la caracterización del encuadre interno lo constituye el
análisis personal del analista.
No obstante, el carácter de interno adosado a la concep-
tualización del encuadre hace, en algún sentido, obstáculo. A
mi modo de ver, referirse al encuadre como interno constituye un
resabio de la "metapsicología kleiniana" que no nos ayuda para
pensar el posicionamiento analítico que requieren los desafíos con-
temporáneos, a efectos del despliegue de la transferencia y el tra-
bajo con lo inconciente. Parece más útil, tomando el denominador
común que aportan los tres autores señalados, hacer referencia al
encuadre como trabajo psíquico del analista. En la medida en
que su vertiente principal hace a la propia experiencia de análisis
del analista, tiene una dimensión inconciente. Se trata de un en-
cuadre inconciente que se "amasa", se perlabora (durcharbeiten)
en el vínculo transferencial con ese otro que constituye la figura
del analista. Pero esta relación transferencial con el otro está
mediatizada por el encuadre y como bien supo advertir Bleger,
hace más de cuarenta años, el encuadre es una institución".43
El encuadre como institución
(Freire de Garbarino, M., Op.cit.) "(…) Recuerdo acá la de-
42. Ibid.: 14-16. -
43. Schroeder, D. Op.cit.: 150. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 19
finición de encuadre que nos dio el Dr. Bleger: el encuadre es una
institución en tanto enmarca una investigación y no es posible su
realización sin la institución".44
(Lijtenstein, M., 1992 citando a Bleger) "(…) caracteriza el
encuadre como institución, siendo esta "una relación que se pro-
longa durante años con el mantenimiento de un conjunto de nor-
mas y actitudes". En ese encuadre-institución o no-proceso, se
enmarcan los comportamientos que constituyen un proceso". 45
(Schroeder, D., Op.cit. citando a Bleger) "(…) Una relación
que se prolonga durante años con el mantenimiento de un conjun-
to de normas y actitudes no es otra cosa que la definición misma
de una institución. El encuadre es entonces una institución dentro
de cuyo marco, o en cuyo seno, suceden fenómenos que llamamos
comportamientos. Lo que me resultó evidente es que cada institu-
ción es una parte de la personalidad del individuo. Y de tal impor-
tancia, que siempre la identidad -total o parcialmente- es grupal o
institucional, en el sentido de que siempre, por lo menos una parte
de la identidad se configura con la pertenencia a un grupo, una
institución, una ideología, un partido, etc." (Bleger, J., 1967).
(…) Considero que esta dimensión institucional del encuadre
no ha sido suficientemente explorada y articulada. Tiene entre una
de sus vertientes la articulación de la contratransferencia y el en-
cuadre con la noción de implicación. Hace algún tiempo propuse
pensar, tomando los aportes clásicos de Neyraut y Lourau, el con-
cepto de contratransferencia en sentido amplio, como implicación.
(…) Lourau, por su parte, sostiene que: "…se llamará 'impli-
cación institucional' (las negritas son mías) al conjunto de las
relaciones, conscientes o no, que existen entre el actor y el sistema
institucional" (Lourau, R., 1975).
(…) Ya Racker reflexionaba en esta dirección con la idea de
44. Freire de Garbarino, M. Op.cit.: 100. -
45. Lijtenstein, M. (1992). Psicoanalistas: una prolongada infancia. Revista Uruguaya
de Psiocanálisis n. 76: 135. -
20 - Damián Schroeder y colaboradores
la contratransferencia indirecta, haciendo referencia a la influen-
cia de los dispositivos institucionales (seminarios, supervisiones
curriculares, etc.) en la práctica del analista en formación."46
(Schroeder, D. Op.cit. citando a Casas de Pereda, M.) "(…)
…importa mantener abierto el cuestionamiento acerca de si el
marco institucional ofrece la eficacia simbólica imprescindible a
través de los diversos dispositivos estatuidos en torno a la forma-
ción y la previsión consecuente de espacios renovados de reflexión
sobre la tarea" […] "… la ética impregna nuestra praxis pero tam-
bién la desborda hacia el comportamiento institucional, dado que
no sólo existe la transferencia paciente analista, sino también las
múltiples transferencias que se suceden en la compleja estructura
institucional con su perfil endogámico." (Casas, M., 2002)
Es decir que toda institución (incluidas las instituciones
psicoanalíticas) es productora de subjetividad y a la vez cada suje-
to constituye una singularidad de una subjetividad instituida
(Schroeder, D., 2006).
(…) La noción de implicación, estrechamente vinculada a la
idea de una contratransferencia en sentido amplio y al esquema
referencial del analista hace a la dimensión preconciente e
inconciente (desde el punto de vista dinámico) del encuadre".47
La construcción de los encuadres: transicionalidad, impli-
cación institucional y alteridad
(Schroeder, D. Op.cit. ) "(…) J. L. Donnet, pese a afirmar que
el "verdadero" encuadre sería interno al analista, dice también que
no se sabe con certeza si es extrínseco o intrínseco y poco antes en
ese mismo texto establece que: " El problema que surge entonces
46. Schroeder, D. Op.cit.: 150-52. -
47. Ibid.: 152-53. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 21
es el de delimitar el encuadre, de diferenciar lo que tendríamos
derecho a considerar como la expresión de un contrato convencio-
nal entre el analista y su paciente, y lo que se refiere ya al campo
analítico, a su estrategia, a la vectorización del proceso y de la
moldura transferencial. Sin embargo, el encuadre es un elemento
transicional (las negritas son mías); está hecho de tal manera que
no sabríamos definir sus límites en un sentido estricto, sino sola-
mente decir lo que no es: ni la realidad externa al campo analítico,
ni el campo mismo".
El encuadre, ya no entendido como interno, sino como
inconciente y preconciente, construido en la relación con el otro-
analista, mediatizada por la implicación institucional de las sub-
jetividades en juego y fundamentado en el aporte winnicottiano de
la transicionalidad, puede ser entendido como una zona interme-
dia de experiencia, ni propiamente interna, ni propiamente exter-
na.
Se trata de un encuadre que puede ser concebido como
desplegándose, jugándose en ese espacio potencial, a la vez que
simbólico y estructuralmente abierto a la alteridad. Esta apertura
a la alteridad en el vínculo analítico hace a un trabajo permanente
para intentar elaborar los inevitables tropiezos con y en lo dual y
que por lo tanto puede permanecer abierto a los múltiples otros
que acuden a nosotros en demanda de ayuda y con quienes será
necesario lograr establecer el 'juego analítico'. (…)
(…) En la perspectiva del psicoanálisis contemporáneo la in-
troducción del concepto de encuadre supone una comprensión
triádica del proceso analítico. Si la transferencia y la
contratransferencia son su motor, el encuadre es su fundamento.
Se trata de una significación polisémica del encuadre en la que la
escucha analítica se abre a diversas lógicas: la del narcisismo, la
de lo transicional y la de lo triangular de la estructura edípica.
(Uribarri, F., 2008).
El analista buscará desplegar el método psicoanalítico, para
lo cual será necesario "jugar" (en el sentido winnicottiano) entre lo
interno y lo externo. El desafío consistirá en buscar "transiciona-
lizar" esta zona de frontera, que en estos tiempos de "amor líqui-
22 - Damián Schroeder y colaboradores
do" y de avances tecnológicos, es preciso conceptualizar, más que
como frontera, como red. Se postula la necesidad del plural, se
trata de los encuadres, que lejos de estar "ya dados", será preciso
construirlos cada vez. (…)"48
Segunda Parte
La Biblioteca On Line (BOL) es un nuevo servicio de la bi-
blioteca de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay. A través de
la misma se accede a la base bibliográfica de la biblioteca , la cual
cuenta con más de 26.000 registros correspondientes a libros, ca-
pítulos de libros y artículos de publicaciones seriadas.
Para acceder, se debe ingresar al sitio web de APU
(www.apuruguay.org) y a través del mismo a la biblioteca on line,
donde un buscador nos permitirá acceder a las búsquedas ingre-
sando una o más palabras (descriptores, nombres de autores,etc.).
A través del proceso de indización, a los distintos documen-
tos existentes en la biblioteca (libros, capítulos de libros, artículos
de revista, etc.), le han sido asignados descriptores tomados del
Tesauro de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argenti-
na.
Esta nueva modalidad permite al usuario acceder a la biblio-
teca de manera remota las 24 horas del día, pudiendo guardar los
resultados de las búsquedas, reenviarlos, imprimirlos y descargar
archivos a texto completo de los artículos correspondientes a la
Revisa Uruguaya de Psicoanálisis.
La propuesta ha sido realizar una búsqueda a partir del
descriptor:
48. Ibid.: 153-55. -
El concepto de encuadre en la RUP (1956-2010) y en la Biblioteca de - 23
ENCUADRE
Procedimiento para realizar una búsqueda:
Puede buscarse por descriptores, palabras de título,
autores, palabras del resumen, etc. Por ej.:
ENCUADRE (presionar enter)
En primer lugar surge que en nuestra biblioteca existen 179
documentos de diversos autores que abordan el tema de encuadre;
de los cuales 26 pertenecen a artículos publicados en la Revista
Uruguaya de Psicoanálisis que se encuentran disponibles a texto
completo en formato pdf.
Puede cruzarse un descriptor con otro con el fin de
limitar la búsqueda. Por ej.:
ENCUADRE REGLA DE ABSTINENCIA
(aparecen 7 trabajos)
Corresponden a documentos que tratan sobre encuadre y ade-
más sobre regla de abstinencia.
Pueden combinarse descriptores y nombres de autores
para delimitar la búsqueda. Por ej.:
ENCUADRE WINNICOTT (presionar enter)
(aparecen 7 trabajos)
Constituyen solo aquellas referencias que corresponden a do-
cumentos que tratan sobre encuadre y son escritos por Winnicott,
o los de otros autores que hagan referencia a lo que Winnicott
trabajó en referencia al encuadre.
En caso de duda o de desear ampliar el término por el
24 - Damián Schroeder y colaboradores
que se realiza la búsqueda se trunca la palabra utilizando el símbo-
lo $, lo que lleva a rastrear palabras con una misma raíz. Por ej.:
per$ (presionar enter)
Se recuperará:
père, Pereira, Perestrello, Pérez, etc.
Descriptores: ENCUADRE / BIBLIOGRAFIA /
Keywords: SETTING / BIBLIOGRAPHY /
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