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El Jesús histórico: contexto y fuentes

El documento presenta un análisis histórico sobre Jesús, destacando su contexto temporal y espacial, así como los datos del Nuevo Testamento y fuentes extrabíblicas que corroboran su existencia. Se discuten las coordenadas de su vida, desde su nacimiento hasta su crucifixión bajo Poncio Pilato, y se mencionan testimonios de historiadores judíos y romanos que validan la narrativa evangélica. Finalmente, se abordan las condiciones necesarias para un acercamiento histórico a la figura de Jesús.

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El Jesús histórico: contexto y fuentes

El documento presenta un análisis histórico sobre Jesús, destacando su contexto temporal y espacial, así como los datos del Nuevo Testamento y fuentes extrabíblicas que corroboran su existencia. Se discuten las coordenadas de su vida, desde su nacimiento hasta su crucifixión bajo Poncio Pilato, y se mencionan testimonios de historiadores judíos y romanos que validan la narrativa evangélica. Finalmente, se abordan las condiciones necesarias para un acercamiento histórico a la figura de Jesús.

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Evangelios sinópticos 15

TEMA 5. EL ACERCAMIENTO HISTÓRICO A JESÚS


J. CHAPA (ed.), 50 preguntas sobre Jesús (Madrid 2006).
J.D.G. DUNN, Jesús recordado (El cristianismo en sus comienzos 1; Estella [Navarra]
2009).
Vamos a presentar ahora sumariamente los principales datos de que disponemos acerca
de Jesús, aquellos que lo sitúan en un lugar y un tiempo concretos de la historia
universal; a continuación abordaremos la cuestión, tan relevante para la exégesis
evangélica, del llamado “Jesús histórico”. En un tercer momento presentaremos las
condiciones necesarias para acercarse con fruto a esta cuestión.

1. Coordenadas espacio-temporales de la vida terrena de Jesús


“Crucifixus etiam pro nobis sub Pontio Pilato”. Estas palabras del Credo manifiestan un
elemento esencial del misterio de Cristo: su arraigo en la historia. Jesús fue
“crucificado” como tantos otros ajusticiados con este tormento, frecuente en el imperio
romano. Y esto sucedió “bajo Poncio Pilato”: en un momento concreto de la historia.
Todo ello pertenece a la profesión de nuestra fe.
a. Datos del Nuevo Testamento
El misterio de Cristo, muerto y resucitado, aparece atestiguado ya por Pablo en los
primeros años 50 (1 Cor 15,3-4); esa misma carta relata un acontecimiento central, la
institución de la Eucaristía (1 Cor 11,23-25). Los relatos evangélicos confirman y
amplían estos datos fundamentales de la vida de Jesús.
a) Infancia de Jesús: Jesús nace en los últimos años del reinado de Herodes el grande
(cf. Mt 2,1; Lc 1,5), probablemente en torno al año 6 a.C.
La paradójica discordancia cronológica (Jesús nació “antes de Cristo”) tiene su origen en los cálculos
del monje romano Dionisio el Exiguo (477-544), a quien el papa Juan I encargó en 525 establecer el
año del nacimiento de Jesús como el primero de la era cristiana (Anno Domini). Dionisio dató el
reinado de Herodes el grande con un error de 4-6 años, por lo que situó el nacimiento de Jesús el 753
ab Urbe condita (“desde la fundación de Roma”), en lugar del año ±748. Esta datación, generalizada
en Europa desde el s. VIII, ha llegado hasta hoy.
Lucas nos informa además del censo que ordenó César Augusto “siendo Quirinio
gobernador de Siria” (Lc 2,1-2), lo que habría motivado que Jesús naciera en Belén
de Judá. Esta información, con todo, presenta problemas históricos: no hay
evidencias de que Augusto estableciera un censo general de todo el imperio (sí
algunos censos locales); y Quirinio gobernó Siria en los años 6-7 d.C., y no por
tanto durante el reinado de Herodes. La cuestión sigue abierta.
No hay otras fuentes acerca de la matanza de niños menores de dos años en Belén
ordenada por Herodes, de la que nos informa Mateo (Mt 2,16); con todo, resulta
coherente con la crueldad que caracterizó el reinado de Herodes el grande1. Está por
lo demás bien documentado el reinado de Arquelao en Judea (4 a.C.-6 d.C.: cf. Mt
2,22).
b) Ministerio público de Jesús: Lucas detalla el momento histórico en que se produce
el comienzo del ministerio de Juan y, por tanto, también el de Jesús: el año 15 del
imperio de Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador en Judea y Herodes Antipas

1
Después de ordenar la muerte de todos sus rivales al trono, de la familia asmonea, el 29 a.C. asesinó a su
mujer Mariamme, de esa misma dinastía; años más tarde eliminará también, por temor a conspiraciones, a
tres de sus propios hijos (Aristóbulo, Alejandro y Antípatro).
Evangelios sinópticos 16

tetrarca en Galilea (Lc 3,1-2). Al comenzar su misión, nos dice de nuevo Lucas,
Jesús tenía “unos treinta años” (Lc 3,23). La pasión y muerte de Jesús vio
implicados a Herodes Antipas y, en especial, a Pilato.
Poncio Pilato es el prefecto de Judea que mejor conocemos, por multitud de fuentes
históricas (Flavio José, Filón, Tácito, Eusebio de Cesarea). Pero el año 1961 se halló
en Cesarea Marítima una evidencia arqueológica: una inscripción dedicatoria del
Tiberieum (monumento erigido en honor del emperador) atestigua su presencia
como praefectus Iudaeae en tiempo de Tiberio.

Inscripción en Cesarea
Marítima (s. I):
[…] TIBERIEVM
[PON]TIVS PILATVS
[PRAEF]ECTVS IVD[AEA]E

b. Datos extrabíblicos
Los datos extrabíblicos, generalmente sobrios, resultan preciosos para confirmar cuanto
narran los escritos cristianos; tanto más cuanto que esos testimonios se caracterizan por
la falta de fe cristiana de sus autores, cuando no por una abierta aversión por el
cristianismo. Distinguimos los datos que provienen de ámbito judío y los pertenecientes
al mundo romano.
a) Fuentes judías: destacan el testimonio de Flavio José en dos pasajes particularmente
destacados, así como las alusiones a Jesús en las fuentes rabínicas.
1. FLAVIO JOSÉ (años 93-94):
a. Antigüedades judías, 18.3.3:
Por este tiempo apareció Jesús, un hombre sabio [si es que es correcto
llamarlo hombre, ya que fue un hacedor de milagros impactantes, un
maestro para los hombres que reciben la verdad con gozo], y atrajo
hacia Él a muchos judíos [y a muchos gentiles además. Era el Cristo].
Y cuando Pilato, frente a la denuncia de aquellos que son los
principales entre nosotros, lo había condenado a la cruz, aquellos que
lo habían amado primero no le abandonaron [ya que se les apareció
vivo nuevamente al tercer día, habiendo predicho esto y otras tantas
maravillas sobre Él los santos profetas]. La tribu de los cristianos,
llamados así por Él, no ha cesado de crecer hasta este día.
Acerca de la autenticidad de este pasaje, presente en todos los manuscritos
de la obra, y que por su importancia es conocido como testimonium
Flavianum, hay tres opiniones:
i. Quienes creen que el entero pasaje es original.
ii. Quienes lo consideran íntegramente una interpolación cristiana.
Evangelios sinópticos 17

iii. Quienes lo consideran original, pero con algunas breves


interpolaciones (que en el texto hemos indicado entre corchetes)2.
Algo que coincide con una versión árabe-cristiana del s. X, que
presenta un texto semejante pero sin expresiones abiertamente
“confesionales”3.
b. Antigüedades judías, 20.9.1:
Ananías era un saduceo sin alma. Convocó astutamente al Sanderín en
el momento propicio. El procurador Festo había fallecido. El sucesor,
Albino, todavía no había tomado posesión. Hizo que el Sanedrín
juzgase a Santiago, el hermano de Jesús, y a algunos otros. Los acusó
de haber transgredido la ley y los entregó para que fueran apedreados.
La referencia es a Santiago hermano de Jesús (y no, como leemos en el
Nuevo Testamento, “hermano del Señor”4), obispo de Jerusalén muerto el
año 62; el autor supone que los lectores saben quién es este “Jesús”5.
2. Escritos rabínicos (s. II en adelante):
En las fuentes rabínicas, y en particular en el Talmud, hay alusiones a Jesús que
permiten corroborar los principales datos históricos del NT: nombre (Jesús de
Nazaret), actividad didáctica y taumatúrgica, grupo de discípulos, crucificado en
la víspera de Pascua6. Se trata, con todo, de testimonios tardíos que por tanto hay
que emplear con prudencia.
b) Fuentes paganas: son de reseñar los siguientes testimonios.
1. PLINIO EL JOVEN, Carta al emperador Trajano (ca. 112 d.C.):
[…] También todos estos han adorado tu imagen y las estatuas de nuestros
dioses y han maldecido a Cristo. Por otro lado, ellos afirmaban que toda su
culpa o error había consistido en la costumbre de reunirse un día fijo antes
de salir el sol y cantar a coros sucesivos un himno a Cristo como a un dios, y
en comprometerse bajo juramento no ya a no perpetuar cualquier delito, sino
a no cometer hurtos, fechorías o adulterios, a no faltar a nada prometido, ni a
negarse a hacer un préstamo del depósito. […]
En una carta destinada a pedir orientación al emperador acerca del modo de
proceder para con los cristianos Plinio, entonces gobernador de Bitinia, atestigua
a comienzos del s. II que Cristo recibía ya la adoración debida a Dios7.
2. CORNELIO TÁCITO, Annales, XV, 44 (ca. 116 d.C.):
Pero ni el esfuerzo humano, la largueza del príncipe o las súplicas a los
dioses podían evitar que se pensara que el incendio había sido provocado
[por Nerón]. Para desmentir este rumor Nerón encarceló y sometió a
terribles castigos a los que, odiados por sus crímenes, el vulgo llamaba
cristianos [Chrestianos]. El fundador de esta secta, de nombre Cristo
[Christus], fue condenado a muerte por el Procurador Poncio Pilato bajo el
imperio de Tiberio. Reprimida de momento esta superstición nociva, brotó

2
“Tal como está la situación actualmente, el Testimonium deja ver huellas de una interpolación cristiana,
pero muchos investigadores piensan que alguna referencia más sencilla a Jesús subyace en el texto
actual”: J.P. Meier, en Nuevo comentario bíblico San Jerónimo 2, 1080.
3
Cf. J. CHAPA, 50 preguntas sobre Jesús, 17-18.
4
Ga 1,19. Por ello se considera difícil que sea una añadidura cristiana al texto de Flavio José.
5
Festo, procurador romano entre el 60 y el 62, aparece también en los Hechos (capítulos 24–26).
6
Lo que se puede deducir de estas fuentes “no es todo, pero no es poco”: F. VARO, en J. CHAPA, 50
preguntas sobre Jesús, 19.
7
El texto completo se puede leer en: http://es.wikisource.org/wiki/Carta_de_Plinio_el_Joven_a_Trajano.
Evangelios sinópticos 18

de nuevo no sólo en Judea, origen de tal calamidad, sino en la misma Urbe,


donde convergen y hallan buena acogida las cosas más groseras y
vergonzosas.
Este testimonio del historiador Tácito acerca del incendio de Roma (64 d.C.),
que atestigua para esta fecha la presencia en la Urbe de los cristianos como un
grupo ya establecido, confirma los datos fundamentales de la historia de Jesús
(al que llama por su nombre cristiano: “Cristo”) atestiguados en los evangelios:
fundador judío de un grupo religioso (“cristianos”), fue ajusticiado por Pilato en
tiempo de Tiberio, y su doctrina se expandió por el imperio romano.
3. SUETONIO (ca. 120 d.C.):
Como los judíos provocaban constantes disturbios a instigación de Cresto
[impulsore Chresto], él [Claudio] los expulsó de Roma […] (De Vita
Caesarum. Claudio, 25, 4)
Otro historiador romano de comienzos del s. II, Suetonio (70-140 aprox.) habla
en su obra dedicada a Claudio de la expulsión de los judíos de Roma decretada
el año 49 por este emperador; un acontecimiento que asimismo atestiguan los
Hechos (He 18,2). Si bien no hay consenso total, la mayoría de los estudiosos
piensa que ese “Cresto” es en realidad Cristo8. Más adelante, hablando ahora de
Nerón, el mismo Suetonio atestigua de nuevo la activa presencia de los
cristianos en la Roma de entonces:
Bajo éste [Nerón] se reprimieron y castigaron muchos abusos, dictándose
reglamentos muy severos [...] Nerón infligió suplicios a los cristianos
[afflicti suppliciis Christiani], un género de hombres de una superstición
nueva y maligna (De Vita Caesarum. Nero, 16.2).
En fin: todos estos testimonios antiguos, que pese a su sobriedad reflejan los datos
fundamentales de la vida y obra de Jesús atestiguados en el canon cristiano, “revisten
importancia aunque sólo sea porque, más o menos en cada generación, alguien vuelve a
desempolvar la tesis de que Jesús nunca existió y que la tradición relativa a él es una
invención al por mayor”9. Pero también son relevantes porque indirectamente
manifiestan la historicidad fundamental de los escritos evangélicos. Nos permiten así
fundamentar el acercamiento histórico a Jesús.

2. “Jesús histórico”: historia de la cuestión


Ver Testimonios del Reino, 43-50.

3. Condiciones para el acercamiento histórico a Jesús


Ver Testimonios del Reino, 50-52.

8
En griego helenístico, el nombre de Cresto (Crhsto,j) y Cristo (Cristo,j) se pronunciaban prácticamente
igual. Semejante vacilación (Chrestianos / Christus) atestigua también el testimonio de Tácito.
9
DUNN, Jesús recordado, 180.

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