En Honduras el ganado bovino, sobresale tanto por sus aportes en términos de carne, leche y pieles,
como por su aporte a la economía nacional a través de la generación de empleos. A pesar de que el
número de cabezas ha disminuido, la producción de leche ha aumentado considerablemente,
tomando en cuenta que se han reducido explotaciones por baja rentabilidad, insostenibilidad de las
deudas de los productores, y por el incremento de áreas para la producción de cultivos como caña,
palma africana, cítricos, melón y sandía.
El desarrollo de la ganadería hondureña está íntimamente ligado al desempeño de la economía; así,
los serios problemas que esta viene atravesando; particularmente en lo que se refiere al sector
comercial de la ganadería, tienen su origen, en gran parte en la contracción económica
experimentada en los últimos años. Los cambios en los ingresos per cápita en estos últimos años
han resultado en cambios en la demanda de productos de origen animal, afectando seriamente el
mercado para productos lácteos y cárnicos de origen bovino.
Las regiones agrarias en las que predomina mas el sector ganadero son: Macroregión II
(Agroindustrial del Norte), las explotaciones ganaderas tienden a ser más intensivas pero cubren el
50% del uso del suelo. Macroregión III (Montañas y Valles, Campesinos del Interior), predominan
la agricultura de subsistencia y finquera intensiva, lo cual se evidencia por una mayor proporción
del suelo dedicado a cultivos (33%) y ala ganadería (40%). En la Macroregión V (Montañas y
Vertientes, Campesinos del Sur), predomina la agricultura de subsistencia, en donde los cultivos
anuales ocupan el 36% del suelo, en tanto que los pastos el 35%, sobre todo en la región sur
dedicada a la ganadería.
La Dra. Grandin es profesora de la Universidad Colorado State (CSU-USA) y es una de las
principales investigadoras y consultoras a nivel mundial en temas de Bienestar Animal. Su
antecedente de autista le ha permitido desarrollar una especial sensibilidad con los animales
pudiendo detectar situaciones de incomodidad, motivadas por instalaciones inadecuadas y/o manejo
rudo de los mismos por parte de los seres humanos. El convivir con los animales la ayudó a superar
su problema, por lo que ha dedicado su vida a mejorar las condiciones en que viven los animales,
diseñando instalaciones y formas de moverlos que no les genere miedo.
La Dra. Grandin propone que la concientización y la capacitación del personal que trabaja con
animales junto a instalaciones adecuadas y bien mantenidas, son fundamentales para evitar las
lesiones traumáticas (machucones) que provocan sufrimiento a los animales y posteriormente
deterioro en la calidad de la carne y pérdidas monetarias en todos los sectores. Ha estudiado el
comportamiento y la existencia de la “zona de fuga” y del “punto de balance” en los animales y su
utilización para moverlos sin necesidad de tocarlos o asustarlos dentro de los corrales, llenar el
tubo, apartarlos, etc.
El proyecto de Grandin incluía disponer los corrales en forma de espiga y un pasillo central. En los
corrales, había agua y espacio suficiente para que el ganado pudiera descansar luego del transporte
en camiones. Además, se ensancharon los pasillos que dirigen a la planta y se renovaron las paredes
con un diseño alto, sólido y curvo, en forma de serpentina, pensado para que el ganado avance
constantemente sin distracciones. Basándose en su conocimiento de que el ganado tiende a moverse
de zonas oscuras hacia la luz, Grandin instaló artefactos de iluminación para incitarlo a avanzar de
un área a la otra, todo esto resultó en un proceso más tranquilo y eficiente.