[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
66 vistas1 página

Santiago Castro

El documento discute cómo la modernidad y las ciencias sociales han contribuido a la "invención del otro" a través de la imposición de una visión dualista y excluyente del mundo. El proyecto modernizador buscó someter la vida al control del estado a través de mecanismos disciplinarios como la escuela y la ley. Las ciencias sociales legitimaron este proyecto enseñando las "leyes" que gobiernan la sociedad y la economía. Sin embargo, la globalización ha escapado al control estatal al desanclar las rel

Cargado por

Antun Lwin
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
66 vistas1 página

Santiago Castro

El documento discute cómo la modernidad y las ciencias sociales han contribuido a la "invención del otro" a través de la imposición de una visión dualista y excluyente del mundo. El proyecto modernizador buscó someter la vida al control del estado a través de mecanismos disciplinarios como la escuela y la ley. Las ciencias sociales legitimaron este proyecto enseñando las "leyes" que gobiernan la sociedad y la economía. Sin embargo, la globalización ha escapado al control estatal al desanclar las rel

Cargado por

Antun Lwin
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 1

Ciencias sociales, violencia epistémica y el problema de la "invención del otro”

La filosofía posmoderna y los estudios culturales se constituyeron en importantes corrientes teóricas que
señalan las patologías de la occidentalización con carácter dualista y excluyente que asumen las relaciones
modernas excluyendo la multiplicidad, la ambigüedad y la contingencia de las formas de vida concretas.

El "proyecto de la modernidad" es el intento fáustico de someter la vida entera al control absoluto del hombre
bajo la guía segura del conocimiento. Hablar de la modernidad como "proyecto" se trata de la existencia de una
instancia central a partir de la cual son dispensados y coordinados los mecanismos de control sobre el mundo
natural y social. Esa instancia central es el Estado. Todas las políticas y las instituciones estatales vendrán
definidas por el imperativo jurídico de la "modernización", por la necesidad de disciplinar las pasiones y
orientarlas hacia el beneficio de la colectividad, es decir, crear perfiles de subjetividad que conlleva al
fenómeno de la "la invención del otro". Al hablar de "invención" se refiere al modo en que un cierto grupo de
personas se representa mentalmente a otras, y a los dispositivos de saber y poder a partir de los cuales esas
representaciones son construidas. Son imaginarios que poseen una materialidad concreta, se hallan anclados en
sistemas abstractos de carácter disciplinario como la escuela, la ley, el Estado, las cárceles, los hospitales. Las
ciencias sociales se convirtieron en una pieza fundamental para este proyecto, “proyecto fundacional de la
nación”, enseñan cuáles son las "leyes" que gobiernan la economía, la sociedad, la política y la historia. El
imaginario colonial de carácter ideológico se impregnó desde sus orígenes a todo su sistema conceptual.

La experiencia del colonialismo es irrelevante para entender el fenómeno de la modernidad y el surgimiento de


las ciencias sociales. El colonialismo para los pueblos no significó primariamente destrucción y expoliación
sino, el comienzo del tortuoso pero inevitable camino hacia el desarrollo y la modernización: la consolidación
del colonialismo europeo. La expoliación colonial es legitimada por un imaginario que establece diferencias
inconmensurables entre el colonizador y el colonizado. El colonizado aparece como lo "otro de la razón" que
justifica el ejercicio del poder, mientras que la maldad, la barbarie y la incontinencia son rasgos del colonizado.

Sin embargo, la modernidad deja de ser operativa como "proyecto" en la medida en que lo social empieza a ser
configurado por instancias que escapan al control del Estado. Por ejemplo la sujeción del hombre al sistema-
mundo pasa la producción de bienes simbólicos y por la seducción irresistible que éstos ejercen sobre el
imaginario del consumidor, por La globalización que desancla las relaciones sociales de sus contextos
nacionales y los reancla en ámbitos posmodernos de acción que ya no son coordinados por ninguna instancia en
particular. La construcción del perfil de subjetividad que requería el proyecto moderno exigía la supresión de
todas estas diferencias, ahora la acumulación de capital ya no demanda la supresión sino la producción de
diferencias.

Ante esta realidad, el sistema-mundo no muere, sino, más bien, hace un cambio interior de poder, lo cual genera
nuevos modos de legitimación. Por tal razón el gran desafío de las ciencias sociales y filosofía consiste en
aprender a nombrar la totalidad y hacer visibles los nuevos mecanismos de producción de las diferencias en
tiempos de globalización, y el desafío mayor de una "descolonización", es decir desmarcarse de toda una serie
de categorías binarias con las que trabajaron en el pasado entendiendo que ya no es posible conceptualizar las
nuevas configuraciones del poder con ayuda de ese instrumental teórico

También podría gustarte