ENSAYO DE INVESTIGACIÓN
“EL MACHISMO EN LA
SOCIEDAD”
CARRERA : TECNOLOGÍA MECÁNICA ELÉCTRICA
CICLO : II
SECCIÓN : “A”
: BALDEOS TERRONES, EDDER
DOCENTE
ANTONIO
: COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE
CURSO
TEXTOS
ALUMNO (S) :
- DESPOSORIO ANHUAMAN, JORDY
- MISERICORDIA SOLANO, ANTONIO
- DE LA CRUZ SANCHEZ, DENIS
FECHA DE ENTREGA : 11/06/2019
2019 I
EL MACHISMO EN LA SOCIEDAD
INTRODUCCIÓN.
En medio de nuestras sociedades “en vía de desarrollo” se encuentra clavada
como estaca de acero la supremacía del hombre: el machismo. Sistema que
resguarda, protege y justifica las acciones del género masculino y que tiene
como base estructural e idea incipiente el precepto arcaico de “la fuerza es el
poder”.
Como todo sistema de dominio, el machismo parte de una comparación que
responde a la cuestión de: “Sí, soy mejor, pero ¿Mejor que qué? O ¿Que
quién? Representando a la mujer como ser inferior para ratificar su
superioridad.
Con el pasar de los años, la doctrina machista se ha ido extendiendo y
adaptando a las sociedades, creando así, patrones de comportamiento que
delimitan rigurosamente “Qué debe hacer un hombre” y “Qué debe hacer una
mujer”, y a medida que el individuo se encuentre dentro del margen de su
género, así mismo la sociedad lo aceptará o repudiará.
El problema que posee este sistema es evidente: no se sostiene a sí mismo; no
corresponde a esta época, por lo tanto, juega papel de lastre social y de
instrumento de condicionamiento conductual.
DESARROLLO.
Machismo.
Es una ideología que engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas
sociales y creencias destinadas a promover la negación de la mujer como
sujeto indiferentemente de la cultura, tradición, folclore o contexto. Para
referirse a tal negación del sujeto, existen distintas variantes que dependen del
ámbito que se refiera, algunos son familiares (estructuras familiares
patriarcales, es decir dominación masculina), sexuales (promoción de la
inferioridad de la sexualidad femenina como sujeto pasivo o negación del
deseo femenino), económicas (infravaloración de la actividad laboral,
trabajadoras de segunda fila), legislativas (no representación de la mujer en las
leyes y por tanto, no legitimación de su condición de ciudadanas, leyes que no
promuevan la protección de la mujer ni sus necesidades), intelectuales
(inferioridad en inteligencia, en capacidad matemática, en capacidad objetiva,
en lógica, en análisis y tratada como astucia, maldad, subjetiva, poco
coeficiente intelectual), anatómicas (poca importancia al parto, poco papel en la
reproductividad biológica), lingüísticas (no representación de la mujer en el
lenguaje), históricas (ocultación de mujeres importantes dentro de la historia de
la humanidad), culturales (representación de la mujer en los medios de
comunicación como un cuerpo haciendo de ella misma un objeto en vez de un
ser humano, espectaculación), académicas (poca importancia a estudios de
género, no reconocimiento de la importancia del tocado feminismo), etc.
¿De dónde viene el machismo?.
Es un fenómeno que data desde el tiempo de los cavernícolas, como machos
dominantes con poder absoluto sobre las mujeres. No obstante Mark Dyble
antropólogo ingles con estudios en la Universidad de Oxford y en la
Universidad de Cambrige Inglaterra, señalo apoyado por sus estudios, e
investigaciones que en un principio hombres y mujeres tenían la misma
jerarquía. Sin embargo, esta igualdad debió ser una ventaja para la
supervivencia de la especie y la evolución de la humanidad. Según el autor
antes mencionado las desigualdades aparecen cuando estas sociedades
primitivas dejaron de ser pueblos cazadores para convertirse en pueblos que
siembran, cosechan y acumulan recursos, o sea un pueblo sedentario. En ese
momento el hombre comienza a tener mas de una pareja y muchos hijos, lo
que produce un aumento en el nivel de influencia a tal punto que deja de
cooperar para proveer los alimentos y cuidar a los niños, tema que queda en
las manos de las mujeres lamentablemente hasta el día de hoy.
Como este fenómeno tiene sus raíces en la prehistoria estando presente
transversalmente en todas las sociedades sin distinción de las clases sociales
ni de grupos étnicos, como por ejemplo el fiero machismo que existió en los
países asiáticos, en los tiempos de los samuráis, así como también en los
países islámicos en donde el poder y dominio absoluto se concentra en un
hombre denominado sultán que podría incluso llegar a tener mas de 300
mujeres a sus disposición en los lugares denominados Harén (grupo de
mujeres que prestaban servicios sexuales al sultán), no obstante a ello, en
Perú a principios del siglo XX también se caracterizaba por un importante nivel
de machismo, en donde los aristócratas denominados patrones, tenían el poder
absoluto sobre sus familias y trabajadores.
No fue hasta el siglo XIX en el que el feminismo no logro nacer de entre la
sociedad patriarcal, luchando por su participación en las urnas para igualar el
derecho a elegir que tenía solamente el hombre. Este movimiento feminista en
un momento fue burgués sin embargo había también un sector de
emancipación obrera y social digno de ser respetado. Lentamente el
movimiento feminista fue ampliando su mirada, pues el machismo era muy
palpable. Luego de varios años, los medios de comunicación social juegan un
papel importante a la hora de la propaganda contra estos grupos feminista
(eduarsin, 2014). La ignorancia socializada asume que el feminismo no busca
la igualdad de la mujer si no que se convencen de que el feminismo era algo
malo un desecho social que pretendía cambiar el poder del rol del hombre por
la mujer en la sociedad. Con el pasar de los años el machismo se fue haciendo
cada vez menos detectable hasta el punto de llegar al micro machismo que es
un paso indispensable para llegar al machismo detectable.
Cuando se habla de las razones por las cuales el machismo continúa en
sectores de la sociedad peruana la respuesta de muchos es rápida y
categórica: la madre inculca el propio machismo, entonces diremos que
consciente e inconscientemente siguen perpetuando el fenómeno. Según Sonia
Gutiérrez, psicóloga de la Universidad de Talca (Chile) ello no es así.
“Se ha tenido a culpar solo a las madres de influenciar a los niños y niñas
ciertas conductas, pero también son los hombres de las familias (los padres)
quienes se relacionan con los niños y niñas de una manera diferente” explico al
profesional.
En ese sentido, precisó que la prática machista, o de identificación
estereotipada de género, es una materia en la que existe una responsabilidad
compartida.
“Las madres obviamente aportan su granito de arena, desde como visten sus
hijos, lo que les dicen deben o no hacer hombre o mujeres, pero los padres
también son un factor importante, ya que tiendes a relacionarse de forma muy
distinta a sus hijos dependiendo del sexo y, por ejemplo, realizan juegos
totalmente distintos con los varones que con las mujeres”, indico la académica.
(comunicada, 2014)
Desde bebes nos enseñan a buscar nuestra propia identidad, nuestro padres
van entregando nociones y herramientas que nos llevan a un comportamiento
determinado en el futuro.
A los niños y niñas no les surge por instinto jugar con autos o muñecas por
tanto poco a poco se van reforzando ciertos tipos de juego con los hijos
depediendo de su sexo (hombre o mujer)
Talvez por ello es que los niños de 2 0 3 años presentan diferencias en su
actuar, los varones tienden a ser más bruscos y las niñas más dóciles y
sociables, evidenciando el comportamiento consciente o inconsciente de cómo
debe ser un hombre o una mujer.
Ya a los 5 o 6 años en etapa pre-escolar las creencias de género están mucho
más arriagadas observando como las niñas se les refuerza con juegos que
desarrollan la calidez, solidarisas, expresividad y sumisión, mientras que a los
niños se les potencia con juegos de destreza, independencia, fuerza y
competitividad como por ejemplo la casita de muñecas versus competencia de
carreras y luchas de fuerza en los niños.
Por su parte Alejandra Sepúlveda y Paula Poblete concuerdan en que,
“las mujeres parten la vida con ventaja respecto de los hombres y esa se
recorta en la adolescencia, luego se va ampliando en contra de las mujeres en
la adultez terminando en una abrumadora diferencia en la vejez” (radio,2016)
Ya en la etapa escolar la situación no cambia ni se agudiza, se habla de sesgo
en educación y la persistencia de estereotipos que provienen de temprana
edad con roles desiguales para hombres y mujeres, se asigna al hombre el
papel de proveedor y a la mujer de cuidadora, pareciera un fenómeno natural el
desarrollo de estas habilidades como son las matemáticas y ciencias versus el
lenguaje y la comunicación, tal vez por esto es que existe un menor acceso de
las mujeres a las carreras científicas de educación superior, es más. Un alto
porcentaje de matrícula en las carrearas de menor sueldo y empleabilidad está
concentrada en las mujeres y desde otra mirada es sabido que ellas ganan
sueldos menores a los hombres y por cierto peores perspectivas en su vejez
Tal vez una solución sería potenciar la labor de los padres y potenciar la labor
de profesores en los colegios, contar con los medios de comunicación e
involucrar a toda la sociedad en las buena crianza y educación desde la niñez
en reforza las conductas como la solidadridad y empatía, mientras que alas
niñas facilitarle los juegos de destreza, creatividad y desarrollar su
independencia.
Debemos como sociedad avanzar equitativamente, tener pauta de criana más
flexible y tolerantes y no asustarse si un niño quiere jugar con muñecas o si a
una niña le atraen los autos. (radio, 2016)
Por ejemplo, si le decimos a un niño que no debe de ser machista pero a la vez
no le pedios que colabore con las tareas de casas, y sí se los exigimos a
nuestras hijas, estamos fomentando el machismo.
El machismo es quizás un paradigma, que podríamos solucionarlo con voluntad
y apertura de mente, es decir, civilizarnos y humanizarnos cada día como
sociedad, sin embargo la triste realidad es otra, pues muchas mujeres han
sufrido y siguen sufriendo violencia física o sexual, la mayor parte de los
agresores son sus propias parejas sentimentales, hombres que dicen
quererlas, que prometen cuidarlas, pero este fenómeno también puede venir de
un compañero de curso, de trabajo, del jefe e incluso de un desonocido en la
calle, en el micro, en la plaza, etc. Es lamentable tener que aceptar esto como
realidad y darnos cuenta que estos abusos existen y gran porcentaje de las
mujeres quizás más de lo que pensamos han sido o serán víctimas, por el solo
hecho de ser mujer.
Solo a la fecha del 2019 se registran 67 casos de feminicidio en el Perú entre
enero y mayo (americatv, 2019), según la legislación peruana (Artículo 108- B).
Feminicidio Será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince
años el que mata a una mujer por su condición de tal, en cualquiera de los
siguientes contextos: 1. Violencia familiar; 2. Coacción, hostigamiento o acoso
sexual; 3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación
que le confiera autoridad al agente; 4. Cualquier forma de discriminación contra
la mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación
conyugal o de convivencia con el agente. La pena privativa de libertad será no
menor de veinticinco años, cuando concurra cualquiera de las siguientes
circunstancias agravantes: 1. Si la víctima era menor de edad; 2. Si la víctima
se encontraba en estado de gestación; 3. Si la víctima se encontraba bajo
cuidado o responsabilidad del agente; 4. Si la víctima fue sometida
previamente a violación sexual o actos de mutilación; 5. Si al momento de
cometerse el delito, la víctima padeciera cualquier tipo de discapacidad; 6. Si la
víctima fue sometida para fines de trata de personas; 7. Cuando hubiera
concurrido cualquiera de las circunstancias agravantes establecidas en el
artículo 108. (Constitución Política del Perú).
La violencia de género busca poner a la mujer en “su lugar”, lugar al que no
pertenecen, porque ellas tienen pleno derecho a decidir qué hacer y qué no
hacer, libre de cualquier imposición machista, de cualquier discriminación de
raza, credo o condición social.
Creo, espero y confío en que podemos vivir en un país donde todos tengamos
igualdad de oportunidades en donde podamos convivir libres y sin miedo,
talvez la solución es muy simple, basta con internalizar y aprender que el
respeto y admiración por nuestras mujeres es lo que no hará más grandes y
humanos como nación.
CONCLUSIONES.
Esperemos que el Perú haya una igualdad de género, sobre todo en el
ámbito social y laboral, ya que hay una gran brecha en este aspecto.
Esta violencia que se viene dando hacia las féminas no se puede dar ya
que esta tiene el derecho de decidir qué hacer y que no, siendo libre de
cualquier imposición que se le de cualquier hombre de esta sociedad, ya
sea por su raza, credo o condición social que lleve.
Esto puede llevar a un dilema de un pensamiento dicotómico, es decir:
hombres contra mujeres y/o viceversa; que no nos ayudan a comprender
ni a solucionarlo.
Los niños criados en hogares machistas terminan siendo adultos que
son como niños grandes: afectivamente infantiles, dependientes,
engreídos, violentos, exigentes e impulsivos.
Cambiar la forma de pensar de la población y cómo esta percibe a las
mujeres es una de las claves para empezar a erradicar la violencia, pero
no es una tarea fácil. Es vital empezar desde casa, sobre todo si se
tienen niños. La educación en igualdad de género es importante para
que el índice de maltrato y feminicidios llegue a cero.
Este se da en la casa, crece en la escuela. Se desarrolla en el trabajo,
se percibe donde quiera. Se oculta en un gesto, se camufla en las
palabras. Nace, crece, se reproduce… y mata. Su expresión máxima: el
feminicidio. ¿Qué es? El machismo, mal endémico en el país,
enfermedad crónica que ataca a ellos y a ellas.
En esta sociedad existen patrones de socialización masculina que nos
separan del espacio doméstico e introducirnos a una cultura masculina
con tendencia a despreciar todo lo que sea femenino con el temor a
llevarnos a la homosexualidad que tiñen de ansiedad la identidad
masculina.
La imagen del macho del macho alfa se da a través de la propaganda
oficial y de los medios de comunicación, de iconos representativos de la
identidad nacional peruana. Más tarde habría sido retomada por los
discursos académico y de sentido común como expresión de la esencia
del varón latinoamericano. Paralelamente, en los Estados Unidos la
figura del macho sintetiza y expresa algunos temas propios de las
jerarquías raciales y étnicas de ese país.
El machismo, tiene validez en la medida en que ha sido asumido por los
varones peruanos y latinoamericanos para designar los extremos de la
ideología del predominio masculino y en que resume ciertos temas de la
masculinidad.