[go: up one dir, main page]

100% encontró este documento útil (1 voto)
533 vistas6 páginas

Lenguaje y Pensamiento Victor Montoya PDF

El documento discute el origen y evolución del lenguaje humano desde una perspectiva secular. Se teoriza que los primeros signos articulados datan de hace 600,000 años y que para el Paleolítico, el Hombre de Neandertal y el Hombre de Cro-Magnon tenían un idioma comunicativo. Con el tiempo, los grupos humanos primitivos desarrollaron lenguajes propios que luego evolucionaron en familias lingüísticas. Existe un debate sobre si el lenguaje es innato o adquirido, con nativistas argumentando que es
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
100% encontró este documento útil (1 voto)
533 vistas6 páginas

Lenguaje y Pensamiento Victor Montoya PDF

El documento discute el origen y evolución del lenguaje humano desde una perspectiva secular. Se teoriza que los primeros signos articulados datan de hace 600,000 años y que para el Paleolítico, el Hombre de Neandertal y el Hombre de Cro-Magnon tenían un idioma comunicativo. Con el tiempo, los grupos humanos primitivos desarrollaron lenguajes propios que luego evolucionaron en familias lingüísticas. Existe un debate sobre si el lenguaje es innato o adquirido, con nativistas argumentando que es
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 6

1

LENGUAJE Y PENSAMIENTO

Víctor Montoya

EL ORIGEN DEL LENGUAJE – TEORÍA SECULAR

A pesar de las innumerables investigaciones realizadas, no se sabe con certeza cuándo y cómo nació el lengua-
je, esa facultad que el hombre tiene para comunicarse con sus semejantes, valiéndose de un sistema formado
por el conjunto de signos lingüísticos y sus relaciones. Por la observación de los gritos de ciertos animales superio-
res, algunos creen que tales gritos fueron los cimientos del lenguaje hablado.

Desde el punto de vista antropológico y etnológico, es indudable que el lenguaje articulado constituye una de
las manifestaciones características que separan al hombre de los seres irracionales. Estos últimos expresan y co-
munican sus sensaciones por medios instintivos, pero no hablan, a diferencia de los seres dotados de conciencia.
Por lo tanto, si tuviésemos que añadir un sexto sentido a los cinco tradicionales, sin duda alguna este sería el
habla, ya que la lengua, además de servir para el sentido del gusto y otras funciones cotidianas, tiene la aplica-
ción de emitir sonidos articulados, una particularidad que, como ya dijimos, nos diferencia de los animales infe-
riores con los que compartimos: vista, oído, tacto, olfato y gusto.

De otro lado, el animal no es capaz de planificar sus acciones, puesto que toda su conducta instintiva está de-
terminada por su sistema de reflejos condicionados e incondicionados. La conducta humana, en cambio, se
define de forma absolutamente diferente. La situación típica del individuo es el proceso de planteamiento y
solución de tal tarea por medio de la actividad intelectual, que se vale no sólo de la experiencia individual, sino
también de la experiencia colectiva. Consiguientemente, el hombre, a diferencia de los animales inferiores, sa-
be planificar sus acciones, y el instrumento fundamental para tal planificación y solución de las tareas mentales
es el lenguaje. Aquí nos encontramos con una de sus funciones más elementales: la función de instrumento del
acto intelectual, que se expresa en la percepción, memoria, razonamiento, imaginación, etc.

Los primeros signos articulados por los pitecántropos, que habitaron en Asia y África, se especula, data de hace
unos 600.000 a. de J.C. Después vinieron otros homínidos cuya capacidad craneal, superior al "Homo erectus", les
permitió fabricar utensilios rudimentarios y descubrir el fuego, pero también idear un código de signos lingüísticos
que les permitiera comunicar sus sentimientos y pensamientos. Así, se piensa que durante el paleolítico (aproxi-
madamente 35.000 a. de J.C.), tanto el "Hombre de Neandertal" como el ''Hombre de Cro-Magnon" dan señales
de que poseían un idioma comunicativo y una anatomía equiparable a la del hombre moderno. Se sugiere que
quizá estos sean algunos posibles "momentos" en la evolución del lenguaje humano, desde la remota época en
que el "Homo sapiens" hacía simples gestos acompañados de gritos o interjecciones -a la manera de ciertos
animales-, hasta la descripción oral de los objetos que le rodeaban y la designación de ideas mediante sonidos
que suponían el aumento de la capacidad de abstracción; un periodo en el que nacen las primeras lenguas,
coincidiendo con el desplazamiento de los hombres primitivos.

Se teoriza que con el transcurso del tiempo, los hombres primitivos empezaron a vivir en pequeños grupos familia-
res, usando un lenguaje que era de uso exclusivo del grupo con palabras que expresaban una idea común.
Poco a poco se fueron reuniendo en comunidades más grandes, formando tribus y poblados. Algunos grupos se
desplazaron a lugares más o menos lejanos buscando nuevos territorios donde se podía encontrar caza y pesca,
mientras otros se trasladaron en busca de regiones más cálidas, generalmente junto a los ríos, donde construye-
ron sus chozas y consolidaron su lengua materna. Valga aclarar que si los habitantes de un lugar carecían de
relaciones con los de otros, no es nada probable que usaran el mismo lenguaje para comunicarse entre sí, lo
que hace suponer que desde el principio hubo varias lenguas.

La filología comparada, en su estudio sobre las relaciones entre las diversas lenguas, ha logrado encontrar una
esencialmente primitiva, el sánscrito, de la cual, se cree, provienen todas las demás; es una "lengua madre" uni-
versal, y también se asigna la denominación de "lenguas madres" a aquellas de las cuales se han derivado algu-
nos idiomas, como el latín, que es la "Iengua madre" del francés, español, portugués, italiano y otras lenguas
neolatinas.

Los antropólogos, etnólogos y lingüistas, desde Luis Heyre (1797-1855) hasta la fecha, han realizado profundas
investigaciones en procura de averiguar la posible existencia de un primitivo origen del lenguaje, estableciéndo-
se diferentes hipótesis encaminadas unas a las relaciones psicofísicas entre las sensaciones de la visualidad y las
auditivas; otras, tomando como fundamento de la formación natural del lenguaje, la evolución progresiva im-
puesta por el entorno social, y motivado por las necesidades del ser humano. Se ha pensado en la onomatope-
ya, en la observación del lenguaje infantil, en la expresión de sentimientos, en las interjecciones, etc. No obstan-
te se debe destacar que psicólogos y lingüistas, han llegado al reconocimiento de que existió un lenguaje primi-
tivo único y llegaron aún a clasificar las lenguas y señalar las raíces de las que consideran mas primitivas.
2

En cualquier caso, se debe añadir que la evolución del lenguaje ha sido paralela a la evolución del hombre
desde la más remota antigüedad. Los idiomas que abundan en la actualidad, agrupados en las ramas de un
mismo tronco lingüístico, siguen causando controversias entre los investigadores, puesto que el estudio del origen
del lenguaje es sumamente complejo.

Una sociedad, por muy organizada que esté, es incapaz de fijar definitivamente el lenguaje, porque este se for-
ma progresiva y gradualmente, por lo que no existe ninguna lengua que pueda llamarse completa por no existir
ninguna que exprese todas nuestras sensaciones y todas nuestras ideas. No obstante, el humano, como cual-
quier ser social por naturaleza, necesita relacionarse con sus semejantes, hablando y escuchando, y el principal
instrumento de comunicación es el lenguaje, cuyo sistema, constituido por signos verbales o palabras, hace que
los individuos se entiendan entre sí. De no existir el lenguaje, tanto en su forma oral como escrita, sería más difícil
la convivencia social y más primitiva nuestra forma de vida. Además, gracias al Lenguaje ha sido posible lograr
grandes éxitos en el conocimiento y dominio de las fuerzas de la naturaleza.

¿EL LENGUAJE ES INNATO 0 ADQUIRIDO?

En la lingüística, como en otras ciencias del conocimiento humano, existe una disputa entre el empirismo y el
nativismo. EI nativismo sostiene que la capacidad de ver, oír, pensar y hablar son actos innatos o genéticos. El
niño aprende a hablar porque imita a los adultos -sobre todo a la madre- y porque tiene necesidad de manifes-
tar sus necesidades y deseos. Según los empiristas, el niño aprende el idioma de la misma manera que otras des-
trezas físicas y mentales. Es decir, mediante la llamada "conducta operante", que esta determinada por la in-
fluencia de factores externos o adquiridos y no así por medio de factores innatos o genéticos.

Así como los empiristas están convencidos de que el niño aprende a articular y combinar sonidos, los nativistas y
los psicólogos del Gestalt, que rechazan categóricamente la teoría de que el entorno social sea el único factor
determinante en el desarrollo idiomático, están convencidos de que el habla es un don biológico con el cual
nacen los humanos, y que la experiencia cognitiva es apenas un estímulo para su desarrollo posterior. De ahí
que el psicólogo Arnold Gesell, a diferencia de John B. Watson y Brurrhus Skinner, sostiene la concepción de que
gran parte del desarrollo lingüístico del individuo está determinado por factores de maduración interna, y no por
las simples influencias del entorno social.

EI desarrollo idiomático del individuo, en consecuencia, no se puede explicar desde la "psicología del aprendiza-
je" o conductismo, sino desde la perspectiva biológica; más aún, si se considera el complicado proceso lingüísti-
co que se genera en el cerebro humano. Según J. Jackson (1835-1911), "cada función realizada por el sistema
nervioso es garantizada no por un grupo reducido de células, sino por una complicada jerarquía de niveles de la
organización fisiológica del sistema nervioso. En otras palabras, para que la persona pronuncie una palabra no
es suficiente con que se activen el grupo de células de la corteza de los hemisferios del cerebro 'responsable' de
esto. En la gestación de la palabra participan, según su naturaleza, estructura 'profundidad de yacimiento', di-
versos mecanismos cerebrales. En el mantenimiento de los procesos lingüísticos toman parte tanto los más ele-
mentales mecanismos fisiológicos del tipo 'estímulo respuesta' (E-R) como mecanismos específicos que poseen
estructura jerárquica y exclusivamente características para las formas superiores de actividad lingüística". (Pe-
trovski, A., "PsicologÍa general", 1980, pag.193-94).

Para el pensador y lingüista norteamericano Noam Chomsky -padre de la "gramática generativa"-, el idioma es
una suerte de computadora que funciona de manera automática, como los procesos de asociación antes de
pensar. Chomsky plantea la teoría de que el niño tiene una programación genética para el aprendizaje de su
lengua materna, desde el instante en que las normas para las declinaciones de las palabras, y la construcción
sintáctica de las mismas, están ya programadas genéticamente en el cerebro. Lo único que hace falta es
aprender a adaptar esos mecanismos gramaticales al léxico y la sintaxis del idioma materno, que en el fondo, es
una variante de una gramática que es común para todas las lenguas, sin que esto quiera decir que exista -o
existió- una "Iengua madre universal" de la cual derivan todos los idiomas hasta hoy conocidos (Jeffmar, C., 'Mo-
der Utvecklingspsykologi", 1983, pag. 66).

EI segundo análisis crítico lo dirige Chomsky contra el behaviorismo o conductismo, que contempla el compor-
tamiento lingüístico como un conjunto de estímulos y respuestas (E-R) o, lo que es lo mismo, contra la concep-
ción externa de la lengua. Si el dualismo fue catalogado de error, el conductismo fue considerado irracional,
además de igualmente erróneo. EI concepto de que el lenguaje sea algo adquirido del entorno social contrasta
con la teoría defendida por los nativistas, según la cual el lenguaje es un producto interior de la mente I cerebro
del hablante, independiente de las experiencias y los conocimientos adquiridos del entorno social por medio del
proceso de aprendizaje.

Con todo tanto las teorías chomskianas y nativistas han sido motivo de controversias, sobre todo, cuando los
empiristas y behavioristas, que no aceptan la existencia de una gramática innata y programada en el cerebro
humano, señalan que las diferencias gramaticales existentes entre los idiomas son pruebas de que el lenguaje es
un fenómeno adquirido por medio del proceso de aprendizaje. Noam Chomsky, por su parte, cree que estas
diferencias se presentan sólo en la estructura superficial de los idiomas, pero no en la estructura profunda. Es
3

decir, si en la estructura superficial se advierte las diferencias gramaticales de los distintos idiomas, en la estructu-
ra profunda se advierte una gramática valida para todos los idiomas, pues cada individuo, al nacer, posee una
gramática universal que, con el tiempo y gracias a un contexto social, a un contexto social concreto, se convier-
te en una gramática particular.

Asimismo, aparte de las dos teorías mencionadas, se debe añadir la concepción de los ''interrelacionistas'',
quienes consideran que el lenguaje es un producto tanto de factores innatos como adquiridos, ya que el len-
guaje depende de impulsos internos y externos, que están determinados de antemano, lo que presupone la
preexistencia de sentimientos y pensamientos. AI faltar los conceptos internos –por diversos motivos- falta tam-
bién la facultad del habla, como en los recién nacidos o en los impedidos mentales. Pero, para hablar, además
de un contenido psíquico mínimo, hace falta el estímulo externo, el impulso de expresarse y hacer partícipes a
los demás de nuestros estados de ánimo. De ahí que el estudio del desarrollo idiomático del individuo es tratado
no solo por la psicolingüística, sino también par la sociolingüística, que estudia cómo el idioma influye y es influido
en la interrelación existente entre el individuo y el contexto social, habida cuenta que el lenguaje, además de
ser un código de signos lingüísticos, es el acto de expresar ideas y sentimientos mediante la palabra; mas todav-
ía, cuando el lenguaje es el primer patrimonio familiar que recibe el recién nacido, a quien acompaña desde la
cuna hasta la tumba, y es la herencia, a veces la única, que transmite a sus descendientes.

¿PRIMERO ESTÁ EL LENGUAJE O EL PENSAMIENTO?

Si para el polémico Noam Chomsky, el idioma es una especie de computadora que funciona de manera au-
tomática, como los procesos de asociación antes de pensar, entonces habría que suponer que el lenguaje está
primero. La "teoría reguladora" explica que la acción y el pensamiento dependen de la capacidad lingüística
de la persona, en tanto el psicólogo suizo Jean Piaget, cuyas teorías cognitivas son ampliamente conocidas,
sostiene que el lenguaje es, en gran medida, el producto del desarrollo de la acción y el pensamiento, ya que
tanto la palabra como la idea son imágenes observadas y no a la inversa. Empero, no faltan quienes aseveran
que durante el desarrollo intelectual del individuo hay una interrelación dialéctica entre el lenguaje y el pensa-
miento. De modo que responder a la pregunta de si primero está el lenguaje o el pensamiento, es lo mismo que
responder a la pregunta si primero está el huevo o la gallina.

De cualquier modo, las tres teorías fundamentales que responden a la pregunta de si primero está el lenguaje o
el pensamiento se pueden sintetizar así:

La teoría de: "el lenguaje está antes que el pensamiento" plantea que el idioma influye o determina la capaci-
dad mental (pensamiento). En esta corriente lingüística incide la "gramática generativa" de Noam Chomsky,
para quien existe un mecanismo idiomático innato, que hace suponer que el pensamiento se desarrolla como
consecuencia del desarrollo idiomático. Por lo tanto, si se considera que el lenguaje es un estado anterior del
cerebro del hablante, independiente de otros elementos adquiridos del entorno social, se afirma el criterio de
que el lenguaje acelera nuestra actividad teórica, intelectual y nuestras funciones psíquicas superiores (percep-
ción, memoria, pensamiento, etc.).

La teoría de: "el pensamiento está antes que el lenguaje" sostiene que la capacidad de pensar influye en el
idioma. No en vano René Descartes acuñó la frase: "primero pienso, luego existo". Asimismo, muchas actitudes
cotidianas se expresan con la frase: "tengo dificultad para decir lo que pienso". Algunos psicolingüistas sostienen
que el lenguaje se desarrolla a partir del pensamiento, por cuanto no es casual que se diga: "Una psiquis debi-
damente desarrollada da un idioma efectivo". En esta corriente lingüística esta la llamada "The cognition hypot-
hesis" (La hipótesis cognitiva), cuya teoría se resume en el concepto de que el pensamiento está antes que el
lenguaje". Pero quizás uno de sus mayores representantes sea Jean Piaget, para quien el pensamiento se produ-
ce de la acción, y que el lenguaje es una más de las formas de liberar el pensamiento de la acción. "Piaget indi-
ca que el grado de asimilación del lenguaje por parte del niño, y también el grado de significación y utilidad
que reporte el lenguaje a su actividad mental depende hasta cierto punto de las acciones mentales que des-
empeñe; es decir, que depende de que el niño piense con preconceptos, operaciones concretas u operacio-
nes formales. (Richmond, P. G., "Introducción a Piaget", 1981, pág. 139).

La "teoría simultánea" define que tanto el lenguaje como el pensamiento están ligados entre sí. Esta teoría fue
dada a conocer ampliamente por el psicólogo ruso L. S. Vigotsky, quien explicaba que el pensamiento y el len-
guaje se desarrollaban en una interrelación dialéctica, aunque considera que las estructuras del habla se con-
vierten en estructuras básicas del pensamiento, así como la conciencia del individuo es primordialmente lingüís-
tica, debido al significado que tiene el lenguaje o la actividad lingüística en la realización de las funciones
psíquicas superiores del hombre. Asimismo, "EI lenguaje esta particularmente ligado al pensamiento. Sin embar-
go, entre ellos no hay una relación de paralelismo, como frecuentemente consideran los lógicos y lingüistas tra-
tando de encontrar en el pensamiento equivalentes exactos a las unidades lingüísticas y viceversa; al contrario,
el pensamiento es lingüístico por su naturaleza, el lenguaje es el instrumento del pensamiento. Lazos no menos
fuertes ligan al lenguaje con la memoria. La verdadera memoria humana (intermediadora) más frecuentemente
se apoya en el lenguaje que en otras formas de intermediación. En igual medida se realiza la percepción con la
ayuda de la actividad lingüística" (Petrovski, A., "Psicología general", 1980, pag. 205).
4

Así pues, las diversas teorías que pretenden explicar el origen del lenguaje, las funciones del pensamiento y sus
operaciones concretas, son motivos de controversias entre los estudiosos de estas ramas del conocimiento
humano. Empero, cualquier esfuerzo por echar nuevas luces sobre este tema, tan fascinante como explicarse los
misterios del universo, es siempre un buen pretexto para volver a estudiar las ciencias que conciernen al lenguaje
y el pensamiento de todo ser dotado de capacidad racional y sentido lógico.

BIBLIOGRAFÍA
Jeffrnar, Christer: "Moder Utvecklingspsykologi", Ed. Studentlitteratur, Lund, 1983.
Petrovski, A. : "Psicología General", Ed. Progeso, Moscú,1980.
Richmond. P. G.: "lntroducción a Piaget", Ed. Fundamentos, España, 1981.

OTRAS RELACIONES ENTRE LENGUAJE Y PENSAMIENTO

Cualquiera sea la concepción que se tenga de pensamiento, en el marco del desarrollo humano, es innega-
ble que se halla ligado –más o menos indisolublemente- a la semiosis, vale decir, al surgimiento de los símbolos y
de los signos del lenguaje. A este respecto es muy oportuna la afirmación de Piaget: “El pensamiento naciente,
aunque prolonga la inteligencia senso-motriz, procede de la diferenciación de los significantes y significados y,
por consiguiente, se apoya, a la vez, sobre la invención de los símbolos y sobre el descubrimiento de los signos“
(Piaget, Psicología de la inteligencia, Pág.,137). Para comprender -al menos en parte- las relaciones del lenguaje
y pensamiento habría que aclarar antes qué se entiende, para el caso, por lenguaje y qué se entiende por pen-
samiento. El problema no es tan fácil ni sencillo. El alcance significativo dado a estos términos varía de un autor
a otro y de un contexto a otro; y por demás, como se ha venido diciendo, desde muy antiguo se han planteado
relaciones muy sutiles y de amplia controversia entre los dos planos: lenguaje sin pensamiento, pensamiento sin
lenguaje, dualidad de procesos, etc. Vale la pena intentar algunas aclaraciones básicas, necesarias para una
mejor comprensión del fenómeno del lenguaje en sus funciones y niveles de configuración, particularmente en
su significación conceptual. En general, se distinguen dos sentidos básicos, tanto para el término lenguaje, como
para el de pensamiento: un sentido estricto y un sentido amplio. Aquí entendemos “sentido” como una inter-
pretación conceptual, dentro de los significados que se le atribuyen a dicha palabra.

Los sentidos en mención se sintetizan en el siguiente cuadro, sin que con esto se pretenda definir unos con-
ceptos controvertidos, por naturaleza bastante difíciles de definir:

Sentido estricto Sentido amplio


LENGUAJE Facultad que habilita para la adquisi- Capacidad del hombre para
ción y uso de sistemas de signos fóni- la representación simbólica y el
cos, articulados y convencionales, uso de signos y códigos (inclui-
regido por reglas en las lenguas natu- das las lenguas) para su desa-
rales, que utiliza el Hombre para su rrollo y la comunicación.
desarrollo y la comunicación
PENSAMIENTO Cubre, como el sentido amplio, el En principio, como el sentido
ejercicio del conjunto de funciones y estricto, comprende el ejercicio
operaciones intelectuales de la de todas las funciones intelec-
mente humana, pero recalcando el tuales de la mente humana,
carácter eminentemente “concep- pero hace resaltar, que se deri-
tual” del proceso, sólo posible por el va de la construcción del
lenguaje. El concepto nace de la in- mundo “objetivo”, del cual
teracción de un “sujeto” y la reali- hacen parte un cúmulo de
dad objetiva experiencias subjetivas, objeti-
vas y socioculturales.

Con base en el cuadro anterior, cabría preguntarnos qué tipo de conceptos subyacen en la teoría de la ad-
quisición del lenguaje ya expuestas, pareciera, por ejemplo, que las figuras de Saussure, Piaget y Chomsky -para
no citar más- tienen a una interpretación como sentido estricto, del lenguaje y del pensamiento. En cambio el
lingüista polaco Adam Schaff define su modo de entender, a partir de un sentido estricto de pensamiento, de-
ntro de una concepción de una muy estrecha indisolubilidad entre uno y otro. (Shaff, 1964). Por su parte, Vygots-
ky trabaja con un sentido, hasta cierto punto amplio del lenguaje, y tiende también a un sentido amplio del pen-
sar. Esta concepción lo ha llevado a imaginar una figura de intersección de dos círculos, uno de pensamiento y
otro de lenguaje, en la cual se hacen relevantes el pensamiento no verbal (A), el pensamiento verbal (B) y el
lenguaje no intelectual ( C ). (Es interesante recordar que también Piaget habla de un “Círculo genético “. Cfr .
p. 23.)
5

PENSAMIENTO

A B C

LENGUAJE

Relaciones lenguaje y pensamiento (Vygotsky).

El pensamiento no verbal, para Vygostky, comprendería la “inteligencia” de manifiesto en el uso de herra-


mientas, el “intelecto” práctico y aún el ejercicio personal del llamado “lenguaje interior“. El lenguaje no intelec-
tual incluiría, entre otros, el lenguaje lírico, esencialmente motivado por la emoción y el sentimiento. Habría que
incluir también aquí el lenguaje corriente expresivo y mucho del lenguaje de la interacción sociocultural. Lo an-
terior no sería posible para Schaff, para quien el pensamiento es todo verbal, ni para el español Ortega y Gasset,
quien afirma: “El pensamiento no existe sin la palabra: le es esencial ser formulado, expreso. Lo inexpreso e infor-
mulado, esto es, lo mudo, no ha sido pensado, no es sabido y queda secreto” (Ortega y Gasset, Lecciones de
metafísica).

Podríamos mencionar todavía un caso en que se toma el pensamiento en sentido mucho más restringido. La
venezolana Margarita de Sánchez, impulsora de los programas del Desarrollo de la Inteligencia el dicho país
considera que es diferente “conocer“ y “pensar“. “Conocer es tener los conceptos acerca de los objetos y
fenómenos y acerca de las relaciones entre ellos, en cambio pensar es operar con otros conceptos, fenómenos
y relaciones“ (De Sánchez, Maergarita. “Los procesos y el desarrollo de habilidades del pensamiento“, Caracas,
1.983).

Aquí optamos por un sentido estricto del lenguaje y por un sentido de pensamiento tan amplio como el de
Vygotsky. Se comprende que pensar no es sentir, ni actuar ni interactuar ni tampoco formular lo “ estético “; que
es indiscutible que hay un influjo mutuo que asegure el equilibrio personal. Pensar es conocer, desarrollar las ope-
raciones intelectuales y aplicar la razón, como parte rectora de la personalidad total, en la que se inserta e
influyen todas las vivencias, como el habla y la misma acción: la personalidad es una sola. Escuchemos la voz
autorizada de alguien que a llegado a conocerse bastante a sí mismo, a través del psicoanálisis:

Cuando pensamos, nuestros cuerpos sienten, cuando nuestros cuerpos sienten, nuestras mentes registran
automáticamente la reacción. Fundimos sentimiento y pensamiento, mente y cuerpo. Preguntamos: “¿Cómo
está usted?“ No “¿Cómo está su mente?“ o “¿Cómo está su cuerpo?”. Respondemos: “Bien“ o “Mal“ y no“ Mi
mente se siente bien“ o “Mi cuerpo se siente mal“.

( Freeman, Lucy . La lucha contra el miedo, 1960).

Es consenso general que el conocimiento no es un mero reflejo, más o menos fiel, del mundo externo, sino
una mediatización aprehensiva que resulta de una interacción del “sujeto“ con la realidad “objetiva“, a través
de la significación propia del lenguaje dentro de la cual es inherente un condicionamiento social. Es decir, el
conocimiento es un constructor en el que cabe lo objetivo, lo subjetivo y lo social, viabilizado por los signos lin-
güísticos.

La formación del concepto (tan ampliamente estudiado entre otros, por Vigotsky), parece partir de una ob-
servación, percepción y abstracción de la realidad para, mediante una generalización, identificar las caracterís-
ticas esenciales y comunes de las cosas. Por la observación el hombre llega a determinar los rasgos del concep-
to “árbol“, los cuales generaliza para aplicar a todos los objetos que sean árboles: ser, vivo, vegetal, con ramas y
hojas, alto, etc. La formación de los conceptos también se apoyan operaciones menores, como la compara-
ción, clasificación y otros, que permiten establecer similitudes (“árbol” y “planta“), diferencias (“piedra” y
“agua”) y relaciones de toda índole (“padre” e “hijo”, “relámpago” y “ trueno”, etc.).
6

Ahora bien, hasta tal punto a llegado el lenguaje a convertirse en forma suprema de canalización del cono-
cimiento que se ha pensado en la existencia de una cosmovisión lingüística o estructuración cognitiva del mun-
do inserta en cada lengua. Se trata del llamado relativismo lingüístico, apoyado en las teorías de Wohrf y Edward
Sapire (Sapire, 1966). En otras palabras, en cada lengua se analiza y organizan de manera distinta los datos de la
realidad para estructurar un tipo de conocimiento. Así se explica que en la lengua de los esquimales se puedan
nombrar muchos colores de la nieve, operación que no es posible hacer en otras lenguas. Sin duda, la realidad
es la misma, pero es vista y nombrada de manera diferente en cada lengua. ¿Por qué en griego, latín y alemán
se distingue un neutro además de un masculino y femenino? ¿Por qué en griego se puede expresar un número
dual, frente al singular y al plural? La expresión en inglés “I asked for it“ expresa de una manera típica lo que en
español sólo se diría con dos palabras: “lo pedí“. Los modismos o expresiones típicas de cada idioma, casi intra-
ducible a otro, son una manifestación de este hecho. Ejemplo de modismos en español: “un palo de agua”, “a
pie juntillas”, “perder el hilo“. En fin, no cabe duda que cada lengua hace parte de la cultura del pueblo respec-
tivo y que, en cierta medida condiciona y estructura la manera de conocer la realidad. Hablar una lengua es
casi pensar en dicha lengua, inserta en una cultura y por lo mismo, en una cosmovisión muy específica.

El relativismo lingüístico, aún así, que se manifiesta en los específicos de cada lengua -su gramática peculiar-,
no contradice los llamados universales lingüísticos. Éstos son los principios o propiedades comunes a todas las
lenguas los cuales se pueden determinar deductivamente del desarrollo del pensamiento y también a través de
la observación y análisis de las estructuras profundas del lenguaje, tal como se manifiesta en las lenguas del
mundo.

También podría gustarte