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Poesía Intensa de Pizarnik

Este documento es una antología poética de Alejandra Pizarnik seleccionada y prologada por Miguel Ángel Flores. Presenta una breve biografía de Pizarnik, nacida en Buenos Aires en 1939, y resume que su poesía explora temas como la búsqueda de identidad y el sentido en un caos existencial, influenciada por la lectura de surrealistas. Incluye poemas de sus distintos libros publicados entre 1958 y 1971.

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Poesía Intensa de Pizarnik

Este documento es una antología poética de Alejandra Pizarnik seleccionada y prologada por Miguel Ángel Flores. Presenta una breve biografía de Pizarnik, nacida en Buenos Aires en 1939, y resume que su poesía explora temas como la búsqueda de identidad y el sentido en un caos existencial, influenciada por la lectura de surrealistas. Incluye poemas de sus distintos libros publicados entre 1958 y 1971.

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ALEJANDRA PIZARNIK

ANTOLOGÍA POÉTICA

Prólogo y selección de
MIGUEL ÁNGEL FLORES

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL
DIRECCIÓN DE LITERATURA

MÉXICO, 2010
ÍNDICE

LA MÁSCARA Y EL POEMA: BREVE NOTA


SOBRE LA POESÍA DE ALEJANDRA PIZARNIK
MIGUEL ÁNGEL FLORES 4

DE LA ÚLTIMA INOCENCIA
LA ÚLTIMA INOCENCIA 8
SOLAMENTE 8
A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD 9
BALADA DE LA PIEDRA QUE LLORA 9
NOCHE 10
SUEÑO 10
LA ENAMORADA 11
CANTO 12
CENIZAS 12
SÓLO UN NOMBRE 13

DE LAS AVENTURAS PERDIDAS


CENIZAS 13
TIEMPO 14
EL DESPERTAR 14
ORIGEN 15
LA ÚNICA HERIDA 16
EL AUSENTE 16
LA CARENCIA 17

DE ÁRBOL DE DIANA 18

DE LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES


MEMORIA 20
COMUNICACIONES 20
CREPÚSCULO 21
SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR 21
LOS OJOS ABIERTOS 21
CAER 21
RELOJ 22
MADRUGADA 22
VERDE PARAÍSO 22
ANILLOS DE CENIZA 23

2
ANTES 23
SENTIDO DE SU AUSENCIA 23
LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES 24 SIGNOS
DESTRUCCIONES 24
POEMA 24
SILENCIOS 25 Todo hace el amor con el silencio.

DE EXTRACCIÓN DE LA PIEDRA DE LA LOCURA Me habían prometido un silencio como un fuego,


EL SUEÑO DE LA MUERTE… 25 una casa de silencio.
RESCATE 26
EL HERMOSO DELIRIO 26 De pronto el templo es un circo y la luz un tambor.
EN UN OTOÑO ANTIGUO 27
CAMINOS DEL ESPEJO 27
UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO 28
CANTORA NOCTURNA 28 NOMBRES Y FIGURAS
VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN… 29
LINTERNA SORDA 29
La hermosura de la infancia sombría, la tristeza
DE EL INFIERNO MUSICAL imperdonable entre muñecas, estatuas, cosas mudas,
PIEDRA FUNDAMENTAL 29 favorables al doble monólogo entre yo y mi antro
OJOS PRIMITIVOS 32 lujurioso, el tesoro de los piratas enterrado en mi
EL DESEO DE LA PALABRA 33 primera persona del singular.
LA PALABRA DEL DESEO 34
EN UN EJEMPLAR… 35 No se espera otra cosa que música y deja, deja que
L’OBSCURITÉ DES EAUX 35 el sufrimiento que vibra en formas traidoras y dema-
LA MÁSCARA Y EL POEMA 35 siado bellas llegue al fondo de los fondos.
SIGNOS 36
NOMBRES Y FIGURAS 36 Hemos intentado hacernos perdonar lo que no hi-
cimos, las ofensas fantásticas, las culpas fantasmas.
Por bruma, por nadie, por sombras, hemos expiado.

Lo que quiero es honorar a la poseedora de mi


sombra: la que sustrae de la nada nombres y figuras.

3 36
LA MÁSCARA Y EL POEMA:
EN UN EJEMPLAR BREVE NOTA SOBRE LA POESÍA
DE “LES CHANTS DE MALDOROR” DE ALEJANDRA PIZARNIK

Debajo de mi vestido ardía un campo con flores Uno es el nombre, Alejandra Pizarnik, conocido en el
alegres como los niños de la medianoche. ámbito de la lengua española. Otro, el conjunto de
una obra dispersa, publicada en breves volúmenes
El soplo de la luz en mis huesos cuando escribo la que nunca se reeditaron. La poesía de Alejandra Pi-
palabra tierra. Palabra o presencia seguida por anima- zarnik es la secreta posesión de unos cuantos lectores
les perfumados; triste como sí misma, hermosa como que supieron ver en ella una de las voces más perso-
el suicidio; y que me sobrevuela como una dinastía nales de la poesía escrita en nuestra lengua. Por cierto,
de soles. entre esos lectores devotos estuvo Alfonso Reyes, a
quien Alejandra Pizarnik envió un ejemplar dedicado
de La última inocencia.
Alejandra Pizarnik casi no tuvo biografía. Los da-
L’OBSCURITÉ DES EAUX tos más importantes de su vida están en sus libros.
Nació en Buenos Aires, Argentina, en el año de 1939.
En la Facultad de Filosofía y Letras inició la carrera
Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las de filosofía, en el año de 1954. Después optó por el
palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en mis estudio de las letras, que abandonó también. Se in-
ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me teresó por la pintura e hizo estudios con Juan Batlle
digo mis silencios. Toda la noche espero que mi len- Planas. Vivió en París durante cuatro años. Allí pro-
guaje logre configurarme. Y pienso en el viento que fundizó en la lectura de Lautréamont, Artaud y los
viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he cami- surrealistas. Su vida estuvo marcada por un exilio
nado bajo la lluvia desconocida. A mí me han dado interno. Había en Alejandra una fragilidad que la po-
un silencio pleno de formas y visiones (dices). Y co- nía en riesgo de sucumbir ante los embates de una
rres desolada como el único pájaro en el viento. feroz realidad. Su poesía es la búsqueda de una iden-
tidad, de una afirmación que le concediera sentido al
caos existencial en que se debatía.
Dos grandes poetas de nuestro continente nos seña-
LA MÁSCARA Y EL POEMA laron la importancia de su poesía: Octavio Paz y En-
rique Molina. Octavio Paz dejó constancia de su
interés por Alejandra Pizarnik al prologar el libro
El espléndido palacio de papel de los peregrinajes Árbol de Diana. Paz describe el árbol de Diana desde
infantiles. el punto de vista de la química, la botánica, la mito-
logía, la heráldica y la física. Químicamente, la poesía
A la puesta del sol pondrán a la volatinera en una de Pizarnik es una “cristalización verbal por amalga-
jaula, la llevarán a un templo ruinoso y la dejarán allí ma de insomnio pasional y lucidez meridiana en una
sola. disolución de realidad sometida a las más altas tem-
peraturas. El producto no contiene una sola partícula

35 4
de mentira”. Los poemas de Pizarnik son breves, de En la cima de la alegría he declarado acerca de una
una concentración que calcina a la realidad y a la música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera vivir so-
palabra. Esa intensidad de nombrar, de borrarse tras lamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema
el poema, de desnudarse ante el lenguaje, entusiasmó con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y
a Enrique Molina que dijo: (Alejandra) “sale indemne con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a
de esas acechanzas que consisten en abrir las puertas medida que cada letra de cada palabra haya sido sa-
del poema a notaciones de mero valor informativo, crificada en las ceremonias del vivir.
destinadas a recrear un latido o un instante, en el sen-
tido en que entiendo la poesía, como una transmuta-
ción de una realidad inmediata y circunstancial a un
plano de revelación”. LA PALABRA DEL DESEO
La cualidad más notable de los versos de Alejandra
Pizarnik es la tensión a la que somete las palabras,
esa tensión deriva de una intensidad poética queman- Esta espectral textura de la oscuridad, esta melodía
te. Lucidez para mirar dentro de sí misma, lucidez en los huesos, este soplo de silencios diversos, este ir
para advertir los signos de un mundo amenazante, abajo por abajo, esta galería oscura, oscura, este hun-
lucidez para elegir la palabra exacta y su contorno. dirse sin hundirse.
La poesía es una máscara que nos defiende, nos pres-
ta identidad y nos revela el lado oscuro de la vida. El ¿Qué estoy diciendo? Está oscuro y quiero entrar.
poema es un espejo, la única vía de acceso al mundo No sé qué más decir. (Yo no quiero decir, yo quiero
interior: Y qué es lo que vas a decir/ voy a decir sola- entrar.) El dolor en los huesos, el lenguaje roto a pa-
mente algo/ y qué es lo que vas a hacer/ voy a ocultar- ladas, poco a poco reconstituir el diagrama de la
me en el lenguaje/ y por qué/ tengo miedo. Para irrealidad.
Pizarnik el lenguaje tiene una doble función: es reve-
lación pero también es ocultamiento. La máscara y el Posesiones no tengo (esto es seguro; al fin algo se-
poema. El mundo sensible de Pizarnik participa de un guro). Luego una melodía. Es una melodía plañidera,
agudo conflicto: los elementos de la realidad son inasi- una luz lila, una inminencia sin destinatario. Veo la
bles. El poema sólo rescata algunos fragmentos que melodía. Presencia de una luz anaranjada. Sin tu mi-
expresan un yo fragmentado. Quizá por ello Alejan- rada no voy a saber vivir, también esto es seguro. Te
dra Pizarnik buscó la concentración, elaborar con suscito, te resucito. Y me dijo que saliera al viento y
esencias los símbolos que expresaran su drama per- fuera de casa en casa preguntando si estaba.
sonal. En una ocasión comentó sobre su “método”
para escribir poemas: “cada día son más breves mis Paso desnuda con un cirio en la mano, castillo frío,
poemas: pequeños fuegos para quien anduvo perdida jardín de las delicias. La soledad no es estar parada
en los extraños (...). Me concentro mucho tiempo en en el muelle, a la madrugada, mirando el agua con
un sólo poema. Y lo hago de una manera que recuer- avidez. La soledad es no poder decirla por no poder
da, tal vez, el gesto de los artistas plásticos: adhiero circundarla por no poder darle un rostro por no poder
la hoja de papel a un muro y la contemplo: cambio hacerla sinónimo de un paisaje. La soledad sería esta
palabras, suprimo versos. A veces al suprimir una pa- melodía rota de mis frases.
labra imagino otra en su lugar, pero sin saber aún su
nombre. Entonces a la espera de la palabra deseada,

5 34
Escribo contra el miedo. Contra el viento con ga- hago en su vacío un dibujo que la alude. Y este dibujo
rras que se aloja en mi respiración. es como un llamado ritual”. A veces ese vacío es la
mención de un silencio. El poema también está hecho
Y cuando por la mañana temes encontrarte muerta de silencio. La alusión sólo dibuja el perfil de lo que se
(y que no haya más imágenes): el silencio de la com- nombra. El deseo de la palabra se realiza desde la so-
prensión, el silencio del mero estar, en esto se van los ledad: poseer la palabra para desentrañar lo que somos.
años, en esto se fue la bella alegría animal. En el otro polo, la palabra del deseo cimenta su vi-
sión del mundo. El terror, el miedo, la muerte, son
enfrentados con una fragilidad que al final hará su-
cumbir a la autora. Acaso para ella haya sido insalva-
EL DESEO DE LA PALABRA ble la distancia entre la realidad y la palabra. En la
batalla desiciva de su drama interior se impuso la
victoria de la muerte, una obsesión que recorre toda
La noche, de nuevo la noche, la magistral sapiencia su poesía. En una ocasión Alejandra Pizarnik escri-
de lo oscuro, el cálido roce de la muerte, un instante bió: La muerte siempre al lado./ Escucho su decir./
de éxtasis para mí, heredera de todo jardín prohibido. Sólo me oigo. Versos que se complementan con los
siguientes: alguna vez/ alguna vez/ me iré sin que-
Pasos y voces del lado sombrío del jardín. Risas en darme/ me iré como quien se va. El 25 de septiembre
el interior de las paredes. No vayas a creer que están de 1972 dejó de existir Alejandra Pizarnik. Se quitó
vivos. No vayas a creer que no están vivos. En cual- la vida, es decir, se suicidó: mariposa atravesada por
quier momento la fisura en la pared y el súbito des- el alfiler incandescente de la realidad y el deseo.
bandarse de las niñas que fui.

Caen niñas de papel de variados colores. ¿Hablan MIGUEL ÁNGEL FLORES


los colores? ¿Hablan las imágenes de papel? Sola-
mente hablan las doradas y de ésas no hay ninguna
por aquí.

Voy entre muros que se acercan, que se juntan. To- NOTA: Alejandra Pizarnik escribió los siguientes libros de
da la noche hasta la aurora salmodiaba: Si no vino es poemas: La tierra más lejana. Buenos Aires, Ediciones
porque no vino. Pregunto. ¿A quién? Dice que pre- Botella al mar, 1955; La última inocencia. Buenos Aires,
gunta, quiere saber a quién pregunta. Tú ya no hablas Ediciones poesía, 1956; Las aventuras perdidas. (1958)
[no hay datos sobre su pie de imprenta]; Árbol de Diana.
con nadie. Extranjera a muerte está muriéndose. Otro
Buenos Aires, Sur, 1962; Los trabajos y las noches. Bue-
es el lenguaje de los agonizantes. nos Aires, Sudamericana, 1965; Extracción de la piedra
de la locura. Buenos Aires, Sudamericana, 1968; Nombres
He malgastado el don de transfigurar a los prohibi- y figuras. Barcelona, Ediciones La Esquina, 1969; El in-
dos (los siento respirar adentro de las paredes). Imposible fierno musical. Buenos Aires, Siglo XXI, 1971. La edito-
narrar mi día, mi vía. Pero contempla absolutamente sola rial Sudamericana ha anunciado su intención de publicar
la desnudes de estos muros. Ninguna flor crece ni crecerá la obra completa de Alejandra Pizarnik. Si consideramos
del milagro. A pan y agua toda la vida. la pésima distribución de la editorial y sus altos costos de
producción y distribución, no es difícil inferir que el libro
tendrá una circulación muy reducida y no será una gran

33 6
contribución al conocimiento de la poesía de Alejandra Y era un estremecimiento suavemente trepidante
Pizarnik en México. Este Material de Lectura sólo quiere (lo digo para aleccionar a la que extravió en mí su
ser una aproximación al mundo poético de Alejandra musicalidad y trepida con más disonancia que un ca-
Pizarnik y lo anima el propósito de difundir un conjunto ballo azuzado por una antorcha en las arenas de un
representativo de su obra.
país extranjero).

Estaba abrazada al suelo, diciendo un nombre. Creí


que me había muerto y que la muerte era decir un
nombre sin cesar.

No es esto, tal vez, lo que quiero decir. Este decir y


decirse no es grato. No puedo hablar con mi voz sino
con mis voces. También este poema es posible que
sea una trampa, un escenario más.

Cuando el barco alteró su ritmo y vaciló en el agua


violenta, me erguí como la amazona que domina so-
lamente con sus ojos azules al caballo que se encabri-
ta (¿o fue con sus ojos azules?). El agua verde en mi
cara, he de beber de ti hasta que la noche se abra.
Nadie puede salvarme pues soy invisible aun para mí
que me llamo con tu voz. ¿En dónde estoy? Estoy en
un jardín.

Hay un jardín.

OJOS PRIMITIVOS

En donde el miedo no cuenta cuentos y poemas, no


forma figuras de terror y de gloria.

Vacío gris es mi nombre, mi pronombre.

Conozco la gama de los miedos y ese comenzar a


cantar despacito en el desfiladero que reconduce ha-
cia mi desconocida que soy, mi emigrante de sí.

7 32
Las muñecas desventradas por mis antiguas manos DE LA ÚLTIMA INOCENCIA
de muñeca, la desilusión al encontrar pura estopa
(pura estepa tu memoria): el padre, que tuvo que ser
Tiresias, flota en el río. Pero tú, ¿por qué te dejaste LA ÚLTIMA INOCENCIA
asesinar escuchando cuentos de álamos nevados?

Yo quería que mis dedos de muñeca penetraran en Partir


las teclas. Yo no quería rozar, como una araña, el en cuerpo y alma
teclado. Yo quería hundirme, clavarme, fijarme, pe- partir
trificarme. Yo quería entrar en el teclado para entrar
adentro de la música para tener una patria. Pero la Partir
música se movía, se apresuraba. Sólo cuando un re- deshacerse de las miradas
frán reincidía, alentaba en mí la esperanza de que se piedras opresoras
estableciera algo parecido a una estación de trenes, que duermen en la garganta
quiero decir: un punto de partida firme y seguro; un
lugar desde el cual partir, desde el lugar, hacia el lu- He de partir
gar, en unión y fusión con el lugar. Pero el refrán era no más inercia bajo el sol
demasiado breve, de modo que yo no podía fundar no más sangre anonadada
una estación pues no contaba más que con un tren no más formar fila para morir
algo salido de los rieles que se contorsionaba y se
distorsionaba. Entonces abandoné la música y sus He de partir
traiciones porque la música estaba más arriba o más
abajo, pero no en el centro, en el lugar de la fusión y Pero arremete ¡viajera!
del encuentro. (Tú que fuiste mi única patria ¿en
dónde buscarte? Tal vez en este poema que voy es-
cribiendo).
SOLAMENTE
Una noche en el circo recobré un lenguaje perdido
en el momento que los jinetes con antorchas en la
mano galopaban en ronda feroz sobre corceles ne- ya comprendo la verdad
gros. Ni en mis sueños de dicha existirá un coro de
ángeles que suministre algo semejante a los sonidos estalla en mis deseos
calientes para mi corazón de los cascos contra las
arenas. y en mis desdichas
en mis desencuentros
(Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fie- en mis desequilibrios
les y verdaderas). en mis delirios

(Es un hombre o una piedra o un árbol el que va a ya comprendo la verdad


comenzar el canto…).
ahora
a buscar la vida

31 8
hasta hacerme una con la noche, hasta deshacerme
desnuda en la entrada del tiempo.
A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD
Un canto que atravieso como un túnel.
a Clara Silva
Presencias inquietantes,
Ese instante que no se olvida gestos de figuras que se aparecen vivientes por
Tan vacío devuelto por las sombras obra de un lenguaje activo que las alude,
Tan vacío rechazado por los relojes signos que insinúan terrores insolubles.
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas Una vibración de los cimientos, un trepidar de los
Sin ojos para recordar angustias de antaño fundamentos, drenan y barrenan,
Sin labios para recoger el zumo de las violencias y he sabido dónde se aposenta aquello tan otro que
Perdidas en el canto de los helados campanarios es yo, que espera que me calle para tomar posesión
de mí y drenar y barrenar los cimientos, los fundamen-
Ampáralo niña ciega de alma tos,
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego aquello que me es adverso desde mí, conspira, to-
Abrázalo pequeña estatua de terror ma posesión de mi terreno baldío,
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas no,
Tiritantes de pavor frente al futuro he de hacer algo,
Dile que los suspiros del mar no,
Humedecen las únicas palabras no he de hacer nada,
Por las que vale vivir
algo en mí no se abandona a la cascada de cenizas
Pero ese instante sudoroso de nada
que me arrasa dentro de mí con ella que es yo, con-
Acurrucado en la cueva del destino
migo que soy ella y que soy yo, indeciblemente dis-
Sin manos para decir nunca
tinta de ella.
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos
En el silencio mismo (no en el mismo silencio)
tragar noche, una noche inmensa inmersa en el sigilo
de los pasos perdidos.
BALADA DE LA PIEDRA QUE LLORA
No puedo hablar para nada decir. Por eso nos per-
a Josefina Gómez Errázuriz demos, yo y el poema, en la tentativa inútil de trans-
cribir relaciones ardientes.
la muerte se muere de risa pero la vida
se muere de llanto pero la muerte pero la vida ¿A dónde la conduce esta escritura? A lo negro, a
pero nada nada nada lo estéril, a lo fragmentado.

9 30
blanco, hay un corazón verde tatuado con los ecos de NOCHE
los latidos de su corazón muerto. Expuesta a todas las
perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada Quol, taujours? Entre mol sans cesse
et le bonheur!
que es ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar
G. de Nerval
de la niebla verde en los labios y del frío gris en los
ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre la Tal vez esta noche no es noche,
sed y la mano que busca el vaso. Ella canta. debe ser un sol horrendo, o
lo otro, o cualquier cosa…
¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA cuando la sangre llora y llora!

¡Pudiera ser tan feliz esta noche!


Esta lila se deshoja. Si sólo me fuera dado palpar
Desde sí misma cae las sombras, oír pasos,
y oculta su antigua sombra. decir “buenas noches” a cualquiera
He de morir de cosas así. que pasease a su perro,
miraría la luna, dijera su
extraña lactescencia, tropezaría
con piedras al azar, como se hace.
LINTERNA SORDA
Pero hay algo que rompe la piel,
una ciega furia
Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche que corre por mis venas.
tiene el color de los párpados del muerto. ¡Quiero salir! Cancerbero del alma:
Toda la noche hago la noche. Toda la noche escri- ¡Deja, déjame traspasar tu sonrisa!
bo. Palabra por palabra yo escribo la noche.
¡Pudiera ser tan feliz esta noche!
Aún quedan ensueños rezagados.
¡Y tantos libros! ¡Y tantas luces!
DE EL INFIERNO MUSICAL ¡Y mis pocos años! ¿Por qué no?
La muerte está lejana. No me mira.
¡Tanta vida Señor!
PIEDRA FUNDAMENTAL ¿Para qué tanta vida?

No puedo hablar con mi voz sino con mis voces.


SUEÑO

Sus ojos eran la entrada del templo, para mí, que


soy errante, que amo y muero. Y hubiese cantado Estallará la isla del recuerdo
La vida será un acto de candor

29 10
Prisión Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy so-
para los días sin retorno la y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que
Mañana tiembla.
los monstruos del buque destruirán la playa
sobre el vidrio del misterio Aun si digo sol y luna y estrellas me refiero a cosas
Mañana que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
la carta desconocida encontrará las manos del alma Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me


LA ENAMORADA levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un
país al viento.
esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie
te arrastra alejandra no lo niegues me aguardó pues al mirar quién me aguardaba no vi
otra cosa que a mí misma.
hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO

enviarás mensajes sonreirás


tremolarás tus manos así volverá El perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue en
tu amado tan amado el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero
con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y
oyes la demente sirena que lo robó con un sombrero de hojas secas.
el barco con barbas de espuma He tenido muchos amores —dije— pero el más
donde murieron las risas hermoso fue mi amor por los espejos.
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro CANTORA NOCTURNA
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú Joe, macht die Musik von
damals nacht...
te remuerden los días
a Olga Orozco
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
La que murió de su vestido azul está cantando.
desesperada ¿adónde vas?
Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad. Aden-
desesperada ¡nada más!
tro de su canción hay un vestido azul, hay un caballo

11 28
de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y
hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor in-
cesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu
respiración, de tu desolación, de tu traición. Es tan CANTO
oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo.
Oh habla del silencio.
el tiempo tiene miedo
el miedo tiene tiempo
el miedo
EN UN OTOÑO ANTIGUO
pasea por mi sangre
a Marie-Jeanne Noirot arranca mis mejores frutos
devasta mi lastimosa muralla
¿Cómo se llama el nombre?
destrucción de destrucciones
Un color como un ataúd, una transparencia que no sólo destrucción
atravesarás.
y miedo
¿Y cómo es posible no saber tanto? mucho miedo
miedo

CAMINOS DEL ESPEJO


CENIZAS

Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pa-


sara nada, lo cual es cierto. La noche se astilló en estrellas
mirándome alucinada
Como una niña de tiza rosada en un muro muy el aire arroja odio
viejo súbitamente borrada por la lluvia. embellecido su rostro
con música
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la
que serás y asusta a la niña que fuiste. Pronto nos iremos

Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el Arcano sueño


fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo. antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca y hay candado pero no llaves
cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el vien- y hay pavor pero no lágrimas
to. Todo cerrado y el viento adentro.
¿Qué haré conmigo?

27 12
lúgubre, la muerte en un vestido rojo, la bella, la fu-
Porque a Ti te debo lo que soy nesta, la espectral, la que toda la noche pulsó un arpa
hasta que adormecí dentro del sueño.
Pero no tengo mañana
…La muerte es una palabra.
Porque a Ti te…

La noche sufre
RESCATE

a Octavio Paz
SÓLO UN NOMBRE
Y es siempre el jardín de lilas del otro lado del río.
Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá:
alejandra alejandra del otro lado del río, no éste sino aquél.
debajo estoy yo
alejandra

EL HERMOSO DELIRIO

DE LAS AVENTURAS PERDIDAS


Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en rui-
nas en la memoria. Allí yo, ebria de mil muertes, hablo
CENIZAS de mí conmigo sólo por saber si es verdad que estoy
debajo de la hierba. No sé los nombres. ¿A quién le
dirás que no sabes? Te deseas otra. La otra que eres
Hemos dicho palabras, se desea otra. ¿Qué pasa en la verde alameda? Pasa
palabras para despertar muertos, que no es verde y ni siquiera hay una alameda. Y
palabras para hacer un fuego, ahora juega a ser esclava para ocultar tu corona
palabras donde poder sentarnos ¿otorgada por quién? ¿quién te ha ungido? ¿quién te
y sonreír. ha consagrado? El invisible pueblo de la memoria
más vieja. Perdida por propio designio, has re-
Hemos creado el sermón nunciado a tu reino por las cenizas. Quien te hace
del pájaro y del mar, doler te recuerda antiguos homenajes. No obstante,
el sermón del agua, lloras funestamente y evocas tu locura y hasta quisie-
el sermón del amor. ras extraerla de ti como si fuese una piedra, a ella, tu
solo privilegio. En un muro blanco dibujas las ale-
Nos hemos arrodillado gorías del reposo, y es siempre una reina loca que
y adorado frases extensas yace bajo la luna sobre la triste hierba del viejo jar-
como el suspiro de la estrella, dín. Pero no hables de los jardines, no hables de la
frases como olas, luna, no hables de la rosa, no hables del mar. Habla
frases con alas.

13 26
SILENCIOS
Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
La muerte siempre al lado. para las miradas y sus terribles
Escucho su decir. caminos.
Sólo me oigo.

TIEMPO
DE EXTRACCIÓN DE LA PIEDRA DE LA LOCURA
a Olga Orozco

EL SUEÑO DE LA MUERTE O EL LUGAR Ya no sé de la infancia


DE LOS CUERPOS POÉTICOS más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
Esta noche, dijo, desde el ocaso, me a mi otra orilla.
cubrían con una mortaja negra en
un lecho de cedro.
Me escanciaban vino azul mez-
clado con amargura.
EL CANTAR DE LAS HUESTES DE IGOR EL DESPERTAR

a León Ostrov
Toda la noche escucho el llamamiento de la muer-
te, toda la noche escucho el canto de la muerte junto Señor
al río, toda la noche escucho la voz de la muerte que la jaula se ha vuelto pájaro
me llama. y se ha volado
y mi corazón está loco
Y tantos sueños unidos, tantas posesiones, tantas porque aulla a la muerte
inmersiones en mis posesiones de pequeña difunta en y sonríe detrás del viento
un jardín de ruinas y de lilas. Junto al río la muerte a mis delirios
me llama. Desoladamente desgarrada en el corazón
escucho el canto de la más pura alegría. Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
…Más desde adentro: el objeto sin nombre que na-
ce y se pulveriza en el lugar en que el silencio pesa Ya no baila la luz en mi sonrisa
como barras de oro y el tiempo es un viento afilado ni las estaciones queman palomas en mis ideas
que atraviesa una grieta y es esa su sola declaración. Mis manos se han desnudado
Hablo del lugar en que se hacen los cuerpos poéticos y se han ido donde la muerte
—como una cesta llena de cadáveres de niñas. Y es enseña a vivir a los muertos
en ese lugar donde la muerte está sentada, viste un
traje muy antiguo y pulsa un arpa en la orilla del río Señor
el aire me castiga el ser

25 14
Detrás del aire hay monstruos en mi memoria
que beben de mi sangre por su rostro
que ardiendo en mi poema
Es el desastre dispersa hermosamente
Es la hora del vacío no vacío un perfume
Es el instante de poner cerrojo a los labios a amado rostro desaparecido
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada
(...) LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES

Señor
Arroja los féretros de mi sangre para reconocer en la sed mi emblema
para significar el único sueño
Recuerdo mi niñez para no sustentarme nunca de nuevo en el amor
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos he sido toda ofrenda
porque la danza salvaje de la alegría un puro errar
les destruía el corazón de loba en el bosque
en la noche de los cuerpos
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña para decir la palabra inocente
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor DESTRUCCIONES
La jaula se ha vuelto pájaro
en besos, no en razones
y ha devorado mis esperanzas QUEVEDO

Señor Del combate con las palabras ocúltame


La jaula se ha vuelto pájaro y apaga el furor de mi cuerpo elemental.
Qué haré con el miedo

POEMA
ORIGEN

Tú eliges el lugar de la herida


La luz es demasiado grande en donde hablamos nuestro silencio.
para mi infancia. Tú haces de mi vida
Pero ¿quién me dará la respuesta jamás usada? esta ceremonia demasiado pura.
Alguna palabra que me ampare del viento,

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ANILLOS DE CENIZA alguna verdad pequeña en que sentarme
y desde la cual vivirme,
a Cristina Campo alguna frase solamente mía
que yo abrace cada noche,
Son mis voces cantando en la que me reconozca,
para que no canten ellos, en la que me exista.
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia. Pero no. Mi infancia
sólo comprende al viento feroz
Hay, en la espera, que me aventó al frío
un rumor a lila rompiéndose. cuando campanas muertas
Y hay, cuando viene el día, me anunciaron.
una partición del sol en pequeños soles negros.
Y cuando es de noche, siempre, Sólo una melodía vieja,
una tribu de palabras mutiladas algo con niños de oro, con alas de piel verde,
busca asilo en mi garganta, caliente, sabio como el mar,
para que no canten ellos, que tirita desde mi sangre,
los funestos, los dueños del silencio. que renueva mi cansancio de otras edades.

ANTES LA ÚNICA HERIDA

a Eva Durrell
¿Qué bestia caída de pasmo
bosque musical se arrastra por mi sangre
y quiere salvarse?
los pájaros dibujaban en mis ojos
pequeñas jaulas He aquí lo difícil:
caminar por las calles
y señalar el cielo o la tierra

SENTIDO DE SU AUSENCIA

EL AUSENTE
si yo me atrevo
a mirar y a decir
es por su sombra I
unida tan suave
a mi nombre
allá lejos La sangre quiere sentarse
en la lluvia Le han robado su razón de amor.

23 16
Ausencia desnuda. de nombres, de figuras.
Me deliro, me desplumo. Alguien soñó muy mal,
¿Qué diría el mundo si Dios alguien consumió por error
lo hubiera abandonado así? las distancias olvidadas.

II
RELOJ
Sin ti
el sol cae como un muerto abandonado
Dama pequeñísima
Sin ti moradora en el corazón de un pájaro
me tomo en mis brazos sale al alba a pronunciar una sílaba
NO
y me llevo a la vida
a mendigar fervor.

MADRUGADA
LA CARENCIA

Desnudo soñando una noche solar.


Yo no sé de pájaros,
He yacido días animales.
no conozco la historia del fuego.
El viento y la lluvia me borraron
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
como a un fuego, como a un poema
escrito en un muro.

DE ÁRBOL DE DIANA

a Laure Bataillon
VERDE PARAÍSO

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor


dice que tiene miedo de la muerte del amor extraña que fui
dice que el amor es muerte es miedo cuando vecina de lejanas luces
dice que la muerte es miedo es amor atesoraba palabras muy puras
dice que no sabe para crear nuevos silencios

sólo la sed
el silencio
ningún encuentro

17 22
CREPÚSCULO
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
La sombra cubre pétalos mirados de la viajera con el vaso vacío
El viento se lleva el último gesto de una hoja y de la sombra de su sombra
El mar ajeno y doblemente mudo
en el verano que apiada por sus luces

Un deseo de aquí a Aurora y Julio Cortázar


Una memoria de allá
AHORA BIEN:

Quién dejará de hundir su mano en busca


SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR del tributo para la pequeña olvidada. El frío
pagará. Pagará el viento. La lluvia pagará.
a Ivonne A. Bordelois Pagará el trueno.

Mañana por un minuto de vida breve


me vestirán con cenizas al alba, único de ojos abiertos
me llenarán la boca de flores. por un minuto de ver
Aprenderé a dormir en el cerebro flores pequeñas
en la memoria de un muro, danzando como palabras en la boca de un mundo
en la respiración
de un animal que sueña. ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
ella tiene miedo de no saber nombrar
LOS OJOS ABIERTOS de sus visiones
lo que no existe
Alguien mide sollozando
la extensión del alba. Salta con la camisa en llamas
Alguien apuñala la almohada de estrella a estrella,
en busca de su imposible de sombra en sombra.
lugar de reposo. Muere de muerte lejana
la que ama al viento.

Estos huesos brillando en la noche,


CAER estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado
este verde muy amado,
Nunca de nuevo la esperanza este lila caliente,
en un ir y venir

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este corazón sólo misterioso.

ahora a Esther Judith Singer-Calvino


en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada alguna vez
alguna vez tal vez
no más las dulces metamorfosis de una niña de seda me iré sin quedarme
sonámbula ahora en la cornisa de niebla me iré como quien se va

su despertar de mano respirando


de flor que se abre al viento
DE LOS TRABAJOS Y LAS NOCHES
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome
MEMORIA
El poema que no digo,
el que no merezco. a Jorge Gaitán Duran
Miedo de ser dos
camino del espejo: Arpa de silencio
alguien en mí dormido en donde anida el miedo.
me come y me bebe. Gemido lunar de las cosas
significando ausencia.
como un poema enterado
del silencio de las cosas Espacio de color cerrado.
hablas para no verme Alguien golpea y arma
un ataúd para la hora,
en la noche otro ataúd para la luz.

un espejo para la pequeña muerta

un espejo de cenizas COMUNICACIONES


una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
El viento me había comido
la rebelión consiste en mirar una rosa parte de la cara y las manos.
hasta pulverizarse los ojos Me llamaban ángel harapiento.
Yo esperaba.
te alejas de los nombras
que hilan el silencio de las cosas

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