Libro Eco Horticultura
Libro Eco Horticultura
2009
Índice
I.-Introducción
1.1 La crisis planetaria y el eco-analfabetismo
II.-Fundamentación teórica
La eco-alfabetización
2.1.1 El pensamiento/práctica sistémica
2.1.2 La cosmovisión tolteca
2.1.3 Articulación de ambas visiones y sus implicaciones para la eco-alfabetización.
2.2 Eco-alfabetización y educación ambiental: hacia nuevas formas de la sostenibilidad
2.3 Eco-Horticultura
2.3.1 Historia
2.3.2 Problemática humana
2.3.3 Visión convencional y visión sistémica
2.4 El huerto: biosistemas y re-aprendizaje sistémico
III.-Justificación
IV.-Objetivos
4.1 Objetivo general
4.2 Objetivos específicos
V.-Metodología
5.1. Dinámicas de trabajo
5.1.1 Procesos de auto-conocimiento: cuerpo y sensibilización
5.1.2 Procesos de eco-conocimiento: de la organización comunitaria
5.1.2 Las herramientas
5.1.3 Especies sembradas
VI.-Propuesta general
6.1 Huertogénesis: Procesos de vida del eco-huerto
6.1.1 Módulos de re-aprendizaje
6.1.1.1 Gestación del huerto
6.1.1.2 Co-diseño básico - Apropiación y Limpieza
6.1.1.3 Co-diseño del huerto en desarrollo
6.1.1.3.1 Siembra
6.1.1.3.2 Crecimiento
6.1.1.3.3 Compostaje
6.1.1.3.4 Munidad
6.1.1.3.5 Cosecha
6.1.1.4 La Physis del huerto: el trabajo con los 4 elementos
VII.-Ecología Organizacional y praxis: el huerto como espacio y tiempo
7.1 Diario de campo
7.2 Calendarización de actividades
7.2.1 Plan semanal
7.2.2 Plan mensual
7.2.3 Plan anual
VIII.-Resultados
8.1 Reporte de Investigación-Acción participativa
IX.-Discusión
9.1 La experiencia del huerto como un sistema: el resultado de un proceso de eco-alfabetización
X.-Conclusión
XI.-Bibliografía
XII.-Anexos
12.1 Mapa y croquis
12.2 Listado de especies
12.3 Fotos
12.4 Manual de Eco-Horticultura
Se podría decir que las razones causantes de esta crisis planetaria son los gobiernos deficientes, las firmas de
tratados políticamente suavizados, la falta de educación a nivel mundial o la ausencia de leyes pertinentes y
meramente estrictas, cuando otra perspectiva mas real nos muestra desde la ecología profunda y la sabiduría
de los antiguos pueblos tradicionales que el problema medular de la terrible situación ecológica en la que se
encuentra sumergida la humanidad se debe a su eco-analfabetismo.
2.1 La Eco-alfabetización
(Ecoliteracy)
Hoy en día se ha visto un creciente analfabetismo y alejamiento respecto a los saberes básicos de la
existencia, particularmente aquellos relacionados con la Tierra, los alimentos y su producción, así como los
ciclos de la naturaleza y demás procesos asociados, además de sus consecuencias para la vida, la salud y el ser
social.
El tener una conciencia ecológica no significa únicamente que reciclemos latas y papeles, que no tiremos
basura en las calles y que no matemos animales. Eso es conciencia ecológica racional, pero la conciencia
ecológica profunda, esencial y en la que desgraciadamente no pensamos y mucho menos sentimos y vivimos,
es la de poder sentirnos parte del todo, lo que significa poder sentir lo que está ocurriendo a nuestro
alrededor, en el gran tejido de la vida.
Reconectarse con el tejido de la vida significa construir y nutrir comunidades sustentables en las que podamos
satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones, sin disminuir las oportunidades de generaciones futuras. Para
esta tarea, podemos aprender valiosas lecciones del estudio de los ecosistemas, que son la representación de
verdaderas comunidades sostenibles de plantas, animales y microorganismos.. Para comprenderlos, debemos
entender primero los principios básicos de la ecología; debemos alfabetizarnos ecológicamente.
Estar ecológicamente alfabetizado, o ser “ecoalfabeto”, significa comprender los principios de organización
de las comunidades ecológicas, los ecosistemas, y utilizar dichos principios para crear comunidades humanas
sostenibles. Es necesario revitalizar nuestras comunidades- incluyendo las educativas, las de negocios y las
políticas-, de modo que los principios de la ecología se manifiesten en ellas como principios de educación,
empresa y política.
Lo que se pretende con este trabajo es plantear la práctica de la eco-horticultura ligada a la sostenibilidad
personal y planetaria como espacio para la eco-alfabetización a través del cuidado y sanación, de rescate del
conocimiento tradicional, personal, y ecológico; hacia un cambio en la percepción y en el formar parte de
nuestra casa, la madre tierra.
Para poder articular la curricula ecoalfabetizadora del huerto se requiere develar (teorizar) las posibilidades
críticas (como trabajo físico-emocional, recomunalización, reconexión con los saberes tradicionales, etc.) de
cada uno de los estadios de la huertogénesis (actividades tipo) para que una vez evidenciados sus matices,
geometrías, conexiones, cualidades, se puedan utilizar dichas singularidades para desarrollar los distintos
aspectos del proceso que se desea trabajar.
La teoría de los sistemas expuesta en el libro “la trama de la vida” de Fritjof Capra, provee de un marco
conceptual para el establecimiento del vínculo entre comunidades ecológicas y humanas. Ambas son sistemas
vivos que exhiben los mismos principios básicos de organización.
Son redes organizativamente cerradas, pero abiertas a los flujos de energía y recursos; sus estructuras se
hallan determinadas por sus historiales cambios de estructura; son inteligentes debido a las dimensiones
cognitivas inherentes en los procesos de la vida.
Existen, por supuesto, múltiples diferencias entre comunidades humanas y ecosistemas. En estos no se dan la
autoconciencia, el lenguaje, la conciencia y la cultura ni, por consiguiente, la justicia y la democracia, pero
tampoco la codicia y la deshonestidad. Nada podemos aprender de los ecosistemas sobre estos valores y
limitantes humanos. Pero lo que sí podemos y debemos aprender de ellos, es cómo vivir sosteniblemente. A lo
largo de más de tres mil millones de años de evolución, los ecosistemas del planeta se han organizado de
formas sutiles y complejas para maximizar su sostenibilidad. Esta sabiduría de la naturaleza es la esencia de la
alfabetización ecológica.
La interdependencia
El primero de dichos principios es el de interdependencia. Todos los miembros de una comunidad ecológica
se hallan interconectados en una vasta e intricada red de relaciones, la trama de la vida. Sus propiedades
esenciales y, de hecho, su misma existencia se derivan de estas relaciones. El comportamiento de cada
miembro viviente dentro de un ecosistema depende del comportamiento de muchos otros. El éxito de toda la
comunidad depende del de sus individuos, mientras que el éxito de estos depende del de la comunidad como
un todo.
Comprender la interdependencia ecológica significa comprender relaciones. Esta comprensión requiere los
cambios de percepción característicos del pensamiento sistémico: de las partes al todo, de objetos a
relaciones, de contenido a patrón. Una comunidad humana sostenible es conciente de las múltiples relaciones
entre sus miembros. Nutrir estas relaciones equivale a nutrir la comunidad.
El hecho de que el patrón básico de la vida sea el de red significa que las relaciones entre los miembros de
una comunidad ecológica son no-lineales, e incluyen múltiples bucles de retroalimentación. Las cadenas
lineales de causa-efecto se dan muy raramente en los ecosistemas. De este modo, cualquier perturbación no
tendrá un único efecto, si no que sus consecuencias repercutirán en patrones en constante expansión. De
hecho, puede verse incluso amplificada por circuitos de retroalimentación independientes, capaces de llegar a
ocultar la fuente original de la perturbación.
La naturaleza cíclica de los procesos ecológicos constituye otro importante principio de ecología. Los
circuitos de retroalimentación son caminos a lo largo de los cuales los nutrientes son constantemente
reciclados. Como sistemas abiertos, todos los organismos de un ecosistema producen desechos, pero lo que es
residuo para una especie constituye alimento para otra, de modo que el sistema como un todo no produce
desperdicios. Comunidades enteras de organismos han evolucionado de este modo a lo largo de miles de
millones de años, usando y reciclando sin cesar las mismas moléculas de minerales, agua y aire.
En este caso, la lección para las comunidades humanas resulta evidente. Uno de los principales conflictos
entre economía y ecología deriva del hecho de que la naturaleza es cíclica, mientras que nuestros sistemas
industriales son lineales. Nuestros negocios absorben recursos, los transforman en productos y desperdicio y
venden esos productos a los consumidores, que a su vez producirán mas desperdicios al usarlos. Para ser
sostenibles, los patrones de producción y consumo deben de ser cícilos, a semejanza de los procesos
naturales. Para alcanzar semejantes patrones cícilos, debemos rediseñar fundamentalmente nuestros negocios
y nuestra economía.
Los ecosistemas difieren de los organismos individuales en que aquellos son en gran medida (aunque no
completamente) sistemas cerrados con respecto al flujo de materia, pero abiertos con respecto al flujo de
energía. La fuente primaria para ese flujo de energía es el sol. La energía solar, transformada en la energía
química por las plantas verdes por medio de la fotosíntesis, mantiene a la mayoría de los ciclos ecológicos.
Las implicaciones para el mantenimiento de comunidades humanas sustentables son de nuevo obvias. La
energía solar en sus muchas formas -luz solar para calefacción y electricidad fotovoltaica, viento y energía
hidroeléctrica, biomasa, etcétera- es el único tipo de energía que es renovable, económicamente eficaz y que
no es nociva para el medio ambiente. Por no prestar atención a este hecho ecológico, nuestros líderes políticos
y corporativos ponen una y otra vez en peligro la salud y el bienestar de millones de personas alrededor del
mundo. La guerra de 1991 en el Golfo Pérsico, por ejemplo, que mató a centenares de miles, empobreció a
millones y causó desastres ambientales inauditos, tuvo su origen en gran parte en las políticas energéticas
equivocadas de los gobiernos estadounidenses de Reagan y Bush.
Describir la energía solar como económicamente eficaz supone que se cuenten honestamente los costos de
producción de energía. Éste no es el caso en la mayoría de las actuales economías de mercado. El llamado
mercado libre no proporciona la información apropiada a los consumidores, porque los costos sociales y
medioambientales de producción no son parte de los modelos económicos actuales. Estos costos son
etiquetados como variables "externas" por los economistas del gobierno y de las corporaciones, porque no
encajan en su encuadre teórico.
Los economistas de las corporaciones no sólo tratan como artículos de consumo gratuito al aire, al agua y a la
tierra, sino también al delicado tejido de las relaciones sociales, que son profundamente afectadas por la
continua expansión económica. Las ganancias privadas se hacen a un gran costo público en cuanto al
deterioro del ambiente y de la calidad de la vida en general, y a costa de las generaciones futuras. El sistema
comercial simplemente nos da información incorrecta. No hay retroalimentación, y una alfabetización
ecológica básica nos dice que semejante sistema no es sustentable.
Una de las maneras más eficaces de cambiar la situación sería una reforma fiscal ecológica. Tal reforma sería
estrictamente neutral a las ganancias, pasando la carga tributaria de los impuestos a los ingresos a los
"ecoimpuestos". Esto significa que se agregarían impuestos a los productos existentes, a las formas de
energía, servicios y materiales, para que los precios reflejaran los verdaderos costos. Para tener éxito, una
reforma impositiva ecológica necesita ser un proceso lento y a largo plazo, para dar tiempo suficiente a las
nuevas tecnologías y a los modelos de consumo a adaptarse, y los ecoimpuestos deben ser aplicados de forma
previsible para alentar la innovación industrial.
Semejante reforma impositiva ecológica, lenta y a largo plazo, gradualmente sacaría del mercado a las
tecnologías y modelos de consumo despilfarradores y dañinos. A medida que subieran los precios de la
energía, con las correspondientes reducciones al impuesto a las ganancias para compensar el aumento, las
personas cambiarán cada vez más de los automóviles a las bicicletas, a usar el transporte público y a
compartir vehículos para ir a trabajar. Al subir los impuestos a los productos petroquímicos y al combustible,
de nuevo con reducciones compensadoras en los impuestos al ingreso, el cultivo orgánico no sólo sería el más
saludable sino también la forma más barata de producir alimentos.
Actualmente, los ecoimpuestos están siendo discutidos seriamente en varios países europeos y probablemente
serán introducidos tarde o temprano en todos los países. Para permanecer competitivos bajo tal sistema nuevo,
los gerentes y empresarios necesitarán volverse ecológicamente letrados. En particular, el conocimiento
detallado del flujo de energía y materia a través de una compañía será esencial, y por esto, la práctica
recientemente desarrollada de "ecoauditorías" será de gran importancia.
Una ecoauditoría se preocupa por las consecuencias medioambientales de los flujos de materia, energía y
personas a través de una compañía, y, por consiguiente, con los verdaderos costos de producción.
Cooperación y asociación
La asociación es una característica esencial de las comunidades sustentables. Los intercambios cíclicos de
energía y recursos en un ecosistema son mantenidos por una cooperación profunda. De hecho, hemos visto
que desde la creación de las primeras células con núcleo, hace más de dos mil millones años, la vida en la
Tierra ha procedido a través de arreglos cada vez más intrincados de cooperación y evolución conjunta. La
tendencia a la asociación -a relacionarse, a establecer lazos, a vivir uno dentro de otro y cooperar- es uno de
los sellos de vida.
En las comunidades humanas asociarse significa democracia y fortalecimiento personal, porque cada
miembro de la comunidad juega un papel importante. Combinando el principio de asociación con la dinámica
de cambio y desarrollo, podemos también usar metafóricamente en las comunidades humanas el término de
"coevolución". A medida que una asociación progresa, cada miembro entiende mejor las necesidades de los
demás. En una sociedad verdadera, comprometida, ambas partes aprenden y cambian -coevolucionan. Aquí
también notamos la tensión fundamental entre el desafío de una sustentabilidad ecológica y la estructura de
nuestras sociedades actuales, entre la economía y la ecología. La economía enfatiza la competencia, la
expansión y la dominación; la ecología da énfasis a la cooperación, la conservación y la asociación.
Los principios de ecología mencionados hasta el momento -interdependencia, flujo cíclico de recursos,
cooperación y asociación- son todos aspectos diferentes del mismo modelo de organización. Así es como se
organizan los ecosistemas para aumentar al máximo la sustentabilidad.
Flexibilidad y diversidad
Entendido este modelo, podemos hacer preguntas más detalladas. Por ejemplo, ¿cuál es la flexibilidad de
estas comunidades ecológicas? ¿Cómo reaccionan a perturbaciones externas? Estas preguntas nos llevan a
otros dos principios de ecología -flexibilidad y diversidad- que son los que permiten que los ecosistemas
sobrevivan a las perturbaciones y se adapten a las condiciones cambiantes.
La flexibilidad de un ecosistema es una consecuencia de sus múltiples lazos de retroalimentación, los cuales
tienden a devolverlo al balance cuando hay una desviación de la norma, debido a cambios de las condiciones
en el medio ambiente. Por ejemplo, si un verano extraordinariamente caluroso da como resultado un
crecimiento mayor de algas en un lago, algunas especies de peces que se alimentan de estas algas pueden
crecer y reproducirse más, y al aumentar su cantidad empieza a disminuir la cantidad de algas. Una vez que su
fuente principal de comida se reduzca, los peces empezarán a morir. Conforme disminuye la población de
peces, las algas se recuperarán y extenderán de nuevo. De esta manera, la perturbación original genera una
fluctuación alrededor de un lazo de retroalimentación, que a la larga trae al sistema peces/algas de regreso al
equilibrio.
Perturbaciones de ese tipo ocurren todo el tiempo, porque las cosas en el medio ambiente cambian todo el
tiempo, y así el efecto neto es una fluctuación incesante. Todas las variables que podemos observar en un
ecosistema -densidad de población, disponibilidad de nutrientes, patrones del tiempo y demás- siempre
fluctúan. Así es como los ecosistemas se mantienen en un estado flexible, preparados para adaptarse a las
condiciones cambiantes. El tejido de la vida es una red flexible, siempre fluctuante. Entre más variables se
mantienen fluctuando, más dinámico es el sistema, mayor es su flexibilidad y, también, mayor es su habilidad
para adaptarse a condiciones cambiantes.
Todas las fluctuaciones ecológicas tienen lugar dentro de ciertos límites de tolerancia. Siempre existe el
peligro de que se derrumbe todo el sistema cuando una fluctuación va más allá de esos límites y el sistema ya
no puede compensarla. Lo mismo es cierto para las comunidades humanas. La falta de flexibilidad se
manifiesta como tensión. En particular, hay tensión cuando una o más variables del sistema son llevadas a sus
valores extremos, lo que induce una mayor rigidez en todo el sistema. La tensión temporal es un aspecto
esencial de vida, pero la tensión prolongada es dañina y destructiva para el sistema. Estas consideraciones
llevan a la importante comprensión de que dirigir un sistema social -una compañía, una ciudad o una
economía- significa encontrar los valores óptimos de las variables del sistema. Si uno intenta aumentar al
máximo una sola variable cualquiera en lugar de optimizarla, esto llevará invariablemente a la destrucción del
sistema como conjunto.
El principio de flexibilidad también hace pensar en una estrategia correspondiente para la resolución de
conflictos. En cada comunidad habrá invariablemente contradicciones y conflictos que no pueden resolverse a
favor de uno u otro lado. Por ejemplo, la comunidad necesitará estabilidad y cambio, orden y libertad,
tradición e innovación. En lugar de hacerlo por decisiones rígidas, estos conflictos inevitables serán resueltos
mucho mejor estableciendo un equilibrio dinámico. La alfabetización ecológica incluye el conocimiento de
que ambos lados de un conflicto pueden ser importantes, dependiendo del contexto, y de que las
contradicciones dentro de una comunidad son señales de su diversidad y vitalidad y, por lo tanto, contribuyen
a la viabilidad del sistema.
En los ecosistemas, el papel de la diversidad está estrechamente conectado con la estructura de red del
sistema. Un ecosistema diverso también será elástico, porque contiene muchas especies con funciones
ecológicas que se traslapan y pueden reemplazarse parcialmente entre sí. Cuando una perturbación severa
destruye una especie en particular, de modo que se rompe un eslabón de la red, una comunidad con diversidad
podrá sobrevivir y reorganizarse porque otros eslabones en la red pueden cumplir por lo menos parcialmente
la función de la especie destruida. En otras palabras, cuanto más compleja es la red, cuanto más complejo es
su patrón de interconexiones, más elástica será.
En los ecosistemas, la complejidad de la red es una consecuencia de su biodiversidad y, así, una comunidad
ecológica diversa es una comunidad flexible. En las comunidades humanas, la diversidad étnica y cultural
puede jugar un papel similar. Diversidad significa muchas relaciones diferentes, muchas estrategias diferentes
para el mismo problema. Una comunidad diversa es una comunidad elástica, capaz de adaptarse a situaciones
cambiantes.
Sin embargo, la diversidad es una ventaja estratégica sólo si hay una comunidad verdaderamente vibrante,
sostenida por un tejido de relaciones. Si la comunidad está fragmentada en grupos aislados e individuos, la
diversidad puede fácilmente volverse una fuente de prejuicio y fricción. Pero si la comunidad es consciente de
la interdependencia de todos sus miembros, la diversidad enriquecerá todas las relaciones y, de esta manera,
enriquecerá a la comunidad en conjunto, así como a cada miembro individual. En una comunidad semejante,
la información y las ideas fluyen libremente a través de toda la red, y la diversidad de interpretaciones y de
estilos de aprendizaje -aun la diversidad de errores- enriquecerá a la comunidad entera.
Éstos son, entonces, algunos de los principios básicos de ecología -interdependencia, reciclaje, asociación,
flexibilidad, diversidad y, como consecuencia de todos ellos, sustentabilidad. Cuando se acaba nuestro siglo y
vamos hacia el comienzo de un nuevo milenio, la supervivencia de la humanidad dependerá de nuestra
alfabetización ecológica, de nuestra habilidad para entender estos principios de ecología y vivir de acuerdo
con ellos.
El trabajo de Eco horticultura es fundamental para recuperar el contacto con los ciclos básicos de la vida y de
la Tierra, en concreto, ciclos que están determinados por los movimientos de la tierra, del sol y de la luna, así
como de los planetas y estrellas. Así mismo el trabajo con la Madre Tierra nos acerca a percibir en su
dimensión real a los cuatro elementos (Tierra, Agua, Aire y Fuego) de la Naturaleza, así como con re-
aprender la proporcionalidad en la reciprocidad de producir los alimentos que ingerimos.
Estación Experiencial de EcoAlfabetización y Diálogo de Saberes
(Estación EcoDiálogo)
Creada en el marco del Instituto de Investigaciones Biológicas una Estación experiencial dirigida a la
Investigación y Distribución Social del Conocimiento que desarrolle y promueva la EcoAlfabetización y el
Diálogo de Saberes basado en la Transdisciplina, el Pensamiento Complejo y los Sistemas Tradicionales de
Conocimiento. Generando espacios de vinculación con la enorme Creatividad Social Alternativa que se está
gestando en este siglo XXI.
En este espacio se tiene como finalidad la de experienciar al mundo como algo vivo, vivir la ecoalfabetización
desde el ser-cuerpo y con el trabajo de huerto, no vivir únicamente en el mundo de las ideas, si no que sea una
praxis sistemica y constante que permita reconectarse con las fuerzas de la naturaleza a través del trabajo
comunitario.
El pensamiento sistémico es la actitud del ser humano, que se basa en la percepción del mundo real en
términos de totalidades para su comprensión y experimentación, a diferencia del planteamiento del método
científico, que sólo percibe partes de éste y de manera inconexa. Este nuevo planteamiento parte de la idea de
la totalidad para explicar las propiedades de las redes de relaciones interconectadas en cada una de sus partes.
Son propiedades del todo, que ninguna de sus partes posee por si sola.
El pensamiento sistémico aparece formalmente hace unos 45 años atrás, a partir de los cuestionamientos que
desde el campo de la Biología hizo Ludwing Von Bertalanffy, quien cuestionó la aplicación del método
científico en los problemas de la Biología, debido a que éste se basaba en una visión mecanicista y causal, que
lo hacía débil como esquema para la explicación de los grandes problemas que se dan en los sistemas vivos.
Este cuestionamiento lo llevó a plantear un reformulamiento global en el paradigma intelectual para entender
mejor el mundo que nos rodea, surgiendo formalmente el paradigma de sistemas.
En consecuencia, la relación entre las partes y el todo, ha quedado invertida, por lo tanto el pensamiento
sistemico no se centra tanto en componentes básicos sino en principios esenciales de organización.
El pensamiento sistémico es integrador, tanto en el indagación de las situaciones como en las conclusiones
que nacen a partir de allí, proponiendo soluciones en las cuales se tienen que considerar diversos elementos y
relaciones que conforman la estructura de lo que se define como "sistema", así como también de todo aquello
que conforma el entorno del sistema definido. La base filosófica que sustenta esta posición es el Holismo 1 (del
griego holos = entero).
Bajo la perspectiva del enfoque de sistemas la realidad que concibe el observador que aplica esta disciplina se
establece por una relación muy estrecha entre él y el objeto observado, de manera que su "realidad" es
producto de un proceso de co-construcción entre él y el objeto observado, en un espacio –tiempo
determinados, constituyéndose dicha realidad en algo que ya no es externo al observador y común para todos,
como lo plantea el enfoque tradicional, sino que esa realidad se convierte en algo personal y particular,
distinguiéndose claramente entre lo que es el mundo real y la realidad que cada observador concibe para sí.
Las filosofías que enriquecen el pensamiento sistémico contemporáneo son la fenomenología de Husserl y la
hermeneútica de Gadamer, la tektologia de Bogdalonov,que a su vez se nutre del existencialismo de
Heidegeer, del historicismo de Dilthey y de la misma fenomenología de Husserl.
Así, el Enfoque Sistémico contemporáneo aplicado al estudio de las organizaciones plantea una visión inter,
multi y transdisciplinaria que le ayudará el entedimientoa las sociedades de manera integral, permitiéndole
identificar y comprender con mayor claridad y profundidad los problemas organizacionales, sus múltiples
causas y consecuencias. Así mismo, viendo a la organización como un ente integrador, conformada por partes
que se interrelacionan entre sí a través de una estructura que se desenvuelve en un entorno determinado, se
estará en capacidad de poder detectar con la amplitud requerida tanto la problemática, como los procesos de
cambio que de manera integral, es decir a nivel humano, de recursos y procesos, serían necesarios de
implantar en la misma, para tener un crecimiento y desarrollo sostenibles y en términos viables en el tiempo.
1
Desde la perspectiva sistémica, las únicas soluciones viables, son aquellas que resulten “sostenibles”. Los
principios de sostenibilidad se ha convertido en un elemento clave en el movimiento ecológico (asociación,
interdependencia, cooperación, reciclaje, flexibilidad, diversidad y conservación). Una sociedad sostenible es
aquella capaz de satisfacer sus necesidades sin disminuir la oportunidad de generaciones futuras(¿). Y ese es,
el gran desafio al que nos enfrentamos los seres humanos y nuestras comunidades actuales.
El tener una visión holística del mundo, significa ver un todo integrado, más que como una discontinua
colección de partes. También podría llamarse una visión ecológica, usando el término “ecológica” en un
sentido mucho mas amplio y profundo de lo habitual.
La ecología profunda tiene sus bases en valores ecocéntricos (centrados en la tierra). Es una visión del mundo
que reconoce el valor inherente en la vida no humana. Todos los seres vivos somos miembros de las
comunidades ecológicas, vinculados por una red de interdependencias. Cuando esta profunda percepción
ecológica se vuelve una parte de nuestra vida cotidiana, emerge, un sistema ético radicalmente nuevo.
La ecología profunda tiene sus principios éticos en los valores de la naturaleza, como lo dice Capra en su libro
“la trama d la vida”: “el reconocimiento de valores inherentes a toda naturaleza viviente esta basado en la
experiencia profundamente ecológica o espiritual de que naturaleza y uno mismo son uno”. Lo que
entendemos de espuesta semilla de Capra es que la naturaleza nos permite ser unos mismo con ella
miestrasmnos conectemos en materia y espiritu con ella.
Por cosmovisión se tiene una explicación integral de lo divino, el ser humano y el mundo que los rodea. No es
un sistema filosófico según los cánones europeos convencionales, es una filosofía original y propia de unos
seres humanos que lograron un entendimiento coherente, de acuerdo con su propia cultura y a sus peculiares
circunstancias, únicas en el mundo.
El término toltequidad es traducción del náhuatl tōltēcayōtl, a su vez formado por el gentilicio tōltēcātl que
era usado también para hablar acerca de la “condición humana de vivir en el saber en las tierras del gran
Anahuac”. El primer diccionario de la lengua náhuatl, redactado en el siglo XVI por el padre Molina, traduce
el término tōltēcayōtl como ‘arte para vivir‘.
La introducción y difusión de ese título en el mundo académico se debe al antropólogo Miguel León Portilla
quien, que en 1980 publicó un libro titulado “Tōltēcayōtl, aspectos de la cultura náhuatl”.
En ese trabajo Portilla resume los principales postulados filosóficos, estéticos y teológicos de las culturas
mesoamericanas.
Pero especialmente se le atribuye el culto al dios Quetzalcóatl, divinidad única, amante de la paz, que
condenaba los sacrificios humanos y atraía a sus seguidores a una vida de perfección moral. Decir tolteca en
el mundo náhuatl posterior a ellos (azteca, texcocanos, tlascaltecas…), implicaba en resumen la atribución de
toda clase de perfecciones intelectuales y materiales.
Hablar de Quetzalcóatl es hablar de un personaje y de un mito, de un personaje real, rey de Tula o Tollan, la
mítica ciudad que dio origen a otras culturas de nuestra patria, como la de Teotihuacan.
El origen de la toltecáyotl o conjunto de las creaciones toltecas, lo atribuían los nahuas a Quetzalcóatl. El
había construido sus palacios maravillosos, orientados hacia los cuatro rumbos del universo en la metrópoli
tolteca. Allí había descubierto para su pueblo los metales y las piedras preciosas, el cultivo del algodón, maíz
y de otras muchas plantas de valor inapreciable. Él les había enseñado sus variadas artes: desde la técnica de
cultivar con el mayor rendimiento la tierra y de encontrar los metales preciosos hasta las formas de
trabajarlos.
Los Tlamatinime retoman el concepto de toltecayotl de Quetzalcóatl y lo convierten inxochitl incuicatl, el
mundo de “flor y canto” que engloba todas las manifestaciones artísticas y simbólicas.
Escudriñando el cielo, los Tlamatinime o sacerdotes sabios, se sentían parte viva del cosmos y los
incorporaron a su existencia cotidiana, sintiéndose parte integrante de la armonía del universo la divinidad,
los dioses eran los creadores del hombre y del mundo que intervenían directamente en todos y cada uno de los
momentos y acciones del día.
Pensaban que existía una relación estrecha de dependencia entre la divinidad y el hombre, a tal grado que las
acciones de unos repercutían infaliblemente en las del otro y viceversa. Por ejemplo, si Tláloc, el dios de la
lluvia, era propicio, las cosechas serían abundantes. Si no se ofrecían sacrificios y ofrendas a los dioses, éstos
podrían castigar a los hombres.
¿Por qué retomar esta particular visión del mundo en nuestra praxis del trabajo con la tierra?
Mientras en otras culturas tienen sus distintivas doctrinas y seres supremos, nuestro pueblo tiene: la
tōltēcayōtl, el pensamiento filosófico del México antiguo. Más que una cultura o etnia, “tolteca” fue un grado
de conocimiento de los hombres sabios del México antiguo, y Teotihuacan fue el centro generador e
irradiador de la tōltēcayōtl en todo el Ānahuac.”
Hablar de toltequidad en pasado, es cometer un error, esta práctica aun continúa viva, y si este conocimiento
ha sobrevivido a lo largo de este tiempo, ha sido por mérito propio, por la misma fuerza que posee, convoca e
impulsa. Siendo que hoy en día ha permeado la sociedad moderna, debido a que la misma época lo ha
propiciado, provocando las condiciones para que así sea.
La “Toltequidad del Nuevo Milenio”, como los ha llamado Víctor Sánchez, han comenzado a resurgir por
todo el mundo, principalmente en el continente Americano. Desde Alaska hasta Argentina, miles de personas
han sido influenciadas por su renaciente ideología. Aunque con pasos tambaleantes, y vista desde múltiples
ángulos, la nueva Toltequidad empieza a caminar, a tomar nueva forma, articula poco a poco sus piezas,
como un gran rompecabezas, desafiando a quien busque un camino con corazón. Diversas personalidades
actuales abanderan este nuevo movimiento, con proposiciones y teorías que conectan y complementan a la
perfección, ahora lo sabemos, no sólo con filosofías Metafísicas o “New Age”, sino con interrogantes de corte
tan científico como lo puede ser la Física Cuántica.
El pensamiento de los antiguos mexicanos refleja un esfuerzo sincero de búsqueda de la verdad, de encontrar
el fundamento de la realidad de la divinidad y del hombre, y precisamente por esto tiene algo que decir al
hombre de todos los tiempos. Y es por eso también, que en este presente trabajo, se pretende rescatar algunas
prácticas de nuestros ancestros para ligarlas directamente con el trabajo y cultivo de la tierra de los mexicanos
de hoy.
Practicás rituales
En la cosmogonía tolteca, todo es indispensable y se basa en respetar el entorno, sintiéndose parte integral, al
no aislarse ni ejercer su voluntad sobre este.
Los 4 rumbos
Se saluda al sol, a la madre tierra y a los 4 rumbos al empezar a trabajar con la tierra.
Oriente-Tlahuiztlampa: Quetzalcoatl Inteligencia. Se erige como el carrizo a fin de ascender toda
su energía creadora hasta los mundos suprasencibles. Lo representa el Atecocolli (caracol),
símbolo de la evolución constante. Él nos asiste para desarrollar la sabiduría que ha de guiar
nuestras vidas. Su manifestación es el rayo de luz primigenio que nos muestra los misterios del
universo; es quien nos enseña la manera correcta de vivir para llegar a ser un verdadero
Macehualli (hombre merecido) aquí en el Tlalticpac (sobre la tierra) en donde la realidad es
cambiante y perecedera del mundo.
Norte-Mictlampa: Tezcatlipoca Memoria. rumbo de los muertos), el lugar obscuro de la eterna
quietud y descanso. Mictlantecuhtli y Mictlancihuatl (señor y señora de la muerte) moran en
este lugar para recibirnos en el momento de nuestra muerte. Desde el Mictlampa nos asisten
nuestros ancestros que forjaron nuestra Cultura. Ellos nos dan su consejo y su medicina para
lograr trascender en esta vida de la cual somos sujetos. En el trabajo de Toltequidad aprendemos
a morir en nosotros mismos. ¿Cómo? observando nuestro humear de espejo que es nuestro
inconsciente colectivo. Este inconsciente nos hace cojear porque cometemos error tras error una y
otra vez. Por eso necesitamos observar nuestros defectos y darles muerte.
Poniente-Cihuatlampa: Xipe totec Vida. Al poniente acudimos buscando los dones que nos
atribuye Xipe Totec, el guardián del Cihuatlampa (Rumbo de las mujeres); rumbo rojo en donde
Cihuateteo (la mujer anciana) recibe en sus brazos a las mujeres que mueren en el parto, aquellas
que son capaces de dar amor por vida y su vida por amor. Xipe Totec que es el desollado o
también conocido señor de nuestro prepucio debido a que es la manifestación de la fertilidad y la
transmutación, aquella que hace posible que se renueven y florezcan todas las cosas. A través de
él se regenera la vida a cada instante, por eso es que en cada ciclo los campos reverdecen. El
trabajo de este rumbo nos enseña a amar y ser amados, para regenerarnos y a hacer de nuestros
actos las flores que llenan de vida y luminosidad este plano en que vivimos. Se asocia al elemento
AGUA, a la esencia femenina de las cosas, al Vientre, al Jaguar-Serpiente.
Tomando en cuenta la historia y tradición proveniente de pasados tiempos, es posible ubicar que en el
Temazcalli la magia y la ciencia no son disciplinas separadas, forman parte de un conocimiento integral, de
ahí que el Temazcal constituya un medio Terapéutico-Mágico-Místico, que tiene la virtud de operar en quien
vive la experiencia, un cambio físico, mental, espiritual y emocional.
El Temazcal es un sitio sagrado, un espacio donde se conjugan las fuerzas generadoras de vida del universo.
Baño de vapor que posee múltiples virtudes, versátiles usos y polifacéticas dinámicas.
El cuerpo de la Madre Tierra esta representado en el Temazcal. La madre, la mujer, lo femenino, el centro
genésico del mundo, la cueva primigenia que ha reunido la fuerza de los cuatro elementos, para dar a luz a
todo cuanto existe, interconectada con el universo en perfecto equilibrio, impulsando la transformación
continua de aquello que llamamos vida, eso y mas es el Temazcal.
En el microcosmo del Temazcal, los elementos que lo integran son también vía de comunicación con la
conciencia universal, quien vive la experiencia en la Casa de Vapor, recibe un fuerte impulso al dialogo con
su propio corazón y partiendo de ahí es posible restaurar la comunicación y el contacto consciente con los
seres de todos los Reinos de la naturaleza y de otras dimensiones.
El concepto de hermandad se manifiesta de forma esplendorosa en el Temazcalli, todos aquellos que
compartimos en su interior, estamos siendo "gestados" en la matriz de la Madre Tierra, pero esto va aun más
allá, ya que la fraternidad con la tierra, el agua, el aire, el fuego, las piedras, el vapor, el calor, la oscuridad,
etc., integran una unidad de almas y corazones, una sola energía vibrando en un mismo tono, la frecuencia
armónica que prevalece en el interior del Temazcal.
El objetivo principal del Temazcal ritual es el Ofrendar, el mostrar gratitud, el hacer un ruego, un pedimento
por la Vida Misma, ubicar que lo más importante es el Dar para así también poder Recibir, cuando esta
actitud se da, entonces el asistente Comulga con el Universo.
Todo en el Temazcal es trascendente, mas hay que destacar la importancia de las Piedras Volcánicas. Las
Abuelas Piedras llevan consigo la energía del centro de la Tierra, son portadoras de información del Reino
más antiguo, el mineral, fueron fuego "convertido" en materia, que en el ritual amorosamente nos prestan un
servicio invaluable. Dentro del Temazcal son la manifestación del número, cuyas opciones son con relación al
5, 7, 9, 11, 13 por puerta y la adición que se lleva a cabo en cada puerta establece una frecuencia. A partir de
ellas se inicia el viaje místico por los Rumbos del Universo en el interior del Temazcal.
El vapor que produce el agua al contacto con la piedra caliente, asciende a los Cielos Superiores, a las
dimensiones solo perceptibles a través del ojo de la mente. El vapor asciende portando las ofrendas, las
oraciones y peticiones de todos los presentes. Es importante observar la similitud entre el sahumador portador
de la braza ardiente, que alimentado con copal el aromático "humo" asciende portando nuestras oraciones al
cielo.
El copal en las invocaciones de los sabios del antiguo Anáhuac, es llamado "mujer blanca" y el tabaco
"sacerdote restallado de los nueve lugares", ambos tiene gran importancia en el ritual de Temazcal, son
elementos comúnmente usados en las ceremonias de Temazcal de casi todas las regiones del continente
Americano.
Todo esto reunido en la dinámica sagrada del Temazcal, en un espacio-tiempo que propicia la salud de cuerpo
y del alma. Ritual, practica, terapia liberadora de inmundicia, que fomenta la integración armoniosa del
individuo con el universo.
CUATRO VIENTOS
Ehecatl
Viento del Oriente,
Casa de la luz,
Tlahuiztlampa es tu rumbo,
Te canto en el Temazcal.
Ehecatl
Viento del Poniente,
Casa de transformación,
Cihuatlampa es tu rumbo
Te canto en el Temazcal.
Ehecatl
Viento del norte,
Casa de sabiduría,
Mictlampa es tu rumbo,
Te canto en el Temazcal.
Ehecatl
Viento del sur,
Casa de la voluntad,
Huiztlampa es tu rumbo,
Te canto en el Temazcal.
Ehecatl, Ehecatl, Ehecatl, Ehecatl.
La idea preconcebida que se tiene actualmente de la EA, es aquella que se da conocer de forma rígida en las
aulas, o se escucha en los discursos de las instituciones como herramienta de desarrollo sustentable. La EA ha
sido objeto de un amplio rango de concepciones. En sus inicios, en el año de 1975, con la carta de Belgrado,
era una nueva educación y su discurso era típico de una educación general progresista (positivista). La EA
perseguía el desarrollo óptimo de los jóvenes y el desarrollo de una mejor sociedad, se afirma estrechamente
ligada a la enseñanza de la ecología o de las ciencias ambientales.
La educación ambiental refleja el aprendizaje racional y escolarizado en el que se basa la sociedad moderna.
Y no podemos esperar que la mera obtención de información, genere un cambio de conducta. Esta es la
principal diferencia en cuanto a la ecoalfabetización. La EA enseña procesos, conceptos, establece criterios y
reglas, pero no “enseña” educación ambiental como tal. El conocimiento racional que genera, nada tiene que
ver con el que nace de un sentir y convivir con nuestro sercuerpo, con la naturaleza, el contacto con los ciclos
básicos de la vida y de la Tierra.
Pero no siempre ha sido así. Algunos movimientos que se gestaron en los años 80s de EA como el de tipo
grass roots, se acercan al planteamiento de una práctica sistémica que propone la eco-alfabetización.
Destacan la importancia de la EA como el cambio dinámico de la comunidad, tomando en cuenta
características sociales y culturales especificas de la población y el contexto particular en el que vive.
La EA ha adoptado también la perspectiva del desarrollo bioregional y puso énfasis en una pedagogía del
medio de vida. Se abogó por un diálogo entre los distintos tipos de saberes (disciplinarios y no disciplinarios)
como estrategias para crear un saber crítico que pudiera ser útil en la solución de problemas o e el desarrollo
de proyectos locales; no obstante, este nuevo enfoque se vio reducido a un discurso oficial a partir de los años
90´s.
A partir de esto la EA se dividió en 2 vertientes, una formal y otra no formal. Siendo la no formal, la mas
flexible y vivencial. Y es esta última, la que mas se pretende abordar en este trabajo, debido a sus similitudes
con la eco-alfabetización.
Como se puede evidenciar, la EA no formal y la eco-alfabetización van por rumbos similares. Pero, como se
explica previamente en el capitulo de eco-alfabetización, la práctica de la eco-alfabetización se basa en imitar
los principios básicos de las comunidades ecológicas (los ecosistemas) para crear comunidades humanas
sostenibles. Mientras que la EA no formal, desea concientizar.
El tener una conciencia ecológica no significa únicamente que reciclemos latas y papeles, que no tiremos
basura en las calles y que no matemos animales. Eso es conciencia ecológica racional, pero la conciencia
ecológica profunda, esencial y en la que desgraciadamente no pensamos y mucho menos sentimos y vivimos,
es la de poder sentirnos parte del todo, lo que significa poder sentir lo que está ocurriendo a nuestro
alrededor.
La educación ambiental se vive desde las ideas mientras que la eco-alfabetización se vive desde la praxis, en
la vivencia del ser-corporal y me va a permitir reconectarme con las fuerzas de la naturaleza.
Esto no se traduce, en que ambas visiones sean opuestas. Al contrario, se abre una ventana de oportunidad
para ARTICULAR criterios y experiencias para obtener una nueva y mejorada visión hacia la sostenibilidad.
Se podría decir que la eco-alfabetización, es como una visión sistémica de la educación ambiental, que nos
permite revalorizar el rol del ser humano como ser social, que existe dentro de la naturaleza.
2.3 Eco-Horticultura
2.3.1 Historia
Desde tiempos remotos, el hombre hizo uso de los recursos para mejorar su alimentación y algunas
civilizaciones conservaron sus prácticas agrícolas durante años sin uso de la industria agrícola.
El cultivo ecológico no es algo nuevo, lleva miles de años practicándose, había sido practicado hasta la
revolución industrial y la consiguiente aparición de maquinaria y productos de síntesis químicos.
Con la revolución industrial se comenzaron a utilizar, masiva e indiscriminadamente, productos tóxicos para
controlar plagas y enfermedades que han supuesto la contaminación y deterioro de numerosos ecosistemas y
de miles de personas directa e indirectamente. También se han contaminado gran parte de las aguas
subterráneas y de los ecosistemas dependientes del agua. Se ha reducido y perdido para siempre una enorme
variedad de plantas cultivadas por adquirir variedades promovidas por un mercado y una industria de
semillas.
En la década del 60, se llevó a cabo la difusión masiva de un sistema de producción conocido como
Revolución Verde, basado en el uso de gran cantidad de insumos, entre semillas mejoradas, fertilizantes,
plaguicidas y riegos, pero muy pronto se comenzaron a evidenciar los problemas causados por la
intensificación de la agricultura y las malas prácticas de manejo: degradación de tierras por erosión,
compactación y enfermedades, contaminación de aguas, alimentos y personas, pérdida de especies silvestres,
dependencia creciente de plaguicidas por resistencia.
No podemos comenzar a hablar sobre eco-horticultura, sin antes haber mencionado estos antecedentes sobre
agricultura, con los que pudiera llegar a compartir ciertos aspectos.
Sin embargo, la Horticultura ecológica no consiste sólo en seguir una serie de nuevas reglas o un listado de
cosas que se pueden o no hacer para trabajar en el huerto. Consiste en adoptar un nuevo enfoque, que sea
ecológicamente correcto. Y esto se traduce, en primera instancia, basar sus prácticas en los principios
ecológicos fundamentales, anteriormente descritos en el capitulo de eco-alfabetización: interdependencia,
flujo cíclico de recursos, cooperación, asociación, flexibilidad, diversidad, y ante todo, sostenibilidad.
En este concepto de horticultura, se abarca plantas, y personas de quienes sus actividades y participación
activa con el huerto les trae beneficios como individuos y también a las comunidades y culturas de las que son
parte
Lo que se pretende, es establecer un vínculo entre la comunidad ecológica y la comunidad humana, tomando
como núcleo generador de esta experiencia al huerto. Esperando obtener como resultado favorable, no
únicamente la producción de alimentos sanos, si no, re-aprender como seres humanos, el equilibrio de nuestro
cuerpo, con nuestra mente; esto, desde luego, en armonía con la naturaleza de la cual formamos parte.
La creación de un espacio en el que sea posible cultivar plantas sanas de manera exitosa, y tratar con plagas y
enfermedades, evitando dañar o contaminar el suelo, ni destruir especies animales o vegetales, es nuestra meta
principal.
Si se observa detalladamente a la naturaleza, podrá develarse ante nuestros ojos la forma en que funciona este
sistema.
Al crear un espacio que imite las condiciones naturales de un ecosistema (en este caso el huerto), con la
asistencia, vigilancia y trabajo de una comunidad humana, se estará realizando una praxis sistémica y
constante que permitirá reconectarse con las fuerzas de la naturaleza.
El trabajo Eco-horticultural es fundamental para recuperar el contacto con los ciclos básicos de la vida y de la
Tierra, en concreto, ciclos que están determinados por los movimientos de la tierra, del sol y de la luna, así
como de los planetas y estrellas. Así mismo el trabajo con la Madre Tierra nos acerca a percibir en su
dimensión real a los cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire y Fuego, así como con re-aprender la
proporcionalidad en la reciprocidad de producir los alimentos que ingerimos.
Así se busca conferir al huerto la calidad de un ser vivo del cual somos parte co-creándolo con nuestro
cuidado y trabajo.
El huerto es un ecosistema humano. Se pretende que este sistema ecológico-comunitario funcione bajo los
mismos principios básicos de los ecosistemas naturales, procurando imitarlos como ya se ha explicado en
capítulos anteriores.
Para que esto suceda, se busca conferir al huerto la calidad de un ser vivo, del cual somos parte co-creándolo
con nuestro cuidado y trabajo, partiendo sobre la experiencia tanto personal como colectiva.
Al decir la vida del eco-huerto, nos referimos a un sistema espacio-temporal que posee elementos esenciales
de un sistema viviente; implicando la complejidad de la vida en sus etapas: gestación, nacimiento, desarrollo,
cuidado, maduración, socialización, reproducción, celebración, ritualidad, muerte y descomposición. Con una
geografía, orografía, flujos de materia y energía, distribución asimétrica y procesos de interacción de los
organismos. A esto le llamamos huertogénesis (génesis y vida del huerto).
Se encuentra presente el elemento tierra, que tiene al agua como dinamizador y vitalizador. El aire, de medio
para brindar oxígeno y dióxido de carbono. Este a su vez, permite la comunicación entre insectos y aves para
que polinicen. Finalmente el elemento fuego, que proviene principalmente de la energía originada por el sol,
es la misma energía que el horticultor y los co-aprendices están introduciendo hacia el huerto con su trabajo,
así como todos los procesos metabólicos de descomposición, dinámicas tróficas y materiales que se están
produciendo en el huerto.
Por lo que el huerto, al mismo tiempo posee metafórica y materialmente los elementos de un proceso viviente.
Y por lo tanto, toda una estructura dinámica que puede seguir diferentes rutas evolutivas, acorde a los
diferentes procesos de auto-organización.
Considerando todos estos elementos ecosistémicos, puede considerarse natural, visualizar al eco-huerto como
un escenario para que el ser humano intente percibir y aprender a través de la praxis. Resultando en una
experiencia mutuamente beneficiosos para el desarrollo del ser-cuerpo y del huerto.
La terapia es la vida, pero como en la actualidad los humanos estamos alejados de la vida, la tenemos que
explicitar, es decir, esta presente pero no la vemos, por que estamos desconectados.
Revelar de un entendimiento que nace (parte) de nuestra propia experiencia las etapas naturales en las que
esta insertada la vida del huerto.
Entonces, se tiene que mediante el trabajo horticultural se gestan procesos de sanación y re-aprendizaje,
enfocados hacia la eco-alfabetización.
En lugar del acostumbrado fin de dominar la naturaleza, se busca un encuentro con ella, una praxis social y
comunitaria comprometida, que permita un desarrollo saludable del ser humano y de la tierra donde vive, lo
que implica un crecimiento integral y equilibrado en los planos físico, mental, emocional y espiritual
(VARGAS Madrazo 2007)
Este espacio comunitario es donde se crea y re-crea la fuerza, los saberes, la organización, etc. para poder
recuperar la capacidad de construir nuestro mundo en términos de los intereses de la naturaleza, de nuestros
descendientes, plantas y animales, de nuestros congéneres, y sobre todo de nosotros mismos.
La experiencia del huerto le brinda a cada ser la oportunidad de abrirse hacia otras alternativas, detenerse y
hacer nuevas y profundas preguntas .
Permite salirse de la inercia destructiva en la que nos encontramos como seres humanos urbanos y
“modernos” para que así pueda surgir una reflexión respecto a esta forma de vida, y posteriormente se
muestre en un cambio de nuestro existir.
Este proyecto como un intento de acercarse a un huerto ecológico no solo como una actividad productora de
alimentos sanos, si no como un espacio de crianza, cuidado y eco alfabetización que permita al horticultor
vivir y co-crear procesos de re-aprendizaje y terapéuticos hacia un equilibrio salud-enfermedad tanto
psicológico, físico, emocional, espiritual, mental, social y planetario; así como un cambio cognoscitivo-
emocional que ayude a recordar y recrear formas más naturales, orgánicas e integradas de ser-sostenible en el
mundo.
IV
OBJETIVOS
Plantear la práctica de la eco-horticultura como una herramienta y espacio para la ecoalfabetización, a través
de la experiencia humana, la apropiación del pensamiento y la práctica sistémica, el aprendizaje sensorial,
corporal e intelectual. Funcionando como rutas para la sostenibilidad personal y planetaria.
1. Investigar y fundamentar las raíces del comportamiento insostenible de los seres humanos.
2. Construir una visión sistémica del huerto como proceso y su relación con la ecoalfabetización.
V.-MATERIALES Y MÉTODO
Se refieren a la toma de contacto con el cuerpo, en un primer acercamiento con el huerto, las plantas y las
herramientas, mediante la exploración de la conciencia corporal. Descubrir tanto las habilidades, como los
límites personales de cada individuo.
Para que estos procesos puedan manifestarse, deberá existir una sensibilización y reconocimiento de lo que
estamos haciendo y en donde; ubicarnos en espacio y tiempo. En este caso particular, el huerto y sus
complejidades: matices, relieves, texturas, diferentes temperaturas, etc. Esto no tiene que darse de forma
explicita o textual. Se desea que se origine dentro de cada ser, que se viva y que se sienta, a través de la
experiencia de trabajar la tierra.
Al realizar una actividad física y a su vez de relación, en general con nuestro entorno, se va a abrir una nueva
perspectiva, que a su vez, va a re-dimensionar nuestro papel dentro de la naturaleza. El trabajo físico significa
una reconexión con la tierra y con nuestro ser, donde los niveles celular, muscular y emocional, operan
coherentemente, bajo una integración sinérgica y co-inteligente.
Para que el conocimiento sea propio y trascendente es necesario darle cuerpo y emoción viva, es decir, meter
el cuerpo y las emociones al acto de saber, entrando en un “conocimiento corporal”.
Cada individuo trae consigo una acumulación de conocimientos y una historia a la percepción de un
ambiente, influenciando directamente, como es experimentada. Tomando esto en consideración, partimos
sobre la experiencia personal y colectiva del grado de eco-analfabetismo que tenemos los humanos modernos,
para así participar en la co-creación de un espacio sagrado y eco-alfabetizador representado por el huerto y
para que cada co-aprendedor (estudiante) pueda descubrir tanto sus habilidades como sus limitaciones y sobre
todo percibir su corporalidad.
En particular hoy sabemos (conocimiento que también era ya común en la antigüedad) que la conciencia-
cognición humana surge desde la actividad celular-tisular básica de nuestro organismo. Ese ser psíquico
existe en nuestro ser organísmico en una integralidad SerCuerpo, el cual surge como resultado del campo bio-
cultural que genera nuestro organismo. Es en este escenario de organización bio-psico-social donde se
construye nuestro ser social. Entendemos entonces que la realización de nuestro ser social y en general de
nuestro ser, sólo cobra sentido cuando los seres que participan están ejerciendo activa e integralmente sus
potencialidades.
Parsons y Ulrich (1992) manejan varias teorías para explicar como y porque al estar con plantas puede ser
benéfico. Estas teorías mantienen el hecho de que en el mundo moderno estamos siendo constantemente
bombardeados con exceso de ruidos, movimientos y complejidades visuales, que nuestro entorno puede ser
abrumador para nuestros sentidos y esto puede conducir a afectarnos en distintos niveles tanto psicológicos
como fisiológicos.
En cambio, los ambientes dominados por plantas, son menos complejos y muestran patrones que reducen el
estrés.
Otra teoría plantea que las reacciones de las personas hacia las plantas son el resultado de sus tempranas
experiencias de aprendizaje o de las culturas en donde fueron criados.
En cuanto a la teoría de la evolución, manifiesta que nuestra respuesta hacia las plantas es el resultado de
(millones de años) de la evolución, esto se refiere a que evolucionamos en ambientes comprendidos
primordialmente por plantas, y que tenemos una respuesta psicológica y fisiológica ante ellas.
El trabajo de Ulrich sostiene la idea que nuestras respuestas inmediatas a las plantas son evolucionadas con
una base afectiva y/o emocional, así como fisiológicas. En un estudio realizado a estudiantes universitarios
que se encontraban bajo condiciones de estrés, la observación de plantas incrementó sus sensaciones positivas
y redujo significativamente el miedo y el enojo. (Ulrich, 1979). En Otro de sus estudios documentó los
cambios fisiológicos relacionados a la recuperación de estrés, incluyendo una baja en la presión arterial y
disminución de tensión muscular. (Ulrich y Simmons, 1986).
Con solo echar un vistazo a la naturaleza, se reportó una mejoría respecto a la condición de estrés arrojado por
indicadores fisiológicos, con un tiempo de entre cuatro a seis minutos, mostrando que aún en periodos cortos
de contacto visual con plantas, tales como árboles urbanos, o parques, estos pueden ser muy valiosos para la
recuperación del estrés diario, dejándonos en un estado mas apacible.
Las plantas proveen un entorno físico positivo en donde es mas confortable vivir y trabajar, al purificar el
aire, moderar las temperaturas, reducir el ruido, remover contaminantes del aire, ocultar vistas desagradables
y aumentar la humedad relativa (Nighwonger,1975).
La horticultura trae consigo enormes beneficios físicos, y en la actualidad existen varios trabajos que se están
llevando a cabo para evaluar el impacto de la participación activa en la horticultura desde una perspectiva del
ejercicio para la salud física. Se ha reportado que esta práctica ayuda a la quema de calorías, como también lo
sería hacer ir al gimnasio, caminar, andar en bicicleta o jugar tenis.
La observación de la naturaleza tiene un impacto físico positivo en los individuos, incluso aunque estos no
estén concientes de ello. Estos efectos incluyen disminución de la presión arterial y tensión muscular, menos
necesidad de tratamiento medico, y juegan un papel importante en la satisfacción de los trabajadores entre
otros beneficios.
La participación, ya sea activa o pasiva en una experiencia con natura (Ej. horticultura) puede aumentar un
futuro valor de las plantas para la salud física y mental de un individuo. Y esto, a su vez, puede tener un
mayor y positivo efecto fisiológico para las personas que si se encuentran concientes.
1. Ejercita los ojos a través del escaneo visual, viendo de cerca y de lejos.
2. Provee práctica en la coordinación visual
3. Ayuda a diferenciar tamaño, color, figuras y texturas.
4. Ejercita nuestras manos, dedos, brazos y la parte superior del cuerpo.
5. Nos motiva a caminar, agacharse, dar alcance y mantener nuestro balance.
6. Nos permite involucrarnos en actividad física
7. Nos proporciona un gran placer disfrutable mediante nuestros sentidos- observar, oler, sentir y
saborear.
8. Provee actividad física placentera para aquellos que tienen discapacidades y/o necesidades especiales
pero que desean disfrutar de las maravillas naturales.
Beneficios Mentales
Beneficios Sociales
Beneficios Económicos
1. El trabajo horticultural se puede explorar como una posibilidad generadora de trabajo.
2. Permite aprender habilidades útiles para cualquier trabajo.
3. Nos ayuda a desarrollar habilidades en cuestiones de venta y finanzas.
4. Ayuda en la práctica a establecer relaciones con otras personas.
5. Nos ayuda a ser más eficientes en cuanto al uso del tiempo, energía y recursos.
6. Nos ayuda en la práctica para elaborar un presupuesto y planear a futuro.
7. Podemos proveer nuestro propio alimento y decoraciones para el hogar.
Nuestro cuerpo
Cada uno de nosotros habla, se mueve, piensa y siente en forma distinta, de acuerdo en cada caso, con la
imagen de sí mismo que ha construido con los años, que esta condicionada por tres factores:
Herencia
Educación
Auto-educación
Nuestra autoimagen consiste en los cuatro componentes que intervienen en toda acción: movimiento,
sensación, sentimiento y pensamiento. El aporte de cada uno de ellos a una acción particular varía, tal como
difieren las personas que la ejecutan, pero cualquier acción estará presente, en mayor o menor medida, cada
uno de los componentes.
Para moverse, debe emplear por lo menos uno de sus sentidos, consciente o inconsciente, lo que involucra
además sentimiento y pensamiento.
Toda acción se origina de la actividad muscular. Ver, hablar e incluso oír exigen acción muscular. El
cualquier movimiento no sólo tiene importancia en la coordinación mecánica y la exactitud temporal y
espacial; también es importante la fuerza .
La respiración juega un papel fundamental para tomar conciencia sobre nuestro cuerpo. La respiración es
nuestro principal movimiento, aquel que nos permite estar vivos. Y además actúa como indicador que refleja
todo esfuerzo emocional o físico, así como cualquier trastorno. Sólo se logra reorganizar la respiración en la
medida en que se logra, para aquel fin, perfeccionar la organización de los músculos esqueléticos para
mejorar la postura y el movimiento.
Prácticas concretas
Para el trabajo del huerto, hacer ejercicios de respiración es una tarea esencial que nos permite cortar el
contacto con el exterior y conectarnos con el lugar donde estamos, concentrar toda nuestra atención en el aquí
y ahora, lo cual nos va a ayudar con las actividades que se van a realizar posteriormente. Para esto, se toman
de diez a quince minutos antes de comenzar a trabajar, en donde se reúne la comarca y se pueden hacer las
siguientes actividades.
Consiste en hacer un círculo sagrado, posicionando las herramientas en el medio y después se procede a dar la
palabra de manera individual. Generalmente se da gracias y se pide por un día de trabajo favorable.
-Ejercicio de sensibilización
Con los ojos cerrados se pide que hagan contacto con su respiración, que se tome conciencia de cada
movimiento que sucede desde que entra el aire hasta que sale. Se debe también tomar en cuenta las
emociones, sentimientos, sensaciones, ideas o recuerdos que se generen al hacer este ejercicio. Se finaliza con
tres respiraciones profundas y se abren los ojos.
Una vez conectándonos con nuestras emociones podemos traducirlo en acciones físicas. Si no hay
sensibilización, no hay conocimiento y esto se ve reflejado en el movimiento.
El trabajo de horticultura me va a regresar a un balance que se había perdido, por el afán del hombre de
separar la mente sobre del cuerpo y por correspondencia de imponerse sobre la naturaleza
Lo que se pretende con este trabajo es evidenciar que es posible la recuperación de la relación del ser
humano-naturaleza y la recuperación del cuerpo, y que todo esto nos guiará hacia una forma de vida más
sostenible y armoniosa.
Se refiere a los procesos que se generan a partir de las necesidades del huerto: sensibilización, percepción de
los ciclos naturales, procesos organizacionales-comunitarios, echar a andar la creatividad, trabajo con las
emociones, etc. Las habilidades y capacidades se articulan para conectarse con las necesidades del huerto, de
acuerdo a los ciclos y requerimientos que permiten la reproducción. También se reconocen la necesidad y las
formas de articulación de las relaciones de trabajo con otras personas.
El huerto es un escenario en el cual el ser humano puede ensayar y experimentar estrategias de colaboración y
promoción de procesos de auto-organización, mutuamente beneficiosos, del huerto para los individuos y
viceversa.
El huerto posee al mismo tiempo metafórica y materialmente los elementos de un proceso viviente:
nacimiento, crecimiento, reproducción, muerte, degradación y que a su vez implican la existencia de huevo,
semilla, embrión, sexualidad, germinación, etc. Este sistema, se presenta con procesos de organización
espacio-temporal con son: geografía, orografía, flujos de agua, distribución de organismos, ciclos, etc. además
de los procesos de interacción como son: mutualismo, comensalismo, simbiosis, etc.
Y por lo tanto, toda una estructura dinámica que puede seguir diferentes rutas evolutivas acorde a los
diferentes procesos de auto-organización que permiten generar cualidades vitales como la resilencia.
Dentro de la sistémica se denomina resilencia a la propiedad de los sistemas para poder contender con
perturbaciones, tanto externas como internas, y poder seguir manteniendo una organización creativa y que da
soporte y crianza a sus seres y procesos participantes. Para que el eco-huerto pueda brindar este espacio de
crianza, en donde cada co-aprendedor pueda hacerse las preguntas, percibir su corporalidad, sus propios
límites auto impuestos, etc., nuestro huerto debe tener una energía, inercia y fortaleza que pueda soportar y
nutrir estos procesos de re-aprendizaje.
Para crear un sentido de pertenencia a la comuna es necesario generar las bases para un colectivo de trabajo
consciente, el cual, al ser la suma de los individuos y sus emociones, se le debe considerar como un factor
complejo, el cual afecta directamente el desempeño en el trabajo eco-horticultural.
Es fundamental hacer previamente un diseño ecológico comunitario2 (co-diseño) que sea adecuado y
coherente, tomando en cuenta las condiciones del lugar donde se va a trabajar y las personas que van a estar
involucradas en el proyecto.
Aun cuando los integrantes de la comunidad (comarca) tengan una visión compartida del proyecto, es
necesario definir la dirección que se desea tomar, para que en el desenvolvimiento del proceso, se puedan
obtener resultados favorables y profundos, tanto a un nivel individual, como del colectivo; sin olvidar, que de
manera simultánea, se debe de ver reflejado físicamente en el trabajo del huerto.
a.- La imagen ideal del sistema. Se trata de dirigir los esfuerzos de gestión comunitaria, para construir un
espacio sostenible, a partir de lo existente. Es una transición que requiere de replanteamientos tecnológicos,
conceptuales acerca del sistema y sobre todo culturales y por ello debe ir acompañada de una dosis intensa y
profunda de trabajo interno, ritualidad, de reflexión, concertación, apropiación, diálogo y compromiso.
Para avanzar hacia “La imagen ideal del sistema” es necesario revisar el espacio en su esencia, a su interior,
en su relación sinérgica y simbiótica con su entorno inmediato.
Para que el espacio adecuado se devele ante nuestros ojos se necesita observar, soñar, imaginar, meditar,
visualizar el propósito, un rumbo, que cualidades debe tener. Esto se hace en sesiones de grupo, tomando
notas y dibujos para hacer un reporte de estas imágenes, que sirva como referencia constante y profunda para
los procesos mas aterrizados.
2
Co-diseño: El diseño es un proceso intrínsecamente colectivo y auto-organizativo, el cual se encuentra en la misma esencia del ser-
organismo y del ser-social, constituyendo así los procesos centrales de producción material, energética, psíquica, cultural, social,
planetaria y cósmica de la comunidad. Se deriva que la propiedad de diseñar, es decir, de crear sosteniblemente y en armonía con la
naturaleza. Es un atributo de alta exigencia sistémica-orgánica: requiere de la capacidad de inducir-producir procesos de hiper-
complejidad organizacional en comunicación holográfica. El co-diseño entonces, no puede ser una actividad exclusivamente personal,
pues es de hecho una actividad cultural trascendente de la comunidad, de la humanidad. Por lo que su desarticulación implica la
destrucción de la posibilidad de la sostenibilidad de los procesos sociales humanos-planetarios.
Es necesario reflexionar sobre sus espacios y territorios y sobre sus tiempos y movimientos; Es necesario
indagar sobre las costumbres y formas de actuar, pensarse y soñarse a sí misma. Es decir, es necesario
entender e incidir en el mundo a la mano de cada persona de la comunidad, para crear un espacio humano,
que sin embargo, se vuelve inhumano con facilidad en la medida en la cual no escudriñemos el alma personal.
El “alma del sistema” habita en cada individuo, por que somos parte de esa totalidad. Se construye en cada
mente y en cada emoción; en cada acción; en cada entidad, en cada ciudad, en cada mundo a la mano y los
patrones que los conectan. El sistema ideal es una utopía práctica y necesaria. Es la revolución de las
pequeñas acciones individuales, que logra gradualmente trascender de una sociedad de consumo, desperdicio
y discriminación hacia una solidaria, eficiente y compatible con los ecosistemas.
Sólo como comunidad podemos construirlo, por que es ante todo un“sueño compartido”.
El espacio donde ahora se encuentra el huerto, tuvo esta transición hasta convertirse en lo que es hoy día, pero
esto no quiere decir que nosotros lo hayamos “creado”, eso sería tomar una actitud soberbia y antropocéntrica.
El huerto no se empezó desde cero, el espacio ya tenía una historia, una pasado, y en el caso del ser humano,
es el elemento que se inserta y se conjunta con la voluntad de la naturaleza.
b.-Co-diseño. En base a lo anterior, se deberá elaborar un co-diseño/plan de trabajo, donde se indiquen las
actividades que se pretenden realizar y su calendarización correspondiente (por semana, mes y año). Este plan
de trabajo también deberá considerar recursos materiales, recursos monetarios, aspectos de factor humano,
condiciones ambientales, entre otros.
Al no existir un trabajo de co-diseño sistemático, se pierde el rumbo, se trabaja de manera aislada y sin
continuidad, debido a que no hay un trabajo coherentemente organizado, y esto se traduce en acciones y
resultados no claros e inconsistentes.
c.- Las condiciones para trabajar en el huerto deben de estar preparadas y disponibles para las personas que
deseen trabajar en él y de igual manera deben de ser motivantes, ya que al existir numerosos obstáculos,
puede verse reflejado en el ánimo de los participantes y puede propiciar la pasividad.
d.- Establecer en general por consenso 3, los días y los horarios de trabajo. Es necesario que los participantes
sean consistentes y que se haga honor a la palabra 4 respetando los acuerdos.
3
Consenso: Forma auto-organizativa y participativa de tomar decisiones, en la cual, mediante el diálogo profundo se
llega a un acuerdo común , no solo tomando en cuenta la mayoría, como sucede en la votación democrática, que se
impone sobre la minoría; en el caso del consenso, debe existir unificación de criterios y estar la totalidad en acuerdo. De
esta manera se genera confianza, consideración y nuevo conocimiento.
4
Honor a la palabra. Praxis sistémica que aborda y da mas valor a la disciplina de las personas y su compromiso, desde
una perspectiva organizacional y participativa, quitando controles y castigos.
e.-Tener disponible los materiales del huerto (herramientas, semillas, composta, agua, etc.) para todo aquel
que este involucrado con el trabajo o desee participar, con la reserva de que todo se guardará en una bodega
bajo llave, y que se deberá llevar un control sobre su uso y devolución.
f.-Llevar registro en una bitácora, de cómo sucedieron los días de trabajo, ¿Que se observó? ¿Qué se
aprendió? ¿Qué actividades se llevaron a cabo? Si hubo cambio o no.
Debe abarcar los aspectos subjetivos y emocionales. Esto servirá como referencia para futuros co-diseños y
toma de decisiones.
g.-El diseño del huerto debe tener una coherencia (dialógica 5) que permita su fácil acceso y manejo, tomando
en cuanta las habilidades y limitaciones de las personas que trabajen en el.
Es importante mantener un control escrito de las especificaciones del huerto: Tarjetas para cada cama, fichas
bibliográficas para el registro de las especies sembradas, anotación de los diversos cultivos y sus temporadas,
para un posterior co-diseño que sea coherente con la fertilización y rotación sostenible
Los recursos materiales son necesarios para el buen funcionamiento y desempeño en el trabajo en el huerto.
En estos se incluye:
Materiales visuales para la facilitación del trabajo: una tabla de tareas del huerto con su respectiva
prioridad de trabajo: alta, mediana y baja, y que esto se integre a un calendario. Señalética pertinente
para cada cama, especies sembradas, así como para los espacios físicos dentro del lugar de trabajo y
sus indicaciones (entrada, letrinas, palapa, cuarto de herramientas, botes de basura, huerto de
alimentos, huerto de plantas medicinales, área de talleres, etc. Para la elaboración de estos materiales
visuales se debe tomar en cuenta que van a estar posicionados a la intemperie y deben estar hechos de
un material resistente, preferentemente reciclado.
5
Dialógica…..
MANEJO DE RECURSOS MONETARIOS
Un aspecto importante a lo que este punto concierne, es la especificación de los recursos monetarios con los
que se cuenta, los que se necesitan y los que se pudieran conseguir. Una vez establecido esto, se puede
proceder a invertir el presupuesto que se tiene, en lo que se necesita y al mismo tiempo tratar obtener más
recursos mediante financiamiento externo. Se puede hacer una lista de posibles fuentes para financiamiento y
ayuda. Esta incluiría organizaciones del medio ambiente, negocios locales o internacionales, fundaciones
privadas, agencias gubernamentales, etc.
Lo más recomendable, es crear una comisión encargada para manejar los asuntos de tipo económico. Esta
comisión será rotativa y deberá estar integrada por uno o dos tesoreros que cuenten con experiencia, mas una
persona de apoyo, que se involucre activamente en el proceso y aprenda lo referente a pagos, trámites,
solicitudes, compras, ahorros, facturación, etc.
Para saber que hace falta, o en que se podría invertir el dinero, se puede preguntar directamente al grupo, y/o
entablar un diálogo donde se exponga las sugerencias y las razones de las mismas, llegando a un acuerdo
respetado por todos.
FACTOR HUMANO
La gran mayoría de los intentos por promover la transformación social sobre bases profundas y viables se
empantanan bajo la intrincada red de conflictos de convivencia y creatividad; tanto de personas y sus
sentimientos, de conocimientos, de toma de decisiones, de relaciones amorosas, de problemas de poder, etc.
etc. Este problema central de lo Comunitario y la Relación (en todos sus niveles sistémicos y en su noción
trascendente) es casi siempre obviado, siendo que como dijimos, es el eje articulador del conocimiento y la
praxis hacia alternativas sostenibles para la humanidad y el planeta Tierra.
COORDINACIÓN ROTATIVA:
LIDERAZGO COMPARTIDO
Nuestra perspectiva tradicional de los líderes, como personas especiales que marcan el rumbo y toman
decisiones cruciales-esta profundamente arraigada en una visión del mundo individualista y asistémica.
Mientras esto prevalezca, reforzarán el énfasis en los hechos de corto plazo y los héroes carismáticos y no en
las fuerzas sistémicas y el aprendizaje colectivo (SENGEL, 1998).
La idea de una comunidad de aprendizaje, nos exige abandonar los viejos y trillados paradigmas de liderazgo
y jerarquización, para poder acercarnos a un pensamiento capaz de manejarse a si mismo como sistemas
complejos.
La mejor representación de un sistema complejo es el ecosistema; en más de tres mil millones de años de
evolución, ha demostrado ser una comunidad verdaderamente sostenible, y nosotros como comunidades
humanas, podemos aprender de ello y utilizar sus principios.
La naturaleza cíclica de los procesos ecológicos constituye un importante principio de ecología, esto no solo
aplicado a la producción o consumo, si no también al desempeño (función) dentro de una comunidad
sostenible.
Para ser sostenibles, los patrones de producción, consumo y organización deben de ser cíclicos, a semejanza
de los procesos naturales.
De lo anterior se deriva el principio extraordinario de la coordinación rotativa o liderazgo compartido, donde
para cada día se tiene asignado uno o dos coordinadores, que van a determinar las actividades a realizar,
mientras el resto de la comarca deberá hacer lo que se les encomiende hacer, hasta que sea su turno de
liderear la sesión de trabajo, cumpliendo así, con un patrón no lineal, si no rotativo, ciclico.
Este principio sistémico de auto organización ideal, por supuesto, insertado dentro de un contexto y un co-
diseño previo; no es solo cumplir la voluntad de la persona a cargo y hacer lo que se nos dice, es por que se
tiene el compromiso de haber leído los acuerdos antes, se es consecuente con los acuerdos y además en
conciencia de como esta y como va el flujo de trabajo y se inserta en las actividades que se van a designar
para ese día.
Esto va ir abriendo camino a la participación generalizada y eventualmente, todos abran ocupado la posición
de líder, y estarán impregnados y conectados con el sentido del trabajo y de sus compañeros.
Ser líder es asumir un liderazgo olarquico, responsable, sostenible y comprometido; responsabile pero no de
una manera egocéntrica ni tiránica, si no que esta insertada en un compromiso. En la filosofía tolteca se le
conoce como el TLATOANI6, es el que tiene la palabra y el poder de servir, no de mandar, teniendo así un
compromiso mayor.
El modelo organizacional del tlatoani por día es un modelo extraordinario dentro de un contexto de liderazgo
sistémico y participativo. No hay un líder único e indiscutible. El propio compromiso con el trabajo le da peso
a su voz.
Entonces el líder, tiene una responsabilidad que cumple hasta el final, que es sentarse disciplinadamente y
escribir lo que se hizo en el día y sus razones, que observó respecto al trabajo anterior y sus sugerencias para
darle una continuidad al trabajo.
Así que cuando se rote la coordinación, el siguiente responsable tomará en consideración estos datos y
sugerencias para las decisiones de la siguiente sesión de trabajo.
6
Tlatoani: Significa vocero, el que habla, comunica, del verbo tlahtoa, expresar, un tlahtoani es el que se dirige al
pueblo como vocero de un tlahtocan, el lugar donde se expresan y acuerdan las decisiones, así que también escucha y
obedece. Cada tlahtoani tiene una particularidad que es definida por caracteristicas de comportamiento actitudes innatas.
El gobierno estaba formado por un consejo llamado Tlahtocan, el cual tenía dos tlahtoanih encargados de llevar a cabo
las decisiones del consejo, uno de ellos era un tecuhtli, representando la parte masculina de los dos voceros, y el otro era
cihuacoatl, la parte femenina aunque sean varones (MEZA, 1999).
1. Al final del día, el coordinador responsable deberá hacer sus anotaciones en la bitácora, y escribir lo
que se hizo acorde al plan general.
2. El coordinador responsable deberá evaluar y preparar el material con mínimo un día de anticipación.
3. El coordinador responsable deberá llegar 15 a 20 minutos antes de la hora acordada para iniciar
labores, con el propósito de observar y analizar las condiciones del día y tratar con alguna situación
imprevista en dado caso que se presente (llovió o no, hay mucho sol, o humedad)
4. En caso de existir algún comentario, sugerencia, queja u observación por parte del colectivo, el
coordinador se dará el tiempo de escuchar y hacer las anotaciones pertinentes.
5. El coordinador será responsable de cerrar la sesión de trabajo y verificar que todo este en orden y en
su lugar.
Comunidad de re-aprendizaje:
Una visión compartida hacia el diálogo y el consenso.
“Cuando hay una visión genuina, la gente no sobresale ni aprende por que se lo ordenen, sino por que lo
desea. La práctica de la visión compartida supone aptitudes para configurar visiones del futuro compartidas
que propicien un compromiso genuino antes que mero acatamiento. Al dominar esta disciplina, los líderes
aprenden que es contraproducente tratar de imponer una visión, por sincera que esta sea”. (SENGE, 1998).
Esta práctica no es tan sencilla como pudiera parecer, se requiere de una disciplina del aprendizaje, y con
aprendizaje no se quiere decir el simple hecho de absorber información, si no que se le da un significado mas
profundo, que supone un decisivo desplazamiento o transito mental. El verdadero aprendizaje llega al corazón
de lo que significa ser humano. A través del aprendizaje nos re-creamos a nosotros mismos. Nos capacitamos
para hacer algo que antes no podíamos. A través del aprendizaje percibimos nuevamente el mundo y nuestra
relación con el. Además, ampliamos nuestra capacidad para crear, para formar parte del proceso generativo de
la vida.
Entonces bien, la disciplina del aprendizaje comienza con el diálogo, la capacidad de los miembros de la
comunidad para suspender los supuestos e ingresar en un auténtico pensamiento conjunto.
Para los griegos, dia-logos significaba el libre flujo del significado a través del grupo, lo cual permitía al
grupo, descubrir percepciones que no se alcanzaban individualmente
TOMA DE DECISIONES
Conforme se avanza en el desarrollo del trabajo, surgirá la necesidad de tomar decisiones, para este punto es
necesario referirnos al consenso.
La decisión por consenso es un proceso de decisión que busca no solamente el acuerdo de la mayoría de los
participantes, sino también persigue el objetivo de resolver o atenuar las objeciones de la minoría para
alcanzar la decisión más satisfactoria. A la vez consenso significa: a) un acuerdo general, y b) un proceso para
alcanzar dicho acuerdo. La toma de decisión por consenso trata fundamentalmente del proceso. Una decisión
por consenso, no obstante, no implica un consentimiento activo de cada uno, sino más bien una aceptación en
el sentido de no-negación.
Por lo tanto, se deberá llegar a un acuerdo mediante un consenso, tomando en cuenta no sólo lo que
individualmente se quiere, si no a la totalidad de los seres que están interactuando y viviendo juntos en el
sistema.
El consenso deberá expresar la totalidad y reflejar una coherencia respecto a las decisiones que se tomen, en
base a los sentires, ideas, necesidades, percepciones, etc. de cada individuo incluyendo el propio. Se deberá
encontrar un balance, sin llegar a imponerse una voluntad o trabajar con un objetivo propio. A diferencia de
la votación democrática, que aspira a una decisión mayoritaria que aplasta a los que no la apoyan, y una vez
llevada a cabo, no hay mas que hacer, colapsándose así, la creatividad de las personas. No hay creación de un
nuevo conocimiento, pues los medios ya están dados.
En cambio, con la práctica del Consenso, se co-crea un modelo a través del diálogo, en la búsqueda de un
modelo que represente a todos los participantes y se fomenta la creatividad de cada uno de ellos.
Conclusiones
Una vez que se haya logrado establecer como va a funcionar el grupo humano, esto se puede tomar
como la base o el inicio para elaborar el co-diseño del huerto, reflejando la experiencia del proceso
organizacional de nuestra comunidad, a la praxis en el huerto. Esta proyección de la organización
humana y su co-diseño se va a trasladar al contexto del huerto y va a generar su propio co-diseño.
Los procesos organizacionales se engloban en un nivel transversal que atraviesa cada uno de los demás
módulos de trabajo y es el objeto de investigación para esta tesis, pero que al mismo tiempo, se da la
característica de que mi persona (mi ser) se encuentra insertada en este objeto de investigación como
participante y facilitadora, y por lo tanto, esto requiere de tener un trabajo personal sólido, que brinde la
fortaleza y la energía para que se vea reflejado en un proceso sólido, lo cual no se refiere a que sea
impositivo, tiránico, patriarcal, jerárquico o rígido, quiere decir en el sentido de bien consolidado, con los
pies en la tierra y producto de una reflexión profunda, de un trabajo y de un compromiso.
5.1.2
Las herramientas
Listado de herramientas
-Bieldo (4)
-Machete (8)
-Pala (5)
-Pico (2)
-Hoyador/excavador (1)
-Rastrillo (1)
-Podadora (1)
-Azadón (6)
-Carretilla (1)
-Regadera (1)
-Segueta (1)
-Manguera (1)
-Embudo (1)
-Martillo (2)
Utensilios de limpieza
-Escoba (3)
-Sacudidor de pisos (1)
-Recogedor (1)
-Trapeador (1)
-Cubeta (3)
5. En caso de ser el último en irse, se deberá verificar que todas las herramientas estén en su lugar así
como la llave de la bodega.
6. La llave deberá ser devuelta a su lugar cuando se terminen las labores del día.
El círculo es una figura geométrica sagrada. Representa un flujo constante y es infinito. Denota más
poder cuando la energía femenina y masculina está balanceada, por lo tanto, se pide (de ser posible en cuanto
al número y género de las personas) que se acomoden un hombre al lado de una mujer, una mujer al lado de
un hombre. En caso de haber mas de un género que de otro, tratar de equilibrarlo lo más que se pueda. El
circulo, así mismo, permite estar a una distancia cercana con el resto de nuestros compañeros, pudiendo ver
las caras de todos, al mismo tiempo que se mantiene el espacio donde nos encontramos. Y al dar la palabra
hay un seguimiento ordenado.
Ya sea el facilitador o el responsable de las herramientas, tendrá la labor de abrir el círculo con su palabra de
ese día. Y aunque no hay un formato a seguir, es vital que se mencionen ciertos aspectos como: agradecer y
pedir permiso a las herramientas a la madre tierra, a los elementos, los guardianes del lugar, los 4 rumbos, a la
energía del cosmos, saludar a la comunidad, pedir por un día de trabajo favorable, sin accidentes, ni
contratiempos, entre otras cosas. E invitar a los presentes a tomar conciencia y reflexionar de manera
concreta de la herramienta que van a utilizar y su relación directa con el trabajo del día. Al llegar a este punto,
ya se debe de haber seleccionado la herramienta que se va a utilizar, tomando en cuenta las habilidades
personales, nuestro estado físico y el conocimiento previo o nulo que se pudiera tener sobre las herramientas.
Se puede experimentar con una herramienta que no se haya usado antes o que se desconozca su función, esto
con el fin de descubrir las capacidades, tanto de la herramienta como de nuestro trabajo corporal en relación
con ella. Esto sin dejar de tomar en cuenta el trabajo del día.
3.-Invitación a la palabra
Una vez concluida la palabra de apertura y antes de pasar directamente al trabajo, se procede a dar la palabra a
alguien mas que así lo desee expresar, no es necesario que siempre haya participación de todos, pero cuando
se da el caso, deberá continuar quien este a la izquierda de la persona que abrió el circulo y así continua en
dirección de las manecillas del reloj.
4.-Experiencia corporal
Es muy importante hacer algún ejercicio que relaje y/o vigorice el cuerpo antes de pasar al trabajo físico en el
huerto. Como una manera de calentar y de despertar los sentidos, los músculos, los órganos, las manos que
tan necesarias son en las tareas del huerto y sobre todo nuestra mente, conectándonos con el ahí y ahora.
Se sugiere hacer: chi kung, tai chi, ejercicios de bioenergética, ejercicios de feldenkrais, danza, etc.
Esto nos va a permitir estar mas atentos a lo que vamos a hacer, y a las sensaciones que se puedan
experimentar. Seremos más cuidadosos al descubrir o reafirmar que mi energía va a estar expresada en mi
trabajo con la herramienta, siendo esta ultima, un intermediario entre el ser humano y la naturaleza, entre el
ser humano y la tierra.
Se crea esta relación de respeto, por que no se apropia de mi persona como lo hace una maquina. Si no que se
vuelve una extensión de mi cuerpo.
Con la experiencia corporal lo que se pretende trabajar es la proporcionalidad y la simplicidad voluntaria.
Para complementar y cerrar la experiencia, se propone tener un ejercicio que puede hacerse durante el ritual,
durante el trabajo con el huerto o al finalizar la sesión del día. Se recomienda compartir una canción, un
poema, una historia, un mensaje, desde el conocimiento de cada persona.
PROPUESTA GENERAL
Al decir la vida del eco-huerto, nos referimos a un sistema espacio-temporal que posee elementos esenciales
de un sistema viviente; implicando la complejidad de la vida en sus etapas: gestación, nacimiento, desarrollo,
cuidado, maduración, socialización, reproducción, celebración, ritualidad, muerte y descomposición. Con una
geografía, orografía, flujos de materia y energía, distribución asimétrica y procesos de interacción entre
organismos. A esto le llamamos huertogénesis (génesis y vida del huerto).
El huerto, posee al mismo tiempo, metafórica y materialmente los elementos de un proceso viviente. Y por lo
tanto, toda una estructura dinámica que puede seguir diferentes rutas evolutivas, acorde a los diferentes
procesos de auto-organización.
Se tiene que mediante el trabajo horticultural pueden gestarse procesos de sanación y re-aprendizaje,
enfocados hacia la eco-alfabetización.
La articulación de estas 2 metáforas (eco-huerto y eco-alfabetización) permite proponer y co-crear espacios y
experiencias de re-aprendizaje y trabajo (praxis sistémica eco-alfabetizadora).
Es ahí, donde las personas y colectivos, puedan a través de su accionar, participar en la vida y desarrollo del
eco-huerto, articulándose por medio de aprender (en el hacer y el transformar) los procesos de vida del huerto,
desarrollando habilidades y saberes apropiados para cada una de las instancias principales o estadios de la
Huertogénesis.
Por lo que la actividad eco-horticultural se puede convertir en un proceso de transformación, aprendizaje y re-
comunalización, que propicia la transición hacia formas de vida con mayores niveles de sostenibilidad local y
planetaria.
Una vez que se ha descrito la metáfora de génesis y vida del huerto, observamos que se harán
presentes diferentes etapas que habrá que abordar en determinados tiempos y espacios.
En este proceso, se plantea recopilar la información mediante una serie de módulos agrupados artificialmente.
Esto no quiere decir que se vayan a aislar sus partes, al contrario, implica ver en la totalidad de sus partes.
La decisión que se toma al agrupar estos ámbitos particulares, tiene como objetivo identificar como se irán
presentando las fases dentro de la vida del huerto, así como también, los niveles de eco-alfabetización. Lo que
nos va a permitir tener una mejor comprensión del proceso, e identificar si existe una transformación gradual
en individuos y colectivos.
La vida del huerto en sus diferentes etapas, se inserta en la vida de los individuos y colectivos que a su vez,
pasan simultáneamente por distintas etapas. Es por esta razón, que los módulos juegan un papel tan
importante en el proceso de eco-alfabetización.
Para objeto de investigación, se abordará el proceso, identificándolo mediante los módulos. Los cuales, en
esquema, van a estar divididos, para explicar la sucesión de elementos y reflejar así una mejor organización.
Pero esto no quiere decir, que la vida del huerto se encuentre seccionada; el huerto, seguirá su curso natural, y
en la praxis, veremos a las distintas fases estar intersectadas e interactuar unos elementos con otros.
Al documentar un proceso de la naturaleza, se pretende seguir sus patrones y aprender de él. Siendo este, el
principio fundamental que nos enseña la eco-alfabetización.
Los módulos de re-aprendizaje son:
Co-diseño básico
Una vez organizados los grupos humanos, se puede proceder a organizar el espacio y tiempo del huerto, como
fin para la sostenibilidad. Trascender de las ideas a la praxis.
Apropiación y Limpieza
Comenzar con el trabajo físico, en niveles tanto individual como colectivo, y mediante este, adquirir un
sentido de pertenencia al espacio.
Al llegar a un lugar, no se comienza desde cero. Todo espacio tiene un pasado, que nos cuenta una historia
sobre su origen, desenvolvimiento y entorno actual. Existen varios factores para tomar en cuenta, al momento
de comenzar a gestar el espacio que se va a considerar para establecer el huerto.
El factor humano juega un rol muy importante, pues es precisamente en las personas donde se va a generar un
cambio cognoscitivo-emocional que ayude a recordar y recrear formas más naturales, orgánicas e integradas
de ser-sostenible en el mundo.
Ligar el trabajo con la tierra, en un contexto natural y orgánico, es como observar las partes del huerto, como
un cuerpo formado, que puede estar balanceando o desbalanceado, y el ser humano se encuentra ahí,
formando parte y respondiendo ante esto.
Existe un ámbito orgánico de saberes corporales donde el ser individual y comunal, puede percibir la historia-
forma en su ser-cuerpo y el co-diseño del trabajo ecohorticultural para trabajar de acuerdo a su estructura.
La gestación del huerto deberá hacerse en conjunto a las necesidades del ecosistema, para que paulatinamente
se vayan integrando en un solo sistema vivo. De manera que el huerto luzca y funcione en representación
como lo sería en la naturaleza. Para que esto suceda, deben de estar presentes las conexiones entre los
organismos (tanto vivos como inanimados) con su entorno, para tejer una red natural y de resilencia. Es esta
interrelación la que le da su fuerza a la naturaleza.
El huerto como campo de re-crianza, requiere tener una resilencia que posibilite albergar las necesidades, y
perturbaciones de los distintos procesos que ocurran en su seno.
El trabajo eco-horticultural, requiere de poder percibir, trabajar y co-organizar las condiciones que le
confieren al huerto dicha resilencia.
No es viable separar un elemento de otro, así como tampoco lo es observar de manera aislada a los individuos
dentro del proceso de gestación.
Para llegar a insertarnos dentro de este espacio natural del que se nos ha provisto, como seres humanos
urbanos, tenemos que pasar por un largo proceso de descubrimiento, integración y apropiación, que se
profundizará en los siguientes capítulos.
La idea de formar un huerto puede surgir de una o varias personas que tengan el deseo de verlo
realizado. Pero no basta con solo pensarlo. Se necesita energía, disposición y trabajo para que ese esfuerzo de
un grupo humano se conjugue con los elementos fundamentales que necesita un huerto: buscar un terreno,
tomar decisiones de que se va a hacer y cómo se va a hacer, organizar los grupos de trabajo, tener la
infraestructura necesaria, por mencionar algunos. Esto se da mediante un diseño.
Diseñar es el proceso mediante el cual surgen los elementos, se plasman en la visualización y luego en la
concretización que se convierte en un diseño.
Sin embargo, desde un punto de vista sistémico, donde todas las partes se expresan y a la luz de la
sostenibilidad, se requiere de una combinación de visiones, donde muchos actores participen en el proceso
creativo. Es posible plantear que en esta co-participación no solo se incluya a los humanos, sino también a
los seres vivos y a los así considerados como inanimados.
Cuando hay una visión genuina, las personas no sobresalen ni aprenden porque se lo ordenen, sino porque lo
desean y por que se abren a que ello ocurra; se interesan e involucran. La práctica de la visión compartida
supone aptitudes para configurar “visiones del futuro” compartidas que propicien un compromiso genuino
antes que mero acatamiento. Al dominar esta disciplina, los facilitadores aprenden que es contraproducente
tratar de imponer una visión, por sincera que esta sea (SENGE,1998).
Por lo que llamamos co-diseño a aquel proceso creativo donde la comunidad que está involucrada, participa
de manera articulada y constante en la gestación del diseño como tal.
Para que pueda abordarse el trabajo experiencial del huerto, es fundamental el aspecto organizacional
humano. El énfasis en lograr que se genere un mínimo de cualidades o funciones organizacionales humanas
es un elemento vital para que el proyecto pueda ser viable. Lo anterior que la dirección de este trabajo se
dirija hacia la auto organización dentro de un modelo holárquico para generar entre los seres una dinámica co-
inteligente. (Vargas, Madrazo).
El co-diseño básico será entonces una proyección de la organización humana, en el contexto del trabajo de
huerto.
Una organización que refleje emociones y deseos pero que al mismo tiempo sea eficaz, y que nos permita a
todos participar satisfactoriamente. Pasar de las ideas a la praxis.
Sin embargo, no se recomienda entrar directamente al co-diseño. Puesto que en la experiencia, hemos
observado que un primer proceso de apropiación, facilita el entendimiento y crea un vínculo entre el espacio y
las personas, lo cual se refleja a la hora de expresar un diseño. Esto quiere decir, que para que la energía del
co-diseño sea consecuencia de una cierta experiencia, debe de existir un proceso previo de sensibilización.
¿Cómo se logra llegar a un primer nivel de apropiación? Para esto es muy importante saber los elementos con
los que se cuenta.
Se puede comenzar por hacer un mapa del sitio, que incluya estructuras, caminos, árboles existentes y otras
plantas principales, características del terreno, escalas, drenaje y corrientes de agua, tipos de suelo y
condiciones, al igual que distancias. La creación de un mapa implica algo más profundo que plasmar
información en un trozo de papel. Al hacer esto, uno se pone en contacto más íntimo con el lugar y sus
particularidades. El conocimiento se asienta en la mente para su uso futuro. La totalidad del espacio se
simboliza en este papel (Hemenway, 2001).
Al obtener esta información, se puede proceder a observar y seguir una lista de puntos a tomar en cuenta de
acuerdo a un diseño permacultural:
Aéreas de sombra y luz.
Dirección del viento, intensidad y cambios durante las diferentes estaciones.
Temperaturas.
Puntos de alba y ocaso, equinoccio y solsticio.
Microclimas.
Temporada de lluvias y heladas.
Suelo.
Cuerpos de agua, movimiento de la lluvia, zonas de inundación.
Vistas en varias direcciones.
Actividades de aéreas vecinas.
Utilidades: gas, energía de luz, teléfono, drenaje, etc.
Actividades gubernamentales, asociaciones de propietarios.
Tráfico y rutas de acceso.
Localización e impacto de estructuras: casas, cercas, paredes, etc.
Vegetación.
Animales.
Historia del lugar.
Recursos en la zona (recursos de materia orgánica, suelo, materiales de construcción): fábricas,
tiendas, fuentes de plantas y semillas.
Una vez establecido el lugar, y que se haya plasmado en el mapa todas sus características, habrá que trabajar
con los elementos y condiciones que estén presentes. Como siguiente fase entrará la limpieza del espacio.
Al haber establecido cómo va a operar el grupo humano, esto se toma como la base, o el inicio para hacer el
co-diseño en la praxis funcional del huerto, mostrándose como una serie de técnicas concretas para tratar con
la parte ya funcional de un huerto de hortalizas. Al integrar el co-diseño básico con la fase de apropiación y
limpieza, se pretende generar como resultado, un co-diseño del huerto en desarrollo.
6.1.1.3.1 La Siembra
Ahora que ya hemos trabajado tanto nuestra tierra, como nuestro ser-cuerpo, en un proceso orgánico y
a su vez gradual, estamos preparados para comenzar con una nueva fase de la vida del huerto: fomentar y
presenciar el nacimiento de las plantas.
Si imaginamos por un momento que somos una semilla, ¿Cómo nos sentiríamos en nuestro entorno? ¿Qué
necesitaríamos para crecer? Haciendo esta breve, pero profunda reflexión al inicio de la sesión, nos podemos
dar cuenta que una semilla requiere de un microcosmos constituido de aire, calor, humedad, suelo, nutrientes
y microorganismos. Además, al encontrarse en un espacio natural se harán presentes interacciones con otros
seres.
En general se pueden distinguir dos tipos de factores para el crecimiento de las plantas: el terrestre (suelo y
nutrientes) y el atmosférico (aire, calor, humedad).
El proceso de siembra requiere de mucho cuidado y toda nuestra atención. En un acercamiento más directo
con las plantas, este trabajo manual nos permite apropiarnos de las características, cualidades, condiciones no
sólo del espacio como tal, sino también de las mismas plantas como formas de vida y establecer un diálogo
más íntimo con estas.
Se pretende lograr que las personas trabajen de una forma más intuitiva, que se alcance mediante ese
acercamiento dialogante, motivando así la inspiración y creatividad, sin la necesidad de una serie de pasos a
seguir. Pero mientras este ideal es logrado se puede trabajar con una serie de indicaciones en cuanto a técnicas
se refiere para el buen manejo y crecimiento de las plantas y que se describirán a continuación.
Hay una regla que recordar muy fácil y natural: Todo lo que ha de crecer requiere calor y humedad. En
espacios al aire libre, el calor lo proporciona la naturaleza, pero la humedad depende del horticultor. Es
mucho mas efectivo regar una sola vez y abundantemente en profundidad, que frecuentemente, y sólo en la
superficie. La profundidad de la siembra debe ser igual al grosor de la semilla. Es recomendable cubrir las
semillas con composta cernida, que es similar a la materia vegetal descompuesta bajo la cual germinan las
semillas en la naturaleza. Esta composta estimula el proceso de germinación.
Existen dos maneras de sembrar semillas, una es hacerlo directamente en camas, y la otra es en almácigos,
que consiste en depositar las semillas en cajones pequeños que pueden ser elaborados de distintos materiales,
como madera o el plástico.
Ya sea que se siembre directamente en camas preparadas o bien en almácigos, la disposición de las semillas
debe hacerse de tal forma que la distancia entre ellas sea equidistante. Al proceder a espaciar las semillas en
los almácigos, se deben distribuir las semillas con el distanciamiento adecuado a fin de que las hojas de las
plántulas apenas estarán en contacto cuanto tengan que ser transplantadas. Esta distancia va a depender del
tamaño de la especie, pero solo mediante la experimentación pueden determinarse los espacios óptimos para
las plantas que se cultivan en montículos.
En cuanto a la tierra de los almácigos, una mezcla simple y de buena calidad está constituida de cantidades
iguales de composta cernida y tierra de la cama.
Quien sigue la luna, gana ventaja en el crecimiento de las plantas. Este conocimiento no es nuevo. Pertenece a
las viejas tradiciones campesinas de hace siglos en muchos países de la tierra, donde la siembra era después
de ver la luna. Era siempre de gran importancia tener en cuenta si se trataba de frutos que crecían sobre o bajo
la tierra. Sus ritmos de crecimiento estaban estrechamente ligados, a la luna creciente o decreciente. Después
de que estas antiguas normas de cultivo habían sido olvidadas, hoy en día se han retomado.
Las semillas de germinación temprana o muy tardía (que tardan un mes en germinar) se siembran dos días
antes de la luna nueva, cuando empiezan a actuar las primeras fuerzas magnéticas significativas, y hasta 7
días después de la Luna nueva.
Las semillas de germinación tardía se siembran se siembran con la Luna llena y hasta 7 días después.
Ambos periodos de siembra aprovechan íntegramente las fuerzas de la naturaleza incluyendo la gravedad, la
luz y el magnetismo. El momento en que la suma de estas fuerzas es mayor tiene lugar en la luna nueva. Esta
fase gravitacional lunar es muy intensa y produce mareas altas en los océanos y mareas de agua en el suelo. Y
la luna, que esta oscura, se hace cada vez más luminosa.
La importancia de que los calendarios de siembra y transplante tomen en cuenta las fases lunares no consiste
tanto en definir exactamente las fechas en que van a realizarse las actividades, si no en aprovechar en
términos generales el ímpetu de las fuerzas naturales.
El riego
Es importante que el riego se asemeje lo más posible a la lluvia. La lluvia fina absorbe nutrientes y oxígeno
del aire y ayuda así al proceso de crecimiento.
Conviene regar las camas todos los días para mantener la humedad uniforme, de ese modo se eliminan a
diario el polvo, la mugre y los insectos de las hojas y se crea una atmósfera rica y húmeda que fomenta el
crecimiento de las plantas y la vida microbiana.
De no ser posible el riego a diario, entonces se recomienda que sea más abundante. La frecuencia de los
riegos depende directamente del clima de la temporada.
En las camas, el riego de las plantas maduras debe realizarse al empezar a disminuir el calor del día. El agua
fría absorbe el calor del suelo tibio y así cuando llega a las raíces, tiene una temperatura mas templada, lo cual
resulta menos brusco para las raíces. Durante la noche, más fresca y con menos viento que en el día, el suelo y
las plantas tienen mas tiempo de absorber el agua.
Asimismo, una importante parte del crecimiento se da en las noches por lo que el abastecimiento de agua es
básico en ese momento. Si se riega muy de mañana, una buena parte del agua se evaporara por la acción del
sol y del viento y el riego será menos efectivo. Las pérdidas serán aún mayores si se riega a mediodía.
En el caso de los almácigos y de las semillas o plantas jóvenes en camas, puede ser necesario regar en la
mañana, a mediodía y al final de la tarde.
Es importante observar las diferencias de requerimientos que tienen las plantas y aprender a percibir sus
necesidades. El riego debe permitir una producción adecuada de frutos, flores, hortalizas y semillas, no solo
mantener vivas a las plantas.
Temporadas de siembra
Todas las plantas deben sembrarse en su temporada. Esta es una buena forma de consentirlas. Si se les fuerza
a crecer fuera de su temporada, agotarán sus energías en combatir contra el clima que no le es propicio, ya sea
el frio, el calor, la lluvia o la sequía. Como resultado quedará menor cantidad de energía para un crecimiento
óptimo y, al igual que un ser humano, una planta con escasas reservas de energía es mas susceptible a las
enfermedades y las plagas.