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Trabajo de Pastoral. Evangelizar en Un Mundo Postcristiano

Este documento presenta una recensión crítica del libro "Evangelizar en un mundo postcristiano" de Luis González-Carvajal, seguida de algunas aportaciones para actualizar la nueva evangelización. La recensión analiza el mundo postcristiano, las raíces de la increencia y la nueva evangelización. Luego propone tres caminos para la nueva evangelización: pensar a Dios en una cultura nihilista, la vía de la belleza y el acompañamiento personal. El objetivo es ofrecer una guía sencilla pero riguro
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Trabajo de Pastoral. Evangelizar en Un Mundo Postcristiano

Este documento presenta una recensión crítica del libro "Evangelizar en un mundo postcristiano" de Luis González-Carvajal, seguida de algunas aportaciones para actualizar la nueva evangelización. La recensión analiza el mundo postcristiano, las raíces de la increencia y la nueva evangelización. Luego propone tres caminos para la nueva evangelización: pensar a Dios en una cultura nihilista, la vía de la belleza y el acompañamiento personal. El objetivo es ofrecer una guía sencilla pero riguro
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EVANGELIZAR EN UN

MUNDO
POSTCRISTIANO
ESTUDIO SOBRE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Descripción breve
Recensión crítica del libro de Luis González-Carvajal “Evangelizar en un mundo postcristiano”,
seguido de algunas aportaciones personales teórico-prácticas para actualizar la nueva
evangelización.

Francisco Javier Calvo Tolosa


Teología pastoral especial/ 5º Grado Teología
ENTREGA: 16/1/2018

0
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………… 2

2. RECENSIÓN CRÍTICA…………………………………………………... 2
A. Un mundo post-cristiano……………………………………………….. 3
B. Las raíces de la increencia…………………………………………….. 4
C. La nueva evangelización………………………………………………. 7
D. La escuela católica lugar de evangelización…………………………... 9
E. Valoración general…………………………………………………….. 10

3. NUEVOS CAMINOS DE NUEVA EVANGELICACIÓN………………. 12


A. Pensar a Dios en una cultura nihilista…………………………………. 12
B. La vía de la belleza……………………………………………………. 14
C. Evangelización y acompañamiento personal…………………………. 15

4. CONCLUSIÓN…………………………………………………………… 16

5. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………. 16

1
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

1. INTRODUCCIÓN

El trabajo que presentamos es una aproximación a la problemática que supone la


evangelización en nuestra cultura actual. La base de nuestro estudio es el libro de Luis
González Carvajal “Evangelizar en un mundo postcristiano”, recensión que nos llevará
la mayor parte del escrito. Además, hemos querido actualizar sus propuestas con
algunas perspectivas complementarias, en concreto tres: 1) profundizar en el diálogo
con el ateísmo a través de las aportaciones de dos filósofos cristianos como son Xavier
Zubiri y Gabriel Amengual; 2) explorar la vía de la belleza como camino de experiencia
religiosa; 3) asumir las últimas propuestas del magisterio pontificio (Francisco) para la
Nueva Evangelización.

En el fondo de nuestras aportaciones hay dos convicciones que queremos explicitar


desde ahora. La llamada que el Papa Francisco ha hecho en la exhortación apostólica
Evangelii Gaudium1 de evangelizar las periferias tiene en nuestra cultura occidental una
concreción llamativa. El hombre posmoderno o postcristiano vive instalado en una
“incómoda finitud” que asume con resignación, aburrimiento y sin plantearse si quiera
otras opciones vitales-existenciales (indiferencia religiosa). Los evangelizadores
tenemos como primera misión provocar el despertar de “el sentido de verdadera
existencia humana”, para desde ahí lanzarnos hacia un despertar del sentido religioso y
de la fe cristiana. En segundo lugar, escribimos movidos por una profunda
preocupación pastoral. Asumimos este trabajo como una gran oportunidad formativa
que quiere también traducirse en acciones concretas en nuestra praxis pastoral. Por ello,
al final del trabajo propondremos algunos caminos concretos por los que avanzar en
esta difícil tarea de la nueva evangelización.

2. RECENSIÓN CRÍTICA DE “EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO”

El estudio de González Carvajal tiene como objetivo ofrecer un acercamiento


sencillo pero a la vez riguroso de la realidad de nuestra cultura contemporánea y las vías
de su evangelización. En este sentido él mismo habla de que se ha propuesto escribir un
manual del evangelizador. Esta característica general de la obra nos da cuenta del estilo

1
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma
por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias comodidades” Francisco, Exhortación apostólica
Evangelii Gaudium, 49.

2
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

sencillo y el pensamiento sintético que ofrece. No nos encontramos ante un tratado


denso, erudito o complicado, sino una reflexión sapiencial abierta a los sencillos
trabajadores de la mies del Señor (especialmente orientado hacia los laicos) para
orientar su acción cotidiana en la pastoral.

El libro está dividido en cuatro partes, a saber: un primer capítulo titulado “un
mundo post-cristiano” que ofrece una breve fenomenología de la cultura
contemporánea. Continúa el capítulo segundo profundizando en las causas de la
increencia religiosa, característica distintiva de nuestro mundo actual. A nuestro juicio
esta es la parte del escrito más elaborada y más fructífera, debido al esfuerzo de síntesis
del autor. El tercer capítulo aborda la temática de la nueva evangelización, aclarando el
concepto y ofreciendo algunas actitudes marco que debe tener todo evangelizador. Por
último, en cuarto capítulo se hace una propuesta concreta de itinerario de nueva
evangelización en el ámbito de la educación católica.

a) Un mundo post-cristiano

El análisis de la cultura contemporánea está centrado en el aumento de la increencia


religiosa. Se distinguen varias formas dentro de este amplio fenómeno como son: el
ateísmo teórico, ateísmo práctico, el agnosticismo, el neopositivismo y el
indiferentismo. Con enorme acierto se pone de relieve que este aumento de la increencia
en materia de religión es único en la historia, aunque no es mayoritario ni siquiera en
nuestro mundo contemporáneo (esto quizás habría que revisarse respecto a nuestros
días). De entre las razones que explican esta realidad del rechazo o negación de Dios
encontramos una que llama especialmente la atención por su tono provocativo. El autor
cita a Hans Urs von Balthasar para defender que el ateísmo solo es posible a partir de
la aparición del cristianismo: “ahora y por primera vez se ha hecho posible un ateísmo
auténtico y consciente, que antes, por faltar un verdadero concepto de Dios, no era
posible”2.

Al margen del proceso que se describe por el que nuestra cultura se ha ido alejando
de Dios (ilustración, positivismo…), nos parece que lo más relevante del escrito son
este tipo de tesis de fondo. En esta línea, la otra aportación más lúcida de esta
fenomenología de la cultura post-cristiana es la siguiente3: la incredulidad de nuestro

2
Balthasar, Hans Urs von, Sólo el amor es digno de fe, Sígueme, Salamanca 1971, p. 83. Cit, en:
González Carvajal, L., Evangelizar en un mundo postcristiano, Madrid 1993, p. 17.
3
Cf. Ib., p. 23.

3
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

mundo no es algo al margen de la Iglesia, sino que ha quedado inserta en el corazón


mismo del creyente. Esta es una de las realidades de nuestro mundo que exigen una
respuesta más seria y urgente, contando además que su actualidad es enorme.

Todavía más interesante nos parece la propuesta concreta que el libro ofrece para
sacudir la mediocridad y la tibieza en la adhesión de fe: hay que asumir un diálogo con
el ateísmo más serio para despertar de nuestro letargo creyente. El ateísmo puede ser
una ocasión de crecimiento en la fe del cristiano 4. Esta intuición creemos que toma un
sentido radical y muy fecundo en el diálogo con la obra de Friedrich Nietzsche.

b) Las raíces de la increencia

González-Carvajal elabora un recorrido por las causas de la increencia religiosa en


tres niveles: las causas intelectuales (estudio de los grandes maestros de la sospecha);
psicológicas y las sociológicas. Este enfoque interdisciplinar (filosofía, psicología y
ciencias sociales) es muy iluminador y ayuda al lector a hacerse una idea de la
complejidad del tema.

La increencia tiene su origen remoto en el progreso de las ciencias positivas. El


cambio social y cultural que supuso leer el mundo, su origen, funcionamiento y fin
desde los fenómenos naturales ayudó a desplazar a Dios del pensamiento y la vida de
los europeos. Avisa el autor algo que hay que tomar en serio para la nueva
evangelización: necesidad de un serio diálogo ciencia-fe, sabiendo distinguir los
ámbitos de cada una de ellas.

De entre los pensadores ateos del s.XIX se tratan los clásicos: Feuerbach, Marx,
Nietzsche y Freud. La idea de fondo de todos ellos es que para cualquier hombre la idea
de Dios es perjudicial y por tanto la muerte de Dios es la vida del hombre 5. Frente a ello
González-Carvajal reitera que en el fondo estas visiones niegan una “caricatura”, un
ídolo, que no es el Dios de la revelación cristiana. Esto no exime al autor hacer una
autocrítica, al explicar que estas filosofías nacen a causa de un mal testimonio de vida,
fe y razón de los cristianos del tiempo (en consonancia con los que ya dijo Gaudium et
Spes 19: “está en la génesis del ateísmo puede muy bien suceder que una parte no
pequeña de responsabilidad cargue sobre los creyentes”). Desde esta perspectiva, se

4
Cf. Ib., p. 28.
5
Cf. Ib., p. 50.

4
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

reitera que el ateísmo puede ser una oportunidad para la purificación de la fe de los
cristianos.

La siguiente raíz de la increencia de tipo intelectual que se trata es el problema del


mal, cuestión agudizada en el s.XX por los desastres acaecidos (holocausto, limpiezas
étnicas, destrucción nuclear, gulags…). El planteamiento de nuestro autor es muy
clásico: el origen del mal está en la irremediable vulnerabilidad de la finitud del mundo
y del hombre. Ahora bien, nos parece que renuncia a explorar una vía ampliamente
afrontada por la teología del s.XX para dar un “esbozo de respuesta” al sufrimiento de
las víctimas inocentes. Dada la situación de la injusticia en el sufrimiento de los
hombres habría que preguntarse ¿qué imagen de Dios ofrece una salvación en la
esperanza de estos inocentes? El Dios de Jesucristo es compasible y no es indiferente al
dolor de sus hijos, algo que hasta el actual pensamiento judío ha puesto de relieve, pues
como decía Hans Jonas “en Job es Dios mismo quien sufre”6.

Hechas estas consideraciones, el autor pasa a contemplar las raíces psicológicas de


la increencia. Los cuatro puntos a los que presta atención son: el rechazo de nuestra
cultura a la imagen de Dios como Padre; la irrelevancia práctica de la fe; la
comprensión moderna de la religión como causa de infelicidad; y la falta de experiencia
religiosa.

Sin duda cada una de estas cuestiones supone un reto enorme para la evangelización
y merecerían un tratamiento mucho más detallado y sistemático. A pesar de esto, el
texto hace un planteamiento acertado al mostrar que todas estas actitudes de rechazo de
la fe cristiano se basan en un malentendido. El Dios de la fe ni es un padre amenazador,
ni la fe es un aditivo sin nada que aportar en la vida, y menos aún, el camino ofrecido
por Jesús y su Iglesia es un itinerario a la desolación. Como muy bien ha recordado
recientemente el Papa Francisco el Evangelio es Alegría. La pregunta que tenemos que
hacernos con urgencia es ¿qué clase de Dios hemos mostrado a nuestro mundo los
cristianos? Si estas actitudes han surgido en nuestro mundo que fue cristiano, algo grave
ha fallado en nuestras vidas, catequesis y comunicación para dar este fruto.

Por último, se tratan las raíces sociológicas de la increencia. En este punto se hace
especial hincapié en el proceso de secularización que la sociedad occidental ha sufrido a
partir de la segunda mitad del s.XX. La autonomía de las realidades del mundo respecto
6
Jonas, H., El concepto de Dios después de Auschwitz. Una voz judía, p. 9., en
http://www.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/4-Jonas.pdf.

5
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

a la religión cristiana, y la reducción de la misma a un ámbito más de los muchos que


están presentes en la vida cotidiana de las personas son las dos características de la
secularización. González-Carvajal hace un balance equilibrado de las consecuencias de
tal cambio social. No todo es negativo, es más, este nuevo escenario nos abre enormes
posibilidades para recuperar lo auténtico de la fe cristiana. Citando a Xavier Zubiri y a
Karl Rahner se insiste en la importancia de que los cristianos de este momento sean
personas de profunda experiencia religiosa7. En nuestros procesos de iniciación cristiana
este aspecto debe ser central. Hoy el cristiano lo es a contracorriente (Zubiri) y ya no
valen propuestas extrínsecas a la vida de los hombres. Las auténticas conversiones se
dan cuando se experimenta que la propuesta que hacemos desde la Iglesia es liberadora,
ensancha el corazón y enriquece los distintos ámbitos de la existencia. Como hacer ver
esto es la gran tarea, a nuestro juicio, de la nueva evangelización.

Ahondando en las causas sociales de la increencia se ponen de relieve dos realidades


más. Por un lado, el proceso de “extrañamiento” entre mundo (post)moderno e Iglesia
se debe en buena parte a la actitud que en medio de la sociedad industrial han tenido los
creyentes. En el siglo XIX la Iglesia católica vivió en parte ajena a las exigencias de
justicia social del mundo, y las consecuencias de esto lo vivimos ahora. En parte esta
“apatía social de la Iglesia” en la segunda mitad del s.XX se ha solucionado, pero la
llaga que queda (y que de vez en cuando sigue sangrando) nos recuerda la infidelidad. A
este respecto, las palabras de Proudhon son enormemente significativas y nos sacuden
para nunca más repetir tales errores: “Si la Iglesia hubiera abrazado siempre la causa de
la justicia, nunca habría dejado de ser reina; el corazón de los pueblos habría
permanecido con ella; no habría habido en su seno ni herejes ni ateos”8.

Lo último que se trata en el capítulo II es la proliferación de ídolos en este nuevo


mundo “postcristiano”. No sorprende, a juicio del autor, que el hombre busque
sustitutivos inmanentes del Dios trascendente. Al negarse la existencia de un absoluto
trascendente, la dinámica natural es proyectar dioses intramundanos. El orden (en el
s.XIX; Comte), el dinero, el poder, la violencia (hoy día muy unida al fútbol y el
deporte) y el amor, son algunos de los fenómenos que brevemente se tratan. En nuestros
días habría que añadir “el ídolo de la igualdad de género”, es decir, la capacidad de
elegir mi identidad sexual libremente. Uno de los grandes caballos de batalla que
7
“El cristiano del futuro (podíamos decir del presente), o será un místico, es decir, una persona que ha
“experimentado” algo, o no será cristiano” cit. en: González-Carvajal, L., O.c., p. 100.
8
Proudhon, J., De la justice dans la Révolution et dans lÉglise, t.3, p. 477. Cit. en: Ib., p.104.

6
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

nuestra evangelización tiene que hacer frente es a la negación de lo dado por naturaleza
como normativo para el desarrollo de la personalidad. Algunos psiquiatras (Tony
Anatrella, Enrique Rojas…) hablan de la prohibición de la diferencia. Otros sociólogos
hablan de la destrucción de la libertad en nombre de la libertad a través de esta nueva
revolución sexual.

Habría que actualizar este diagnóstico añadiendo otro ídolo más que en nuestro
momento cultural se está convirtiendo en hegemónico: la necesidad de información
(dialéctica de la positividad)9. Por esto entendemos la dinámica de nuestra sociedad a
exigir y recibir información de todo tipo y en todo momento. Como consecuencias
principales vemos una pérdida de sensibilidad hacia el prójimo y su sufrimiento, falta de
capacidad crítica, así como una falta de privacidad en la vida cotidiana.

c) La nueva evangelización

Evangelizar es ofrecer y hacer significativo el mensaje del Evangelio de Cristo a


los hombres10, es la tarea que define el ser de la Iglesia. Estamos ante una de esas
categorías centrales para el cristianismo, que nunca pasan pero que siempre hay que
actualizar con contenidos nuevos concretos. En las últimas décadas el nuevo impulso
para re-considerar esta realidad vino de manos del Papa S. Juan Pablo II al hacer un
llamamiento a la “nueva evangelización”11, concepto que González-Carvajal analiza con
cierto detenimiento en el cap. III del libro que nos ocupa.

La nueva evangelización en palabras del propio Juan Pablo II supone novedad de la


misión eclesial en su ardor, métodos y expresión. El objetivo de nuestro autor es aclarar
en que consiste esta triple novedad en el mundo “post-cristiano”, que como se ha
analizado en el anterior capítulo, se define por su increencia en materia de religión. La
primera aclaración que hace el texto a partir de las mismas palabras de papa Wojtyla es
que por nueva evangelización (categoría abierta y en el momento que escribe el autor
sin definir claramente) hay que entender “el anuncio del Evangelio que los países de
tradición cristiana donde la fe ya no es una realidad viva y operante”12.

González-Carvajal ofrece un acercamiento a la nueva evangelización un tanto


crítico. Presta atención a la deriva que esta nueva puesta en marcha de la Iglesia puede
9
Los estudios del filósofo Byung Chul-Han, La sociedad de la transparencia, Barcelona 2017, son
paradigmáticos.
10
Cf. González-Carvajal, L., O.c., p. 116.
11
Cf. Ib., p. 117.
12
Ib., p.120.

7
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

suponer como contraposición al proceso de secularización en Europa13 (tentación


restauracionista), valorando más positivamente una comprensión de esta idea cercana a
las tesis de L. Boff, a saber, como un mayor compromiso de la Iglesia por la justicia
social.

En cualquier caso, el hombre europeo al que la Iglesia tiene la misión de acercar a


Dios tiene en el fondo de su corazón el “deseo de Dios y languidece lejos de sus
fuentes”. Nos parece muy acertado el juicio antropológico que se hace a la hora de
orientar la evangelización al decir citando a Karl Rahner “que el hombre de hoy, aun
cuando tenga una impronta propia, sigue siendo el hombre: hay en él un sustrato básico
que lo asimila sustancialmente al hombre de ayer y al de mañana” 14. La nostalgia de
Dios (necesidad del misterio) aparece de muy diversas formas en “el ser humano
postcristiano”, y es necesario saber conectar con sus exigencias.

Como itinerarios concretos de esta nueva evangelización González-Carvajal


habla la necesidad del testimonio personal serio y coherente 15 (convicción de verdad en
el anuncio, que pasa por una autoevangelización de la Iglesia misma), de la
importancia de la comunidad16 (donde se respire vida verdadera; amor, libertad,
igualdad, servicio…), la centralidad de la Palabra de Dios (pasar de la apologética a
la narración del acontecimiento Cristo) y la necesidad de un compromiso por parte de
los evangelizadores transformador-liberador de la realidad social17.

Como propuestas prácticas para esta nueva evangelización el texto ya se hace


eco de un problema de enorme actualidad en nuestros días y que afecta de lleno a
nuestros planes pastorales diocesanos. Es necesario ir abandonando los esquemas de
una pastoral de mantenimiento-cristiandad (centrada en los sacramentos) a una
pastoral centrada en el proceso de fe y en el acompañamiento personal 18. En este punto
reside la posibilidad de nuevo florecimiento de la Iglesia en Europa. Como propuesta

13
Cf. Ib., pp. 123-125.
14
Ib., p. 128.
15
Es importante la referencia magisterial que fundamenta la propuesta: Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, p.
90 cit. en: Ib., p.135.
16
Es muy interesante notar como muchas de las características que se piden aquí a una comunidad
evangelizadora son tratadas por el Papa Francisco en su Exhortación apostólica Evangelii Gauidum. Esto
refleja la actualidad de las aportaciones de este texto de González Carvajal.
17
En el planteamiento del autor no hay ideología de clase. La cita siguiente del papa Juan Pablo II en la
que fundamenta el discurso lo pone de relieve: “que nadie se sienta tranquilo mientras haya en vuestra
patria un hombre, una mujer, un niño, un anciano, un enfermo, ¡un hijo de Dios!, cuya dignidad humana y
cristiana no sea respetada y amada” cit. en: Ib., p. 151.
18
Cf. Ib., p. 142.

8
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

concreta en el siguiente apartado de nuestro trabajo exploraremos la vía de la belleza


como una orientación concreta de esta nueva pastoral, es decir, de evangelizar de forma
distinta, que es precisamente lo que evoca la categoría que acabamos de estudiar ( nueva
evangelización la entendemos como intento de explorar una nueva síntesis de evangelio
y vida).

d) La escuela católica como lugar de evangelización

Un ámbito privilegiado para la nueva evangelización es la escuela católica. A


juicio de González-Carvajal todavía están por desarrollarse muchas de sus
posibilidades, especialmente en España, país en el que debido a la extensión de la red
educativa confesional se ofrece una plataforma muy capaz de servir a la nueva misión
de anuncio de la Palabra de Dios.

Ante la pregunta de cuáles son las dimensiones que favorecen este anuncio explícito
de la fe cristiana en las escuelas católicas, el autor enumera las siguientes: es un agente
de socialización religiosa, dispone de un plan sistemático para educar en la fe, es un
espacio de diálogo fe-cultura, y ofrece un testimonio colectivo de praxis evangélica19.

La fuerza evangelizadora de la escuela, insistente el autor, reside fundamentalmente


en el compromiso evangélico de todos aquellos que la forman, especialmente de los
profesores laicos cuya cercanía cotidiana a los chicos es determinante para propiciar la
experiencia de fe. Estas relaciones se convierten en muchos casos en el único ambiente
cristianizado de muchos jóvenes insertos en medio de una cultura secularizada, donde el
resto de los ámbito de socialización (medios de comunicación, familia, amigos…) viven
al margen (cuando no en oposición directa) de Dios.

No obstante, a nuestro juicio la mayor potencialidad que reside en las instituciones


de enseñanza confesionales (creo que habría que ampliar la propuesta de González-
Carvajal de las escuelas al resto de ámbitos educativos: centros de formación
profesional, educación especial, y muy especialmente universidades) es ser ámbito de
diálogo de fe-cultura20, relación que si se lleva a cabo con actitud de veracidad y visión
integradora fecundará y humanizará tanto la religión cristiana como el mundo secular
(íntima reciprocidad). A este respecto nuestras aportaciones en el siguiente apartado irán

19
Ib., p. 158.
20
Cf., pp.166-167.

9
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

en la línea de este ámbito de la nueva evangelización que perfectamente puede asumirse


por la escuela católica.

e) Valoración del conjunto de la obra

En este apartado queremos hacer un balance crítico de las aportaciones del escrito
estudiado. Como hemos señalado en las primeras páginas, el libro es un importante
esfuerzo por sintetizar los principales retos de la evangelización en el mundo
secularizado que vivimos en Europa. Los caminos concretos que se exploran por los que
avanzar en la nueva evangelización merecen ser tenidos en consideración y
desarrollados con detalle. En concreto, nos parece muy interesante la propuesta de
despertar el sentido religioso de nuestros contemporáneos a través del encuentro con los
pensadores ateos más rigurosos.

Nos parece también claro que las exigencias de la nueva evangelización pasan por
un compromiso de vida de los agentes de pastoral absolutamente coherente con el
mensaje del evangelio. En la posmodernidad una de las vías de educación que más éxito
está teniendo es la imitación. Proponer ejemplos acabados de vida cristiana donde la
virtud de la justicia resplandezca singularmente, siendo los evangelizadores su principal
testimonio, debe ser nuestro principal instrumento para acercar a nuestros
contemporáneos a Dios.

Por último, las propuestas en torno a la escuela católica como agente privilegiado de
la nueva evangelización son a nuestro juicio muy acertadas, especialmente en lo tocante
a España. No obstante, en nuestro momento este escenario exige una autocrítica de
primer orden, pues en los últimos veinte años los frutos de evangelización a través de
nuestros centros educativos dejan mucho que desear. A menudo hemos convertido
nuestras instituciones educativas en espacios de formación de alto nivel, pero con una
identidad cristiana y misionera de bajo perfil. Es necesario abrir un período de
discernimiento y reformular los proyectos educativos cristianos en muchas de nuestras
congregaciones y diócesis.

Respecto a las carencias destacamos las siguientes. El carácter divulgativo del


escrito conlleva cierta falta rigor al tratar algunos aspectos. Hay páginas en las que se
aprecia precipitación en el juicio personal del autor, reconociendo cierta parcialidad en
algunas de las conclusiones.

10
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

Sobre los contenidos del libro hay que decir que una buena parte han quedado
desfasados. Por un lado, todo el acercamiento a las raíces intelectuales de la increencia
religiosa debería ser actualizado con las aportaciones del “nuevo ateísmo” (Richard
Dawkins, Estephen Hawking, Luc Ferry…). Además, hay que hacer notar que las
corrientes de pensamiento científico más actuales (problemas mente-cerebro,
emergentismo materialista o el transhumanismo) no han sido tomadas en cuenta debido
a la antigüedad del escrito. Sin duda hoy día la nueva evangelización, especialmente a lo
que afecta al diálogo fe-cultura, debe afrontar todos estos retos.

En cuanto a los análisis de tipo sociológico hay dos retos que afectan de lleno a la
nueva evangelización que tampoco se consideran. El primero hace referencia al reto que
supone el encuentro con otras religiones. El diálogo interreligioso tanto con el islam21, el
principal reto socio-político para el cristianismo en nuestra época (Gabino Uribarri),
como con las espiritualidades orientales (New Age, espiritualidad Zen…), es un
escenario a tener muy en cuenta en todos nuestros proyectos misioneros. El segundo
trata más bien sobre fenómenos de transformación de la sociedad posmoderna. El
sociólogo Zygmunt Bauman ha caracterizado nuestro tiempo como “líquido” en lo
tocante a las relaciones sociales22. El nuevo escenario social en el que vivimos se
caracteriza por la pérdida de marcos de referencia en la acción subjetiva, la
fragmentación de las vidas, el debilitamiento de los sistemas de seguridad que protegían
al individuo, la ausencia de compromiso a largo plazo… Todo esto tiene una incidencia
en las familias, comunidades parroquiales, centros educativos etc., que hay que
considerar en nuestra acción evangelizadora.

Como podemos constatar “evangelizar en un mundo postcristiano” es un título muy


ambicioso para un trabajo de estas características. Hace veinticinco años todo lo dicho
por González-Carvajal podía servir como manual básico para los agentes de la nueva
evangelización. Para nuestros días es solo una pieza, quizás útil, pero obsoleta, que es
necesario actualizar con actitud eclesial y rigor académico para responder a los retos
que la sociedad de hoy nos traslada.

3. NUEVOS CAMINOS PARA EVANGELIZAR UN MUNDO POSTCRISTIANO


21
Muy interesante lo que dice al respecto: Brague, R., ¿Puede haber un islam europeo?, en: Cordovilla
Pérez, A., (dir.), Dios y el hombre en Cristo. Homenaje a Olegario González de Cardedal, Salamanca
2006, pp. 155-174.
22
Cf. Bauman, Z., Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre, Barcelona 2007.

11
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

a) Pensar y hablar de Dios en una cultura nihilista

Después del anuncio de Nietzsche de la “muerte de Dios” todo asentimiento tiene


que pasar por su fuego purificador. Vivimos en nuestra sociedad tiempos de nihilismo,
es decir, una época que niega todo fundamento ontológico para la acción y pensamiento
humano. La imperante ideología de género es la nueva manifestación de esta corriente
cultural. En palabras del pensador cristiano Gabriel Amengual: “la muerte de Dios deja
un vacío que nada ni nadie puede ocupar o llenar (…) solo hay espacio para la
arbitrariedad y para la subjetividad”23.

Visto superficialmente, no hay contexto peor para anunciar el mensaje de la fe que


hoy. Nuestra propuesta es precisamente la contraria. Un profundo diálogo con el
nihilismo desde la fe cristiana abre enormes posibilidades de acceso a la realidad de
Dios incluso desde una perspectiva más auténtica que en épocas anteriores.

Dos precisiones son necesarias para encauzar esta fecunda conversación. En primer
lugar, debemos reconocer que Nietzsche al ofrecer una alternativa al cristianismo desde
la voluntad de poder del superhombre lo que está proponiendo es la vuelta al mito, es
decir, al politeísmo, a la pluralidad de marcos de referencia para la vida. No estamos
tanto ante una negación materialista de Dios, sino ante un reto al cristianismo en la
imagen de lo absoluto. La crítica Nietzscheana a Dios es fundamentalmente religiosa y
es en este ámbito donde hay que darle una respuesta 24: ¿Es la misma que Nietzsche
niega o no es más bien un ídolo propiciado por los mismos cristianos? Con el
pensamiento de Nietzsche la cuestión de Dios y de la religión vuelve a la palestra, es
decir, es objeto de habla y pensamiento.

En segundo lugar, el tan citado texto de “la muerte de Dios” en Gaya ciencia25 nos
muestra una situación antropológica dramática y angustiosa. Las imágenes usadas son
de una pérdida de dicha, la aparición de una melancolía, en definitiva de una tristeza
casi inconsolable26. En el fondo hay reconocimiento de que en el centro de la cuestión
antropológica Dios está implicado. Este malestar del hombre posmoderno-nihilista sigue
23
Amengual, G., “Pensar y creer en Dios después de Nietzsche”, en: Cordovilla, A. (dir.), Dios y el
hombre en Cristo…, p. 75.
24
No hay más que acercarse al personaje principal del principal libro del filósofo alemán para constatar su
carácter de “nuevo profeta” hasta el punto de ofrecer un nuevo sermón de la montaña Cf. Nietzsche, F.,
Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie, Madrid 1980.
25
Cf. Amengual, G., O.c., p. 76.
26
Cf. Amengual, G., O.c., p.76.

12
EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

presente de muchas formas. Esto mismo lo reconoció de una forma inigualable Xavier
Zubiri. Supo ver el nuevo escenario que se habría ante el pensamiento creyente tras la
irrupción del pensamiento nihilista al anclar la cuestión de Dios en el ser mismo del
hombre. Su categoría de religación (la relación del hombre con Dios es siempre en
gerundio no en infinitivo) ha abierto posibilidades a la razonabilidad de la fe que
todavía deben explotarse. Así nos habla el pensador vasco: “Como, Dios es, pues, algo
que afecta al ser mismo del hombre, resulta caduca toda discusión acerca de las
facultades que primariamente nos llevan a él. Dios está patente en el ser mismo del
hombre. El hombre no necesita llegar a Dios. El hombre consiste en estar viniendo en
Dios, y, por tanto, siendo en él”27.

Toda la credibilidad de la fe cristiana se decidirá en nuestra cultura postcristiana en


saber dar respuesta a este anhelo de eternidad del hombre contemporáneo, que lo quiera
o no está religado a la realidad de Dios. El nihilismo al haber hecho una labor de
destrucción de todas las mediaciones fundantes del hombre, nos ha puesto cara a cara
ante la cuestión última y decisiva: el abismo de la existencia que solo encuentra su
solución en una respuesta satisfactoria, antropológicamente hablando, a la cuestión de lo
absoluto.

Es necesario explorar una pastoral centrada en los deseos más excelsos de los que
nos son más cercanos, sabiendo provocar las preguntas últimas y sabiendo ofrecer una
respuesta kerigmática sólida. Gran parte de nuestro primer anuncio de juega en esto.
Los grupos Alfa, venidos del mundo Norteamericano están desarrollando itinerarios
bien interesantes a este respecto. Es absolutamente necesario que nuestros planes
pastorales diocesanos cuenten con este tipo de modelos de evangelización
especialmente orientado hacia los más jóvenes.

b) La vía de la belleza como acceso a Dios. Propuestas pastorales

La belleza de las cosas creadas es un camino de acceso a Dios testificado en la


Sagrada Escritura (Sab, 13) y en la reflexión teológica (S. Agustín, Pseudo-Dionisio,
Boecio, Sto. Tomás, etc.). En nuestro mundo post-cristiano definido por la ausencia de
valores sólidos como guía de realización de la vida personal, la belleza se manifiesta
como un camino privilegiado de experiencia creyente28. Aprovechar esta coyuntura para
27
Zubiri, X., En torno al problema de Dios, Madrid 2017, p. 57.
28
“Toda forma auténtica de arte es, a su modo, una vía de acceso a la realidad más profunda del hombre y
del mundo” Juan Pablo II, Carta a los artistas, 4 de abril de 1999, en: Karol Wojtyla-Juan Pablo II, El
evangelio y el arte, Madrid 2014, p. 87.

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EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

proponer un camino de evangelización que aúne fe y arte se manifiesta como una


enorme oportunidad. Aquí van algunas propuestas pastorales concretas que llevar a cabo
en nuestras realidades pastorales:

 Grupos arciprestales mensuales de reflexión creyente a partir de obras


artísticas29.
 Ambientar la oración comunitaria en las parroquias con un escenario cuidado,
armónico, cálido y promoviendo el uso de iconos y música sacra.
 En pastoral universitaria realizar actividades evangelizadoras a partir de
eventos culturales que desemboquen en el anuncio del kerigma.
 Visitas programadas a las exposiciones de las edades del hombre desde
nuestras parroquias abiertas a personas alejadas.
 Utilizar en nuestras catequesis (y clases de religión) con jóvenes obras
artísticas30. Explorar la vía de catequesis mistagógicas a partir de pinturas,
canciones, cine, obras de literatura o poesía.

c) Promover una evangelización de acompañamiento y encuentro personal

Hoy día una de las rebeliones más notorias en nuestra sociedad por parte de las
generaciones más jóvenes es la de lucha por la identidad personal. Vivimos en una
sociedad posmoderna que nos ha insertado en una dialéctica del anonimato (sociedad de
las masas). Por un lado nos resistimos a los compromisos que implican la entrega del yo
personal. Por otro lado es fácil ver una reivindicación del yo individual a menudo
viciado de un espíritu “prometeico” propio de la modernidad 31. Este último rasgo nos
indica un grito de nuestra sociedad que la Iglesia no puede desoír. A este respecto el
Papa Francisco ha dado algunas lecciones en su Exhortación Evangelii Gaudium que es
necesario acoger para reiniciar una pastoral del acompañamiento personal del que tan
necesitados están nuestros contemporáneos. Sintetizamos en tres propuestas pastorales
esta dimensión de la nueva evangelización:
29
“En contacto con las obras de arte, la humanidad de todos los tiempos – también la de hoy- espera ser
iluminada sobre su rumbo y su destino” Ib., p.103.
30
La tradición católica ha sido muy sensible a lo largo de toda su historia a esta forma de evangelización;
“Para muchos creyentes, en épocas de escasa alfabetización, las expresiones figurativas de la Biblia
representaron incluso una concreta mediación catequética”, Ib., p.84.
31
Las palabras con las que describe el Papa Francisco la situación merecen ser traídas a colación: “En una
civilización paradójicamente herida de anonimato y, a la vez obsesionada por los detalles de la vida de los
demás, impudorosamente enferma de curiosidad malsana, la Iglesia necesita la mirada cerca para
contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro cuantas veces sea necesario” Franciso, Evangelii
Gaudium, 169.

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EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

1. Crear desde las diócesis y congregaciones religiosas equipos de acompañantes


espirituales preparados expresamente para ello32.
2. El acompañamiento debe estar centrado en propiciar la experiencia de fe 33, no
convertirse en ningún tipo de terapia.
3. El arte de acompañar se centra en la pedagogía para mostrar el misterio de
Dios que actúa en la vida del prójimo34. Para esto es necesario tener en cuenta la
máxima de que los procesos personales son más importantes que los moldes o
los esquemas preestablecidos (el tiempo es superior al espacio). El centro de este
itinerario de iluminación debe estar alimentado principalmente por la Sagrada
Escritura35, de tal manera que el encuentro con Cristo se haga directo a través de
escrutar su Palabra (desembocando en la Eucaristía). Esta dimensión dará a
nuestra nueva evangelización un carácter marcadamente ecuménico,
imprescindible para construir la ansiada unidad.

La nueva evangelización o será personal o no será. Recuperar la relación personal


centrada en la compasión y el encuentro con nuestros prójimos como camino de misión
es un signo de la vuelta a los orígenes del cristianismo casi dos mil años después del
nacimiento de las primeras comunidades.

3. CONCLUSIÓN

Los esfuerzos que hemos reunido en estas páginas para comprender un poco
mejor lo que supone la nueva evangelización, son un paso adelante en nuestro estudio
de la teología pastoral especial.

En nuestra aproximación hemos querido contar con un estudio teológico pastoral


de fondo (González-Carvajal) que hemos completado con varias lecturas
interdisciplinares (propio de la teología pastoral) que van desde la filosofía, la
sociología y el magisterio de los tres últimos Papas. Debido a la naturaleza
eminentemente práctica de nuestra asignatura hemos querido anunciar algunas
propuestas pastorales que nacen de la reflexión teológica, lo que creemos enriquece
bastante el estudio y hacen justicia al método de la teología práctica.

32
Cf. Francisco, Evangelii Gaudium, 169.
33
Cf. Ib., 170.
34
Cf. Ib., 173.
35
Cf. Ib., 174-175.

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EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

El trabajo que nos queda por delante a los nuevos evangelizadores es enorme,
“hoy son muchos los “areópagos”, y bastante diversos: son los grandes campos de la
civilización contemporánea y de la cultura, de la política y de la economía. Cuanto más
se aleja Occidente de sus raíces cristianas, más se convierte en terreno de misión, en la
forma de varios areópagos”36, pero estamos convencidos que la gracia del Señor y la
fuerza de la comunión eclesial serán suficientes para seguir adelante en la misión
siempre antigua y siempre nueva de nuestra Iglesia.

4. BIBLIOGRAFÍA

4.1. Obras de consulta

 Bauman, Z., Tiempos líquidos. Vivir una época de incertidumbre, Barcelona


2007.
 Byung Chul-Han, La sociedad de la transparencia, Barcelona 2017.
 Cordovilla Pérez, A., (dir.), Dios y el hombre en Cristo. Homenaje a Olegario
González de Cardedal, Salamanca 2006.
 González Carvajal, L., Evangelizar en un mundo postcristiano, Santander 1993.
 Nietzsche, F., Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie, Madrid
1980.
 Zubiri, X., En torno al problema de Dios, Madrid 2017.

4.2. Magisterio

 Benedicto XVI, Carta encíclica Caritas in veritate, Madrid 2008.


 Francisco, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, Madrid 2010.
 Juan Pablo II, Carta a los artistas, 4 de abril de 1999, en: Karol Wojtyla-Juan
Pablo II, El evangelio y el arte, Madrid 2014.
- Carta Apostólica Tertio millennio adveniente, Madrid 1994.

36
Juan Pablo II, Carta Apostólica Tertio millennio adveniente, 57.

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