Qué es Amor propio
“Tú mismo, así como cualquier otro en el universo
           entero, mereces tu amor y afecto”.
                               -Buda
El amor propio es el reflejo de cómo es la relación y los
sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro
físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos. ... Ese
equilibrio se proyecta al exterior como un sentimiento de bienestar
que se expresa de diversas maneras y se goza.31
             CÓMO APRENDER A AMARSE ASI MISMO
  Quererse a uno mismo significa ser honestos y comprometernos
    con nuestra vida. ... Quererse a uno mismo significa dejar de
 juzgarnos, de criticarnos, de compararnos con los demás, dejar de
   exigirnos ser diferentes de quienes somos y romper con la idea
            aprendida que tenemos respecto a nosotros.
                Que es el amor propio en psicologai
            CÓMO APRENDER A QUERERSE ASI MISMO
0 consejos para cuidar de ti mismo
1- Aprende a expresar tus sentimientos. ...
2- Evita compararte con los demás. ...
     3- Forma un pequeño grupo. ...
     4- Conserva tiempo para disfrutar. ...
     5- Ríe siempre que puedas. ...
     6- Relájate. ...
     7- Aprende a decir “no”. ...
     8- Realiza el trabajo que te encanta.
     ¿Cómo puedo aumentar mi autoestima?
1.          Deja de machacarte. ...
2.          Empieza a pensar en positivo. ...
3.          Ponte metas realistas. ...
4.          No te compares. ...
5.          Acéptate y perdónate. ...
6.          Haz críticas constructivas acerca de ti mismo. ...
7.          Trátate con cariño y respeto, siempre. ...
8.          Regálate tiempo.
                          COMO DEBE VALORARSE LA MUJER
      Aprender a valorarse significa encontrar la vía para ver, asimilar e incorporar la idea de
     que eres un ser humano que merece tanto como cualquier otro. Que no estás por debajo
     de nadie, en términos de valor, y que eres tan capaz como los demás de conseguir lo que
                                            te propones
                   tres de esas claves para aprender a valorarse.
     1. Ser uno mismo: una clave para
     aprender a valorarse
     La frase «Sé tú mismo» no es nada original. Porque ¿cómo se logra?
     ¿cómo podemos conectar con nuestro interior para mostrarnos tal y como
     somos? Lo que buscamos no es darte una fórmula mágica, ni engañarte
creando falsos optimismos. En realidad, ser uno mismo no es
nada fácil, sobre todo cuando se han vivido experiencias en las que
la única forma de sobrevivir ha sido precisamente la de dejar de ser
uno mismo. Los entornos muy restrictivos buscan eso: quebrar nuestra
voluntad de ser.
Cuando, por ejemplo, se ha crecido o se ha estado mucho tiempo en
un ambiente que es excesivamente crítico, no es fácil cultivar la
autoconfianza. Tampoco, por supuesto, aprender a valorarse. Todo lo
contrario. Lo que tienes metido en tu cabeza es que lo que eres no vale o
vale poco. Por eso hay que negarlo o minimizarlo.
La única manera de comenzar a ser uno mismo es dejándose ser.
Dicho de otro modo: ayuda mucho dejar de pensar tanto antes de
actuar. Antes de hablar. Ya tienes instalado el chip que te dice: “Espera,
no hagas”. O “Espera, no hables”. Así que lo indicado es no hacerle caso
a esa vocecita. Tomar el riesgo de hacer  las cosas sin meditar tanto. De
hablar dejando que fluya todo como va llegando. Comienza por
situaciones poco comprometedoras y avanza. No se logra nada si no eres
constante en esto.
2. Enfrenta el miedo, sobre todo al
fracaso
El fracaso es un concepto sobredimensionado, especialmente entre
quienes no saben cómo aprender a valorarse. Si lo miramos con
detenimiento, todos los seres humanos contamos por miles las
equivocaciones y solo podemos jactarnos de unos cuantos aciertos
trascendentales.
El error y el fracaso son el pan de cada día. Hay tanta obsesión por el
éxito en la actualidad, que muchos terminan desarrollando pánico frente
al fracaso. Se olvidan de que solamente de forma excepcional y muy
extraña, un gran triunfo no está precedido de incontables intentos
fallidos.
Si te dejas invadir por los miedos, en especial por el miedo
a fracasar, es imposible aprender a valorarse. Cuando uno debe
destacar sus más grandes virtudes es precisamente en el fracaso, no en
los momentos de éxito.
Debemos empezar a pensar en el fracaso como una oportunidad para
aprender. ¿En qué hemos fallado? ¿Por qué ha salido mejor? ¿En qué
podemos mejorar? Así pues, el concepto de fracaso bien integrado
conlleva la otra cara de la moneda, la del aprendizaje. La famosa
fórmula de ensayo-error gracias a la cual avanza la ciencia y el
conocimiento.
3. Acepta los límites, sin quejas
Nada mejor para aprender a valorarse que ser humilde. La humildad no
es agachar la cabeza frente a todo, sino entender lo vulnerable de la
condición humana. También aceptar que somos parte de esa
humanidad, llena de errores, carencias y vacíos. Si tenemos un amor
propio fuerte, esto no nos asusta, ni nos hace sentir inferiores.
Los límites personales y los límites que impone la realidad existen.
Nadie escapa a ellos. Renegar de estos o de las dificultades que
siempre aparecen en el logro de nuestros propósitos es una actitud que
refleja un narcisismo exagerado. ¿Por qué la realidad iba a darnos un
lugar especial en sus planes de modo que tengamos el camino fácil para
lograr lo que queremos?
Ese narcisismo no es valorarse en exceso. Más bien es valorarse
falsamente. El narcicismo es mirarse desde fuera y querer admirar lo que
se ve. El amor propio es validar desde dentro, todo lo que somos. Las
mejores facetas y las demás también. No está relacionado con cómo se
ve uno desde fuera, sino con cómo se siente uno desde dentro.
Aprender a valorarse es una tarea que todos deberíamos emprender.
No es una consigna que está de moda. Buena parte de nuestro bienestar
nace de ese sentimiento de autoaprobación. Si la valoración propia falla,
es hora de hacer un alto y reorientar el camino.
Pelar la cebolla
Cuando pelamos una cebolla ocurren dos cosas: nunca sabemos hasta
qué capa quitar y también «lloramos». Los condicionamientos
externos que hemos recibido a lo largo de nuestra vida son esas capas
de cebolla que vamos quitando. «No lo vas a conseguir», «no creo que
sirvas para estudiar lo que quieres», «nunca llegarás a ser buen
profesional»… Afirmaciones que escuchamos desde pequeños las
instalamos en nuestra mente y las tomamos como ciertas.
«Escuchar y entender nuestros sufrimientos internos, resolverán la
mayoría de problemas que encontramos».
-Thich Nhat Hanh-
A medida que alejamos estos condicionamientos vamos profundizando
más en nuestro auténtico yo y nos percatamos que nuestra propia
infravaloración es aprendida. Abrimos los ojos ante algo que hasta
ahora no habíamos visto. Sin embargo, esto no siempre es fácil. Depende
de cara persona. Hay quien siente una gran liberación. Otros deben
recorrer un camino lleno de altibajos y no están exentos de sufrimiento y
llanto.
Así pues, para aprender a valorarnos es fundamental liberarnos de las
etiquetas inconscientes que nos han impuesto durante tantos
años. Etiquetas que nos hemos creído y que hemos llegado a
creernos. Nos hemos identificado tanto con ellas que hemos actuado en
consecuencia limitando nuestro potencial. Dejemos atrás todas nuestras
limitaciones y empecemos a ver quiénes somos realmente.
                         Qué es Amor propio:
       El amor propio es el reflejo de cómo es la relación y los
  sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro
físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos. ... Ese
equilibrio se proyecta al exterior como un sentimiento de bienestar
            que se expresa de diversas maneras y se goza
Violencia de género en el entorno familiar
En el 13,4% de las situaciones, las llamadas de orientación especial
recibidas corresponden al menor o la menor afectado/a. En el
86,6% de los casos esta información la proporciona un/a adulto/a.
El 85,1% de las llamadas de orientación especial proceden del
entorno familiar, principalmente realizadas por la madre (63,2%)
que es la víctima directa, y en un 4,4% lo hace el padre de los y las
menores que, generalmente, no es identificado como el agresor de
la violencia de género.
Hay un 10,0% de los casos en que las llamadas pertenecen a
adultos del entorno social del o de la menor (en el 4,1% de las
situaciones el contacto lo efectúa un adulto que quiere permanecer
en el anonimato, en el 2,4% un vecino, en el 2,3% son los propios
amigos del menor quienes piden ayuda).
Por otro lado, un 2,8% de las llamadas de orientación especial
proceden de profesionales del entorno, en el 1,4% son del centro
escolar y en el mismo porcentaje (1,4%) son profesionales de otros
ámbitos.
En las unidades familiares en la que se detecta la presencia de la
Violencia de Género, en un 38,9% de las llamadas, la mujer víctima
tiene dos hijos/as, en el 34,9% de las situaciones el menor afectado
o la menor afectada por la situación de violencia es hijo/a único, y
en el 10,9% de las llamadas son tres hermanos en la unidad familiar
quienes sufren la violencia.
La media de edad estimada de los niños y las niñas afectados/as por
la violencia de género dentro del ámbito familiar es de 9,9 años. Los
pequeños y las pequeñas de menos de 10 años suponen un 41,9%
de las situaciones atendidas; los preadolescentes (entre 10 y 12
años) son un 20,7% de las situaciones. Por último, los adolescentes
representan un 36,9% de las ocasiones, destacan aquellos con 13
años, en un 8,6% y con 15 años, en un 7,4%.
Con respecto al agresor, en el 88,4% de las ocasiones suele
identificarse como el padre del menor o la menor, en el 11,0% de
los casos se trata del padrastro o pareja de la madre. Tan solo en el
0,2% de las situaciones, el agresor es el ex marido o ex pareja de la
madre del menor afectado o la menor afectada.
En palabras de la Fundación ANAR, el hecho de que su padre sea la
persona que agrede física o psicológicamente a su propia madre,
“contribuye aún más al sentimiento de ambivalencia e indefensión
al que los y las menores se ven expuestos/as, ya que ambos suelen
ser figuras de referencia afectiva”.
Un 62,6% de las orientaciones prestadas en las diferentes llamadas
ha precisado de orientación más compleja, la que de forma
simultánea facilita información de carácter psicológico, jurídico y
social. Asimismo, la orientación de carácter psicológico y jurídico ha
sido necesaria en el 19,0% de las ocasiones, seguida de la
psicológica y social, en el 9,2%. El informe incide aquí en la
importancia de hacer una valoración global (psicológica, jurídica y
social) en las llamadas de violencia de género.
En el 59,2% de las situaciones, la duración de la violencia de género
es mayor de un año; en el 19,3% de los casos, entre un mes y poco
menos de un año. Asimismo, está presente con carácter puntual en
el 12,1% de las ocasiones; mensualmente en el 3,4% y
semanalmente en el 1,4% de las llamadas.
De igual modo que en la violencia de género dirigida a una
adolescente, también en el entorno familiar la frecuencia más
habitual es de carácter diario: en el 45,9% de las ocasiones las
agresiones se producen diariamente. Por otro lado, en el 18,9% la
frecuencia es semanal; en el 16,1% sucede de manera puntual y en
el 11,6% se produce ocasionalmente.
El 60,6% de las problemáticas asociadas hacen referencia a los
problemas psicológicos, destacando la presencia de ansiedad en el
10,5% de las situaciones, miedo en el 9,1% y la tristeza, en el 7,0%.
También se han detectado situaciones tales como agresividad y
rabia (4,3%) y soledad y aislamiento (3,5%). El 13,4% de los
problemas asociados hace referencia a la presencia de otras formas
de malos tratos contra los niños, las niñas y los/as adolescentes que
conviven en el domicilio familiar.
    El empobrecimiento de las relaciones del y de la menor de edad,
    consecuencia de la violencia en su entorno familiar, se ve reflejada
    en el 10,1% de las llamadas de orientación especial.
    Cuando está presente la violencia de género en el hogar los propios
    menores expresan la angustia y la dificultad para encontrar una
    solución al problema, ya que además de ser testigos, en muchas
    ocasiones también son amenazados y coaccionados para que la
    situación no sea conocida fuera del hogar.
    Se puede acceder al informe desde la Fundación ANAR o bien
    dicrectamente a través del siguiente enlace:
    Informe violencia de género en niños, niñas y adolescentes
    Actividades    para                         trabajar              la
    autoestima en niños
    Las siguientes actividade pueden servir para trabajar la autoestima y
    promover sentimientos y pensamientos positivos:
         Escribir        una          «diario        de         gratitud»
    Voy a explicar esto un poco mejor porque creo que es un concepto
    muy popular en paises anglosajones («gratitude journal») pero no
    tanto entre nosotros los latinos. Un «diario de gratitud» es un diario
    en el que escribimos aquello que nos ha ocurrido por lo que nos
    sentimos agradecido. Es una forma de centrar la atención en todo
    aquello positivo que ocurre en nuestras vidas.
         Preparar un tablero o mural con sus logros (fotos, premios,
    medallas, o cualquier pequeño triunfo del que se puedan sentir
    orgulloso.
         Preparar un libro de fotos con todas las cosas que le interesan y
    disfruta (hobbies, personas, etc)
         Escribir y repetir «afirmaciones positivas»- esto es una forma de
    realizar declaraciones positivas sobre nosotros mismos con el
    objetivo de sentirmos mejor. Os reconozco que yo no soy nada
    constante con estos temas (no lo practicamos a diario ni somos
    sistemáticos). Pero de vez en cuando me gusta sentarme con mi hijo y
    escribir en un papel algo positivo sobre el mismo. Después lo
    colgamos en la pared, y le encanta pasar por delante y pararse a leer
    «soy un chico genial».
         Escribir un «diario de éxitos».
         Realizar un proyecto, marcándo objetivos y un plan para
    conseguirlo.