La Renovación de La Mente
(Rom 12:2)
NTRODUCCIÓN
La mente es parte del alma, es donde se ubican el conocimiento, la
memoria y el intelecto.
También es una puerta que comunica a nuestra alma, espíritu y
cuerpo. Previo a entrar a estudiar este tema, es necesario entender la
condición de nuestra mente antes de venir a Cristo para que podamos
comprender por qué es de vital importancia que sea renovada día con
día. Nuestra mente comenzó a guardar conceptos, conocimientos y
recuerdos, desde que venimos a esta tierra, muchos de estos
conceptos nos fueron enseñados por nuestros padres, maestros y
amigos, además gran parte de esos conceptos son erróneos.
En este punto, nuestra mente era una mente alejada de Dios, adaptada
a este siglo o al sistema de este mundo. La escritura nos enseña que
nuestra manera de vivir depende de nuestra forma de pensar (Prov.
23:7), es por ello que el enemigo trató por todos los medios de
contaminar nuestra mente, para hacernos creer que el pecado era
algo normal y natural, nos enseñó a llamarle bueno a lo malo y malo a
lo bueno (Is 5:2021).
DESARROLLO
Puesto que estábamos alejados de Dios, nuestra mente era una mente
carnal y en algunos casos animal y en los más delicados hasta
diabólica, la escritura enfatiza esta condición (Col 1:21 versión Pratt)
describiendo la mente como enemiga de Dios y enajenada, esta
palabra, según el diccionario de la lengua española, tiene entre otros,
los siguientes significados:
· Pasar a otro el dominio de una cosa. Nuestra mente estaba bajo el
dominio de las tinieblas y el enemigo la manejaba a su antojo.
· Privar a uno del uso de su razón. La razón es la facultad de juzgar y es
también la que diferencia al hombre del animal. La Biblia nos narra
hasta qué grado puede degradarse la mente, al punto de llegar a ser
como la de una bestia (Dan 4:16, la palabra hebrea aquí empleada
puede traducirse corazón o mente).
· Sinónimo de embriagar. El Señor nos enseña que no debemos
embriagarnos con vino en el cual hay disolución, que significa
desenfreno, sino antes bien que seamos llenos del Espíritu, porque la
mente puesta en la carne es muerte pero la mente puesta en las cosas
del Espíritu es vida y paz (Rom 8:56).
A la luz de la palabra vemos cuán terribles pecados se pueden cometer
bajo los efectos de la embriaguez, por ejemplo el incesto de Lot con
sus hijas (Gén 19:30-38).
· Distracción, embelesamiento. El plan del enemigo es distraer al
hombre de las cosas de Dios y embelesarlo, esto significa arrebatar el
sentido. Un ejemplo claro de esto es el hijo pródigo, nadie puede volver
en sí si no es por un toque del Espíritu (Luc 15:17).
La escritura nos muestra que nuestro entendimiento estaba
obscurecido o entenebrecido a causa de la ignorancia que teníamos,
por la dureza de nuestro corazón pero a la luz de este verso vemos que
la intención era guiarnos a obrar toda suerte de inmundicia o pecado
(Ef 4:18). Esta es la condición de la mente antes de venir a Cristo. El
objetivo central del enemigo es cegar el entendimiento del hombre
para EVITAR QUE LA LUZ DEL EVANGELIO NOS ALUMBRE Y QUE DE
ESA MANERA NUNCA LLEGUEMOS AL CONOCIMIENTO DE CRISTO
QUIEN ES EL SALVADOR Y LA IMAGEN EXACTA DE DIOS.
(Col 1:9), por eso el apóstol Juan nos dice que el Hijo de Dios ha venido
y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es
verdadero, a su Hijo Jesucristo, el cual es el verdadero Dios y la vida
eterna (1Jua 5:20).
1. Proceso de Renovación:
La primera ministración que recibimos cuando nos convertimos es a la
mente, cuando viene el espíritu de arrepentimiento y experimentamos
un cambio de mente.
La raíz griega de la palabra arrepentimiento (metanoia) significa
cambio de mente y solo puede darse por un toque del Espíritu Santo.
De allí en adelante entramos a un proceso de restauración que durará
toda la vida, hasta el último instante que estemos en esta tierra (Rom
12:2 versión Pratt). La palabra nos enseña que este proceso de
renovación, debe ser una ministración diaria a nuestra vida, constante,
para que podamos conocer la voluntad de Dios y aprendamos qué es lo
bueno, lo agradable y lo perfecto. Debe ser un proceso diario porque
nuestra mente es un campo de batalla en donde el enemigo lanza sus
dardos constantemente. Dentro de la armadura del cristiano, la
escritura nos dice que debemos llevar el yelmo de la salvación sobre
nuestra cabeza para que guarde nuestra mente (Efe 6:17) no podemos
evitar que las aves vuelen sobre nuestra cabeza pero si podemos
evitar que hagan nido en ella. En el nuevo pacto, el pacto de la gracia,
ya las leyes no están escritas en tablas, sino en nuestra mente y
corazón (Heb 8:10, Heb 10:16), pero es necesario que nos despojemos
de conceptos equivocados o altivos y que permitamos que Dios nos
enseñe aún aquello que creíamos ya saber (1Cor 8:23).
El Apóstol Pablo habla de su lucha contra la carne, pero nos deja ver
que tenía la ley de Dios en su mente y ésta actuaba guerreando contra
la ley de sus miembros (Rom 7:23), esto quiere decir que la mente
renovada no le permite a la ley de los miembros actuar
desenfrenadamente.
Los miembros de nuestro cuerpo obedecen a la mente, por tanto, así
como pensamos así vivimos. Si vendemos nuestra mente a las cosas
de la carne nos volveremos a hacer esclavos del pecado (Rom 6:16).
Un ejemplo de esto, es el pueblo de Israel que ya era libre físicamente
pero en su mente todavía eran esclavos de Egipto (Núm 11:5), en
cambio Pablo y Silas estaban literalmente prisioneros en la cárcel de
Filipos pero cantaban alabanzas porque eran libres en su mente (Hech
16:25). Pablo escribió que aunque él estaba físicamente prisionero, la
Palabra de Dios no lo estaba y los exhortó a que se regocijaran (2Tim
2:9, Fil 4:4).
2. Comparación entre la mente renovada y la NO renovada:
MENTE RENOVADA MENTENORENOVADA
Ve el lado positivo de todos (Los 2 espías) Ve lo negativo (los 10 espías)
No teme a las circunstancias. Ej. : Eliseo Solo mira las circunstancias (Giezi)
Está preparada para ver milagros
Ej. : David Bloquea el poder de Dios (solo ve el barro)
Edifica a Otros Ej. : Caleb Contamina a Otros.
Le cree a Dios Ej. : Job Atribuye despropósitos a Dios (su mujer)
Fijan su mirada en el invisible Ej. :Pedro
Fijan su mirada en las olas y la tormenta
Alaba a Dios en la prueba (Hech
5:4041) Murmura, critica, juzga, se queja (desierto)
Se fija en las cosas del Espíritu Se fija en las cosas de la carne
Mira la grandeza de Dios (David) Mira a Dios pequeño. Ej: Gedeón al principio.
3. Cómo Renovar la Mente:
Además de despojarnos de todo concepto altivo y equivocado de
nuestra mente, debemos alimentarla. Esto podemos lograrlo de la
siguiente manera:
§ Con la Oración. Puesto que es un diálogo con Dios y hablando con Él
Aprendemos a ver las cosas como Él las ve.
§ Con la Lectura de la Palabra de Dios. De esa manera aprendemos a
conocer como Dios piensa y a conocerle un poco más cada día (Col
3:16).
§ Guardando nuestros sentidos para Dios. Para que no entre
contaminación a nuestra alma.
§ Con el bautismo en agua: Para que el viejo hombre quede sepultado y
el nuevo hombre se fortalezca (Col 2:12, 2Cor 4:16).
§ Con la llenura del Espíritu Santo. Porque los que andan en el Espíritu
no satisfacen los deseos de la carne (Gál 5:16).
§ Poniéndonos el yelmo de la salvación. Es decir poniendo la mente en
Cristo, cuando el cristiano alcanza la condición de maduro, Dios le
sella en la frente con santidad (1Tes 5:8).
§ Tomando la santa cena. A los discípulos de Emaús les fue abierto el
Entendimiento cuando el Señor partió el pan (Luc 24:3032).
§ Meditando en su Palabra de día y de noche. Porque solo así
podremos hace lo que está escrito, haremos prosperar nuestro camino
y entenderemos todo (Jos1:8).
ONCLUSIONES
Solo una mente renovada va a entender la voluntad de Dios; La
escritura nos enseña que nos fue dada la mente de Cristo (1Cor 2:16),
solo tenemos que echar mano de ella y ser cristianos victoriosos y
agradables a Dios; La mente puesta en el Espíritu es vida y paz para
nosotros, es vida abundante; En el Antiguo Testamento, el primer
mandamiento era que amaramos a Dios con el espíritu, el alma y el
cuerpo. En el Nuevo Pacto, el Señor cita ese verso pero le agrega que
debemos amar con toda nuestra mente. Amen.