Proyecto Qereb
Proyecto Qereb
0.	Introducción		                                                             3
1.	 La dimensión de la interioridad	                                          6
2.	 Justificación de la necesidad de educar la interioridad
	 2.1	 Necesidad en la Sociedad
	 2.2	 Necesidad en la Educación
	 2.3	 Necesidad en la Persona
	 2.4	 Necesidad en la Iglesia
3.	 La educación de la interioridad
	 3.1	 La Educación de la Interioridad y las Competencias Clave
4.	 La perspectiva de la interioridad en:
	 4.1	 Los Humanismos
	 4.2	 Las grandes religiones
	 4.3	 La Biblia / El cristianismo
	 4.4	 Corrientes actuales de pensamiento
5.	 Justificación del proyecto desde nuestro carisma marista
	 5.1	 Espiritualidad de Marcelino
	 5.2	 Documentos maristas actuales
6.	 Nuestra propuesta de educación de la interioridad
	 6.1	 Justificación general de los contenidos
	 6.2	 Objetivos
generales
	 6.3	 Criterios educativos
	 6.4	 Metodología
	 6.5	 Evaluación
7.	 Herramientas y técnicas para educar la interioridad
8.	 Implantación en los centros
	 8.1	 Itinerarios / implementación
	 8.2	 Propuestas para trabajar con el claustro
	 8.3 Propuestas para trabajar la interioridad con las familias.
		       8.3.1	 Primer año de implementación del proyecto de Interioridad.
		       8.3.2	 Segundo año de implementación del proyecto de Interioridad.
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0.	                                                          INTRODUCCIÓN
 “El drama de la cultura actual es la falta de interioridad, la ausencia de contemplación.
 Sin interioridad la cultura carece de entrañas, es como un cuerpo que no ha encontrado
 todavía su alma. ¿De qué es capaz la humanidad sin interioridad? Lamentablemente,
 conocemos muy bien la respuesta. Cuando falta el espíritu contemplativo no se de-
 fiende la vida y se degenera todo lo humano. Sin interioridad el hombre moderno pone
 en peligro su misma integridad.
 “Siempre hace falta cultivar un espacio interior que otorgue sentido cristiano al com-
 promiso y a la actividad”. Estas palabras, más cercanas en el tiempo, del Papa Francisco
 quizás sirven como referencia que ilumine a nuestra Provincia Ibérica Marista a apostar
 por la creación de un Marco Provincial de Educación de la Interioridad. Más aún si con-
 templamos la frase en todo su contexto: “Desde el punto de vista de la evangelización,
 no sirven ni las propuestas místicas sin un fuerte compromiso social y misionero, ni los
 discursos y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad que transforme el corazón.
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   Esas propuestas parciales y desintegradoras sólo llegan a grupos reducidos y no tienen
   fuerza de amplia penetración, porque mutilan el Evangelio. Siempre hace falta cultivar un
   espacio interior que otorgue sentido cristiano al compromiso y a la actividad”1.
   Todo este despertar del mundo interior (que va más allá de las prácticas pastorales),
   es imprescindible hoy para que se pueda hacer experiencia religiosa. Nuestra sociedad
   tiene la necesidad de saber detectar las olas que nos sacan del mar. Hay que saber dis-
   cernir para poder encontrar a Dios en todas las cosas y a todas en Él. Cuidar el mundo
   interior quiere decir crear condiciones para que éste crezca, para que el corazón se en-
   sanche, para que los ojos se abran, para que vivamos desde más adentro, para ir más al
   fondo, para gustar y saborear más la vida… al fin y al cabo, para ser más persona.
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   las técnicas orientales de meditación y las nuevas formas de religiosidad constituyen al-
   gunas de las concreciones de este creciente interés por el mundo3.
   Educar la interioridad puede ser la respuesta ante las realidades que nos encontramos
   en los centros: alumnado de diferentes confesiones religiosas, familias poco compro-
   metidas con lo religioso, profesorado y alumnado indiferente al hecho religioso, falta
   de sentido… La finalidad de este Marco, es proporcionar las herramientas y provocar las
   condiciones interiores que la persona necesita para desarrollar esta dimensión. Apostar
   por la educación de la interioridad supone una implicación de todos los estamentos de
   la Comunidad Educativa, cada uno desde su papel, pero todos con la necesidad de vivir
   experiencias que nos provoquen el encuentro con nosotros mismos y con la realidad a
   la vez que nos faciliten la apertura a la Trascendencia y el posible encuentro con Dios.
   Así pues mirando la realidad en la que vivimos y educamos y que alguien ha definido
   como una sociedad en la que se ha “globalizado la superficialidad”, presentamos, un
   Marco de Educación de la Interioridad que posibilite el proceso de desarrollo de esta
   dimensión fundamental en toda persona. El Marco de Educación de la Interioridad de
   la Provincia Marista Ibérica es una propuesta de referencia común, que unifica e intenta
   ayudar la orientación del trabajo de educación de la interioridad en los centros educa-
   tivos de la Provincia.
3 VVAA, Educar la Interioridad, Revista Sal Terrae 91, 2003.
4 Andrés, E. La educación de la Interioridad, Recursos de Pastoral, CCS, 2009
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1. 	                     LA DIMENSIÓN DE LA INTERIORIDAD
 Hoy día aceptamos que la escuela debe fomentar la capacidad de las personas en ad-
 quirir una serie de competencias: lingüística, matemática, de interacción con el mundo
 físico, de tratamientos de la información y competencia digital, artística y cultural, so-
 cial y ciudadana, de autonomía personal, y de aprender a aprender. Desde aquí es des-
 de donde organismos como la OCDE y la Unión Europea nos piden que hoy eduquemos
 y preparemos a nuestros niños y jóvenes. Se trata de que nuestros alumnos adquieran
 habilidades que les ayuden a desarrollar procesos autónomos en una sociedad que es
 muy cambiante. Pero, no es menos cierto, que el ser humano necesita crecer como
                    persona, cuestionarse, replantearse la vida, acoger sus miedos, acep-
                     tar la frustración, reconocer sus límites, elegir y clarificar los propios
                     valores, discriminar y elegir libremente las propias respuestas, abrir-
                     se al encuentro con las personas…en definitiva plantearse el sen-
                   tido último del sentido de la vida. Se trata de enseñarles a vivir con
            profundidad y sentido en un contexto donde el consumo acrítico de ofertas,
            supuestamente vitales, les bombardea.
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   hablar de educación integral entendemos que se trata de alcanzar un desarrollo ar-
   mónico de la persona atendiendo a todas las dimensiones de la misma: intelectual,
   científico-técnica, cívico-social, física, estético-artística, moral, espiritual y emocional.”5
   Así pues, contemplamos una dimensión espiritual, que debemos diferenciar de la re-
   ligión. Esta dimensión hace referencia a cómo las personas nos preguntamos por el
   sentido de nuestra vida (¿Adónde voy? ¿Por qué existo? ¿Para qué es mi vida? ¿Qué
   pasa al morir?). Entendemos por espiritualidad aquello que produce en el ser humano
   una transformación interior. “Dimensión profunda del ser humano que trasciende las
   dimensiones superficiales y constituye el corazón de una vida humana con sentido, con
   pasión, con veneración de la realidad y de la Realidad”6. Tenemos el reto de trabajar la
   búsqueda del sentido, la experiencia y vivencia del Misterio que habita en cada uno y
   en el mundo que nos rodea.
   Sin embargo sabemos que en nuestro contexto social, el término espiritualidad tiene
   fuertes connotaciones religiosas de carácter confesional que provocan reacciones en-
   contradas.
   En el Informe Delors se refleja esta tendencia: …conviene afrontar, para superarlas me-
   jor, las principales tensiones que sin ser nuevas, están en el centro de la problemática
   del siglo XXI…la tensión entre lo espiritual y lo material, que también es una constata-
   ción eterna. El mundo, frecuentemente sin sentirlo o expresarlo, tiene sed de ideales y
   de valores que vamos a llamar morales para no ofender a nadie. ¡Qué noble tarea de
   la educación la de suscitar en cada persona, según sus tradiciones y sus convicciones
   y con pleno respeto al pluralismo, esta elevación del pensamiento y el espíritu hasta
   lo universal y a una cierta superación de sí mismo! La supervivencia de la humanidad
   depende de ello.
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   nos animan, los ideales más íntimos. La capacidad espiritual es todo lo contrario a vivir
   de forma inconsistente, vacía y automática. Cualquier persona que vive con hondura y
   calidad su existencia, que motiva conscientemente su vida, que inspira su comporta-
   miento en ideales, que configura sus valores y que configura el horizonte de su ser...
   esa persona, vive su capacidad espiritual. Cualquier persona que toma consciencia, que
   entra en contacto y que se relaciona con las realidades más profundas e inmateriales...
   esa persona, vive su capacidad espiritual.
   La interioridad constituye lo que podemos llamar, sin recelo de ningún tipo, la capa-
   cidad espiritual de la persona; una capacidad que se nos presenta como invitación o
   proposición a entrar, a asumir el riesgo de lanzarse a un silencio, a un misterio; una
   capacidad espiritual que es camino con alguien que nos acompaña en el sendero, que
   él ya ha hecho, en el sentido de iniciación y que lo rehace a nuestro lado.
   La escuela educa y eso significa que ayuda a sacar afuera lo que hay dentro de uno mis-
   mo. Tenemos el deber de ayudar, acompañando, a ahondar en nosotros mismos y, así
   despertar la dimensión espiritual o de profundidad.
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   interior y su capacidad de reflexionar, discernir, amar y elegir en libertad personal y en
   solidaridad comprometida. La interioridad es una dimensión constitutiva de toda per-
   sona. Nuestra conciencia, sentimientos, emociones, miedos, recuerdos, valores, creen-
   cias…son parte de un todo complejo que denominamos interior. Todos reconocemos
   que más allá de lo que mostramos hay un mundo vivo donde resuena lo que vivimos y
   somos. Para los creyentes es en ese espacio íntimo donde se da el encuentro con Dios.
   “En todo intento por delimitar lo más propio de la interioridad se hace evidente la ne-
   cesidad de proceder por la contraposición de las dimensiones igualmente constitutivas
   del ser humano: exterior e interior, objetiva y subjetiva, corporal y espiritual, que nos
   son constitutivas y que se interpenetran y condicionan mutuamente, de forma que la
   comprensión de cada una de ellas remite a la otra, como la otra cara o dimensión del
   mismo sujeto. De ahí que sea pura ilusión la comprensión de la interioridad como suje-
   to aislable e independiente de la correspondiente exterioridad, o como una parte o ele-
   mento contenido en, añadido a, o poseído por la otra. De manera que la forma humana
   de ser hombre interior se ejerce necesariamente en la mediación de la exterioridad y la
   dimensión humana de la exterioridad está toda ella transida de interioridad.”9
   Como dice Blay “gracias a ese doble movimiento hacia fuera y hacia dentro, yo no sólo
   desarrollo mis capacidades, mis estructuras, mi cuerpo, mi mente, mi afectividad, sino
   también una conciencia interna de mí mismo en relación con eso. Y cuando esto lo hago
   de un modo consciente, lúcido, paralelamente a este desarrollo de la conciencia me
   voy descubriendo yo como sujeto detrás de todos mis procesos de conciencia”10. En la
   compleja experiencia de la interioridad percibimos un sólo y único centro que da sen-
   tido y coherencia a todo lo demás y el camino para llegar a la intimidad pasa, pues, por
   trabajar e integrar la corporeidad, la emotividad y la afectividad.
   Educar la interioridad ayudará a nuestros niños y jóvenes a encontrar las materias pri-
   mas para poder construir una persona con unos fundamentos firmes y con unos cimien-
   tos arraigados que les sirvan para afrontar su vocación en el mundo que les toca vivir.
9 Martín Velasco, Juan: La interioridad: un paradigma emergente. Ed.PPC, Madrid 2004, pág 8.
10 BLAY, A. Creatividad y plenitud de vida, Ed. Iberia, Barcelona, 1987
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2. 	                          JUSTIFICACIÓN DE LA NECESIDAD
                                 DE EDUCAR LA INTERIORIDAD
 A comienzos del siglo pasado, Miguel de Unamuno respondía con estas palabras a un
 joven que le había escrito pidiéndole consejo:
 “Me dices en tu carta que si hasta ahora tu divisa ha sido: ¡Adelante!, a partir de ahora
 será: ¡Arriba! Deja eso de delante y atrás, de arriba y abajo; deja de jugar a progre-
 sismos y carquismos; déjalo a los progresistas y a los retrógrados, a los ascendentes y
 descendentes, que se mueven tan sólo en el espacio exterior, y busca el otro, tu ámbito
 interior, el de tu alma. Lucha por meter en ella el universo entero, que es la mejor mane-
 ra de derramarte en él (…). En vez de decir: ¡Adelante! O ¡Arriba!, di: ¡Adentro! Recon-
 céntrate para irradiar. Déjate llenar para que reboses luego, conservando el manantial.
 Recógete en ti mismo para mejor darte a los demás, todo entero e indiviso. “Doy cuanto
 tengo” dice el generoso. “Doy cuanto soy”, dice el héroe. “Me doy a mí mismo”, dice el
 santo; di tú con él al darte: “Doy conmigo el universo entero”. Para ello tienes que ha-
 certe universo buscando dentro de ti. ¡Adentro!”.
                                   10
tome conciencia y se responsabilice de lo que sucede en él. Como maristas es una exi-
gencia para nosotros educar para dejarnos afectar por la realidad.
   Vivimos en una sociedad que vive bajo la presión de un ritmo de vida acelerado que
   solo busca el acumular y tener desde cosas materiales a experiencia y conocimien-
   tos. Esta sensación de querer más y más nos lleva a un gran desgaste psicológico
   ante un bombardeo constante de alternativas, actividades, imágenes, sonidos…
   Tenemos un empacho en nuestra vida por una falta de control del deseo. Vivimos
   atrapados por la inmediatez, y esto nos lleva a vivir muchas vivencias desde la su-
   perficialidad. Desear más quita disfrute a lo que deseamos y vivimos. La interiori-
   dad nos conduce a lo esencial de las cosas y las vivencias de la persona.
   Podríamos decir que el interés por el mundo interior es un signo de nuestros tiem-
   pos. Su importancia es clara y de ahí la actual demanda en sociedades muy huérfa-
   nas de ella. Como nos recuerda la Pastoral Juvenil Marista a través del documento
   “Evangelizadores entre los jóvenes (n.12)”: “Podemos decir que existe una intensa
   búsqueda de espiritualidad en los jóvenes de hoy. Se trata de nuevas expresiones,
   no necesariamente ligadas a las grandes religiones; manifestadas incluso en formas
   que parecerían contrapuestas a las tradicionalmente asociadas a la espiritualidad.
   Más allá de las apariencias, aún en aquellos jóvenes que afirman no creer en nada,
   la espiritualidad y la trascendencia están latentes de un modo que tal vez no logra-
   mos descubrir ni entender”.
   En nuestro hoy, con multiplicidad de ofertas religiosas y en el que se puede vivir sin
   tener ninguna religión o referente religioso, es primordial la educación de la interio-
   ridad: dar a las personas, mediante experiencias, formación e información, del co-
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  nocimiento de su dimensión interior, para poder valorar y distinguir lo importante
  de lo superfluo, para poder vivir con sentido y plenitud.
  Hoy día, aceptamos sin sospecha que la educación en la escuela debe fomentar la
  inteligencia lógica, incluso subrayamos la importancia de la conciencia de la corpo-
  reidad y la necesidad de iniciar en la inteligencia emocional. Sin embargo parece
  que nos quedamos a las puertas de una educación que inicie en la capacidad de
  preguntarse por la propia vida, de encontrar horizontes de sentido, de ser capaz de
  elegir y clarificar los propios valores, de discriminar y decidir libremente las propias
  respuestas…
Estamos convencidos de que en cada una de las personas que están en relación con
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la escuela hay un deseo de construir una vida con sentido profundo uniendo las
ideas, los valores, las actitudes, las creencias y los modos de actuar.
La educación integral de la persona refuerza todos los ámbitos, todos los tipos de
inteligencia y todas las capacidades humanas. La proposición de valores y la edu-
cación de las dimensiones emotiva, imaginativa y simbólica son ya educación de la
interioridad. La educación prepara y capacita la interioridad por la preparación a la
acción, por la oferta de campos de decisión, por la propuesta de elección según di-
ferentes opciones… pero, sobre todo, porque la educación invita a practicar e inicia
la toma de conciencia de la interioridad. Al fin y al cabo, lo que nos pasa por dentro,
el mundo interior, es fundamental para la enseñanza y el aprendizaje en la escuela.
También para el desarrollo humano, para crecer como personas en todas nuestras
dimensiones, sean cuales sean nuestras convicciones, creencias u orígenes.
A su vez, para este trabajo en el centro, nos ayuda de manera especial el dedicar
momentos de trabajo más intensos, momentos especializados. Tanto los alumnos
como los educadores nos beneficiamos al sumergirnos, durante un largo espacio
de tiempo, en nuestra interioridad, para conseguir que forme parte integrante de
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  nuestro trabajo cotidiano. Si tenemos en cuenta que educar no es una mera trans-
  misión de contenidos, sino “mirar hacia adentro, para poder mirar hacia fuera”, no
  podemos caer en el engaño de una educación escolar que se limite a la integra-
  ción de los niños en la sociedad. Educar es estar al lado, orientando y proponiendo,
  cuando la persona se construye a sí misma.
  La interioridad forma parte de la condición humana. Todos los seres humanos tie-
  nen necesidades de vida interior que hay que cultivar, satisfacer y desarrollar. Estas
  necesidades son comunes a todas las personas y el olvido de esta dimensión les
  conduce a su empobrecimiento personal.
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        su vulnerabilidad, son las víctimas más indefensas de este sistema de vida que entre
        todos hemos creado; la prueba de ello es que cada vez son más los que se aburren si
        no están ocupados. Y lo que es peor, si se aburren, les falta imaginación para saber
        qué hacer. En definitiva, cada vez dejan antes de ser lo que son, niños.
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3.	                    LA EDUCACIÓN DE LA INTERIORIDAD
 Todo ser humano, independientemente de sus creencias, religiosas o no, dispone de
 una vida interior, espiritual, que debe desarrollar. Por eso resulta imprescindible que,
 desde nuestro proyecto educativo de educación integral, nos planteemos la necesidad
 de educarla y estimularla en nuestros niños y jóvenes. Es necesario apostar por una cul-
 tura y educación de la interioridad que ayude a desarrollar la capacidad de reflexionar,
 discernir, amar… que ayude a desarrollar procesos de apertura a la trascendencia y de
 adhesión a la fe.
 Aunque podemos educar la interioridad desde todas las materias, tanto cuando traba-
 jamos la comprensión lectora como cuando reflexionamos sobre un problema o hace-
 mos expresión artística, siempre que seamos conscientes de ellos, debemos dedicar
 tiempos y espacios para potenciar o recuperar determinadas prácticas que nos ayuden
 a iniciar la capacidad espiritual.
 Esta apuesta por este tipo de educación integral la hacemos desde diferentes ámbitos
 escolares y de modo interdisciplinar, por lo que es necesaria e imprescindible la impli-
 cación personal y laboral de toda la comunidad educativa. Necesitamos:
  e	 Educadores que desde su trabajo y vivencia ayuden a los niños y jóvenes a conocer,
     valorar y apreciar su propio cuerpo; a relacionarse con él de manera sana y respe-
     tuosa y les ayuden a interpretar las señales que éste nos envía.
  e	 Educadores que desde su trabajo y vivencia ayuden a los niños y jóvenes a contem-
     plar, razonar, pensar, reconocer y expresar sus sentimientos y emociones.
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e	 Educadores que desde su trabajo y vivencia ayuden a los niños y jóvenes a preocu-
   parse por los demás; a establecer relaciones de igualdad, respeto y compañerismo.
e	 Educadores que desde su trabajo y vivencia sean testigos que inviten y acompañen
   a los más jóvenes a adentrarse en la búsqueda de sí mismos.
e	 Educadores, hombres y mujeres, capaces de vivir desde su ser más profundo en
   actitud de apertura y discernimiento ante los acontecimientos que la vida presenta.
Para que la educación de la interioridad sea posible hace falta favorecer la cultura de la
experiencia sobre todo desde estos tres ámbitos diferentes:
El trabajo corporal
   Las personas no sólo tenemos cuerpo, sino que somos cuerpo. Gracias a él y a través
   de él nos relacionamos con los demás, percibimos el mundo y todo cuanto sucede a
   nuestro alrededor. El cuerpo es cauce para expresar lo que siente el mundo interior
   y el mundo interior se enriquece gracias a lo que el cuerpo percibe. La comunica-
   ción entre el cuerpo y el mundo interior no es una comunicación unidireccional
   sino una comunicación de ida y vuelta. El trabajo a través de las distintas técnicas
   corporales, nos permite tomar conciencia de lo más íntimo de nosotros mismos,
   nos posibilita vivir con más serenidad en el “aquí y el ahora”, nos concede la oportu-
   nidad de comunicarnos con mayor calidez y calidad con cuantos nos rodean y, sobre
   todo, nos facilita el encuentro con el yo profundo donde se producen los diálogos
   más significativos y trascendentales del ser humano.
La integración emocional
   Aprender a reconocer y expresar nuestros sentimientos, miedos y emociones; valo-
   rar nuestras capacidades y aceptar las limitaciones es un trabajo esencial para llegar
   a conocernos. A través de distintas dinámicas, reflexión personal, diálogo y acompa-
   ñamiento personal podemos ayudar a este autoconocimiento y al reconocimiento
   del otro como un tú con el que compartir y crecer.
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   Apertura a la trascendencia
         Ayudar a los niños y jóvenes a abrirse a la trascendencia, a ir más allá de sí mismos
         es uno de los objetivos que conseguiremos a través de experiencias de silencio, sus-
         citando preguntas de sentido, iniciando a la meditación, despertando la curiosidad
         y admiración y acompañando experiencias que no siempre son fáciles de compren-
         der.
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las habilidades que les van a permitir vivir con sentido y profundidad su vida. Así
mismo la adquisición de competencias clave y la utilización de estrategias y herra-
mientas para la educación en la interioridad, facilitan el aprendizaje.
Trabajar cada una de las competencias nos permite desarrollar un tipo de inteli-
gencia y desde cada una, a través de diferentes actividades, podemos fomentar el
trabajo de interioridad.
Como veíamos en el apartado anterior todos y cada uno, desde nuestra particular
sensibilidad, nuestros dones y nuestro trabajo personal somos los encargados de
llevar adelante este proyecto. Cada uno verá, según la asignatura que imparta o
el proyecto en el que esté trabajando, la metodología más adecuada y las técnicas
más apropiadas para que desde su área también se refuerce el trabajo de interio-
ridad. No se trata de hacer más cosas o cosas muy diferentes, sino de hacerlas de
manera que, conscientemente, estemos trabajando este campo. Ser conscientes
de que pequeños gestos como: estar puntuales al inicio de la clase, comenzar con
tranquilidad y serenidad, saludar con una sonrisa, recuperar los patios como luga-
res educativos, resolver los conflictos de manera serena… crean un determinado
ambiente que nos está ayudando ya a trabajar la interioridad.
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Digital               Espacial-visual -  Utilizar las TIC como medio de difusión del trabajo rea-
                                         lizado.
                                      - Trasladar a casa aquello que se hace en la escuela a
                                         través de la página web.
Aprender a apren-     Intrapersonal - Tomar consciencia de las capacidades emocionales de
der                                      uno mismo.
                                      -  Tener sentimiento de competencia personal para con-
                                         fiar en uno mismo.
                                      - Ser capaz de cooperar, ser responsable y comprome-
                                         terse.
                                      - Ejercicios y dinámicas de autoevaluación y autorregu-
                                         lación.
                                      -  Ejercicios que ayuden a mejorar e intensificar capacida-
                                         des de atención y concentración.
Sociales y cívicas    Interpersonal - Dinámicas que ayuden a reconocer las raíces del propio
                                         ser y sus comportamientos.
                                      -  Afrontar situaciones de conflicto mediante el diálogo y
                                         el perdón.
                                      -  Dinámicas que planteen distintas situaciones sociales
                                         para poder comprender la realidad social del mundo.
Sentido de inicia-    Intrapersonal - Ejercicios de autoconocimiento, valoración de sí mis-
tiva y espíritu em-                      mo, responsabilidad, autocrítica y creatividad.
prendedor                             - Dinámicas que ayuden a controlar las emociones, po-
                                         nerse en el lugar del otro, confiar en uno mismo.
                                      - Ejercicios de cierre de evaluación.
                                      -  Actividades por parejas, grupales, momentos de com-
                                         partir…
Conciencia y expre-   Musical         - Experimentar la belleza a través de obras de arte.
sión cultural         Corporal ki-    -  Utilizar la música como herramienta para favorecer
                      nestésica          actitudes positivas y de autocontrol.
                                      -  Trabajo con canciones, con el sentido del oído.
                                      - Ejercicios de relajación a través de las sensaciones.
                                      - Ejercicios de autoconciencia emocional y corporal.
                                      -  Juegos y escenificaciones.
                                      -  Danzas contemplativas, coreografías, flashmobs…
                                           20
4.	            LA PERSPECTIVA DE LA INTERIORIDAD EN:
      Como decía el filósofo Jacques Maritain cuya teoría humanista se basa en la idea del
      hombre integral “La noción de personalidad no radica en la materia a la manera de
      la noción de la individualidad de las cosas corporales, sino que se basa en las más
      profundas y excelsas dimensiones del ser; la personalidad tiene por raíz el espíritu”.
      La capacidad de tener conciencia de sí es uno de los rasgos más propios del hombre;
      por ello, su propio avance depende de los progresos de esa conciencia humana que
                                                   21
        necesita ser educada y trabajada para poder percibir el mundo externo desde una
        realidad personal en contacto directo con la transcendencia y nuestro ser esencial.
        La realidad cotidiana es que apenas nos conocemos, y que muchas veces este des-
        conocimiento, que constatan tanto santa Teresa de Ávila como también el maestro
        de la sospecha por definición, Friedrich Nietzsche, muchas veces no es consecuencia
        de la dejadez, sino también de la propia voluntad. Como advierte San Agustín, muy
        frecuentemente conocemos con más detalle y precisión las cosas exteriores que la
        misma interioridad; pero, en definitiva, solo quién indaga en su ser puede escuchar
        sus motivaciones fundamentales, sus anhelos y deseos. Solo entonces puede plan-
        tearse cuál es la orientación de su existencia acorde con lo que es14.
                                                 22
       pre a una opción libre y personal. Es una experiencia interior de nuevos valores,
       nuevas relaciones y nuevas opciones. La estrecha relación entre religión-espirituali-
       dad-interioridad es evidente, ya que la vivencia de una determinada espiritualidad
       ayuda a las personas a encontrar el sentido de su vida.
       Hay que tener en cuenta el auge que ha despertado en los últimos tiempos el interés
       por las religiones orientales. Para varios teólogos, el cristianismo contemporáneo ha
       dado una insuficiente atención a muchos elementos claves de la vida humana, como
       la contemplación, el silencio y el bienestar del cuerpo. Hay en esta atracción una
       llamada del Espíritu, que le está diciendo a las iglesias de occidente que deben des-
       pertar. El descubrimiento del otro, la búsqueda de una mayor tranquilidad y la calma
       del cuerpo, de alegría y serenidad, son una fuente de renovación. Toda la historia
       del cristianismo está marcada por el enriquecimiento y renovación producida por los
       elementos externos a este15.
                                                                 23
       del corazón; en cambio la antropología occidental establece dicotomías: cuerpo-al-
       ma, espíritu-materia, interioridad-exterioridad.
       El recurso más frecuente para descubrir algún espacio interior y oculto que favorez-
       ca el encuentro y la relación interpersonal en el imaginario bíblico es a través del
       ámbito de lo escondido. Un término hebreo, “qereb”, evoca el centro de un ser vivo,
       lo que hay dentro de él: vísceras, entrañas, interioridad e intimidad. El tema del cen-
       tro es recurrente, tanto en las narraciones como en la poesía encontramos “lugares
       de centramiento”: los pozos, la tienda de la reunión, el Sinaí, el templo, Sión... Otro
       término muy frecuente en el lenguaje bíblico para hablar de interioridad es “leb”
       (corazón) que es considerado como la sede del conocimiento y de la integración
       unificadora. Los textos bíblicos nos proponen caminos de acceso para acceder al co-
       razón y al centro del ser humano, como ese espacio secreto de encuentro con Dios16.
       Creer en Dios no es pensar a Dios sino sentir a Dios. Este encuentro con Dios es un
       don y podríamos decir que creer en Dios significa ver que la vida tiene un sentido. La
       cuestión de sentido es un aspecto central en todas las religiones, y la tradición cris-
       tiana, es una propuesta de sentido, de salvación del mal, del dolor y de la muerte.
16 VVAA. La interioridad, un paradigma emergente. Interioridad y Biblia, Dolores Aleixandre. PPC, Madrid, 2004.
                                                24
       El ser humano es el inicio del camino hacia Dios. Para conocer a Dios tenemos que
       conocer al ser humano. Y uno de los lugares más “sagrados” es su interioridad. No
       nos salvamos desde el exterior; lo hacemos desde el interior; son nuestras decisio-
       nes, acciones, nuestra fe, lo que nos salva. Jesús no dice “te he salvado”; nos dice
       “tu fe te ha salvado”.
       La interioridad es una dimensión de todo ser humano. Pero también resulta evi-
       dente que el Evangelio es un itinerario para abrir con profundidad la interioridad
       humana. Se nos concede la posibilidad de una vida interior que nace en lo profundo:
       procede del Espíritu de Dios y crea en nosotros una dimensión «interior» de bon-
       dad, de alegría y de pacificación que supera los propios recursos a nuestro alcance.
       La interioridad nace y crece en el silencio y en la humildad que cree profundamente
       en la afirmación de la primera carta de Juan: «El amor procede de Dios». La interio-
       ridad está abierta a ese mayor amor17.
                                                                  25
   4.4 Corrientes actuales de pensamiento
   Como nos apunta L. Ylla18, durante años el cuidado de la vida interior estaba más o
   menos cubierto por una sociedad que participaba de manera casi generalizada en ritos
   sociales, liturgias, oraciones, plegarias. El ritmo de vida lo favorecía. La vida familiar, la
   escuela… mantenía pequeños gestos, ritos religiosos o civiles que invitaban al recogi-
   miento, a mirar hacia dentro. Al menos se callaba, se estaba en silencio o se pensaba.
   Ahora no se dan esas circunstancias.
   El siglo XX fue el siglo de la antropología y del yo. Nuestro mundo es una sociedad con
   un ritmo muy rápido, muy volcada hacia fuera, donde la religiosidad popular ha decre-
   cido enormemente. La actitud ante esta situación ha pasado de un estado de lamenta-
   ción y añoranza por el pasado, a un querer dar respuestas a las necesidades actuales.
   En este punto aparece este “repentino” interés por la interioridad y el trabajo de la
   dimensión en la escuela.
   Esta necesidad del cultivo o búsqueda de la dimensión más espiritual o interior de las
   personas, es lo que nos ha llevado a buscar tendencias actuales como el gusto por lo
   oriental, el auge de las técnicas de meditación orientales como el yoga, el taichí, el
   mindfulness… Percibimos que existe una necesidad de volverse hacia el interior, aun-
   que sea de una manera no religiosa. Por eso, esto se presenta en muchos casos como
   una oportunidad para establecer vínculos con esas necesidades que observamos en los
   individuos de nuestra sociedad, e intentar dar respuestas desde la realidad religiosa,
   buscando y mirando a nuestros maestros en esto del cultivo de la interioridad y de la
   apertura al Otro.
18 Ylla, L. ¿De qué hablamos cuando hablamos de interioridad? Barcelona: Cristianismo y Justicia, 2013.
                                                26
   ciencia del yo. Del Próximo Oriente nos llegó el sufismo; del Lejano Oriente la sabiduría
   del hinduismo, el budismo y tradiciones como el yoga, el zen y las artes que implican el
   cuerpo y la mente. De Ramana Maharshi, recibimos la pregunta persistente de quién
   soy yo, haciendo una propuesta integradora de la vida interior y la práctica externa.
   Con Thomas Merton se hizo algo accesible la riqueza interior del monaquismo. John
   Stevens propuso numerosos ejercicios que algunos denominarían de interioridad. Las
   psicologías del cuerpo (bioenergética, focusing) se difundieron y encontraron muchos
   desarrollos. Anthony de Mello empezó a hacer escuela en el Occidente cristiano. Más
   tarde, Daniel Goleman habló sobre inteligencia emocional, cuya finalidad se basa en la
   adquisición de una serie de capacidades que ayudan a mantener la calma y dominar
   la impulsividad, saber automotivarse, perseverar en el empeño a pesar de las posibles
   frustraciones, regular los estados de ánimo, evitar que la angustia interfiera con las fa-
   cultades racionales y la capacidad de empatizar y confiar en los demás.
                                                                      27
   sico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona o la inmersión
   en un trabajo de arte”. La aparición en el ámbito educativo y psicológico de la teoría
   de las Inteligencias Múltiples ha supuesto una manera distinta de ver al ser humano, y
   a su manera de aprender y de desarrollarse. La persona no es unidimensional, no hay
   una única manera de aprender, el concepto de inteligencia ha cambiado. Como educa-
   dores, nuestra manera de plantearnos la labor educativa ha quedado profundamente
   marcada por esta manera diferente de entender los aprendizajes y el desarrollo de la
   inteligencia. De mirar a nuestros alumnos y de ser conscientes que estos descubrimien-
   tos no pueden dejarnos indiferentes, algo debe cambiar en las aulas. Y se ha percibido
   una necesidad de que el sistema educativo se trasforme; que dé respuesta a una nueva
   manera de entender el desarrollo y los aprendizajes del ser humano, atendiendo a to-
   das sus dimensiones.
   Francesc Torralba apunta que el modelo de las inteligencias múltiples de Howard Gard-
   ner ha revolucionado la educación ya que permite trascender una educación reduccio-
   nista que desarrolla una parte del ser humano pero se olvida del conjunto. Incide en
   que sólo el ser humano puede proyectar, construir el futuro, formar su vida a partir de
   los valores e ideales que emanan de su ser; pero para proyectar, organizar y aspirar a
   tener una existencia lograda, es absolutamente necesario el cultivo de todas las formas
   de inteligencia, pero en particular, la social, la emocional y la espiritual. Sostiene que la
   práctica educativa excelente estimula todas las facetas y dimensiones del ser humano
   y también sus múltiples inteligencias. Por lo tanto, educar a una persona consiste en
   desarrollar todo su potencial, lo que significa que la educación tiene que estimular la
   diversidad de formas de inteligencia20. Destaca que la inteligencia espiritual capacita
   para trascender, ampliar la mirada, abrirse a la realidad, ir más allá del momento y del
   yo presente; actividades estas que permiten a un ser humano unificarse y medirse con
   algo más grande que él mismo. Esta apertura disloca las actitudes de oposición, aparta
   las anteojeras del egocentrismo y lo obliga a dispersarse en la potente atracción del
   universo21.
                                                 28
   definiría más tarde lo que llama la inteligencia espiritual, que abarca la capacidad de
   trascendencia del hombre, el sentido de lo sagrado o los comportamientos virtuosos
   que son exclusivos del hombre... Danah Zohar e Ian Marshall se preguntan acerca de
   la inteligencia espiritual y de cómo podemos mejorarla. Según ellos, existen caminos a
   una mayor inteligencia espiritual22. Mac Gilchrist, Myers y Reed entre su elenco de tipos
   de inteligencia necesarios en el sistema escolar proponen la inteligencia espiritual, la
   cual se define por facilitar la adquisición de un sistema de valores. La inteligencia espi-
   ritual está caracterizada por valorar fundamentalmente la vida y el desarrollo de todos
   los miembros de una comunidad. Abraham Maslow nos habla de “experiencias cumbre
   o pico”, es decir, aquella realización personal con la que alcanzamos una auténtica cota
   como seres humanos. Asegura que la persona empeñada en un acto creador se siente
   más espontánea que antes, se percibe como un ser agraciado. Durante las experiencias
   cumbre la persona se siente más integrada23.
   El gobierno de Québec publicó en 2004, las actas de un congreso cuyo lema era “Le
   cheinement spirituel des élèves. Un défi por l´école”, donde se sentaban las bases de
   una educación de la dimensión espiritual en la escuela pública y laica. Se exploran en
   él, los caminos viables para despertar y formar la inteligencia emocional de los alum-
   nos. En el 2008, los profesores M.D. Holder, B. Coleman y J. Wallace de la Universidad
   de Columbia publicaron un estudio muy exhaustivo en el Journal of Happiness Studies
   sobre la relación entre espiritualidad y felicidad en los niños. Llegaron a la conclusión
   de que el cultivo de la dimensión espiritual en los menores era un factor decisivo en su
   felicidad24.
                                                                      29
condición venía fundada para él en el hecho de que el cristiano ha comenzado a existir
en las sociedades avanzadas en situación de diáspora. Todo ello también apunta a la
necesidad de estar preparado para desarrollar esa personalización de la fe.
Como podemos observar, no son pocas las publicaciones e investigaciones que des-
de el mundo de la psiquiatría, la psicología y la pedagogía están abordando el porqué
es necesario trabajar en la escuela la interioridad. En esta búsqueda de respuestas se
emplean diferentes términos: “inteligencia espiritual”, “trascendencia”, “sentido de la
vida” “experiencias cumbre”... los cuales tratan de una forma u otra la misma cuestión.
Todas estas investigaciones no vienen sino a corroborar la necesidad de potenciar en la
escuela proyectos que faciliten a los alumnos desarrollar esta dimensión.
                                30
5. 	                            JUSTIFICACIÓN DEL PROYECTO
                           DESDE NUESTRO CARISMA MARISTA
           e	 Acoger a todas las personas de la misma manera, sin tener en cuenta catego-
              rías sociales, razas o religiones; ayudando siempre a quien más lo necesita.
           e	 Escuchar pacientemente las ideas y opiniones de los otros y favorecer el diá-
              logo.
           e	 Aceptar al alumno tal y como es y no como nosotros quisiéramos que fuera;
              respetándolo y confiando en él y valorándolo más allá de sus éxitos o sus
              fracasos.
                                                      31
   e	 Velar para que las relaciones entre los alumnos sean tolerantes, sencillas y sin
      exclusiones.
   e	 Fomentar en el día a día la actitud de agradecimiento hacia los demás y hacia
      Dios.
   e	 Manejar las situaciones complicadas con el buen humor y la sonrisa como
      armas y aplicar sanciones y exigencias justas y razonables.
   e	 Ayudar en tareas que no son las habituales.
   e	 Hacer lo que hacemos, haciéndolo bien y sin ostentación.
   e	 Acoger y aceptar a todos, en especial a los que se incorporan por primera vez
      al centro.
   e	 Valorar y apreciar a nuestros alumnos sea cual sea su posición académica o
      social sin confundir a la persona con sus actos. Si nos enfadamos lo hacemos
      con su conducta, no con su persona.
   e	 Conocer personalmente a nuestros alumnos y compañeros, llamándoles por
      su nombre e interesándonos por su vida; estando especialmente atentos a
      las dificultades que puedan sufrir y cuidando los pequeños detalles de la vida
      y la relación diaria.
   e	 Crear un clima de convivencia basado en el diálogo, la comprensión, la tole-
      rancia y el respeto a todos y cada uno.
   e	 Participar en el compromiso social con el tercer y cuarto mundo y al enseñar
      a respetar la Tierra como espacio único y común de convivencia.
   e	 Fortalecer la autoestima y la autonomía de todos así como el crecimiento de
      cada uno como persona y el despertar de su propia vocación.
                             32
Amor al trabajo: entendido como el esfuerzo común que, desde las relaciones
   basadas en la sencillez y el espíritu de familia, surge para desarrollar una tarea y
   llevar a cabo una misión. Desde aquí trabajamos la interioridad cuando:
Presencia: Entendida como la necesidad de vivir con los niños y jóvenes compar-
   tiendo su existencia y proporcionándoles el ambiente humano en el que van
   naciendo los elementos para su crecimiento.
                                             33
      tensión, proteger al débil, ayudar al que lo necesita… Desde este ámbito tra-
      bajamos la interioridad cuando:
   e	 Estamos presentes preocupándonos personalmente por cada uno de ellos,
      sin distinción.
   e	 Les damos nuestro tiempo más allá de la mera tarea profesional y les acom-
      pañamos en actividades de tiempo libre, ocio, deporte, cultura y solidari-
      dad…
   e	 Creamos oportunidades para preocuparnos por ellos, por sus vidas, por lo
      que les pasa.
   e	 No somos “vigilantes” ni “dejamos hacer” sin más sino que nuestra presencia
      es equilibrada, respetuosa, atenta y acogedora a la par que firme y exigente.
      Sólo así nos ganaremos la confianza de los jóvenes.
   e	 Con nuestra presencia ayudamos a los niños y jóvenes a interpretar equilibra-
      damente los acontecimientos de sus vidas.
María: como mujer que supo estar donde tenía que estar y supo aceptar la misión
   que se le encomendaba fue la referencia fundamental para Marcelino. A ella que
   “todo lo guardaba en su corazón” entregó Marcelino su obra con total confianza.
   Con ella trabajamos la interioridad de los niños y jóvenes cuando:
                            34
Para nosotros educadores maristas todo esto supone un reto y un regalo. Nadie da lo
que no tiene, nadie transmite lo que no siente y vive. Por eso trabajar la interioridad
con nuestros niños y jóvenes es una invitación a trabajarnos personalmente para
recuperar lo más genuino de nuestra vocación educativa; a adentrarnos en nuestro
interior para beber de las fuentes que nos permitan estar en nosotros mismos de
manera serena y con paz, enraizados aquí y ahora en la Presencia que nos habita y
nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos. Sólo así podremos ser, al estilo de
Champagnat, testigos de la ternura de Dios a todas las personas y transmisores de
este amor entre los niños y jóvenes, en especial a los más necesitados.
                                              35
       valores que nos identifican como educadores maristas, sabremos mejor cómo con-
       tribuir a la construcción de la identidad personal de nuestros alumnos y proporcio-
       narles las herramientas necesarias para lograrlo.
       Todo cambio interior supone un proceso de búsqueda que, como nos recuerda Agua
       de la roca “… es dinámico, provoca y desafía; es una invitación constante a man-
       tenernos en búsqueda. ¿Quién soy yo?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿qué puedo
       cambiar de ella?, ¿a quién pertenezco?, ¿de quién o de qué soy responsable? Pre-
       guntas como éstas pueden inundar nuestras mentes y corazones y percibir con más
       agudeza una sensación de desasosiego o ansiedad y es aquí donde “con confianza,
       abrimos nuestro interior y hacemos experiencia con Dios”.
       En el XXI Capítulo General25, se invitó “a todos los que trabajan en nuestros centros
       educativos y obras sociales, a animar a sus alumnos a transformar sus corazones,
       sus vidas y actividades, para que crezcan como personas comprometidas en la cons-
       trucción de una sociedad justa y solidaria, en el respeto por la vida, en vistas a con-
       seguir un mundo mejor”.
                                               36
       A su vez, fue una llamada clara a la espiritualidad y conversión de todos los educa-
       dores Maristas, teniendo presente que: La conversión empieza cuando se reconoce
       que la llamada del Señor va dirigida a cada uno de nosotros, de manera muy perso-
       nal, y cuando empezamos a dar pasos concretos para responder a ella. Un reto tan
       importante a nivel colectivo como el de “salir deprisa, con María, hacia una nueva
       tierra” no puede llevarse a cabo si no se da al mismo tiempo un desplazamiento, un
       itinerario interior en cada uno de nosotros. ¿Tendremos la audacia de ponernos en
       camino, tras los pasos de María de la Visitación, que concibió a Jesús en su corazón
       antes que en su seno?
       En ese XXI Capítulo General nacía una clara propuesta de acción que consistía en:
       “Favorecer, desde las distintas instancias de animación y gobierno, la creación o
       fortalecimiento de redes de espiritualidad que animen la llamada a la conversión,
       en camino espiritual con María, mediante itinerarios apoyados en la reflexión y el
       acompañamiento”.
       Estas propuestas se vuelven a fortalecer con uno de los grandes desafíos que apa-
       rece en la II Asamblea Internacional de la Misión Marista (Kenia 2014): “Cultivar la
       dimensión contemplativa y de interioridad que sostiene y se nutre de la vida y la mi-
       sión”. Así como dos grandes sueños: “Acompañamos y nos involucramos en procesos
       que hacen crecer en interioridad, espiritualidad y oración” y “ Privilegiamos espacios
       y tiempos de calidad para profundizar en el “ser” que da sentido al “hacer”26.
                                                                    37
como encuentro gratuito perfilados como espacios de “salir de sí” y de dar una pro-
fundidad nueva a la realidad. Lograr que nuestros alumnos puedan sentirse como
“seres-en-relación”: con Dios, consigo mismos, con los demás y con el mundo. “La
persona sólo es en cuanto sale de sí misma al encuentro de otro, asume su identidad
y el sentido de su propia vida”. En definitiva, buscamos conseguir personas autóno-
mas, responsables, comprometidas con la sociedad y con el mundo, que viven gozo-
samente la aventura de la vida como un don de Dios único y maravilloso.
                             38
6.	                               NUESTRA PROPUESTA
                      DE EDUCACIÓN DE LA INTERIORIDAD
 La Provincia Marista Ibérica desea ofrecer en sus centros una educación integral y pro-
 pone la interioridad como un camino de integración personal y fuente de compromiso
 mediante la realización de actividades y técnicas que favorezcan la creatividad, la ad-
 miración por la belleza y la bondad y sean cauce del encuentro consigo mismo, con los
 otros y para la apertura a la Trascendencia.
 Por todo esto, es un camino educativo que no puede faltar en un proyecto docente.
 Hablamos de educar la interioridad como un camino educativo hacia el centro del ser.
 Educar la interioridad es la búsqueda de lo profundo y lo esencial que da sentido al ser
 humano.
 Muchas acciones de este proceso se interrelacionan de manera muy directa con otras
 que ya venimos realizando en los centros desde otros proyectos. Así el acompañamien-
 to propuesto en el proyecto de Pastoral vocacional es una herramienta que puede po-
 sibilitar a nuestros alumnos llegar a su dimensión más profunda y encontrar lo que da
 sentido a su vida percibiendo, incluso aquello que les trasciende. Este proceso/acom-
 pañamiento, con distintos matices y objetivos, debe iniciarse desde las edades más
 tempranas y continuar durante todas las etapas. Es así mismo una herramienta que
 se puede ofrecer a aquellas personas adultas (educadores, padres y madres) que se
 sienten motivados a trabajar más intensa y personalmente el cultivo de su interioridad.
                                                 39
Educar la interioridad en un centro educativo, supone fijar los objetivos y contenidos
que guían el proceso personal de esta dimensión de los alumnos durante su proceso
formativo en las diferentes etapas y edades. Los objetivos, contenidos y metodología
que presentamos tendrán como referencia la propuesta didáctica del Proyecto “En Ti”
(Editorial Edelvives). Este proyecto cultiva la interioridad como aprendizaje de la per-
cepción existencial en la que se integra todo en todos. “En Ti” es una respuesta a la
realidad de los alumnos del siglo XXI. Es la respuesta a los nuevos retos esenciales como
el autoconstructivismo, lo sensorial, lo simbólico, el mundo emocional, lo experiencial
y lo universal.
Para fundamentar el proyecto son necesarias cuatro claves que nos permitan trabajar
con coherencia a partir de una propuesta de estructura desde la cual se desarrollan
unos contenidos y unos objetivos de la educación de la interioridad:
   Descubrir formas de escucha interior.
   Fomentar la capacidad de atender cada instante.
   Experimentar la realidad trascendente que abarca al ser humano.
   Percibir la vida desde lo más profundo.
Este proyecto tendrá que ir integrándose en los diferentes proyectos y planes pedagó-
gicos y curriculares que se estén desarrollando en los centros. Queremos que queden
integrados en los proyectos educativos de los colegios y no sean un aspecto más a tra-
bajar. Además, puede ser interesante la unificación de actividades con las propuestas
del Documento Marco de la Pastoral Provincial.
                                  40
   			      la armonización emocional (A.E.) y
   			      el crecimiento espiritual (.).
                                                                  41
       en cierto modo, las experiencias espirituales y nos permiten un contacto con ellas.
       Lo importante es no quedarse en la materialidad del símbolo y abrirnos a la realidad
       espiritual representada, y los sentidos son una puerta muy interesante y fecunda
       para acoger esta realidad29.
                                                42
   tarlas... ya que son expresión de nuestro ser y respuestas adaptativas individuales
   al mundo externo. Dar herramientas para saber expresar, compartir y valorar las
   emociones es lo básico de este contenido que queremos desarrollar. La integración
   emocional, en el trabajo de la educación de la interioridad, tendría como objetivos:
       Reconocer y describir las emociones.
       Identificar el origen de la respuesta emocional.
       Encontrar cauces de expresión de las emociones.
       Integrar las emociones propias y las de los demás (empatía).
6. 2 Objetivos
generales
A continuación se muestran la relación entre contenidos y objetivos distribuidos por etapas.
                                                  43
CONTENIDOS         OBJETIVOS              ETAPA                                DESCRIPCIÓN
              •	 Crear imaginando.         INF.   Es la etapa donde más libres somos en este aspecto.
              •	 Admirar las cosas                Es donde más se desarrolla la creatividad y en la edad en la que mejor
                 desde su profundidad.    PRIM.   se puede potenciar esta dimensión, una de las formas más naturales de
Pensamiento   •	 Sentir respeto por               expresar las vivencias interiores.
  creativo       todo lo creado.
              •	 Desarrollar diferentes   ESO     La creatividad pierde terreno a favor de lo racional y mental y es por ello
                 habilidades creativas            muy importante incidir en el desarrollo del hemisferio derecho como forma
                 personales.                      de expresión de las vivencias interiores.
                                          BACH.   Se plantean experiencias creativas desde la sensología, como forma de
                                                  trabajo de las sensaciones de la experiencia vivida.
              •	 Percibir desde los        INF.   Los niños se expresan fundamentalmente a través de símbolos e imágenes.
                 sentidos la riqueza de
                 lo simbólico.                    A través de los símbolos se pueden expresar emociones, sentimientos y
              •	 Experimentar             PRIM.   percepciones que en toda la etapa se irán enriqueciendo.
 Expresión       asombro y sorpresa
 simbólica       por lo cotidiano.
              •	 Saber expresarse         ESO     También lo simbólico puede enriquecerse en esta etapa gracias al desarrollo
                 simbólicamente                   del pensamiento intuitivo y la traslación de ideas.
                 desde la experiencia
                 personal.                BACH.   Es la edad en la que más reaparece el símbolo como forma de expresión de
              •	 Expresar                         gustos, tendencias y creencias.
                 simbólicamente
                 la diversidad en la
                 particularidad.
              •	 Conocer los mensajes      INF.   El cuerpo es la forma de conocimiento de la realidad, es el acceso al mundo
                 del cuerpo.                      exterior.
              •	 Aprender a relajarse.            El cuerpo de los niños y niñas comenzará a experimentar cambios y
              •	 Aprender a interpretar   PRIM.   transformaciones que requerirán de un camino coherente de consciencia
                 las percepciones del             de dicho cuerpo.
Conciencia       propio cuerpo.
 corporal     •	 Realizar movimientos     ESO     Comienza una etapa de grandes transformaciones corporales que debemos
                 de forma consciente.             orientar desde la interioridad. Tomar conciencia de lo que se percibe en el
                                                  cuerpo y de la información que aporta, es un ejercicio fundamental para el
                                                  enriquecimiento interior.
                                          BACH.   Se puede profundizar en la conciencia corporal como si fuera el «habla» de
                                                  la vida interior, a través de diferentes técnicas de meditación corporal.
                                                            44
               •	 Identificar y expresar    INF.    El trabajo con las emociones se centra simplemente en saber nombrarlas.
                  diferentes emociones.
               •	 Actuar con libertad               El trabajo emocional será determinante en las relaciones entre iguales y con
                  interior desde el         PRIM.   los adultos. Comienza un mundo «complicado» de sentimientos que hay
                  reconocimiento de las             que guiar y equilibrar.
Armonización      emociones.
 emocional     •	 Sentir compasión ante     ESO     Al ser una edad preadolescente y adolescente, las emociones y sentimientos
                  el sufrimiento.                   ocupan el centro vital de la persona. Saber identificarlas y equilibrarlas
               •	 Ser conscientes de las            permite al joven ser y sentirse más libre y lúcido.
                  emociones a través        BACH.   La relación entre las emociones y los sentimientos es el centro del trabajo
                  de la respiración, la             de la interioridad en esta etapa.
                  concentración y la
                  atención.
               •	 Aprender a                INF.    En estas edades se concreta en aprender a escuchar y a abrirse a lo que
                  contemplar.                       vemos y sentimos.
               •	 Explorar el sentido               El imaginario infantil se irá dejando atrás y aparecerá un nuevo escenario de
                  profundo de la vida.      PRIM.   dudas y preguntas sobre la vida, lo trascendente y las formas de encontrar
               •	 Aprender a encontrar              respuestas.
Crecimiento       el silencio interior.
 espiritual    •	 Descubrir diferentes      ESO     Se trabaja sabiendo que la educación de la interioridad quedaría en una
                  formas de acceso al ser           fase exterior si no accedemos o hacemos acceder a cada uno de los alumnos
                  espiritual.                       a un aprendizaje que les coloca en el umbral del misterio. Es en el desarrollo
                                                    espiritual donde permitimos diferentes formas de silencio interior para
                                                    descubrir el sentido profundo de lo que somos y vivimos. En la experiencia
                                                    de los adolescentes, la dimensión espiritual suele estar asociada a lo
                                                    exclusivamente religioso y es muy importante abrir esta dimensión desde
                                                    diferentes accesos y caminos bien fundados.
                                            BACH.   En estas edades se intensifica la búsqueda formal del sentido de la vida y de
                                                    las razones de la existencia, y a través de en la educación de la interioridad
                                                    se comienzan a abrir formas de respuesta. Diferentes formas de meditación
                                                    y maneras de llegar al silencio ocupan el centro en esta etapa.
 6. 3 Criterios educativos
 Unos criterios educativos determinados pueden contribuir a crear las condiciones ade-
 cuadas para educar la interioridad. Se trata de integrar en los centros unas propuestas
 para dinamizar los mecanismos interiores del alumnado. Lo principal será que el alumno
 experimente; que al alumno le “pasen cosas”. Como educadores proponemos experien-
 cias (personales y compartidas) de manera procesual. Es así, como la persona integra,
                                                         45
   relaciona, compara, busca… a través de la experiencia vivida en sus niveles: sensibles,
   racionales, sociales, existenciales o espirituales. Pero no todo lo que se experimenta se
   convierte en experiencia. Experiencia es aquella realidad de encuentro, relación y acti-
   vidad que suscita en nuestro interior sentimientos, actitudes y valores nuevos30.
   Estos puentes aseguran la conexión entre las dos dimensiones del ser humano; lo exte-
   rior y lo interior. Es el recorrido entre lo corporal y lo basado en los sentidos, pasando
   por las sensaciones y emociones, hacia el misterio, la pregunta, lo trascendente. La
   dirección del puente va desde las capas más exteriores (cuerpo, sentidos, mente) hacia
   las más profundas (interioridad, espiritualidad, trascendencia). El puente se construirá
   al tomar conciencia de lo que me pasa y siento, al poner nombre a lo que pienso, para
   poder elegir desde ahí mis conductas.
30 PÉREZ ÁLVAREZ, José Luis. “La interioridad, un paradigma emergente”. PPC p. 77.
                                               46
En estas experiencias será donde el alumno irá integrando sus vivencias y le ayudarán a
analizar su realidad, abrirse a nuevos interrogantes y plantearse su vida con más funda-
mentos. No se trata de crear, ofrecer propuestas de actividades, sin más. Se trata más
bien de sacar provecho de la cantidad de situaciones que tenemos en nuestra labor
educativa que nos pueden servir para establecer puentes que nos ayuden al crecimien-
to interior y armónico de los alumnos.
e	 Simbólicas: utilización del símbolo o del gesto para provocar otras experiencias de
   más hondura. Dicen y sugieren más de lo que son o hacen.
e Especiales: También son necesarias propuestas con más fuerza, más preparación,
                                                 47
   más específicas que permitan un trabajo centrado en la educación de la interioridad
   para momentos especiales: celebraciones, Talleres de Interioridad, convivencias, En-
   cuentros de Crecimiento...
En estas experiencias puente se pasa por diferentes momentos que completan el itine-
rario que propone el Proyecto “En Ti”: EN CALMA - EN PAZ – EN EQUILIBRIO – EN MÍ.
Este itinerario no es cronológico y no siempre se experimenta totalmente. Son más bien
momentos vitales relacionados y dependientes, desde los cuales el alumno integra lo
que pasa en su entorno y se da cuenta de qué huellas deja en su interior.
6. 4 Metodología
Ante todo, antes de iniciar una sesión de interioridad es importante crear en el aula un
clima distendido y cercano. Que el alumno se sienta querido y valorado, nunca juzgado
o evaluado. Crear un ambiente que posibilite la confianza, así como utilizar un lenguaje
apropiado para ir presentando las diversas propuestas de trabajo. De hecho el lengua-
je y la palabra nacen de la interioridad de cada uno, con la intención de expresar lo
que vivo y siento. Las palabras que usamos también son creadoras de vida interior. Es
importante cuidar el tono de la voz, el silencio, un vocabulario adecuado, la conversa-
ción... Elementos que irán ayudando a expresar y narrar las experiencias que van a ir
brotando del mundo interior.
Optamos por una metodología experiencial, que tenga presente la vida. No deseamos
que nuestro alumnado tenga una noción teórica de la interioridad o sepa definirla, de-
seamos que sea real, que la viva y pase por la experiencia; de manera que cada alumno
                                 48
   pueda integrar estas experiencias para luego poder aplicar lo vivido-sentido-aprendido
   en diversas situaciones y contextos cotidianos. Estas experiencias van a ir ayudando
   al alumnado a tomar opciones. Para ello hay que dedicar espacios y tiempos que per-
   mitan la interiorización y personalización de las propuestas de entrenamiento de la
   dimensión de la interioridad.
                                                                    49
e	 Favorecer la interiorización a partir de la experiencia. En todo momento ha-
   blamos de un camino, de un itinerario, de una metodología en clave procesual que
   favorezca una experiencia interior. En las sesiones de interioridad se tratará de crear
   condiciones para acceder a los lugares más íntimos y profundos de la persona, a
   través de los lenguajes de interioridad.
6. 5 Evaluación
La evaluación del Proyecto de Interioridad es un medio para conocer cómo se va desa-
rrollando el proceso de educación en la Interioridad y proponer alternativas para mejo-
rar o transformar los objetivos o el Proyecto. Por un lado, será necesaria la evaluación
por el Equipo de Animación de Obras de la implantación en los centros del Marco pro-
vincial, así como las funciones realizadas por el Equipo Provincial de Interioridad.
Para poder evaluar el Proyecto a nivel local será necesario integrarlo en la estructura
y en el Proyecto Educativo de cada centro. De esta manera se podrá realizar un segui-
miento y una evaluación de unos objetivos que se recogen previamente en una Progra-
mación General Anual. Es conveniente que esta evaluación, promovida por el Equipo
Local de Interioridad, se realice al finalizar el curso escolar (aunque puede ser intere-
sante realizar una evaluación intermedia); y se haga desde diversas instancias: alumnos
y familias, el claustro de profesores, los equipos y grupos involucrados, el Equipo Direc-
                                  50
tivo y el Equipo de Pastoral. A través de esta evaluación se recogerán las propuestas de
mejoras que serán tenidas en cuenta en los objetivos del curso siguiente. Además hay
que abrir vías de comunicación entre etapas y cursos para que el proceso tenga sentido
y unidad a través de un eje común compartido por todos.
El proyecto está pensado para ser incluido en las programaciones de todas las áreas y
materias. Por ello, en la revisión de dichas programaciones también se tendrá en cuenta
la evaluación del proyecto, así como las dificultades y propuestas de mejora. Al inicio
del curso escolar, se planificará qué actividades concretas se realizarán en cada área, y
dichas actividades serán incluidas en la programación. Se evaluarán las actividades rea-
lizadas, los recursos, el ambiente, el proceso de desarrollo de las actividades, la implica-
ción, las dificultades que se han encontrado para poder resolverlas o para potenciar el
logro de los objetivos. Los medios que se utilizarán para dicha evaluación pueden ser: la
observación, encuestas, entrevista personal, valoración grupal...
Las actividades que se realicen conjuntamente con otros equipos (Equipo de Orienta-
ción, Pastoral Vocacional, Pastoral Juvenil, Equipo de Pastoral, ERE…) serán evaluadas
de manera independiente por cada uno de los equipos. Todas las actividades de interio-
ridad que se encuentren en relación con la apertura a la trascendencia, es conveniente
que sean planificadas y evaluadas por el Equipo de Pastoral del centro.
                                                  51
7.	                              HERRAMIENTAS Y TÉCNICAS
                              PARA EDUCAR LA INTERIORIDAD
 Educar en la interioridad lleva consigo una metodología activa donde las personas viven
 experiencias que les llevan a conectar con lo más profundo de sí y de los otros, así como
 del Misterio. Se tratará de experiencias que afecten al ámbito corporal, psicológico y
 trascendente.
 Para ello podemos utilizar diferentes técnicas y herramientas que nos ayuden a que las
 personas sientan que su interior emerge y puedan elaborar y comprender aquello que
 proviene de esa dimensión interior
 Proponemos cinco niveles para trabajar los contenidos: la adquisición de estas habilida-
 des será la clave para que la persona desarrolle la dimensión espiritual introduciendo
 esas prácticas en su vida cotidiana haciéndolas formar parte de su rutina diaria.
                                  52
POTENCIACIÓN DE    e	 Técnicas que favorecen la expresión de la vivencia interior a
  LA CREATIVIDAD      través del lenguaje no-verbal (expresión corporal, símbolos,
                      arte…)
                                            53
   -	 Relajación activa.
   -	 Relajación pasiva.
   -	 Relajación creativa y emocional.
e	 LA RESPIRACIÓN: función orgánica y al mismo tiempo un
   recurso psicofísico del cual es necesario tomar conciencia.
   Resume el ciclo vital orgánico en relación al entorno. Con
   esta herramienta, producimos un bienestar corporal y sen-
   saciones positivas. La respiración nos ayuda a relajarnos,
   mejora la percepción corporal, nos armoniza y nos hace es-
   tar más presentes.
e	 LA DANZA CONTEMPLATIVA: la danza es una forma de ex-
   presión para manifestar la experiencia espiritual, expresar
   emociones y vivencias. Es una estrategia para la coordina-
   ción corporal, para ampliar vínculos de relación e integra-
   ción con los demás.
		 La danza nos permite:
   -	 A través del ritmo, estar presentes. Escuchar una música,
      adaptar nuestros movimientos a un ritmo externo supo-
      ne tomar conciencia de lo que hacemos llegando a mol-
      dear nuestro interior.
   -	 A través de movimientos suaves y lentos, cuerpo y mente
      entran en un estado de relajación.
   -	 A través del movimiento orante se crea en la persona una
      actitud de escucha, de apertura, de humildad.
e	 LOS JUEGOS: son un medio para crear buen ambiente, para
   conocernos y relacionarnos mejor de forma natural y ame-
   na.
          54
    ARMONIZACIÓN   e	 EL SILENCIO: en el ámbito de la Educación de la Interioridad
       EMOCIONAL      el silencio es tanto un “lugar de llegada” como un “lugar de
                      partida”. Al silencio llegamos a través de técnicas concretas
                      que nos enseñan a situarnos en el presente desde la calma
                      física, mental y emocional. Ese silencio al que “se va llegan-
                      do”, nos acerca a la experiencia del silencio como “lugar” a
                      partir del cual se amplía nuestro campo de percepción de la
                      realidad exterior e interior.
                   e	 VISUALIZACIÓN: momentos en los que de manera cons-
                      ciente dejamos emerger imágenes de nuestro interior que
                      llevan en sí una información importantísima sobre nosotros
                      mismos y sobre nuestra percepción de las cosas. A través de
                      los ejercicios de visualización podemos aprender a encauzar
                      la potencia de la imaginación haciéndola nuestra aliada en el
                      proceso de crecimiento.
                                            55
       cia de Dios sin pensamientos. En palabras de Willigis Jager:
       La contemplación únicamente es posible cuando queden
       calladas la razón, la memoria y la voluntad. Contemplación
       es un “puro mirar”; algo le va sucediendo al orante. Se trata
       de despertar el verdadero ser divino.
   e	 EXPERIENCIAS DE TRASCENDENCIA: “El ser humano, al
      margen de su condición o no de creyente, vive experiencias
      que le sitúan en un lugar interior diferente al psicológico.
      Se trata de experiencias que nos trascienden, que nos dejan
      sin palabras. El enamoramiento, la pérdida inesperada de un
      ser querido, una enfermedad… pueden ser experiencias que
      nos ponen en contacto con zonas interiores de mayor hon-
      dura. Es en esta dimensión donde, obviamente, se dan las
      condiciones de posibilidad para la experiencia del Trascen-
      dente.”32
32 ANDRÉS, Elena. “La educación de la interioridad”. Ed. CCS, Recursos de pastoral. Madrid
2009.	
                 56
8.	                          IMPLANTACIÓN EN LOS CENTROS
 Conviene recordar que no todos los centros viven la misma realidad ni el mismo con-
 texto, además no todos tenemos la misma estructura ni las mismas posibilidades a la
 hora de poder implantar este plan de interioridad. Por eso lo primero y más importante
 será conocer nuestro punto de partida para intentar ser lo más realistas posibles a la
 hora de llevarlo a cabo y poder definir de manera acertada el itinerario más adecuado
 para nuestro centro.
 Es un proyecto que está germinando y que entre todos hemos de ayudar a crecer. A
 partir de personas, de experiencias, de errores, de preguntas, de dudas, de alegrías, de
 procesos, de miedos... iremos integrando y redescubriendo esta dimensión en la vida
 de los colegios. Se trata de explicitar la interioridad en los contextos educativos y de
 defenderla y hacerla crecer ante la gran presión del mundo exterior, de los ruidos, del
 consumismo…
                                                 57
Es el Equipo Directivo el que debe liderar el plan de interioridad. Lo lidera porque es
una expresión concreta de nuestro proyecto educativo. Se trata de un dinamismo y
unas claves que concretan ciertos elementos en los que se visualiza la acción educativa.
Una de las primeras tareas del Equipo Directivo es conseguir que, todos los que colabo-
ran en la educación de nuestros alumnos, profesores, personal docente y no docente,
y las familias, se sientan parte fundamental de este proyecto. Podrá contar con la cola-
boración del departamento de orientación que es el responsable del proceso tutorial y
con las personas que han recibido la formación de dos semanas.
                                              58
8.2 Propuestas para trabajar con el claustro
  Año PREVIO a la implementación del proyecto de educación de la Interioridad:
  -  	 Aceptación de un Plan.
  - 	 Adecuación a la realidad del centro y elaboración del Plan Local de interioridad.
      Planteamiento de necesidades y recursos.
  -  	 Curso de dos semanas para los Responsables.
  -  	 Formación del claustro: tres sesiones de dos horas (mínimo) por trimestre.
  -  	 Aplicación “ad experimentum” en algunas aulas.
  -  	 Comenzar por las que consideramos más difíciles.
  FORMACIÓN
  - 	 Tres o dos sesiones trimestrales a los claustros para conocer y aplicar la pedago-
      gía que sustenta este proyecto.
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      -	 Los responsables de esta formación podrán ser los que han recibido la forma-
         ción de dos semanas.
      -	 Se facilitaría un programa de formación para realizar en cada centro con las
         siguientes características:
         - 	 Es común para todos los centros.
         - 	 Fácilmente adaptable a la realidad de cada centro.
         - 	 Sencillo de aplicar.
         - 	 Con una pedagogía que facilite la participación del claustro.
         - 	 Tiene que ser una experiencia positiva y que ayude a quitar miedos o in-
             certidumbres.
   - 	 Equipos directivos: Una jornada de seis horas que les dé pistas para entender el
       plan y puedan ser el motor en los centros para el desarrollo del mismo.
El Equipo Directivo al comienzo de curso, en las reuniones con padres, presenta el pro-
yecto de educación de la interioridad, con la colaboración de los Responsables del plan
y solicita la colaboración de las familias para llevarlo a cabo.
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 A través de la página WEB del Centro se ofertarán:
     -  	 Documentos de tipo teórico: en qué consiste la interioridad, su importancia, for-
          ma de trabajar, breve bibliografía...
     -  	 Ejercicios prácticos de relajación, expresión artística, juegos, respiración... para
          realizar sólo los padres o personas adultas, o con los hijos.
 El Equipo Directivo hará una convocatoria a padres y madres para ofertar un curso de
 formación sobre la educación de la interioridad a lo largo del año escolar.
 Los responsables del curso serán los padres y madres que se han formado durante el
 2016-2017 y un profesor del centro.
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