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Tratados de Nimega

1) El documento describe el surgimiento de la colonia francesa de Saint-Domingue en la isla de La Española, actualmente compartida por Haití y República Dominicana. 2) Se mencionan varios tratados fronterizos entre Francia y España que definieron los límites territoriales en la isla, incluyendo los tratados de Aranjuez de 1777 y de Basilea de 1795. 3) El documento proporciona contexto histórico sobre el poblamiento y control inicial de la isla por parte de los pueblos a

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Tratados de Nimega

1) El documento describe el surgimiento de la colonia francesa de Saint-Domingue en la isla de La Española, actualmente compartida por Haití y República Dominicana. 2) Se mencionan varios tratados fronterizos entre Francia y España que definieron los límites territoriales en la isla, incluyendo los tratados de Aranjuez de 1777 y de Basilea de 1795. 3) El documento proporciona contexto histórico sobre el poblamiento y control inicial de la isla por parte de los pueblos a

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4.

2-Surgimiento de Saint Domingue


Saint-Domingue, también conocida como Santo Domingo francés, es el
nombre por el que fue conocida la colonia establecida por Francia en la isla
de La Española y que por un periodo de tiempo abarcó todo el territorio
insular, es decir, los países contemporáneos de Haití y República
Dominicana.
Haití es el nombre empleado por algunos de los pueblos amerindios para
referirse a las tierras donde vivían, que los españoles tomaron por el nombre
nativo de la isla y con que se conoció originalmente al actual territorio de
Haití.1
El nombre de Haití fue empleado para la colonia del Reino de Francia desde
1659 por sus habitantes y por los españoles desde 1697 en que fuera
reconocida por España. Desde 1795, en que por tratado se anexionaban los
dos tercios orientales que constituían el resto de la isla, los franceses
llamaron a la colonia Saint-Domingue, la traducción al francés del nombre
español Santo Domingo en el tratado. Al declarar su independencia el 1 de
enero de 1804, el nombre fue cambiado a Haití por Jean Jacques Dessalines,
quien fuera el primer gobernante de Haití, al conquistar toda la isla y expulsar
al gobierno francés. En realidad, el gobernador francés quedó acantonado en
la ciudad de Santo Domingo, hasta que la población se sublevó tras la batalla
de Palo Hincado organizada por los terratenientes.
Estos hechos se produjeron poco después de la Revolución francesa en la
metrópoli, y Toussaint-Louverture y después Dessalines y sus colaboradores
tomaron diversas medidas, que en un principio fueron leales al gobierno
francés, conquistando toda la isla para Francia, pero luego se proclamaron
independientes y realizaron diversos actos revolucionarios, como quitar el
blanco de la bandera francesa, como muestra de repudio a dicha dominación.
Cristóbal Colón había reclamado toda la isla «española» (también conocida
como isla de Santo Domingo o San Domingo), controlándola las autoridades
españolas desde finales del siglo XV hasta el XVII.
La isla La Española de las Antillas Mayores fue descubierta por Cristóbal
Colón el 5 de diciembre de 1492, quien la llamó así. Los pueblos amerindios
arawak, caribes y taínos ocupaban la isla desde antes de la llegada de los
españoles.
Estos pueblos se fueron mezclando con los recién llegados y al presente al
menos un 15% de la población de la isla tiene en su genoma antepasados
amerindios, fenómeno que se reproduce en las otras islas de las Grandes
Antillas. Jamaica, por ejemplo, tiene también un alto porcentaje de población
afro amerindia.

Los taínos y los caribes, los grupos amerindios más comunes en la isla y
mestizados entre sí, eran muy hábiles en agricultura, caza y pesca.
Fabricaban trampas para animales, tallaban piedra y madera, amasaban el
caucho, hacían cerámica y tejidos con palma o algodón; usaban el fuego y la
sal para conservar alimentos; hacían canoas de diferentes tamaños
(normalmente para 15-20 remeros, pero de 2 a 150 guerreros) que empleaban
para la guerra y atacar y huir de isla en isla. Cazaban y guerreaban con
flechas frecuentemente envenenadas. Los indios caribes fueron capaces
incluso de expulsar a los españoles de muchas tierras del mar Caribe, como,
por ejemplo, de la cercana isla de Santa Cruz. A la llegada de los españoles
estos grupos amerindios se mestizaron con ellos rápidamente, lo cual volvió
a ocurrir con la llegada de los marineros de otras nacionalidades y los negros.

4.3-Tratados Fronterizos:
Tratados de Nimega
El Tratado de Nimega se firmó el 20 de agosto de 1678 en Nimega (actuales
Países Bajos) entre las Provincias Unidas de los Países Bajos y el Reino de
Francia y puso fin a la guerra con Holanda.
La firma de la paz entre Francia y España (pintura de Henri Gascard).
La invasión de Holanda por Luis XIV había provocado la formación de una
gran coalición encabezada por Guillermo III de Orange (estatúder de las
Provincias Unidas desde 1672) y apoyada por España, el Imperio,
Brandeburgo, el Palatinado y Lorena (1673), que se mostró incapaz de
mantener el empuje de las armas francesas hasta que Inglaterra se vio
obligada, por la opinión pública inglesa, a abandonar a Francia en sus planes
de expansión. Así, Inglaterra firmaba una paz por separado con las
Provincias Unidas.
Dado el cese de apoyo a Francia por Inglaterra, la coalición contra Luis XIV
pudo combatirlo eficientemente hasta obligarlo a iniciar negociaciones de
paz. En virtud de las mismas, se firmaron los Tratados de Nimega en los que
Luis XIV devolvió a España Courtrai, Oudenaarde, Gante, Charleroi y el
ducado de Limburgo; España cedió a Francia el Franco Condado y diversas
plazas de los Países Bajos españoles (Cassel, Bailleul, Ypres, Wervik,
Warneton, Cambrai, Bouchain, Condé-sur-l'Escaut, Bavay y Valenciennes);
Holanda recuperó Maastricht y obtuvo ventajas financieras y comerciales; el
Imperio cedió Breisach y Friburgo a cambio de Philippsburg.
La representación española en las conversaciones estuvo integrada por Pablo
Spínola Doria, consejero de Estado de Nimega y embajador en Alemania;
Pedro Ronquillo Briceño, consejero de Castilla e Indias y embajador en
Inglaterra; Juan Bautista Christien, consejero de Flandes; y Gaspar de Teves
y Tello, consejero de Guerra.
Esta paz perjudicó especialmente a los intereses españoles y a la causa del
medio hermano y primer ministro de Carlos II, Juan José de Austria.
Tratado de Ryswick
El Tratado de Ryswick es el tratado de paz que da fin a la Guerra de los
Nueve Años que vio enfrentadas a Francia contra España, Inglaterra, las
Provincias Unidas de los Países Bajos y el Sacro Imperio Romano. Este
tratado, firmado en la ciudad de Ryswick en la provincia de Holanda, fue
firmado en dos partes. La primera el 20 de septiembre de 1697 entre Francia,
España, Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos; y la segunda
parte el 30 de octubre de 1697 entre Francia y el Sacro Imperio Romano
Germánico.
Las negociaciones de paz comenzaron en mayo de 1697. Los representantes
franceses tenían su jefatura en La Haya y los aliados en Delft. La conferencia
tuvo lugar en medio de ambas ciudades, en el Huis Ter Nieuwburg de
Ryswick.
Durante las primeras semanas no se alcanzó ningún resultado, por lo que en
junio los dos protagonistas en la lucha, Guillermo III de Inglaterra y Luis
XIV de Francia, designaron un representante para reunirse en privado.
Los dos elegidos fueron Juan Guillermo Bentinck, conde de Portland, y el
mariscal Boufflers, quienes pronto elaboraron los términos de un acuerdo, el
cual, sin embargo, no aceptaron ni el emperador Leopoldo I ni Carlos II de
España. Más tarde, España cedió y el 20 de septiembre el tratado de paz fue
firmado entre Francia y las tres potencias, Inglaterra, España y las Provincias
Unidas. Guillermo III entonces persuadió a Leopoldo I a hacer las paces, y
se firmó un segundo tratado entre Francia y el Sacro Imperio Romano
Germánico el 30 de octubre siguiente.

La base de la paz era que se debían devolver todas las ciudades y distritos
conquistados desde la paz de Nimega (1678). Entonces, Francia entregó
Friburgo, Breisach y Philippsburg al Sacro Imperio Romano Germánico,
aunque conservó Estrasburgo.

Por otra parte, Francia adquirió Pondicherry —después de pagar a las


Provincias Unidas la suma de 16 000 monedas de oro llamadas "pagodas"—
y Nueva Escocia, mientras que España recuperó la Cataluña invadida por los
borbones franceses —algo importante de cara a la repercusión que tuvo en
la Guerra de Sucesión Española— y las fortalezas de Mons, Luxemburgo y
Courtrai.

El ducado de Lorena, que por muchos años había estado en manos de


Francia, fue restituido a Leopoldo José, hijo de Carlos V, duque de Lorena.
Las Provincias Unidas conservarían algunas de las principales fortalezas en
los Países Bajos Españoles (Bélgica), incluyendo Namur e Ypres.

Luis XIV aceptó reconocer a Guillermo III como rey de Inglaterra y prometió
no dar ninguna otra ayuda a Jacobo II, renunciando a la vez a su injerencia
en el arzobispado de Colonia y a la reclamación sobre parte del Palatinado
Renano.
Tratado de Aranjuez
El tratado de Aranjuez de 1777 firmado entre España y Francia estableció
las fronteras entre los territorios español y francés en la isla La Española, en
el mar Caribe.
Francia intentó tomar ventaja del Tratado de Paz de Ryswick de 1697, pues
éste indicaba que todos los territorios volverían a sus respectivos dueños
antes del conflicto que precedió al tratado, pero es importante recalcar que,
si bien los franceses ya habitaban en la zona occidental de la isla de La
Española (lo que actualmente es Haití, dejando a los españoles la oriental,
actual República Dominicana), la presencia de los franceses en esa zona era
ilegal, por lo que la estancia de los mismos en esa región era más propia de
relaciones de tolerancia por parte de los españoles que de un tratado de paz.1
Durante todo el siglo XVIII España y Francia mantuvieron unas relaciones
cordiales, basadas sobre todo en la relación de parentesco de los monarcas
de ambos países, todos ellos pertenecientes a la Casa de Borbón.

En 1773 el capitán general de la parte española de la isla, José Solano, y el


gobernador de la parte francesa, marqués de Valière, firmaron un acuerdo
provisional en el que se definían los límites entre los territorios de ambos
países en la isla. En 1776 José Solano y el conde de Ennery ratificarían este
acuerdo con la ayuda de una comisión de topógrafos que señalarían
físicamente los límites establecidos, auxiliados por la creación de un
conjunto de pirámides que servían como indicadores, usando el Río Dajabón
en el Norte como inicio y la región de la actual Pedernales en el Sur como
fin de la delineación de la frontera.
Tratado de Basilea
El Tratado de Basilea entre la República Francesa y la Monarquía de Carlos
IV de España, firmado el 22 de julio de 1795 en la localidad suiza de Basilea,
puso fin a la Guerra de la Convención entre los dos países que se había
iniciado en 1793 y que había resultado un desastre para la monarquía
española, pues las provincias vascongadas y el norte de Cataluña acabaron
ocupadas por las tropas francesas. Este tratado se firmó después de la paz
entre Francia y Rusia acordada en abril de ese mismo año.
La aparición de sentimientos "catalanista" y "vasquista" en las "provincias"
donde se estaba combatiendo, junto con el desastre militar y la lastimosa
situación en la que quedó la Hacienda real —los gastos de la guerra habían
provocado un grave déficit— obligaron a Manuel Godoy a iniciar
negociaciones de paz. Del lado francés también había cansancio por la
guerra, y la caída de Robespierre en julio de 1794 y la llegada al poder de los
republicanos moderados o thermidorianos abrió una nueva etapa en la
República. Tras unos primeros contactos infructuosos, las negociaciones
tuvieron lugar en Basilea, donde residía François Barthélemy, representante
de la República francesa ante la Confederación Helvética, a donde acudió
Domingo de Iriarte, embajador de la Monarquía de Carlos IV en la corte de
Varsovia, quien conocía a Barthélemy desde su estancia en la embajada de
París en 1791, amistad que facilitó mucho llegar a un acuerdo —que también
se vio favorecido por la muerte en prisión del Delfín Luis XVII el 8 de junio
de 1795, ya que Carlos IV exigía su liberación como condición para lograr
la paz—. Así los dos plenipotenciarios firmaron finalmente el 22 de julio de
1795 el Tratado de Basilea que puso fin a la Guerra de la Convención.

En virtud del mismo, España logró la devolución de todo el territorio


ocupado por los franceses al sur de los Pirineos, pero tuvo que ceder a
Francia, a cambio, su parte de La Española en el mar Caribe, aunque
conservó la Luisiana, también reclamada por los franceses. Esta parte del
tratado no se pudo llevar a cabo, debido a la Revolución haitiana,
manteniendo España está posesión (actual República Dominicana), hasta la
invasión desde Haití por Toussaint Louverture en enero de 1801.

4.4-Diferencia política entre santo domingo y saint


domingue
Durante un siglo y medio (1656-1804) la isla de Santo Domingo estuvo
dividida en dos colonias, una española y otra francesa, ambas bastante
diferentes. A medida que avanzó el siglo XVIII, Saint-Domingue y Santo
Domingo acentuaron sus diferencias económicas y demográficas.
En sus territorios los franceses desarrollaron una economía de plantaciones
sustentada en la importación masiva de esclavos africanos.
En la parte española, en cambio, la economía continuó dependiendo de la
crianza de ganado que se exportaba en grandes cantidades a la parte francesa,
siempre muy necesitada de carne para alimentar sus masas trabajadoras.
La gran rebelión de los esclavos conocida como la Revolución Haitiana
arruinó el sistema de plantaciones de la parte francesa y desarticuló el
sistema político en ambas colonias.

Una larga guerra racial, social e internacional cambió por completo las
relaciones entre ambos territorios. Esa guerra fue también una extensión de
las guerras europeas desatadas por la Revolución Francesa, entre ellas las
llamadas guerras napoleónicas, en Europa.

Durante casi veinte años (1791-1809) Saint-Domingue y Santo Domingo


conocieron violentas rebeliones antiesclavistas, invasiones de ejércitos
extranjeros, bloqueos navales, epidemias de malaria y fiebre amarilla, y
cambiaron de man-do metropolitano varias veces.

Después de trece años de luchas sangrientas que redujeron la población de


origen africano en más de cien mil personas y produjeron la muerte de más
de cincuenta mil soldados franceses y varios miles de militares británicos,
Saint-Domingue quedó bajo el dominio de los antiguos esclavos y fue
transformado en el Estado independiente de Haití el 1 de enero de 1881.

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