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Ayuno y Sacramentales Cristianos

El documento describe el ayuno y los sacramentales en el ministerio de sanación y liberación. Explica que el ayuno abre el cuerpo a la presencia de Dios y nos da dominio sobre nuestras pasiones. También describe los diferentes tipos de sacramentales como bendiciones, exorcismos y su fundamento en la institución de Jesucristo. Finalmente, distingue entre sacramentos y sacramentales, explicando que los sacramentos confieren gracia directamente mientras que los sacramentales preparan para recibir la gracia a través de

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Ayuno y Sacramentales Cristianos

El documento describe el ayuno y los sacramentales en el ministerio de sanación y liberación. Explica que el ayuno abre el cuerpo a la presencia de Dios y nos da dominio sobre nuestras pasiones. También describe los diferentes tipos de sacramentales como bendiciones, exorcismos y su fundamento en la institución de Jesucristo. Finalmente, distingue entre sacramentos y sacramentales, explicando que los sacramentos confieren gracia directamente mientras que los sacramentales preparan para recibir la gracia a través de

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

AYUNO
SACRAMENTOS - SACRAMENTALES
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

EL AYUNO.

Una de las prácticas cristianas más importantes para todo el pueblo de Dios
es el Ayuno, sin embargo, podemos decir que en los últimos tiempos su valor
se ha perdido. Y es que el tema del ayuno también se ha contaminado con la
idea de privarnos de aquello que en realidad sería el producto del ayuno... por
ejemplo la televisión, el cigarro, etc. Se busca con el ayuno erradicar CON
NUESTRAS FUERZAS lo que sólo la Gracia de Dios puede hacer.

No debemos olvidar que lo que realiza la liberación de un hermano, no es el


gritar o hacer tal o cual cosa sino, ante todo, el estado de santidad de quienes
oran, ya que quien realiza la liberación es el Espíritu Santo obrando con poder
en nosotros.

El ayuno debemos de entenderlo cabalmente como privar de alimento nuestro


cuerpo, ya que esto, misteriosamente, nos abre a la Presencia de Dios y algo
incomprensible ocurre en nosotros.

Nos abre a una luz especial que permite discernir con mayor claridad las luces
de Dios... es algo misterioso que no puedo ni siquiera explicar, sólo sé que así
es.

Por otro lado, nos da DOMINIO SOBRE NOSTROS MISMOS, al irnos haciendo
dominadores de nuestras propias pasiones. Ya San Pablo decía que el
cristiano tiene crucificadas sus pasiones (Gal 5,23) y que para dominarlas
“golpea su cuerpo y lo somete a disciplina (1Cor 9,27).

Esta es una de las razones del por qué, una vez terminado el martirio cruento,
los hombres de Dios, que serán los padres del desierto a quien acudirá la
Iglesia para el consejo espiritual, así como para la lucha contra el demonio,
”crucificaban su carne” por medio del ayuno. En ellos se abría un desierto
interior ante el cual retrocedían tanto la civilización como los demonios, se
abría un espacio vacío para la fe, la bienaventuranza y el milagro.
Este ejercicio, como a Jesús, les permitía vencer las tentaciones y con ello
superar la servicia del demonio... (Mt 4,1-11) lo cual los constituía en
campeones en esta lid, para beneficio de sus hermanos.

Pbro. Ernesto María Caro.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

SACRAMENTALES.

Los sacramentales son una continuación del poder y la fuerza del señor
Jesucristo, a través de la imposición de las manos se transmite la fuerza y el
poder del Espíritu Santo; al bendecir el sacerdote estos elementos (los más
frecuentes son sal, aceite y agua), toman poder y fuerza divinos, siendo el
mismo Dios a través de las manos del sacerdote transmitiendo poderes
celestiales. En todo exorcismo o liberación se aconseja utilizar los
sacramentales, en realidad todo puede ser convertido en sacramental, es
decir, ser bendito.
Sacramentales: su fundamento.
Jesucristo instituyó la Iglesia para conferirnos la gracia necesaria para
nuestra salvación y santificación. Los principales canales de gracia son la
Santa Misa, los sacramentos y la oración.
Los sacramentales son “signos sagrados con los que, imitando de alguna
manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales,
obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen
a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas
circunstancias de la vida” -Catecismo #1667; Cf. Ley Canónica (Canon 1166).
Los sacramentales santifican una gran variedad de momentos en la vida de
las familias, personas y comunidades. Se pueden celebrar cada vez que haya
necesidad de la oración de la Iglesia y la bendición de Dios.
Diversas formas de sacramentales:
Catecismo
#1671. Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de
personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza
de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son
bendecidos por Dios Padre “con toda clase de bendiciones espirituales” (Ef.
1:3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y
haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.
#1672. Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es
consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares.
Entre las que están destinadas a personas -que no se han de confundir con

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

la ordenación sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de


un monasterio, la consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y
las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos,
catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede
señalar la dedicación o bendición de una Iglesia o de un altar, la bendición
de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas,
etc.
#1673. Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de
Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas
del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo
practicó (Cf. Mc.1,25s), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar.
(Cf. Mc. 3,15; 6,7,13; 16,17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la
celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado
por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso
proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas
por la Iglesia.
El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio
demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su
Iglesia.
Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo
cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse,
antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno
y no de una enfermedad. (Cf. CIC can. 1172).
Entre los sacramentales hay una gran variedad de oraciones. Los
sacramentales aparecen en el catecismo bajo “Otras Celebraciones
Litúrgicas”: incluyen funerales, exorcismos, bendiciones de personas,
consagración y bendición de objetos. También la religiosidad popular:
“veneración de reliquias, visita a santuarios, peregrinaciones, procesiones, el
vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc.” (Catecismo
1674).
Otros sacramentales son la señal de la cruz, el escapulario y las velas.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

Diferencia entre sacramentos y sacramentales:

Institución.
Los sacramentos: instituidos por Cristo para otorgar gracia. Los
sacramentales: instituidos por la Iglesia con la autoridad investida a ella por
Cristo para cumplir su misión.
Forma en que la gracia se recibe.
Los sacramentos confieren la gracia ex opere operato (por la misma acción
del sacramento). Un sacramento no puede dejar de comunicar la gracia
prometida por Cristo siempre que se administre válidamente. El sacramento
confiere gracia mientras la persona que lo recibe no ponga un obstáculo en
el camino. La gracia del sacramento no depende de los méritos ni la
santidad del ministro.
Los sacramentales comunican la gracia ex opere operantis ecclesiae.
Literalmente del latín: “por la acción de la Iglesia que obra”. Los
sacramentales reciben su eficacia de los méritos de la persona que reza y de
los méritos y oraciones de la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.
Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de
los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y
disponen a cooperar con ella. “La liturgia de los sacramentos y de los
sacramentales hace que, en los fieles bien dispuestos, casi todos los
acontecimientos de la vida sean santificados por la gracia divina que emana
del misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, de quien
reciben su poder todos los sacramentos y sacramentales, y que todo uso
honesto de las cosas materiales pueda estar ordenado a la santificación del
hombre y a la alabanza de Dios” (SC 61). -Catecismo #1670.
Características de los sacramentales
Catecismo
#1668. Los sacramentales “han sido instituidos por la Iglesia en orden a la
santificación de ciertos ministerios eclesiales, de ciertos estados de vida, de
circunstancias muy variadas de la vida cristiana, así como del uso de cosas
útiles al hombre. Según las decisiones pastorales de los obispos pueden
también responder a las necesidades, a la cultura, y a la historia propia del

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

pueblo cristiano de una región o de una época. Comprenden siempre una


oración, con frecuencia acompañada de un signo determinado, como la
imposición de la mano, la señal de la cruz, la aspersión con agua bendita
(que recuerda el Bautismo)”.
Los laicos pueden suministrar algunos sacramentales según las provisiones
en los libros litúrgicos. Ejemplos: padres bendicen a sus hijos.
#1669. Los sacramentales proceden del sacerdocio bautismal: todo
bautizado es llamado a ser una “bendición” (Cf.Gn.12,2) y a bendecir. (Cf.Lc.
6,28; Rm.12,14; 1P.3,9), Por eso los laicos pueden presidir ciertas
bendiciones;(Cf.SC.79; CIC can.1168); la presidencia de una bendición se
reserva al ministerio ordenado (Obispos, presbíteros o diáconos
Cf.Ben.16;18), en la medida en que dicha bendición afecte más a la vida
eclesial y sacramental.
Bendición.
Etim. Anglo-sajona bletsian, el consagrar por sangre.
La bendición ocurre con frecuencia en la Biblia. Significa alabar a Dios;
desear el bien a una persona; dedicar una persona o cosa al servicio de
Dios. En la liturgia, la bendición es un ritual por el cual un ministro ordenado
santifica a personas o cosas para el servicio divino o invoca el favor divino.
* Como sinónimo de alabar. Cf. Salmo 33, 1
* Expresa el deseo de bienestar espiritual. Cf. Salmo 127, 2
* La santificación o dedicación de persona o cosa. Cf. Mat 26, 26.
El Génesis narra que Dios, al completar cada día de la creación, la bendijo
(Cf.Gen.1-2). Cuando Noé salió del Arca, recibió la bendición de Dios (Cf.
Gen.9,1). En el tiempo de los patriarcas, la cabeza de cada tribu y familia
bendecía. Dios ordenaba a los sacerdotes a bendecir al pueblo (Num. 6, 23-
26). Jesucristo y los Apóstoles bendecían, por lo que la práctica pasó a la
Iglesia como el mayor de los sacramentales.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

Catecismo de la Iglesia Católica


#1671. Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de
personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza
de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son
bendecidos por Dios Padre “con toda clase de bendiciones espirituales” (Ef.
1,3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y
haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.
#1672. Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es
consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares.
Entre las que están destinadas a personas -que no se han de confundir con
la ordenación sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de
un monasterio, la consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y
las Monseñor Andrés Tirado Pérez 64 bendiciones para ciertos ministerios
de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que
se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una
Iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y
ornamentos sagrados, de las campanas, etc.
El Ritual Romano contiene bendiciones para diversas ocasiones y cosas. Hay
diferentes tipos de bendiciones. Se pueden bendecir, por ejemplo, los
alimentos. Esta bendición atrae la benevolencia de Dios, pero no imparte al
objeto un carácter sagrado como sería el caso en la bendición de un cáliz el
cual queda reservado irreversiblemente para el uso sagrado en la Santa
Misa.
Las bendiciones no son sacramentos; no son instituidas por Cristo; no
confieren gracia santificante; no producen su efecto en virtud del rito mismo
ex opere operanto. Son sacramentales.
Ex opere operato
Latín; literalmente: “del trabajo que se realiza”. Se refiere a la manera en
que la gracia es conferida por la valida administración y digna recepción de
un sacramento. El término fue definido en el Concilio de Trento en 1547.
El término ex opere operato comprende varios conceptos. (Basado en que
los sacramentos son signos externos, instituidos por Jesucristo para
comunicar la gracia):
1. En los sacramentos, es Cristo quien siempre actúa por medio de la Iglesia.
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

2. Los sacramentos no son magia. Son más bien el poder activo de Cristo y
del Espíritu Santo obrando en la Iglesia. Gracia es conferida en los
sacramentos, por lo que se perciben frutos y beneficios.
3. Siendo Cristo el agente principal de los sacramentos, un sacramento no
puede dejar de comunicar la gracia prometida por Cristo siempre que se
administre válidamente.
4. El sacramento no es sólo una “señal” de que la gracia ha sido conferida;
más bien, la misma administración del rito sacramental confiere la gracia.
5. El sacramento no es sólo un despertar de la gracia que ya está en la
persona, ni es una mera preparación para recibir gracia; más bien el
sacramento confiere gracia.
6. La comunicación de la gracia no depende de la santidad ni de los méritos
del ministro. La gracia es conferida en el sacramento que se celebra con
validez, aunque el sacerdote esté en pecado mortal.
7. Quien recibe el sacramento recibe las gracias del mismo mientras no
ponga obstáculos a ellas (cf. CIC 1128). Cuanto más dispuesto, mas frutos
producirán las gracias.
8. Los ritos o rituales de la Iglesia deben ser acatados como ella exige.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

Los sacramentos, fueron instituidos por Cristo y son siete, a saber, Bautismo,
Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden
sacerdotal y Matrimonio. Mientras que los sacramentales fueron instituidos
por la Iglesia para preparar a los fieles a la recepción de los sacramentos.
Como podemos apreciar los sacramentos son la meta y los sacramentales
una ayuda para recibir de manera adecuada los sacramentos.

La Iglesia instituye los sacramentales para la santificación de ciertos


ministerios eclesiales, de ciertos estados de vida, de circunstancias muy
variadas de la vida cristiana, así como del uso de cosas útiles al hombre.
Porque la Palara nos llama a ser bendición en medio del mundo.

No devuelvan mal por mal, ni insulto por insulto; por el contrario, bendigan
pues han sido llamados a heredar la bendición. (1Pedro 3, 9)

Los sacramentales contribuyen a que los fieles, con buenas


disposiciones, hagan que los acontecimientos de la vida sean santificados
por la gracia divina. Porque el uso honesto de las cosas materiales en
comunión con Dios contribuye a la santificación de los seres humanos y a la
alabanza de Dios. En ese sentido los sacramentales contribuyen a que cada
cristiano sea una bendición en medio del mundo.

Algunos ejemplos de los sacramentales son: la señal de la cruz, las


bendiciones, el agua bendita, las velas benditas, las palmas benditas, la
ceniza bendita, además de las cruces, medallas, imágenes, camándulas,
anillos y otros objetos que hayan sido bendecido por un ministro ordenado.

La Iglesia recibe de Cristo la potestad de administrar el tesoro de la gracia de


Cristo.

Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y
administradores de los misterios de Dios. (1Corintios 4, 1)

Con esa potestad que le viene de Dios, la Iglesia puede establecer medios y
formas que ayuden al desarrollo espiritual de los fieles. Y todo lo que no está
explícitamente establecido por Cristo la Iglesia está en libertad (sino va en
contra de la fe y la moral) de establecer los medios y formas en que los fieles
pueden obtener bienes espirituales de la sobreabundante gracia que nos
viene de Cristo. Y uno de eso medio son los sacramentales.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

En el siguiente texto vemos como San Pablo le estaba llamando la atención


a la comunidad de los corintios por su mal comportamiento en la Misa (Cena
del Señor) pero lo importante es destacar como el apóstol con plena
autoridad les dice que lo demás lo dispondrá cuando vaya.

33Así pues, hermanos míos, cuando se reúnan para la cena, espérense


unos a otros. 34Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, a fin de que
no se reúnan para castigo suyo. Lo demás lo dispondré cuando vaya.
(1Corintios 11, 33s)

Es decir con la autoridad que le viene de Cristo en su Iglesia el apóstol


dispone la forma adecuada de hacer las cosas para agradar a Dios.

Como vemos el uso de los sacramentales tiene el propósito fundamental,


sobre todo para nosotros los laicos, de ayudarnos a unirnos más plenamente
a Dios en la vida ordinaria. Es decir de santificarnos en medio del mundo y
de las actividades diarias, consagrando todos nuestros trabajos y tareas a la
mayor honra y gloria de Dios.

Por eso es un grave error apreciar más los sacramentales que los
sacramentos. Porque los sacramentales tienen la función de
acompañarnos hasta poder participar nuevamente en un sacramento.

Otro grave error que se comete con los sacramentales es el confundirlos con
objetos mágicos. Es decir, atribuir su eficacia a la sola materialidad del
sacramental, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, esto
es caer en la superstición.

Por ejemplo el pensar que porque se tiene un sacramental o se usa pero sin
hacer oración, buscar a Dios con sincero corazón y frecuentar los
sacramentos, ese objeto bendito lo va librar de todo mal. Es como aquellas
personas que ponen una camándula en el retrovisor de su carro para que lo
proteja pero no ora, o aquella otra que tiene y usa agua bendita en su casa y
no va a la Misa y finalmente la clásica los que van el Miércoles de Ceniza a
recibir la ceniza bendita pero no se confiesan.

Todas estas actitudes se parecen a la que Jesús criticaba en lo fariseos que


le daban mayor valor a lo material que a lo espiritual cuando les decía:

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

16¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: "Si uno jura por el Santuario, eso
no es nada; mas si jura por el oro del Santuario, queda obligado!"
17¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro, o el Santuario que
hace sagrado el oro? 18Y también: "Si uno jura por el altar, eso no es nada;
mas si jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado." 19 ¡Ciegos!
¿Qué es más importante, la ofrenda, o el altar que hace sagrada la ofrenda?
20Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él.
21Quien jura por el Santuario, jura por él y por Aquel que lo habita. 22Y
quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por Aquel que está sentado
en él. (Mateo 23, 16-22)

Igual nosotros nos podríamos preguntar ¿qué es más importante el


sacramental o Jesús? O ¿Qué es más importante el objeto bendito o Jesús
que da la bendición? No nos quedemos con el medio (sacramental) sino que
busquemos el fin (Jesús) sobre todo a través de los sacramentos.

Por eso la Palabra nos exhorta a que usemos los medios que nos da nuestra
Santa Madre Iglesia Católica para vivir unidos a Cristo y así poder hacernos
santos e irreprochables por su gracia y misericordia. Para que nuestra vida
se convierta en una ofrenda viva santa y agradable a Dios.

1Les exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que se ofrezcan


a ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: tal será
vuestro culto espiritual. 2Y no se acomoden al mundo presente, antes bien
transfórmense mediante la renovación de su mente, de forma que puedan
distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto.
(Romanos 12, 1s)

Así como los sacramentos nos “inyectan” Gracia, por los méritos y autoridad
de Cristo, también los sacramentales nos dan Gracia, pero por los méritos de
Cristo y la autoridad de la Iglesia.

El sacramental es, generalmente, un objeto que ha sido bendecido y


consagrado a Dios con el fin de atraernos su Gracia y extender su Reino.

Y la utilidad del sacramental depende del simbolismo de la materia


empleada (de lo que hayamos bendecido). Por ejem: El agua normal
representa la pureza, y lava lo que está sucio. Así que cuando se convierte
en un sacramental (en agua bendita), el líquido simboliza la pureza de Dios y
nos limpia del pecado, por eso se usa en el Bautismo. Y por esto, porque
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

limpia, los demonios la sienten como si fuera un detergente o ácido


fuertísimo (que los quema, aunque materialmente no sea más que agua). Así
como uno de nuestros límites es el ácido, un límite de los demonios es el
agua bendita, por esto no la pueden soportar.

El Padre Amorth lo resumía diciendo: El agua exorcizada lava el mal, el


aceite exorcizado separa el mal y la sal exorcizada lo arroja.

Son muy variadas las clases de sacramentales que se pueden dar y quizás
por ello no exista un catálogo que las recoja pero, a título indicativo,
señalaremos que son sacramentales: El agua bendita, el agua, el aceite y la
sal exorcizados, arrodillarse, la bendición, el Crucifijo, los escapularios, el
exorcismo, las imágenes sagradas, el incienso bendito, las invocaciones y
las jaculatorias, persignarse y santiguarse, las reliquias, las velas y otras
más.

Es muy importante conocer y usar los sacramentales porque son nuestro


arsenal, las armas que Dios nos dió para marcar su territorio y ejército y para
alejar y defendernos de los demonios.

Lo mejor de los sacramentales es que los laicos tenemos acceso a ellos y


podemos usarlos para alejar al mal.

¿De dónde toman su poder los sacramentales?


El uso de los sacramentales está documentado desde los primeros tiempos
del cristianismo, desde el principio se ha venerado las reliquias de los
Apóstoles y de los Mártires y han sido empleadas para alejar a los demonios.
También desde el principio se ha utilizado aceites benditos

La eficacia del sacramental depende directamente de nuestra fe y de la


santidad de lo que pidamos y está atado a los mismos condicionantes que
las bendiciones (fe, santidad, obligación, necesidad, jerarquía etc.)

El incienso tiene la ventaja que nos repara y blinda (nos sella ahí en donde
somos más vulnerables o estamos siendo atacados), a la vez que ofrece a
Dios la veneración que solo Él merece.

Y entre los sacramentales, que sirven de escudo protector, el más fuerte de


todos es el Cirio Pascual, porque contra la Resurrección de Cristo los
demonios no pueden hacer nada.
12
MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

Pero la medalla y la cruz de San Benito son también muy poderosas y


mucho más fáciles de conseguir.

La sal exorcizada sirve ella también para expulsar los demonios.

Ahora bien, no debemos olvidar que SIN FE, SIN VIDA MORAL, SIN ORACIÓN
Y SACRAMENTOS EL PODER DE UN SACRAMENTAL SE LIMITA MUCHO.

ACCIÓN PARTICULAR DE ALGUNOS SACRAMENTALES.

Los sacramentales y su acción es tan eficaz como tan grande es la Fe.

Vaticano II, retomando los términos del Derecho Canónico (canon 1166), los
definió como “signos sagrados que permiten, por una cierta imitación de los
sacramentos, obtener efectos esencialmente espirituales por intermedio de
la intercesión de la Iglesia.” Cualquiera que los utilice con fe obtiene
resultados inesperados. En el Catecismo de la Iglesia Católica se referirán a
la palabra Sacramentales. Se sabe que muchos dolores rebeldes a los
medicamentos desaparecen solamente porque la persona interesada ha
hecho la señal de la cruz con aceite exorcizado sobre el lugar del dolor.

1- EL CRUCIFIJO Y LA FORMA MISMA DE LA CRUZ

MATERIA: La forma de la Cruz con ella recordamos la Muerte de Cristo.

SIGNIFICADO: Una cruz, por su propia forma, comunica y distribuye en todas


las direcciones la energía que recibe. La cruz tiene siempre los brazos
abiertos. Dios uso un báculo con forma de cruz (de estandarte) en el desierto
(durante el Éxodo, como relata Números 21, 4-9) y también usó una cruz en
el Calvario para que las Gracias merecidas por Cristo se extendieran sobre
toda la tierra y en todos los tiempos. Así mismo, la Cruz se mantiene siempre
recta y conserva los pies en la tierra, mientras su cabeza se dirige al cielo
QUE ES COMO A DIOS LE GUSTA QUE NOSOTROS VIVAMOS.

EXPLICACIÓN: El Padre Pío de Pietrelcina veía desde niño a los demonios y


contaba que huían, no solo de los crucifijos, sino incluso de dos ramitas que
hubieran caído al suelo, formando una cruz por casualidad.

EFECTO EN LOS DEMONIOS: La Cruz bendita los ciega, atonta, debilita,


también hace que salgan corriendo, pues incluso antes de bendecirla ya
produce este mismo efecto tipo “deslumbramiento brutal” en ellos, pero el

13
MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

poder de la Cruz es mucho más fuerte cuando se trata de un crucifijo que


representa la Pasión de Cristo.

2- EL AGUA BENDITA

SIGNIFICADO: Representa la pureza y lava lo que está sucio.

FUNCIÓN: Limpiarnos del pecado para ayudarnos a ser puros, a ser de Dios.

EFECTO EN LOS DEMONIOS: Porque el agua bendita limpia, los demonios la


sienten como si fuera ácido.

El agua bendita ocupa un lugar fundamental en todos los ritos litúrgicos. Su


importancia nos remonta a la aspersión bautismal. A lo largo de la oración
de bendición, se reza al Señor para que la aspersión de esta agua nos
procure los tres beneficios siguientes: el perdón de nuestros pecados,
nuestra defensa contras las trampas tendidas por el Maligno y el don de la
protección divina.

La oración de exorcismo del agua habla de eliminar la más mínima porción


de poder del demonio con el fin de extirparla y de rechazarla, e igualmente
luego destaca otros efectos como el de sanar enfermedades, de acrecentar
la Gracia divina, de proteger las casas y los lugares donde los fieles se
guardan de toda influencia inmunda ejercida por Satanás. Y ella agrega: que
las trampas del enemigo infernal sean frustradas y que la serenidad y la
salud de los habitantes sean garantizadas protegiéndolos de toda presencia
susceptible de entorpecer su seguridad o su inquietud.

Los fieles de Cristo pueden conservar esta agua bendita, asperjándola en


los enfermos, las casas, los campos y otras cosas. Ellos pueden tener en sus
habitaciones, con el fin de poder asperjarla una vez al día, y más.

3- LA SAL BENDITA Y LA EXORCISADA.

SIGNIFICADO: La sal normal da sabor y preserva de la corrupción.

FUNCIÓN: La sal bendecida da sabor divino, nos quita el miedo y calma la


ansiedad y, además, nos protege del mal, pues no permite que se quede en
nosotros.

EFECTO EN LOS DEMONIOS: La sal bendecida, cuando la añadimos a


nuestros alimentos, lleva su bendición hasta la última célula de nuestro
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

cuerpo con los nutrientes de la comida. Si la sal además esta exorcizada, no


solo nos fortalecerá y protegerá de lo que venga, sino que además arrojará
de nosotros a los demonios que ya nos estén hostigando y, como hubiera
enfermedades causadas por los demonios, la sal exorcizada ayuda a curarse
de ellas poco a poco. Si echamos algo de sal bendita en un lugar, esto lo
preservará del mal. Si echamos sal exorcizada, no solo impedirá que el mal
entre sino que además arrojará al que ya esté adentro. Si echamos un poco
de sal al agua bendita, ésta durará en buen estado más tiempo y añadirá
sus virtudes a la de ella cuando la usemos.

La sal exorcizada sirve ella también para expulsar los demonios. y a


preservar la salud del alma y del cuerpo. Pero su propiedad específica
consiste en proteger los lugares de las influencias o de presencias
maléficas. Aconsejo habitualmente de esparcir sal exorcizada en el umbral
de la casa y en los cuatro rincones de la habitación o de las habitaciones en
las cuales se sospecha estar infestadas. Se le puede poner en sobres bajo el
colchón y los asientos, sin olvidar los vehículos: auto, moto, etc.

4- EL ACEITE BENDITO O EXORCIZADO

MATERIA: Aceite de oliva bendito.

SIGNIFICADO: El aceite expresa actividad espiritual intensa y fuerza. En el


Nuevo Testamento vemos que los primeros cristianos utilizaban ya el aceite
bendito, para curar a alguien de sus heridas o enfermedades. (Santiago 5,
13-15).

FUNCIÓN: Cuando lo usamos para enfrentar una batalla de la vida como las
enfermedades, las tentaciones o para enfrentarnos con los demonios, el
aceite bendito actúa como un electrodo de gran calibre, por el que entra en
demasía la Gracia Divina que nuestras oraciones nos consigan. El aceite
normal lo puede bendecir cualquier sacerdote, a diferencia del Santo
Crisma, el Óleo Santo, el Óleo de los Catecúmenos y el Óleo de la Unción de
los Enfermos los que solo pueden ser consagrados por el Obispo una vez al
año, en Semana Santa.

EFECTO EN LOS DEMONIOS: El punto en el que se aplicó el aceite, se


convierte en una entrada de gran calibre por la que fluye la Gracia Divina. Si
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

el agua bendita es como echarles ácido a los demonios, el aceite bendito


tiene en ellos el mismo efecto que tendría en nosotros una llama de soplete
continua y sirve para soltar aquellos males que habrían sido soldados en la
persona (como los introducidos con brujería). La persona ha de repetir la
aplicación del aceite, al menos una vez al día, mientras duren los problemas.
Y seguir rezando. Y, desde luego, vivir moralmente.

El aceite exorcizado, utilizado con Fe, permite igualmente aniquilar el poder


de los demonios, sus ataques y los fantasmas que ellos suscitan. También
se aprovecha para la salud del alma y del cuerpo; recordemos simplemente
el antiguo uso que consistía en untar las heridas con aceite, y el poder de
sanar a los enfermos por la imposición de manos y la unción del aceite que
Jesús confirió a los apóstoles.

El aceite exorcizado tiene por otra parte la propiedad específica de librar el


cuerpo de aquello que le es nefasto. Ha sucedido muchas veces de bendecir
a personas que habían sido víctimas de hechizos comiendo o bebiendo
alguna cosa maléfica. En estos casos, el organismo, para liberarse, debe
evacuar todo lo maléfico que contiene. El aceite exorcizado ayuda
enormemente al organismo a arrastrar y librar el cuerpo de estas impurezas.
Se puede también, para este fin, beber agua bendita.

5-EL CIRIO PASCUAL

MATERIA: Una vela de cera de abeja bendecida, gruesa, grande y redonda


(porque el círculo simboliza la eternidad de Dios, el hecho de que no tuvo
principio ni tendrá fin). Normalmente se graba en el cirio las letras alfa y
omega (la primera y la última del alfabeto griego). Ellas representan a Cristo
porque Él es el “Alfa y el Omega", es decir el principio y el fin de la creación.

SIGNIFICADO: Toda vela que se encienda con el fuego de la misa de


Resurrección, se convierte en un cirio pascual.

FUNCIÓN: La luz del cirio es imagen de la luz de la conciencia, del


discernimiento que necesitamos para vivir y para saber ver la verdad a pesar
de las apariencias.

Por lo mismo, el cirio se usa para alejar todo mal y para atraer todo bien,
especialmente en situaciones de gran peligro.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

EFECTO EN LOS DEMONIOS: El cirio los ata y (si Dios lo permite) los arroja de
vuelta al infierno. A falta de un exorcista o de sacramentales exorcizados, es
lo más poderoso que podemos conseguir.

6-LAS JACULATORIAS o INVOCACIONES

MATERIA: Breves oraciones.

SIGNIFICADO: Son como flechas y dardos que se lanzan al Cielo y tienen una
gran fuerza para excitarnos a la virtud.

FUNCIÓN: La invocación facilita la guarda del corazón, cuando un


pensamiento, en el sentido evangélico, aflora en el subconsciente antes que
se haga obsesivo hay que aplastar, en el Nombre del Señor o de la Virgen
nuestra Señora, la sugestión demoníaca y transfigurar la energía así liberada
revistiéndola del mismo nombre.

EFECTO EN LOS DEMONIOS: Es la mejor forma de desarmar a un demonio.


San Agustín era un pleno conocedor de sus efectos y practicante de ellas.

Y para concluir no existe en el mundo remedio más fácil y sencillo que frente
a una tentación invocar el nombre de la Virgen María; la tentación
desaparecerá, el efecto es siempre inmediato.

Somos siempre tentados por el demonio, aunque no le veamos ni lo


comprendamos, pero es así y así ya nos lo advirtió San Pedro, cuando nos
dejó dicho: “Sed sobrios y vigilad, que vuestro enemigo el diablo, como león
rugiente, anda rondando y busca a quien devorar, resistidles firmes en la fe”.
(2Pdr 5,8). Y la mejor forma de desarmar a un demonio es invocando una
jaculatoria o utilizando un sacramental.

ORACIONES.

Oración para la aspersión del agua bendita:

Por la aspersión de vuestra Sangre, oh Señor Jesús, y por la virtud de


vuestra Pasión, láveme de todas mis manchas, y purifíqueme de todo
pecado. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, como era en el
principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
O,
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

“Te suplicamos Señor que visites esta casa y repele lejos de ella todos los
obstáculos del enemigo, que Tus Santos Ángeles vengan a habitarla para
permanecer en la Paz y que Tu bendición permanezca para siempre sobre
nosotros por Cristo Nuestro Señor, Nuestro Padre, te Saludo María”.

Para la utilización del aceite

“Jesús me (te) Bendiga, Jesús me (te) sane”.


O,
Señor Jesús, Hijo del Dios viviente, por esta unción del aceite santificado por
tu Iglesia con el Espíritu Santo, vivifica mi cuerpo y mi alma. Libéralos de las
acciones y de las invasiones de las fuerzas de las tinieblas y sánalos de toda
enfermedad. Concédeme el socorro de tu gracia para amarte mejor y
servirte, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (P. Paul-
Marie MBA)

O,
Para la protección de lugares y casas.

Después de haber rezado una docena de rosarios o el rosario de la Divina


Misericordia, se hace la unción con fe trazando con el dedo una cruz en los 4
rincones del lugar o de cada habitación de la casa con el aceite exorcizado
diciendo la invocación siguiente:

Señor Jesús, por este aceite santo y bendito y por las oraciones de nuestra
Santa Madre María, ven a posar tus pies en este lugar con el fin que él sea
por tu presencia protegido y santificado ahora y por toda la eternidad.
Jamás comprenderemos lo suficiente que el uso del sacramentales es
animado por la iglesia.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

ORACIONES PARA EL USO DE LOS SACRAMENTALES

(Padre Fabián Barrera)

Para esparcir la SAL BENDECIDA por la casa.

Imploro humildemente la protección de mi Señor Jesucristo sobre mí, mi


familia y todos los que me rodean, imploro tu misericordia, la bondad y
clemencia para que todo aquello que sea tocado por esta sal bendecida
carezca de toda inmundicia y de toda impregnación del mal.

En nombre de Dios vivo, en nombre de Dios verdadero, en nombre de Dios


Santo ordeno que toda esterilidad, toda maldad, toda acción del maligno,
todo espíritu inmundo y conjurado que haya en este casa se aleje en este
momento y nunca más regrese a perturbarme y a hacerme daño.
Amen.

Para consumir la SAL BENDECIDA.


Señor Dios Omnipotente tu creaste la sal para uso del género humano, con
humildad reclamo la promesa de la sanación por medio de la sal como Dios
Padre lo mandó al profeta que al ser puesta en el agua para sanar su
esterilidad, te suplico Señor que al comerla me traiga la salud del alma y del
cuerpo. Amén.

Para esparcir el AGUA BENDITA por la casa.

En nombre de Dios Padre, en nombre de Jesucristo nuestro Señor y con el


poder del Espíritu Santo al asperjar esta agua bendita sobre esta casa
ahuyente toda fuerza del enemigo, erradique y arranque de este lugar al
maligno con sus ángeles apóstatas.

Señor mío Jesucristo has que esta casa quede libre en tu nombre de toda
inmundicia y de todo mal, que no resida más un espíritu pestilente, se alejen
todas las insidias del enemigo y si hay algo que esté perjudicando a los que
habitan aquí o impida su tranquilidad por la aspersión de esta agua huyan y
de ahora en adelante reine la presencia del Espíritu Santo y les concedas tu
misericordia y tus bendiciones por todos los días de nuestra vida. Amen.
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

Para consumir el AGUA BENDITA.


Esta agua que hemos preparado con estas purificaciones y que ha sido
bendecida de manos del sacerdote en Nombre de Dios Padre, Hijo y Espíritu
Santo, la tomo invocando el nombre poderoso del Señor Jesucristo para que
aleje toda enfermedad de mi alma y de mi cuerpo y mediante la presencia
del Espíritu Santo me conceda bondadosamente tu misericordia. Amén.

Para la unción personal con el ACEITE BENDITO.


(Se prohibe total y rotundamente durante los servicios en misas de unción
de enfermos ungir a un enfermo ya que solo compete hacerla al sacerdote,
el aceite bendito es de uso personal únicamente y de bendición en el hogar,
en caso necesario puede utilizarlo un equipo de liberación al enfrentar una
batalla).

Dios Padre omnipotente que este aceite bendito me de la salud mental y


corporal para que obtenida la salud te dé gracias a ti Dios vivo y verdadero,
que quede libre de toda enfermedad, de todo dolor y de toda insidia del
enemigo, siendo libre de toda adversidad no sea herido por la mordedura de
la antigua serpiente ya que he sido redimido por la Sangre de Jesucristo mi
Señor y Salvador. Amén.

Para tomar una MEDICINA.


Oh Señor Dios Todopoderoso, Tú me creaste a imagen y semejanza Tuya y
me formaste maravillosamente, te has dignado socorrerme con múltiples
remedios en las diferentes enfermedades que aquejan mi cuerpo, has que
esta medicina la tome en Tu Nombre y con toda la fe de mi corazón
recibiendo de tu Presencia la salud de la mente y del cuerpo. Por Jesucristo
el Señor. Amén.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

BENDICION DEL AGUA


(Rit. Rom. Tit. IX, C.II)
El Sacerdote revestido de sobrepelliz y estola morada pronuncia la siguiente
invocación:
V/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/. Que hizo el cielo y la tierra.

Exorcismo de la Sal

Te exorcizo oh creatura de la sal por Dios † vivo, por Dios † verdadero, por
Dios † santo, por Dios que ordenó por medio del profeta Eliseo que fueses
puesta en el agua para sanar su esterilidad: para que te conviertas como sal
exorcizada en salud para los creyentes, para que seas salud de alma y cuerpo
para todos aquellos que te consuman; para que huya y se aparte del lugar
donde seas puesta, toda maldad, toda acción del demonio, todo espíritu
inmundo, conjurado por este Señor que ha de venir a juzgar a los vivos y a
los muertos y el siglo por medio del fuego. Amén.

Oremos
Imploramos humildemente tu inmensa clemencia, omnipotente y eterno Dios
para que te dignes con tu piedad bendecir † y santificar † esta creatura de la
sal que Tú creaste para uso del género humano: a fin de que se convierte en
salud de alma y cuerpo para todos los que la consuman; y para que todo
aquello que sea tocado por esta sal carezca de toda inmundicia y de toda
impregnación del espíritu del mal. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Exorcismo del Agua


Te exorcizo, oh creatura de agua, en nombre de Dios † Padre omnipotente,
en el nombre de Jesucristo † su Hijo Nuestro Señor, y con el poder del
Espíritu † Santo: para que seas agua exorcizada para ahuyentar toda fuerza
del enemigo y para que puedas erradicar y arrancar al mismo enemigo con
sus ángeles apostatas, por virtud del mismo Jesucristo Nuestro Señor que ha
de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y este siglo por el fuego. Amén.

Oremos
Oh Dios, sé propicio a nuestras suplicas e infunde la fuerza de tu bendición †
a esta agua que hemos preparado con estas purificaciones para que esta tu
creatura sirva para alejar a los demonios, sanar las enfermedades; para que
al ser derramada sobre las casas y los lugares de los fieles éstos queden
libres de toda inmundicia y de todo mal: que no resida allí un espíritu
pestilente: se alejen todas las insidias del enemigo, y si hay algo que
perjudique a los que habiten en ella o a su tranquilidad, por la aspersión de
esta agua huyan, para que la salud que te pedimos por invocación de tu
nombre quede defendida de toda impugnación del maligno por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

El Sacerdote coloca tres veces sal en el agua a manera de cruz


diciendo:
Que esta mezcla de la sal y del agua se realice en el nombre del Padre † y del
Hijo † y del Espíritu † Santo. Amén.
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

Oremos
Oh Dios autor de todo poder y Rey insuperable de todo dominio y siempre
triunfador magnífico, que reprimes las fuerzas del dominio del mal, que
superas la servicia del enemigo, que poderosamente vences las huestes
enemigas: a ti humildes te pedimos oh Señor que mires con bondad estas
creaturas de sal y agua y las santifiques con tu bondad, para que doquiera
que sea regada por invocación de tu santo nombre desaparezca toda
infestación del espíritu inmundo, sea alejado el terror de la serpiente infernal,
mediante la presencia del Espíritu Santo nos concedas benigno tu misericordia
ya que humildemente te la suplicamos. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.

BENDICION DEL ACEITE


(Rit. Rom. TH. IX, C. VII, No. 8)

V/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.


R/. Que hizo el cielo y la tierra.

Exorcismo
Te exorcizo, creatura de aceite, por Dios Padre Omnipotente que hizo el cielo
y la tierra, el mar y todo lo que allí existe. Que se aleje de este aceite toda
fuerza del adversario, toda acción diabólica y toda incursión de Satanás, a fin
de que dé a todos los que lo usen salud mental y corporal, en el nombre de
Dios † Padre omnipotente, de Jesucristo † su Hijo y Señor nuestro y del
Espíritu † Santo Paráclito y en el amor del mismo Señor Jesucristo que ha de
venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Amén.

V/. Señor. Escucha nuestra oración.


R/. Y llegue a ti nuestro clamor.
V/. El Señor esté con vosotros.
V/. Y con tu espíritu.

Oremos
Señor Dios omnipotente delante de quien está con temor el ejercito de los
ángeles, cuyo servicio espiritual conocemos, dígnate mirar, bendecir † y
santificar † este aceite con el cual mandaste ungir a los enfermos, a fin de
que, una vez obtenida la salud, te diesen gracias a ti, Dios vivo y verdadero.
Te rogamos que cuantos usen este aceite que bendecimos † en tu nombre
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

queden libres de toda enfermedad, de todo dolor y todas las insidias del
enemigo, y asimismo se libren de toda adversidad y nunca sean heridos por la
mordedura de la antigua serpiente, ya que los has redimido con la sangre de
tu Hijo. Por el mismo Señor Nuestro Jesucristo que contigo vive y reina en la
unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
(Se hace la aspersión con agua bendita)

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

Exorcismo y bendición de la Medalla de San Benito

El siguiente rito, puede realizarse únicamente por un Sacerdote,


acompañado por el/los fieles que deseen la bendición. A continuación la
fórmula que debe emplearse:

Sacerdote: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

Fieles: Quién hizo el cielo y la tierra.

Sacerdote: En el nombre de Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de


la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, te ordeno, espíritu maligno, que
abandones esta medalla. Que desaparezcan y se alejen de esta, toda la
fuerza del adversario, todo el poder del diablo, todos los ataques e ilusiones
de satanás. Que todos aquellos que la utilicen con gran devoción, sean
bendecidos con la salud del alma y del cuerpo. En el nombre del Padre
Todopoderoso, de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y del Espíritu Santo
Paráclito, y por el amor del mismo Señor Jesucristo, que vendrá en el último
día para juzgar a los vivos y a los muertos.

Fieles: Amén.

Sacerdote: Señor, escucha mi oración

Fieles: Y llegue a Ti mi clamor

Sacerdote: Oremos. Dios Todopoderoso, fuente inagotable de todo bien,


humildemente pido que, por intercesión de San Benito, infundas Tus
bendiciones sobre esta sagrada medalla. Que aquellos que la utilicen con
entera y sincera devoción y se esfuercen en llevar a cabo las buenas obras,
sean bendecidas por Ti con la salud del alma y del cuerpo, la gracia de una
santa muerte, y la remisión de la pena temporal causada por sus pecados. Y
que también, con la ayuda de tu amor misericordioso, resista las
tentaciones del maligno y se esfuerzan por ejercer la verdadera caridad y la
justicia para con todos, por lo que un día pueda aparecer sin pecado y santo
ante tu gloriosa presencia. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Fieles: Amén.

Luego de finalizar este rito, la medalla de San Benito debe ser rociada con
agua bendita.
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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

ORACIÓN.

BENDITAS SEAN TUS MANOS, SEÑOR JESÚS:

Padre Eterno, te alabamos, te adoramos y te glorificamos, te invocamos de madrugada, al


medio día, en la tarde, en la noche y en la vigilia.

Dios Padre Celestial, te invocamos y adoramos a todas las horas, durante el día y durante
la noche, en días felices y en días de duelo, te adoramos te glorificamos, porque Tú eres
nuestro Dios, nuestro Creador.

Te adoramos Dios Trino de Amor, porque es Eterna tu Misericordia, Tú nos iluminas, nos
sanas y nos salvas, te adoramos porque Tú eres misericordioso, Tú nos perdonas y nos
cuidas y sanas nuestras heridas incurables, porque para Ti nada es irremediable.

En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo, perdona nuestras impiedades, nuestras


injusticias, nuestras iniquidades, porque nuestros pecados son graves.

Dios, Padre Eterno cambia la suerte de tu pueblo y ten compasión de nuestras moradas;
reconstruye nuestras ciudades sobre sus escombros y el palacio levántalo en su debido
lugar. Porque de allí saldrán cantos de alabanza y risas estridentes. Multiplícanos y
acreciéntanos, glorifícanos y líbranos del mal.
Que nuestros hijos sean como en los tiempos antiguos, que nuestra comunidad sea
estable ante Ti y castiga a todos nuestros opresores. Nosotros somos tu Pueblo y Tú eres
nuestro Dios.

Bendito sea el Nombre de Jesús, Bendita sea la Persona de Jesús, benditas y sanadas sean
sus Heridas Santas, bendito y dulcísimo Jesús, te adoramos, te glorificamos, en Ti
confiamos, a Ti te tememos Señor, y los reyes de la tierra se rendirán ante tu Gloria:

Cuando el Señor reedifique a Sión y aparezca glorioso en medio de ella; Cuando acepte la
oración del desvalido y no desprecie su plegaria.
Quede esto escrito para el tiempo futuro y un pueblo renovado alabe al Señor:
Porque Él se inclinó desde su Alto Santuario y miró a la tierra desde el Cielo, para
escuchar el lamento de los cautivos y librar a los condenados a muerte.

Los hijos de tus servidores tendrán una morada y su descendencia estará segura ante Ti,
para proclamar en Sión el Nombre del Señor y su alabanza en Jerusalén,
Cuando se reúnan los pueblos y los reinos y sirvan todos juntos al Señor.

Señor Jesucristo, alabamos tus enseñanzas, glorificamos tu Fuerza, reconocemos la


victoria de tu Fe poderosa, confiamos en tu dulce Paz, tu Santa Tranquilidad, que

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

tranquiliza nuestros corazones, nuestras almas, y nos da todo el valor que requerimos
para la batalla espiritual. Aún frente a la opresión y a la violencia de la naturaleza.

Señor Jesucristo, ten piedad de nosotros, frente a las adversidades, al duelo, a las
enfermedades, al dolor, a la angustia, a la depresión, al cansancio y al miedo y aunque
empecemos a hundirnos te imploramos salvación, tiéndenos tu Mano y sostennos,
auméntanos la fe, ¿por qué dudaste? En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó.
Nos postramos ante Ti, porque:
”Verdaderamente, Tú eres el Hijo de Dios”
Aunque nuestros pies se hundan, nos acogemos a tu Mano, Señor Jesucristo.
Inmediatamente Jesús extiende tu Mano, agárranos y no nos sueltes.

Señor Jesucristo por experiencia propia y por tus revelaciones y enseñanzas, hemos
alcanzado el conocimiento que este mundo es un mar en el que el demonio levanta las
olas y donde las tentaciones hacen que se multipliquen los naufragios.
Tan sólo podemos salvarnos pidiéndote auxilio, gritando Señor ten piedad de mí y Tú
extenderás tu Mano para agarrarnos.

Es por ello que te Invocamos, pues, sin cesar:


Que no se callen, que no se silencien nuestras oraciones de intercesiones, de alabanzas y
de adoración, porque sabemos, que la alabanza llega a tu Oído Misericordioso, y a tu
Corazón compasivo, Señor Jesús, te pedimos que nos socorras, baja en tu carruaje y
danos tu Mano y no permitas que nos soltemos de Ti.

Benditas sean tus Manos Señor Jesús, benditas sean nuestras manos que se agarran a las
tuyas. No nos sueltes, por los siglos de los siglos, Amén.

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

ORACIÓN DE PROTECCIÓN PARA EL SERVIDOR CON ACEITE EXORCISADO.


(Para antes de realizar algún ministerio).
Cristo Jesús, Señor mío que tu Sangre Preciosa me proteja en este ministerio
que voy a desempeñar, que cubra interior y exteriormente mi ser (cuerpo, alma
y espíritu). No permitas que reciba ningún daño y que este sacramental me
sirva de salud, protección y vida. Que la Virgen María, Madre Mía, me cubra
con su manto protector y los ángeles de Dios me guarden de todo mal. Amén.
(Ungirse de manera personal el servidor como protección ya que si ungimos a
otras personas pudiera malinterpretarse como la unción a los enfermos que
solo compete a los sacerdotes).

ORACIÓN PREPARATORIA PARA SANIDAD CON IMPOSICIÓN DE MANOS.


Señor Jesús, hazme tu instrumento, que tu amor sanador fluya a través de
mí. Oraré por nuestros hermanos en Tu Nombre. Te pido que uses mis manos
como si fueran las tuyas para alcanzar y tocar a aquéllos por quienes oro.
Permite que el Espíritu Santo actúe a través de mí, hoy, especialmente cuando
oro por los miembros de mi familia y mi comunidad.
Te pido me des Palabra de Conocimiento con un sentimiento, palabra o
imagen para que la sanación sea de raíz en cuerpo, alma y espíritu.
Gracias Jesús por tu amor sanador que fluye a través de mí en este momento.
“Mis manos son al Servicio del Señor. Amén.”

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MINISTERIO DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN

ORACIÓN DE PURIFICACIÓN PARA EL SERVIDOR.


(Para después de realizar algún ministerio).

NECESARIA SIEMPRE QUE SE ORA POR LOS DEMAS.


Cristo Jesús, Señor nuestro, te damos las gracias por todo lo que hiciste por
nuestros hermanos que fueron atendidos en tu Nombre. Te pedimos que laves
y purifiques con tu Sangre Preciosa todo nuestro ser: cuerpo, alma y espíritu.
Que tu Sangre Preciosa Purifique nuestro interior, nuestro cerebro, nuestras
células, nuestra mente, nuestro pensamiento, nuestra imaginación, nuestra
memoria, nuestro entendimiento y nuestra voluntad. Nadie tiene derecho a
tocar nuestro interior; que tu Sangre Señor Jesucristo purifique todo nuestro
exterior, nuestro cuerpo de cabeza a pies, que nos laves de cualquier
impureza, infestación, daño o mal, causado en este Ministerio que acabamos
de desempeñar. Te entregamos toda esclavitud y venganza que el Enemigo
quisiera ejercer contra nosotros como consecuencia de la liberación que
haces de tus ovejas; y todo espíritu maligno que quisiera acechar estos
lugares, hacernos daño, o dañar a cualquier persona, por el Poder de tu
Preciosa Sangre quede atado y amordazado, y lo mandamos cautivo a tus
pies. Y tú Cristo Jesús, lo envíes al sitio donde deba estar. Que esta
purificación llegue a todas nuestras familias donde quiera que se encuentren;
en tu Nombre Señor Jesucristo, pedimos que no quede nada de gloria en
nosotros, vanidad u orgullo. Nosotros siervos inútiles, sólo hicimos lo que
teníamos que hacer, pues Tú has sido quien ha realizado esta obra en
nuestros hermanos, porque tuyo es el Poder y la Gloria por siempre Señor.
Que a nuestras casas y a todos los lugares donde vayamos, solo llevemos
alegría, paz, salud y amor; que seamos recibidos de igual forma. Señor
cúbrenos con el poder de tu Sangre, límpianos, purifícanos con ella y úngenos
con tu Espíritu Santo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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