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Autopsia Psicológica y Psico-Criminalistica Forense

Este documento resume la autopsia psicológica y la psicología criminal forense. Define la autopsia psicológica como una reconstrucción retrospectiva e indirecta de la personalidad y vida de una persona fallecida para esclarecer las causas de su muerte. Describe las etapas del Modelo de Autopsia Psicológica Integrado, incluyendo visitar la escena, entrevistar a familiares y discutir conclusiones con otros expertos. También define la psicología criminal como el estudio de los procesos mentales y motivaciones de
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Autopsia Psicológica y Psico-Criminalistica Forense

Este documento resume la autopsia psicológica y la psicología criminal forense. Define la autopsia psicológica como una reconstrucción retrospectiva e indirecta de la personalidad y vida de una persona fallecida para esclarecer las causas de su muerte. Describe las etapas del Modelo de Autopsia Psicológica Integrado, incluyendo visitar la escena, entrevistar a familiares y discutir conclusiones con otros expertos. También define la psicología criminal como el estudio de los procesos mentales y motivaciones de
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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA:

PSICOLOGÍA JURÍDICA

TEMA:
AUTOPSIA PSICOLÓGICA Y PSICO-CRIMINALISTICA FORENSE

ALUMNO:

QUECARA SUMARI, Carlos Saul CÓDIGO: 6906142011


CICLO: VIII
DOCENTE:

Abog. Enríquez CRUZ RODRÍGUEZ


LIMA-PERÚ
LA AUTOPSIA PSICOLÓGICA

a) Definición

Según García (s. f.; citada por Salazar, 2004) la Autopsia Psicológica es “la exploración

retrospectiva e indirecta de la personalidad y la vida de una persona ya fallecida. Se trata

de hacer una evaluación después de la muerte de cómo era la víctima en vida. Es una

reconstrucción siocio - psico - patológica postmortem”.

Esta reconstrucción de la vida de la persona occisa, trata de esclarecer las causas y

principalmente el móvil de la muerte en cuestión en aquellas muertes en las que los

elementos investigativos no sean totalmente claros.

Aportando a la definición, Zeledón (2005) señala que la autopsia psicológica es un

“Modelo de investigación retrospectivo e indirecto de un sujeto fallecido por causas

dudosas y que podrían estar señalando la presencia de un posible delito”.

Según esta autora, la Autopsia Psicológica es una guía para llevar a cabo todo un proceso

extenso de investigación en torno a la muerte de una persona, retrospectivo, ya que toma

en cuenta el pasado de la víctima e indirecto por que no trata con la persona, más bien

con terceras personas vinculadas al occiso.

Por otra parte, cabe señalar que las muertes dudosas, según Aguilar (2001), son todas

aquellas muertes que podrían tener más de una explicación. Es decir, un mismo hecho

puede ser explicado como una muerte natural, accidental, un suicidio u homicidio.

, debido a la naturaleza de la institución que lleva a cabo las Autopsias Psicológicas

(Poder Judicial), el fin de la misma va a ser la posible identificación de un posible delito

en torno a la muerte dudosa de una persona.

Un aspecto trascendental, según Zeledón (2005) es que la Autopsia Psicológica “no es

una mera recolección de datos; es todo un proceso de elaboración de hipótesis, donde las
evidencias ayudan a descartar o a afianzar las mismas, mediante una combinación de

información y elementos teóricos relacionados con la psicología”.

La recolección de información es solo el primer paso, que debe ser precedido por el aporte

disciplinario de los psicólogos forenses y la experiencia que puedan tener para poder

plantear hipótesis, que a lo largo de la investigación van a tomar fuerza o se van a

desvanecer.

b) Antecedentes

Este modelo investigativo se empieza a desarrollar en los años 60´s en la Oficina del

Médico Forense de la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos, gracias a la necesidad

de identificar el “qué, como y por qué” de las muertes dudosas.

Esta, se utilizaba inicialmente cuando no existían elementos suficientes para afirmar si

una muerte se trataba de un homicidio o un suicidio.

Posteriormente, la Autopsia Psicológica empezó a ser utilizada en las Fuerzas Militares

estadounidenses para determinar las causas del suicidio en sus hombres y esclarecer

algunas muertes dudosas en los mismos.

A nivel latinoamericano, la Dra. Teresita García Pérez especialista en Psiquiatría Forense

del Instituto de Medicina Legal de la Ciudad de la Habana Cuba ha sido la pionera y en

la actualidad principal exponente de las investigaciones y desarrollo del tema de la

Autopsia Psicológica. La misma desarrolló el Modelo de Autopsia Psicológica Integrado

(MAPI), una guía para la realización de la Autopsia Psicológica.

En la actualidad, la Autopsia Psicológica ha tomado gran relevancia dentro de los

Sistemas de Justicia, siendo esta cada vez más solícita dentro de las Cortes como elemento

de apoyo para la decisión que tome el Juez. Por su parte, el método ha evolucionado con

el tiempo y se ha ampliado su utilización en diversas situaciones, lo que pronostica una


mayor y mejorada forma de aplicarla como método relevante dentro de las

investigaciones judiciales.

c) Objetivos del MAPI

Dentro de los objetivos planteados por la Dra. García (1998c) a la hora de crear el

instrumento están:

• Valorar los factores de riesgo suicida, de riesgo heteroagresivo o de riesgo de la

accidentalidad.

• Valorar los estilos de vida del occiso.

• Determinar el estado mental en el momento de la muerte.

• Establecer áreas de conflicto y motivacionales.

• Diseñar el perfil de personalidad del occiso.

• Determinar si existían señales de aviso presuicida.

• Determinar si existía un estado presuicida.

d) Etapas del MAPI

Chávez y otros (2005) resumen los pasos del MAPI de la siguiente

forma:

d-1) El lugar de los hechos

La investigación empieza con la visita, por parte del perito, al lugar de los supuestos

hechos con el fin de rescatar no solo evidencias físicas, si no también huellas psicológicas

que pudieran hacerse evidentes en el supuesto escenario.

Además, en este paso se incluye toda la revisión de pertenencias, lugares que frecuentaba

el occiso, etc. Es decir, todo aquel trabajo de campo se realiza en este paso.

d) Entrevista al menos a tres familiares, convivientes o allegados


Antes de realizar la entrevista, es necesario explicar el carácter de voluntariedad a los

entrevistados, y la importancia de la misma para el proceso que se lleva a cabo. Así

mismo, es esencial realizarla en un ambiente privado y de confianza.

Una vez sobrepasados los detalles iniciales, se entrevista a la persona de acuerdo a la

información requerida por el modelo. Si en algún momento la información parece

contradictoria, se pueden utilizar diversas fuentes y contrarrestar la misma.

f) Discusión colectiva

Una vez recolectada y analizada la información, el perito debe reunirse con los

investigadores y profesionales implicados en el proceso, para realizar el informe pericial,

siempre en términos probabilísticos pues se trata de una evaluación indirecta y de

conclusiones inferenciales que cobran valor solo al sumarse al resto de elementos

criminalísticos, psicológicos y medico legales.

El intercambiar hipótesis con otros profesionales aumenta la eficacia de la técnica de

Autopsia Psicológica al enriquecer el análisis científico de la víctima y de las

circunstancias que rodearon la muerte de la persona en cuestión.


PSICOLOGÍA CRIMINOLÓGICA.

La psicología criminológica o psicología criminal tiene como sustrato los estudios de los

procesos mentales, conductuales, personalidad y motivación de los individuos que

comenten actos delictivos, mediante el estudio de la psicología individual, social, clínica

y psicopatología criminal. Estudia los factores que impulsan a una persona a cometer

delitos, sus causas y motivaciones, y como un sujeto hace del delito criminal una forma

de conducta recurrente y cada vez más agravada. En muchos de ellos no existen

sentimientos de culpa ni temores de arruinar sus vidas unos de otros. Los estudios se

basan en el estudio integral del sujeto como una unidad biológica, psicológica, social y

espiritual.

Existiendo inclusive una estructura cognitiva que excusa en el delincuente con amplio

prontuario delictivo que esta es una ―forma valida de surgimiento en la vida‖ para lograr

enriquecimiento y poder existen delitos acordes con cada tipo de mentalidad o

personalidad del hombre de este siglo avanzan acorde con la tecnología y conforme

aparecen formas degenerativas de la conducta humana.

Para ello, las diferentes escuelas, movimientos y corrientes psicológicas, desde la más

antigua hasta las más modernas , consideran aspectos de predisposición genética

heredada, determinantes como la crianza, traumas sufridos, frustraciones, fracasos,

enfermedades y las precipitantes que conllevan a iniciar una vida o caer inmersos en una

acto delictivo criminal.

CONCEPTO DE PSICOLOGÍA FORENSE

Es aquella parte de la psicología que se desarrolla dentro del ámbito jurídico específico

y/o en sus órganos dependientes, caracterizándose por poseer técnicas propias que la

convierten en una ciencia auxiliar de ese campo. No se podría precisar con exactitud una

época determinada para el nacimiento de la ciencia específica, pero aproximadamente la


podríamos situar paralelamente con el auge mundial del positivismo, ya que este

pensamiento revolucionó todas las ciencias de la época. Es así como a fines de la Edad

Media, la civilización resurge de la noche feudal y el saber necesita de pruebas concretas

y específicas para la probanza de los fenómenos. Así pues, en el campo de la ciencia penal

ocurren hechos históricos que provocan indirectamente el cambio en su concepción; la

firma de la Carta Magna en Inglaterra que otorga derechos a los señores feudales en un

mismo plano que al rey; y posteriormente, la declaración de Derechos del Hombre y el

Ciudadano, ocurrida en Francia con la revolución de 1789, atribuye al hombre el centro

de la escena histórica y una importancia sobre su actuar. Aquí podemos citar a personajes

como Lombroso, Ferri o Garófalo, quienes más allá de los errores que se le puedan

atribuir en sus concepciones teóricas, no podemos dejar de reconocer que rescatan el

aspecto humano y la importancia del hombre sobre el actuar aséptico. Cesare Lombroso

con su libro L'Homo Delincuente ("El Hombre Delincuente"), aporta la primera

conceptualización psicológica de la determinación del actuar delictivo humano. Vemos

que en su concepción refirió características bio-psicológicas del ser humano

"delincuente" y hasta realizó una descripción de su "delincuente nato": así pues se trataba

de un hombre pequeño, muy velludo; brazos largos que llegaban a la altura de las rodillas,

ojos pequeños, mandíbula prominente, orejas en asa; y psicológicamente se trataba de un

hombre primitivo, de escasa cultura, definiéndolo como un ser "atávico", cuyo desarrollo

mental no correspondía a la época que le había tocado vivir, y al no poderse asimilar a la

cultura en que había nacido se transformaba en un "marginal". Nótese que de acuerdo a

esta particular conceptualización no sólo se podía "descubrir" a quien cometía delitos,

sino también practicar métodos preventivos y "detener a los sujetos antes de que los

cometan". Seguramente la opinión general será que este es un pensamiento irracional:

"detener a alguien antes de que cometa el delito"; pues bien, el lector recordará que no
hace mucho tiempo, cuando todo aquel que se vestía con ropa "inadecuada" (o sea que no

se adaptaba a una norma impuesta), tenía pelo largo, barba y bigote, era más propenso a

ser detenido por la policía como "probable delincuente"; inclusive existían leyes que

facultaban la detención de los adictos a drogas por considerarlos marginales y/o proclives

a la comisión de delitos, y aun en la actualidad algo similar sucede con los edictos

policiales, en especial el referido a la "prostitución"; aún más, los ámbitos elegidos para

efectuar operativos policiales son los barrios periféricos, pues se "presume" que en ellos

viven más delincuentes que en otros (en honor a la verdad, nunca he conocido un

"delincuente económico" que viva en una "villa de emergencia"). Y por último: quién de

nosotros no ha practicado alguna vez la "psicología lombrosiana", al ver en un diario la

foto de algún sujeto que había cometido un delito, y comentado: " ¡también... con esa

cara.. !". Y Ferri, con su conceptualización telúrica, comienza a vislumbrar la posibilidad

de que factores climáticos pudieran explicar el actuar humano. Ya aquí podemos citar los

primeros laboratorios de psicología experimental (Weber y Feschner: 1760-1761), y el

primer laboratorio de psicología (Leipzig Alemania, 1789), donde si bien se quiere recrear

en laboratorio los fenómenos psicológicos, de lo cual tardíamente se reconoció su

imposibilidad, al menos se comienzan a reconocer los principios humanísticos. Luego,

esta corriente se traslada a los EE.UU y aquí comienzan a introducirse factores sociales a

estas concepciones tal vez demasiado individualistas respecto del ser humano, y aparecen

investigadores como Pearson, Durhein y Merton, quienes aplican modelos sociológicos

de desviación social para explicar el actuar humano, los que posteriormente fueron muy

criticados.' En nuestro país, a principios de siglo comienza a llegar la influencia del

positivismo europeo, siendo sostenida por hombres cómo José Ingenieros con su "Tratado

de Psicología" y su "Criminología"; o Pinero y Ramos Mejía, aportando conceptos

positivistas a la psicología de la época. Pero en esos momentos todavía la psicología en


el campo forense no existía como tal y estaba sólo reservada como apéndice menor de la'

medicina forense o la medicina legal (lo cual no significa que aún no lo esté; prueba de

esto es el enunciado del artículo 34 de Inimputabilidad del Código Penal argentino, que

si bien se reconoce como perimido y antiguo en su concepto —al igual que gran parte de

la legislación penal, dado que fue aprobado en el año 1921, basado en el código Español

de 1890, el cual fue derogado en 1895 por su falta de adecuación a la realidad imperante—

, por prestigiosos legisladores actuales, no ha sido reemplazado). Es aquí donde la historia

no aparece escrita, y, a mi entender, es porque todavía está sucediendo y no se conoce el

final. Un dato de esto a tener en cuenta es que si bien existe en la Justicia nacional un

cuerpo reconocido de médicos forenses, que se ocupan de peritar (o sea funcionar como

auxiliares asesores del juez), en las distintas causas que lo requieran, no existe un cuerpo

de psicología forense como tal. Nuestra presencia sólo está reducida a un ejercicio

limitado de la profesión, a cargo de un grupo de colegas que dependen funcional,

administrativa y profesionalmente del Cuerpo Médico Forense, con carácter de auxiliares

de éstos, sin posibilidad de firmar ni siquiera nuestras propias pericias y sin derecho a que

el juez —prima facie— considere nuestras conclusiones. Esto en el fuero penal; en el civil

es aún más grave el tema, pues la presencia del psicólogo sólo se reduce a un listado de

profesionales que es consultado por el juez a su voluntad y elección, sin que este trabajo

signifique una relación laboral en el ámbito. Y sin nombrar los fueros en los cuales los

psicólogos no tienen ninguna presencia (en los que sería importante que la hubiere), como

podría ser por ejemplo el laboral. Pero este no es el único ámbito de inserción del

psicólogo en esta especialidad, la cual, por sus posibilidades, resulta muy vasta; veamos

por ejemplo el ámbito minoril. En este sentido la Nación posee un Ministerio de Salud

Pública y Acción Social, con una Subsecretaría de Desarrollo Humano y Familiar, de la

que depende la Dirección de Protección del Menor y la Familia,* pero es necesario hacer
notar que de esta Dirección dependen más de doscientos psicólogos, y que si bien no

todos poseen una formación forense —entre otras cosas, porque la función no les es

inherente—, un gran número desarrolla sus tareas profesionales en los llamados —o mal

llamados— institutos de seguridad (de los cuales los más conocidos son los institutos

Agote, Rocca, M. Belgrano, San Martín), y esta tarea, si bien consiste en un quehacer

marcadamente clínico (pues son funciones de diagnóstico, pronóstico, derivación y

tratamiento psicoterapéutico individual, grupal y familiar), las patologías que presentan

los menores aquí alojados, son los trastornos de conducta de características antisociales,

y aquí la reflexión sería que más allá del cuadro clínico está la real privación de la libertad

y el proceso judicial paralelo que puede, en determinados casos, limitar el accionar

terapéutico. Tomemos por ejemplo el caso de un menor que ingresa por un factor

desencadenante como el robo —nótese que lo defino como "factor desencadenante" y no

"delito" pues la ley no considera delito el actuar marginal de un menor sino "hechos que

la ley califica como delito", pues el menor no es "capaz jurídicamente" de la comisión de

delitos—, aquí pues, independientemente del accionar puramente curativo de nuestra

tarea específica, deberemos tener en cuenta tiempos y posibilidades de egreso, de acuerdo

a tiempos jurídicos a los que luego nos referiremos, o bien a otras características sociales

que cuando en la práctica sean abordados como casos particulares podrán comprenderse

mejor; y esto limita nuestro accionar, pues ya no contamos con el paciente que viene a

"curarse", y podremos aplicar en él tiempos ilimitados, sino con casos en los cuales ni

siquiera vemos la presencia de conciencia de enfermedad o sensación de incomodidad

por el trastorno, y este es en principio el objetivo fundamental: crear la conciencia de

enfermedad y necesidad de cura —que en la mayoría de los casos no se logra por diversos

factores— y por lo tanto es imperativo que el psicólogo posea nociones básicas de

Derecho, lo cual no sólo va a posibilitar una mejor atención de su paciente, sino que
también le permitirá un idioma común para la comunicación con otros profesionales —

léase fundamentalmente el juez—, es decir, que aquí entraríamos en un punto

fundamental del tema que sería necesidad de ocupación del campo especifleo con

discurso psicológico-forense y técnicas propias; esto quiere decir que hasta este momento

la Justicia se manejó con el consejo tradicionalmente médico, y éste se limitó a una

descripción enumerativa y estática del fenómeno, sin el aporte de la terapéutica adecuada;

pero también, en honor a la verdad, digamos que si bien este territorio fue ocupado por

alguien cuya capacitación no estaba de acuerdo con la patología a tratar, tampoco nosotos

nos ocupamos —hasta ahora— de revertir tal realidad. Por eso planteamos la necesidad

de un discurso psicológico que no solamente se limite a la exposición de un diagnóstico

tan siquiera dinámico, sino que también propenda a su terapéutica y reversión, y para ello

debemos elaborar también técnicas adecuadas, pues no podremos utilizar los mismos

principios que aplicamos con pacientes en hospitales o centros de salud mental, y menos

aún los practicados en nuestro consultorio privado. Con esta realidad es con lo cual nos

encontramos todos los días los psicólogos que trabajamos en establecimientos minoriles

que alojan a cuadros —mal llamados— "delincuentes juveniles".' Otro ámbito a tener en

cuenta es el trabajo profesional que se realiza en unidades carcelarias: aquí la tarea es

diversa y difiere fundamentalmente de la realizada en establecimientos minoriles, dado

que aquí sí estamos tratando con personalidades con trastornos delincuenciales básicos;

pero tampoco es sencillo por la multiplicidad de factores convergentes, por ejemplo: si

pensamos que la patología es el cuadro delictivo en sí —que por supuesto no lo es— nos

encontramos con la imposibilidad de atención de todos aquellos casos que la instancia

judicial considera como "procesados", pues legalmente se trata de casos de personas

"inocentes" hasta que el juez considere por acto fundado que cambia su denominación

por la de "culpable", lo cual en ese momento sí nos permitiría a nosotros (psicólogos)


considerar a estos sujetos como "técnicamente enfermos" y propiciar su terapéutica.

Entonces, pensemos que el sujeto presenta un cuadro anormal o patológico (existe

diferencia, pero aquí no hace a la cuestión principal), lo cual es independiente del actuar

delictivo, y éste funcionaría como manifestación o consecuencia del cuadro mórbido.

Pero aquí se nos presentaría un problema de orden jurídico y sería el riesgo del "castigo

sin delito", por el que privaríamos de libertad a una persona para su tratamiento (digamos:

"lo metemos preso por su bien y el de la sociedad"), y lo que es más grave aún, esa

privación de libertad no tendría un tiempo determinado, pues estaría condicionado a su

"cura", o en su defecto a que desaparezcan las causales que hacían considerar a este sujeto

peligroso para sí y para terceros y era aconsejable su internación (permítaseme utilizar

formulismos jurídicos para una mejor comprensión de la situación). Esto que expongo de

esta forma, lo menciono ex profeso, pues ya ha sucedido; en la época de mayor apogeo

de las concepciones positivistas la medicina forense propuso la "pena sin delito" y hasta

un prestigioso médico de la época elaboró un proyecto de ley que hacía mención de que

a los sujetos que cometían delitos se los sometiera a tratamientos terapéuticos

especializados y se los privara de la libertad (pena indeterminada) hasta tanto existan las

causales morbosas que propiciaron su actuar criminal (o sea, "lo mantenemos preso hasta

que se cure", lo cual es un doble castigo: la enfermedad y la privación de la libertad). Esto

no fue aprobado pero existe de algún modo en nuestro Código y se da de una manera

práctica. Tal vez algunos digan que en las internaciones psiquiátricas sucede algo similar:

pues bien, en algunos de los casos el mismo paciente solicita su internación pues su

conciencia de enfermedad le plantea la necesidad de cura, y en otros, su estado de

alienación impide su capacidad de decisión y hace necesaria la autorización del familiar

para proceder a la internación. Por esto, la diferencia básica estaría en que nuestro

"paciente" no solicita la internación, no tiene capacidad de comprensión de la realidad y


por lo tanto de la enfermedad (si la hubiere), pero a la vez no se trata de un alienado, por

lo cual no correspondería que un familiar autorizara su internación. Es decir, como ya fue

expuesto anteriormente, aquí lo fundamental es crear en el enfermo su capacidad de tal,

o por lo menos la comprensión de que algo anormal está ocurriendo y es necesario hacer

algo para revertirlo, Y es por ello que la técnica de abordaje es diferente y específica

solamente para esta especial patología. Citando otro campo, mencionaré la tarea a

desarrollar por el psicólogo en el ámbito policial. Organizativamente se piensa en la

institución policial como un órgano preventivo, que debería operar antes que la

inestabilidad social se produzca y por lo tanto la tarea psicológica también se encontraría

en este tema. En la actualidad, las comisarías de la Capital Federal cuentan cada una en

su dotación, con un asistente social que se ocupa de tareas dentro de su profesión en la

Delegación, y aquí sería importante contar con la labor psicológica pues, en general, todos

los problemas detectados por el servicio social deben ser derivados indefectiblemente a

psicología. Es decir, aquí vemos que el trastorno existe, pero es detectado primariamente

a partir de un hecho desencadenante que es el que produce la intervención del agente

policial. A partir de aquí se debería pensar en la actividad psicológica como instrumento

preventido de evitación de conductas más graves que empeorarían en cuadro patológico.

No obstante esto, en algunas dependencias se cuenta con equipo psicológico que se ocupa

de la tarea específica como, por ejemplo, la llamada Comisaría del Menor* y la División

de Actividades Juveniles, lo cual será explicado posteriormente cuando nos refiramos a

esos ámbitos. También existen a su vez problemáticas novedosas (y nótese que no estoy

definiendo al hecho como deUctivo, siendo que hasta hace poco lo era —por imperio de

la Ley 20.771' — y los legisladores, con sano criterio han revertido la situación), y

refiriéndonos a esto, citamos los casos de toxicomanías y drogadicción, esto es, por

considerar el hecho como un aspecto más, sintomático de una conflictiva profunda


subyacente, pero asociada a aspectos marginales, lo cual no implica que se trate de un

delincuente (en el sentido psicológico, si lo hubiere), sino, como una manifestación más

del conflicto ya referido. Aquí cabe hacer una referencia, pues el sujeto adicto hasta hace

poco estaba considerado un delincuente por el solo hecho de ingerir droga y tratado como

tal, por lo que se lo encerraba en cárceles comunes y era tratado por sus pares como

perteneciente a una casta inferior, pero en la actualidad existen lugares especializados que

se ocupan de la problemática específica y los

* Ley 20.771/71 - Ley de uso y abuso de estupefacientes (remite a la lista de psicotiópicos

que peiiódicamete publica el Ministerio de Salud y Acción Social). ' Comisaria del

Menor. Dependiente de la Policía Federal Argentina (aloja menores a disposición de la

Justicia contravencional).

24 OSVALDO H. VÁRELA

sujetos son derivados a estos establecimientos por orden judicial para su tratamiento y

rehabilitación. Hemos tratado de mostrar sucintamente y en forma generalizada los

ámbitos de ejercicio de la psicología forense, y a partir de esto nos referiremos en forma

pormenorizada a los mismos, primero tratando de explicitar en qué consiste el cuadro, y

por qué nos referimos a él (en cuanto al actuar delictivo) como una patología psicosocial;

luego el funcionamiento y análisis institucional de los establecimientos de alojamiento y

tratamiento y, simultáneamente, se ven conceptos referidos a nociones generales de

Derecho público y privado que hacen imprescindible su conocimiento en cuanto al tema

a tratar. Con esta breve introducción tratamos de mostrar los ámbitos en los cuales

practicamos psicología forense, que no son los únicos, pero sí los más representantivos.

Quiero dejar expresa constancia que los contenidos vertidos en esta especialidad no son

confundibles con la Criminología. Es opinión de los autores que la Criminología no

constituye en sí misma una ciencia, y si se quiere, es un estudio multidisciplinario que


puede ser englobado dentro de otras ciencias, las cuales le aportarán una metodología

particular: a^í pues, el enfoque médico es puramente positivistaantropológico, el enfoque

jurídico discute una concepción criminológica clásica, contrapuesta a una criminología

moderna o crítica en la cual se cuestiona la esencia filosófica del actuar delictivo desde

el punto de vista de la política social efectuando ensayos de política criminal. Y en el caso

de la psicología forense sería complementaria de la terapéutica a aplicar, lo que implica

que la especialidad sería más abarcativa pues también se ocupa de aspectos psicológicos

que se presentan en otros fueros judiciales, que no tienen relación con la criminología,

pues ésta haría referencia exclusiva al ámbito penal.


CONCLUSIONES

Una vez realizado un recorrido por la Autopsia Psicológica es importante señalar ciertos

elementos trascendentales que salen a relucir.

La bibliografía existente es poca en comparación a otros fenómenos, y la investigación

en Perú esta área es prácticamente nula. Es necesario implementar recurso en el

entrenamiento respectivo y por supuesto estandarizar el modelo MAPI en nuestro país

para así tener mayor validez en las Autopsias Psicológicas que se realicen.

Por otra parte, queda demostrada la gran utilidad que se le puede dar a este método, que

en la actualidad no solo se limita a señalar posibles causas o móviles de muerte, si no que

se convierte en toda una herramienta en casos en que las personas están

“psicológicamente muertas”, esclareciendo motivaciones de personas que cometen

delitos y luego se quitan la vida y de señalando poblaciones riesgo y modelos de

intervención para con ellos.

En nuestro país queda mucho camino por recorrer en cuanto al desarrollo de la Autopsia

Psicológica, pero los esfuerzos que se hacen ahora son reconocidos y el empuje para una

serie de proyectos que se pueden gestar bajo esta temática es transcendental.

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