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Tipos de Constelaciones

1. Hay cinco tipos de constelaciones definidos por la época del año en que pueden observarse, como las constelaciones de primavera que incluyen galaxias visibles solo durante esa época. 2. Originalmente, las 88 constelaciones reconocidas oficialmente fueron definidas por la Unión Astronómica Internacional en 1922 a partir de figuras descritas desde la antigüedad. 3. Las constelaciones fueron creadas por las primeras civilizaciones en Mesopotamia y el Mediterráneo hace miles de años y luego adoptadas por
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Tipos de Constelaciones

1. Hay cinco tipos de constelaciones definidos por la época del año en que pueden observarse, como las constelaciones de primavera que incluyen galaxias visibles solo durante esa época. 2. Originalmente, las 88 constelaciones reconocidas oficialmente fueron definidas por la Unión Astronómica Internacional en 1922 a partir de figuras descritas desde la antigüedad. 3. Las constelaciones fueron creadas por las primeras civilizaciones en Mesopotamia y el Mediterráneo hace miles de años y luego adoptadas por
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Tipos de constelaciones:

1. Constelaciones Circumpolares: Pueden ser observadas desde el hemisferio


norte durante todo el año.
2. Constelaciones de Primavera: Podemos ver galaxias imposibles de observar
durante el resto del año.
3. Constelaciones de Verano: La órbita de la Tierra se dirige hacia el interior de
la Vía Láctea.
4. Constelaciones de Otoño: La Tierra orbita mirando hacia la oscuridad total
del universo.
5. Constelaciones de Invierno: La Vía Láctea en todo su esplendor se muestra
a la tierra. Podemos observar multitud de constelaciones

Curiosidades sobre las constelaciones:


 Se considera a la constelación “La cruz del sur” como la más pequeña y la
constelación “Hydra” como la más grande.

 Es habitual que los astrónomos aficionados conozcan y estudien las


constelaciones.

 Existen constelaciones perdidas, algunas de ellas son Apis (ahora


Musca), Cancer Minor, Cerberus, Custos Messium, Felis, Frederici Honores,
Gallus, Globus Aerostaticus o Jordanus.

 La constelación de la Osa Mayor es visible durante todo el año en el hemisferio


norte. También es conocida como “El Carro”.

 Las diferentes estrellas que forman una constelación pueden estar a cientos de
años luz unas de otras.

 Actualmente se consideran 88 constelaciones. Algunas son visibles desde


ambos hemisferios terrestres y otras solo pueden observarse desde uno de
ellos.

 Las constelaciones son creaciones imaginarias que han servido a los pueblos
para orientarse o para representar a sus dioses desde hace miles de años.
 ¿CUÁNTAS CONSTELACIONES HAY?
 En su primera reunión en 1922, la Unión Astronómica Internacional (IAU en
sus siglas en inglés), organización de astrónomos profesionales que es
responsable, entre otras muchas cosas, de asignar nombres a los objetos
celestes, adoptó oficialmente la lista de 88 constelaciones que utilizamos
hoy. Los límites definitivos entre las constelaciones, que se extienden más
allá de de las figuras que “dibujan” las estrellas, fueron fijados en 1930, de
modo que cada estrella, nebulosa o galaxia, no importa cómo sea de débil,
siempre se encuentra dentro de los límites de una constelacioón. Para el
astrónomo de hoy las constelaciones se refieren no tanto a las figuras o
representaciones, sino a las áreas perfectamente definidas en el cielo.
 Actualmente se representan en el cielo nocturno 14 hombres y mujeres,
nueve pájaros, dos insectos, 20 animales terrestres, 10 criaturas acuáticas,
dos centauros, una cabellera, un dragón, un caballo volador, un río y 29
objetos inanimados (en total la suma es más de 88 porque algunas
constelaciones incluyen más de una criatura, por ejemplo Piscis o Geminis).
¡Es interesante notar que la mayoría de las constelaciones se parecen
bastante poco a la criatura u objeto que les da nombre!
¿QUIÉN INVENTÓ LAS CONSTELACIONES?
El conjunto de constelaciones que conocemos hoy proviene de la Grecia clásica.
La descripción más antigua de la que disponemos aparece en un poema llamado
Phaenomena, escrito alrededor de 270 a.C. por el poeta griego Aratus. Sin
embargo, está claro a partir de la lectura del poema, que las constelaciones
mencionadas allí se inventaron mucho antes de esa fecha. Nadie está seguro de
dónde, cuándo o por quién, fueron “dibujadas” pero un pequeño trabajo
detectivesco revela su origen plausible…
La primera pista es que las constelaciones descritas por Aratus no incluyen ninguna
cerca del Polo Sur celeste, lo que indica que ese área del cielo estaba siempre por
debajo del horizonte de los primeros “inventores de constelaciones”. Podemos
hacer la hipótesis de que esas personas vivieron próximos a una latitud de 36º norte
-al sur de Grecia y norte de Egipto- similar a la latitud donde surgieron las
civilizaciones babilonia y sumeria. Además, y esto es una segunda pista, la zona del
cielo libre de constelaciones coincide con la región donde, debido al movimiento de
bamboleo del eje de la Tierra (precesión) se situaba el Polo Sur celeste alrededor
del año 2000 a.C. que también coincide con el periodo histórico de las civilizaciones
antes mencionadas. Parece pues probable que fueran esas culturas las primeras
que las dibujaron, pasando su conocimiento después a los egipcios y de ellos a los
eruditos griegos.
Un mapa del cielo mostrando algunas constelaciones.
CUBRIENDO EL CIELO CON CONSTELACIONES
Hacia el año 150 d.C. Ptolomeo publicó su magna obra conocida por el nombre
árabe, el Almagesto) (os animo por cierto a que leáis, si no lo habéis hecho ya,
la contribución sobre Ptolomeo que escribió David hace unos días). Entre otras
muchas cosas incluyó un catálogo de 1022 estrellas, con estimaciones de su brillo,
dispuestas en 48 constelaciones que formaron la base de nuestro moderno
sistema. Con los años, los astrónomos han agregado constelaciones que
completan los “huecos” en el cielo entre las figuras descritas por Ptolomeo,
llenando las regiones cercanas al Polo Sur celeste. Entre los personajes más
importantes como “inventores” de nuevas constelaciones destacan el cartógrafo
holandés Gerardus Mercator, en el siglo XVI, y Pieter Keyser y Frederik de
Hautmann, navegantes a bordo de las primeras expediciones a las Indias del Este
en los comienzos del siglo XVII, que cubrieron casi todo el cielo meridional. El
astrónomo polaco Johannes Hevelius y el francés Nicolas Louis de Lacaille,
completaron con nuevas constelaciones los huecos que restaban.
CONSTELACIONES OBSOLETAS
En los siglos XVI y XVII, algunos astrónomos intentaron “bautizar” las
constelaciones con sus propios nombres o con otros apropiados para adular a un
mecenas o un rey. En 1678, Edmund Halley inventó una constelación llamada
Robur Carolinum (“Roble de Carlos”), en honor al rey Carlos II de Inglaterra. Esta
constelación no duró demasiado ya que no fue incluida posteriormente en casi
ningún mapa del cielo. En 1754, el naturalista y escritor satírico inglés John Hall,
inventó 13 constelaciones basadas en animales algo desagradables como un
sapo, una sanguijuela, una araña, un gusano y una babosa, que nunca
prosperaron.

CULTURAS Y CONSTELACIONES
Prácticamente cada cultura en la Tierra ha construido figuras imaginarias con las
estrellas. Muy pocas veces ha habido coincidencias entre unas y otras. Tomemos,
por ejemplo, la Osa Mayor, junto con Orión una de las constelaciones que mejor
se reconocen en el cielo. En Norteamérica las siete estrellas brillantes se
identifican hoy como un gran cucharón, para los británicos es un arado y en la
Francia meridional es un cazo. Los indios Skidi Pawnee de Estados Unidos vieron
una especie de camilla donde se trasladaba un hombre enfermo. Para los mayas
era un loro mitológico. El saber popular hindú las llamó los siete Rishis, u
“hombres sabios”. Para los primeros egipcios eran una pierna de toro. Los chinos
las asociaban al carruaje del Emperador de los Cielos o de un burócrata celeste.
Los indios Micmac de las provincias marítimas de Canadá, y otras tribus de esas
latitudes veían un oso en las cuatro estrellas del trapecio, mientras que las tres
restantes eran cazadores que lo perseguían.
¿SON LAS CONSTELACIONES PERMANENTES?
Los astrónomos antiguos hablaban muy a menudo de “estrellas fijas”, en el
sentido de que mantenían siempre la misma posición en el cielo. Y de hecho, las
estrellas permanecen casi fijas: las figuras que con ellas se pueden formar se
parecen mucho a cómo eran cuando de “inventaron”, hace 3000 años. Sin
embargo, las estrellas tienen lo que los astrónomos denominamos movimientos
propios, es decir, su posición varía con respecto al Sol, si tomamos como
referencia nuestra estrella. La velocidad de desplazamiento de una estrellas es de
unos pocos, o decenas, de kilómetros por segundo. Como las estrellas están muy
lejos, esos movimientos propios no nos hacen percibir cambios en sus posiciones
en un intervalo de unos pocos años, sin embargo en miles de años sí que es
posible apreciar variaciones. En la figura de la izquierda vemos la Osa Mayor hoy
y cómo era hace 50 000 años. Y dentro de 50.000 años el ángulo que forman las
tres estrellas más a la izquierda en el gráfico, será mucho más cerrado de lo que
es hoy (las flechas verdes indican la dirección del movimiento propio de cada
estrella).
¿Porque a las constelaciones les pusieron nombres de dioses, guerreros y
animales?

Se cree que se les dieron nombres a las estrellas, dice un antiguo comentador de
Arato, por cinco razones distintas.
Primero, por causa de algunas semejanzas entre las estrellas y el objeto de que
tomaron nombre como por ejemplo, Scorpio, o, añade mas adelante, los dos
carros, el mayor y el menor.
Segundo, por razón de alguna influencia estelar, como el Can, porque se dice que
los perros se vuelven locos cuando la ascensión helíaca del Can.
Tercero, para ilustrar alguna narración, como cuando se dice que la ninfa Calisto
se transformo en la Osa.
Cuarto, para honrar a alguna persona o personas, como cuando se reconoce a
Castor y Pólux como los gemelos celestes.
Quinto, para diferenciar y conocerlas más fácilmente, como ocurre con la mayoría
de los nombres de las constelaciones.
Se podría decir que los gemelos ya estaban descubiertos mucho antes que los
griegos. Igual que la osa.
En general se puede decir que ese antiguo teorizador acierta solo realmente
cuando establece que hay dos clases de nombres de las estrellas, una que
obedece al libre juego de la imaginación, y otra debido a una esquematización
deliberada con objeto de facilitar su conocimiento; y creyó, a mi entender
equivocadamente, que esta segunda clase era la mayor de las dos.
Siglos después, un Astrónomo más famoso, Kepler, intentó dividir, a modo de
ensayo, los nombres de las estrellas en dos clases principales; en una caerían los
nombres conferidos por razones de alguna semejanza sugerida por la
configuración de los grupos de estrellas, y en la otra, los nombres que
respondieron a la estación del año en que aparecen o se ponen, y la influencia de
esa estación sobre las vidas de los marineros o de los labradores que les pusieron
nombre de las estrellas. Es ciertamente mas acertado decir que los nombres de
las estrellas provienen de marineros y campesinos que afirmar, como lo hace el
comentador de Arato, que en su mayoría fueron puestos por educadores. No
obstante, no podemos considerar afortunada la clasificación de Kepler. De una
parte, sabemos que a las estrellas les confieren nombres,, y nombres muy
parecidos a los que les damos nosotros, razas que, como los bosquimanos y los
aborígenes de Australia, no han ascendido tanto en la escala de la humanidad
como para que sepan navegar o labrar el suelo. Los nombres que se les asignaron
a las estrellas no solo por los marineros y labradores, como dice Kepler, sino por
pastores y cazadores, en pocas palabras, por el pueblo, y no intencionadamente
por sus superiores ilustrados.
Podría argüirse que muchas de las constelaciones, tanto ahora como antes, no
son “conjuntos notables” de estrellas en lo más mínimo, sino grupos artificialmente
formados, que ningún esfuerzo de la imaginación puede hacer que se asemejen a
los objetos, vivos o inanimados, de los que les viene el nombre.
Así, desde los comienzos de la Astronomía como ciencia, hasta que el telescopio
revelo una multitud inmanejable de nuevos aspirantes a nombre, las estrellas y las
constelaciones siguieron siendo para los Astrónomos las mismas que habían sido
para los nómadas y marineros. Pero no ocurrió lo mismo con los dibujos de las
constelaciones: recibieron sus primeras formas definidas cuando la Astronomía se
convirtió en ciencia y estas formas sufrieron alteraciones, deliberadas alteraciones,
al pasar de una a otra época.
Decir que los nombres de las estrellas, como dice el escoliasta, fueron puestos en
su mayoría con propósitos educativos es falso; pero decir lo mismo de los dibujos
de las constelaciones, contiene, si no toda, si gran parte de la verdad. Y se
encontró que los nombres que utilizo Ptolomeo fueron, con una o dos excepciones
sin importancia, los mismos que usaron sus antepasados griegos por lo menos
quinientos años antes que el, alguno de ellos indudablemente, desde los mas
remotos tiempos de los que no nos queda nada escrito en griego. Algunos otros
nombres, principalmente de estrellas individuales, nos fueron transmitidos por los
árabes, pero inclusive estos son todos tradicionales: no sabemos quien se los
confirió, y, por lo general, solo podemos conjeturar el por que. Los nombres de las
estrellas son, pues , evidentemente, muy viejos, y así como fueron
indudablemente tomados por los astrónomos científicos de antepasados cuya
astronomía era del tipo primitivo que encontramos en Hesiodo y Homero, así
también estos ancestros los tomaron de precursores mas inultos todavía, que
fueron astrónomos solo en el sentido de que conocieron las estrellas y
comprendieron que cada una tiene su estación, como lo saben los bosquimanos y
los aborígenes de Australia de hoy día o de ayer.
Por lo que hace a las figuras delas constelaciones tal como han sido dibujadas en
la esfera celeste a las que la mayoría de esos nombres les son y les han sido
desde antiguo aplicados.


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