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Los Combates Por La Invención de Misiones (Cap. 1) - Jaquet PDF

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Héctor Eduardo Jaquet Los Combates por la invencién de Misiones EDICION ESPECIAL EDITORIAL UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONES San Luis 1870 - Posadas - Misiones -Tel-Fax (03752) 428601 Correos electrénicon dunam-produccion@arnet.com.ar ‘dunam-ventsa@srnetcom.ar ‘Titulo Original: “Los combates por le invencién de Misiones. Un estudio dle la partieipactén de los histariadores en Ja construccidn de una fdentidad pera la provincia de Misiones, Argentina, 1940-950", ‘Tesis presentada al Programa de Postgrado en Antropologia Soctal-PPAS- Secretaria de Investigacion y Postgrado de ls Facultad de Humanidades y Ciencias Soctales de la Universidad Nacional de Misiones. Posedas, marta 0 1999, Disefio de tapa ¢ Interiores: Sonia Navarro-Andrés Paredes Correccién: Hedda Girsudo ‘Motive de la tapa: Vista panorémica del Parque Repiiblica del Paraguay y el Musco Regional de Posadas en 1940 con detalles del monuments & “Androrite” emplezada ei Ga ups, Mislones Fotos: Panorimica del Parque Repiblica del Paraguay aparecida en "Misiones OroVerde", Guillermo Kraft Lds,, 1945, Monumento a Andrés Guacurarf por Sussna“China” Ferninde2, “geet, Hector Edimrdo Los combates por Ie invencién de Misiones: I pardoyficion de los histories em a lsboraston de unadentdad pra la provincia de Misiones, Argentine, 1940 1950. Inet + Poradas:EJUNOM - $54.12 5 IS cm ISBN 950.579.0384 1. Soctologts da Is Calta Tile cop 306 ech de eatlogacibw 1270872005 Hecho el depésito de Ie ley 11.723, ;prezo en Argentina ISHN: 950.579-038-4 Euitorial Universitaria Universidad Nacional de Misiones, Posades, 2005 ‘Todos los derechos reservados para Ia primera edicibn Los Combates por la invencién de Misiones La participacién de los historiadores en la elaboracién de una identidad para Ia provincia de Misiones, Argentina, 1940-1950 EDITORIAL UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MISIONES Hécter Eduardo Jaquet se nos negaba trabajar. En complementaciéa con este relato teniamos la confirmacién complaciente de la obtencién del permiso por parte de nuestro compafiero “extranjero”: “A mf me lo dieron. Yo no tuye ningiin problema”). Sin la consulta a ese archivo la investigacion era imposible. Los documentos de la institucién que estudiébamos eran fundamentales para nuestro trabajo. Asumiendo nuestra condicién de desterrado del campo, se nos impuso el debate ético, la biiequeda de otros caminos y la tome de una decisién, Una noche de sibado tormentoso, cuando el Parque Paraguayo se encontraba desierto por ausencia de sus habituales transeiintes, nos dio la oportunidad de resolver nuestro agudo dilema. Nos invadié la extrafia sensacién de que violibamos la tumba de los préceres y que algin fantasma se presentarfa para evitar el sacrilegio. Pero Posadas es una sociedad bastante pequefia para algunos menesteres y los historiadores de la Junta estin en todas partes a través de sus parientes, de sus amigos o de sus fantasmas. Desde esa noche nos lamentamos por nuestra suerte y anduyimos en la ciudad durante mucho tiempo agobiados por la, culpa y temerosos de algiin veredicto infamante de los historiadores. Pero la encrucijada existe siempre. En esta pequefia aldea que resulta ser la ciudad capital de la provincia, por mAs qule tenga 300.000 habitantes, cualquier lugar (y cualquier persona) puede convertirse subitamente en el sacrosanto custodio del pasado. Quizés, inconscientemente, nos queda algo de ese temor y de la necesidad de ocultarnos tras la utilizacién de la primera persona del plural en la escritura del trabajo. En un acto de reflexividad, ereemos que como una rémora de los “condicionamientos del campo” esta opcién es mas que un estilo literario, intentamos, aunque creemos infructuosamente, invisibilizarnos en un “nosotros” genérico para evitar que el fantasma de los muertos y la inquina de los vivos nos condenen a un destierro definitivo. 10 Capitulo 1 Misiones, imaginarios y fronteras (8. XIX). Un prélogo Iejano para la institucionalizacién de Ia historia El objetivo de este Capitulo es mostrar cl conjunto de representaciones que, sobre el territorio y Ia poblacién de Misiones, gestaron idedlogos y administradores del Estado nacional argentino a fines del siglo XIX. Pretendemos determinar la génesis de un dispositivo simbélico con el que, Hicita a explicitamente, dialogarén los historiadores de la Junta de Estudios Histéricos de Misiones casi un siglo después. Resultaria practicamente incomprensible la dindmica que adquirié el campo historiogréfico misionero sin la presencia de este lejano antecedente que constituye la base sobre la que se asenté gran parte del impulso reivindicativo de Jos juntistas misioneros. En otro orden, este Capitulo nos permitiré situar mis claramente los aspectos 0 cjes contrales que la problemitica de nuestra investigacién intenta poner en diélogo: las valoractones 0 fepresentaciones, sus significados y el modo en que estas se produjeron segim agentes y contextos especificos. 1- Misiones en el relato de los “viajeros” Luego de la desestructuracién politico-territorial del Virreinato del Rfo de la Plata, y tras un conflictivo proceso 7 Héctor Eduardo Jaquet histérico que se extendié alo largo de gran parte del siglo XIX, el territorio de Misiones quedé integrado a Ja Nacién Argentina y se convirtié en espacio fronterizo internacional’, ‘A mediados de ese siglo, Europa inicié un sorprendente impulso tecnolégico a partir de la Segunda Revolucion Industrial que cambié las relaciones de este continente con el resto del mundo. Como respuesta, la mayor parte de los paises latinoamericanos iniciaron un proceso de organizacién interna para incorporarse a las nuevas condiciones del mercado mundial Este nuevo ordenamiento politico y econémico dio lugar al nacimiento de lo que se conoce como Estado-nacional, replicando en América Latina un proceso semejante al que se venia operando en Europa desde el siglo XVII. En Argentina, la formacién del Estado-nacional se produjo a partir de 1862, después de la batalla de Pavon, durante la presidencia de Bartolomé Mitre, y se consolidé con la denominada Generacién del ‘80. ‘Comiw cousteucto histérico, cl Estado-nacién implicé wn tipo de Estado basado en una administracion burocritica y centralizada en torno ala economia agro-exportadora del puerto de Buenos Aires; controlado por una oligarquia liberal- conservadora poseedora de extensos latifundios con salida al mercado internacional; unificado a partir de la definicidn de la soberania, lo que determind la fijacién de fronteras politico- 1- La provincia de Misiones se halla ubicada en la regi6n nordeste de la Repliblica Argentina con la mayor parte de su terzitorio (90%) lindando fronteras internacionales, con Paraguay al oeste y con Brasil al nordeste, Durante el siglo XIX se produjo la disolucién de las Misiones Jesuiticas (1609-1768), de las cuales el territorio actual de Misiones formabs el nécleo central, cuando el proceso de formactén de los Estados nacionales de Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay hizo que las fronteras entre estos Estados se deslindaran con un criterio jurisdiecional de tipo “nacional”, Misiones, imaginarios y fronteras (S. XIX) territorfales con otros Estados; la implantacién comiim de una legislacién, una moneda, un ejército y una educacién nacionales para todo el territorio que contribuyé a eliminar las particularidades regionales. Un rasgo saliente de este proceso fue la reproduccién de modelos culturales europeos por parte de la clase dirigente y su imposicién a las poblaciones del resto del pais mediante la consolidacién de la Capital Federal como centro econémico, politico y cultural. Mientras los hombres que asumfan la conduccién del Estado Argentino Moderno se preocupaban por poner fin al perfodo de las guérras civiles imponiendo la denominada pacificacidn nacional y por estructurar-un orden administrativo general para la Argentina, en el plano internacional esta se convertia cn un enorme mercado para las manufacturas, la inversién de capitales y la mano de obra europeas. Se puede afirmar que, a partir de 1880, el Estado- nacional argentino se hallaba consolidado definitivamente y hacia sentir su influencia homogeneizadora penetrando en las diversidades regtonales, En esta etapa, uno de los principales aspectos que se asumieron con urgencia fue el ordenamiento del territorio. que formaria parte de la nacién, por lo que el Estado procedié a deslindar la jurisdiccién nacional de las jurisdicciones provinciales, asi como a efectivizar la integracion de todo el territorio definiendo las fronteras internacionales. Se inscribié en el marco de estas alternativas, la implementacién de “campafias" militares que incorporaron espacios ganados a los indios, y los resultados derivados de los acuerdos diplomaticos con los Estados vecinos de Paraguay y Brasil, luego de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870). A. través de las medidas del gobierno nacional tendientes a lograr la organizacion del pafs, simulténeamente le idea de “Nacién: Argentina” fue tomando cuerpo en el proceso de homogeneizacién cultural dirigido por cl Estado que, a pésar de’sti pretensién, no’ estuvo exento de conflictos 7 Héctor Eduardo Jaquet La repercusién politico-regional de este proceso se tradujo en la creacién del Territorio Nacional de Misiones, paralelamente a la constitucién de otros territories nacionales (Chaco, Formosa, La Pampa, Neuquén, Rio Negro) que se sumaron a las antiguas provincias como nuevos entes politicos integrados a la geografia nacional, pero dependiendo exclusivamente del Poder Ejecutivo Nacional. Hasta ese momento, la provincia de Corrientes (el Estado provincial) ejercta la soberanfa y el control del, por entonces, extensisimo territorio de Misiones, desde la denominada “anexidn” de 1832. La negativa del Estado correntino a la cesién y traspaso de territorio a la jurisdiee: mn de la nacién dio lugar a la “cuestion jones”, que desperté el interés de la opinién publica y la agitacién de la prensa, Finalmente, tras enconados ¢ intensos debates en el Congreso Nacional, el territorio de Misiones ingresd, a partir de 1881, en nina neva etapa histérica en virtnd de la federalizacién, Se producirfa, sin embargo, en este proceso, el cercenamiento de extensas 2onas de campo que pasarian a control de Corrientes y, a partir de 1895, el Estado brasileio se adjudicarie 30.000 Km? de territorio’ (Zouvi: 1991; Perié de Schiavoni: 1992). 2- Inclufa aproximadamente la mitad del actual territaria del Estado de Santa Catarina, Brasil, 3. Las disputas por definir la fronterae del territorio entre Brasil y Argentina fueron sometidas al arbitraje del presidente norteamericano Grover Cleveland quien dio su fallo (*Laudo Cleveland”) el 5 de febrero de 1895, sienda favorable a Brasil, De acuerda con sus disposiciones, que te limitaban a indicar Ia wbicacién de los rior que habrian de servir de limites entre los dos paises, la Argentina perd{a. 1.200 leguas de territorio. La regién ‘adjudicada Brasil era la lamada “zona de los pinares", denominacién que corresponeia alas extensas zonas de estancias y pueblos jesuiticos. Misiones pasaria a poseer, desde entonces, una superficie de 29.822 Km? (Zowvi:1991; Perié de Schisvoni;1993, Amable y Rojas:1993). 76 Mision Imaginarios y fronteras (S. XIX) Este contexto politico de fines del siglo XIX nos permite establecer dos hitos importantes para la problemitica que nos ocupa: Ia aparicién de las primeras “informaciones” sobre Misiones recogidas por agentes del émbito nacional a través de los relatos de los “viajeros” o “cronistas” que exploraron el territorio, y la primera apelacién a Ja historia para resolver cuestiones de limites, jurisdicciones y fronteras en el marco de Ia organizacién del Estado-nacién a través de la postura de un funcionario del gobierno centralt En esta época cl Estado nacional financié expediciones de reconocimiento de los territorios “alejados de la patria” (Peyret, Hernéndez, Bourgoing, Carrasco, entre otros) con el objeto de relevar informaciones sobre la geografia, Ia poblacién y los recursos naturales posibles de ser explotados por la industria y el comercio, Por otra parte, era fundamental para cl Estado obtenor datos cobre los mites con loa pases vecinos, sumamente difasos por el desconocimiento de la regién, y sobre los obstaculos que sc podrian presentar para que esas zonas “nuevas” iniciaran el camino del “desarrollo” y el “progreso” integradas a la nacién argentina Aunque muchas de estas obras de “exploradores” y “viajeros” constitufan informes oficiales para el gobierno, algunas trascendieron al gran pitblico a través de la prensa de Buenos Aires, En ellas se destacan sentidos de “territorialidad”, “argentinidad” y“civilizacién” que son significativos para percibir 4+ Cuando utilizamos Ie exprosién "gobierno central” lo hacemos para designar a las autoridades nacionales residentes en Buenos Aires, capital de Ja RepGblica Argentina, Cuando referimos “pais central” lo hacemos para designar a los agentes y a las perspectivas surgidas en Buenos Aires y la Capital Federal, 7 Héctor Eduardo Jaquet las primeras fronteras reales e imaginarias que se constituirin en el sustrato de la reaccién historiografica local posterior’ Nuestro interés no esté centrado en las fronteras como Lmites fisicos y/o juridico-politicos, sino en aquellas fronteras culturalmente definidas por los actores principales que producen estos relatos. Las fronteras que nos convocan son las que surgen de las concepciones de los protagonistas de los viajes entendidas como categorfas simbélicas definidas en el marco de la ideologia “Aiberal”/ “progresista”/ “nacionalista” que permeaba cl proceso de percepcién de la alteridad de los habitantes de la zona y de su entorno natural. Estas “crénicas” presentafon un mundo desconocido para el pais central que se especificaba econémicamente en la regién + pampeana, culturalmente en Buenos Aires y politicamente en la Capital Federal, Explicitan el proceso de organizacién nacional a partir del eje basado en una nacién que avanza hacia la conquista de territorios “salvajes” ¢ “incultos”, pero potencialmente explotables’ por sus “inmensos recursos naturales”. En estos trabajos, el pais sc lee desde un tinico centro de irradiacién que ¢s Buenos Aires y desde un nico punto de referencia que es la civilizacién y el progreso. La integracién de la nacién mediante la construccién de una ideologia nacional basada en la homogeneidad cultural implicé, primeramente, un reconocimiento de “los otros” y un 5- Sibien son numerosas las obras correspondientes alos “cronistas” (Peyres, Bourgoing, Queirel, Carrasco, Herndndez, ete.) tomamos la obra de Rafsel Hernandez, “Cartas Mustoneras. Kesena Historica, Cientition y Deseriptiva {de las Misiones Argentinas" (1881) como representativa pars nuestro anslisis, fen procurs de una'aproximacién a los imaginarlos que, en relacién con, Misiones, se edificaron en las Giltimas décadas del siglo XIX, Por ello, aunque usemos el plural “los cronistes", el material de estudio y las citas corresponden a este autor, En estas iltimas respetamos Ia sintaxis del texto original. 78 Misiones, imaginarios y fronteras (S. XIX) fuerte impacto-frente a las diferencias, lo que alimentaba, a su vez, el desco y cl convencimiento de climinarlas bajo el manto uniforme de la argentinidad y el progreso. Por ello, estas diferencias debian ser “depuradas” paséndolas por el amplio tamiz de la nactonalidad y la ctvilizactén: “La solidaridad nacional esté quebrantada por completo en estas tierras. Ne puede decirse que el correntino del norte misionero scan realmente argentino: (...) esto ex cuestién que afecta a a organizacién nacional. Diferencia de idioma, guarani {Y portugués donde no impera el castellano, implica diversidad de costumbres y de tendencias soctales. La diferencia de idioma es barrera més poderosa que el océono, por lo que nos es mds facil estrecharnos con los europeos que con estas gentes. Aqui somos mds extranjeros que el inglés en Buenos Aires...“(Hernandez: 32). En estas obras se presenté una poblacién que contrastaba notablemente con los hombres “civilizados”, Los habitantes de estos lugares eran aprehendidos a partir de sus faltas*: “...andan vestides con harapos, no conocen calzado, no conocen asus padres, no tienen nombres ni apellides, viren ersantes...(...) 6- El antropélogo Frangols Laplantine, a quien seguiremos bisicamente para desentrafar la légica de los imaginarios producidos en la época que nox ocupa, ha sefialado quella aprehensién del otro.a partir de una falta constituye una de las carat de Ia ideologia colonizadora (Ia otra In constituye la fascinaciin por ly eatin, ume veremos dexpusy. Sostiene que esta {deologia implica “el rechazo deo extrafo aprehendide a partir de una falta, y cuyo corolario es la buena conciencia que tiene el visjero sobre el y att sociedad..." traducida en la expresién “el mal salvaje y el buen elvilizado”, Las dos varlantes de esta figura seri la.condescendencia y la protecci paternalista, o Ia exclusién y negacién de la condicién de humanidad del otro, el diferente (Laplantine: 1993), rt Héctor Eduardo Jaquat La misera existencia que arrastran estos pobres indigenas para el hombre civilizado es inconcebible (...) muy pocos son los que comieron alguna vez carne, sino es de animales silvestres y en cuanto a Ia sal es tal eu escaséz que muchos no la conocen (...) Tos muchachos hasta muy grandes no se visten mds que con el ropaje de eu propia inecencia, na canacen Ia filiacién de familia (..) una mujer no pudo dar razén de sus antecesores ni del padre de sus sets hijos (...) las familias viven en miserables chozas donde duermen en comunidad con perros y chanchos, linicos representantes de su riqueza pecuaria (...) los hombres huyen de las trabas de Ja eivilizacién y de la ley y las mujeres no conocen propiamente ninguna industria de provecho...” (ibidem: 38). Pero lo que mas preocupaba respecto de la poblacién era la imposibilidad de identificar un tipo “puro” que pudiera cequipararse al “argentino”: “no tienen un tipo fizonémico por la mezcolanza de indios, paraguayos, correntinot y brasileres..."(:74). Luego, inevitablemente, se destacaba como fruto irredento de esta mezcla racial, el carécter de las personas: “son indolentes, apaticos, haraganes y desgrefiados...”. Ademés, sila falta primaba en el conocimiento del otro, conforme a la ideologia civilizatoria, también se dudaba de su propia humanidad. Se sospechaba que algunos seres humanos del lugar posefan “rabo” quien sabe por qué extrafia maldicién del paisaje y quc ssuchos fucran, incluso, “entropéfagon™ Se abundaba en relatos dramAticos de nifios devorados por las fieras, y de Iuchas frecuentes de los hombres con pumas y yacarés. La perplejidad frente a lo extrafio imponia una 80 Misiones,imaginarios y fronteras (S. XIX) traduccién ideoldgica de la zona mediante el contraste sarmientino de civilizactén y barbarie:? “Qué es ést0? Quign triunfa aqui? La civilizacién o la barbarle? Entre el hombre y la fiera: cudl es el brute?” (:103). La figura contrapuesta del “mal salvaje” y del “buen civilizado” hacia parte de la percepcién de estos viajeros frente a la primera confrontacién visual con Ia alteridad, Se ha sefialado como constitutiva de la ideologia europea decimonénica, que ejercla gran influencia sobre los hombres de Buenos Aires que recorrieron el Alto Parand en esa época, “la actitud que consiste en expulsar de la cultura, esto es, hacia la naturaleza a todos aquellos que no participan de la porcion de humanidad a la cual pertenecfan y con la cual se identificaban. ..”(Laplantine: 1993). Esta ideologia, que consagrard los términos “primitivos”, “naturales” y “salvajes” oponiendo asf a la animalidad la humanidad, constituyé el prisma ideolégico a través del cual los “exploradores” tradujeron el escenario regional? 7. *Civilizacién y Barbarie: vida de Juan Facunda Quiroga? fue el titulo original ‘dela obra escrita por Domingo Faustino Sarmiento publicads en 1845, dos décadas antes de que este asumieralla presidencia de I Repiblica Argentina, Paral socibloga, Maristella Svampa (1994), esa obra instal el contraste"cliliacién-barbarie” como tuna imagen fondacional del dispositive simbélico de la ideologia liberal correspondiente a amplios sectores de la clase dirigente del pats, y ha influido, durante mis de un siglo en a vida pola y cultural dela Argentina, Este dicotornia, hasido un modo wtlizado recurrentemente para explicar las contradicciones dela sociedad argentina naturalizando la imagen de un pals “dividide”, Civilizaciin y barbarte recorre y vertebra el campo politico, el terreno de Ia intelectuslidad y ia cultura nacionales otorgindole tna persistencia innegable en los diferentes contextos en que la sociedad argentina intentb ser conceptuslizada, Fue también, un punto estructurador de un upo de relato en Is historiograffa nacional. 8. Ex un tema recurrente en Ia Antropologia examinar Ia manera por la cual las nociones de “humanidad” y de “ser humano” determinaron, y fueron a sa vez a Héctor Eduardo Jaquet Era necesario, entonces, para transformar esta réistica realidad, el avance de la civilizacién mediante el trabajo y el esfuerzo de los hombres de Buenos Aires que se propusieran convertir a la regién en polo de desarrollo. Esta era una tarea indispensable y urgente porque en ello iba comprometida la propia salud de los hombres civilizados: “Quizds esa pesadez o la cabeza, mal estar y sobrexitacién nerviosa que suftimos los portefios cuando soplan vientos del norce, ‘que llamamos jaqueca, reconoce por causa este foco J otros semejantes, quizds eros desérdenes y hasta delitor que la estadistica acusa cuando persisce por algunos dias esas brisas, se disminuirén cuandé el Paraguay y Misiones hayan salubricado su suelo operando su transformaciin por el trabajo” (:84). Sélo el “trabajo” de Ia “civilizacibn” podria climinar dicho foco “infeccioso” y convertir a la selva en productiva. Por ello, alclamente a la agresividad del medio y al salvajismo de la gente, Fabia, uc alimentar la esperanza mediante la contra-imagen bucélica del paraiso y la promisién, Aqui se nota el proceso de conversion romintica de la ruda agresividad del medio en un paradisiaco lugar de ensuefios, aproximindonos a la otra cara de la ideologia del progreso basada en la fascinacién “euyo corolario es la mala conciencia que se tiene sobre sf y su sociedad” (Laplantine: 1993)”: determinadas por las ideas acerca de los animales, El tema de los “hombre: con cola", por ejemplo, aparece en el testimonio de numerosos cronistas en distintas épocas cuando se percibe la aleeridad en la humanidad del otro. ‘Tim Ingold, demuestra como en la tradicin del pensamiento occidental, los conceptos de humano y animal aparecen *llenos de asoctaciones, repletos de ambigiedades y sobrecargados de preconceptos intelectuales y emocionales” (Ingold: 1995) 9. Laplantine sostiene que este giro del “rechazo” a la “fascinacién” puede darse incluro en la visién de un mismo autor. En el caso que nosotros 22 Misiones,"imaginarios y fronteras (8. XIX) “No es necesario ser profeta para anunciar que eztas regiones atracrén en los meses de invierno a toda esa aristocracia ociosa de Buenos Aires, saciada de teatros y de bailes, en busca de un elima primaveral para restaurar la salud daiiada por esa vida agitada ante el cambio repentine @ una estacién vigorosa [entonces] Golendrinas bonaerenses! yo os anuncio que en las Misiones Argentines hallareis 1a primavera en agosto, que aleanzareis a gustar uvas en julio (....) que hallareis paisajes para construir moradas, aires puros, atmésferas perfamadas, alimentos sanos,feutes exquisitos, baiios termales (...) flores nunca vistas, ares canoras y arroyos que serpentean sobre piedras de Jnfinitas cristalizaciones ) nuber de mariposas de todos los colores... y drboles del bosque que asemejan a gigantescos resales de un vaste jardin” (:109). Inmediatamente se producfa el Mamado: “Lal yublerues, eupresartos, ingenteros aqui eenels una tiersa de promisiéa, gno habré entre vosotro: un énimo emprendedor para fiunquearla?™*(:112). analizamos advertimos que, Fectivamente, el componente humano tomado como “bestial” o “salvaje” y el“faco insalubre” que representaba el ambiente natural de Mistones se convertian, contradictoriamente en muchos passjes del relato de Hernindez, en hombres “valientes, “altivos", “solidarios" , en mujeres "gréciles doncellas” y en paisajes de prédiga naturaleza, 10. La idea de “franquear” se une a otras expresiones como “romper”, “transponer”, “penetrar” que nos hablan de Ia percepelén de'una Frontera ‘entre dos mundos distintos, separsdos por una barrera-absticulo que habia que vencer para “derramae” por los rios interiores, en direccién contraria “sls normal disposicién de Ia naturaleza” con ros cuyas aguas bajan de norte a sur “y que no se interrumpa el flujo de civilizacién que venia del atlintico” logrando asi la deflnitiva integracin de la Nacién (Sternk: 1990). Pars algunos autores, Ja entrada de la eivilizacién por Ta puerta de Buenos ‘Aires implicé una lectura al revés de la geografia aa | Héctor Eduardo Jaquet De esta manera, la ideologia civilizatoria, sin modificar sustancialmente la rela¢ in frente a lo diferente, podia tornar hacia la figura del “buen salvaje” y del “mal civilizado” constituyendo lo “simétrico invertido” de la misma concepcién ancertor! “La figura de una naturaleza mala en Ta cual vegeta un salvaje embrutecida ex eminentemente susceptible de see transformada en su opuestorel de Ja buena naturaleza dispensando sus beneficios a un salvaje liz. Los términos de Ja atribucién permanecen (sin embargo) rigurosamente idénticos, de la misma forma que el por constituide por el sujeto del diseurso (cl civilizado) y su objeto (el natural)” (Laplantine: 1993). Esta reversién es propia de la dindmica ideolégica con que opera el imaginario del viaje por regiones desconocidas", otorgando la posibilidad del deseo de “hacer existir en un alld (fuera de la sociedad del civilizado considerada ahora como viclosa y corrompida ) un mundo de placer y de nostalgia, en suma, una humanidad convivial cuyas virrudes se extendian a la magnificencia de Ta fauna y de Ia flora” (fderm: 1993). ‘Sin embargo, a pesar del velo “idealista”, “universal” y “romintico” de los discursos, quedaba claro para estos agentes, de Ia modernidad que la base del desarrollo era el trabajo, un poco de actividad material e intelectual para perfilar y convertir 11-Para algunos autores, existiria una ideologia eepecifics representada por el “Imaginarfo de viajes" y que estarla formada por un repertorio de valoraciones etnocéntricas dispuestas a ser usadas frente 2 las primeras aproximaciones a una realidad percibida como diferente. Este imaginario seria, ademés, eurocéntrice y hallaria su origen en la época del Renacimiento, durante las exploraciones de territories producto de la expansién maricima europea, En el decursa de su formacién habria hitos que permitirian comprobar, por un Indo, Is continuidad de esa ideologfa, pasando por el siglo XIX, hasta la actualidad y, por otro, su universalizacién ya consumada cen sociedades no europeas (Fabian: 1996). 84 Misiones, maginarios y fronterae (S. XIX) ese espacio en un territorio nacional. Asi, territorlo, nacién y aivilizacién se entendfan como parte de una misma cosa: “Teabajemos en Misiones, labremos sus tierras, explotemos sus tesoros naturales y en donde hoy sélo existe (,..) una poblaciéa arisca, gnorante y pobre (....) que cruza la selva desnuda a pid y desprovista de todo elemento de sociabilidad, veremos elevarse pronto ciudades florecientes, escucharemos el rechinar de las méquinas on vez del alarido salvaje del montardz, el comercio operard sus prodigiosos resultados, enriquectende al que compra y al que vende, al que produce y al que consume y finalmente la luz de la civilizacién alumbraré estas oscuraz comarcas, permitiéndonos Jfiaternizar por la comunidad de aspiraciones, de costumbres,y de idioma con nuestros mismos paisanos robusteciendo los vinculos de solidaridad para el engrandecimiento de la patria’(Negritas nuestras)(:124) Del relatorio de los viajes se desprende, ademés, que las trabas para el progreso de Misiones y para su completa integracién ala “comunidad imaginada” nacional, eran: la falta de capital y de brazos “que por ahora encuentran demasiado campo de accién en la puertas de la Replica” (en clara alusién a la region pampeana), la poderosa barrera represehtada por la dificultad de la navegabilidad del Alto Parand y la posesién de las tierras mds fértiles por parte de un reducido nimero de personas:“el progreso de esta rica comarca esté encerrade dentro del interés de algunos sefiores feudales”. Estas erras pertenecian a propietarios correntinos, en su mayoria estancieros ausentistas, que en la lucha que llevaba a cabo el Gobierno Nacional por la posesién de Misiones; fueron vistos como un factor de atraso al progreso del pais: “No pasan de diez 0 quince los propietarios que tienen acaparadas todas estas comarcas (...) Desgraciadamente no ven as Héctor Eduardo Jaquet que se encierran en un efreulo de hierro, y que son imposibles el progreso y la valorizacién de la tierra mientras la propiedad no se subdivida entregandola a Ia explotacién particular (...) Por Io dicho se ve que toda esta gran masa de propiedad ristica yace inmébil, encerradas por decirlo asi en las cajas de hierro donde duermen los titulos que sin ningtin provecho publica, enagens (sic) al gobierno de Corrientes. Allf dormirén por muchos aiios, pues aus duefios legitimos piden cientos de miles per cada legua” (:175). En fin, lo que en estas obras se aprecia es que la civilizacién se enfrentaba con un territorio desconocido en cuyo seno las fronteras nacionales se hallaban totalmente indefinidas y diluidas en un manto “oscuro” de selva virgen; por la circulacién irrestricta de la poblaciéa “paraguaya”, “brasilefia” e “indigena” que no parecia reconocer Frontera politica alguna; por la mixtura indiferenciada de cbdigos culturales que debian ser fraccionados ante el imperativo del Estado-nacién y por el “atraso” que significaba la falea de industrias y de womercio. En este marco 2° gustenté la idea de un espacio alejado de Ia “mano de dios” (del Estado-nacibn), donde slo imperaba la clandestinidad proclive al contrabando de yerba y ganado que beneficiaba a “paraguayos” y “brasilefios". La falta de controles estatales determinaba la existencia de una nacién que, en estas regiones, no alcanzaba su realizacion completa. De todas maneras, al difuminarse las fronteras por el desconocimiento de la zona, tampoco aparecian demasiado claro los Estados vecinos como enemigos: se sabia de Ia presencia de “paraguayos” y “brasilefios” que transitaban por la regién y que, incluso, eran requeridos como guias por los exploradores “portefios” dado su conocimiento del terreno; se los toleraba como usuarios de un espacio que adn no era totalmente argentino. Se tenfa la esperanza de que el progreso asociado a la nacién eliminaria la clandestinidad que, hasta ese momento, amparaba a “esa” gente que “cruza la selva desnuda y 36 Misiones, imaginarles y fronteras (S. XIX) a pié”, precisando mis claramente las fronteras, La verdadera frontera estaba marcada por la falta de civilizacién. El verdadero enemigo era el atraso que impedia que la nacién argentina pudiera dar respuestas a las exigencias del-mundo moderno en mejores condiciones de competitividad. A través de la obra de los “cronistas” podemos comprobar que existfa un diélogo permanente con el mundo “global” representado por la conformacién del mercado mundial y la divisién internacional del trabajo liderades por Europa, que operaba como “fuerza” impulsora externa para la organizacién nacional, Subyace en esta “fuerza”, la idea de civilizacién y progreso constituyéndose en el teln de fondo sobre el que se lee el escenario regional. La permanente alusién en las crénicas sobre la necesidad de industria y comereio y sobre los beneficios “para el que compra y el que vende”, son muestras dél didlogo que establecia la regién con ese mbito global por medio de estos agentes de la civilizacién. BI Estado nacional 2c presentaba como uria cntidad nitida, poderosa, avasallante de las diversidades regionales, como Ja cara interna del impulso de civilizacién y progreso, Misiones se concebla como el escenario para el despliegue de estas fuerzas, como un espacio difuso, inaccesible, atrasado, fabulado, paradisiaco y salvaje donde no se pueden precisar fronteras internas ni externas, como tampoco los componentes que circulan ante la flexibilidad de un transito sin controles. Las fronteras parecen subsumirse en la genérica y maniquea dicotom{a sarmientina de eivilizacién 0 barbaric, Desde estas dos categorfas opuestas y complementarias, los cronistas contribuyeron para colocar a Misiones y sus habitantes en el imaginario nacional. Pero para estos idedlogos del Estado-nacién, el otro, lo diverso, lo desconocido, fueron s6lo pretextos para expresar la concepcién de su propia sociedad y el ideal de mundo civilizado que deseaban para la Argentina y para si mismos como a7. Héctor Eduardo Jaquet integrantes de ese mundo. El rechazo y la fascinacién en relacion con el paisaje natural y humano de Misiones fueron como las dos caras del mismo espejo invertido en el que los cronistas se reflejaron a si mismos y a la sociedad a la cual pertenecian. Transois Laplantine, el autor que nos ha ayudado a develar la dindmica del imaginario producido por los viajes, sostiene que “tales son las construcciones en presencia, (en las cuales 1a repulsién se transforma répidamente en fascinacibn) de esa alteridad fantasmética que a0 tiene mucha relactén con Ia realidad. El otro (en ‘nuestro caso el habitante de Misiones)... es simplemente utilizado como soporte de un imaginario cuyo lugar de reférencia nunca es (en “nuestro caso el territorio de Misiones)... (ambos) son objetos- pretextos que pueden ser morilizados con vistas ala explotacién econdmica, @ Ia homogencizacién cultural ....0 la emocidn estética, Pero en todas estas oportunidades, el otro no es considerado para sf mismo. Mal se To ‘mira para él. Se mira a si mismo en él”. En este caso, el fin era responder alas condiciones del mercado mundial y edificar una comunidad nacional homogénea cada vez mas adversa hacia las diferencias © importunada por la presencia de los “otros”, los atrasados... Asi, al final de su travesia por estas “lejanas” tierras, nuestro cronista Hernandez pudo expresar su nostalgia por la “patria” cuyo espacio tenia atin fronteras estrechas. En Ia idea del “regreso" percibimos que la“patria” se localizaba en Buenos Aires: “Después de cinco meses de ausencia nos asaltan deseos vehementistmos de regresar ol suelo de la patria, pués aunque nds hallames bajo 1a dominacién argentina, nos consideramos como extranyeros en esta parce de st cerriworio que tuduria vuseve de Tos athagos (sic) de la vida culta y civilizada”(:193). Esta expresién de deseo es una sintesis clocuente del cruce de valoraciones que definié un estatus incompleto ¢ imperfecto para Misiones en el imaginario nacional. 28. Misiones, imag) los y fronteras (S. XIX) 2- Misiones en la primera argumentacién histérica Paralelamente al desarrollo de las obras de los cronistas jue empiezan a inundar Ja prensa de los diarios porteiios por thedlo de las denominsdas “cartes” de vlajcron, generamde y difundiendo ese tmaginario especial en relacién con el territorio misionero, surge el que podemos considerar como el primer texto historiogréfico sobre Misiones. Se trata de la obra “El Territorio Nacional de Misiones” (1881) de Mardoqueo Navarro, que aparece para dar respuesta ala denominada “cuestién Misiones”, Este libro es significative porque por primera vez se apcla a la historia para resolver un conflicto jurisdiccional entre un Estado provincial (Corrientes) y el Gobierno Nacional en el proceso de organizacién de la nacién. Constituye también un precedente en la sociogénesis del trabajo hist6rico misionero, ya que mediante la utilizacin de la historia se debatian intereses politicos personales y los principtos mas generales de articulacién entre la nacidn y las provincias. Ademas, nos presenta una perspectiva diferente a la de los cronistas para entender las fronteras y cl lugar imaginado para Misiones por el relato identitario nacional’?. El bro permite vislumbrar las diversas aristas que presenté el conilicto entre la nacién y la provincia de Corrientes por la posesién de Misiones y su argumentacion esti estructurada a partir de la plasmacién de varios tipos de fronteras, La obra muestra que el proceso de organizacién nacional, problema 12: El texto de Mardoqueo Navarro aparccido en 1881 (aunque recoge una polémica suscitada en 1876) presenta la particularidad de contar con dos secciones claramente definidas alo largo de sus piginas. En la parte superior ae Ins hojes se desarrolla la argumentacién histérica y, paralelamente, en la parte inferior de las mismas, se puede seguir la polémica registrada en lox Giarios de Buenos Aires entre el autor. y el Ministro de Goblerna de Corrientes, Son como dos textos en uno. Ademas cuenta con un apéndice 29 Héctor Eduardo Jaquet fundamental de la época, se expresaba a través de las dispucas que se establecian entre las jurisdicciones interprovinciales, el limite entre la ingerencia del: Estado-nacional y la autonomia de las provincias, la unjformidad de la nacién y la argentinizacién total del territorio. En este caso, la presencia de los paises vecinos y las fronteras con ellos dependia exclusivamente de la resolucién de Jas disputas internas. En la batalla politica entre los diputados correntinos y-los funcionarios del Estado-nacién, se fue especificando el lugar de Misiones en el seno de la Nacién documental sumatnente rico que pretende ser probatorio de los argumentos fue se esgrimen en e] libro. El texto referido, a pesar de su importancia como hito fundante de la historia reciente sobre Misiones, ha pasado desapercibide para los historiadores locales en Ia actualidad, Ni siquiera es registrado como un texto historlogréfico. Sin embargo, creemos que su relevancia puede ser ain mayor, puesto que por datos de campo de nusstra investigacién inferimos que pudo haber sido la fuente bisiea de inspiracion del principal historiadar de Ia Junca de Estudios Histbricus de Misiones, ‘Anibal Cambas. Los argumentos, la légica y el estilo de los discursos son Idénticos a los de ls obra fundamental de este autor, "Historia Politica & 1s despues del libro de Navarro, La busqueda de este texto me fue sugerida Institucional de Misiones” editado en 1945, sesenta y cuatro af Indirectamente por una historiadora local cuando sostuvo:*...yo lei hace mucho tiempo el texto de Navarro, cuando era estudiante, no at dénde puede testar, pero me parece incluso que Cambas lo conocia, lo siguté... © por Io menos usd mucho sus datos", Lo interesante de sofalar es que ambos textos, a pesar de sus diferencias cronoligicas, datos puntuales y de sus puntos de vista mia especificos en los que no es posible establecer una equiparacion lineal, ambos siguen la misma estructura argumentativa y se apoysn en las ‘miamaa evidencias como producto de dos momentos similares de intensas disputas politicaa en las que se erela estaba comprometida la existencia de Misiones como entidad politics, cultural y territorial dentro de Ia Nacién ‘Argentina: la federalizacién a comienzos de 1880 y la provineializacién en Ja década de 1940-50. El nucleo de la enunciacién, sin duda, reconoce la rlsma estructura y estilo, El texto de Navarro esti mencionado en el acépite de “Consultas" bibliogréficas del libro de Cambas. 20 Misiones, imaginarios y fronteras (S. XIX) ‘Argentina. La historia constituyé el principal instrumento para precisar las fronteras de un territorio que hasta ese momento aparecia difuso. En ese intento, se especificaron los “otros” que permitian la diferenciacién. El texto de Mardoqueo Navarro, partidario de la separacién de Misiones de la provinela de Corrientes, constituye un relato trascendente en el sentido de especificar un espacio, un territorio y una poblacién a través de Ia identificacién de ciertos “enemigos” y la explicitacién de “fronteras” mediante el uso de la historia. Asi, a partir del ncleo fundante del territorio representado historicamente por las Misiones Jesuiticas (1609- 1768), el autor secciona geogrificamente las partes de est experiencia histérica revelando, indirectamente, la desintegracién del territorio en el proceso de conformacién de los Estados-nacionales en el siglo XIX. Surgen asi los enemigos y las fronteras a través de los cuales el relato historico reconace a Misiones como parte del territorio nacional: “Las misiones orientales abrazaban una dilatad{sima extensién de terrenos (...) pero fueron tenazmente depredados y detentados en gran parte por los portugueses que efercen actual dominio sobre ellos y que. merced a nuestra inepcia diplomética Hémese ésta argentina © espatiola, continuaréa sjerciendo jimpunemente (...) No es de estos territorios, hey tan brasileros como son inglesas nuestras Malvinas, que intencamos ‘ecuparnes, come tampeco tratamos de lax Misiones que, situadas entre la ribera derecha del Parand y el Tebicuary, formaban parte de los dominios nacionales y que ausstra: laxguesas irreflexivas y desavisadas han dejada también para siempre en poder de Paraguay” (Negritas nuestras). Luego de dejar claro que esas partes hoy “disgregadas” antes “estuvieron unidas”, especifica la zona a la que se refiere oO Héctor Eduardo Jaquet cuando habla de Misiones (a la comprendida entre los rios Parana y Uruguay), sosteniendo: “A esta fraccién de tierra Argentina, centro predilecto del sistema jeswitico, objeto de las exploractones desordenadas de los mandones que le sucedieron, de la voracidad ratonezca y tenaz de los mamelucos después, y de as persecuciones del dictador Francia en seguida, a esta especie de Polonia Argentina, codiciada y depredada a destajo por brasileros y orientales, por paraguayos y correntinos y de todos abandonada, cuando explotada, aniquilada, a esta sola fraccién de Misiones se limitard nuestra investigacién porque a ella se circunscriben asimismo las pretensiones de Corrientes y los términos del titulo en que parece fundarla” (Negritas nuestras). Asi comienza una argumentacién histérica que presentara un territorio de Misiones permanentemente “despojado", “invadido” y “vilipendiado” por la “rapifia” de los vecinos. Por primera vez, aparece la idea de una “vecindad peligrosa”. Paraguay y Brasil constituyen los marcos de referencia sobre los que se dirimfan las fronteras al interior del pais, entre las provincias y el Estado nacional. Los cién de derechos de cada parte pasaban por la con argentinidad y esta se media por la contribucién que las provincias involucradas habian realizado para contener las “invasiones” fordneas: Cual de las dos habia brindado en el pasado mayores servicios a la nacién, Corrientes 0 Misiones?" 13: La obra presenta a lo large de sus paginas, junto con las supuestas comprobaciones de los “despojos” sufridos, una extensa enumeracién de Iss contribuctones de Misiones pa contraposicién a los “descuides” de Corrientes en ese sentido, En tanto que, la constitucin definitiva de la“patris", en 92 Imaginarios y fronteras (S. XIX) Lo que estaba en el centro del debate, y que indirectamente estructuraba la argumentacion histérica, cvs Ia legitimidad de los Estados provineiales para integrar la nacién en el proceso de estructuracidn de la Argentina como Estado nacional. Por ello, Misiones podia ser considerada un antemural frente a los “bandeirante: como Salta lo fue de los “realistas” (espafioles de Ia época de la lucha por la independencia); podfa ser considerada un desierto proclive ala invasién de “paraguayos” y *brasilefios”, como la Patagonia lo era de los “chilenos*; podia ser vista como un teatro de las correrfas de bandoleros “correntinos”, como las campafias uruguayas lo fucron de las “bandas” de Artigas. Esto quiere decir que, en la argumentacién hist6rica, la apelacién a los paises vecinos servia para cohesionar © desintegrar las reivindicaciones de los propios Estados provinefales en el seno mismo de la “comunidad nacional” que emperaha a perfilarse, De esta mancra, se iban destacandu las fronteras que separaban a unos y a otros y, en esto, tanto importaba separarse de los paises vecinos como diferenciarse de las otras provincias, Misiones fue ubicada, de esta manera, como “victima”, objeto pasivo del “escarnio”, como epicentro de luchas “ajenas”, como “corredor” econémico para beneficios forineos, como un territorio de fronteras “flexibles” para “invasiones" destructivas y siempre engafiada por caudillos locales o goblernos extranjeros, como “pais” codiciado y despedazado por Estados poderosos al igual que una “Polonia Argentina”. Considerando a Misiones como “centro”, la condicién de extranjerfa podia afectar tanto a los habitantes de un pais vecino como a los de cualquier provincia argentina. Gorante Ia polémics, lo correntinos tuvieron la oportunided de exponen, ta contraio, lon innamerables servicios que Carrientes abla presteae park el engrandecimiento de la Nacién, 7 = 93 Héctor Eduardo Jaquet, El Ultimo punto de la argumentacién especificamente histérica que queremos destacar de la obra de Navarro, antes de pasar a considerar algunos aspectos de interés para nuestro tema que se desprenden del contexto conereto de la polémica, es aquel que se deriva de la presentacién dramatica de la trayectoria de la historia de Misiones, la que habria dejado trunco un destino de grandeza. Misiones posefa, para este autor, un rol clave desde Tos comienzos mismos de la nacionalidad y la emancipacién “Por su postcién estratégice, mirese hacia el Brasil, al Pazoguay @ Alco Pert, poblacién numerosa con hdbitos de orden (...) subsistencia y medios de locomocién en abundancia, todo exto significaba Misiones para el éxito de la revolucién en el nordeste, no menos que Salta lo fue para el norte de Ia Repiblica. Todos esos elementos fueron desoprovechades, conviertiéndose contra ototras, supuesto que cayeron en manes de los enemigos, fueran cxtor paraguayos o brasileros, 0 bion las hordas capleaneadas por Jos eaidillos interiores"**, Para el autor que seguimos, la no comprensién de este rol estratégico de Misiones habria provocado la pérdida de la provincia de Rio Grande do Sul y del Paraguay para la Argentina: “| Cuantos miembros del cuerpo nacional trozados y divididos!”, exclamaba Navarro en varios pasajes de su angustiosa denuncia. Los elementos de “orden”, de buenos “habitos” y la consiguiente pérdida de territorios a los que se aludian en su 14- Para los agentes del Estado-nacién, deseosos de olvidar Ia etapa de Ta desorganizacién y las guerras civiles, los caudillos “interiores” 0 de las provincias fueron considerados destructivos, al igual que las fuerzas paraguayss o brasilefias, desestimando sus reivindicactones regionaliscas en favor de la unidad nacional 94 Misiones, imaginarlos y fronter: (s. xD libro, provenian del pasado representado por las Misiones Jesufticas y, de esta forma, comenzaria a perfilarse, muy ‘tempranamente, en un efirnulo inagotable de paginas desbordadas de apasionamiento, la id iaten: Bi bef tenis idad por sf misma jias. Asi, frente a tantas evidencias de despojos sufridos, era factible echar las bases de un relato histérico marcado por el dolor y el pesimismo de una derrota. De esta manera, los acontecimientos tragicos de la contienda nacional dejaron como herencia en la obra de Navarro un factor muy impbrtante para nuestro andlisis: “Los estimulos del sentimiento local contra sus explotadores de todos los tiempos”. Quedaba anunciado aqui, indirectamente, sin proponérselo su autor, el |amado a una “reparacién” historica que sera escuchado e interpretado como una “necesidad” por los historiadores misioneros posteriormente. La reparacién histérica seré buscaila por lus historiadores mistoneros en el siglo siguiente, Desde el punto de vista de lo que hemos denominado intereses “personales”, creemos que la obra de Navarro, en el marco de Ia “cuestién Misiones”, implica el primer intento de tun autor de usar la historia para construir su propio espacio politico y social. En esto también las circunstancias en que surge el texto constituyen un antecedente importante para la historiografia local, ya que los historiadores misioneros encontraran igualmente, a través de encendidas polémicas, semejantes a las inauguradas por Navarro con los diputados correntinos, el modo de legitimar “su” lugar social, politico y cultural. No nos interesa reconstruir ni el contexto politico ni cl modo en que Navarro construyé su propio espacio social, sino destacar algunos aspectos que consideramos clave para inferir los sentidos de pertenencia que se debatian entre las os Héctor Eduardo Jaquet concepciones de nacién y de provincia con'las que operaban los agentes de la polémica. Esto nos permitira percibir, desde otro lugar, mis alld del contenido argumentativo, algunas fronteras y clertos imaginarios en torno a Misiones. Navarro era un funcionario piiblico, Administrador de Aduanas del Gobierno Nacional, y habia recorrido, por expreso mandato oficial, la zona del Alto Uruguay para relevar informes sobre la “costa brasilefia” cuyos resultados no fueron publicados y quedaron bajo reserva de las autoridades nacionales: “mis, conocimientos sobre la costa brasilera me los reservo para conocimiento oficial del gobierno”, lo que nos hace pensar que, en esta actitud, se estaba construyendo una frontera clara ante un vecino que se percibia “expansionista” y del que se debia tencr Navarro fue acusado por el Ministro de Gobierno de Corrientes, Severo Ferninder, a través de nn diario de Buenos Aires, de“andar anarquizando a los pucblos de Misiones en contra de la provincia de Corrientes”. E] debate entre Severo Fernindez y Mardoqueo Navarro fue intenso y pblico. Ambos apelaron a 15- Aqui hay una diferencia entre las fronteras culturalmente “flexibles” que ppodeios obser var en los cronistasy Is fronteraspolitcamente “surat” provententes del informe de un agente directa de Ia Administracioa Nacional. En ambos casos se advierte Is necesidad de establecer una renters como linea o espacio de Glferenciacién, Es interesante este aspecto cuando que en Iaargumentacién historica de Navarro es muy fuerte la presencia “usurpadora” de los brasilefios. Nos reguntamos cuinto inluy® la argumentacién histSrica correspondiente al plano an frontera con Brasil como objeto de “reserva, 0 ex que las actividades econdmicas ‘clandestinas”delos brasileRos eran #1 (lade lng erontetas) para severtir a realmente tan importantes como para generar la precauicion del Estado en el plano geopalitico. Lo clerto es que julioArgentino Roca habia manifestado en su discurso pparlamentario al asuinir la presidencia del pafs, la prioridad dal Estado por las ‘cucstionesfronterizas ypara cl cato de Misiones, sehal6:*...Misiones een extremo de nuestro territorio que [por su situacién de frontera] merece la doble atencin del gabierno” J, A. Roca, Congreso Nacional, 1880), 96 Misiones, imaginarios y fronteras (S. XIX) Ia historia para las defensas de sus posiciones y la polémica fue registrada por ls iarios de Bucnoy Aires en sucess entreges, El contexto en que se inscribia este conflicto personal determinaba la factura politica de los acontecimientos: “Seguin parece hemos entrado en campafia al mismo tiempo, él como ministro y yo como inspector de aduanas” (Navarro, LaTribuna, 1876). El conflicto dié lugar a un despliegue intenso de acusaciones mutuas donde se cruzaban alusiones sobre “alsinistas”, “mitristas”, “sarmientistas”, propio del debate de ideas politicas de la época (década de 1870) Fernindez sostenia que el Gobierno Central debfa “promover la unién nacional no la desmembracion de un pedazo de territorio del cuerpo politico (provincial) al que pertenece”, Esto demuestra que “la parte” (entendida como provincia) no podia ser violentada por “el todo” (entendido como nacién). Si bien Ia nacién estaba hecha de cus partes, sin embargo, la argentinidad operaba como manto de unién: “(...) somos correntinos, es verdad, pero para nosotros, Io que es de Corrientes 0 Buenos Aires, de Catomarca 0 Jujuy, es de nuestra patria, En la discusién de este grave asunto sobre Misiones en que estén comprometidas Ja autonomia de las provincias y Ia nacionalidad argentina, lo hacemos con dnimo despreocupado y libre de todo sentimiento mezquino de localismo”. Esté claro qué la nacién y la provincia eran consideradas unidades politico-administrativas, lo mas préximo al “Estado”; ¥ tanto la argentinidad como el localismo eran entendidos como lo mas semejante a diferentes niveles de:un sentimiento de “colectividad”, “comunidad” y “hermandad”"*. Para Fernandez, 16- Advertimos en toda Ia polémica una contradiccién permanente que creemos es demostrativa de la falta aiin de resolacién adecuada al problema 97 Héctor Eduardo Jaquet a segregacién de Misiones era alentada por “extranjeros filibusteros y por traidores argentinos de otras provincias que viven en Misiones”, Las gentes de otras provincias no podrian intervenir en asuntos locales, violando el pacto de comunidad. Destacaba despreciativamente la condicién catamarquefia de Navarro que lo inbabilitarfa para opinar o intervenir en asuntos del “litoral”. En estas declaraciones, que apelan al origen 0 condicién nativa de los ciudadanos, ercibimos que siguen operando las viejas estructuras de divisién politico-territorial del ex-Virreinato en pleno proceso de la organizacién nacional que daban sentidos de pertenencia y marcaban fronteras al interior de un pais, atin en ciernes, que sélo podia imaginarse como cohesionado mediante la insistente apelacién de incorporacién bajo el colectivo “argentino”. Este “sentimiento” de argentinidad que se pretendia homogéneo, también ubicaba en un lugar determinado a los paises vecinos contribuyendo a establecer fronteras: Chile, Paraguay y Brasil eran puntos de referencia reiterados para medir Ia lealtad de las personas y de los Estados provinciales entre los de la articulacién entre la nactéa y las provincias. Por un lado, la simbiosis centre el Estado y la Nacién no se habia consolidado de manera incuestionable y la “comunidad imaginads” nacional encontraba en el derecho politico y territorial de las provincias serios obstculos para su consumacién definitiva. Los agentes politicos pedian argumentar acerca del derecho particular de las provinetas como entidades politicas y territoriales auténomas contraris ala pretenstén centralista del Estado a modo de una insoslayable condicion para negociar con el Estado central ss "sentimiento” de provinctania integrada una hermandai! genérica nactonal, Pero por otro lado, la apelacién a Ts hermandad genérica podia operar con eficacia para definir la posicign diferencia de las partes dentro del todo. Mas atin, cuando se entendia que Inresponsabilidad por el destino de las partes correspondia al Estado Nacional que, supuestamente, debia promover la integracién y no la des-unién, 98 Misiones, Imaginarios y frontaras (S. XIX) servicios a la nacionalidad o la traicion a la patria, Navarro habia sostenido durante la polémica que Corrientes nada “hizo” por Misiones, abandonndola a su suerte frente a las invasiones de “brasiletios” y “paraguayos”. En la respuesta del Ministro correntino se especificaban fronteras y enemigos externos que operaban como metiforas para debatir los sentidos de pertenencia a través de los cuales se posicionaban los agentes de la polémica, Los “chilenos”,“paraguayos” y “brasilefios” concurren como convidados involuntarios al gran banquete de la contienda nacional en el que se cuece la nacionalidad argentina": “Ese seior Navarro debe ser de raza chilena por la habilided en manipular decumentacidn en su beneficio(...) pero no tended prosilitas en 1a Republica cuando reclama la separacién de un tertitorio provincial argumentande que Corrientes no podia axenderlo frente a las inrasiones siperiorss a sus fuerzas.(ows) G anyenl ) "Navarro debe ser uno de esos raros desgraciados jes que uy saben umur usu patria, que sdlo stemen cariio al pequefio pedazo de tierra de Mendoza 0 Catamarca en que nacieron. Fortalecidos por esta idea no desesperamos de Ja nacionalidad argentina a pesar desu mezquina propaganda 17- Bn esta época estaba presente en el imaginario nacional el candente conflicto de limites con Chile de 1872 j 1874 en relacién con las pretensiones| de ese pais gobre el estrecho de Magallanes y sobre la Patagonia hasta cl Rio Negro. El episodio fue agitado por el canciller chileno invacando ciertos articulos periodisticos escritos en el pasado (1842 y 1849) por Sarmiento, presidente de ls Argentina, que justficarian dicha pretensién, Por otra parte, cl recuerdo de In Guerra de la Triple Alianza y sus derivarinnes sahre Ia cvestién de limites y lat desavenenciss sobre el destino del Paraguay entre las potencias vencedoras, agudizaban la ides de un sentido solidario nacional como proteccién frente a posibles agresiones externas de los paises vecinas, Recordlemos que pocos afios después la candente situacién de fronteras 2 resolveria por via diplomética mediante el fallo Cleveland (1895), 99 Héctor Eduardo Jaquet (11) Corrientes, Entre Rios, Santa Fe correrian presurosas a recuperar las tierra de Mendoza o Catamarca si el chileno usurpador las ocupara (...) por es0 no es cierto que Corrientes no haya hecho nada por recuperar su territorio de Misiones invadide por braciloios y paraguayos" (Nagritas nuestras) EI ltimo punto que se desprende de este debate y que queremos destacar, es la gestacién de la idea de Misiones como tuna insula dentro del pais, donde los “usurpadores, mediocres y tipejos de toda laya como el sefior Navarro pueden alimentar la fantasia de convertirse en gobernadores, diputados, procénsules sin méritos propios y mediante el engafio”. El Ministro correntino introducfa asi en el debate la sospecha de un supuesto deseo personal del Administrador de Aduanas de enriquecimiento ficil © pretensién de gobernar en Misiones a expensas de la voluntad de la poblacién nativa. Este sera, también, un punto estructurante del posicionamiento de los historiadores misioneros para encarar cl trabajo historiogrifico como “defensores” del solar nativo frente a las “espireas” intenciones de los “extrafios”, En este momento de fines de siglo XIX, en pleno proceso de homogeneizacién de la nacién argentina, los conflictos interprovinciales y de las provincias con la nacién constituyeron los ejes que definieron la constitucién de las fronteras y de los espacios imaginados. Comprobamos, en la obra que analizamos, que Misiones se incorpor% a la nacién a partir del relate histérico y su especificacién dependid del recorte de ciertas fronteras con los estados vecinos para resolver su legitimidad dentro del pais. Seflalamos, al pasar, que lulu cn la obra de Navarro como en la de los “Cronistas”, Misiones, Corrientes o la Nacién Argentina aparecen y se comportan como sujetos histdricos. Se convierten en sujetos con personalidad, pensamiento, naturaleza ¢ identidad propias en la argumentacién de los autores: son estas entidades las que hablan, 100 Misiones, Imaginarias y front (s. xEx) La incorporacién de Misiones al imaginario nacional se desprende del didlogo permanente (y contradictorio) que mantienen en la obra de Navarro, las partes con el todo. Aqui, el todo, es la nacién argentina. Las partes, son las provincias. Aparece tune nueva instancia, lo extiaujero, ly fordneo que se especifica como cxtrafo dialogando con las partes y con el tado, Misiones gana un espacio nacional como “victima” 0 “refugio” de dudosos personajes en disputas en las que ain sus habitantes no tienen voz, porque su territorio no tiene una entidad politica reconocida en el plano nacional. Es un pedazo de tierra convertida en ntidad abstracta sin representacién politica, En la obra de Navarro, Misiones es sblo un argumento historico para resolver otras disputas. El resultado politico de la “cuestién Misiones” fue, finalmente, la separaciin del territorio misionero de la provincia de Corrientes y la determinacién de su estatus como Territorio Nacional dependiente del gobierno central (Federalizacién 1881). Misiones encucntra un lugar en el escenario nacional, pero otorgado y gestionado por los agentes del pais central. Asi, a pesar de las diferencias entre la obra de los “cronistas” y la de Navarro (estilos, objetivos, argumentos) se desprenden las siguientes representaciones acerca de Misiones: 1-un territorio de dudosa pertenencia nacional, sin un sitio seguro en el seno de Ia nacién; 2-habitado por seres “incultos” y “salvajes”; 3- de fronteras flexibles que provocan tanto el libre trinsito favorecedor de la mezcla de “razas” y “costumbres” como las “usurpaciones” extranjeras; 4-condenado al “atraso” y a la “postracion” por culpa de “correntinos”, “brasilefios” y “paraguayos”. S-proclive al abuso y expoliacién de aventureros ambiciosos y/o de ignotos personajes. Ademés de mostrar las representaciones que acerca de Misiones integraron el dispositive simbolica nacional, Héctor Eduarde Jaquet pretendimos dejar claro en este Capitulo dos cuestiones centrales del debate en torno al cual se estructuraré el campo historiogrifico misioncro: resolver la continuidad territorial historica de Misiones a la Nacién Argentina y posibilitar, en ese proceso, un espacio para la existencia de intelectuales locales que se constituyan en la voz legitimadora de una reparacion histérica. Esto implicaré un miltiple proceso de reversién, reproduccién, reelaboracién e invencién de categorias identitarias tendientes a producir una contraimagen del territorio. Para ello, se constituiré un sector de historiadores que desde adentro del territorio de Misiones iniciaré un proceso de construccién identitaria provincial buscando, simulténeamente, su legitimacién nacional. Los textos que acabamos de analizar adquieren, entonces,.relevancia para nuestro estudio ya que ellos fueron las principales fuentes de que se nutrieron los encargados de institucionalizar la historia en Misiones durante la década de 1940-1950. El isnaginario sobre Misiones producide por estas obras constituyé el prélogo lejano, pero eficaz y necesario, para impulsar el surgimiento de la historia local como una “reaccién”, tuna “fuerza” que acompafé otra instancia politica, la representada por la provincializacién. Asi, la conformacién en 1939 de un nitcleo de historiadores locales reunidos en la Junta de Estudios Histéricos de Misiones, determiné el primer intento de reservar un espacio local (asumido como propio) para el despliegue de discursos y practicas a través de los cuales situar a Misiones de manera diferente en la historia nacional. Por otra parte, determiné la formulacién de un conjunto de “ficciones orientadoras” sobre la provincia (més allé del campo historiografico) para crear una identidad colectiva, un sentido de comunidad misionera, postulando un imaginario distinto al edificado hasta ese momento por el “legado” de la ideologia imaginarios y fronteras (8. XIX) nacionalizadora estatal, pero procurando integrar su repertorio. Simulténcamente, brindé la posibilidad de encontrar un lugar para estos historiadores como intelectuales reconacidos por las, instituciones académicas nacionales"*. Este doble proceso implicé el planteamiento de contradictorias relaciones en un terreno ocupado por historias, agentes ¢ instituciones ya consolidados. Por eso los actos por la “fundacién” de la historia en Misiones estuvieron condicionados por el desarrollo de la historiografia nacional, la que explica algunas de las caracteristicas de la dinamica de produccién de la Junta y los perfiles intelectuales que adquirieron algunos de sus miembros. 7 En el Capitulo siguiente nos dedicaremos a la-materia historiografica en particular, Brindaremos un panorama del estado de la historiografia nacional para poder situar el lugar de los historiadores locales y su proceso de conformacién como intelectuales. Destacaremos las instituciones, las agencias, las tendencias y las principales puluticas en torno a las cuales se estructuraba el campo historiogrélico nacional, y que repercutian directa o indirectamente en los historiadores de Misiones durante las décadas de 1930 al “50 18. No desconocemos las obras histéricas aisladas excritas con anterioridad alo que hemos denominado “institucionalizacién” de la Historia en la década de 1940. Especialmente habria que mencionar los trabajos de Raimundo Fernindez Ramos y Clotilde G. de Fernindez Ramos de las tres primeras décadas del siglo XX, y que pueden ser considerador precursores de la historiografia misionera contemporines, De todas maneras, nuestro enfoque se centra en el proceso de produccidn historica que cristaliza, por primera ver, en una institucién historlogrifica socialmente legitimada, en un"cuerpo de intelecruales” con “un lugar social” especifica (de Certeau: 1993), come parte de un vasto movimiento socio-cultural aséciado a la provincializactén dde Misiones durante la década de 1940 y comienzos de la del 50, postbilitande ‘una base institucional para la historia, aunque tiene, sin embargo, profundas proyecciones en el presente, 103,

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