ITINERARIOS DE LA MODERNIDAD Nicolás
Casullo
Comentes del pensamiento y tradiciones intelectuales desde la Ilustración
hasta la posmodemidad
VIENA DEL '9 0 0 .UN BARÓMETRO CRÍTICO DE LA CULTURA
principios de siglo, un principio de siglo que acá'va a tener parecido
contorno, parecidas perspectivas. 1900 es el año donde la vieja aldea de
Buenos Aires ya quedó atrás, donde la ciudad es una urbe, una metrópolis,
donde el sueño liberal de los liberales que fundaron la Nación moderna,
plasmó también en piedra la gran Buenos Airesque infinitos viajeros
europeos van a visitar, para quedar admirados desus plazas, monumentos,
Congreso, residencias, palacios. Acá también,en ese momento se vive de
parte de los sectores liberales que plantean elEstado moderno el sueño
utópico de un progreso indefinido, donde laciudad constituiría el símbolo
de la pujante y avasalladora Modernidad.En este contexto mundial se
juegan entonces ideas revolucionarias tantoen el campo político, como en
el económico y en el social. Se habla derevoluciones industriales, de
revoluciones económicas, de revolucionessociales. La idea de revolución
está en ciernes, y en ese sentido se esabsolutamente heredero de la gran
revolución de la que hablamos la clase pasada, que marcó la primera etapa
de la Modernidad, que es la Revolución francesa en 1789. Revolución
inconclusa, que se vive así,como inconclusa, como abortada, necesaria de
continuar. Duran Le todo el siglo XIX las barricadas revolucionarias en
Europa van a tratar de aparecer como la continuación de esa gran
revolución inauguradora de lo moderno.
El siglo XX es el siglo que nosotros vamos a empezar a recorrer desde esta
clase: comienza entonces como reino de la ideología burguesa liberal,
asentada absolutamente en la historia. George Steiner, que plantea que
para todos nosotros, la historia del siglo XIX en realidad termina en 1914,
que es el principio de la Primera Guerra Mundial. Hay catorce años que el
XX le “regala” al XIX en términos de atmósfera, cultura y conciencia de
época. Y Steiner dice que esa larga época, que sitúa más o menos entre
1830 y 1914, es la época dorada de la Modernidad burguesa, es la época
que tenemos como una suerte de edad de oro, la época burguesa por ex-
celencia; la época de la seguridad, del resguardo de la vida privada, del
imperio de la ley, de un avance civilizatorio ininterrumpido, una creencia
absoluta en la ciencia y en la técnica, de una vida urbana organizada,
previsible, apacible en relación a lo que es la vida urbana.. En realidad el
siglo XX se inicia, por un lado, con esa idea de revolución permanente que
habíamos visto y que estaba escondida, oculta, agazapada en las propias
casas de esa ciudad burguesa maravillosa, Londres, donde se encontraron
Lenin y Trotsky. En las catacumbas, o en las zonas marginales de esa ciudad
imperio, pululaba un sector que no tenía seguridades, ni leyes, ni
protección, ni posesiones. Era el trabajador, en circunstancias de extrema
inseguridad, carencia y miseria. El comienzo de 1900 es también la anti-
época bella burguesa, si lo vemos desde esta perspectiva. Es una época de
altísima explotación social, de carencia de cualquier tipo de protección al
trabajador; las leyes laborales todavía no habían emergido en el siglo XX. La
explotación es abusiva, la miserabilidad de la vida obrera se da en los más
altos índices en Viena.
Es ejercer la crítica rotunda pero conservando toda la esperanza en que
precisamente lo que hay en la Modernidad es absolutamente recuperable
para la utopía que yo defiendo. Porque io que habilita la Modernidad es la
posibilidad de sueño, la posibilidad de ideas, la posibilidad de auscultar la
realidad, de entenderla, de sistematizarla, de elevarla a ciencia, de hacer
conciencia en la gente. lo moderno es un claroscuro, es una con- tradicción
permanente, es como tocar el cielo y el barro más profundo. Eso es lo
moderno, sus dos almas que generan una atmósfera de-perma- nente
creatividad, de recomposición de la esperanza, de desolación fren' te a la
historia, de fe en la perpetua novedad y renovación de la historia. Esto es lo
que hoy se dice posmodernamente que “ha caducado". Es aquel fervor y
apasionamiento por las ideologías lo que parece haberse perdido cuando
hoy se habla de un tiempo “desutopizado”, o de un tiempo de la post-
ilusión. .En realidad, a lo que se está haciendo referencia, lo que se tiene
como fondo, es esa Modernidad en pleno auge, en plena fragua, donde un
pordiosero, en Viena, va a poder cumplir su sueño terrorífico de casi
dominar Europa y de asesinar masivamente. Es ese otro sueño que también
Lenin y Trotsky, desde otra perspectiva, van a poder cum- plir, que son
arrebatados momentos de constituciones masivas de ideo- logías y
proyectos de cambio, de críticas profundas y de profundas alter- nativas,
algunas nefastas, otras no tanto; hoy estaríamos nosotros situa- dos en el
campo del fracase -uno, afortunado- que es fracaso de Hitler, el otro que
deja infinitas dudas, esperanzas tronchadas, que es el fracaso del
Comunismo.. el siglo
XX ha sido, lejos, no sólo en Europa sino en guerras colonialistas y en
otras masacres y genocidios, un siglo que cuadruplicó la muerte de
cualquier
otro siglo más bárbaro, no tan moderno ni progresista de la
historia. O sea, que lo importante de esta Viena de principios de siglo es
que pareciera oír en el tumulto de las utopías, de las ideas de revolución,
de progreso, y del “todo es alcanzable” y del “todo es conquistable", Viena
es muy bella. Es la
consagtación de la belleza burguesa, la consagración del sueño burgués
liberal hecho en piedra y arquitectura moderna. La nueva Viena se
construye
como voluntad del sueño burgués liberal en casi treinta años. Desde
1870 a 1900 se construye la Gran Viena, inmenso anillo que rodea al
casco histórico colmado de infinitos palacios y edificios que remiten a
todos los estilos de la historia: el barroco, el clásico, el neoclásico, el
romántico, el romano, el griego; precisamente el burgués, Viena del ’900 es
la
ciudad del Imperio de los Habsburgos, familia real que ya tiene para ese
entonces ochocientos años de gobernar ininterrumpidamente el imperio.
Ochocientos años de comandar algo que para 1600 era casi el dominio
de Europa, pero que ya en 1900 es un imperio en agonía, manejado
por un viejo emperador de ochenta años que no aparece en ninguna
parte, que nadie lo ve, que había llegado al trono en 1848 y va a mor»
en 1917. Kraus plantea ese trabajo con la lengua. El
va a decir: “La lengua va tanteando como el amor en medio de la oscu'
ridad del mundo, tras el rastro de una perdida imagen primitiva”. Acá
también trabaja la idea de que la lengua es lo único que tenemos, la
única sustancia humanizante. No hay realidad, no hay mundo, no hay
orden, sino que simplemente debemos cuidar esa lengua que nos hace
presente el mundo. Porque es lo único, en definitiva, que existe como razón
de que las cosas sean malas o buenas. Es importante que esto lo diga un
periodista, un periodista de esa envergadura. lo que ve Kraus en la prensa
es la muerte del lenguaje tal cual él lo concibe. Lo que él llama la
fraseología. El fin de los valores que esa muerte del lenguaje plantea. “La
prensa ha hecho desaparecer
la palabra del hombre, como si la guerra fuese un horrendo hecho que sólo existe por la
información. Cómo decir con palabras que ya no existe la palabra”, se pregunta Kraus, y acusa
básicamente a la traición de los intelectuales austríacos que estaban contra la guerra, y en el
mo- mento que estalla la guerra están a favor de la guerra. La claudicación del Socialismo y del
Comunismo, sobre todo del primero, que apoya la guerra y llama a la guerra. Va a hablar
entonces del hedor de la gran prensa oportunista que llama a ir a la guerra
EL CONSERVADURISMO REVOLUCIONARIO DE WEIMAR Hay épocas que se
caracterizan por un sacudimiento general de las conciencias; momentos históricos que
destronan los saberes canonizados y que inauguran un tiempo de frenéticas búsqueda.
época lejana pero próxima; un
tiempo donde se forjaron algunas de las ideas cruciales de un siglo atravesado
por el espíritu fáustico de la destrucción y de la creación. Una
época de sueños utópicos y de catástrofes inimaginables para la conciencia
decimonónica que ni siquiera tuvo oportunidad de sepultar ceremoniosamente
su perplejo mundo desestructurado y salvajemente aniquilado
en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. La violencia, la
maquinización de la muerte, el despliegue de ideologías maniqueas e
intolerantes, la masificación y expropiación de las conciencias individuales. Pensadores
aturdidos por el derrumbe estrepitoso de las antiguas cosmovisones; hom-
se imbrica con el otro rostro, cómo la barbarie representa, con genuino
derecho, a la propia cultura.
EL TIEMPO DE LAS VANGUARDIAS ARTÍSTICAS Y POLÍTICAS experiencia estética y
política, se constituye en lo social,en el campo del arte, de la cultura, de la
política, y también fenómeno particular de una época moderna,
configuración de lo que se entiende por vanguardia que tanto tuvo que ver
en nuestro siglo con las condiciones de lo moderno y sus crisis, Hoy, en lo
fundamental, estaríamos hablando -salvo excepciones porque también
hubo vanguardias que terminaron en claras políticas de derecha- casi
globalmente del pensamiento de izquierda en este siglo. En principio,
trataremos de ubicar la emergencia de estas vanguardias, de este modelo
que se da en el arte y en la política, en el contexto cultural de la primera
mitad de nuestro siglo. el campo objetivo de la historia mostraba que ésta
se aceleraba en sus novedades, en sus modificaciones, en las cosas inéditas
que planteaba. Pero también esta atmósfera de aceleración se daba
principalmente en la subjetividad de los actores de la historia, en la
conciencia de los sujetos históricos . esta conciencia habilitaba -esto tiene
que ver con las vanguardias- la idea de que la historia no solamente se
aceleraba en las estructurasproductivas, sino también en el campo de las
ideas, de los proyectoscolectivos, de los armados doctrinarios, para
aparecer como posibilidadde ruptura de modelos y lógicas, y el pasaje a
otro momento de laModernidad, momento que sería claramente post-
burgués. Desde esta perspectiva, surge fuertemente en estos años la idea
derevolución, de revolución social. Se venía, más o menos desde 1870
a1900, de muchas variables que sustentaban esta idea de cambio histórico.
el marxismo como teoría de interpretación del capitalismo, como política
orgánica de sectores sociales postergados, y como ideología de caracter
prometeico, aparecía impregnando a los partidos políticos de la izquierda
europea, a la Socialdemocracia básicamente y también al Socialismo.
Socialdcmocracia va a ser después el Partido Comunista en Europa; no es la
que nosotros conocemos ahora. A través de esa comprensión que daba el
marxismo del capitalismo, de las etapas del capitalismo y su posible fin-
pensar que científicamente la revolución tenía un sustento conceptual, de
argumentaciones, de formas de ver el sistema y su desarrollo . el marxismo
aparecía como la teoría más afianzada para pensar la transformación social,
frente al Sindicalismo a secas o al Anarquismo, o al Socialismo reformista
que también tenía variables marxistas introducidas en sus ideas, pero no
tan claramente como en las fuerzas de la Socialdemocracia. ya había
fuertes experiencias de masas organizadas en términos políticos partidarios
y en términos sindicales. En
Alemania, en Inglaterra, en Italia, en España; esto es previo a la Primera
Guerra Mundial, se venía de un tiempo desde 1870 a 1900 donde
hegetnonizaban el campo de la izquierda las ideas reformistas, las ideas
de lento avance gradual a través de elecciones parlamentarias, a través
de luchas sindicales ganadas progresivamente, y donde se afianza la idea
de revolución como crítica furibunda contra estas alas reformistas del
“avance lento y gradual”. La vanguardia política, precisamente uno de
los elementos que expone es una crítica profunda a los avances lentos,
graduales, reformistas, ilusorios de la izquierda, a la que contrapropone
la revolución en ciernes, la revolución a la orden del día, violenta, heroi'
ca, él asalto al Estado burgués como forma de derribar el sistema
capitalista.
Ese modelo de revolución que va a tener lugar en Rusia, de manera
victoriosa, en 1917* Este es otro de los elementos que hace a la
constitución
de las vanguardias: el desplegado mundo de la izquierda en términos
teóricos, en términos de experiencia, en términos de organización y
también
en términos de ambiciones políticas. Como epicentro está la guerra
europea de 1914-1918 donde, po>
dríamos decir, se pone fin al siglo XIX y comienza el verdadero siglo XX.
Variables de vanguardias. un universo cultural donde lo político y el
arte conforman un espacio de izquierda básicamente antirreformista, de
Corte revolucionario, contestatario, crítico, fuertemente antiburgués,
prosocialista.
En esté campo aparecen tres figuras que también van a recorrer
nuestra historia occidental capitalista, que son el político, el intelectual y el
artista, Las tres figuras que de distintas maneras van a constituir en
ocasiones
las llamadas vanguardias modernas; artística es básicamente una
experiencia grupal que
se da en el campo del arte, de artistas relacionados con ideas políticas, Las
vanguardias artísticas sabían que nacían para morir. Su grito de protesta,
su cuestionamiento crítico desde el arte a un mundo de razones
dados, va a ser tan enérgico contra las formas institucionales del arte, van a
trabajar
con un profundo sentido antiburgués. Le apesta a las vanguardias el mundo
dado, de valores y morales burguesas, y buscan a través del arte un proceso
concreto de liberación de la subjetividad creadora y receptora. Las
vanguardias plantean entonces, por un lado, la necesidad de una
nueva imagen crítica del mundo.. Hay una conciencia plena de generar una
nueva imagen del mundo. Las vanguardias, a diferencia del arte burgués -el
arte excelso de la
ópera, de la pintura y la escultura clásica y neoclásica, de la gran literatura
llevada al parnaso, de la música sublime del barroco y el romanticismo,
el del genio inmortal, el del buen gusto, el de la belleza eterna y
universal- va a mostrar las lacras fabulosas del mundo moderno. Sus
figuras van a ser la prostituta, el enfermo, el marginal, el corrupto, la
violencia social, el cuerpo desnudo femenino como mercancía sexual,
lo procaz, la desesperación existencial, los valores insurgentes de la
bohemia, la soledad en la muchedumbre urbana, la incomunicación
humana, la angustia de la falta de sentido, la guerra, la muerte horrorosa,
los cuerpos mutilados, el absurdo, lo informe, lo desarticulado. una
de las vanguardias, el Dadaísmo -que quizás sea la más extrema de
todas porque en su gesto de violencia frente al arte constituido y las
costumbres, reniega de todo arte- son los artistas que van a expresar de
una manera acabada, ciertas variables con que actuó el grupo de
vanguardia
en ciudades capitales como Berlín, como París, como Munich.
Las vanguardias estéticas trabajan en términos
absolutamente provocativos. Con su vocabulario, con sus búsquedas
formales, con sus lenguajes, que escandalizan a ese buen burgués de
principios de siglo, de 1910, que no podía concebir que en el nombre
del arte se hiciese lo que hacían las vanguardias. Trabajan
en términos humorísticos corrosivos en su descripción de la época,
en su descripción de las figuras de su tiempo, de la cultura de su época
en términos satíricos contta toda autoridad, todo poder o institución; y
en este sentido Dadá -vanguardia que hace culto de lo hereje, punto
medio entre el Expresionismo, que es la primera experiencia de vanguardia
de este siglo, y el Surrealismo' es la más extrema y provocativa. Dadá
parte de una lectura nihilista del mundo de posguerra, es decir, de una
interpretación que vive la pérdida de todo sentido y fundamento, y genera
a la vez un profundo trasfondo nihilista, NACE EN 1916.
la época de 1900, el poder
de la Iglesia en términos políticos y de rogimentadora de costumbres era
muy fuerte, por ejemplo la mayoría de los matrimonios de la burguesía
los negociaban los padres en términos económicos, para seguridad y
felicidad
de sus hijos. La mujer tenía su lugar, el hombre casi todos los lugares.
Un coito era inmencionable en público.
En el clima de constitución de la vanguardia estética, incide el tiempo
de la vanguardia política, que también se gesta desde fines del siglo
pasado y termina de plasmarse en las primeras dos décadas del XX.
Se pone de manifiesto un marxismo
consolidado, una crítica al reformismo de izquierda. Esta crítica al
reformismo
es hija básicamente de una lectura teórica que ve la posibilidad
de la revolución al orden del día. Que percibe que en Europa se dan o se
aceleran las circunstancias revolucionarias y se debe actuar para producir
la revolución, no en términos lentos, progresivos, prolongados,
reformistas. La aceleración de las contradicciones burguesas, y luego la
guerra interimperialista entre naciones europeas, exige otros
procedimientos
de cambio social revolucionario según las nuevas tesis marxistas.
Y acá va a aparecer la segunda figura fuerte del marxismo, que es
Vladimir Ilich Lenin. A partir de su aporte se comenzará a hablar del
marxismo-leninismo. Con Lenin y con su experiencia al frente de la
revolución
en Rusia, se consolida la idea de la construcción de un partido
efe vanguardia, pequeño, disciplinado, que combata el “innato reformismo”
que tienen las masas, en el sentido de que el obrero espontáneamente
quiere que le aumenten el sueldo, pero una vez que logra eso, se
quedaría satisfecho. Precisamente, el Partido es aquel momento de
vanguardia
fuerte que va concientizando a la clase obrera para demostrarle
que esta lucha económica es simplemente un escalón más para el objetivo
final que es el asalto político al poder, el fin del capitalismo, la instauración
de la dictadura del proletariado y del sistema socialista comunista. una
discusión muy fuerte entre el camino que elige Kautsky,
que es el de la reforma y el avance democrático por vía electoral y de
demandas sindicales paulatinas, y el camino que elige Lenin, que es camino
de un partido de vanguardia armado, que tome el poder por asalto.
También Lenin va a discutir
con una teórica marxista de primer nivel, la polaca Rosa Luxemburgo,
donde confronta la tesis leninista de la vanguardia político militar,
contra las posiciones sobre la lucha de masas, sus formas espontáneas
y organizadas de avance y reclamos, defendidas por la teórica
socialdemócrata. la crítica al
reformismo socialdemócrata; por otro lado, la guerra que produce la
debacle en los estados liberales de muchos países de Europa y la idea de
que éste es un momento oportuno para el asalto al poder por parte del
proletariado organizado. Va a haber cuatro grandes momentos
revolucionarios
al final de la guerra de 1914-18: el de Rusia, el de Alemania
-van a ser uno o dos meses donde varias ciudades alemanas son tomadas
por comités de campesinos, obreros y soldados, pero donde la reacción y
la derecha socialdemócrata derrotará a la revolución-, en Hungría, donde
también triunfa la revolución para luego entrar en crisis, y en Italia, donde
hay una enorme posibilidad -sobre todo en el norte industrializado' de
avances de las fuerzas obreras socialistas. Esta revolución también aborta.