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Literatura Infantil en el Aula

Este documento presenta la fundamentación y contenidos de una secuencia didáctica sobre literatura para niños de jardín de infantes. La autora enfatiza la importancia del docente como mediador entre los niños y los textos literarios. Luego describe tres actividades planificadas: 1) la narración del cuento "¿A qué sabe la luna?" para desarrollar la escucha activa, 2) un juego con adivinanzas y 3) la narración del cuento "El miedo" en el parque, contado por las ramas de un árbol.

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Literatura Infantil en el Aula

Este documento presenta la fundamentación y contenidos de una secuencia didáctica sobre literatura para niños de jardín de infantes. La autora enfatiza la importancia del docente como mediador entre los niños y los textos literarios. Luego describe tres actividades planificadas: 1) la narración del cuento "¿A qué sabe la luna?" para desarrollar la escucha activa, 2) un juego con adivinanzas y 3) la narración del cuento "El miedo" en el parque, contado por las ramas de un árbol.

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Marlene Gagliardi

SECUENCIA DE LITERATURA
FUNDAMENTACIÓN

El docente es un mediador entre los niños y los textos literarios, con una importancia
trascendental por tratarse de una etapa fundante en el vínculo de los niños con la
literatura. Quizás algunos de ellos hayan tenido oportunidad de escuchar algún cuento
o relato en el ámbito familiar. Para otros, ocurrirá por primera vez en la sala del jardín.
Las diferentes experiencias que cada uno traiga configuran un bagaje, quizás pequeño
y heterogéneo, pero que podrá brindar un punto de partida.

“La escucha compartida con el grupo de pares de lo que el docente lee o narra
resultará una experiencia novedosa.”

“El escuchar puede, a primera vista, parecer una actividad pasiva. Sin embargo nunca
lo es. Y mucho menos cuando se trata de textos literarios.” “Las diversas historias los
invitarán a reír, emocionarse, pensar, dudar; acompañar a los personajes de los relatos
en sus diferentes avatares, con sus diversas formar de actuar, de resolver problemas,
de sentir. Las resonancias que en cada uno origine lo escuchado serán gradualmente
más variadas y ricas.”

“Escuchar se constituye en un valioso aprendizaje, requisito indispensable para


acceder al disfrute que propone el contacto con la literatura. Por eso, resulta
fundamental brindar las condiciones para que el grupo pueda ejercer este quehacer: al
seleccionar adecuadamente los textos para leer o narrar, al crear el clima apropiado, al
dar el tiempo y el espacio necesarios, al otorgar relevancia a la actividad
comprometiéndose verdaderamente con la transmisión del texto elegido.”

La presencia de la poesía en el jardín de infantes se torna fundamental si, como señala


María Elena Walsh, se valora la sensibilidad y se aspira a la educación de seres “lo
menos maleables posible a las presiones de una sociedad enloquecida.

“La presencia de la poesía en estas salas es un aporte fundamental en la experiencia


estética de los niños, una forma irremplazable de enriquecer su sensibilidad.”

Elegí realizar esta secuencia, porque observe que el grupo de niños disfruta de los
momentos de narración de cuentos y poesías. En varias ocasiones le solicitan a la
docente leer algún cuento que traen de sus casas, y me resultó enriquecedor, poder
presentarles diferentes maneras de escucha de cuentos. Por otro lado me pareció una
propuesta atractiva, brindarles la posibilidad de dejarse llevar por su imaginación,
presentándoles diversas adivinanzas y poesías.
Marlene Gagliardi

BIBLIOGRAFÍA:

- Secretaría de la Nación. Diseño Curricular para la Educación Inicial. Niños de 4 y 5


años. G. C. B.A. 2000

- Secretaría de la Nación. Diseño Curricular para la Educación Inicial. Niños de 2 y 3


años. G. C. B.A. 2000

CONTENIDOS

 Escucha activa por parte de los niños.


 Escucha de poesías y adivinanzas leídos por la docente.
 Juego con rimas y adivinanzas, responder a estas.
 Comentar acerca del contenido de la historia narrada (accionar de un
personaje, desenlace, características)
 Intercambio de opiniones.

ACTIVIDAD 1: “NARRACIÓN DEL CUENTO “¿A QUÉ SABE LA LUNA?”

Reuniré a los niños en ronda en un sector de la sala y les comentaré que traje una
historia para contarles y que para poder escuchar esta historia debemos hacer silencio.
Narraré el cuento “¿A qué sabe la luna?” de Michael Grejniec. Les mostraré a los niños
la tapa del mismo y le comentaré el título y el nombre del autor. Una vez presentado
comenzaré a leerlo. Iré leyendo y al terminar la lectura de cada hoja les mostraré las
imágenes. Al finalizar conversaré con los niños acerca del cuento, preguntándoles:
¿Quiénes eran los personajes del cuento? ¿Y qué les pasaba? ¿Cómo pudieron
solucionarlo? ¿Qué otras cosas recuerdan del cuento? Luego de escuchar las
diferentes respuestas y puntos de vista de los niños, les diré que si les gusto, lo
podremos guardar en la biblioteca para volver a leerlo en otra oportunidad.

MATERIALES:

 Cuento

Cuento ¿A qué sabe la luna? De Michael Grejniec


Marlene Gagliardi

Hacía mucho tiempo que los animales deseaban averiguar a qué sabía la luna. ¿Sería
dulce o salada? Tan solo querían probar un pedacito. Por las noches, miraban ansiosos
hacia el cielo. Se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los
brazos. Pero todo fue en vano, y ni el animal más grande pudo alcanzarla.

Un buen día, la pequeña tortuga decidió subir a la montaña más alta para poder tocar
la luna. Desde allí arriba, la luna estaba más cerca; pero la tortuga no podía tocarla.
Entonces, llamó al elefante. ― Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna.
Esta pensó que se trataba de un juego y, a medida que el elefante se acercaba, ella se
alejaba un poco. Como el elefante no pudo tocar la luna, llamó a la jirafa. ― Si te subes
a mi espalda, a lo mejor la alcanzamos. Pero al ver a la jirafa, la luna se distancio un
poco más. La jirafa estiró y estiró el cuello cuanto pudo, pero no sirvió de nada. Y llamó
a la cebra. ― Si te subes a mi espalda, es probable que nos acerquemos más a ella. La
luna empezaba a divertirse con aquel juego, y se alejó otro poquito. La cebra se
esforzó mucho, mucho, pero tampoco pudo tocar la luna. Y llamó al león. ― Si te subes
a mi espalda, quizá podamos alcanzarla. Pero cuando la luna vio al león, volvió a subir
algo más. Tampoco esta vez lograron tocar la luna, y llamaron al zorro. ― Verás cómo
lo conseguimos si te subes a mi espalda ― dijo el león. Al avistar al zorro, la luna se
alejó de nuevo.

Ahora solo faltaba un poquito de nada para tocar la luna, pero esta se desvanecía más
y más. Y el zorro llamó al mono. ― Seguro que esta vez lo logramos. ¡Anda, súbete a
mi espalda! La luna vio al mono y retrocedió. El mono ya podría oler la luna, pero de
tocarla, ¡ni hablar! Y llamó al ratón. ― Súbete a mi espalda y tocaremos la luna. Esta
vio al ratón y pensó: ― Seguro que un animal tan pequeño no podrá cogerme. Y como
empezaba a aburrirse con aquel juego, la luna se quedó justo donde estaba. Entonces,
el ratón subió por encima de la tortuga, del elefante, de la jirafa, de la cebra, del león,
del zorro, del mono y… ...de un mordisco, arrancó un trozo pequeño de luna. Lo
saboreó complacido y después fue dando un pedacito al mono, al zorro, al león, a la
cebra, a la jirafa, al elefante y a la tortuga. Y la luna les supo exactamente a aquello
que más le gustaba a cada uno. Aquella noche, los animales durmieron muy muy
juntos. El pez, que lo había visto todo y no entendía nada, dijo: ― ¡Vaya, vaya! Tanto
esfuerzo para llegar a esa luna que está en el cielo. ¿Acaso no verán que aquí, en el
agua, hay otra más cerca? FIN

ACTIVIDAD 2: “ADIVINA ADIVINADOR”

Convocaré a los niños en un sector de la sala y les contaré que en esta oportunidad
traje para compartir con ellos distintas adivinanzas. Para poder escucharlas bien y
poder adivinarlas debemos prestar mucha atención y abrir grande las orejas,
abriremos las orejas, los ojos, moveremos el cuerpo, para estar bien atentos y luego
Marlene Gagliardi

les propondré ir eligiendo distintos sobres que tendré en mis manos. En la parte de
afuera del sobre estará la adivinanza escrita y adentro la imagen con la respuesta. Les
leeré a los niños la adivinanza seleccionada y dejaré un tiempo prudente para que
puedan descifrarla, iré ayudándolos e incentivándolos., compartiendo y escuchando
cada respuesta que dicen. Repetiremos la acción con cada sobre e iremos
descubriendo las distintas adivinanzas entre todos. Al finalizar le regalaré una
adivinanza a cada niño para que puedan llevársela a su casa y compartirla en familia.

MATERIALES

 Sobres con adivinanzas.


 Adivinanzas para regalar.

ADIVINANZAS

Soy dueño de tres colores, en la calle


te ayudo a cruzar, si lo haces con mi
luz verde, nada te puede pasar

Tiene muy grandes bigotes, sabe


contento maullar, es terror de los
ratones y le gusta irse a pasear

Roer es mi trabajo, el queso es mi


aperitivo, y el gato ha sido siempre
mi más temido enemigo.
Marlene Gagliardi

tengo números pero no sé


leer,
las horas te doy,
¿sabes quién soy?

Por dentro soy carbón,


por fuera soy madera,
viajo en tu estuche
y me llevas a la
escuela.

Con cuello largo y fino se pasea muy


feliz, sólo si fueras mosquito le verías la
nariz.

Tiene dientes y no muerde,


desenreda con cuidado, caminos
abre en tu pelo, sea liso o
enrulado.

Soy grande y redondo, de rayos


dorados y no brillo en el cielo si
esta nublado.
Marlene Gagliardi

Soy chiquito, puedo nadar,


vivo en casa, en los ríos y en
el mar.

Orejas largas, rabo cortito,


corro y salto muy ligerito.

ACTIVIDAD 3: “EL ARBOL QUE CUENTA CUENTOS”

Reuniré al grupo en un sector de la sala y les comentaré, que vamos a escuchar un


cuento pero que esta vez no vamos a escuchar un cuento en la sala, ni tampoco lo voy
a leer de un libro. Sino que en esta oportunidad, iremos al parque a escuchar el cuento
y que no voy a ser yo quien lo cuente, lo van a contar las ramas de un árbol. Les
propondré hacer un tren y de manera ordenada y tranquila nos trasladaremos hacia el
parque y nos sentaremos alrededor del árbol. Les diré a los niños que presten mucha
atención y que hagan silencio así podrá comenzar la historia. El árbol nos contará, el
cuento llamado “Miedo” de Graciela Cabal. Una vez que finalice, les preguntaré a los
chicos: ¿Qué paso en el cuento? ¿Qué cosas les dan miedo a ustedes? ¿Por qué les da
miedo eso? ¿Alguna vez un árbol les contó un cuento?, luego del intercambio de
preguntas y respuestas y de una reflexión grupal, nos despediremos del árbol que
cuenta cuentos y regresaremos a la sala.

MATERIALES:

 Audio del cuento “Miedo”.


Marlene Gagliardi

Cuento “EL MIEDO” de Graciela Cabal

Había una vez un chico que tenía miedo.


Miedo a la oscuridad, porque en la oscuridad crecen los monstruos.
Miedo a los ruidos fuertes, porque los ruidos fuertes te hacen agujeros en las orejas.
Miedo a las personas altas, porque te aprietan para darte besos.
Miedo a las personas bajitas, porque te empujan para arrancarte los juguetes. Mucho
miedo tenía ese chico. Entonces, la mamá lo llevó al doctor. Y el doctor le recetó al
chico un jarabe para no tener miedo (amargo era el jarabe).
Pero al papá le pareció que mejor que el jarabe era un buen reto:
-iBasta de andar teniendo miedo, vos! - le dijo -. ¡Yo nunca tuve miedo cuando era
chico!
Pero al tío le pareció que mejor que el jarabe y el reto era una linda burla:
-¡La nena tiene miedo, la nena tiene miedo!
El chico seguía teniendo miedo. Miedo a la oscuridad, a los ruidos fuertes, a las
personas altas, a las personas bajitas. Y también a los jarabes amargos, a los retos y a
las burlas.
Mucho miedo seguía teniendo ese chico.
Un día el chico fue a la plaza. Con miedo fue, para darle el gusto a la mamá.
Llena de personas bajitas estaba la plaza. Y de persona altas.
El chico se sentó en un banco, al lado de la mamá. Y fue ahí que vio a una persona
bajita pero un poco alta que le estaba pegando a un perro con una rama. Blanco y
negro era el perro. Con manchitas. Muy flaco y muy sucio estaba el perro. Y al chico le
agarró una cosa acá, en el medio del ombligo. Y entonces se levantó del banco y se fue
al lado del perro. Y se quedó parado, sin saber qué hacer. Muerto de miedo se quedó.
La persona alta pero un poco bajita lo miró al chico. Y después dijo algo y se fue. Y el
chico volvió al banco. Y el perro lo siguió al chico. Y se sentó al lado.
-No es de nadie- dijo el chico -¿Lo llevamos?
-No- dijo la mamá.
-Sí- dijo el chico -. Lo llevamos.
En la casa la mamá lo bañó al perro. Pero el perro tenía hambre. El chico le dio leche y
un poco de polenta del mediodía. Pero el perro seguía teniendo hambre. Mucha
hambre tenía ese perro.
Entonces el perro fue y se comió todos los monstruos que estaban en la oscuridad, y
todos los ruidos fuertes que hacen agujeros en las orejas. Y como todavía tenía
hambre también se comió el jarabe amargo del doctor, los retos del papá, las burlas
del tío, los besos de las personas altas y los empujones de las personas bajitas. Con la
panza bien rellena, el perro se fue a dormir. Debajo de la cama del chico se fue a
dormir, por si quedaba algún monstruo.
Ahora el chico que tenía miedo no tiene más miedo. Tiene perro.

FIN
Marlene Gagliardi

ACTIVIDAD 4: POESIA “¡Que disparate se mató un tomate!”

Convocaré al grupo en un sector de la sala y les diré que esta vez traje una poesía para
contarles, que para escucharla debemos abrir bien las orejas y prestar mucha atención.
Les comentaré que la poesía se llama “¡Qué disparate se mató un tomate!” de Elsa
Bonermann. Comenzaré a leer la poesía, dramatizando los diferentes versos, y
acompañaré la lectura con algunas imágenes que irán mostrando algunas de las
situaciones que van ocurriendo a lo largo de la poesía. Al terminar de leerla, les
preguntaré a los niños: ¿Qué parte les gusto más? ¿Quieren que vuelva a leer alguna
parte en especial? ¿Qué personajes aparecían? ¿Habían escuchado esta poesía alguna
vez? Iré escuchando las distintas respuestas e incentivando a los niños para que
participen en la puesta en común. Al finalizar les diré que si les gustó podremos volver
a escucharla otro día.

MATERIALES

 Poesía
 Imágenes de la poesía

¡Qué disparate se mató un tomate! De Elsa Bonermann

¡Ay! ¡Qué disparate! Llamó a la carrera


¡Se mató un tomate! a Sal, la enfermera.
¿Quieren que les cuente?
Después de secarlo
Se arrojó en la fuente quisieron salvarlo,
sobre la ensalada pero no hubo caso:
recién preparada. ¡estaba en pedazos!

Su vestido rojo, Preparó el entierro


todo descosido, la agencia “Los Puerros”.
cayó haciendo arrugas Y fue mucha gente...
al mar de lechugas. ¿quieren que les cuente?

Su amigo el zapallo Llegó muy doliente


corrió como un rayo Papa, el presidente
pidiendo de urgencia del club de Verduras,
por una asistencia para dar lectura
de un “verso al tomate”
Vino el doctor Ajo (otro disparate)
y remedios trajo. mientras, de perfil
Marlene Gagliardi

el gran perejil El diario “ESPINACA”


hablaba bajito la noticia saca.
con un rabanito. HOY, QUÉ DISPARATE!
¡SE MATÓ UN TOMATE!

También el laurel
Al leer, la cebolla
(de luna de miel
llora en su olla.
con doña nabiza)
Una remolacha
regresó de prisa
se puso borracha.
en su nuevo yate
— ¡Me importa un comino!
por ver al tomate.
—dijo don Pepino...
y no habló la acelga
Acaba la historia:
(estaba de huelga).
ocho zanahorias
y un alcaucil viejo
forman el cortejo
con diez berenjenas
de verdes melenas
sobre una carroza
bordada de rosas.

Choclos musiqueros
con negros sombreros
tocaban violines,
quenas y flautines,
y dos ajíes sordos
y espárragos gordos
con negras camisas
cantaron la misa.

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