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El Psicoanálisis Del Vestuario Masculino

Este documento resume el trabajo de investigación de un estudiante sobre el psicoanálisis del vestuario masculino. Explora temas como el pudor, la protección psicológica y física que provee la ropa, y cómo la vestimenta ayuda a establecer la identidad individual y sexual. El estudiante analiza estas cuestiones para diseñar los personajes de su próxima obra de teatro sobre los micromachismos y la sumisión del hombre.

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El Psicoanálisis Del Vestuario Masculino

Este documento resume el trabajo de investigación de un estudiante sobre el psicoanálisis del vestuario masculino. Explora temas como el pudor, la protección psicológica y física que provee la ropa, y cómo la vestimenta ayuda a establecer la identidad individual y sexual. El estudiante analiza estas cuestiones para diseñar los personajes de su próxima obra de teatro sobre los micromachismos y la sumisión del hombre.

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El psicoanlisis del

vestuario masculino

Diseo del personaje


Luciano Muriel Alonso
Tercero de Dramaturgia (Real Escuela Superior de Arte dramtico)

NDICE

INTRODUCCIN

EL PUDOR

LA PROTECCIN

DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN LA VESTIMENTA

ARTE Y NATURALEA

DIFERENCIACIN INDIVIDUAL Y SEXUAL

CONCLUSIN

BIBLIOGRAFA

INTRODUCCIN

He escogido este tema para elaborar mi trabajo de Diseo del Personaje porque este
curso escribir y dirigir una obra titulada Desde el Azul que hablar sobre los
micromachismos y sobre la sumisin del hombre sobre el propio hombre.
En este trabajo he elegido abordar los temas como el pudor a la hora de vestir, la
proteccin psicolgica en el vestuario masculino, la tica del vestir o las connotaciones
sexuales de las prendas diseadas para el hombre.
A lo largo del trabajo ir desgranando cada apartado y comparndolo con mi proyecto
de fin de carrera, con el fin de analizar cmo deben vestir mis personajes y por qu,
puesto que ah subyace una importante forma de comportarse para con el resto del
dramatis personae.
Mark Twain dijo que "La ropa hace al hombre. La gente desnuda tiene poca o ninguna
influencia en la sociedad". Al igual que la moda para mujeres, las prendas de los
hombres siempre han sido una declaracin de estado y posicin social. Aunque los
iconos culturales y las condiciones econmicas han influenciado en la ropa formal de
los hombres, el propsito sigue siendo el mismo: lograr una apariencia sofisticada y
elegante.
Pero no slo abordar lo sociolgico del vestuario masculino. Me interesa aunar en la
psicologa de cmo nuestra ropa nos conforma como individuos, que es, al fin y al cabo,
lo interesante del asunto: llevamos lo que llevamos para crear nuestra propia identidad.

EL PUDOR

Entendemos que el pudor es un impulso inhibitorio y en muchos casos inconsciente que


puede dirigirse contra formas de exhibicin principalmente sociales o (principalmente)
sexuales. La vergenza de sentirse inapropiadamente vestidos en algn acontecimiento
social nos vale de ejemplo para el pudor social; el sexual es el tipo principal, heredado
en gran medida de tradicin semtica.
Me llam mucho la atencin un fragmento que encontr en Psicologa del vestido, de
John Carl Flgel, que dice Entre los salvajes, las formas sociales del pudor requieren a
menudo quitarse realmente las prendas como signo de respeto. En las sociedades
primitivas la desnudez relativa o absoluta es a menudo un signo de status social inferior,
de servicio o de sumisin.
Y me llam la atencin porque precisamente yo estoy escribiendo una especie de fbula
atemporal cuyos personajes son arquetipos de lo eterno masculino y su nmesis. Ahora
parece que la ausencia de ropa delimita un status superior. Es cierto que vivimos un
momento en el que el exhibicionismo prima por todas partes. Las redes sociales, por
ejemplo, han secundado mucho que nos guste que nos miren. Quiz por eso me haya
llamado la atencin, por el gran contraste que se crea con la sociedad actual. Me refiero
a la sociedad laica, puesto que todava hoy, los musulmanes se quitan los zapatos en
las mezquitas o los cristianos se quitan el sombrero en las iglesias.
El pudor tambin dirigirse contra la tendencia a exhibir el cuerpo desnudo o contra la
tendencia a exhibir vestidos esperpnticos (un disfraz por ejemplo).
Esto en gran medida es una herencia de la frrea moral cristiana que a da de hoy sigue
afectando al inconsciente colectivo. El hecho de exhibir nuestro cuerpo, pese a estar a la
orden del da (tal vez a modo de revolucin, por qu no) sigue crendonos un pudor en
segn qu contextos. Esta es una interesante contradiccin ya que depende en qu
momentos la persona desea ensear cunto ms de su cuerpo mejor, mientras que
despus, en otros, el pudor la posee.
Tambin hay una herencia cultural a causa de las denuncias por los hombros desnudos,
los brazos (considerados como horrorosos en poca de Enrique VIII) o de la exigidad
del atuendo de estilo imperio y de la actual exposicin de las piernas femeninas.
Del mismo modo, tribus que andan generalmente desnudas, pueden sentir vergenza
cuando se cubren una parte del cuerpo
El pudor tambin puede referirse a las tendencias psicolgicas de la propia persona o a
las tendencias de los otros.
En el primer caso, la persona siente que una clase de vestimenta es impdica en s
misma; en el segundo, ms peligroso, la mayora llega a marginar y despreciar al sujeto
2

vestido inadecuadamente, a causa de su individualidad u originalidad en el vestir. La


ropa por esto crea una suerte de aceptacin social, que inmediatamente y de forma muy
superficial nos incluye o excluye en un grupo.
Otro de los puntos interesantes que he ido investigado es que los celos son otro de los
motivos que probablemente han desempeado un papel de importancia en el vestir.
Aqu har un pequeo hincapi y volver a citar a Flgel y su Psicologa del vestido
cuando dice que Las civilizaciones orientales que han mantenido a sus mujeres en el
retiro domstico, lejos de todos los hombres excepto de sus maridos, han ocultado
tambin, en general muy eficazmente, las formas fsicas de las mujeres cuando salen de
casa. De hecho, puede decirse que toda la teora musulmana del vestido de calle de las
mujeres representa un intento -a veces desesperadamente total- de impedir el despertar
el deseo sexual en los hombres; teora que, por supuesto, est lgicamente en armona
con un sistema social que acenta el punto de vista de que todas las mujeres son
propiedad de un hombre u otro.
En cualquier cultura sigue estando a la orden del da que las casadas vistan ms ropas
que las solteras. Es por ello que al final la ropa es una forma tambin de censura o de
anulacin. Los hombres visten a sus mujeres para que nadie las desee. De nuevo,
observamos un machismo exacerbado y carente de cualquier respeto hacia la mujer. Por
desgracia, y en mi opinin, creo que en este aspecto apenas hemos evolucionado y sigue
existiendo.
Esto nos lleva a que el pudor llegue a obstaculizar el deseo o la satisfaccin (social o
sexual) o prevenir el disgusto, la vergenza o la desaprobacin no slo de un cnyuge,
tambin de una sociedad.
El pudor puede dirigirse contra el deseo de exhibicin que uno experimenta o contra el
rechazo que puede generar tal exhibicin. Por ejemplo, una mujer con un traje muy
escotado puede inhibir su deseo de bailar en una fiesta por pudor, ya que teme la
desaprobacin de los invitados ms puritanos, pero tambin porque puede temer avivar
el deseo sexual de los presentes. En cualquier caso el pudor se dirige ms contra el
rechazo de los otros hacia ella por culpa de su traje que contra el deseo de bailar.
Una circunstancia de gran importancia a la hora de vestir es la belleza natural o la
fealdad del individuo. Un alto grado de belleza le facilita a la persona ese placer de
exhibirse. Aqu el pudor tiene una tarea ms fcil. De ah que una de las funciones de la
ropa es la de ocultar defectos fsicos.
La variabilidad del pudor es cuantitativa y tambin cualitativa. Ciertas partes del cuerpo
resultan impdicas tanto desnudas como vestidas en segn qu lugar y momento. Flgel
respecto a esto dice Nuestra sensibilidad pasada con respecto a las piernas femeninas
no atraa a los musulmanes, que nunca trataron de ocultarse el hecho de que las mujeres,
como los hombres, son bpedas. Para ellos la parte del cuerpo que haba que cubrir era
la cara..
3

LA PROTECCIN

Cuando decimos que la ropa crea una proteccin para el humano encontramos varios
tipos de proteccin. La primera es la proteccin fsica:

Contra el fro. Ha desempeado una parte ms importante que cualquier otra


funcin protectora de tipo fsico.

Contra el calor. Para evitar el choque directo de los rayos solares en tierras
demasiado clidas.

Contra enemigos humanos y animales. Escudos, corazas, grebas, armaduras,


etc., para la guerra. O, por ejemplo, tambin los trajes contra las picaduras de
insectos.

Otro tipo de proteccin ancestral es la proteccin mgica:

Contra los espritus malignos. Todos los males (enfermedades, accidentes,


muerte), para los primitivos, son producto de la accin maligna de ciertos
espritus. De ah la importancia de los amuletos. No es imposible que por este
factor surgiera el vestido.

Es muy interesante el fragmento de Psicologa del Arte de Lev Vygotski que dice que
Las observaciones psicoanalticas y antropolgicas han aclarado que uno de los
principales modos por los que se supona que el mal de ojo hera a sus vctimas era
daando sus poderes reproductores o sus rganos reproductores. La doctrina del mal de
ojo parece vincularse ntimamente, de hecho, con el complejo de castracin. El hecho de
que la mayora de amuletos utilizados para rechazar el mal de ojo parecen ser smbolos
de los rganos reproductores concuerda con este punto de vista.
Esto es interesante por toda la corriente psicoanaltica que hay alrededor de los genitales
y de su proteccin. En este caso ya no hablamos slo de una proteccin fsica, sino
tambin mgica, es decir, sera curioso analizar hasta qu punto esa proteccin mgica
pervive en nuestra sociedad.

Contra el peligro moral. Los religiosos, por ejemplo, se protegen con trajes
largos contra las tentaciones; ropas cerradas, rgidas, de color no provocativo. En
muchos casos, estas ropas son smbolos al mismo tiempo del autocontrol de una
persona o de su resistencia interna. No se firman acuerdos comerciales o
polticos con cuellos blandos; las ropa blanda se ha convertido en smbolo de
relajacin y comodidad, de ligereza. Otras conexiones conocidas de este tipo
son:

- Color. Los colores oscuros con la seriedad, el blanco con la inocencia, etc.
- Cubricin. Cuanto ms cubierto, el traje sugiere mayor ascetismo.
- Grosor. El valor protector real de las prendas gruesas contra ciertos peligros
fsicos, siendo extendida esta proteccin inconscientemente a la esfera de lo
moral.
- Tiesura y estilo de vida controlado y recto.
- Estrechez. La estrechez, por su presin sobre el cuerpo, puede simbolizar un
control firme sobre nosotros mismos. Sobre la tiesura y la estrechez se vuelve al
tema del simbolismo flico, del cual se hablara ms adelante.

Contra la hostilidad general del mundo. As lo llama Flgel en su libro. Por


ejemplo, cuando caminamos por una calle peligrosa tendemos a abotonarnos el
abrigo aunque no haga menos calor. Ocurre igual si nos encontramos entre
personas que nos resultan incmodas o antipticas, con quienes no deseamos
relacionarnos. Del mismo modo, nos quitamos antes o despus la chaqueta
cuando llegamos a una fiesta. Podra decirse por esto que se trata no de una
proteccin contra el fro fsico sino contra la frialdad. Segn el psicoanalista
Ernest Jones, esta actitud de refugiarse en la ropa, en el fondo, vendra a ser
como un retorno a la proteccin del tero materno. Esta teora, aunque al
principio me haya dejado estupefacto, creo que est muy bien planteada. De
hecho, segn Jones, las ropas se asocian a las madres, que son quienes nos visten
de pequeos e insisten continuamente en que nos vistamos con ms ropa, nunca
menos. Por ello es imprescindible anotar un claro paralelismo entre la funcin de
las ropas y del hogar. En el diccionario, abrigo significa lugar de refugio, no s
es una prenda de vestir. La diferencia estriba en que las ropas son muebles,
porttiles, y las casas no. El paraguas, por ejemplo, equivale al techo porttil que
nos protege de la lluvia.

DIFERENCIAS INDIVIDUALES EN LA VESTIMENTA

El nio, en sus primeros aos, tiene poco inters por el vestido. En l an no se han
desarrollado las nociones de ornamentacin y pudor, y el vestido representa un medio
inconsciente de regresin al estado prenatal segn Jones, y as lo apostilla Flgel en su
libro. Gradualmente se despierta la tendencia exhibicionista que, segn el psicoanlisis,
se origina en dos fuentes: una fuente es primariamente narcisista y la otra autoertica.
En su obra sobre el autoanlisis en la infancia y juventud Ernest Jones dice que el nio
Encuentra su expresin natural en la exhibicin del cuerpo desnudo y en la
demostracin de sus poderes, y puede ser observado en muchos nios en las danzas y
cabriolas desnudas en las que, si se les permite, se complacen preferentemente, aunque
no necesariamente ante los ojos de los admirados adultos. El desnudo en los nios
tiene otras connotaciones que a lo largo de su vida van cambiando.
Esto me ha interesado mucho porque en mi obra los personajes empiezan siendo nios y
van creciendo durante su transcurso. Al haber ledo sobre el tema, creo que la forma del
vestido y el desnudo puede crear muchas posibilidades en mi puesta en escena.

Existen varios tipos de componentes autoerticos:


-Erotismo cutneo. La terminologa psicoanaltica denomina erotismo cutneo al placer
de la estimulacin natural de la piel; la accin del aire, del viento y del sol sobre la
superficie del cuerpo. Es difcil de sublimar con las ropas, aunque la seda y ciertos
tejidos sutiles y texturados resulten agradables al tacto. La ropa implica un sacrificio de
estos placeres.
-Erotismo muscular. Aqu el placer se deriva del libre juego de los msculos, otro
impedimento de los vestidos. Aqu Flgel nos dice que La nica compensacin que las
ropas pueden ofrecer a esta prdida de placer parecera residir en la agradable presin
proporcionada por ciertas prendas ceidas, como un cinturn o un cors, que parecen
aumentar la fuerza del cuerpo al producir sensaciones similares a las que acompaan la
contraccin de los msculos abdominales. Aqu, sin embargo, como en el caso del
erotismo cutneo, aunque los placeres producidos por las ropas son reales, en su mayor
parte son inferiores a los que son posibles en un estado de desnudez (...) Por lo tanto, las
ropas deben buscar un apoyo psicolgico de tipo ms directamente placentero, para los
desplazamientos de los elementos narcisistas ms que para los autoerticos.
Me ha resultado muy curioso este tema, debido a que nunca me lo haba planteado y s
me parece importante a la hora, por ejemplo, de dirigir a un actor.

Existen diferentes tipos psicolgicos cuya forma de vestir afecta de una forma u otra.
El tipo rebelde sera el ms primitivo desde el punto de vista de la psicologa de la
vestimenta. Sienten que las ropas le restringen y, en el fondo, nunca se han resignado a
usarlas. Prefieren ropas livianas o la ausencia de prendas. En ellos encontramos un
erotismo cutneo y muscular fuertemente desarrollado, desfavorable lgicamente a los
intereses de la ropa. Adems no siente placer con la decoracin, siempre destacan la
comodidad, y la escasa necesidad de proteccin.
El tipo resignado sufre como el anterior, pero se ha resignado a llevar ropas, incapaz de
luchar contra las convenciones socioculturales.
El tipo no emocional elige, se pone y se quita sus ropas con total desinters, sin
satisfaccin y sin fastidio.
Este tipo me interesa mucho porque creo que encaja en el antagonista de mi obra, por
tanto lo tendr en cuenta a la hora de elegir su vestuario.
Por otro lado tenemos los tipos que gozan conscientemente del uso de ropas:
El tipo mojigato. En l triunfa el impulso del pudor, pero suele racionalizar su actitud
aludiendo a motivos higinicos.
El tipo sumiso. Para ellos ciertas clases de ropas han llegado a ser verdaderamente
signos externos y visibles de un superego o principio moral estricto y fuertemente
desarrollado Muy prejuiciosos y quisquillosos con el vestir, se someten a l, a lo que
simbolizan, rango, ocupacin laboral, rectitud, etc. (Este es el que ms me interesa
puesto que es el protagonista de la obra)
El tipo protegido suele ser el friolero. A menudo no le importa la moda. Slo necesita
cubrirse para estar cmodo, caliente.
El tipo sostenido se siente agradablemente reforzado y apoyado por sus ropas,
especialmente por las apretadas y tiesas. En tanto este apoyo es moral tienen algo en
comn con las personas del tipo sumiso. Por lo dems, se encuentra un alto
desplazamiento del erotismo cutneo y sobretodo muscular al vestido. Si el
psicoanlisis es correcto, se conjugan, pues, tres elementos principales en la formacin
de este tipo: moral, muscular y flico.
El tipo sublimado, el dandy. Extensiva sublimacin del cuerpo a las ropas. Este tipo
requiere un narcisismo original bastante fuerte.
El tipo satisfecho de s mismo tiene algo en comn con el no emocional y con el
sublimado. Si se le pregunta sobre la ropa, exhibe un presuncin algo irritante y una
enorme complacencia consigo mismo. Siempre sabe qu quiere vestir y sus ropas son
las mejores posibles; con pocos cuidados siempre puede vestir cmodamente,
higinicamente y con buen gusto. Es el pedante de la ropa.

DIFERENCIAS SEXUALES

Como entre los animales, entre los hombres primitivos y nuestros antepasados el
hombre es mucho ms decorativo que la mujer, y el pudor se ve con ms frecuencia en
la mujer. Esto se debe posiblemente a los diferentes tabes que afectan a su sexualidad,
a la menstruacin y al parto. Tambin entre nosotros pueden rastrearse residuos de esta
distincin sexual primitiva: en una iglesia, el hombre se quita el sombrero pero la mujer
se lo queda. En el caso del hombre el sombrero peca de exhibicionismo, en el caso de la
mujer pecara su propio cabello, as que debe de ocultarlo aunque lo haga con un
sombrero ostentoso. Dice Flgel que La razn psicolgica de esta diferencia est
probablemente en que el desplazamiento del exhibicionismo del cuerpo a las ropas ha
ido ms all en el hombre que en la mujer..

Otro de los captulos interesantes en Psicologa del vestido es el complejo de castracin.


Al respecto dice que En los hombres, la misma castracin est simbolizada en el acto
de quitarse prendas, mientras que la posesin (...) sirve como una reafirmacin contra
los temores de castracin, en virtud de su simbolismo flico. En las mujeres que sufren
el complejo de castracin (...) la reafirmacin correspondiente parece obtenerse ms a
menudo mediante el acto de sacarse prendas.
Esto me ha dado muchas ideas a la hora de crear un juego simbolista en mi puesta en
escena sobre la importancia del falocentrismo en la sociedad actual, y de cmo el miedo
a perder la potestad que da el falo puede ser perfectamente atribuible a uno de los
miedos del macho del siglo XXI.

Por qu en la actualidad el vestido de las mujeres es ms ornamental que el de los


hombres?
La Iglesia ha venido usando su influencia contra el desarrollo de la decoracin
indumentaria, especialmente cuando era usada por mujeres con propsito de atraccin.
En verdad puede decirse que la Iglesia ha institucionalizado la antigua tendencia de los
hombres a proyectar su culpa sexual; aceptaba la aplicacin general de la frmula: la
mujer me tent.
El hombre continu apoyando toda su atraccin en la ropa, mientras que la mujer
posey, de ah en adelante la doble arma de la exposicin y la decoracin. Se trata de
una diferencia que parece depender de ciertas distinciones ltimas de la constitucin
sexual. Los psiclogos estn muy de acuerdo en que entre las ms importantes de estas
diferencias figura la tendencia de la libido sexual a ser ms difusa en las mujeres que en
los hombres. En las mujeres todo el cuerpo est sexualizado mientras que en los
hombres la libido est ms definidamente concretada en la zona genital; y esto es verdad
8

tanto subjetiva como objetivamente, tanto al mostrar el cuerpo como al mirarlo. De ah


que la exposicin de cualquier cuerpo femenino obre ms erticamente que la
exposicin de la parte correspondiente del varn, salvo en la caso de los genitales en s.
La libido masculina, ms definidamente concentrada en el falo, puede encontrar ms
fcilmente un sustituto simblico.

Si, por un lado, a las mujeres les es ms difcil sublimar completamente su


exhibicionismo en las ropas, les es ms fcil, por la misma razn, tolerar cierta cantidad
de exposicin ertica y armonizarla con su moralidad sexual. Su sexualidad, siendo ms
difusa, puede escapar ms fcilmente al reconocimiento como tal. A causa de esta
diferencia, el hombre a menudo acusa de impudicia a la mujer y la reprende con motivo,
por ejemplo, de la minifalda. Ella le replica que l est viendo sexualidad donde no la
hay, y que no le acusa a l de nada cuando tiene, por ejemplo, el pecho desnudo. Esto
sucede as porque conscientemente, para el hombre y la mujer, la sexualidad slo est
en los genitales. En el fondo, los dos tienen parte de razn en esta disputa.

ARTE Y NATURALEZA

Flgel entra en un terreno farragoso: el de valorar el vestido en trminos de bueno y


malo, inevitablemente subjetivo. Propone un principio combinado de la tica
hedonstica y de la psicologa freudiana: el objetivo de las ropas debera ser asegurar el
mximo de satisfaccin de acuerdo con el principio de realidad (es decir, el arj de la
fisis, el principio de basar nuestras satisfacciones en un reconocimiento del mundo real,
y no en una distorsin de l, o una negacin de sus aspectos menos agradables). Sus
razones son que permite un amplio acuerdo sobre la mayora de los puntos prcticos
entre quienes, en ltima instancia, ven lo bueno en el placer y entre los que lo ven en
la funcin y desarrollo (aceptando que las mejores ropas sern las que atienden ms
satisfactoriamente las necesidades de decoracin, de pudor y de proteccin). En
principio parece que esta mxima puede usarse en relacin con todo el arte.
As, por ejemplo, parece ser buena la abolicin de las distinciones indumentarias de
riqueza, camino que tambin ha emprendido en el ltimo siglo la moda femenina, con la
boga de los abalorios falsos y la difusin en todas las capas sociales de prendas como
los vaqueros. Esta abolicin favorece a la sociedad porque desmorona murallas entre las
personas y stas gastan en ropa cantidades de dinero ms razonables que antiguamente.
El pudor excesivo, demuestra el psicoanlisis, se halla en mentes neurticas. El diseo
del traje debera evitar toda prenda elaborada expresamente para no ser vista (como el
cors), o reintegrarla al esquema esttico del traje de algn modo. No es bueno que
nos sintamos avergonzados de algo que no se debe ver, se trata de una va que conduce,
en casos raros, al fetichismo.
Este asunto lo he incluido porque me ha parecido muy interesante crear una lnea de
vestuario con la naturaleza. Es decir, como mi obra se desarrolla en los sueos del
protagonista, me ha hecho reflexionar sobre si el vestuario puede seguir los cnones de
la naturaleza y de cmo la concebimos o, por el contrario, puedo permitirme
distorsionarlo puesto que en todo caso estamos viendo lo que el protagonista suea y la
naturaleza puede estar deformada.

10

DIFERENCIACIN INDIVIDUAL Y SEXUAL

Flgel aboga por un vestido elegido con libertad y aceptado por todos sin crticas ni
censuras. Especialmente interesantes me han resultado sus reflexiones sobre la
vestimenta de los nios, que la psicologa recomienda muy livianas, para que no llegue
a considerarlas una molestia y puedan ser elegidas por l con su propio criterio, aunque
tal ropa entre en conflicto con el orgullo de los padres, quienes evitarn las
satisfacciones exhibicionista. La cuestin sobre en qu medida los dos sexos han de
vestirse igual o no es interesante, pero no se llega a ninguna conclusin definitiva.

tica de la distincin sexual


Por lo general, los heterosexuales se sienten molestos con ropas que juzgan no
apropiadas para su sexo. Un anlisis algo ms profundo parece demostrar que este
disgusto es una defensa contra el posible despertar de una atraccin sexual hacia una
persona del mismo sexo. En el fondo todos somos potencialmente ambisexuales en
nuestras inclinacione. Un modo de precavernos contra esta regresin es una insistencia
algo exagerada y obsesiva en la heterosexualidad. Es como si debiera evitarse un error a
toda costa; y esto puede lograrse mejor mediante una diferenciacin sexual de una clase
que nos permita ver a primera vista si un individuo dado cae o no en la categora de los
objetos sexuales permisibles. En la actualidad se castiga al homosexual (especialmente
al homosexual masculino) porque las represiones de nuestras propias tendencias
homosexuales no son seguras.

Sin embargo el traje masculino ya se empieza a feminizar, puesto que el traje femenino
permite mayores satisfacciones que el masculino. Estas pueden ser algunas razones:

El uso de una variedad mayor de colores.


El uso de una mayor variedad de materias.
Mayor libertad individual de eleccin.
Peso ms ligero de las ropas.
Mayor adaptabilidad a las diversas estaciones (ropas ms livianas en verano y
gruesas como las pieles en invierno).
Mayor adaptabilidad y ms rpida a las diferentes temperaturas de los diferentes
ambientes.
Mayor libertad de movimiento.
Mucha mayor limpieza.
Derecho a la exposicin de otras partes del cuerpo diferentes de la cara y las
manos.
Mayor facilidad para ponerse y quitarse.
11

Ausencia de constriccin en partes del cuerpo en las que es especialmente


deseable la libertad para la comodidad y la salud.
Mayor facilidad de empaque y transporte.

Con un traje tan insatisfactorio, era de esperar que antes o despus se alzaran las voces
de reforma. El Practical Dress Rerform (publicado en Inglaterra) testimonia el lgico
descontento. Del lado de los reformadores, los principales factores son:

Las tendencias narcisistas, en rebelin contra la supresin a la que han estado


sujetas.

Las distintas tendencias homosexuales en virtud de las cuales los hombres


desean vestirse como mujeres (ya que, teniendo el traje femenino tantas
ventajas, cualquier reforma del traje masculino acercar ste a aqul).

Los elementos autoerticos, y que no se relaciona en modo alguno con la


homosexualidad o con la falta de virilidad.

El hecho de que el disconformismo en la ropa tiende a expresar naturalmente


disconformismo sociopoltico.

Entre las fuerzas hostiles a la reforma, las siguientes son quizs las ms significativas:

El intenso temor del hombre a parecer diferente de sus compaeros. Los


reformadores de la ropa y las mujeres suelen vilipendiar a los hombres por esta
cobarda, con toda razn, pero tambin sin recordar que en gran medida las
instituciones de cooperacin socialmente ms importantes las han establecido
precisamente esos hombres con esos trajes tan impersonales.

La mayor represin general del narcisismo en los hombres, y, en relacin con


esto:

La mayor represin del exhibicionismo en los hombres.

La represin de las tendencias homosexuales.

El simbolismo moral del traje rgido masculino; para los hombres ms vetustos,
este traje de cuellos rgidos simboliza su autocontrol, su sentido de la virtud y
del deber.

12

El valor flico de las ropas que simbolizan la moralidad (que hay que eliminar,
por razones expuestas con anterioridad)

El complejo de castracin del que hablbamos antes.

Sumar las ventajas de los trajes masculinos y femeninos y eliminar sus desventajas es
elemental. Para ello, hay que intentar dos cosas: la superacin de las asociaciones
morales de la ropa convencional masculina y la provisin de expresiones alternativas
de masculinidad.

13

CONCLUSIN

Este trabajo ha sido una experiencia reveladora en cuanto a mi formacin como


dramaturgo y director de escena porque me ha mostrado una corriente psicolgica que
subyace en nuestra forma de vestir.
Me ha ayudado, por ejemplo, a la hora de detectar el machismo reflejado en la
vestimenta que se viene arrastrando a lo largo de la Historia. Ahora con estos nuevos
conocimientos y tras haber reflexionado sobre las connotaciones sociales y sexuales que
hay en el mundo de la Moda tratar de desarrollar una propuesta de vestuario acorde
con la ideologa del texto que pretendo poner en pie.
Sobre todo agradezco descubrir Psicologa del vestido, el libro sobre el que he basado
mi trabajo, puesto que no es slo un viaje por el mundo del vestuario, sino que adems
es un anlisis psicolgico muy interesante de nuestro comportamiento como individuos.

14

BIBLIOGRAFA

Psicologa del vestido, de John Carl Flgel. Melusiona (2015)

Psicologa del arte, de Lev Vygotsky. Paids Ibrica (2006)

Correspondencia completa, Tomo I Infancia y juventud. Autoanlisis; de Ernest


Jones. Sntesis (2001)

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