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"Análisis de 'El pupilo quiere ser tutor'"

Este documento resume la obra teatral El pupilo quiere ser tutor de Peter Handke. La obra se presenta sin diálogo, solo a través de las acciones de los personajes del Tutor y el Pupilo. Estas acciones, como comer una manzana o mover una silla, se describen de manera muy detallada para enfocar la atención del público en las relaciones de poder entre los personajes. La obra explora estas relaciones a través de la imitación y la represión del Pupilo hacia su dominante Tutor.

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"Análisis de 'El pupilo quiere ser tutor'"

Este documento resume la obra teatral El pupilo quiere ser tutor de Peter Handke. La obra se presenta sin diálogo, solo a través de las acciones de los personajes del Tutor y el Pupilo. Estas acciones, como comer una manzana o mover una silla, se describen de manera muy detallada para enfocar la atención del público en las relaciones de poder entre los personajes. La obra explora estas relaciones a través de la imitación y la represión del Pupilo hacia su dominante Tutor.

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El pupilo quiere ser tutor

Gustavo Bhn
Peter Handke, uno de los escritores europeos contemporneos ms
polmicos, naci el 6 de diciembre de 1942 en Griffen, Carintia, Austria. Pas su
infancia entre el sector oriental de Berln y su ciudad natal. Sus primeros escritos
aparecieron en la revista Fackel, publicacin de un internado catlico. Comenz a
estudiar derecho en Graz en 1961, pero interrumpi sus estudios en 1965 luego de
publicar su primera novela.
El material original de El pupilo quiere ser tutor aparece en un texto de
Handke fechado en 1965, Augenzeugenbericht (Reporte de un testigo presencial). All,
un testigo relata cmo un adolescente con retardo mental asesina a su tutor con una
mquina cortadora de remolachas. El texto es un registro extremadamente meticuloso de
los hechos, y el distanciamiento que logra se repite tambin en la versin teatral gracias
a la falta absoluta de palabras en todo el desarrollo de la accin. Su concentracin en los
gestos crea una especie de ritual escnico, donde el poder del Tutor se manifiesta
claramente sin necesidad de utilizar una sola palabra.
El Tutor se acerca y mira a El Pupilo. El Pupilo come
tranquilamente una manzana. El Tutor sostiene la mirada sobre el
Pupilo. Como podemos ver, poco a poco, empieza a hacerse ms
lento el comer la manzana. Cuanto ms persistente es la mirada de
El Tutor, ms lento se hace el comer la manzana. Cuando El Tutor
ha llegado al lmite de duracin de su mirada, cesa el comer de la
manzana.
La manera de jugar y describir las acciones en el devenir del tiempo es algo muy
propio de Handke. Se podra hablar de espacio, tiempo y paciencia en este autor para
quien la escritura es una profunda reflexin sobre la espera, sobre resistir y perseverar a
la escucha de algo que est a punto de ocurrir y no ocurre, y que transmite una
sensacin de catstrofe en espacio de lo cotidiano.
Handke es un autor que no se acomoda a ningn molde, tanto en lo que se refiere
a su esttica como a su posicin intelectual en el complejo mundo contemporneo.
Quizs esa sea una de las razones por las cuales ha sido al mismo tiempo comparado
con los clsicos del siglo XIX y acusado de narcisismo, autopromocin y bsqueda de
originalidad a cualquier precio. Pero lo cierto es que en su bsqueda siempre hay
experimentacin y riesgo.
En lo que se refiere a su obra dramtica, encontramos un marcado acento en los
modos de representacin. Qu se representa sobre el escenario y cmo se lleva a cabo
esa representacin? Desde 1966, cuando se dio a conocer con Publikumbeschimpfung
(Insultos al pblico), el escndalo acompa muchos de sus estrenos, y los que hoy le

reprochan su eleccin deliberada de la torre de marfil y su discutible declaracin de que


hay hombres comprometidos pero no escritores comprometidos olvidan que sus
posiciones radicales lo llevaron en su momento a tener problemas con la polica, y que
en ocasin de recibir el premio Gerhard Hauptmann pronunci un explosivo discurso
sobre la muerte del estudiante Ohnesorg en lugar de la disertacin acadmica que se
esperaba. En 1968, un ao antes de la aparicin de El pupilo quiere ser tutor, el mundo
era testigo del despertar poltico de la juventud, que se expres explosivamente en las
manifestaciones estudiantiles que inundaron las calles de Pars mientras Checoslovaquia
sufra la invasin sovitica. Los acontecimientos de mayo, adems de generar la
movilizacin estudiantil ms importante de la historia francesa, derivaron en lo que
posiblemente haya sido su huelga general ms importante. El 11 de mayo de 1968 el
equipo teatral TAT de Frankfurt estren Kaspar, pieza en la que Handke nos obliga a
reflexionar sobre lo que es posible hacer con alguien desde el mecanismo del poder.
La forma elegida coloca al espectador en la situacin de experimentar durante la
representacin teatral el funcionamiento de ese mecanismo perverso que se hace del
lenguaje. En realidad el lenguaje es una preocupacin fundamental en Handke: nadie
como l ha sabido desmontar los mecanismos internos de la palabra y su tremendo
poder de control e integracin social. En este contexto (que bien podra considerarse la
mayor transformacin social europea posterior a 1945) surge El pupilo quiere ser tutor,
estrenada tambin por el TAT en enero de 1969, donde Handke plantea claramente las
relaciones de poder a travs de un tutor decididamente dominante y su pupilo que lo
imita buscando superarlo y reprimiendo al mismo tiempo sus deseos de enfrentarlo.
El Pupilo coloca los pies sobre el travesao de su silla; para ello hace
retroceder la silla con el cuerpo, que produce el ruido acostumbrado. El
Tutor no se deja provocar, contesta quitndose el sombrero y colocndolo
ante s, sobre la mesa. Silencio. Msica.
Pero no se trata de un acto de protesta sino de una representacin, utilizando esta
vez un recurso exactamente opuesto al de Kaspar: sin que se pronuncie una sola
palabra.
El Pupilo: mira lentamente a su alrededor en la habitacin, hacia arriba,
hacia abajo, esquivando cada vez a El Tutor: esta accin se repetir tantas
veces que perder todo sentido psicolgico.
Aquello que Kaspar lograba por extralimitacin, El pupilo... lo consigue por
omisin. En Kaspar las palabras atormentan al personaje y a los espectadores hasta
llegar a un absoluto vaco de contenido que posibilita generar uno nuevo, el de cada
uno. Cuando desde afuera ya no se nos puede decir nada (porque se ha excedido la
medida del decir), surge lo que nosotros decimos y nos decimos. En El pupilo... el
pblico llega al mismo resultado por un camino diferente: el vaciamiento de contenido
no ya de las palabras sino de las acciones de la obra, donde cada acontecimiento se
describe meticulosamente desde la perspectiva del espectador:
Como podemos ver, poco a poco, empieza a hacerse ms lento el comer
la manzana.

Se trata de un espectador en vivo que lo observa todo; dramticamente


colocado en ese lugar por el autor. As, por ejemplo, en lugar de una simple
descripcin escnica se estimula una mirada activa dirigida hacia la escena:
El lmite izquierdo, visto desde nuestra posicin, muestra la perspectiva
de un campo de maz. El lmite derecho, visto desde nuestra posicin,
est formado por la perspectiva de un gran campo de remolachas.
No se trata de un lugar que aparece ante nuestra mirada, es nuestra mirada la que
descubre (y modifica) el espacio. El pblico es de algn modo el relator de la accin
escnica, ya que las indicaciones escritas para un posible director incluyen las
reacciones del espectador que (de manera ms evidente que en Kaspar) se transforma en
un personaje ms:
de modo que reconocemos: lo que hace es lo que representa,
o
Nos parece, a veces, como el estertor de un moribundo.
Si decidimos adoptar el punto de vista del actor, descubrimos que su forma de
actuar debe generar distancia respecto de su personaje. No se habla tanto de una manera
de desarrollar la accin (punto de vista del actor) sino de las reacciones que esta accin
debe producir o no (punto de vista del espectador).
El Pupilo muerde la manzana, como si nadie estuviese mirando. ...
(Cuando observamos, las manzanas se comen de un modo muy afectado).
Es decir que el actor debe necesariamente saber que alguien lo observa, pero
tiene que actuar como si nadie lo estuviese mirando no para lograr una suerte de
naturalidad, sino para que el espectador perciba concretamente que el personaje acta
como si l no estuviera all. Pero el personaje sabe que est siendo mirado, de lo
contrario la aclaracin no tendra ningn sentido (normalmente un personaje acta como
si nadie lo mirase porque no est en su naturaleza saber que alguien lo est observando).
Adems, la obra se sirve de un lenguaje potico que va mucho ms all de las
meras indicaciones escnicas para el director:
Sobre el escenario iluminado de nuevo, estn ambos personajes sentados
junto a la mesa, ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
De pronto percibimos que a El Pupilo le sangra la nariz. La sangre corre
desde la nariz, por la boca, por la barbilla...
El Tutor est sentado ensimismado, El Pupilo no se mueve de su sitio...
Evidentemente esta repeticin es innecesaria para indicar lo que debe transmitir
el actor. El que lee recibe la informacin expresada de tal manera que es afectado por

ella; percibe la violencia a travs de la forma de expresin elegida, sin que esto indique
que para conseguir ese efecto deba ser actuada de manera violenta. La oscuridad y los
sonidos que la pueblan tambin se describen para estimular la imaginacin del lector:
Es como la respiracin muy amplificada de un viejo, pero no
absolutamente; por otra parte es como la respiracin muy amplificada de
una fiera salvaje puesta en libertad, pero no del todo: es vida, llena de
pnico, horrorosa, pero tampoco del todo.
Con el objetivo de despertar la fantasa del pblico existen tambin indicaciones
con referencias muy concretas, que deben ser tomadas en cuenta para una puesta en
escena:
En el film italiano de espionaje El jefe enva su mejor hombre (con
Stewart Granger y Peter van Eyck, direccin de Sergio Solima) hay una
extraa vivienda, en la cual ha entrado un hombre y ha encontrado a su
amigo muerto; de pronto se apaga la luz, y tras unos instantes de silencio
empieza a escucharse en la oscuridad la mencionada respiracin, tan
larga y minuciosamente que el intruso empieza, desesperado, a disparar y
salta de su escondite detrs de un silln: en el mismo instante le disparan,
y se enciende la luz. Un hombre joven est de pie frente l, con un
grabador en la mano que l desconecta en ese momento, con lo que la
terrible respiracin cesa: es esta respiracin en la oscuridad la que
describimos, naturalmente sin sus consecuencias. Tan repentinamente
como empez, deja de orse despus de cierto tiempo.
Quizs lo ms importante respecto a la perspectiva de la obra (a su forma de
representacin), es que no se trata de una manipulacin del espectador por medios
teatrales, sino de la recuperacin de la verdad teatral a travs de la mirada del pblico:
verdad teatral que tambin es estimulada imponiendo una realidad concreta que es
imposible controlar del todo:
un gato: al alzarse el teln seguramente levantar la cabeza y despus
har lo que haga, de modo que reconocemos: lo que hace es lo que
representa.
Handke propone que haya un animal en escena, e indica que dicho animal
representar lo que en ese momento haga. El gato estar all, en vivo, y sus acciones
sern impredecibles: su representacin es su propia existencia. Como reafirmacin de
que se trata de una representacin de la realidad y no de la realidad misma, aparece este
ser de acciones independientes y completamente espontneas, que modificar a los
actores y llamar la atencin del pblico hacia la representacin. (El quehacer de los
actores, en un nivel diferente a la actuacin del gato, est tambin en vivo y
tambin es impredecible). Esto ayuda a que el espectador descubra el elemento de
riesgo que existe en toda representacin. Es por eso que el gato reaparece para llamar la
atencin en un momento clave:
De pronto, desde la casa, se desliza el gato. El siguiente golpe de cuchilla

de El Pupilo es tan dbil que la remolacha no cae al suelo de inmediato.


El Tutor se queda all parado. Al prximo golpe la remolacha cae. El gato
har lo que haga. El Tutor, de pie, contempla la accin.
Luego de plantear al pblico (al lector) determinada manera de observar una
secuencia de acciones que ilustran hasta la exasperacin la relacin entre el Pupilo y el
Tutor, hacia el final de la representacin pareciera que una cierta accin esperada da
comienzo:
Sin principio, la obra ha comenzado de nuevo: El Tutor quita el
impermeable del objeto de manera tal que descubre una mquina
cortadora de remolachas.
Este proceso de vaciamiento de contenido de una secuencia de acciones referidas
al funcionamiento del Poder (la relacin tutor-pupilo, amo-esclavo), nos adiestra para
ver la realidad de otra manera. Handke no presenta una situacin de la que podamos
extraer una moraleja, sino que nos confronta con una realidad distanciada por una
representacin vaciada de psicologa. No pretende sealarnos el fondo de determinada
cuestin sino hacernos reconocer su forma. Lo que ocurre entre el Pupilo y el Tutor es
un esquema de relacin que podemos llenar fcilmente con contenidos propios. Lo que
hagamos despus con esos contenidos que la reflexin saque a la luz, es algo que est
ms all de la pantomima.

Gustavo Bhm

EL PUPILO QUIERE SER TUTOR


MIRANDA: O dear father,
Make not too rash a trial of him, for
He's gentle and not fearful.
PROSPERO: What? I say, my foot my tutor?
MIRANDA: Oh, padre querido!
No le sometis a tan dura prueba, pues
Es gentil y no inspira recelo.
PRSPERO: Cmo! Estoy pensando, ser mi pie mi tutor?
[En la versin alemana: Was, das Mndel will Vormund sein?
Cmo! El pupilo quiere ser tutor?]
William Shakespeare, La Tempestad, Acto I, Esc. II

Se levanta el teln.
Es un da soleado.
Al fondo del escenario vemos, como fondo de escenario, la fachada de una casa
campesina.
El escenario no es muy profundo.
El lmite izquierdo, visto desde nuestra ubicacin, muestra la perspectiva de un
campo de maz.
El lmite derecho del escenario, visto desde nuestra ubicacin, est formado por la
perspectiva de un gran campo de remolachas.
Sobre ambos planean pjaros.
Delante de la fachada de la casa campesina vemos un curioso objeto alargado del que
nos preguntamos qu representa.
Un impermeable, negro, cubre el objeto casi por completo, pero an cubrindolo no
se ha adaptado del todo a su forma, de modo que no podemos discernir lo que el objeto
sobre el escenario representa.
A la derecha de la imagen de la puerta de casa, vista desde nuestra ubicacin,
descubrimos frente a una ventana un tronco de madera inclinado en el que est clavada
un hacha, o mejor dicho: reposa un gran trozo de madera en el que est clavada el
hacha. Alrededor del tronco alcanzamos a ver, esparcidos sobre el piso del escenario,
muchos pedazos de madera ya cortados y astillas.
Sobre el tronco, al lado del gran trozo de madera en el que est clavada el hacha,
descubrimos un gato: al alzarse el teln seguramente levantar la cabeza y despus har
lo que haga, de modo que reconocemos: lo que hace es lo que representa.
Al lado del tronco, sobre un escabel, hemos visto desde el primer momento a alguien
sentado, una figura.
Ahora, despus de haber captado los otros detalles, volvemos nuestra atencin hacia
este personaje sentado en el escabel, al sol, frente a la fachada de la casa.
El -se trata de un personaje masculino- vestido con ropa apropiada para trabajar en el
campo, es decir, sobre el pantaln lleva puestos otros pantalones de tela azul; los
zapatos son toscos; lleva puesta slo una camiseta.
No se ve que tenga tatuajes en los brazos.

El personaje tiene su cabeza descubierta.


El sol brilla.
Casi no vale la pena hacer notar que el personaje sentado en un escabel delante de la
fachada de la casa, lleva una mscara. sta cubre la parte superior del rostro y es de
facciones fijas. Representa una cara que trasluce un goce profundo aunque limitado.
La figura sobre el escenario es joven, de modo que reconocemos que esta figura
sobre el escenario debe ser El Pupilo.
El Pupilo ha estirado las piernas hacia adelante.
Vemos que las suelas de los zapatos estn claveteadas con tachuelas.
El Pupilo coloca la mano izquierda detrs de la rodilla de la pierna derecha; la pierna
derecha est, al contraro de la izquierda, un poco encogida.
Vemos que El Pupilo apoya su espalda en el teln de la fachada de la casa.
En la mano derecha tiene una manzana amarilla bastante grande que, poco despus
de haber subido el teln, lleva a su boca.
El Pupilo muerde la manzana, como si nadie estuviese mirando.
La manzana no cruje de un modo especial, cruje como si nadie estuviese mirando.
Sobre toda la escena flota algo que, como imagen, podramos definir como una paz
profunda.
El Pupilo muerde la manzana como si nadie mirase.
(Cuando observamos, las manzanas se comen de un modo muy afectado).
El personaje engulle entonces la manzana, ni muy lenta ni muy rpidamente.
El gato hace lo que haga. Si se fuera del escenario nadie lo detendra.
En caso de que la figura haya atrapado demasiado nuestra atencin al principio,
ahora tenemos tiempo de pasear nuestra mirada sobre los otros objetos y superficies.
(Ver ms arriba)
Se puede reconocer en la forma de comer de El Pupilo que ste tiene un Tutor?. En
realidad, no.
De tanto mirar otros objetos, casi hemos pasado por alto que la figura ya se ha
comido la manzana. Nada especial sucedi mientras coma; el personaje no tiene ningn
modo especial de comer manzanas, quizs hayan cado algunas pepitas al suelo; gallinas
no se ven.
Ahora le toca el turno a la segunda manzana.

Con este objeto, El Pupilo estira tambin la pierna derecha por completo y busca con
la mano izquierda, bajo el pantaln de trabajo, en el verdadero pantaln. Se ve que algo
que no funciona.
Tampoco con la mano derecha llega al fondo del bolsillo, porque est sentado tan
cerca de la fachada de la casa que no puede inclinar lo suficiente el tronco hacia atrs.
El Pupilo hace deslizar el escabel un poco hacia delante y se apoya contra la fachada
de la casa; pero no, el tronco y el resto del cuerpo siguen estando demasiado inclinados
para la accin.
La pausa se hace notar.
El Pupilo se levanta y, ya de pie, logra alcanzar con facilidad la segunda manzana del
pantaln, bajo el pantaln de trabajo.
Durante la accin de sentarse, muerde la manzana.
Con el trasero hace resbalar otra vez el escabel hacia la fachada de la casa y adopta
una posicin, si no igual, parecida a la del principio, el gato se mueve o no se mueve, El
Pupilo come.
Desde el teln del campo de maz, a la izquierda desde nuestra perspectiva, aparece
una segunda figura, con toda la apariencia de un Tutor: botas de goma embarradas hasta
el borde, pantaln gris de trabajo, camisa arremangada a cuadros (blancos y azules),
tatuajes en los brazos, cuello abierto, una mscara cubriendo la mitad del rostro, un
sombrero con pluma de faisn, sobre el sombrero una insignia, un lpiz de carpintero
detrs de la oreja, un zapallo muy grande sostenido con ambas manos ante la barriga.
Advertimos ahora que la superficie del campo de maz estaba formada por pequeas
partes mviles que, una vez aparecido El Tutor, vuelven a su antigua posicin. El campo
de maz vuelve a apaciguarse, los pjaros siguen planeando.
El Tutor ve a El Pupilo.
El Tutor se acerca y mira a El Pupilo.
El Pupilo come tranquilamente una manzana.
El Tutor sostiene la mirada sobre el Pupilo.
Como podemos ver, poco a poco, empieza a hacerse ms lento el comer la manzana.
Cuanto ms persistente es la mirada de El Tutor, ms lento se hace el comer la
manzana.
Cuando El Tutor ha llegado al lmite de duracin de su mirada, cesa el comer de la

manzana.
El zapallo que El Tutor sostiene ante su barriga es, como vemos, un autntico
zapallo.
Pero apenas si podemos captar esta realidad, porque despus de que El Tutor haya
permanecido largo tiempo mirndolo y El Pupilo haya dejado de comer la manzana, y
sta quede extraamente mordida en su mano, empieza a oscurecerse lentamente el
escenario. La escena ha terminado.

En la oscuridad da comienzo una nueva escena, la omos. Lo que omos es una


respiracin agitada que nos llega desde la cinta de sonido a travs de los altavoces. La
respiracin, tras un silencio en la oscuridad, comienza de pronto a hacerse ms
estridente, y no prosigue bajando o subiendo de tono de manera uniforme, sino que
oscila constantemente en su volumen; de modo que cuando ahora creemos que tendra
que subir ms y ms de volumen hasta lo insoportable se hace de pronto ms baja, y
cuando creemos ahora que podra silenciarse aumenta repentina y poderosamente de
volumen, mucho ms que una respiracin natural. Es como la respiracin muy
amplificada de un viejo, pero no absolutamente; por otra parte es como la respiracin
muy amplificada de una fiera salvaje puesta en libertad, pero no del todo: es vida,
llena de pnico, horrorosa, pero tampoco del todo. Nos parece, a veces, como el
estertor de un moribundo; pero en el fondo tampoco, porque parece cambiar
constantemente de lugar. En el film italiano de espionaje El jefe enva su mejor
hombre (con Stewart Granger y Peter van Eyck, direccin de Sergio Solima) hay una
extraa vivienda, en la cual ha entrado un hombre y ha encontrado a su amigo muerto;
de pronto se apaga la luz, y tras unos instantes de silencio empieza a escucharse en la
oscuridad la mencionada respiracin, tan larga y minuciosamente que el intruso
empieza, desesperado, a disparar y salta de su escondite detrs de un silln: en el mismo
instante le disparan, y se enciende la luz. Un hombre joven est de pie frente l, con un
grabador en la mano que l desconecta en ese momento, con lo que la terrible
respiracin cesa: es esta respiracin en la oscuridad la que describimos, naturalmente
sin sus consecuencias. Tan repentinamente como empez, deja de orse despus de
cierto tiempo.

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Estamos sentados casi en la oscuridad; en el escenario, a juzgar por los ruidos, se


procede a un cambio de decorado.
Mientras lentamente se iba haciendo la oscuridad, hemos escuchado msica, una
sucesin de acordes aislados, con pausas de distinta duracin. A veces se escuchan
algunos acordes simultneos.
Se trata de la pieza instrumental Colors for Susan de I feel like Im fixinto die,
de Country Joe and the Fish (Vanguard Records vsd 79266). La pieza dura slo cinco
minutos y cincuenta y siete segundos, de modo que puede repetirse durante las acciones;
pero el final de la pieza coincidir con el final de las acciones.
Sobre la escena estn El Pupilo y El Tutor, cambiando el escenario: lo que antes
estaba hacia adentro se coloca ahora hacia afuera.
Si el escenario fuera giratorio esto ocurrira de la siguiente manera: con un giro de
180 grados volvera el interior de la casa a la vista del pblico.
Si el escenario no es giratorio, El Pupilo y El Tutor volvern los telones del campo de
maz, el de remolacha y el la fachada de la casa, de modo que las caras del reverso
muestran ahora las paredes interiores de la casa.
Podemos mirar a travs de la ventana del fondo, ante la cual planean los pjaros.
El Pupilo y El Tutor han llevado los objetos que estaban delante de la casa detrs de
la escena (los objetos que estaban debajo del impermeable negro, etc.), y traen ahora los
objetos para conformar el interior.
Se trata de lo estrictamente necesario para la accin: una mesa bastante grande, dos
sillas, un calentador elctrico, un molinillo de caf de caf, un cajn con botellas, vasos,
vajilla (detrs sobre el suelo), una lmpara de kerosn, una manguera, un sacabotas y un
peridico metido en el hueco de la puerta.
En la puerta, colgado de un clavo, un ltigo. Del mismo clavo cuelgan unas tijeras.
En la pared derecha, visto desde nuestra perspectiva, est colgado un enorme
almanaque.
Pero para que hayamos podido observar todo, tiene que haber ocurrido entre tanto lo
siguiente:
El Tutor encendi en la oscuridad un fsforo y con l la lmpara de kerosn. Como

11

ya conocemos por algunas obras de teatro, cuando se enciende sobre la escena una
lmpara de kerosn, se ilumina poco a poco todo el escenario: tambin aqu.
Cuando la escena est iluminada (no olvidemos seguir escuchando la msica, que ni
baja ni sube de volumen) descubrimos el siguiente orden: representa ahora la habitacin
de la casa. Pero la habitacin est an vaca, con excepcin del diario en el quicio de la
puerta, los objetos que cuelgan de ella y el almanaque.
Vemos cmo El Pupilo y El Tutor, viniendo respectivamente de la derecha y la
izquierda, colocan los citados objetos; cada uno trae una silla, juntos colocan despus la
mesa, luego viene El Tutor arrastrando la manguera y dejndola caer. A continuacin, El
Pupilo con botellas y platos, ms tarde El Tutor con los vasos (de manera tranquila pero
no solemne) como si nosotros no estuvisemos observando. Asistentes de circo lo haran
de otro modo. Nada de frotarse las manos, nada de mirar controlando el trabajo
hecho, ningn movimiento al comps de la msica.
Ambos se sientan. El Pupilo lo hace primero, detenindose en mitad del movimiento,
se sienta entonces El Tutor, e inmediatamente El Pupilo.
Ambos se acomodan.
El Tutor extiende primero las piernas bajo la mesa.
El Pupilo, que ahora tambin estira las piernas bajo la mesa, interrumpe la accin al
tocar los pies de El Tutor; luego, tras una pausa, retira las piernas lentamente; el Tutor
no encoge las suyas.
El Pupilo est ah sentado. Qu hacer con las piernas?
Silencio. Msica.
El Pupilo coloca los pies sobre el travesao de su silla; para ello hace retroceder la
silla con el cuerpo, que produce el ruido acostumbrado. El Tutor no se deja provocar,
contesta quitndose el sombrero y colocndolo ante s, sobre la mesa.
Silencio. Msica.
El Pupilo: mira lentamente a su alrededor en la habitacin, hacia arriba, hacia abajo,
esquivando cada vez a El Tutor: esta accin se repetir tantas veces que perder todo
sentido psicolgico.
El Tutor: mira a El Pupilo.
El Pupilo: se levanta, toma una manzana del pantaln que est debajo del pantaln de
trabajo y la coloca junto al sombrero.

12

El Tutor: baja la mirada hacia la manzana.


El Pupilo: empieza de nuevo a dirigir la mirada en crculos. Cuntas cosas pueden
ser observadas en la habitacin?.
El Tutor: inclina la cabeza hacia un costado, de pronto, como una trampa.
El Pupilo: es cazado por la mirada de El Tutor y deja de mirar en crculos.
Ambos se miran, se observan, se exploran. Ambos apartan la mirada. Ambos se
escudrian obstinadamente.
El Pupilo: coloca al mismo tiempo ambos pies sobre el suelo. Lo omos.
El Tutor: lo observa con tensin.
El Pupilo: se dirige hacia la puerta percibindose slo a s mismo, de manera que sus
pasos, que al principio eran cautelosos, se hacen, a medida que se aleja, cada vez ms
despreocupados.
El Tutor: lo sigue con la mirada.
El Pupilo: se inclina hacia el quicio de la puerta y saca el peridico.
El Tutor: No sigue con la mirada a El Pupilo que se agacha sino que mira la puerta.
Qu cuelga de la puerta?
El Pupilo: Se yergue, vuelve a la mesa con el peridico bajo el brazo, comenzando,
en el trayecto, a volverse ms cauteloso, silenciando sus pasos, cada vez ms
precavidos, casi inaudibles cuando ya est al lado de la mesa. En el camino toma con la
otra mano el peridico, sostenindolo con fuerza al llegar a la mesa.
El Tutor: mira la puerta.
El Pupilo: coloca el peridico educadamente junto al sombrero y la manzana.
El Tutor: inclina la cabeza. En la pausa del movimiento omos un acorde alto.
El Pupilo: se sienta silenciosamente en la misma posicin del principio y el prximo
acorde musical se hace repentinamente ms bajo.
El Tutor: despliega el peridico con tanta displicencia como sea posible. Lee. Pliega
el peridico sobre una hoja, que al parecer lee. Lee atentamente.
El Pupilo: toma, trabajosamente y en posicin de sentado, un libro minsculo del
pantaln, del cual ya sac la manzana, y lee tambin, no menos atentamente.
El Tutor: pliega la hoja del peridico por la mitad y sigue leyendo.
El Pupilo: saca un lpiz del pantaln, un lpiz de carpintero parecido al del Tutor,
slo que ms pequeo. Con l subraya algo que lee en el librito.

13

El Tutor: sigue plegando el peridico.


El Pupilo: no subraya ya en el librito, sino que tacha algo.
El Tutor: sigue plegando el peridico.
El Pupilo: comienza a dibujar, muy obviamente, en el librito.
El Tutor: pliega.
El Pupilo: como el librito es demasiado pequeo comienza a dibujar fuera de l,
sobre la palma de su mano.
El Tutor: pliega.
El Pupilo: dibuja en la palma de su mano.
El Tutor: se ve poco a poco obligado a estrujar el peridico, pero no se ha notado la
transicin de plegar a estrujar.
El Pupilo: dibuja sobre su antebrazo; las figuras no tienen que ser obligadamente
parecidas a los tatuajes de El Tutor.
El Tutor: ha dejado de leer y plegar el peridico, estrujndolo ahora con violencia.
Ambos personajes estn ocupados en sendos y violentos dibujar y plegar.
El Tutor: ha terminado de plegar el peridico.
El Pupilo: sigue dibujando.
El Tutor: con el peridico en la mano, mira sin moverse a su contrincante, que a su
vez dibuja.
El Pupilo: sigue dibujando, pero la insistencia de la mirada de El Tutor vuelve su
accin ms lenta. Finalmente, en lugar de dibujar, se rasca el brazo con la otra punta del
lpiz, y para terminar lo aprieta contra la carne, sin atreverse a moverlo. A continuacin
se rinde, y coloca lentamente el lpiz sobre la mesa, junto al sombrero; luego retira la
mano con rapidez y la coloca lentamente sobre el antebrazo en el que ha dibujado.
El Tutor: coloca el puo con el peridico estrujado sobre la mesa, reposa as, con el
peridico en el puo.
El Pupilo: comienza, una vez ms, a mirar la habitacin en crculos. Hacia arriba,
hacia abajo, al costado, a lo largo de s mismo.
El Tutor: abre el puo del papel estrujado y coloca la mano junto a l sobre la mesa.
El peridico estrujado se abre poco a poco.
La msica, perceptiblemente mas alta, es agradable.
La Pausa de movimiento que sigue (sin que, naturalmente, se hayan convertido en

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figuras de cera), conduce sin estridencias a la prxima accin.

Durante la breve pausa slo se ha escuchado la msica. Ahora la msica se ha vuelto


tan inaudible, como el tema principal de algunas pelculas, que casi desaparece.
Vemos cmo El Tutor coloca los antebrazos sobre la mesa. Respondiendo al
movimiento El Pupilo pone tambin sus manos sobre la mesa; las puntas de sus dedos
estn dirigidas hacia El Tutor.
El Tutor: sin mirar a El Pupilo, coloca lentamente la cabeza sobre los antebrazos, o
mejor dicho, sobre las manos, de modo que la boca y la nariz reposan sobre el dorso y
los ojos miran por encima de ellas.
El Pupilo: a su vez, inclina lentamente la cabeza sobre la mesa, hasta que esta cuelga
entre los brazos apoyados encima.
Tras un corto de detencin de la cabeza en esa posicin, El Pupilo baja an ms su
cabeza entre los brazos (que ahora tiene que doblar) hasta que sta casi toque las
rodillas. El Pupilo permanece en esta posicin.
El Tutor: encoge la cabeza, de modo que sta no reposa ya con la boca y la nariz
sobre las manos, sino, con la frente.
El Pupilo: separa las rodillas y baja an ms la cabeza entre los brazos flexionados y
las rodillas separadas.
El Tutor: retira las manos bajo la cabeza y reposa ahora con el rostro, o mejor, con la
mscara, sobre la mesa.
(Todos estos movimientos ocurren con mucha lentitud, pero sin ningn tipo de
solemnidad).
El Pupilo: deja caer los brazos de la mesa, colgando, y mantiene la cabeza entre las
rodillas, a la misma altura.
El Tutor: manteniendo el rostro en la misma posicin, hace retroceder la silla con el
cuerpo, lo necesario para no resbalarse de la silla y de la mesa.
El Pupilo: aprieta, si es posible, las rodillas sobre la cabeza, o a ambos lados.
Ambos estn sobre el escenario muy quietos como si nadie estuviese mirando.
Percibimos la msica de una manera ms clara.
Transcurre algo de tiempo, ya ha transcurrido.

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Los objetos estn en su sitio, aqu y all.

Sin que hayamos percibido movimientos de transicin, se ha levantado El Tutor: esta


ah, representando el estar de pie, nada ms.
Qu har ahora El Pupilo?
Transcurre un algo tiempo; esperamos.
El Pupilo se incorpora, sin que percibamos, en especial, movimientos de transicin.
Qu hace El Tutor?. Anda de un lado a otro del escenario representando el andar.
El Pupilo: se levanta; est de pie.
El Tutor: corre. El Pupilo: empieza a caminar.
El Tutor: salta. El Pupilo: empieza a...
El Tutor: se sube a una silla, est ahora parado en la silla. El Pupilo: no salta, sino
que se para, se queda quieto.
El Tutor: sube a la mesa. El Pupilo: sube a la silla.
El Tutor: coloca la otra silla sobre la mesa y sube a la silla sobre la mesa. El Pupilo:
(no poda ser de otro modo) se sube a la mesa.
El Tutor: se agarra de una cuerda que pende en el aire y cuelga. El Pupilo: sube sobre
la silla que est sobre la mesa.
El Tutor: cuelga tranquilamente, balancendose un poco y El Pupilo est parado
sobre la silla, tambin ensimismado.
El Tutor: se deja caer. Aterriza con las piernas flexionadas, se yergue lentamente en
toda su estatura.
El Pupilo: desciende rpidamente de la silla a la mesa, de la mesa a la otra silla, y de
sta al suelo, quita en el mismo movimiento la primera silla de la mesa, la coloca en su
antiguo lugar y se pone, casi al mismo tiempo, en cuclillas.
Todo esto ocurre tan rpido que si quisiramos ponernos a contar, apenas llegaramos
a contar uno.
El Tutor: se coloca tambin, pero lentamente, en cuclillas.
El Pupilo: se sienta en el suelo.
El Tutor: se sienta tambin, pero lentamente.
El Pupilo: apenas se ha sentado El Tutor, se acuesta rpidamente de espaldas en el

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suelo.
El Tutor: lenta, muy lentamente, se acuesta l tambin de espaldas, cmodamente.
El Pupilo: apenas yace El Tutor de espaldas, da un rpido giro colocndose sobre el
vientre.
El Tutor: ejecutando cada movimiento ruidosamente, se vuelve con comodidad sobre
la barriga.
El Pupilo: comienza a encoger, de la mejor manera posible, todas sus extremidades.
Vemos cmo se encoge y se achica por todas partes. Acaso ha estado antes inflado de
aire y ahora se desinfla?. A nosotros nos parece que s.. El Pupilo se va haciendo cada
vez mas pequeo, menos dimensional, el escenario se va oscureciendo, El Tutor
permanece sobre el vientre, como antes; el escenario est oscuro, omos acordes
aislados.
El escenario se ilumina.
Vemos ambas figuras sentadas en sus primitivas posiciones junto a la mesa.
El Tutor: se levanta, se acerca al sacabotas y se quita el calzado con habilidad, pero
sin exageracin, como si nadie estuviese mirando. Una vez sacada la bota, la tira de una
patada por el escenario. As con cada una de ellas.
El Pupilo: se levanta, va aqu y all, donde las botas han quedado tiradas, las toma y
las coloca cuidadosamente junto a la puerta.
Pupilo y Tutor vuelven a sus posiciones.
Breve pausa.
El Tutor: se quita los calcetines de lana de los pies y los tira de cualquier manera en
direcciones opuestas, sin mala intencin evidente, como si nadie estuviese mirando.
El Pupilo: se levanta, busca los calcetines, los estira, los enrolla y los acomoda
cuidadosamente sobre las botas de goma. Luego vuelve a la mesa y se sienta.
El Tutor no lo ha mirado.
El Tutor: se levanta, va hacia la puerta donde estn colgadas las tijeras, las toma del
clavo y vuelve con ellas a la mesa.
Despus de sentarse, apoya el pie desnudo sobre el travesao lateral de la silla y se
corta las uas de los pies.
Conocemos esos ruidos.

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Acta como si no estuviramos mirando.


Se corta las uas tan lentamente, durante tanto tiempo, que finalmente no produce
ninguna sensacin de comicidad. Cuando ha terminado coloca las tijeras sobre las
rodillas.
Despus de cierto tiempo, El Pupilo se levanta y va de aqu para all por el escenario,
recogiendo, como vemos, las uas cortadas, en la palma de la mano. Tambin l hace
esto tan lentamente que no produce ninguna sensacin de comicidad.
Cuando al fin se incorpora y vuelve a la mesa, El Tutor toma las tijeras de sus
rodillas y comienza a cortarse las uas de sus dedos.
El Pupilo: Se da vuelta y se dirige al almanaque, colgado en la pared, a la derecha.
El Tutor corta y El Pupilo arranca una hoja del almanaque lateralmente.
El Tutor corta y...
El Tutor corta y...
Es una accin lenta, sin ritmo; El Tutor necesita tiempos diferentes para cada ua, y
El Pupilo de igual modo para cada hoja del almanaque; los ruidos de cortar y arrancar
no los omos al mismo tiempo, sino entremezclados, a veces tambin al unsono, las
hojas del almanaque vuelan o caen al suelo.
Ahora el almanaque est sin hojas, tan slo vemos el cartn vaco, bastante grande en
la pared.
Pero El Tutor sigue cortndose las uas de la mano y El Pupilo est ah de pie,
inactivo, con los brazos colgando, el rostro a medias dirigido hacia la pared.
La msica, que se hace ms perceptible, es tan agradable que el ruido de las tijeras
apenas si nos molesta.
Y al oscurecerse el escenario cesa el ruido de las tijeras.

Se ilumina el escenario.
Ambos personajes estn sentados en sus posiciones iniciales junto a la mesa,
tranquilamente, ensimismados.
El Tutor: se levanta y va hacia el calentador elctrico. Toma una tetera de detrs de
las botellas e introduce la manguera en la tetera.
El Tutor hace mutis lateral del escenario, volviendo poco despus.

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Se oye como cae agua en la tetera.


El Tutor hace mutis lateral nuevamente, regresa poco despus.
Retira la manguera de la tetera y la deja caer. Cierra el recipiente con su tapa y lo
coloca sobre el calentador.
Enciende el calentador.
El Tutor tira de la manguera. Como sta es, al parecer, bastante larga, le lleva algn
tiempo. Finalmente, El Tutor tiene toda la manguera sobre el escenario. No sucede nada
cmico.
Enrolla la manguera muy profesionalmente sobre el codo y la mano y se dirige
despus hacia la mesa, colocando la manguera enrollada junto a los otros objetos.
Se ubica en su posicin inicial.
Tranquilos, ensimismados, permanecen ambas figuras en cuclillas sobre el escenario.
Poco a poco omos hervir el agua en la tetera... Surgen los ruidos que surgen cuando
el agua hierve.

El Pupilo: se levanta, toma el molinillo de caf, vuelve a sentarse, se acomoda,


aprieta el molinillo de caf contra las rodillas y comienza a moler. Omos crujidos... El
Pupilo muele caf ensimismado ...

La tetera silba ...........................................

El Pupilo deja poco a poco de moler .................................

Ahora saltar la tapa del recipiente y se har silencio de nuevo.

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La msica entra en el momento adecuado cuando ya el escenario est oscuro.

En el escenario iluminado vemos a los dos personajes sentados junto a la mesa, el


calentador ya ha sido desconectado.
El Tutor se levanta y sale del escenario.
Vuelve acto seguido, trayendo en una mano un recipiente con incienso ardiendo y en
la otra, una tiza blanca grande.
Olemos el incienso y vemos las nubecillas formadas por el humo del incienso.
El Tutor se dirige a la puerta y comienza a escribir algo sobre la parte superior.
En el momento en el que El Tutor comienza a escribir El Pupilo se vuelve hacia l
desde su silla e introduce su mano bajo el pantaln de trabajo. Le arroja algo a El Tutor,
algo muy liviano, de poco peso, que en su lentsimo escribir que casi parece dibujar,
ste no percibe.
El Pupilo se pone cmodo en su silla y sigue arrojando. Sin apuro.
El Tutor escribe. El Pupilo arroja.
Vemos que los proyectiles de El Pupilo se adhieren a la camisa de El Tutor: s, son
abrojos.
Mientras que El Tutor escribe lentamente, El Pupilo tira de vez en cuando, sin
ninguna expresin en la manera de tirar, un lampazo al Tutor.
Adems escuchamos la msica y olemos el incienso.
Mientras El Tutor escribe empieza poco a poco a formarse un racimo de abrojos que
cuelga de su camisa.
Lentamente escribe en la puerta:
K+M+B
K+M+B
K+M+B
K+M+B

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El Pupilo toma ahora los abrojos a manos llenas y los arroja en puados.
El Tutor, al escribir sobre la puerta, coloca las letras a ambos lados del ltigo que
cuelga de ella.
Ahora se aparta de la puerta.
En ese preciso momento El Pupilo lanza otra vez.
Incidentalmente El Tutor se da vuelta: No rpido: al mismo tiempo lanza El Pupilo:
un lampazo que alcanza el Pecho de El Tutor (o quizs no).
El Tutor est de pi all, ensimismado: El Pupilo lanza los abrojos que le quedan en
la mano, sobre el Tutor.
El Tutor sostiene el recipiente de incienso ante s. Mientras ms tiempo sostiene El
Tutor el recipiente de este modo, ms espaciado se hace el tirar del Pupilo.
En esto...
...se va haciendo de nuevo la oscuridad, y la msica... (como antes).

Sobre el escenario iluminado de nuevo, estn ambos personajes sentados junto a la


mesa, ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
Estn sentados ensimismados.
De pronto percibimos que a El Pupilo le sangra la nariz. La sangre corre desde la
nariz, por la boca, por la barbilla...
El Tutor est sentado ensimismado, El Pupilo no se mueve de su sitio...
Poco a poco se va oscureciendo otra vez el escenario...

Cuando de nuevo podemos ver algo, ambos estn sentados en sus posiciones junto a
la mesa.
El Pupilo se levanta y se coloca frente a la pared del fondo, dndonos la espalda.
El Tutor tambin se levanta, va hacia El Pupilo, lo agarra inexpresivo (sin violencia)
por los hombros y lo hace girar. Tras una pausa, El Tutor cambia la posicin de sus

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manos y lo hace girar en direccin contraria.


El giro se produce primero hacia la izquierda y luego hacia la derecha, repitindose a
continuacin rtmicamente.
El Tutor lo hace girar con facilidad, casi sin prestar atencin (ensimismado), y El
Pupilo gira con facilidad, sin prestar atencin, ensimismado. Sin transicin, sin
tambalearse ninguno de los dos, vemos de pronto a El Tutor parado junto a las botellas y
los vasos.
Cuando vemos quieto a El Pupilo, hace tiempo que lo est. El Tutor se inclina y
lanza a El Pupilo, desde su posicin agachada, una botella: El Pupilo hace como que la
quiere agarrar al vuelo, pero no lo consigue. La botella caer entonces al suelo y har lo
que haga.
Como podemos imaginar, la accin contina as algn tiempo: El Tutor, agachado, le
arroja botellas, platos y vasos a El Pupilo, pero ste, aunque obviamente empeado en
agarrarlos, los deja caer a todos, y los objetos se rompern o no.
Tampoco esta accin tiene un ritmo uniforme; los personajes hacen cortas pausas de
vez en cuando, luego El Tutor arroja de nuevo y El Pupilo vuelve a fallar...
De pronto, antes de que la vajilla se haya terminado (en medio del mejor lanzar y
romperse) El Pupilo agarra, como de casualidad, un objeto al vuelo.
Nos asustamos.
En el mismo momento se oscurece el escenario repentinamente.
Y de nuevo vuelve la luz y ambos estn sentados junto a la mesa. El Tutor se levanta
y va adnde? Al parecer no sabe adonde debiera ir.
No, no quiere ir hacia el almanaque.
Gira, se vuelve de nuevo, se vuelve otra vez.
El Pupilo se ha levantado y ha ido tras l: representa cmo comparte la indecisin de
El Tutor y hace los mismos movimientos del Tutor, los movimientos de las piernas y los
movimientos indecisos de los brazos, sin que esto sea, por cierto, una imitacin exacta o
una parodia.
Cuando El Tutor, repentinamente, para esquivar los objetos aicos en el suelo,
cambia de direccin, casi chocan el uno contra el otro, y ms de una vez El Pupilo est a
punto de pisarle los tobillos a El Tutor. Se siguen moviendo por la escena,
engandonos con una meta que abandonan poco antes de alcanzar.

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De pronto El Tutor est frente a la puerta. La abre, sale, agarra el picaporte de afuera
para cerrarla, y El Pupilo, queriendo seguir al Tutor, agarra el picaporte desde dentro,
pero El Tutor tira con obstinacin.
El Pupilo tira hacia s.
El Tutor, tirando con firmeza y sin pausa, cierra la puerta tras de s y ante El Pupilo,
arrastrndolo.
El Pupilo est ante la puerta, con la mano aferrada al picaporte, y ahora con la mano
sobre el picaporte.
El Pupilo deja caer la mano.
El Tutor est afuera, silencio.
El Pupilo se pone de rodillas, por cierto sin arrodillarse, y se desliza rpidamente
bajo la puerta: de pronto percibimos que la puerta tiene una trampilla, hecha como para
una gato.
Una vez que El Pupilo est afuera se va oscureciendo el escenario lentamente.
Ya nos hemos habituado a la msica.

La pausa que sigue es ms larga, ya que hay que hacer girar el decorado.
Un escenario giratorio slo necesitara dar la vuelta.
Si no es as, se darn vuelta los telones en la oscuridad.
Vuelve la luz: es un da lluvioso.
El Pupilo y El Tutor acomodan los objetos sobre el escenario: el objeto grande y
alargado, cubierto por el impermeable negro que traen entre los dos, el escabel,
remolachas y zapallos.
Ya est todo dispuesto, y El Pupilo se sienta en el escabel mientras El Tutor se ubica
junto al objeto.
Sin principio, la obra ha comenzado de nuevo: El Tutor quita el impermeable del
objeto de manera tal que descubre una mquina cortadora de remolachas.
El Tutor se coloca el impermeable (sigue estando con los pies descalzos) y a manera
de ensayo hace funcionar un par de veces la cuchilla de la maquina (sin remolachas).
El Pupilo se levanta y se acerca al artefacto. El Tutor se agacha para agarrar una
remolacha, la pone bajo la cuchilla y la hace funcionar sin esfuerzo hacia abajo; la

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remolacha cae sin hojas al suelo.


El Tutor repite la accin; docente, minucioso. Otra remolacha cae al suelo.
El Pupilo mira la accin no exactamente inmvil, pero sin moverse demasiado.
El Tutor repite la accin.
El Pupilo toma una remolacha, pero recorre para ello un camino tan complicado que
podemos or los clavos de las suelas de sus zapatos al igual que los pies desnudos del
Tutor, que se aparta y lo mira.
El Pupilo levanta la cuchilla del artefacto, coloca la remolacha debajo, y la separa de
las hojas...
El Tutor se acerca, contempla el trabajo, se aleja de nuevo...
El Pupilo va, toma un par de remolachas, las coloca...
El Tutor se acerca, observa.
De pronto, desde la casa, se desliza el gato.
El siguiente golpe de cuchilla de El Pupilo es tan dbil que la remolacha no cae al
suelo de inmediato.
El Tutor se queda all parado.
Al prximo golpe la remolacha cae.
El gato har lo que haga.
El Tutor, de pie, contempla la accin.
El Pupilo vuelve a tener dificultades con una remolacha: hace bajar la cuchilla una,
dos veces, y seguidamente por tercera vez, sin mirar a El Tutor que se pasea con los pies
descalzos por el escenario; despus de cierto tiempo, cuando El Tutor se encuentra de
nuevo frente a l y lo mira, hace bajar nuevamente la cuchilla; y cuando empieza a
oscurecerse el escenario, lo hace por quinta vez (El Tutor empieza a andar de nuevo).
Ahora todo se ha vuelto casi oscuro (esta El Tutor junto a El Pupilo?) y El Pupilo hace
funcionar una vez ms la cuchilla, y en seguida (ya no podemos distinguir nada) otra
vez, sin que podamos percibir el sonido de algo que cae; despus se hace un silencio
bastante largo sobre el escenario.
Despus de que el silencio haya durado algn tiempo sobre el escenario,
escuchamos, al comienzo en un volumen bastante bajo, alzarse el sonido de una
respiracin. Lo reconocemos. Se va esparciendo sobre el escenario.

Es

un

estertor? Una respiracin extenuada? O slo una enorme bomba de aire? O acaso un

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animal gigantesco?
Uniformemente se va haciendo ms sonoro.
Poco a poco se hace demasiado fuerte para ese espacio.
Es aqu o all?
De pronto, silencio.

Despus de un largo tiempo, vuelve la luz.


La casa, el campo de maz, el sembrado de remolachas.
No vemos ni al gato, ni a El Pupilo ni a El Tutor; ni siquiera la cortadora de
remolachas est sobre el escenario. Exceptuando los tres telones, todo esta vaco.
Ahora se asoma alguien por la derecha: es El Pupilo.
Trae una palangana de metal sobre su estmago, y arrollada alrededor de la parte
superior de su cuerpo, una manguera.
Se ha sacado el pantaln de trabajo.
La palangana es apoyada en el suelo, la manguera desenrollada.
El Pupilo coloca un extremo de la manguera dentro de la palangana y desaparece de
la escena llevando el otro extremo de la manguera en la mano.
Estando el escenario vaco escuchamos, durante algn tiempo, caer el agua en la
palangana.
Entonces vuelve a entrar El Pupilo con una bolsa de arena bajo el brazo.
Coloca la bolsa junto a la palangana, en el suelo. Introduce la mano en la bolsa.
Se incorpora, y ya de pie, sin permitir que la arena escurra entre los dedos, echa un
puado en el agua.
Mete otra vez la mano en la bolsa y de pie, deja caer arena en el agua.
Mete otra vez la mano en la bolsa y deja caer arena en el agua, sin uniformidad, sin
solemnidad, cmodamente.
Mete otra vez la mano en la bolsa y de pie, deja caer arena en el agua.
Ahora escuchamos nuevamente los acordes aislados.
El Pupilo, agachndose, introduce la mano en la bolsa, y ya de pie deja caer la arena
en el agua.
El Pupilo, agachndose, introduce la mano en la bolsa, y ya de pie deja caer la arena

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en el agua.
El Pupilo, agachndose, introduce la mano en la bolsa, y ya de pie deja caer la arena
en el agua.

Mientras la escena se oscurece lentamente, omos con claridad ambas cosas: los
acordes musicales y la arena, que cae en el agua.

Ahora, cae el teln.

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