Cuento XXXVIII El conde Lucanor
Juan Manuel
Lo que sucedi a un hombre que iba cargado con piedras preciosas y se ahog en el ro
Un da dijo el conde a Patronio que deseaba mucho quedarse en una villa donde le
tenan que dar mucho dinero, con el que esperaba lograr grandes beneficios, pero que al
mismo tiempo tema quedarse all, pues, entonces, correra peligro su vida. Y, as, le rogaba
que le aconsejase qu deba hacer.
-Seor conde -dijo Patronio-, en mi opinin, para que hagis en esto lo ms juicioso,
me gustara que supierais lo que sucedi a un hombre que llevaba un tesoro al cuello y estaba
pasando un ro.
El conde le pregunt qu le haba ocurrido.
-Seor conde -dijo Patronio-, haba un hombre que llevaba a cuestas gran cantidad de
piedras preciosas, y eran tantas que le pesaban mucho. En su camino tuvo que pasar un ro y,
como llevaba una carga tan pesada, se hundi ms que si no la llevase. En la parte ms honda
del ro, empez a hundirse an ms.
Cuando vio esto un hombre, que estaba en la orilla del ro, comenz a darle voces y
a decirle que, si no abandonaba aquella carga, corra el peligro de ahogarse. Pero el pobre
infeliz no comprendi que, si mora ahogado en el ro, perdera la vida y tambin su tesoro,
aunque podra salvarse desprendindose de las riquezas. Por la codicia, y pensando cunto
valan aquellas piedras preciosas, no quiso desprenderse de ellas y echarlas al ro, donde
muri ahogado y perdi la vida y su preciosa carga.
A vos, seor Conde Lucanor, aunque el dinero y otras ganancias que podis
conseguir os vendran bien, yo os aconsejo que, si en ese sitio peligra vuestra vida, no
permanezcis all por lograr ms dinero ni riquezas. Tambin os aconsejo que jams pongis
en peligro vuestra vida si no es asunto de honra o si, de no hacerlo, os resultara grave dao,
pues el que en poco se estima y, por codicia o ligereza, arriesga su vida, es quien no aspira a
hacer grandes obras; sin embargo, el que se tiene a s mismo en mucho ha de hacer tales cosas
que los otros tambin lo aprecien, pues el hombre no es valorado porque l se precie, sino
porque los dems admiren en l sus buenas obras. Tened, seor conde, por seguro que tal
persona estimar en mucho su vida y no la arriesgar por codicia ni por cosa pequea, pero en
las ocasiones que de verdad merezcan arriesgar la vida, estad seguro de que nadie en el
mundo lo har tan bien como el que vale mucho y se estima en su justo valor.
El conde consider bueno este ejemplo, obr segn l y le fue muy bien.
Y como don Juan vio que este cuento era muy bueno, lo mand poner en este libro y
aadi estos versos que dicen as:
A quien por codicia su vida aventura,
sabed que sus bienes muy poco le duran.