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Recibido el 20 de diciembre de 2015; aceptado el 5 de julio de 2016 Disponible en Internet el 7 de octubre de 2016 PALABRAS CLAVE PET-TC; Oncología; Protocolos de imagen; Medios de contraste; Radiación; Artefactos Resumen Desde su... more
Recibido el 20 de diciembre de 2015; aceptado el 5 de julio de 2016 Disponible en Internet el 7 de octubre de 2016 PALABRAS CLAVE PET-TC; Oncología; Protocolos de imagen; Medios de contraste; Radiación; Artefactos Resumen Desde su introducción para uso clínico en 1998, la tomografía por emisión de posi-trones en combinación con la tomografía computarizada (PET-TC) ha supuesto un progreso en la atención de los pacientes oncológicos, desde el diagnóstico inicial, pasando por la evaluación de la respuesta al tratamiento y hasta la valoración de las posibles recidivas. El componente TC de un estudio PET-TC, además de utilizarse para obtener el factor de corrección de la ate-nuación, aporta información anatómica de la distribución del radiofármaco y es especialmente útil en las situaciones de falsos positivos y falsos negativos de la PET, mejorando su rendimiento diagnóstico. El uso de contraste (intravenoso u oral), así como la utilización de un componente de TC óptimo, han supuesto una mejora en la detección y la caracterización de las lesiones; no obstante, existen circunstancias en las que no está justificado su uso sistemático. La adqui-sición estándar de estos equipos híbridos de PET-TC es el protocolo de cuerpo entero, pero pueden producirse artefactos de imagen debido a la posición del paciente y a los movimientos respiratorios entre el tiempo de realización de la TC y de adquisición de la PET. El objetivo del presente artículo es abordar estos aspectos desde una perspectiva constructiva, en un intento de maximizar el potencial diagnóstico de la PET-TC para ofrecer una mejor atención a los pacientes.