Ejemplo Presentación TFG Derecho
Ejemplo Presentación TFG Derecho
Grado en Derecho
Facultad de Derecho
Universidad de La Laguna
Curso 2022/2023
Convocatoria: marzo
DNI: 43492799Y
Cmno de La Hornera, s/n. C. 38071. La Laguna. Tenerife. E-mail: facder@ull.edu.es Tlf. 922317291. Fax. 922317427 - www.ull.es
1
ABSTRACT
Through LO 1/2015, of March 30, which modifies the Penal Code, the
crime of harassment or stalking is incorporated into art. 172 ter of our
punitive text with the purpose of typifying those criminal behaviors that
cannot be included in the criminal types of threats or coercion.
RESUMEN
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estructura típica, abordando los distintos criterios doctrinales y
jurisprudenciales, será el objeto principal de este trabajo.
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ÍNDICE
1. Introducción.................................................................................................................5
3. Estructura típica........................................................................................................13
A. Elementos comunes.............................................19
B. Modalidades de ejecución...................................27
4. Conclusiones...............................................................................................................43
5. Bibliografía.................................................................................................................47
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1. Introducción.
Por tanto, el propio legislador ya pone de manifiesto los graves daños que
generan este tipo de conductas, las cuales deben ser penalizadas, pues no solo afectan al
derecho fundamental a la libertad, sino que también, suponen un menoscabo del
sentimiento de seguridad de la persona que se ve sometida de forma insistente a una
persecución física o tecnológica, como es el acoso. En consecuencia, el legislador ha
optado por emplear dos formas distintas a la hora de regular este delito, con la intención
de ajustarse a las preferencias legislativas instauradas en el derecho comparado, que
1
ROMEO CASABONA, C. Mª., SOLA RECHE, E., BOLDOVA PASAMAR, M. A. (Coords.): Derecho
penal. Parte especial, 2ª ed., Ed. Comares, Granada, 2022, pág. 165.
2
Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal. BOE nº77, de 31 de marzo de 2015.
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aunque lo trataremos en su momento adecuado, en el epigrafe del bien jurídico
protegido, son: (i) por un lado, las que resaltan el bien jurídico de la seguridad,
reclamando en el comportamiento una aptitud para causar miedo; (ii) y, por otro lado,
como es nuestro caso, las que se acentúan en la afectación del derecho a la libertad que
queda limitada por esa conducta acosadora que puede influir en el desarrollo de la vida
cotidiana de una persona3.
3
STS (Sala de lo Penal), de 8 de mayo de 2017, fundamento de derecho tercero, (rec. núm.324/2017).
4
TAPIA BALLESTEROS, P.: El nuevo delito de acoso o stalking, Ed. Wolters Kluwer, Barcelona, 2016,
pág. 124.
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cuando se trate de alguna de las conductas señaladas en el precepto, y además, se
cumplan también las exigencias comunes previstas en el mismo, pudiendo el sujeto
activo realizar varias, sin que ello suponga la realización de varios delitos de acoso5.
Finalmente, una vez analizada la tipicidad, los dos últimos apartados los
dedicaremos, uno al estudio de la cláusula concursal prevista en el art 172 ter 3º del
Código Penal que señala lo siguiente: “Las penas previstas en este artículo se
impondrán sin perjuicio de las que pudieran corresponder a los delitos en que se
hubieran concretado los actos de acoso.”; y otro a la condición de procedibilidad, pues
este delito se configura como un delito perseguible a instancia de parte, siendo necesario
que la persona agraviada o su representante legal interponga una denuncia como se
establece en el art. 172 ter 4º del Código Penal: “Los hechos descritos en este artículo
sólo serán perseguibles mediante denuncia de la persona agraviada o de su
representante legal”.
5
Ibidem.
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compromisos internacionales, dando así cumplimiento al Convenio del Consejo de
Europa para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia
doméstica, firmado en Estambul el 11 de mayo de 2011, que en su art. 34 dispone que:
“Las Partes adoptarán las medidas legislativas o de otro tipo necesarias para tipificar
como delito el hecho, cuando se cometa intencionadamente, de adoptar, en varias
ocasiones, un comportamiento amenazador contra otra persona que lleve a esta a temer
por su seguridad.”6, es decir, interpone la obligación a los Estados parte, entre ellos
España, a incriminar el delito de acoso persecutorio o stalking; y por otro lado,
especialmente como consecuencia de la necesidad de dar una respuesta penal a dichas
conductas que cada vez son más frecuentes en nuestro ambiente social7.
6
Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la
violencia doméstica. Disponible en: https://rm.coe.int/1680462543.
7
STS (Sala de lo Penal), de 12 de julio de 2017, fundamento de derecho cuatro, (rec. núm.554/2017).
8
STS (Sala de lo Penal), de 8 de mayo de 2017, fundamento de derecho tercero, (rec. núm.324/2017).
9
Disponible en:
https://leginfo.legislature.ca.gov/faces/codes_displaySection.xhtml?sectionNum=646.9&lawCode=
PEN
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acontecimientos, entre ellos, el asesinato de la actriz Rebecca Scheaffer el 18 de julio de
1989 a manos de un fan que llevaba tiempo acosandola10.
No obstante, no sería hasta 1997, con la aprobación por el Parlamento del Reino
Unido de la Protection from Harassment Act, cuando se produciría el ingreso de este
nuevo delito en Europa, y por tanto, en alguno de los Códigos penales europeos
integrantes del modelo continental, al que pertenece nuestro ordenamiento jurídico.
Debemos recalcar que, esta nueva ley contempla la creación de dos tipos penales
distintos: por un lado, tipifica el delito de acoso y por otro lado el delito de crear un
ambiente de terror.
10
Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Rebecca_Schaeffer
11
Disponible en:
https://uscode.house.gov/view.xhtml?req=2261A&f=treesort&fq=true&num=5&hl=true&edition=
prelim&granuleId=USC-prelim-title18-section2261A
12
SALAT PAISAL, M.: “Sanciones aplicables a manifestaciones contemporáneas de violencia de género
de escasa gravedad: el caso de stalking”, Indret: Revista para el Análisis del Derecho, núm. 1, 2018, pág.
8.
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pedidos de bienes o servicios para ellos, o induzca a terceras personas a contactarla,
(iv) amenace a esta persona con dañarle la vida, la integridad física, la salud, o la
libertad de la misma o de sus familiares, previéndose una pena superior cuando se
ocasione la muerte de la víctima o le pusiere en una situación de grave peligro”13,
teniendo en cuenta que el precepto fue modificado posteriormente con la reforma
llevada a cabo por la Ley del 1 de marzo de 2017, dejando de ser un delito de resultado
y pasando a ser un delito de idoneidad, atendiendo a la redacción literal del mismo14/ 15.
Poco después, en el año 2009 se aprobó en Italia Ley 28/2009, la legislación atti
perscutori, que concluyó en el actual art. 612 bis del Código Penal italiano que castiga a
la persona que, “con una conducta reiterada, amenace o acose a alguien de forma que
provoque un estado de ansiedad persistente y grave, o le genere una situación de miedo
o de temor fundado por su seguridad o la de un familiar cercano o cualquier otra
persona vinculada por una relación afectiva.”16/ 17.
De otro lado, podemos señalar que en Portugal, a partir del año 2015, la
criminalización de este tipo de conductas queda recopilada en el art. 154A de su Código
Penal bajo la siguiente regulación: “Quien de modo reiterado, persiga o acose a otra
persona por cualquier medio, directa o indirectamente, de forma adecuada para
provocarle miedo o intranquilidad o para perjudicar su libre determinación, será
castigado...”19.
13
Disponible en: https://perso.unifr.ch/derechopenal/assets/files/legislacion/l_20190508_01.pdf
14
ZARAGOZA TEJADA, J. I.: “Nuevos fenómenos criminales: la puesta a disposición, a través de las redes,
de material apto para incitar al suicidio y a la autolesión a menores de edad e incapaces, y el delito de
stalking”, Revista Aranzadi Doctrinal, núm. 8, 2021, pág. 8.
15
ROIG TORRES, M.: “Regulación del stalking en Alemania: la reciente reforma del delito de
persecución (nachstellung) del § 238 STGB”, Revista General de Derecho Penal, núm. 29, 2018.
16
Disponible en: https://www.altalex.com/documents/news/2014/10/28/dei-delitti-contro-la-persona
17
VILLACAMPA ESTIARTE, C.: “La introducción del atti persecutori en el Código penal italiano”,
Indret: Revista para el Análisis del Derecho, núm. 3, 2009, pág. 4.
18
CARMONA SALGADO, C.: Perspectiva multidisciplinar de las diversas modalidades de acoso
(Aspectos criminológicos, políticos criminales, sustantivos y procesales), Ed. Dykinson, Madrid, 2017,
pág. 148.
19
Disponible en: https://dre.pt/dre/legislacao-consolidada/decreto-lei/1995-34437675-70033890
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Por último, es conveniente hacer referencia al texto del Anteproyecto de
Reforma del Código Penal de 11 de octubre de 2012, donde se propone por primera vez
este delito de acoso persecutorio o stalking, el cual ha sido objeto de muchas
valoraciones, especialmente por el Consejo General del Poder Judicial y de la Fiscalía
General del Estado, así como también ha sido sometido a numerosas críticas por parte
de la doctrina especializada, y que fue redactado de la siguiente forma:
"1. Será castigado con la pena de prisión de tres meses a dos años o multa de
seis a veinticuatro meses el que, sin estar legítimamente autorizado, acose a una
persona llevando a cabo de forma insistente y reiterada alguna de las conductas
siguientes y, de este modo, altere gravemente el desarrollo de su vida cotidiana:
3. Las penas previstas en este artículo se impondrán sin perjuicio de las que
pudieran corresponder a los delitos en que se hubieran concretado los actos de acoso.
20
Informe al Anteproyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, de 16 de enero de 2013.
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Dicho esto, debemos apuntar que la doctrina, en primer lugar, ha manifestado
que este Anteproyecto se ha elaborado sin contar previamente con una base empírica
que nos permitiera conocer las necesidades reales de la protección penal21, de manera
que no encontraríamos ante la exposición de un proceder delictivo basado en simples
presentimientos o impresiones de que aquello que está sucediendo se trata de una
situación susceptible de ser calificada como una conducta de acoso de acecho o
persecutorio.
En segundo lugar, cabe resaltar las numerosas opiniones a las que ha sido
sometida la cláusula análogica que se prevé expresamente en el apartado 5º del
precepto, la cual no delimita la acción típica, configurándose así un tipo penal abierto.
Por un lado, el Informe del Consejo Fiscal y la doctrina mayoritaria reprochan tal
previsión haciendo alusión a la necesidad de retirar la misma. Mientras que por otro
lado, el Informe del Consejo General del Poder Judicial defiende la idoneidad de la
misma, considerándola conveniente para abarcar “la pluralidad de comportamientos
que pueden integrar el acoso”22. No obstante, como consecuencia de las numerosas
críticas, esta cláusula acabó desapareciendo de la actual redacción del precepto tras la
reforma penal de 2015.
Además, debemos señalar que tanto el Consejo General del Poder Judicial como
el Consejo Fiscal y la doctrina mayoritaria, coinciden en alegar que el legislador, a la
hora de contemplar las posibles conductas acosadoras, se ha olvidado de aquellas que
atentan contra la vida o contra la salud, pues se ha limitado a prever en el apartado 4º
del artículo, aquellas que atentan “contra la libertad o el patrimonio” de la víctima o de
otra persona próxima a ella.
21
VILLACAMPA ESTIARTE, C., PUJOLS PÉREZ, A.: “El tratamiento jurídico del stalking desde el
prisma de las víctimas y los profesionales: resultados de un análisis cualitativo”, Estudios Penales y
Criminológicos, vol. XXXIX, 2019, pág. 3.
22
Informe al Anteproyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, de 16 de enero de 2013, pág 168.
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cotidiana”. No obstante, los problemas que plantean estos requisitos serán objeto de
estudio más adelante.
Por último, solo indicar que ni el Consejo General del Poder Judicial ni el
Consejo Fiscal presentaron objeciones respecto de la perseguibilidad a instancia de
parte, configurándose así el delito de acoso persecutorio o stalking como un delito de
perseguible a instancia de parte, siendo necesaria la previa interposición de una
denuncia por la persona agraviada o por su representante legal.
3. Estructura típica.
Antes de comenzar con el análisis del bien jurídico protegido por el delito de
acoso persecutorio, conviene señalar que la ubicación sistemática de un precepto legal,
en principio nos facilita identificar cual es el bien jurídico protegido por el mismo. Sin
23
CARMONA SALGADO, C.: op. cit., nota 18, págs. 137-157.
24
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, págs. 126-133.
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embargo, esto no siempre es así, pues las precipitaciones a la hora de elaborar el Código
Penal de 1995, así como algunas de las reformas penales, nos sugieren que no siempre
existe una correlación entre el bien jurídico protegido por el delito y el nombre del
Título en el que se incluye. Tal es el caso del delito de acoso, que pese a estar previsto
en el art. 172 ter, dentro del Capítulo III “De las coacciones”, del Título VI “Delitos
contra la libertad”, del Libro II del Código Penal, exige llevar a cabo un análisis mucho
más profundo acerca del bien jurídico que protege, pues este ha sido objeto de muchas
valoraciones dando lugar a múltiples controversias.
Dicho esto, podemos señalar que el bien jurídico que persigue proteger el delito
de acoso persecutorio, es la libertad de las personas, entendida como el derecho que
tienen a desarrollar su vida cotidiana con normalidad, sin restricciones de libertad de
ningún tipo, que tengan su causa en alguna conducta de acecho u hostigamiento
realizadas por un tercero no legitimado para ello, como por ejemplo, ser vigilada de
cerca durante un largo período de tiempo y que como consecuencia de esa conducta, se
decida cambiar alguna actividad que se realizaba de manera frecuente para evitar esa
vigilancia, pudiendo incluso esa limitación de libertad afectar a su personalidad. En
25
Idem, págs. 134 y 135.
26
Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal. BOE nº77, de 31 de marzo de 2015.
27
Consejo General del Poder Judicial, Informe al Anteproyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, 16 de enero de 2013, pág. 167.
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consecuencia, podemos calificar el delito de acoso o stalking como un delito contra la
libertad de obrar, entendida como la capacidad de decidir libremente.
28
MUÑOZ CUESTA, J.: “Acoso personal: perspectiva de género. La alteración de la vida cotidiana debe
contenerse en los hechos probados de la sentencia condenatoria.”, Revista Aranzadi Doctrinal, núm. 2,
2022, pág. 2.
29
STS (Sala de lo Penal), de 22 de diciembre de 2020, fundamento de derecho primero, (rec. núm.
717/2020).
30
GÓMEZ RIVERO, M. C.: “El derecho penal ante las conductas de acoso persecutorio”, en AA.VV.
(MARTÍNEZ GONZÁLEZ, M. I., Dir.): El acoso: tratamiento penal y procesal, Ed. Tirant lo Blanch,
Valencia, 2011, pág. 30.
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controlar y limitar su paz y sosiego. Por tanto, declara la falta en la descripción de los
actos que sirven de soporte a la condena, una descripción o mención a que tales actos
hayan causado una grave alteración de la vida cotidiana de la víctima, siendo este
aspecto un elemento esencial del tipo31.
Por tanto podemos concluir este apartado, apuntando que el bien jurídico
protegido por esta figura delictiva es la libertad de obrar entendida como la capacidad
de decidir libremente, así como la seguridad de la víctima, no pudiendo castigarse las
meras molestias aunque generen inquietud e inseguridad en la persona que las sufre. En
palabras de la STS 554/2017, de 12 de julio, fundamento de derecho cuarto, con este
tipo “se enfatiza la afectación a la libertad que queda maltratada por esa obsesiva
actividad intrusiva que pueda llegar a condicionar costumbres o hábitos, como única
forma de sacudirse la sensación de atosigamiento”32. No obstante, a pesar de que el
bien jurídico protegido por el delito de acoso sea la libertad, también pueden verse
limitados otros bienes jurídicos como el honor, la integridad moral o la intimidad, en
base a las actuaciones en que consista la conducta acosadora33.
El acoso se trata de un delito tipificado en el art. 172 ter del Código penal. Sin
embargo, antes de comenzar con el análisis de este concepto desde una perspectiva
legal, es interesante hacer referencia a la definición que nos ofrece la Real Academia
Española sobre el acoso, pues la misma nos indica que, “acosar” consiste en
“perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a una persona...” y continúa
enunciando “...Apremiar de forma insistente a alguien con molestias o
requerimientos.”34. Por tanto, el acoso es aquella conducta que consiste en perseguir a
31
SAP de Madrid, de 30 de marzo de 2022, fundamento de derecho segundo, (rec. núm 193/2022).
32
SILVA SÁNCHEZ, J. M. (Dir.), RAGUÉS Y VALLÉS, R. (Coord.): Lecciones de Derecho penal. Parte
especial, 7ª ed., Ed. Atelier, Madrid, 2021, pág. 115.
33
CÁMARA ARROYO, S.: “La primera condena en España por acecho o stalking”, Cuadernos de
criminología y ciencias forenses, ISSN 1888-0665, núm. 35, 2016, pág. 40.
34
Disponible en https://dle.rae.es/acosar.
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una persona, sin descanso, para atraparla; o también, es la acción de insistir en algo o de
persistir, que resulta molesta o dañina para otra persona.
Por otro lado, el término stalking es un anglicismo que procede del verbo to
stalk, que significa seguir sigilosamente o acechar. Por tanto, el stalking es la situación
que tiene lugar cuando una persona de manera intencionada persigue de forma obsesiva
a otra y la convierte en su objetivo35, es decir, es la expresión que se utiliza para
referirse al “trastorno que tiene una persona que lo lleva a espiar a su víctima”.
En este sentido, podemos observar que son múltiples las definiciones que tiene
el acoso persecutorio, y así lo ha indicado VILLACAMPA, quien nos presenta las tres
conceptualizaciones más consideradas por la doctrina internacional. En primer lugar,
MELOY Y GOTHARD definen el acoso como un “patrón de amenaza o acoso
anormal de larga duración dirigida específicamente a un individuo”, por su parte
PATHÉ Y MULLEN hablan del acoso como una “una constelación de
comportamientos que un individuo inflige a otro repetidas y no deseadas intrusiones o
comunicaciones”, mientras que WESTRUP propone una definición con tres
perspectivas diferentes, pues se trata de “un comportamiento o una constelación de
ellos que, a) se dirigen repetitivamente contra un individuo concreto (el objetivo), b)
son experimentados por este como intrusivos y no deseados, c) se considera que pueden
causar miedo o preocupación a la víctima.”36. En consecuencia, la doctrina describe el
acoso como un conjunto de actos de carácter intimidatorio, insistentes y reiterados, y no
consentidas o rechazadas por la víctima.
35
LAMARCA PÉREZ, C. (Coord.): DELITOS. La parte especial del Derecho Penal., 6ª ed., Ed.
Dykinson, Madrid, 2021, pág. 152.
36
VILLACAMPA ESTIARTE, C.: “La respuesta jurídico-penal frente al stalking en España: presente y
futuro”, ReCrim, ISSN 1989-6352, 2010, pág. 38 y ss.
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conductas que, a la par, describe en sus siguientes sub-apartados, siempre y cuando la
comisión de cualquiera de ellas altere gravemente la vida cotidiana de la víctima”37.
Por tanto, en el apartado 1º del artículo se enumeran una serie de conductas,
concretamente cuatro, que si cumplen con los requisitos previstos en el mismo,
lesionando el bien jurídico de la libertad, serían constitutivas de delito, y por tanto,
serían merecedoras de una respuesta penal.
37
CARMONA SALGADO, C.: op. cit., nota 18, pág. 159.
38
Idem, pág. 160.
39
STS (Sala de lo Penal), de 12 de julio de 2017, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm. 554/2017).
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Pero antes, es necesario aclarar que el delito de acoso se conforma como un
delito común, esto significa que puede ser perpetrado por cualquier sujeto. Esto se debe
a que el propio legislador utiliza en el precepto la expresión “el que” para referirse al
sujeto activo, así como también ha optado por utilizar el término “persona” para
referirse al sujeto pasivo, es decir, quien sufre la conducta acosadora. En consecuencia,
podemos señalar que tanto acosador como víctima pueden ser tanto hombres como
mujeres, sin especial distinción de género, sin ser relevante la relación que pueda existir
entre los sujetos intervinientes.
A. Elementos comunes.
El primer requisito que debe cumplir una conducta de acoso para que pueda ser
considerada como tal, es que se trate de una actividad insistente y reiterada. De este
modo, el tipo penal previsto en el art. 172 ter del Código Penal, siguiendo el modelo de
las legislaciones de derecho comparado, contempla el delito de acoso como un delito de
carácter conductual formado por una pluralidad de actos que tienen por objeto
hostigar o intimidar a una persona40. Esta referencia a una actividad insistente y
reiterada colleva que sea inexcusable la pluralidad de actos para apreciar la
correspondiente figura delictual, lo que significa que el actuar aislado o la realización de
una conducta casual de las previstas en el artículo no sea relevante criminalmente, es
decir, queda excluída de la aplicación del tipo la realización de un solo acto41.
40
ZARAGOZA TEJADA, J. I.: op. cit., nota 14, pág. 10.
41
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 145.
42
STS (Sala de lo Penal), de 12 de julio de 2017, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm.554/2017).
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Sin embargo, decidir cuándo una actividad puede ser considerada insistente y
reiterada es una labor complicada que ha de realizarse analizando caso por caso y
atendiendo a las circunstancias concretas. En esta línea se ha manifestado la STS
324/2017 de 8 de mayo, fundamento de derecho tercero y más recientemente la SAP
30/2021 de Madrid, de 1 de febrero, fundamento de derecho quinto, sentencias que
rechazan la posibilidad de fijar un concepto específico para determinar cuando la
reiteración de los actos obedece las exigencias previstas en el precepto, señalando al
respecto que: “No estamos en condiciones – ni se nos pide – de especificar hasta el
detalle cuándo se cubren las exigencias con que el legislador nacional ha querido
definir la conducta punible (cuándo hay insistencia o reiteración o cuándo adquiere el
estatuto de grave la necesidad de modificar rutinas o hábitos), pero sí de decir cuándo
no se cubren esas exigencias”43.
En dicha sentencia, son hechos probados que el sujeto activo lleva a cabo las
siguientes actuaciones de acoso contra su expareja: 1. El día 22 de mayo realiza una
serie de llamadas telefónicas (no contestadas), envío de mensajes de voz y fotos con
propósitos autolíticos. 2. El día 23 de mayo realiza un intento de entrar en el domicilio
de la víctima y llamamiento a distintos telefonillos, cesando únicamente cuando aparece
la policía. 3. El día 30 de mayo se presentó en el domicilio de la víctima para reclamarle
diferentes objetos de su propiedad. 4. El 31 de mayo se acerca a la víctima en el centro
de educación (donde ambos acuden) para reclamarle la entrega de una pulsera.
43
SAP de Madrid, de 1 de febrero de 2021, fundamento de derecho quinto, (rec. núm. 30/2021).
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como algo puramente episódico o coyuntural, pues en ese caso no serían idóneas para
alterar las costumbres cotidianas de la víctima44.
44
STS (Sala de lo Penal), de 8 de mayo de 2017, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm. 324/2017).
45
STS (Sala de lo Penal), de 8 de mayo de 2017, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm. 324/2017).
46
RODRÍGUEZ PUERTA, M. J.: “Exigencias básicas para apreciar el delito de stalking: acoso a pareja
sentimental”, Revista Aranzadi de Derecho y Proceso Penal, núm. 47, 2017, pág. 3.
47
SAP de Madrid, de 14 de noviembre de 2020, fundamento de derecho tercero, (rec. núm. 346/2020).
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21
2. “Sin estar legítimamente autorizado”.
La segunda exigencia, implica que el sujeto activo que lleva a cabo “de forma
insistente y reiterada” algunas de las conductas enumeradas en el apartado 1º del art.
172 ter del Código Penal, “no debe estar legítimamente autorizado”. Por tanto, en esta
ocasión realizaremos un análisis de la cláusula que coincide con el requerimiento
formulado por la modalidad genérica de coacciones del art. 172.1 ter del Código Penal,
y que ha sido objeto de múltiples críticas, siendo calificada la misma de sinsentido con
el argumento de que no es sostenible la aceptación de un acoso legítimo48.
En este sentido, la Fiscalía General del Estado propone que este requisito sea
eliminado, manifestando en su dictamen sobre el Anteproyecto de Reforma del Código
Penal, que la cláusula da a entender que existen supuestos en los que el acoso está
legitimado, cuando esto no es así, pues el acoso en ningún caso podrá estar autorizado o
amparado por una norma legal. Partiendo de esto, debemos señalar que la doctrina
mayoritaria considera que este requisito tiene una causa de justificación (cumplimiento
de un deber o ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo, recogido en el art. 20.7ª
del CP)49, y en concreto como indica VILLACAMPA ESTIARTE, un elemento negativo
del tipo50.
Además, la autora defiende que sería más adecuado utilizar la expresión “de
modo ilegítimo”, en lugar de “sin estar legítimamente autorizado”, de manera que
desaparecerían las dudas de una posible persecución legítima, desplegada en el ámbito
de una investigación criminal o a consecuencia del derecho a la libertad de información.
Por su parte TAPIA BALLESTEROS, considera que el requisito no es necesario, puesto
que cualquier actividad acosadora que esté legitimada no cumple con las exigencia del
tipo, al estimar que el bien jurídico protegido es la integridad moral51.
48
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 149.
49
CARMONA SALGADO, C.: op. cit., nota 18, pág. 165.
50
VILLACAMPA ESTIARTE, C.: “Delito de acecho/stalking: artículo 172 ter”, en AA.VV. (ÁLVAREZ
GARCÍA, F. J., Dir, DOPICO GÓMEZ-ALLER, J, Coord.), Estudio crítico sobre el Anteproyecto de
Reforma Penal de 2012, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, pág 603, citado en TAPIA BALLESTEROS,
P.: op. cit., nota 4, pág. 150.
51
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 154.
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Finalmente, el tercer requisito del delito supone que la conducta acosadora
prevista en el catálogo que nos ofrece el apartado 1º del art. 172 ter del Código Penal,
debe ocasionar una “alteración grave del desarrollo de la vida cotidiana de la víctima”.
52
STS (Sala de lo Penal), de 4 de noviembre de 2021, fundamento de derecho tercero, (rec. núm.
843/2021).
53
STS (Sala de lo Penal), de 12 de julio, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm. 544/2017).
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por parte de nuestros órganos jurisdiccionales, por lo que este apartado lo dedicaremos a
su estudio.
2. No hace falta que esos hechos probados le afecten en todas sus esferas de la vida,
pero sí que trascienda en una alteración en sus comportamientos que provoque un
cambio diferencial, en el “antes” y el “después” a los actos de acoso. Es decir, basta con
un cambio relevante en algunas de sus conductas diarias.
54
STS (Sala de lo Penal), de 8 de mayo de 2017, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm. 324/2017).
55
MUÑOZ CUESTA, J.: op. cit., nota 28, pág. 3.
56
STS (Sala de lo Penal), de 7 de julio de 2021, fundamento de derecho segundo, (rec. núm. 599/2021).
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3. Debe ser más grave o superior la afectación a las meras molestias ante la inocuidad
de los actos. Es decir, algo cualitativamente superior a las meras molestias.
5. Para determinar la “alteración grave de la vida" hay que atender al estándar del
"hombre/mujer medio/a", aunque matizado por las circunstancias concretas de la
víctima (vulnerabilidad, fragilidad psíquica, ...) que no pueden ser totalmente orilladas.
8. En esta exigencia de que los actos de acoso produzcan una grave alteración de su vida
cotidiana el resultado del delito debe interpretarse conforme al patrón objetivo de
víctima.
9.- El bien jurídico protegido por el delito de acoso debe estar conectado con
sentimiento de seguridad y tranquilidad de la víctima que merece para evitar estos actos
acosadores que por su entidad y gravedad le provoquen cambios en su rutina de vida.
10.- Se configura como un delito contra la libertad de obrar. Así, la alteración de las
rutinas y hábitos de la víctima viene propiciada, como hemos expuesto, por el atentado
contra la tranquilidad y seguridad de la misma.
11. No se exige que se tenga que aportar al juicio una prueba pericial psicológica sobre
la que se acredite la afectación a la psique de la víctima de esa situación de acoso o
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acecho, y que ello determine una grave alteración de su vida. Es decir, que no es
necesario que la conducta ocasione lesiones psíquicas y por tanto, deba elaborarse un
informe médico forense que peritara las mismas.
1. Por un lado, considera que los hechos declarados probados contra D. Aurora
cumplen con las exigencias del tipo penal, pues se detallan más de seis
episodios cronológicamente centrados entre septiembre de 2016 y enero de 2017
pero que comenzaron en el año 2015, y cada uno responde a un mismo patrón o
modelo sistemático, además, muestran una vocación de persistencia e
intencionalidad, capaz de perturbar los hábitos o la forma de vida de la víctima.
En este sentido, son hechos que vistos en su conjunto, suponen algo más que una
mera molestia, sobretodo por la persistencia y la dilatación en el tiempo,
considerándose adecuados para alterar gravemente la vida cotidiana de la
víctima, la cual ha tenido que solicitar la baja laboral por un trastorno de estrés
postraumático y siente la necesidad de ir acompañada a todos los sitios.
57
SAP de Santa Cruz de Tenerife, de 11 de diciembre de 2020, fundamentos de derecho tercero y
séptimo, (rec. núm. 599/2021).
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Finalmente, debemos recordar que con la LO 10/2022, de 6 de septiembre, de
Garantía Integral de la Libertad Sexual se ha eliminado el requisito de que esta
alteración sea “grave”, lo que amplía en buena medida el ámbito de aplicación de este
delito58.
B. Modalidades de ejecución.
En este sentido, debemos señalar que son cuatro las modalidades que se recogen
en el apartado 1º del art. 172 ter del Código Penal:
Las primeras conductas que dan lugar a esta figura delictiva son las acciones
tradicionales de acoso “vigilar y perseguir”, que consisten en “actuaciones
encaminadas a permanecer físicamente cerca de la víctima, sin necesidad de que exista
ningún tipo de contacto físico, ni concurra ninguna conducta amenazante, lo que se
requiere es la proximidad entre sujeto activo y pasivo o, al menos, que la víctima
perciba visualmente al autor”59. Estos comportamientos implican controlar los
movimientos de una persona en su día a día, lo cual podrá realizarse en primera persona
o a través de un tercero, por ejemplo, de un detective privado. Cabe destacar que, tanto
la vigilancia como la persecución requieren, por un lado, insistencia y reiteración en la
conducta, y por otro lado, se exige que la víctima sea consciente de que está siendo
vigilada o perseguida, pues se considera un requisito indispensable que las acciones
provoquen un sentimiento de humillación u hostilidad, y que como consecuencia el
58
MUÑOZ CONDE, F.: Derecho penal. Parte especial, 23ª ed., Ed. Tirant lo Blanch, Valencia, 2021,
pág. 170.
59
GÓMEZ RIVERO, M. C.: Nociones fundamentales de derecho penal. Parte especial., 4ª ed., Ed.
Tecnos, Madrid, 2020, pág. 193.
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sujeto pasivo se vea obligado a modificar o alterar el desarrollo de su vida cotidiana,
quedando afectado su derecho a la libertad de obrar60.
Además, entre estas primeras acciones clásicas de acoso, se añade una tercera
“buscar cercanía física”. Esta conducta plantea mayores dificultades, pues esta se
presenta como alternativa a las anteriores, como si se tratara de un acto equiparable,
cuando en realidad no lo son. TAPIA BALLESTEROS señala que de existir una
relación temporal entre “vigilar y perseguir” y “buscar cercanía física”, esta sería
posterior a las otras. Por último, como el precepto no señala a apartir de qué distancia
se concidera típica la conducta de “buscar cercanía física”, la autora ha determinado
que esta implica una invasión de la esfera del espacio vital del sujeto, de manera que
sea factible el contacto físico sin demasiados movimientos61.
60
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, págs. 160 y 161.
61
Idem, pág. 160.
62
SAP de Barcelona, de 18 de febrero, fundamento de derecho segundo, (rec. núm. 109/2019).
63
GÓMEZ RIVERO, M. C.: op. cit. nota 59, pág. 191.
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28
igual modo, en la madrugada del día 18 de julio de 2021 enviar 442 fotografías, a
través de un grupo de WhatsApp, en el que previamente, como administrador, y con la
finalidad de esquivar el bloqueo que ella le había realizado, había eliminado al resto de
participantes. El día 18 de julio de 2021, a las 20.20 horas, efectuar una llamada, en la
que, entre otras se expresó en los siguientes términos: "hija de puta", o "vas a acabar
conmigo mal, es que ni te imaginas el final, ehh cómo vas a acabar..."64.
Finalmente, debemos señalar que esta conducta ha sido muy criticada porque se
considera que vulnera el principio de proporcionalidad, pues a tenor literal del precepto,
será castigada con la misma pena tanto la tentativa como la consumación del delito
(“establecer o intentar establecer”), de manera que no sería proporcional la sanción y
el resultado dimanado de los actos delictivos68.
64
SAP de Barcelona, de 18 de enero de 2022, fundamento de derecho primero, (rec. núm. 44/2022).
65
SERRANO GÓMEZ, A., SERRANO MAÍLLO, A., SERRANO LARRAGA, M. D., VÁZQUEZ
GONZÁLEZ, C.: Curso de DERECHO PENAL. Parte Especial., 6ª ed., Ed. Dykinson, Madrid, 2021,
pág. 135.
66
MATALLÍN EVANGELIO, A.: “Delito de acoso (artículo 172 ter CP)”, en AA.VV. (GONZÁLEZ
CUSSAC, J. L., Dir.), (GÓRRIZ ROYO, E. Y MATALLÍN EVANGELIO, A., Coord.): Comentarios a la
Reforma del Código Penal de 2015, 2ª ed., Ed. Tirant Lo Blanch, Valencia, 2015, págs. 557-558.
67
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 161.
68
GÓMEZ RIVERO, M. C.: op. cit. nota 59, pág. 191.
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29
La tercera modalidad comisiva del tipo penal es la que consiste en adquirir
productos o mercancías, o contratar servicios, o hacer que terceras personas se pongan
en contacto con la víctima, mediante el uso indebido de sus datos personales. En
consecuencia, el uso indebido de los datos personales constituye un atentado a la
libertad y al sentimiento de seguridad de la persona perjudicada que genera la
consecuencia característica de esta figura delictiva de grave alteración de la vida
cotidiana.
69
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 162.
70
GALLEGO CENOZ, J.: “Primera condena por el nuevo delito de stalking. SJI Tudela (Provincia de
Navarra), 23 de marzo 2016”, Revista Aranzadi Doctrinal, núm. 6, 2016, pág. 1.
71
SJI de Tudela (sección 3ª), de 23 de marzo de 2016, fundamento de derecho primero, (rec. núm.
260/2016).
72
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 162.
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Finalmente, otro de los problemas que se plantean, es que la acción de adquirir
productos o mercancías o contratar servicios se absorbe en la modalidad de acoso
prevista en el siguiente apartado, en el sentido de que, en la práctica, atenta contra el
patrimonio de la víctima73.
La primera crítica que realiza el Consejo General del Poder judicial, el Consejo
Fiscal y la doctrina mayoritaria sobre esta modalidad de acoso, es que a la hora de
contemplar las posibles conductas acosadoras, el legislador se ha olvidado de aquellas
que atentan contra la vida o contra la integridad, pues se ha limitado a prever aquellas
que atentan “contra la libertad o el patrimonio”, coincidiendo todos ellos en reclamar
la ampliación del catálogo75.
31
pueden ser a su vez, constitutivas de otros delitos, de acuerdo con la cláusula concursal
que prevé el tipo en su apartado 3º; y también podrán atentar contra la libertad o el
patrimonio conductas que no llegan a ser delito77.
Llegados a este punto, debemos recordar que el Consejo Fiscal en su informe del
20 de diciembre de 2012, decidió excluir la cláusula analógica prevista en el número 5
del apartado 1º del art 172 ter del Código Penal, que configuraba el delito de acoso
como un tipo penal abierto, señalando que: “realice cualquier otra conducta análoga a
las anteriores”, pues consideraron que generaba inseguridad jurídica y podía ser
contrario al principio de legalidad y taxatividad78.
El delito de acoso persecutorio o stalking solo será punible cuando sea doloso79.
En este sentido, el tipo subjetivo de esta figura delictiva exige que el autor tenga
conocimiento de la capacidad que tiene su conducta para alterar el desarrollo de la vida
cotidiana de la víctima. De hecho la STS 628/2022, de 23 de junio, fundamento de
derecho primero, señala que normalmente puede afirmarse que esa capacidad la tiene
cualquier persona con una formación media y con sus capacidades generales de
comprensión no alteradas80.
A esto, TAPIA BALLESTEROS añade que, además del dolo, debe requerirse la
concurrencia de un animus exagitandi (ánimo de acosar) o animus insidiendi (ánimo de
77
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 164.
78
Informe al Anteproyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de
noviembre, del Código Penal, de 16 de enero de 2013.
79
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 165.
80
STS (Sala de lo Penal), de 23 de junio, fundamento de derecho primero, (rec. núm. 628/2022).
81
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 165.
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acechar), que conceda unidad de acción a las distintas actuaciones que el sujeto activo
efectúa. Con esta propuesta, se podría prevenir la punición de conductas que sean
simplemente molestas así como los supuestos de dolo eventual, y solo tendría cabida en
el tipo la actuación del sujeto activo con dolo directo82.
Por un lado, en el apartado primero del art. 172 ter, la cláusula final dispone:
“Cuando la víctima se halle en una situación de especial vulnerabilidad por razón de
su edad, enfermedad, discapacidad o por cualquier otra circunstancia, se impondrá la
pena de prisión de seis meses a dos años.”. Como ejemplo jurisprudencial, invocamos
la SAP de Cáceres 225/2020, de 9 de octubre, fundamento de derecho segundo; en esta
sentencia el Tribunal declara que no procede la aplicación del subtipo agravado del
párrafo primero in fine, pues a la vista de los hechos que resultan de las pruebas
practicadas se deduce que no es posible condenar al acusado en virtud de dicho tipo
agravado debido a que en el momento "ignoraba la edad del sujeto pasivo y esta
desconocía quien era el que llamaba", de manera que no ha concurrido el dolo
específico de coartar la libertad de una menor de edad, pues el sujeto activo "no conocía
la edad de la persona que había colgado en un chat el teléfono móvil"83. Por tanto, en
este supuesto estaríamos ante la primera modalidad delictiva agravada de acoso, de la
que debemos destacar los siguientes aspectos.
El primer problema que plantea esta cláusula es que no especifica los criterios
que deben tenerse en cuenta para determinar cuando una persona puede ser considerada
especialmente vulnerable por razón de la edad o enfermedad. Generalmente, cuando
hablamos de una “víctima especialmente vulnerable” nos referimos a colectivos que,
por sus propias características, o por la clase de delito del que ha sido objeto, se
encuentran en una posición de indefensión, son susceptibles de ser víctimas o es más
82
Idem, pág. 166.
83
SAP de Cáceres, de 9 de octubre de 2019, fundamento de derecho segundo, (rec. núm 225/2019).
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33
fácil que sean objeto de una victimización reiterada y/o intimidación84. En relación con
la edad, el texto original del Código Penal, solo alude a ella como elemento delimitador
de víctima especialmente vulnerable, en referencia a los menores de edad. No obstante,
TAPIA BALLESTEROS entiende que las alusiones generales a la edad, no van
referidas solo a los menores de edad, sino que debe interpretarse que el legislador se
está refiriendo a las “personas mayores”. Por otro lado, en cuanto a la enfermedad, la
autora considera que no cualquier tipo de enfermedad será objeto de protección, sino
que será necesario que se trate de una enfermedad que ponga a la víctima en una
situación de fragilidad, es decir, deberá ser una enfermedad crónica o terminal.
En este caso, nos interesa la aplicación del agravante desde una perspectiva de
género cuando la víctima “sea o haya sido su cónyuge o persona que esté o haya estado
ligada a este por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia”.
84
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 197.
85
Idem, pág. 200.
86
Idem, pág. 201.
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El origen de esta modalidad delictiva agravada encuentra su fundamento en la
estrecha relación existente entre los delitos relativos a la violencia familiar, sobre todo
en la denominada violencia de género y el acoso. Por tanto, podemos afirmar que este
tipo agravado tiene un doble sustento, por un lado, como es común en todo delito de
acoso, la relativa a la libertad y seguridad de la víctima, y por otro lado, en lo específico
de la agravación, en la preservación de la integridad moral de aquellas personas que
están unidas por las relaciones que se comprenden en el art. 173.2 CP, entre ellas las
relaciones de pareja o ex parejas87.
87
MUÑOZ CUESTA, J.: op. cit., nota 28, pág. 7.
88
Ibidem.
89
STS (Sala de lo Penal), de 4 de noviembre de 2021, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm.
843/2021).
90
STS (Sala de lo Penal), de 4 de noviembre de 2021, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm.
843/2021).
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"o acepta regresar o no cesará en el acoso". Con ello, se traslada a la víctima que la
única solución para no ser acosada es la de someterse a las pretensiones del autor91.
Por ende, esta modalidad agravada del delito de acoso tiene como finalidad
prevenir la posibilidad de una elevación del estado de peligro real de la víctima en el
caso de persistencia en los actos de acoso y la posibilidad de un salto cualitativo en las
acciones del sujeto que puedan concretarse en un atentado contra la integridad física o
la vida de la mujer92.
91
STS (Sala de lo Penal), de 22 de diciembre de 2020, fundamento de derecho primero, (rec. núm.
717/2020).
92
MUÑOZ CUESTA, J.: op. cit., nota 28, pág. 7.
93
STS (Sala de lo Penal), de 6 de marzo de 2019, fundamento de derecho tercero, (rec. núm. 117/2019).
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36
exterioriza un proyecto compartido, y la estabilidad comporta una idea de permanencia
en el tiempo94.
94
STS (Sala de lo Penal), de 14 de diciembre de 2011, fundamento de derecho quinto, (rec. núm.
1348/2011).
95
STS (Sala de lo Penal), de 23 de diciembre de 2011, fundamento de derecho primero, (rec. núm.
1376/2011).
96
STS (Sala de lo Penal), de 28 de septiembre de 2017, fundamento de derecho quinto, (rec. núm.
640/2017).
97
STS (Sala de lo Penal), de 23 de diciembre de 2011, fundamento de derecho décimo, (rec. núm.
1376/2011).
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37
considerar si es o no “análoga a la conyugal”98, como por ejemplo en "la existencia de
determinada afectividad, frecuencia en el trato, convivencia o no, estabilidad,
mantenimiento o no de relaciones sexuales, y, muy particularmente, el proyecto
compartido de contraer matrimonio o, al menos, una relación suficientemente
especificada que nos permita valorar si se asimila o no a la de los esposos”, según lo
dispuesto en la STS 807/2015, de 23 de noviembre, fundamento de derecho cuarto99.
98
STS (Sala de lo Penal), de 6 de marzo de 2019, fundamento de derecho tercero, (rec. núm. 117/2019).
99
STS (Sala de lo Penal), de 23 de noviembre de 2015, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm.
807/2015).
100
STS (Sala de lo Penal), de 6 de marzo de 2019, fundamento de derecho tercero, (rec. núm. 117/2019).
101
ZARAGOZA TEJADA, J. I.: op. cit., nota 14, pág. 2.
Cmno de La Hornera, s/n. C. 38071. La Laguna. Tenerife. E-mail: facder@ull.edu.es Tlf. 922317291. Fax. 922317427 - www.ull.es
38
medios tecnológicos (art. 156 ter del CP). La inserción de estas dos figuras delictivas
obedece, como ha señalado el propio legislador, a evitar la impunidad de conductas
realizadas a través de los medios tecnológicos y de la comunicación, que producen
graves riesgos para la vida y la integridad de las personas menores de edad, así como
una gran alarma social. De manera que, quienes promuevan el suicidio, la autolesión, o
los trastornos alimenticios entre personas menores de edad, así como la comisión de
delitos de naturaleza sexual, a través de estos recursos, será condenados102.
102
Ibidem.
103
Disponible en: https://www.iberley.es/temas/delito-stalking-analisis-articulo-172-ter-cp-65300.
104
Disponible en: https://www.iberley.es/temas/delito-stalking-analisis-articulo-172-ter-cp-65300.
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A colación del ciberacoso se introduce el nuevo apartado 5º al art. 172 ter del
Código Penal por la LO 10/2022, de 6 de septiembre, de garantía integral de la libertad
sexual: “5. El que, sin consentimiento de su titular, utilice la imagen de una persona
para realizar anuncios o abrir perfiles falsos en redes sociales, páginas de contacto o
cualquier medio de difusión pública, ocasionándole a la misma situación de acoso,
hostigamiento o humillación, será castigado con pena de prisión de tres meses a un año
o multa de seis a doce meses”.
Cuando un sujeto lleva a cabo una cadena de conductas puede suceder que todas
ellas colmen en un único delito o varios, de manera que se hace necesario resolver los
problemas que se plantean a la hora de subsumir los hechos acontecidos en la realidad
dentro de las figuras delictivas previstas en nuestro Código Penal. En consecuencia,
nace la Teoría del Concurso de delitos, que nos ayuda a resolver las dudas que nos
puedan surgir entre los tipos penales que guardan alguna relación. Para ello, es
105
MUÑOZ CONDE, F.: op. cit., nota 58, pág. 171.
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40
fundamental tener en cuenta la triple identidad (sujetos, hechos y fundamentos) que ha
sido creada por el Tribunal Constitucional como criterio de vulneración del principio
non bis in ídem106.
Por tanto, no se podrá sancionar dos veces por los mismo hechos, cuando los
sujetos intervinientes sean los mismos, y también el bien jurídico protegido. Por esta
razón, las reglas que rigen en nuestro ordenamiento jurídico para solucionar los
problemas concursales son las previstas en los art. 8, 73 y 78 del Código Penal, las
cuales se complementan con las cláusulas de concurso específicas que el legislador fija
para determinados delitos107.
Sin embargo, debemos señalar que esta cláusula ha sido criticada por la doctrina,
por considerar que vulnera el principio non bis in ídem. De hecho, GALDEANO
SANTAMARÍA considera que, si las conductas que constituyen el hostigamiento son
amenazas o coacciones, y adquieren entidad propia, por progresión delictiva debe
quedar absorbida la conducta de acoso por estas, ya que ambos delitos comparten bien
jurídico protegido, en este caso el derecho a la libertad108.
106
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 186.
107
Idem, pág. 187.
108
Idem, pág. 188.
109
VILLACAMPA ESTIARTE, C.: Stalking y Derecho Penal. Relevancia jurídica-penal de una nueva
forma de acoso, Ed. Iustel, Madrid, 2009, pág. 303.
110
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 190.
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GALDEANO SANTAMARÍA, ha sido más rígida a la hora de plantear una solución y
defiende directamente su supresión111.
Por último, LUZÓN CUESTA señala que teniendo en cuenta que las conductas
enumeradas en el apartado 1º del art. 172 ter son numerus clausus, en principio la regla
concursal estaría prevista para todos los delitos contra la libertad o el patrimonio de la
víctima, o de otra persona próxima a ella, realizados dentro de esa situación de acoso,
para impedir que el acosador pueda resultar privilegiado respecto de otros sujetos por
aplicación del principio de especialidad, en vista a que la penalidad del tipo básico de
acoso permite imponer pena de multa113.
Esto se debe a que el propio art. 172 ter del Código Penal, en su apartado 4º,
establece la necesidad de interponer una denuncia previa por parte del sujeto pasivo
perjudicado o su representante legal, para que se persiga el delito, al disponer: “Los
111
GALDEANO SANTAMARÍA, A.: “Acoso-Stalking: artículo 172 ter”, en AA. VV. (ÁLVAREZ
GARCÍA, F. J., Dir, DOPICO GÓMEZ-ALLER, J, Coord.), Estudio crítico sobre el Anteproyecto de
Reforma Penal de 2012, Tirant lo Blanch, Valencia, 2013, pág 572, citado en TAPIA BALLESTEROS,
P.: El nuevo delito de acoso o stalking, Ed. Wolters Kluwer, Barcelona, 2016. pág. 190.
112
TAPIA BALLESTEROS, P.: op. cit., nota 4, pág. 191.
113
LUZÓN CUESTA, J. M.: Compendio de Derecho Penal. Parte Especial, 23ª ed., Ed. Dykinson,
Madrid, 2021, pág. 109.
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hechos descritos en este artículo sólo serán perseguibles mediante denuncia de la
persona agraviada o de su representante legal''.
No obstante, nos encontramos con una excepción en el apartado 2º del art. 172
ter: “Cuando el ofendido fuere alguna de las personas a las que se refiere el apartado 2
del artículo 173, (...). En este caso no será necesaria la denuncia a que se refiere el
apartado 4 de este artículo.”. En consecuencia, el delito de acoso tiene naturaleza
pública cuando el sujeto pasivo sea víctima de violencia de género y/o doméstica, de
manera que, el delito podrá ser perseguido de oficio, sin que para ello se requiera la
interposición de una denuncia previa cuando la victima sea alguna de las personas
enumeradas en el art. 173.2 del Código Penal.
4. Conclusiones.
En primer lugar, en relación con el bien jurídico protegido, que como hemos
concluído es el derecho a la libertad de obrar, entendida como la capacidad de decidir
libremente, así como la seguridad de la víctima, debemos señalar que, a nuestro modo
de ver, se trata de una cuestión bastante problemática, pues consideramos que es un
tema que abre las puertas a la subjetividad, permitiendo que se coloque como
protagonista del mismo.
114
SAP de Barcelona, de 2 de febrero de 2019, fundamento de derecho cuarto, (rec. núm. 121/2019).
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En vista de que el delito de acoso tiene como objeto condenar precisamente
aquellas conductas que generan miedo, angustia o inseguridad al sujeto pasivo,
lesionando su derecho a la libertad y a la seguridad, y provocando como consecuencia
que se vean gravemente alteradas sus rutinas y costumbres de vida, el desafío consiste
en delimitar cuando nos encontramos ante actos que producen unas simples molestias,
pero que no afectan al bien jurídico protegido, y cuando los actos pueden realmente
limitar la libertad de obrar de la víctima, puesto que lo que para una persona puede
suponer una mera molestia, para otra, podría entrañar una grave mortificación viendose
obligada a modificar todos los hábitos de su vida para evitarla. De hecho, consideramos
que esta particularidad puede ser bastante peligrosa porque podría tener como resultado
una respuesta desafortunada, como por ejemplo, que una conducta acosadora grave no
sea condenada porque el sujeto pasivo pudiera tener una gran resistencia psíquica, de
manera que esas acciones no le generarían ningún tipo de temor, y por tanto, no se vería
limitada su libertad, o por el contrario, que otros actos no tan graves cometidos contra
una persona extremadamente sensible, le provoquen una alteración de sus rutinas y
puedan ser penalizados.
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hacer algo para evitar el acoso, en lugar de simplemente penalizar al sujeto activo que lo
comete. Un ejemplo de esto sería que el sujeto pasivo sufriera graves actos de acoso por
parte del sujeto activo, y que los denuncie, pero que decida, por conveniencia de su
estabilidad emocional, que no se va a ver afectado en su vida cotidiana, o que por
razones de principio o mera necesitad vital las soporte consciente de la ilegalidad de la
acción del sujeto activo, y no por ello debería gozar de una menor protección.
En cuanto al tipo agravado del delito de acoso previstos en el apartado 2º del art.
172 ter del Código Penal, para cuando el sujeto pasivo es una persona a las que refiere
el apartado 2º del artículo 173, consideramos acertada la decisión de agravar la pena en
estos supuestos, pues la gran mayoría de los delitos de acoso se cometen cuando entre
los sujetos implicados ha existido previamente cualquier tipo de relación, ya sea
sentimental o familiar -y a su vez supone una mayor afectación emocional y psicológica
115
JIMÉNEZ SEGADO, C.: “Stalking o «stalkeo»: el delito de acoso persecutorio.”, Actualidad Jurídica
Aranzadi, núm. 925, 2016, pág. 3.
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para la víctima-116, mientras que las situaciones en las que se producen estos delitos
entre desconocidos son menos frecuentes, aunque también existentes.
Concluimos señalando que, la incorporación del art. 172 ter del CP, y por
consiguiente, la tipificación de las conductas de acoso o stalking, a pesar de todas las
críticas de las que ha sido objeto, es necesaria porque el acoso es un hecho muy grave,
que cambia la vida de la víctima, su comportamiento consigo misma, y con los demás.
Sin embargo, consideramos que se trata de un tipo penal que deberá ser constantemente
reformado para ajustarlo a las necesidades reales del momento. Un ejemplo de ello, es la
última modificación del precepto a través de la LO 10/2022, de 6 de septiembre, de
garantía integral de la libertad sexual, con la que se introduce una nueva modalidad de
acoso en el apartado 5º del mismo, “el acoso mediante el uso indebido de la imagen de
otro”, como consecuencia del gran avance de las nuevas tecnologías.
116
VILLACAMPA ESTIARTE, C., PUJOLS PÉREZ, A.: “Percepciones sociales en torno al stalking:
trascendencia y respuesta jurídica”, Indret: Revista para el Análisis del Derecho, núm. 2, 2018, pág. 6.
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