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LA TRANSMISIÓN CULTURAL MEDIEVAL ENTRE EL NORTE DE ÁFRICA Y ESPAÑA: FUENTES MAGREBÍES BÁSICAS PARA LA HISTORIA DE ALANDALUS THE MEDIEVAL CULTURAL TRANSMISSION BETWEEN NORTH AFRICA AND SPAIN: BASIC MAGHREBIAN SOURCES FOR THE HISTORY OF ALANDALUS Dr. D. Juan Martos Quesada Universidad Complutense de Madrid jmartosq@ucm.es RESUMEN El origen geográfico de las fuentes árabes, en particular las medievales, es fundamental para comprender las características e importancia de dicha fuente para el estudio de una determinada época histórica. En la actualidad casi un tercio de las fuentes editadas o traducidas para la historia de al-Andalus son de origen norteafricano. En este artículo haremos un recorrido por estas fuentes medievales, poniendo de relieve su contenido y su mayor o menor importancia. Palabras clave: historiografía; al-Andalus; medieval; Magreb. ABSTRACT The geographical origin of Arabic sources, particularly medieval ones, is essential to understand the characteristics and importance of said source for the study of a given historical period. Currently almost a third of the sources published or translated for the history of al-Andalus are of North African origin. In this article we will take a tour of these medieval sources, highlighting their content and their greater or lesser importance. Key Words: Historiography, al-Andalus, Medieval, Maghreb. El origen geográfico de los autores de las fuentes árabes de cualquier tipo, puede ser un factor que ayude a entender mejor la aportación a la historia de al-Andalus que contienen dichas fuentes. La publicación y edición de fuentes para al-Andalus, en un primer momento (siglos XIX-principios del XX), se centró, en las obras y autores de la península ibérica, aumentando el número de fuentes magrebíes editadas a partir de los años setenta, al igual que las de origen oriental, que han experimentado un aumento en los últimos años1. Haremos, pues, un breve recorrido por aquellas fuentes medievales procedentes del norte de África interesantes para la historia de al-Andalus, que han sido editadas o traducidas a una lengua occidental hasta la segunda década del siglo XXI, dejando a un lado aquellas fuentes que aún se encuentran en estado de manuscrito por su obvia dificultad de consulta para aquellos historiadores y expertos de la historia medieval española. Casi un 30% de las fuentes editadas o traducidas que hay que tener en cuenta para la historia de al-Andalus a día de hoy son de origen norteafricano, un número prácticamente similar a las de origen oriental, aunque, por la proximidad geográfica, debería ser una cantidad mayor; lo más probable es que este número aumente a lo largo de las próximas décadas, pues la actividad de los investigadores e historiadores medievales en los fondos de manuscritos de los archivos y bibliotecas de los países del oeste de la orilla sur del Mediterráneo es cada vez más intensa y coordinada con los medievalistas y arabistas españoles, labor a la que ayuda mucho el hispanismo marroquí: son muchos aún los manuscritos y obras inéditas importantes para la historia y la cultura andalusí de los que tenemos noticias y que esperan su momento de ver la luz2. Del conjunto de fuentes de origen magrebí, destacan las de contenido histórico, con un total de la mitad de ellas, dividiéndose la otra mitad entre las de contenido biográfico, geográfico o jurídico, con una media docena de autores cada uno de estos campos. Las obras de tipo histórico no comienzan a aparecer hasta el siglo XII, con la entrada y hegemonía de los imperios norteafricanos almorávide y almohade, teniendo su esplendor durante el siglo XIII y bajando su número en los siglos posteriores; en cuanto a las fuentes biográficas, aunque sus primeras apariciones también comienzan en el siglo XII, su número es casi simbólico a lo largo de los siglos posteriores hasta el siglo XVII; del mismo modo, las fuentes del género geográfico, comienzan en el siglo XII, aunque no alcanzan su mayor número hasta el siglo XIV; y, finalmente, las fuentes jurídicas son 1 Vid. Viguera Molins, M.ª J, 1999:51-147. Un ejemplo de ello son los diversos congresos que ha habido en las dos primeras décadas del siglo XXI que, bajo el título de «Primavera del manuscrito andalusí» han tenido lugar en Marruecos y España, bajo la dirección de Mustafa Ammadi, Mª J. Viguera y F. Vidal; vid. Ammadi, M, 2015: 175-192. 2 inexistentes en todos los siglos de existencia de al-Andalus excepto el último, en que se registra una serie de obras jurídicas importantes para al-Andalus, pero escritas por autores magrebíes. Centrándonos en las fuentes de contenido histórico, en el siglo XII tenemos a tres autores: Ibn Ṣāḥib al-Ṣalāt, al-Bayḏāq e Ibn al-Kardabūs. El marroquí Abū Bakr al-Bayḏāq escribe su Kitāb al-Ajbār al-Mahdī Ibn Tūmart (Libro de la historia del mahdī Ibn Tūmart) y, a pesar de ser el autor de una de las principales fuentes para la historia de los almohades, ningún diccionario biográfico posterior recoge su nombre; la obra que nos ha llegado formaba parte de una mayor, compuesta de tres partes, y está referida a la vida y acciones de Ibn Tūmart y de los califas almohades, pero se han perdido las otras dos. La visión que nos ofrece el autor es totalmente teocéntrica, justificando la misión divina de Ibn Tūmart y las victorias y hazañas del primer califa ‘Abd al-Mu’min3. Otra gran obra sobre la historia almohade se la debemos al historiador Ibn Šāḥib al-Šalāt, autor de Al-Mann bi limāma (Don del imamato), pero, a diferencia de la escrita por al-Baydāq, sus páginas rezuman una excesiva oficialidad y adulación cortesana hacia los gobernantes de este imperio. Finalmente, en este siglo el tunecino Ibn al-Kardabūs compone Kitāb al-iktifā’ fī ajbār al-julafā’ (Libro de lo suficiente acerca de las noticias de los califas), una obra que intentó ser una historia general del islam, llegando las páginas que le dedica a alAndalus hasta los primeros años almohades4. Del siglo XIII andalusí tenemos, al menos ocho obras editadas: cuatro de autor conocido, una de autoría anónima y tres colecciones de documentos almohades. Los cuatro autores son Ibn Iḏārī, ‘Abd al-Wāḥib al-Marrākušī, Ibn al-Šabbāṭ e Ibn Qaṭṭān. El gran compilador histórico Ibn ‘Iḏārī escribió su extraordinaria obra al-Bayān al-mugrib, una historia de los reyes del Magreb y al-Andalus, fuente clave y pieza fundamental para conocer la historia de al-Andalus y abarca desde el año 641, con la conquista de Alejandría, hasta el año 1269, con la toma de Marraquech por los benimerines, inaugurando con ella una nuevo tipo de entender la historia que pone el acento en la necesidad de hacer grandes obras compilatorias y analíticas; su valor historiográfico ha hecho que fuera editada demasiado parcialmente a partir del año 18485. El historiador ‘Abd al-Wāḥid de Marraquech compuso el Kitāb al-Mu‘yib, un compendio de noticias históricas del Magreb, una exposición abreviada de la historia política y literaria de los 3 Vid. Aguilar Sebastián, V, 1995: 6-21. Maíllo, F, 1984: 163-164. 5 Vid. Martos, J., 2009:17-130. 4 almorávides y los almohades, incluyendo unas páginas dedicadas a al-Andalus, desde la entrada de los árabes hasta el siglo XIII. El tunecino Ibn al-Šabbāṭ es el autor de Kitāb alṢilat al-simṭ (Libro del regalo de la sarta de perlas), una obra importante para estudiar la invasión árabe de la Península y su contenido fundamental es la descripción de las ciudades andalusíes y el modo en que fueron conquistadas por los árabes. Y, finalmente, tenemos a Ibn al-Qaṭṭān, alfaquí e historiador magrebí, también de Marraquech, que escribió Naẓm al-ŷumān (Ajorca de perlas), un relato histórico sobre los almohades, muy utilizado por autores posteriores. Y junto a estos cuatro autores, contamos en este siglo con una importante obra anónima, el Muqtabas min kitāb al-Ansāb fī ma‘arifat al-aṣḥāb (Libro de las genealogías para el conocimiento de los Compañeros [ de Ibn Tūmart]), que trata de la genealogía del imperio almohade y de sus comienzos, en un intento de demostrar que el único objetivo de la genealogía es la clasificación de los grupos étnicos en razón a sus orígenes, encaminada a demostrar la legitimidad almohade6. En cuanto a las colecciones de cartas y documentos, hay que señalar que una de las características de la cancillería y el aparato administrativo almohade es la profusión de documentos, por lo que no es difícil localizar en fondos historiográficos legajos de este tipo7. Mencionaremos tres colecciones: los documentos almohades encontrados en los archivos florentinos, editados y traducidos por A. Amari, las cartas, también almohades, encontradas, junto a otras obras, en el legajo 1119 de El Escorial por Leví Provençal, y el epistolario de esta dinastía editado por el historiador marroquí A. Azzāwī extraídos de documentos diferentes de la biblioteca Ḥassaniyya de Rabat, bajo el título Rasā‘il al-muwahhidiya. Maŷmū‘a ŷadīda (Epistolario almohade). Entrando ya en los siglos XIV-XV magrebíes, es necesario citar al gran polígrafo e historiador Ibn Jaldūn y su Muqaddima (Prolegómenos), extenso prólogo a su obra Kitāb al-‘Ibar, que ha alcanzado, con el tiempo, un valor independiente historiográfico; a pesar de ser una obra fundamental para los historiadores por marcar un antes y un después en la concepción de la Historia, lo cierto es que las páginas dedicadas a al-Andalus contienen bastantes errores; más importante para los estudios andalusíes es su obra ‘Ibar (libro de los ejemplos o experiencias), obra en siete volúmenes, en cuyo tomo IV encontramos 6 El tema de la legitimidad almohade ocupa una amplia parte de la historiografía de esta dinastía; vid. Fierro, M., 1991: 107-124. 7 Vid. Allaoui al- H. y Buresi., P., 2005:477-503. abundante información sobre los omeyas andalusíes, los reinos de taifas y los nazaríes de Granada. Y junto a Ibn Jaldūn tenemos a otro gran historiador magrebí, Ibn Abī Zar‘, autor de dos obras: Rawḍ al-qirṭās, una crónica histórica de Marruecos, aunque gran parte de la misma está dedicada a al-Andalus cubriendo un periodo que va desde el primer tercio del siglo XI hasta principios del siglo XIV, y Dajīra (Tesoro), en donde trata aspectos históricos de los sultanes nazaríes y magrebíes de la época, así como las conquistas cristianas que se suceden en al-Andalus. Asimismo, de este siglo nos ha llegado una obra anónima, probablemente de la zona beréber marroquí, Mafājir albarbar, narración que reivindica el papel de los bereberes en la historia de al-Andalus, desde los omeyas hasta los almohades. Ya en el siglo XV, último de la existencia de alAndalus, el historiador ceutí al-Anṣārī compone una breve historia de Ceuta, en donde nos da algunas claves para entender la vida de las ciudades musulmanas de las dos orillas durante los siglos XIV y XV. Fuera ya de los límites cronológicos de al-Andalus, creemos necesario citar cinco obras magrebíes, entre los siglos XVI-XIX, que, de alguna manera u otra, aportan datos sobre la historia de al-Andalus. Del siglo XVI tenemos Nubḏat al-‘aṣr, conocida también como la Crónica anónima o el Manuscrito de El Escorial, que trata sobre los últimos tiempos de la Granada nazarí, desde el año 1469 hasta 1499, es decir, desde el reinado de Muley Hacén hasta la rebelión morisca de 1499 y la consecuente expulsión forzosa. Ya del siglo XVII tenemos dos grandes autores, al-Gassānī y al-Maqqārī; el diplomático marroquí del sultán Muley Ismā’īl ejerció como embajador en España y recorrió la península, buscando noticias y huellas de al-Andalus; la Riḥla, el viaje, la obra que compuso, intenta una historia de la España musulmana que, aunque desdibujada por la lejanía, sigue siendo de interés historiográfico; de una factura más histórica es el Nafḥ al-ṭīb (Exhalación del olor suave) del argelino al-Maqqārī, el cual, aprovechando el encargo que se le hizo de escribir una biografía del granadino Ibn al-Jaṭīb, acabó por hacer una magna historia laudatoria de al-Andalus, con el loable objetivo de salvar del olvido todo lo salvable sobre la vida y la cultura andalusí. Por último, no queremos dejar de citar al historiador decimonónico marroquí al-Nāṣirī, autor de una importante historia de las dinastías de Marruecos que, aunque de corte nacionalista, acaba por darnos una serie de datos sobre al-Andalus muy interesantes. Dejando las obras magrebíes editadas de corte histórico, veamos la producción historiográfica en el género biobiliográfico. En mucha menor cantidad, apenas una media docena, se cifran las obras del género ṭabaqāt del norte de África que son necesarias tenerlas en cuenta para obtener datos de los ulemas y hombres de saber andalusíes. Del siglo X tenemos a Abū-l-‘Arab, alfaquí de Qayrawán (Túnez), que escribió un libro sobre los ulemas de Ifīqiyya y Túnez, importante para al-Andalus porque nos da noticias de los andalusíes que iban a estudiar al Magreb y, en particular, de sus maestros. Hay que esperar al siglo XII para encontrarnos con dos obras biobibliográficas del famoso cadí ceutí ‘Iyāḍ8, en primer lugar su magnífico Tartīb al-madārik, libro que recoge casi mil seiscientas biografías de sabios mālikíes, entre los que se encuentran muchos andalusíes; y, en segundo lugar, su Al-Gunya (El bienestar), compendio de unos cien maestros, tanto andalusíes como magrebíes, de los que aprendió o, al menos, transmitió alguna de sus obras. Ya del siglo siguiente, el XIII, citaremos a Ibn ‘Abd al-Malik al-Marrākušī, autor de Al-Ḏayl, diccionario biográfico fundamental en la historiografía andalusí pues quiso ser una continuación de los diccionario de Ibn al-Faraḍī (siglo X) y de Ibn Baškuwāl (siglo XII), en una tarea similar a la que hizo su maestro Ibn al-Zubayr, pero el proyecto de Ibn ‘Abd al-Malik al-Marrākušī era más ambicioso y pretendía, no solo continuar la relación de biografiados con los andalusíes de los siglos XII y XIII, sino ampliar la nómina con otros de siglos anteriores, añadiendo poemas y narraciones de los mismos. Y del siglo XIV tenemos a Ibn Qunfūḏ, que compuso el Kitāb al-Wafayāt (Libro de las muertes), compendio de biografías de sabios magrebíes y andalusíes, en donde hace hincapié en la exactitud de la fecha y momento de su muerte. Finalizada la etapa histórica de al-Andalus, aún encontramos en el Magreb un par de autores importantes en el género biográfico, que recogen datos sobre andalusíes; del siglo XVI tenemos al matemático y juez de Fez Ibn al-‘Iyāḏ, que escribio dos obras: Ŷadwa (Antorcha) y Durrat al-ḥiŷāl (Perla del resplandor); la primera es una historia de la ciudad de Fez en donde recoge muchas biografías de personajes famosos relacionados con la ciudad, entre ellos bastantes andalusíes9; y la segunda obra es un auténtico diccionario biográfico, en el que podemos encontrar datros sobre ulemas de al-Andalus. Y, finalmente, del siglo XVII es preciso citar a Aḥmad Bābā al-Tunbuktī, autor de Nayl, que es una continuación del diccionario biográfico al-Dibāŷ de Ibn Farḥūn, autor árabe, de Medina, del siglo XIV, en donde se recoge una serie de biografías de intelectuales mālikíes, entre ellos muchos andalusíes. 8 Vid. Kassis, H., 1988 : 49-56. Sobre las cuestiones historiográficas que plantean las relaciones entre ciudades del Magreb y al-Andalus, vid. Rouighi, R., 2017 : 201-220. 9 Pasando a las obras en árabe editadas de origen magrebí de género geográfico importantes para la historia de al-Andalus, las primeras que nos han llegado son del siglo XII, con el famoso geógrafo al-Idrīsī, para pasar al siglo XIII con un autor menor, al-‘Abdarī, y llegar al siglo XIV con dos grandes autores, Ibn Baṭṭūṭa y al-Ḥimŷarī, junto a una obra anónima, el Ḏikr al-Andalus; asimismo, hablaremos, como colofón, del viajero León el Africano, del siglo XVI. El gran geógrafo ceutí al-Idrīsī10 trabajó para Roger II de Sicilia, elaborando un magnífico mapamundi por encargo suyo, que forma parte de su obra Nuzha (Recreo), en la que divide el mundo, al estilo griego, en siete climas, incluyendo a al-Andalus en el cuarto, y en donde nos da una cantidad de datos de un valor incalculable, en especial los dedicados a la economía y a la red viaria; otra obra suya que hay que tener en cuenta es Uns almuhŷa (Solaz de las almas), que se inscribe dentro del género geográfico musulmán de masālik wa-l-mamālik (los caminos y los reinos), por lo que esta obra se centra sobre todo en los caminos, aunque no aparecen las descripciones de los paisajes, a diferencia de su otra obra geográfica Nuzha. Ya en el siguiente siglo citaremos al marroquí al- ‘Abdarī, que escribió una Riḥla, un relato de viajes, de su periplo por el oriente musulmán y que nos da algunas noticias sobre al-Andalus. El siglo XIV es testigo de dos grandes geógrafos, al-Ḥimŷarī e Ibn Baṭṭūṭa; el primero, posiblemente tunecino de nacimiento, escribió el Kitāb al-Rawḍ (El libro del jardín), un diccionario de lugares de todo el mundo, desde al-Andalus hasta Asia central, incluidos los accidentes geográficos más importantes, todo ello complementado con una crónica política que alcanza hasta el siglo XIII, aunque para al-Andalus, se centra en la presencia de los almorávides y los almohades en la Península. En cuanto al tangerino Ibn Baṭṭūṭa, famoso por su Riḥla (Viaje), se ha convertido en un icono de los viajeros musulmanes medievales, aunque las noticias que nos da sobre al-Andalus son más bien escasas, lo que no quita importancia historiográfica a la obra, que recoge datos históricos, etnográficos, geográficos y folclóricos que no nos habrían llegado de otra manera. Y de este siglo XIV, posiblemente de su segunda mitad, tenemos una obra anónima, Ḏikr bilād al-Andalus (Memoria del país de al-Andalus), obra a caballo entre la historia y la geografía andalusí, en cuya parte geográfica, además de describir la parte física (ríos, montañas, paisaje, clima, etc.), centra su atención en las grandes ciudades andalusíes. 10 Zanon, J., 2005: 233. Y como colofón de las obras de género geográfico escritas por magrebíes, citaremos a León el Africano, morisco cuya familia granadina tuvo que emigrar a Fez (Marruecos); viajero por naturaleza, fue apresado por los piratas en uno de sus viajes; rescatado por el papa León X, escribió por encargo suyo el Libro della cosmographia et geographia de Affrica, en donde describe territorios que hasta ahora nadie había oído hablar, como el Sudán; la obra no es solo una descripción geográfica del continente africano, sino que es también una geografía económica, social y humana, con información sobre agricultura, etnias, construcciones, costumbres, tradiciones, sectas, etc. Por último, son más bien pocas las obras de contenido jurídico de origen magrebí, de las que podemos extraer datos referentes a la historia y sociedad de al-Andalus y casi todas ellas del siglo XV, es decir, de la época de las postrimerías del reino nazarí de Granada. De este siglo tenemos dos colecciones de fetuas y una obra sobre el gobierno del zoco: las colecciones de fetuas, de respuestas jurídicas por un muftí, son la del alfaquí de Qayrawán al-Burzūlī, Ŷāmi‘ masā‘il al-aḥkām (Colección de consultas jurídicas) y sobre todo, la impresionante colección del argelino al-Wanšarīsī, Mi‘yār11; la obra es una magna compilación de fetuas mālikíes, es decir, de respuestas jurídicas de un muftí a un problema determinado, tanto de alfaquíes magrebíes como andalusíes. El libro pronto se convirtió en un texto estudiado por todas las personas relacionadas con el derecho islámico durante siglos, incluso hasta principios del siglo XX. La obra es un pozo inagotable de información sobre las sociedades magrebí y andalusí medievales, pues el elevado número de fetuas que recoge va desde el siglo IX al XV; los temas son variadísimos, desde religiosos hasta familiares, económicos, hereditarios, procesales, etc. Como prueba de su importancia, el jurista mālikí marroquí del siglo XIX al-Wazzānī escribió su Al-Nawāzil, conocido como el nuevo Mi‘yār, que pretendió ser la continuación de la obra de al-Wanšarīsī para los siglos posteriores12. Esta tradición de literatura de compendios de fetuas seguirá en el siglo XVII con al- ‘Alamī, en donde se evidencia la interrelación de normas jurídicas que había entre el Magreb y el reino nazarí de Granada. 11 12 Vid. Guichard, P. y Lagardère, 1990:197-236, y Vidal, F., 1992: 339-356. Vid. Terem, E. y Powers, D.S.,2007: 235-260. Asimismo, por último, del siglo XV citaremos la obra de ḥisba, del gobierno del zoco, de al-Tilimsānī, que sigue los pasos metodológicos de otros tratados de economía y regulación del zoco, como el de Ibn ‘Abd al-Ra’ūf, Ibn ‘Abdūn, al-Saqaṭī o al-Ŷarsifī. Bibliografía Aguilar Sebastián, V.,1995, «Estudio de historiografía almohade. Un cronista al inicio de una dinastía: al-Bayḏāq», en C. Vázquez, C. y Manzano, M. A., (eds.), Actas del XVI Congreso de la UEAI, Salamanca: Agencia Española de Cooperación Internacional, pp. 6-21. Ammadi, M., 2015, «La expansión musulmana por el Norte de África y la Península Ibérica en historiadores marroquíes», en García Moreno, L. A. Sánchez Medina, ,E., Fernández, E. y Fonfría, L. (eds.), Historiografía y representaciones. III Estudios sobre las fuentes de la conquista islámica, Madrid, Real Academia de la Historia, 2015, pp. 175-192. 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