[go: up one dir, main page]

Academia.eduAcademia.edu

Seres humanos somos [pdf]

Seres humanos somos, errores cometemos En las clases de griego, un profesor nos repetía: “Seres humanos somos, errores cometemos” (ánthropi eímaste, láthi kánume). Y poco a poco esa frase se fue haciendo familiar entre los alumnos. Si no sabíamos algo o cometíamos errores de gramática, de pronunciación, de escritura, escuchábamos: “Seres humanos somos, errores cometemos”. Cuando para mejorar nuestro griego hablábamos de algún tema como transporte, educación, estado del tiempo, medio ambiente, medios de comunicación, etc., y se daba lugar a que cada uno exprese su opinión o diga algo, no faltaba quien contaba anécdotas de cómo había perdido un avión, o como había tomado un colectivo en la dirección equivocada, o una multa por haber estacionado mal. Y más de una vez oímos: “Seres humanos somos, errores cometemos”. Incluso cuando se tocaba temas como el robo, la mentira, la violencia, se escuchaba: “Seres humanos somos, errores cometemos”. Es una gran verdad: “Seres humanos somos, errores cometemos”. Lamentablemente no siempre la tenemos presente. A veces por nuestro amor propio, nuestra soberbia, nuestra terquedad no queremos reconocer o no queremos ver nuestros errores, nuestros defectos, nuestros pecados. Otras veces los reconocemos, pero amparándonos en nuestra condición humana caída, débil, herida por el pecado, nos conformamos con sólo reconocerlo, y hacemos poco para cambiar. Y así dejamos de evitar el mal, o de obrar el bien que podemos y debemos hacer, dejamos de reparar las faltas que hemos cometido, o nos conformamos con un hacer “a medias”: perdonar, pero sólo “a medias”; tener misericordia, pero sólo “a medias”; cambiar, pero sólo “a medias”; ser buenos, pero sólo “a medias”; ser santos, pero sólo “a medias”. Es verdad, “Seres humanos somos, errores cometemos”. Pero, y aquí está la grandeza de nuestra condición, también somos hijos de Dios, redimidos por la sangre de Cristo, y podemos elevarnos con y por la gracia de Dios, podemos crecer espiritualmente, desarrollar nuestros dones y podemos tener siempre nuestra mirada puesta en el cielo. “Seres humanos somos, errores cometemos”, pero no obstante la debilidad de nuestra condición humana, hijos de Dios somos, y con la ayuda de su gracia podemos hacer lo que es agradable a Sus ojos. P. Higinio Rosolen, IVE Misionero en Grecia