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Revista de la Facultad de Humanidades / unicacH
XXXVII Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia Vivir en frontera, coyunturas y conflictos sociales,
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Octubre de 2014. Organizado por la Delegación de estudiantes de la UNICACH
con el apoyo de la Delegación UNACH.
Lugar de los huesos blancos
Facultad de Humanidades UNICACH
DIRECTORIO
Roberto Domínguez Castellanos
Rector
Ana Parrilla Albuerne
Coordinadora de la maestría en Historia
José Rodolfo Calvo Fonseca
Secretario General
Esaú Márquez Espinosa
Editor General
Florentino Pérez Pérez
Director Académico
Comité Editorial Facultad de Humanidades
Dr. Sergio Nicolás Gutiérrez Cruz (Historia)
Dr. Roberto López Bravo (Arqueología)
Ricardo Rincón Hernández (alumno / Historia)
Carlos A. Aguilar Gutiérrez (alumno / Historia)
Roberto Ramos Maza
Director de Extensión Universitaria
Ricardo García Robles
Jefe de Oficina Editorial
Rafael de Jesús Araujo González
Director de la Facultad de Humanidades
Marla Alcázar Díaz
Coordinadora de la licenciatura en Historia
Violeta Vázquez Campa
Coordinadora de la licenciatura en Arqueología
Jorge Luis Taveras Ureñas
Coordinador de la licenciatura en Lenguas con
enfoque turístico (Tuxtla Gutiérrez)
Camerino Valerio García
Coordinador de la licenciatura en Lenguas con
enfoque turístico (Nueva Palestina)
Diseño y formato: Salvador López Hernández
Diseño de portada: Manuel Cunjamá
Imagen de portada: Cortesía Comisión Nacional
Antituberculosis
Corrección: Comité Editorial
Coordinación del número:
Esaú Márquez Espinosa
Fotografía de egresados:
XIV y XV Generaciones de la licenciatura en Historia
Número de reserva: 04-2012-111412143500-102
ISSN: 2007-8625
año 4, núm. 1, es una publicación semestral, enero-junio de 2015, editada por la Universidad de Ciencias y
Artes de Chiapas, por medio de la Facultad de Humanidades, con domicilio en Campus Universitario, Blvd. Samuel León
Brindis s/n. Código Postal 29000, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México. Tel. 01 (961) 61 14636, ext. 104, e-mail: editorial@
unicach.mx, edunicach@gmail.com, www.unicach.mx. Editor Responsable: Esaú Márquez Espinosa. Reserva de derecho
al uso exclusivo No. 04-2012-111412143500-102, ISSN 2007-8625, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho
de Autor. Impresa por la empresa Publicaciones de la noche S. de R.L. de C. V. con RFC PNO101027CQ1 EN, ubicada en
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terminó de imprimir en mayo de 2014 con un tiraje de 500 ejemplares.
Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin
previa autorización de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
CONTENIDO
Presentación
PRIMERA SECCIÓN
8
Lic. Marla Alcázar Díaz
Coord. de la licenciatura en Historia
Chiapas: independencia y federación a la
República Mexicana
Arturo Corzo Gamboa
Marco normativo de las elecciones
municipales en Chiapas: 1812-1917
22
Marco Antonio Santiz Mérida
Diagnóstico y propuestas para el rescate
de los archivos municipales de la antigua
provincia zoque de Chiapas
35
80
Henry Moguel Villatoro
Al-haraka baraka: un acercamiento general
a la inmigración libanesa y su participación
en el México porfirista: 1885-1910
Cristian Alexis Lozada Pedraza
Plática con don Alfonso Cruz Arias
47
Ana Esperanza Núñez Ruiz
87
Reseña
Sergio Valerio Ulloa
Una lectura del marxismo después de la
caída de la URSS: los nuevos movimientos
sociopolíticos
55
Ulises Alberto Rincón Zárate
La experiencia del fascismo italiano en Chipilo:
el resguardo de un patrimonio cultural y local
68
SEGUNDA SECCIÓN
Viridiana Rivera Solano
96
Sobre poesía, poetas y jurado
Foro El Carmen, SCLC. Registro al Encuentro Nacional de
Estudiantes, 2014
Esaú Márquez Espinosa
100
Poemas
Lezly G. Chibamba Hernández
102
Tres cuentos cortos
Mariel Escobar López
105
Dos cuentos cortos
Juan Carlos Chau Chang
107
Suicidio pintoresco
Efraín Cortez
110
Autoestereogramas
Rigoberto Flecha
XIV GENERACIÓN DE EGRESADOS DE LA LICENCIATURA EN HISTORIA UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y ARTES DE CHIAPAS
(ENERO 2009–DICIEMBRE 2012)
4/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
De izquierda a derecha/ SENTADOS: Marco Antonio Hernández Ramos, Kenia Anaid Jiménez Serrano, Diana Margarita Méndez Monzón, María
Guadalupe Medina Juárez, Fabián Abigail López López, María Odalis Pérez Domínguez,Verónica Nataren Aguilar, Roxana Guadalupe Santos Molina,
Freddy Castellanos Galdámez / DE PIE: Luis Javier López Cuesta, Ronald Isaac Castellanos Guzmán, Víctor Hugo Espinosa López, José Alberto Sánchez Martínez, Marcos Edy Macías Santos, Carlos Jesús Matías Anzueto, Óscar Fabián Selvas Tipá (total de egresados: 20).
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /5
PRESENTACIÓN
E
l XXVIII Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia se realizó en la ciudad de Campeche en 2005, desde el siete hasta el quince de noviembre, y fue
la primera ocasión que los estudiantes de Historia de la Unicach asistieron a
estos encuentros, con un total de dieciocho alumnos. Al siguiente año no se asistió
por la lejanía, pero sí al XXX Encuentro que se realizó en la ciudad de Guadalajara
entre el veintisiete de octubre y el cuatro de noviembre de 2007, cuando asistieron
treinta y nueve alumnos. Fue en este evento que se planteó por vez primera traer el
Encuentro de Estudiantes a Chiapas; la tercera participación de nuestros estudiantes tuvo lugar en la ciudad de Jalapa, donde se planteó por segunda ocasión el deseo
de realizarlo. Pocos años habrían de pasar para que la propuesta se hiciera realidad;
así, en octubre de 2014 el evento se efectuó en la ciudad de San Cristóbal de Las
Casas, marcando un logro más en los proyectos educativos emanados de la licenciatura en Historia. Pero esta actividad tan solo fue una de otras actividades relevantes
realizadas durante el año, tal como la participación de los docentes investigadores
de la carrera en el XII Congreso Centroamericano de Historia; la realización del
Primer Encuentro Interno de Estudiantes de la licenciatura en Historia; la presentación por segunda oportunidad de la revista Pobacma en la Feria Internacional del
Libro de Guadalajara; la presentación en la ciudad de Guadalajara del libro Tradición y modernidad en tres regiones de México, producto del Cuerpo Académico Patrimonio Sociocultural de la Escuela de Historia; sin olvidar el inicio de actividades de la
Facultad de Humanidades (compuesta por las licenciaturas en Historia, Arqueología, Lenguas y la maestría en Historia); la acreditación en segunda oportunidad de
la licenciatura en Historia como carrera de calidad, entre otras acciones no menos
importantes. Podemos decir que 2014 es un año que ha de quedar en los registros
como fecha relevante, y sin duda Pobacma será un buen recordatorio de tales sucesos. Enhorabuena para todos aquellos docentes que en su momento se sumaron a
este proyecto de Facultad, que no fue la plantilla en su totalidad, es verdad, pero
los logros demuestran que se tuvo buen tino en la decisión, así como el apoyo de la
rectoría en el Proyecto de Universidad que se desea para la Unicach.
XV GENERACIÓN DE EGRESADOS DE LA LICENCIATURA EN HISTORIA UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y ARTES DE CHIAPAS
(JULIO 2009–JUNIO 2013)
6/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
De izquierda a derecha/ SENTADOS: Andrea Celeste de la Rosa Pérez, Liliana Milet Pérez Pérez, Fátima Lizette Gómez Espinosa, Sandy Yaneth Gutiérrez Ruedas, Daniela Gamboa
Moscoso Sara Elizabeth Guzmán Aguilar, Rosa Indira Cruz Villanueva, Ileana Guadalupe Navarro Pinto,Verónica del Carmen González Corzo, Jessica Cecilia Trinidad Navarro Pinto
/ DE PIE:Víctor Daniel Hernández Martínez, Javier Alejandro Mejía Ozuna, Carlos Ignacio Bautista Ortega, Osciel Guillermo Domínguez Diego, Andrés Aguilar Alvarado, Juan José
Solórzano Marcial, César Alberto Dominguez López, José Roberto Espinosa Ramírez, Jorge Alejandro Martínez Flores. Director de la Facultad de Humanidades: Rafael de Jesús
Araujo González, Docentes: Sergio Nicolás Gutiérrez Cruz, Carlos Sergio Montesinos Kramsky, Padrino de generación: Mario Eduardo Valdez Gordillo (total de egresados: 25).
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /7
Chiapas: independencia y federación a la República Mexicana
Arturo Corzo Gamboa
Marco normativo de las elecciones
municipales en Chiapas: 1812-1917
Marco Antonio Santiz Mérida
Diagnóstico y propuestas para el rescate de los archivos
municipales de la antigua provincia zoque de Chiapas
Henry Moguel Villatoro
Plática con don Alfonso Cruz Arias
Ana Esperanza Núñez Ruiz
Una lectura del marxismo después de la caída de
la URSS: los nuevos movimientos sociopolíticos
Ulises Alberto Rincón Zárate
La experiencia del fascismo italiano en Chipilo:
el resguardo de un patrimonio cultural y local
Viridiana Rivera Solano
Al-haraka baraka: Un acercamiento general a la
inmigración libanesa y su participación en el México
porfirista: 1885-1910
Cristian Alexis Lozada Pedraza
Reseña
Sergio Valerio Ulloa
Foro El Carmen, San Cristóbal de Las Casas. Registro al
Encuentro Nacional de Estudiantes, Octubre de 2014
Vista parcial, Foro El Carmen, SCLC. Encuentro Nacional de
Estudiantes, 2014
PRIMERA SECCIÓN
8/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Chiapas: independencia y federación a la
República Mexicana
Arturo Corzo Gamboa*
A mi maestro
Manuel Cal y Mayor Redondo,
porque lo que recibí en sus clases
fue más que “un granito de arena”
L
os años en que Chiapas declaró su independencia y pasó a formar parte del Imperio
Mexicano y de la República Mexicana, sucesivamente, mostraron aspectos interesantes muy
ligados a la Capitanía General de Guatemala, pues
en 1821 Chiapas era una de las intendencias que la
componían. A su vez, la intendencia chiapaneca estaba dividida en doce partidos (hoy decimos municipios o distritos) que eran los siguientes: Ciudad
Real, Huixtán, Ixtacomitán, Tuxtla, Simojovel o
Huitiupán, Ocosingo, San Andrés o Coronas, Palenque, Tonalá, Soconusco, Comitán o los Llanos
y Tila. Anteriormente Soconusco había sido una
gobernación que estuvo sujeta a las autoridades residentes en la ciudad de Guatemala, integrándose a
Chiapas al finalizar el siglo XVIII, a raíz del establecimiento de las intendencias en la época del rey
Carlos III.1
Los agricultores, ganaderos y artesanos chiapanecos mantenían relaciones comerciales permanentes y de gran dinamismo con los oaxaqueños,2
intercambiando productos y haciendo circular una
buena cantidad de dinero en la región. Esa economía de actividad constante les redituaba un provechoso margen de ganancias y era una fuente de
empleo apreciada por unos y otros.
Los momentos culminantes de la historia de
Chiapas desde 1821 hasta 1824 pueden reducirse a tres: a) independencia (1821), b) separación
de la Capitanía General de Guatemala (1821) y, c)
* Historiador chiapaneco. Doctor en Historia por la UNAM.
agregación a México –primero como una anexión
espontánea al Imperio Mexicano (1821-1823) y luego como una federación a la República Mexicana
(1824) llevada a cabo mediante un proceso que se
organizó procurando la participación de todos los
pueblos y partidos chiapanecos a través de sus representantes–. Esos hechos de tanta significación
histórica en el área se presentaron como consecuencia directa de la declaración de independencia en la
todavía Nueva España (1821) por obra del entonces
coronel Agustín de Iturbide. La consumación iturbidista del 27 de septiembre de 1821 alteraría la vida
cotidiana de las provincias centroamericanas, pues
en el transcurso de unos cuantos meses se produjeron grandes cambios históricos, políticos y sociales,
y dichas provincias quedaron en espera del desenlace que tendrían los acontecimientos en el nuevo
país que el libertador Iturbide se había propuesto
constituir. Los cambios que se experimentaron en
1821 en la capitanía despertaron, como ya había
ocurrido en 1808, el interés de los habitantes de las
principales ciudades, y hasta de las pequeñas, en los
asuntos de la administración pública; fue tan intenso el entusiasmo de los centroamericanos que, una
buena parte de ellos, decidió participar en la reorganización de la estructura política administrativa
que durante siglos había regido y que aún regía en
las provincias. Esta actitud constituía una diferencia palpable respecto del estado de cosas que se vivió durante el dominio español, si se considera que
el centralismo que imperó durante trescientos años
generalmente vio con recelo la injerencia de la sociedad en los asuntos gubernamentales de la monarquía; “los vasallos nacieron para callar y obedecer”,
se decía entonces, sin reflexionar en que el hombre
había sido convertido en un esclavo declarado: todo
por la conservación del absolutismo real.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /9
Es incuestionable que la independencia de la
Nueva España y la fundación del Imperio Mexicano
propiciaron la independencia en las provincias de la
capitanía, en las que no fue necesario que ocurriera una guerra civil para conseguirla. En la práctica,
cada ayuntamiento la proclamó aprovechando la
circunstancia de que no había ninguna oposición
militar española en la región; es decir, lo hicieron
cuando declarar la independencia era consumarla
sin disparar un tiro; esto sucedió así porque fueron
las autoridades mismas las que la proclamaron, sabedoras de que en su comarca no había una fuerza
militar que pudiera y quisiera oponérseles. Es muy
importante que, hoy en día, casi dos siglos después
de tales sucesos, veamos con claridad que la rebelión fraguada por los criollos en la Nueva España
fue inevitable en 1810 porque la grandeza de la metrópoli estaba llegando a su final. Ninguna rebelión
habría triunfado cincuenta años antes. La pregunta
obligada es: ¿por qué se derrumbó el dominio hispano en el mundo? Parte de la respuesta es que otras
naciones como Gran Bretaña, Francia, Holanda
y Estados Unidos estaban en camino de alcanzar
un alto nivel de desarrollo industrial, comercial y
militar superior al de España, que se rezagó en esa
carrera y no tuvo arrestos para contener los embates de tan formidables rivales. Aquellas naciones se
preparaban para ocupar el lugar que España, débil
y muy atrasada en industria y comercio, les dejaría
en Hispanoamérica. Desde 1808, con la invasión
napoleónica a la península ibérica, el equilibrio de
fuerzas cambió en el mundo y, para 1821, era ya una
realidad que España había perdido todos sus territorios, con excepción de Cuba, Puerto Rico, Guam
y Filipinas.
Los acontecimientos vividos en las provincias
de la capitanía centroamericana han sido estudiados y presentados al público en folletos, libros y
otros medios como los periódicos y las revistas en
que los escritores y los historiadores, unos profesionales y otros, la mayoría, aficionados, han tratado
de comprenderlos. Cabe aquí la aclaración de que
tan loable labor historiográfica arrancó en el momento en que algunos contemporáneos de los hechos pensaron y escribieron lo que, a su juicio, los
explicaba con amplitud.3 Esta abundante narrativa
historiográfica adolece de graves defectos, principalmente la que se produjo desde que se presentaron los cambios hasta los años setenta del siglo XX,
pues es notable la parcialidad con que algunos de
sus autores comprometieron las conclusiones a las
que llegaron: los guatemaltecos dicen que Chiapas
y Soconusco les fueron arrebatados ventajosamente
por México; en tanto que chiapanecos y mexicanos
afirman que ambos territorios se unieron por su
propia voluntad a este país. Por supuesto que todos
utilizan los documentos que han estado a su alcance, pero son muy diversas las interpretaciones que
dan a su lectura y bastante evidente la presentación
manipulada de los acontecimientos para favorecer
su propia versión. De modo que esa visión parcial
y su divulgación más o menos amplia entre los que
han querido saber más de lo que sucedió en aquellos
años impidieron, en cierta forma, la producción de
estudios confiables que hicieran posible un avance y
expusieran las cosas con un criterio menos comprometido. Hoy, en pleno siglo XXI, el apasionamiento
personal está quedando en segundo término al ser
superado por la revisión documental rigurosa de los
hechos y el estudio y valoración imparcial del papel
que representaron los protagonistas de aquellos sucesos que, como ellos mismos pudieron advertirlo
con claridad, eran fundamentales para la historia de
las provincias centroamericanas.
Durante el prolongado decurso de los años coloniales sucedieron varias sublevaciones en algunas
ciudades y poblados de la capitanía;4 los motivos
que movieron a los descontentos van desde el rechazo a las contribuciones económicas demasiado
elevadas o frecuentes que algunos funcionarios públicos o ministros religiosos sin escrúpulos imponían a la gente humilde de las comunidades hasta
la respuesta violenta de los ofendidos al maltrato y
el despotismo de las autoridades civiles inmediatas
cuando sus miembros eran corruptos o incapaces
de desempeñar su cargo con eficiencia.5
La mayor parte de estas rebeliones populares
–motines, asonadas, alborotos, mitotes– que se hicieron sentir con gran intensidad, presentan dos
características distintivas: se circunscribieron al
10/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
pueblo o ciudad donde ocurrieron y ninguna anunció que proclamaría la independencia. Las más citadas en los estudios sobre la independencia son las
que tuvieron lugar en los primeros años del siglo
XIX (muchas de las que se desarrollaron entonces
y en los años anteriores fueron de indígenas), y se
explican porque el orden administrativo que había
impuesto la monarquía española se vio afectado, a
partir de 1808, por la invasión del ejército imperial
de Napoleón Bonaparte a Portugal y España. El que
ésta hubiera sido derrotada con tan alarmante facilidad, puso en claro ante los criollos y peninsulares
de América que había dejado de ser la otrora nación
poderosa que gobernaba con seguridad sobrada sus
provincias de ultramar. En aquel año desestabilizador (1808) los hispanoamericanos contemplaron
cómo iba siendo realidad la destrucción del poderío
español, al que nunca imaginaron destrozado por
otra nación, salvo los reveses que le había hecho
padecer Inglaterra. Dos años después, impulsados
por la insurrección del padre Hidalgo en la Nueva
España, los centroamericanos mostraron su descontento, y sus protestas se revistieron de un cariz
más atrevido,6 manifestándose abiertamente en el
ayuntamiento de la ciudad de Guatemala por las
reclamaciones que algunos grupos hicieron al capitán general respecto de sus derechos civiles, además
de que pretendieron negar su reconocimiento a la
Regencia del reino español. Esas acciones no tuvieron ningún efecto sobre el resto de la población, ni
proclamaron la independencia; tampoco sus consecuencias rebasaron los límites del lugar donde sucedieron. En Ciudad Real algunos inconformes llegaron al extremo de atentar contra el asesor ordinario
del intendente7 y en San Salvador quisieron deponer a las autoridades peninsulares y sustituirlas
por criollos, según afirman algunos historiadores,
aunque otros señalan que se proponían dar el grito
de libertad, para lo que no se cuenta con pruebas
confiables. De nuevo en San Salvador fue descubierta una especie de conspiración que se creyó podría
llegar a convertirse en una rebelión peligrosa; la habían organizado unos criollos admiradores del cura
vallisoletano José María Morelos, que en ese tiempo
estaba en pie de guerra en la Nueva España. En León
de Nicaragua, como una secuela de los sucesos de
San Salvador, la gente se sintió motivada y depuso
al intendente y a otros funcionarios peninsulares.
Tampoco esta vez se trató de la independencia y
no existen pruebas en las que conste la intención
de constituir un país libre. La sublevación que alcanzó mayor resonancia en ese tiempo fue la de
Granada, en Nicaragua, cuyos habitantes exigieron
la renuncia de todos los funcionarios peninsulares,
pero nunca anunciaron una acción emancipadora.
En la llamada “conspiración de Belén”, descubierta
en 1813 en la ciudad de Guatemala, los implicados
criticaban al gobierno y leían las proclamas del cura
Morelos. Pero estos conspiradores no pasaron de
hacer planes con los buenos deseos que los inspiraban, y sus proyectos no maduraron lo suficiente
como para intentar la expulsión de los peninsulares
en beneficio de los criollos, mucho menos para proclamar la independencia. No ha faltado un historiador que calificó de exagerada la importancia que se
atribuyó a esta conspiración.8
Es relevante el hecho de que, desde entonces y,
más señaladamente, desde 1815, estas inquietudes
y conatos de rebelión prohijados por los criollos
dejaran de producirse, lo que se explica, en parte,
por la decadencia en que había caído el movimiento
armado independentista novohispano y por el fusilamiento de Morelos en diciembre de ese año. Este
evidente apaciguamiento permitió al gobierno de la
Nueva España recuperar el control de la situación,
imponiendo con más empeño el sistema colonial
que irradiaba a todo el virreinato desde la ciudad de
México. En realidad el gobierno español nunca se
vio acorralado por la insurgencia, excepto en 1810,
cuando el numeroso ejército de Hidalgo derrotó a
los realistas en el Monte de las Cruces, quedando
la ciudad de México a su merced. Ante la falta de
caudillos y de algún ejército libertador que peleara
por la independencia, es indiscutible la afirmación
de que Centroamérica, empezando por Comitán, en
Chiapas, declaró su independencia aprovechando la
consumación que Iturbide logró en la Nueva España.
Volviendo al año crucial de 1808 y los que le siguieron, la vida de los centroamericanos en lo que
respecta a lo político y administrativo fue notable-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /11
mente alterada, como nunca antes les había ocurrido; dicha alteración se manifestó desde que se
enteraron que el emperador Bonaparte era dueño
absoluto del gobierno de España, donde entronizó
a su hermano mayor como José I, y que los españoles estaban decididos a expulsarlo de la Península
mediante el sacrificio y el valor de la resistencia
popular coordinados por las juntas de gobierno
que surgieron en muchas ciudades españolas. En la
capitanía hubo muestras de lealtad a España y su
monarquía,9 aun cuando ambas solo eran conceptos
abstractos para el grueso de la población, que las
respetaba como una tradición heredada de las generaciones pasadas. Ya sin rey y con la carga del liberalismo que para entonces se había extendido por
el mundo, los españoles convocaron unas Cortes10
que se reunieron en Cádiz para discutir los problemas no solo de España sino de la monarquía toda,
incluyendo las provincias de América y la asiática
Filipinas.
Atendiendo la convocatoria que publicó la Regencia, en la capitanía guatemalteca fueron elegidos
seis diputados que atravesaron el Atlántico para
representar a sus respectivas provincias en las Cortes: Guatemala, Chiapas, Honduras, San Salvador,
Nicaragua y Costa Rica mandaron sus diputados
al Congreso organizado por los defensores de la
monarquía española. Cada diputado llevó consigo
las peticiones –no exigencias– que iban desde el
trabajo, contribuciones, diezmos, educación, demarcaciones territoriales de las órdenes religiosas,
comercio, caminos, navegación en ríos y mares,
construcción de canales interoceánicos, hasta la petición de que fueran atendidos los grupos indígenas
que vivían en un estado de postración humillante,
como fue el caso de algunas comunidades chiapanecas expuesto por el diputado Mariano Nicolás
Robles Domínguez de Mazariegos.11
La intervención de los diputados de la capitanía
en las Cortes gaditanas, aunque no haya sido un detonante para los movimientos sociales que después
aparecerían en cada rincón de su respectivo terruño, sí logró generar una etapa de preparación para
las acciones que en los años siguientes emprenderían los grupos de poder en sus provincias. Las fa-
cilidades que encontraron en Cádiz12 esos diputados para imprimir sus instrucciones y memorias,
su participación parlamentaria a voz en cuello y la
libre presentación de sus quejas, propuestas y peticiones, muestran que en la ciudad y su isla se vivió
un ambiente que les permitió hacer uso de unos derechos que en algunos países europeos y en Estados
Unidos ya disfrutaban sus ciudadanos, por la significativa razón de que habían dejado de ser vasallos en
el estado moderno.
Los diputados del mundo hispano que participaron en las Cortes de Cádiz vivieron en plenitud
el inolvidable momento en que dieron por terminada su labor legislativa y firmaron, el 18 de marzo de
1812, la Constitución política de la monarquía española,13
código histórico que promulgarían el día siguiente,
no obstante que los franceses aún hollaban el suelo
de España.
Las firmas de los diputados centroamericanos
están estampadas después del último artículo, el
384, en el orden siguiente y entre las de los diputados de las demás provincias: Florencio Castillo,
por Costa Rica; José Antonio López de la Plata, por
Nicaragua; Antonio Larrazábal, por Guatemala;
José Ignacio Ávila, por San Salvador; José Francisco Morejón, por Honduras, y Manuel de Llano, por
Chiapa (así, sin la s final). El diputado chiapaneco
Robles Domínguez de Mazariegos aún no llegaba
a Cádiz en los días de la firma y promulgación de
la Constitución; sus gestiones las haría después y
obtendría algunos resultados favorables para su
provincia.
Dos años después de la histórica promulgación,
debido al desenlace negativo que para ellos tuvo la
guerra en el resto de Europa, los franceses se vieron
obligados a retirarse de España, lo que permitió a
Fernando VII recuperar el trono en 1814. Este rey,
una vez instalado, no mostró el menor agradecimiento a los valientes españoles, hispanoamericanos y filipinos que habían defendido su derecho
legítimo al trono, y derogó la Constitución, acción
que provocó una rebelión generalizada, al despreciar los peligros que aquéllos habían padecido (por
la amenaza militar francesa y la epidemia mortal
que asoló Cádiz) cuando la discutieron, artículo
12/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
por artículo, hasta que la promulgaron para todo el
mundo español el 19 de marzo de 1812. Por esa orden de corte tiránico que dictó Fernando VII, constitucionalistas y absolutistas estuvieron en guerra
durante seis largos años, hasta que triunfaron los
primeros en 1820. En consecuencia, fue restaurada
la Constitución liberal y, con ella, el régimen monárquico constitucional. Es a partir de ahí que se
desencadenó, como una reacción incontenible en la
América española, a instancias de los peninsulares
y algunos criollos de buena posición social y económica que rechazaron el orden constitucional, la
última etapa de la guerra de independencia.
En la Nueva España, al restablecerse el constitucionalismo, tomó forma la oposición de los peninsulares y, por diversos factores que se combinaron,
el coronel Iturbide, con su propio talento e iniciativa oportuna, consumó la independencia en 1821.
Ese triunfo y las insinuaciones que Iturbide hizo al
capitán general, brigadier Gabino Gaínza, para que
se decidiera por la independencia, orillaron a los
funcionarios de la Capitanía General de Guatemala,
que hasta ese momento se habían limitado a esperar
el desenlace que en el virreinato novohispano y en la
América del Sur tuviera la guerra, a considerar que
había llegado el momento de sacudirse el dominio
español, sobre todo cuando la presencia política y
militar de la metrópoli parecía liquidada.
Iturbide publicó su Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821 y, en los siguientes cinco meses, nada ocurrió en la ciudad de Guatemala ni en las provincias
de la capitanía; por el contrario, durante ese periodo
crucial las autoridades hicieron todo lo que pudieron para que sus gobernados fortalecieran los votos
de obediencia y fidelidad que debían al rey, y declararon, siguiendo el ejemplo del virrey de la Nueva
España,14 traidor a Iturbide, reprobando su acción
emancipadora.15 Así tenía que ser, pues las autoridades nombradas por la monarquía española nunca
aplaudirían un plan que las estaba relegando. La independencia en la Nueva España se acercó a su consumación cuando en agosto el jefe político superior
y capitán general –no virrey– Juan O’Donojú, recién
llegado a Veracruz, se puso de acuerdo con Iturbide y ambos firmaron los Tratados de Córdoba, en
los que daban por hecho que España reconocería la
existencia independiente de su antigua posesión y
ratificaría dichos tratados.
Puede decirse que el tránsito de la Colonia a la
independencia en la capitanía guatemalteca pasó por
dos etapas en un tiempo muy breve: la primera, bajo
el peso ideológico del Plan de Iguala, publicado por
Iturbide el 24 de febrero de 1821, que sus dirigentes
seguramente comentaron con cierta amplitud y, la
segunda, seis meses después, el 24 de agosto, cuando
Iturbide y O’Donojú firmaron los Tratados de Córdoba. En ambos documentos se anunció la fundación de
un nuevo país con el nombre de Imperio Mexicano.
En Centroamérica, en un primer momento, las autoridades no se adhirieron al Plan de Iguala, quizás
porque prefirieron esperar que el movimiento iturbidista lograra consolidarse; además de que no había
en el istmo una oposición violenta entre gobierno y
alguna facción insurgente que las obligara a precipitar las acciones. Pero los Tratados de Córdoba y la
inminente entrada del Ejército Trigarante a la ciudad
de México hicieron que el gobierno central de la capitanía y de las principales ciudades y poblaciones
de las provincias viera con simpatía el tan anunciado
cambio político que llegaba incontenible.
De modo que en toda la capitanía se observó
un compás de espera bastante prudente hasta que,
unos días después de la firma de los Tratados de
Córdoba y sin contar con un ejemplar del documento, es decir, sin conocerlo, el ayuntamiento de
la ciudad de Comitán, en la intendencia de Chiapas,
se atrevió a declarar el 28 de agosto la independencia de la ciudad y su comprehensión,16 es decir, de todo
el partido de Comitán, llamado también los Llanos.
Esa declaración corresponde solo al partido de Comitán, no a toda la intendencia de Chiapas. Participaron en la reunión de ese día varios individuos y
firmaron el acta once miembros del ayuntamiento,
sin que a ninguno de ellos pueda adjudicársele un
papel protagónico y menos el calificativo de “padre de la independencia de Chiapas” porque, como
antes dije, el documento refiere únicamente a Comitán. Debe quedar muy claro que el acta comiteca
fue una declaración, no un llamado a las armas. Su
importancia histórica, no obstante su índole local,
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /13
radica en que fue la primera de una docena de declaraciones independentistas que aparecieron en
Chiapas y en el resto de la capitanía.
El ayuntamiento comiteco dio aviso de su declaración a las autoridades de la intendencia, con sede
en Ciudad Real, y éstas decidieron seguir sus pasos,
pero esta vez en nombre de toda la provincia, haciendo valer su condición de ciudad capital; es casi
seguro que, para entonces, los ciudadrealeños tampoco conocieran los Tratados de Córdoba, pues los
documentos que emitieron refieren solo al Plan de
Iguala. Es notable el hecho de que las autoridades
de Comitán no hayan esperado la entrada triunfal
del Ejército Trigarante a la ciudad de México y la
consumación de la independencia para sumarse al
regocijo mexicano y, entonces sí, a la segura, promulgar su declaración. Pero más notable es aún el
que los ciudadrealeños introdujeran un agregado en
el acta de la toma de juramentos a sus funcionarios:
anunciaron implícitamente, desentendiéndose de
su condición de provincia perteneciente a la Capitanía General de Guatemala, que la intendencia de
Chiapas formaba parte del Imperio Mexicano.17
Lo que siguió en las demás provincias de la capitanía fue una repetición de lo acontecido en Chiapas, pues en varias poblaciones sus ayuntamientos
declararon la independencia y, en algunos casos,
su anexión al imperio. Esta circunstancia se vio favorecida por el empeño que Iturbide mostró para
que esas provincias se integraran a la nación que
se había propuesto forjar. El vallisoletano se beneficiaba de los informes que le enviaban los agentes
que comisionó y de los colaboradores que, desde la
ciudad de Guatemala, le hacían saber el sentir de
sus habitantes y la seguridad de que apoyaban la
agregación al Imperio Mexicano. Cabe aquí señalar
la excelente labor que desempeñó el teniente coronel Manuel Mier y Terán en Chiapas, desde donde
informó a Iturbide de la voluntad que mostraban los
chiapanecos de unirse al imperio; aunque le aclaró
que tal inclinación obedecía a conveniencias económicas,18 describiendo el carácter de sus habitantes y
el comercio que mantenían sobre todo con Oaxaca.
Los dirigentes centroamericanos no sospecharon que el poder político de la capitanía entraría en
un proceso de cambio, que sería irreversible, a partir del 15 de septiembre de 1821, día en que, presionados por los sucesos de Chiapas, el capitán general
Gaínza y sus allegados firmaron el acta de independencia de la ciudad de Guatemala,19 la que, según
varios autores, fue redactada por el hondureño José
Cecilio del Valle.20 Estas declaraciones fueron proclamadas por las autoridades que el gobierno colonial había constituido con anterioridad y que aún
estaban en funciones, no por un ejército libertador
que hubiera conseguido la independencia venciendo en algunas batallas a los españoles. Pese a tan
favorable coyuntura, el capitán general y los funcionarios del gobierno declararon la independencia de
la ciudad de Guatemala únicamente; es difícil intentar al menos saber por qué no se atrevieron a hablar
por todas las provincias, pues tenían el derecho de
hacerlo, ya que constituían la autoridad máxima de
la capitanía.
Para ganar tiempo y dar una respuesta satisfactoria a Iturbide, sin arriesgar la integridad territorial de la capitanía, el gobierno guatemalteco convocó un Congreso que se reuniría el 1 de marzo de
1822 para “decidir el punto de independencia”. El
hecho de que la declaración de la ciudad de Guatemala conservara el aparato administrativo que
venía ejerciendo el poder, sin hacer ni proponer el
menor cambio hasta que el Congreso convocado
determinara lo conducente, además del “mal ejemplo” de Chiapas, provocaron que el control sobre
las provincias, que hasta esos días habían tenido las
autoridades centrales, se debilitara sobremanera.
En las semanas siguientes algunos ayuntamientos
de la región redactaron sus respectivas actas de independencia y hasta anunciaron que se adherían al
Imperio Mexicano.
En el acta guatemalteca se dispuso, en nombre
de todas las provincias, la formación de una Junta
Provisional Consultiva, para la que fueron designados sus integrantes, entre ellos Antonio Robles, que
representaría a Ciudad Real, es decir, a Chiapas. El
propósito de las autoridades centroamericanas era
contar con un órgano de gobierno que coordinara
las acciones de todas las provincias ante la transformación que se estaba experimentando. En rea-
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lidad, el que el gobierno centroamericano no haya
anunciado que se adhería a la nación mexicana y
que intentara mantener la unión de sus provincias
mediante la formación de una Junta y la convocatoria para que se reuniera un Congreso, además de
otras disposiciones, no constituía una ofensa para
los chiapanecos; pero esa actitud organizadora y un
tanto precavida, fue la causa de que en Ciudad Real
apareciera un rechazo franco al gobierno de la capitanía. Con el propósito de que su oposición cobrara
fuerza y se consolidaran sus planes, la Diputación
Provincial de Chiapas nombró un comisionado –el
cura de Huixtán, Pedro José Solórzano– para que se
trasladara a la ciudad de México, donde gestionaría
la separación de su provincia de la Capitanía General de Guatemala y su anexión al Imperio Mexicano.21 La insistencia de las autoridades de Chiapas,
que residían en Ciudad Real, de anexar su provincia
al imperio separada de la capitanía, aun cuando ésta
hiciera lo mismo, revela que querían zafarse a toda
costa del control gubernamental de la ciudad de
Guatemala, actitud que compartían con ellas otras
provincias de la región. Los ciudadrealeños persistirían en ese intento separatista hasta conseguir la
unión definitiva a México. La capitanía sufrió así el
primer golpe de la desmembración o cercenamiento
territorial, el cual le anunció el destino que le aguardaba respecto de la dispersión que en un futuro no
muy lejano decidirían las demás provincias.
Por su parte, el gobierno centroamericano al
mando del brigadier Gaínza, organizó una consulta entre los ayuntamientos de la capitanía para
que respondieran, en nombre de los habitantes de
su jurisdicción, si querían formar parte del Imperio
Mexicano; el recuento mostró que la mayoría de los
cabildos aceptó agregársele. Así fue como, de manera precipitada y nada democrática, el 5 de enero
de 1822 las autoridades de la ciudad de Guatemala
anunciaron el resultado de aquella encuesta y convirtieron a las provincias de la capitanía en territorio
mexicano.22 Como un caso paralelo, unos días después, el 16 de enero, la Regencia del Imperio expidió
el decreto23 de aceptación de Chiapas, separada de
la capitanía, como una de sus partes integrantes.
Para proteger la independencia de la región y
consolidar la unión de la nueva extensión territorial que había adquirido el imperio, Iturbide ordenó
que una pequeña fuerza militar de aproximadamente quinientos soldados se preparara en Oaxaca,24 en
los últimos meses de 1821, y que luego avanzara, al
mando del general Vicente Filisola, hasta Chiapas,
para que después continuara su marcha a la ciudad
de Guatemala. Iturbide había nombrado a Filisola
jefe de aquella tropa expedicionaria, a pesar de que
Mier y Terán le había solicitado que le permitiera
hacerse cargo de la organización de aquellas provincias.25 Es difícil saber si Mier, antiguo insurgente
en la guerra de independencia mexicana y, por lo
mismo, rival de Iturbide en esa lid, habría cumplido
mejor que Filisola la delicada misión que el caudillo de Iguala diseñó para lo que aún era la Capitanía
General de Guatemala.
En su recorrido los soldados mexicanos no encontraron oposición alguna: solo San Salvador26 fue
sometido por las armas a principios de 1823, cuando el imperio estaba a punto de derrumbarse. Ese
triunfo de aquel incipiente imperialismo mexicano
fue intrascendente, pues en esos días también le llegó a Iturbide la hora de la abdicación. Ya sin Iturbide en el poder, la capitanía se separó de México con
extrema facilidad, y en ello mucho tuvo que ver el
decreto27 que el general Filisola publicó en la ciudad
de Guatemala el 29 de marzo de 1823, quedando la
provincia de Chiapas como un solitario territorio
entre dos estados que habían preferido el camino de
la república.
Esta nueva sacudida política hizo que los dirigentes de Chiapas, notoriamente los de Ciudad
Real, insistieran en que seguían formando parte de
México, país que no era más un imperio sino una
república en ciernes. En perjuicio de esa disposición
de los chiapanecos y, seguramente sin darse cuenta de su desatino, los legisladores republicanos de
México decretaron28 que lo que se había hecho en
los tiempos de Iturbide, fundamentalmente el Plan
de Iguala y los Tratados de Córdoba, amén de otras
disposiciones entre las que debería incluirse el decreto del 16 de enero de 1822 expedido por la Re-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /15
gencia, eran ahora insubsistentes… y prácticamente
echaron a Chiapas de la nación mexicana.
Los chiapanecos formaron entonces, en junio de
1823, una Junta de gobierno29 en cuya primera sesión, a la que asistieron diez de los doce representantes de los partidos, se propuso resolver el punto
de si aún subsistía el pacto de unión a México. A
la hora de la crucial decisión los representantes no
pudieron llegar a ningún resultado concreto porque la votación resultó empatada. Así las cosas,
el 31 de julio la Junta Suprema expidió el llamado
decreto “de bases”30 en el que declaró que Chiapas
era libre e independiente de México y de cualquier
otra autoridad, y anunció que se celebraría un “pronunciamiento” de reincorporación bien a México o
a Guatemala, llamando Guatemala31 –por la costumbre inveterada– al recién nacido país denominado
Provincias Unidas del Centro de América. La nueva
nación era una república federal que la Asamblea
Nacional Constituyente, reunida en la ciudad de
Guatemala, había fundado el 1 de julio. Es innegable
que mexicanos y centroamericanos estaban interesados en que su respectivo territorio se extendiera
hasta Chiapas y Soconusco.
El gobierno de las Provincias Unidas del Centro
de América se vio obligado a intervenir en los asuntos de Chiapas cuando Lucas Alamán, en su carácter de secretario de Relaciones Exteriores de México ordenó,32 equivocadamente, al general Filisola
–que para entonces se había retirado de la ciudad de
Guatemala y estaba en camino a la ciudad de México– que, a su paso por Ciudad Real, disolviera la
Junta Suprema Provisional Gubernativa de Chiapas
y repusiera en sus funciones a la anterior Diputación
Provincial, la que había gobernado cuando Iturbide
estaba en el pináculo. Esa acción innecesaria y torpe
del secretario Alamán, basada en su creencia de que
la anterior Diputación Provincial era partidaria de
México y que la Junta Suprema de esos días tendía
hacia la República Centroamericana, provocó una
protesta que se materializó en el Plan de Chiapa
Libre,33 en octubre de 1823, en el que comitecos y
tuxtlecos exigieron la salida de los soldados mexicanos del territorio chiapaneco y la reposición de la
Junta Suprema, además de insistir en que Chiapas
era una provincia libre, según el decreto “de bases”
publicado en julio anterior. En esa circunstancia fue
muy natural que se enfrentaran los que preferían
permanecer unidos a México y los que trataban de
volver al seno de las provincias centroamericanas.
Es innegable que éstos vieron en la proclamación
del plan una buena oportunidad para su causa, y
se agruparon en torno a él; pero no hay que olvidar
que dicho plan fue provocado por un error de Alamán y que fue anterior a cualquier partidismo, independientemente de que declarara libre a Chiapas
de México y exigiera que los soldados mexicanos
salieran de su territorio. No obstante, la afirmación
de que la provincia nada tenía que ver con México,
sirvió a los partidarios de este país para calificar a
los sostenedores del plan como simpatizantes del
gobierno centroamericano, aun cuando la imparcialidad del documento era inobjetable.
Por las presiones del Congreso mexicano y, obedeciendo sus órdenes, el general Filisola abandonó
Ciudad Real y dejó cien soldados al mando del coronel Felipe Codallos. Esta minúscula guarnición
mexicana presenció el triunfo pleno del Plan de
Chiapa Libre, que exigía su pronta salida de la provincia. Siguiendo los pasos de Filisola, la pequeña
tropa de Codallos también se retiró de Ciudad Real
y dejó la provincia en manos de su propio gobierno,
es decir, de la Junta Suprema, que fue reinstalada
y continuó ejerciendo sus funciones. Con el propósito de resolver el estado fluctuante de Chiapas
entre las dos repúblicas vecinas y de que se federara
a una de ellas, habiendo antes reconocido que no
contaba con los recursos suficientes para erigirse
en nación,34 la Junta publicó, en diciembre de 1823,
una circular35 en la que pedía a los ciudadanos que
mandaran sus observaciones, escritos, informes o
memorias en que expresaran su deseo de ser de México o de Guatemala, incurriendo en la ligereza de llamar Guatemala a las Provincias Unidas del Centro
de América, de las que la provincia de Guatemala
formaba parte.
La respuesta de los representantes de los doce
partidos chiapanecos no fue conocida con la rapidez que se esperaba, pues algunos de ellos no
acudieron a Ciudad Real a entregar las actas y los
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expedientes de los pueblos de su respectivo partido, viéndose obligada la Junta, integrada en esos
momentos con los representantes que estaban en
la ciudad, a publicar una nueva circular,36 el 24 de
marzo de 1824, en la que repitió la expresión ser de
México o de Guatemala y la indicación de hacer los
“pronunciamientos” para federarse a una u otra
república. El mecanismo a seguir resultó ser muy
sencillo, pues en esta segunda circular la Junta delimitó su compromiso como órgano de gobierno al
decir, por primera y única vez, que luego de saber a
qué nación querían federarse los habitantes de los
pueblos y partidos, “no harán otra cosa los representantes que componen esta Junta […] que declarar solemnemente el pronunciamiento, conforme a
la base de la población…”, y entregar a la nación favorecida “testimonio de todos los comprobantes…”
De ahí la importancia del número de habitantes que
en el padrón de población, que aún no se instrumentaba, se atribuiría a cada pueblo y partido, y de
ahí también que lo más indicado era nombrar desde ese momento la comisión encargada de poner al
día el padrón de población y darlo a conocer a cada
representante de partido. Esto no ocurrió así, y los
representantes no se enteraron del número de sus
representados asentado en el padrón que serviría
de base al cómputo final hasta pocos días antes de
que se elaboraran las actas del 12 y 14 de septiembre
de 1824. Los apuros para que los chiapanecos manifestaran su decisión se debieron a que en la ciudad
de México el Congreso trabajaba en la elaboración
de la Constitución política de la república federal, y
su promulgación estaba muy próxima; era pues, urgente, saber si Chiapas estaría entre los estados que
integrarían el nuevo país para incluirla en el artículo
correspondiente.
La Junta Suprema residía en Ciudad Real y estaba formada por los doce individuos que representaban a cada uno de los partidos que componían la
provincia. De manera que ellos fueron los encargados de formar los expedientes de sus representados
y de entregarlos a la Junta, es decir, a sí mismos.
Para llenar las actas respectivas los representantes
debieron organizar reuniones de vecinos en los pueblos de sus partidos o entrevistar a los que sabían
leer y escribir, los que hablaban español, los pequeños propietarios, comerciantes, abogados, médicos,
curas, indígenas monolingües y bilingües de comunidades apartadas, etcétera, ya que, de no hacerlo
así, la decisión que asentaran sería a título personal;
sin embargo, debe reconocerse que ambas tareas representaban una misión difícil, llena de obstáculos.
De alguna manera, y sin que estuvieran presentes
todos o la mayoría de sus representados para que
deliberaran sobre el “pronunciamiento” que emitiría, el representante llenó, cumpliendo con su
función, la documentación correspondiente. Por
el mal estado de las vías de comunicación se puede suponer que los habitantes de los doce partidos
tampoco pudieron intercambiar impresiones, eliminándose la posibilidad de que formaran alianzas o
grupos que siguieran una determinada tendencia,
excepto en el caso de Ciudad Real y Comitán, que
se “pronunciaron” al alimón y permanentemente
por México. Otro es el caso de los representantes,
pues éstos tenían la posibilidad de encontrarse en
Ciudad Real.
En los últimos días del proceso la Junta formó
dos comisiones37 de tres miembros cada una para
que se encargaran, la una, de inspeccionar los padrones o listas en las que estuviera el número de habitantes de cada pueblo o ciudad y, la otra, de revisar
las actas de los “pronunciamientos” de los pueblos
y partidos de la provincia. Los seis miembros de las
comisiones eran de diferente opinión en cuanto a la
federación que preferían, pues tres de ellos eligieron
a México, dos a las Provincias Unidas del Centro
de América y uno hizo saber que los pueblos de su
partido se repartieron entre México, las Provincias
Unidas y por ser independientes de ambas repúblicas. De estos individuos, los tres que prefirieron a
México eran miembros de la misma comisión, de la
que se encargaría de inspeccionar las actas de los
“pronunciamientos”. La otra, la que estaba encargada de la inspección de los padrones, basó su trabajo
en el padrón que se había utilizado en 1821. Algunos
estudiosos del tema han afirmado que esta comisión
“infló”38 las cifras para dar un total de 172,953 “almas” a la provincia, cuando los censos que se habían
practicado unos años antes, y aun después, solo le
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atribuían alrededor de 130,000;39 en realidad, si acaso hubo una intención preconcebida y manipuladora, nunca podrá saberse con certeza, aunque 40,000
agregados arbitrariamente es demasiado hasta para
suponer ingenuidad. Pero se cuenta con otros datos que permiten comprobar ese aumento, como el
que, once años antes, en 1813, asentara el diputado
Robles Domínguez de Mazariegos en su Memoria
histórica de la provincia de Chiapa, una de las de Guatemala,
consistente en que la provincia “pasaba” entonces
de 100,000 habitantes.40 El que los pueblos y ciudades a los que se anotó un mayor número de habitantes resultaran ser los que estuvieron a favor de
México, ha servido de soporte para decir que hubo
manipulación y que se favoreció a este país.
Es evidente el acrecentamiento del número de habitantes fijado a cada pueblo y partido en el padrón,
lo que pudiera deberse –y esta es una explicación
aventurada– a que los dirigentes chiapanecos temieron perder la posibilidad de pertenecer a la federación mexicana si mostraban una población pequeña,
y quisieron evitar el riesgo de que el interés que había
despertado la provincia entre los mexicanos disminuyera o desapareciera. Es solo una conjetura que se
presta a la controversia. Pero esa podría ser una de
las razones que tuvieron para “inflar” las cantidades,
dándose el caso de que esa acción de agrandarlas bien
pudo hacerse con todos los pueblos anotados en el
padrón. El haber procedido de esa manera y con esa
intención explicaría que las comisiones, designadas a
última hora, entregaran sus trabajos a la Junta en los
momentos casi finales de aquel proceso.41
El tiempo en que los pueblos y partidos chiapanecos hicieron sus “pronunciamientos” abarcó desde
diciembre de 1823 hasta septiembre de 1824, contando la ratificación que hizo Huixtán; en ese lapso, los
representantes de los doce partidos de la provincia,
con sus ciento cuatro pueblos, prepararon los expedientes anotando en las actas correspondientes su
decisión. El resultado definitivo fue dado a conocer
por la Junta en un acta42 que firmaron solo 9 de los 12
representantes el 12 de septiembre de 1824, y que fue
favorable a la República Mexicana. Según las cuentas de la Junta, 96,829 “almas” o personas estuvieron
a favor de la federación a la República Mexicana;
60,400 expresaron su preferencia por la “República Guatemalana” (Provincias Unidas del Centro de
América); y 15,724, cifra que no se menciona en el
acta, pero que puede deducirse, fueron consideradas
“indiferentes”. Dos días después, el 14, la Junta proclamó solemnemente, en una segunda acta43 firmada
solo por 8 representantes, la federación de Chiapas
a la Nación Mexicana. El representante de Tuxtla,
capitán Joaquín Miguel Gutiérrez, no firmó este segundo documento, porque salió de Ciudad Real precipitadamente y se dirigió a Tuxtla, cabecera de su
partido. Y es que en Tuxtla se resistieron a aceptar
los resultados asentados en el acta del 12 de septiembre. Queriendo saber más de lo que había sucedido
en Ciudad Real, sometieron a su representante a un
interrogatorio del cual –explicando su participación
y respondiendo las preguntas que le hicieron– salió
airoso.44 Volviendo al proceso de los “pronunciamientos”, el punto más débil del procedimiento seguido fue la utilización del padrón de población en
el que se contaban por igual hombres, mujeres, niños y un gran número de indígenas que no hablaban
español y que no podían comprender cabalmente la
importancia de aquel acto.
Así que los pueblos y partidos donde el padrón
señalaba un mayor número de niños y mujeres, que
por tradición no participaban en la vida política, lo
mismo que indígenas que nada podían saber de los
“pronunciamientos”, pasaron a favorecer el bando
donde los anotaron como simples números. El pueblo de Chiapa (hoy ciudad de Chiapa de Corzo) se
sumó a la protesta45 de Tuxtla; sin embargo, ya nada
cambiaría lo acontecido. Veinte días después, el 4
de octubre, se promulgó en la ciudad de México la
Constitución federal de los Estados Unidos Mexicanos,46
legislación en cuyo artículo 5 están incluidas las
Chiapas como uno de los estados que desde entonces
componen la República Mexicana. Posteriormente
surgieron algunos comentarios que aún atizan el
fuego de la inconformidad o, por lo menos, exhiben las dudas que desde entonces se ventilan. El
chiapaneco Luis Espinosa llamó “muy raro” el procedimiento seguido para determinar el número de
habitantes que se contaron en el proceso, al incluir
hombres, mujeres y niños;47 y el tabasqueño Manuel
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B. Trens comentó que “votaron hasta los lactantes”
en ese “remedo de plebiscito”.48
La oscilación de Chiapas entre la República
Mexicana y la República de las Provincias Unidas
del Centro de América, ocasionada por la abdicación de Iturbide y el yerro cometido por los congresistas mexicanos al declarar insubsistente lo que el
Libertador había hecho, terminó cuando se publicó
la decisión final que dejó a Chiapas del lado mexicano. Quiérase o no, se cumplió la unión para siempre de
Chiapas a México que la Regencia del Imperio, cumpliendo las indicaciones de Iturbide, había decretado
el 16 de enero de 1822. Este cambio de nacionalidad
que dio lugar a las protestas de Tuxtla y el pueblo de
Chiapa, significó para el gobierno centroamericano
un desprendimiento que empañaría sus relaciones
con México durante el resto del siglo XIX.
La idea generalizada de que Guatemala perdió
a Chiapas tiene su origen en esa confusión que ya
antes señalé, producto de la costumbre de decir un
nombre por otro: los chiapanecos se “pronunciaron” para elegir entre la República Mexicana y la
República de las Provincias Unidas del Centro de
América, no entre la primera y Guatemala, no obstante que en los documentos de la época se haya
escrito Guatemala. El caso de Soconusco constituye una excepción sobresaliente al respecto; en su
acta49 escribieron Provincias Unidas del Centro
de América. Cuando la Junta chiapaneca anunció
la federación de la provincia a México, el gobierno
centroamericano, con residencia en la ciudad de
Guatemala, presentó las objeciones siguientes: la
influencia del comisionado mexicano Bustamante
en las decisiones que tomó la Junta y la presencia
de tropas mexicanas en la frontera de Chiapas o la
noticia de que estarían ahí, lo que también influyó
en los miembros de la Junta.50 En un primer momento tales protestas fueron procedentes, independientemente de la consistencia o inconsistencia de
sus argumentos, pues las hicieron las autoridades
federales de las Provincias Unidas; sin embargo,
por el proceso de desintegración de esta república,
que empezó en 1838, una sola de sus ex integrantes,
Guatemala, puso sobre sus hombros el compromiso de continuar las reclamaciones, lo que vino a ser
improcedente. En esta parte de la historia se robustece el argumento de que el gobierno de las Provincias Unidas debió mandar un comisionado, como
le sugirió el secretario de Relaciones Exteriores de
México,51 porque con él hubiera tenido un testigo
de todo lo que ocurrió en Ciudad Real en lo que
concierne a los “pronunciamientos” de los pueblos.
Comparando los resultados numéricos obtenidos
por uno y otro bando, es notoria la ausencia de ese
comisionado, que México sí mandó (el legislador
oaxaqueño José Javier de Bustamante)52 y que llegó
a Ciudad Real el 4 de agosto de 1824,53 porque, si
se hubiera presentado con una anticipación conveniente para el desempeño de su labor, habría ganado adeptos entre la gente que entrevistara o impugnado a tiempo el procedimiento de utilizar la base
de la población fundado en un padrón habilitado al
vapor. Por supuesto que no estaría facultado para
hacer adeptos, como tampoco lo estuvo el de México, pero quizás su sola presencia le hubiera redituado algún beneficio; solo tenía que hacer las veces de
observador y presionar sobre determinados puntos.
Como ya antes expliqué, se ha dicho que la
suma de la población de toda la provincia fue elevada notablemente; no había en el solar chiapaneco
tantas “almas”, como entonces se decía. Esa diferencia señalada en cada pueblo o ciudad permite
afirmar que constituyó un factor determinante en
los “pronunciamientos” a favor de cualquiera de las
dos repúblicas, aunque el beneficiado fue México,
puesto que los pueblos y partidos que se pronunciaron por este país, aparecen en el padrón con un
número elevado de habitantes. En esta parte se ha
dicho que lo mismo pudo hacerse para favorecer a
las Provincias Unidas.54 Este hipotético “manejo”
no estuvo en las manos de los representantes de
cada partido cuando aisladamente preparaban las
actas y expedientes de los pueblos que representaban, y eso fue porque no tenían a la vista el padrón
de población que, en cambio, sí estuvo en las de la
Junta en pleno, de la que eran miembros esos mismos representantes que lo recibieron un día antes
del recuento general. Esta anomalía hizo que ningún representante de partido, aislado, protestara,
y que tampoco lo hiciera en “su” Junta, porque ahí
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /19
otros –tuvieron que haber sido los simpatizantes de
México– manipularon los expedientes y el padrón,
además de que ya no hubo tiempo para discutir o
recomponer la decisión que prevaleció.
Lo anterior explica la participación disciplinada
de esos representantes, porque es obvio que unos
ganaron y otros perdieron, y todos se conocían, pues
eran colegas en la Junta. ¿Qué dijeron los que perdieron?, ¿protestaron acaso? solo los ayuntamientos de
Tuxtla y del pueblo de Chiapa, del mismo partido,
se atrevieron a enfrentar a la Junta, que no ocultaba
su alegría por la federación a México. Esos reclamos
aislados fueron hechos en sus propias comunidades,
no en Ciudad Real. Es decir, no hubo en aquellos días
protestas ni denuncias comprometedoras en la capital chiapaneca, y eso que un buen número de personas no ignoraba la trascendencia que para todos
tenían aquellos históricos sucesos. En lo referente
al exterior, el gobierno de las Provincias Unidas del
Centro de América tomó las cosas con calma; no fue
sino hasta pasado algún tiempo que se manifestó un
cierto repudio hacia México, el que se transformó en
expresión popular inflamada por lo que ha venido a
ser un reclamo cuyo motivo histórico es la pérdida de
los territorios de Chiapas y Soconusco.
Con el paso del tiempo, después de la dispersión
de las Provincias Unidas, solo el gobierno de la República de Guatemala continuó los reclamos, aunque
la esperanza de conseguir algo favorable para lo que
convirtió en su “causa” fue siempre mínima. En 1882
los gobiernos de las repúblicas de México y Guatemala firmaron un tratado de límites55 que puso fin
oficialmente a lo que se había convertido en un problema histórico y diplomático. En la actualidad solo
subsisten esos alegatos de manera particular y bajo
la responsabilidad de quienes intentan explicar los
hechos desde una perspectiva nacionalista bastante
forzada por su naturaleza extemporánea.
Notas
1
La intendencia de Chiapas fue erigida por cédula real el 20 de
septiembre de 1786; véanse Commons, Áurea (1993), Las intendencias de la Nueva España. México, Universidad Nacional Autónoma de México, p. 197, y Rees Jones, Ricardo (1979), El despotismo
ilustrado y los intendentes de la Nueva España. México, UNAM, p.
94. Este autor agrega que “se erigió la intendencia de Ciudad Real
con los territorios de Chiapa [Ciudad Real],Tuxtla y Soconusco”.
2
Informe de Manuel Mier y Terán a Iturbide, Tuxtla, 24 de octubre de 1821; en Valle, Rafael Heliodoro (1971), La anexión de
Centroamérica a México (documentos y escritos de 1821). México,
Editorial Porrúa (Colección “Archivo Histórico Diplomático
Mexicano”, 11), pp. 59-62.
3
Véase el interesante estudio de Gutiérrez Cruz, Sergio Nicolás
(1997), Encrucijada y destino de la Provincia de las Chiapas. México, Gobierno del Estado de Chiapas/Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, en el que pasa revista a escritores, diplomáticos, secretarios de gobierno, historiadores, etcétera, de la
región, que dedicaron sus afanes (otros aún lo hacen) a escribir
sobre las vicisitudes por las que ha pasado Chiapas desde que
declaró su independencia en 1821, siempre en relación con
el todo geográfico y político que constituye Centroamérica.
4
Véase el cuadro III.5,“Rebeliones indígenas en la Gobernación de
Guatemala, (1569-1821)”, en Luján Muñoz, Jorge (1998) Breve
historia contemporánea de Guatemala. México, Fondo de Cultura
Económica, Colección Popular, núm. 552, pp. 76-78, y el apartado
“Insurrecciones y conjuraciones”, pp. 102-103.
5
Los abusos contra la población en general, sobre todo contra
los indígenas, ocurrieron periódicamente en los dilatados dominios hispanos; léase, por ejemplo, el capítulo LVII:“De algunas
cosas que precedieron, de que sin duda se motivó el levantamiento de los indios” (se refiere a los zendales, en 1712), en
Ximénez, Francisco (1999), Historia de la provincia de San Vicente
de Chiapa y Guatemala de la Orden de Predicadores.Tuxtla Gutiérrez, CONECULTA Chiapas, pp. 219-220.
6
Mencionan varias de estas manifestaciones de rebeldía: Vela,
David (1959), Barrundia ante el espejo de su tiempo. Guatemala,
Editorial Universitaria, pp. 61-62, y Fernández Guardia, Ricardo
(1941) Historia de Costa Rica. La independencia. San José, Librería
Lehmann & Cía., pp. 2-3.
7
“Atentado contra el asesor ordinario de la intendencia de
Chiapas, 1805”, en Documentos históricos de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, Archivo General del Estado, 1983, boletines 11-12, pp.
79-114, primera foliatura.
8
Marure, Alejandro (1913), Bosquejo histórico de las revoluciones
de Centro América desde 1811 hasta 1834. México, Librería de la
Vda. de Ch. Bouret, v. 1, p. 10.
9
Rodríguez, Mario (1984), El experimento de Cádiz en Centroamérica, 1808-1826. México, Fondo de Cultura Económica, pp. 55 y 61.
10
Chust, Manuel (1999), La cuestión nacional americana en las Cortes
de Cádiz.Valencia, Centro Francisco Tomás y Valiente UNED Alzira-Valencia/Fundación Instituto Historia Social/UNAM, pp. 32-34.
11
Robles Domínguez de Mazariegos, Mariano (1992), Memoria
histórica de la provincia de Chiapa, una de las de Guatemala.Tuxtla
Gutiérrez, Rodrigo Núñez Editores.
12
Solís, Ramón (1969), El Cádiz de las Cortes. La vida en la ciudad
en los años 1810 a 1813, Madrid, Alianza Editorial, Colección
El Libro de Bolsillo 160.
13
Véase una reproducción facsimilar en Mateos, Juan Antonio
(1997), Historia parlamentaria de los congresos mexicanos, 1812
a 1822. México, Miguel Ángel Porrúa, Grupo Editorial; también
puede consultarse en Tena Ramírez, Felipe (1992), Leyes fundamentales de México. México, Editorial Porrúa, pp. 60-104.
20/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Alamán, Lucas (1990), Historia de Méjico, desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808 hasta
la época presente. México, Editorial Jus (edición facsimilar de la
de 1942), tomo V, p. 96.
15
Manifiesto del capitán general de Guatemala don Gabino Gaínza; en R. H.Valle, op. cit., pp. 4-6.
16
Acta de independencia de la ciudad de Comitán, 28 de agosto de 1821; en Romero, Matías (1877), Bosquejo histórico de la
agregación a México de Chiapas y Soconusco…, México, Imprenta
del Gobierno en Palacio a cargo de Filomeno Mata, pp. 50-51.
17
Acta de la toma de juramentos a los funcionarios públicos,
Ciudad Real, 8 de septiembre de 1821, en Romero, op. cit., pp.
52-53.
18
Informe de Mier y Terán a Iturbide, Tuxtla, 24 de octubre de
1821, en R. H.Valle, op. cit., pp. 59-62.
19
Acta de independencia de la ciudad de Guatemala, 15 de septiembre de 1821, en Villacorta Calderón, José Antonio (1942),
Historia de la Capitanía General de Guatemala, Guatemala. Tipografía Nacional, pp. 519-521; véase también Obregón Loría,
Rafael (1977), Costa Rica en la independencia y la federación. Editorial Costa Rica, Biblioteca Patria 8, pp. 27-30.
20
Obregón Loría, op. cit., p. 26, y Laguardia, Jorge Mario (1980),
La reforma liberal en Guatemala.Vida política y orden constitucional.
México, UNAM, p. 20.
21
Acta de la Diputación Provincial, Ciudad Real, 22 de octubre de
1821, en Romero, op. cit., p. 56-57.
22
Villacorta Calderón, José Antonio (1960), Historia de la República de Guatemala (1821-1921). Guatemala, Tipografía Nacional,
pp. 30-31; véase también Vázquez Olivera, Mario (2009) El Imperio Mexicano y el Reino de Guatemala. Proyecto político y campaña militar, 1821-1823. México, Fondo de Cultura Económica,
pp. 104-113.
23
“Decreto que suscribe don Agustín de Iturbide por el cual
se declara que la provincia de Chiapas queda incorporada al
Imperio Mexicano”; en Documentos históricos de Chiapas, op. cit.,
pp. 65-71, segunda foliatura.
24
Iturbide al conde de la Cadena, Ciudad de México, 5 de diciembre de 1821, en R. H.Valle, op. cit., pp. 106-107.
25
Informe de Mier y Terán a Iturbide, Tuxtla, 24 de octubre de
1821, en R. H.Valle, op. cit., pp. 59-62.
26
Dutrénit, Silvia (1988), El Salvador. México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora/Universidad de Guadalajara/
Alianza Editorial Mexicana, pp. 74-77.
27
Decreto del general Filisola, ciudad de Guatemala, 29 de marzo de
1823, en “La cooperación de México en la independencia de Centro América”, Documentos inéditos o muy raros para la historia de
México, publicados por Genaro García, México,, Editorial Porrúa,
Colección Biblioteca Porrúa 59, 1974, pp. 797-801.
28
Sesión del 8 de abril de 1823, Congreso mexicano; en Mateos,
op. cit., t. II, pp. 230-232.
29
Acta de la instalación de la Junta de gobierno de Chiapas, Ciudad Real, 4 de junio de 1823, en Romero, op. cit., pp. 269-270.
30
Decreto “de bases” expedido por la Junta Suprema, Ciudad
Real, 31 de julio de 1823, en Larráinzar, Manuel (1996), Chiapas
y Soconusco. La cuestión de límites entre México y Guatemala, México, Gobierno del Estado de Chiapas/Consejo Nacional para
la Cultura y las Artes, pp. 87-89.
31
Las seis provincias que durante el dominio español componían
la Capitanía General de Guatemala (Chiapas, Guatemala, San
14
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica) estuvieron bajo la
administración de un gobierno central que residía en la ciudad
de Guatemala. Por esa razón y, desde mucho antes, a toda la
región se le denominaba Reino de Guatemala o simplemente
Guatemala. Para evitar confusiones, a partir de la fundación de
las Provincias Unidas del Centro de América, es conveniente
llamar a la nueva nación por este nombre, ya no por el de
Guatemala, puesto que ésta era solo una de las provincias que
la constituían.
32
Orden reservada de Alamán a Filisola, ciudad de México, 30 de
julio de 1823, en Romero, op. cit., p. 279.
33
Plan de Chiapa Libre o Plan de libertad de la Provincia de
Chiapa y su fundamento, Comitán, 2 de octubre de 1823; en
Romero, op. cit., pp. 293-294.
34
Idem.
35
Circular de la Junta Suprema, Ciudad Real, 16 de diciembre de
1823, en Romero, op. cit., pp. 330-331.
36
Circular de la Junta Suprema, Ciudad Real, 24 de marzo de
1824, en Larráinzar, op. cit., pp- 89-92. Las citas siguientes proceden de esta fuente.
37
Estas comisiones fueron la que se encargaría de la inspección
de los padrones, formada por Martín Esponda, Joaquín Miguel
Gutiérrez y Manuel Espinosa, y la escrutadora, que inspeccionaría las actas de los “pronunciamientos”, formada por Fernando Luis Corona, Manuel de Jesús Robles e Ignacio Ruiz; en
Romero, op. cit., p. 437.
38
Trens, Manuel B. (1999), Historia de Chiapas. Desde los tiempos
más remotos hasta la caída del Segundo Imperio (¿…-1867), [s.l.].
México, 2a. ed., 1957, p. 314.
39
Idem, loc. cit.
40
Robles Domínguez de Mazariegos, op. cit., sección 43, p. 19.
41
La comisión escrutadora encargada de inspeccionar las actas de los “pronunciamientos” entregó un “resumen” el 9 de
septiembre de 1824, tres días antes de que la Junta Suprema
levantara el acta de los resultados obtenidos (12 de septiembre) y cinco antes del acta de la federación a México (14 de
septiembre); en tanto que la comisión que tuvo en sus manos
la inspección de los padrones entregó su trabajo el 11 de septiembre, un día antes de la elaboración del acta de los resultados (12 de septiembre) y tres antes del acta de la federación a
México (14 de septiembre).
42
Acta de la Junta Suprema en la que, después de calificar y
discutir los pronunciamientos de los pueblos y partidos, da a
conocer los resultados obtenidos a favor de la federación a la
República Mexicana o a la de Guatemala [Provincias Unidas del
Centro de América], Ciudad Real, 12 de septiembre de 1824,
en Romero, op. cit., pp. 445-446.
43
Acta de la Junta Suprema sobre el pronunciamiento de federación de Chiapas a la República Mexicana, Ciudad Real, 14 de
septiembre de 1824, en Larráinzar, op. cit., p. 117-119, y Romero,
op. cit., p. 446.
44
Acta de la sesión que el Ayuntamiento de la villa de Tuxtla
celebró el 16 de septiembre de 1824, en Romero, op. cit., pp.
450-452.
45
Acta de la sesión que el Ayuntamiento del pueblo de Chiapa
celebró el 19 de septiembre de 1824, en Romero, op. cit., pp.
455-456.
46
Véase en Tena Ramírez, op. cit., pp. 167-195.
47
Véase su libro, que él llama Síntesis, Independencia de la provincia
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /21
de las Chiapas y su Unión a México. México, edición del autor,
1918, p. 60.
48
Trens, op. cit., p. 314.
49
Acta del pronunciamiento de Soconusco en la que anula su decisión del 3 de mayo anterior (por México) y anuncia su federación a las Provincias Unidas del Centro de América, villa de
Tapachula, 24 de julio de 1824, en Romero, op. cit., pp. 500-501.
50
Explicación de Romero, op. cit., pp. 488-489.
51
Sesión del 26 de mayo de 1824, Congreso mexicano, en Mateos, op. cit., t. II, p. 473, segunda foliatura. Alamán expuso ante
el Congreso las medidas que aplicaría el gobierno mexicano
en Chiapas, invitando al centroamericano a hacer lo mismo,
durante el proceso de los “pronunciamientos”, entre ellas la de
enviar un comisionado a Ciudad Real.
52
Ávila, Alfredo (2002), En nombre de la nación. La formación del
gobierno representativo en México (1808-1824). México, Centro
de Investigación y Docencia Económicas (CIDE)/Taurus, p. 310.
53
Romero, op. cit., p. 437.
54
Zorrilla, Luis G. (1984), Relaciones de México con la República
de Centro América y con Guatemala. México, Editorial Porrúa,
Biblioteca Porrúa 82, p. 165.
55
Cosío Villegas, Daniel (1998), El porfiriato. La vida política exterior.
México, Editorial Clío, primera parte, p. 223 y ss.
22/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Marco normativo de las elecciones
municipales en Chiapas: 1812-1917
Marco Antonio Santiz Mérida∗
E
l análisis del marco normativo de las elecciones municipales en Chiapas resulta de especial
relevancia para comprender la forma en que se
encontraba reglamentada la vida electoral municipal,
el alcance y límite de la normatividad en términos de
la representación ciudadana y el papel que jugaron
los procesos electorales municipales en la relación
entre los ayuntamientos y los otros niveles de gobierno. En este sentido se considera necesario hacer un
bosquejo histórico sobre las diferentes legislaciones,
tanto en el ámbito nacional como estatal, ya que normaron las elecciones de los ayuntamientos desde los
albores del siglo XIX hasta alcanzar su autonomía jurídica y política plasmada en el artículo 115º del texto
constituyente de 1917, poniendo especial énfasis en
los cambios y continuidades del devenir de la normatividad electoral municipal durante el siglo XIX y las
primeras décadas del XX.
La Constitución de Cádiz
La Constitución expedida por las Cortes de Cádiz
fue jurada en España el 19 de marzo de 1812 y el 30 de
septiembre del mismo año en la Nueva España. Dos
años después, el 4 de mayo de 1814, Fernando VII
abolió y desconoció mediante un decreto la Carta
gaditana y restableció, a través de un golpe de estado, el sistema absolutista. En marzo de 1820, como
consecuencia del levantamiento de Riego, Fernando VII se vio obligado a restablecer la Constitución
de Cádiz. En México se adelantaron a prestar lealtad a la carta, Campeche y después Veracruz, por lo
que el virrey Apodaca la restauró el 31 de mayo de
ese mismo año.1
∗
Egresado de la licenciatura en Historia, Facultad de Humanidades / UNICACH.
A pesar de que la Constitución de Cádiz fue derogada en 1814 y reinstalada en 1820, en Chiapas estuvo
vigente durante esos años. El ayuntamiento de Ciudad Real (San Cristóbal de Las Casas) fue el único
ayuntamiento de españoles que existió durante toda
la época colonial,2 aunque de manera intermitente,
porque experimentó apariciones y desapariciones,
hasta la más prolongada que duró desde 1751 hasta
1781. Esa discontinuidad se debió al conflicto entre
los alcaldes mayores y el mismo ayuntamiento.
En lo referente a los cabildos indígenas, al parecer eran supervisados por los corregidores y alcaldes mayores, generalmente de origen español. Aun
cuando las leyes prohibían la participación de autoridades reales en la organización y funcionamiento
de los cabildos, generalmente los virreyes, gobernadores y oidores, entre otros interfirieron en ellos. La
monarquía española nunca concibió al cabildo en
sus colonias con un sentido democrático por varias
razones: ya sea por la compra de cargos, por la designación directa de la corona, por los cargos vitalicios o por la sucesión de los puestos obtenidos mediante herencia. Esto implicó el acaparamiento de
los ayuntamientos por grupos de familias pudientes
que monopolizaron esa institución y, de allí, derivó
la poca participación popular. Si bien la carta gaditana renovó la institución municipal, el mando de
los ayuntamientos recayó en los jefes políticos.3
En la Nueva España, durante los trescientos
años de dominio español, prácticamente no hubo
un sistema electoral propiamente dicho. Sin embargo, el mecanismo “electoral” utilizado para elegir a
las autoridades municipales durante ese periodo se
realizó en sesiones de cabildo, en donde solo participaban los regidores para elegir los cargos que
no eran vendibles. De esta manera, la primera legislación electoral como tal se emitió a través de la
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /23
Constitución de Cádiz, la que trató de transformar
y reestructurar el régimen municipal.4
La Constitución gaditana, en relación con el régimen local, establecía la existencia de ayuntamientos
para el gobierno interno de los pueblos que llegaran
a mil individuos. Estos ayuntamientos se integraban por alcaldes, regidores y un procurador síndico,
presididos por el jefe político donde lo había, y en su
defecto por el alcalde. Los ediles fueron nombrados
por elección a partir de la Constitución de Cádiz, por
lo que los cargos ya no eran vitalicios. El número de
individuos que integraban los ayuntamientos eran
proporcionales a la cantidad de habitantes de los
pueblos y se renovaban anualmente en diciembre por
el método de elección popular indirecta, mediante
mayoría de votos, eligiendo a un determinado número de electores que residían en el mismo pueblo y en
ejercicio de sus derechos de ciudadanos. Los electores
nombraban en el mismo mes a pluralidad absoluta de
votos a los concejales, quienes entraban a ejercer sus
cargos el primero de enero del siguiente año.
Con relación al periodo de los cargos concejiles,
los alcaldes se renovaban anualmente, los regidores
y síndicos por la mitad de ese tiempo. Se estableció
la no reelección en cierta medida, ya que era posible
ocupar nuevamente estos cargos una vez transcurridos por lo menos dos años desde el último compromiso. Las personas que aspiraban a ser candidatos
a ocupar cualquier puesto del ayuntamiento debían
ser ciudadanos en ejercicio de sus derechos, ser mayores de veinticinco años, con cinco a lo menos de vecindad y residencia en el pueblo. Los empleados públicos nombrados por el rey, en pleno ejercicio de sus
funciones, no podían ser electos para el ayuntamiento a excepción de los que servían en las milicias nacionales. Habría un secretario en todo ayuntamiento,
elegido por los concejales por mayoría de votos.5
A través del nuevo orden jurídico otorgado por
Cádiz, se proveyó al municipio de una nueva legitimidad política, porque fue desde los ayuntamientos
que los ciudadanos se organizaron para elegir a sus
representantes en los distintos niveles de gobierno.6
Los comicios sirvieron como un nuevo instrumento
para legalizar las recién fundadas entidades políticas que surgieron a partir de la Legislación gaditana
y, por tanto, pueden decir mucho sobre el impacto
que tuvieron en los pueblos.7
Sin embargo el modelo de elecciones impuestas
por Cádiz fue el sistema electoral indirecto que se
mantuvo a lo largo del siglo XIX y principio del XX. De
acuerdo a este método la mayoría de los ciudadanos
participaban, pero los electores que emitían el voto final en los distintos procesos electorales venían a ser un
número reducido de la población, por lo que esa minoría fue la que tuvo la responsabilidad de tomar la decisión última acerca de la designación de los candidatos.
Otra novedad surgida de la Carta gaditana fue
la creación de las jefaturas políticas, institución que
perduró durante todo el siglo decimonónico y buena
parte del siglo XX. Fueron los jefes políticos los intermediarios de las relaciones entre el ayuntamiento y el
gobierno provincial en las postrimerías de la Nueva
España y posteriormente entre el ayuntamiento y los
gobernadores de los estados del México independiente. Era de importancia la figura del jefe político
porque tenía la responsabilidad de vigilar y supervisar
a los ayuntamientos, cuestión que limitó sus atribuciones. Las facultades conferidas a este funcionario
dieron lugar a que se entrometiera en las elecciones
municipales frecuentemente, derivando de ello una
decisión condicionada de los resultados electorales.
La Constitución Política Federal de 1824 y la
Constitución de Chiapas de 1826
La Constitución gaditana habría de ser el referente
seminal para las diferentes Constituciones federales,
tanto liberales como conservadoras que normaron la
vida política del país a partir del siglo XIX. Una vez
consumada la Independencia se promulgó el 4 de octubre de 1824 la primera Constitución de la república
mexicana. La Constitución de 1824, a diferencia de la
Constitución de Cádiz, no retomó de manera específica la cuestión municipal, dejando a los estados de la
federación la obligación de organizar y reglamentar
el gobierno interior de los pueblos.
Como lo prevenía el artículo 161, fracción I y II, de
la Carta federal de 1824, era obligación de los estados
organizar su gobierno y administración mediante la
creación de una legislación, con la salvedad de que no
24/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
se opusiera a la Constitución federal. En observancia
con el artículo anterior, el estado de Chiapas promulgó su primera Constitución estatal el 19 de febrero
de 1826, por decreto de su Congreso Constituyente.
Sobre el régimen político de los pueblos, mencionaba
que habría ayuntamientos elegidos popularmente a
través de electores en todos los lugares que estuvieran
habitados por mil habitantes y, si las circunstancias
lo exigían, se establecerían también en los de menos
de mil habitantes. En los lugares numerosos habría
alcaldes auxiliares, y en pueblos y rancherías, además
de dichos funcionarios, habría regidores y síndicos.8
El proceso electoral municipal estuvo regido por
la Ley Provisional sobre elecciones de ayuntamientos
expedida por el Primer Congreso Constituyente del
estado de Chiapas, por el Decreto núm. 52 del 30 de
noviembre de 1825. Señalaba que los alcaldes, procuradores síndicos y regidores serían elegidos por los
vecinos de cada municipalidad mediante electores.
Para ello, el primer domingo del mes de diciembre,
en el día, hora y lugar designado con anterioridad, se
reunirían el alcalde primero del ayuntamiento y los
ciudadanos con derecho a votar, para nombrar, de
entre los presentes, una mesa electoral integrada por
un presidente, dos escrutadores y un secretario. Instalada la mesa, el alcalde preguntaría si alguno tenía
que exponer cierta queja sobre cohecho o soborno
para que la elección recayera en determinada persona y, en caso afirmativo, los acusados serían privados
de voz activa y pasiva. Posteriormente se procedería
a los nombramientos de electores y los ciudadanos se
acercarían a la mesa, presentando lista firmada por
ellos mismos. Concluida la votación, la mesa electoral haría la computación y quedarían electos los
ciudadanos con mayor número de votos. En caso de
empate decidiría la suerte.
El tercer domingo del mismo mes de diciembre
se reunirían los electores para la elección del ayuntamiento presididos por el alcalde de la municipalidad en la sección del municipio a que éste pertenecía.
Inmediatamente nombrarían un secretario y dos escrutadores. Se procedería entonces a la votación. Los
electores se acercarían a la mesa electoral y elegirían
por escrutinio secreto, mediante cédulas, a los individuos que compondrían el ayuntamiento. La elección
se haría por mayoría de votos. Cuando dos o más individuos obtenían igual cantidad de sufragios decidiría
la suerte. Concluido el proceso electoral, la mesa levantaría un acta firmada por ellos y los electores, posteriormente se elaborarían dos copias, remitiendo una
al prefecto9 respectivo y otra al gobernador del estado.
Con relación al periodo de los cargos, el de los alcaldes
de los ayuntamientos debía renovarse anualmente y el
de los regidores y síndicos cada mitad de año. El Decreto núm. 52, de 30 de noviembre de 1825 (basado en
los lineamientos proclamados por la Constitución de
Cádiz), establecía que nadie podía excusarse de ocupar los cargos municipales a excepción que presentara una justificación válida ante el prefecto respectivo
o, a falta de éste, ante el gobernador. Ellos decidirían
sobre los impedimentos que alegaran los concejiles
para no continuar en el ayuntamiento. Asimismo,
todo ciudadano tenía el derecho de reclamar la nulidad de las elecciones municipales, pero debía hacerlo
en el preciso término de ocho días después de publicada la elección; en caso de no hacerlo en el tiempo
establecido no se admitiría ninguna queja ni se podría
suspender la posesión de los cargos municipales electos en el día señalado por la ley.10
Las siete Leyes Constitucionales de 1836 y
las Bases Orgánicas de 1843
La Constitución de 1824 estuvo vigente hasta 1836,
año en que se promulgaron las Siete Leyes Constitucionales que habrían de establecer los lineamientos del nuevo régimen centralista de la república
mexicana. A diferencia de la Constitución de 1824,
la de 1836 retomó el tema de la municipalidad en
su VI Ley Constitucional, relativa a la división del
territorio de la república y al gobierno interior de
los pueblos. Con relación a la forma de elección
los ayuntamientos se elegirían popularmente y los
habría en las capitales de departamento, en los lugares donde existieron en 1808, en los puertos cuya
población llegara a cuatro mil habitantes y en pueblos de más de ocho mil. Habría jueces de paz en
los lugares de escasa población. Las juntas departamentales y los gobernadores fijarían el número de
alcaldes, regidores y síndicos.11
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /25
Para poder pertenecer al ayuntamiento se necesitaba ser mexicano en ejercicio de sus derechos, vecino del mismo pueblo, mayor de veinticinco años y
tener un capital físico o moral que produjera por lo
menos quinientos pesos anuales. Se puede afirmar
que este último requisito restringía el acceso a cierto número de individuos por la obligación de contar con dicho capital para poder acceder a un cargo
municipal. Asimismo, es de recalcar que los cargos
durante este periodo fueron ocupados por personas
con un cierto perfil económico.
La Constitución centralista retomó de manera
activa el régimen municipal, considerándolo como
una institución. Sin embargo, también podemos deducir la desaparición de muchos ayuntamientos al
ampliarse el número de habitantes como requisito
para conformarlos. Además, la relativa libertad del
ayuntamiento estuvo condicionada por la dependencia del poder político de las jefaturas políticas.
Con el ascenso de Santa Anna al poder en diciembre de 1843, se estableció el 14 de junio del mismo año una Junta Nacional Legislativa cuya tarea
consistió en elaborar la segunda Constitución centralista, denominada Las Bases Orgánicas de la República Mexicana. En lo relativo al gobierno municipal la constitución no retomó de manera integral
la problemática y solo hizo mención en el artículo
4º, que el territorio de la república se dividiría en
departamentos, y éstos en distritos, partidos y municipalidades. Con respecto a la cuestión electoral,
en su título VIII (poder electoral) solo refiere a la
elección de diputados al Congreso y de vocales de
las asambleas departamentales.12
Esta Constitución sería la última para la facción
centralista conservadora y daría paso a las constituciones de corte federalista liberal, las cuales tendrían la
tarea de retomar la problemática de la vida municipal.
La Constitución Federal de 1857 y la segunda Constitución de Chiapas, 1858
La Constitución del 5 de febrero de 1857 restableció
definitivamente el federalismo y con ello se precisó
la forma de gobierno como una república representativa, democrática y federal. Esta constitución no
incluyó al municipio como precepto constitucional.
Sin embargo, sobre elecciones municipales hizo referencia en su artículo 72°, fracción IV, estipulando
que para el arreglo interior del Distrito Federal y
territorios, tenía como base el que los ciudadanos
elegirían popularmente a las autoridades políticas,
tanto municipales como judiciales.
De la misma forma, la legislación de 1857 señalaba en los artículos 40 y 41 la facultad de los estados
para organizar su gobierno interior. Así, nuevamente correspondió a los gobiernos estatales regular la
vida municipal. El 2 de enero de 1858 el gobernador constitucional Ángel Albino Corzo proclamó la
segunda Constitución del estado de Chiapas. Esta
legislación en su párrafo 2° titulado “Del gobierno
y administración del estado”, menciona que el territorio se dividiría en departamentos, regidos cada
uno por un jefe político, y en municipios, administrados éstos por ayuntamientos. Los jefes políticos
serían nombrados directamente por los cabildos del
departamento cada dos años, pero quedaban sujetos directamente al ejecutivo. Por el contrario, los
ayuntamientos serían elegidos por electores de la
municipalidad y se renovarían cada mitad de año.13
Las elecciones municipales se fundamentaron en
lo dispuesto en la Ley Electoral del estado, promulgado el 22 de febrero de 1858 por Ángel Albino Corzo.
La normatividad del proceso electoral municipal fue
algo similar al Decreto de 1825, sin embargo pueden
observarse algunas variantes. Con la ley electoral de
1858 los ayuntamientos respectivos dividirían sus
localidades en secciones numeradas de 251 a 500 habitantes de todo sexo y edad; las fracciones menores
a este tamaño se agregarían a la sección más inmediata. Los ayuntamientos comisionarían a una persona
para cada una de las divisiones de su municipalidad
que empadronaría a los ciudadanos que tuvieran derecho a votar y les expediría una boleta que les serviría de credencial. Dichas boletas deberían estar en
poder de los ciudadanos por lo menos tres días antes
del día de la elección; al reverso de las mismas pondrían el nombre del ciudadano a quien otorgarían su
voto, firmando al calce lo que supieren.14
Con anticipación de ocho días los empadronadores fijarían las listas en el lugar más público para
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
que los ciudadanos pudieran reclamar al empadronador o la mesa electoral en caso de no aparecer en
el registro. Tenían derecho a votar todos los hombres
casados mayores de 18 años y los solteros de más de
21 con un modo honesto de vivir. Para poder ser elector se necesitaba estar en ejercicio de los derechos de
ciudadano chiapaneco, residir en la sección en donde
harían el nombramiento, no pertenecer a la Iglesia, ni
ejercer ningún mando político en su sección. El día de
la elección debían reunirse a las 9 de la mañana por lo
menos siete ciudadanos en el lugar designado previamente, y bajo la presidencia del instalador de la casilla comisionado por el ayuntamiento, nombrarían de
entre los presentes, un presidente, dos escrutadores
y dos secretarios para conformar la mesa electoral.15
Instalada la mesa, el presidente preguntaría si
alguno tendría que exponer queja sobre cohecho
o soborno, engaño o violencia para que la elección
recayera en determinada persona y, en caso afirmativo, esta última persona perdería sus derechos de
ciudadano. De no existir impedimentos se procedería a la votación. Los ciudadanos se acercarían a
la mesa y entregarían sus boletas al presidente, éste
comprobaría si el nombre escrito en la boleta era
el que el dueño había nombrado para elector de su
sección. En caso afirmativo, uno de los escrutadores
pondría cada boleta en la urna y el otro iría anotando el registro de los votantes y en cada nombre de
los empadronados pondría la palabra voto. Una vez
concluida la votación, uno de los secretarios contaría las boletas y leería en voz alta el nombre de los
electores. Ambos escrutadores harían la computación de votos formando las listas de escrutinio. Por
último, el presidente mencionaría en quién habría
recaído la elección por haber obtenido mayor número de sufragios. Si después de pasado medio día,
el acto de instalación no se realizaba, el instalador
llamaría a los vecinos más cercanos y, en caso de que
estos no concurrieran, el instalador se retiraría del
lugar avisando al ayuntamiento de lo ocurrido.16
El tercer domingo del mes de diciembre se reunirían los electores presididos por el presidente del
ayuntamiento en el lugar previamente designado.
Una vez reunidos, se instalaría la mesa y se procedería a la votación por mayoría absoluta de votos. Con-
cluida la elección se haría la computación de sufragios y la formación de listas de escrutinio. Posteriormente se extenderían dos actas del proceso electoral,
se mandarían una al jefe político y otra al gobernador
del estado. De acuerdo con la ley electoral los cargos
municipales se renovarían anualmente en el caso del
alcalde, y el resto de los munícipes por mitad de año.
Asimismo, nadie podía negarse a desempeñar un
cargo municipal, únicamente podía hacerlo con una
justificación que sería examinada por el jefe político
respectivo o por el gobernador del estado.17
Como hemos analizado, la nueva Ley Electoral
retomó la estructura de la normatividad proclamada por el Congreso Constituyente de 1825. El voto
continuó siendo indirecto y público. Los requisitos
para pertenecer al ayuntamiento, el periodo de los
cargos concejiles y, en gran parte, el procedimiento
electoral, continuaron de forma similar. Sin embargo, esta ley por primera ocasión fijó la obligatoriedad de publicar los padrones electorales para reclamar la exclusión. Del mismo modo se estableció la
anotación de la palabra voto al lado del nombre del
elector. Asimismo, si el empadronador no resolvía
sobre la reclamación presentada por los ciudadanos
lo haría la mesa directiva de la casilla sin recurso
posterior. La ley varió la integración e instalación de
la casilla, su función quedó ahora en manos de un
instalador nombrado por el ayuntamiento. Además,
el instalador levantaría la casilla si los ciudadanos
no concurrían a votar en el lugar y la hora previamente establecidos. También, se ampliaban las causas de nulidad en las elecciones municipales.
La Ley Electoral del estado de 1858 estuvo vigente durante más de medio siglo y solo contó con
reformas que no variaron en esencia su contenido.
Fue al fin sustituida durante la gubernatura constitucional de Ramón Rabasa con la Ley Orgánica
Electoral del estado de 1909.
El periodo porfirista
El régimen de Porfirio Díaz gobernó durante tres
décadas (1877-1911) el país, y con su lema “orden y
progreso” pretendió modernizarlo. En Chiapas, esa
modernización comenzaría al iniciarse la década de
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /27
1890 con la administración gubernamental de Emilio Rabasa Estebanell, gobierno que permitió llevar a
cabo en el estado importantes proyectos de desarrollo económico. Durante ese tiempo el municipio fue
la parte más insignificante de la estructura política y
económica. Los ayuntamientos fueron agrupados en
divisiones administrativas superiores que se llamaron departamentos, y estuvieron dirigidas por jefes
políticos, los cuales eran delegados o agentes del gobierno central y, por ende, del gobernador en turno.
Dentro de las reformas y proyectos impulsados
por Rabasa, el 15 de noviembre de 1893 promulgó una nueva Constitución Política del estado de
Chiapas. Con respecto a la administración interior
esta legislación hizo referencia superficial, señalada
en el artículo 53 en los siguientes términos: Para la
administración del estado habrá jefes políticos, Ayuntamientos y agentes municipales, cuyo número, jurisdicción y atribuciones señalará la ley. Los jefes políticos serán nombrados
por el gobierno y los ayuntamientos por elección popular.18
Como lo prevenía el artículo, los jefes políticos
dejaban de ser nombrados por los ayuntamientos,
para ser designados ahora por el gobernador. Durante esta época, las jefaturas políticas sirvieron
como articulación para que el régimen porfiriano
permeara a todas las localidades del país. Al respecto, Ochoa Campos menciona que las jefaturas
políticas en todo el territorio nacional tuvieron las
siguientes características generales; a) Representaban un tipo de autoridad intermedia entre el gobierno del estado y los ayuntamientos; b) Estaban sujetas a la voluntad de los gobernadores; c) Centralizaban y maniataban toda la actividad municipal; d)
Eran de carácter distrital y residían en las cabeceras
de distritos o de partido, controlando a los ayuntamientos de su circunscripción. Además, señala
que los vicios comunes a esta institución fueron:
suprimir toda manifestación democrática y cívica
de la ciudadanía; controlar las elecciones; y cometer
abusos y atropellos que llegaron a lindar con lo criminal.19 La autonomía y libertad de los municipios
solo se tomó en cuenta para apoyar las encomiendas
electorales del estado, porque eran ellos los que se
encargaban de las ritualidades del proceso electoral
en primera instancia.
En la primera década del siglo XX se publicaron
otras leyes orgánicas electorales, que no variaron en
su esencia la Ley Electoral de 1858. El 15 de mayo de
1903, Rafael Pimentel, gobernador constitucional del
estado de Chiapas por Decreto Número 4 de la XXII
Legislatura estatal, promulgó una Ley Orgánica Electoral. Esta Ley consideraba que toda elección popular
sería indirecta en primer grado y que el ayuntamiento se renovaría cada año. La elección de electores se
realizaría el primer domingo de diciembre y el tercer
domingo del mismo mes se reunirían los electores designados para elegir al ayuntamiento.
Durante el siglo XIX y la primera década del siglo XX, las elecciones municipales seguían siendo
indirectas, cuestión que supuso el carácter menos
democrático de las votaciones, al no participar los
ciudadanos de manera activa. Un acto importante
que realizó el gobierno de Ramón Rabasa Estebanell20 tuvo lugar el 11 de mayo de 1909, al presentar
una iniciativa de Ley que proponía reformar el artículo 77 de la Constitución política del estado, en
el sentido de que las elecciones de ayuntamientos
fueran directas. El gobernador justificaba dicha iniciativa porque desde su punto de vista constituía
un paso hacia la democracia. También proponía
arreglar las dificultades que en la elección indirecta en primer grado se presentaban con respecto a
la Ley de Organización Política y Administrativa,
que obligaba a cada municipio a estar regido por un
ayuntamiento. En consecuencia, siendo la elección
indirecta como lo establecía la Constitución del
Estado, se debía nombrar un elector por cada 500
habitantes. Sin embargo, varios municipios no tenían más de dicha cantidad, lo que propiciaba que
la elección del cuerpo municipal dependiera de un
voto único. Según Rabasa, estos inconvenientes se
aliviarían aprobando la iniciativa por parte del Honorable Congreso Constituyente.21
Con respecto a la Ley de Organización Política y
Administrativa del Estado de Chiapas, se promulgó
por primera vez en 1899 y se publicó con reformas y
adiciones el 14 de noviembre de 1908. En ese mismo
año fue expedida por el XXV Congreso Constituyente del estado por Decreto número 10. La ley establecía
que los jefes políticos y presidentes municipales eran
28/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
autoridades políticas en la organización del estado,
con excepción de las cabeceras de departamento.
Correspondía a las autoridades políticas ejercer las
atribuciones que el gobierno les confería, a excepción
de los ayuntamientos, que estaban subordinados al
jefe político del departamento respectivo.
Cada municipio estaría regido por un ayuntamiento que se compondría, en las poblaciones de
cinco mil habitantes, de un presidente, ocho regidores, un síndico y tres suplentes y sería considerado
de primera clase. En las de mil quinientos a cinco
mil, estaría compuesto de un presidente, cuatro
regidores, el síndico y dos suplentes, y sería de segunda clase. Y en las de menor población, constaría
de tres regidores, de los cuales fungiría como presidente el primero, mientras que las funciones de síndico se le atribuirían al tercero; además incluiría dos
suplentes y sería considerado de tercera clase. Los
ayuntamientos de las cabeceras departamentales
que tuvieran menos de mil quinientos habitantes,
serían, sin embargo, de segunda clase.
Conforme a la Ley de Organización Política y
Administrativa de 1908, los cargos de los ayuntamientos se elegirían cada año. Las elecciones primarias se harían el primer domingo de diciembre y
las secundarias el tercero, entrando en funciones el
primero de enero del siguiente año. Para poder ser
elegido miembro de un ayuntamiento bastaba ser
vecino del municipio con veinticinco años cumplidos. La Ley también ordenaba que los jefes políticos
fueran los intermediarios entre los ayuntamientos
y el gobierno del estado. Asimismo, verificarían las
renuncias de los concejales y licencias de los presidentes. Los presidentes municipales no podían servir más de dos periodos consecutivos, después de
los cuales no serían elegibles durante un año.22
Bajo esta ley se regirían, en términos generales,
las elecciones municipales del estado, y serviría
como complemento a la Ley Electoral de 1909, para
aplicarla en las votaciones.
El proyecto de Ramón Rabasa finalmente fue
aprobado por el XXVI Congreso Constitucional del
estado de Chiapas, el 29 de septiembre de 1909. En
lo que corresponde a la reforma, el artículo 77 quedó plasmado de la siguiente manera: Toda elección
popular será indirecta en primer grado con excepción de los
Ayuntamientos, que serán directas.23
La reforma del artículo tuvo importancia por
haber sido la primera en tomar en cuenta la participación ciudadana en el primer nivel del proceso
electoral, es decir, la designación de los munícipes
ya no estaría en manos de un número restringido de
electores. Por el contrario, los habitantes de los pueblos tendrían la responsabilidad directa de tomar la
decisión última de quiénes los representarían en las
curules del ayuntamiento. En teoría, este artículo
representó una evolución democrática que no se
había alcanzado hasta ese momento.
Posteriormente esta reforma se aplicaría a la
nueva Ley Orgánica Electoral promulgada por don
Ramón Rabasa, el 18 de octubre de 1909. Esta ley
consideraba que toda elección popular sería indirecta en primer grado, con excepción de las de
ayuntamiento, que serían directas. Adicionalmente,
las elecciones de las autoridades municipales serían
ordinarias, por tanto, se renovarían anualmente.
Un mes antes de la renovación de los miembros
del ayuntamiento se dividiría la municipalidad en
secciones de 251 a 500 habitantes debidamente numeradas. El presidente municipal debía nombrar, el
10 de noviembre de cada año, a un empadronador por
cada sección, que registraría a todos los ciudadanos
con derecho a votar y tenía también la obligación de
expedirles las boletas por lo menos tres días antes de
la elección. Los requisitos para poder votar seguían
siendo los mismos de acuerdo con la ley electoral
anterior de 1858. Con anticipación de ocho días se
fijarían en el lugar más público la lista de ciudadanos
con derecho a votar, para que los individuos pudieran reclamar al empadronador o la mesa electoral su
exclusión del padrón. De acuerdo con la Ley Electoral de 1909, el día de la elección se llevaría a cabo el
primer domingo de diciembre, para elegir presidente,
regidores y síndico que correspondieran, con el apoyo de la Ley de Organización Política y Administrativa. La instalación de la mesa se haría en cada sección
a las ocho de la mañana. Bajo la presidencia del vecino comisionado por el ayuntamiento, y por lo menos
junto con siete ciudadanos más, elegirían a un presidente, dos escrutadores y dos secretarios. 24
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /29
Para dar inicio a la votación, los ciudadanos
pondrían al reverso de las boletas el nombre de las
personas que debían conformar el ayuntamiento y
lo irían entregando al presidente de la mesa. Posteriormente éste las pasaría a uno de los secretarios,
que diría en voz alta el nombre de los elegidos por el
ciudadano. Uno de los escrutadores pondría las boletas en un ánfora y, finalmente, el otro escrutador
escribiría al lado del nombre del elector la palabra
voto. Concluida la votación, uno de los secretarios
contaría las boletas y leería en voz alta los nombres
de los elegidos y, a la vez, los escrutadores harían la
computación de votos y formarían la lista de escrutinio. Acto seguido, se extendería un acta electoral
firmada por la mesa, y los nombres de los elegidos
por la sección se fijarían en los parajes públicos. Las
actas, boletas y listas de escrutinio, se mandaban al
presidente municipal del ayuntamiento para que
esa corporación, como Colegio Electoral, realizara
la computación y declaratoria correspondiente de
los electos que fungirían el próximo año.25
Con la reforma del Artículo 77 de la Constitución Política Estatal y la promulgación de la Ley
Electoral del Estado de 1909, se modificaron los Artículos 33, 34 y 43 de la Ley de Organización Política
y Administrativa de 1908. En lo referente al capítulo
IV, relativo a ayuntamientos, los artículos 33 y 34 se
reformaron respectivamente de la siguiente manera:
por una parte, los ayuntamientos se elegirán cada
año en los términos que dispusiera la ley electoral;
y, por otra, entrarían en funciones el 1 de enero inmediato. Del mismo modo, los ayuntamientos de
primera clase elegirían a cuatro regidores suplentes;
tres para los de segunda y dos para los de tercera.26
Con el análisis de la normatividad que en las
constituciones, decretos y leyes se emitieron en el
transcurso del siglo XIX, se puede observar la limitación que vivió el régimen municipal. Sin embargo,
la Ley Electoral de 1909 supuso un viraje en la vida y
práctica política electoral del ayuntamiento al estipular la elección directa para los cargos municipales.
El objetivo que persiguió el gobierno de Ramón
Rabasa al otorgar al ciudadano el voto directo fue
que el pueblo chiapaneco avanzara hacia una verdadera transición democrática. Empero, podemos
observar que en las legislaciones emitidas en el
transcurso del siglo XIX el sufragio no fue secreto,
al tener que ratificarse el voto ante la mesa. La Ley
Electoral de 1909 fue promulgada en un periodo de
transformación en la vida política, social y económica del país. En efecto, la caída del régimen porfirista
fue un suceso que comenzó a delinear un cambio
electoral en México y en la vida municipal.
El periodo revolucionario
La Revolución Mexicana fue un movimiento social
que postuló desde sus orígenes la libertad municipal,
la cual había permanecido diezmada desde los albores del siglo XIX y prácticamente había desaparecido
en el prolongado régimen de Díaz, que fortaleció a las
jefaturas políticas. La importancia de este periodo
radica en que la caída del porfirismo representó un
cambio electoral para México, ya que el movimiento
revolucionario enarboló “el sufragio universal” como
uno de sus estandartes fundamentales.
Ese lema fue retomado en el distante Chiapas,
alejado del movimiento armado iniciado desde el
norte y centro del país. Las diferentes facciones en
pugna en el estado, como lo fueron las élites sancristobalenses que ambicionaban derrocar el poder político del Valle Central, hicieron suya esa ideología.
Sin embargo, esos grupos antagónicos retomaron el
pensamiento revolucionario bajo sus propios intereses locales. Durante este periodo se promulgó la Ley
Electoral de 1911, en el gobierno de Ramón Rabasa.
En realidad fue prácticamente la misma Ley Electoral
de 1909, sin ninguna modificación en sus artículos, lo
que puede suponerse como una reedición de la misma ordenanza de ese año. Aunque el 18 de noviembre
de 1912 Flavio Guillén, gobernador constitucional del
estado, por Decreto Número 29 de la XXVII Legislatura Estatal, reformó los artículos 10 y 57, y adicionó el Artículo 50 de la Ley Electoral de 1909, dichas
modificaciones no alteraron en esencia su contenido.
Esta Ley estuvo vigente hasta 1915, año en que el gobierno constitucionalista, ya instalado en Chiapas,
promulgó una nueva Ley Electoral, que normaría las
elecciones para el restablecimiento de los poderes
constitucionales del estado.
30/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
El ejército constitucionalista invadió Chiapas
el 14 de septiembre de 1914 al mando del general
Jesús Agustín Castro. La acción fue ejecutada por
mandato de Venustiano Carranza, primer jefe de
la revolución y encargado del poder ejecutivo de la
República Mexicana, quien en su Plan de Guadalupe ordenó la ocupación de los estados por jefes
del ejército constitucionalista. Castro asumió los
poderes del estado y con ello se promulgaron importantes decretos que serían para el municipio una
revitalización en su estructura jurídica y política. La
autonomía municipal fue una de las principales demandas de la revolución a nivel nacional y la supresión de las jefaturas políticas que habían ahogado la
vida municipal derivaba de esa petición.
La primera iniciativa del gobierno federal, bajo
el mando de Venustiano Carranza, fue cristalizar
un reclamo popular que se venía fraguando desde
los primeros planes revolucionarios: “el municipio
libre”. El 25 de diciembre de 1914 el general decretó
la reforma del Artículo 109 de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, de 5 de febrero de 1857, en los siguientes términos:
Los estados adoptarán para su régimen interior
la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo como base de la división
territorial y de su organización política, el municipio libre, administrado por un Ayuntamiento de elección popular directa sin que haya autoridades intermedias entre estos y el gobierno
del estado.27
En cumplimiento del precepto anterior, Jesús Agustín Castro, general de brigada del Ejército Constitucionalista, gobernador y comandante militar del
estado de Chiapas, expidió con fecha 16 de enero de
1915 el decreto relativo a la supresión de las jefaturas políticas del estado. En lugar de estas últimas
unidades administrativas, la Ley del Municipio Libre creó delegaciones del ejecutivo con la misión
de orientar a los ayuntamientos. A fin de que éstos
pudieran ejercer sus funciones como corporaciones
libres, los archivos de las Jefaturas debían ser recogidos por los respectivos presidentes municipales
de las cabeceras. Posteriormente, con fecha de 7 de
junio del mismo año, se suprimieron las delegaciones del ejecutivo del estado.28
Con la finalidad de establecer los lineamientos
del proceso electoral municipal, en la nueva etapa del
municipio libre, se proclamó una nueva ley electoral,
que tenía como objetivo la efectividad del voto popular, la libertad del sufragio y el aseguramiento de las
bases de un gobierno democrático. Esta ley electoral
fue promulgada por Blas Corral,29 general brigadier
del Ejército Constitucionalista, gobernador y comandante militar del estado de Chiapas, por decreto
número 48 de 6 de noviembre de 1915.
El precepto electoral establecía que toda elección, en general, sería directa. El ayuntamiento se
renovaría el segundo domingo de cada año. Cuarenta días antes de la elección, el cabildo dividiría la
municipalidad en secciones numeradas de 251 a 500
habitantes. Posterior a la división, el ayuntamiento
nombraría a un empadronador por cada sección,
que registraría a todos los ciudadanos con derecho
a votar y les expediría las boletas que les servirían
de credencial. Los requisitos para poder votar seguían aplicándose de la misma manera como en
las leyes electorales anteriores. El empadronador
fijaría, quince días antes de la elección, en el lugar
más público, la lista de ciudadanos con derecho a
votar, para que los individuos pudieran reclamar al
empadronador o la mesa electoral su exclusión del
padrón. Todo ciudadano vecino de la sección, y representante de algún partido político o candidato
independiente, tenía derecho a reclamar al empadronador por alguna inexactitud del padrón hasta
ocho días antes de efectuarse el sufragio. Las boletas
eran entregadas a los ciudadanos por lo menos tres
días antes de la elección y debían escribir al reverso
los nombres de los ciudadanos a quienes darían su
voto y firmarían al calce los que supieren. Seis días
antes del proceso electoral, los partidos políticos y
candidatos independientes, debían inscribir ante el
presidente municipal los nombres de sus aspirantes
para los cargos municipales.30
La instalación de la mesa se haría en cada sección a las nueve de la mañana, bajo la presidencia
del vecino comisionado por el ayuntamiento. Por
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /31
lo menos junto con siete ciudadanos, elegirían a un
presidente, dos escrutadores y dos secretarios. La
casilla permanecería abierta desde 9 hasta 12 del día
y desde las 3 hasta las 5 de la tarde. Durante estos
periodos los ciudadanos acudirían a las casillas y
entregarían las boletas al presidente de la mesa. Este
las pasaría a uno de los secretarios, que diría en voz
alta el nombre de los elegidos por el ciudadano, uno
de los escrutadores pondría las boletas en la urna
y, finalmente, el otro escrutador escribiría al lado
del nombre del elector la palabra voto. Concluida
la votación, uno de los secretarios contaría las boletas y leería en voz alta los nombres de los elegidos y
a la vez los escrutadores harían la computación de
votos y formarían la lista de escrutinio, las que se
confrontarían para rectificar los errores que se notaran. Se extendería un acta electoral firmada por
la mesa y los nombres de los elegidos por la sección
se fijarían en los parajes públicos. Las actas, boletas
y listas de escrutinio, se mandarían al Colegio Electoral Municipal, que posteriormente los entregaría
al presidente de la junta. Esa corporación haría la
computación y declaratoria correspondiente de los
electos que fungirían el próximo año. Al terminar
el acto electoral, procederían los individuos de la
mesa a nombrar, de entre ellos, un miembro al Colegio Electoral Municipal, quien tendría la obligación
de inscribirse en el ayuntamiento un día antes de
celebrarse la junta.31
El jueves siguiente al día de la elección, a las 9
de la mañana, se reunirían todos los miembros del
Colegio Electoral en el ayuntamiento. Para conformar la mesa, el presidente municipal pasaría lista a
todos los presentes para nombrar de entre ellos un
presidente, dos escrutadores y un secretario. Instalada la mesa, el presidente municipal se retiraría y
se procedería a la regulación y computación de votos para presidente municipal, síndico y regidores.
Posteriormente se declararían quiénes serían los
electos y fijarían las listas de escrutinio en los parajes más públicos. Finalmente se extendería el acta
correspondiente y la mesa electoral expediría las
credenciales a los que obtuvieron mayor número de
votos. Todo ciudadano tendría derecho a reclamar
la nulidad de la elección ante el Colegio Electoral
y lo haría por escrito fundándose en las causas que
marcaba la ley.32
Como vemos, la ley electoral de 1915 fue creada
en un contexto histórico complicado. Durante los
años de 1914-1920, las elecciones municipales en
Chiapas se circunscribieron en un periodo de guerra
civil entre el ejército constitucionalista, que impuso la ideología revolucionaria venida del norte y los
rebeldes anticonstitucionalistas, que luchaban por
mantener el orden establecido. El gobierno impuesto desde el centro del país tomó el poder ejecutivo,
legislativo y judicial. En teoría, los cambios alcanzados en beneficio del municipio serían el parteaguas
de su nueva personalidad jurídica y política.
La autonomía municipal, una de las grandes demandas de la revolución, se había alcanzado. Solo
hacía falta otorgarle un lugar importante en la Constitución Federal, porque del análisis de las constituciones de 1824, 1836, 1843 y 1857, se observó que el
municipio recibió poca atención del Estado mexicano en todo el siglo XIX. No fue hasta que el Constituyente de 1916-1917 elaboró el artículo 115, después de
arduas sesiones ordinarias en el congreso, cuando se
abordó la organización de los estados junto a la de los
municipios. Este artículo formó parte del Proyecto
de Constitución presentado por Venustiano Carranza, fechado el 1 de diciembre de 1916.
Finalmente el municipio tomó un sitio importante en la vida política, económica y social de México, al quedar plasmado en el artículo 115 de la nueva Constitución mexicana de 5 de febrero de 1917.
El texto original aprobado por el Constituyente,
respecto a nuestro tema, fue el siguiente:
TÍTULO QUINTO
De los estados de la federación
Artículo 115. Los estados adoptarán, para su
régimen interior, la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo como
base de su división territorial y de su organización política y administrativa, el municipio
libre conforme a las siguientes bases:
32/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
I. Cada municipio será administrado por un
ayuntamiento de elección popular directa, y no
habrá ninguna autoridad intermedia, entre este
y el gobierno del estado.33
Como señalamos, con la génesis del artículo 115, la
problemática normativa del municipio había alcanzado sus cimientos más sólidos desde que México
surgió como república independiente. Habría que
analizar si esos principios que adquirió el municipio durante ese periodo, pudieron ser aplicados a
los diferentes contextos que se vivían en el país. Los
procesos electorales municipales durante su devenir histórico habían sido plasmados en la normatividad durante el siglo XIX y principio del XX, tanto
nacional como estatal.
La Ley Orgánica Electoral Estatal de 1915 no representó un cambio drástico en las estructuras electorales municipales del siglo XIX. Sin embargo, la
elección directa en general y la participación activa
de partidos políticos fueron dos aportaciones al sistema electoral. No obstante, esas contribuciones no
tuvieron su origen del todo en esa ley; por ejemplo,
el voto directo ya había sido postulado durante el
periodo imperial de Maximiliano de Habsburgo, en
la Ley Electoral de ayuntamientos del 1 de noviembre de 1865. Por otro lado, a nivel nacional el voto
directo para las elecciones en general se aplicó en la
Ley Electoral del 2 de julio de 1918 para la renovación de los poderes federales.
La ley electoral de 1909 y la de 1915 fueron los dos
reglamentos electorales que normaron las elecciones
de ayuntamientos en Chiapas durante 1910-1920, periodo en el cual se dieron las directrices de una transición social, económica y política en México. Fue a
partir de 1910, con el levantamiento armado, que el
municipio empezó a recobrar esa personalidad demandada por los diversos planes y programas revolucionarios para beneficio del pueblo. Asimismo, surgieron los primeros intentos por regular el proceso
electoral del ayuntamiento, visto como una institución y no como una mera unidad administrativa. En
Chiapas la ley electoral de 1909 aportó, dentro de su
normatividad, la elección directa para los munícipes.
Ese método fue una gran transformación, porque re-
emplazó la elección indirecta que había permanecido
vigente en todo el siglo XIX. Empero, el momento de
transición fundamental para el ayuntamiento tuvo
lugar en 1915, año en el que obtuvo su autonomía.
Asimismo la ley electoral promulgada durante ese
año normó los procesos electorales de los nacientes
municipios libres.
Finalmente, la importancia del municipio, según
López Chavarría, reside en que el poder municipal se
ha manifestado más en contacto inmediato con todos
los ciudadanos; y en que frecuentemente es el único
que conocen. Además, la actuación y resultados alcanzados a nivel municipal les sirven a los electores
como punto de referencia para enjuiciar los restantes
niveles de gobierno.34 Ese contacto entre el régimen
municipal y los ciudadanos, en relación con la actividad electoral, se vio reflejado desde la proclamación
de la Constitución de Cádiz de 1812, que dejó en manos de las autoridades locales los procesos electorales de los diferentes niveles de gobierno y que perduró durante el México decimonónico.
Conclusión
El análisis de los municipios y el poder político local
ha llamado la atención de los estudios historiográficos en los últimos años, debido a la importancia
del municipio en la historia de la democracia en
México. En ese sentido, a lo largo del análisis que
se presentó nos dimos cuenta que el proceso otorgó amplias atribuciones a los ayuntamientos, entre
ellas la organización de las elecciones de todos los
niveles de gobierno. Tuvo sus inicios a partir de la
Constitución de Cádiz de 1812, ordenanza que fijó
las reglas del nuevo orden jurídico del municipio.
Asimismo, fue la primera legislación electoral como
tal que normó las elecciones tanto municipales
como las de los otros niveles de gobierno.
Sin embargo, el modelo de elecciones impuesto
por el texto constitucional gaditano fue el sistema
electoral indirecto que se mantuvo durante el siglo
XIX e inicio del XX. En dicho método, un reducido
número de ciudadanos tendrían en sus manos la decisión última de quiénes los representarían en los
curules del ayuntamiento. Además, la instauración
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /33
de las jefaturas políticas por parte de Cádiz significó
la relativa libertad del ayuntamiento. Aunque en su
momento los cabildos elegían a los jefes políticos, estos quedaban sujetos directamente al ejecutivo.
Durante la exposición de las formas de gobierno del México decimonónico, observamos cómo el
régimen local no fue retomado de manera específica
dentro de las Constituciones federales tanto liberales
como conservadoras que normaron la vida política de
México durante el siglo XIX. Correspondió a las constituciones y leyes de los estados regular su gobierno
interior y, por ende, el proceso electoral municipal.
En tanto que el periodo porfirista significó para
la vida municipal una etapa de inestabilidad jurídica y política, es decir que para extender el régimen
hasta todas las localidades del país, Díaz procuró,
mediante las jefaturas políticas que fungían como
simples agentes suyos, cumplieran sus órdenes y
sirvieran para que el sistema político imperante tuviera los medios inmediatos de acción y centralización del poder.
La precaria libertad que vivía el municipio durante el porfiriato fue una de las demandas fundamentales que postularían los planes y programas
revolucionarios, aunados a la proclama del sufragio
efectivo no reelección. Desde el Plan del Partido
Liberal Mexicano, el Plan de San Luis, el Plan de
Ayala, hasta las adiciones del Plan de Guadalupe, se
demandaba la autonomía municipal y la supresión
de las jefaturas políticas.
Durante el periodo revolucionario el municipio
ocuparía un sitio importante en la vida política, jurídica, económica y social de México. Se reformaría el
artículo 109 de la Constitución Política de 5 de febrero de 1857, que mencionaba la autonomía municipal
y la supresión de las jefaturas políticas. En el mismo
orden de ideas en Chiapas se dispuso el mismo precepto mediante un decreto el día 16 de enero de 1915.
De lo anterior derivó la creación del Artículo
115 que formaría parte de la vigente Constitución
mexicana de 5 de febrero de 1917, que consideraba
al municipio como una institución constitucional.
Iniciada la vigencia del precepto, el municipio recobraría esa personalidad jurídica y política que había
sido hecha a un lado durante todo el siglo XIX.
En lo que concierne a los cambios y continuidades del sistema electoral municipal, observamos
que entre la legislación electoral del siglo XIX y la
de principios del siglo XX, no puede existir un corte
drástico por varias razones; a) El voto directo es una
constante que rebasa el marco temporal del periodo
revolucionario, por consiguiente no es exclusiva de
la Ley Electoral Orgánica de Chiapas de 1909 y la
Ley Electoral del Estado de 1915, ni tampoco producto de la inclinación de la Revolución por asentar
sus triunfos sobre una base jurídica, ya que ello no
sería una herencia de la Revolución sino del siglo
XIX; b) En realidad, salvo en lo referente al voto directo y a los partidos, las estructuras electorales de
1909 y 1915, reprodujeron las estructuras anteriores
del siglo pasado; c) Es decir, al resaltar lo referente
al voto directo y a los partidos políticos, se han perdido de vista otros aspectos que las disposiciones
electorales anteriores ya consideraban. El resultado
de ello es que se han considerado como inéditos diversos aspectos que desde la Constitución de Cádiz
de 1812 venían practicándose: por ejemplo, dejar en
manos de las autoridades locales los procesos electorales; d) En la comparación de las legislaciones
electorales del siglo XIX y principios del XX resaltaron más las continuidades que los cambios.
Respecto al voto directo, es cierto que desde el
efímero Imperio de Maximiliano de Habsburgo se
había propuesto su adopción en la Ley Electoral de
Ayuntamiento de 1 de noviembre de 1865, y que no
se logró sino hasta 1918, para todo tipo de elección,
con la Ley de Elecciones Federales del 2 de julio de
ese año. En el caso de Chiapas, el voto directo se alcanzó mucho antes, en la Ley Electoral del Estado
de 1909, y para las elecciones en general, en la Ley
Electoral de 1915.
Podemos concluir que las leyes electorales anteriores significaron la continuidad de prácticas anteriores y no la ruptura o cambios importantes. Sin
embargo, el aporte de esas dos leyes fue cristalizar
la elección popular directa. El objetivo era acercarse
más a la democracia efectiva. En cuanto a la participación de partidos políticos en la Ley de 1915, significó la formación y participación de los ciudadanos
en las elecciones a través de ellos. Estos cambios
34/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
AHECH-UNICACH, Colecciones Especiales Jesús Agripino
Gutiérrez, 281, Ley de Organización Política y Administrativa
del estado de Chiapas, 1908, pp. 3-10.
23
AHECH-FSGG, Sección Gobernación, tomo VIII, Reforma del
art. 77 de la Constitución del estado de Chiapas, 27 de septiembre de 1909.
24
AHECH-FFC, 98, Ley Orgánica Electoral del estado de Chiapas, 1909, p. 14.
25
Idem, pp. 14-15.
26
AHECH-FSGG, Sección de Gobernación, tomo VIII, Reforma de los artículos 33º , 34º y 43º de la Ley de Organización
Política y Administrativa de 14 de noviembre de 1908, 19 de
octubre de 1909.
27
AHECH, Boletín de Información, 6 de enero de 1915, núm. 16,
pp. 1-2.
28
AHECH, Informes y Memorias. Informe de Gobierno del gobernador provisional del estado de Chiapas, General Blas Corral,
1914-1915, Gobernación, p. 3.
29
A principios de junio de 1915, el general brigadier Blas Corral
recibió el nombramiento de gobernador y comandante militar
del estado de Chiapas por ausencia del general de brigada Jesús Agustín Castro, quien fue enviado a Oaxaca por órdenes
de Carranza para apaciguar un levantamiento en su contra.
30
AHECH, El Tribuno, 1 de febrero de 1918, núm. 7, libro 95, p. 2.
31
AHECH, El Tribuno, 15 de febrero de 1918, núm. 8, libro 95, p. 2.
32
Idem.
33
Sayeg Helú, Jorge, “Marco histórico-jurídico del artículo 115
constitucional”, en Miguel Acosta Romero et al. (1986), La reforma municipal en la Constitución. México, Porrúa, p. 11.
34
López Chavarría, José Luis (1994), Las elecciones municipales en
México. México, UNAM, p. 21.
22
dan pauta para nuevos análisis que den cuenta de la
forma en que los cambios en la normatividad electoral se pusieron en práctica en los procesos electorales de los años siguientes al periodo de estudio.
Notas
Ruiz Abreu, Carlos (coord.) (1994), Historia del H. Congreso del
Estado de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez, Congreso del estado de
Chiapas, tomo III, p. 9.
2
A finales de la Colonia, en 1813, las Cortes de Cádiz concedieron el título de ciudad de Santa María a Comitán y el de villas
a Tapachula, Tonalá, Palenque y Tuxtla, con lo que todas estas
poblaciones pasaron a constituir sus propios ayuntamientos.
3
Idem, tomo I, pp. 17-18.
4
Valenzuela, José Georgette (1992), Legislación electoral mexicana:
cambios y continuidades. México, UNAM-IIS, p. 17.
5
Idem, tomo III, p. 31.
6
Ortiz Escamilla, Juan y José Antonio Serrano Ortega (edit.)
(2007), Ayuntamientos y liberalismo gaditano en México. Zamora,
Michoacán, El Colegio de Michoacán, p. 15.
7
Ducey, Michael T., “Elecciones, constituciones y ayuntamientos:
participación popular en las elecciones de la tierra caliente veracruzana: 1813-1835”, en Juan Ortiz Escamilla y José Antonio
Serrano Ortega (editores) (2007), Ayuntamientos y liberalismo
gaditano en México. Zamora, Michoacán, El Colegio de Michoacán, p. 175.
8
INAH-DEH, Biblioteca Manuel Orozco y Berra, Colección
Chiapas, Sección de Leyes, Folleto de la Constitución Política del
estado de Chiapas, 19 de noviembre de 1825, p. 37.
9
El nombre de prefecto fue uno de los tantos términos (subtipos) con el que fue conocido el jefe político en los estados de
la república a lo largo del siglo XIX.
10
Decretos del Primer Congreso Constitucional de Chiapas (1825),
Tuxtla Gutiérrez, Congreso Constitucional del estado de Chiapas, I Legislatura, pp. 82-86.
11
Ruiz Abreu, op. cit., t. III, p. 95.
12
Idem, p. 113.
13
INAH-DEH, Biblioteca Manuel Orozco y Berra, Colección
Chiapas, Sección de Leyes, Constitución Política del estado
libre y soberano de Chiapas, decretada por el H. Congreso
Constituyente, 4 de enero de 1858, pp. 17-18.
14
Ruiz Abreu, op. cit., p. 291.
15
Idem, pp. 291-292.
16
Idem, pp. 292-293.
17
Idem, pp. 296-297.
18
Idem, p. 150.
19
Ochoa Campos, Moisés (1985), La reforma municipal. México,
Porrúa, p. 274.
20
Hermano mayor de Emilio Rabasa, progresista y constructor,
se hizo gobernador provisional el 25 de diciembre de 1905 y
posteriormente fue elegido gobernador constitucional para el
periodo 1906-1910.
21
AHECH-FSGG, Sección Gobernación, tomo VIII, Acuerdo del
gobernador del estado de Chiapas, 11 de mayo de 1909.
1
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /35
Diagnóstico y propuestas para el rescate de
los archivos municipales de la antigua
provincia zoque de Chiapas
Henry Moguel Villatoro*
En nuestros días, la historia es lo que transforma los documentos en monumentos, y que,
allí donde se trataba de reconocer por su vaciado lo que había sido, despliega una masa
de elementos que hay que aislar, agrupar, hacer pertinentes, disponer en relaciones,
constituir en conjuntos. Hubo un tiempo en que la arqueología, como disciplina de los
monumentos mudos, de los rastros inertes, de los objetos sin contexto y de las cosas
dejadas por el pasado, tendía a la historia y no adquiría sentido sino por la restitución de
un discurso histórico; podría decirse, jugando un poco con las palabras, que, en nuestros
días, la historia tiende a la arqueología, a la descripción intrínseca del monumento.
Michel Foucault
E
l presente texto tiene la finalidad de dar a
conocer las actividades del proyecto de “Rescate de archivos históricos de la provincia zoque (siglos XVI al XXI)”, que dieron como resultado un diagnóstico de los archivos de 25 municipios
de la antigua provincia zoque. Este diagnóstico se
enfocó principalmente en la búsqueda y observación de archivos de ayuntamientos municipales, exconventos, parroquias y oficialías del registro civil.
Las observaciones de los archivos fueron realizadas
por egresados de la licenciatura en historia de la
Unicach, contando con la colaboración científica
de los investigadores Sergio Nicolás Gutiérrez, Fermín Ledesma y Justus Fenner; del apoyo logístico
de Óscar Janiere Martínez, Fabiola Aguilar y Víctor
Gallardo; y la asistencia económica de la asociación
civil: Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (ADABI, A.C.). El resultado de este
diagnóstico se presentó al principiar el año 2013,
con las características observadas de 3 archivos de
ayuntamientos municipales, 7 archivos eclesiásticos y 16 archivos del registro civil. Este diagnóstico
∗
Licenciado en Historia por la UNICACH. Actualmente técnico
académico del Archivo Histórico del Estado CUID-Unicach.
también proporciono la posibilidad de considerar
acciones prioritarias y específicas para la conservación de los documentos coloniales y del siglo XIX,
así como la necesidad de plantear propuestas de
mayor duración y amplitud para promover la transparencia y el acceso a la información a través de la
administración de los archivos de ayuntamientos.
La historia, como dijera Foucault, tiende a la arqueología, al considerar el tejido documental como
piezas de un monumento que el historiador debe
analizar, aislar, agrupar, disponer y relacionar. La
descripción interna del documento histórico es necesaria para “hacer hablar esos rastros que, por sí
mismos, no son verbales a menudo, o bien dicen en
silencio algo distinto de lo que en realidad dicen”.1 El
historiador tiene la gran tarea de “hacer hablar” a los
documentos, y sin duda también cuenta con la necesidad de rescatarlos y conservarlos, para que sus
voces no desaparezcan definitivamente y puedan ser
escuchadas durante más tiempo. Los documentos de
los archivos municipales también se tratan de voces
que antes de ser analizadas, deberán ser ordenadas y
conservadas con la colaboración de las autoridades
gubernamentales, la participación de la sociedad y la
innovación de propuestas universitarias.
36/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
A continuación se describirá el origen y la metodología del diagnóstico, para después presentar el
balance de la situación de los archivos encontrados, y
a manera de conclusión se describirán las propuestas
de acciones prioritarias para el rescate de los archivos
municipales de la antigua provincia zoque.
Rezago de estudios históricos sobre los zoques
y la desaparición de los archivos
La población zoque ha habitado históricamente en el
extremo noroccidental del estado de Chiapas, cuyo
territorio se divide en tres grandes nichos ecológicos:
la vertiente del Golfo de México, con cálidas planicies en los límites del estado de Tabasco; la Sierra de
Pantepec, con relieves montañosos entre los mil y los
mil 500 metros sobre el nivel del mar (msnm), con
clima frío; y la Depresión Central chiapaneca, conformada por territorios con elevaciones entre los 500 y
los 800 msnm, con clima caluroso. Las primeras investigaciones sobre la población zoque comenzaron
a realizarse hasta la década de 1960 a causa de las
afectaciones por la construcción de las presas Malpaso, Chicoasén y Peñitas en el cauce del río Grijalva;
debido también a los descubrimientos y la explotación de yacimientos petrolíferos en la planicie costera de Tabasco en la década de 1970; y a partir de 1982
ante la catástrofe natural de la erupción del volcán
Chichonal, que afectó a poblaciones zoques obligándolas a emigrar a diversos municipios del estado y la
república mexicana2 (mapa 1. Geografía habitada por
la población zoque).
La población zoque en comparación con la
población maya del estado de Chiapas, ha merecido menor atención por parte de los científicos
sociales, quienes se han visto atraídos por los
descubrimientos arqueológicos monumentales
y su amplia divulgación científica internacional,
y a partir de 1994 por el levantamiento armado
del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN). La primera reunión de investigadores
del área zoque se celebró hasta el año de 1986,
donde se presentaron estudios recién iniciados
sobre antropología, arqueología, etnografía y lingüística. Tras esta primera convocatoria pasaron
más de diez años para realizarse la segunda reunión de investigadores, coordinada por Dolores
Aramoni, Thomas Lee y Miguel Lisbona, en la
que se presentaron estudios sobre arqueología,
antropología y etnobotánica, situación que se repite nuevamente en la tercera reunión celebrada
en Tuxtla Gutiérrez en 2004. La escasez de estudios históricos sobre la etnia zoque también se
refleja en las últimas investigaciones realizadas
sobre las cuencas del río La Venta y el río Negro,
y la región del occidente de Chiapas y el Istmo de
Tehuantepec.3
Actualmente se registran 53 mil 839 hablantes de la lengua zoque en la entidad, concentrados principalmente en un área conformada por 14
municipios: Chapultenango, Copainalá, Francisco León, Ixhuatán, Ixtacomitán, Jitotol, Juárez,
Ocotepec, Ostuacán, Pantepec, Rayón, Tapalapa,
Tapilula y Tecpatán. En 15 municipios aunque
con menor número de hablantes, se consideran
dentro de la región histórica de los zoques, como:
Amatán, Berriozábal, Chicoasén, Cintalapa, Coapilla, Ixtapangajoya, Jiquipilas, Ocozocoautla de
Espinosa, Osumacinta, Pichucalco, Pueblo Nuevo Solistahuacán, San Fernando, Solosuchiapa,
Sunuapa y la capital del estado Tuxtla Gutiérrez.
Tras la erupción del volcán Chichonal también
se consideran las poblaciones reubicadas en 4
municipios fuera del área históricamente zoque
como: Acala, Chiapa de Corzo, Ocosingo y Villaflores4 (mapa 2. Municipios habitados por la población zoque).
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /37
El proyecto de Rescate de archivos históricos de la
provincia zoque (siglos XVI al XXI)
Aunque en los últimos años se han realizado diversos estudios sobre la población zoque,
aun no se tiene conocimiento de gran parte de su
historia moderna y contemporánea, debido a la
falta de fuentes de información y a la situación
que padecen los archivos históricos del estado
de Chiapas, caracterizada principalmente por
su abandono y el deplorable estado de conservación de los documentos y hasta la destrucción
intencional de los archivos, como lo ocurrido
en abril de 2011 cuando la documentación más
antigua del archivo del ayuntamiento de Copainalá fue quemada por el encargado de la bodega,
justo antes de que pudiera dar inicio el proyecto de rescate que tenía contemplado el Consejo
Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas
(conecUlta).5
Además de la falta de recursos y proyectos
para el rescate de los documentos históricos, los
archivos de los ayuntamientos se encuentran en
riesgo por el desinterés de las autoridades como
fuente para garantizar la transparencia y el acceso a la información. A pesar del esfuerzo y el interés de algunas instituciones e investigadores, la
situación de los archivos históricos de los municipios del estado de Chiapas, requiere de estrategias para rescatar y mejorar la conservación de los
documentos, además de acciones que promuevan
la transparencia y la rendición de cuentas como
obligaciones jurídicas de los ayuntamientos municipales.6
En este contexto la Universidad de Ciencias y Artes
de Chiapas (Unicach) encabezó el proyecto de Rescate de archivos históricos de la provincia zoque (siglos XVI
al XXI), con el objetivo de hacer un diagnóstico de
los archivos municipales ubicados en la región de
la antigua provincia zoque del estado de Chiapas,
además de ofrecer propuestas enfocadas a la conservación de los archivos históricos municipales,
otorgar el apoyo necesario a las autoridades y a distintos sectores de la sociedad civil y permitir que las
fuentes para reconstruir la historia de la población
zoque puedan estar al acceso de los investigadores
y de la ciudadanía en general.
El proyecto surgió al finalizar el año 2011 cuando
los investigadores Sergio Nicolás Gutiérrez Cruz y
Fermín Ledesma Domínguez se interesaron en la
búsqueda de información documental sobre las haciendas de la antigua provincia zoque, por lo que la
coordinación de la Licenciatura en Historia de la
Unicach diseñó una propuesta para la realización
de un diagnóstico de archivos municipales, contando con la colaboración de Apoyo al Desarrollo de
Archivos y Bibliotecas de México, asociación civil
(ADABI, A. C.), por lo que este proyecto se tradujo
en un esfuerzo conjunto para contribuir en el rescate y conservación de los archivos municipales de
la antigua provincia zoque, con el fin de preservar
el patrimonio documental y cultural del estado de
Chiapas.
Metodología del diagnóstico para los archivos municipales:
Organización del trabajo
Al finalizar el año 2011 y comenzar el 2012 se realizaron reuniones de trabajo, con el propósito de
definir las acciones y los objetivos del proyecto para
la ejecución de un censo diagnóstico en los municipios ubicados en la región histórica de los zoques,
delimitando el área de estudio en 25 municipios:
38/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Amatán, Berriozábal, Chapultenango, Chicoasén,
Cintalapa, Coapilla, Copainalá, Francisco León,
Ixhuatán, Ixtacomitán, Ixtapangajoya, Jiquipilas,
Juárez, Ocotepec, Ocozocoautla de Espinosa, Ostuacán, Pantepec, Pichucalco, Rayón, San Fernando, Solosuchiapa, Sunuapa, Tapalapa, Tapilula y
Tecpatán (mapa 3. Municipios considerados en el
diagnóstico de archivos municipales).
acerca de la importancia de preservar la documentación y permitir el acceso a la población.
Algunas autoridades mostraron cierto interés en el
proyecto y muchas no contaban con información sobre
sus archivos o desconocían totalmente del resguardo
de la documentación. Después de varias reuniones las
autoridades de los ayuntamientos dijeron no tener conocimiento sobre los archivos de las anteriores administraciones por lo que podrían estar en manos de los
expresidentes municipales o probablemente habrían
desaparecido al final de cada administración.
Algunos miembros de las casas de la cultura, oficinas parroquiales y propietarios de haciendas ofrecieron su colaboración en la búsqueda de archivos y
se interesaron en obtener asistencia para mejorar la
conservación y evitar la desaparición de los archivos municipales.
Contacto con archivos
Por la necesidad de obtener la mayor cantidad
de datos e información sobre los archivos de la región se decidió realizar el diagnóstico abarcando archivos de diverso origen: ayuntamientos y agencias
municipales, registros civiles y agencias estatales,
eclesiásticos o parroquiales, y en menor importancia, archivos de particulares o de propietarios de
ranchos y haciendas, por la existencia de información en archivos agrarios.
Contacto con autoridades
A principios del año 2012 se realizaron visitas a los
municipios de Copainalá, Juárez, Ocotepec, Solosuchiapa, Pichucalco y Tapilula, para llevar a cabo
reuniones con autoridades y representantes de los
ayuntamientos, agencias municipales, casas de la
cultura, oficinas parroquiales, comisariados ejidales
y propietarios de ranchos y haciendas, con el objetivo de conocer sus opiniones y sugerencias sobre
la ejecución de este proyecto, promover la participación y el interés sobre la conservación de los archivos y tomar en cuenta propuestas o inquietudes
Además de realizar acercamientos con las autoridades se consultaron archivos de propietarios de ranchos y haciendas de los municipios de Pichucalco y
Reforma y se realizó una visita al archivo del ayuntamiento de Chapultenango, donde se observaron
las condiciones y las necesidades para la conservación y ordenación de los documentos. Durante estas visitas los propietarios y autoridades mostraron
interés en conservar y permitir el acceso a los participantes del proyecto.
En algunos casos los propietarios de ranchos y
fincas estaban dispuestos a donar su documentación a la universidad para permitir su resguardo y
facilitar la realización de investigaciones sobre la
historia de sus propiedades. Durante la visita al archivo del ayuntamiento de Chapultenango, se pudo
constatar la problemática de la preservación de los
documentos de las administraciones municipales,
observando la cantidad, el contenido, el orden y el
deterioro de la documentación.
Asesoramiento técnico
Durante los meses de abril y mayo se realizaron reuniones para hacer un balance del proyecto y contar
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /39
con la asesoría de expertos en rescate de archivos
municipales, se mantuvo una estrecha colaboración
con el historiador Óscar Janiere Martínez Ruiz,
investigador de la Dirección de Patrimonio e Investigación Cultural del conecUlta, quien encabezó
el rescate del archivo municipal de Copainalá, que
se frustró ante la quema inesperada del archivo.
También se contó con el apoyo de los historiadores Víctor Gallardo Zavaleta, encargado del sistema integral de archivos de la Unicach, y de Fabiola
Aguilar López, encargada del rescate y ordenación
del archivo del ayuntamiento de Comitán. Gracias
al apoyo otorgado por estos historiadores con experiencia en el rescate de archivos, se logró trazar las
líneas de acción para la realización del diagnóstico
en los 25 municipios considerados en el proyecto.
El asesoramiento técnico permitió conocer diversas necesidades y dificultades que se debían tomar en cuenta, como el contacto y la comunicación
con las autoridades y los encargados de los archivos, la búsqueda, la observación y la evaluación de
la documentación; la descripción, anotación y recopilación de datos e información sobre el origen,
el contexto y la administración de los archivos;
además, la planeación de las visitas, entrevistas y
el uso de recursos materiales para la realización
del censo diagnóstico en diferentes municipios e
instituciones.
Identificación de los archivos
A partir de los avances y el asesoramiento técnico,
se programaron las visitas a los 25 municipios para
la realización del diagnóstico. Para este trabajo se
capacitó a los egresados de la licenciatura en Historia de la Unicach, Luis Nabor Chandoquí Albores,
José Levi Morales Manuel, Belsaida Morales Urquín y Josué Santiago Castro, quienes recibieron el
apoyo como becarios de este proyecto para acudir
individualmente a cuatro diferentes áreas: 1) Amatán, Ixhuatán, Ixtacomitán, Ixtapangajoya, Juárez
y Solosuchiapa; 2) Chapultenango, Ostuacán, Pichucalco, Rayón, Sunuapa y Tapilula; 3) Coapilla,
Francisco León, Ocotepec, Pantepec, Tapalapa y
Tecpatán; 4) Berriozábal, Chicoasén, Cintalapa,
Copainalá, Jiquipilas, Ocozocoautla de Espinosa y
San Fernando.
En cada una de las cuatro áreas los becarios del
proyecto se entrevistaron con autoridades y representantes de ayuntamientos, agencias municipales,
casas de la cultura, oficinas parroquiales y registros
civiles para conocer las necesidades, problemáticas
y situaciones de los archivos con ayuda de la cédula de identificación. Las visitas y entrevistas con
las autoridades de los 25 municipios se realizaron
gracias a las contribuciones económicas otorgadas
a través del convenio de colaboración entre la Unicach y ADABI.
Elaboración de cédula de identificación
Revisión de resultados
Para la realización de las entrevistas con autoridades y encargados de archivos se elaboró una cédula
de identificación con el fin de facilitar el diagnóstico de los archivos al momento de visitar los municipios de la región, y así recopilar datos e información
sobre el estado de conservación y conocer el contexto y origen de la documentación.
La cédula de identificación se elaboró destacando la información y las características del acervo en
seis apartados: 1) información general; 2) condiciones del archivo; 3) tipo de documentación; 4) estado de conservación; 5) tipo de ordenación y clasificación; 6) colecciones y soportes anexos.
Los diagnósticos realizados por los becarios en su
mayoría se trataron de archivos de oficialías del
registro civil, le siguieron en menor número los archivos eclesiásticos o parroquiales y en menor cantidad se pudieron observar los archivos de ayuntamientos. Un factor que repercutió en la realización
del diagnóstico fue la celebración de las elecciones
federales y estatales del primero de julio del 2012,
ya que generó conflictos poselectorales en la elección de presidentes municipales y movilizaciones
y disputas al interior de los municipios. Además, la
entrega y recepción de la administración municipal
40/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
se llevó a cabo el primero de octubre lo que ocasionó
que las autoridades salientes y entrantes ofrecieran
poco interés al diagnóstico de los archivos.
En los diagnósticos de archivos eclesiásticos,
los representantes de las parroquias se mostraron
preocupados por la conservación de los documentos, y después de la explicación de los objetivos del
proyecto, se mostraron bastante accesibles e interesados. En los archivos de oficialías del registro civil,
se contó con la disponibilidad y accesibilidad de
los encargados, quienes se mostraron interesados y
permitieron la observación de los documentos más
antiguos de finales del siglo XIX y principios del
siglo XX, respetando la protección de datos personales y observando exclusivamente las condiciones
físicas de los documentos.
Evaluación de resultados
La revisión de los resultados estuvo a cargo del historiador Justus Fenner, investigador del Programa
de Investigaciones Multidisciplinarias de Mesoamérica y el Sureste de la Universidad Nacional
Autónoma de México (Proimmse-IIA-UNAM), y de
Fabiola Aguilar López, quienes evaluaron los resultados del censo diagnóstico obtenidos mediante las
observaciones, los datos y la información recopilada
en las entrevistas y las cédulas de identificación.
La evaluación de los resultados permitió agrupar y clasificar la información del censo diagnóstico, examinando la información de tres archivos de
ayuntamientos de los municipios de Chapultenango, Rayón y Solosuchiapa; siete archivos eclesiásticos de las parroquias de los municipios de Cintalapa, Copainalá, Jiquipilas, San Fernando, Tapalapa,
Tapilula y Tecpatán; y 16 archivos del registro civil
de los municipios de Berriozábal, Chicoasén, Coapilla, Copainalá, Ixhuatán, Ixtacomitán, Jiquipilas,
Ocotepec, Ocozocoautla de Espinosa, Ostuacán,
Rayón, San Fernando, Sunuapa, Tapalapa, Tapilula
y Tecpatán. A continuación se presenta el balance
final con características de los 26 archivos detectados en 19 municipios de la antigua provincia zoque
(tabla 1).
Tabla 1. Balance final del diagnóstico de archivos
municipales de la antigua provincia zoque. Año
de antigüedad / Longitud en metros lineales
Municipios
Archivo de
ayuntamiento
Año
ML
Archivo
eclesiástico
Año
ML
Archivo de
registro civil
Año
ML
1897
30
1903
9
1918
12
1898
25
Amatán
Berriozábal
Chapultenango
1979
40
Chicoasén
Cintalapa
1820
4
Coapilla
Copainalá
1887
5
Francisco León
Ixhuatán
1920
16
Ixtacomitán
1911
16
1917
30
Ocotepec
1903
20
Ocozocoautla de
Espinosa
1861
30
Ostuacán
1915
18
Ixtapangajoya
Jiquipilas
1963
3
Juárez
Pantepec
Pichucalco
Rayón
1920
45
San Fernando
Solosuchiapa
1996
1989
3
1916
16
1860
30
1916
6
24
Sunuapa
Tapalapa
1705
3
1918
4
Tapilula
1717
4
1897
18
Tecpatán
1627
4
1905
22
Balance final del diagnóstico de los archivos
municipales
Archivos de ayuntamientos. De los 25 municipios
visitados únicamente se realizaron los diagnósticos de tres archivos de ayuntamientos, ya que en
algunos municipios las autoridades salientes se en-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /41
contraban en proceso de cierre de administración,
por lo que las autoridades no permitieron realizar
el diagnóstico de los archivos, tal es el caso de los
ayuntamientos de Amatán, Francisco León, Ixtacomitán, Ixtapangajoya, Pantepec y Tapalapa. En
otros casos, las autoridades entrantes no permitieron la detección y diagnóstico de los acervos, a
causa de desconocimiento, y cierto desinterés o
desconfianza, como en el caso de: Cintalapa, Jiquipilas, Juárez, Ocozocoautla de Espinosa, Ostuacán,
Pichucalco y Sunuapa; y en otros, a pesar de que las
autoridades mostraron cierto interés y ofrecieron
atención al diagnóstico, no se logró encontrar el
archivo histórico, como en el caso de Berriozábal,
Chicoasén, Copainalá, Coapilla, Ixhuatán, Ocotepec, San Fernando, Tapilula y Tecpatán.
De los tres archivos observados, el del ayuntamiento de Rayón era el más extenso y antiguo, ya
que contaba con 45 metros lineales aproximadamente, y contenía documentación del año de 1920;
le seguía en extensión y antigüedad el de Chapultenango, con 40 metros lineales y con fecha más
antigua de 1979; y con menor documentación y
antigüedad se observó el de Solosuchiapa con 24
metros lineales y con la documentación a partir de
1989. Los tres se encontraban en su mayoría desordenados, aunque en algunas partes poseían anotaciones de clasificaciones de expedientes y legajos.
Los tres archivos se encontraban seriamente afectados por humedad y polvo y también por ataques de
roedores e insectos. Los archivos de Chapultenango
y Rayón se encontraban en el área de oficinas de
la presidencia municipal, no así el de Solosuchiapa que se encontró en el antiguo mercado público
que fungía como bodega de materiales desechados
por el ayuntamiento. El mobiliario era insuficiente,
ya que en su mayoría la documentación no se encontraba en estantería o rebasaba su capacidad de
almacenamiento, manteniendo la documentación
apilada sobre el piso, además de no contar con cajas
para almacenar los documentos, o incluso se encontraban en muebles improvisados como en el caso de
Solosuchiapa donde se usaban ataúdes.
Los encargados de los archivos de Chapultenango y Rayón se mostraron interesados en llevar
a cabo el rescate de su documentación, reconociendo la importancia para conocer la historia de su
localidad y contar con la documentación ordenada
y clasificada para su manejo y consulta. La mayor
preocupación de los encargados era la del robo de
documentos y el desalojo que podrían ordenar las
nuevas administraciones ante el desinterés y el
abandono. Por un lado el archivo de Chapultenango es importante por el registro de actividades del
ayuntamiento durante la erupción del volcán Chichonal de 1982; y por otro, el archivo de Rayón es
hasta ahora el archivo con la documentación más
antigua: 1920. El archivo de Solosuchiapa también
puede representar un buen ejemplo para iniciar su
rescate, aprovechando que la documentación se ha
conservado en el antiguo mercado público.
Archivos eclesiásticos. En el caso de los archivos eclesiásticos se detectaron y diagnosticaron
siete archivos históricos, siendo el de Copainalá
el más amplio con 5 metros lineales, le seguían los
de Cintalapa, Tapilula y Tecpatán con 4 metros
líneales cada uno, y con menor documentación se
encontraban los de Jiquipilas, San Fernando y Tapalapa con 3 metros lineales cada uno. El de Tecpatán contaba con la documentación más antigua
del año 1627, a continuación se encontraban el de
Tapalapa de 1705, Tapilula de 1717, Cintalapa con
documentos de 1820, Copainalá de 1887 y los de Jiquipilas y San Fernando con documentos de 1963
y 1996 respectivamente. En su mayoría los archivos
contaban con ciertas medidas de prevención para
conservar los documentos, aunque también tenían
afectaciones por humedad y polvo. Los archivos de
Tapalapa y Tapilula poseían información del siglo
XVIII y debido a las condiciones climáticas y a la
falta de mobiliario la mayoría de los documentos
contaban con afectaciones por humedad, polvo, insectos y roedores.
En la mayoría de los municipios no se lograron
detectar archivos eclesiásticos por la falta de autorización o la ausencia del párroco, como en los casos
de Amatán, Berriozábal, Chapultenango, Francisco
León, Ixhuatán, Ocozocoautla de Espinosa, Pantepec y Solosuchiapa. En el caso de los municipios de
Ixtacomitán, Ixtapangajoya, Juárez, Ostuacán, Pi-
42/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
chucalco y Sunuapa, argumentaron que los archivos
habían sido transferidos a la parroquia del municipio de Reforma, ya que en ella se contaba con mayor
espacio y mobiliario; al igual que los de la parroquia
de Rayón, que fueron transferidos a la sede de la orden de los franciscanos en la ciudad de Izamal en el
estado de Yucatán.
Archivos de oficialías del registro civil. En el
caso de los archivos del registro civil se observaron
16 archivos, siendo en Berriozábal, Jiquipilas, Ocozocoautla y San Fernando los que contaban con más
30 metros lineales de documentación cada uno. En
un parámetro intermedio se encontraban los de Tecpatán con 22, Copainalá con 25, Ocotepec con 20,
Tapilula y Ostuacán con 18, Ixhuatán, Ixtacomitán
y Rayón con 16, y Coapilla con 12 metros lineales.
Entre los de menor documentación se encontraban
Chicoasén con 9, Sunuapa con 6 y Tapalapa con 5
metros lineales. Los archivos con documentación
más antigua fueron los de San Fernando de 1860,
Ocozocoautla de 1861, Berriozábal y Tapilula de
1897 y Copainalá de 1898.
En el diagnóstico se observó que los archivos
estaban ordenados y a disposición de los solicitantes de información, ya que contaban con edificios
que permitían la conservación, aunque en algunos
casos no dejaban de tener problemas ocasionados
por la humedad y la temperatura. Los documentos
más antiguos, del siglo XIX y primeras décadas del
siglo XX, se conservaban en carpetas, sobres o dentro de bolsas de plástico. En casos como los de Coapilla, Copainalá, Jiquipilas y Ostuacán requierían
de estantería y cajas para evitar que los documentos
permanecieran apilados en el suelo.
En algunos municipios no se lograron observar
los archivos ante la negativa del oficial del registro
civil, como en los casos de Amatán, Chapultenango,
Cintalapa, Francisco León, Ixtapangajoya, Juárez,
Pantepec, Pichucalco y Solosuchiapa.
Propuestas para el rescate de los archivos
municipales
Entre los resultados del diagnóstico destacó la falta de acceso a los archivos históricos de 22 ayun-
tamientos, debido principalmente a que no se tenía
conocimiento de su ubicación, o probablemente,
a causa de la situación de abandono en la que se
encuentran o por la desaparición del archivo en
anteriores administraciones. En los archivos de los
ayuntamientos de Chapultenango, Rayón y Solosuchiapa, se pudo constatar la falta de instalaciones para el acomodo y la conservación del archivo,
además de recursos para mobiliario y unidades de
almacenamiento, y la necesidad de capacitar al personal administrativo sobre el manejo y la preservación del archivo. Ante estas necesidades y carencias
los tres archivos no se encontraban en condiciones
para brindar atención a la ciudadanía.
En cuanto a los archivos eclesiásticos o parroquiales las afectaciones de los archivos se han originado a causa de la antigüedad de la documentación
y por las condiciones climáticas de la región, lo que
ha provocado afectaciones en los documentos por
hongos, moho o manchas a causa de escurrimientos de agua. Los archivos de Tapalapa y Tapilula
también presentan deterioro por la antigüedad de
los documentos elaborados con fibras de algodón y
forros de piel de bovino del siglo XVIII y XIX. Las
afectaciones de la humedad, así como las de insectos y roedores se deben a causa de la falta de mobiliario y material para el almacenamiento de los
documentos.
En los próximos objetivos considerados en este
proyecto convendría planificar el rescate de los documentos de Tapalapa y Tapilula, contemplando en
primer lugar la limpieza superficial y desinfección
de los documentos, iniciando con la fumigación
para la eliminación de bacterias y hongos, para dar
paso con la aspiración del polvo y las partículas de
desechos de insectos y roedores, y finalizar con la
limpieza superficial de las hojas y los forros en piel;
ya que la limpieza detallada o el lavado de los documentos implicaría la adquisición y traslado de
materiales más especializados y el empleo de mayor
tiempo para la restauración de los documentos.
Después de la limpieza y desinfección, la documentación se encontrará en condiciones para su
catalogación manteniendo el orden y procedencia
original de cada documento. La catalogación brin-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /43
dará la posibilidad de conocer la fecha, el origen, el
contenido y las características de la documentación
para ser manejada por los propios miembros de la
comunidad eclesiástica y por los posibles investigadores interesados en la participación de la población zoque en las actividades conventuales, además de las acciones tomadas por los párrocos en la
administración del culto católico y las situaciones
que acontecieron en la región desde el siglo XVIII
hasta el siglo XX. Después de la catalogación podría
considerarse la digitalización de los documentos
como lo realizado por Óscar Janiere Martínez con
los libros eclesiásticos de Tecpatán del siglo XVII y
XVIII, que están a la espera de estudios sobre la participación de la población zoque en las funciones
que desempeñó este convento a través de cofradías,
noviciado, seminarios y escuela de primeras letras.
Para los archivos del registro civil, se debe considerar la limpieza y la restauración de los documentos de forma detallada y minuciosa, ya que los
documentos de finales del siglo XIX se encuentran
afectados por manchas de humedad, polvo y hongos, por lo que convendría diseñar un proyecto
más amplio en convenio con la Dirección General
del Registro Civil del Gobierno del Estado. En seguida de la estabilización de los documentos podría considerarse la digitalización y la producción
de un portal digital con los documentos del siglo
XIX y principios del XX, que facilite el acceso a la
población y a los investigadores en busca de información acerca de historias de familia y la dinámica
demográfica de la región zoque, a través del análisis de los registros de nacimientos, matrimonios y
defunciones.
La situación que presentan los archivos de la antigua provincia zoque puede tomarse como referencia para los 123 municipios del estado de Chiapas,
ya que hasta la fecha tan solo se tiene conocimiento
de la existencia de los archivos de San Cristóbal y
Comitán, donde la sociedad civil ha solicitado la
atención por parte del cabildo y el comité ejecutivo
del ayuntamiento para conservar el propio archivo del gobierno municipal. Esta situación se debe
a que las autoridades de los ayuntamientos no se
encuentran obligadas por leyes ni por autoridades
superiores, como tampoco atienden la obligación de
respetar el derecho al acceso a la información y rendir cuentas a la ciudadanía. Los esfuerzos que hasta
ahora se han llevado a cabo por los investigadores,
como los realizados por José Alejos en el archivo del
ayuntamiento de Tumbalá, por Justus Fenner en la
región de los Altos de Chiapas, y por Carlos Román
en la región del Soconusco en la costa del Pacífico,
se han concentrado únicamente en el rescate temporal de documentos sin llegar a la organización y
conservación de los archivos de forma permanente.7
El gobierno del estado a través de la creación del
Instituto de acceso a la información pública para el
estado de Chiapas (IAIP) en el año 2006, comenzó
a promover la transparencia y el acceso a la información en las autoridades del nivel estatal, obligándolas por ley a crear sus portales de transparencia y a
brindar atención a las solicitudes de la ciudadanía,
sin embargo, las autoridades del nivel municipal
continúan sin atender las obligaciones promovidas a través de este instituto, y sin interesarse en
la importancia de la administración y conservación
de sus archivos históricos. Podría significar un gran
avance en materia de transparencia y acceso a la información si la labor del IAIP trascendiera hacia el
nivel municipal, promoviendo en las autoridades el
respeto a este derecho y motivando a que el Congreso del Estado otorgue recursos destinados exclusivamente a la creación de los archivos en cada ayuntamiento, además de la contratación o capacitación
del personal para su manejo y atención.
Los archivos municipales además de significar
un reto para las instituciones de gobierno y la sociedad civil, representan una enorme oportunidad
para instituciones educativas como la Unicach que
podrían fungir como agente de cambio y desarrollo,
a través de proyectos de colaboración que propicien
el empleo de egresados en el rescate, ordenación y
conservación de los archivos; además de brindar
capacitación continua para proyectos especiales
de restauración, clasificación y digitalización de
documentos; por lo que es necesario reforzar las tareas de servicio social e investigación documental a
través de prácticas en archivos históricos, fomentar
la comprensión de reglamentos y métodos de cla-
44/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
sificación y administración archivística, además de
mantener proyectos de colaboración con organismos gubernamentales como el Instituto de acceso a
la información pública para el estado de Chiapas y
el Archivo General del Gobierno del Estado.
Los archivos municipales además de ser un
espacio para que la ciudadanía pueda ejercer su
derecho al acceso a la información en el ámbito
local, deberían ser entendidos tanto por la sociedad como por las autoridades, como órganos que
garanticen y promuevan la rendición de cuentas y
la transparencia de la información, ya que a través
de sus funciones podrían contribuir a evitar actos
de corrupción y coadyuvar a que la administración
pública sea a favor del interés general de la sociedad. La información municipal también permitiría
conocer situaciones particulares de cada municipio, analizar los procesos que se desarrollan en las
microrregiones de la geografía chiapaneca y comprender la historia de Chiapas desde la diversidad
y particularidad de cada municipio. Finalmente,
el rescate de archivos municipales es una tarea
compleja que requerirá de la suma de esfuerzos
tanto de autoridades como de la sociedad y de la
participación de la universidad como pieza clave
para la innovación y el desarrollo de los archivos
y sus múltiples beneficios para el conocimiento de
la historia de Chiapas y el desempeño democrático
de los gobiernos locales en la época actual.
INEGI, (2005/2010). En la consulta en línea de los tabulados
básicos del Censo de Población del 2010 solo aparece la población hablante de lenguas indígenas de la entidad, mientras
que en el Conteo de Población del 2005 aparece la población
hablante de lenguas indígenas de cada municipio.
5
Durante más de un año Óscar Martínez trabajó en la búsqueda del archivo del ayuntamiento de Copainalá que finalmente
encontró en la bodega de la agencia municipal del ejido Nueva
Mezcalapa, a través de sus gestiones el cabildo aprobó el traslado
del archivo a Tuxtla Gutiérrez para poder organizarlo y clasificarlo, desafortunadamente el día que realizarían el traslado fue
llevado al tiradero de basura y quemado por el encargado de
la bodega con la anuencia de una autoridad municipal. Entre la
documentación eliminada se encontraba el archivo del antiguo
Departamento de Mezcalapa que abarcaba diez ayuntamientos
de la región. Un resumen de la búsqueda y la inesperada pérdida
de este archivo se encuentra en: Martínez, Óscar (2011).
6
Para La historia reciente de la transparencia y el acceso a la información en México, además de sus usos en democracia y sobre
las obligaciones para las autoridades, véase: Aguilar, José (2008);
Carbonell, Miguel (2008), López-Ayllón, Sergio (2006/2009); Merino, Mauricio (coord.) (2005). Sobre el marco jurídico para la
fiscalización y rendición de cuentas de la administración pública
en México, véase: López, Sergio et al. (coords.) (2011); Merino,
Mauricio (2009); Monsiváis, Alejandro (comp.) (2007).
7
Algunos informes sobre las labores del rescate de archivos
municipales en Chiapas han sido publicadas por Alejos, José y
Elsa Ortega (1990), Román, Carlos (2005); Fenner, Justus et al
(2001/2003/2005/2008); además de los portales en internet de
Los Archivos Históricos de Chiapas apoyado por Dolores Palomo y
el Catálogo del Juzgado de Primera Instancia junto con Ana Garza.
4
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XXI Editores, pp. 10-11.
2
Los estudios más recientes sobre la población zoque de Chiapas se han enfocado mayormente al impacto de la erupción
del volcán Chichonal, véase: Reyes, Laureano (2007); Hidalgo,
Enrique (2009); y Alonso, Marina (2011).
3
Sobre el olvido de los zoques y los procesos ocurridos en las
regiones habitadas por esta población durante el movimiento
armado del EZLN, véase: Lisbona, Miguel (2006). Las memorias
de las reuniones de investigadores del área zoque se encuentran
disponibles en: Varios autores (1986); Aramoni, Dolores et al.
(coords.) (1998/2006). Para consultar las investigaciones realizadas sobre los ríos La Venta y Negro, el occidente de Chiapas y
el Istmo de Tehuantepec, véase: Badino, Giovanni et al. (coords.)
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46/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Plática con don Alfonso Cruz Arias*
Ana Esperanza Núñez Ruiz**
Introducción
L
a siguiente información, proporcionada por
un hombre de campo, ilustra varios asuntos
que deben ser considerados cuando se hace
acopio de información desde la entrevista. Lo que
aquí se transcribe es parte de una grabación del año
de 1995. El entrevistado es hombre de edad avanzada, de escasa educación que guarda cierta cantidad
de información en tanto fue parte de los hechos y
que aún conserva una memoria eficiente para recordar nombres, lugares, fechas y eventos, aunque
con algunos problemas de temporalidad, por lo que
la información vertida debe ser cotejada mediante
otras fuentes, lo mismo va aparejada con imprecisiones aunque el hecho narrado sea verdadero. La
entrevista libre puede arrojar luces en un sentido
amplio, con el riesgo latente que la información
vaya por un rumbo no deseado por el entrevistador;
en este sentido, hay que apegarse a un formulario
(cédulas de campo) de antemano preparado y tener
la agudeza de agregar preguntas alternas en función
de la importancia de lo que se describe.
Por otra parte, y no menos interesante es el
cómo se inserta la información en el momento de
la redacción. Hay que dejar la voz, o hay que hacer
una interpretación del mismo. Dejar la voz trae una
disyuntiva, se redacta con una gramática correcta, o
se deja el hablar tal cual lo expresa el entrevistado.
Qué se gana y qué se pierde en la elección, el caso es
Entrevista realizada el mes de julio de 1995 (edad del entrevistado, 83 años).
**
Estudió la licenciatura en Sociología en la UNACH. Actualmente es docente en secundarias técnicas. El trabajo que aquí se
presenta es un rescate entre una veintena de entrevistas realizadas en la región Frailesca entre 1994-1995 como parte de la
investigación de tesis para obtener el grado.
*
que hay que elegir. En este sentido hay una traspolaridad de los hechos entre la oralidad y la escritura.
La transcripción evidentemente pretende describir
con claridad la información para hacerla asequible
al lector y no para perturbarla, lo que modificaría
significativamente la prosodia (pausas, inflexiones
tonales, etcétera).1 El texto que se expone, entonces, permite adentrarnos en ese mundo sorprendente del discurso oral y someterlo a la racionalidad de
la escritura.
Entrevista
Yo nací en la finca La Simpatía, municipio de Villa
Corzo en 1912. Me llamo Alfonso Cruz Arias, soy
hijo del señor Beltrán Cruz Pascasio y la señora
Evangelina Arias. Cuando yo estaba de dos años mi
madre falleció al nacer otro mi hermanito, ella se fue
en un flujo (pausa), tuvo una mortal muerte, que yo
desde esa fecha no conocí a mi mamá. Hasta la edad
de ocho años me recogió mi madrasta cuando se casó
mi papá, entonces ya nos venimos de La Simpatía a
vivirnos en Villa Corzo, cuando ya estaba terminando la revolución que peleó los villista’, carrancista’,
voluntarios […] y lo oigo pronunciar la amistía que
terminó la revolución […] entonces, yo tuve sentido de responsabilidad de haberme dado cuenta de
lo que pasó en esa temporada, y me di cuenta ¡que
a todo dar era Villa Corzo! Antes se llamaba Trinidad de La Ley, pero como por suerte ganó Villa o
los villista’ le pusieron Villa Corzo igual que Villa
Flores. Cuando tuve la dicha de ir comprendiendo
de las cosas de la vida, por ensistimiento y consentimiento de mi madrasta Eustolia Gómez, me empecé
a dar cuenta de la extensión del municipio de Villa
Corzo, al oriente colinda con Chiapa de Corzo que
es terrenos El Parral; al poniente colinda con Tres
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /47
Picos que es Tonalá, la costa, esa extensión (señala),
miren que es Villa Corzo; al norte colinda con Villa
Flores, pues Villa Flores captó la mayor parte de los
terrenos buenos a causa de los gobernadores, los
presidentes le quitaron su riqueza que tenía Villa
Corzo. Villa Corzo llega a mitá de Villa Flores el terreno donde le dicen el bajial, donde hay un tancón
que lo hicieron biblioteca hoy en día, allí era Villa
Corzo; al sur el cerro del Sonsonate, Peña Flor, al
sur colinda con Los Pato’, Tres Pico’, Los Mango’.
Los Pato’ ya es la costa, donde ese cerro del Sonsonate hay cafetales, hay bastante propietarios que
han engrandecido a Villa Corzo porque ellos han
trabajado, han logrado hacer carreteras y hoy es un
lugar muy rico, mucha madera.
Yo tengo sentido de responsabilidad que me di
cuenta cuando el doctor Rafael Pascasio Gamboa2
fue gobernador del estado. Yo estaba de 24 años y
comencé a servirle al pueblo de Villa Corzo, y fui regidor segundo y también quedé algunos días como
presidente para cuidar, estar al celo del parque de
Villa Corzo, que no había más que unos palos de
nambimbo, palos de marañón, que mucha gente no
lo conocen esos árboles ’orita en la actualidad, antes
los viejos tal vez, pero ’orita en la actualidad no conocen el palo de nambimbo, no conocen el palo de
marañón. Entonces se sostenían los policías amarrando burros para entregarlo al otro día y cobrar 15
centavos por cabeza, los policías andaban con sus
lazos para lazar los puercos, andaban unos garrotes
con correa para atrapar los bolos que andaban en las
calles para meterlos a la cárcel, al otro día que trabajaran, no les cobraban, que limpiaban las calles, las
calles no eran ni empedradas, pura tierra, que este
terreno es bastante macizo, bastante duro, pues los
ponían a barrer, una monserga y regañada que les
daba el presidente; el presidente en ese entonces era
Leandro Muñoz que nunca lo vi enzapatado, era de
gente humilde, y yo también; le voy a decir que este
terreno de Villa Corzo era terreno de propiedad de
San Agustín, el propietario, el dueño era don Crisóforo Ruiz Águeda, él regaló ocho caballerías3 aquí
que es Villa Corzo y los señores antecesores, los de
más edad, recuerdo como ’orita, y los llego a conocer, por cierto, uno es mi abuelo don Fausto Ruiz,
don Vicente Constantino, don Beltrán Zuart era
costeño, él fue casado con la señora Elísea Ruiz, la
hija de don Crisóforo Ruiz Águeda y ellos agarraron
las propiedades enfrente el cuadro de Villa Corzo,
que hay unas casas, que hasta la fecha yo vivo en
una de ellas, pero no es herencia, yo la compré de
adobe atravesado, atravesado le queremo’ decir que
en vez de lo largo como usan ’ora las casa’ ¡pa´ser
de adobe antes las casa’! estas casa’ que hoy existen
es de adobe atravesado, les puedo constatar que en
Villa Flores no hay ninguna casa de adobe atravesado, ancha las paredes como hay aquí en Villa Corzo,
por eso yo me doy cuenta de que la tierra de Villa
Corzo, los terrenos de Villa Corzo son estériles, son
fuertes, son macizos, que eso yo sí entiendo, que
los terrenos de Villa Flores, no lo voy a defraudar,
muy buenos terrenos, “carne tierra”, que se siembra
cualquier árbol, cualquier rosa y todo muy bonito,
aquí se le ha de echar abono para que las plantas se
amejoren, que sean demasiado frondosas. Yo me he
dado cuenta de Villa Corzo, qué extensidad de terreno, cuánta cosecha de árboles, cuánta cosecha de
ganado, cuánta cosecha de café, y hoy en la actualidad recuerdo como si fuera 'horita, cuando Ruiz
Cortines4 fue el primero que vino a hacer un destacamiento de agua en Buena Vista, y ya era colonia, le
hizo los riegos para Primero de Mayo, Revolución,
y luego que entró el presidente de la república Luis
Echeverría5 siguió haciendo mejoras, que hay tenemos el embalse y como se siguen, adquirieron varios presidentes de la república, haciendo bastantes
beneficios y que de aquí de Villa Corzo se van los
pescados a Mapastepec, se va a la costa las mojarras, se va a Jaltenango, se va a Yajalón. Yo estando
en Yajalón una ocasión, tiene algunos 10 años, me
dicen: “¿quiere usted mojarra de La Angostura?”, y
cuál fue mi sorpresa –¡La Angostura!–, sí, onde es
Villa Corzo, y le digo, ¡ay qué lindo es Villa Corzo!
Yo tengo sentido de responsabilidad de todo lo
que ha ocurrido en las cosas, en los presidentes, en
los gobernadores, todo, porque yo siempre y cuando he estado en la política, aunque sea perdiendo,
no de empleado, que me han invitado, he saludado
a varios gobernadores, he platicado, se ha estrechado mi mano con algunos de ellos. Cuando fue León
48/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Brindis,6 yo estuve cerca de ser presidente pero no
me llegó la suerte, y me puse a pensar, honestamente, que la presidencia no es herencia, a cualquier
persona le puede llegar la suerte, sea como dicen
hoy, sea por el compadrazgo, o sea por el dedazo,
o esa cosa, y cuando no fui presidente, yo quise
mucho al presidente, porque era un mi ahijado, de
nombre Orozco Grajales. Yo tenía un carro nuevo,
Willis, y fui a cambiar todas las autoridades, en
Buenavista, Primero de Mayo, Revolución, Parral,
y cuál era mi sorpresa, que como yo fui primero a
querer ser presidente me di a conocer y después me
fui de compañía del presidente, me abrazaban más
yo que el presidente, me pusieron corona, y todos se
admiraban por mi edad o quién sabe, qué sé, pero
me apreciaban. Yo he conocido, en las buenas y en
las malas, todas las actuaciones de los señores presidentes; antes, los señores gobernadores no estaban
al tanto de sus municipios, como había bastante dinero largaban el dinero, los cheques a los presidentes y hacían ellos lo que querían, se vino a componer ’ora que tengo esta edad de que me encuentro,
cuando entró González Garrido7 que él encarceló a
todos los presidentes que habían adquirido todos
los dineros que no debían agarrarlo. Entonce’ yo
sabía de que un presidente no quería a su pueblo,
porque si le llegó, como digamos hoy, unos dos mil,
que son millones de peso’, era para beneficio de sus
pueblo’, no era para comprar, amejorar sus terrenos, para comprar buen carro y todo, pues todos no
metíamos ni la mano más que oír, ver y lamentar,
pero entrando Garrido los encarceló todos, como
todos sabemos, y de ahí para acá ha habido mucho
problema, y ahora otras cosas que les voy a platicar,
que nuestro voto ya no vale, tal vez, no solo yo, tal
vez más gente sepan que cuando entró Jorge de La
Vega Domínguez8 fue por un tiempo ser gobernador, y cuál fue nuestra sorpresa, mandaron a don
Salomón González Blanco,9 él estuvo ofreciendo
muchas carretera, muchas escuelas, muchas cosas y
tenía mucho dinero Petróleos Mexicanos y él no lo
pudo haber ocupado en nada, lo mandan a llamar a
México, y cuál fue nuestra sorpresa, que nos vino
un gobernador Sabines Gutiérrez.10 Él embelleció a
Tuxtla, él hizo cosas muy preciosas, él embovedó un
río de Sabinal donde morían muchos caballos, donde alguno que tomaba y se iba allá lo revolcaba y se
moría, donde tocaba sitio lo embovedó el río, que
hasta la fecha cualquiera lo ve, si pasa por ahí lo ve,
onde toca cuadra hizo puente, donde lo dejó Juan
Sabines Gutiérrez ahí se quedó, ya no hubo quien
otro pudiera ver hecho seguir el trabajo, tan precioso, tan bonito, que cuando pasa uno por una clínica
que hay por ese rumbo de Cinco de Mayo para abajo, se siente aquel aroma, y nadie hace porque siga
embovedando ese río, esa parte tan mala.
Fíjense que también ustedes no lo saben, pero
vino el conflicto de los presidentes que se daban
cuenta que Villa Corzo era un buen ganadero, Villa
Corzo un buen maicero, frijolero, entonce’ procuraron adquirir el terreno del río Pando, Villa Hidalgo,
16 de Septiembre, toda esa zona maja de terreno y
agarraron hasta el puente de Villa Corzo con Villa
Flores. Se quedó corto Villa Corzo, tonce’ agarraron
la parte del bajial, todos esos terrenos, Las Cruces
del otro lado de Villa Flores era Villa Corzo, quien
dice, quien reclame, quien me quiera decir que no es
verdad que me pregunten a mí y yo los voy a mandar donde los van a persuadir, y como ustedes saben
que hay ese refrán, que el peje grande come al chico.
Allá en Villa Flores es distrito, allá había juez
mixto de primera instancia, allá había ministerio,
allá había delegado de tránsito, todo. No tiene muchos años que cambiaron lo que era Villa Corzo para
Villa Corzo, lo de Villa Flores para Villa Flore’, y eso
recuerdo, qué fecha fue, cuando Sabines Gutiérrez,
hicieron cosas muy buenas, namás lo que no, él hizo
que andaban comprando terreno, obligando terreno, quitando terreno, porque andaba una persona
inteligente que era don Germán Jiménez Gómez que
andaba con el señor Sabines Gutiérrez, que adquirieron muchos terrenos, hicieron muchas mejoras,
pero también explotaron muchos terrenos que eran
de Villa Corzo y los pasaron a Villa Flores. En ese
entonce’ robaron mucho dinero, nadie se quejaba,
había crédito, había préstamo para ganado, para
comprar terreno, si usted le gustaba un terreno y el
dueño lo quería venderlo, lo llevaba usted a la comercial o a cualquier banco que él fuera ya a darle
escritura, y no costaba nada hacerse de un terreno,
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /49
el dueño le daban su lana y el que quería trabajar se
quedaba con el compromiso, y era muy bonito, pero
en pocos años, al tiempo se fue agotando las aguas, el
tiempo fue cambiando en los bancos, muchos fueron
agarrando mucha deuda porque daban dinero para
comprar vacas, que de 8 millones, de 10 millones, de 5
millones, la Nestlé iba muy en grande, la Nestlé daba
acción de recoger la leche y vivía uno muy feliz, que
hasta la fecha vale más una caguama que un litro de
leche, yo creo que sí están entendido’, tengo uso de
razón, no estoy diciendo una cosa que es mentira, es
verdad, vale más una caguama que un litro de leche,
y nosotros ’orita tenemos módulo donde llevamos la
leche con nuestro carro o con caballos, nos prestaron los bote’ por un año y ’orita nos están cobrando
ya los bote’, ’tamos pagando al empleado que recibe
la leche, ’tamos pagando energía eléctrica, pagamos
la hechura del módulo, promedio de 25, 24 millones,
arreglamos el camino donde llevamos nuestra leche,
el que le tocó carretera feliz, pero el que no, infeliz
porque no hay ninguna ayuda, y pa´como está ’orita
la situación, más duro, que a’sté dar […] muchacho
pa´que cargue el carro y sale comido por lo servido,
andamo’ ’orita mal y por mal, y luego otra de las cosas, antes cuando era chamaco, el maíz se medía por
almú,11 por media fanega, por fanega;12 el almú pesaba
12 kilos, el frijol por medida, 15 o 16 kilos, era todo
con medida.
En esa fecha se hacía molienda, se usaba panela
para café, solamente el que estaba más bien usaba
azúcar, de ahí se endulzaba con panela, se cocía el
café, el frijol en pura olla de barro. No había este
alcance, hoy, que en pocos minutos se cuecen las
cosas ¡no!, entonces se sufría. Las mujeres molían
con piedra de moler que le decían metate; el metate,
salió el nombre que vino de la costa, que allá tenían
sus metate, metate es piedra de moler con bracito,
el nixtamal que cocían en una olla con hoyito que
le dicen pichancha, pa´lavar el nixtamal, todo eso
yo lo vi. En el suelo hacían unos tenamastes de tres,
ahí ponían las ollas pa´cocer en leña, después fueron
alcanzando de hacer fogón, se fueron poniendo al
tanto la gente, lo pase. La mujer que se vestía ponía
su mandil o sea delantal, hoy ni saben decir delantal. Nosotros usábamos camisa de manta con botón,
con pechera, se compraba por pieza la manta, lo
usabamo nosotros para calzoncillo, camisa de manta, era muy triste antes pero vivía uno más tranquilo, no había disgusto o muerte, que hubiera pleito.
Pobres pero vivíamos más honestos, se usaba el medio real, el real, 2 reales, 8 reales, 20 reales, 12 reales
era 1.50, digamos un peso con cincuenta centavos,
20 reales eran 2 monedas de a 1.00 y un tostón, un
tostón era 50 centavos, se compraban los blanquillos por medio, por cuartillo13 y todo era muy fácil,
ahora hay mucha plaga, por todo, ahora la situación
es muy dura, dura, dura…
Yo les voy a platicar que yo aprendí a hacer tortilla, a hacer memela, porque mis hermanos, me fui
quedando solo: la primera se huyó, se fue a Tonalá,
allá lo casaron; la segunda se casó aquí, por capricho, que no era voluntad de mis papás, también se
quedó sola, que ya falleció; mi hermano de 20 años le
dio sarampión y como andaba enfermo y no se cuidó le dio pulmonía, falleció; mi hermana, antes que
yo, le dio estilencia, se le cerró la garganta, también
murió; entonces quedamos dos, yo y mi hermanito,
pero mi hermanito tenía un padrino en Tuxtla, era,
se llamaba él, coronel Wulfrano Aguilar, que era
inspector de policía, se fue a trabajar y yo me quedé
solo aquí, y cuando iba mi madrasta a México, me
quedaba solo en el rancho, atendiendo un cañal con
el que hacíamos panela. Yo, cuando llegaba yo de pasear de Villa Corzo, tenía yo 16, 17 años, llegaba yo
a lavar un poquito de nixtamal, agarraba yo el molino y hacía yo un poquito de pozol, tanteado, ese
era mi cena, que tuviera algo mi estómago y yo era
feliz. Me levantaba, me chupaba dos huevos crudos,
un traguito de café y me iba yo al campo, llegaba yo,
dejaba yo hecho la lumbre, llegaba yo, rascaba yo las
brasa y todo, lo sonaba yo la puntita del blanquillo,
ahí lo estaba yo moviendo, ahí estaba el blanquillo
tibio o duro para que yo almorzara, tuve 13 años solito. Mi madrasta era católica, se iba a ver la virgen
del Rosario como estaba, se iba a ser su fiesta, si se
iba a hacer nombramiento, en fin, yo me quedaba
allá, como 13 años yo estuve solo, solito con mi madrastra, porque yo quedé huérfano de 12 años, que
murió mi papá, y yo me formé y hoy me siento no
con reuma, no con presión, ni sufro de nervios. En
50/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
primera, que mi madrasta me supo seleccionar, me
supo podar, me supo dar consejo y soy un hombre
que puedo dar dato, quién es Alfonso Ruiz Arias, yo
no fumé, no digo que no tomé. De 23 años que me
casé ya empecé a tomar, pero no pasado de la cuenta,
nomás hasta me reí yo, cuando agarraba yo una cerveza, ¡ah!, no fui tomador, que hasta la fecha tengo
sentido de responsabilidad para haber nacido en el
año de 1912, el 29 de octubre, según dicen que es día
de los angelitos, para tener hoy 83 años, me siento
bien, duermo bien, no tengo nervios, no tomo pastillas para dormir y sirvo mucho para algunos amigos, para algunas personas, para darle consejos, que
entren en el camino del bien. No tengo yo nervios,
gracias a Dios ni lo creo, vivimos con mi esposa 56
años, muy bien, muy contentos adquirimos 7 hijos y
que todos existen hasta la fecha. Yo me siento muy
tranquilo, muy contento, me atienden mis dos hijas,
estoy rodeado, estoy rodeado todavía de mis hijos,
estoy controlado, no ando mal, ni critico, ni soy ansioso por nada y tengo propiedades en el mero parque de Villa Corzo gracias a Dios, fue casa de un mi
abuelo, el papá de mi papá, por suerte adquirí a comprarlo, cuando ven el letrero que está en los palos,
ahí dice qué fecha lo edificaron, tiene más del siglo
y cuando ven el nombre de Fausto Cruz Ruiz, que
yo adquirí la casa, o me lo dieron de herencia, ¡no!,
yo lo compré, y aquí en Villa Corzo adquirí varias
propiedades. Yo a Villa Corzo lo he servido de regidor tres veces, de fundador de la ganadera fui yo, un
fundador de la ganadera, ya los señores antecesores
ya fallecieron, como fue don Artemio Coutiño, como
fue don Amado Zuart, como fue don Alberto Zuart,
como fue don Ireno Ruiz, como fue don Oneciforo
Coutiño, don Agustín Ozuna, todos esos señores,
yo de joven, recuerdo, como si fuera ’orita, yo estuve con ellos, y cuando se llegó el día que regalaron
un terreno, yo fui, fui fundador y fui representante
de la casa de la ganadera de Villa Corzo; la ganadera
de Villa Corzo tiene muy bonito lugar, mucho, es esquina, está muy precioso, acabo de entregar yo el 10
de enero de ser presidente del Consejo de Vigilancia.
(Concluye el lado “A” del casete).
Gustavo López Camacho de que me ve, tío dice,
ese licenciado González López Camacho que ha
sido diputado, ha sido presidente de la regional, y
yo pa´que le voy a platicar historia, se dan cuenta
mis amistades, cuando voy, que de tío me tratan por
el lado de quien sabe qué, pero yo he tenido muy
buena suerte, mis hijos me cohiben que me salgo,
que me invitan y que ahí voy, y que ya no es para
mi edad que tengo, ya no es para que yo ande por
otros lugares, que yo ande yo de noche, tienen mucha razón. Ahora también otra cosa, ’orita que se
avecina el cambio de presidente, de diputado, yo
garantizo que el señor licenciado José Luis Coutiño
López que está jugando a diputado a nivel Frailesca
(Villa Flores, Villa Corzo, Jaltenango y La Concordia), fue en el lapso que los años que yo estuve en
la ganadera, él nos avaló con una carretera de Villa
Corzo a Monterrey; él fue con don Marco Antonio Besares Escobar hacernos ver que si podíamos
ayudar y nos avaló con una planta para “pastirizar”
pastura para ganado que dio González Garrido, que
era para Villa Flores, pero vio lo poco que fuera para
Villa Corzo; nos avaló con Elmar Setzer Marseille14
que él fue gobernador interino, que nos hiciera una
bodega preciosa de 25 metros de largo por 10 de ancho, que entra carros adentro para poner la planta
que se dieron los ganaderos que quedara en Villa
Corzo, y los señores Paco Coutiño, hermano de José
Luis Coutiño, licenciado, que si Dios quiera va a ser
nuestro diputado, regaló media hectárea y otra media hectárea regaló el hijo de don Javier Zuart (Quico Zuart), entonces se unieron una hectárea, regalaron que ahí está la bodega, ahí está la planta, hay
un pozo de agua, una noria, y ahí se dio la ganadera
poner el tanque de leche que ustedes pueden pasar
algún día, rumbo a Buenavista, está muy precioso
ese lugar, yo hago mención que Villa Corzo es muy
grande, muy precioso el municipio, sé que el más
grande es Ocosingo, el que le sigue es Villa Corzo, y
pregunten con cualquiera estudiante, ingeniero, licenciado, que les diga lo que dice este viejo que soy
yo, don Alfonso Cruz Arias, me digo viejo pero yo
mismo, no me dice otro, porque lo he leído, lo he
visto, lo he convivido y he participado y lo sé.
Yo cuando me casé mi paseo de boda fue ir a
vender 22 animales a Jaltenango, a los ocho días de
casado. Yo me casé en el año 1936, estaba yo de 23
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /51
años y mi esposa de 17 años, era ella de Tuxtla Gutiérrez, y vino don Humberto Macías y me dice, oye
Alfonso, quiero ayudarte, te voy a dar animales que
compré, te voy a dar el precio, te voy a dar el derecho
para que no te pare la montada, en ese tiempo conocí el general Fausto Grajales Ruiz… Fausto Ruiz,
que vivía en La Concordia vieja, donde es pura agua;
me dio mis papeles para que no me detuvieran, y me
fui muy triste, porque yo no sabía ese negocio y fui a
probarlo, pasé por El Ámbar, no había Ámbar, pasé
por Independencia, era rancho, era rancho, no era ni
colonia, pasé por Benito Juárez, era rancho, le decían
Nuestra Señora, le pusieron Benito Juárez. Todo eso
yo les platico porque adquirí muchos amigos ahí… y
me fui a Jaltenango, me agarraron mis caballos, me
lo llevaron al cabildo... cabildo era onde era una casita de paja y un palo largo, y di los papeles y todo
me lo entregaron, y ahí comencé a vender mis animales, a cambiarlo por ganado, tuve 14 días, conocí
yo Jaltenango, conocí El Parral, conocí la colonia
San Fernando, conocí La Victoria, Monte Grande,
Monte Cristo, conocí y me alegré porque allá daban
sal el ganado, en un rodeo en tierra daban sal el ganado, sal colorada que cosechaban en La Concordia,
mucho ganado, una inmesitud de terreno que era,
por eso hoy que supe que había invasión por ahí, ¡ay,
que injusto son los gobernadores! cómo no se acordaron de por ahí. ¡Ah, y no había carretera cuando
iba yo!, me esperaba yo tantito, onde iban a pasar
mis animales, porque iban 80 y 70 chamulas que
llegaban a trabajar a las finca’, iban con unas sus pulla’ de fierro, cargando sus cosa’, aquella chamulada
que iba a Liquidámbar, a Monte Grande, a Prusia,
en todas esas finca’ yo tuve conocimiento; cuando
ya me hice mis animales que vine, lo que me tocaba, me tocaba 3, 4 becerras, hacíamos cuenta con
don Humberto Macías y ya entonces logré comprar
muebles, carretas; ya llevaba yo harina, azúcar para
Jaltenango y de allá traía yo trago de contrabando,
traía yo café para venir a vender aquí a Villa Corzo
a Villa Flores, y así me fui haciendo de mis cosas y
cuando tuve más alcance, más viveza.
No había carretera aquí a Villa Flores, no había
puente, ni puente vado, tonce’ yo intenté comprar
un mi carrito Willis cuando vivía don Juan Aramoni
en Tuxtla, que valía 45 pesos un Willis de doble
tracción, tonce’ intenté ir yo a Tuxtla, y fui a platicar,
primero estuve en Villa Flores con un señor que se
llamaba Adrián Balbuena, era agente viajero de don
Juan Aramoni, por cierto, el hijo está de delegado de
tránsito aquí en Villa Corzo. Que dice, ¿quieres carro?, sí, ¿tienes dinero?, sí. Mirá, dan un plan ranchero, yo te llevo. Cuál fue mi sorpresa, que fui, me conocieron, no dejé dinero, dejé mis papeles y todo. El
plan ranchero de 8 meses para pagar 45 pesos, traje
mi Willis. Y le dije, chance don Juan, dem'iste' un
chofer, ¿cómo te voy a dar chofer?, si hay aquí uno de
Primero de Mayo, ¿cómo se llama?, se llama Neftalí
Gómez; por cierto, 'horita sé que vive en Primero de
Mayo, ya está más amolado, es joven, pero si nos apareamo' le gano porque está muy enfermo, muy acabado, tiene no sé cuántas operaciones; dice, oye Neftalí, ¿te quieres ir con don Alfonso?, ¿a dónde? a Villa
Corzo; no a Villa Corzo, a Chapultepec, el rancho
donde yo vivo, namás fue entendido a ordeñar la
vaca, a rajar la leña, a acarrear el agua con dos galones, allá te vamos a mantener y yo te voy a tratar
muy bien, te voy a dar tu sueldo, cómo no me iba a
quedar dinero que no hice de contado el carro, y dije
yo, pues voy a pagar… y no tenía yo camino… pero
cómo cuando su política del señor general Francisco
J. Grajales15 fue un escándalo, esa política que andaban a caballo, pura caballería, no había carro, entonces se olvidaron de resguardar la forestal, de ya no ir
a picoteá las tabernas, entonces logré ir a tirá monte
y todas esas gentes mihicieron mi carretera, por un
arroyo que le decimos El Tumbi, el arroyo Agua Zarca, el arroyo de Los Hueso', pa´que pasara mi Willis,
todos me decían que qué ruta iba yo a agarrar, pero
qué ruta, sino hay camino, lo traen para mi servicio,
todos se admiraban que Alfonso Ruiz Arias, el primer carro de Buena Vista, el primer carro de Villa
Corzo, de servicio, el primer carro de Villa Flores. En
Villa Flores, me acuerdo como si fuera 'horita, don
Vícto' Moreno él tenía un carro de trabajo de Villa
Flores a Arriaga, que llevaba tabaco, llevaba maíz,
llevaba frijol, y don Abigail Jiménez otro carro camión, ya bastantes a caballo, pero eran los dos único', y en Villa Flores don Ireno Ruiz Arias, mi tío, mi
padrino, hermano de mi mamá, tenía otro carro que
52/
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era una lucha pa’sacarlo aquí a Villa Flores, que pasara el río, y un señor, don Hugo Hernández, muy
jovencito le regalaron otro camión, eran 4 camión
que recuerdo cuando yo compré mi Willis, y lo compré con sacrificio, con mi trabajo. Nunca fui presidente, porque todo el que entraba a de presidente
luego compraba su carro, y yo no; yo con el sudor de
mi frente, lo tuve 3 años ese mi Willis, arreglando
camino, que las carretas pasaban botadas, el Willis
pasaba parada, allá en el paredón me ayuda a hacer
camino. El señor Francisco Serrano, el señor Adolfo
Grajales ya fallecieron, Alejandro Ruiz, Manuel
Ruiz, Iturbide García, José Gregorio, me ayudaron
porque yo les di el terreno que pude haber alambrado en esa fecha que fue esa política, logré alambrarlo
a cortar poste, a tirar los acahuales, que solo la leña
aproveché que valía 7 pesos una carretada, 7 peso’
una carreta bien llena, ese era mi logro de dar mi
terreno arrendado, pero me hicieron mi camino, empedrado pa´que entrara en el rancho, mucha ayuda,
pues no sé onde sería mi alcance, porque yo, mi madrasta Eustolia Gómez viuda de Cruz, ella me enseñó a comportarme, me enseñó a manejarme en todo
y por todo, ella me cuidaba, me vigilaba que no fumara yo, que no tomara yo, que no fuera yo mal hablado, y solo pasé mi segundo año, con maestros pagados. Para hacer cuenta, agarraba yo maíz o frijol,
sea que lo hiciera yo de a 100 pesos o de tostón, no se
miraban los billetes de a mil, 100 y tostón para hacer
cuenta, era muy dura la situación, crecí gracias a
Dios. Cuando ya ella, la última vez que fue a México,
vino y me dejó [con] una su comadre cuidándome,
de 45 años su comadre, y yo de 17 años, pues casi ella
me enamoró, y cuando ella vino estaba embarazada
de mí, de 17 años yo, no le gustó, me pegó una gran
escobeada, me regañó, me maltrató, me sirvió de mucho, por eso yo ya me trajo mis zapatos, mis pantalones de casimir, me los mandó a hacer, camisa de popelina, de frac, luego ella me compró dos caballos,
me comenzó a manejar los caballos, entonce’ mi afición fue las parejas, ya comencé entrar en otro ambiente, luego vino un muchacho, me enseñó a tomar
el tiempo otro caballo que corriera, me iba yo a Villa
Flores a tomarle el tiempo, y me decía, mayor que yo,
tío Alfonso, tal caballo le gana a tal caballo, si que-
rés… le decía yo a mi madrasta, me vas a dar dinero
tía; para qué quieres; es que me voy a echar una pareja; ah, y te vas a meter a eso, ¡muy bonito!, pero te
gusta; sí me gusta; con quién vas a correr; con don
Cipriano Nangulá; ¡ay, no, con Miguel Tamayo, con
don Fernando Farrera, mirálo este triste onde se va a
meter! Y yo me entró un ambiente enzapatado, bien
arreglado y montando aquellos caballos, y me compró una cabezada de plata, una montura negra, ya
comencé a mover los caballos, y que me voy a Villa
Flores, solicité una pareja, lo comencé a cuidar, el carril era onde es el parque Aquiles Serdán, ahí era el
carril, y ahí era onde venía avión, que era un espanto
cuando venía el avión, ahí aterrizaba el avión, onde
es Aquiles Serdán ahí comencé a correr y gané; y me
sale Buenavista, allá voy a perder; me vuelve salir
otro a Buenavista, gané; y como cuando uno gana,
uno se calienta uno, cuando pierde uno también, me
vuelve otra vez ahí, sí que perdí, y entonces dice,
mirá Alfonso, yo quiero que te casés; pero con quién
me voy a casar. No, buscá tu novia, quiero que te cases, ya no quiero que sigas siendo soltero, ya sé muchas cosas de ti, ya andas por acá y por allá, yo lo
quiero, porque si te casás te voy a regalar el rancho;
el rancho es de cuatro caballerías; yo, si no quería,
andaba yo paseando, pero cuál fue mi sorpresa, me
manda llamar mi padrino Ireno Ruiz Arias, en La
Simpatía, onde yo nací, tonce’ yo fui, él me recibió
muy bien, muy contento, después que comimos, ya
dice, oye Alfonsito, sé que tía Estolia es tu madrasta,
no es casi nada de ti, y eres solo el único que tuvo,
estás con ella, quiero que busques tu novia para que
te casés, ya no sigas, porque has agarrado la idea de
andar paseando nomás, ya sé que no tomás, pero te
gusta andar de enamorado, ya me dijeron todos tus
cosa’, tengo una carta, si quieres te lo leo. No, padrino, le dije, no es fuerza. ¡No! Te lo leo, Eustolia ya te
vigiló, ya sondeó la forma como andás y ella quiere
que te cases, porque ella ya se siente ya de edad y
todo. ¡Aah!... le digo, ahí lo voy a pensá. Pero cuál fue
mi sorpresa, en octubre íbamos a empezar a moler
porque teníamos una molienda grande, y comenzábamos a moler en octubre y se paraba hasta marzo
abril, grande; que ganando uno de mis caballos parejeros, el casco que se había enyerbado, me llevé una
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /53
cortada en la pierna donde se me entume, sentí el
navajazo, me paré, y al ver la sangre, caí. Entonces.
Te lo dije, ingrato. Ya me fui, y esa cortada se me infestó y me llevaron a Villa Flores, allá me conocí con
la muchacha con quien me casé… luego pedí que me
pasara a tirar una rosa, me mandó un ramo de flores,
me lo aventó, ya me le quedé viendo… dilaté como
veinte días, logré mandarle dos cartas, ya de ahí, ya
no saqué el dedo del renglón, la seguí y logré casarme
gracias a Dios, y al año me casé, el 25 de octubre. Yo
me arreglé con ella. ¡No!, fue ella, dice. Tú te vas a
arreglar, ya lo conocí, tiene bonitos ojos, tiene bonita
figura, así deben ser los hombres, deben mejorar su
raza en todo. Yo no le hacía caso, pero sí hoy, y fue el
25 de octubre de 1932 que logré casarme, sin mi familia, sin nada, con don Martín Cruz que era mi tío,
era gobernador interino en Tuxtla, de donde Victórico R. Grajales,16 que era el gobernador constitucional, le mandó una carta a mi tía participándolo que
un sobrino hijo de su primo hermano se iba a casar,
estaba solo, que lo nombraba de padrino para el casamiento y que iba a ser el casamiento donde está un
su compadre muy querido, don Herminio Chanona.
Un licenciado, inmediatamente mandó una carta de que no podía venir porque don Victórico, el
gobernador, estaba en México, y él estaba, pero que
buscara la marimba don Ireno Ruiz Arias, que no
pagara yo por marimba. Entonces dice, pues voy a
tener que darte otra marimba yo, ahijado. Dice, si
él que es tu tío, familia de tu papá, y yo, que soy tío
hermano de tu mamá, entonce’ no gasté en marimba; y como en ese tiempo no se repartía comida,
no se daba pastel, solo que tomar, era otro tiempo.
Ahora es distinto, gracias a Dios me casé, ella sin
conocer nos fuimo’ al rancho, usando ocote, usando
leña pa´ser la comida, todavía se usaba para dormir
petate, no había colchón, cama de reja, no tuve esa
dicha, como hoy, que antes surten la casa de todo
y ya que tengan todo ya se casan, o si no, no hacen
compromiso. Antes no, y fue un casamiento que
tuve yo, que adquirimos muchas propiedades, quiero decirle, claro que yo era el penco, el noble, ella
era la que le venía deseos de tener, de hacer compromiso, que habían seis, cinco marranos gordo’, se
iba a ver cuántas latas de mantecas daba. Prestáme
tres latas. Que dónde está. Que le demo’ una parte.
Si hay te los doy. Ahí traíamo’ los cochis arriando,
qué necesidad, era un gusto de hacer manteca para
llevar a Tonalá, no lo llevaba yo, nos daban las lata’,
nos daban el dinero y hacíamo’ una tanda de manteca, el chicharrón lo hacían jabón, ya hecho el jabón
lo amarraban con jolochi, ya para que no se deshiciera unos con otros; ese era el trabajo de antes, y se
vendía por docena, por número no se quedaba, era
jabón de cochi negro, no se usaba polvo, se usaba el
jabón de trementina y el jabón que se hacía de cochi,
de chicharrón con lejía extranjera, si no, lo hacían la
lejía de ceniza, todo esa cosa era lo de antes.
Y cuando ya íbamo’ a encementar una casa, dice
ella, ¿hacen el entradero pa’un carro?, yo lo quedé
mirando y me sonreí ¿Por qué te reís? No hay peor
lucha que la que no se hace. Ah, carro contimás, apenas tenemo’ carreta. Y ahí está el entradero todavía;
y a los tres años comenzamos a sembrar frijol, sembramos tres fanegas de frijol, entonce me di cuenta
que el frijol vaina blanca da 95 vainitas un piecito de
frijol, el veracruzano da 55 y 60 vainitas un piecito
de frijol, tonce’, se siembra una mata de tres granos,
hagamos cuenta, cuentas vaina va dar, hasta eso sí,
tengo sentido de responsabilidad que lo sé. Sembraba el vaina blanca, se sembraba el bejuquero, se
sembraba el bombanero, se sembraba un frijol “no te
arrugues”, el sesentavo, se sembraban muchas variedades de frijol que ’orita no conocen los nombres del
frijol; ah, y en la milpa, tal vez han oído ustedes que
se sembraba, como bejuco, el patachete; yo creo que
hay personas que sí conocen el patachete, eso se cortaba ya cuando se doblaba, la calabaza también, se
limpiaba mucho, no había epidemia de nada; la milpa se sembraba casi de a vara, cuadrado, pa’limpiarlo
con aradito de caballo, no había cultivadora, no había extranjero,17 pero a través del tiempo, en Arriaga,
que llegaban allá unas bodegas de Muñiz, de otra no
recuerdo orita, entonce’, allá salieron los extranjeros para pagar con maíz, ya vinieron los extranjeros
para quebrar, y había quehacer, había que arreglar
los bueyes, tonce’ que en las valdivianas sacaron el
modelo que para quebrar con extranjero, yugo corto,
para cultivar con cultivadora, yugo largo para que el
buey vaya en cada fila, y la tierra de en medio se va
54/
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Medida agraria, en México y Guatemala una caballería es el
equivalente 4.279 áreas.
4
Presidente de la República (1952-1958)
5
Presidente de la República (1970-1976).
6
Gobernó de 1958 a 1964.
7
Gobernador electo para el sexenio 1988-1994, no concluyó
su periodo.
8
Gobernador electo para el sexenio 1976-1982, gobernó de
1976 a 1977.
9
Primer gobernador suplente del sexenio 1976-1982, gobernó
de 1977 a 1979.
10
Segundo gobernador suplente del sexenio 1976-1982, gobernó de 1979 a 1982.
11
Almud, medida de origen árabe equivalente a 12 kilogramos.
12
Medida variable según la región. La medida castellana equivalía
a 55.5 litros.
13
Se entendía como la cuarta parte de un kilogramo (250 gramos), o también, la cuarta parte de un almud (3 kilogramos).
14
Cubrió el periodo de 1983 a 1984.
15
Gobernó de 1948 a 1952.
16
Gobernó de 1932 a 1936.
17
Cultivadora de varias cuchillas en línea, vino a mejorar al arado
de una cuchilla (arado egipcio).
18
Gobernó de 1928 a 1932.
3
limpiando, tonce’ ya se comenzaron a cultivar las
tierras, a destronconar, arreglarlo, pero no se hacía
mucho y se cosechaba algo, porque las aguas eran
copiosas, pero ya después, vinieron que ya comenzaron a sembrar más milpas, y entonce’ ya todos entraron en hacer bastante milpa, mucha cosecha y se fue
mejorando la situación, pero vinieron las invasiones
de tierra de los agraristas. El agrarista se me hace que
comenzó, taría yo de 12 años, cuando don Raymundo Efraín Enríquez18 fue gobernador se inició la ley
agraria, José Huerta tenía una finca que se llamaba
Margaritas, y allá también a él le quitaron, y él era de
aquí de Villa Corzo, primo hermano de mi papá… y
cuál fue su disgusto de los mismos señores de aquí,
que estudiaron juntos, que vino esa ley para expropiar, que esa ley fue general. También tengo sentido
de responsabilidad cuando comenzó esa ley. Aquí en
Buenavista era de don Nacho Cal y Mayor, El Portillo, de San Agustín para allá hasta donde llegó la vista fue de don Nacho. Casas Vieja’, este la junta, Soledad de Grajales, toda esa región, aquí al norte, no al
sur, era de don Nacho Cal y Mayor, y al oriente, fue
de don Fausto Cruz Ruiz, que fue La Victoria, El Retiro, Guanacastal, Galilea, la sierra, el bosque hasta
llegar a Tonalá, esa inmensidad de terreno, y por este
río del Pando, Peña Flor de un señor Rómulo Pereyra
que todavía los conocí; don Nacho Cal y Mayor lo
conocí; mi abuelo, Fausto Cruz Ruiz lo conocí; don
Rómulo Pereyra lo conocí, ’taba yo chamaco, pero lo
recuerdo como si fuera ’orita, a ellos los conocí, y los
terreno’ pegado’ a Villa Flores era de don Israel Ruiz
y de don Hermilio Benamar Ruiz, que le dicen por
cierto Vergel, eran terreno de Villa Corzo colinda
con Villa Flores, los mejores terrenos adquirió Villa
Flores, todo lo hicieron ejido, todo eso le han quitado, pero con todo eso, Villa Corzo le quedó mucha
extensión para donde lleva el río que es Cerro la Rata
… (termina el lado B del casete).
Notas
Britz, Antonio (2001) “El uso de o sea en la conversación”, en
Josse de Coch (ed), Gramática española, enseñanza e investigación: apuntes metodológicos. España, Ediciones Universidad de
Salamanca, pp. 291-292.
2
Gobernó de 1940 a 1944.
1
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /55
Una lectura del marxismo después de la
caída de la URSS: los nuevos movimientos
sociopolíticos
Ulises Alberto Rincón Zárate*
¿
Son los movimientos sociales post 1990 una continuidad de las exigencias sociales y políticas del
marxismo tras la caída del socialismo real? Partiendo de esta interrogante, la exigencia de muchos
movimientos alternos que surgieron desde 1990 podría verse como la continuidad de la lucha de clases
generadas por la desigualdad socioeconómica entre
los explotadores y explotados, por lo que persiste
el fin teleológico de la historia de Marx de transitar
del capitalismo al socialismo. Para responder dicho
cuestionamiento lo confronto con la postura de
Fukuyama (1992), quien expresa que estamos ante
el fin de la historia, donde todas las desigualdades
desde el capitalismo han sido cubiertas o lo serán en
las décadas subsecuentes. Es decir, los movimientos
sociales generados después de la caída del socialismo
real, únicamente son regurgitaciones del fantasma
del socialismo, que ya no volverán a manifestarse en
la humanidad, y a partir de ahora será más evidente
el progreso en el mundo mediante la globalización.
Para abordar los movimientos post 1990, comparto que dichos movimientos, desde la perspectiva
de Wallerstein, son movimientos antisistémicos.
Otros autores, como Huntington y Kaldor mencionan que son movimientos temporales productos de
los cambios estructurales en el plano político, económico y social generados por el sistema-mundo
del capitalismo histórico, y donde la humanidad
vive su fase más violenta, además de que, lejos de
prevalecer, serán borrados por el paso triunfal de
una nueva fase capitalista.
En contraste –a la idea que con la caída del Muro
de Berlín– los movimientos que no recurren a la vio*
Licenciado en Historia por la UNICACH, y licenciado en Derecho
por la Universidad del Sur.
lencia revolucionaria son un efecto secundario de la
globalización generada con la conclusión de la Guerra Fría, la que mantuvo un continuum hasta finales
del siglo XX. En este sentido me apoyo en los escritos
de teóricos neoliberales para establecer el posicionamiento de tales teorías en su expansión desde 1980
hasta las primeras dos décadas del siglo XXI.
Consecuencias de la globalización después
de la caída de la URSS
Con la caída de la Unión Soviética, el enemigo de
Occidente se había desmaterializado al desaparecer la alternativa comunista, en consecuencia se
tuvo que construir nuevos miedos dentro del panorama mundial para sustentar la necesidad de
que Estados Unidos debe intervenir abiertamente
en conflictos internacionales para confrontar tales
peligros. De esta premisa se deduce que “la última
fase en la evolución del conflicto en el mundo moderno estará caracterizada por la confrontación entre civilizaciones”,1 creando guerras étnicas como la
guerra de Kosovo, la violencia contra los kurdos en
Turquía, la guerras contra el narcotráfico, lo que ha
permitido implementar intervención abierta como
en el caso de Colombia, y la guerra contra el terrorismo en general.
Al mencionar conflictos armados posteriores
al fin de la Guerra Fría se llegó a la última fase en
la evolución de los conflictos armados en el mundo moderno, caracterizada por la confrontación de
“guerras de guerrillas o conflictos de baja intensidad”.2 Estas nuevas guerras implican “un desdibujamiento de las distinciones entre guerra, crimen organizado y violaciones a gran escala de los derechos
humanos”,3 además de que se diferencian de las vie-
56/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
jas guerras por sus objetivos, sus métodos de lucha
y métodos de financiación. Podemos decir que “las
nuevas guerras son globalizadas y suponen la fragmentación y descentralización del Estado (…) Existe muy poca producción interior, así que el esfuerzo
de guerra depende enormemente del pillaje interno
y la ayuda externa”.4
Actualmente el mundo está regido por la economía capitalista neoliberal, donde la oferta y la demanda han propiciado una estratificación de riesgo
dentro del mercado global, por ejemplo en los países
de riesgo, de alto riesgo y de emergencia. El riesgo
es el recurrente de la inestabilidad institucional de
un país, donde “no se tienen un reconocimiento del
otro”,5 lo cual propicia democracias fallidas inductoras de los miedos sociales, tal es el caso de nuestro
país, al concebir que “las realidades en México son
generadoras de miedos”6 y al no haber un diálogo
entre estas realidades simplemente son negadas, se
vive una realidad ficticia que ha desarrollado el capitalismo neoliberal. Se ha propiciado una sociedad
regida por la desconfianza y donde el ciudadano se
siente extraño en su propio país; tal desconfianza es
inductora de “la informalidad social y política donde nadie cree en el otro”,7 surgiendo una necesidad
de profundizar en la historia para dirimir cuál rumbo debe tomar el proyecto nacional.
Ulrich Beck expresa que las sociedades contemporáneas están inmersas en una “sociedad de
riesgo” donde la incertidumbre impera desde las comunidades, y por ende, no hay lazos sociales fuertes entre los miembros que conforman la sociedad,
cada quien se acuerpa de tal forma que excluye al
otro. Mientras tanto, el discurso de la modernidad
avanza, donde “la producción social de riqueza va
acompañada sistemáticamente por la producción
social de riesgos”.8 Entonces, detrás de la lógica de
reparto de riqueza se encuentra el reparto de riesgos que ha generado el modo de modernidad capitalista neoliberal. Beck plantea cinco tesis sobre las
repercusiones de la globalización: 1) los riesgos propician un nivel más avanzado del desarrollo de las
fuerzas productivas; 2) gracias a la repartición y el
incremento surgen situaciones sociales de peligro;
3) la expansión de riesgos lleva la lógica capitalista
a un nuevo nivel de aprovechamiento económico;
4) aunque se posea riquezas, se tiene riesgos, los
cuales son asignados civilizatoriamente por la conciencia determinada de ser una clase social; 5) los
riesgos reconocidos socialmente en la sociedad de
riesgo propician una sociedad catastrófica, donde
el estado de excepción amenaza con convertirse en
el estado de normalidad.9 Es así como los peligros
invisibles se vuelven visibles, surgiendo independientemente de las clases sociales y al grupo del que
uno forma parte: la comunidad de la inseguridad, la
comunidad de la miseria o la comunidad del miedo.
Todo esto se ve reflejado en la violencia estructural
hacia los indígenas, donde la sociedad ha creado barreras invisibles pero infranqueables entre el mundo de lo occidentalizado y lo indígena, y el indígena
al estar en resistencia frente al capitalismo, es una
amenaza para la blanquitud occidental (modo de
vida de las potencias occidentales y las burguesías
nacionales).
En muchos casos, ante la pérdida de identidad
de comunidades locales, éstas se están transformando lentamente en comunidades extraterritoriales donde el territorio que ocupan lentamente va
perdiendo su significado original, ejemplo de esto
son las inmigraciones. Para esta tarea, el uso del Internet ha ido creando las comunidades de guardarropa10 (las redes sociales), las cuales tienen como
objetivo dispersar la energía del impulso social, y
contribuir a que los individuos caigan en la soledad
y ser parte de un inmenso conglomerado.
Este sistema de dominación capitalista globalizado transfiere el viejo concepto de espacios de encuentro en lugares de conglomerados –como los centros
comerciales– creándose una relación horizontal,
donde la población a falta de pláticas prolongadas,
necesarias para asentar sus patrones de conducta se
somete al concepto de justicia dispuesto por los medios masivos de comunicación. De esta sociedad
híbrida, se compensa que a falta de una identidad
relacionada con el territorio, y ante el aumento de
la pobreza, la criminalidad y el crecimiento de las
ciudades se desarrolla una construcción de identidades híbridas en los límites urbanos, donde tienden a prevalecer la identidad de clase y de gueto.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /57
En segunda instancia, se emplea el “americanismo”
del consumo, siendo la identidad compartida por
todos los habitantes del planeta que aspiran a ser
usuarios de los bienes modernos y ser partícipes
de la vida civilizada sin medir las consecuencias a
largo plazo de este consumo desmedido de materias primas.
La globalización implica la supremacía de las
trasnacionales dedicadas a la explotación de recursos naturales. Antes de las políticas neoliberales,
era el propio Estado quien designaba cómo serían
explotados los recursos naturales. De modo que
grandes trasnacionales se han posicionado sobre
las comunidades –que en su momento pretendieron
explotar los recursos naturales ante las facilidades
que les otorgaban los gobiernos locales –saqueándolas y contaminando las zonas verdes. El rezago de
las localidades por la contaminación del ambiente
no es un problema menor al ser saqueadas continuamente por transnacionales, únicamente “quien
tiene la libertad de escapar de su localidad, la tiene
para huir de sus consecuencias”.11 Las transnacionales tienen un mundo por conquistar, sabedoras de
que si las poblaciones locales emplean una férrea resistencia pueden trasladarse a un lugar más pacífico
con la complicidad de gobiernos corruptos.
El espacio global determinó el ser como una
gran frontera, donde todo adversario de lógica capitalista-neoliberal-individualista es visto como una
frontera, una extraterritorialidad dentro del propio
mundo globalizado.12 De igual manera, la gran amenaza hacia las trasnacionales se puede atacar desde
sofisticados sistemas de espionaje, no es necesario
una fuerza pública permanente que esté vigilando
un movimiento social o un grupo guerrillero, cuando de antemano conocen las cuentas bancarias que
usan y saben sus movimientos al ser vigilados desde
satélites. Lejos de haber una ley contra el terrorismo
como se planteaba después del 11 de septiembre de
2001, existe una guerra contra las leyes nacionales.
Todo Estado que quiera resguardar su soberanía
busca apegarse a las reglas trasnacionales que evidentemente favorecen a las grandes corporaciones,
es decir, las guerras actuales son asimétricas ya que
carecen de la mediación del Estado, son guerras
trasnacionales, no están sujetas a una territorialidad exacta ni una ley local que frene los intereses
de los gigantes financieros que sostienen los países
más desarrollados.
El marxismo después de la caída de la URSS
Con la caída del muro de Berlín se abrió una brecha
más violenta entre los llamados países del primer
mundo y los países tercermundistas. Haciendo que
muchas zonas de influencia que antes eran de la
URSS quedaran a la merced de los proyectos neoliberales. Este se aplica en México en un momento
el que venía pasando por un proceso de cambio en
sus políticas económicas. Es desde el gobierno de
Miguel de la Madrid (1982-1988) cuando empezaron a presentarse proyectos de privatización, tales
iniciativas repercutirían fuertemente sobre la política de “estado de bienestar” desarrollado en los dos
sexenios anteriores.
El capitalismo histórico se ha perfeccionado
con la caída de la URSS, por lo que la lucha de clases marxista es cada vez más evidente, cuando las
corporaciones y los empresarios a nivel mundial se
preocupan por obtener más activos de ganancias,
reduciendo sus pasivos (gastos), esto significa que
impulsan a sus empresas a reducir el costo de trabajo, mientras que los miembros de la clase colectiva
aumentan las filas de la red global de compradores,
lo que implica que la clase trabajadora esté obligada
a trabajar cada vez más para cubrir sus necesidades
básicas, ya que su sueldo sigue siendo el mismo,
mientras que los productos de consumo sufren de
la inflación.13 No olvidemos que el objetivos de un
productor es la acumulación de capital, por lo que
producirá tanto como le sea posible de un producto, pero lo que no sabe es que la producción total
de un producto está limitada por su disponibilidad:
materiales de producción, fuerza de trabajo, clientes y acceso a dinero efectivo para generar nuevas
inversiones; por lo que la expansión del producto
a nivel global disminuye los precios en el mercado
local, reduciendo la ganancial total que generó la
producción total,14 y con ello, la fórmula que consiste en trabajar más para producir más es igual a
58/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
mayor acumulación de capital, no es efectiva en el
capitalismo que estamos viviendo.
Es claro que la revolución tecnológica no ofrece una solución mediante los excedentes los que
son fruto de la especulación financiera, sino todo
lo contrario, a pesar de nuevas implementaciones
tecnológicas, los productos que mueven el mercado
siguen siendo los mismos, tal es el caso del petróleo,
y además, la entrada de una innovación tecnológica genera un proceso de expansión largo, tal como
sucedió cuando se introdujo al mercado latinoamericano por primera vez al celular, ahora todos necesitan un celular más actualizado, y con todos los
servicios que ofertan las empresas, y no ha generado
la competencia entre las compañías telefónicas una
reducción de los costos de la mercancía.15
Los pensadores económicos marxistas saben que
las crisis económicas generadas después de la caída
de la URSS, son crisis donde hay excedentes de capitales que no encuentran suficientes mercados rentables en la expansión del sistema productivo,16 así que
necesitan las trasnacionales que las potencias occidentales utilicen sus fuerzas armadas para abrir esos
mercados, tal como sucedió en Irak en 2003, en Libia en 2012, y actualmente lo intentan en Siria. Estos
mercados no estaban adheridos a las reglas económicas del Fondo Monetario Internacional, no tenían
deuda externa, y tras la guerra que generan las potencias occidentales en dichas nacionales, la reconstrucción de esos países por las trasnacionales es la deuda
externa que necesitan en bonos de petrodólares para
que se estabilice la economía internacional.
El discurso abstracto de la economía capitalista
genera un hombre supeditado al gran capital, donde
se presupone que hablamos de un individuo libre,
cuando en realidad “propone su trabajo o lo rechaza, innova o prescinde hacerlo, compra y vende”,17
bajo esta perspectiva se pretende hacer que todos
los individuos del planeta Tierra ejerzan su libertad
sometiéndola a un mercado generalizado, donde su
trabajo tenga estrecha relación con las empresas
para las que trabaja y consume, y los productos,
como propusiera Marx, continúen su rol de fetiche.
El imperialismo reproduce un desarrollo capitalista que genera una abrupta desigualdad a nivel
mundial, es por ello, que con la caída del socialismo
en la URSS, se han reafirmado los movimientos populistas radicales del Tercer Mundo, confrontándose por la ofensiva del imperialismo con su proyecto
globalizador (mundialización) del capital.18 Es así
que las burguesías de la periferia dependientes de
los intereses de los centros económicos de Occidente, generan la violencia estructural, afectando a los
sectores más vulnerables –grupos populares, indígenas, etcétera– como sucede en México.
Antes de la caída del socialismo real, los movimientos de izquierda pretendieron hacerse del Estado, lo que generó un fortalecimiento de los movimientos de derecha en el mundo, es decir, que las
pretensiones de la teoría marxista eran más políticas que económicas, pensando que al llegar al poder
una representación de izquierda serían capaces de
modificar las leyes del mercado al tener la rectoría
del Estado. Ahora sabemos que eso no es suficiente
y ni es necesario para modificar la superestructura del capitalismo, sino que las propias crisis económicas que genera el capitalismo para sobrevivir
e irse perfeccionando deben ser utilizadas como
herramientas de lucha. Por lo que los movimientos
sociales con pretensiones marxistas experimentan
nuevos planteamientos sobre lo que puede generar
el debacle del capitalismo, la cual no será una crisis económica coyuntural, ni una fase larga de crisis
estructural que incida en la crisis del sistema financiero mundial, sino una crisis del sistema que la
caracteriza, esto es, que las personas dejen de estar
enajenadas por las mercancías que ha generado el
capital,19 cuando la sociedad consumidora diga: “no
necesito esto, y de ser necesario yo puedo generar
esta mercancía por mis propios recursos”, es cuando se le dará el golpe letal al capitalismo; situación
que ha intentado hacer el EZLN en Chiapas, y otros
movimientos en el mundo.
¿Cuáles fueron las exigencias de los movimientos sociales después de la disolución de la URSS?
De manera vaga puedo precisar que los movimientos sociales se posesionaron de nuevas exigencias,
más allá de proponer revoluciones donde los proletarios derrocaran a los burgueses en el poder, hablan de exigencias que buscan reivindicar a los suje-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /59
tos sociales: como la búsqueda de autonomía, libre
determinación, resistencia cultural e ideológica, ser
autosustentables y tener una soberanía alimentaria.
La sociedad mexicana frente al impacto cultural que ha tenido de los Estados Unidos, ha seguido
la tendencia de consumir como una verdad irrefutable, donde los sujetos adquieren una identidad
desde su capacidad de consumo. Los cambios que
ha traído la globalización a la sociedad mexicana
los podemos presenciar con facilidad en la televisión, donde se presenta “el americanismo” como la
identidad global “que deben compartir todos los
habitantes del planeta en la medida en que aspiran
a ser usuarios adecuados de los bienes modernos,
a participar en la vida civilizada”.20 La globalización al ser impulsada por la búsqueda incesante
de ganancias, relacionadas con la conquista de
mercados y estandarización de ciertos esquemas
de consumo “que corresponden a la época de la
profundización de la modernidad, la Mcdonalización”.21 Situación que se vio más evidente tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del
Norte, y su activación en 1994 afectando los sectores estratégicos de la economía mexicana como es
el campo.
Después de 25 años desde que terminó la Guerra Fría, en el mundo existe una abismal desigualdad social en los países donde se han aplicado las
políticas neoliberales, ejemplo de ello es México. La
desigualdad social es cabalgante, cada vez más individuos se suman al bloque de los pobres y se reduce
la clase media. Hay una reducida élite que decide
el futuro económico del país y que monopoliza los
medios de producción en los sectores estratégicos
de la economía mexicana.22
En contraparte del sistema mundial imperante
están los movimientos antisistémicos. No es menos
decir que las luchas antisistémicas se generaron
desde las periferias, en tanto que el sistema mundial
abanderado por el neoliberalismo hubo prometido al
Sur lograr los beneficios del libre mercado. Una de las
más prometedoras respuestas apareció en Chiapas
en 1994 con el Movimiento Zapatista, así como las
victorias electorales de la izquierda en el Cono Sur y
los movimientos ambientalistas en contra del saqueo
de recursos naturales por las trasnacionales en América Latina.23 Estas Nuevas Campañas construidas
desde el seno de la periferia están siendo imitadas
por una parte de los movimientos antisistémicos de
las naciones que ocupan la directriz de la economía a
nivel mundial, produciendo un abanico de posibilidades de cómo comprender y accionar en el mundo
desde una óptica no eurocentrista.
El discurso capitalista después de la caída de
la URSS
El neoliberalismo se construye a partir de una serie
de políticas económicas que comenzaron en 1980
en Estados Unidos a través del Fondo Monetario
Internacional. La estrategia fue dar préstamos a los
países subdesarrollados. Entre las políticas macroeconómicas recomendadas por la lógica capitalista
del neoliberalismo fue incentivar políticas monetarias restrictivas, políticas fiscales restrictivas, liberalización, desregulación y privatización.
Fukuyama proclamó al comenzar la década de
1990 que había triunfado el Occidente, con su rostro capitalista sobre las alternativas de sistemas políticos-económicos socialistas. Ese triunfo de Occidente sería la demostración del total agotamiento
de sistemáticas alternativas viables al liberalismo
capitalista occidental.24 Bajo esta perspectiva, ideológicamente el capitalismo ha salido vencedor contra el marxismo, y ahora se podrá desarrollar, por
medio de la globalización, el milagro de la libertad
de libre mercado en el mundo;, para ello, el papel
del Estado liberal consiste en reconocer y proteger,
por medio de leyes, el derecho universal de todos los
hombres a la libertad y ser un baluarte de la democracia.25
Samuel Huntington justifica que después de vivir el choque de civilizaciones, al concluir la Guerra
Fría, éstas no se volverán a experimentar sino como
conflictos de poder entre los Estados y diversos
grupos sociales, pero que no generarán un cambio
en el orden internacional. Estos enfrentamientos,
desde su opinión, son choques culturales, donde la
tradiciones, la lengua, historia y religión de los grupos se ponen en juego, pero todos estos choques no
60/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
son otra cosa que grupos de poder que eran la élite
del mundo no occidentalizado que buscan perpetuar su poder, por lo que rechazan los valores occidentales y sus dinámicas económicas.
Fukuyama es de la opinión de que con la desaparición del marxismo-leninismo, que se presentó
primero con las reformas estructurales en China,
y luego en la Unión Soviética, sobrevino la muerte
del marxismo como ideología viviente dentro de
la historia mundial, siendo el marxismo una etapa
superada por la historia de la humanidad. Es de la
opinión que tales expresiones ideológicas persistirían como microesferas, en auténticos creyentes aislados de dicha ideología, hasta que definitivamente
el marxismo, como materialismo histórico, pasaría
a ser un fósil dentro de reducidos grupos en universidades del mundo, pero que permitirá entender los
procesos por los que tuvo que evolucionar el capitalismo; es decir, que el marxismo surgió de una fase
anterior del capitalismo actual, lo que permitió que
el capitalismo siguiera su desarrollo teleológico. En
otras palabras, con la muerte ideológica del marxismo con la caída del socialismo real, comenzaría la
creciente Common Marketization del mundo, disminuyendo los conflictos a gran escala entre Estados
por poseer la misma ideología y que generaría la
paz mundial, pero para eso antes habría que pasar
por luchas nacionalistas, conflictos étnicos, teocracias islámicas y autoritarismo en muchas partes del
mundo, siendo estas expresiones políticas efectos
del vacío de poder como producto de la caída del
socialismo real.
Los conflictos regionales en el mundo, dice el
autor, permitirían modelar las instituciones fundamentales que habrán de provocar la evolución
histórica de la humanidad, lo que permitirá que los
países más desarrollados avancen hacia la democracia y los mercados liberales.26 A la par del avance de
los mercados liberales, comenzaría la mundialización de la tecnología, llevando la radio, televisión de
paga y el Internet a todos los rincones del planeta,
situación que sí ha sucedido tras el desarrollo de la
globalización de los mercados. Lo curioso es que
Fukuyama pensaba que esas herramientas tecnologías serían la punta de lanza que permitiría generar
la autonomía en los individuos y la democratización
en todos los niveles de la vida humana (quedando
desacreditados los gobiernos socialistas, monárquicos, fascistas, y todo tipo de gobiernos autoritarios).
En ese sentido, en 1989 con la caída del comunismo,
se generaría la expansión de la modernidad en todas
las regiones del planeta, siendo eso algo pendiente
hasta en los países occidentales del Primer Mundo.
Lo que implica que cualquier nación está sometida
al proceso de modernización económica, ya que,
gracias al capitalismo, en palabras de Fukuyama, es
un campo donde todos pueden alcanzar su reconocimiento como individuos sin trasgredir la estabilidad del resto de personas, lo que es importante para
mantener la estabilidad social.
El fin de la historia, según Fukuyama, podrá llevarse a cabo mediante el modelo económico capitalista con base en la ciencia, utilizando la tecnología
al servicio de la economía, por lo que la naturaleza
humana se modifica por medio de la biotecnología,
donde existe una ingeniería que extirpe todo mal de
la naturaleza humana: desde enfermedades físicas
y mentales. Por lo que la economía se encuentra al
cuidado del ambiente, la salud y la seguridad social
de los hombres, y no es el Estado el responsable del
mismo. ¿Y cuál es la visión doctrinal? La necesaria
industrialización va a llevar a las sociedades a una
democracia política sustentada por la apertura de
todos los mercados mundiales.27
Ante la inminente debilidad de las naciones,
ante las demandas globales, aseguran los neoliberales que la humanidad ha entrado a una nueva etapa,
donde la soberanía como tal se erosiona al pasar a
un orden mundial postwestfaliano, es decir, la aparición, como sustitución, de un Estado supranacional u organismos mundiales que intervengan en todos los países, interviniendo en sus asuntos y solucionando sus problemas por la diplomacia, y de no
ser posible del tal manera queda la utilización de la
fuerza.28 Y más allá de las abstracciones que tuviera
toda constitución de un Estado para disponer cómo
manejaría su soberanía, en la práctica la soberanía
de los países estaría a disposición del capital.
Para Wallerstein el funcionamiento de un sistema mundial capitalista se estructura en “un sistema
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /61
que posee límites, estructuras, grupos, miembros, reglas de legitimación y coherencia”,29 sustentado por
una división extensiva del trabajo de manera geográfica, en el caso del Cono Sur, se legitima a ciertos
grupos dentro del sistema de explotación del trabajo
de los otros, obteniendo una plusvalía relativa por
medio de la explotación de los grupos marginados.
Lo anterior produce una permanente tensión cuando
cada uno de los grupos del globo quiere obtener el
poder de remodelar a su beneficio el sistema mundial.
Con el triunfo de Estados Unidos sobre el bloque
soviético quedó definida la hegemonía del mundo capitalista, diversificando los otros actores financieros
de manera global, por lo que Europa del Este seguirá
las políticas pertinentes para sí, mientras los Estados
Unidos harán lo propio; mientras que el Tercer Mundo, a la deriva, adopta las medidas necesarias para
contrarrestar las amenazas internas, siempre y cuando estén dispuestos a mantener el flujo de capital y
las deudas externas nacionales a la merced del Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial.30 Fue
así como nació, luego del fin de la Guerra Fría, una
economía de mercado generada desde las universidades estadounidenses llamada neoliberalismo.
Desde una mirada romántica, con la entrada de
esta nueva fase del capitalismo, todos los pueblos
que jugaban en el ajedrez del capitalismo, pueden
apropiarse de la tecnología del colonizador para
romper y aplastar con la misma mercancía a sus colonizadores.31 Fue así como se hizo un occidente dentro
del Occidente, estableciéndose una frontera invisible
pero simbólica entre los países que poseen el capital
y el resto de los países desarrollados que quieren vivir el sueño americano del capitalismo. De ese modo,
se creó una brecha entre el occidente que consume
la producción tecnológica, académica, de políticas
públicas, categorías estéticas y valores culturales
del Occidente capitalista industrial que se le llama
el Primer Mundo. Desde las lógicas de producción
capitalista de los países industrializados, el resto del
mundo, en su afán de perpetuarse dentro de las dinámicas financieras supranacionales, debe seguir las
reglas del juego de las políticas neoliberales.
El capitalismo logró que se asumiera que la realidad capitalista es la realidad indispensable para la
existencia cotidiana de la humanidad; sin el capitalismo, la humanidad entraría en una crisis civilizatoria, por lo que las sociedades, incondicionalmente
deben estar sometidas al capitalismo. De esta manera las empresas ven multiplicadas la productividad
y la diversificación acelerada de sus valores de uso,
que por supuesto, dominan las identidades colectivas e individuales.
Esta realidad fáctica que se expandió por todo el
mundo después de la caída del Muro de Berlín tuvo
las siguientes características: el ser humano tiene
una actitud de identificación afirmativa y militante
de preservar la acumulación del capital; se hace una
valorización reductible de la vida a la forma natural,
donde la valorización es sinónimo de la realización
de la forma natural, donde todo humano, por naturaleza, hace una valorización abstracta del valor de
uso, reproducción de riqueza y de acumulación de
capital; los hombres viven su vida con la espontaneidad capitalista y donde el capital es la necesidad trascendente de la humanidad, delimitándose
los proyectos de vida del individuo a esa existencia
efectiva de valorizarse y valorizar el mundo, siendo una necesidad el hecho capitalista para poder
sobrevivir; y por último, la actitud de mantenerse
indiferente a los problemas políticos y sociales; en
este entendido, el hombre está ajeno al otro, aceptando la acción devastadora del capital, un hombre
que se mantiene con los brazos cruzados, atrapado
por el fetichismo, mientras ve que las cualidades de
la riqueza concreta se van reinventando en valores
que significan la vida de los hombres en cada época
histórica.32 Lo cierto es que el modo de ser de la modernidad capitalista consiste en aceptar el acto de
subordinación ante la dinámica producción–consumo, de frente a la infrasatisfacción renovada de las
necesidades sociales del hombre.33
Bajo tales preceptos se desarrolló una nueva
forma de vivir la vida en la modernidad capitalista:
“la lógica de la forma concreta o ‘natural’ del proceso de producción–consumo de la riqueza social,
en un nivel, y la lógica de la valorización del valor,
en otro”.34 De esta forma, el capitalismo es el único
camino para lograr las metas concretas o naturales
del hombre una vez aceptadas las contradicciones,
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
por lo que el capitalismo es la forma dada de vivir
y es inmodificable.35 Se ha llegado a afirmar que el
capitalismo es la forma natural de vivir la vida social, y que la valorización de lo económico permite
críticas al capitalismo, una forma de rebeldía subsidiada por el capital, para que el hombre sepa que
hay otras alternativas de usar el capital, además de
la enajenación del consumo.36
Bajo los argumentos de Fukuyama y Huntington, los países que después de la Guerra Fría tendieron a democratizarse, como sucedió en América Latina, no pensaron que tendrían que hacer un doble
esfuerzo para tal tarea: limpiar los viejos nacionalismos previos a la Guerra Fría y romper las cadenas
colonizadoras que arrastraban desde la Colonia. Los
argumentos de tales autores son maliciosos, ya que
para lograr ese objetivo, tendrían que crecer como
el propio Estados Unidos, Francia, Alemania e Inglaterra, libres de todo agente colonizador que los
subyugue, por lo que las libertades individuales y la
soberanía de los países que apenas se adentraban a
las reglas del neoliberalismo tendrían que jugar con
las reglas de quienes crearon el neoliberalismo (los
mismos que les cobran la deuda externa).
Como efecto del declive de la Unión Soviética,
Occidente tuvo que abrir sus fronteras a todos los
sujetos sociales que había mantenido al margen la
Guerra Fría: africanos, inmigrantes de guerra, minorías sociales, inmigrantes latinos y las demandas
sociales de sus propios países: teniendo que extender la idea de la democracia a los que antes no tenían nombres.
La neoliberización ha sido una forma de capitalismo acelerado que permitió redefinir los mercados
mundiales, así también fortalecer la superestructura que justifica el discurso de la acumulación global
de capital, pero su principal objetivo fue restaurar
una élite económica después de la caída del socialismo real al nivel global; siendo ante todo “un sistema de justificación y de legitimación de todo lo que
fuera necesario hacer para alcanzar ese objetivo”.37
Para esta tarea, no consistía pasar al neoliberalismo
únicamente de medidas monetarias sino por el desarrollo de políticas gubernamentales, 38 de modo
que la producción del mundo se centralizó en el
ámbito de las finanzas de acuerdo a las aceleradas
transacciones financieras en el intercambio global.
Las trasnacionales, al ser liberadas de las reglas
financieras que imponían los Estados, desarrollaron
sus propias reglas como prestadores de servicios financieros, siendo capaces de comprar barato y vender caro. La libertad se volvió un término para las
corporaciones que pretendían explotar a los iguales, obteniendo ganancias desmesuradas sin dar un
servicio a la comunidad (como sucede con la extracción de recursos naturales) y la libertad de impedir
que las innovaciones tecnológicas sean utilizadas
para fines públicos, en todo caso que la tecnología
está al servicio del capital privado.39 En ese sentido,
las libertades de los Derechos Humanos se ven desplazadas por las libertades que impone el poder de
las corporaciones.
Los Estados neoliberales dejan de tener políticas gubernamentales para ser administradores de la
teoría neoliberal que se desarrolla en los organismo
supranacionales (como la Reserva Federal o el FMI),
donde el cambio tecnológico no es determinado por
el Estado sino por las corporaciones en su afán de impulsar la competencia para generar una búsqueda de
nuevos productos, nuevos métodos de producción
y formas organizativas,40 lo que genera que las trasnacionales tengan el poder económico del mundo.
Actualmente 147 empresas (menos del 1%) forman
una macroentidad que controla el 40% de la riqueza mundial, basada en una acumulación por desposesión, que presenta cuatro aspectos principales:41
1) privatización y mercantilización de los activos
que eran públicos; 2) financiamiento que generó un
mercado especulativo desde 1980 hasta la fecha; 3)
gestión y manipulación de la crisis, propiciando una
distribución de las riquezas de los países pobres y
ricos; 4) redistribuciones estatales, donde el Estado
neoliberalizado genera medidas redistributivas, dándole el flujo de capital a las clases altas.
El neoliberalismo fue el paso simbólico de la modernidad a la posmodernidad, y eso implicó a nivel
discursivo el uso de metalenguajes, metateorías y
metarrelatos para comprender el mundo globalizado,
donde la contribución discursiva del posmodernismo
es “al reconocimiento de las múltiples formas de otre-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /63
dad que surgen de las diferencias de la subjetividad,
el género y la sexualidad, la raza y la clase, las localizaciones y dislocaciones temporales”;42 desarrollando
un discurso donde la persona ya no se identifica con el
mundo por medio de instituciones permanentes, sino
que se vislumbra como un reflejo temporal de su actividad profesional, emocional, sexual, cultural, familiar
y en asuntos políticos, desvinculándole una identidad.
Este nuevo modo moderno del capitalismo consiste en
vivir día a día las formas de la descualificación y rescualificación del ser humano, donde los referentes del
ser humano son fluctuantes desde su posicionamiento
individualista, ético y epistemológico ante el mundo,
es un sujeto impersonal que se supedita a lo que determina el mercado.43
El Tratado de Libre de Comercio entre México,
Estados Unidos y Canadá se presentó al diversificarse el capitalismo a diferentes mercados, donde ya
Estados Unidos tenía otros competidores que habían surgido después de disolverse el bloque unido
del capitalismo que enfrentaba a la URSS. Estados
Unidos necesitaba nuevos mercados si quería prevalecer como potencia económica, expandiéndose
en ellos y que sirvieran como reserva de recursos
naturales para mantener su nivel de vida, primeramente México para luego integrar a Latinoamérica.
Con el fin de la Guerra Fría, los discursos nacionales de países como México se enfocaron en
olvidar las amenazas del socialismo real para adentrarse al capitalismo real, dejando a un lado los planes económicos mixtos para dar paso al proyecto
económico meramente capitalista; para ello, México tenía que pasar del segundo mundo al primer
mundo, cumpliendo las directrices económicas del
Banco Mundial; entre las reglas de ese órgano trasnacional se encontraba que el Estado ya no tendría
injerencia, en el transcurso de unas décadas, en la
seguridad social, la educación, la producción energética y la rectoría económica del país.44
Otra forma de leer a Marx
A Marx se le ha leído desde un marxismo que tiene
referentes históricos descontextualizados de la teoría, realidades de muchos países del mundo donde
tales propuestas son inaplicables. Se ha entendido
de manera dogmática, donde la revolución armada
es la única vía, o la forma más eficaz para que se
cumplan las demandas sociales que había señalado
Marx en el siglo XIX, cerrándonos a otras alternativas de actuar frente al poder, y en busca de la toma
del poder.
Los movimientos alternativos que no buscaron un conflicto armado para lograr sus exigencias
posteriores al levantamiento del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional (EZLN) fueron un grito de
alteridad. Seguido por otras resistencias mundiales como la Contracumbre de Seattle (1999); Porto
Alegre (1999); Praga (2000); movimiento antiglobalización en la Contracumbre del G8 en Génova
(2001); manifestaciones contra el Banco Mundial
en Barcelona (2000); manifestaciones contra la
invasión de Iraq (2003); movimiento 15-M (2011);
movimiento Occupy Wall Street; movimiento estudiantil en Chile (2011); manifestaciones en contra
de los ataques de Israel en Palestina (2014); o lucha de wei-quan de los trabajadores de Yue Yuen
en China (2014), y otros grupos más, que tienen el
común denominador de estar en contra de la mundialización del sistema económico capitalista en su
versión neoliberal.
Los movimientos mencionados en el párrafo anterior son grupos que hicieron movilizaciones que no
buscaron derrocar a un gobierno o sistema político,
sino que el sujeto histórico que era marginado fuera reconocido más allá de la retórica de los discursos
políticos como un sujeto que exige su autonomía,
soberanía y ejercicio de sus derechos. Es decir, que
desarrollar una práctica epistémica donde la relación
de espejeo entre los cuerpos teóricos (preexistente)
y la realidad, no es suficiente, siendo ellos mismos
desde sus prácticas epistémicas los que generen sus
propias teorías para pensar su realidad, y generar alternativas prácticas al capitalismo neoliberal.
Bajo la nueva perspectiva de una lectura de Marx,
donde el marxismo lo construyen los hombres y no
los cuerpos teóricos del marxismo, se entiende que
la realidad está constantemente siendo resignificada; por tanto el marxismo no fue derrotado por caer
el socialismo real, ya que el marxismo es generado
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
por el hombre y genera la práctica revolucionaria en
procesos históricos de larga duración, y no como se
entendió inicialmente cuando se creó la URSS como
Estado, que comenzaba superarse la fase del capitalismo por la del socialismo en el mundo. Por tanto,
los grupos intelectuales no son los indicados para generar el materialismo científico sino que son los sujetos sociales que generan las prácticas epistémicas en
la cotidianeidad.
El marxismo con el socialismo real equivocadamente se pensó desde las academias, haciendo un
pensamiento teórico de la praxis marxista. Por eso es
pertinente hacer la diferenciación del pensar teórico
y el pensar epistémico marxista. El pensar teórico
(fijo y homogéneo al querer hacer generalizaciones
de los sujetos históricos y sociales) y el pensar epistémico (en movimiento y heterogéneo, aceptando la
diversidad de sujetos, y las demandas sociales-políticas-culturales-económicas que éstos tienen).
El pensar teórico se encuentra amarrado por
conceptos que no hablan de nuestro presente, que
no abordan nuestras problemáticas cotidianas ya
que el cuerpo teórico fue construido desde una funcionalidad explicativa que busca resolver de una vez
y para siempre el problema en cuestión que se estudia. Sin tomar en cuenta que los problemas cambian
y sus factores se ven modificados con el paso de la
historia, por lo que los movimientos sociales no son
estáticos sino que son dinámicos. Ejemplo de ello es
el EZLN de 1994, que no es el mismo que el de 2014,
ni tampoco las demandas de Las Abejas después de
lo sucedido en Acteal en 1997, a las demandas que
tienen en este tiempo.
El pensar teórico llega a someter la realidad
con fórmulas teóricas que se construyeron en otras
circunstancias diferentes a nuestro presente, que
provoca que los individuos lean su realidad como
cuerpos teóricos que no corresponden a ella, por lo
que se termina haciendo una descripción de lo real
desde la teoría ficticia, y las dinámicas de la realidad
no terminan por ser interpretadas. El pensar teórico
marxista ha provocado que el mundo de cada individuo se reduzca a un cauce de cómo ver el mundo,
a una realidad predicada que únicamente refleja un
mundo fantasioso en el que creemos que vivimos,
donde la realidad está excluida, para hablar de lo
que dicen los marxistas, sin entender cómo y qué
hacen los actores sociales en el presente contractual
para generar sus luchas reivindicatorias.
El pensar epistémico necesita que el sujeto le
ponga nombre a las cosas, por ende, el sujeto debe
colocarse en sus circunstancias como lo hacen los
movimientos reivindicatorios indígenas que han
sufrido la violencia estructural del Estado. De esta
necesidad de nombrar desde un pensar preteórico
hace que el sujeto se dé cuenta de cómo se estructuran sus relaciones en la realidad. Esto significa
que, al colocarnos frente a nuestras circunstancias,
buscamos estudiar las problemáticas sin un juicio
de realidad –sin términos predeterminados en la
búsqueda de la construcción de un predicado predeterminado con contenido sobre aquello que no
conozcamos, al distanciarnos de la posibilidad de
conocer lo desconocido; nos volvemos incapaces de
reconocer nuevas realidades que no conocemos, cometiendo el error de nombrarlas desde cuerpos teóricos fijos y en muchos casos desde contextos muertos como lo hizo el socialismo real. Al negarnos la
posibilidad de reconocer nuevos aspectos de la realidad somos incapaces de lograr una problematización de la vida cotidiana para construir un campo
de investigación, y siendo incapaces de leer la realidad provocamos un desajuste entre lo que pensamos como real y lo que es real. ¡Estamos viviendo en
la locura del suponer! ¡Al nunca acertar ante lo que
va suceder siempre mostramos un malestar ante
nosotros mismos! ¡Nosotros nos autoexcluimos de
la realidad como sujetos históricos, esperando que
otros lleguen a nombrarnos! En síntesis, ese ha sido
el hilo negro del marxismo que ha descubierto los
movimientos alternativos que no recurren a la violencia para generar prácticas revolucionarias, sino
que comenzaron a nombrarse a sí mismos, sin esperar el reconocimiento de otro.45
¿Cómo funciona el pensamiento epistémico? Es
pensar movilizado de categorías ocultas, categorías
desprovistas de cuerpos teóricos, categorías en búsqueda de conceptos, por tanto, nosotros mismos debemos construir esos conceptos. Para lograr esto el
sujeto debe plantearse problemas, problematizarse a
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /65
sí mismo y no estar problematizando al mundo. Deja
de intentar de nombrar al mundo, y de excluirse de él
al querer nombrarlo, primero hay que nombrarse a sí
mismo para después describir lo que hacen los demás
sujetos: situación que han logrado los movimientos
latinoamericanos que intentan romper con la colonialidad. Debemos vernos más allá de las apariencias,
rompiendo esa imagen predeterminada que tenemos,
que los otros han construido en nosotros partiendo
de estructuras morfológicas, al ir más allá de lo observable, de lo que presentan las estructuras de información que nos componen, al hacer esto estamos
problematizando, logrando separar el problema con
el dichoso objeto de estudio. Para eso debemos preguntarnos: ¿qué estamos leyendo y desde qué parámetros lo hacemos para interpretar la teoría marxista? Tenemos entonces que detectar cuáles son nuestras lógicas de construcción de lo real, considerando
que nos permite aclarar nuestras propias categorías
y usarlas, eso permite determinar si un pensamiento
está vigente más allá del contexto histórico en que se
construyó. ¿A qué contexto pertenece la realidad de
donde parten los autores marxistas? ¿A qué contexto
pertenecemos nosotros? Por tanto, debemos romper
los estereotipos, las creencias y supuestos de nuestro
entorno social para pensar lo real, buscando reconocer las potencialidades que se ocultan detrás de los
estereotipos, esas potencialidades que nos permitan
ver al mundo desde otra óptica.
Es necesario que se piensen las prácticas revolucionarias no desde categorías estáticas que se generaron en el siglo XIX o XX, sino pensar que las
nuevas prácticas revolucionarias en pleno siglo XXI
estarán conformadas por sujetos históricos que exigirán sus derechos sociales y políticos sin incurrir a
las armas, mediante la desobediencia cívica pacífica,
forma más efectiva de lograr las demandas sociales,
dejando atrás el fetichismo de la mercancía que alimenta al capitalismo, para así generar una sustentabilidad alterna a la que propone el capitalismo, y de
ahí, generar pensamiento y valores alternativos a los
que dispone el imperialismo, con sus trasnacionales
y en sus potencias occidentales.
Los movimientos sociales en gran parte del mundo
tras la caída del Muro de Berlín, y con ello del socia-
lismo real, son la continuidad de la lucha de clases generadas por la desigualdad socioeconómica entre los
explotadores y explotados, y con ello, el fin teleológico
de la historia de pasar del capitalismo al socialismo. Siguen latentes las demandas sociales y políticas que el
capitalismo pretendió resolver durante el siglo XX y el
XXI, es decir, se trató de un fracaso, tanto es así que no
han podido resolver tales problemas ni en los mismos
centros económicos donde se generan, las potencias
llamadas del Primer Mundo; la idea de disolver la pobreza en el mundo por parte de la ONU sigue siendo
un problema en todos los países de manera global.
Las teorías neoliberales y tecnócratas seguirán
insistiendo en querer ocultar las consecuencias que
genera la expansión de este capitalismo-imperialista-colonialista-neoliberal, tanto es así que todas las
guerras que han tenido lugar después de la Guerra
Fría, en su gran mayoría han buscado expandir los
mercados de las potencias económicas. En consecuencia persistirán las movilizaciones sociales y
políticas conforme prosiga el desmantelamiento del
Estado de Bienestar con el objetivo de implantar las
políticas económicas neoliberales que le arrebatan
a los más desprotegidos los medios necesarios para
vivir de manera digna (seguridad social), mismos
que engrosan las filas de mano de obra desempleada con un nivel de vida inhumana. Producto de esta
tendencia hace que el fantasma del marxismo siga
latente en el mundo en pleno siglo XXI, 25 años después del fin del socialismo real.
Notas
Huntington, Samuel P. (1997), El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Barcelona, Editorial Paidós, p. 125.
2
Kaldor, M. (2001), Las nuevas guerras: violencia organizada en la
era global. Barcelona, Kriterios Tusquets, p. 16.
3
Idem, p. 15.
4
Idem, p. 119.
5
Jiménez Cabrera, Edgar (2011), “La reforma de la educación y
los retos del futuro”, 1er Seminario (s. r.)
6
Idem.
7
Loc. Cit.
8
Beck, Ulrich (2010), La sociedad del riesgo, hacia una nueva modernidad. Barcelona, Paidós, p. 29.
9
Idem, pp. 35-36.
10
Bauman, Zygmunt (2009), Modernidad líquida. Buenos Aires,
FCE, p. 210.
1
66/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Bauman, Z. (2010), La globalización: consecuencias humanas. México, FCE, p. 16.
12
Bauman, Z. (2008), La sociedad sitiada. México, FCE, p. 117.
13
Wallerstein, Inmmanuel (2010), El capitalismo histórico. México,
Siglo XXI Editores, p. 6.
14
Idem, p. 9.
15
Amín, Samir (2001), Crítica de nuestro tiempo: a los ciento cincuenta
años del manifiesto comunista. México, Siglo XXI Editores, p. 21.
16
Idem, p. 25.
17
Idem, p. 37.
18
Idem, p. 51.
19
Idem, p. 118.
20
Echeverria, Bolívar (2010), Modernidad y blanquitud. México,
Editorial Era, p. 88.
21
Villafuerte Solís, Daniel (2002), Bases teóricas y consecuencias
prácticas de la globalización en la periferia. Tuxtla Gutiérrez, UNICACH, p. 27.
22
Las 39 familias más acaudaladas de México suman en total una
riqueza de 135 mil millones, alrededor del 13.5% del Producto
Interno Bruto (PIB). El Universal, 1 de junio de 2008, http://
www.eluniversal.com.mx/ notas/519168.html
23
Wallerstein, Immanuel (2008), Historia y dilemas de los movimientos antisistémicos. México, Contrahistorias, pp. 250-253.
24
Fukuyama, Francis (2010), El fin de la historia y el último hombre.
Barcelona, Editorial Planeta, p. 3.
25
Idem, p. 5.
26
Idem, p. 21. Fukuyama, F. (1992), The end of history and last man. Nueva
York, Macmillan, Inc., p. 42; Chomsky, Noam (2009) El beneficio es lo
que cuenta: neoliberalismo y orden global. Barcelona, DeBolsillo.
27
Idem, p. 37.
28
Fukuyama, F. (2004), La construcción del Estado: hacia un nuevo
orden mundial en el siglo XXI. Barcelona, Ediciones B, S. A., p. 144.
29
Wallerstein, I. (2007), El moderno sistema mundial (tomo I). México, Siglo XXI Editores, p. 489.
30
Zea, Leopoldo (2001), El fin del milenio: emergencia de los marginados. México, FCE, p. 18.
31
Idem, p. 34.
32
Echeverría, Bolívar (1998), La modernidad de lo barroco. México,
Ediciones Era, pp. 37-39, 84.
33
Idem, p. 147.
34
Idem, p. 90.
35
Idem.
36
Idem, p. 91.
37
Harvey, David (2007), Breve historia del Neoliberalismo. Madrid,
Akal, p. 25.
38
Idem, p. 30.
39
Idem, p. 41.
40
Idem, p. 76.
41
Idem, pp. 167-172.
42
Harvey, D. (1998), La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio cultural. Argentina, Amorrortu
Editores, p. 134.
43
Giddens, Anthony (1990), The consequences of modernity. EEUU,
Stanford University Press, pp. 112-150; Harvey, D. (1984) The
limits to capital. Reino Unido, Oxford Verbatim Limited.
44
Zea, Leopoldo, op. cit., p.329.
45
Cfr. Zemelman, Hugo (2011), Configuraciones críticas, México,
Siglo XXI-CREPAL.
11
Bibliografía complementaria
Amín, Samir (2001), “Capitalismo, Imperialismo, Mundialización”,
en José Seone, Resistencias mundiales (de Seattle a Porto Alegre).Buenos Aires, CLACSO.
González Casanova, Pablo (2008), “El capitalismo organizado entre el orden y el caos”, en Desacatos, septiembre-diciembre,
número 028, D.F., pp. 165-172.
Internacional de Educación. Gob. del Edo. de Chiapas-SE., Tuxtla
Gutiérrez, 25 de febrero de 2011.
Lander, Edgardo (comp.) (2003), La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas. Buenos Aires, CLACSO.
Cabrera, Luisa (2008), “Memoria, identidad y justicia. Desafíos
para la rehabilitación del tejido social”, Pensamiento Iberoamericano, núm. 2, 2ª época, Madrid, Caecid- Fundación
Calorina, pp. 271-284.
Marion, Marie Odile (1994), Entre símbolos y disparos: una descodificación del estallido social. México, Instituto de Nacional de
Antropología e Historia.
Marx, Karl y Friedrich Engels (2000), Manifiesto del Partido Comunista. España, Ediciones elaleph.com.
Seone, José y Emilio Taddei (2001), Resistencias mundiales (de
Seattle a Porto Alegre). Buenos Aires, CLACSO.
Wallerstein, Immanuel (2005) Después del liberalismo. México, Siglo XXI Editores.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /67
La experiencia del fascismo italiano en Chipilo:
el resguardo de un patrimonio cultural y local
Viridiana Rivera Solano∗
Introducción
L
as experiencias traumáticas de la historia contemporánea, así como el temor al olvido causado por el tiempo futuro, han generado una
cultura de la memoria que ha luchado por preservar un
pasado donde la sociedad resguarda su historia e
identidad.1 Son bien conocidos algunos episodios
traumáticos de Europa, tales como el holocausto en
Alemania, la represión en la URSS, entre otros. El
fascismo italiano tampoco quedó exento, y México,
si bien no vivió tan cercanamente la cruel represión
traumática, sí vivió la expansión de su régimen. A
través de una “transnacionalización cultural”, el
fascismo aludió a una idea de nación compuesta por
un “pueblo superior”, heredero del imperio romano,
y quien tiene el derecho a disponer de un espacio
para realizarse, sea cual fuere el origen. Asimismo,
significó para el fascismo un estado de devenir más
que un estado de ser.2
Efectivamente, hay algunos primeros acercamientos que hacen referencia a las relaciones diplomáticas entre México e Italia durante el fascismo.
Ahora bien, ¿se podría pensar en una cultura histórica
que hizo preservar en México un patrimonio cultural
en el cual se manifestó el fascismo? La localidad de
Chipilo, integrada a la municipalidad de San Andrés Cholula en el estado de Puebla, fue una colonia de italianos fundada en 1882 que aún resguarda
algunos vestigios de su etapa fascista. Algunos de
estos son los libros de educación fascista, los pines
de los Camisas Negras, y fotografías que muestran
* Licenciada en Historia por la Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla. Ponencia presentada en el XXXVII Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia, realizado desde el 27 de octubre
hasta el 1 de noviembre de 2014 en la ciudad de San Cristóbal
de Las Casas, Chiapas.
la evidencia clara de la existencia del fascismo, edificios de la época e incluso lápidas con simbolismo
fascista. ¿Por qué es que estos vestigios permanecieron en la comunidad cuando en el resto del mundo, desde 1945 hasta 1946 se intentó eliminar toda
evidencia del fascismo? Quizás su cultura histórica
formó una noción de patrimonio local que rememora un pasado posiblemente no traumático, sino más
bien gratificante. Pero, ¿cómo se podrían llamar a
estos vestigios patrimonio, si el contexto en que se
desarrolló estuvo inserto durante la formación del
Nacionalismo mexicano?
No se podría entender la problemática sin antes
comprender algunos conceptos como los de memoria colectiva, cultura histórica, o el mismo patrimonio.
Asimismo, sería difícil asimilarlo sin conocer las
relaciones entre Italia y México a partir de 1922 y,
por supuesto, la experiencia del fascismo en Chipilo. Por ello me parece necesario iniciar con una
explicación de por qué estos vestigios, incluyendo
algunos espacios dentro de la localidad como la
Casa d’Italia o la misma iglesia, pueden considerarse como patrimonio local, retomando la necesidad
de la descentralización de las políticas de preservación patrimonial propuestas desde el marco legal.3
La justificación de un patrimonio cultural,
reflexiones categóricas
Previamente es necesario desarrollar algunas categorías para poder comprender dentro de qué
dinámicas, un conjunto de bienes tangibles o intangibles pueden ser considerados como patrimonio
cultural. En este sentido debemos entender como
patrimonio cultural:
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[…] al conjunto de manifestaciones y objetos
nacidos de la producción humana que una sociedad ha recibido como herencia histórica, y
que constituyen elementos significativos de
su identidad como pueblo. Tales manifestaciones
y objetos constituyen testimonios importantes del progreso de la civilización y ejercen una función modélica o
referencial para toda la sociedad, de ahí su consideración como bienes culturales. El valor que se
les atribuye va más allá de su antigüedad o su
estética puesto que se consideran bienes culturales, los que son de carácter histórico y artístico, pero también los de carácter archivístico,
documental, material y etnográfico, junto con
las creaciones y aportaciones del momento presente y el denominado legado inmaterial.4
Ahora bien, referirse al patrimonio como una herencia histórica refiere a otro aspecto que alimenta día
a día su valor y trascendencia: la memoria. Esta codificación del pasado no corresponde únicamente a
un individuo, sino también a un grupo de personas
que tiene la necesidad de sociabilizar la memoria,
transmitiendo esos recuerdos de generación en generación. Así es como se conforma la memoria colectiva, siempre preservada por individuos que aportan
a su vez memorias individuales.5 Se transmite no
solamente el cúmulo de relatos importantes, también se intenta contagiar un sentimiento de otredad
a través del tiempo.
Sin embargo, no siempre las memorias colectivas son democráticas. En la Rusia Soviética, las memorias oficiales siempre trataron de ocultar a aquellas que divergieron con su discurso; no obstante, la
abolición de la censura, así como otros efectos de la
caída del régimen comunista permitió el ascenso de
las memorias reprimidas, provocando un conflicto
con las memorias oficiales.6 Podríamos inferir en
que la memoria colectiva chipileña fue un producto
de la censura de las memorias oficiales mexicanas
desde su fundación, al igual que las memorias indígenas y otras minorías.7 Sin embargo, ¿qué fue lo
que hizo perdurar a dicha memoria chipileña a pesar de ello? Sánchez Marcos denomina como cultura
histórica al “proceso de diálogo social, por el que se
difunden, se negocian y se discuten interpretaciones del pasado”.8
Ésta retoma diversas narrativas y enfoques que
se debaten para interponerse socialmente. Por tanto no se requiere de un conocimiento erudito de la
historia, sino más bien de una autocomprensión de
los grupos de ese pasado para amalgamarlo a su presente y para la proyección de su futuro.9
Sin embargo, ¿qué sucede cuando la receptibilidad de dicho patrimonio se ve trasgredida por el
sistema que debe protegerlo, pero además, por otro
sistema que sobrepasa los márgenes sociales? Desde
el ámbito jurídico, la Ley Federal de Monumentos y
Zonas propició la centralización y custodia de todo
lo que se considere patrimonio. A pesar de que México es una Federación, lo que menos se hace con
los bienes patrimoniales es “federalizarlos”. Por el
contrario, la Ley Federal les restó importancia a los
gobiernos locales de hacerse cargo de la conservación del patrimonio.10 Si bien esto no podría competer directamente a Chipilo –ya que la presidencia auxiliar, en conjunto con su comunidad, se han
dado a la tarea de preservar todos los vestigios de su
memoria–, sí competería al hecho de que legalmente todo patrimonio debe ser de “interés nacional”.
Queda de más mencionar que el hecho de querer resguardar aquellos testimonios de la experiencia del fascismo en Chipilo corresponda al “interés
nacional” (sobre todo por su estigma político en la
posguerra y durante la Guerra Fría). Empero, se
debe tomar en cuenta que el proceso de resguardo
de aquellos bienes chipileños responde a las necesidades de la localidad, y que detrás de ese proceso
de memoria colectiva existe una legitimación de la
comunidad hacia su patrimonio. De hecho, como
Bonfil lo analiza, en la definición de un Patrimonio
cultural nacional legítimo está presente una gran cantidad de elementos culturales que forman parte de
un patrimonio particular en las comunidades y pueblos que componen la nación.11 Es por ello que la sociedad debe involucrarse en la preservación del patrimonio para evitar la expropiación de su memoria.
No está de demás decirlo en tanto es evidente –en
el transcurso de su historia– la actitud de la comunidad chipileña en el resguardo de su patrimonio local
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(ya que de no haberlo hecho tales vestigios del fascismo no estarían presentes en la actualidad). ¿A qué
se debe que la comunidad, así como en un marco social más amplio, no recurran al apoyo de académicos
para el resguardo de su memoria? Canclini menciona
que la preservación patrimonial no solo debería caer
en la responsabilidad del Estado (desde el aspecto
jurisdiccional) y de la sociedad (la contribución a la
memoria). El académico se ha involucrado –al menos
en México– de forma aislada solo para el estudio de
intereses personales, monopolizando dichas luchas
que pasan de considerar al patrimonio como un
elemento cultural, a involucrarlo y resaltar en él su
esencia política.12 La democracia cultural que se ha
anhelado alcanzar no puede consumarse si el académico no lucha también por involucrar a la sociedad a
través de su producción científica.
Aún con todas estas reflexiones teóricas, no se
podría consumar una justificación de considerar
a los bienes chipileños como un patrimonio local,
si no se conoce un breve recuento de la historia de
Chipilo y los procesos de resistencia que ha sufrido.
De la misma forma se debe reflexionar sobre lo que
implicó el fascismo en la comunidad. En este sentido, hago referencia a continuación a la historia de la
comunidad como antecedentes al periodo que particularmente es de mi interés.
La historia de Chipilo: el inicio de los conflictos
Chipilo se fundó en 1882 gracias a las políticas de
colonización de la Secretaría de Fomento a cargo
del general Carlos Pacheco. Durante el siglo XIX,
a raíz de pensadores conservadores y liberales influenciados por el darwinismo social –como lo fueron Francisco Pimentel, Justo Sierra o Francisco
Bulnes– se decidió poblar a la enorme extensión
del territorio mexicano sin habitar con inmigrantes extranjeros, que, desde sus aspectos biológicos
y socioculturales, auxiliarían a la culminación del
“lastre indígena” que impedía a México alcanzar el
progreso y asemejarse a Europa.
En el contrato firmado por Pacheco para el establecimiento de la colonia Fernández Leal (Chipilo),
se establecieron algunos derechos que tenían los co-
lonos para su fácil instalación, tales como servicios
de educación, farmacias, atención médica, financiamiento agrícola y ganadero. A cambio, los colonos
debían retribuir dicho gasto a través del trabajo de
los terrenos proporcionados; de no ser así, el gobierno podría recobrar todos los bienes. No obstante,
los colonos tuvieron problemas para trabajar los
terrenos, ya que si bien existían algunos lotes cercanos a un arroyo, los restantes eran muy áridos.13
Entonces, nutrieron la tierra, cosecharon y pronto
se volvieron en pequeños propietarios que trabajaron el cultivo de algunos productos básicos, que,
incluso, les permitió convertirse en proveedores de
los pueblos vecinos.
Ya para el periodo revolucionario, este tipo de
producción causó el surgimiento de un estereotipo
sobre los extranjeros en México: todos ellos eran
grandes propietarios de tierras y por ende, explotadores de los trabajadores indígenas.14 Como lo testimoniaron Ezio Cusi y Eugène Cuzin, los extranjeros
sufrieron varios ataques durante la Revolución. Luigi
Barzini, corresponsal en México durante la Revolución, narra el terror que sentía al ver los múltiples
ataques hacia los colonos italianos: “México entre
guerras civiles, revolucionarios parciales y venganzas
políticas no ofrece más que espectáculos de sangre y
ni siquiera presenta la más mínima garantía de hospitalidad para los extranjeros”.15
Incluso la xenofobia se trasladó hasta el ámbito jurídico. La Constitución de 1917 estableció una
Ley de Inmigración, que más bien fue una ley antiinmigrante. En ella se manifestaron una serie de requisitos para poder residir en el país, estableciendo
básicamente que un extranjero no podía ser un gran
propietario, ni extenderse internacionalmente, entre otros. De hecho, con base en esta ley, muchos extranjeros fueron deportados a sus países de origen,
y a los que aún residían en México se les disminuyó
la posibilidad de negociación con los cónsules extranjeros.16 La misma xenofobia ya se había manifestado en los pueblos indígenas desde que comenzó
la política de colonización extranjera. Esto no solo
tenía que ver con la raza o la lengua, sino con la religión,17 las costumbres y los modos de trabajo de
cada grupo social. Como lo plantea González Nava-
70/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
rro, el rechazo mutuo (es decir, de chipileños a indios, y de indios a chipileños) fue una condición de
protección de sus recursos más preciados,18 es decir,
los productos que cosechaban o labraban (tierras,
agua, ganado, frutos), sus bienes y sus mujeres.
Todas estas condiciones propiciaron que los
chipileños –a diferencia de otras colonias italianas
como Manuel González en Huatusco, Veracruz19–
se cerraran ante su contexto regional, realzando su
identidad véneta ante las políticas revolucionarias
y posrevolucionarias que buscaron la integración
de la sociedad mexicana a través de una identidad
mexicanizada. Parte de este fenómeno se reflejó en
la perdurabilidad del dialecto véneto, la conservación de algunas festividades típicas, la comida y las
prácticas endogámicas.20
Sin embargo, el contexto de la Revolución
mexicana marcó considerablemente la distancia
entre Chipilo y la mayoría de los pueblos de San
Andrés Cholula, debido al bandolerismo y los posibles contactos con los zapatistas asentados ahí. Por
su ubicación geográfica, Chipilo fue un punto de
estancia en la ruta que siguieron los zapatistas en
camino hacia Atlixco, Cholula y Puebla. La toma de
Tlaxcala por parte de Domingo Arenas, jefe militar
nombrado y asignado por Emiliano Zapata, se había
suscitado durante este periodo, empleando la ruta
no solo como una vía de comunicación entre Atlixco y Cholula hacia Tlaxcala, sino como una ruta de
escape hacia los frentes constitucionalistas.21 Los
zapatistas se detuvieron en Chipilo varias ocasiones para poder abastecerse de alimento y descanso, y según los testimonios orales recopilados por
Agustín Zago, los miembros de la localidad mostraron hospitalidad hacia los rebeldes.22
No fue hasta 1912 y 1917 que Chipilo afrontó disturbios violentos de bandoleros que, posiblemente, se hicieron pasar por caudillos revolucionarios.
El primer asalto que vivieron los chipileños fue en
febrero de 1912, y según las crónicas, fueron atacados por los “zapatistas”. Ante tales hechos pidieron
auxilio al gobierno de Puebla, e incluso, el ministro
italiano de aquel entonces incitó a la Secretaría de
Relaciones Exteriores a auxiliar a los colonos. Recibieron armas para poder defenderse ante otros po-
sibles ataques y los bandidos fueron aprehendidos
el 5 de marzo en Chalchihuapan.23 La posibilidad
de que hubiesen sido zapatistas quienes atacaron a
la comunidad se puede cuestionar, pues durante el
caudillismo cualquier bandolero podía hacerse pasar por “zapatista” o “villista”.24
El 22 de agosto de 1914, Carranza expidió el
decreto sobre la regulación de portación de armas,
privando a los chipileños del uso de ellas. Para su
desgracia, inmediatamente sufrieron un saqueo de
5 mil pesos por “tropas irregulares”. La información
llegó hasta Roma, al Ministerio de Asuntos Exteriores (MAE). En respuesta, el ministro italiano
visitó a Carranza y a la Secretaría de Relaciones
Exteriores (SRE) pidiendo su intervención en el incidente.25 A pesar de que Italia seguía procurando
sus servicios a la comunidad, los ataques persistieron. En noviembre de 1914 y en febrero de 1915 se
repitieron los saqueos y robos. En esta ocasión, se
registraron personas fallecidas, de los cuales fueron
“tres italianos”, según un comunicado del ministro
Cambiaggio. Algunos de los inmigrantes pidieron
citas con Carranza para resolver los problemas, logrando negociarlo en febrero de 1916; el presidente
les proporcionó armamento nuevo para defenderse.
Desde el punto de vista de los italianos, no solamente Zapata era el culpable de estos asaltos.
Según Zago, Juan Uvera, quien era habitante de un
pueblo cercano, atacaba constantemente a Chipilo
robándole ganado y otros bienes materiales.26 Para
el 25 de enero de 1917, hubo un nuevo atentado.
Pero esta vez, los chipileños tomaron justicia por
su propia mano. Uvera atacó con los hombres que
había reunido, y gracias al armamento proporcionado por Carranza y a sus prevenciones, los colonos
pudieron defenderse a pesar de que contaban con
alrededor de cien hombres.27 La MAE decidió designar un cónsul para Chipilo (Carlo Mastretta). Éste
tendría la obligación de informar al gobierno italiano, de manera más directa y cercana a la localidad,
acerca de algún atentado que se llegasen a sufrir en
Chipilo. También, mantendría contacto con las autoridades gubernamentales y militares de Puebla.28
Todas estas experiencias pueden permitir la reflexión sobre el sentido de pertenencia del chipile-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /71
ño sobre el territorio mexicano. Si bien el gobierno
porfirista dio todas las posibilidades de instalación
a los italianos, con la Revolución mexicana y el ascenso de Carranza se rompió y se prendió la mecha
de los conflictos entre inmigrantes y mexicanos,
lo que afectó las relaciones sociales, incluso con
afectaciones económicas.29 Es muy posible que su
reconocimiento hacia el gobierno mexicano como
directamente suyo fuera disminuyendo cada vez
más. De alguna manera, esta pequeña sociedad de
italianos se encontraba en una crisis política, en la
cual el gobierno de Mussolini pudo intervenir fácilmente para la expansión de una fascistización a través
de diversos símbolos, tales como los existentes hoy
en la comunidad.
La llegada del fascismo: la etapa de legitimidades
El objetivo de la transnacionalización del fascismo
era fortalecer un imperialismo que revitalizara la justificación de su existencia, y así evitar su extinción.
Pero ¿cómo se dio esta política de instauración del
régimen? Una vez consolidado el gobierno italiano,
surgieron múltiples instituciones para el control de
la sociedad y su educación hacia el fascis. Cada comitiva era destinada para los principales intereses de la
nueva Italia triunfante; la ampliación de mercados y
fuentes de abastecimiento, y por el otro lado el establecimiento de una política cultural que exaltara la
“latinidad” en las comunidades italianas:
Dar a las poblaciones de América Latina la precisa sensación de nuestra potencialidad y de la
renovada invencible voluntad de acción, que
anima nuestro país, y confirmar en nuestros
compatriotas que viven y trabajan en América
Latina el legítimo orgullo de sentirse hijos de
esta tierra, excelsa entre todas a lo largo de los
siglos por la excelencia de sus inteligencias y el
fervor de sus obras.30
La primera expedición fue realizada en 1924, con
una embarcación llamada La Nave Italia,31 en la cual
viajaban alrededor de 700 fascistas que residirían a
lo largo de la república, así como miembros de las
instancias gubernamentales y representantes directos del Duce. Entre ellos se encontraba el embajador
Giovanni Giuriati, quien llevaba consigo cartas de
Mussolini y del rey Víctor Manuel III emitidas a los
gobernantes de Latinoamérica. Cuando arribaron a
costas mexicanas el 23 de agosto, se prohibió a los
italianos bajar con sus camisas negras, ya que eso
iba a causar polémica entre organizaciones disidentes presentes que se manifestaban en protesta de
dicho acto. Sin embargo, el encuentro con los italianos mexicanos fue muy bueno, ya que hubo presentaciones y banquetes tres días después del arribo.32
No fue hasta el día 29 de agosto cuando la excursión llegó a Chipilo, preparado todo por Carlo
Mastretta, el cónsul italiano de Puebla. Giuriati
comunicó a Mussolini, así como al rey, lo que sucedió: llegó un grupo de jinetes que escoltaron a los
autos que se habían “atascado” por la irregularidad
del suelo; los chipileños, al llegar los fascistas, los
recibieron con banderas tricolores, gritando “¡Viva
l’Italia!”; Giuriati les entregó a los vénetos una piedra del Monte Grappa, que simbolizaba el sacrificio
de los soldados en la Gran Guerra, y una banda de
música tocó la Giovinezza (el himno fascista).33 Sin
duda alguna, esto conmovió a los chipileños, ya que
ésa misma piedra la instalaron en la lomilla, la misma donde se defendieron del ataque de bandoleros
en el año de 1917.34
En cada ciudad en donde había presencia de
italianos, se abrieron secretarías de zona que promovieron lo antes mencionado, llamadas Casa
d’Italia.35 Todas éstas dependían directamente del
fascis de la ciudad de México, por su proximidad a
las instancias de Relaciones Exteriores y el Consulado Italiano. Cada una de éstas estaba conformada
por un delegado y un inspector del Partito Nazionale Fascista, que se encontraban en constante comunicación con los ministros locales. Ya para 1930,
Chipilo era el centro del fascio más importante en el
país, ya que se organizaban constantemente actos y
celebraciones y enviaban con regularidad mensajes
oficiales y comunicados;36 una de esas celebraciones
era la del 4 de noviembre, fecha que se conmemora
el sacrificio de 680 mil soldados muertos en la Gran
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Guerra, y los chipileños lo celebraban vestidos de
uniforme, saludando con el brazo tendido y cantando himnos nacionalfascistas.
Todo esto nos permite apreciar que tan legítimo
se vio el régimen fascista por sobre los gobiernos
de Obregón hasta Cárdenas (1920-1940). El pasado
chipileño hizo ver, en primera instancia, a una Italia pobre, devastada y sin recursos que no prometía
nada para sus habitantes, y por ello tuvieron la necesidad de emigrar. Sin embargo, cuando ascendió
el fascismo, ascendió también el nacionalismo italiano de los migrantes que encontraban en el nuevo
gobierno una vía alterna de auxilio para reparar las
secuelas que dejó la Revolución mexicana. La Casa
d’Italia no ha sufrido cambio de nombre, ni aquella cremería enfrente de la iglesia de la Inmaculada
Concepción llamada La Nave Italia, ni el Monte
Grappa. No es porque estos tres referentes representen el “orgullo fascista” de la comunidad,37 más
bien, estos espacios representan una etapa de auge
y cenit, en donde la prosperidad fue más producto
del empeño del régimen Italiano que por el mexicano; es decir, estos monumentos, como símbolos
representan la italianidad de la comunidad, así
como el recuerdo de su legitimidad ante su madre
patria. Evidentemente, la memoria de Chipilo ha
permitido que los monumentos, los vestigios fascistas y algunas historias en torno a la etapa prefascista y fascista sigan en pie.38
Otra evidencia material del fascismo en Chipilo
está en los pines de los Camisas Negras, la heráldica
y sobre todo, los libros de educación fascista. Si no
existiese una memoria colectiva sobre la experiencia
fascista, simplemente no estuvieran presentes, incluso difícilmente serían compartidos entre los mismos
habitantes. Toda esta cultura fue el resultado de una
herencia histórica, que, como he señalado en la definición de patrimonio cultural, contiene elementos
significativos para la identidad de la localidad.
Reflexiones finales
Durante nuestra investigación, pudimos percibir
que la asimilación del fascismo en la comunidad
fue un factor que permitió la conservación de los
objetos. Pero, profundizando sobre ese proceso, la
formación de una memoria colectiva, a través de
una cultura histórica, le dio el carácter de perdurabilidad tanto a los monumentos mencionados como
a la propaganda fascista. Llegamos a la conclusión
de que el proceso de preservación por parte de la
comunidad no solo hace legítima a una posible clasificación de dichos vestigios como un patrimonio
cultural, sino como un patrimonio local, por pertenecer a una comunidad aislada de un contexto nacional en el sentido cultural, pero también haciendo
el análisis de su pasado histórico como una justificación de su naturaleza.
Este trabajo tuvo como finalidad el ejercicio
de la reflexión sobre el error en el que el historiador, o los científicos encargados de la preservación y gestión patrimonial, tendemos a caer: la
selectividad. Si bien este trabajo se basó en una
definición específica de patrimonio cultural, con
la cual pudimos realizar la justificación de nuestro trabajo, aún quedan muchos prejuicios que
debemos comenzar a repensar. Uno de ellos está
en creer que el patrimonio es solo un derecho de
las comunidades indígenas y del pasado mexicano en general, discriminando los pasados que
vienen de los grupos de migrantes instalados en
México desde el siglo XIX o mucho antes. Ese
prejuicio es un estigma que nuestra sociedad no
ha podido superar desde el discurso posrevolucionario del “malinchismo” y su rechazo. Seguir
dentro de estas líneas es seguir limitando otros
posibles campos de investigación.
Otro aspecto a reflexionar es que, para poder
comprender el patrimonio, debemos remontarnos
no solo a una memoria, sino a una conciencia histórica que la sociedad va desarrollando en respuesta al
sistema gubernamental que vivimos hoy en día. El
historiador debe aprovechar las circunstancias de
aquellas comunidades que se preocupan por conservar su memoria colectiva para la investigación de
su pasado, y así, comprender la existencia hoy en
día de aquellos objetos, espacios o acciones que se
pueden considerar como patrimonio cultural.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /73
Anexos
Imagen 1. La Nave Italia, cremería fundada desde inicios de siglo.
Imagen 2. Monumentos escultóricos del Monte Grappa. De izquierda a
derecha, el primero contiene la piedra ofrecida a Chipilo por Giovanni Giuriati.
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Imagen 3. Casa d’Italia en el centro de Chipilo.
Imagen 4. Retrato de Mussolini, dentro de la Casa d’Italia,
empleada para las conmemoraciones y celebraciones fascistas
(Archivo Histórico de Chipilo).
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Imagen 5. La primer visita de Carlo Mastretta a la comunidad
(Archivo Histórico, Sociocultural y Lingüístico de Chipilo).
Imagen 6. Pines de los Camisas Negras de los chipileños fascitizados
(Archivo Histórico, Sociocultural y Lingüístico de Chipilo).
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Imagen 7. Credencial del fascio Edoardo Mazzocco, firmada por el secretario del fascio
(Archivo Histórico, Sociocultural y Lingüístico de Chipilo).
Imágenes 8-9. Lápidas con emblemas fascistas y tipografía futurista en el panteón de Chipilo.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /77
Las colonias italianas que se fundaron simultáneamente a Chipilo,
fueron: Manuel González (Huatusco, Veracruz); Barreto (estado
de Morelos), la cual fue un fracaso, ya que los colonos sufrieron
problemas con los pueblos vecinos a causa de la disputa de tierras.
Para 1882 llegaron 1513 colonos a las colonias Aldana (Ciudad de
México) que desapareció a inicios del siglo XX, la Carlos Pacheco
(Mazatepec, Puebla), otros se integraron a la fundada Barreto y
la colonia Díez Gutiérrez (San Luis Potosí). La última oleada de
instalación se concluyó en septiembre de 1882, llevaba consigo
a unos 605 italianos, quienes se iban a instalar en la colonia Fernández Leal, la cual después recibiría el nombre de Chipilo de
Francisco Javier Mina.
20
Por otra parte no hay que olvidar que la cultura véneta mantuvo su tradicionalidad desde que la región pertenecía al Imperio
Austriaco. El régimen de los Habsburgo siempre permitió la
heterogeneidad cultural en cada región.
21
Para más información sobre el zapatismo en Tlaxcala, Puebla y
Cholula, véase Buve, Raymond (1994), El movimiento revolucionario en Tlaxcala. México, Universidad Autónoma de Tlaxcala.
22
Zago B., José Agustín (1999), Los cuah’tatarame de Chipíloc. Puebla, p. 47.
23
Savarino, Franco (2006), “Un pueblo entre dos patrias. Mito,
historia e identidad en Chipilo (1912-1943)”, en Cuicuilco, enero-abril, año/vol.13, núm. 036, México, ENAH, p. 279.
24
Bertola, op. cit., p. 44.
25
Savarino (2006), p. 280.
26
Zago B., José Agustín, pp. 158-160.
27
No se tiene un dato exacto de cuántos hombres atacaron
a Chipilo. Varían desde quinientos hasta mil, incluso se tienen
datos de cuatro mil. Zago, pp. 160-165; Savarino (2006) pp. 281282.
28
Savarino (2006), p. 281.
29
Para cuando llegó el fascismo a México, existieron algunos
prejuicios por parte de la comunidad obrera mexicana. Es muy
posible que esto también haya dado rienda suelta a conflictos entre algunos chipileños que quizás hayan trabajado como
obreros. Si bien Savarino menciona algunos miembros italianos
antifascistas, no se sabe sobre aquellos italianos fascistas que
laboraban como obreros. Aunque este dato puede presentarse como impreciso, puede funcionar como una hipótesis para
otro tipo de investigación.
30
Savarino, op. cit., p, 61.
31
De hecho, una cremería de Chipilo lleva este nombre (Anexos:
ver imagen 1).
32
Savarino, Franco (2003), México e Italia. Política y diplomática en
la época del fascismo, 1922-1942. México, SER, p. 63.
33
Idem, p. 65.
34
Anexo: ver imagen 2.
35
La Casa d’Italia de Chipilo actualmente es un centro cultural
en donde se presentan obras de teatro, conmemoraciones, entre otros eventos (Anexo: ver imagen 3).
36
Savarino (2003), p. 69.
37
A pesar de que en el estado de Guanajuato se formó otra comunidad “hija”, llamada “La Perla de Chipilo”, que precisamente fue formada por chipileños disidentes de algunas prácticas
tradicionalistas de la comunidad. Véase: MacDonald, James H.
(1997), “Historia, economía y transformación de la identidad
étnica entre los inmigrantes italianos en México”, en Relaciones,
vol. XVIII, núm. 71, pp. 157-199.
19
Notas
Huyssen,Andreas (2000),“En busca del tiempo futuro” en Puentes, año 1, núm. 2, diciembre, p. 14.
2
Finschelstein, Federico (2010), Fascismo trasatlántico. Ideología,
violencia y sacralidad en Argentina y en Italia, 1919, 1945. Buenos
Aires, Fondo de Cultura Económica, p. 70.
3
Viladevall i Guasch, Mireia (2003), Gestión del patrimonio cultural:
realidades y retos. Puebla, Benemérita Universidad Autónoma
de Puebla, p. 50.
4
Peñalba, Josué (2005), “Evolución del concepto y la significación
social del patrimonio cultural”, en Arte, individuo y sociedad (s.
l.), vol. 17, febrero, p.
5
Pomian, Krzysztof (2007), Sobre la historia. Madrid, Editorial Cátedra, p. 180.
6
Idem, p. 173.
7
Experiencias como la Guerra de Castas, las políticas en contra
del lastre indígena como la colonización extranjera, así como
otras represiones en relación a las prácticas religiosas son un
ejemplo de represión. Incluso, el decreto del español como
lengua oficial sobre aquellos grupos indígenas en los que se
mantienen.
8
Sánchez Marcos, Fernando (2009), “Cultura histórica” en Tendencias historiográficas anuales. http://www. culturahistorica.es.
(consultado 13/09/2012), p. 3.
9
Idem.
10
Becerril Miró, José Ernesto (2003), “La gestión jurídica del patrimonio cultural en México” en Viladevall i Guasch, Mireia, op.
cit., p. 58.
11
Bonfil, Batalla, Guillermo (1993), “Nuestro patrimonio cultural:
un laberinto de significados” en Enrique Florescano, El patrimonio
cultural de México. México, Fondo de Cultura Económica, p. 35.
12
García Canclini, Néstor (2003),“Los usos sociales del patrimonio cultural”, en Enrique Florescano, op. cit., pp. 45-48.
13
Castillo, José Luis (2007), Chipilo: los primeros años (1882-1910).
Puebla (tesis para obtener el grado de licenciatura en Historia),
p. 12.
14
Sobre todo, con la experiencia desarrollada por Andrés Molina Enríquez, quien vivió de cerca la explotación latifundista
de los indios en el Estado de México, surgió una estigmatización de todos los extranjeros como grandes propietarios y
empresarios.Véase Molina Enríquez, Andrés (1981), Los grandes
problemas nacionales (1909) y otros textos (1911-1919). México,
Editorial Era.
15
Bertola, Elisabetta (1989),“La revolución mexicana en el ocaso
de la hegemonía europea, los reportajes de un corresponsal
italiano”, en Historias, núm. 4, abril-diciembre, pp. 29-47.
16
Para más datos, véase Yankelevich, Pablo (2004), “Extranjeros
indeseables en México (1911-1940). Una aproximación cuantitativa a la aplicación del artículo 33 constitucional”, en Historia
Mexicana, vol. LIII, núm. 003, El Colegio de México, México, pp.
693-744.
17
Aunque los vénetos de Chipilo eran católicos, hay diferencias
entre la religiosidad mexicana y la véneta.
18
González Navarro, Moisés (1993), “Ius sanguinis. Expulsión de
Europa, atracción a América”, en Los extranjeros en México y los
mexicanos en el extranjero, 1821-1970 (vol. III) México, El Colegio de México, p. 367.
1
78/
38
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Así como las mismas lápidas en el panteón local en donde se
encuentran registros del arte y el simbolismo fascista (Anexo:
imagen 8 y 9).
Bibliografía complementaria
Aróstegui, Julio et al. (2001), El Mundo Contemporáneo: historia y
problemas. Barcelona, Crítica.
Bobbio, Norberto et al. (2005), Diccionario de política. Argentina,
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González Navarro, Moisés (s. f.) Xenofobia y xenofilia en la Revolución Mexicana. Colegio de México. http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/UNC11L53F16M4NHTCHB7QNS1YEBLMR.pdf (consultado
13/09/2012).
Herrera, Fabián (2011), “La colaboración de México con el Instituto Roma, 1927-1937”, en Primer Coloquio Universitario de
Análisis Cinematográfico. México, 15-18 noviembre, pp. 1-11.
Micheli, Mario de (2001), Las vanguardias artísticas del siglo XX.
Madrid, Alianza, pp. 229-254; 369-382.
Savarino, Franco (2010),“Fascismo en América Latina: la perspectiva italiana (1922-1943)” en Diálogos, vol. 14, núm. 1, p. 70.
Vaughan, Mary Kay (2001), “Transnational processes and the rise
and fall of the mexican cultural state: notes from the past”,
en Fragments of a golden age.The politics of a culture in Mexico
since 1940. Estados Unidos, Duke University Press.
Zilli Mánica, J. B. (2002), Italianos en México. Documentos para la
historia de los colonos italianos en México. Xalapa, Editorial
Concilio.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /79
Al-haraka baraka: un acercamiento general
a la inmigración libanesa y su participación
en el México porfirista (1885-1910)
Cristian Alexis Lozada Pedraza*
Introducción
D
urante el gobierno de Porfirio Díaz se realizaron y se modificaron varios aspectos políticos, económicos y sociales con el fin de
hacer de México una nación moderna y progresista,
para de esta manera proyectarla como una nación
pacífica y ordenada a la vista de las naciones más
importantes del mundo en ese entonces (Inglaterra,
Francia, Alemania, España y Estados Unidos).
Como ejemplos de esos cambios se dio la modernización de los medios de comunicación (ferrocarril y telégrafo), la reconciliación con varios actores políticos (la Iglesia, relaciones diplomáticas con
otras naciones y el ejército), la efectiva aplicación
de la Ley Lerdo a través de la realización de mapas y nuevas reformas económicas que incluyeron
principalmente las acciones llevadas a cabo por el
secretario de Hacienda y Crédito Público, José Yves
Limantour.
Entre estas reformas económicas estuvo la promoción de inversión de capitales extranjeros (principalmente europeo y estadounidense) y con el proyecto de inmigración extranjera (dándole prioridad
a la europea) al territorio mexicano. Para Porfirio
Díaz y su gabinete la solución para promover el desarrollo económico del país descansaba en el estímulo a la inmigración.1 En este supuesto analizo a
uno de los grupos de inmigrantes llegados al finalizar el siglo XIX y al comienzo del siglo XX, los li-
*
Estudiante de la licenciatura en Historia en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa. Ponencia presentada
en el XXXVII Encuentro Nacional de Estudiantes de Historia,
realizado desde el 27 de octubre hasta el 1 de noviembre de
2014 en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
baneses. Fueron importantes, tanto por su número
como por su efecto dentro de la sociedad mexicana.
Los libaneses jugaron un rol importante en la
economía porfiriana, integrándose muchos como
obreros y otros dedicados al comercio, llegando a
ser incluso grandes empresarios. Es válido entonces preguntarse: ¿cuál fue la participación de la
colonia otomana en la sociedad mexicana durante
el porfiriato?
En México se conoce como colonia otomana a los
grupos de inmigrantes llegados del Medio Oriente
durante las últimas décadas del siglo XIX y principios del XX, ya que en su momento formaron
parte del hoy extinto Imperio Otomano, aunque
la mayoría de los miembros de estos inmigrantes
fueron de origen libanés. Desde el siglo XVIII los
libaneses se diferenciaron del resto de los otomanos principalmente por la penetración cultural
europea encauzada por comerciantes que arribaron principalmente de Francia. Debe aclararse que
Líbano tenía la condición de protectorado del Imperio Otomano y no de colonia, lo que explica por
qué las ideas occidentales pudieron penetrar en
la población, preferentemente sobre la población
cristiana, que aprendió el idioma francés; y hubo
quienes viajaron y estudiaron en escuelas europeas
y fue mediante este flujo que Líbano comenzó a
europeizarse.2
En el proceso de integración, en 1910, los libaneses participaron en los festejos del Centenario de la
Independencia de México, afianzándose las relaciones entre los inmigrantes y México.4
80/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
La inmigración en México
Desde el México independiente hasta 1876 la política inmigratoria estaba gestándose.5 Sin embargo
no sería posible llevarla a cabo por la inestabilidad
política, económica y social muy característica de la
primera mitad del siglo XIX. Además, debe tenerse
en cuenta las diversas intervenciones extranjeras
y muchos otros factores que hicieron imposible la
efectiva aplicación de políticas migratorias. Durante los años 1860-1861 hubo dos medidas aplicadas
por el gobierno juarista a favor de la inmigración
hacia el país:6
Ū
Decreto de tolerancia de cultos.7 Esto permitió
que personas de cultos diferentes al católico
(musulmanes, judíos, protestantes, etcétera)
arribaran al país sin temor de ser perseguidos.
Los libaneses que llegaron a México, en su mayoría, eran cristianos maronitas.8
Ū
Sustituir las cartas de seguridad por una matrícula de extranjero que solo se pedía una vez.9
Las cartas de seguridad eran una especie de pasaporte, el cual tenía que ser renovado cada dos
años, pero con la matrícula de extranjero el trámite solo se hacía una vez y por tanto era más
sencilla la gestión para la estancia en el país.
Además de este par de medidas tomadas por el
gobierno de Juárez durante la Guerra de Reforma,
se reanudaron durante la República Restaurada y
el primer periodo presidencial de Díaz (1876-1880)
las relaciones diplomáticas con naciones como España, Inglaterra, Francia y Estados Unidos, las cuales se habían perdido durante el siglo XIX a causa
del incumplimiento de la deuda externa y principalmente, para ese entonces, por el derrocamiento
del imperio de Maximiliano; pero no solamente se
reanudaron sino que se crearon nuevas relaciones
diplomáticas como el caso de Alemania (1879), Italia (1874) y Japón.
Es hasta el porfiriato (1876-1911) cuando se define una política migratoria sistemática, sustentada,
primeramente, en que se ha alcanzado la capacidad
económica necesaria para promoverla, y por otra
parte, que se ha establecido la paz interna.10 Había
dos ideas fundamentales que sostenían el proyecto
de migración durante el porfiriato, las cuales alentaron la migración extranjera.11
Ū
Ū
La gran riqueza del país. Había tierras abundantes, fértiles y baldías que estaban listas para su
explotación e inversión, y además había una gran
cantidad de materia prima para la industria.
La población nativa. Según el gabinete porfirista, era insuficiente en número y deficiente
en calidad. Si se quería mejorar la situación
económica, política y social en México era necesario atraer a inmigrantes (principalmente
europeos) para blanquear la raza y, en teoría,
mejorarla aunque por desgracia para los que
impulsaron esta política en el porfiriato nunca
llegó el número que ellos hubieran deseado de
inmigrantes europeos.12
La gráfica 1 y el cuadro 1 anexos muestran el origen y clasificación por sexo de la población inmigrante asentada en la ciudad de México en el año de
1882. La muestra corresponde a 3,718 inmigrantes
los cuales en su mayoría son de origen europeo; de
éstos, la mayoría son españoles y franceses, lo que es
comprensible con base en el credo religioso católico
y el afrancesamiento de la sociedad porfirista, además de los nexos históricos, etcétera, lo que hace a
ambas naciones europeas mantener cierta compatibilidad cultural y en consecuencia una mejor asimilación a la cultura mexicana.
La mayoría de los inmigrantes son hombres
en edad productiva.13 Vienen en busca de mejores
oportunidades, muchos eran solteros, otros tenían
familias en su lugar de origen, éstos llegaban solos
para preparar el terreno y traían a la familia cuando
contaban con mejores perspectivas de vida.
Es pertinente aclarar que los inmigrantes libaneses están contemplados dentro de la clasificación
de “otros europeos” por el simple hecho que el Imperio Otomano tenía su capital (Estambul) en Europa.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /81
Composición de la población extranjera
Hombres
Mujeres
Total
Porcentaje
por origen
Proporción H/M
Españoles
1398
238
1636
44.00
587.39
Franceses
752
270
1022
27.49
278.52
Alemanes
211
69
280
7.53
305.80
Origen
Estadounidenses
162
118
280
7.53
137.29
Británicos
79
67
146
3.93
117.91
Italianos
115
26
141
3.79
442.31
Latinoamericanos
57
50
107
2.88
114.00
Otros europeos
60
30
90
2.42
200.00
Otros americanos (Sin
especificar y de Canadá)
7
3
10
0.27
233.33
Asiáticos
4
1
5
0.13
400.00
Africanos
Total
1
0
1
0.03
2846
872
3718
100.00
326.38
Fuente: Dolores Morales, María (2002), “La población extranjera en la Ciudad de México en 1882”, en Salazar Anaya, Delia (coord.),
Imágenes de los inmigrantes en la Ciudad de México, 1753-1910. México, INAH, p. 179.
Relaciones diplomáticas entre México y Líbano
Está más que comprobado que no existió relación
alguna entre México y el Imperio Otomano (el cual
incluía los territorios de los actuales Turquía, Siria,
Líbano, Israel y Egipto) durante el porfiriato, sin
embargo, hay un antecedente durante el Segundo
Imperio y un intento por establecer relaciones comerciales al final de la primera década del siglo XX.
Era importante para el Segundo Imperio Mexi-
cano ganar legitimidad ante otras naciones para
poder iniciar relaciones diplomáticas y comerciales con ellas y evitar conflictos con otras al tener
el suficiente apoyo. En 1864 Maximiliano consideró establecer relaciones amistosas con el Imperio
Otomano y el reino de Grecia y al mismo tiempo
legitimarse ante estos. Se tiene noticias de que al
menos al Imperio Otomano llegó un representante
mexicano.14 Para 1866 ambos imperios aceptan un
tratado de amistad de comercio y navegación en el
82/
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cual se establecen normas para la comercialización
de productos en los puertos pertenecientes a ambos
imperios.15 El tratado y las relaciones entre ambos
imperios se rompen con la caída de Maximiliano.
Poco antes de la celebración en México el Centenario de la Independencia, en los Estados Unidos se
conocen los embajadores de México y Turquía.16 Ahí,
ambos intentaron establecer relaciones diplomáticas
lo más pronto posible, como producto de estas conversaciones el gobierno mexicano decide enviar una
invitación al sultán otomano para que enviara representantes a la fiesta del Centenario. Esto no se hizo
posible, en opinión del embajador turco, porque “no
hay tiempo suficiente para enviar representantes por
parte del Imperio Otomano a México”.17 Las relaciones no se iniciaron formalmente a pesar de las buenas
intenciones, ya que en noviembre se desató el movimiento revolucionario en México. Las relaciones formales con Turquía se dan en 1928 y con Líbano no se
darían hasta el 12 de junio de 1945.
No existiendo una relación directa entre México y Líbano, es viable que una de las causas para explicar la inmigración libanesa a territorio mexicano
se deba a la incipiente diplomacia establecida con el
Imperio Otomano.
Líbano en el siglo XIX
Hay un proverbio árabe que reza Al-haraka baraka,
literalmente se traduce como “hay una gran bendición en el traslado”, pero podríamos traducirlo
más libremente como: “el que viaja, cosecha bienes”.
Este proverbio parece haber contribuido para que
muchos árabes en el pasado se trasladaran a tierras
extrañas para empezar una nueva vida con la esperanza de mejorar su situación económica, profesar
libremente su religión y huir de las persecuciones
políticas de que eran objeto en sus países.18
Líbano en el siglo XIX formaba parte del Imperio Otomano como protectorado, aunque al finalizar el siglo es notable la occidentalización gracias
a la presencia inglesa, si bien aún más importante
es la influencia francesa.19 Tres factores pudieron
ser responsables en el siglo XIX de la migración
masiva de libaneses cristianos (y en menor medida
musulmanes) a otros lugares del mundo. Los libaneses sufrían la opresión del Imperio Otomano y
muchos emigraron para escapar de esta opresión.
La población cristiana de la región fue la más reprimida ya que la religión oficial del imperio era el
islam y no había tolerancia para otras religiones. Por
la condición de protectorado, no podían convertir
a los cristianos y por tanto optaron establecer medidas represivas como mandarlos a las tierras más
infértiles de la región y dejar a los drusos (un grupo
islámico) las mejores.20 Líbano se incorporó al mercado internacional como productor de seda, fue tan
importante la producción que desde 1850 pasó a ser
la actividad económica dominante. La ganancia de
tal actividad era tal que la mayor parte del campesinado se dedicó a ella; el éxito se debió en parte, que
Francia, el principal productor de seda para Europa
vio mermada su oferta debido a la enfermedad del
gusano en la región de la Gran Siria (Líbano, Siria y
Palestina); Líbano, que producía tres cuartas partes
de la seda, ocupó su lugar.21 En 1869 se inauguró el
Canal de Suez y las exportaciones de seda a Europa
cayeron estrepitosamente ya que la seda libanesa
comenzó a perder mercado ante la seda de China
y Japón. Esto provocó una crisis socioeconómica y
a su vez propició que los libaneses que se dedicaban a esta actividad comenzaran a emigrar masivamente.22 El tercer factor fue la masacre por parte de
los drusos hacia grupos de cristianos maronitas en
1860. Esto provocó que muchos cristianos que habitaban Líbano huyeran del país y buscaran refugio
en otras partes. Los drusos tenían conflictos con los
cristianos maronitas pero estos se acentuaron debido a que eran más conservadores y no aceptaban
las ideas de Occidente tan fácilmente como ellos,
la intolerancia, fue básicamente lo que orilló a la
masacre.23 América, era una buena opción para los
migrantes libaneses ya que habían muchas tierras
sin ocupar y porque la religión es predominantemente católica.24 Los primeros flujos migratorios
llegaron a América (la cual era la tercera opción de
los libaneses antes de Egipto y Europa) en la década
de 1870, y se calcula que a partir de entonces, anualmente, ingresaron 3000 libaneses principalmente a
Brasil, Centroamérica y México.25
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /83
Los libaneses en México
Los libaneses comenzaron a llegar aproximadamente en 1878 entrando por el puerto de Veracruz,
tomando como referencia el primer registro de ingreso de un libanés en México.26 Para 1885 llegaron
por oleadas.
Es difícil establecer un número exacto de libaneses en los censos del porfiriato debido a que eran
catalogados como “turcos”27 al llegar al país y es por
eso que matizar con otros inmigrantes resulta complicado. Los registros obtenidos de libaneses fueron
arduas investigaciones llevadas a cabo por sus descendientes pero en estadísticas oficiales de la época
no aparecen así. Para dar un acercamiento se expone el caso de Yucatán debido a que fue una de las entidades con mayor población procedente de Líbano
en el país. Según el censo de 1910, había alrededor de
576 personas de origen “turco” en el estado, si esto
lo comparamos con datos de otros inmigrantes que
ocupan mayoría en las estadísticas del estado para
este año, tenemos que ocupan el cuarto lugar, solo
superados por españoles (1,479), chinos (875) y cubanos (841).28 Sin embargo es probable que la cantidad de inmigrantes fuera mayor puesto que muchos
inmigrantes se internaron al país con una categoría
distinta a la de inmigrante, o sin papeles.29
La mayoría de los libaneses que llegaron a México tenían por destino “América” pensando en los
Estados Unidos, sin embargo, eran estafados desde
Líbano por agencias que pagaban los viajes pero cobraban con hipotecas y a muy altos intereses y los
llevaban a América entendida como México u otro
país del continente que no era necesariamente Estados Unidos.30 La mayoría de los inmigrantes trabajaban la tierra, eran pobres y México era visto como
puente para ingresar a los Estados Unidos, pero al no
poder ingresar al país del norte debido a las leyes tan
estrictas de migración que implementaron, no tenían
más opción que buscar fortuna en México. Se estima
que aproximadamente, durante el último decenio del
siglo XIX y el primero del siglo XX, llegaron aproximadamente 20,000 inmigrantes libaneses a México.31
La mayoría de los libaneses que llegaron a México se establecieron en las costas del Golfo de Méxi-
co, principalmente en Veracruz (que era el principal
puerto mexicano desde la época colonial y la puerta
de entrada para la mayoría de los inmigrantes europeos), en Tampico y en la península de Yucatán, lugar, este último, donde mejor se desarrollaron en el
mundo de los negocios.32 Si bien tales sitios fueron
los lugares de acomodo en un principio, no necesariamente se quedaron en ellos, y a diferencia de otros
inmigrantes extranjeros, éstos no fundaron colonias
libanesas, sino que se dispersaron por todo el país,
principalmente en Puebla y el Distrito Federal.33
Los libaneses inmigrantes tenían tres rasgos en común con los mexicanos: religión, una presencia familia
arraigada y muy ampliada, y una cultura milenaria.34
Esto pudo haber permitido su fácil y rápida integración a la sociedad mexicana, ya que desde la primera
generación (exceptuando el idioma), se nota una rápida asimilación entre ambas culturas. Tanto es así,
que en 1910, como parte de los festejos del Centenario
de la Independencia de México, los libaneses se hicieron presentes en la capital del país, regalaron el reloj
otomano en forma de columna que quedó levantado
en la calle de Bolívar (entonces Capuchinas, hoy Venustiano Carranza). Además pagaron el alumbrado de
varias calles públicas.35 Fue el momento cumbre de las
relaciones entre mexicanos y libaneses.
La mayoría de los inmigrantes libaneses llegados a México fueron personas dedicadas a actividades agrícolas que se vieron desplazados por culpa
de la crisis económica que azotó a Líbano después
de 1869, aunque los libaneses, a pesar de ser un pueblo campesino, no se dedicaron, más que aisladamente al trabajo agrícola ya que la principal mano
de obra barata de la época era la población indígena.36 Algunas de estas personas, con el paso de los
años se convirtieron en grandes empresarios que
invirtieron sus capitales en la industria de textiles
principalmente, materializando así lo que buscaba
el régimen porfirista de la inmigración al país.37
Otros más, incursionaron en pequeños comercios, por ejemplo, encontramos que al concluir el
siglo XIX e iniciar el XX, había un buen número de
cafeterías pertenecientes a libaneses.38 También vinieron libaneses de clase económica más alta quienes invirtieron su capital en México. Estos últimos
84/
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igual que otros libaneses exitosos se establecieron
principalmente en Yucatán, aprovechando el auge
de la industria henequenera.39
La actividad principal de los libaneses fue siempre el comercio. Así lo expone Luis A. Ramírez
cuando describe que:
estos inmigrantes y sus hijos demostraron una
gran capacidad para desarrollar negocios comerciales y generar un acelerado proceso de
acumulación de capital durante el presente siglo (siglo XX), creando empresas familiares de
gran dinamismo. Su movilidad social ha sido
muy acentuada, tanto en términos económicos
como de estatus, ocupando en la actualidad,
un puñado de estas familias, posiciones privilegiadas de élite en la estructura regional de
clases.40
Conclusión
Retomando lo anterior, tenemos que los libaneses han sido una parte importante de la sociedad
mexicana a partir del porfiriato. Cumplieron con
las expectativas según el discurso porfirista, contribuir con el desarrollo económico de México.
Gracias a los pequeños comerciantes (que dieron
lugar a importantes empresarios como en el caso
de Yucatán) y a la mano de obra, México avanzó
hacia el ansiado progreso. Los libaneses no fueron
el grupo más importante de los inmigrantes en
México del periodo, si pensamos en función de la
inmigración de españoles, norteamericanos, franceses y alemanes, pero al igual que todos estos, colaboraron con su esfuerzo y dedicación al progreso
económico de México. En este sentido el proverbio Al-haraka baraka parece cumplirse para el caso
de los libaneses en el hecho de que emigraron a
México para conseguir favorables condiciones de
vida y mejores oportunidades para desarrollarse
económicamente. Es por ello que la comunidad
libanesa en México, hasta hoy día, goza de prestigio en la comunidad mexicana, situándose como la
más influyente del Medio Oriente en nuestro país.
Notas
Dolores Morales, María (2002), “La población extranjera en la
Ciudad de México en 1882”, en Salazar Anaya, Delia (coord.)
Imágenes de los inmigrantes en la Ciudad de México, 1753-1910.
México, INAH, p. 178.
2
Marín Guzmán, Roberto (2007),“Las causas de la emigración libanesa durante el siglo XIX y principios del XX. Un estudio de
historia económica y social”, en Luis Mesa Delmonte, (comp.)
Medio Oriente, perspectivas sobre su cultura e historia II. México,
El Colegio de México, pp. 560-562.
3
Alvarado Estévez, Laura (2002), La migración libanesa a la ciudad
de Toluca durante la primera mitad del siglo XX. México, Instituto
Cultural Helénico, p. 17.
4
http://www.emigrantelibanes.com/antecedentes.html (consultado el 20 de noviembre de 2011).
5
Dolores Morales, op. cit., p. 177.
6
Idem.
7
Idem.
8
Mejía Madrid, Fabrizio (2008), Ciudad de México, ciudad solidaria,
capital de asilos. México, Offset Santiago, p. 9.
9
Dolores Morales, op. cit., p. 177.
10
Idem, p. 178.
11
Idem.
12
Idem.
13
Idem, p. 179.
14
AGN, Segundo Imperio, caja 03, expediente 29, foja 3.
15
AGN, Segundo Imperio, caja 15, expediente 23, foja 4.
16
A las personas que habitaban en el Imperio Otomano por lo
general eran llamados turcos sin importar su región de origen
(Líbano, Siria, Egipto, etcétera), por eso al hablar del embajador
de Turquía en los documentos de la época, se refieren al embajador del Imperio Otomano.
17
AHD, Primer Centenario de la iniciación de la independencia
de México, 1910, pp. 119-158. http://hacer vo.sre.gob.mx:8090/
multimedia/LE-117_opt.pdf (consultado el 3 de noviembre de
2011).
18
Marín Guzmán, op. cit., p. 557.
19
Alvarado Estévez, op. cit., p. 21.
20
Marín Guzmán, op. cit. p. 572.
21
Idem. p. 581.
22
Alvarado Estévez, op. cit. p. 22.
23
Marín Guzmán, op. cit. p. 565.
24
Idem.
25
Sánchez Bernal, Indira Iasel (2010), La presencia del Medio Oriente y el Norte de África en México: Memorias recientes, Buenos
Aires, CEID, p. 2.
26
Ramírez Carrillo, Luis Alfonso (1994), Secretos de familia: libaneses y élites empresariales en Yucatán. México, CONACULTA, p. 174.
27
Eran clasificados como turcos gracias a la condición de Líbano
como protectorado del Imperio Otomano y esto no cambió
hasta 1917. También hay registros en donde aparecen como
árabes debido al idioma que hablan. Sin embargo, está comprobado que los “turcos” eran en su mayoría provenientes de
Líbano. Ramírez Carrillo, op. cit., p. 175.
28
Ramírez Carrillo, Luis Alfonso (1994), “De buhoneros a empresarios: La inmigración libanesa en el sureste de México”, en
1
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /85
Historia Mexicana. México, El Colegio de México, vol. 43 no. 3,
p. 456,457.
29
Idem, p. 456.
30
Ramírez Carrillo, Luis Alfonso. Secretos de familia: libaneses y
élites empresariales en Yucatán, p. 174
31
Mejía Madrid, op. cit., p. 28.
32
Alvarado Estévez, op. cit., p. 18.
33
Sánchez Bernal, Indira Iasel, op. cit. p. 3.
34
Mejía Madrid, op. cit., p.11.
35
Idem, p. 30.
36
Ramírez Carrillo, op. cit., p. 183.
37
Idem, p. 179.
38
http://www.embajadadelibano.org.mx/emigracion_libanesa.
php (consultado el 1 de noviembre de 2011).
39
Ramírez Carrillo, op. cit., p. 179.
40
Idem, p. 191.
Bibliografía adicional
Assad Martínez, Carlos (2010), “Los libaneses inmigrantes y sus
lazos culturales desde México”, en Dimensión Antropológica,
vol. 44, febrero.
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Reseña
Carlos Uriel del Carpio Penagos y Esaú Márquez Espinosa
(coord.) (2013), Tradición y modernidad en tres regiones de México.
Tuxtla Gutiérrez, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas,
2013.
Sergio Valerio Ulloa*
S
e necesita hacer un gran esfuerzo para sintetizar en pocas páginas la gran diversidad de
temas que tocan los autores en este texto. Sin
embargo habrá que empezar por algún lado, y lo
más lógico es comenzar por el principio. El título
enuncia y al mismo tiempo es un indicio de lo que
viene en el texto, es el primer contacto que tiene el
lector con la obra, el título predice su contenido:
Tradición y modernidad en tres regiones de México.
El título al menos contiene tres conceptos que
son difíciles de definir y de precisar, sobre las cuales
han corrido enormes y caudalosos ríos de tinta, por
no decir que han sido el pretexto para que se hayan
deforestado algunos cuantos bosques en el mundo
con el fin de satisfacer la demanda de papel de escritores, lectores y editores. Tradición, Modernidad,
Región, son conceptos que merecen cada uno al menos un curso, seminario o artículo con su bibliografía especializada correspondiente. Tan solo para el
concepto de Región hay hasta una maestría dedicada
exclusivamente a ello en el Colegio de Jalisco, ésta
se llama: Maestría en Estudios sobre la Región.
Según Reinhart Koselleck habría que distinguir
entre palabras comunes y conceptos, aunque ambas
suelen ser polisémicas, las primeras tienden a ser
unívocas y particularizan al objeto referido; en tanto que los conceptos presentan un amplio conjunto de significados, y por tanto son necesariamente
polisémicos. De modo que un concepto es más que
una simple palabra. Sin embargo, antes de avanzar
debemos profundizar sobre la definición de lo que
son los conceptos y cómo nos sirven para entender
la realidad.
∗
Docente-investigador Universidad de Guadalajara.
Los seres humanos solo podemos conocer el
mundo a partir del lenguaje, toda nuestra actividad para pensar, comprender, explicar y describir
la realidad está llena de palabras, unas más simples
que otras, sin el lenguaje sería prácticamente imposible formar ideas y transmitirlas a otros. De tal
manera que necesariamente utilizamos el lenguaje
para aprehender la realidad. A partir del lenguaje,
los seres humanos hacemos representaciones para
poder explicar el mundo tanto físico como espiritual y en esas representaciones utilizamos palabras,
conceptos, símbolos, códigos o imágenes que nos
sirven para comprender el mundo. Por tanto, la realidad o el mundo solo pueden ser comprendidos por
nosotros en la medida en que los representamos.
Así podemos decir junto con Arthur Schopenhauer
que “el mundo es mi representación” o como cada
quien se los representa.
Los conceptos son representaciones abstractas
de la realidad, mientras que las palabras simples son
representaciones empíricas o intuitivas, es decir,
se refieren al mundo visible. Los conceptos forman
una clase especial de representaciones enteramente
distintas de las representaciones intuitivas pues no
existen más que en el espíritu humano, son producto
de la razón, la idea que de éstas nos formamos son
puramente abstractas y discursivas. Por tanto, sería
absurdo exigir de ellos una demostración experimental, si se entiende por experiencia el mundo real
exterior, que no es más que una representación intuitiva: es imposible poner estas nociones ente nuestros
ojos, o presentarlas ante nuestra imaginación como
si se tratase de objetos perceptibles por los sentidos.
Los conocemos, no los percibimos, y únicamente sus
efectos pueden ser objeto de experiencia. Por lo que
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /87
palabras como Tradición, Modernidad, Región son conceptos, y forman parte del andamiaje mental que nosotros utilizamos para comprender y representar el
mundo al cual nos estamos refiriendo.
Tradición y Modernidad son conceptos que engloban una gran cantidad de ideas y significados, digamos de manera chusca que “todo cabe en un concepto sabiéndolo acomodar”. En la parte introductoria
del libro que nos ocupa se define a la “modernidad”
como “la incorporación de un conjunto de conceptos,
discursos, valores y prácticas que dejan entrever un
proyecto racional, innovador, democratizador y con
miras al progreso mediante la búsqueda del conocimiento” (p. 6). Agrega el autor de esta introducción
que “fue durante el renacimiento, en el siglo XVI,
cuando el ser humano se hizo consciente de su propia racionalidad”, y “que fueron estos nuevos sujetos
racionales los que emprendieron el descubrimiento
y la conquista de América”. Sin embargo, el autor de
esta introducción afirma que fueron estos mismos
sujetos, quienes “instauraron un sistema de dominación caracterizado por el retraso científico, el oscurantismo religioso y la ineptitud política…”, lo cual
resulta una contradicción, pues cómo es posible que
primero se les caracterice como sujetos modernos y
luego se diga que eran retrógrados, oscurantistas e
ineptos políticamente. Para aclarar las cosas habrá
que precisar qué se entiende por modernidad y qué se
entiende por tradición.
Jacques Le Goff y Guillermo Zermeño nos dicen
que las palabras moderno / antiguo, no son palabras
nuevas, estas palabras que se relacionan y condicionan mutuamente han acompañado a la historia
del mundo occidental desde por lo menos el siglo
V después de Cristo. Sin embargo, la oposición entre antiguo y moderno se desarrolló en un contexto
equívoco y complejo, y no necesariamente son dos
términos opuestos y excluyentes, el término antiguo
pudo ser sustituido por tradicional, mientras que moderno suele ser sinónimo de reciente o nuevo. Uno y
otro término se han visto cargados de connotaciones laudatorias, peyorativas o neutrales.
Por su parte, la palabra modernidad aparece en
Europa hasta mediados del siglo XIX, después de
que transcurrieron los cuatro siglos (XVI-XIX)
a los que tenía que abarcar como unidad, y se generaliza en todas partes a mediados del siglo XX.
No fue sino hasta el periodo de la Ilustración y de
la Revolución francesa que se piensa en el futuro
como un horizonte abierto en constante perfeccionamiento, contrapuesto a la imagen de un pasado
ejemplar. Al mismo tiempo que se concibe el tiempo
presente como el inicio o inauguración de ese futuro, una actualidad que se entiende a sí misma como
el tiempo novísimo, que no tiene más remedio que
vivir y reproducirse como una renovación continua.
Los acontecimientos políticos ocurridos en Europa
durante la primera mitad del siglo XIX van a reforzar la idea de rupturas y cambios con respecto al
pasado, de tal manera que la conciencia de estar
inaugurando el tiempo futuro se fortalece, y a ello
responden los conceptos de movimiento que en el
siglo XVIII surgen junto con la expresión de “época
moderna” como: revolución, progreso, emancipación, desarrollo, crisis, espíritu de la época, etcétera.
Volviendo sobre el asunto de si los sujetos que
conquistaron y colonizaron el continente Americano en el siglo XVI eran “modernos” o no, habría que
precisar diciendo que el siglo XVI en Europa es el
inicio de una serie de procesos muy complejos que
se desarrollarán en los siguientes cuatro siglos y que
darán como resultado una sociedad que en el siglo
XIX se autodenominará como “moderna”, pero que
los sujetos del siglo XVI no eran conscientes de ello,
ni mucho menos se sentían o autodenominaban
“modernos” a sí mismos. Los cambios más importantes con un sentido moderno se están realizando en el norte de Europa con la reforma luterana,
el comercio, el capitalismo, la industrialización,
el conocimiento científico, geográfico y filosófico,
mientras que en la península Ibérica se está dando
como respuesta a estos cambios, la contrarreforma
católica, tomista y agustiniana. Los españoles que
conquistaron América, y en particular, la Nueva
España, traían un bagaje cultural y mental todavía
del medievo tardío, las instituciones y la mentalidad
que introducen a América no son las más avanzadas, sino un resabio de la sociedad medieval.
Visto de esta manera, no hay contradicción al
considerar a la Nueva España como una sociedad
88/
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“tradicional” en la mayor parte de sus actividades,
pero no en todas, porque poco a poco se fueron
introduciendo ideas y elementos modernos en dicha sociedad durante los siglos XVI, XVII y XVIII,
mientras que el siglo XIX en México es un siglo de
grandes transformaciones y de cataclismos sociales
y culturales, donde la “modernidad” trata de instaurarse a bayoneta calada.
Por debajo de una aparente unidad política y
territorial la Nueva España, y posteriormente la
nación mexicana, son un mosaico abigarrado de sociedades locales y regionales que desde el siglo XVI
hasta el XX desarrollaron procesos de integración
social y económica e identidades culturales muy
fuertes a un grado que no lo tenían ni el virreinato ni
la joven nación. Por eso el enfoque regional para los
estudios históricos y antropológicos es un método
muy acertado para explicar y comprender mucho
mejor lo que estaba sucediendo en esta parte del
continente americano. En sí mismo el término región
no es una realidad material, palpable y objetiva, sino
un concepto, es decir una representación que trata
de mostrar y explicar de forma coherente cómo es
una realidad compleja trazando coordenadas temporales y espaciales previamente establecidas.
Las tres regiones a las que alude el título del libro
se refieren de manera muy general a tres estados de
la república mexicana: Chiapas, Querétaro y Jalisco,
porque así lo decidieron los autores que participan
en esta obra y sus coordinadores, respondiendo a
condicionamientos institucionales y académicos. Si
no fuera por estos tal vez los objetivos y la estructura del libro fueran de otra manera, sin embargo
es un logro tener un libro como este donde se intercambian trabajos de diversa índole, producto de
investigaciones de profesores adscritos a distintas
universidades del país, ello da una muestra muy amplia y plural que enriquece los temas y los enfoques,
las teorías y los métodos utilizados para realizar los
trabajos abordados en estas páginas.
La estructura del libro está organizada en cuatro bloques en donde se mezclan trabajos de las tres
regiones, estos grandes bloques son: economía, política, cultura y ciencia, los cuales están distribuidos
de manera equilibrada.
En el primer bloque dedicado a la economía los
trabajos se ocupan principalmente de temas relativos a la industrialización y a las exposiciones universales, y en menor medida a la llegada del ferrocarril y al cultivo del tabaco. María Asucena Rivera
Aguilar nos habla de la industrialización en la ciudad de Querétaro durante la primera mitad del siglo
XIX, sobre todo de la industria textil. La autora nos
explica el paso de la industria artesanal a la industria mecanizada en el ramo textil en Querétaro, a lo
que ella llama “la primera industria moderna”, y nos
explica el caso del empresario Cayetano Rubio y su
fábrica Hércules y el Molino Colorado, la cual ya
describe como una empresa capitalista.
Federico de la Torre presenta un texto titulado
“Modernidad a través de escaparates temporales:
las exposiciones industriales en Jalisco: 1848-1880”.
Este autor nos dice que la organización de exposiciones industriales, agrícolas y científicas en el
mundo occidental, data del siglo XVIII, y que fueron una expresión más de la emergente revolución
industrial, pero que fue hasta 1851 que dichas exposiciones adquirieron dimensiones internacionales.
A partir de entonces, señala el mismo autor:
las exposiciones internacionales se afianzaron
como la principal vitrina a través de la cual se
propagaron los progresos científicos, tecnológicos e intelectuales del mundo industrializado,
y constituyeron también uno de los principales
alicientes para quienes pensaban ofrecer sus
productos en el comercio mundial.
Agrega De la Torre que de “esa efervescencia expositiva internacional no estuvieron exentos México
y sus regiones, sobre todo durante la estabilidad
porfiriana”. El autor trata de explicar cómo fueron
los inicios de la tradición expositiva que se forjó en
Jalisco, entre los años de 1848 y 1880, en la cual se
involucraron tanto el gobierno local como la Sociedad de las Clases Productoras.
Algo similar nos presenta José Oscar Ávila
Juárez en su artículo titulado “Industrialización y
tecnología al calor de las exposiciones universales.
El caso de Querétaro en su exhibición regional de
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /89
1882”. Para Ávila Juárez el desarrollo industrial durante el siglo XIX “se convirtió en una competencia
por el liderazgo mundial capitalista con fines de
solapar una civilización occidental en constante
progreso”, y para mostrar la supremacía, muchos
países montaron grandes exposiciones nacionales
con el objetivo concreto de alardear los adelantos
industriales y tecnológicos, los expositores buscaban vender sus productos e introducir las técnicas
de mercadotecnia. Según nos dice el autor, “las Exposiciones Universales durante el siglo XIX fueron
una ventana para que los países mostraran al mundo su industrialización como una prueba de avance
económico y tecnológico, y a la par su cultura y su
sociedad”.
En el caso de México, según Ávila Juárez, las
exposiciones fueron una opción para mostrar sus
logros, sus recursos naturales y su sociedad en general y, de esta manera, incentivar el desarrollo e
ingresar en el concierto de las naciones modernas y
civilizadas. Por su parte, la Exposición Industrial de
Querétaro en 1882 fue un claro ejemplo de la política de fomento industrial orquestada por el ejecutivo
federal, tomando en cuenta al gobierno del estado,
el objetivo final fue incentivar la industrialización
como vía del desarrollo y la búsqueda de inversiones para dinamizar la economía regional.
Edilberto López Cal y Mayor aborda el tema de
la llegada del ferrocarril a Arriaga, Chiapas, como un
elemento importante de la modernidad y del progreso en la sociedad mexicana, en este caso para el estado de Chiapas. Dicho ferrocarril fue parte del proyecto de construcción ferroviaria del porfiriato con el
objetivo de comunicar a todo el territorio nacional y,
de esta manera, integrar al mercado interno y conectar a los puertos con el mercado internacional.
Por su parte, Carlos Uriel del Carpio Penagos
habla del cultivo de tabaco en el municipio de Simojovel, Chiapas. En los artículos de este bloque vemos
cómo el capitalismo va desplazando o destruyendo
las formas tradicionales de producción, integrando
a la economía local y regional a los circuitos comerciales tanto nacionales y extranjeros, sometiéndolas
a la dinámica del mercado, la competencia y la inversión enfocada a la obtención de ganancias.
El segundo bloque del libro tiene como eje articulador a la política, dos de los trabajos parten del
enfoque de la historia conceptual y los otros dos
siguen el método de la historia política tradicional, es decir, de la historia de los personajes y sus
acciones. María Eugenia Claps Arenas en su texto
titulado “Tradición y modernidad en el discurso
político de las memorias del estado de Chiapas y de
los primeros semanarios locales, 1826-1835”, analiza
el discurso político y su paso del antiguo régimen
a la modernidad política en el periodo señalado. La
autora sostiene que en las primeras Memorias de
Gobierno encontró una absoluta conformidad con
el nuevo estado de cosas, es decir, con el régimen
representativo federal que había adoptado México,
mientras que el anterior régimen colonial era repudiado. Sin embargo, la autora nos dice que hacia
1835 hubo un desencanto por el régimen federal, y
surgió el planteamiento de conservar el orden anterior, o sea el colonial,
con el argumento de que los cambios bruscos
de sistema no funcionaban y de que había que
atender las tradiciones políticas y legislativas
del pueblo mexicano, construidas a lo largo de
trescientos años de régimen español.
La autora sostiene la hipótesis de que los políticos
conservadores no querían destruir totalmente el antiguo régimen colonial, y que estos se preocupaban
por el sistema jerárquico y erigía muros de autoridad basados en la tradición y los códigos sociales
establecidos, a la vez que defendía el derecho de
propiedad.
Por su parte, Rosa Vesta López Taylor nos habla
de la historia de los conceptos, la historia regional
y los pronunciamientos militares en México desde
1821 hasta 1826. La autora hace un seguimiento del
sentido y significado de la voz “pronunciamientos
militares” en los diccionarios de los siglos XVIII,
XIX y XX, sosteniendo la hipótesis de que dicho
sentido o significado cambió en el tiempo y en el
espacio conforme a los acontecimientos históricos
y experiencias sociales tanto en España como en
México. López Taylor también analiza la rique-
90/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
za de los textos correspondientes a “los planes” o
“pronunciamientos militares” desde la declaración
de independencia mexicana hasta los albores de la
intervención norteamericana de 1846.
Rocío Ortiz Herrera y Miguel Ángel Sánchez
Rafael contribuyen a esta obra con un artículo denominado “Alcaldes y justicias en pueblos indígenas de Chiapas, 1829-1892”. Para estos autores los
municipios en México y sus ayuntamientos han
desempeñado un papel importante en el proceso de
construcción del Estado, pues desde el inicio del siglo XIX las corporaciones municipales fueron actores centrales que dieron un nuevo trazo político al
país. Los autores tratan de analizar y explicar la historia política de Chiapas durante el siglo XIX a partir de la impartición de justicia a nivel local, es decir
municipal, a partir del alcalde o juez local. Revisando la complejidad del marco jurídico decimonónico,
los autores sostienen que el alcalde tuvo distintas
atribuciones y reconocimiento por parte de la población en la primera y segunda mitad del siglo XIX.
Durante la primera mitad de dicho siglo, el alcalde
fue la cabeza del ayuntamiento, mientras que durante la segunda parte de dicho siglo, el alcalde dejó
de realizar funciones administrativas para dedicarse exclusivamente a las funciones de impartición de
justicia, pero esto último fue la causa por la cual los
alcaldes quedaron fuera de los ayuntamientos, por
lo que tuvieron que enfrentar de manera individual
y aislada las presiones de los grupos de mayor poder
económico.
Maribel Miró Flaquer nos presenta la interesante historia de un cacique queretano: Rafael Olvera,
al cual califica como “un señor de horca y cuchillo”.
La autora nos narra de forma detallada cómo se
construyó el cacicazgo durante el siglo XIX, y como
este cacique enfrentó la política centralizadora de
Porfirio Díaz. “Olvera –nos dice la autora– pese a
su filiación conservadora y su participación en las
fuerzas del imperio de Maximiliano, durante los gobiernos de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada conservó el mando de sus fuerzas. Posteriormente, durante la rebelión de Tuxtepec, figuró como
aliado de José María Iglesias, y muy tardíamente,
como partidario de la causa porfirista”. Como ca-
cique de la Sierra Gorda, Olvera se opuso a los gobiernos locales de filiación porfirista; no obstante,
los presidentes Díaz y González, siguiendo una política conciliatoria, optaron por conceder al antiguo
jefe imperialista su correspondiente cuota de poder,
dándole la posibilidad de llegar a la gubernatura del
estado de Querétaro. Sin embargo, el tiempo del cacique estaba contado, el proyecto modernizador y
centralista de Porfirio Díaz no dio cabida a caciques
como Olvera.
El tercer bloque está compuesto por cinco artículos, en su mayoría trabajos antropológicos. El primero de esta serie es de María Cristina Quintanar
con el título “Contactos culturales del grupo pame
en el Iztaquechichimecapan: 1521-1528”. El objetivo
de este artículo es demostrar que el espacio identificado como Itzaquechichimecapan, en lo que
hoy constituye la región centro-sur del estado de
Querétaro, ocupada por grupos pame, los que mantenían contactos culturales con los grupos circundantes. La autora analiza la identidad del grupo, el
modo de vida y las modalidades de contacto cultural que se establecieron con otros grupos, en las relaciones interétnicas la autora distingue dos tipos:
las pacíficas y las de confrontación. Con la ayuda de
fuentes documentales, la autora reconstruye algunas huellas de lo que fue el grupo étnico pame en
dicha región entre 1521 y 1528. Define dichas relaciones como estructuras de larga duración, a la manera de Fernand Braudel, e identifica dos modos de
vida: el sedentario y el nómada. La autora sostiene la
hipótesis de que los habitantes pame de esta región
entablaron intensos contactos culturales con otros
grupos circundantes, tales como los nahuas y purépechas. Muchas de las modalidades de contacto
eran pacíficas, unas a través de los flujos comerciales, otras a través de intercambios lingüísticos, pero
la autora no descarta que se daban situaciones de
confrontación por el control del territorio.
En el segundo texto de este bloque, Ana María
Parrilla Albuene reflexiona sobre la arquitectura
colonial del área Zoque, en Santo Domingo Tecpatán, en el estado de Chiapas. Mientras que, en un
tercer texto, Agustín Hernández Ceja nos lleva a
un diálogo entre la antropología, la historia y la li-
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /91
teratura a partir de la construcción de la imagen del
“norteño en el contexto de la emigración de retorno.
Para ello toma la novela de Al filo del agua, de Agustín
Yáñez, el texto titulado Hacia un México nuevo de Manuel Gamio, y el libro de Paul Taylor, titulado Arandas, Jalisco: una comunidad campesina. El autor sostiene
que el estigma negativo asignado a los migrantes
norteños en retorno, se ve recreado en la novela de
Yáñez, pero que en Gamio y Taylor se observa una
alteridad nacional mexicana: la migrante, y que esta
tuvo sus primeros significados valorativos como
hombres ejemplares, en la obra de Gamio; pero al
mismo tiempo como introductores de vicios que
atentaban contra el orden moral y social de una sociedad, tanto en Gamio, como en Yáñez. El autor de
este artículo sostiene que el retorno de los migrantes debe entenderse como intervalos de un sueño
diurno personal, cuya temporalidad en la localidad
conlleva múltiples razones: los contratos para trabajar en Estados Unidos, el retorno definitivo o el
regreso para participar en las fiestas patronales.
Por su parte, Blanca Estela Bravo Lara hace un
análisis sobre el culto a la Santa Muerte en Guadalajara y encuentra que este culto ha crecido en
los últimos años en esta ciudad a pesar de ser tan
conservadora y mayoritariamente católica. Sostiene la autora que el devoto de la Santa Muerte es un
ser religioso en exclusión material y espiritual. Se
trata de un creyente con necesidades que no han
sido solventadas satisfactoriamente por las instituciones del estado y religiosas. Es un individuo que
no admite ser despojado de Dios y excluido de un
mundo de creencias y religiosidad que le permiten
lidiar con la realidad adversa de su cotidianidad. El
devoto de la Santa Muerte no acepta la realidad que
le es impuesta desde afuera con santa resignación.
Es tan consciente de la inevitabilidad y cercanía de
la muerte, como de lo lejana e incierta que es la vida.
La historia de un artesano llamado Pantaleón
Panduro es el tema del último texto de este bloque,
Panduro fue un artesano de Tlaquepaque que vivió
entre 1830 y 1912. La autora de este artículo es María
Estela Guevara Zárraga, quien sostiene que este artesano vivió al comienzo de una época de bonanza
para la actividad artesanal de Tlaquepaque. Pandu-
ro trabajó el barro elaborando piezas de gran calidad y recibiendo el reconocimiento del público y de
las autoridades de su época. Ha sido considerado
un símbolo cultural para el conjunto de los artesanos y para la actividad que realizan en gran medida
los habitantes del pueblo de Tlaquepaque. Para la
autora, ser artesano en Tlaquepaque es pertenecer
a una tradición sociocultural de la que se precia el
ayuntamiento. Pero, paradójicamente, dice la autora, ser artesano significa también tener un trabajo
inestable por estar sujetos a la demanda de un mercado cambiante, indeciso, con una o dos temporadas en las que es posible hacerse de algún capital
para solventar los gastos de la vida; lo que implica
trabajar durante el año para destinar la producción
a los intermediarios que venden las piezas en otros
estados. Afirma la autora que la figura de Panduro
ha sido envuelta en el discurso oficialista del municipio que se identifica así mismo como “alfarero”,
para presentarlo como un personaje representativo
de la localidad.
Los últimos tres textos del libro pertenecen al
cuarto bloque y tienen que ver en términos generales con las políticas higienistas y de control social.
El primer texto es de Domingo Schievenini, y se
titula “La prohibición de los productores que ‘degeneraban’ la raza en México”. Para el autor de este
texto los gobiernos mexicanos de las primeras décadas del siglo XX trataron de controlar las drogas
y los peligros que de ellas emanaban a partir de una
reglamentación prohibitiva tejiendo una argumentación supuestamente científica que se entrelazaba
con la idea de “salud pública” y de “defensa social”.
Esta argumentación y su tejido fueron matizados
con argumentos morales, con la tendencia legislativa internacional, particularmente con las Convenciones y tratados internacionales destinados al control internacional de narcóticos y con cuestiones
económicas y políticas, no muy claras.
El segundo texto de esta parte del libro está
escrito por Jorge Alberto Trujillo Bretón y trata de
la higiene en la penitenciaría jalisciense “Antonio
Escobedo” a partir de una pequeña publicación de
principio del siglo XX realizada por el médico Teófilo Álvarez Tostado, que tuvo por título “La higie-
92/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
ne en la penitenciaría del Estado”. Jorge Trujillo nos
dice que el trabajo del médico Álvarez Tostado se
puede entender desde la orientación dada por la
higiene social que fue promovida desde fines del
siglo XVIII y que alcanzaría su mayor impacto en
el siglo XIX, de la cual se derivaron las bases para
establecer la higiene pública. Sin embargo, durante
el último cuarto de este siglo y principios del siglo
XX los médicos jaliscienses pusieron mucho interés en lo tocante a la salud pública; doctores como
Teófilo Álvarez Tostado y Miguel Galindo, fueron
un reflejo de ello. A los médicos higienistas como
los anteriores, se sumarían más tarde otros especialistas como criminólogos y psicólogos, entre otros,
que convertirían a la prisión en un laboratorio y al
preso en su singular objetivo.
Finalmente, el último texto escrito por Oscar
Janiere Martínez Ruiz, titulado “Insalubridad, enfermedad y muerte en Copainalá, Chiapas”, nos
explica cómo fue el desarrollo de las epidemias entre la población, entre las que destacan la viruela,
la influenza, el paludismo y el sarampión, las cuales fueron muy conocidas en el municipio, porque
atacaban constantemente a la población durante el
siglo XIX.
El libro carece de una introducción general y de
conclusiones, los cuales son necesarios para integrar y dar coherencia a todas las partes de la obra,
sin embargo trataré de concluir con algunas apreciaciones sobre la misma. En los primeros párrafos
de esta presentación dije que todo cabe en un concepto sabiéndolo acomodar.
La Época Moderna es una periodización producto de un discurso historiográfico que concibe
el tiempo humano como un transcurso continuo
desde tiempos remotos hasta la actualidad dividida en tres grandes épocas: la antigua, la media y la
moderna. En este meta-discurso todo cabe aunque a
veces metido con calzador. El tiempo es concebido
como un tiempo lineal interminable, abierto hacia
el futuro y hacia el pasado, donde los seres humanos
transitan en su devenir desde el pasado más antiguo
hasta el presente y son proyectados por no sé qué
resortes hacia el futuro. Pero además es un tiempo
progresivo y evolutivo, donde se cree que la humanidad avanza gradualmente o por saltos de forma
inexorable hacia estadios cada vez más elevados
de conocimiento, cultura y perfección moral, esta
representación del tiempo y de la historia humana
está en franca crisis, y por lo pronto no hay otra que
la supla con la misma fuerza y coherencia.
Al mediar el siglo XIX, en Europa, es cuando el
adjetivo moderno se sustantiva y da paso a la idea de
la “modernidad”, como un estadio específico de la sociedad, dicha modernidad estaba relacionada con la
subjetividad, entendida como una relación del sujeto consigo mismo en plena libertad para reflexionar,
razonar, actuar y criticar, con acontecimientos claves como la Reforma, la Ilustración y la Revolución
francesa; con la conformación de los estados nacionales, el sistema capitalista y la economía mundial;
con la libertad individual y los derechos del hombre,
así como el desarrollo de la ciencia y el arte. La modernidad estableció un culto extremo por lo nuevo,
lo actual, lo novísimo, y devaluó todos los valores y
creencias establecidas que sobrevivían de un pasado inmediato o remoto, lo antiguo y lo tradicional
carecían de valor ante la admiración por el cambio y
lo último de la moda, el arte, la ciencia y la tecnología. La modernidad se convierte en actualidad que se
consume a sí misma, se convierte en una búsqueda
frenética por lo nuevo y por el cambio continuo, se
basa en una lógica de rupturas y discontinuidades,
en la negación de la tradición, en donde, como dice
Karl Marx: “todo lo sólido se desvanece en el aire”, y
todo se torna efímero.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /93
SEGUNDA SECCIÓN
Sobre poetas, poesía y jurado
Esaú Márquez Espinosa
Poesía
Lezly G. Chibamba Hernández
Tres cuentos cortos
Mariel Escobar López
Dos cuentos cortos
Juan Carlos Chau Chang
Un cuento
Efraín Cortez
Autoestereogramas
Rigoberto Flecha
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Sobre poesía, poetas y jurado
Esaú Márquez Espinosa
H
oy leí un libro de poesía, actividad que por
constante se ha vuelto cotidiana. Al leer la
primera línea del primer poema que da entrada al libro volví a interrogarme sobre este asunto
de la poesía y en qué nivel se encuentran los que escriben poesía, así como los que califican poemarios
de concurso, tomando en consideración que la poesía de hoy es una tarea inclinada a competir y ganar
convocatorias, escribir para grupos reducidos en su
beneplácito. El libro al que hago referencia lleva por
título Devoción por la piedad firmada por Jorge Ortega
y ganador del Premio Internacional de Poesía Jaime
Sabines 2010. Aparte de estas consideraciones que
no están de más, la tendencia es precisamente eso,
elegir entre una determinada cantidad de posibilidades y donde las alternativas fluctúan entre aceptación o rechazo, queda apoyarlo o criticarlo, de
toda suerte, ambas cosas circulan entre bendición
o maldición, o quizá ese sentimiento encontrado de
duda. El poema al que hago referencia lleva como título “Hacia el metro”, y dice en sus primeros versos:
La calle huele a calle
En el aire desierto
gravitan los olores.
Me asalta la desconfianza sobre a qué huele la
calle. Tendrá la calle conciencia que es calle, así
como aceptamos que los dibujos animados hablen.
Al lector común, y como producto del ejercicio
de este medio día, aceptaron los comensales que
el poeta está construyendo una metáfora, y luego
vino la discusión. Inicialmente habrá que identificar de qué calle está hablando el poeta, porque
así, en general, partiríamos de la base, porque no
cabe otra interpretación, todas las calles huelen a
lo mismo, a calle; la calle, así, no es una construc-
ción de lo humano, si no de sí misma, sin embargo,
hay alguien que puede imaginar que efectivamente
huele a calle, entonces, sí hay alguien que lo imagina y en este nivel interpretativo la calle no olerá
igual para todos los seres pensantes y por ende
tendremos percepciones diferentes de la calle; entonces, la calle no huele a calle, huele según quien
lo perciba, complejizándose según el estado de
ánimo, del clima, del suceso (que siempre serán
diferentes), así, la calle jamás olerá a calle; incluso,
habrá que preguntar a los animales si tienen conciencia que la calle es calle y si huele a calle.
En el segundo y tercer verso, separado del primer verso, el poema alude la existencia de alguien
que se percata que hay olores, lo que bien puede
mantener una concordancia entre los tres versos,
así como interpretarlo por separado. Qué querrá
decir el poeta cuando dice: En el aire desierto / gravitan
los olores; desierto de qué es este aire, por contenido
y por extensión no encuentro la concordancia entre
aire y desierto, cada palabra está fuera del ámbito de
la otra si no media algo que les de significación, eso
bien podría ser los olores, pero, si el aire está desierto cómo pueden haber olores en el aire. Entonces,
qué es lo que quiere comunicar y hacernos sentir
estos versos. Queda una profunda vaguedad, queda
el caos. Desde aquí el poema inicia mal. Veamos los
versos siguientes:
Polvo, aserrín, ladrillo
rociados por el alba
y su lengua de vaho
que pudre los cerrojos.
Estos versos nada tienen que ver con los versos
anteriores. Ahora el poeta se detiene a referenciar a
los edificios, las casas, pero no la calle. Me gusta la
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /95
imagen descrita, nos habla del tiempo y como este
repercute sobre los inmuebles, lo que da significado
para la comprensión. Efectivamente, el olor se distingue y da ese toque particular en su porción de
calle que le toca, afectando de esta manera la noción
de calle en abstracto, la calle es una contrastante
multiplicidad de olores, hechura de lo viviente. Los
versos siguientes, nuevamente, empiezan a complicar el poema:
Las puertas se abren solas
al principio del mundo;
de los talleres envueltos
por las redes de la somnolencia
salen los simulacros
de un incienso humilde.
luego, los ruidos olfativos me confunde más, reconozco cinco sentidos y cada uno de ellos cumple
una función específica, pero ¡ruidos a través del
olfato!, y luego, un futuro que cruza, por un presente
que cruza despa / ciosa / mente, y concluye como se
infiere debe terminarse, porque es lo que quiere finalmente decir. Transpolar los sentidos y el tiempo
como figura literaria no da ni belleza ni cualidades
superiores, al contrario confunde y dan ganas de
tirar el libro a la basura; tales facturas metafóricas
terminarán creando un caos poético. El poema concluye de esta manera.
Nada me consta,
arquitectura efímera.
Invisible sobre lo invisible.
Habla de los cerrojos que se pudren y por eso las
puertas se abren solas, pero a saber, de qué principio
del mundo habla, del mundo de la calle, del origen
del mundo, o lo que quiso decir es: al principio del mundo de los talleres / envueltos por las redes de la somnolencia; lo
que nos permitiría pensar que se trata de una casa semiderruida, habitada por una familia que vive de un
taller de carpintería, que se levantan cotidianamente
de madrugada, en un despertar lento para iniciar las
actividades y donde aún quedan residuos humeantes
de un incensario, esto se deduce con mucha imaginación, porque el poema no me dice eso, lo que me crea
es una confusión. Luego continúa:
El tiempo restablece en la mañana
los ruidos olfativos:
indicios,
emisiones
de un futuro que cruza
despa
ciosa
mente
como el gradual despliegue de una flor
el ancho pergamino de una nueva jornada.
El primer verso me confunde, el tiempo no
puede restablecer nada, en tanto que el tiempo, en
cuanto percepción del mismo, es tiempo pasado, y
En esta parte nos enteramos, que, efectivamente
hay un ser omnisciente, y que lo que se describe es
su percepción, que la calle no huele a calle, huele lo
que él olfatea, lo logra no con la vista ni con los oídos, sino con lo que él mismo niega al trastocar la
función de los sentidos. Tampoco le consta a pesar
que lo sabe, y lo afirma sin miramientos; y luego de
negarlo todo, vuelve a afirmar lo efímero de la arquitectura, cuando lo central del poema no es la arquitectura, ni siquiera la calle, es sobre el trabajo de
una familia humilde. Cierra el poema con un verso
bastante complicado, utiliza la preposición sobre en
vez de en, con esta estructura no logro ni remotamente imaginar algo invisible sobre lo invisible y,
por otro lado, a qué invisibilidad se refiere, al trabajo de los inquilinos, el universo de la calle, el efecto
del tiempo sobre la vida, o todo a la vez.
En conclusión, qué ha conseguido esta obra.
Dudo que Jorge Ortega haya imaginado lo que sucedería con el poema, detonante para decidirme a
mandar una crítica ácida a los que escriben y cómo
escriben la poesía de hoy. Es relevante considerar,
también, a los poetas que dan su voto como en este
caso, ya que con ello otorgan un Premio que se place
tener cierto renombre a un poemario como Devoción
por la piedra, mismo que utilizo por puro accidente.
¡Libros como éste los hay al por mayor y con pre-
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Facultad de HumanidadeS / UNICACH
mios! Poetas que piensan que tergiversar los significados es ya una metáfora aceptable, y entre más
incomprensible mejor, qué equivocados están.
La tendencia es preocupante, ya que el trabajo
literario que bien pudiera incidir como contraparte
en la toma decisiones de la clase dominante sobre
la cultura, resulta ser controlado por la misma. En
este entendido es inaceptable que el trabajo de un
creador se vea corrompido, esto en cuanto a lo social
corresponde. Pero además está la responsabilidad
del creador con la obra, suya mientras ésta no sea socializada, pero una vez puesta a la circulación es un
compromiso con la sociedad y ésta de ponerla donde
merece estar. Hay que aprender a decir no, cuando es
necesario, pero no ese no burocrático, entorpecedor.
Al otro extremo como contraste al poema anterior, está el trabajo poético de Sergio Briceño
González, quien en 2011 se hizo acreedor del mismo
Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines con
el poemario Insurgencia. Para referenciar el interés
tomo parcialmente el poema titulado Cónclave, digo
parcial, porque inútil sería transcribirlo totalmente,
ya que no se persigue un análisis semántico, sino,
mostrar cómo el poeta con una gramática sencilla,
clara, construye este particular oficio de la poesía.
Ustedes habrán de preguntarse entonces, qué de
particular tiene preocuparse de tal poesía. Mi interés radica en mi disgusto por este tipo de escritura,
en tanto que para muchos poetas hacer una arquitectura de la sintaxis es ya en sí poesía, vemos el siguiente verso:
Cinco adolescentes
conspiran
en un rincón de la piscina
Qué de extraordinario tiene esta oración que la
convierte en poesía, o se convierte en tal por el hecho que, haciendo los cortes, desde la experiencia
del poeta, se consigue un énfasis mayor y modifica
la intencionalidad; sin embargo, tales pausas acuciosas no cambian el contenido ni el significado,
tan solo modifica la entonación por el ritmo de la
lectura. Qué de malo sería escribir: Cinco adolescentes, conspiran, en un rincón de la piscina. Otros autores
esgrimirían el verso de esta manera: Cinco / adolescentes / conspiran / en un rincón / de la piscina, lo que
sería, evidentemente mucho peor. De dónde parte
esta racionalidad. Qué escuela, qué corriente enseña esta estructura poética. Pregunto, dónde radica
la originalidad de la poesía para poder afirmar que
cada libro de poesía es una experiencia renovadora, a la idea inversa, ya leí tres o cuatro libros y todos quedan incluidos en ellos. Continuando con el
poema, luego agrega:
En secreto
al oído
giran instrucciones
determinan tácticas
y discuten
la estrategia
de la insurrección
Irán de una en una
al otro extremo
de la alberca
Hasta aquí no encuentro lo poético, no es más
que una narrativa cualquiera, de un cuento, de
una novela. Sin restarle significado bien pudo escribir: En secreto, al oído, giran instrucciones / determinan tácticas / y discuten la estrategia de la insurrección //
Irán de una en una al otro extremo de la alberca. Y no satisfecho, separa el discurso a doble espacio como
lo ha hecho entre el primer verso y el segundo,
y esa será la tesitura de todo el libro. El poema
tal como se presenta tiene una extensión de cinco
páginas, escrito sin este subterfugio no abarca las
dos páginas.
Lo sitiarán
Le dirán que son
de otra ciudad
y vienen hasta aquí
de vacaciones
Son menores de edad
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /97
Quince
dieciséis
catorce años
Solo una
de veinte
Buscan romper
la dictadura del silencio
y de la timidez
Quieren sublevarse
contra el hábito
de no hablarle
jamás a los desconocidos
[…]
Insisto, qué de poético, qué trascendencia, qué
novedad, qué aporta al arte de la poesía una escritura
como esta. Escrito de manera “normal” se vería así:
Lo sitiarán
Le dirán que son de otra ciudad
y vienen hasta aquí de vacaciones
Son menores de edad
Quince, dieciséis, catorce años
Solo una, de veinte
Buscan romper la dictadura del silencio y de la timidez
Quieren sublevarse contra el hábito
de no hablarle, jamás, a los desconocidos
[…]
Si usted lo escribe de corrido, utilizando los
signos de puntuación tendrá el verdadero resultado, narrativa. Finalmente la palabra es libre y cada
quien la escribe como quiere, estoy de acuerdo, pero
no me quieran pasar “gato por libre”. Sobre lo que
es poesía, eso lo definimos los lectores y su trascendencia depende de ello. Pero, hay un asunto que
salta nuevamente. En estos casos, quienes tienen la
autoridad para decirnos esto es lo mejor y por ello
le damos un Premio. Pareciera ser que tales Premios
depende en mucho del jurado, de su formación, de
su estado de ánimo, incluso de su ética que ya se
pone en duda, lo que se asemeja a la tradicional actitud de aquel docente para evitarse fatiga arroja las
pruebas de los alumnos al aire, las que caen sobre la
mesa aprueban la materia, los del piso reprueban,
todo parece ser una cuestión de azar y no de un
verdadero análisis en la selección. Aquí he presentado dos modelos diametralmente opuestos, ambos
ganadores del mismo Premio. Cuál es la lógica para
dictaminar: éste gana, aquéllos pierden. ¡Si el jurado
hubiese sido otro, estos poemarios hubiesen sido
los ganadores! Sometamos a votación pública ambos poemarios, por quién nos inclinamos, por claridad y sencillez a pesar del truco malicioso, o por
el rebuscamiento con sentido dudoso. Queda como
tarea, entonces, recapitular sobre el objetivo de la
poesía.
98/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Poemas
Lezly G. Chibamba Hernández*
A TIENTAS
COMO UN SILENCIO
Me encantas
cuando me tomas de la mano
me llevas a tu cuarto
y apagas la luz
Coloco mis manos sobre tus pechos
Mi lengua sobre tu cuello
Deslizo mi excitación por cada una de las
partes de tu sexo
Toco las nubes como toco tu monte
Las ilusiones crecen y las fantasías se realizan
Escucho una sensual canción en mi cabeza
La bailamos al compás de tu cuerpo y tu traje
de Eva
Creamos un mundo sin censura, donde los
pecados se perdonan
Nos olvidamos de que existe un Dios y te
conviertes en mi diosa
Embriágame de tu exquisito licor salido de tu
vientre
burbujeante como la champán
dulce como la miel y amargo como el dolor
Gritemos juntas las pasiones desgarradas
Culminemos con un silencio
donde la fatiga débele
la entrega de nuestros excitados cuerpos.
Me encantas
cuando me besas
cuando me tocas
y tú sigues apagando la luz
Me encantas
cuando me desnudas
te desnudas
y sigue apagada la luz
Me encanta
tenerte entre mis brazos,
quejarme en tus oídos,
que me arañes la espalda
No me importa estar en la oscuridad a tu lado,
pues siento tus manos en mi corazón,
atesoro tu cuerpo erizado
tus pechos desnudos rozando mis muslos
Estamos haciendo el amor
NERVADURA
Solo basta con cerrar los ojos,
apretar tus manos,
estirar mis músculos y así…
así se hizo la luz.
*
Egresada de la licenciatura en historia, Facultad de Humanidades
UNICACH.
Coloco mis manos nerviosas sobre tus pechos
ansiosos
se sincronizan, llevan juntos un ritmo melódico
de do-re-mi a fa-so-la terminando en si-do
tu pezón erecto provoca cierto cosquilleo en la
palma de mis manos
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /99
Deja solo tocarlos una vez más
ahora deja hacerte lo que deseo
aguarda silencio que mis paredes son huecas
hasta escuchar el último suspiro
Permíteme entrometer mis manos delgadas
entre tus piernas
comenzando con el roce de tu entrepierna
subir y bajar desde el hueso de tu rodilla
La temperatura es húmeda y fresca
con sabor a mar y olor a ti
con esa tu sensibilidad cualquiera se enamora
soy la cualquiera que se prendó de ti al hacerte
el sexo
Así me gustas, con el despotismo cínico de tu
cuerpo excitado
yo, arriba de ti penetrando cada una de tus
entrañas
rompiendo ráfagas de vientos del sur
y encontrar el verano ardiente de color azulado
Así me gustas, con tus quejidos de gozo en mis
oídos
tus manos golpeando mi espalda, mis nalgas,
mis piernas,
acercándome más y más a ti, rápido, fuerte,
quiero partirte en dos
Me he ahogado en un mar profundo
con los ojos cerrados distiendo mis piernas
mientras aflojas los brazos y extiendes tus
manos
Me bañé en ti
Me embriagué de ti
Me morí en ti
Renací en ti
Es el sexo que tanto nos gusta
deliro, apronto tenerte de nuevo entre mis
brazos
tus pechos, tu vientre desnudo
tu alma abierta y las ansias al roce de las yemas
listas de mis dedos.
100/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Tres cuentos cortos
Mariel Escobar López*
LOOKING FOR FREEDOM
♪Felt like the weight of the world was on my shoulders
…I am looking for freedom, looking for freedom … ♪
—Apaga esa mierda o me pagas 500 pesos más
¿quieres podrirme los oídos?
—No Yuli, solo es un soundtrack que bajé.
— ¿Soundtrack?
—Sí, tengo que elaborar un ensayo sobre la música en el cine. Escogí Django, de Quentín Tarantino.
Esta canción es parte de la banda sonora. ¡Ya está!
—Vale, ponte el condón y aguántale.
Carol era bebible, de ojos grandes, cintura estrecha, niña. Su pelo desastrosamente largo, boca
inquisidora, de cuerpo alucinante. La conocí por
Fausto y éste por alguien más. Prostituta de moda
en mi universidad. Salía con los del último año. Yo
cursaba el segundo. Decían que su familia pertenecía a las altas esferas políticas del país. Otros que
provenían de la India. Le gustaba la llamaran Yuli.
Nunca mencionó haber estudiado; sin embargo, se
notaba instruida. No era como las otras, a veces alegre a veces triste… a veces… no sabías.
♪ … I am looking for freedom, looking for freedom … ♪
—¿En qué parte de la película se escucha la canción?
—En el primer intento de escape del protagonista y su chica.
—¿Escapan?
—No.
*
Egresada de la licenciatura en historia, Facultad de Humanidades
UNICACH.
—Entonces no me gusta. Todos escapamos algún día. Es inevitable. Todos nos transformamos.
Se quedó pensativa mordiendo la sábana, luego pregunté:
— ¿Has pensado en dejar de…?
—¿Ser puta? —interrumpió rápidamente—
¡Pinche pendejo! ¡Cabrón, ya te enamoraste!
En su mirada resaltaba una sentencia aniquiladora. Le expliqué que solo quería saber si había
pensado en tener familia; ella respondió:
Sí, quiero tener un hijo.
—¡Un hijo! —pregunté sorprendido: ¿cómo lo
llamarías?
—Luckas.
—¿Y si fuera mujer?
—Luckas.
—No es nombre para una niña.
— ¡Y qué importa, no soy madre para nadie!
Esa noche le confesé que la amaba y partiría a
la universidad de Virginia para continuar mis estudios como cineasta. Le propuse ir conmigo. Si ella
lo deseaba, tendríamos uno o más hijos. Dijo no,
pero dijo más:
— Soy una amante del sexo. Mis demonios, mis
deseos de una creación y un pensamiento mórbido
el cual va expirando lentamente. Como tu canción…
así… soy una letra más.
Hoy, 20 años después de esa noche regresé, con
ganas de verla, tocarla, beberla hasta quedar seco y,
por qué no, amarla. Fui al club donde laboraba. Pregunté por ella y una de las chicas me dijo:
—No. La Yuli hace tiempo se fue. Pobre, se volvió loca. Me mostró un diario de 3 años atrás.
Parecía saber que hoy o mañana, algún día lo
leería, una suerte de mensaje.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /101
MASACRE EN ROTAMDA
Señora De Zavala asesina a todos los empleados de
la casa y al diputado José De Zavala le destripa los
testículos. Después, se vuela los sesos. Hija única,
sobreviviente. En la escena se encontró una nota
que decía: Todos escapamos algún día: es inevitable,
me transformé.
VANI
La invité al departamento, era la cuarta vez que salíamos. Vanessa baila como una niña sobre la cama.
Su piel blanca, la tez inocente (de alguien que esconde secretos horribles) su estatura baja, el cabello
largo y negro, su edad corta, hacen a Vanessa irresistible para mí.
En la última copa Vanessa sentada sobre mis
piernas pregunta:
—¿Si eres millonario puedes hacer lo que quieres?
—La mayoría de las veces sí —contesté.
—¿Puedes matar a alguien y no pasaría nada?
—No sé, nunca lo he hecho.
Vanessa besa mis labios, toco sus muslos abiertos, su espalda, su blusa cae dejando al descubierto
sus senos grandes, redondos de pezones rosados, mi
lengua recorre cada espacio de ellos. No puedo evitar sentir un golpe en mi rostro, es la pequeña Vani
quien ha comenzado a jugar.
Se levanta bruscamente para quitarse la falda,
acostado en la cama la veo venir con los ojos muy
abiertos y su boca jadeante, siento la humedad de su
lengua recorrer mi miembro de arriaba a bajo dándole giros, finalmente una succión.
Ella siempre juega conmigo desde aquel martes
en su cumpleaños. Ato sus brazos en medio de la
recámara hasta ver una lágrima en mi dulce Vani, lo
que me excita más, el juego comienza con dos primeros azotes, Vanessa grita:
—¡Mátame! ¡Mátame millonario imbécil!
Trato de matarla. Casi inconsciente recuesto a
Vani en la cama, la veo tan fuera de sí, inocente, ahí
es el momento en que cruza por mi mente ¡Mátala!
Vanessa habla:
— Quiero mi orgasmo ¡vamos, me toca!
Abro sus piernas, me dirijo hacia ella rígido y
dispuesto a terminar con su vida mientras le sujeto
del cuello para asfixiarla, veo cómo se extingue su
presencia cada segundo, su cara roja, triste, su rostro tan agradablemente bello que cualquier persona
querría ver sufrir.
Ahí queda Vanessa orgasmeada, muerta.
En el último soplo de aire que logro capturar
caigo a su costado izquierdo, la observo hasta cerrar
los ojos.
Ella duerme y despierta, yo nunca desperté… La
dulce Vani jugará sola.
08-09-2123 / 5:00 AM. MEMORIAS
Mi nombre es Luckas y estos malditos converse me
joden los pies, prefiero mis bloguers. Aunque el sueño me mata tengo que escribir ¡sí! no es broma, escribir mis experiencias día a día. En el pensamiento
memo de mi mentor escribir es de mucha ayuda
tanto como leer, a veces creo que le implantaron un
zip como a los gatos domésticos para que sus aptitudes/actitud sean las más parecidas a los mininos
del siglo pasado.
Pobre Mr. Kush ¡Para qué puta escribo si no
hay libros! Ni uno, escritores menos –dice que
para dejar un legado a las generaciones futuras y no
permitir que la modernidad termine con la esencia
humana– trágico; sepa qué quiso decir, hoy tomé
ese instam, comienza a envilecerme. Romina habló
sobre una tipa del siglo XX, una tal Virginia Woolf,
no puse atención hasta que noté cómo su top lila
le resaltaba el pezón izquierdo, esa mujer está para
sodomizarla en ese pensamiento de Donatien Sade.
Se dijo de todo, pero el grick que me metí estuvo pesado, lo poco que recuerdo es otro debate existencial sobre un alemán de apellido Schopenhauer, no
sé, algo así. Mi cabeza me mata, pero Romina me
genera placer.
102/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Después del instam vino lo mejor, consumí mucho alcohol y el nuevo coctel del bar Nela. Mi novio Rafa me hablaba de su éxtasis intelectual entre
tanto escritor de los siglos pasados, su pensamiento
y crítica; yo pensaba en los pezones de Romina, lo
dejé entre amigos y fui con Romina quien ya estaba
ebria, una mujer no le teme a otra ni mucho menos
se imagina que sodomizarla ronda su cabeza, ¡estúpida! La acompañé al baño, sin ser ella comencé
a besarla.
La pendeja de Paty salió corriendo y dijo todo a
Rafa, solo dije que el grick me estaba dañando, pero
Rafa salió con una botella de coctel sonriéndome –
es extraño, pero sé que he terminado con él– se fue
y Romina vomitó durante 2 horas.
Regreso a casa jodida de tanto pendejismo
¿Quiénes eran los del siglo pasado? ¡No sé! ¡Carajo!
Woolf tiene un aire lésbico que me excita, ese tal
Schopenhauer casi seguro que consumió grick.
Antes de ir al instam leí un poema, Los bombarderos, de Sexton, del siglo XX, me sorprende saber qué
éramos América, a veces creo que quizá ni existe mi
ser en este momento, en fin.
Estos malditos Converse me joden los pies y tengo que dormir, en el colegio hablaré con Rafa, en la
red buscaré música clásica –Iron Maiden– también
buscaré otros desquiciados de siglos atrás.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /103
Dos cuentos cortos
Juan Carlos Chau Chang∗
EL PEZ MORO
T
u solo nombre hace que evoque a otros famosos: Otelo, Avicena, Tomás Moro. Compartes quizás con ellos el origen, el color o el
nombre. Negro como el carbón, con escamas relucientes y la misma silueta del pez japonés, pero con
unos ojos enormes y tranquilos, paseas tu negrura
insondable por palacio –que realmente es mi pecera– y te me figuras un pequeño y brioso corcel árabe. Se me antoja a veces construirte una mezquita
con su minarete desde el que clames cada tarde llamando a la oración. Confieso que más de alguna vez
no he resistido a la tentación de orar genuflexionado apuntando hacia la Meca para orar por ti, y por
mí, que soy tu carcelero. Quizás con un turbante a
rayas, chilaba roja y alfanje pasarías por guardián
de algún harén, pero necesitarías estar más gordo
y enjoyado para pretender ser el dueño de tal montón de huríes. Me pregunto si serás tan celoso como
Otelo, aquél moro apasionado hasta el extremo, o si
serás dueño del álgebra y la alquimia y pasarás tus
noches pensando en calcular los granos de grava de
tu estanque. Seguramente sabes jugar ajedrez como
un gran maestro, y pensando en ello estoy trabajando en construir un tablero cuyos sesenta y cuatro
escaques hagan juego con tu ropa y con la grava del
estanque. Cada vez que estoy a punto de terminarlo, lo destruyo y vuelvo a empezar, porque sé que
no soportaría que ganaras la partida en unos cuantos movimientos. Lo vuelvo a empezar pensando en
que quizás me dejes ganar considerando que yo soy
tu dueño y que a fin de cuentas soy bastante más
grande que tú y esa es una ventaja nada desprecia* Originario de Pijijiapan, Chiapas. Médico con especialidad en
Medicina Interna.
ble, creo. Podría venderte, claro, pero tú sabes que
no me atrevería a faltarte al respeto de esa manera,
vendiéndote como vil esclavo.
De cualquier manera siempre siento que me
aventajas mucho, porque vienes de un mundo antiquísimo y exótico en el cual mi pobre y humana
filosofía no es más importante que un simple grano
de arena en tu desierto líquido.
EL PEZ ÁNGEL
Los ángeles se mueven con elegancia de aristócratas; sus cortos movimientos, reposados y precisos,
corresponden más a una recepción en palacio que
a una pecera. Su costumbre de andar juntos refuerza la impresión que han de ser una comitiva que
visita cada rincón de la pecera en gira oficial con
algún oculto fin protocolario, y cuando comen las
hojuelas de alimento para peces, uno esperaría verlos sacar de algún bolsillo sus cubiertos de plata.
Quizás en algún tiempo fueron vistos exigiendo al
sommelier sendas botellas del mejor vino para celebrar algún logro diplomático. Vestidos a rayas con
las puntas de sus aletas perfectamente alineadas y
el gesto de altivez de la mandíbula, han perdido el
monóculo en algún baile, y ahora flotan ingrávidos,
suspendidos en el espacio líquido. Maestros en el
savoir-faire, permanecen casi inmóviles dueños de
su papel de anfitriones por antonomasia, esperando
desde siempre que el ujier golpee con su bastón tres
veces en el piso para anunciar la entrada triunfal de
Poseidón.
La vida de los peces ángel está regida por normas
antiquísimas que perviven impresas en el corazón
mismo de estos peces, acostumbrados a la vida palaciega de la corte. A falta de rey, uno de ellos asume
tal papel, casi siempre el más grande y el de mayor
104/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
edad. Los otros se reparten los papeles: un consejero, un jefe de guardias, un bufón y una reina. Los
rangos pueden descubrirse impresos con minúsculas rayas negras en las puntas de las aletas. Pero
hay que saber interpretarlas, para no confundir a un
simple guardia de palacio con el consejero real, lo
que podría desencadenar una revuelta en la corte.
No tengo que advertir al acuariófilo inexperto que
se trata de peces sumamente quisquillosos en eso de
las cuestiones protocolarias. Se dice que, si fueran
humanos, solamente podrían vivir en el palacio de
Buckingham, en Inglaterra.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /105
Suicidio pintoresco
Efraín Cortez
E
nrique se despertó en la cama, sobresaltado,
abrió los ojos con rapidez, su corazón latía
fuerte en su pecho, lo sentía palpitar como
pocas veces. Su cerebro poco a poco empezó a asimilar todo lo que había a su alrededor, el cuerpo
pasó de la inmovilidad a un pronto alistamiento, la
temperatura era agradable, el aire acondicionado le
proporcionaba ese pequeño lujo y placer a la hora
de dormir, lo que hacía plácidamente a pesar de sus
sesenta y cinco años.
Vivía solo, hacía apenas un año y medio que su
esposa había muerto de cáncer de estómago, que de
forma sorpresiva se la llevó en apenas cuatro meses
desde su diagnóstico. Ahora su recuerdo lo acompaña en aquella casa en donde vivieron durante
cuarenta años y criaron a tres hijos, los que ahora
como profesionistas radican en distintos lugares de
México.
Se sentó al borde la cama, respiró hondo y notó
que sus pulmones estaban bien, el pulso empezó a
disminuir poco a poco, pero se sentía inquieto, algo
no estaba bien, lo presentía, y él era bueno en eso.
Observó todo alrededor, la televisión estaba apagada,
todas las cosas en su sitio ¿Habría sido algún temblor? Por esos días la naturaleza le daba por despertar a los tapachultecos con fuertes sacudidas, sobre
todo por la madrugada. No encontró nada anormal,
se puso de pie y avanzó hacia la puerta de madera de
su cuarto, la abrió y un cálido vientecillo que recorría
la casa lo impregnó. En ese momento notó con claridad el motivo de su ansiedad: la música.
Una canción se repetía, una y otra vez, incluso
que la casa estaba cerrada y aislada con cortinas y
ventanas de cristal, el sonido se esparcía por todo el
ambiente, era una canción de José José; no recordó
cómo se llamaba, pero llamó su atención que terminaba y volvía a empezar con su tono de tristeza,
¿A qué clase de vecino loco se le ocurría escuchar
la misma melodía reiteradamente? Pensó en el vecino de a lado, el siempre distraído y solitario Arturo, hombre de unos cuarenta años de edad y de
pocas palabras, a pesar de haberse mudado hacía
tres años, no había podido cruzar más palabras que
los saludos ocasionales cuando se encontraban en
la calle.
Se dirigió a la puerta de la calle y, quitando la
llave, abrió para salir a la banqueta. Corroboró,
efectivamente, que la música provenía de la casa de
Arturo, intensa, como queriendo despertar a todo el
vecindario. Don Raúl, el vecino de enfrente, al verlo
salir abrió su puerta y se dirigió a su lado para hablarle.
—Enrique ¡qué bueno que te veo! —moviendo
las manos hacia él dijo: ¡Esa música no se detiene,
está muy raro! ¿No crees?
—La verdad, no sé, me acabo de despertar y la
escuché, por eso salí a ver —respondió Enrique con
cierta calma.
—Entonces… ¿No escuchaste los gritos de anoche? Preguntó mientras expresaba su incredulidad.
—¡Gritos! ¿Cuáles? Enrique quiso hacer memoria pero no recordó nada anormal. Disculpa, pero
cuando me encierro a dormir no escucho nada.
—Mira, como a la media noche, escuché a Arturo gritar, como que peleaba con alguien, era su
voz, estoy seguro, pero no escuché que nadie le respondiera los insultos, a veces no se escuchaba claramente lo que decía por la música que ya estaba
sonando, esa canción que continúa ahorita.
—Es de José José ¡verdad! —interrumpió Enrique.
—Sí, creo que se llama La Barca. Raúl volteo la
mirada hacia la casa de Arturo y siguió con su relato. Pues como te decía, no podía dormir, la música
se mete de lleno a mi casa y me impidió conciliar
106/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
el sueño, pero me di cuenta que como a las tres de
la mañana, Arturo dejó de gritar, no escuché sillas
tiradas ni nada como un pleito, solo dejó de hablar y
sin embargo la música continuó. Tal vez se durmió
o le sucedió algo, quizá un ataque o algo ¿No crees?
—Puede ser. Enrique pensó que tal vez Arturo
agarró la borrachera muy fuerte y estaba inconsciente en el piso, manchado en su vómito, le dio
asco. A lo mejor solo está borracho.
—Pues yo fui a tocarle desde las seis de la mañana
para que apagara la música, ya me aburrió, —rezongó
Raúl con fastidio— por lo menos si fueran diferentes
canciones, pero la misma mil veces es muy estresante. Bueno, nunca me abrió ni escuché nada ¿tendrás el
teléfono de sus parientes? para hablarles, tal vez está
enfermo y necesita ayuda.
—No, definitivamente no tengo nada de él. Enrique recordó las miradas esquivas de su vecino. ¿A
las seis dices que fuiste? Ahora son las nueve, quizá
ya se le pasó la borrachera, vamos a tocarle.
Los dos hombres se dirigieron a la puerta de la
casita de color blanco, de una planta; una gran puerta metálica de color negro se encontraba cerrada y
al lado una ventana de tabletas de vidrio de gran tamaño también lo estaba, una cortina azul tapaba la
visión hacia el interior. Raúl tocó fuertemente con
su puño derecho, una, dos, tres veces, esperaron y
nada aconteció. Enrique miró a su vecino que con
rostro de aflicción veía que no tenían éxito, entonces Enrique tomó el picaporte de la puerta y lo giró
a ambos lados, al abrirse le dio un sobresalto, ambos
hombres se quedaron viendo con gesto de asombro.
—¿Entramos? dijo Raúl, con ansiedad.
—¡Pues entremos! Enrique empujó la puerta y
esta se abrió sin ruido alguno, solo la canción que
volvía a comenzar los recibió.
Caminaron hacia la sala y no vieron a Arturo,
el aparato de sonido tocaba el CD de José José en
modo repetición, Raúl hizo el intento de ir hacia
el aparato pero Enrique lo sujetó del hombro y le
indicó con un gesto que lo siguiera. Raúl se puso
detrás suyo y caminaron ahora en dirección a la cocina, todo estaba en orden, ahí no había rastros de
ninguna pelea, todo estaba limpio incluso. Llegaron
a la recámara, una puerta de madera de color café
la mantenía cerrada; Enrique la abrió igual y ambos
entraron, una cama King Size con sábanas rosas estaban intactas, los dos burós de madera a los lados
tenían lámparas y un reloj despertador electrónico
sobre ellos, al girar hacia la derecha encontraron a
Arturo, colgando de una varilla del techo con una
soga gruesa alrededor del cuello, la lengua de fuera,
ya morada, los ojos abiertos viendo a la nada, extremadamente pálido.
El automóvil de los detectives de la Procuraduría de Justicia del estado de Chiapas se estacionó
frente a la casa, descendieron don hombres vestidos
con pantalones grises, guayaberas blancas y zapatos de piel, perfectamente lustrados. El cabello bien
peinado de uno y el otro calvo por completo, ambos
lucían lentes Ray Ban oscuros sobre el rostro lo que
les daba un toque de impasibilidad.
Los dos vecinos, Raúl y Enrique, esperaban en
la puerta, no se habían atrevido a entrar de nuevo,
pero tampoco podían irse, la música continuaba
sonando, Raúl había tenido el buen tino de bajar el
volumen.
—¡Aquí señores!— dijo Enrique haciendo señas
con la mano a los detectives. Aquí encontramos al
difunto.
Los policías se dirigieron a Enrique para interrogarlo, mientras que uno de ellos hacía anotaciones
en una libretita que había extraído de su guayabera.
—¿A qué hora entraron, señor…? preguntó el
policía calvo.
—A las nueve. Enrique miró su reloj digital de
pulsera. Hace treinta minutos, más o menos.
—¿Y el occiso ya estaba como lo encontraron? El
otro policía hizo un leve gesto con la cabeza, como
pidiendo permiso y, sin decir nada ingresó a la casa;
de su guayabera extrajo una pequeña cámara fotográfica digital.
—Sí, señor —contestó Raúl ansioso. La música
estuvo sonando fuerte toda la madrugada, por eso
nos preocupamos, y luego la misma canción; vine a
tocarle y no salió nadie, por eso le pedí a mi vecino,
aquí presente, que averiguáramos, pero resultó que
la puerta estaba abierta y así fue que entramos, encontrando al muerto…
— O asesinado. Interrumpió el policía calvo.
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /107
—¡No!, no creemos eso. Balbuceo Raúl, con cara
de preocupación.
—¡Pareja! Se escuchó un grito del otro policía
dentro de la casa. ¡Ven para acá, rápido!
Los tres hombres, el policía calvo y los dos vecinos se precipitaron dentro de la casa, corriendo
hasta la recámara. Cuando los vio entrar, el policía,
con una sonrisa en los labios, les mostró un papel
que sostenía en su mano derecha.
—¡Mira, pareja, es una nota de suicidio! Extendió el papel hacía el calvo, aquel lo tomó con precaución y lo acercó al rostro para leerlo, solo contenía unas pocas palabras: Ya no lo aguanto, siempre que
lo veo se mueve, no estoy loco, se mueve. Ese cuadro está vivo,
se mueve.
El policía calvo levantó la mirada y observó las paredes, en una de ellas, del lado izquierdo de la cama,
un cuadro de 80 x 80 centímetros por lado adornaba
la pared de color blanco. Era una pintura al óleo de
un desierto, al menos eso le pareció, un suelo marrón,
rocoso, sin ninguna vegetación más que tres árboles
secos, grises, pétreos, alineados al lado derecho de la
pintura y al fondo una cadena montañosa de color
marrón, con luces beige y sombras negras, un cielo
amarillo, como el del amanecer, completaba la escena, solo tres hojas rojas sobrevivían en las ramas del
primer árbol. Era un tanto triste, deprimente. El policía calvo dio dos pasos, pasando al lado del cadáver y
llegó hasta ponerse frente al cuadro. En la esquina inferior izquierda, un nombre estaba pintado con tinta
negra: Alexander Kiesse.
—Pues sí que estaba loco su vecino, señores.
Dijo el calvo después de ver la pintura y no encontrar nada extraño ¿Ya vieron si es su letra, en la
nota? Por favor…
El policía con la cámara fotográfica tomó una
foto del cuadro mientras el calvo aproximaba el papel a los vecinos, quienes lo observaron por un breve momento, luego, Raúl habló.
—Sí, estoy seguro que es su letra, él una vez me
hizo un escrito para el gobernador y así era su letra,
por ahí tengo la copia del escrito, si lo quieren confirmar.
—No será necesario —contestó el calvo— esto
está claro, por la forma que lo describieron no queda
la menor duda de que estaba mal de la cabeza, por
eso decidió dejar esta vida —suspiró audiblemente— ¡Pobre hombre! Bueno, vámonos de aquí.
Los cuatro hombres se retiraron de la recámara
al tiempo que dos hombres vestidos de blanco entraban con una camilla, eran los del servicio forense.
El calvo les indicó donde estaba el cuerpo y luego
caminó hasta el aparato de sonido y lo apagó.
—Una canción muy a modo para dejar de vivir,
dijo entre dientes el policía de la cámara, al tiempo
que salía de la casa.
—¡Señores! —dijo el calvo al estar afuera— es
todo por aquí, buscaremos entre sus pertenencias
para avisar a los familiares, ustedes pueden regresar a sus casas, les agradecemos el llamado y lástima
que no se pudo hacer nada por su vecino.
Los dos viejos vecinos le dieron la mano al policía y se retiraron del lugar. Mientras, en la recámara de Arturo, los dos hombres ya habían podido
desatar la cuerda de la varilla del techo y ahora maniobraban el pesado cuerpo inerte hacia la camilla. A pesar de que eran jóvenes con experiencia y
fuerza, les costó un poco acomodar al fallecido en la
camilla, uno de ellos echó un vistazo a la recámara,
la cama sin usar, los dos burós con las lámparas y
el reloj digital que marcaba las 9:41, el cuadro en la
pared, lo miró con mayor detenimiento, le pareció
extraño, juraría que las tres hojas se movían, como
agitadas por el viento.
108/
Facultad de HumanidadeS / UNICACH
Autoestereogramas de
Rigoberto Flecha*
D
e seguro lo primero que habrá de preguntarse un lector es: ¿qué es un estereograma?
y con justa razón. Creo que no es necesario
hacer un recorrido histórico, pero sí una explicación, aunque sencilla, podría resultar de mayor pertinencia. El estereograma de puntos aleatorios es
una construcción tridimensional con el uso de imágenes normales, considerando que éstas en sí son
dimensionales. Esto puede ser captado por los ojos
en tanto que envía al cerebro imágenes por doble
vía, es decir, enfoca la imagen de manera cruzada,
de esta manera, el cerebro tiene la facultad de construir imágenes tridimensionales. El origen de los
estereogramas lo encontramos en los trabajos del
doctor Béla Julesz1 al finalizar los años cincuenta
cuando trabajaba para los Laboratorios Bell, donde
buscó explicar su teoría sobre la visión estereoscópica del ojo humano, para ello debía detectar alguna
falla de aleatoriedad del cerebro. El descubrimiento
de esta técnica produjo interés e implicaciones en
ciencias cognitivas y en el estudio de la percepción.
La técnica consiste en un par de imágenes de
puntos distribuidos aleatoriamente que vistos con
la ayuda de un estereoscopio, o con los ojos enfocados en un punto más allá de la imagen, produce
una sensación de profundidad, así parece que existieran objetos más cerca y más lejos que la imagen.
Trabajos posteriores realizados por su discípulo
Cristopher W. Tyler, permitieron que en 1979 se
concibiera la técnica estereograma de toma única,
llamadas actualmente autoestereogramas de puntos aleatorios; lo que Tyler hizo fue suprimir el uso
de instrumentos estereoscópicos y de doble toma, y
perceptibles a simple vista. A este descubrimiento
Egresado de la licenciatura en historia, Facultad de Humanidades
UNICACH.
1
De origen húngaro, llegó a los Estados Unidos en 1956.
*
le sobrevino un auge artístico comercial a principio
de los años ochenta, donde las obras se exhibían en
plazas comerciales y galerías, además de ediciones
de libros, calendarios, y otros formatos de colección. Actualmente ha tenido un repunte con el uso
de programas computacionales.
Para ver un estereograma es necesario desenfocar la vista de la imagen, buscando con ello transferir la primera perspectiva (plana), a una perspectiva de profundidad (tridimensional). Para los que
se acercan por primera vez a esta estructura, se
recomienda fijar la vista en un punto en el infinito, es decir, fijar la vista en un objeto distante y sin
desenfocar, tratando de construir o hacer evidente
la imagen oculta. Otro recurso es fijar la vista en un
dedo mientras se acerca lentamente hacia la imagen. Lo más importante es no desesperarse, intentándolo cuantas veces sea necesario, la recompensa
es estimulante.
A pesar de ser altamente difundidos, los estereogramas son desconocidos por una gran mayoría
de la población.
Origen del proyecto
En 2007 el camarada Rigoberto Flecha, estando de
visita en casa de quien escribe estas notas, tuvo por
primera vez contacto con algunos cuadros estereogramas, mismos que colgaban de la pared de la sala.
A partir de aquí surgió su interés de estudiar su
estructura y composición, de tal suerte, que, poco
tiempo después, Rigoberto me enseñaba sus primeros logros. En consecuencia proyectamos trabajos
que podría realizar. Discutimos sobre diversos temas factibles, vislumbrando aquellos que pudieran
ser de interés de un público inexperto, tanto por
su contenido como por su vistosidad, y articulado
, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /109
a dos consideraciones: a) que sería la primera vez
que alguien en Chiapas realiza trabajos artísticos
con esta técnica; y b) que los autoestereogramas son
poco conocidos y de difícil acceso en nuestro medio.
Sin embargo, metidos un tanto con el cine y el deseo de abrir un ciclo para la licenciatura en Historia
de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas,
y en las preocupaciones estudiantiles, del cual era
Consejero Universitario Alumno, el proyecto fue
abandonado por varios meses. En este lapso nuestra
cotidianidad se hizo distante, lo que no favoreció al
proyecto, a lo sumo, trabajó sobre la composición
de la portada de un libro mío por aparecer.2 A principios de marzo (2009) tuve una agradable sorpresa, Rigoberto puso prácticamente un libro de estereogramas en mis manos para que diera mi opinión
sobre ellos. Luego de examinar su trabajo, me sentí
emocionado, era claro el esmero y dedicación, había
autoestereogramas de gran belleza y calidad. Así, de
pronto, retomamos la idea de hacer algo para su divulgación. Rigoberto quedó formalmente, en tanto
a mis sugerencias, incorporar a la presentación de
los mismos, en la margen inferior, las dimensiones
de los cuadros, el título y por supuesto la firma del
autor integrado dentro del diseño. Por otra parte, lo
comprometí a trabajar sobre la portada de un nuevo
libro mío,3 lo que vendría a contribuir, en cuanto a
diseño, la aplicación de estereogramas a las portadas de libros en nuestro estado, con la esperanza
que la idea fuera bien recibida. El resultado fue sumamente satisfactorio, a tal grado que quedó establecido el compromiso para que diseñara la portada
de un nuevo libro4 que estaba con la posibilidad de
ser editado por la Universidad de Ciencias y Artes
de Chiapas. Aunque la publicación sufrió retrazo,
finalmente tuve la emoción de tenerlo a la vista.
Hasta el momento, el proyecto de divulgación
de los autoestereogramas de Rigoberto Flecha ha
quedado truncado y en espera de una oportunidad,
que infiero, habrá de venir en el momento adecuado.
Esta presentación también queda un tanto en suspenso para ser concluida, en la medida que la obra
encuentre un editor interesado (junio: 2010).5
Esaú Márquez Espinosa
5
Publicado por Coneculta-Chiapas en 2008 con el título: La
muerte vista por 33 poetas chiapanecos.
3
Evolución y desarrollo de la región Frailesca: 1876-1924. Unicach, 2009.
4
Amor, muerte y desesperanza en LOS PREMIOS Rodulfo Figueroa y Jaime Sabines. Unicach, 2010.
2
Buscando en mis archivos he dado con esta introducción que
escribí con la idea de impulsar la publicación de los autoestereogramas de Rigoberto Flecha, lo que me hizo entender
que la revista Pobacma es el lugar idóneo para dar a conocer
algunos de sus trabajos. Ha pasado poco más de cuatro años
y ha llegado el momento de poner a disposición del público
algunos diseños bajo esta singular técnica.
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, año 4, núm. 1, enero-junio de 2015 /125
Norma Editorial
Pobacma / Facultad de Humanidades-UNicach
Modelos bibliográficos
Libro
Márquez Espinosa, Esaú (1993) Evolución y desarrollo de la región Frailesca, 1876-1924. México, Universidad de
Ciencias y Artes de Chiapas, Colección Selva Negra, núm. 6.
Capítulo de libro
Márquez Espinosa, Esaú (1993) “Caudillos y caciques: de la política nacional a la regional”, en Evolución y desarrollo de la región Frailesca, 1876–1924. México, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, Colección Selva
Negra, núm. 6, pp. 55-96.
Revista
Fin de Siglo, Ricardo García Robles (editor) Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, año 2, vol. 1, núm. 6, octubre, 1999,
84 p.
Artículo de revista
Márquez Espinosa, Esaú. “Variaciones”, en Fin de Siglo. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, año 2, vol. 1, núm. 6, octubre, 1999, pp. 53-55.
Periódicos
La Ovación, Germán Sopeña (director) Buenos Aires, 15 de marzo, 1990.
Artículo de periódicos
López, Antonio, “La guerra sucia en la Argentina”, en La Ovación. Buenos Aires, 15 de marzo, 1990: A3.
Indicaciones básicas
1. Al autor del escrito aplicar un asterisco (*) y remitirlo al pie de página para anotar los datos mínimos
según sea el caso (estudiante, docente, investigador, institución donde trabaja y correo electrónico).
2. Las referencias de citas al interior del texto deberán remitirse al final del trabajo de manera progresiva
y en números arábigos, anotando como encabezado la palabra notas, a partir de entonces aplicar las
referencias utilizando los modelos arriba expuestos.
3. Si en las citas anota los datos completos de la obra consultada, con su respectivo (s) número (s) de
página (s), no es necesario repetir dicha referencia en el apartado de bibliografía. Esto con el fin de ahorrarnos espacio y repeticiones.
4. Los trabajos deberán presentarse en Times New Roman, tipografía en 12 puntos con 1.5 de interlineado.
La configuración de la página debe ser de 3 cm. por cada uno de los lados.
5. En caso de latinismos (ibidem, ibid, idem, / op. cit. / et al.) utilizar cursivas. La misma regla para otros latinismos.
6. Para la primera sección se aceptan trabajos con un mínimo de 8 cuartillas y un máximo de 20. Para la
segunda sección las colaboraciones pueden variar desde 2 hasta 8 cuartillas.
7. En el caso de fotografías remitir originales, o en su defecto, anexar un archivo de alta resolución para
contar con una buena imagen.
Rectoría
Ing. Roberto Domínguez Castellanos
RectoR
Dr. José Rodolfo Calvo Fonseca
SecRetaRio GeneRal
Mtro. Florentino Pérez Pérez
SecRetaRio académico
Lic. Adolfo Guerra Talayero
aboGado GeneRal
Lic. Ricardo Cruz González
diRectoR de adminiStRación
Mtro. Pascual Ramos García
diRectoR de Planeación
C.P. Miriam Matilde Solís Domínguez
auditoRa GeneRal
Lic. Roberto Ramos Maza
diRectoR de extenSión univeRSitaRia
L.R.P. Aurora Evangelina Serrano Roblero
diRectoRa de SeRvicioS eScolaReS
Dra. María Adelina Schlie Guzmán
diRectoRa de inveStiGación y PoSGRado
Mtra. Brenda María Villarreal Antelo
diRectoRa de tecnoloGíaS de infoRmación y comunicacioneS
Lic. Noé Fernando Gutiérrez González
diRectoR del centRo univeRSitaRio de infoRmación y documentación